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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Acatlán

División de Humanidades

Licenciatura en Filosofía

Alumno:

Peralta Pérez Miguel Ángel

Profesor:

Antonio Víctor García Salas

Antropología Filosófica.

Trabajo:

Ensayo Final

Título del trabajo:

La naturaleza del Pensamiento de Sartre y el concepto de angustia en su


filosofía

Grupo: 2251

1
La naturaleza del Pensamiento de Sartre y el concepto de angustia en su filosofía

Estudiosos, aficionados, contrincantes, Estudiantes y todo tipo de personas asistían al Club


Maintenau, Sartre estaba a punto de comenzar su conferencia en la cual explicaría ciertos
aspectos de su filosofía, que habían causado revuelo en todos aquellos que llenaban la sala.
¿Pero qué era eso que había dicho Sartre y que necesitaba de un espacio en el que el
intelectual respondiera preguntas? ¿Cuál era la naturaleza de estas cosas? ¿Respondió a ellas?
¿Lo hizo de manera correcta?
Preguntas como estas son las que han motivado a numerosos investigadores a indagar
sobre el existencialismo francés, en especial el encabezado por Jean Paul Sartre. De manera
similar a pasado conmigo y he decidido darles una solución a estas preguntas. Para esta labor
será necesario primeramente remitirnos a trabajos como el de Erich Fromm, más en concreto
su obra titulada El Miedo a la Libertad, puesto que para el desarrollo de su tesis principal
implementa ciertas técnicas propias del psicoanálisis, que nos serán de utilidad para
solucionar la pregunta ¿Cuál es la naturaleza del surgimiento de la característica forma de
pensar de Sartre?
Posteriormente, examinaremos cuales son las objeciones que han brotado tras la
filosofía sartriana y nos centraremos en una de ellas para poder dar solución a los
cuestionamientos que enmarcan ciertas dudas presentes en los trabajos de algunos críticos
como Ismael Quiles Sánchez y su obra Sartre y su existencialismo.
Comencemos pues diciendo que ante la realización del análisis psicológico de una
doctrina Fromm distinguía dos problemáticas. La primera encabezaba la búsqueda de
aquellas cosas que habían establecido importante influjo en el desarrollo del pensamiento de
aquella persona que propiamente ha formulado una doctrina, la segunda establecía
características similares con esta primera, divergiendo solamente en el hecho del enfoque que
enmarca al sujeto de estudio, que ya no sería el creador de una determinada forma de
pensamiento, sino el conjunto de individuos que se insertan en el mismo. 1
Sin embargo, fructífero para nosotros es concordar con que más que problemáticas
pareciera que se trata de dos formas de encaminar un estudio de esta índole. Es por ello que

1
Cfr. Erich Fromm, El miedo a la libertad, (trad. Gino Germani), PAIDOS STUDIO, México, 5ª
ri.,1984, p.79.
2
para nuestro trabajo hemos de tener en cierta consideración uno de estos dos tipos de método
para poder realizar de forma correcta el estudio de los ideales de una doctrina (Como la de
Sartre que nos compete aquí tratar). Digo que es fructífero para nosotros retomar este método
divisorio, debido a que me parece que delimita de forma correcta el tema que trataremos, es
decir, nos posibilita mirar de forma concreta la naturaleza de la creación de ciertos ideales.
Cabe aclarar que, si bien es cierto que como hemos mencionado, estas dos maneras
de analizar la estructura de un determinado pensamiento guardan relación y por ello puede
inferirse que deberá de existir un lazo común entre estas, no es erróneo realizar un estudio
con ayuda de una sola de las mismas y prescindir en cierta medida de la otra.
A pesar de ello debemos manejar con cuidado el desarrollo de nuestro trabajo pues,
como advertía Fromm: "el análisis psicológico no implica juicio alguno acerca de la verdad
de la doctrina analizada".2 Por lo cual, la valuación de las respuestas que proporciona Sartre
ante las objeciones de los Comunistas en su obra El existencialismo es un Humanismo y que
nos hemos propuesto a examinar deberá ser una sección que se desarrolle fuera de este primer
análisis, para no caer en un absurdo con relación a lo antes citado.
Identificado lo anterior, es necesario decir que debido a que nuestro trabajo versa
sobre el pensamiento de Sartre y al menos en esta parte no del de sus seguidores, es menester
utilizar el primero de los métodos de análisis propuestos por Fromm.
Comencemos pues, recordando algunos aspectos importantes en la vida de Sartre que
nos ayudan a identificar cual era la situación del entorno en el que vivía el filósofo.
10 de mayo de 1940, la gente no creía lo que leía en los encabezados impresos en el
papel rugoso que caracterizaba los periódicos de aquella época. Se trataba de la alarmante
noticia que informaba la llegada del ejército alemán a territorio francés. El futuro de los
habitantes de las hermosas zonas francesas parecía como cubierto por una oscuridad incierta.
En consecuencia, no es raro imaginar que dichas personas se vieran como ensalzadas por un
miedo inmenso tras tener ante los marcos de sus hogares a aquellos individuos que las fuerzas
del ejército había ya desde 1930 intentado alejar con la línea de Maginot.3

2
Ibidem, p. 78.
3
Cfr. Canis Venatici, “Historia y Estrategia la línea de Maginot”, Revista de Marina, Buenos Aires,
v.222, 2014.
3
Tamaño sorprendente el del infortunio que vivían aquellos, así como el que estaba
presenciando nuestro filósofo, pues según Quiles "En 1940 es hecho prisionero y llevado a
un campo de concentración.". 4
Aunque mucho se ha escrito sobre lo que ocurría dentro de un campo de
concentración y así las opiniones del tema son abundantes, algo en lo que pocas veces los
especialistas divergen es en la forma deplorable en que se vivía en esos sitios, pues la
cotidianidad en ellos era terriblemente compleja, ya que en ocasiones el bienestar de los
individuos estaba sujeto a la portación de un objeto, como lo atestiguan las anécdotas de
Román Frister.5
Dadas eventualidades similares a la anterior, han llevado a investigadores como Anta
Félez a asegurar que los campos de concentración son "Prácticamente sólo nichos
institucionales, donde no existe el devenir de la interacción, de las relaciones humanas, sino
únicamente reglas, normas y leyes" 6.
Saliendo a flote así una de las características con la que algunos enmarcan la literatura
y la filosofía de Sartre, me refiero a la extraña visión que el mismo tenía del hombre y sus
relaciones, ya que si recordamos la idea de Fromm la cual dictamina que los ideales que no
encuentren albergo significativo en la mentalidad de alguien no se verán reflejados en las
actividades del mismo, podemos identificar que el individuo actúa según aquello que
establezca su personalidad7, pero nada nos imposibilita pensar que puede ocurrir lo opuesto,
es decir, que las actividades que realiza un individuo nutran la forma de pensar del mismo.
Si bien es cierto que lo expuesto por Fromm es muy atinado, es decir, que algunas
ideas propias de un sujeto influirán en la forma de actuar de este, es correcto mirar como
aquello que une la mentalidad con la acción no es un carril en el que se puede andar en una
sola dirección.
Hagamos una analogía para comprender lo dicho:
Un empleado de cierta empresa que presta sus servicios como técnico en
mantenimiento realiza su trabajo de reparación sin la ayuda de guantes para las manos, ya

4
Ismael Quiles Sánchez, Sartre y su Existencialismo, ESPASA-CALPE, Madrid, 3ª ri., 1967, p. 50.
5
Román Frister, La gorra o el precio de la vida, Galaxia Gutemberg, Barcelona, 1993.
6
José Luis Anta Félez, “Moral y cotidianidad en los campos de concentración del nacismo”, Athenea
Digital Revista de Pensamiento e Investigación Social, Barcelona, v. 6, otoño 2004, p. 3.
7
Erich Fromm, Op. Cit., p.79
4
que piensa que tener las manos impecables después de una jornada es algo que los hombres
deberían de evitar para remarcar su masculinidad.
Cierto día el gerente de la empresa decide dar un rondín para examinar que las cosas
en el sitio vayan desarrollándose de manera adecuada, al pasar por la sección de
mantenimiento se percata de que su empleado está trabajando sin el equipo adecuado, así que
le ordena que se lo ponga. Más tarde el trabajador con cierto desdén por el equipo que llevaba
puesto es requerido en otra de las secciones de la planta para darle reparo a un circuito que
había entrado en corto.
Mientras realiza su labor uno de los cables mal aislados rosa sus puntas con el metal
produciendo una descarga eléctrica que hubiera sido mortal para el empleado de no ser
porque llevaba puestos los guantes, ahora el mismo piensa que usar el equipo de protección
es algo más importante que cualquier otra cosa.
Como lo vemos en el ejemplo en algunas ocasiones el sujeto en cuestión puede
modificar su forma de pensar a partir de la influencia de acciones externas a él.
Si tomamos por supuesto lo dicho anteriormente y volvemos al análisis psicológico
de la filosofía de Sartre, podemos afirmar que tras llevar una vida en donde las relaciones
humanas no tenían cavidad, en donde la autoridad parece ser algo de lo que cualquiera
quisiera librarse, donde valerse por sí mismo como lo meditaba Frister8 era algo
lamentablemente cotidiano, es normal esperar de su parte un sistema de pensamiento que
remarque con distinción la individualidad de un sujeto y que en sí sea de la misma índole de
todo lo antes referido.
Un testimonio que nos da cuenta de lo formulado es el de Quiles cuando aseguraba
que dada la liberación de Sartre de aquel campo de concentración y el mismo volviera a su
labor de escritor fue anunciado como: "un joven filósofo que prepara un volumen de filosofía
destructora"9. ¿No es catalogado así gracias a que su manera de ver el mundo estaba
influenciada por todas aquellas horrendas actividades de las cuales uno es participe al ser
prisionero de guerra?
Lanzando al aire la pregunta y sin darle respuesta concreta, debido a que algunos
podrían objetar que no es justificación suficiente, dejando de lado todas las ideas que

8
Román Frister, Op. Cit., p.347.
9
Ismael Quiles, Op. Cit., p.50.
5
subyacen al aceptar nuestro pequeño estudio, podemos decir que no deja de ser interesante
analizar algunas de las razones que provocaron que la mira de un número significativo de
intelectuales se posara sobre la filosofía sartriana y la misma fuera considerada como aquel
sistema de ideales que marcó con fuerza el pensamiento del hombre.
Ahora que tenemos una noción de la psicología del pensamiento sartriano podemos
pasar de lleno a examinar una de las objeciones que se le presento al filósofo tras la lectura
de sus obras por parte de algunos de los grupos de aquella época. Estas objeciones guardan
relación con lo identificado anteriormente, pues se tratan de refutaciones a concepciones y
términos presentes en la filosofía de Sartre.
Según Quiles cuatro son las objeciones que se le presentan a Sartre y que el mismo
recoge y responde en el contenido de una conferencia que se llevó a cabo en el Club
Maintenau10, que posteriormente se publicaría en forma textual bajo el nombre de El
existencialismo es un Humanismo.
La primera de estas observaciones (en la que nos concentráremos para el consecuente
desarrollo de este trabajo) informaba sobre una de las implicaciones que se sigue de la
aceptación de la existencia del término de angustia en el hombre, me refiero a aquello que
los comunistas han denominado como quietismo. Ellos apelaban que la angustia turbaría al
hombre imposibilitándolo de realizar cualquier tipo acción, pues el destino al que lo
conduciría sería incierto, era menester pues, "considerar la acción en este mundo como
totalmente imposible"11.
La respuesta a este reproche como lo llama el propio Sartre, es contestada por el
mismo con un símil que nos deja mirar la situación en la que se encuentra un agente de las
fuerzas armadas, el cual debe tomar una decisión ante los hechos que están ocurriendo.
Catalogando de esta forma a la angustia (que deviene de la observación de la plena
responsabilidad de los actos de cada uno) como aquel motor que propiciará una determinada
acción de respuesta, dejando de lado así la idea que enmarcaba la inacción por parte del
individuo.

10
Ibidem, p.83.
11
Jean Paul Sartre, El Existencialismo es un Humanismo, (trad. Victoria Praci F.), Edhasa, Madrid,
2009, p.21.
6
Ante ello, Quiles entran en desacuerdo con Sartre, pues garantiza que esta primera
respuesta que proporciona el filósofo francés se trata de una afirmación sin sentido más que
de una solución que resuelva las objeciones comunistas. El mismo argumenta que: "Un
pequeño análisis muestra inmediatamente que la angustia, en el caso del militar, lo único que
hace es entorpecer la acción. Y toda angustia, en cuanto tal, no hace otra cosa". 12
De lo cual se sigue que la angustia no represente un incentivo para el actuar, sino más
bien, según Quiles habrá para un determinado hacer "un motivo que favorece a una
posibilidad más que a la otra y que lo trae a él suficientemente para la elección". 13 Motivos
como el amor a la patria o el miedo a desertar.
Si nos percatamos, estamos ante una afirmación similar a la que formula Fromm y
que hemos utilizado para desarrollar el análisis psicológico de la filosofía sartriana14, puesto
que lo que está realizando Quiles (aparentemente sin percatarse) es el desarrollo de un
pequeño análisis psicológico de un sujeto insertado dentro de una determinada estructura de
pensamiento (El militar y la ideología de la milicia a la que pertenece) para tras ello valuar
la veracidad de los argumentos hechos por Sartre.
Sin embargo, menciono que parece que Quiles no se percata de este cometido debido
a que como lo llegamos a advertir al comienzo del análisis de la filosofía de Sartre, el estudio
psicológico de una doctrina que puede realizarse de dos formas (examinando al creador de la
misma o a sus adeptos) no admite una valuación de los ideales propios del sistema de
pensamiento, es decir:
El análisis de los motivos psíquicos existentes detrás de ciertas doctrinas o ideas no
puede ser nunca un sustituto del juicio racional referente a la validez de la doctrina y
de sus valores implícitos, aun cuando aquel análisis puede conducir a una mejor
comprensión del significado real de una doctrina, y de este modo influir sobre el
propio juicio de valor.15
Por lo cual la labor de contraargumentación hecha por Quiles ante lo expuesto por
Sartre parece tambalearse, y si algo es de esa índole, es decir dudoso, lo mejor es desecharlo.

12
Ismael Quiles, Op. Cit., p. 87.
13
Idem.
14
Erich Fromm, Op. Cit., p. 79
15
Ibidem, p. 78.
7
En suma, parece que Quiles tampoco comprendió en qué consistía la angustia de la
que hablaba Sartre, pues menciona que según el filósofo francés la misma es: "principio de
la acción en cuanto que el que está absolutamente desesperado de todo, y no tiene nada que
perder, no tiene ningún impedimento para lanzarse a los mayores riesgos". 16
No obstante, de entrada, podemos percatarnos que el hombre que le adjudica Quiles
a Sartre es un sujeto que vela por su completa individualidad. Demás esta decir que esto es
erróneo, pues el mismo Sartre advierte: "cuando decimos que el hombre es responsable de sí
mismo, no queremos decir que el hombre es responsable de su estricta individualidad, sino
que es responsable de todos los hombres". 17
Este ser responsable de todos los hombres implica que aquello que uno elija, lo hace
porque en sí tiene en mente que esto es lo mejor a lo que puede aspirar, y así lo mejor que
podría hacer cualquiera que se encuentre en una situación similar. Realicemos un ejemplo
para dilucidar lo dicho:
Un hombre pasa 8 horas de su día leyendo sobre el existencialismo francés, pues
considera que es mejor hacer esto que asistir a un sitio donde se sirven todo tipo de bebidas
alcohólicas, si le preguntasen que es lo que debería de hacer otro hombre que se encuentra
en una situación en la que tenga que elegir alguno de los dos escenarios, podemos pensar que
le aconsejará nutrirse de los estudios filosóficos que aborden el tema del existencialismo
francés. Supongamos ahora que el primer individuo es un profesor de la licenciatura de
filosofía encargado de un grupo de alumnos.
Él se encuentra ante la situación de elegir si asistir a un evento recreativo con sus
colegas o encargarse de preparar el material para su siguiente clase, una cierta angustia se
postra sobre él y lo encamina a rechazar la invitación al evento, pues se imagina a sus alumnos
bajo una situación similar donde el preferiría que ellos hicieran lo mismo.
Como vemos la elección de uno implica la elección del otro, es por ello que uno no
solo es responsable de sí mismo, no solo se escoge para sí, sino más bien se elige para todos
y se es responsable de todos. Aunque en nuestra analogía la elección pareció sencilla, ello es
consecuencia de que la situación no sea una de las más complicadas que se le pueden

16
Ismael Quiles, Op. Cit., p. 88.
17
Jean Paul Sartre, Op. Cit., p. 33.
8
presentar a alguien, sin embargo, la angustia está ahí, ante la pluralidad de actividades que
tiene en sus manos aquel que escoge.
En conclusión, podemos decir que la polémica que generó la filosofía de Sartre se
encargó en algunas de las ocasiones de deformar el mensaje que la misma traía, llegando a
tal grado de ser necesario para el filósofo indicar que el estudio del existencialismo era algo
estrictamente reservado para filósofos.
Sin duda nos encontramos frente a una forma de pensamiento que en ocasiones
fácilmente puede generar malos entendidos, gracias a la dificultad de los términos que
maneja, como pasa con el estudio realizado por Quiles y el concepto de angustia, que
igualmente trajo confusión ante los grupos comunistas de la época de Sartre.
A mi parecer, una de las labores que debe realizar aquel que quiera estudiar el
existencialismo sartriano de manera correcta es desapropiándose de todo tipo de juicio
realizado posteriormente al mismo, y reflexionar de manera subjetiva los ideales que nos dota
la literatura y la filosofía de este autor.
Sin embargo, como mencionamos al momento de realizar el corto análisis de la
psicología de Sartre, no deja de ser interesante mirar como ciertas ideas y hechos históricos
influyeron en la creación de esta peculiar forma de pensamiento, que marcaría al hombre de
aquella época de manera sin igual.

9
Bibliografía
Anta Félez José Luis, “Moral y cotidianidad en los campos de concentración del nacismo”,
Athenea Digital Revista de Pensamiento e Investigación Social, Barcelona, v. 6, otoño 2004.
Jean Paul Sartre, El Existencialismo es un Humanismo, (trad. Victoria Praci F.), Edhasa,
Madrid, 2009.
Frister Román, La gorra o el precio de la vida, Galaxia Gutemberg, Barcelona, 1993.
Fromm Erich, El miedo a la libertad, (trad. Gino Germani), PAIDOS STUDIO, México, 5ª
ri.,1984.
Sánchez Quiles Ismael, Sartre y su Existencialismo, ESPASA-CALPE, Madrid, 3ª ri., 1967.
Venatici Canis, “Historia y Estrategia la línea de Maginot”, Revista de Marina, Buenos Aires,
v.222, 2014.

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