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Introducción
La dinastía Comnenos tiene que enfrentarse a varios asuntos: el avance de otros
pueblos islámicos después de la descomposición del Imperio Abasí: los turcos: papel
de presión que ejercen sobre el imperio, la ruptura tácita con la iglesia romana: cisma
definitivo que lleva tiempo en parálisis, el papel de la presencia veneciana y las
Cruzadas.
Administración Comnena
Basado en una concepción patrimonial del poder.
Se fortalece al grupo aristocrático militar relacionado por parentesco o clientela con la
familia imperial por medio de matrimonios, a los que denominó augustos. Para ello se
les otorgan títulos cortesanos, principales cargos del gobierno y una serie de regalías,
como la ostentación de vestidos parecidos a los imperiales.
Dependían continuamente del favor imperial y tenían un fuerte sentido de grupo que
los vinculaba a la dinastía.
Esta élite se fue consolidando y reclamaron cada vez más derechos, como el de
sucesión.
Su patrimonio personal (Oikos) estaba muy ligado al Estado, que fue perdiendo
carácter público mediante el abuso de donaciones a través de las figuras de la pronoia
y la jaristiké. Esto le perjudica porque cada vez se quedará sin patrimonio.
Todo ello sirvió para desarrollar una conciencia de linaje imperial que se manifiesta en
los numeroso apellidos compuestos con el elemento Comneno: Comneno-Alejos;
Comneno-Vatatzes… etc.
La economía
Con el fin de intensificar la producción se dio impulso a dos instituciones ya presentes
en época macedónica
La pronoia: entrega de tierras del estado para su explotación a un beneficiario a
cambio de la prestación de un servicio militar. Trabajadas por campesinos en situación
de encomienda. Originalmente en usufructo, con el paso del tiempo, se hizo
hereditario.
Diferencias entre el feudo europeo y la iqta islámica (timar por los turcos): la última se
mantiene usufructuaria: el sultán siempre mantiene la propiedad y el control, la tierra
volvía a él a la muerte del beneficiario.
Jaristiké: cesión por parte del emperador del usufructo de un bien de propiedad
eclesiástica a un laico a cambio de que lo restaurara, mantuviera y corriera con los
gastos de la manutención de los monjes. Así frena el crecimiento de la propiedad
eclesiástica y se conseguía la fidelidad de la aristocracia laica. Normalmente se
trataba de bienes eclesiásticos mal administrados, bastante habitual.
El problema de mantener todo este sistema de donaciones supuso una carga
tremenda para el tesoro imperial, tanto público como privado. Esto se refleja en un
aumento de los impuestos sobre las ciudades.
¿Quién lo paga?
Los mas desfavorecidos se vieron aplastado por un aumento de los impuestos sobre
las ciudades.
Llevando al sistema límite el sistema de la pronoia el emperador concedía sus
derechos sobre los impuestos de una zona determinada a los beneficiarios (miembros
de su familia), quienes se valían de sus propios agentes para cobrarlos, y de esa
manera esas concesiones quedaban prácticamente desvinculadas del tesoro y la
administración estatal.
La cantidad de títulos ostentados por los familiares imperiales y la vida cortesana
paralela en ca uno de los palacios de éstos el cargo del emperador iba perdiendo
carácter único.
Única ventaja: cuando se concedían las rentas a personas que vivían en
Constantinopla no llegan a tejer redes de influencia locales que había tenido la
nobleza militar en periodos anteriores.
Como respuesta a estos abusos, se produce una conciencia de los cambios sociales
que estaba ocurriendo: aparecen debates sobre cuál era el significado de la
aristocracia, hay referencias por primera vez aúna clase media, se denuncian a las
actividades de la plebe constantinopolitana, y se pide a la Iglesia que se esfuerce en
inspirar un respeto por la autoridad y la jerarquía.