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INCLUSIÓN DE INSUMOS MÉDICOS EN EL PLAN DE BENEFICIOS EN

SALUD

Es innegable la recurrente utilización de la vía judicial, invocando la


Acción de Tutela, motivada por la necesidad de amparar derechos tan
imprescindibles y básicos como la salud y la vida en condiciones dignas.
De la afirmación anotada de forma previa se tiene consistente evidencia,
sobre todo por las sentencias emitidas por los jueces de tutela. Sin
embargo, en algunas ocasiones, dichos fallos dan evidencia de la intención
del juez de proceder con la negación de las súplicas en derecho alegadas
por los accionantes, aun cuando existen suficientes y válidas razones de
hecho para justificar una decisión opuesta y, por tanto, favorable a la,
inicialmente, expresada por la autoridad judicial.
Lo dicho a la brevedad fue el caso de una persona quien, actuando en
calidad de agente oficiosa de su hermano, un adulto de la tercera edad con
diversos padecimientos y patologías en su salud, accedió a la
administración de justicia en procura de la obtención del amparo a los
derechos fundamentales a la salud y la vida en condiciones de dignidad en
vista de la negativa de la EPS e IPS a la que se encontraba afiliado el
ciudadano para proporcionar insumos médicos que, en criterio de estos
últimos, se encontraban excluidos del Plan de Beneficios en Salud (PBS).
Para esta oportunidad, la Corte Constitucional en sede de revisión y a
través de la sentencia de Tutela T-389 de 2022 cita las reglas
jurisprudenciales cimentadas por la misma corporación judicial para
corregir, dar un alivio y atender en derecho situaciones análogas a la
mencionada previamente.
En esa medida, la Magistrada Ponente de esta providencia judicial indica
que la Corte ha sentado una serie de sub-reglas de procedencia o no del
reconocimiento y acceso a ciertos servicios y tecnologías de salud que, si
bien no amilanan la causa de la patología del paciente, la ausencia de
aquellos servicios sí implica una exposición innecesaria a sufrimiento,
dolor y padecimiento; o pueden conducir al nacimiento de otras lesiones,
infecciones o enfermedades que hacen más indigna y sufriente la situación
lamentable inicial del doliente.
Es el caso, por ejemplo, del insumo de pañales. Según la mencionada
sentencia, y por virtud de una decisión judicial anterior (Sentencia C-313
de 2014), este insumo médico no está expresamente excluido del PBS. Es
decir, si media la existencia de una prescripción médica, es viable la
utilización del recurso de amparo judicial (Acción de Tutela) para que se
solicite su orden y consecuente entrega.
No obstante lo anterior, también queda abierta la alternativa de la solicitud
de dicho insumo a la autoridad judicial constitucional sin orden médica;
en dicha hipótesis y dependiendo el caso, puede llegar a “ordenar el
suministro directo de los pañales condicionado a la posterior ratificación de
la necesidad por parte del médico tratante”. El fenómeno interpretativo de
concesión o no del insumo aplica en iguales términos para el caso de las
cremas anti escaras y la disposición de sillas de ruedas de impulso
manual.
Las reglas a las que se sujeta la provisión de los insumos en salud antes
descritos no aplican en lo concerniente a servicios adicionales, como es el
caso del transporte intermunicipal. Es decir, este transporte particular sí
está incluido en el PBS, en la medida que toda EPS debe “contar con una
red de prestación de servicios completa”.
Así, pues, se entiende que en caso de que un paciente sea remitido a una
IPS o entidad prestadora de servicios en salud ubicada en un municipio
distinto al de su lugar de domicilio, el concepto por transporte deberá ser
asumido con cargo a la Unidad de Pago por Capitación (UPC) que se paga
a la EPS.
De lo contrario, se estaría ante un indeseable obstáculo que impide el
pleno acceso a los servicios por vocación de la garantía del derecho a la
salud; conducta, que, como es bien sabido, es reprochada y censurada por
la jurisprudencia constitucional colombiana.
Merece mención especial el caso del servicio de enfermería, situación un
tanto enrevesada. Según la sub regla jurisprudencial recogida en la
sentencia, dicho servicio está efectivamente incluido en el PBS, al ser una
prestación extra hospitalaria que no está limitada a la obtención de una
prescripción médica para hacer uso de ella, en la medida que también
queda abierta la vía del amparo judicial, en que será un juez
constitucional quien lo autorice.
No obstante, lo anterior, el mencionado servicio de salud debe ser
‘directamente’ ordenado a través de la vía judicial (mecanismo de Tutela),
tanto en los casos de ausencia como de existencia de una orden médica
que lo habilita, panorama que genera una ambigüedad y carga innecesaria
que no debería ser asumida por el paciente objeto del servicio cuando ya
se ha obtenido una autorización del médico tratante frente a la prestación.
Ante la enmarañada situación del servicio de enfermería, cuando su
solicitud ‘directa’ debe hacerse por vía judicial, pese a que media una
autorización médica que la prescribe y teniendo de presente que es un
servicio incluido en el PBS, es más que sensato mostrar inconformismo
ante el doble perjuicio que el fenómeno ocasiona.
Por un lado, entorpece el acceso oportuno e inmediato de auxilios médicos
que, por su lógica y naturaleza, no pueden dar lugar a una espera
injustificada.
Y, por otra parte, deja descubierta la filtración de casos solicitantes
análogos a la hipótesis aquí planteada, lo que ocasiona que los despachos
se atiborren de solicitudes en derecho por vía de Tutela que perfectamente
pueden ser atendidas vía administrativa (más no judicial) con tan solo
hacer una lectura y armonización de la jurisprudencia y la normatividad
relativa al servicio de enfermería incluido dentro del PBS.

XIOMARA ORTEGA CAMARGO


ABOGADA

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