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I.

INTRODUCCIÓN

1. Saludo

2. Motivación:
Todas las plagas que la humnaidad ha soportado han sido
catastróficas. Las pandemias y las epidemias han costado caro a la
especie humana. Pero aún no se ha visto todo. Viene lo peor y lo más
duro para golpear el orgulllo y el pecado humanos. Ya están frente a
nosotros las siete últimas plagas de la historia.

3. Tema basado en Apocalipsis 15-16.


“VI en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que
tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira
de Dios” (Ap. 15:1).

4. Contexto e Introducción:
Esta visión de las siete plagas se une con la última parte del mensaje
del tercer ángel (Ap. 14:10). La ira de Dios, antes mitigada, ahora
llega a su máxima expresión, pues las siete plagas caen severamente
para castigar y destruir a los enemigos del Creador y de la iglesia.
Muchos coinciden diciendo que estamos en la segunda mitad de
Apocalipsis, donde las escenas que se describen tendrán su
cumplimiento en el tiempo del fin.
En estos dos capítulos vemos tres escenas principales: los
vicoriosos, el sufrimiento de los infieles y la caída de las siete plagas.

II. LA PRIMERA ESCENA DE VICTORIA


(Ap. 15:1-4)

1. Esta primera escena presenta una señal grande y admirable en la


que notamos, como en una escena fotográfica, a 7 ángeles
dispuestos a enviar plagas de destrucción.

2. Antes de la esta consumación de estas plagas, Juan describe una de


las imágenes más bellas del Apocalipsis: Los victoriosos triunfantes.

3. Este es el pueblo que respondió al mensaje de amonestación de Ap.


14, y lo aceptó. Han sido salvados de las dificultades del mundo y del
mal, y ahora se encuentran seguros en el reino de Dios. Han vencido
a la bestia, a su imagen, a su marca y al número de su nombre.
Aparecen con arpas de pie sobre el mar de vidrio. Los santos
victoriosos entonan dos cantos.
4. El cántico de Moisés: Una referencia al cántico de liberación que
entonó Israel después de que cruzó el mar Rojo (Ex. 15:1-21). Ese
canto celebró la liberación del poder opresivo de los egipcios; el
nuevo cántico celestial celebra la liberación divina del poder de
"Babilonia la grande" (Ap. 17:5).

5. El cántico del Cordero: La liberación de los santos fue hecha por


Cristo, el Cordero de Dios (Ap. 17:14), y por eso es digno de recibir la
adoración y de ser ensalzado con esta nueva melodía.

6. Este es el canto: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios


Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los
santos. ¿Quién no te temerá, Oh Señor, y glorificará tu nombre? pues
sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te
adorarán, porque tus juicios se han manifestado” (Ap. 15:3-4).

7. CITA:
“Cuando la guerra terrenal haya terminado, y los santos estén todos
reunidos en el hogar, nuestro primer tema será el cántico de Moisés,
el siervo de Dios. El segundo tema será el cántico del Cordero, el
cántico de gracia y redención. Este canto será más alto, y se
entonará en estrofas más sublimes, resonando por los atrios
celestiales. Así se canta el cántico de la providencia de Dios, que
relaciona las variadas dispensaciones; porque todo se ve ahora sin
que haya un velo entre lo legal, lo profético y el Evangelio. La historia
de la iglesia en la tierra y la iglesia redimida en el cielo tienen su
centro en la cruz del Calvario. Este es el tema, éste es el canto -
Cristo el todo y en todo-, en antífonas y alabanzas que resuenan por
los cielos entonadas por millares y por diez mil veces diez mil, y una
innumerable compañía de la hueste de los redimidos. Todos se unen
en este cántico de Moisés y del Cordero” (TM, 440).

Aplicación:
8. La aparición del pueblo de Dios cantando de alegría demuestra que
los santos no serán consumidos por las siete plagas postreras que
sobrevendrán; sino que serán librados y resguardados por Dios.

III. SEGUNDA ESCENA: EL CIELO ABIERTO


(Ap. 15:5-8)

1. A continuación vemos el cielo abierto y el tabernáculo de Dios de


donde siete ángeles salen con copas llenas de la ira de Dios. El cielo
“se cierra” hasta que caen estas plagas.
2. El Santuario celestial es mencionado por segunda vez. En la primera
era para indicar el inicio del juicio investigador (Ap. 11:9) y esta vez
con el propósito de mostrarnos el fin de este proceso judicial.

3. Ha comenzado el gran día de Jehová. Todo está listo en el cielo y en


la tierra. Los santos están sellados, todo el mundo quedó advertido,
todos tuvieron la oportunidad de aceptar el evangelio.

4. El tiempo de gracia y del ministerio intercesor de Cristo por el mundo


han cesado. Ya nadie puede "entrar" al cielo y tener acceso al
propiciatorio. El tiempo de preparación ha concluído; ha llegado el
tiempo para el derramamiento de la ira de Dios.

5. CITA:
“Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin
mezcla la ira de Dios de la que son amenazados los que adoran a la
bestia y a su imagen y reciben su marca. (Ap. 14:9, 10.) Las plagas
que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel
fueron de índole análoga a los juicios más terribles y extensos que
caerán sobre el mundo inmediatamente antes de la liberación final del
pueblo de Dios” (C S, 685-686).

6. Cristo intercede por su pueblo hoy. El tiempo de consagrar nuestras


vidas es ahora. Si dejamos que el Señor sea Dios en nuestra vida, Él
nos protegerá cuando caigan las siete plagas postreras.

IV. TERCERA ESCENA: LAS SIETE PLAGAS


(Ap. 16:1-21)

1. Primera plaga (Ap. 16:2) Úlceras malignas y pestilentes. Es un


castigo parecido al que cayó sobre y Egipto (Ex. 9:9-10) y sobre Job
(Job 2:7).

2. Segunda plaga (Ap. 16:3) Mar convertido en sangre. El mar es útil


principalmente como vía para el comercio e intercambio internacional.
Se ha sugerido que con la obstrucción de los viajes y el comercio
internacional, Dios tiene el propósito de demostrar claramente su
desagrado por el plan de Satanás de unir a las naciones bajo su
dominio.

3. Tercera plaga (Ap. 16:4-7) Ríos y fuentes de agua en sangre. El


mismo texto aclara que se están vengando los castigos efectuados al
pueblo de Dios, la sangre de los mártires está siendo vengada.

4. Cuarta plaga (Ap. 16:8-9) El solo quemó con fuego. El sol calienta y
da ánimo a los seres vivientes, controla el crecimiento de las plantas,
el clima, y muchos otros procesos naturales necesarios para el
mantenimiento de la vida en la tierra, pero bajo la cuarta plaga
enviará un exceso de calor y energía que atormentará a los hombres
y destruirá la vida. Los habitantes de la tierra sufrirán sin duda
directamente por este intenso calor, pero su peores resultados
evidentemente serán la sequía y el hambre más espantosas que
jamás haya conocido el mundo.

5. Quinta plaga (Ap. 16:10-11) Dolor en el trono de la bestia. "El trono


de la bestia" es evidentemente su sede. "La bestia" representa en
primer lugar al papado que ha resurgido y durante esta plaga el
mundo entero parece estar envuelto por un manto de tinieblas, o sea,
que mientras los hombres impenitentes estén buscando la luz en un
mundo espiritualmente oscuro.

6. Sexta plaga (Ap. 16:12-16) El secamiento del Eufrates y la


preparación de la última gran batalla. Babilonia históricamente era
sostenida por este río. Así se terminará el apoyo a Babilonia y por
todo el mundo el papado, el protestantismo apostata y el espiritismo
moderno intentarán juntar a las naciones para una gran batalla para
destruir al pueblo de Dios, y por lo tanto es ante todo un conflicto
religioso. Esta lucha final se da en un lugar llamado Armagedón
(Cadena de montes en los que Israel obtuvo victorias importantes).

7. Sétima plaga (Ap. 16:17-21) Relámpagos, voces, truenos, terremoto,


división en tres de Babilonia, caída de un enorme granizo. La
Babilonia simbólica de los últimos días estará compuesta por el
papado, el protestantismo apóstata y el espiritismo moderno; pero
ante la voz de Dios, esta triple unión de organizaciones religiosas
apóstatas perderá su cohesión, unidad y poder de obrar.

8. CITA:
“Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su
pueblo. Sale el sol en todo su esplendor. Sucédense señales y
prodigios con rapidez. Los malos miran la escena con terror y
asombro, mientras los justos contemplan con gozo las señales de su
liberación. La naturaleza entera parece trastornada. Los ríos dejan de
correr. Nubes negras y pesadas se levantan y chocan unas con otras.
En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria
indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de
muchas aguas, diciendo: "Hecho es." (Apocalipsis 16: 17.) Esa
misma voz sacude los cielos y la tierra. Síguese un gran terremoto,
"cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la
tierra." (Vers. 18.) El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria
del trono de Dios parece cruzar la atmósfera. Los montes son
movidos como una caña al soplo del viento, y las rocas quebrantadas
se esparcen por todos lados. Se oye un estruendo como de cercana
tempestad. El mar es azotado con furor. Se oye el silbido del
huracán, como voz de demonios en misión de destrucción. Toda la
tierra se alborota e hincha como las olas del mar. Su superficie se
raja. Sus mismos fundamentos parecen ceder. Se hunden cordilleras.
Desaparecen islas habitadas. Los puertos marítimos que se volvieron
como Sodoma por su corrupción, son tragados por las enfurecidas
olas. "La grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para
darle el cáliz del vino del furor de su ira." (Vers. 19.) Pedrisco grande,
cada piedra, "como del peso de un talento" (vers. 21), hace su obra
de destrucción. Las más soberbias ciudades de la tierra son
arrasadas. Los palacios suntuosos en que los magnates han
malgastado sus riquezas en provecho de su gloria personal, caen en
ruinas ante su vista. Los muros de las cárceles se parten de arriba
abajo, y son libertados los hijos de Dios que habían sido apresados
por su fe”. (CS, 694-695).

CONCLUSIÓN

1. Resumen
Los santos del Señor serán protegidos de las plagas terribles que
usará Dios para castigar a los enemigos de Dios. Los espera ser sólo
espectadores de la ira de Dios.

2. Llamado
¿Te gustaría que Cristo pueda abrigarte y protegerte durante la caída
de las 7 plagas? ¿Esperas cantar con todos los redimidos el cántico
de Moisés y del Cordero?, acerquémonos hoy a su trono. Amén.

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