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ABHIDHARMA Y MINDFULNESS
Miguel A. Rodríguez-Tarno
Instructor Zen. Santander
miguel.rodriguez.tarno@gmail.com
Resumen.
El budismo considera el sufrimiento como inherente a la propia existencia y propone un método
para la liberación: la meditación, dejando toda la responsabilidad en cada uno. Sin meditación
no solo se puede decir que no hay liberación sino que incluso no habría budismo. La meditación
es el cultivo sistemático de la atención lo que permite el desarrollo de distintos estados
caracterizados por cualidades específicas y experiencias perfectamente descritas. A través de
estos estados se alcanza una comprensión de la verdadera naturaleza de la realidad. Es una
realización natural, espontánea y no subjetiva, y por ello ajena a la experiencia del sufrimiento.
Desconocer o ignorar las causas que conducen a este estado, o no favorecer las condiciones,
priva de la experiencia o, si surgiera, pasaría desapercibida y no se podría estabilizar en la vida
cotidiana. En la práctica de la meditación es clave saber qué está pasando: si esa experiencia es
propia de un estado meditativo y conduce hacia la liberación del sufrimiento o no es más que un
estado mental más, fruto de mi ruido mental, que sólo sirve para consuelo temporal y para
perder el tiempo. La descripción de todos estos estados se encuentra en el Abhidharma. Parte de
la premisa de que no hay forma de extinguir las corrupciones (mentales) que no sea el
discernimiento de la realidad tal y como es (los dharmas). Define lo subjetivo como la dinámica
de los cinco agregados de la conciencia. Y entra en detalle de todo lo que incluye todos y cada
uno de sus estados. En suma, es la descripción de todo lo que es, ha sido y será. La meditación
solo es la herramienta. La distinción no es baladí: si con un martillo y unos clavos hago una
silla me podré sentar, pero a nadie se le ocurriría sentarse en el martillo.
Palabras clave
Español: meditación, mindfulness, budismo, abhidharma
English: meditation, mindfulness, buddhism, abhidhamma
Abstract
Buddhism considers suffering to be inherent to human existence and offers a method to achieve
release: meditation; however, all responsibility is left to the individual. Nothing is left for an
afterlife or in the hands of other beings, whether earthly or celestial.
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Without meditation not only can it be said that there is no release, but also that there would
even be no Buddhism. Meditation is the systematic cultivation of one's attention, which enables
other different states to be developed. These are characterized by specific qualities and perfectly
described experiences. Through these states an understanding of the true nature of reality is
attained. This is a natural, spontaneous and non-subjective realization, which is therefore
distinct from the experience of suffering.
Not knowing or overlooking the causes that lead to this state, or not favouring such conditions
deprives the individual of this experience or, if it were to occur, it would pass unnoticed and
could not be stabilized in daily life. Key to the practice of meditation is knowing what is taking
place: if the experience is part of the meditative state and leads to release from suffering, or if it
is nothing more than another mental state, the result of my mental noise, which only serves as
temporary relief and for losing time.
The description of all these states is found in the Abhidharma. Part of the premise is that there
is no way to extinguish (mental) corruptions other than through the discernment of reality as it
is (dharmas). It defines the subjective as the dynamics of the five aggregates of consciousness.
It provides a detailed description of all that is included in each and every one of its states. In
other words, it is a description of everything that is, has been and will be. Meditation is only a
tool. This distinction is not trivial: if I use a hammer and nails to make a chair, I can sit down;
but nobody would think of sitting on a hammer.
Introducción y fuentes.
Los textos budistas se clasifican en tres colecciones: Sutras (discursos del Buda), Vinaya
(regulaciones de la vida monástica) y Abhidharma (fenomenología, en el sentido literal de “el
mundo como manifestación”). El Abhidharma es un texto complejo y muy extenso. En la
tradición se considera que “su estudio abarca más de la duración de la vida” de un monje. Por
esto, a partir de los primeros años de nuestra era se elaboraron guiones o compendios del
Abhidharma. Estos siguieron incluyendo interpretaciones de acuerdo con las líneas de dos
escuelas budistas clásicas: theravāda y sarvāstivāda. De cada una cabría destacar un
compendio: en la primera está el Abhidhammattha Sangaha de Anurudha (abrev. Sangaha) y de
la tradición sarvāstivāda el Abhidharmakosabhasyam de Vasubandhu (abrev. Kosa).
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Qué es el Abhidharma.
La segunda línea del Kosa dice Abhidharma es Prajña (skt. pali: paññā) puro y lo subsiguiente.
Y continúa diciendo: “No hay otra forma para extinguir las corrupciones que el discernimiento
de los dharmas, ya que es a causa de dichas impurezas por lo que el mundo vaga por el océano
de la existencia.”
Prajña significa sabiduría, lo que es y se puede saber. No es lo que “yo” se o “yo” puedo saber
ni es lo que se entiende o “yo” entiendo. No se limita a lo racional ni a las capacidades propias.
Incluye intelecto, intuición, manifestado o no manifestado, propio o cultural, en definitiva, toda
forma de entendimiento. Prajña puro es el discernimiento de los dharmas. Los dharmas (skt.
pali: dhamma) son la realidad tal y como es en su forma elemental, es el fenómeno en su
esencia, es la unidad básica de lo que sucede. Cuando sucede algo: ver un color, sentir calor o
un ataque de cólera, eso es fruto de la conjunción de “cosas” más simples que son los dharmas.
“Lo subsiguiente” son los “cinco agregados” que es la “mecánica” en la que perpetuamos
nuestra forma (ilusoria) de ver la realidad.
Puro o impuro en el budismo no tiene connotación moral sino que se refiere a la presencia de
“contaminaciones”, es decir, de otras cosas. Así una cosa amarilla pintada de azul parecerá una
cosa azul y una cosa azul no es lo mismo que una cosa amarilla pintada de azul. Así,
Abhidharma sería el tratado que permite la obtención de la Sabiduría a través de la comprensión
de la naturaleza real de todos los dharmas, de todos los fenómenos, considerando tanto su
naturaleza como el momento psicológico en que se produce.
El primer agregado es la materia o forma (skt. rupa). Eso de ahí fuera y que entra a través de
los sentidos. Serían los órganos sensoriales y los objetos sensoriales. Por ejemplo, del ojo sería
los colores y las formas. En la tradición se considera que la materia visible tiene 21 formas
posibles que combinadas dan a lugar a innumerables manifestaciones (visibles). Del oído ocho
formas, del gusto seis sabores, del olfato cuatro olores, del tacto once sensaciones. Hay muchos
detalles, algunos no son tan inmediatos. Por ejemplo el hambre se considera una forma del
órgano sensorial del tacto, es lo “que produce el deseo de comer” lo mismo que el frío, que es
lo que produce el deseo de calor. Lo que interesa aquí respecto al agregado de la forma es la
expresión “lo que produce el deseo”, porque el deseo es el combustible que nos encadena al
dolor y el sufrimiento.
El segundo agregado son las sensaciones (skt. vedana). Son, básicamente, de tres tipos:
agradable, desagradable y ni agradable ni desagradable. A veces se describen cinco sensaciones
puesto que en la sensación agradable incluye tanto placer físico como placer mental lo mismo
que las desagradables que incluyen dolor físico y dolor mental. La sensación ni agradable ni
desagradable es neutra. En los sutras se habla sólo de dos sensaciones: agrado (sukha) y dolor
(dukkha) e incluyen las sensaciones neutras sanas en sukha y las neutras insanas en dukkha.
Esta sensación neutra a veces se conoce como indiferencia y tiene la característica de ni
intensificar ni deteriorar los estados asociados, es decir, promover estados de conciencia sin
interés placentero. Hay que considerar que las conciencias sensoriales, excepto el cuerpo
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El cuarto agregado son las formaciones mentales (skt. samskara). Los estados mentales, todo
lo que no está en lo anterior y pertenece al ámbito de la “mente”. El Abhidharma habla de hasta
51 estados mentales, entre ellos incluye: la volición, la fe, la calma, ecuanimidad, modestia,
angustia, pereza, atención (mindfulness), etc. Se considera que los dos agregados anteriores
también son formaciones mentales, pero se dan por separado porque en las enseñanzas budistas
se considera que sensación y percepción son los agregados en los que surgen las raíces de los
conflictos. Estas raíces son el apego, el rechazo y la indiferencia. Una raíz es un factor mental
que da firmeza y estabilidad a las conciencias y a los factores mentales con los que está
asociada. Decía el Buda que es el apego a los placeres y a las opiniones, que surgen de las
sensaciones y de las ideas es la causa de la transmigración.
no son compuestos pero tampoco elementos simples. Son particulares y no universales y, como
estos, son "características" abstractas.
Y todo lo que existe en “nuestro mundo” los objetos, las personas, los sentimientos, no son más
que una construcción de la mente a partir de la materia prima que son los dharmas. Y solo los
dharmas poseen realidad última, como dicen los sutras, “existencia determinada de su propio
lado” independiente del proceso mental. Y la sabiduría, el discernimiento de los dharmas, es
saber lo que tiene existencia de su propio lado y lo que no es más que una construcción mental.
Saber distinguir lo que está surgiendo en este momento de lo que me estoy inventando.
Hay distintas clasificaciones de los dharmas. En lo más básico todas consideran que hay cuatro
categorías: la materia - forma (rupa), la mente o conciencia (citta), los factores mentales y los
dharmas incondicionados (en oposición a los tres anteriores que son condicionados).
1.- Materia-forma está en línea con el agregado de la forma antes expuesto. El resto, lo que no
es forma, es mente, así los cuatro agregados restantes son mente.
2.- Mente (o conciencia) es lo que se conoce por mente: un instante de conciencia, la formación
de un pensamiento, emoción o acto volitivo. También la acción mental intuitiva no
discriminativa. Incluso los estados no asociados a la acción mental ni corporal. También es la
(toma de) conciencia. Es el conocimiento o la cognición de un objeto. No es un instrumento, no
es algo que tenga existencia real en sí misma más allá del acto de conocer. No hay una entidad
permanente ni un ego que conoce. Según la tradición hay ocho conciencias que describimos en
la Tabla 1
1) Visual;
2) Auditiva;
3) Olfativa;
4) Gustativa;
5) Táctil / cinética;
6) Mental / empírica (skt. mano vijñāna): mente discriminativa, sensaciones, percepciones, su
objeto es el mundo exterior;
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7) Mente intuitiva (skt. manas): pensamiento y mente intuitiva, reflexión, su objeto es el mundo
interior, discrimina yo / no-yo; y
8) Conciencia depósito (skt. ālaya-vijñāna): base de todos los dharmas, no discriminativa.
La escuela yogācāra añade una novena conciencia: amala-vijñāna considerada por algunos
maestros como la conciencia pura asociada al nirvāna, y por otros como el aspecto puro de
ālāya-vijñāna.
Las seis primeras son conciencias fluctuantes. Por ello, no se consideran las conciencias que se
“emplean” durante la meditación. No se está meditando cuando se está yendo detrás de los
estímulos (visuales, olfativos, etc.) o detrás de los pensamientos. Es más, la paz mental no
existe, porque la mente funciona como funciona y es de la mente vagar de un pensamiento a
otro. Las restantes son conciencias no fluctuantes y somos conscientes de ellas cuando la
actividad de las seis primeras no nos atrapa, aunque no necesariamente cese. En la meditación
aprendemos a estabilizarnos en esas conciencias no fluctuantes, según el grado de penetración
en una u otra, en la conciencia de yo o en la conciencia de ser (que no es lo mismo).
3.- Factores mentales. Hay varias clasificaciones según estén presentes en cualquier estado o
no, o sean favorables, desfavorables o indiferentes. Entre los factores mentales, los dharmas que
están siempre presentes en cualquier tipo de conciencia o en el acto de cognición de cualquier
objeto son los siguientes:
Entre los factores mentales hay muchos más dharmas. Otros que también surgen en los estados
meditativos son sraddha (fe, certeza) y upeksa (ecuanimidad).
4.- Dharmas incondicionados. Según las clasificaciones pueden ser uno o varios. En todas las
clasificaciones está el espacio y después hay variaciones en unas es el nirvana, en otras
distingue la "liberación" a través de la comprensión y la "liberación" sin comprensión. Otras
incluyen la "talidad".
El proceso cognitivo
Antes de hacer una breve descripción del proceso cognitivo hay que tener en mente dos
axiomas: 1.- La conciencia del yo no es la conciencia del ser y 2.- Nos damos cuenta de las
cosas ANTES de que nos demos cuenta.
En el proceso de cognición hay seis puertas, las puertas de los sentidos y la puerta de la mente,
a través de las cuales la conciencia se encuentra con el objeto y por donde los objetos “entran”
en la esfera de la conciencia y de los factores mentales. Y a su vez la mente se relaciona y actúa
con el mundo objetivo a través de tres puertas de acción: cuerpo, habla y mente (como
pensamiento).
En el proceso cognitivo funcionan distintas clases de conciencia que realizan hasta 14 funciones
distintas que se describen a continuación. No se dan todas las funciones en el proceso sino hasta
un máximo de 10 debido a que las funciones incluyen cinco puertas sensoriales que pueden no
darse todas y una puerta mental que sin impresión sensorial previa (sueños) excluye las cinco
anteriores:
3.- Advertencia (āvajjana): Cuando un objeto impacta a una de las puertas sensoriales o la
puerta mental, surge un momento mental llamado bhavaga-calana, vibración del bhavaga, por el
cual esta “vibra” durante un momento. Le sigue bhavaga-upaccheda, un momento de detención
de bhavaga. Inmediatamente después, surge una citta (conciencia) que se vuelve hacia el objeto
(sensorial o mental), esta función es designada como advertencia.
4-8.- Las cinco Puertas Sensoriales: Después de advertirlo, surge una conciencia que conoce
directamente el objeto. La conciencia sensorial y la función específica que se activa está
determinada por la naturaleza del objeto (si es una forma visible, surge la conciencia ojo
viendo, etc.). Es una conciencia rudimentaria por la cual los datos sensoriales son
experimentados de forma inmediata y simple, previo a la identificación. Es decir veo pero no sé
qué estoy viendo. En estas conciencias sensoriales y en la conciencia de advertencia anterior,
así como en la puerta mental, manasikāra es el factor predominante y es el que dirige āvajjana
(la conciencia de advertencia anterior) hacia la puerta sensorial y/o la puerta mental.
12.-Javana: Consiste en series de 7 conciencias (de idéntica clase) que “corren rápidamente”
sobre el objeto en el acto de aprehenderlo. Es en este punto donde se originan las conciencias
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13.- Registro (tadārammana): Funciona tomando como objeto el objeto aprehendido por las
javanas, “poseyendo” el objeto. Ocurre cuando el objeto es muy prominente a los sentidos o
claro a la mente, si no esta función no se realiza. Después de esto la corriente mental se
sumerge de nuevo en el continuo vital (bhavaga).
14.- Muerte (cuti): Es la última conciencia que surge en una existencia individual. Marca la
salida de una existencia dada. Esta conciencia es del mismo tipo que las dos primeras
(patisandhi y bhavaga) y, como éstas, pertenece al proceso de renacimiento y está al margen de
los procesos cognitivos activos. Difiere de ellas en que realiza la función de morir.
La duración de estos instantes de conciencia es infinitesimal. Dicen los textos budistas que en la
duración de un relámpago hay miles de instantes de conciencia. Postulado que es coherente con
los postulados científicos actuales: así los humanos y los primates son capaces de ver los
objetos en reposo gracias a continuos micromovimientos de los ojos que pueden durar 20
milisegundos. En un segundo hay 50 veces 20 milisegundos. Cada movimiento es información
que llega a los circuitos neuronales y es procesada.
El camino de la meditación.
En este punto hay que recordar algo de lo dicho anteriormente. La causa del sufrimiento es la
ignorancia. Fruto de la ignorancia se pone en marcha un sistema que la perpetúa. Este sistema
tiene como “combustible” el deseo y la expresión de nuestra acción y la estabilización de los
estados es a través de las tres raíces (hetu): apego, rechazo o indiferencia hacia lo que sucede.
La combinación de factores mentales en conciencia (acto de conocer) en los que está presente
alguna de estas raíces, crea y fija nuestra forma de ver el mundo. Todo esto sucede en lo que los
budistas llaman el Mundo del Deseo. Y es el mundo en el que nos pasamos el 99% del tiempo
que no estamos durmiendo. El discernimiento de los dharmas (que conduce a la felicidad) es
darse cuenta de esto y no alimentarlo, porque si le damos de comer al lobo que nos come, nos
comerá. No es el Mundo del Deseo el mundo de las meditaciones ni de las absorciones ni nada
de esto. El camino de darnos cuenta es el camino de la meditación y lo que nos abre es Mundo
de la Forma. El deseo no está extinguido pero empezamos a relacionarnos con él de una forma
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distinta, al principio con cierto control y después poniéndolo a nuestro servicio hasta que llega a
agotarse.
Los textos clásicos sobre el desarrollo de las prácticas meditativas son Anapanasati Sutra
(Fundamentos de la Atención en la Respiración) y Satipatthana Sutra (Discurso sobre el
Establecimiento de la Atención Completa, conocido como los cuatro fundamentos de la
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Los factores (dharmas) que intervienen en el proceso de meditación son los mismos que los que
intervienen cuando nos quedamos “absortos” viendo, por ejemplo, una buena película o una
puesta de sol. En el camino de la meditación lo que hacemos es tenerlos presentes. Hay que
recordar que manasikāra es el dharma que hace que nuestra mente se pose en un objeto, que
algo nos atraiga la atención o que nos demos cuenta de algo. Es un dharma omnipresente en
todo tipo de conciencia y es lo que hace que “nos demos cuenta”.
Los cinco están presentes cuando entramos en los procesos de absorción meditativa y en la
medida que pasamos de una absorción a otra, uno a uno van dejando de “funcionar” en el
mismo orden que los hemos dado. Así, en la tradición theravāda se habla de cinco grados de
absorción (jhanas o jhānas) y en la tradición sarvāstivāda de cuatro más un grado intermedio
entre el primero y segundo, donde cesa viccāra.
Aquí se han descrito de forma consecutiva porque de forma consecutiva se van “desactivando”
en los grados de absorción, pero los cinco factores están presentes en el primer jhāna (vitakka -
viccarā - piti - sukha - ekaggatā) y desactivan los cinco impedimentos o cinco obstáculos:
sopor, duda, mala voluntad, agitación y deseo sensual (middha - viikicchā - vyāpāda - kukkucca
- kāmacchanda).
Conclusiones.
- El deseo mantiene a la mente en constante funcionamiento. No hay paz mental en el mundo
del deseo.
- Las tres raíces: apego, rechazo e indiferencia fijan e intensifican las formaciones mentales.
La atención es una cualidad del proceso cognitivo.
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- Si ignoramos la influencia del deseo y las tres raíces, toda nuestra capacidad de atención será
la innata, nada más, y no permitirá desarrollar estados de calma ni concentración ni de
indagación. El barco tendrá timón pero no habrá nada que se ponga a remar para sacarnos del
oleaje.
- En la medida que dejamos de ser víctimas del deseo y de estar atrapados por las raíces gracias
a una cierta disciplina en la observación y la concentración, surgirán estados de atención plena
(sati), si no nos pasaremos la vida viendo las ovejitas en el campo mientras que de lo que se
trata es de ver el campo.
“Sin un conocimiento directo del todo, sin una comprensión total del todo, uno es incapaz de
erradicar el sufrimiento.” Saṁyutta Nikāya
Bibliografía
- Caroline A. F. Rhys Davids. A Buddhist Manual of Psychological Ethics, Royal Asiatic
Society, 1900. Se puede leer on-line en
http://wisdomlib.org/buddhism/book/dhammasangani/index.html
— Vasubandhu. Abhidharmakosabhasyam. Versión francesa de Louis Vallee Poussin,
tradución al inglés de Leo M. Pruden. Asian Humanities Press 1988
- Anuruddha. Compendio del Abhidhamma, El Abhidhammattha Sangaha. Edición de
Mahatthera Narada, traducido al español por U. Nandisena. Centro de estudios de Asia y
África, México 1999.
- Asanga. Abhidharmasamuccaya, The Compendium of the Higher Teaching (Philosophy) de.
Traducción de Walpola Rahula. Asian Humanities Press, 1970
- Bhadantácariya Buddhaghosa. The Path of Purification. Visuddhimagga. Traducido del pali al
inglés por Bhikkhu Ñáóamoli, Buddhist Publication Society, 1956.