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ABHIDHARMA Y MINDFULNESS
Miguel A. Rodríguez-Tarno
Instructor Zen. Santander
miguel.rodriguez.tarno@gmail.com

Resumen.
El budismo considera el sufrimiento como inherente a la propia existencia y propone un método
para la liberación: la meditación, dejando toda la responsabilidad en cada uno. Sin meditación
no solo se puede decir que no hay liberación sino que incluso no habría budismo. La meditación
es el cultivo sistemático de la atención lo que permite el desarrollo de distintos estados
caracterizados por cualidades específicas y experiencias perfectamente descritas. A través de
estos estados se alcanza una comprensión de la verdadera naturaleza de la realidad. Es una
realización natural, espontánea y no subjetiva, y por ello ajena a la experiencia del sufrimiento.
Desconocer o ignorar las causas que conducen a este estado, o no favorecer las condiciones,
priva de la experiencia o, si surgiera, pasaría desapercibida y no se podría estabilizar en la vida
cotidiana. En la práctica de la meditación es clave saber qué está pasando: si esa experiencia es
propia de un estado meditativo y conduce hacia la liberación del sufrimiento o no es más que un
estado mental más, fruto de mi ruido mental, que sólo sirve para consuelo temporal y para
perder el tiempo. La descripción de todos estos estados se encuentra en el Abhidharma. Parte de
la premisa de que no hay forma de extinguir las corrupciones (mentales) que no sea el
discernimiento de la realidad tal y como es (los dharmas). Define lo subjetivo como la dinámica
de los cinco agregados de la conciencia. Y entra en detalle de todo lo que incluye todos y cada
uno de sus estados. En suma, es la descripción de todo lo que es, ha sido y será. La meditación
solo es la herramienta. La distinción no es baladí: si con un martillo y unos clavos hago una
silla me podré sentar, pero a nadie se le ocurriría sentarse en el martillo.

Palabras clave
Español: meditación, mindfulness, budismo, abhidharma
English: meditation, mindfulness, buddhism, abhidhamma

Abstract
Buddhism considers suffering to be inherent to human existence and offers a method to achieve
release: meditation; however, all responsibility is left to the individual. Nothing is left for an
afterlife or in the hands of other beings, whether earthly or celestial.
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Without meditation not only can it be said that there is no release, but also that there would
even be no Buddhism. Meditation is the systematic cultivation of one's attention, which enables
other different states to be developed. These are characterized by specific qualities and perfectly
described experiences. Through these states an understanding of the true nature of reality is
attained. This is a natural, spontaneous and non-subjective realization, which is therefore
distinct from the experience of suffering.
Not knowing or overlooking the causes that lead to this state, or not favouring such conditions
deprives the individual of this experience or, if it were to occur, it would pass unnoticed and
could not be stabilized in daily life. Key to the practice of meditation is knowing what is taking
place: if the experience is part of the meditative state and leads to release from suffering, or if it
is nothing more than another mental state, the result of my mental noise, which only serves as
temporary relief and for losing time.
The description of all these states is found in the Abhidharma. Part of the premise is that there
is no way to extinguish (mental) corruptions other than through the discernment of reality as it
is (dharmas). It defines the subjective as the dynamics of the five aggregates of consciousness.
It provides a detailed description of all that is included in each and every one of its states. In
other words, it is a description of everything that is, has been and will be. Meditation is only a
tool. This distinction is not trivial: if I use a hammer and nails to make a chair, I can sit down;
but nobody would think of sitting on a hammer.

Introducción y fuentes.
Los textos budistas se clasifican en tres colecciones: Sutras (discursos del Buda), Vinaya
(regulaciones de la vida monástica) y Abhidharma (fenomenología, en el sentido literal de “el
mundo como manifestación”). El Abhidharma es un texto complejo y muy extenso. En la
tradición se considera que “su estudio abarca más de la duración de la vida” de un monje. Por
esto, a partir de los primeros años de nuestra era se elaboraron guiones o compendios del
Abhidharma. Estos siguieron incluyendo interpretaciones de acuerdo con las líneas de dos
escuelas budistas clásicas: theravāda y sarvāstivāda. De cada una cabría destacar un
compendio: en la primera está el Abhidhammattha Sangaha de Anurudha (abrev. Sangaha) y de
la tradición sarvāstivāda el Abhidharmakosabhasyam de Vasubandhu (abrev. Kosa).
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Qué es el Abhidharma.
La segunda línea del Kosa dice Abhidharma es Prajña (skt. pali: paññā) puro y lo subsiguiente.
Y continúa diciendo: “No hay otra forma para extinguir las corrupciones que el discernimiento
de los dharmas, ya que es a causa de dichas impurezas por lo que el mundo vaga por el océano
de la existencia.”

Prajña significa sabiduría, lo que es y se puede saber. No es lo que “yo” se o “yo” puedo saber
ni es lo que se entiende o “yo” entiendo. No se limita a lo racional ni a las capacidades propias.
Incluye intelecto, intuición, manifestado o no manifestado, propio o cultural, en definitiva, toda
forma de entendimiento. Prajña puro es el discernimiento de los dharmas. Los dharmas (skt.
pali: dhamma) son la realidad tal y como es en su forma elemental, es el fenómeno en su
esencia, es la unidad básica de lo que sucede. Cuando sucede algo: ver un color, sentir calor o
un ataque de cólera, eso es fruto de la conjunción de “cosas” más simples que son los dharmas.
“Lo subsiguiente” son los “cinco agregados” que es la “mecánica” en la que perpetuamos
nuestra forma (ilusoria) de ver la realidad.

Puro o impuro en el budismo no tiene connotación moral sino que se refiere a la presencia de
“contaminaciones”, es decir, de otras cosas. Así una cosa amarilla pintada de azul parecerá una
cosa azul y una cosa azul no es lo mismo que una cosa amarilla pintada de azul. Así,
Abhidharma sería el tratado que permite la obtención de la Sabiduría a través de la comprensión
de la naturaleza real de todos los dharmas, de todos los fenómenos, considerando tanto su
naturaleza como el momento psicológico en que se produce.

Los cinco agregados.


Nuestra auténtica naturaleza es transparencia pura, claridad, no lucha, no oposición, sino un
espacio abierto y sin límites. La idea que tenemos de que nuestra piel o nuestro cuerpo es un
límite con el exterior, con lo otro, es eso: una idea. El cuerpo no está separado de lo que toca.
Se puede pensar que la piel es una cosa y el aire o la ropa es otra cosa, pero incluso desde el
punto de vista físico o químico, no habría diferencia. Los átomos de carbono que constituyen
las cadenas moleculares de mis células y tejidos no son distintos de los de la celulosa o tejidos
de mi ropa y no hay ningún electrón que sea distinto de ninguno otro. Este estado de claridad,
que es el único estado real, en el budismo se conoce como vidya. Y el opuesto, la falta de
claridad, se conoce como avidya y se traduce como ignorancia, que es considerada como la
causa del sufrimiento.
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¿Cuál es el proceso mediante el que la mente distorsiona la realidad? En algún momento de


nuestra biografía, en la medida que vamos asimilando información y constituyéndonos como
organismo físico, emocional y mental, empieza a crecer la sensación interna de separación con
lo otro. Porque “yo” es en tanto que “lo otro” y no cabe por ningún lado la idea de que “yo” y
“lo otro” sean indistintos. Es un proceso natural, estamos creando esto (a nosotros mismos) y la
creación funciona así. Pero el mordisco en la manzana tiene una digestión dura y el resultado es
esa sensación de separación y toda la familia que suele adherirse a ello: aislamiento, soledad.
Pero no solo eso sino que crece en nosotros la certeza de que no solo estamos separados sino
que además “siempre ha sido así”, que nuestro estado natural es el de separación. Este es el
segundo error que rematamos con el tercero: nos vigilamos constantemente para que siga
siendo así. El sistema de vigilancia para perpetuar el error se conoce como los cinco agregados
de la conciencia.

El primer agregado es la materia o forma (skt. rupa). Eso de ahí fuera y que entra a través de
los sentidos. Serían los órganos sensoriales y los objetos sensoriales. Por ejemplo, del ojo sería
los colores y las formas. En la tradición se considera que la materia visible tiene 21 formas
posibles que combinadas dan a lugar a innumerables manifestaciones (visibles). Del oído ocho
formas, del gusto seis sabores, del olfato cuatro olores, del tacto once sensaciones. Hay muchos
detalles, algunos no son tan inmediatos. Por ejemplo el hambre se considera una forma del
órgano sensorial del tacto, es lo “que produce el deseo de comer” lo mismo que el frío, que es
lo que produce el deseo de calor. Lo que interesa aquí respecto al agregado de la forma es la
expresión “lo que produce el deseo”, porque el deseo es el combustible que nos encadena al
dolor y el sufrimiento.

El segundo agregado son las sensaciones (skt. vedana). Son, básicamente, de tres tipos:
agradable, desagradable y ni agradable ni desagradable. A veces se describen cinco sensaciones
puesto que en la sensación agradable incluye tanto placer físico como placer mental lo mismo
que las desagradables que incluyen dolor físico y dolor mental. La sensación ni agradable ni
desagradable es neutra. En los sutras se habla sólo de dos sensaciones: agrado (sukha) y dolor
(dukkha) e incluyen las sensaciones neutras sanas en sukha y las neutras insanas en dukkha.
Esta sensación neutra a veces se conoce como indiferencia y tiene la característica de ni
intensificar ni deteriorar los estados asociados, es decir, promover estados de conciencia sin
interés placentero. Hay que considerar que las conciencias sensoriales, excepto el cuerpo
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mismo, experimentan el objeto de forma indiferente. Solo el cuerpo experimenta agrado o


dolor. Es evidente que el color de una cosa “no duele”, pero puede resultar agradable o
desagradable, pero esto es ya una elaboración posterior de la mente, es decir, una sensación
mental. En el momento que se produce la sensación visual (en este caso) esta es neutra.

El tercer agregado es la percepción (skt. samjna) en el sentido de lo que se percibe en tanto


que concepto o idea. La representación mental de la forma, las marcas de los objetos de los
sentidos. Por ejemplo: hombre, mujer, alto, bajo, amarillo, nube…

El cuarto agregado son las formaciones mentales (skt. samskara). Los estados mentales, todo
lo que no está en lo anterior y pertenece al ámbito de la “mente”. El Abhidharma habla de hasta
51 estados mentales, entre ellos incluye: la volición, la fe, la calma, ecuanimidad, modestia,
angustia, pereza, atención (mindfulness), etc. Se considera que los dos agregados anteriores
también son formaciones mentales, pero se dan por separado porque en las enseñanzas budistas
se considera que sensación y percepción son los agregados en los que surgen las raíces de los
conflictos. Estas raíces son el apego, el rechazo y la indiferencia. Una raíz es un factor mental
que da firmeza y estabilidad a las conciencias y a los factores mentales con los que está
asociada. Decía el Buda que es el apego a los placeres y a las opiniones, que surgen de las
sensaciones y de las ideas es la causa de la transmigración.

El quinto agregado es la conciencia (skt. vijnana). La impresión relativa de cada objeto. A


través de los órganos sensoriales se entra en contacto con los objetos sensoriales y se produce la
conciencia sensorial correspondiente. Recordar que se habla de seis conciencias sensoriales: las
cinco de los órganos de los sentidos y la mente como sexto (los pensamientos serían su objeto
sensorial).

¿Qué son los dharmas?


Los dharmas son los ladrillos de esto que está pasando aquí y ahora, tanto lo material como lo
mental. Tienen existencia intrínseca o carácter esencial. Sin embargo, en el Abhidharma se
insiste: los dharmas no son sustancias, ni átomos, ni puntos en el espacio con una geometría.
Existen en el espacio (que es un dharma), pero no tienen extensión ni dimensiones; existen en el
tiempo, pero son instantáneos incluso según algunas escuelas no tienen duración; conforman la
red causal del origen dependiente (la concatenación de las infinitas causas e infinitos efectos),
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no son compuestos pero tampoco elementos simples. Son particulares y no universales y, como
estos, son "características" abstractas.

Y todo lo que existe en “nuestro mundo” los objetos, las personas, los sentimientos, no son más
que una construcción de la mente a partir de la materia prima que son los dharmas. Y solo los
dharmas poseen realidad última, como dicen los sutras, “existencia determinada de su propio
lado” independiente del proceso mental. Y la sabiduría, el discernimiento de los dharmas, es
saber lo que tiene existencia de su propio lado y lo que no es más que una construcción mental.
Saber distinguir lo que está surgiendo en este momento de lo que me estoy inventando.

Hay distintas clasificaciones de los dharmas. En lo más básico todas consideran que hay cuatro
categorías: la materia - forma (rupa), la mente o conciencia (citta), los factores mentales y los
dharmas incondicionados (en oposición a los tres anteriores que son condicionados).

1.- Materia-forma está en línea con el agregado de la forma antes expuesto. El resto, lo que no
es forma, es mente, así los cuatro agregados restantes son mente.

2.- Mente (o conciencia) es lo que se conoce por mente: un instante de conciencia, la formación
de un pensamiento, emoción o acto volitivo. También la acción mental intuitiva no
discriminativa. Incluso los estados no asociados a la acción mental ni corporal. También es la
(toma de) conciencia. Es el conocimiento o la cognición de un objeto. No es un instrumento, no
es algo que tenga existencia real en sí misma más allá del acto de conocer. No hay una entidad
permanente ni un ego que conoce. Según la tradición hay ocho conciencias que describimos en
la Tabla 1

Tabla 1. Las ocho conciencias

1) Visual;
2) Auditiva;
3) Olfativa;
4) Gustativa;
5) Táctil / cinética;
6) Mental / empírica (skt. mano vijñāna): mente discriminativa, sensaciones, percepciones, su
objeto es el mundo exterior;
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7) Mente intuitiva (skt. manas): pensamiento y mente intuitiva, reflexión, su objeto es el mundo
interior, discrimina yo / no-yo; y
8) Conciencia depósito (skt. ālaya-vijñāna): base de todos los dharmas, no discriminativa.
La escuela yogācāra añade una novena conciencia: amala-vijñāna considerada por algunos
maestros como la conciencia pura asociada al nirvāna, y por otros como el aspecto puro de
ālāya-vijñāna.

Las seis primeras son conciencias fluctuantes. Por ello, no se consideran las conciencias que se
“emplean” durante la meditación. No se está meditando cuando se está yendo detrás de los
estímulos (visuales, olfativos, etc.) o detrás de los pensamientos. Es más, la paz mental no
existe, porque la mente funciona como funciona y es de la mente vagar de un pensamiento a
otro. Las restantes son conciencias no fluctuantes y somos conscientes de ellas cuando la
actividad de las seis primeras no nos atrapa, aunque no necesariamente cese. En la meditación
aprendemos a estabilizarnos en esas conciencias no fluctuantes, según el grado de penetración
en una u otra, en la conciencia de yo o en la conciencia de ser (que no es lo mismo).

3.- Factores mentales. Hay varias clasificaciones según estén presentes en cualquier estado o
no, o sean favorables, desfavorables o indiferentes. Entre los factores mentales, los dharmas que
están siempre presentes en cualquier tipo de conciencia o en el acto de cognición de cualquier
objeto son los siguientes:

1) Contacto (phassa): concurrencia entre el objeto sensorial, el órgano sensorial y la conciencia


sensorial.
2) La sensación (vedanā): cualidad afectiva de la experiencia. No es emoción, porque en esta
concurren distintos factores mentales. Básicamente es agradable, desagradable o neutra.
3) Percepción - ideación (saññā, skt. samjna). Percibir las cualidades o las marcas, lo que hace
que sepamos que este objeto es este y no es otro porque hemos reconocido algo que hemos
visto antes.
4) Volición (cetanā): factor mental encargado de la realización de un objetivo. Organiza los
factores mentales en su acción hacia y sobre el objeto.
5) Unificación (ekagattā) de la mente y el objeto sensorial (de los cinco sentidos o de la mente).
6) Facultad vital (jivitindriya): mantiene los estados mentales, y
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7) Atención (manasikāra, skt. manaskara): que es la aplicación mental, atención, el acto de


poner atención, lo que nos hace que nuestros sentidos o nuestra mente se paren de forma
espontánea sobre un objeto, lo que hace que algo “atrape” nuestra atención, advertencia.

Etimológicamente es “hacer o traer dentro en la mente”. La atención es un factor mental que


advierte un objeto, que hace que el objeto se haga presente en la mente. Su función es conducir
a otros estados mentales hacia el objeto y “acoplarlos” a él. Manasikāra es la primera
“confrontación con un objeto” de la mente y “ordena los factores mentales concomitantes
asociadas al objeto”. Es, por lo tanto, el factor que predomina en las conciencias de advertencia,
es decir, en los procesos cognitivos de las cinco conciencias sensoriales y los de la conciencia
mental. Estos dos estados de conciencia, rompiendo el continuo vital, constituyen la primera
etapa del proceso de cognición. Sin manasikāra, la mente es como un barco sin timón y no
puede ser consciente de un objeto. Por ejemplo, el proceso cognitivo de ver requiere cuatro
elementos: el órgano visual, el objeto visual, las condiciones para ver (que haya luz) y la
atención (manasikāra).

Los siguientes factores mentales ya no están siempre presentes:


8) El inmediato en el proceso cognitivo es Vitakka (skt. vitarka). Así como manasikāra es el
timón del barco (lo que apunta hacia el objeto), vitakka son los remeros (lo que lleva hacia el
objeto). Es la aplicación inicial hacia el objeto. La forma basta de la mente. Nuestra mirada se
posa en algo (manasikāra) que capta su atención y pone a funcionar factores mentales en
dirección a ese objeto (vitakka): ¿qué es esto? Reflexión. La idea es la de la mente que “golpea
o choca” con el objeto.
9) Y seguido se encuentra el factor mental llamado Vicarā, que significa investigación. Implica
el examen del objeto. Es la aplicación sostenida de los estados mentales sobre el objeto. La
incidencia continua sobre el objeto.
10) Y finalmente sati (skt. smrti): significa atención completa. En inglés se traduce
habitualmente por mindfulness y en castellano como atención plena. Esta atención es distinta de
todo lo anterior. Sati significa “recordar”, memoria en el sentido de lo que hace que no nos
olvidemos del objeto. Como factor mental significa presencia de la mente, no es la facultad de
memoria con respecto al pasado. Tiene la característica de no fluctuar, no se aparta del objeto.
Evita la confusión y el olvido.
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Entre los factores mentales hay muchos más dharmas. Otros que también surgen en los estados
meditativos son sraddha (fe, certeza) y upeksa (ecuanimidad).

4.- Dharmas incondicionados. Según las clasificaciones pueden ser uno o varios. En todas las
clasificaciones está el espacio y después hay variaciones en unas es el nirvana, en otras
distingue la "liberación" a través de la comprensión y la "liberación" sin comprensión. Otras
incluyen la "talidad".

El proceso cognitivo
Antes de hacer una breve descripción del proceso cognitivo hay que tener en mente dos
axiomas: 1.- La conciencia del yo no es la conciencia del ser y 2.- Nos damos cuenta de las
cosas ANTES de que nos demos cuenta.

En el proceso de cognición hay seis puertas, las puertas de los sentidos y la puerta de la mente,
a través de las cuales la conciencia se encuentra con el objeto y por donde los objetos “entran”
en la esfera de la conciencia y de los factores mentales. Y a su vez la mente se relaciona y actúa
con el mundo objetivo a través de tres puertas de acción: cuerpo, habla y mente (como
pensamiento).

En el proceso cognitivo funcionan distintas clases de conciencia que realizan hasta 14 funciones
distintas que se describen a continuación. No se dan todas las funciones en el proceso sino hasta
un máximo de 10 debido a que las funciones incluyen cinco puertas sensoriales que pueden no
darse todas y una puerta mental que sin impresión sensorial previa (sueños) excluye las cinco
anteriores:

1.- Conexion-Renacimiento (patisandhi): Durante la concepción, este tipo de conciencia


surge conectando la nueva existencia a la anterior; la conciencia que realiza esta función surge
sólo una vez en cada existencia individual, durante el momento del renacimiento. No es
renacimiento ni reencarnación. No estamos hablando de que un yo se conecte con otro yo,
estamos hablando de continuidad de la “información”, por decirlo en términos científicos, que
es independiente de las dimensiones o de las formas, pero que las condiciona de la misma
manera que una solución de ioduro de plomo precipitará formando cristales de la misma
geometría en Santander o en Nueva York.
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2.- Continuo-Vital (bhavaga): Factor (aga) de existencia (bhava), la condición indispensable


de la existencia; su función es preservar la continuidad de lo individual a través de la duración
de una existencia, desde la concepción hasta la muerte. Surge después de patisandhi (la
anterior) y cesa definitivamente justo antes de morir. Las bhavaga-cittas fluyen constantemente
durante la existencia, en un continuo surgir y cesar (nacer y morir). Y cuando un objeto impacta
en una puerta sensorial, la conciencia bhavaga se detiene (pasa a un segundo plano o se acopla)
y se desarrolla el proceso de cognición. Inmediatamente después, bhavaga surge y continúa
hasta el próximo proceso cognitivo activo. Bhavaga es más evidente en el estado de sueño
profundo sin sueños y en estados de vigilia sin cognición activa (la “mente en blanco”).

3.- Advertencia (āvajjana): Cuando un objeto impacta a una de las puertas sensoriales o la
puerta mental, surge un momento mental llamado bhavaga-calana, vibración del bhavaga, por el
cual esta “vibra” durante un momento. Le sigue bhavaga-upaccheda, un momento de detención
de bhavaga. Inmediatamente después, surge una citta (conciencia) que se vuelve hacia el objeto
(sensorial o mental), esta función es designada como advertencia.

4-8.- Las cinco Puertas Sensoriales: Después de advertirlo, surge una conciencia que conoce
directamente el objeto. La conciencia sensorial y la función específica que se activa está
determinada por la naturaleza del objeto (si es una forma visible, surge la conciencia ojo
viendo, etc.). Es una conciencia rudimentaria por la cual los datos sensoriales son
experimentados de forma inmediata y simple, previo a la identificación. Es decir veo pero no sé
qué estoy viendo. En estas conciencias sensoriales y en la conciencia de advertencia anterior,
así como en la puerta mental, manasikāra es el factor predominante y es el que dirige āvajjana
(la conciencia de advertencia anterior) hacia la puerta sensorial y/o la puerta mental.

9-11.-Recepción: Después surgen en sucesión las conciencias que funcionan recibiendo


(sampaticchana), investigando (santiraa) y determinando el objeto (votthapana), en el caso del
proceso cognitivo de la puerta mental (independientemente de las conciencias sensoriales) estas
tres funciones no surgen, sino que después del corte del bhavaga la advertencia mental surge sin
funciones intermedias.

12.-Javana: Consiste en series de 7 conciencias (de idéntica clase) que “corren rápidamente”
sobre el objeto en el acto de aprehenderlo. Es en este punto donde se originan las conciencias
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saludables y perjudiciales, o dicho de otra forma, donde empezamos a gestionar y catalogar la


información de lo que sucede desde nuestra historia personal.

13.- Registro (tadārammana): Funciona tomando como objeto el objeto aprehendido por las
javanas, “poseyendo” el objeto. Ocurre cuando el objeto es muy prominente a los sentidos o
claro a la mente, si no esta función no se realiza. Después de esto la corriente mental se
sumerge de nuevo en el continuo vital (bhavaga).

14.- Muerte (cuti): Es la última conciencia que surge en una existencia individual. Marca la
salida de una existencia dada. Esta conciencia es del mismo tipo que las dos primeras
(patisandhi y bhavaga) y, como éstas, pertenece al proceso de renacimiento y está al margen de
los procesos cognitivos activos. Difiere de ellas en que realiza la función de morir.

La duración de estos instantes de conciencia es infinitesimal. Dicen los textos budistas que en la
duración de un relámpago hay miles de instantes de conciencia. Postulado que es coherente con
los postulados científicos actuales: así los humanos y los primates son capaces de ver los
objetos en reposo gracias a continuos micromovimientos de los ojos que pueden durar 20
milisegundos. En un segundo hay 50 veces 20 milisegundos. Cada movimiento es información
que llega a los circuitos neuronales y es procesada.

El camino de la meditación.
En este punto hay que recordar algo de lo dicho anteriormente. La causa del sufrimiento es la
ignorancia. Fruto de la ignorancia se pone en marcha un sistema que la perpetúa. Este sistema
tiene como “combustible” el deseo y la expresión de nuestra acción y la estabilización de los
estados es a través de las tres raíces (hetu): apego, rechazo o indiferencia hacia lo que sucede.
La combinación de factores mentales en conciencia (acto de conocer) en los que está presente
alguna de estas raíces, crea y fija nuestra forma de ver el mundo. Todo esto sucede en lo que los
budistas llaman el Mundo del Deseo. Y es el mundo en el que nos pasamos el 99% del tiempo
que no estamos durmiendo. El discernimiento de los dharmas (que conduce a la felicidad) es
darse cuenta de esto y no alimentarlo, porque si le damos de comer al lobo que nos come, nos
comerá. No es el Mundo del Deseo el mundo de las meditaciones ni de las absorciones ni nada
de esto. El camino de darnos cuenta es el camino de la meditación y lo que nos abre es Mundo
de la Forma. El deseo no está extinguido pero empezamos a relacionarnos con él de una forma
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distinta, al principio con cierto control y después poniéndolo a nuestro servicio hasta que llega a
agotarse.

El término pali de meditación es kammaṭṭhāna que literalmente significa “campo de acción”.


Hay dos tipos de meditación: tranquilidad (samatha) y penetración (vipassanā).
- Samatha significa quietud de la mente, es un término parecido a samādhi, concentración,
aunque deriva de una raíz distinta. La raíz sam significa estar en paz. Samatha es un estado de
unificación de la mente lo que hace que la fluctuación de esta cese. La meditación de la
tranquilidad se encuentra en distintas tradiciones, si bien en el budismo se emplea porque
provee una base sólida para desarrollar vipassanā.

- Vipassanā significa “ver de formas diversas”. En el budismo es la meditación de las tres


características de los fenómenos: la impermanencia, la insustancialidad y el sufrimiento. La
percepción de las tres características es la función del factor mental sabiduría (paññā) dirigido
hacia la penetración de la naturaleza real de todas las cosas. El segundo es el que es distintivo
de las enseñanzas budistas y permite realizar las verdades descritas en las enseñanzas.

En el desarrollo de la tranquilidad es budismo propone cuarenta objetos de meditación y


aconseja uno u otro según el carácter. Entre los cuarenta objetos están algunos familiares en las
prácticas meditativas más extendidas como son los siguientes:
- Cuatro reflexiones: cuerpo (se observan 32 elementos del cuerpo), respiración (sensación del
tacto de la respiración en las vías respiratorias), muerte (contemplar el hecho de la propia
muerte como algo cierto que no se sabe cuándo será y que habrá que abandonarlo todo), paz
(contemplar los atributos de un estado de paz).
- Cuatro ilimitados: benevolencia (mettā: desear el bienestar y la felicidad a todos los seres,
contrarresta la mala voluntad), compasión (karunā: lo opuesto a la crueldad, es desear la
eliminación del sufrimiento en todos los seres, dolerse con el dolor de los demás), regocijo
(muditā: regocijarse con el éxito de los demás, elimina la envidia) y ecuanimidad (upekkhā: ver
a los demás con imparcialidad, se opone al resentimiento y el favoritismo).

Los textos clásicos sobre el desarrollo de las prácticas meditativas son Anapanasati Sutra
(Fundamentos de la Atención en la Respiración) y Satipatthana Sutra (Discurso sobre el
Establecimiento de la Atención Completa, conocido como los cuatro fundamentos de la
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atención). La descripción completa (y muy extensa) de los estados meditativos está en el


Visuddhimagga (el Camino de la Purificación) de Buddhaghosa.

Los factores (dharmas) que intervienen en el proceso de meditación son los mismos que los que
intervienen cuando nos quedamos “absortos” viendo, por ejemplo, una buena película o una
puesta de sol. En el camino de la meditación lo que hacemos es tenerlos presentes. Hay que
recordar que manasikāra es el dharma que hace que nuestra mente se pose en un objeto, que
algo nos atraiga la atención o que nos demos cuenta de algo. Es un dharma omnipresente en
todo tipo de conciencia y es lo que hace que “nos demos cuenta”.

En la meditación se consideran cinco factores (dharmas), algunos ya citados:


- Vitakka: reflexión discriminativa. Es la forma basta de funcionar de la mente. No es
concentración porque está sujeta a los vaivenes de la ideación. “Actividad mental que busca”.
- Viccāra: evaluación, investigación, la capacidad de tener a la mente “interesada” en ese
punto. Es la forma sutil de funcionamiento de la mente. Es lo que examina algo de cerca.
- Priti: éxtasis, interés placentero. Sensación muy vivida de energía, que lo penetra todo el
cuerpo y lo torna transparente, como si no hubiese cuerpo. No es una sensación de paz, es
excitante. Es esa alegría, esa excitación que aparece cuando se esta sediento y se ve un pozo: no
calma la sed pero da energía para ir donde está el agua).
- Sukha: placer, gozo sin éxtasis: beber el agua del pozo.
- Ekaggatā: unificación, la mente está en “un solo punto”

Los cinco están presentes cuando entramos en los procesos de absorción meditativa y en la
medida que pasamos de una absorción a otra, uno a uno van dejando de “funcionar” en el
mismo orden que los hemos dado. Así, en la tradición theravāda se habla de cinco grados de
absorción (jhanas o jhānas) y en la tradición sarvāstivāda de cuatro más un grado intermedio
entre el primero y segundo, donde cesa viccāra.

Se elige un objeto de atención (en anapanasati es la respiración) y se centra la atención en ese


objeto, lo que contrarresta el sopor y la somnolencia (middha). Manteniendo la atención sobre
el objeto se inhibe la duda (vicikicchā). En la medida que somos capaces de estar en esa
atención sostenida, vitakka y viccāra dejan paso a el gozo extático, el interés placentero que
inhibe la mala voluntad (vyāpāda); que poco a poco da paso al placer (sukha) que contrarresta
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la agitación y preocupación (kukkucca); finalmente se alcanza un estado de unificación que


disuelve el deseo sensual (kāmacchanda).

Aquí se han descrito de forma consecutiva porque de forma consecutiva se van “desactivando”
en los grados de absorción, pero los cinco factores están presentes en el primer jhāna (vitakka -
viccarā - piti - sukha - ekaggatā) y desactivan los cinco impedimentos o cinco obstáculos:
sopor, duda, mala voluntad, agitación y deseo sensual (middha - viikicchā - vyāpāda - kukkucca
- kāmacchanda).

Los grados de absorción


Primer grado de absorción (jhāna, skt. dhyāna): Como se ha dicho, creado un estado de
calma se disuelven los cinco obstáculos y se producen las condiciones óptimas para la
contemplación. Hay:
- Atención (vitarka) en las sensaciones, emociones, pensamientos, ideas. Se practican los cuatro
fundamentos de la atenciónSe mantiene la atención en la respiración y se observa el
surgimiento y cese de las formaciones mentales. Es decir, se dejan pasar las cosas, pero si algo
tiene la suficiente fuerza como para que sea muy difícil “dejarlo pasar”, ese algo se convierte en
objeto de atención y se indaga sobre lo que está sucediendo.
- Indagación (viccāra). El proceso sería así: ¿qué es esto? Reconocimiento: “esto es esto”.
Aceptación: “esto es lo que hay”. Transcendencia: “yo no soy esto”. Integración: “soy todo lo
que soy”. Si se alcanza ese punto el contenido se habrá disuelto o si se llega a un punto en el
que el contenido no tiene suficiente “peso” para atrapar la atención, se vuelve a la respiración.
No hay que olvidar que por la mera mecánica del proceso cognitivo, aquello en lo que se pone
la atención se convierte en la única realidad.
En este grado de absorción poco a poco se desarrolla y realiza la sabiduría del espejo: no hay
separación entre yo y los otros o con los fenómenos (tanto de “ahí fuera” como “aquí dentro”).
La mente está en un solo punto.
Se produce vivekajam, separación. Separarse es renunciar a lo que puede ser. Hay
desidentificación. También hay gozo (piti) y placer (sukha) si bien latentes puesto que en este
grado de absorción aún hay mucha carga de “contaminaciones” (las tres raíces) propias del
mundo del deseo. En la medida que estas cesan aquello surge.

Segundo grado de absorción: Unificación de la mente. Se abandona vitarka - viccāra (aquí es


donde en la tradición theravāda se intercala un jhāna de forma que primero se abandona vitakka
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y después viccāra). La agitación mental cesa. Hay concentración (samadhijam). Se desarrolla la


cualidad pura de la fe (adhyatmasamprasada, que surge en la medida que cesa vitarka - viccāra).
Gozo extático (priti). La mente permanece enfocada en el gozo. Claridad interna, enfoque.
Purificación del orgullo. Este tiene tres formas: creer que somos mejores que los demás (y la
idea de que algo es bueno o malo), creer que somos superiores (lo que nos impide aprender de
los demás) y creer que nuestra realización es superior. Una mente purificada no distingue:
bueno - malo, puro - impuro, yo - otros. Se desarrolla la sabiduría de la igualdad.

Tercer grado de absorción: Separación del éxtasis. Ni alegría ni tristeza. Ecuanimidad


(upekka) y comprensión. Surge la comprensión clara (sampajañña) y es en este grado de
absorción donde hay atención plena (sati, Skt. smrti). Estas tres cualidades surgen en la medida
que cesa el gozo con éxtasis (priti).
Se desarrollan también sati y sampajañña, que funcionan juntos en el desarrollo de los
fundamentos de la atención (satipatthana). Hay gozo sin éxtasis, placer (sukha). Empatía hacia
todos los seres y sus cualidades. Purificación del deseo. El deseo mantiene la mente inquieta y
sin descanso, y se produce la liberación de las tres raíces de conciencias insanas. Sabiduría del
discernimiento. Semejante a una lámpara que permite distinguir las cosas en la oscuridad.

Cuarto grado de absorción: Ni dolor ni placer (skt. adhukasukhavedana). En este grado de


absorción donde ya se ha purificado el deseo, la atención es pura (skt. smrtiparissudhi).
Ecuanimidad pura (skt. upeksaparissudhi). Ambas surgen en la medida que cesa sukha (placer).
Samadhi. Despertar. Se experimenta la disolución del tiempo.

Las absorciones meditativas no se quedan en este punto. Se entraría en el mundo de la no


forma, plano de existencia inmaterial llamado así porque la forma no es objeto de atención, la
materia ha sido completamente transcendida y sólo existe conciencia y factores mentales. Por
este motivo la energía deja de estar disponible para los sentidos y se reabsorbe en el estado de
presencia (que es también un factor mental).

Conclusiones.
- El deseo mantiene a la mente en constante funcionamiento. No hay paz mental en el mundo
del deseo.
- Las tres raíces: apego, rechazo e indiferencia fijan e intensifican las formaciones mentales.
La atención es una cualidad del proceso cognitivo.
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- Si ignoramos la influencia del deseo y las tres raíces, toda nuestra capacidad de atención será
la innata, nada más, y no permitirá desarrollar estados de calma ni concentración ni de
indagación. El barco tendrá timón pero no habrá nada que se ponga a remar para sacarnos del
oleaje.
- En la medida que dejamos de ser víctimas del deseo y de estar atrapados por las raíces gracias
a una cierta disciplina en la observación y la concentración, surgirán estados de atención plena
(sati), si no nos pasaremos la vida viendo las ovejitas en el campo mientras que de lo que se
trata es de ver el campo.
“Sin un conocimiento directo del todo, sin una comprensión total del todo, uno es incapaz de
erradicar el sufrimiento.” Saṁyutta Nikāya

Bibliografía
- Caroline A. F. Rhys Davids. A Buddhist Manual of Psychological Ethics, Royal Asiatic
Society, 1900. Se puede leer on-line en
http://wisdomlib.org/buddhism/book/dhammasangani/index.html
— Vasubandhu. Abhidharmakosabhasyam. Versión francesa de Louis Vallee Poussin,
tradución al inglés de Leo M. Pruden. Asian Humanities Press 1988
- Anuruddha. Compendio del Abhidhamma, El Abhidhammattha Sangaha. Edición de
Mahatthera Narada, traducido al español por U. Nandisena. Centro de estudios de Asia y
África, México 1999.
- Asanga. Abhidharmasamuccaya, The Compendium of the Higher Teaching (Philosophy) de.
Traducción de Walpola Rahula. Asian Humanities Press, 1970
- Bhadantácariya Buddhaghosa. The Path of Purification. Visuddhimagga. Traducido del pali al
inglés por Bhikkhu Ñáóamoli, Buddhist Publication Society, 1956.

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