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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Pedagógica Experimental Libertador


Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio
Mención: Educación Primaria
Cátedra: Didáctica de la lectura y escritura
Semestre: VI

Análisis del cuento


Caperucita Roja en la versión del Lobo Feroz

Profesor: Participante:
Keila González Marvin Lorena González
C.I V- 15.267.573

Noviembre 2022
El cuento del Lobo Feroz

El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba


de mantenerlo ordenado y limpio. Un día soleado, mientras estaba
recogiendo las basuras dejadas por unos excursionistas, sentí pasos. Me
escondí detrás de un árbol y vi venir una niña vestida en forma muy divertida:
toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisiera que la vieran. Andaba
feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a
nadie, quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían.
Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunté quién era, de dónde venía,
a dónde iba, a lo que ella me contestó, cantando y bailando, que iba a casa
de su abuelita con una canasta para el almuerzo. Me pareció una persona
honesta, pero estaba en mi bosque, cortando flores. De repente, sin ningún
remordimiento, mató a un zancudo que volaba libremente, pues también el
bosque era para él. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que
es meterse en el bosque sin anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus
habitantes.
La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegué me
abrió la puerta una simpática viejecita, le expliqué la situación y ella estuvo
de acuerdo con que su nieta merecía una lección. La abuelita aceptó
permanecer fuera de la vista hasta que yo la llamara y se escondió debajo de
la cama.
Cuando llegó la niña la invité a entrar al dormitorio donde estaba yo
acostado, vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó, sonrojada, y me
dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado
antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran para
oírla mejor. Ahora bien, me agradaba la niña y traté de prestarle atención,
pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos saltones.
Ustedes comprenderán que empecé a sentirme enojado. La niña tenía bonita
apariencia, pero empezaba a serme antipática.
Sin embargo, pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me
ayudaban a verla mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizó. Siempre
he tenido problemas con mis grandes y feos dientes y esa niña hizo un
comentario realmente grosero. Sé que debí haberme controlado, pero salté
de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y diciéndole que eran
así de grandes para comerla mejor. Ahora, piensen ustedes: ningún lobo
puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a
correr por toda la habitación gritando y yo corría detrás de ella tratando de
calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para
correr, me la quité, pero fue mucho peor. La niña gritó aún más. De repente,
la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo
miré y comprendí que corría peligro, así que salté por la ventana y escapé.
Me gustaría decirles que éste es el final de la historia, pero
desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y
no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz que yo era un lobo malo y
peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme. No sé qué le pasaría a esa
niña antipática y vestida en forma tan rara, pero sí les puedo decir que yo
nunca pude contar mi historia. Ahora ustedes ya lo saben.

Análisis
En el cuento según la versión de Charles Perrault un autor de cuentos
infantiles muy reconocido, sin embargo en el cuento de Caperucita
Roja proviene de variación del antagonista o contrario a lo que comúnmente
relata y su simbolismo, el dilema y el propósito didáctico del cuento es hacia
las mujeres; se han observado numerosas versiones a lo largo del tiempo,
que dependen del país y su cultura. Po lo tanto, no todos los relatos similares
están relacionados directamente con este cuento.
La versión escrita más antigua en que aparece una niña con una
caperucita roja se remonta a un poema, «De puella a lupellis servata» (La
niña salvada por los lobos), recogido en latín alrededor de 1023, por
el diácono Egberto de Lieja, que lo incluyó en el «libro de texto» de la
época La nave fértil (Fecunda ratis). En esta primera versión los lobos no se
comen a la niña protegida por la caperucita que le regaló su padrino el día
del bautismo.
En el siglo xiv los campesinos franceses contaban la historia en una
de las versiones más sangrientas: el lobo llega a casa de la abuela, la devora
y ocupa su lugar; después llega la nieta que, sin sospechar nada, obedece al
lobo cuando la invita a comer un poco de carne y beber un poco de vino, la
carne y la sangre de la abuela, incluso pregunta por los dientes presentes en
la carne, a lo que le lobo responde que son frijoles. Este relato, el Cuento de
la abuela, además incluye la elección del camino de los alfileres o las agujas.
Al final, la joven consigue engañar al lobo y escapar.
Se puede ver a Caperucita Roja, el Lobo Feroz y la casa de la abuelita
en un cuento que se destacaba sobre los otros relatos por ser, más que un
cuento, una leyenda bastante cruel destinada a prevenir a las niñas de
encuentros con desconocidos.
Se trata de la versión más despiadada y brutal, comparada con todas
las posteriores. Aun así, el autor suprimió los elementos más perturbadores
de las versiones orales anteriores, como el lance en que el lobo, ya
disfrazado de abuela, invita a la niña a consumir carne y sangre,
pertenecientes a la anciana a la que acaba de descuartizar, debido al público
al que se dirigía el cuento en ese momento una obra para adultos.

Puedo argumentar que Caperucita Roja es el único en la versión del


lobo es cuento de Charles Perrault que no incluye algo mágico: ni hada
madrina, ni varita mágica, ni ogro, ni botas de siete leguas. Quiso dar una
lección moral a las jóvenes que entablan relaciones con desconocidos,
añadiendo una moraleja explícita, inexistente hasta entonces en la historia.
En su versión hay numerosas alusiones a la sexualidad: el lobo no se
disfraza de abuela, sencillamente, se mete en la cama. Caperucita Roja se
acuesta desnuda y se mete en la cama con el lobo a petición suya. Entonces
se asombra de cómo es su abuelita. La figura del lobo tiene cierto aspecto de
hombre pues Caperucita Roja menciona sus piernas, no patas, esto
representa un peligro con cierto atractivo sexual. Caperucita Roja termina
siendo devorada por el lobo al igual que su abuela y el cuento original de
Caperucita Roja de Charles Perrault no tiene un final feliz.
Al igual que en el resto de sus cuentos, incluye una moraleja al final
que advierte a las jovencitas sobre «ciertas gentes» o el primero que se les
acerque, Algunos adultos comparten el punto de vista de Charles Perrault y
piensan que se puede atemorizar a los niños para que se porten bien.

Si bien nos reflejamos en el punto de viso del lobo es menos


impactante pero si con algo de miedo y temeroso, pero al igual que todas las
versiones como las de Perrault u otros autores nos damos cuenta que
alguien miente o exagera al explicar la situación, dejando a un lado el
respeto y la obediencia de caperucita, los temas que trata este cuento
popular son en definitiva un intento de educar y alertar a las niñas en su
desarrollo en la adolescencia y sobre los peligros del mundo exterior. En
todas las versiones que ha habido hay ciertos elementos que han
permanecido intactos ya que forman parte del simbolismo del cuento popular
y otros han sido adaptados según las diferentes versiones.
El propósito didáctico hacia las mujeres o niñas es lo que ya hemos
visto, la tradición oral que se encargaba de transmitir valores y creencias a
través del cuento popular. Si bien no han sido creadas en un principio para el
público infantil, el cuento de Caperucita Roja  tiene un valor didáctico
enfocado hacia las niñas que atraviesan la pubertad y trata sobre la
importancia de obedecer a los padres.
 
Se podría afirmar entonces que el cuento posee un único mensaje,
pero cada una de las versiones tiene una forma particular de contarlo. Por un
lado tenemos la versión de Perrault en la que si bien elimina las escenas de
salvajismo de sus versiones predecesoras como La Finta Nonna o Das
Rothhu ! tchen, tiene un final fatal para nuestra protagonista. Además, añade
una moraleja especialmente enfocada a las niñas advirtiéndoles sobre los
peligros de desobedecer a la madre y hacer caso a los extraños.

Por otro lado, tenemos la versión de los hermanos Grimm, la cual


aporta un personaje nuevo: el cazador. Esta nueva figura masculina es
indudablemente novedosa ya que hasta ahora no había personajes
masculinos bondadosos en este cuento. Incluso la folclorista Yvonne Verdier
(1997) afirma que el cuento es una representación de los tres estados de la
genealogía femenina: la hija, la madre y la abuela que representan la
pubertad, la maternidad y la menopausia respectivamente, todas estas
versiones y sus correspondientes interpretaciones conllevan la misma
advertencia dirigidas al público femenino durante la pubertad.

Ciertos elementos se han añadido o eliminado según la época y la


sociedad a la que estaban dirigidos, pero guardan en esencia el propósito
didáctico para con las mujeres.

Conclusiones
En este trabajo analice al menos tres versiones más populares que ha
habido del cuento de Caperucita Roja y fijándome aún más en la versión del
lobo feroz el cual con todas puedo concluir que hablan de los valores al
enfrentarse con alguien desconocido, la desobediencia y la alteración o
desviación de un destino pautado, a través del tiempo hemos podido
observar que las versiones han sido más para la mujer que para niños sin
embargo autores han cambiado eso al llevar el cuento de una manera
escrita, visual para todo tipo de edades, sin perder el interés que debemos
ser más atentas como madres y ser responsables al mandar a una niña por
un bosque donde puede correr peligro, si es ya adolecente debe ser más
juiciosa y obediente y siendo la abuela, debió darle la enseñanza a el lobo
por experiencia y cuidado y no permitir que un extraño entrara a su casa a
disfrazar una escena de la vida privada o de la educación de su nieta.

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