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El discurso compara la situación de la Argentina en 1816, cuando se declaró la independencia, con la situación actual, señalando que a pesar de las dificultades y desacuerdos, los congresistas optaron por la independencia. También reflexiona sobre la valentía de los próceres y la responsabilidad de los ciudadanos en construir un país con dignidad para todos. Finalmente, hace un llamado a emular a los próceres asumiendo el destino del país y construyendo una nación más justa.
Descripción original:
Discurso para rememorar la independencia de Argentina
El discurso compara la situación de la Argentina en 1816, cuando se declaró la independencia, con la situación actual, señalando que a pesar de las dificultades y desacuerdos, los congresistas optaron por la independencia. También reflexiona sobre la valentía de los próceres y la responsabilidad de los ciudadanos en construir un país con dignidad para todos. Finalmente, hace un llamado a emular a los próceres asumiendo el destino del país y construyendo una nación más justa.
El discurso compara la situación de la Argentina en 1816, cuando se declaró la independencia, con la situación actual, señalando que a pesar de las dificultades y desacuerdos, los congresistas optaron por la independencia. También reflexiona sobre la valentía de los próceres y la responsabilidad de los ciudadanos en construir un país con dignidad para todos. Finalmente, hace un llamado a emular a los próceres asumiendo el destino del país y construyendo una nación más justa.
Equipo directivo, personal docente, personal no docente, alumnos. Hace ya 196 años nuestro país comenzaba su historia como Nación independiente y soberana. A menudo, cuando nos referimos a los acontecimientos históricos, éstos suelen parecernos lejanos y distantes, sin embargo, al recordar las circunstancias que rodearon los sucesos de 1816, tal vez podamos encontrar un punto en común con nuestra realidad actual. Recordemos que en 1816, nuestro país no pasaba por un buen momento ni en lo económico, ni en lo político. Por otra parte, existía la amenaza permanente de una mayor presencia de tropas realistas que luchaban por mantener su dominio colonial. Güemes apenas lograba controlar los ejércitos hispanos que avanzaban en el norte del país. También existían conflictos internos porque no se llegaba a un consenso respecto al sistema político que se debería implementar. Pero sin embargo, pese a los numerosos desacuerdos e inconvenientes, los congresistas reunidos en Tucumán optaron por declarar solemnemente la independencia respecto de España. El 9 de julio de l816, los congresistas reunidos en Tucumán, decidieron, más allá de desacuerdos,que las Provincias Unidas del Rio de la Plata conformaran una nación libre e independiente de España. Esta decisión fue luego ratificada mediante una Declaración escrita. Este acontecimiento histórico nos hace reflexionar respecto a la valentía que tuvieron los protagonistas de ese día para hacer frente a sus diferencias personales y a las dificultades que se les presentaban. La pregunta es, ¿Qué enseñanza nos dejaron los hombres que construyeron nuestro pasado? Han transcurrido más de 190 años desde que sucedieron estos acontecimientos y todavía se dice que somos una nación joven que intenta constituirse a sí misma. Lejos estamos de haber alcanzado la madurez necesaria para que todos los habitantes de nuestro país puedan vivir con dignidad y de alcanzar el modelo de nación que anhelamos. El siguiente fragmento de Mario Bunge, un investigador argentino nos ayudará a reflexionar: “Las naciones latinoamericanas son muy diferentes entre sí pero tienen un pasado en común, problemas parecidos y, posiblemente, un futuro común. Todas ellas tienen enormes riquezas naturales, pero son socialmente indigentes. Todas son pobres, subdesarrolladas y dependientes. Todasestán aquejadas, en alguna medida, de excesiva desigualdad socioeconómica, desocupación, marginalidad, caciquismo, burocratismo, incultura, degradación ambiental, evasión impositiva, deuda externa paralizante y militarismo. Y todas, sin excepción, deben hacer frente a la Nación más poderosa y voraz del mundo, que mira con gran apetito las riquezas naturales y la abundante mano de obra barata de lo que considera su patio trasero…” Pero es fácil responsabilizar a otros de nuestro destino, pensemos al menos por un momento que cada uno de nosotros somos responsables y protagonistas del presente y futuro del país. La historia no la hacen solamente los próceres sino también las personas comunes, como cada uno de nosotros. Aún estamos a tiempo de revisar nuestras actitudes cotidianas y ser verdaderamente libres. Emulando la valentía de aquellos que decidieron cortar lazos con España para ser responsables de una historia independiente, podríamos asumir verdaderamente nuestro propio destino y construir un país solidario, más honesto, más responsable y justo. Porque la Patria es algo más que un concepto abstracto, es algo que creamos día a día, entre todos. Muchas gracias.