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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA

Integrantes: Milena Larrea, Ramsés Quintana, Josue Valencia, Emily Vega


Fecha: 14 de octubre de 2022

La histeria en la actualidad
Este ensayo se enfoca en analizar una lectura en las formas de presentación clínica de
la histeria actualmente, sin embargo, creemos necesaria una explicación previa, pues, histeria
fue un término acuñado por Freud, Chemama (1996) en el Diccionario de Psicoanálisis
resalta este término dentro de las dos tópicas en Freud, en la primera determina la histeria
como parte de la neurosis adquirida, “La histérica sufre de reminiscencias” (Freud, 1895
como se cita en Chemama, 1996). En esta tópica gran parte de los síntomas histéricos deben
ser considerados como trauma psíquico ligado al displacer experimentado en una situación
sexual de forma precoz, la forma de expresión de una histérica en este momento se encuentra
como descarga energética a los síntomas permanentes. Ya en la segunda tópica Lacan realiza
una lectura donde la histérica crea un deseo insatisfecho sin que este se confunda con la
satisfacción de la misma o con la demanda de amor, esta falta se constituye en el Otro, el
deseo de ser ese Otro, quien se articula con el “significante de la falta de objeto cuyo
significante es el falo” (Chemama, 1996, p. 204). Melman destaca al término histeria tiempo
después de Freud pero no deja de lado que, la niña llega a conocer la castración como el
varón a partir de su renuncia hacia la madre, dentro de un segundo momento se reprime
parcialmente la actividad fálica pues se da un establecimiento de la feminidad, dicha
castración es requerida por el Otro.

La feminidad para la histérica se entiende como un sacrificio pues, es tomado como


un don a disposición del Otro, esta feminidad no sólo es posicionada en las mujeres pues en
la histeria masculina el hombre tambien se ubica este lado, por lo tanto para estos dos “la
pasión histérica se sostiene en la culpa que agobia al sujeto cuando se acusa de haber
faltado a la castración” (Chemama, 1996, p. 205)

La expresión histérica puede ser tomada como síntoma social (Santos y Costa, 2016),
para esto hay que considerar los cambios culturales que han surgido desde el descubrimiento
del psicoanálisis hasta nuestros días y cómo el sujeto vive estos cambios. Pensamos que, el
principal cambio es que los síntomas actualmente han adquirido nuevos significados, la
histeria a pesar de seguir presente hoy en día se la concibe de forma diferente, incluso ya no
está considerada en los manuales diagnósticos de trastornos mentales como antes; en el
tiempo de Freud, la histeria tenía un papel protagonista en las “patologías”. Charles Melman
(2003), afirma que, la histeria sigue siendo un tema clínico que encaja en la descripción de lo
que él llama "nuevas formas clínicas en el comienzo del tercer milenio", como la depresión,
las toxicomanías y las psicosis, es decir que, la histeria se ha caracterizado más como un
síntoma social actual. Santos y Costa (2016) mencionan que, el síntoma social se forma a
partir del discurso dominante de cada época, es decir, presenta un descontento hacia una
verdad común en la comunidad, relacionamos esto con las nuevas formas de expresión de la
histeria. Como sabemos algo que caracteriza a la histérica es la búsqueda de un amo para
castrarlo. Según Lacan (1992), la histérica juega a ser el amo, siempre quiere que el otro sepa
más, pero no hasta el punto de ser la recompensa de todo su saber. Ella “quiere un amo sobre
el cual ella reina. Ella reina, y él no gobierna" (p. 136).

Entonces podemos decir que, una expresión actual de la histeria son estas personas
que “se encuentran perdidas, sin referencias, sin un Padre que le proporcione integración y
validación como sujeto” (Santos, D. & Costa, C., 2016). Una característica de la época
actual es la carencia de límites, no se nos permite parar. “Actualmente vivimos en un sueño en
el que lo imposible no sólo puede, sino que debe realizarse, sin ninguna restricción" Jouir à
tout prix (Melman, 2008). Según Melman esto producirá el surgimiento de una nueva
economía psíquica, lo que producirá nuevas formas de expresión de las patologías e incluso
nuevas patologías, actualmente el sujeto está sumergido en lo imposible, como lo denomina
Melman, una sociedad perversa.

Santos y Costa (2016) presumen que, los síntomas actuales son expresiones de
defensa ante esta sociedad de exceso, sin límites. "El sujeto ya no es responsable, puesto que
su determinación subjetiva ya no procede de lo que sería una aventura singular, una elección
íntima, sino de una participación en la histeria colectiva" (Melman, 2008, p. 65). Entonces,
estas expresiones de la actualidad responden a “la denuncia del descontento contemporáneo,
como la depresión y el pánico” (Santos y Costa, 2016). Melman (2003) presenta tres temas
clínicos actuales del proceso de mutación cultural: la depresión, las toxicomanías y la histeria
(esta última en una dimensión colectiva).

En definitiva las expresiones histéricas hoy en día es hacerse notar, “la histeria se
revela más claramente de dos maneras: fomentando el espectáculo y mediante
comunitarismo” (Melman, 2003). Las personas histéricas hoy en día buscan autorización
como sujeto; las formas de presentación clínica de la histeria actualmente buscan
reconocimiento Melman destaca que “estamos inmersos en un proceso que induce a la
histeria colectiva, que es una vía de apoyo y reconocimiento para los sujetos que "todavía"
están divididos” (2003). Por ello se consideraría que diagnósticos de depresión y pánico han
venido a reemplazar a lo que se llamaba histeria.

Melman ubicó a la histeria como intento de un reposicionamiento subjetivo, una


reestructuración, efecto de esto se produce la “histeria colectiva” una expresión de la
sociedad “para intentar asegurar un lugar donde las voces de los sujetos sean escuchadas
como tales, indicando posiblemente que hoy en día es demasiado difícil sostenerse de otra
manera” (Santos y Costa 2016).
Existe un punto débil de la histeria, que es la fragilidad de su identidad, imagen y
relación del propio cuerpo. Para Senderey (2015) la histeria es el paradigma del cuerpo
hablante en busca de alguien que sepa escucharlo. Los seres hablantes son el primer trauma
resultante entre el cuerpo y el lenguaje, entonces, podemos decir que, las histéricas pasan por
un segundo encuentro traumático, lo que produce un enfrentamiento entre lo que trata de
expresar con sus padecimientos corporales y el saber en el que esos síntomas no encajan,
estos síntomas expresan un “Yo no soy completa” y “Tú no eres completo” (Senderey, EOL,
2015). Jacques Lacan (1992), establece la verdadera dimensión de la histeria dándole la
categoría de un discurso fundamental, es decir, una de las modalidades de lazo social. El
discurso histérico es uno de los cuatro discursos con los que Lacan explica el funcionamiento
del lenguaje y los poderes de la palabra.

La histeria es caracterizada por tener distintas formas de manifestación clínica


(Chemama, 1996). La fobia, también llamada histeria de angustia en la cual la libido
desprendida del material patógeno a causa de la represión, es liberada como angustia; en
Inhibición, síntoma y angustia (1926) Freud sostiene que, la angustia está presente en el
origen de los síntomas neuróticos, por lo tanto para que se desarrolle el síntoma fóbico, este
debe anclarse con la angustia hacia un objeto o situación, que representan lo temido por el
sujeto. La angustia es transformada en miedo como síntoma central para enfrentar a lo real y
palpable.

Para que el Yo confronte la angustia es necesario unirla a representaciones


organizadas, estas reforzarán la estructuración psíquica ayudando a que la vivencia
traumática mantenga una defensa ante una conflictiva interna donde la subjetividad podrá ser
sostenida (Freud, Inhibición, síntoma y angustia, 1926). Es necesario un desarrollo del
aparato psíquico consolidado en el reordenamiento simbólico instaurado por el complejo de
Edipo, para que la angustia sea definida como amenaza de castración y que actúe la señal de
alerta que pone en juego las defensas.

La histeria de angustia debe ser distinguida de la histeria de conversión, se


caracteriza por la magnitud de las crisis emocionales y la variedad de los efectos somáticos
desembocados como producto de presiones psíquicas inconscientes (Chemama, 1996, p.
202). La formación sintomatológica incluye una satisfacción impulsiva, mecanismos de
inhibición, negación y formación reactiva. Ambos tipos de histeria tienen causas en común
que son una experiencia psicológica o emocional reprimida, o que se manifiestan de manera
física.

A manera de conclusión podemos resaltar que, el término histeria desde sus


comienzos ha ido variando según la época y sobretodo el contexto social, es de suma
importancia recalcar que el término ha sido banalizado muchas veces para juzgar e incluso
justificarse frente a las acciones, sin embargo, el que un hombre o mujer esté posicionado
como histérico se define desde la castración y su posicionamiento en el mismo, pues allí la
feminidad determina la forma en que el sujeto busca ser amado en su falta.
Referencias Bibliográficas

Chemama, R. (1996). Histeria. En Diccionario de Psicoanálisis. (1a, p. 202-205). Amorrortu

Freud, S. (1926). Inhibición, síntoma y angustia (Vol. 20).

Lacan, J. (1992).El Seminario, libro 17: el reverso del psicoanálisis. Río de Janeiro, RJ:
Zahar. (Obra original publicada en 1969-1970. Texto establecido por Jacques-Alain
Miller)

Melman, C. (2003). Nuevas formas clínicas al inicio del tercer milenio. Porto Alegre, RS:
CMC.

Melman, C. (2008).El hombre sin gravedad: disfrutar a cualquier precio. Entrevistas de


Jean-Pierre Lebrun (SR Felgueiras, trad.). Río de Janeiro, RJ: Compañía Freud.

Santos Costa, D., y Elías Lang, C. (2016). Histeria aún hoy, ¿por qué?. Psicología USP, 27(1).

Senderey, D. (2015). Actualidad de la Histeria. EOL-Escuela de orientación Lacaniana.

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