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El tesoro de las lenguas / Guillermo David. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Biblioteca Nacional, 2022.
72 p. ; 21,5 x 16,5 cm.
ISBN 978-987-728-154-5
ISBN 978-987-728-154-5
Impreso en Argentina
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Octubre - Diciembre 2022
Lengvas indígenas en Argentina
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Catecismo menor en
castellano y lengua qui-
chua. Concilio Provincial
de Lima, 1777. Sala del
Tesoro, BNMM.
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Grabado incluido en la Historica relación del Reyno de Chile, y de las missiones, y ministerios que
exercita en la Compañia de Iesus, del padre jesuita Alonso de Ovalle (1648). Sala del Tesoro, BNMM.
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José Hernández, Martín Fierro en guaraní. Traducción y versos libres por Eduardo Saguier, 1951. Sala del Tesoro, BNMM.
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Grabado incluido en Nueva crónica y buen gobierno de Felipe Guamán Poma de Ayala (1615).
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derivados en genocidio, se lograría finalmente el objetivo relativa). Es por ello que los jesuitas —así como otras
de dominación lingüística plena. órdenes religiosas— tomaron una decisión de política
La traducción también comprendía el movimiento lingüística que les rindió con creces en su afán evan-
que va de la oralidad de las lenguas indígenas a la gelizador: escogían una lengua de mediación étnica,
escritura, es decir, su normativización. Siendo lenguas parejamente conocida por diversas etnias en un área
ágrafas y, en muchos casos, entramadas en complejos extendida, y la transformaban en lengua general por
etnolingüísticos sumamente articulados entre diver- vía de la escritura y la evangelización forzada. Una
sos grupos, a veces, incluso, pertenecientes a grupos koiné. Vehículos comunicacionales, los textos re-
lingüísticos distintos, carecían —y en algunos casos ligiosos y las obras pedagógicas cumplieron así un
aún carecen— de la estabilización de una cultura le- rol estratégico en la difusión no solo de su mensaje
trada como en las lenguas europeas. Estas, revertidas religioso, sino en la consolidación de vínculos lingüís-
sobre el conjunto social durante siglos y regladas por ticos entre etnias que pasaron a compartir patrones
los Estados u otras instituciones como la propia Iglesia culturales. El primero de los cuales, naturalmente, fue
y los dispositivos educacionales, alcanzan cierto grado la lectura.
de uniformidad. (Aunque a juzgar por la revitalización Un caso paradigmático es el del ñengatú, cuya
de los etnonacionalismos de base lingüística como los adopción por los colectivos indígenas llega hasta hoy.
del País Vasco y Cataluña, esa uniformidad nacional, Se trata de la versión del tupí formulada por los je-
inficionada de fisuras ideológicas y culturales, es muy suitas al que transformaron en lengua franca en un
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Antonio Ruiz de Montoya, Tesoro de la Antonio Ruiz de Montoya, Vocabulario de la lengua guaraní,
lengua guaraní, Juan Sánchez, 1639. Santa María Mayor, 1722. Sala del Tesoro, BNMM.
Sala del Tesoro, BNMM.
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en 1639, será considerado por Bartomeu Meliá la sistir. Así como habían luchado conformando ejércitos
“summa etnológica guaranítica” por excelencia. contra las invasiones de bandeirantes y, conducidos
Aunque dirigido en primer lugar a clérigos y futuros por Ruiz de Montoya, habían realizado un formida-
catequistas, su diccionario propone una intervención ble éxodo de resonancias bíblicas, ahora defendían
en la lengua en busca de una estandarización. Ese su territorio y su nueva forma de vida, que el jesuita
manual para aprender guaraní se complementa- José María Peramás caracterizó como una verdadera
ba con traducciones de textos religiosos orientadas república platónica. Y lo hacían acusando de traición a
a sacerdotes y elites indígenas, que al ingresar a la los propios jesuitas, a quienes peleaban con sus pro-
escritura se transformaban en elites letradas aliadas, pias armas. Entre ellas, la escritura. Incluso llegaron a
imprescindibles en la construcción de hegemonía en proclamarse fieles al rey y contrarios a la orden igna-
el nuevo orden social. Pero las astucias de la historia ciana a la que pasaron a acusar de connivencia con
imprimieron un giro a la situación de dominación en los portugueses. Como es sabido, el enfrentamiento
tanto alentaron políticas identitarias de etnización de con la alianza de las coronas ibéricas resultó infaus-
la lengua apropiada que les permitió a los guaraníes to para los guaraníes reducidos, así como determinó
reducidos transformarse en agentes soberanos. Esos el fin de la orden. Pero pese a la destrucción de las
grupos de dirigidos, subalternizados y aculturados, misiones, sobrevivió la herencia de la lengua nor-
devendrán dirigentes en la medida en que utilizarán malizada y su escritura, así como la fe, índice de la
con autonomía la escritura. Y lo harán sobre todo en apropiación soberana de la cultura impuesta ejercida
situaciones dramáticas de alta beligerancia contra por los pueblos.
los propios designios de sus dominadores, en el mo-
mento crucial en que se definió el destino de la etnia
y de los propios jesuitas cuando los cabildos —los
órganos de gobierno— integrados por indígenas re-
chazaron las directivas de disolución de las misiones.
Aunque eran órdenes impartidas por la corona y el
papado, fueron transmitidas y ejecutadas contra su
propia voluntad por los propios jesuitas, que pasaron
a ser visibilizados por los indígenas de las misiones
como enemigos. Al cerrarse el conflicto entre Portu-
gal y España con el Tratado de Madrid de 1750, que
obligaba al corrimiento de la frontera hacia el oeste,
siete misiones ubicadas en el territorio del actual Uru-
guay debían ser movilizadas. Pero los pueblos de las
doctrinas dieron la alerta en forma de cartas escritas
entre los caciques y cabildantes y se dispusieron a re-
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Honorio Mossi, Gramática de la lengua general del Perú Diego Gonzales Holguin, Gramática y arte nueva de la len-
llamada comúnmente quichua, Sucre, Imprenta de López, gua general de todo el Perú, 1842. Sala del Tesoro, BNMM.
1857. Sala del Tesoro, BNMM.
con las lenguas del antiguo continente; con notas cia semítica del quichua, que presuponía el incario
especiales sobre la que se habla en Santiago del Es- como prohijado por las tribus perdidas de Israel. Sus
tero y Catamarca, libro que se imprimió de manera libros filológicos indagan en las raíces compartidas
póstuma en Córdoba en 1889 bajo los auspicios del entre el hebreo, el aymara y el quechua; Mossi llegó
gobierno de Santiago del Estero a cargo de Absalón a detectar seiscientos términos a los que supuso, sin
Rojas, padre de Ricardo Rojas. El ilustre historiador mayor acierto, idéntico origen semítico.
de la literatura argentina, que tenía gran aprecio por Fruto de su pluma son también los siguientes li-
su labor, retomaría una versión de Ollantay que el bros: Discursos filosóficos sobre el magnetismo y
sacerdote tradujo en su vejez. La pasión de Mos- espiritismo (1872), Tratado fisiológico y psicológico
si por la lengua del inca en sus distintas versiones de la formación del lenguaje (1873), así como una
dialectales, aunada a su pericia en lenguas clásicas, obra sobre la flora y fauna de la región, que se consi-
lo animó a elaborar audaces teorías —hoy desesti- dera perdida. Entre sus trabajos póstumos figura un
madas, pero de gran interés— sobre la ascenden- Diccionario analítico-sintético-universal editado por
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Ludovico Bertonio, Vocabulario de la lengua aymara, Ludovico Bertonio, Arte y grammatica muy copiosa de la len-
Leipzig, B. G. Teuner, 1879. Sala del Tesoro, BNMM. gua aymara, Roma, Zannetti, 1603. Sala del Tesoro, BNMM.
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Cruz de limache, grabado incluido en la Histórica relación del Reyno de Chile, y de las missiones, y ministerios
que exercita en la Compañia de Iesus del padre jesuita Alonso de Ovalle (1648). Sala del Tesoro, BNMM.
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Andrés Febrés, Arte de la lengua general del Reyno de Chile, Lima, 1765. Sala del Tesoro, BNMM.
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Andrés Febrés, Diccionario chileno hispano, Santiago, Imprenta de los Tribulanes, 1846. Sala del Tesoro, BNMM.
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Anotaciones de Ángel Carranza en el Arte de la lengua general del Reyno de Chile de Andrés Febrés. Sala del Tesoro, BNMM.
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La obra lingüística, histórica y cartográfica de Ma- citas transliteradas en las obras de ambos, que cons-
choni está en estrecha relación con la de su amigo y tituyen un corpus formidable para la consideración de
colaborador, el gran historiador Pedro Lozano, fuente los primeros siglos de la colonia. El ejemplar que ate-
fundamental para los estudios etnohistóricos así como sora la Biblioteca Nacional de Arte y vocabulario de la
clave en la historia jesuítica en el Cono Sur. La filolo- lengua lule y tonocoté compuestos con facultad de sus
gía ha mostrado la escritura a dos manos de algunos superiores por el padre Antonio Machoni de Cerdeña
trabajos, como el mapa incluido en la Descripción cho- (Madrid, Herederos de Juan García Infanzón, 1732) fue
rographica del Chaco gualamba de Lozano, que fue donado por Luis José Chorroarín en 1810; pertenece
confeccionado por Machoni, e incluso hay múltiples a la colección de obras fundacionales de la institución.
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Pedro Lozano, Descripción chorographica del terreno, Mapa de Antonio Machoni, incluido en Descripción choro-
ríos, árboles y animales de las dilatadísimas provincias gráfica del Gran Chaco Gualamba de Pedro Lozano, 1733.
del Gran Chaco, Córdoba, Colegio de la Asunción, 1733. Sala del Tesoro, BNMM.
Sala del Tesoro, BNMM.
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Dibujo de Florián Paucke incluido en Hacia allá y para acá. Una estadía entre los indios mocovíes, 1749-1767.
Constituye una obra fundamental para el conocimiento de la vida de los mocovíes durante el siglo XVIII ya que este
misionero se hizo cargo de la administración de la reducción de San Javier en 1751 y colaboró también
en la fundación de la reducción de San Pedro. Sala del Tesoro, BNMM.
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pliamente la toponimia, pues se trata más bien de impondrá a los ferrocarriles nacionalizados en 1948.
un léxico etimológico— verá la luz en el Almana- Baste señalar que, en las conclusiones del texto, tras
que de la agricultura en dos ediciones sucesivas de apuntar la “desmoralización y el pánico” que el ejér-
1935 y 1936. Su estudio de las sendas campañas cito “debía” llevar al campo indígena para efectuar
de exterminio ordenadas por Rosas y Roca mues- su “limpieza”, termina con la frase: “Los 5500 hom-
tra la posición paradójica en términos ideológicos bres que formaron dicha expedición fueron verda-
e historiográficos que atravesaría al futuro jefe del deros titanes”. Sin embargo, la Toponimia muestra
movimiento nacional y popular más persistente de otras vetas de sus preocupaciones.
América. Perón continúa la línea ideológica de jus- Establecido en Chile en 1936 como agregado mi-
tificación del exterminio, sin el menor matiz, que litar de la embajada argentina, Perón se sumergió
practicaron Mitre, Sarmiento y Roca, cuyos nombres en investigaciones en la Biblioteca Nacional sobre la
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Esta situación indica a las claras que las defini- dible animadversión de sus contradictores los ha
ciones que Perón cita textualmente están insertas llevado a ni siquiera cotejar estos textos o a adjudi-
en su texto por haber sido corroboradas en la prác- carle pretensiones de exhaustividad y originalidad
tica, o al menos por haber sido verificadas en las que nunca tuvieron. Es cierto que Perón comete
consultas efectuadas a Félix San Martín o a paisa- algunos errores, así como propone una aberra-
nos de la zona durante sus exploraciones. Al igual ción, como es la de adjudicar al toponímico Trelew
que lo que sucedió con Rosas, la no siempre aten- ascendencia mapuche. Pero ello no quita que en
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su conjunto el texto cumpla con su —acotado— El libro conoció dos ediciones más y múltiples
cometido: servir de guía de campo a quienes, mi- traducciones y reimpresiones. La de 1975, rea-
litares, maestros o colonos, se adentraren en el lizada por el Fondo Nacional de las Artes, orlada
territorio mapuche, además de ser un interesante con aguafuertes de Remo Bianchedi, fue nue-
registro de la situación de la lengua en las nuevas vamente corregida en forma notoria, aunque,
coordenadas históricas. Y, por supuesto, un indicio naturalmente, sin la supervisión del autor. Un
de la consideración de un jefe de Estado sobre la cuarto de siglo más tarde la editorial El Calafate
lengua y la cultura de los pueblos originarios. propuso una nueva edición basada en aquella.
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Guillermo David
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Presidente de la Nación
Alberto Fernández
Vicepresidenta
Cristina Fernández de Kirchner
Ministro de cultura
Tristán Bauer
Coordinación de muestra: Diego Antico y Carina Carriqueo. Investigación y textos: Guillermo David y
Diego Antico. Digitalización: Horacio Nieva. Diseño: Ximena Escudero y Magdalena Romero. Montaje:
Valeria Agüero y Ezequiel Gallarini. Producción: Martín Blanco, Pamela Miceli, Karina Lorenzo, Fernanda
González. Edición: Departamento de Publicaciones.