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8- Nació Alagboran la imagen de los tres seres del hombre.

Rezo:
Asheda koda alagboran
Oshe mini eledá alagboran
Sodo inshe amego amona ore okuni ajaka oku
Ogbo bi isin awó enifa kaferefún òrúnmìlà lordafun eledá.

Ebó: Tres malaguidí, tres eyelé, añarí odó, ewefá.

Patakin
En este camino, después que fue creado el mundo dos grandes espíritus
bajaron del cielo. El primero fue llamado Àsedá, el segundo Akodá.

En estos tiempos no existían medicinas y además nada era adorado, en todo


el mundo existían pocos seres humanos. Estos espíritus llamaron a todos
los hombres para decirles que ellos eran enviados de Olódùmarè y que era
necesario que cada uno de los hombres conociera el Ifá de su destino y
adorara a los Orishas, osea, sus ancestrales.

Los seres humanos preguntaron: -Qué son eso que ustedes llaman Ifá y
seres ancestrales-. Los seres profetas explicaron que Ifá es el espíritu o
criatura con el cual Olódùmarè creo el espíritu de cada hombre y que esta
criatura solo Òrúnmìlà la conocía, que Òbàtàlá era dueño del cuerpo pero el
espíritu era Olódùmarè. Que cada hombre tenía su Ifá que señalaba su
manera de ser, que ellos poseían la escritura u Odú de cada día utilizados
por Olódùmarè para crear el espíritu de cada hombre; cada uno de estos
signos lo hacia conocer lo que ellos podían o no comer o hacer.

Cuando Àsedá y Koda dijeron esto añadieron que cada hombre tenía un
espíritu llamado Oshalagba Teri que era su dios personal que debía ser
adorado, pero que fuera de esos signos sagrados no se podían conocer las
interioridades de cada uno de esos dioses personales.
Era necesario que cada uno de los habitantes de la tierra Adoraran a ese
espíritu o dios personal, pues eso por voluntad de Olódùmarè era el que
dirigía a cada humano desde el nacimiento hasta la muerte.

Cuando Àsedá y Koda terminaron de hablar todo el pueblo entendió que Ifá
y aquellos seres o dios personal era necesario adorarlos. Ellos que conocían
que a la orilla del río Anya, cerca de Cisi había un viejo llamado Alaunde
que era clarividente, era un oráculo viviente, fueron a verle para pedirle
consejos. Este les dijo que ellos antes de adorar a Ifá debían de ir a la orilla
del río que les mandarla con ellos a Òtura She, el cual era el encargado de
recoger las plegarias y llevarlas al cielo. Cada hombre llevó lo que indicó
Òrúnmìlà, tres Agboranes y tres eyelé. Cuando llegaron los recibió Òtura
She que les dijo: -Esa misión de ustedes ven, con los espíritus que acom-
pañan a cada ser humano ellos se llaman:

Ajaka (El guía)


Okú (El muerto protector)
Ogbona Isin (El ser obsesor)

Que serían adorados por cada hombre durante su estancia en la tierra.


Entonces Òtura She les preparó con los tres malaguidí al Agboran la
imagen de estos espíritus para que los hombres pudieran adorarlos.

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