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1
literaria que habito. Llegados a este punto los lectores podrán decir que definir la palabra
“mujer” basándose en la palabra “hombre” es una posición reaccionaria. En mi condición de
mujer, ¿no debería acuñar yo una definición independiente para mí misma?” (p. 137).
2
Spivak
dirige
su
atención
a
la
conformación
del
Sujeto
en
tanto
Subject
(sujeto
y
tema)
como
Occidente
y
apunta
su
crítica
al
texto
de
Foucault
y
Deleuze,
sobre
la
división
internacional
del
trabajo
intelectual
y
sobre
la
idea de la
representación.
Se
pregunta
por
los
mecanismos
que
actúan
para
dar
la
voz
al
subalterno/subalterna.
Spivak considera que el propio acto de representar la otredad es de por sí colonizador. Su crítica
no se limita a los textos y a los dos sentidos de la representación (vertreten y darstellen) sino a
las implicaciones de considerar al subalterno como un tótem, un fetiche, un símbolo del otro, que
permite al grupo dominante apaciguar su conciencia puesto que este otro ya queda representado.
Esto es, fijado en una identidad, cosificado.
3
En
este
itinerario, se
vuelve
interesante
pensar
la
propia
practica
de
traducción
de
Sivak
sobre
la
escritura
de
la
novelista
bengalí
Mahaswheta
Devi.
La
autora1
cita
a
la
académica
india
Tejaswini
Niranjana
quien
concibe
al
sujeto
político
poscolonial
como
un
sujeto-‐en-‐permanente-‐traducción:
traducción
sería
el
canal
comunicativo
entre
mujeres
de
diversas
comunidades
lingüísticas
y
culturales
apara
dar
cuenta
de
sus
experiencias
y
necesidades.
En una entrevista con Ellen Rooney, Spivak refiere sobre la cuestión del esencialismo
estratégico: «una estrategia es adecuada para una situación, una estrategia no es una teoría»
(1993: 4). El esencialismo estratégico puede ser efectivo como una estrategia específica para un
contexto, pero no como una política a largo plazo contra la opresión y la explotación.
“Hoy el «subalterno» debe ser repensado”, señala Gayatri Spivak. Sin dudas, estamos
frente a un tiempo histórico singular, en que, “La subalternidad constituye un espacio de
diferencia no homogéneo, que no es generalizable, que no configura una posición de identidad”.
Sin embargo, como prosigue su forma de ver el mundo, Spivak piensa que el modo en que esa
subalternidad se presenta “hace imposible la formación de una base de acción política” (2006)2.
Cuando el subalterno es mujer, como sostiene Gayatri Spivak, “su destino se encuentra todavía
más profundamente a oscuras” (1988: 199).
Permítaseme
la
ironización
que
me
permito
de
un
interrogante3
que
se
lee
en
una
entrevista:
,
¿Cuál
es
la
medida
exacta
que
disponemos
las
académicas
y
académicos
para
definir
entre
un
proletario
del
primer
mundo,
hombre,
blanco,
escolarizado
y
una
mujer
del
tercer
mundo
de
piel
oscura,
analfabeta...
quién
es
el
explotado
y
quién
el
subalterno?
¿Cómo
establecer
un
orden
de
opresiones
entre
las
identidades
de
una
mujer
afrodescendiente
y
pobre,
por
ejemplo?
¿Es
posible
pensar
la
articulación
política
entre
los
que
pertenecen
al
grupo
de
los
explotados
y
al
de
los
subalternos?
¿Hay
definitivamente
como
tal,
sujetos
excluidos?
Si
lo
pensamos
desde
Gayatri
Chakravorty
Spivak,
debemos
tener
presente
que
su
enunciación
es
inescindible
de
su
posición
política
basada
en
una
lucha
emprendida
por
la
desaparición
de
la
subalternidad.
En
ella
la
noción
cambia:
1
Para Dora Salvador en su artículo “Traducción, género y poscolonialismo”, la traducción abre una
posibilidad enorme para lograr que esa voz silenciada por la hegemonía pueda ser escuchada. Y así
trabaja en la interacción entre traducción, género y poscolonialismo con el concepto feminista de
“affidamento” que surge en el campo del feminismo de la diferencia de la Escuela de Milán. Aparecido
en la Revista Sottospora bajo el título “Más mujeres que hombres” (1983).
2
Entrevista a Gayatri Chakravirty Spivak, “Nuevas ropas para el esclavo”, en Revista Ñ, Buenos Aires, 8
de abril de 2006.
3
Manuel Asensi pregunta: “¿Cómo poner en la misma balanza a un proletario francés, blanco, hombre,
perteneciente a un sindicato, y a una colonizada hindú, de piel oscura, mujer o equis, analfabeta y
sirviente del sirviente?” “Nuevas ropas para el esclavo”. Entrevista a Gayatri Spivak, en Revista Ñ,
8/4/2006.
4
"Hoy
digo
que
la
palabra
subalterno
trata
de
una
situación
en
la
que
alguien
está
apartado
de
cualquier
línea
de
movilidad
social.
Diría,
asimismo
que
la
subalternidad
constituye
un
espacio
de
diferencia
no
homogéneo,
que
no
es
generalizable,
que
no
configura
una
posición
de
identidad
lo
cual
hace
imposible
la
formación
de
una
base
de
acción
política.
La
mujer,
el
hombre,
los
niños
que
permanecen
en
ciertos
países
africanos,
que
ni
siquiera
pueden
imaginar
en
atravesar
el
mar
para
llegar
a
Europa,
condenados
a
muerte
por
la
falta
de
alimentos
y
medicinas,
esos
son
los
subalternos.
Por
supuesto
hay
mas
clases
de
subalternos"
(Entrevista
en
Revista
Ñ,
2006).
Sobre
ello
monta
Spivak
su
argumento
para
criticar
al
subalterno
como
categoría
monolítica
en
que
se
supone
una
identidad
y
conciencia
unitaria
del
sujeto.
Su
pregunta
que
anticipa
una
respuesta
arrolladora,
y
escéptica:
¿Puede
el
subalterno
hablar?
es
“No”.
Es
decir,
no
es
posible
recuperar
la
voz,
la
conciencia
del
subalterno,
de
aquellas
memorias
que
sólo
son
los
registros
de
la
dominación.
Según
Spivak,
la
pretensión
de
restituir
la
voz
de
la
conciencia
(subalterna),
podría
caer
en
el
espacio
de
una
violencia
logocéntrica
ejercida
desde
el
lugar
de
la
experticia.
Para
ella
las
voces
silenciadas
por
los
poderes
son,
en
sí
mismas,
irrecuperables.
Construir
una
extracción
representativa
de
los
subalternos
desde
la
historiografía
del
poder,
es
solo
extraer
las
voces
de
la
dominación.
No
hay
una
voz
a
la
que
hacer
hablar,
sino
sólo
designaciones
en
los
textos.
A
su
juicio,
la
empresa
subalternista
no
es
más
que
una
ficción
teórica
que
permite
justificar
un
proyecto
utópico
de
lectura.
5
los
insurgentes,
en
su
mayoría
masculinos,
la
"femineidad"
es
un
campo
discursivo
tan
importante
como
la
"religión"
(1997:
25).
El
propósito
de
Spivak
fue
“mostrar
la
complicidad
entre
sujeto
y
objeto
de
investigación;
es
decir,
entre
el
grupo
de
Estudios
de
la
Subalternidad
y
la
subalternidad.
Aquí
también,
la
tendencia
de
los
historiadores,
no
de
ignorar,
sino
de
re-‐nombrar
la
semiosis
de
la
diferencia
sexual
como
"clase"
o
"solidaridad
de
casta"
(p.
26)
Hay,
para
Gayatri
Spivak,
un
“espacio
catacrésico”
en
tanto
momento
en
que
el
indígena
se
apropia
de
los
significados
del
otro
reescribiendo
en
ellos
los
signos
de
la
propia
marca”.
Bhabha
(quien
lo
toma
de
Cornel
West)
como
Spivak,
hablan
de
sinecdoquización,
o
de
tener,
por
decir,
la
capacidad
de
ser
ahora
mujer,
ahora
negra,
ahora
musulmana,
que
sólo
es
posible
desarrollar
entre
aquellas
personas
que
no
se
encuentran
atadas
a
una
identidad.
IV.
Desaprender
Parábasis” (del griego antiguo,"parabaino enfoque") fue uno de los varios momentos de
la comedia ática antigua. Es una figura que representa el margen del teatro griego antiguo en
que un personaje o el coro intenta sabotear la escena principal, incluso quitándose las máscaras,
para interpelar al público ilustre que se ubica en las primeras filas.
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