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“Light sentence es sin duda una de las obras más interesantes de la artista de origen
palestino Mona Hatoum, representante importante del arte contemporáneo , pero ¿qué es lo que
realmente quería explicar la artista? El arte de Hatoum es difícil de soportar así como el mundo del
refugiado, lleno de estructuras grotescas que ordenan el exceso así como la escasez. Abandonar un país
para vivir en otro, de manera forzosa, puntual o definitiva, se percibe diferentemente según el motivo
principal de los protagonistas responda a razones económicas, políticas o culturales y su relación con el
Estado será completamente diferente. ¿Cómo resolver las fricciones culturales existentes en la convivencia
en la sociedad actual? ¿Cuál debe ser la política del Estado? ¿Cómo evitar caer en el error del
etnocentrismo, del sentido de la superioridad de una cultura sobre otra? ¿Cuáles medios habrá que utilizar
‘para conseguir el entendimiento y el respeto mutuo? ¿Cómo romper con el pensamiento fronterizo?
El exilio tendrá un papel importante en su obra, como veremos más adelante, lo he relacionado con
el pensamiento fronterizo de Balibar y de Said: el traslado forzoso de su familia de Haifa a Beirut y más
tarde su estancia en Londres en 1975, donde se verá obligada a permanecer, debido al estallido de la guerra
civil en el Líbano. Los sucesos que llevaron el pueblo palestino al exilio y a la lucha por afirmar su
identidad nacional, marcarán de tal manera su vida que en sus primeras performances en los años 80,
enfocará sus obras hacia la reivindicación del la identidad del pueblo palestino y del refugiado político. Así
la obra de Mona Hatoum trata de la experiencia del desplazamiento, de la desorientación, de la
reconstrucción de la identidad, del desorden que genera la vida y la profunda sensación de malestar que
conlleva, la vulnerabilidad del individuo frente a la violencia inherente a las estructuras institucionales, el
papel de las mujeres en el mundo árabe, o el hogar, muchas veces visto como cárcel.
La artista bebe de su propia experiencia personal, como afirma Said en su texto Orientalismo, es
imposible separar a un individuo de los acontecimientos que marcaron su vida, “de sus compromisos
(conscientes o inconscientes) con una clase, con un conjunto de creencias, con una posición social o con
su mera condición de miembro de una sociedad. Todo esto influye en su trabajo profesional, (…) En
efecto, el conocimiento es algo menos parcial que el individuo que lo produce (con sus circunstancias
vitales que le enredan y confunden); por tanto, este conocimiento no puede ser no político”. 1 Hatoum en
su obra Light Sentence no esconde ni pretende quitar el mensaje político y social que conlleva, si no todo
lo contrario. Su implicación como palestina, contrapuesta a su educación occidental, ha conseguido crear
un mensaje que en palabras de Said, palestino y educado en Occidente como ella, con una educación
occidental del que se siente un afortunado beneficiario:
En 1988, al darse cuenta de que las performances se habían convertido en una acción
institucionalizada, desapareciendo su aspecto crítico, decidió no hacer ninguna más. En este periodo
comienza a participar en el diseño de instalaciones y cintas de video donde se mezclan elementos
1
Said, Edward; Orientalismo (Pág.10)
2
Said, Edward; Orientalismo (Pág. 26)
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paradójicos como materiales industriales, vallas, paneles de cristal, mármoles, la luz, la temperatura, con el
fin de crear una tensión real en el espectador.
Esta obra puede analizarse de dos formas, por un lado, la situación de traslado continuo
representada por el movimiento de una bombilla que hace que las sombras de una enorme estantería se
muevan continuamente dando una sensación inquietante y perturbadora. La luz amplía los horizontes de la
estructura metálica con el reflejo en la pared y el suelo, lo que provoca que la obra se recorra desde dentro,
y a la vez genera un entorno envolvente. El espectador es arrastrado en la obra: las sombras de su cuerpo se
convierten en parte de la habitación. La movilidad de la bombilla, denota inestabilidad frente a la rigidez
de la estructura cuadricular, reafirmando la sensación de jaula insegura, la repetición/superposición de
objetos similares reflejan un episodio traumático, haciendo alusión a su visión como exiliada de los
conflictos palestino-israelí, o la guerra civil libanesa. Light Sentence cambia según la habitación en la que
esté instalada. Cuanto mayor sea la galería, más clara será la sombra, y la sala se hará más misteriosa y
hermosa. En un espacio más pequeño, las sombras más oscuras subrayarán su carácter amenazador.
Hatoum lo ha demostrado en ambas situaciones, pero prefiere las habitaciones más grandes, donde las
asociaciones siguen siendo más libres, flotantes y ambiguas. En cada instalación, el trabajo sugiere, en
mayor o menor grado, visiones distópicas de proyectos de hogar representados como una prisión.
Continuando con Said y relacionándolo con la obra de Hatoum, ese sentimiento que los dos sienten
es debido al concepto que se tiene en Occidente de los árabes y del Islam convertido en “un asunto muy
politizado y casi desagradable”. Como nos dice el autor hablando de su propia experiencia, el palestino
políticamente no existe y: “si se le permite existir es como un estorbo o como un oriental”. No es
necesario explicar el concepto simplista que califica a Israel de libre y democrático y a los árabes de
diabólicos, totalitarios y terroristas, lo que no deja de ser deprimente y partidista. Es de esta manera que se
crean lo que E. Balibar llama las fronteras epistemológicas. El racismo, los estereotipos culturales y en
palabras de Said:
Cuando Balibar habla de este pensamiento fronterizo, nos aclara que no son simples teorías, sino:
“Día a día se tiene la vivencia de sus consecuencias violentas.” 4 El desprecio que causan estos individuos
es consecuencia de ser considerados: no person. El Estado-nación o como lo define Gerard Noiriel, “la
tiranía de lo nacional”, cambia constantemente y crea frontera dentro de su territorio, lo que engendra una
discriminación entre lo nacional y lo extranjero, creando a su vez un concepto erróneo de
pertenencia/privilegio de los individuos a un Estado. Hatoum parodia la idea de una patria sola. Mejor
disparidad y dislocación que reconciliación bajo coacción de sujeto y objeto; mejor un exilio lúcido que
regresos descuidados y sentimentales; mejor la lógica de disociación que una asamblea de burros dóciles.
Una inteligencia beligerante debe siempre ser preferida a promesas de conformidad, no importa cuán
hostiles y perjudiciales puedan resultar las circunstancias.
Por otro lado Mignolo profundiza el tema del pensamiento fronterizo, cómo aquel que genera
doble crítica y se aleja de la contraposición interior-exterior. Esta frontera no es el espacio que termina
cuando se cruzan las aduanas sino que es aquel lugar contra el que el individuo/extranjero choca una y
otra vez. Son las fronteras internas que están marcadas por la colonialidad. Light Sentence se sitúa en el
ámbito poscolonial/posmoderno porque Hatoum desarrolla su discurso en un espacio entre-medio (como lo
define Bhabha), un espacio donde confluye Oriente y Occidente y se desarrolla la diferencia cultural.
Según Mignolo la idea del pensamiento fronterizo: “surgió para identificar el potencial de un
pensamiento que surge desde la subalternidad colonial. Una de las posibilidades que ofrece el
pensamiento fronterizo, para estos proyectos, es la de dejar de ser lo que los universales abstractos fueron
y siguen siendo: el espacio que es necesario defender a costa de vidas humanas; el uso de la violencia
para defender la libertad; el recurso a medios antidemocráticos para defender la democracia; ponerse
fuera de la ley para defender la ley.”
3
Said, Edward; Orientalismo (Pág. 28)
4
Balibar, E.; Violencia, identidades y civilidad. Para una cultura global. Ed. Gedisa 2008
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Por lo que es evidente que dicho pensamiento no es una mezcla de las diferentes partes, sino un
pensamiento para imponer la subalternidad colonial “desde la perspectiva hegemónica. […] Es uno de los
caminos posibles al cosmopolitismo crítico y a una utopística que nos ayuda a construir un mundo donde
quepan muchos mundos.”5 Según Bhabba, este “cosmopolitismo crítico se está creando no en el interior
del Imperio o en el interior de las naciones o en el interior de las religiones, sino en los bordes, en los
bordes donde emerge el pensamiento fronterizo tanto desde la subalternidad como desde la hegemonía
atenta, consciente y abierta a la colonialidad.”
Las jaulas de Hatoum y la luz que crea esa atmósfera de desasosiego, es el mismo sentimiento de
la autora que como miembro de la alteridad, ha sido forzada al exilio, y tanto en su país como en su país de
acogida la sensación de estar en una jaula se le hace inevitable. Y eso es lo que pretende hacer sentir al
espectador que pasea entre las jaulas, que se sienta entre rejas, porque las sombras de los barrotes se
proyectan en todo el espacio por lo que da una sensación claustrofóbica, de estar dentro de una de ellas.
Las jaulas que, por otro lado, pueden ser metáforas de las mismas fronteras que separan a los pueblos
palestino e israelí. Sus objetos son creados para representar un exilio calculado y manipulado, una
identidad incapaz de identificarse a si misma, casi como si fuera un fantasma (sombras).
Hatoum y su obra hacen de la alteridad un lugar de resistencia a esa construcción del Otro,
utilizando esta diferencia como espacio de contestación y critica a las excluyentes formas de conocimiento
occidental6. Como podemos leer en el texto de María Iñigo Clavo, el Otro puede ser cualquiera. O como
afirma Bhabba, el Otro es objeto de deseo pero también de odio y de miedo:
Y de esta manera y con su obra nos lo participa Hatoum, una visión de la Otredad desde
Occidente, pero a través de los ojos de la misma Alteridad. Siguiendo el razonamiento de Homi Bhabha la
función del concepto de estereotipo:
“es la de crear fijezas sobre el Otro y a partir de ellas poder reafirmar las diferencias, es una
forma de conocimiento e identificación que vacila entre lo que siempre está en su lugar, ya conocido, y
algo que debe ser repetido ansiosamente.”
En este espacio de fricciones culturales se disputa la convivencia. Hatoum con su obra quiere
hacernos comprender que cualquier política nacional que no instaure “la equivalencia en valores culturales
y sociales”, la convivencia será una forma disfrazada de etnocentrismo, que conlleva el concepto erróneo
de la superioridad de una cultura sobre otra. No se puede ni se debe crear fronteras ya que la mezcla
cultural y social es lo que llevará al entendimiento y al respeto mutuo.
5
Mignolo W. D; Historias locales/diseños globales - Colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento
fronterizo
6
Clavo, María Iñigo; Colonialidad y Colonialismo, pág 4
7
Bhabha, Homi; El lugar de la cultura, Buenos Aires, Manantial, 2002 p. 92
4
BIBLIOGRAFÍA
Aznar Almazan, S.; Últimas tendencias del Arte. Editorial Ramón Areces. 2009
Aznar Almazan, S.; Del Orientalismo a Oriente III; El arte contemporáneo en
Oriente Medio
Nieto Yusta, C.; Del Orientalismo a Oriente II; El arte contemporáneo en Oriente
Medio
Aznar Almazan, S.; Palestina cuando ver es perder el centro
Balibar, E.; Violencia, identidades y civilidad. Para una cultura global. Ed. Gedisa 2008
Bhabha, H.; El lugar de la cultura. Ed. Manantial. Buenos Aires, 2002
Mignolo, W.; Historias locales/Diseños globales. Colonialidad, Conocimientos
subalternos y pensamiento fronterizo. Madrid, Ed. Akal. 2003.
Said, E; Orientalismo. Ed. Debate.
Clavo, María Iñigo; Colonialidad y Colonialismo.
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