“Trata de comprender antes de ser comprendido”. Stephen Covey. La empatía no se trata de un don especial con el que nacemos, sino de una cualidad que todos poseemos y desarrollamos en mayor o menor medida. No obstante, como bien nos señala Joaquín, podemos trabajar en ella y potenciarla en cualquier momento del ciclo vital. Efectivamente, la empatía constituye una pieza clave en las relaciones interpersonales porque nos permite, a partir de haber identificado nuestras propias emociones, desarrollar naturalmente la capacidad de captar, entender y comprender -sin juzgar- qué emociones está transitando la otra persona, qué piensa y cómo se comporta. Es fundamental para ello trabajar en la observación, la escucha activa y la comprensión del/la otro/a, ya que no se trata de estar de acuerdo o compartir lo que dice, hace o piensa, sino simplemente de entenderlo/a.
Protocolo-guía para hacer el “ejercicio de los Pitagóricos”.
1. Selecciona un momento y un lugar adecuados. Es importante que dispongas de tiempo suficiente para hacer el ejercicio. 2. Practica durante cinco minutos ejercicios de respiración y/o relajación. 3. Revisa mentalmente todo lo que has hecho durante el día. 4. Elabora un listado, lo más detallado posible, de: a) Las múltiples cosas que han funcionado bien (han salido como esperabas) y de las que habitualmente no eres muy consciente. b) Los aspectos de los que estás especialmente satisfecho/a. c) Las cosas que han funcionado mal (no han salido como esperabas), pero que, en realidad, son poco importantes. d) Los aspectos que te han provocado una especial insatisfacción y que deseas mejorar.