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Armonía de Las Esferas
Armonía de Las Esferas
Pablo Espinosa
La llegada a México del libro Armonía de las Párrafos como el anterior hacen dar de
esferas, edición de Joscelyn Godwin para el brincos no solamente a un melómano, sino
sello Atalanta, ilumina, enriquece, aumenta a todo aquél que ha abrigado certezas y
la fascinación por uno de los temas clás i c o s convicciones durante años hasta que llega
del conocimiento y la belleza que son alguien, en este caso una multitud de
sinónimos: la música de los ángeles, que sabios reunidos en este libro, y ponen en
resulta semejante a decir la música de los palabras alguna de esas certezas y
planetas, equivalente a formular la música convicciones.
de las esferas, equidistante como nombrar Se cumple nuevamente el acerto de An-
la música del alma, del alma humana y del dré Malraux: “el arte consiste en darle a los
alma del planeta y del alma del cosmos. demás lo que ignoran que ya tienen”.
Es uno de esos temas cuya aceptación Y, efectivamente, muy pocas personas
generalizada pone por delante su nobleza. escuchan música como una forma de
Es un tema por igual científico que poético, conocimiento, como una re velación de la
lo mismo técnico que metafísico, tan ve rdad, como una manera de entablar
filosófico como matemático. contacto con lo divino. Pocos se atreven a
Hay sin embargo un matiz que buscar la ve rdad por el camino de la
pareciera imperceptible para los abiertos de Portada de Mutus Liber, La Rochelle, 1677. Dos ángeles con
música. A pesar de ser el arte supremo (las
e n t e n dederas pero gigantesco para los trompetas llaman al Jacob durmiente para que vea la escalera que
se extiende desde la Tierra hasta el Cielo. La imagen sugiere
palabras tienen límites, un texto por
guardianes del rigor científico. Consiste también las trompetas del Apocalipsis y el viaje espiritual del
alquimista. Ilustración contenida en el libro Armonía de las esferas.
mucha intensidad que l o g re no la sostiene
en su natural eza metafísica, que por igual durante más de tres páginas, tiene
puede conectar a lo esotérico que de plano centelleos, mientras que una partitura de
imbuirse de la magia del conocimiento ascenso al Vesubio, un alcanzar el Arvo Part logra en el escucha un estado de
alternativo, territ o r i o s nómadas, Vellocino de Oro, libar el Santo Grial. trance iniciático, de éxtasis permanente, y
temerarios, aventurados, conocidos por Comprobémoslo: “Todo amante de la expresa lo inexpresable, da vida a lo
unos cuantos a pesar de una historia de música sabe intuitivamente que ésta encar- i n e f able), la música suele tomarse como un
milenios con el tema. na una cierta verdad, pero pocos llegan hasta buen vino o considerarse como un adorno
La maravilla de este hermoso libro de el punto de obedecer a esta intuición y buscar o utilizarse inclusive como una falsa tarj e t a
seiscientas diecinueve páginas, pasta dura, la verdad por el camino de la música. Casi de presentación (“mucho gusto, soy me-
ilustraciones deslumbrantes, tipografía, todo el mundo acepta que la verdad lómano ¿y a usted, qué lo distingue?”). Por
formación, edición integral de excelencia, corre sponde a la ciencia, la religión o la filo- eso la gente tose en los conciertos y lo más
c o ns i s t e también en que la expert a sofía, mientras que las artes, por vitales que importante de una sesión de música es el
Joscelyn Godwin reúne textos de vario sean para una vida humana en plenitud, vestido de la solista o el sombre ro de
linaje y el conjunto resulta algo mejor que son sin embargo asuntos de opinión y de alguna concurrente, para la mayoría un
una antología. gusto. Nuestros autores, por el contrario, concierto de música sinfónica es la larga
Se trata de un recorrido cronológico en aceptarían literalmente la afirmación espera para el postre, el final de una cena
la historia del pensamiento, un simposium atribuida a Beethoven: “La música es una en un restaurante de postín.
magno, una mesa redonda tan noble como revelación más elevada que cualquier Impostación, postín, tarjeta postal. Esa
la del rey Arturo (entre los autores sabiduría o filosofía. En consecuencia, visión generalizada de la música contrasta
antologados se antoja reconocer, con otro penetrar en los misterios de la música es entonces con las certificaciones, las
n o m b re, al mismísimo Merlín, y por prepararse para la iniciación en los misterios comprobaciones, el atizar el fuego de la
supuesto a Parsifal, Lancelot, et al.), un del hombre y del cosmos”. pasión no sólo por la música sino por el
armonía de las esferas nos invita a clusión más natural, y ocupó a muchos de (Censorino) y en sus pasiones (Toussenel).
participar de la revolución cosmológica, y nuestros autores, que trataron de “Así considerado, el ser humano es
a llevar a cabo una revisión completa de la especificar los números que vinculan al mediador entre los mundos mayores de
manera en que se ha enseñado a las m a c ro c o smos con el sistema musical. las estrellas, los ángeles, etcétera, y el
personas cultas a considerar su entorno Trataron especialmente de expresar la mundo más pequeño de la música real.
cósmico. No nos exige que volvamos a las disposición, distancias, órbitas y Aquí radica la explicación del poder de la
creencias de la Antigüedad o a las periodos de los siete planetas caldeos (o música sobre el alma y el cuerpo
supersticiones de la Edad Media, sino que visibles) por analogía con las escalas humanos: la música nos conmueve
entremos en empatía con las mentes más musicales. La revolución cosmológica que porque, como el cosmos, estamos hechos
e l e vadas de cada época, y tratemos de siguió a Copérnico y Ga l ileo necesitaba musicalmente”.
reformular sus intuiciones de manera una revisión de esa analogía, como Una a una, las páginas de este libro acu-
acorde con nuestro tiempo”. percibimos en los esfuerzos de Kepler y mulan en el lector una mezcla muy i nten-
Penetrar en los misterios de la música, Azbel por preservar la armonía cósmica sa de fascinación, curiosidad, asombro, ma-
de acuerdo con la lógica de la autora, no cuando las esferas se reorganizaron en el sis- ravilla.
excluye el esfuerzo intelectual, ni tampoco tema heliocéntrico. Para Newton y Albert Responde preguntas pero sobre todo
el rigor matemático. Después de todo, el von Thimus, por otra parte, la doctrina plantea interrogantes. A lo conocido
vínculo entre las esferas y los tonos es el nú- pitagórica encubría el hecho de que el agrega nuevas dudas, expande el
mero, que es tal vez lo que más nos acerca heliocentrismo se había conocido siempre, conocimiento. Cosas conocidas como la
al fundamento de todo ser. de manera que la teoría de la armonía musicoterapia, la fisiología, los principios
“Pitágoras fue el primero, al menos en cósmica, lejos de ser un mito pintoresco, de la física y las matemáticas, entran en
Occidente, en reconocer que esas armonías era realmente la c l a ve de una cosmología expansión.
son números que se han tornado audibles. científicamente más precisa”. ¿Por qué la música nos cambia? ¿En qué
Los astrónomos antiguos ya habían Los autores aquí reunidos se ocupan radica su magia? ¿Cuáles son los cimientes de
re c onocido que los movimientos de las también de las armonías en la Tierra: en ese edificio invisible que nos aloja? ¿Cómo se
estrellas y los planetas podían ser las cuatro estaciones y los cuatro elementos
calculados, es decir, reducidos a números. (Jacques de Liege), en el cuerpo humano Joscelyn Godwin, Armonía de las esferas, Atalanta, Madrid,
“Combinar los dos criterios era la con- (Fludd), en sus cuatro temperamentos 2009, 619 pp.
Música de Mendelssohn, obra de Annie Besant y C. W. Leadbeater, Londres, 1909. Imágenes de lo Goethe Denkmal, obra de Carl Gustav Caus, 1832, diseño para el monumento a Goethe, recuerda al
que un supuesto clarividente ve cuando se interpreta la música de un órgano de iglesia, en este caso Arca de la Alianza pero, en lugar de la presencia de Dios, el arpa del poeta ocupa el lugar de honor.
las Canciones sin palabras de Mendelssohn. Ilustración incluida en el libro Armonía de las esferas.