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La trilogía del Perico.

Libro 2
LA LITURGIA DE RAO

Prólogo

Por Ariel “toronja” Sotomayor

Se despertó y se empujó a poner los pies sobre la tierra, se empujó y se obligó a dar un
paso, y después otro...pero no muchos, porque ya no se podía caminar en la calle como en
otras épocas.
Y ahí estaba él, encerrado entre unas 4 o 5, tal vez 6 paredes, por que no 8?.
No importa, no se podía salir. Que hizo? Inventò una puerta, porque èl hace eso todo el
tiempo...inventa, crea, fabrica, formula, evoca.
Puso un puño en la tierra, no era un terreno blando, no era un terreno suave...pero eso a él
no le importa, porque tiene la fuerza para hacer algo de ese terreno àrido, de ese terreno
seco. Y lo empezò a hacer, semillas? Agua? Fertilizante?...nah. Puños, uñas, músculos,
brazos.
Un manotazo atrás de otro, romperse la piel hasta llegar al hueso, y cuando no haya más
hueso, seguir con el muñón tembloroso, pero firme.
Sangre y tierra, muñones de barro...y seguir explorando.
Eso hace èl. No teme a la hora de crear, no teme a la hora de salir (De su cuerpo, de su
comodidad). No teme a la hora de experimentar. Y he aquì uno más de sus inventos. Ahora
escribe y ahí và, crea su puerta, crea su salida. Rompe una pared, crea una puerta, corroe
un prejuicio, hace un túnel.
Cuidado, esta temblando el piso cerca tuyo, Marcelo está por emerger. Lleno de tierra y
sangre.

Preludio

Algo caía desde el cielo, rápidamente, manchado de sangre. No ejercía resistencia alguna a
la caída, atravesando nubes a su paso. El golpe había sido demasiado fuerte, nada había
funcionado, ninguna tecnica secreta, ningún escudo protector, ningún entrenamiento
especial. Había luchado con todo su ser, pero el enemigo había sido más poderoso de lo
que él creía. Y luego de varios minutos en el aire, RAO golpeó la superficie dejando un
cráter a su alrededor

Capítulo 1
Más allá de las montañas y de los continentes, casi en el fin del mundo, surcado por un
océano tempestuoso, gobernado por nubes grises, existía la fortaleza de Umpur.
Era un cuadrado perfecto que flotaba a unos metros del mar. Siempre había estado ahí y
siempre seguiría estando. Sus paredes vieron pasar miles o millones de años y con cada
día se endurecen cada vez más. Nadie se atrevía a entrar allí. No podía sustentar vida
alguna. Lo único que moraba la fortaleza había abandonado este mundo hacía eones. Sin
embargo, había un trono en lo más profundo de la fortaleza y en ese trono había un hombre
pero no era cualquier hombre. Su nombre era Pho. Conocido por varias culturas alrededor
del mundo con distintos apodos de leyenda y todos coincidian en lo mismo, una vez que sus
ojos se posen en ti, sabrás que la muerte se avecina.
Portaba una armadura especial de color negro con algunos detalles rojos. Dos espadas
sujetas en su espalda y varias inscripciones en un idioma olvidado las adornaban.
Su pelo largo caía sobre su rostro dándole un aire sombrío, pero desde el fondo de la
cavidad de sus ojos, brillaban dos pupilas rojas rodeadas de negro.
Emite un vapor que se elevaba en el aire, como si estuviera hirviendo cada gota de
humedad en su cuerpo. Tenía la barba con trenzas y solo su rostro estaba descubierto. Su
armadura tapa cada parte de su cuerpo.
Hacia un tiempo estaba esperando, pacientemente. Era algo que solo la oscuridad de su
mente sabía pero que pronto llegaría el momento.

Capítulo 2

La cerveza de pionono se sentía rara, tenía sabor a comida mal lavada, a verduras con
barba y a espalda con granos. Algo estaba mal. Hacía días que nadie pasaba por el lugar.
Entre medio de basura dejada ahí vaya quien uno a saber, RAO dormía. Hacia dias que no
se lavaba y las cáscaras de caca se empezaban a pegar a sus nalgas.
Solo lo hacía porque el olor le recordaba a Moira. Es andar de nalgas fundidas por la mugre,
le traían recuerdos nefastos de épocas de antaño.
Tenia las uñas de los pies tan largas que se escuchaban como daban golpecitos cada vez
que caminaba. Un tilin tilin de uñas sucias contra el suelo de la medina anunciaban su
presencia.
La gente estaba harta de ver como el pelo de su barba había empezado a tomar posesión
de otras cosas a su alrededor. Parecía una telaraña que en el medio tenía un hobo
mugroso. Ese era RAO, ya no se comportaba como antes. Solo entrenaba, se alimentaba
de basura y volvía a dormir entre los alcoholes producidos por las frutas fermentadas de la
basura que lo rodeaba.
Nada lo preocupaba salvo el ser mas poderoso. Entrenaba todos los días en una cantera a
las afueras de la ciudad y volvía a su cuchitril solo para descansar o curar sus heridas.
Algunas señoras lo ayudaban de vez en cuando dándole de comer pasa de abuelo. Una
señora muy obesa venía a visitarlo para rapear y tener una batalla de gallos contra RAO.
El guerrero calvo más formidable de la tierra había sucumbido ante la depresión rectal de la
pérdida, sus hábitos habían cambiado. Escribía poemas patéticas que nadie quería leer,
sólo comía verduras, o frutas. Se negaba a la ingesta de la carne porque sentía que la
sangre que emanaba de los animales era parecida a la que derramó su amada. Dejó de
usar sus gorros escala 2:1, tomaba mate directo del termo y masticaba sin usar sus dientes.
Una señora le regaló una capa roja, la cual empezó a usar para abrigarse a la noche pero
después de varias semanas sólo se distinguía un poco de rojo en un mar de frenadas de
caca.
Un elefante hidrante de la ciudad del Flato lo lavo mientras dormía. Pero su tirabuzón de la
muerte seguía el sendero del abandono.
Pero un dia soleado, vio como un palomo tatuado intentaba pisar a una paloma, ella lo
esquivaba como parte del ritual de apareamiento, y por esquivarlo demasiadas veces, fue
capturada por un gato petiso. El palomo se quedó tirado leyendo el diario triste y cuando
tuvo fuerzas suficientes hizo una espada con una hoja y se auto decapitó.
En la carta que encontró RAO el palomo le contaba sus miserias. Como odiaba a los
extranjeros y cuánto disfrutaba de los gorriones sin dinero. Así que RAO harto de tanta
miseria. Se sacudió la mugre. Junto fuerzas y luego de entrenar todo el dia se preparó para
volver al camino. Ya había pasado mucho tiempo perdido en la miseria de su propia tristeza.
Ayudo a su vecina quien muy contenta lo invito a ver su show de aguas danzantes
enematicas y luego de bañarse con la abuela de rojo se fue caminando hacia las puertas
del pueblo.
Había vagado durante semanas sin rumbo. Aquello a lo que había venido ya no importaba y
tampoco podía pensar en un futuro alternativo porque se lo habían quitado. Luego de una
pelea sin importancia en la islas tetudas, se dirigió hacia el continente de Braguerta, donde
los suspiros son la moneda corriente.
Eran unas tierras indómitas para los enanos. Estaban prohibidos. Cada vez que alguien
daba a luz a un enano, era devuelto dentro de su madre, condenandolos a vivir juntos hasta
que uno de los dos muriera o por infección o por inanición.
RAO no sabía bien que hacer, pero distraerse era su nuevo objetivo. Quizá vivir un poco,
conocer gente nueva y ser testigo de nuevas aventuras lo ayudaria a seguir adelante.
Pero sabía que alguien lo seguía. Alguien de su pasado. El despertar de su ira, lo había
convertido en un objetivo fácil. Aquello que tanto insistió su maestro que no hiciera ahora lo
hacía alguien interesante para confrontar y sabía que seres poderosos entre las sombras
intentaron contactarlo. Así que lo mejor que podía hacer, era adentrarse en su nueva vida y
buscar fortalecerse.

Capítulo 3

Un perrito con forma de salchicha se rasca la panza haciendo un movimiento muy extraño.
Mientras se rasca emite unos leves quejidos. Su panza le impide rascarse adecuadamente
y la picazón no cesa. Mira a su alrededor, esta desesperado y divisa una piedra con forma
de mano a unos metros, así que sale corriendo y se tira sobre ella rascándose. Por fin algo
detiene su picazón. Tiene la pancita rosadita el perrito salchicha y esto lo volvió popular
entre los aldeanos.
Los sábados suele salir a comer usando uno de sus mejores trajes de arpillera. Ya no
cuenta con su sueldo de ayudante de mimo como en su juventud, pero puede arreglárselas
muy bien pintando casas y arreglando edificios. Siempre le gusto restaurar aquellas cosas
que se desgastan, como el papel higiénico o las sandalias virgueras.
Su local esta al lado de un árbol que le da cobijo cuando llueve. Tiene unos zapatitos
chiquitos rojos y solo necesita mostrarles un poco para conseguir cualquier cosa que
necesite. Ser tierno es parte de su encanto y también su arma más infalible.
Ese día luego de rascarse se encontró cara a cara con el primer ser en toda su historia que
no cayó bajo sus encantos de perrito tierno. RAO era esa persona.
Había caminado mucho luego de usar una nube como volantín y necesitaba un lugar donde
reposar. Cuando entró en la aldea el perrito lo fue a ver por curiosidad ya que hacía
semanas que no veía a un forastero aparecer por la aldea de la chocolatada.
Este particular perrito se tumbó pancita al cielo y le hizo unos gestos, pero RAO lo ignoro
completamente. Así que el perrito indignado ante tal desprecio juró venganza. Por las
barbas de su abuelo Salchichin se encomendó con una misión, hacer que RAO muera de
ternura.
Este perrito salchicha había nacido como todos los perritos salchicha. Con bracitos y
piecitos cortitos, super chiquitos. Su perra madre lo había ayudado a saber todo lo que
respecta a la albañilería y a ser super tiernito. También como era tradición, le dio un nombre
común en lo que respecta a perritos super tiernitos. Se llamaba Holodoom Blastoide
Cathulyn, hijo del averno, amasijador de almas y gobernante de los inferiores. Era un buen
nombre para ser un perrito y por suerte no era como el que le pusieron a un primo suyo,
Blothor Mefauda Tragalargardia, el imbécil novedoso, el colocador de salames y el hijo del
mañana. Ese si que era un nombre patético para un perrito porque es sabido que gardia
significa pito en algunos idiomas.
Holodoom estaba contento porque tenía un plan infalible. Esperaría a que RAO descansara
y cuando se fuera a dormir entraría en su cuarto, subiría a su cama y dormiría a sus pies.
Esto jamás fallaba.
Pero cuando Holodoom entró en la pieza noto que RAO dormía flotando en el aire con las
piernas cruzadas y las manos sobre su orejas. El perrito emitió un grito contenido pero no
se rindió. Sabia que tenia que esperar el momento así que se acostó pancita arriba
moviendo las patitas como nadando, practicando su actuación para el momento en que
RAO despertara. Holodoom seguía practicando haciendo fuerza porque sus pequeñas
patitas tensionaban su abdomen y lamentablemente por hacer tanta fuerza, un pequeño
soretito se le escapó y quedó en el piso. Que verguenza, ya era un adulto totalmente
formado, era veterano de guerra, como se le podía haber escapado un sorullo tremendo en
medio de su acto de ternura. Es sabido que la ternura se acaba cuando sale un sorete sea
el ano de quien sea. Así que del miedo empezó a ladrar y RAO se despertó de su letargo
sobresaltado y divisó el movimiento de la puerta al cerrarse pero frente a él lo inefable. Un
sorete recien cagado.
RAO se preocupo que otra vez se le hubiera escapado un pedo legendario, un famoso
PICHU bien conocido como un cacapedo, Shart, caldoso, heraldo de caca, flatorete, capitán
cacoso, marlon blando, soreto, rapido y mierdoso, etc.
Rápidamente invoco los fuegos del infierno de Damian y pulverizó el sorete. Se fijó por la
ventana si había testigos y cerró con llave la puerta.
Había cometido una felonía, así que su cuerpo estaba alerta.
Afuera Holodoom, corría desesperado. Había perdido su oportunidad de resaltar ante los
ojos de RAO. Como había sido tan principiante? era un error que hacía décadas no
cometía, desde la larga caminata de los pastos.
Esa noche el pobre perrito salchicha no durmió. Escribió un capítulo entero haciendo
catarsis en su diario íntimo y recordó momentos litúrgicos en los que se veía a sí mismo
como protagonista de las más grandes torpezas del mundo moderno.
No podía rendirse, no podía fallar nuevamente. Mañana volvería a intentarlo.

Capítulo 4

En una tierra donde el fuego no deja de rugir, el piso esta agrietado hace eones producto
del calor y donde el sol no conoce las vacaciones, un hombre lobo descansa sobre el
cadáver de un demonio.
Su hacha hecha de piel y huesos descansa clavada sobre el cráneo del monstruo.
El hombre lobo mira hacia el horizonte, interesado en algo que no logramos saber que es,
pero el si, el lo sabe, lo sintió. Hacia años que no sentia un ki tan poderoso. El grito de ira de
RAO había llamado su atención. Hacía meses que estaba peleando con el demonio
PHOBOS y luego de ganarle se detuvo, descanso durante días y noches sobre el cadáver.
Necesitaba juntar fuerzas nuevamente, el infraberto lo regenera con su atmosfera, asi que
poco a poco volvían sus fuerzas, pero todavía no era el momento de actuar. Debía estar
listo, más poderoso que nunca porque quizá esta vez el adversario si seria digno de darle
una muerte honorable. Había perdido su perro y su caballo apostando en el casino local, así
que necesitaba volver a estar en pie, con su moral en lo más alto y sin sus pertenencias no
podía. Solo una buena batalla digna le devolverá su estatus anterior. No por nada lo
llamaban Samantho el Perromuerte.

Capítulo 5

RAO se despertó de un sobresalto. Samaehada gemía como era de costumbre cada vez
que se acostaba con el. La espada degenerada disfrutaba de la compañia de su nuevo
portador. Todavía no había descifrado el total de sus poderes, pero de apoco le serían
revelados.
Ya había pasado mucho tiempo bebiendo solo en esa aldea así que estaba listo para seguir
su camino hacia un futuro incierto.
Al acercarse a la salida de la aldea se topó con un perrito salchicha tirado en el piso con la
pancita hacia arriba, le hizo un poco de cariño y el perrito dijo unas palabras inentendibles
con una voz muy gruesa y los ojos de RAO se volvieron negros, comenzó a marearse y
empezó a toser. Algo tenía el perrito, parecía un simple animalito pero el haberlo rascado
generó algo en RAO, un tipo de alergia o quizá, era lo peor, magia. Cayó al suelo y su
cuerpo se volvió muy pesado, estaba perdiendo las fuerzas, todo su alrededor se rodeó de
un humo negro, impenetrable. Frente a él, el perrito creció en tamaño hasta que se volvió un
ser gigante. Holodoom se erguía frente a el, todo poderoso. Soltó un manuscrito gigante
que se desenvolvio, estaba escrito con letras irreconocibles. Símbolos de culturas olvidadas
y que ningún petiso podría leer. RAO que era pelado tampoco, recuerden que los pelados
tienen prohibido aprender a leer filomeno.
El enorme perro salchichita emanaba humo de sus fauces y sus ojos rojos como los
pezones del diablo lo miraban fijamente. RAO vio que su cuerpo se lleno de los símbolos
del manuscrito y una cicatriz roja como una jota comenzó a dibujarse en su ojo izquierdo.
Holodoom comenzó a leerle el contrato. Todo aquel que cayera bajo el maleficio de la
piedad ahora estaba obligado a traicionarse a sí mismo, dándose la automuerte. Algun dia,
cuando menos lo creyera conveniente, el contrato se cumpliria y RAO seria portador del
estigma del perrito. No se hable más dijo el perrito y en un pestañeo todo volvio a la
normalidad.
La cortina que ocultaba al mundo desapareció y RAO se encontró parado en medio del
camino. No había señal de ese perrito tan tierno. Se tocó la cara y noto la cicatriz en su ojo.
Nuevamente RAO estaba metido en problemas. Por acariciar un salchicha ahora estaba
condenado a un suicidio involuntario.
RAO hizo un barrido de ki a su alrededor pero este tipo de magia no dejaba rastros.
de la nada estaba condenado.
Pero solo quedaba una esperanza, seguir con su viaje, quizá en la torre de las caricias
alguien podría ayudarlo. Quizás debería volver al monasterio y consultarlo con su maestro.
Aunque no sabia si queria volver a verlo. No abandonó su entrenamiento en buenos
términos. Pero pocas personas en la tierra tenían el conocimiento para reparar un estigma
de maldición perruna.
Así que miro hacia el este y siguió caminando.

Capítulo 6

Luego de pasar por una calesita de plantas, RAO, sigue su camino por el bosque de los
pezones en la provincia de Tetaza, ubicada en el reino de Modonga. Es una zona que se
conoce por sus famosos tes de ciruja y es el lugar donde residen muchos grandes magos
de la comunidad mágica. Es una zona de leyenda, donde el maná y las energías
espirituales anales tienen preponderancia. Las noches no son tan oscuras como en otras
partes del planeta. Un aura de luz pélvica rodea todo.
Los árboles cuentan historias de batallas o de gente mágica que camino por estas tierras,
pero como no saben hablar bien se olvidaron de los finales.
Algunos fueron testigos del Flautista remilgado, quien por un ajuste de cuentas termino
maldiciendo un reino llevando a todos los pómulos de las caras. También es conocida la
oda al cagado, un hombre que nunca pudo bañarse porque desconocía el concepto.
También es interesante saber de Lalo, el zarpado, quien invento la chocolatada de piedras.
Estefan el menguante era un archimago conocido por su magia de cambiar de tamaño las
camas nupciales. Bristol el majestuoso era un intrépido mago que nadó solo hasta que se
ahogó. Rasputon el humano, quien tapó el sol con su mano y logró no quemarse la vista.
Galga Dat, la respawneada, tenía los poderes de ver el pasado. Morganza la astupida, reina
maga de las naranjas, quien conquistó imperios enteros con los poderes cítricos. Belegardia
la masamunda. Triglomera y Garlomera, las princesas Voodoo. Y mil hechizeros
escondidos.
Dando vueltas por la zona, encontró en el medio del bosque un panda. El panda tenía
puesto un uniforme de Karate y estaba a las puteadas porque no podía comer sushi usando
los palitos.
RAO se acercó con cuidado y el panda ni lo miro. Estaba concentrado usando sus garras
para apretar los palitos, había logrado agarrar un pedacito de salmón pero los palillos
temblaban en sus manos. Una gota de sudor caía de su frente y el panda apretaba el ceño
totalmente compenetrado con el problema. Logro pasarlo por un poco de soja con wasabi y
justo cuando estaba por acercarselo a la boca, se le callo y se ensucio todo con tierra.
Un silencio terrible inundó el área. El panda estaba traumado, se quedó completamente en
silencio. RAO no sabia que hacer, no sabía si ayudarlo o salir corriendo. El panda
lentamente lo miro, se quedo observandolo. Respirando y luego de unos segundos que
parecieron minutos el panda sonrió y le dijo que siempre lo intenta pero no le sale. Esta vez
estuvo muy cerca de lograrlo pero no logra tener la paciencia para agarrarlo.
El panda se levantó lentamente, se puso detrás de un árbol y pego un grito ensordecedor
haciendo temblar todo a su alrededor. La tierra tembló por un momento. Y después todo se
tranquilizo.
El panda volvió sonriente y tranquilo. RAO le comento que estaba de pasada. El panda le
sonrió, se sentó en su banqueta y siguió comiendo sushi con la mano muy tranquilamente
pero cuando RAO se dispuso a seguir caminando el panda apareció delante de él y sin que
RAO pudiera hacer nada le pegó un golpe en la panza. La tierra se agrieto formando un
cráter debajo de ellos y RAO salió volando arrasando con los árboles que estaban detrás
suyo. No entendia que habia pasado. No habia visto el rapido movimiento del panda que lo
seguía mirando muy tranquilamente a lo lejos. RAO intentó recuperarse pero el panda
apareció a su lado y le pegó un golpe seco en la nuca enterrando la cabeza de RAO en la
tierra. El golpe fue tan fuerte que arrasó con todos los árboles en la zona.
El panda sonreía. Le comento que no podía seguir adelante ya que no quería perderse la
oportunidad de pelear con un monje guerrero. Ya quedaban pocos como él y era una buena
oportunidad de probar sus habilidades de pelea.
RAO estaba inconsciente en el piso. El panda se quedó mirándolo extrañado. No entendía
como el monje no había sido capaz de parar sus golpes. Entonces lo dio vuelta y lo
despertó. RAO no entendia que habia pasado, hasta que de un golpe salto y se alejó de
manera torpe del panda. Estaba sorprendido de lo poderoso de ese panda. Tenía una
velocidad increíble pero su fuerza era superior. El panda claramente no había usado toda su
fuerza en esos golpes, así y todo RAO no había sido capaz de siquiera presentir el ataque.
El panda desilusionado miro a RAO y le limpio la mugre de su ropa, pidio disculpas y le dijo
que creia que podria ser un compañero de entrenamiento pero ahora viendo cómo había
reaccionado ya no le interesaba más. Así que le convido un poco de té y lo ayudó a
sentarse. RAO no estaba muy herido, pero el golpe de la nuca lo habia dejado inconciente
sin lastimarlo gravemente. Claramente en lo que era el combate cuerpo a cuerpo había
perdido ampliamente.
El panda cuando noto que RAO dejó de estar a la defensiva comenzó a hablarle de la
comida del lugar, o de cosas mundanas, pero no dijo nada sobre la golpiza, ni porque era
tan poderoso, pero presentía que la soledad del destierro pesaba sobre el.
Claramente el panda había sido alguien importante, y ahora pasaba sus días en el exilio. Y
al ver a RAO vio que podría quizá tener una pelea digna.
RAO le comentó sobre su estigma, y el panda solo se limitó a sonreír y servirle una taza de
té.
Cuando terminó de beber, le dio un poco de comida y lo invitó a retirarse.
RAO no entendía nada, pero después de beber el té, se sentía mejor y más fuerte que
antes. El panda le comento que si seguía por el camino se encontraría con la fortaleza de la
Cagada. El último bastión de los Flatomancers, los magos de lo anal. Así que se despidió y
siguió su camino. El panda volvió a intentar usar los palillos y luego de unos minutos de
caminata volvió a escuchar el rugido del panda.

Capítulo 7

PHO, descansaba con la mirada fija en algo que nadie salvo él, veía. Ya había pasado
tiempo y estaba listo. Así que se paro y su armadura comenzó a humear, entonces con un
rapido movimiento salió despedido de la fortaleza en medio del océano, rompiendo todas
las paredes que se interponian con el exterior. Era momento de pelear.

Capítulo 8

RAO se encontraba frente a dos piedras que parecían ser unas nalgas gigantescas y
bastas. Era la fortaleza de los Flatomancers. Dioses de antaño que se habían vuelto
mortales bajo juramentos arcanos que los hacían tener una vida llena de inconvenientes.
Por ejemplo el mayor de los ancianos Fidelio el asconauta, era conocido por equivocarse de
pieza, nunca pudo dormir en su propia casa, siempre que salía a caminar o a hacer algún
mandado, volvió a equivocarse, era su maldición. Merlo Transo, el amontonador, no podía
dejar de guardar uñas ajenas. Mamon el amo del olor, solo podía ver bien los martes, los
demas dias solo se quedaba en su morada sin tener contacto alguno con la suciedad.
Mircol la dama sarnosa, era conocida desde lejos, pero cuando uno se acercaba ella nunca
se parecía a ella. Esto la llevó a tener problemas de todo tipo, porque nunca nadie confió en
que ella decía ser ella misma. Damatos el paciente Z, cruzó a dedo el canal de las islas
tetudas pero lamentablemente nadie fue testigo de su travesía. Berreton el amador de
nalgas, no tuvo ni padre ni hijos. Lauflara la mamushka humana, vivió siempre con frío
inclusiva en verano y era alérgica al cuero y las pieles. Sultavion el hombre deseo,
compraba sin cesar y cuando lo conoció se quedó sin dinero.
Todos habían aceptado su vida, porque valió la pena el sacrificio. Desterrar al Sorete
universal, una entidad anal maligna que quiso conquistar el universo usando de portal el
ano de toda la humanidad. Cuenta la leyenda que sigue intentando entrar en nuestro
mundo, y cada vez que una persona siente un retorsijon o una puntada en el ano, es El gran
Sorete intentando entrar en nuestro mundo.
RAO golpeó dos veces la puerta pero no se escucho como si fueran piedras, parecían
hechas de piel humana y el ruido que hicieron fue de dos nalgadas.
Entonces se escuchó un grito desde adentro y las puertas comenzaron a abrirse
separándose de apoco. Develando a un hombre muy alto, con una capa roja que le cubría
todo el cuerpo. Detrás de él estaba la fortaleza. Relucía el color cobre y el amarillo de los
detalles de los bordes de todas las estructuras. El Hombre sostenía un báculo con forma de
corazón en su mano y apuntando a RAO le preguntó quién era, así que RAO le contó todo y
le explico que estaba en búsqueda de alguien que lo ayudara con el estigma.
El hombre resultó ser Mieldor el Inquisidor rectal, en su época dorada había sido un Dios
con muchos seguidores, habían librado batalas en su nombre. Pero ahora era solo un
mago. El le comento que ese tipo de maldiciones estaban fuera de su alcance, solo podía
dominar las artes anales así que no había forma de darle una solución, pero estuvo muy
interesado en verlo desnudo a lo que RAO se negó rotundamente la segunda vez.
Mieldor le comento que en el pozo de la felicidad que se encontraba a millas de ahí, a un
hombre que una vez supo ser un perro. Mientras RAO escuchaba los consejos de Mieldor,
un escalofrío subió por su espalda. Un rayo cayó en el medio del patio de la fortaleza frente
a ellos dos y de la electricidad se formo un hombre lobo con un hacha hecha de piel y
huesos. Era enorme, estaba lleno de sangre seca y barro en el pelaje.
RAO se puso tenso y se quedó mirando al lobo. El monstruo puso sus manos en el suelo y
saltó rápidamente apuntando hacia RAO, quien con una patada giratoria le dio directo en la
mandíbula al Hombre lobo. Estampando contra una de las paredes de la muralla.
Inmediatamente el ser canino se incorporó y empuñó su hacha. RAO invoco el fuego del
dragón y los dos empezaron a intercambiar golpes destrozando todo a su paso. El hacha
parecía poder dividir cualquier cosa que se le interpusiera. El fuego de RAO lo protegía pero
el lobo no se veía muy afectado por los golpes del dragón.
RAO espero paciente mirando tranquilamente al Hombre lobo y cuando estuvo cerca
aprovecho para darle un golpe certero en la nuca, el golpe fue igual al que el panda le aplicó
en su lucha. El hombre lobo cayó desmayado soltando su hacha, incrustandose en la tierra.
La pelea había terminado. RAO espero a que recobrara el conocimiento y el lobo comenzó
a hablar. Estaba ahí porque sintió su presencia. Era una energía formidable y necesitaba
comprobar con sus propios puños que él era digno de ser un rival. Ya era la tercera o cuarta
vez que alguien lo desafiaba desde que uso su máximo poder luego de la muerte de Moira.
RAO le dijo que ahora que lo había derrotado necesitaba de su sapiencia. Necesitaba
deshacerse del estigma. El lobo examinó con detalle la marca en el ojo de RAO y se dio
cuenta de que significaba. Era la marca de Holodoom, el perro salchicha. Le comento que
era la marca de uno de los heraldos de PHO, un guerrero legendario al que la muerte no
quiso reclamar porque le tenía miedo. Era un ser extremadamente poderoso y Holodoom
era su mascota. Hacia mucho tiempo que no se sabia nada de ningun ser vinculado a PHO,
se había retirado del mundo civilizado hacia eones. Y PHO era la única persona que podía
quitar el maleficio, pero lamentablemente no era alguien con quien se pudiera razonar.
Sufría de una alergia al calor así que el dolor había hecho mella en su psiquis. Le comento
que la última vez fue visto cerca de la fortaleza de Umpur.
RAO comprendió que tendría que hacerse de coraje e ir al encuentro, inmediatamente el
lobo sonrió y le comento que era una locura. PHO no podía ser ubicado, PHO era el que
ubicaba a quien lo buscaba. Entonces el hombre lobo se paró ante RAO y le dijo que ya que
había sido vencido, su destino estaba sellado, asi que lo ayudara dandole la protección de
la garra, un aura que solo poseían los enviados de la luna pero que solo podía entregarse
muriendo. Pasaba de derrotado a ganador. Asi que con un gesto rapido el lobo hizo un
movimiento con su hacha y se decapitó. La sangre que emano de la herida baño el cuerpo
de RAO y algo mas quedo en su cuerpo. Era la protección. Antes de morir le dijo que solo le
serviria en el momento en que todo lo demás se hubiera acabado. Era un seguro de vida.
Ahora RAO quiza tendria una oportunidad.
Capítulo 9

RAO se quedó pensando sus opciones, no tenía muchas y en el momento en el que se


encontraba necesitaba una guia. Ahora al menos sabía cómo terminar la maldición, pero si
era así de poderoso su adversario, debería conseguir algo más. El enfrentamiento con el
panda del bosque le había dado un poco de inseguridad a su constante poder. Salvo
Dricardo Lupin, no se había enfrentado a alguien así de poderoso. Así que era momento de
terminar su entrenamiento de monje guerrero. Debía volver a Cagovia, subir los siete
montes del pecado y rascar la cima de la montaña de los trozos. Ahí estaba su hogar, su
verdadero hogar, donde entreno tantos años. Donde aprendió a pelear. Debería volver a
sus inicios. Solo su maestro sabria guiarlo para completar su entrenamiento.
Así que RAO emprendió su viaje. Paso por tormentas, nevadas, viejas borrachas que le
pedían dinero, evitó el pantano de los fluidos corporales, las pampas de calzones humedos,
la pasta inguinal de la cordillera en el continente de Marisa y luego de un viaje de 20 días
llegó frente a las puertas del monasterio de los manoseos.

Capítulo 10

Parecía que había sido ayer cuando fue traído a entrenar por primera vez.
Tenía unos 5 años, era casi un bebé pero recordaba todo. Lo recibió Shiau leBuf el monje
portero. Era una persona muy buena, siempre ayudo a RAO, amablemente le mostró el
lugar, le dio su primera pira para descansar y le daba siempre una galleta extra. Era un
monje con una barba roja muy larga. Tenía un brazo chamuscado, ennegrecido por un
maleficio recibido en sus años de guardián del monte de los suspiros. Le presento a todos
sus camaradas y hermanos, se preocupo de que lo trataran con respeto y siempre veló por
su seguridad. Era casi un padre para el. Lamentablemente tenía el mal hábito de la bebida y
cuando se emborrachaba de más solían encontrarlo desnudo abrazado a un árbol o
gritandole a alguna reja.
Tambien recordo a su maestro. Mao Tse Tu. Un hombre muy sabio, duro a la hora de
enseñar y un poco mano larga en la cama. Recordaba el día que fue capaz de levantar su
primera roca, sus manos estaban sangrando de tanto entrenar. Pero lo había logrado. Y por
más equivocado que pareciera su maestro, tenía razón. Siempre tenía razón.
Recordó a Moros, el monje encargado del uso del Ki. Era un hombre que siempre tenía un
sombrero tapándole la mirada. Nunca lo había visto sin él y fue el primero en ser testigo de
cuando RAO explotó su ira en La cascada de las siete tetas. Fue la primera vez que uso la
energia del dragon.
También recordaba los baños de aceite que le daba Miubi, una de las pocas mujeres
monjas del monasterio. Ella le pegaba maníes en todo el cuerpo y a puros cachezasos los
aplastaba generando aceite. Era una técnica formidable para entrenar la piel y los huesos
para los golpes extremos. Eso le permitía sobrevivir a casi cualquier caída.
Su maestro los hacía correr 40 kilómetros todos los días, portando el caparazón de una
tortura. Luego les hacía pegarle cachezasos a una cascada y gritarle obscenidades. Luego
almorzaban dos granos de arroz y debían entrenar combate no mortal con sus compañeros.
Luego irían al puente de los meados para recibir la unción de líquidos frescos y debían usar
el collar de melones para entrenar la cervical.
En la noche cenaban abundante y cuando estaban abatidos de tanta comida, dos o tres
eran elegidos por el maestro para acompañarlo en su habitación. RAO nunca salio elegido,
era muy dificil y parecia tener algo que ver con la falta de cabello en el cuerpo. Se ve que al
maestro le preocupaba la aerodinámica.
Así pasó sus años RAO, entrenando. De vez en cuando bajaban al pueblo por provisiones,
pero eso también formaba parte del entrenamiento, ya que el último que llegará con la lista
de los mandados completa o incompleta recibía un azote de Mu, el más maldito de los
monjes. El se encargaba del castigo a los que cometieron alguna fechoría o alguna
infracción dentro del monasterio.
Una vez a su amigo Ñeri le pegó tan fuerte que los latigazos en su espalda se notaban de
frente.
También había algunas festividades que les permitian festejar, como el dia del Tarado, el
dia del Salame y las pascuas de empalacion. También estaban las festividades de la gorda.
Una fiesta enorme que se festejaba una vez al año en el solsticio de verano. Donde los que
tenían edad suficiente podían invitar a una chica o chico del pueblo y dar el paseo del virgo.
A los dieciséis, RAO recordaba que por primera vez había juntado las fuerzas para invitar a
una joven pelirroja del pueblo, que siempre le traía el maíz al monasterio. Con ella hablaba
de varias cosas y era muy simpática. Tenía una manera de hablar muy grotesca,
temperamento fuerte y unas piernas que la hacían parecer muy mayor a su edad, pero con
el siempre fue dulce y cálida. Ese dia la pasaron genial, ella hasta se sentó en su falda a
mirar las luciérnagas bailar y pelear a muerte, fueron testigo de los duelos de los grillos en
la noche o de las conquistas del imperio de las hormigas. Pero como todo lo bueno acaba.
Luego de dormir juntos esa noche ella dejó de hablarle, y se incomodaba mucho en su
presencia así que con el tiempo dejaron de hablarse. Nunca comprendio que fue lo que hizo
mal. No entendía si era porque ella perdió su virginidad y él no fue capaz de encontrarla de
nuevo o si equivocarse en donde introducir sus partes era una especie de juego que él no
entendía. Así que dejo de verla.
También recordaba ese año porque fue la primera vez que venció en pelea cuerpo a cuerpo
al maestro Frolin, después de hacerle un suplex clavandolo en el medio del patio.
Los años fueron pasando y RAO logró ser uno de los más poderosos guerreros del
monasterio. Así que un día su maestro lo invitó a un combate amistoso en su pieza, pero
RAO se negó, no quería faltarle el respeto ya que le tenía un poco de miedo. Su maestro
era capaz de usar a su voluntad el espacio tiempo así que por más fuerte que se hiciera,
difícilmente le ganaria. Su maestro insistió en que pasara a su cuarto. El ritual de
coronación como monje guerrero incluía un baño con el maestro y una serie de masajes
que solo los iniciados conocían en profundidad. RAO tenía miedo de no estar a la altura así
que volvió a negarse, por más que así completaría su entrenamiento pero esto fue tomado
como una falta de respeto de su maestro y ofendido lo condenó al exilio. Así fue como RAO
había terminado su entrenamiento. A pesar de los pedidos de sus compañeros y de algunos
maestros, RAO se fue para jamás volver, hasta ese dia.
Capítulo 11

En el medio del patio estaba su maestro esperándolo. El le comento que había sentido el
despertar de su Ira hacia unos meses, asi que sabia que volveria. Por más que fue
condenado al exilio, su maestro le dijo que lo perdonaba. Todavía le quedaba una última
técnica por aprender, así que debia compenetrarse por completo con ese entrenamiento.
Sería arduo y riesgoso, pero si salía con vida, sería el segundo usuario portador del puño de
leyenda. Era la técnica que su maestro manejaba a la perfección. La única persona que
conocia esa tecnica que quedaba con vida. Era la clave para aprender a romper el espacio
tiempo.
RAO ya era un monje guerrero, ahora un elemental, portador de Samaehada la espada del
infinito y quizá, si lograba terminar el entrenamiento seria el unico ademas de su maestro en
utilizar el puño de leyenda. Así que se preparó, entró a la pieza del maestro completamente
desnudo. Ahí lo esperaba su maestro, él se había untado los aceites rejuvenecedores del
mañana. Junto hicieron el baile del conocimiento, coreograficamente al unísono. Luego se
dieron el baño de las almas impuras, donde RAO se refregó todas sus partes contra las
manos del maestro. Luego pasaron a las lluvias de la comodidad, donde había muy poca
luz pero el agua era muy tibia y ácida. Luego los masajes liberadores de los 5 chakras del
cuerpo, donde algunas partes de sus sistema límbico deben ser abiertas a la fuerza, RAO
sintió dolor en varias partes de su cuerpo, pero después un placer que lo dejó más que
satisfecho. Y finalmente el momento de la iluminación donde debía secar un suave pañuelo
de seda utilizando el calor de su cuerpo y de su maestro durante toda la noche.
A la mañana, RAO estaba más que listo. Su cuerpo había rejuvenecido. El estigma que
Holodoom le había puesto ya no era visible y sus músculos habían crecido en tamaño.
Estaba agotado pero aliviado. Su maestro lo esperaba en el medio del patio, con el torso
desnudo y una lanza de flequillo en uno de sus brazos. RAO lo supo de inmediato. Era el
momento de comprobar si habia funcionado su ultimo entrenamiento. Esos masajes, por
perturbadores que parecían y con el horrendo recuerdo de darse cuenta que esas cosas
redondas que masajeo no eran las rodillas de su maestro debían haber surtido efecto.
Sentía que la tierra debajo de él parecía arena, todo lo que lo rodeaba era más débil, lo
sentía.
Desenvaino lentamente a Samaehada quien emitió un gemido muy incomodo seguido de un
gritito contenido y se puso en guardia. Esta sería una pelea a nivel de maestros. No iba a
durar mucho, con uno o dos movimientos ya habría un claro ganador. Cualquier error
significaba la derrota. RAO invoco los tres círculos del alma que se formaron a su espalda.
Su maestro permanecía sereno pero un aura se desprendía de su cuerpo, un halo celeste
cubría su cabeza. Los dos estaban en modo combate. Todos los nuevos aprendices, de
niños a adultos estaban a su alrededor expectantes.
RAO sin dudarlo dio un rapido paso hacia adelante, Mao agudizó su vista y reaccionó
usando su lanza dando una estocada justo donde había estado RAO, errando el ataque,
dejándolo completamente vulnerable. RAO bajo un rapido espadazo apuntado a la sien de
su maestro, había ganado pero algo extraño sucedió, justo antes de acercarse lo suficiente
el cuerpo de RAO se entumece y se endurecio, su maestro se duplicó y se movió
rápidamente recuperando la pose con la lanza y ahora estaba dándole una segunda
estocada con ella hacia el cuello de RAO, pero en ese preciso momento lo sintió. Todos los
músculos de su cuerpo estaban liberados, RAO había logrado controlar mínimamente el
poder de su maestro liberándose del puño de leyenda. Así que la estocada de la lanza solo
dio en el fantasma que había dejado RAO, quien estaba a espaldas de su maestro bajando
un potente espadazo. La hoja hizo minimo contacto con la nuca de su maestro. Había
terminado. RAO había ganado en tres golpes. Su maestro estaba sonriente, había sido
derrotado por su alumno más destacable y desde hace muchos milenios había recibido una
herida. Se dio vuelta y miró a RAO quien estaba serio y tambien tenia una sonrisa en su
cara. Hizo una reverencia que fue copiada por todos en el monasterio y luego le señalo la
puerta. No necesitaba permanecer más ahí, RAO había superado a su maestro. RAO
estaba listo. Así que volvió a vestirse, tomó sus pertenencias y se dirigió a la puerta. Justo
antes de abrirla su maestro le gritó, así que al darse vuelta y verlo, todos en el lugar lo
estaban saludando. Mao le dijo que cuando terminara su viaje, podía volver para ocupar un
puesto en el monasterio como maestro. Y justo cuando estaba por decir otra frase algo
sucedió. MAO explotó en mil pedazos, la carne de su interior fue aplastada salpicando a
todos en el monasterio y una onda expansiva dejó un cráter donde antes estaba su
maestro. Pero en el medio del cráter ahora había alguien más. Era un hombre de pelo
grisáceo largo, que cubría sus ojos, portaba una armadura negra con detalles rojos. Era
PHO. Había caído desde algún lugar siguiendo a RAO. Emanaba un humo y una
electricidad recorrió su cuerpo, sus ojos rojos humeaban. La onda expansiva desprende las
tejas de los techos del monasterio, arrasó con las personas que se encontraban ahí y
derribó las barracas donde dormían los aprendices. RAO grito de ira y rápidamente formó
los círculos del alma detrás de él. Se abalanzó tan rapido que el sonido de su golpe se
escuchó segundos después. El ataque directo dio de lleno en el pecho del PHO, y todo lo
que estaba en el rango de ataque explota, arrasando con la montaña que se encontraba a
su espalda y con partes del monasterio. Pero PHO estaba intacto, su armadura estaba al
rojo vivo en el lugar del impacto y había quedado marcado el puño de RAO, pero parecia
que no habia herido ni un poco al extraño. PHO le dio un codazo al brazo de RAO
rompiendoselo y luego apreto una serie de puntos de presión en el pecho, cuello y frente de
RAO eliminando el aura de fuego que lo rodeaba y dejándolo medio adormecido. Entonces
juntó sus dos manos y golpeo a RAO directo en la mandíbula deformandolo del golpe y
haciéndolo volar con una velocidad increíble. Luego PHO desapareció dejando una estela
de polvo hacia arriba y con el viento que emano de ese ese salto, daño todo el monasterio
haciéndolo temblar.
PHO alcanzó en el aire a RAO quien todavía no entendía nada de lo que estaba pasando y
le dio un codazo en el estómago haciendo escupir sangre por la boca a RAO. El sonido de
ese golpe se pudo escuchar por varios kilómetros a la redonda. Entonces PHO sonriendo
levantó su brazo y del centro de su mano, apareció una espada roja hecha de cristales.
Apreto con fuerza la empuñadura y lanzo un ataque que fue contrarrestado con
Samaehada. El choque provocó un fogonazo muy fuerte. RAO estaba consciente,
gravemente herido, pero aun podía cubrirse. Entonces Samaehada empezó a soltar un
humo verdoso que rodeo a RAO, el fuego de su espalda junto a los 3 círculos del alma se
restablecieron haciendo que pudiera moverse libremente. RAO pateó el aire y con eso se
dio impulso hacia PHO, entonces empezaron a intercambiar espadazos a una velocidad
increíble pero de la nada PHO sacó un puñetazo que hizo salir volando a Samaehada y
luego con una impresionante patada giratoria RAO salió despedido con tanta velocidad que
comenzó a quemarse con la entrada en la atmósfera de su cuerpo. RAO se incrusto en la
tierra dejando un cráter del tamaño de un pueblo entero. La explosión del impacto hizo
temblar varias ciudades a kilómetros de distancia y el resplandor fue visto desde varios
lugares del continente.
PHO descendió, alrededor y encontró entre los escombros el cuerpo de RAO. Le faltaba el
brazo con el que había intentado cubrirse el golpe y estaba tirado con los ojos abiertos pero
con la mirada perdida. No respiraba. PHO se lo quedó mirando un rato, entonces noto algo,
la armadura que tenia puesta comenzó a agrietarse y varias partes de rompieron. Su cuerpo
debajo de esas partes mostraba goles y cortes producto de ataques que no entendía en qué
momento había sucedido pero al parecer RAO se había movido más rapido de lo que él
había sido capaz de ver. PHO estaba sorprendido. Sonreía anonadado, estaba contento de
haber encontrado a alguien que en tanto tiempo hubiera sido capaz de dañarlo. Si la pelea
hubiera durado más quizá hubiera tenido alguna oportunidad. Pero el había ganado y RAO
yacía sin vida en el fondo del cráter. Le hizo una reverencia mostrando respeto y luego
desapareció elevando tierra hacia arriba.
El silencio en el lugar era terrible. Ya nada se podía hacer. El viento movía las ropas
ensangrentadas de RAO pero algo interesante empezó a pasar. Un aullido de lobo se
escuchó a lo lejos, la tierra tembló y RAO dio una bocanada de aire abriendo los ojos.
Estaba vivo. La protección que había sido ungida sobre él con la sangre del hombre lobo lo
había salvado. RAO gritó con todas sus fuerzas pero nadie vino. Así que se quedó triste,
llorando en el piso mirando hacia el cielo, pensando en su maestro y en sus compañeros
caídos. Era momento de levantarse y buscar venganza.

Epílogo

El panda esta llevando a la boca un pedacito de salmón a la boca, los palillos están mejor
agarrados y esta vez lo esta logrando. Justo antes de meterlo en su boca mira a un costado
y hay un joven de labio leporino mirándolo. El le dice, bien, ahora come tranquilo. Así que el
panda asiente contento y por fin come su tan preciado niguiri de salmón. Suelta un par de
lagrimas y sonrie en dirección al joven. Ese joven de labio leporino es Midsommar, el hijo de
la Reina Magna. El panda sigue comiendo muy contento, luego satisfecho, lo mira con
seriedad y le dice: Bueno, ya es momento, empecemos con tu entrenamiento.

- FIN -

Agradezco a todos los que nos siguen, a los amigos que siempre están, a los que se
acuerdan a última hora, a todos los curiosos que se quedan 10 minutos y a todos los que
nos dan bola a las 3 de la mañana en esta cuarentena.
Pero sobretodo a mis compañeros de Nerdomancers por bancarme en mis locuras.

A continuación un listado de quienes fueron testigos de esta magia.

RolandoBriones_14808
megaxtrem
ManfredGabriel
javier242
ezequiel224
DiegoPagliaro
ZebaGon
JuanDRomero77
EzequielPaz_
leonelmagno_50395
manzanoenriquem
KiBa_28679
mariov696z
victor2020
NicolsChocorSnchez
RodrigoC_69494
TruquitoDeSega
RubenDesprebiteris
Comahue
MarianoQuetimporta
sargeantbranch
prostata73
galeanonicolas
Daik
cancernokyo
guidocassulo
CelesteNoguera
leo22
Neider94
ArielRolla
DaminAliaga
NicoYacuzzi
RochuLawliet
SaracenaA
Mejillondeelote

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