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Mesa 97: Peronistas y antiperonistas sin Perón: formas de la política, partidos e


identidades (1955-1966)
“Corrupción y peronismo en la imaginación política del antiperonismo. Una lectura desde
las comisiones investigadoras de 1955.”
Ferreyra, Silvana Gabriela
CONICET- CEHis- UNMdP

La “revolución libertadora”, tal como se autodenominó el gobierno de facto encabezado


por los militares Lonardi, Aramburu y Rojas, puso en marcha un proceso de “desperonización”,
una de cuyas herramientas fue la creación de cientos de comisiones encargadas de investigar las
irregularidades producidas durante la gestión que habían derrocado. El decreto 479/55 creó la
Comisión Nacional de Investigaciones, cuya finalidad era investigar exhaustivamente las
irregularidades producidas durante la gestión del “régimen depuesto”, tal como denominaron a la
presidencia de Juan Domingo Perón. Esta institución cívico militar operó entre octubre de 1955 y
abril de 1956 con el objeto de investigar las irregularidades producidas durante la gestión del
régimen que había derrocado, transformándose en emblema de la persecución política contra el
peronismo o de la lucha contra la corrupción política, según las perspectivas enfrentadas que
devuelven los actores de la época.
Hace unos años nos concentramos en el estudio de esta experiencia que, pese a ser
usualmente mencionada por la historiografía, se presentaba como un área de vacancia para ser
indagada en profundidad. Nuestro proyecto buscaba reconstruir las representaciones que
construyó la imaginación política antiperonista durante el proceso “desperonizador”. En
particular, nos interesó detenernos en la imaginación social sobre la corrupción en Argentina, un
tópico en el que se anudaban buena parte de los significados que circulaban en esa experiencia.
En esta línea, nos parece relevante establecer un diálogo con el campo de estudios sobre la
corrupción en la Argentina. La mayor parte de los estudios sobre el tema han señalado la década
del noventa como momento fundacional para analizar el problema de la corrupción, tanto en lo
que refiere a su cobertura en los medios de comunicación, a su constitución como problema
público o a su constitución como clivaje del espacio político (Pereyra, Amadeo, Corral). Una
genealogía que tienda hilos hacia el pasado puede resultar relevante tanto para evitar la
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constitución de esa experiencia como un momento único y fundacional como para construir
visiones más historicistas y menos esencialistas de este problema.
Para la reconstrucción nos hemos detenido principalmente en el corpus directamente
vinculado a las comisiones: el Libro Negro de la Segunda Tiranía, las memorias de la Comisión
Nacional de Investigaciones 1 y los expedientes existentes en el Fondo de la Fiscalía de
Recuperación Patrimonial, presentes en el Departamento Intermedio del Archivo General de La
Nación. 2 Asimismo hemos relevado las noticias sobre la misma presentes en un ideario nacional
de importante tirada, la Nación, a fines de empezar a considerar la circulación de estas
representaciones en la época así como sopesar la dimensión propagandística, central en estas
iniciativas.
Iniciaremos el trabajo haciendo un recorrido que nos oriente sobre los estudios sobre la
corrupción en Argentina, enlazando con preguntas que atiendan a un enfoque teórico e histórico.
En segundo lugar rastrearemos las figuras y argumentos que pueden formar el campo corrupción,
un término que era el más recurrente. Por último, analizaremos el modo en que estas
figuraciones se ataron con lo político y lo judicial.

Los tipos de delitos y las representaciones sobre el peronismo

En este apartado buscamos identificar una serie de representaciones circulantes en el imaginario


político antiperonista de esa coyuntura. Para este fin, buscamos reconstruir algunas figuraciones
a partir de los delitos enumerados en un grupo de memorias y expedientes vinculados al corpus
de distintas comisiones investigadoras. Aunque el criterio de selección es aleatorio, el análisis de
materiales provenientes de distintas jurisdicciones e instituciones garantiza márgenes aceptables
de representatividad, que planeamos ampliar con una exploración más exhaustiva. Lo interesante
de captar estas acusaciones como figuraciones es evidenciar el modo en que atravesaron a
distintos personajes, desde el propio Perón hasta el empleado de una cualquier repartición estatal.
Aunque es posible que la intención “oficial” fuese circunscribir las acusaciones y penas para
reproducir un mensaje “ejemplificador”, el proceso terminó por generar una ola de denuncias que
afectó también a aquellos a quienes quería convencer.

1
Comisión Nacional de Investigaciones, Documentación, Autores y Cómplices de las irregularidades cometidas
durante la segunda tiranía, Buenos Aires, 1958. 5 tomos.
2
En los sucesivo lo resumiremos como AR-AGN.DAI/FNRP.CNI.CCA
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Uno de los relatos se construyó en torno a la figura del “allegado al régimen”: un familiar, amigo
o correligionario que obtenía beneficios económicos diversos por pertenecer a ese círculo
cercano al poder, cuyo radio podía variar según se aplicase a una jurisdicción nacional,
provincial, municipal. Esos privilegios iban desde recibir una orden para retirar a precio de lista
uno de los Mercedes Benz importados por Jorge Antonio 3, acceder a créditos de preferencia en la
sucursal de algún banco estatal u obtener una cuantiosa diferencia a partir de la adquisición del
dólar oficial y su venta en el mercado paralelo. 4

En los delitos tipificados por las comisiones estos “allegados del régimen” ocuparon un segundo
plano en la cadena de acusaciones, protagonizada por los “funcionarios corruptos”, cuyo único
objetivo al ocupar un cargo público era el de hacer negocios privados. Lo interesante es que esta
reflexión se extiende desde mega-casos como el de los sobreprecios en las licitaciones para la
usina termoeléctrica de San Nicolás 5 hasta la acusación al jefe de estación de la terminal de
ómnibus de Mar del Plata por robar el dinero de la alcancía de la virgencita que protegía a los
pasajeros. 6

Junto con estas figuraciones, que apuntaban a consolidar la imagen del régimen peronista como
corrupto e ineficiente, circularon otras donde la huella del conflicto con el catolicismo a
mediados de los cincuenta fue fácil de advertir. Aunque no sea una novedad, como señala Omar
Acha, la policía de lo sexual se convirtió en meollo de las pujas políticas. 7 Si la supuesta relación
de Perón con la joven dirigente de la Unión de Estudiantes Secundarios, Nelly Haydee Rivas, fue
condenada moral y judicialmente como estupro 8, similares imágenes se reprodujeron entre las
segundas líneas. Ramón Subiza fue quizás el más estigmatizado por su vida privada, a la que se
consideraba particularmente licenciosa por ser divorciado, unido en concubinato con otras dos
mujeres a las que, como si esto fuese poco, engañaba con amantes en orgías a las que asistían sus
propios hijos (sic!). 9 La efectividad de estas impugnaciones a la “decencia” peronista no

3
Documentación, Autores… Comisión 11.
4
Ibíd. Comisión Córdoba. AGN- FNRP. Comisión Rosario, Santa Fé.
5
Documentación, Autores… Comisión 1.
6
Archivo Jud. MDP. Causa 1083/ 1956.
7
ACHA, O. (2014) Crónica Sentimental De La Argentina Peronista, Sexo, inconsciente e ideología (1945-1955),
Buenos Aires, Prometeo, p. 378.
8
Documentación, Autores… Comisión 2.
9
Ibíd. Comisión 15.
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sufrieron menoscabo, incluso cuando los propios peronistas habían compartido valoraciones
semejantes. La acusación por adulterar la fecha de la partida de nacimiento de Eva Perón y sus
hermanos junto con la del certificado de matrimonio de sus padres muestra, a la par de la
condena por falsificación de documentos, la pesada carga social que implicaba ser “hijo
ilegítimo”. 10 En otro plano, las acusaciones a una maestra peronista que escribía anónimos en
desacuerdo con la moral probablemente pueda leerse en espejo con similares denuncias en el
campo educativo durante el peronismo. 11

Un grupo quizás más significativo de acusaciones emparentaba el régimen peronista con los
“totalitarismos” europeos. Emergen así varios temas ya transitados por la historiografía: la
superposición de estado y partido; la concentración de poder; el culto al líder y la persecución
política. Lo que aquí nos interesa es cómo esos tópicos trascendieron la coyuntura, encarnando
en personajes diversos.

Así, los abundantes cruces entre estado y partido, repudiados desde una perspectiva liberal, se
visualizaban a partir de la escena del funcionario o intendente que utilizaba mobiliario de su
repartición en la unidad básica, alquilaba locales con dinero del municipio u ocupaba empleados
de su dependencia con fines partidarios. Esta imagen llega al paroxismo con la denuncia sobre el
modo en que Ramón Carrillo, ministro de salud, utilizaba insanos para tareas proselitistas. 12 La
culpabilidad alcanza tanto a quien da la orden como al que la ejecuta, sembrando incluso las
sospechas entre todos los empleados que accedieron a cargos públicos durante el peronismo, con
el único mérito de firmar una ficha de afiliación o sumar varios avales políticos.

Respecto al culto al líder y la concentración de poder, se crítica tanto la obsecuencia como el


desprecio a la división de poderes. Proliferan relatos sobre políticos que gastan dinero público en
homenajes al “ex dictador” y a la “extinta” María Eva Duarte de Perón, o los funcionarios que
efectúan descuentos compulsivos en los jornales de su personal con el mismo fin. Aunque el
delito económico también ocupaba un lugar en esa denuncia, el rechazo al ritual del homenaje –
que por otro lado se repetirá en los años subsiguientes- era central. Nuevamente aparecen
impugnaciones a esta práctica en espacios múltiples y diferenciados. Por un lado, se constituye

10
Ibíd. Comisión 6.
11
AGN- FNRP. Comisión La Chispa, Santa Fé. FIORUCCI, F. (2013) Los amores de la maestra: sexualidad, moral
y clase durante el peronismo Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, 85.
12
Documentación, Autores… Comisión 16.
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una comisión investigadora del proyecto de Monumento a Eva Perón, en la que se condensan las
típicas acusaciones sobre negociados junto a otras menos convencionales. Entre ellas el intento
por demostrar que la propia homenajeada había sido la autora de la iniciativa; la advertencia
sobre el egocéntrico intento de Perón por convertirlo en un homenaje a su propia persona; el
derroche del dinero público en un proyecto “ostentoso, faraónico e irreale” o el doble discurso
evidenciado al defender la soberanía nacional y la independencia económica, pero pagar en
dólares a un artista extranjero para la elaboración del monumento.13 En otro plano, es ilustrativa
la denuncia a un director de escuela en un pueblo de la provincia de Santa Fé, acusado de
brindar un “discurso emocional” cuando la muerte de Evita, y organizar el acto carnavalesco del
entierro, una réplica de cuya urna guardaba en la escuela. 14 Otro director de escuela, pero esta
vez de una ciudad en el Chaco, fue denunciado por presionar a los vecinos de esta zona a
adquirir fotografías del mandatario depuesto General Perón y Eva Duarte, para lo cual se hacía
acompañar de funcionarios policiales. 15 El maestro, el director de escuela, aparece como un
cómplice central en esta tarea de adoctrinamiento y “endiosamiento de los líderes”. En definitiva,
la idea que se buscaba cristalizar era negar carácter voluntario o espontáneo a los homenajes
dispensados a Eva y Juan Perón.

Desde una perspectiva republicana, esta concentración de poder también era criticada pues
habría llevado a una desvirtuación de la división de poderes. La obsecuencia de funcionarios,
legisladores, políticos y jueces había quedado en evidencia en la firma de renuncias a disposición
del ejecutivo al asumir el cargo 16, jueces que efectuaron prevaricato 17 o la toma de un juramento
inconstitucional por "Dios y la Patria, por Juan y Eva Perón" a ministros y legisladores
incorporados después de 1952. 18
El imaginario liberal también alentó las denuncias de monopolios manejados por el estado:
aparatos de TV, mercedes Benz y, como emblema, la cadena de prensa y difusión dirigida por
19
Aloé. El control de la información era otro sello del “totalitarismo”. Por el contrario, los

13
Ibíd. Comisión 9.
14
AGN- FNRP. Comisión Ceres, Santa fé.
15
AGN- FNRP.Comisión San Bernardo, Chaco.
16
AGN- FNRP. Comisión Legislatura, Buenos Aires.
17
Documentación, Autores… Comisión 15.
18
Documentación, Autores… Comisión Catamarca.
19
Documentación, Autores… Comisión 3 y 7.
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vínculos directos con los gobiernos fascista y nazi (crítica reiterada en los inicios del gobierno
peronista) se circunscribieron a la verificación de la adquisición de un documento secreto de
cancillería de Hitler sobre energía atómica en el marco de la investigación sobre el “Proyecto
Huemul” para obtención de energía mediante reacciones termonucleares, al que se calificó
cuanto menos como disparatado. 20

En ese sentido, la vinculación se dio antes por la utilización de Nüremberg como modelo de
enjuiciamiento que por las denuncias de conexiones concretas entre el peronismo y las huestes
hitlerianas. En una muestra clara de esta conexión, la comisión que juzgó las “Irregularidades
Administrativas imputables al Presidente Depuesto” citaba al profesor Rafael Lemkin, ex
consejero fiscal norteamericano en los juicios de Nüremberg, para sostener la acusación de
“genocidio” 21 contra el primer mandatario. Las figuras del jefe que perseguía a sus empleados 22,
el policía que torturaba comunistas 23 o el violento que atacaba manifestaciones opositoras, toman
la forma de un plan sistemático. 24 Aunque una serie de arengas presentes en discursos de Perón
son consideradas evidencia para la acusación, el eje se encuentra en el armado y envío del “Plan
Político de 1952:

“que aconseja la formación de un frente sólido, activo y enérgico con la misión fundamental de
aniquilar a las fuerza adversarias, dirigentes y perturbadores, con todos los medios y con la
mayor energía y decisión, ante cualquier preparativo o intento de alteración del orden público
(…)También expresa dicha orden general Nº 1 “que para cumplir este propósito (“al atentado
contestar con miles de atentados”) se han confeccionado listas de objetivos, de locales y
organizaciones extranjeras enemigas de nuestro gobierno, que actúan en común con los
complotados, y de personas opositoras que deben ser suprimidas sin más en caso de atentado al
excelentísimo señor presidente de la Nación” 25

20
Documentación, Autores… Comisión 12.
21
…“en el campo político”, la destrucción “de instituciones de gobierno propio”; en el campo cultural, la
prohibición o destrucción de “instituciones y actividades culturales” y la distorsión de la educación racional, “a fin
de impedir un pensamiento humanístico”, que se considera peligroso por cuanto conduce a la independencia de
juicio; y “en el campo religioso”, la interferencia con las actividades de la Iglesia, por cuanto pudiera contribuir a
condenar los actos y fines de la tiranía gobernante.” Documentación, Autores… Comisión 2.
22
Ibid. Comisión Córdoba.
23
Archivo Jud. MDP. Causa 562/1955.
24
AGN- FNRP. Comisión Santa Fé.
25
Documentación, Autores… Comisión Córdoba.
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La responsabilidad se ramifica a distintos niveles. En la cúpula Perón, más abajo Tesaire como
26
responsable de la operación general, en las bases los empleados del correo que revisan la
27
correspondencia. Los perseguidos aparecen también aquí y allá, y no son sólo los políticos que
retornan de su exilio en Montevideo o aquellos que son liberados de su prisión política. Una
vecina de Santa Fé, militante de la UCR, pide se revea la causa en que fue condenada por
propagación de rumores alarmistas, vinculados a un complot para asesinar a Juan Domingo
Perón en el momento de asumir la segunda presidencia. La misma acusa a una señora del barrio,
quien sostiene habría recibido dinero de dirigentes femeninas peronistas que además eran
empleadas del gobierno de la provincia, a los fines de que se prestase a asumir el carácter de
denunciante. Aunque la propia comisión verifica su sobreseimiento durante el peronismo, su
denuncia gana legitimidad a partir de la instalación en el imaginario antiperonista de la época
una organización que habría funcionado para perturbar la vida de los opositores. La verificación
en distintos territorios de un proyecto de censo familiar permanente, ejecutado por los “jefes de
manzana”, venía a verificar esta certeza. Como evidencia se secuestraron las planillas con las que
se llevaría adelante, donde se solicitaba: año de nacimiento, apellido y nombre, número de casa o
solar, domicilio, profesión u oficio, lugar donde trabaja, y las categorías más controvertidas de
partido político al que pertenece y grado de oposición. Ante los interrogatorios que las
comisiones dispusieron para indagar sobre los fines de este proyecto, las respuestas de los “jefes
de manzana” encargados del operativo fueron variopintas: estuvo quien sostenía que se
relacionaba con la defensa pasiva antiaérea, quienes simplemente aducían seguir las órdenes del
partido y quienes consideraban perseguían fines de ayuda social. 28
Aunque algunas de las respuestas pueden considerarse oportunistas y motivadas para eludir
responsabilidades, lo interesante es que varias comisiones estaban dispuestas a contar entre las
víctimas del régimen no solamente “a los desaprensivos habitantes que al ser censados ignoraban
las aviesas intenciones del régimen, sino que también envolvió con mentiras y engaños a los
propios y más directos colaboradores –jefes de manzana- que por ser los que daban la cara al
pueblo merecían mayor sinceridad.” 29

26
Ibíd. Comisión 8.
27
Ibíd. Comisión Córdoba y Santa Fé.
28
AGN- FNRP.Comisión Villa Cañas, Santa Fé.
29
Ibíd.
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La delimitación de la culpa en el núcleo dirigencial era la estrategia mayoritaria en el seno de las


comisiones, a tal punto que los propios peronistas habrían utilizado el argumento de la
obediencia y el temor a represalias para eludir la justicia antiperonista. Así, por ejemplo, podía
deducirse del interrogatorio:

“El 11 de noviembre del año 1951 fue electa senadora provincial, firmando de inmediato su
renuncia en blanco, y más tarde, pese a negarse ella en un principio, tuvo que firmar por orden de
Eva Duarte y ante Juana Larrauri y Renzi, una carta en la cual se acusaba a sí misma de
comunista y de la comisión de graves irregularidades, para estar de este modo en las manos de la
señora ex presidente, pues a la primera desobediencia se exponían a la persecución y a la
cárcel.” 30

En efecto, el decreto 479/55 de creación de las comisiones, señalaba que el fin era “investigar
exhaustivamente irregularidades producidas durante la gestión del régimen depuesto, cometidas
por funcionarios o por particulares vinculados con aquéllos”. Desde una óptica judicial, los
hechos delictivos que se identificaron fueron: estafas y otras defraudaciones, rebelión, abuso de
autoridad y violación de los deberes de funcionario público, cohecho, negociaciones
incompatibles con el ejercicio de la función pública, exacciones ilegales, falsificación de
documentos, corrupción y ultrajes al pudor, violación de secretos, estafas y otras defraudaciones,
usurpación, instigación a cometer delitos, intimidación pública, delitos que comprometen la paz
y la dignidad de la nación, delitos contra los poderes públicos y el orden constitucional,
usurpación de autoridad, títulos u honores, malversación de caudales públicos.

Sintetizadas en tales formulas, estos delitos siguieron su curso legal. Pero más efectivo que el
accionar judicial fue el modo en que tallaron los imaginarios. Enmarañados en la búsqueda de un
camino entre la evidencia judicial y el deseo de convertirse en evidencia histórica, las comisiones
cristalizaron algunas imágenes ya existentes en el imaginario antiperonista y legaron muchas
escenas que forman parte de esta configuración. En ese sentido, la búsqueda de irregularidades
fue mucho más multifacética de lo que el propio vocablo sugiere.

Para 1945 ya existía el diagnóstico del peronismo como crisis ético política y el mismo se
31
demostró persistente. En este sentido, las figuraciones asociadas a la corrupción, la

30
AGN- FNRP. Comisión Legislatura, Buenos Aires.
31
ALTAMIRANO, C. (2002) “Ideologías políticas y debate cívico” en Juan C. Torre (Dir.) Nueva Historia
Argentina. Los años peronistas (1943- 1955). Buenos Aires, Sudamericana.
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ineficiencia, el clientelismo, los personalismos tuvieron larga duración en la imaginación


política. Por otro lado, la asociación con el fascismo y el nazismo, que se había mostrado fuerte
en los orígenes, ya comenzaba a ceder espacio. El tópico de la inmoralidad, al menos con la
fuerza que tuvo en ese contexto, también parece un fenómeno coyuntural.

El peronista como criminal, como violento, como bárbaro, continua siendo una figura recurrente
entre los adversario de Perón, tal como lo advirtió Milanesio para el primer peronismo. 32 Sin
embargo, la caída del régimen y su posterior proscripción permitieron a los peronistas utilizar un
recurso que no les era ajeno: invertir las cargas valorativas de los estereotipos con que se los
identificaba. En esta oportunidad pasaron de perseguidores a perseguidos y la escena de la
persecución ya no pudo quedar asociada sino a sus huestes.

En este plano, la diferenciación entre un peronismo “tolerante” y otro “radicalizado” pasó más
por el nivel de ramificación que persiguió la búsqueda de delitos que por la búsqueda de uno u
otro tipo de clasificaciones. El realismo político imponía la distinción entre los integrantes del
régimen y sus partidarios para avanzar en un proceso “desperonizador” que no desatara un
enfrentamiento civil manifiesto. ¿Hasta dónde buscar entonces a los “cómplices del régimen”?

En esta línea, el testimonio de las comisiones es especialmente interesante porque combina


evidencia sobre la producción y la recepción de la enunciación antiperonista. Las denuncias a
“ras de suelo” se nutrieron (a la vez que transformaron performativamente) las figuraciones
circulantes pero, lejos de domesticarlas, pusieron en evidencia la tensión social que una década
de peronismo había instalado.

En defintiva, encontramos que los delitos vinculados al supuesto carácter “totalitario” del régimen
conformaron causas que terminaron en el archivo y nunca fueran penadas. Distinta fue la suerte de
los expedientes que trataban actos de corrupción económica, los que recibieron un trato preferencial
y minucioso. En efecto, si como ha señalado Spinelli hubo estrategias diversas de “desperonización”,
la que apuntó a identificar peronismo y corrupción parece haber sido la exitosa en las comisiones
investigadoras.

32
MILANESIO, N. (2010) “Peronists and… op. cit.
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Pasado y presente: un recorrido por comisiones investigadoras en la historia argentina

Junto a la Comisión Nacional de Investigaciones en 1955, a lo largo del siglo XX el


Poder Ejecutivo ha fomentado en la Argentina la conformación de comisiones cuyo objetivo fue
investigar delitos ocurridos durante los gobiernos inmediatamente anteriores. Se trata, desde ya,
de una característica que excede cualquier marca nacional, pudiendo ser tematizada en sentido
amplio como “justicia transicional”, esto es los procesos de juicios, purgas y reparaciones que
tienen lugar luego de la transición de un régimen político a otro. (Elster, 2006: 16 )

En primer término, tras ser derrocado en 1930, Hipólito Yrigoyen fue investigado por el
gobierno golpista que creó una comisión especial para detectar supuestas irregularidades
administrativas. Décadas después, otro gobierno militar se propondría investigar y denunciar al
régimen que ellos mismos habían derribado. El 21 de octubre de 1977 fue creada la CONAREPA
(Comisión Nacional de Responsabilidad Patrimonial) en el ámbito del Ministerio del Interior de
la dictadura cívico militar. Su objetivo era investigar los patrimonios de la derrocada presidenta
peronista María Estela Martínez, viuda de Perón, y unos 80 funcionarios de su Gobierno y
allegados, todos ellos detenidos por motivos políticos. Por último, en 1983 se crea la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), reconocida a nivel internacional como
la primera comisión de la verdad. Las diferencias entre esta comisión y las anteriores son
evidentes desde el momento en que la misma es fundada por un gobierno democrático que
pretender identificar y denunciar graves violaciones a los derechos humanos ocurridas durante
una dictadura militar, incluyendo detenciones ilegales, torturas y la desaparición de 30.000
personas. 33
No obstante, todas estas experiencias nos interesan en la medida en que aparecen
anudadas en el debate público actual, invocadas por distintos actores del sistema político como
forma de legitimar o impugnar una serie de denuncias contra el gobierno kirchnerista. Como ha
señalado Alejandro Grimson (2012: 25) “necesitamos más investigación en ciencias sociales si,
ademas de “agregar conocimiento a la cadena productiva” para posicionarnos mejor con las

33
Un clásico para el problema de la justicia retroactiva durante la restauración de la democracia en Argentina como
es el libro de Carlos Nino (2015) no hace mención alguna al proceso de desperonización en el capítulo que dedica
exclusivamente a historizar la experiencia, titulado “la justicia retroactiva en la Argentina”.
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exportaciones, aceptamos que es imprescindible “agregar conocimiento” al debate público y a las


políticas públicas.”
Por un lado, algunos actores legitiman sus denuncias al gobierno kirchnerista
proponiendo la conformación de una “CONADEP” de la corrupción. Su mayor impulso vino de
la mano de la Unión Cívica Radical, quien construyó su relato a partir de una reivindicación del
alfonsinismo y su rol en la defensa de los derechos humanos, aunque logró un apoyo bastante
extendido en otros sectores. La propuesta tomó forma a partir de una serie de entrevistas que
Ernesto Sanz ofreció para distintos medios nacionales 34, se extendió en la prensa en editoriales y
columnas de opinión y en las redes sociales a partir de las opiniones de blogueros y tuiteros.
Curiosamente, su origen parece estar vinculado a otra tradición política, pues su mención
original aparece en un proyecto elaborado por el grupo de los 8, cuyo objetivo era denunciar la
corrupción durante la presidencia de Carlos Menem. 35 Su momento de apogeo fue a mediados
de 2014, cuando Julio Cobos y otros miembros de la bancada radical presentaron al Congreso de
la Nación un proyecto de ley para la creación de la CONAEP (Comisión Nacional de Ética
Pública).

Siguiendo el texto del proyecto (expediente 5898-D- 2014), “el objetivo de la misma era
investigar y esclarecer los hechos relacionados con actos de corrupción de funcionarios públicos,
con el fin de coadyuvar a la determinación de la responsabilidad política de sus autores y su
eventual condena”. Según su artículo 2º, estaría integrada por once (11) miembros, "ciudadanos
de reconocidos antecedentes y prestigio público y que durarán cuatro años en su función
pudiendo ser reelegidos por un período". Su conformación respondía al siguiente patrón: uno
por la Corte Suprema de Justicia de la Nación; uno por el Poder Ejecutivo de la Nación; uno por
el Procurador General de la Nación; uno por el Defensor del Pueblo de la Nación; uno por la

34
Entrevista a Ernesto Sanz, La Nación, 6/6/14. Disponible en http://www.lanacion.com.ar/1698921-ernesto-sanz-
la-conadep-de-la-corrupcion-va-a-investigar-a-cristina-kirchner-y-a-todo-el-mundo. La idea circulaba, al menos
desde 2013, en opiniones volcadas por Silvia Vázquez, ex diputada nacional FPV, integrante de la fuerza política
Concertación FORJA. Se alejó del FPV en 2011, Clarín, 1/6/13. Disponible en línea en
http://www.clarin.com/opinion/Necesitamos-Conadep-corrupcion_0_929907165.html
35
El Grupo de los 8 fue la denominación periodística de una facción de diputados que se alejó del Partido
Justicialista argentino en diciembre de 1989 para formar un bloque parlamentario independiente dentro del Congreso
Nacional en enero de 1990. Los integrantes del grupo fueron: Germán Abdala, Darío Alessandro, Carlos "Chacho"
Álvarez, Luis Brunati, Juan Pablo Cafiero, Franco Caviglia, Moisés Fontela y José "Conde" Ramos. Hugo Barcia y
Norberto Ivanchich reproducen el proyecto en un libro titulado La carpa de Ali Baba. El Grupo de los Ocho contra
la corrupción. Para más detalles sobre la iniciativa véase Corral (2014)
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Auditoría General de la Nación; seis por el Congreso de la Nación, por resolución conjunta de
ambas Cámaras adoptada por mayoría de sus miembros presentes. 36

El punto de contacto entre CONAEP y CONADEP estaría dado porque su leit motiv
principal era colaborar con el establecimiento del Estado de Derecho. En el caso de la nueva
CONAEP, bajo el convencimiento de que la persistencia de una extendida corrupción es
incompatible con su vigencia. En esta línea, sus impulsores reiteraban que los actos de
corrupción debían ser considerados imprescriptibles. Esta condición, seguramente ausente del
texto del proyecto por cuestiones legales, estuvo presente en el discurso público y apuntaba a
equiparar los delitos de cohecho con crímenes de lesa humanidad. En esta línea, el propio Julio
Cobos señaló "La corrupción es un delito de lesa humanidad porque son menos escuelas, son
menos hospitales, menos bienestar para la sociedad." 37 Así, la vinculación entre CONADEP y
lucha contra la corrupción lograría, en un solo gesto, legitimar las denuncias contra el
kirchnerismo en un contexto internacional y disputar el fuerte lazo que une a esta tradición
política con la lucha por los derechos humanos. Un editorialista del diario El Litoral de Santa Fé,
sintetizó de modo acabado las derivaciones más extremas de esta posición:
“No se trata de imitar a la “Conadep”, pero sí de tenerla presente como modelo. La
sociedad debe saber lo que sus funcionarios hicieron con el poder. Quienes se oponen
sostienen que los militares mataban y que la corrupción no. ¿Están tan seguros? Las
víctimas de Plaza Once y Cromañón, seguramente no pensarían lo mismo. Conviene
repetirlo: la corrupción mata a muchas más personas que las que son víctimas de
catástrofes evitables, y además mata a la democracia, a la credibilidad en las instituciones
y a la propia legitimidad del sistema.” 38

Por otro lado, los sectores vinculados al kirchnerismo han preferido ligar las acusaciones
que vienen recibiendo por actos de corrupción con las persecuciones políticas que otros
gobiernos “nacional- populares” han recibido por parte de sus sucesores en 1930,1955 o 1977.
Para ser más claros podemos citar la declaración presentada por Cristina Fernández de Kirchner
al juez Bonadío en la causa abierta por venta de dólar futuro:.

36
Disponible en http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=5898-D-2014
37
Entrevista a Julio Cobos, La Nación, 24/5/2014. Disponible en http://www.lanacion.com.ar/1694295-julio-cobos-
la-corrupcion-es-un-delito-de-lesa-humanidad
38
Editorial de Rogelio Alaniza, EL Litoral, Santa Fé, 21/5/2014. Disponible en
http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/100807-una-conadep-de-la-corrupcion
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“Cada vez que un Movimiento Político de carácter Nacional y Popular fue


derrocado o finalizó su mandato, las autoridades que lo sucedieron utilizaron en
forma sistemática la descalificación de sus dirigentes, atribuyéndoles la comisión
de graves delitos, siempre vinculados con abusos de poder, corrupción generalizada
y bienes mal habidos. Sin embargo, los verdaderos motivos siempre fueron los
mismos: por un lado, barrer con las conquistas logradas y los derechos adquiridos
por la sociedad en sus diferentes estamentos y actividades; por el otro, imponer
programas de “ajuste” y endeudamiento -matrimonio indisoluble- utilizando la
supuesta corrupción para ocultar ambos objetivos” 39

Ambos relatos políticos muestran las posibilidades que puede brindar un intento de
historizar estas comisiones cuando, lejos de proponerse encontrar rasgos de mayor o menor
verosimilitud en una u otra versión, busca trazar líneas que comuniquen los sentidos nativos de
la política y los circulantes en las ciencias sociales. Los diálogos con los campos sobre la
“justicia transicional” y la “corrupción” parecen claves en este emprendimiento para evitar
esencializar.

Un enfoque historicista debería superar tanto una visión moralizadora de la lucha contra
la corrupción como el esencialismo que supone identificar un único discurso anticorrupción
funcionando como pantalla para combatir los regímenes populistas. 40

Bibliografía
• Amadeo, Belén (1999) “El proceso de transmisión de significados. La aplicación de la
teoría del Framing a la cobertura de la corrupción política en Argentina (1991-1996)”,
Tesis doctoral Universidad de Navarra.

• Astarita, Martín (2014) “Los usos políticos de la corrupción en la Argentina en los años
noventa: Una perspectiva histórica”. Revista Estado y Políticas Públicas, Nº 3, pp. 171-
190

39
http://www.perfil.com/politica/cristina-presento-un-escrito-donde-se-comparo-con-yrigoyen-y-peron-0413-
0020.phtml
40
Algunas pistas para pensar la lucha contra la corrupción en perspectiva histórica pueden encontrarse en Ruderer y
Rosenmuller (2016)
NO publicar en actas

• Corral, Damián (2014) “En torno a la política como “problema moral”. El clivaje
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• Huber, Ludwig (2008), Romper la mano: una interpretación antropológica de la


corrupción, Instituto de Estudios Peruanos.

• Pereyra, Sebastían (2013) Política y transparencia. La corrupción como problema


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una nueva historia de la corrupción en América Latina desde el imperio español a la
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• Spinelli, María Estela (1997). “El debate sobre la desperonización. Imágenes del
peronismo en los ensayos políticos antiperonistas.” En S. Bianchi y M. S. Spinelli
(Comps.), Actores, ideas y proyectos políticos en la Argentina Contemporánea (pp. 233-
262). Tandil: Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Instituto
de Estudios Histórico-Sociales.

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• Vicepresidencia De La Nacion - Comisión Nacional De Investigaciones (1958).


Documentación, Autores y Cómplices de las irregularidades cometidas durante la
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