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LAS ALIANZAS DE DIOS CON ABRAHAM

Por B.H. Carrol

1 Referencias bíblicas: Génesis 12:1-3; 15:1-21; 17:1-14; 22:1-19

La manera en que entendamos los pactos entre Dios y Abraham afecta todo nuestro sistema de
teología y especialmente nuestra doctrina de la iglesia. Si confundimos los pactos, pensando que
son idénticos, nunca saldremos del Antiguo Testamento para buscar el plan de Salvación, el
sistema de doctrina, la naturaleza de la iglesia o los sujetos de las ordenanzas. Es fácil (si estamos
confundidos) desviarnos tanto que practiquemos el ritualismo, aceptemos la unión del estado con
la iglesia y la coerción de la conciencia por el magistrado.

Si uno cree que los pactos son distintos y que un nuevo pacto toma el lugar del anterior, entonces
encuentra en el Nuevo Testamento la realidad de la iglesia, el número de sus ordenanzas y
quienes son los que participan de ellas. Como consecuencia se rechaza la unión del estado y la
iglesia, cree en la libertad de la conciencia, se opone a toda jerarquía, defiende la forma
congregacional de organizaciones eclesiásticas y la independencia de ellas.

Los pactos han sido el campo de batalla entre bautistas y paido-bautistas a través de la historia.
Cuando uno toma una posición decisiva tocante a los pactos, automáticamente se coloca en uno
de los dos grupos. Aunque multitudes de libros se han escrito sobre este asunto, el argumento
paido-bautista mas fuerte en favor de su posición tocante a los pactos, es hecho por el eminente
teólogo presbiteriano Dr. N.L Rice. En breve su argumento va así:

(1) El pacto con Abraham es un pacto de gracia, por eso no perteneció a la dispensación
judaica y no dejo de existir con la culminación de esa dispensación.
(2) El pacto claramente incluía a los creyentes y sus hijos infantes y siendo que queda hasta
ahora intacto, incluye todavía al mismo tipo de personas.
(3) Todos los que estaban incluidos en el pacto tenían derecho a recibir la señal del pacto; los
que están incluidos en el pacto ahora, tienen el mismo derecho. Siendo que los creyentes
profesantes junto con sus hijos recibían la señal del pacto por el mandamiento de Dios, los
profesantes ahora y sus hijos deben recibir la señal.
(4) La circuncisión fue la primera señal y fue administrada a los creyentes profesantes y a sus
hijos infantes; ahora el bautismo es la señal y debe ser administrado a los profesantes y a
sus hijos infantes.

O, para expresarlo en otra manera:

(1) El pacto abrahámico era y es todavía el. Pacto de Gracia: la iglesia de Dios, como un pueblo
en alianza con El, fue organizado en base a este pacto.
(2) Como la iglesia fue organizada sobre este pacto, ella incluye en su membresía todos los que
fueron incluidos en el pacto, es decir, a los creyentes profesantes y los hijos infantes de ellos.
(3) La iglesia de la era cristiana existe en base del mismo pacto y es idéntica con la iglesia
abrahámica e incluye el mismo tipo de persona en su membresía, es decir, incluye a los creyentes
profesantes y los hijos infantes de ellos.

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(4) Todos los que son incluidos en el pacto y en la membresía de la iglesia tienen derecho al rito
de iniciación. Siendo que durante el antiguo pacto los creyentes profesantes y sus hijos infantes
recibieron la circuncisión, (el primer rito de iniciación), ahora en la actualidad el mismo tipo de
personas, que se encuentran en realidad dentro del mismo pacto, tienen derecho al rito de
iniciación, (ese rito ahora es el bautismo).

Estos dos pactos los une el Dr. Rice utilizando unos pensamientos confusos.

(1) El pacto de gracia hecho con Abraham fue nada menos que una continuación y
engrandecimiento de los pactos y las promesas previas a el. Por eso cualquier argumento que se
hace relacionado a la iglesia, debe basarse no solo en este pacto sino en todos los pactos previos,
incluyendo los que fueron hechos con Noe, Seth y Adán.

(2) Ni el pacto de gracia ni el pacto de circuncisión incluía solo a los creyentes y sus hijos
infantes. Ismael, el primer descendiente de Abraham recibió el rito y no fue ni creyente ni infante
en el momento de ser circuncidado. Los esclavos adultos de Abraham quienes recibieron el rito al
mismo tiempo no eran hijos infantes de ningún creyente, y la ley no requirió que ellos fueran
creyentes. Fueron circuncidados porque eran esclavos de Abraham, sin tomar en cuanta su edad o
su fe personal. La ley tocante a esclavos como sujetos a la circuncisión nunca fue cambiada.
Tocante a los descendientes de Abraham, la circuncisión, aunque fuera administrada a
millones de ellos, nunca fue administrada a ningún creyente entre esos millones. La ley que
requería que fuera administrada cuando el varón tuviese ocho días de nacido, tendría que ser
violada para ser administrada a un creyente. Obedecer esta ley es excluir a los creyentes, como en
igual forma el bautismo de infantes tiende a hacer desaparecer de la tierra el bautismo de
creyentes.
El Dr. Rice habla de "creyentes" en forma plural, pero eso fue imposible porque bajo el
sistema de la ley, Abraham era el único creyente que fue circuncidado. Así vemos que no hay
prueba para hablar de la circuncisión en relación a "los creyentes y sus hijos infantes".

(4) El Dr. Rice hace uso de la expresión "señal" en manera muy anti-escritural. A
Abraham, y solo en relación a Abraham personalmente, fue declarada la circuncisión para ser una
"señal", (una señal de su fe que el tuvo antes de ser circuncidado). La circuncisión nunca pudo
tener el mismo significado para alguno de sus descendientes si fue administrada según el
dictamen de la ley.
La Biblia nunca llama al bautismo "una señal" en ningún sentido. Los creyentes del
Nuevo Testamento fueron "sellados" (señalados) por el Espíritu Santo y no por el agua.

(5) El Dr. Rice, confunde la iglesia cristiana con lo que el esta dispuesto llamar la "iglesia
abrahámica". Pero la expresión "iglesia abrahámica" es un término demasiado ambiguo. Es
necesario aclarar su definición. La única organización abrahámica visible es la nación de Israel.
Si se sustituye la expresión "nación de Israel" para "iglesia abrahámica" entonces la teoría es
absurda. No es necesario contradecirla, se autodestruye.

(6) El Dr. Rice supone que el bautismo vino en lugar de la circuncisión, pero esto va en
contra de la Escritura y la historia. Si el Doctor quiere decir que hay una semejanza entre el lugar
ocupado por el bautismo en el sistema cristiano y el lugar ocupado por la circuncisión en el
sistema judaico, entonces aceptamos que hay ciertas semejanzas. Pero toda la fuerza de una

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analogía va en contra de la doctrina del bautismo de infantes porque la circuncisión fue
administrada a los descendientes carnales de Abraham y el bautismo tiene que ser administrado a
sus descendientes espirituales.

Seria bueno tener en mente los elementos de la ley de la circuncisión:

(1) fue administrada a los descendientes naturales de


(2) y a sus esclavos;
(3) pero solo a los varones:
(4) cuando cumplían ocho días de nacidos;
(5) fue, por obligación, un rito familiar;
(6) podía ser administrada legalmente por varón o mujer;
(7) simbolizaba la obligación de guardar toda la ley sinaitica con la cual fue unida como un
medio de justificación y vida bajo un pacto de obras;
(8) fue garantizada por una posesión terrenal.

Una vez que comprendemos estos ocho puntos, es fácil entender:

(1) el porque el bautismo no puede tomar el lugar de la circuncisión,


(2) cual cosa tomo el lugar de la circuncisión
(3) como la analogía entre el bautismo y la circuncisión destruye la idea de una membresía
infantil en la iglesia.

Esto podemos manifestarlo en la siguiente manera:

(1) La circuncisión y el bautismo son "sombras" de otras cosas (es decir, son símbolos de
otras cosas). No es posible que una sombra sea sombra de otra sombra.
(2) El antitipo de la circuncisión, la regeneración, tomo el lugar de la circuncisión (vea Rom.
2:28-29; Fil. 3:3; Col 2:11).
(3) En el Nuevo Testamento, los judíos, fueron bautizados aunque eran circuncidados, como
en los casos de Jesús y de sus apóstoles. Algunas personas fueron circuncidadas después
de ser bautizadas, como en el caso de Timoteo quien lo fue por Pablo.
(4) El caso de Hechos 15:1-30, determina el asunto (a) Los maestros judaizantes en
Antioquia no habían podido entender que el bautismo tomo el lugar de la circuncisión; (b)
los apóstoles y ancianos en Jerusalén tampoco lo entendieron y continuaban discutiendo
el mismo caso sin llegar a una solución ya que de haberlo entendido se hubiese zanjado
en un sola palabra: bautismo por circuncisión.
(5) No como el rito de la circuncisión, el bautismo fue instituido tanto para judío como
gentil, varón y hembra, para creyentes únicamente, sin tomar en cuenta su edad, es una
ordenanza eclesiástica y no familiar, debiendo ser administrado por oficiales
especificados, no es esencial para la justificación o la vida, y no garantiza ni la canaan
terrenal ni la celestial.
(6) Si el bautismo tomo el lugar de la circuncisión, entonces tendrá que ser limitado en su
administración a la simiente natural de Abraham o a su simiente espiritual. Si es solo a su
simiente natural, entonces quedan excluidos los gentiles paido-bautistas y sus niños y esto
contradice las Escrituras (Mateo 3:7-9). Y si solo se debe administrar a su simiente
espiritual, entonces quedan excluidos los infantes a quienes el argumento paido-bautista

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favorece, y establece la verdadera posición escritural: el bautismo es solo para creyentes
(Compare Hech. 8:12,37; 16:33-34; 18:8).

El siguiente punto en este argumento es para demostrar que la circuncisión fue traspasada a
Moisés y llego a ser una parte integral del pacto de Sinaí. La prueba es esta: En Génesis 17, Dios
propone un pacto eterno con Abraham y su simiente natural después de el. Se comprometió Dios
a darles la tierra de Canaan como una posesión para siempre.

La condición fue establecida, que ellos tenían que guardar la ordenanza de la circuncisión y todo
lo que implicaba. Cualquier varón no circuncidado seria separado del pueblo y de su herencia. En
Éxodo 4:24-26, vemos que Dios intento matar a Moisés porque no había circuncidado a su hijo
por la objeción de su mujer. Moisés no fue librado de la responsabilidad hasta que su esposa
Sefora, para salvar la vida de su esposo, estuvo de acuerdo en circuncidar al niño, aunque no de
buena gana.

Así Moisés fue el líder designado para librar a los hijos de Israel y llevarlos a la tierra que Dios,
según las condiciones del pacto, les iba a dar (Ex 6:4-8). Su liberación final fue lograda por
medio de la pascua, que ellos fueron mandados a celebrar como una fiesta memorial. Pero ningún
varón incircunciso fue dejado comer de esta fiesta (Ex 12:44-48). Así Moisés dio a ellos la
circuncisión como un estatuto nacional perpetuo.

Después la nación fue organizada en el Sinaí y el pacto fue reestablecido y la ley fue dada; la
circuncisión fue incorporada en el pacto como una de sus características principales (Lev 12:3).
Así, según el Señor, Moisés les dio la circuncisión como una ley nacional pero el nuevo pacto
sinaítico no estableció la circuncisión sino fue un requisito ordenado cuando el pacto original se
estableció (Jn 7:22-23).

La Escritura testifica que todos los que salieron de Egipto para ir a la tierra prometida fueron
circuncidados (Jos. 5:5). También, cuando Josué los llevo y cruzaron el río Jordán y entraron a la
tierra prometida, el Señor los detuvo en Gilgal hasta que todos los que habían nacido durante los
cuarenta años de peregrinación fueran circuncidados (Jos. 5:19). No podrían asegurarse de poseer
la tierra hasta que el requisito fuese cumplido.

Así vemos que la circuncisión fue hecha una característica principal del pacto sinaítico, siendo
que fue nada mas una ampliación del pacto original de la circuncisión. La prueba nos convence
cuando consideramos la relación que la circuncisión tenia con la ley sinaitica. Pablo comento
acerca de esto: "Porgue la circuncisión en verdad aprovecha, si guardares la ley; mas si eres
rebelde a la ley, tu circuncisión es hecha incircuncision" (Rom 2:25). "He aquí yo Pablo os digo,
que si os circuncidareis. Cristo no os aprovechara nada. Y otra vez vuelvo a protestar a todo
hombre que se circuncidare, que esta obligado a hacer toda la ley" (Gál. 5:2,3).

Este pacto sinaítico es estrictamente un pacto de obras. Promete vida sobre la condición de una
obediencia implícita, exacta y completa de todos sus mandatos. Así testifican las Escrituras: "Por
tanto Mis estatutos y Mis derechos guardareis, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos: Yo
Jehová" (Lev 18:5). "Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: que el hombre que
hiciere estas cosas, vivirá por ellas" (Rom. 10:5). "Porque cualquiera que hubiere guardado toda
la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos" (Santiago 2:10).

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Por esta razón la ley no podía producir la vida. Era un yugo de esclavitud que nuestros
antepasados no podían soportar (Gál 4:24; 5:1; Hech. 15:10).

El pacto de la circuncisión decía:

“Cumplir y vivir”

El Pacto de Gracia dice:

“Creer y vivir”

***

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