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La prioridad de la filosofía de la educación sobre las

disciplinas empíricas en la investigación educativa


por Fernando GIL CANTERO
y David REYERO
Universidad Complutense de Madrid

1.  Planteamiento del problema que es la única que existe, su método es


En el año 2013 el conocido psicólogo incorrecto y sus conclusiones no pueden
Steven Pinker publicó un provocativo ar- acercarse al verdadero núcleo de este tipo
tículo en la revista New Republic (Pinker, de problemas que supuestamente van a
2013). El tema no era nuevo pero vuelve solucionar de una vez por todas. En este
de manera recurrente a la actualidad en sentido se les acusa también de ingenuos
una muestra de su importancia. En este y vulgares.

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texto, Pinker defiende abiertamente la
superioridad del valor de la ciencia fren- Pero la ciencia, dice Pinker, no es ese
te a las disciplinas humanísticas. No se espantajo quasi totalitario que han que-
trata solo de reconocer los imponentes rido crear sus detractores. Los científicos
avances de las ciencias y las tecnologías someten sus trabajos a sistemas de refu-
sino que gracias a dichos avances esta- tación y discusión con sus pares. Los cien-

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mos entendiendo mejor, según el autor, tíficos saben que muchas de las actuales
aquellos problemas clásicos que habían hipótesis no son verdaderas, y que deben
sido objeto tradicional de las disciplinas ser sometidas al ciclo de experimentación
humanísticas. De esta manera, son las y discusión necesario, para su mejora u
ciencias las que van a poder dar respues- olvido pues la refutación es parte esencial
ta a, por ejemplo, viejos problemas sobre de su actividad. La ciencia, de hecho, ex-
la naturaleza humana. Sin embargo, pre- presa, según Pinker, de manera más au-
cisamente cuando las ciencias se aden- téntica que la propia filosofía actual los
tran en estos problemas clásicos se las ideales de los pensadores ilustrados. Se-
observa con cierto recelo. Los científicos gún este autor, los científicos sin preten-
que pretenden acometer asuntos con- der atacar el campo de las humanidades
cernientes a la naturaleza humana son están, sin embargo, derrotando a muchos
acusados de «cientifistas». Al pensar sólo humanistas porque responden mejor a al-
desde una única dimensión de la reali- gunas de sus principales preguntas.
dad, medible y cuantificable, y al creer
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La ciencia se basa en dos premisas «Los diagnósticos del malestar de


fundamentales. La primera es que la rea- las humanidades se centran con razón
lidad es inteligible, lo que no quiere decir en tendencias anti-intelectuales de
que lo sea de manera superficial. nuestra cultura y en la comercializa-
ción de nuestras universidades. Pero
«Nadie en su sano juicio intentaría una evaluación honesta tendría que
explicar la Primera Guerra Mundial reconocer que algunos de los daños
en el lenguaje de la física, la química y son autoinfligidos. Las humanidades
la biología en lugar del perspicaz len- tienen todavía que recuperarse del
guaje de las percepciones y las metas desastre de la posmodernidad, con su
de los líderes en la Europa de 1914. oscurantismo desafiante, el relativis-
Al mismo tiempo, una persona curio- mo dogmático, y la corrección política
sa puede legítimamente preguntar por sofocante. Y han fracasado en definir
qué las mentes humanas son propen- una agenda progresista. Varios presi-
sas a tener este tipo de percepciones dentes de universidades y prebostes se
y objetivos, incluyendo el tribalismo, han lamentado frente a mí, que cuan-
el exceso de confianza, y el sentido del do un científico entra en su oficina es
honor que constituyeron una combina- para anunciar alguna oportunidad
ción mortal en ese momento histórico.» nueva y emocionante de investigación
(Pinker, 2013,29). y exigir los recursos para conseguirlo.
Cuando lo hace un erudito en huma-
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La segunda de estas premisas dice que nidades es para abogar por el respeto
la adquisición de conocimiento es difícil a hacer las cosas como siempre se han
y que debemos luchar contra las tenta- hecho.» (Pinker, 2013, 33).
ciones de la superstición y las soluciones
sencillas que nuestro cerebro tiende a En este contexto queremos analizar
aceptar con facilidad. Ninguna de estas cómo afecta este debate al conocimiento
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dos características es, por cierto, ajena a de la educación, ¿cuál es la situación?,


las ideas de muchos de los pensadores fi- ¿cuál es el peso que la investigación em-
losóficos premodernos. El resto del artícu- pírica sobre el fenómeno educativo debe
lo, Pinker, lo dedica a elogiar las virtudes tener en el conjunto de la investigación
del conocimiento científico, cosa que nadie sobre educación?, ¿cuál es el papel que
discute, y a criticar el poco interés que se juega la filosofía educativa en ese conoci-
tiene en el mismo desde el campo de las miento?, ¿cuál es la presencia que la in-
humanidades. Sin entrar a valorar com- vestigación empírica tiene que tener en la
pletamente la crítica de Pinker, que ter- política educativa y en el juicio práctico y
mina con una propuesta de subordinación qué papel queda reservado a la propia fi-
de las humanidades a la ciencia positiva, losofía [2] de la educación en esos mismos
[1] sí que es de destacar la «culpa» que las ámbitos?
propias disciplinas humanísticas tienen
en su decaimiento y que es detectada por
el propio polemista:
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2.  La investigación educativa actual cuyo modelo único de investigación ideal


En la educación ha tenido un impor- para la educación es el que actualmente se
tante papel histórico la medicina (Moreu, practica en la medicina. En el otro extre-
2009). Se ha pensado así la actividad edu- mo se encuentran aquellos para quienes
cativa en relación con el cuidado, la aten- la investigación educativa debe moverse
ción y el diagnóstico. Tanto la medicina hacia terrenos nietzscheanos que escapan
como la educación pertenecen a lo que a toda posibilidad normativa (Phillips,
se conoce como relaciones de ayuda y es 2005, 578-579) y que podemos reconocer
lógico que compartan cierta práxis. Sin bajo el paradigma de la postmodernidad.
embargo, la investigación médica, con su Este último modelo ve en la primacía
énfasis en la eficacia y en la investigación actual de la investigación estadística en
basada en la evidencia, parece alejarse educación una suerte de dominio hegemó-
cada vez más de las dimensiones ético nico ilegítimo que se olvida de la compleji-
morales que han conformado su tradición dad, el contexto histórico y las relaciones
y del juicio moral requerido en su práctica de poder (Kincheloe y Tobin, 2009). Algu-
[3] (Ibáñez-Martín, 2010, 5-11). nos analistas están cada vez más preo­
cupados porque «se tiende a asumir que
¿Podríamos aplicar el mismo esque- donde no hay resultado de comportamien-
ma que se ha impuesto en la medicina a to medible, no hay aprendizaje. Que lo
la investigación educativa?, ¿podríamos real es lo que es transparentemente visi-
asumir que existen algunas evidencias ble y medible (...) Que donde los números

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empíricas descubiertas por las ciencias pueden ser computados sobre una base de
de la educación y que estas deben formar comparación, de este modo, se reafirma la
parte fundamental en las decisiones edu- objetividad» (Standish, 2013, 53).
cativas?, ¿qué límites tienen esos estudios
y qué papel jugaría la filosofía de la edu- En el ámbito particular de la política
cación y, en general, los estudios teóricos, de la educación, esta batalla está siendo

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en esa integración? ampliamente ganada por la investiga-
ción empírica que es la que más fondos
Tradicionalmente la investigación filo- está recibiendo vinculada con el auge de
sófica no ha considerado adecuadamente la evaluación educativa (Gaviria, 2012,
a la investigación empírica y no se ha de- 5). Entre las razones que explican este
dicado al estudio de las implicaciones con- triunfo destaca la búsqueda de la eficien-
cretas que los mejores estudios empíricos cia y la necesidad de conocer los efectos
podrían tener en la especulación filosófica del enorme gasto que se realiza en edu-
o en la formación del juicio (Phillips, 2005; cación (Smeyers, 2010, 165). En efecto, la
Escámez, 1988). En el fondo de esta des- actividad educativa es costosa y los recur-
consideración o mala interpretación late sos son limitados por lo que necesitamos
un enfrentamiento entre dos formas muy fundamentar en las mayores evidencias
distintas de entender el hecho educativo. objetivas posibles nuestras decisiones,
En un extremo de ese polo estarían los de- por ejemplo, a la hora de apoyar un de-
fensores del método empírico de la ciencia terminado modelo educativo o de decidir
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dónde reforzamos la intervención pública. la filosofía de educación y no sólo la in-


En consecuencia, ¿no debemos invertir vestigación empírica, tiene con la política
más recursos en la investigación empírica educativa (Conroy, Davis y Enslin, 2008;
que pueda darnos ese tipo de evidencias?, McLaughlin, 2000; White, 2010, 50). Las
¿no debería la filosofía de la educación contribuciones de la filosofía a la política
tomarse en serio estas investigaciones y han tenido dos líneas dominantes. La pri-
aportar juicio en el examen de las mis- mera es la clarificación de los conceptos
mas ya que sirven de base a decisiones de normativos y corrientes ideológicas que
política educativa que pueden ser impor- sostienen un determinado tipo de acción
tantes? (Phillips, 2005, 583-585)[4]. La política. La segunda, más sustantiva, es
búsqueda de estos datos ha privilegiado «(...) la defensa de los valores que deben,
los diseños de investigación cuantitativa, o en algunos casos deberían, apoyar las
estadística (Phillips, 2006, 20-21). Frente políticas y las prácticas educativas» (Con-
a ese estado de cosas podemos rastrear en roy, Davis y Enslin, 2008, 175).
la literatura pedagógica tres tipos de ar-
gumentaciones a la contra (Phillips, 2005, Para Bridges y Watts (2008, 48-50),
585-595). existen, por su parte, tres niveles en la
política que requieren distintos tipos de
evidencias no siempre deducibles de la
3.  Los argumentos contra la exclu- investigación educativa de carácter empí-
siva tecnificación empirista de las rico. En el primer nivel se encontraría la
decisiones políticas
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expresión de aspiraciones y objetivos po-


La primera de estas reacciones pro- líticos, de expectativas sociales dominan-
viene de que las decisiones políticas en tes o mantenidas por determinadas élites
muchas ocasiones se toman antes de las sobre el sistema educativo y sus funcio-
pruebas empíricas que posteriormente nes. Aquí tendríamos demandas como,
se construyen ad hoc. Este tipo de argu- por ejemplo, los objetivos de la estrate-
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mentos desconfiados con las instituciones gia Europa 2020 de la Comisión Europea
y con el poder pueden parecer atractivos que pretenden una reducción al 10% del
pero resultan insuficientes porque no ata- abandono escolar temprano para toda la
can la pretensión de fondo de toda investi- UE. Un segundo nivel, estaría referido a
gación y sólo se basan en la existencia de la elaboración y propagación de eslóganes
mala ciencia y mala política. Sin embargo, (Munday, 2010, 188) por parte de la po-
la existencia de mala ciencia no destruye lítica como, por ejemplo, «defender una
la posibilidad de buena ciencia y de ri- educación de calidad» o «una educación de
gurosos estudios empíricos que de hecho todos y para todas», eslóganes que tienen
existen. como finalidad influir en la opinión públi-
ca y generar un determinado estado de
El segundo grupo de argumentaciones opinión. En el tercer nivel, el más práctico
se centra en considerar que la propia polí- de la política, lo constituyen la propuesta
tica demanda un rango más amplio de in- de prácticas concretas que deberían rea-
formación centrado en las relaciones que lizarse para mejorar la acción como, por
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ejemplo, «que la formación del profesora- vele por los derechos de la infancia, dife-
do se realice en un alto porcentaje en las rentes escuelas con proyectos sometidos,
mismas aulas». Estos niveles exigen un a su vez, a diferentes tradiciones. Pero,
determinado tipo de certeza diferente al al mismo tiempo, tenemos la obligación
que nos proporcionan los estudios empíri- como profesionales de la educación de ir
cos. Evidentemente también pueden apa- acumulando los conocimientos necesarios,
recer en algunos de estos niveles distintos racional y moralmente defendibles, sobre
aspectos técnicos pero además, todos tie- lo que significa educarse humanamente.
nen en común, aunque con distinto peso, Si se adopta esta perspectiva, basada en
el carácter normativo y valorativo de la la posibilidad de alcanzar verdades teó-
política educativa que recoge principios ricas y prácticas, entonces es necesario
tanto morales como pedagógicos que son mantener el vigor e incluso el atrevimien-
previos a los datos empíricos. to de defender que hay tradiciones que pa-
recen ajustarse mejor, en este momento, a
En efecto, en la medida en que las las aspiraciones y posibilidades del desa-
decisiones políticas dependen de sopesar rrollo humano que otras.
diferentes opciones bajo criterios valora-
tivos, se hace necesario conocer, preci- Una idea especialmente interesante
samente, los supuestos de partida y los sobre esto nos la propone Derrick al afir-
valores que las diferentes tradiciones po- mar, con respecto a la libertad de cátedra,
líticas y sociales pretenden instaurar en pero igualmente podríamos decir con res-

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la realidad educativa. Y el conocimiento pecto a la libertad para exponer por igual
de estas tradiciones y sus implicaciones todas las tradiciones posibles,
no puede realizarse sólo empíricamente.
Ahora bien, no se trata de un mero ejer- «Después de décadas y siglos de
cicio analítico y crítico, que tenga como actividad académica, ¿ha producido,
resultado un planteamiento enciclopédico al menos, un pequeño grano de ver-

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con las diferentes tradiciones planteadas dad, comprobada y admitida? Si es
al modo de un menú. La aspiración que así, los jóvenes tienen derecho a que
nos debe mover estriba, por el contrario, se les diga cuáles, y, en este caso, el
en llegar a proponer argumentos teóricos horizonte de la libertad de cátedra de-
convincentes que apuesten sin complejos berá limitarse pues difícilmente puede
por aquellas tradiciones que expresan englobar la libertad de decir mentiras
mejor, en este momento histórico, las con- o de disimular la verdad» (Derrick,
diciones humanizadoras del desarrollo de 2011, 104).
las nuevas generaciones.
En definitiva, el análisis crítico de las
Es evidente que los sujetos nos pode- diferentes tradiciones sociales y políticas
mos educar bajo tradiciones bien diferen- y sus respectivos modos plurales de diri-
tes. Por eso es necesario que el sistema po- gir, con mayor o menor acierto, el desarro-
lítico acoja de una forma plural y abierta, llo humano de las nuevas generaciones,
si bien con la debida tutela del Estado que no puede ser sometido únicamente a un
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conocimiento empírico, pues se trata de va y no determinante a los estudios empí-


sopesar prudentemente juicios de valor ricos frente al alcance del juicio práctico
sobre lo que consideramos deseable hu- aristotélico en la toma de decisiones edu-
manamente desde algún punto de vista cativas (Carr, 2004). Las decisiones reales
ético. Y es que, de los educadores concretos sitúan en su
adecuado contexto los estudios científicos,
«El saber sobre la educación más porque estos no pueden recoger todas las
profundo que hemos de buscar no es peculiaridades que los dilemas educativos
el que obtenemos informándonos de lo contienen. En efecto, el fenómeno educa-
que hoy está sucediendo en el ámbito tivo resulta ser complejo porque, por un
educativo, por ejemplo, sino que es un lado, entran en juego muchos factores y,
saber diríamos encauzador del sentido por otro, estos afectan a varios niveles a
de la acción futura, gubernativo» (Ibá- los sujetos, con múltiples interrelaciones
ñez-Martín, 1992, 15). dinámicas y continuamente cambiantes
entre sí.
Tal vez lo que esté en juego en realidad
no es tanto la preeminencia de los estu- Vamos a ver a continuación en qué
dios teóricos o empíricos sino el modo de factores y en qué niveles puede incidir la
razonar lo valioso de la acción educativa. investigación empírica y en cuáles su in-
Y este modo de pensar en torno a distin- cidencia es escasa o directamente imposi-
ciones cualitativamente significativas su- ble. Por factores nos referimos a aquellas
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jetas a criterios de valor depende entera- variables genéticas y socioculturales que


mente del modo en que, a su vez, se piense conforman al sujeto que se educa como,
cuál es la esencia, el ideal constitutivo e por ejemplo: la capacidad intelectual, las
identificador, de la propia realidad educa- predisposiciones emocionales, la salud, la
tiva y humana. Y esta es la causa de la etnia, la clase social, etc. Por niveles en-
progresiva desacreditación de los estudios tendemos, como es habitual en nuestro
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filosóficos o teóricos de la educación: cada campo, la incidencia o los efectos de la


vez se extiende más la postura –a nues- educación en la dimensión físico-biológica
tro juicio errónea− de que no es posible (primer nivel), en la psicológica y sociocul-
reflexionar profundamente sobre orienta- tural (segundo nivel), y en la antropológi-
ciones valiosas y estables de la acción. ca (espiritual, trascendente o de sentido)
(tercer nivel).

4. Los argumentos basados en las Al primer nivel pertenecerán, por


particularidades de la actividad ejemplo, tanto los estudios empíricos rela-
educativa cionados con la mejora del bienestar físico
Estos argumentos hacen referencia, en y psicomotriz como los relativos a la edu-
su conjunto, al carácter contextual, multi- cación para la salud. Sin duda esos estu-
dimensional y particular de la actividad dios son relevantes a la hora de diseñar
educativa. La consideración de estas ca- intervenciones que mejoren, por ejemplo,
racterísticas sitúa en una posición relati- los hábitos alimenticios, o un mejor desa-
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rrollo motriz. En el segundo nivel, el más Puede pensarse que la necesidad de la


desarrollado últimamente en las ciencias filosofía y de la reflexión teórica en educa-
del comportamiento y con claras influen- ción se debe a que el desarrollo científico y
cias en educación, tendríamos todos los tecnológico en pedagogía no ha alcanzado
estudios empíricos en torno a métodos todavía a establecer todas las legalida-
instructivos, estrategias y desarrollo se- des o conexiones nomológicas entre las
cuencial de habilidades cognitivas y emo- variables que entran en juego. Dicho de
cionales complejas. Estos dos niveles se otro modo, que la filosofía es necesaria en
encuentran claramente interrelacionados educación mientras que tengamos todavía
de manera más o menos profunda. Así, espacios de incertidumbre y de escasa re-
por ejemplo, podemos encontrar estudios gulación interna de la acción que se pre-
que explican los actuales hábitos alimen- tende lograr [5]. Pensar esto es un error.
ticios a partir de variables socioculturales La aportación nuclear del pensamiento
(Story et al, 2002). En el tercer nivel es- filosófico en la educación estriba en recor-
tarían las reflexiones en torno a los fines darnos insistentemente los sentidos últi-
a partir de los estudios que ofrece la an- mos de la formación humana (Gil, 2003)
tropología filosófica y la ciencia política. [6]. Y este propósito es independiente del
Estas disciplinas, que son normativas y nivel científico experimental y tecnológico
no meramente descriptivas, nos informan al que pueda llegar la pedagogía. La causa
de cómo debe ser la educación y no simple- del error probablemente se encuentre en
mente de cómo funciona. una especie de expectativa totalizadora

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eficientista, por la cual, se considere que
Nuestra propuesta es que la investiga- sólo existe una única vía para la forma-
ción empírica puede habérselas razona- ción humana y que es cuestión de tiempo
blemente bien con el primer y el segundo descubrirla, al modo en que, por cierto, se
nivel, pero es incapaz de servir para la razona con el genoma humano y los consi-
comprensión del tercero con el agravante guientes comportamientos. El pensamien-

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de que éste termina impregnando además to filosófico en educación es necesario no
las decisiones últimas de los otros dos. por deficiencias en el pensamiento cientí-
En efecto, el tercer nivel, dentro de los fico y tecnológico educativo sino para di-
límites propios de la naturaleza huma- rigir todo ese conocimiento que se tenga
na, puede proponer modelos deseables de −y, en ocasiones, a pesar de él [7]− hacia
humanidad desde ciertos puntos de vista la mayor humanización de los educandos.
que, sin llegar a dañar la condición huma- El pensamiento filosófico y teórico en edu-
na, defienda una posición frente a otras cación es necesario para acentuar la libre
posibles. Los estudios empíricos sobre el disposición del sujeto hacia sí mismo re-
primer y el segundo nivel no nos resuel- vitalizando su condición de agente edu-
ven del todo qué tipo de sujeto, a nuestro cativo. Como nos ha explicado Noddings,
juicio, está educado, pues esos estudios no los métodos empíricos nos pueden mos-
cierran las opciones posibles de entre las trar perfectamente el acierto de nuestras
diferentes posibilidades de desarrollo hu- elecciones al alcanzar las consecuencias
manizador. previstas pero aún en este caso «(...) nece-
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sitamos argumentos filosóficos para per- tos tiene que ver con el examen atento de
suadir a otros de que las consecuencias los buenos profesores. En efecto, la activi-
que buscamos deberían ser valoradas» dad educativa es de tal complejidad que
(Noddings, 1995, 5). Smeyers lo ha expli- no hemos conseguido encontrar reglas o
cado así: «el tema no es si necesitamos es- secuencias que nos permitan desentra-
tudiar investigación educativa empírica, ñar su dinámica en una serie de pautas
sino la naturaleza de la investigación que que estandaricen técnicamente la buena
es útil en orden a comprender el campo de enseñanza. Estas reglas no las podemos
la educación» (Smeyers, 2007, 333). encontrar por dos razones. Primero, por
el carácter imprevisible de las propias in-
Estas limitaciones de los estudios em- teracciones humanas y, segundo, por las
píricos están apoyadas por la propia in- limitaciones del método científico para
vestigación que no es capaz de encontrar, alcanzar tal conocimiento (Barrow, 2006,
por ejemplo, la clave de una buena escue- 288). En el caso de la educación lo que po-
la. En un importante metaestudio publi- demos encontrar son principios generales
cado recientemente (Glewwe, Hanushek, que tratan de guiar la acción y que nacen
Humpage y Ravina, 2011) los autores, a del razonamiento teórico en torno a lo que
partir del análisis de más de 9.000 traba- queremos conseguir. Estos principios son
jos, mostraron que una vez seleccionados abstractos y necesitan ser correctamente
aquellos que responden a un exigente ni- interpretados en los casos particulares
vel de calidad, sólo unas pocas variables (Barrow, 2006, 306).
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ya conocidas, que podríamos denominar


«de sentido común» y ya establecidas por En efecto, es evidente que en el con-
la normatividad pedagógica en cualquier texto pedagógico no hay una estructura
manual, como por ejemplo, el grado de lineal, causalmente estable, previsible en
cumplimiento de los profesores con su tra- todos los casos, deducible de unas premi-
bajo o que conozcan la materia que ense- sas teóricas de investigaciones o sistemas
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ñan, parecían tener efectos significativos de pensamiento social o político, que ga-
en los resultados de enseñanza. Este re- ranticen ni el aprendizaje ni la educación
sultado, tal y como reconocen los propios (Winch, 2012, 311-312). Lo que sí causa
autores, poca orientación empírica puede el éxito es, sin embargo, el juicio concre-
ofrecer para las políticas futuras. to que toma en cuenta las circunstancias
del caso o situación. Este juicio tiene que
apoyarse en el conocimiento empírico dis-
5. Los argumentos basados en el ponible, pero teniendo como posibilidad
carácter relacional de la actividad abierta que, tal vez, estemos precisamente
educativa y el valor del juicio frente a la excepción o minoría que los es-
Aún podemos encontrar un tercer tipo tudios empíricos afirman y que, por tan-
de argumentaciones que nos permitan ex- to, lo que necesitamos no son reglas de
plicar la insuficiencia de la investigación aplicación estadísticamente cerradas sino
empírica a la hora de dirigir las prácticas una atención particular a la realidad edu-
educativas. Este tercer tipo de argumen- cativa. Veamos esto con detalle.
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La prioridad de la filosofía de la educación sobre las disciplinas empíricas

La capacidad y el tacto de los docen- en los estudios empíricos como también,


tes para atender a las circunstancias par- y es donde suele cuestionarse, en las in-
ticulares de las situaciones educativas, vestigaciones teóricas. Sin esta expec-
en especial, las referidas al alumno, y la tativa, sin la convicción de que hay me-
implicación personal del educador son las jores argumentos que otros y que mejor
condiciones más relevantes para saber en- significa más verdadero, más ajustado a
cauzar los efectos educativos pretendidos. la realidad, el juicio educativo termina
Ni los mejores profesores y educadores se convirtiéndose, en clave periodística, en
adscriben solo a una misma corriente pe- un debate hermenéutico acumulativo de
dagógica, filosófica o política, ni tampoco interpretaciones encadenadas entre sí
hay una sola corriente pedagógica, filosó- en un círculo sin salida. El juicio educa-
fica o política que sea la causa única del tivo pone su atención en las alternativas
éxito escolar y educativo (Ibáñez-Martín, de acción posibles con respecto a un su-
1989, 413). La clave es la atención con- jeto en una situación determinada. Pero
creta a las circunstancias. Ahora bien, su atención debe de ir más allá. A lo que
esto no significa ni que el marco teórico debe aspirar el juicio educativo es a argu-
sea indiferente en la educación ni que no mentar la mejor acción posible, buscando
puedan establecerse diferencias entre di- la verdad práctica de la circunstancia que
versas interpretaciones teóricas acerca de sea del caso y, por tanto, la verdad teórica
su mayor o menor veracidad. La comple- de la que aquélla depende.
jidad no anula la posibilidad de verdad

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(Radford, 2008). Atender correctamente Un elemento clave para la elaboración
a las circunstancias que sean del caso es, del juicio educativo es conocer al detalle
al fin y al cabo, acertar y, por tanto, re- y en sus fundamentaciones correspon-
saltar una verdad práctica que es tal por- dientes las descripciones y explicaciones
que se corresponde, se sepa ver o no, con de la investigación empírica que sea del
una verdad teórica o premisa mayor que caso. Ahora bien, el elemento fundamen-

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la sostiene y mantiene en la aplicación tal es, precisamente, por las característi-
concreta que sea del caso. Lo que supone cas del juicio educativo, saber aplicar la
mantener ulteriormente, como vimos en deliberación prudencial, la reflexión dis-
el apartado anterior, que hay corrientes tanciada, el saber sopesar lo importante
de pensamiento más ajustadas que otras de lo secundario, la atención dialogada
a lo que los seres humanos somos en pro- con otros y, sobre todo, la convicción firme
ceso de formación, aunque no nos puedan de que, entre todas las opciones posibles,
garantizar el éxito en todos los casos sin el con algunas se puede acertar y con otras
correspondiente juicio práctico ajustado, no. «Dedicar la vida a intereses teóricos
esta vez, a las circunstancias de los bienes presupone la virtud de la phronesis» (Ga-
particulares que están en juego. damer, 1981, 80). El juicio educativo tie-
ne que asumir el supuesto de partida de
Ahora bien, la defensa del juicio edu- que existen apropiaciones de sentidos de
cativo se basa especialmente en la aspi- las acciones que mejoran a los sujetos en
ración a buscar lo más verdadero tanto determinada dirección y, por lo mismo,
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acciones que les perjudican. Estudiar las tíficos y tecnológicos que tiene el educador
condiciones de posibilidad de la formación sobre las acciones educativas alcancen
humana estriba, precisamente, en tener realmente al educando, tiene que mediar
la convicción de que hay acciones que un juicio valorativo, de carácter encau-
contribuyen a la plenitud del ser huma- zador, que sea asumible, asequible, para
no y otras no. Esto supone asumir que la el propio sujeto. Los trabajos estadísticos
consecución de la plenitud humana tiene tienen que contar así en la educación con
marcada sus particulares exigencias in- el hecho de que lo que un hombre hace o
ternas y, por tanto, no cabe la realización decide hacer para educarse a lo largo de
u omisión de cualquier acción. su vida, no es una decisión científica, ni
técnica, ni probabilística, sobre su forma-
Por último, cabe considerar otra línea ción, sino unas deliberaciones entre de-
argumental muy relacionada con el juicio seos, gustos, ideas, actitudes, etc. Por eso,
educativo que acentúa de nuevo la nece- como educador tengo que comprometerme
sidad de la filosofía de la educación y, en con la adopción personal, con respecto a
general, de los estudios teóricos frente a mí mismo, de los juicios valorativos de ca-
la investigación empírica. Nos referimos a rácter formativo y humanizador que trato
la fuerte presencia en la relación educati- de aplicar a los educandos. En la medida
va, a diferencia de otras, del compromiso que vivo en lo que enseño, me comprometo
personal. En efecto, en la medida en que, responsablemente con ellos.
como hemos visto, no es posible establecer
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una regulación fija de secuencias de las En definitiva, los educadores ejerce-


condiciones estructurales de la educación, mos como tales cuando proponemos di-
se hace necesario comprometerse con una recciones, cauces, caminos y estas pro-
visión amplia de los bienes del educando, puestas sólo pueden hacerse desde un
con una acentuación de la propia concien- pensamiento discursivo, argumentativo y
cia del educador frente a las condiciones comprometido.
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estructurales de la educación.

Pensamos que el compromiso con el 6.  ¿Cómo utilizar desde la filosofía


sujeto, por encima de cualquier otro ele- la investigación empírica?
mento de la acción educativa, nos obliga a Winch (2012, 305) afirma que la filo-
una atención juiciosa y ponderada basada sofía de la educación debe ser una parte
en el conocimiento filosófico y teórico de la fundamental de la formación docente por
educación porque la perspectiva filosófica tres razones: primero, porque la reflexión
se gesta, precisamente, en la reflexión va- filosófica ofrece una comprensión concep-
lorativa de la condición personal del edu- tual del campo de la educación y, así, la
cando (Heitger,1993). En educación aspi- posibilidad de encontrar puntos de vista
ramos a que el sujeto se vincule, se sienta personales y racionales en las cuestiones
atraído, por el valor de lo que le mostra- controvertidas que afectan a dicho cam-
mos. Eso es lo importante para nosotros. po. En segundo lugar, la reflexión filosó-
Es decir, para que los conocimientos cien- fica permite comprender mejor los deba-
272
La prioridad de la filosofía de la educación sobre las disciplinas empíricas

tes conceptuales propios de las materias análisis de determinados informes o estu-


que se enseñan y, por último, la filosofía dios empíricos que los consideran inefica-
de la educación permite a los profesores ces. Y, en efecto, si, por ejemplo, el exa-
entender el alcance y los límites de las men de rendición de cuentas es un test,
investigaciones empíricas y la relación es muy probable que se termine descui-
entre dichas investigaciones y los debates dando otras capacidades de aprendizaje
conceptuales propios de la actividad edu- tan importantes y fundamentales como la
cativa. Es precisamente este último argu- redacción de argumentos críticos. Pero el
mento señalado por Winch el que nos per- uso fraudulento del pensamiento filosófico
mite comenzar a reflexionar sobre el uso al que estamos haciendo referencia se pro-
que la actividad filosófica debe realizar de duce en el momento en que se generaliza
los estudios empíricos, un uso que hemos la conclusión del estudio o del informe que
estructurado en torno a tres aportaciones. sea del caso estableciendo que los exáme-
nes no sirven para nada. Los autores de
Según el propio Winch, la primera este artículo no conocemos a nadie que
aportación de la filosofía de la educación habiendo realizado con éxito el examen
estriba en establecer un juicio epistemo- de inglés del TOEFL no sepa inglés. De
lógico que nos permita distinguir entre este argumento queremos extraer una
conocimiento, verdad y creencia o entre conclusión referida directamente al títu-
justificación y prueba. En definitiva, una lo de nuestro artículo. El mantenimiento
de las primeras cosas que la filosofía debe de ciertas posiciones de verdad radica, en

año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 263-280


hacer es introducir en la investigación ocasiones, en un conocimiento acumula-
empírica de la educación clarificaciones do, de carácter personal, experiencial y
propias de la filosofía de la ciencia (Winch, fenomenológico. Por supuesto que esas
2012, 312). experiencias pueden estar confundidas,
pero también cabe que, a lo mejor, no. La
Este análisis riguroso es fundamental ciencia experimenta, la filosofía vive de

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para desenmascarar el potencial uso frau- la experiencia (Marramao, 2008, 72) con
dulento no de los datos empíricos sino, todos los riesgos posibles. Cuando el su-
precisamente, del pensamiento filosófico, jeto está estudiando y le avisas que vas
teórico o especulativo, en el contexto del a realizar un examen, en términos gene-
análisis de datos cuantitativos cuando el rales, estudia más para la realización con
autor trata de confundir al lector dado que éxito de ese examen. Y esto es así, aunque
las conclusiones del estudio no favorecen haya estudios sectariamente interesados
su posición ideológica. Por ejemplo, como en confundir mostrando, desde posiciones
es sabido la Ley Orgánica de Mejora de argumentales de matices muy concretos,
la Calidad de la Educación (LOMCE) pro- que en efecto hay excepciones a la regla ge-
pone la realización de cuatro exámenes neral. No podemos pues guiarnos exclusi-
externos a lo largo de la educación preu- vamente por lo que nos digan los estudios
niversitaria. Pues bien, algunos analistas cuantitativos pues muchas veces estable-
(Feito, 2013) han cuestionado los sistemas cen correlaciones de matices muy singu-
de rendición de cuentas basándose en los lares, que realmente existen, pero que
273
Fernando Gil Cantero y David Reyero

dentro de la experiencia se producen en gación educativa o más bien investigación


muy pocos casos y en circunstancias muy económica? No se trata sólo de realizar
especiales. «Las argumentaciones, las una taxonomía de la investigación em-
consideraciones, los consejos que preten- pírica con una intención descriptiva del
den basarse en este tipo de cálculo (mate- campo sino de establecer juicios de valor
mático) gozan de un poder de persuasión sobre el alcance y límites de los diferentes
en nuestra sociedad, aun cuando este tipo acercamientos al fenómeno educativo con
de razonamiento no se ajuste realmente el fin de encontrar los principios normati-
a la materia en cuestión como atestigua vos que guíen la acción. Dos corolarios de
la inmensa (y creo yo inmerecida) promi- esta necesaria ponderación son, primero,
nencia de este tipo de pensamiento en las que todo acercamiento complejo a un fenó-
ciencias sociales y los estudios políticos» meno educativo, que siempre es multidi-
(Taylor, 1994, 128). No es que no sean mensional, requiere de una precisión ter-
verdad es que no son toda la verdad, la minológica y finalista importante que sólo
que incluye la experiencia cotidiana y la proviene de una actividad especulativa.
lógica interna de veracidad del propio
argumento. Dicho de otro modo, son da- «En educación, puede ser relativa-
tos verdaderos, se ajustan a la realidad, mente fácil identificar el problema que
pero sólo atienden a una posibilidad par- a uno le gustaría trabajar, al menos en
cial de esa realidad, a un lado o punto de términos generales. Es mucho más di-
esa realidad, pero no a lo que podríamos fícil identificar los fenómenos más re-
año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 263-280

llamar lo sustantivamente definitorio de levantes para la comprensión de este


esa realidad. La filosofía de la educación problema. Al analizar el analfabetismo,
y, en general los estudios teóricos, tal vez ¿debe uno concentrarse en el hogar, el
deban en ocasiones adoptar frente a las mercado de trabajo, el aula o el cere-
investigaciones empíricas y también hay bro del niño? Una sólida comprensión
que subrayarlo, frente a tanta palabrería, de las diferentes concepciones de lo que
revista española de pedagogía

superstición y emotivismo de los propios se entiende por «analfabetismo» o «dis-


estudios filosóficos, el recurso infalible de lexia» es un requisito del trabajo empí-
Chesterton: «un cerdo es un cerdo». rico fundamental» (Winch, 2013, 313).

La segunda de las aportaciones gira En este sentido la reflexión teórica


en torno al estudio exhaustivo de la red del fenómeno educativo debería guiar la
nomológica de la educación. Ésta nos ofre- investigación empírica pues todo pen-
ce una visión holística del área que nos samiento educativo relevante plantea
permite enjuiciar y ponderar las propias cuestiones éticas sobre los fines de la edu-
investigaciones empíricas (Winch, 2012, cación y lo que merece ser transmitido,
313), ¿Qué estudios tienen realmente sobre la naturaleza de los conocimientos
como centro la actividad educativa? ¿Cuá- necesarios para ser ciudadano, sobre la
les nos sirven para aclarar el proceso edu- relación entre el crecimiento privado y
cativo? Por ejemplo, ¿las investigaciones el bien público, etc., y su olvido produce
de economía de la educación son investi- o bien investigación defectuosa (Pring,
274
La prioridad de la filosofía de la educación sobre las disciplinas empíricas

2013, 15) o bien superficial e irrelevante. una herramienta con un sentido mecánico
El segundo corolario hace referencia a la estimulador del rendimiento óptimo sino
necesidad de ir más allá de los datos em- una manera de mostrar interés por la per-
píricos y juzgar su aplicación a partir de sona a la que se educa independientemen-
principios antropológicos. Ya pusimos an- te de su potencial, así como un medio para
tes como ejemplos el caso de Hellen Key la creación y el mantenimiento de hábitos
y Ann Sullivan y el de la realización de de estudio. Evidentemente un uso correc-
exámenes. No es que los educadores de- to de los datos empíricos nos obliga a una
ban desatender los datos que ofrecen los modulación prudencial de lo que se puede
estudios empíricos. Todo lo contrario. Se exigir pero conociendo el principio edu-
trata de juzgar rigurosamente las impli- cativo de la exigencia que no es el mismo
caciones de estos datos pero a la luz de la que el que tiene en mente un selecciona-
normatividad pedagógica. Veamos otro dor deportivo.
ejemplo con más detalle: un caso típico
sobre el modo en que un educador puede Finalizamos con una tercera apor-
basar sus decisiones de aula en datos ex- tación respecto al interrogante que nos
traídos de la literatura empírica. Imagi- hacemos en este apartado. Esta aporta-
nemos que este supuesto educador acaba ción nace de una última línea argumen-
de encontrarse con un alumno reciente- tal interesante según la cual los filósofos
mente diagnosticado de TDAH y que lee de la educación y, en general, los que se
algunos artículos que concluyen que hay dedican al estudio teórico de la educación

año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 263-280


una fuerte asociación entre recibir un tra- deben evitar caer en la «ansiedad» que
tamiento farmacológico tardío y un peor puede provocar estar trabajando con com-
rendimiento académico en matemáticas pañeros cuyos métodos de investigación,
(Zöega, et al, 2012). Con base en esos da- los provenientes de las ciencias sociales,
tos decide que no merece la pena exigir al responden de manera más inmediata y
niño en matemáticas y que es mejor es- definida, con números, a los problemas

revista española de pedagogía


perar a que el tratamiento médico sitúe educativos del momento. En este sentido,
al alumno en una posición más favorable Ruitenberg nos alerta de esta última preo­
al aprendizaje y entonces sí exigir y dedi- cupación señalando: «¿Cómo debería arti-
car un tiempo que podrá ser más efectivo. cularse el trabajo filosófico, en su propio
¿Por qué es errónea la decisión del edu- sentido, esto es, en términos filosóficos?
cador? Por dos razones. Primero, porque, ¿Cómo deberíamos describir con precisión
como ya hemos argumentado en otro mo- y especificidad los tipos de pensamiento
mento, los datos empíricos dejan un mar- y escritura, de análisis, cuestionamiento,
gen de incertidumbre por lo que cabe es- crítica, interpretación y demás propios
perar más rendimiento del pronosticado. de la filosofía de la educación?». Su inte-
Y en segundo lugar se equivoca sobre todo resante propuesta se centra en sugerir
porque no tiene en cuenta lo que significa que debemos centrar nuestros esfuerzos
educar. La educación no es el desarrollo en definir la filosofía como investigación:
«gimnástico» de las facultades cognitivas. «proporcionar modos particulares de arti-
La exigencia educativa no es, por lo tanto, cular el pensamiento, la lectura y la escri-
275
Fernando Gil Cantero y David Reyero

tura filosófica, que sean valiosos para la [3] Los propios defensores de este tipo de medicina
clarificación crítica de cuestiones educa- basada en la evidencia se tuvieron que defen-
tivas» (Ruitenberg, 2010, 2-3). Pues bien, der de los recelos que despertaba inicialmente
como hemos argumentado, ese modo par- su práctica pues se la acusaba de acabar con el
ticular de razonar es el que se encuentra juicio experto. La investigación empírica es un
en algunas formas de especulación teórica elemento más, desde luego muy importante, a la
comprometidas en mostrar las razones hora de formar el juicio médico y tomar decisio-
para la deseabilidad de determinados fi- nes, pero no el único: «Los buenos médicos utili-
nes y medios educativos, y en sopesar qué zan tanto la experiencia clínica individual y la me-
propuestas, entre todas las posibles, son jor evidencia externa disponible, y ninguna por sí
las más adecuadas para el desarrollo hu- sola es suficiente. Sin la experiencia clínica, los
manizador. riesgos de la práctica quedan tiranizados por la
evidencia, incluso aunque la experiencia sea ex-
Dirección para la correspondencia: celente puede ser inaplicable o inapropiada para
David Reyero. Departamento de Teoría un paciente individual. Sin la mejor evidencia
e Historia de la Educación. Facultad de disponible, la práctica se arriesga rápidamente
Educación. Universidad Complutense. a estar caducada, en perjuicio de los pacientes»
Rector Royo Villanova, s/n. 28040 Madrid. (Sackett et al, 1996, 72).
Email: reyero@ucm.es.
[4] ¿Qué hacer frente a los estudios empíricos como
Fecha de recepción de la versión definiti- por ejemplo, los del premio Nobel de economía
año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 263-280

va de este artículo: 25. I. 2014. del año 2000, Heckman, que en un estudio pu-
blicado el año 2006 analiza el impacto en la
inversión en la formación educativa de niños
Notas desfavorecidos y llega a la conclusión de que las
[1] Los argumentos de Pinker referidos a la subor- inversiones realizadas en los primeros años de
dinación de las humanidades con respecto a la edad tienen efectos muy superiores a aquellas in-
revista española de pedagogía

ciencia fueron contestados en la misma revista tervenciones realizadas más adelante (Heckman,
por Leon Wieseltier quien defendía la clásica 2006)?, ¿No deben guiar estudios como este las
separación entre ambas estrategias de conoci- decisiones de la política educativa, no deben in-
miento fruto de los diferentes objetos de estudio cluso ayudar a formar el juicio de los padres que
(Weiseltier, 2013). El debate ha terminado, de deciden realizar fuertes inversiones en educación
momento, con la publicación de un diálogo entre superior descuidando las intervenciones en in-
ambos también en New Republic (Pinker y Wei- fantil?
seltier, 2013).
[5] Gadamer ya discutió el interrogante más abarca-
[2] No queremos entrar aquí en la ya clásica distin- dor acerca de «(...) si la filosofía representa real-
ción entre teoría de la educación y filosofía de la mente una disposición natural del hombre y si
educación (Gil, 2003). Nos referiremos por igual no es más bien una mera fase de la inmadurez
a aquellas disciplinas que pretenden un conoci- del espíritu cognoscente, que aún no ha logra-
miento normativo del fenómeno educativo y no do alcanzar su propia racionalidad» (Gadamer,
meramente descriptivo de su funcionamiento. 1981, 84).

276
La prioridad de la filosofía de la educación sobre las disciplinas empíricas

[6]  Una aplicación interesante de la «lógica del senti- FEITO, R. (2013) ¿Merecen la pena las reválidas?
do» desde las nuevas tecnologías puede leerse en El País, 2.09.2013. Disponible en internet:
García Gutiérrez (2013, 134). http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/06
/13/actualidad/1371140757_001785.html
[7] Es interesante pensar en el caso de Ana Sullivan (Consultado el 06. 12. 2013).
que más allá del sentido común, e incluso, en
contra de lo que decían los conocimientos cien- GADAMER, H-G. (1981) La razón en la época de
tíficos de su época, se dedicó, contra toda espe- la ciencia (Barcelona, Alfa).
ranza, a enseñar a Helen Keller, una niña, ciega,
sorda y muda, mostrándonos así principios edu- GARCÍA GUTIÉRREZ, J. (2013) Aproximación
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argumentaciones en tres categorías. La
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de la educación puede realizar a los traba-
279
Fernando Gil Cantero y David Reyero

jos empíricos. Estas aportaciones pueden minant character of the empirical para-
agruparse en torno a tres tipos. Primero, digm and find three types of arguments.
aquellas que contribuirán a establecer un The first one, would consist in arguments
juicio epistemológico de dichas investiga- that criticize the technification of politi-
ciones, segundo, aquellas que ofrecen una cal decisions. The second one, arguments
visión holística del fenómeno educativo based in educational particularities and
que permita situar los alcances y límites the third one, arguments based on rela-
de las mismas y tercero, aquellas que pro- tional characteristic of the educational
porcionan modos particulares de articular activity and the value of practical moral
el pensamiento que colaboren en la clari- judgment. The text ends with a reflection
ficación crítica de cuestiones educativas. on the contributions of that philosophy of
education can make to empirical research.
Descriptores: Investigación educativa, These contributions can be grouped into
filosofía de la educación, política de la three categories. First, it can help to es-
educación, investigación empírica. tablish an epistemological approach to re-
search, second, it offers a holistic view of
the educational phenomenon that enables
Summary: to see better the scope and limits of re-
The priority of the philosophy of search results and third, it provides par-
education on the empirical discipli- ticular modes of articulating thought, to
assist educators in critical clarification of
nes in educational research
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educational issues.
The paper explores the relationship
between empirical educational research Key Words: Educational research, phi-
and philosophy of education. The authors losophy of education, educational policy,
analyze the arguments against the do- empirical research.
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