0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
55 vistas3 páginas
Este relato narra la historia de Porongo, quien es engañado por Buche para robar un cochino de una granja. Porongo se quita la ropa siguiendo las instrucciones de Buche, pero el cochino grita y despierta a los perros y dueños. Porongo huye asustado y cae en un pozo de agua, donde es atacado por los perros. Más tarde es llevado a la comisaría cubierto con un costal, mientras que Buche aprovecha la oportunidad para robar el cochino él mismo.
Este relato narra la historia de Porongo, quien es engañado por Buche para robar un cochino de una granja. Porongo se quita la ropa siguiendo las instrucciones de Buche, pero el cochino grita y despierta a los perros y dueños. Porongo huye asustado y cae en un pozo de agua, donde es atacado por los perros. Más tarde es llevado a la comisaría cubierto con un costal, mientras que Buche aprovecha la oportunidad para robar el cochino él mismo.
Este relato narra la historia de Porongo, quien es engañado por Buche para robar un cochino de una granja. Porongo se quita la ropa siguiendo las instrucciones de Buche, pero el cochino grita y despierta a los perros y dueños. Porongo huye asustado y cae en un pozo de agua, donde es atacado por los perros. Más tarde es llevado a la comisaría cubierto con un costal, mientras que Buche aprovecha la oportunidad para robar el cochino él mismo.
- Buche, ¿no sientes frío? - Alguno que está regando su
- No. chacra. Estas gentes no quieren - Yo sí, hombre regar de día, tienen que hacerlo de - ¿No será de miedo? noche. Parecen lechuzas. - ¡De miedo!... ¿Crees que soy - No importa. Esto me servirá para maricón? templar el pellejo. - Eso lo veremos más de un ratito. - A ti, que te tienes que calatear. - Ya verás. Pero a mí me servirá para agarrar - ¡Mira! Se han sentado a la mesa. una pulmonía. Van empezar a comer. Entonces, - ¡Mira! Se han levantado de deben ser como las ocho. la mesa. Al fin parece que se van a - Más o menos. Pásame un dormir. cigarro, ¿quieres? - Ya era hora. Sólo hay que - ¿Estás loco? Nos pueden ver. esperar un momentito para que se - ¿Aquí, detrás de estas plantas? duerman del todo; luego la cosa - ¡Claro, pues, tonto! ¿No sabes estará lista porque éstos duermen que de noche se ve bien clarita la como piedras. La cocina se ha luz? quedado solita. Entonces, llegó el - ¡Ah, bueno! Como quieras. momento. ¡Caramba, esa gente todavía no - Espérate, hombre. termina de comer! No me gusta - ¿Qué? ¿Te arrepientes? ¡Eres una esperar. ¿A qué hora se tumbarán gallina! a dormir? - ¡Gallina! ¡Si ahorita nomás se - No te alborotes porque ya no han echado a dormir y ya quieres tardarán en hacerlo. La gente de la que vaya! chacra se acuesta temprano. A - ¡No discutas, Poronga, yo sé lo éstos los he venido observando que te digo! ¿Crees que por puro desde hace dos semanas y ya sé gusto he pasado dos semanas todos sus movimientos. Hasta lo rondando la casa? Si yo te digo que comen. que duermen como piedras es - Oye ¿no sientes un freicito por porque es así. acá abajo? - Bueno, como quieras. - Debe ser la arena de la acequia, - Aquí van las últimas que de noche se pone fría. recomendaciones. Vas a trabajar - Creo que no. ¡Caray! ¡Está con luz; ahí la ves en la cocina; pasando agua! ¡Ya me mojé los ellos acostumbran dejarla fundillos! encendida toda la noche. Así que - ¡Yo también! de oscuridad no te quejarás. Anda quitándote la ropa y fíjate bien lo aclaró: “Como ahí hay perros, que te voy a decir… siempre es bueno andarse con cuidado. Y yo tengo el secreto para *** que de noche los perros no lo - ¿Y tú por qué estás acá? Mala muerdan a uno. Consiste en suerte, seguro. quitarse la ropa y meterse a robar - ¡Cuál mala suerte! ¡Ah, pero me así. Entonces uno puede pasearse las pagará! juntito a los perros y ellos no lo - ¿Quién? ven nadita. Ése va a ser tu - Uno que le dicen Buche. ¿Lo trabajo, en vista de que yo, con mi conoces? resfrió, me arrimaría tal pulmonía - ¿Te vendió? que me iría derechito al - Peor que eso. Me agarró de cementerio. Pero no creas que la tonto. cosa es brava; en dos patadas - ¿Y cómo te fregó el tal Buche? todo está listo”. - Resulta que un día se presentó Me pareció un poco raro el asunto, en mi casa y me dijo: “Oye, pero pensé que debía ser cierto Porongo, he andado buscándote porque a ese Buche nunca le por todas partes. ¿Sabes? Tengo fallaba nada. Sin embargo, yo un trabajito que puede dar mucha debía asegurarme, así que le dije: plata. Sólo que necesito a alguien “A mí me han dicho que eso de que me ayude en el asunto, y por robar cochinos es muy peligroso eso he pensado en ti, porque eres porque son muy pesados y a veces mi amigo y estás caído”. Y la se les da por gritar”. Pero verdad que yo andaba por esos el Buche ahí mismo me emparó: días muy caído – me dijo- es “¡Al Buche no se le escapa nada! robarse un cochino así de Tengo el secreto para robar grandazo que he visto en una casa cochinos sin que hagan bulla. Le de la chacra. Muchos días he rascas la barriga con una coronta y pasado mirando aquí, mirando se queda tranquilito. Enseguida lo allá, buscando la mejor manera de jalas de su soga para llevártelo. Ya robarlo. Si lo vieras, Porongo… lo he comprobado y no nos puede ¡parece una vaca enorme! Por lo fallar”. La verdad es que le tuve menos nos van a dar mil soles confianza y me animé más cuando lo vendamos; quinientos todavía… y es así como esa noche para ti y quinientos para mí. El nos vamos los dos, como las ocho, trabajito lo haría yo solo; pero, a dar el golpe. Nos escondemos afanoso de saber todos los detrás de los matorrales y movimientos de la casa, he pasado aguardamos a que los dueños se muchas noches al aire y ya me vayan a dormir. Llega la hora y traigo un resfrió que me hiela. Y el Buche me pone al tanto: que para hacer el robo uno tiene que aquí está el chiquero, que allá calatearse”. Y yo le dije que no duermen los perros, que vas a entendía eso de calatearse y él me trabajar con esa luz que ves en la cocina, que no tengas miedo están aquí. Y creyéndome porque ésos duermen como seguramente el diablo, o un piedras. penitente, me descargan una Yo me quito la ropa y todo calato, paliza… Y aquí me tienes, pues. sintiendo un frío trepador, me Porque, esa misma noche, me mando a la casa. Mirando a los trajeron a la comisaría cubierto perros, que duermen, paso junto a con un costal. ellos y llego al chiquero. Siento - ¿Y no has vuelto a saber que el viento se cuela hasta mis del Buche? huesos. - Ese desgraciado, aprovechando Temblando de frío y llevando una que la casa se quedó solita, porque coronta en la mano agarro al hasta los perros se vinieron a la cochino. Éste lanza un gruñido que comisaría, tranquilamente se llevó me asusta. Ahí mismo comienzo a el cochino. rascarle las costillas y el animal se echa. Veo entonces que va dando resultado el secreto del Buche y me entra más valor. Pero al rato, el animal manda tremendo grito que espanta toda la chacra. Falta un tantito así para descontrolarme, pero me preocupo por hacerlo callar. El cochino, sin embargo, sólo quiere gritar. A todo esto se despiertan los perros, y los dueños se aparecen con tremendos palos en la mano. Pensando sólo en salvar mi pellejo, salgo corriendo del chiquero. Pero al viento maldito se le ocurre apagar la lamparita justo en ese momento y todo queda negro. Comienzo a llamar al Buche, pero nada. Descontrolado, sigo corriendo, mientras los dueños se me acercan cada vez más. Los perros parece que también me ven y se me tiran encima. Le sigo dando a mis patas para adelante nomás, cuando llega un momento en que siento que la tierra se acaba, se va, desaparece… y me voy de cabeza a una poza de agua. Ahí mismo me caen los perros. Los dueños ya