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Uno de los objetivos que se ha trazado el equipo de investigación en el marco del proyecto
“apoyo a la gestión de los ingresos del Departamento de Antioquia como estrategia para el
fortalecimiento institucional y descentralización del departamento” es construir una
metodología de trabajo que deje ver la multidimensionalidad de la ilegalidad en las rentas.
A través de una metodología cualitativa, con un enfoque hermenéutico y una estrategia de
revisión documental y sistematización de la experiencia, se tuvo como resultados ocho
dimensiones que se vinculan con la ilegalidad en las rentas departamentales: las estructuras
de violencia, la debilidad institucional, las prácticas socio-comunitarias, la escasa cultura de
la legalidad, el desconocimiento del aparato normativo, la pobreza y desigualdad social, el
subregistro en la información y la escasa cultura tributaria, son los aspectos que en el
presente artículo se relacionarán y analizarán a la luz teoría de la dependencia.
Introducción
1
Investigadora del grupo Observatorio Público. Tecnológico de Antioquia. ljusma@tdea.edu.co
2
Contratista e investigador del proyecto “Apoyo a la gestión de los ingresos del Departamento de Antioquia
como estrategia para el fortalecimiento institucional y descentralización del departamento” de la Secretaría de
Hacienda del Departamento de Antioquia y el Tecnológico de Antioquia. juand.naranjo0113@gmail.com
3
Investigadora del grupo OBSERVATOS. Tecnológico de Antioquia. luisa.zapata31@tdea.edu.co.
4
Contratista e investigador del proyecto “Apoyo a la gestión de los ingresos del Departamento de Antioquia
como estrategia para el fortalecimiento institucional y descentralización del departamento” de la Secretaría de
Hacienda del Departamento de Antioquia y el Tecnológico de Antioquia. gardeniazapata@hotmail.com
las rentas” a la que estaba orientada la estrategia para sanear el ingreso de recursos públicos
al departamento a través del control de las rentas “ilícitas” con el uso de las fuerzas
militares y policiacas en los diversos territorios de Antioquia. De manera que el proceso
investigativo entró a posibilitar nuevos marcos de comprensión sobre este fenómeno y
problemática social y económica que fortaleciera escenarios pedagógicos y comunicativos
en función de la legalidad en las rentas departamentales. Este ejercicio, se centró en trabajar
sobre: el monopolio de licores, monopolio de juegos de suerte y azar, el degüello de
ganado, la renta de extracción de hidrocarburos, y el contrabando de cigarrillos, los cuáles
se han analizado asuntos como la cultura de la legalidad en el marco de las rentas ilegales,
el lugar de las instituciones para el abordaje de estas problemáticas y la mirada social y
comunitaria al fenómeno de las rentas. También se ha construido un análisis de orden
cuantitativo en los que se ha posibilitado dar cuenta de lo que deja de ingresar al
departamento a causa de la ilegalidad en las rentas.
Si bien el concepto de rentas ilegales ha sido debatido, ya que, para muchos, si una renta es
ilegal, no sería una renta, puesto que no estaría ingresando el dinero al departamento, sino
que este queda captado por los actores que cometen el delito y, en algunos casos circulando
en la comunidad, desde el grupo de investigación, se tuvo como objetivo construir una
metodología de trabajo que deje ver la multidimensionalidad de la ilegalidad en las rentas
y, a su vez, explicite que es una problemática sistémica que no se es de causalidad, sino, al
contrario, que deviene de un entramado de relaciones sociales, políticas, económicas e
incluso culturales que complejizan la mirada sobre la misma y, por tanto, sitúa su
intervención desde diferentes lugares y escalas. Este lente se ha llamado el círculo del
ilícito, ver figura 1, el cual tiene distintas dimensiones de análisis que, entrecruzándose
entre sí, tienen como resultado la ilegalidad en las rentas del departamento de Antioquia.
Figura 1
Subregistro El Prácticas
de la círculo sociocomuni
información del ilícito tarias
Pobreza y Escasa
desigualdad cultura de la
social legalidad
Desconocim
iento del
aparato
normativo
Metodología
Resultados
Por esto, la CEPAL identifica que las economías latinoamericanas no llegarían a cumplir
esas condiciones para alcanzar al desarrollo porque el subdesarrollo no es ni una etapa en
un proceso gradual hacia el desarrollo ni una precondición, sino una condición en sí misma,
donde no importa cuánto estimulo haya en América Latina lo cierto es que no se
modernizaran por esa vía porque las economías periféricas “(…) tienden a ubicarse como
exportadoras de bienes primarios, o bien ensambladoras de procesos productivos dirigidos
por los centros (López y Noguera, 2020, p.472).”
Desde esa perspectiva se pueden observar las dinámicas socioeconómicas de Colombia que
al pertenecer a América Latina se considera como economía periférica y que al ser gran
exportador de bienes se encuentra en una situación de dependencia respecto a las
importaciones y el crecimiento socioeconómico de las centralidades. En este sentido. se
reconoce una simetría con el departamento de Antioquia, donde se identifica una influencia
de la dependencia en los territorios, que no es tan lejana como la dependencia entre países,
sino que ya existe una relevancia actual dentro de las localidades.
La centralidad para este caso está situada en el Oriente Antioqueño y en el Valle de Aburrá
que son subregiones que cuentan con gran población y con la mayor importancia
económica ya que existen allí varios clústeres estratégicos que representan el mayor aporte
al PIB del departamento (Ospina, 2019), por otro lado, las periferias se sitúan por
subregiones que reúnen los demás municipios y que son definidas por características
geográficas, socioeconómicas y culturales; las cuales tienen varias dificultades por su
localización pero que a su vez poseen grandes riquezas naturales que permiten proveer de
materias primas, insumos y alimentos básicos a ese centro generando una dependencia
económica de la periferia que se traduce en varias dimensiones estructurales que devienen a
partir de lo monetario, entre ellas está la pobreza y la desigualdad social que conllevan a
prácticas de ilegalidad y de violencia que afectan a su vez la cultura de la población.
Aunque la teoría de la dependencia explica un fenómeno estructural que define una relación
subordinada de las economías de América Latina por las economías industrializadas que se
benefician de los procesos productivos e intercambios de bienes, se podría decir que desde
esta perspectiva se puede comprender la realidad actual de las regiones teniendo en cuenta
elementos socioeconómicos que responden a la expansión de los centros, pero además la
simetría de ese fenómeno general a un contexto más local.
Y aunque se defina que entre mayor sea el desarrollo del centro mayor será el subdesarrollo
de la periferia “(…) la dependencia no se limita a relaciones entre países, sino que también
crea estructuras internas en las sociedades” (Blomström y Ente, 1990). Lo que implica
considerar y reconocer que la teoría de la dependencia se puede reflejar a menor escala
dentro de las comunidades. Por ejemplo, hay consecuencias en la estructura económica de
las periferias y que expuestas por Prebisch (1986) se evidencian en seis aspectos:
En relación con lo anterior, desde las periferias del departamento de Antioquia se evidencia
un intercambio desigual de bienes y servicios y también explotación del trabajo lo cual ha
ido generando a través del tiempo las relaciones institucionales y políticas locales donde se
evidencian dificultades en la ejecución de proyectos de inversión social y construcción
colectiva. El desarrollo de las regiones se ha visto afectado por los diferentes procesos del
contexto, el cual es estructural y está atravesado por las realidades nacionales que han
configurado condiciones no favorables para las comunidades, entre ellas se pueden
mencionar: grandes índices de pobreza, presencia de grupos armados, conflictos
ambientales, inseguridad alimentaria, entre otros.
La concentración de la riqueza.
La concentración de la riqueza se puede revisar desde dos esferas concurrentes en
las dinámicas de la producción interna y externa de los países. Una externa, que se puede
considerar en una expansión hacia afuera y favorece la acumulación de riqueza de las
economías hegemónicas o centrales (Falleto y Cardoso, 1967); y una interna, que favorece
los centros de producción dentro del límite nacional (CEPAL, 2016).
Lo anterior condiciona que las economías internas de los países sean débiles, ya que
los sectores económicos que mayor riqueza generan al interior de los países estén siendo
directamente controlada por capitales extranjeros -enclaves- o por élites económicas
internas cuyo interés está centrado en satisfacer la demanda internacional, con una evidente
desatención del mercado interno. Como consecuencia de lo anterior, los países no se
encuentran totalmente conectados y armonizados económicamente entre sus regiones, con
poca integración más que entre los centros de desarrollo económico al interior del país, que
suelen ser las capitales o las áreas metropolitanas que aglomeran mayor población, como en
el caso de Colombia (CEPAL, 2016).
Tenencia de la tierra
[estas inician] con lo que podría denominarse el segundo acto fundacional de las
desigualdades de excedente en América Latina que configura el campo de las
oportunidades de acumulación. Dicho acto se relaciona con el acaparamiento, por
distintas vías, de la tierra por la oligarquía al excluir a la gran mayoría del
campesinado de este recurso básico (p.,246)
En este sentido, la tenencia de la tierra, en Colombia y en Antioquia, no solamente ha
significado una enorme desigualdad en el territorio, concentrándose en la oligarquía, como
bien lo plantea Pérez Sáinz, además, ha conllevado a la consolidación de un conflicto
armado interno que ha generado un sin número de víctimas, una escasa legitimidad del
Estado y por supuesto acrecentar la pobreza, lo que implica fortalecer la desigualdad, en
palabras de Molano (2015):
De acuerdo a Sánchez (2014) uno de los aspectos relevantes que explica la concentración
de la tierra en Antioquia, tiene que ver con la relación del poder local y el nacional y el
lugar que se le da a los territorios de la periferia:
Algunos autores afirman que el problema de la tenencia de tierras persiste en las
regiones porque existen élites terratenientes que han ejercido suficiente poder local y
nacional para mantener un Estado central débil en la periferia que mantiene la
estructura de la propiedad rural inequitativa (Uribe, 2009; Gómez, 2011; López, 2016).
(Sánchez, 2019, p. 4)
Amín, (1988), citado por López y Noguera, (2020) proponen que “resulta evidente desde
estas perspectivas que los países del sur del mundo han permanecido —salvo unas pocas
excepciones— en posiciones subordinadas en el orden global y con menores posibilidades
de desarrollo autónomo nacional” (p. 469), en este sentido, una explicación a este
fenómeno en relación a la teoría de la dependencia, como se dijo anteriormente, tiene que
ver con una traspolación del sistema centro-periferia en los territorios antioqueños. Es
decir, si Colombia, como un país fundamentalmente agrario, ha tenido el lugar de la
periferia en relación a las centralidades del continente y el mundo. Antioquia, que es uno de
sus principales departamentos, también conserva esta relación: las centralidades del país y
del departamento son las que poseen la concentración de la riqueza, lo que implica un
fenómeno de desigualdad ante los otros territorios, como se plantea a continuación:
“la relación es clara: en los municipios de Colombia en donde el Índice de Ruralidad –
PNUD es mayor, también los indicadores de violencia y pobreza son mayores (…).
Como describe Robinson (2015), los municipios de la periferia, generalmente los más
rurales, están condenados a un círculo de pobreza y violencia. Hay diferentes centros y
periferias (por ejemplo, geográficos), sin embargo, en Colombia, y Antioquia en
particular, el concepto de periferia es útil para entender que hay zonas en las que la
pobreza y la violencia se intrincan y persisten en el tiempo, mientras que otras zonas
detienen mejor calidad de vida y parece que han cerrado su ciclo de violencia y
pobreza” (Sánchez, 2019, p. 17).
Esta situación, da pie para identificar algunos elementos relacionados con el círculo del
ilícito en las rentas departamentales. Considerando que las centralidades en Antioquia se
ubican en las regiones del Oriente Antioqueño y Valle de Aburrá, en las subregiones de
Urabá, Bajo Cauca y Magdalena Medio confluyen cuatro asuntos (1) son los territorios con
mayor presencia de actores armados y que se encuentran en disputa por el territorio (2) se
evidencia mayor concentración de la tierra por parte de las élites (Sánchez, 2019) (3) se
encuentran distantes a las centralidades del departamento y existe deficiencia en
infraestructura vial y (4) hay una mayor prevalencia de ilegalidad en las rentas como una
forma trabajo informal y legitimidad de los actores armados, que en la mayoría de los casos
son quienes controlan dichas rentas, sobre esta situación Sánchez (2019) plantea:
es necesario romper con tres círculos viciosos que vinculan la relación de las élites
centrales y regionales con la precariedad estatal regional. El primero, las alianzas entre
políticos en Bogotá que se eligen y co-gobiernan con políticos corruptos y
criminalizados en las regiones. Segundo, la evasión del pago y redistribución de
impuestos necesario para construir Estado en las regiones mientras se tolera la enorme
corrupción. Y tercero, romper la distribución de funciones de facto que ha existido entre
el Estado y los competidores armados en las regiones (p. 15)
Conclusiones
Referencias