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vio el lado bueno.

Su cuñada era muy maja


y además se le caía la baba con su nuevo
sobrinito. Y por primera vez en su vida tuvo
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tiempo pafa hacer amigos y salir con ellos.
Al cabo de unos años era conocida en r&% ffiffiwffiffitutueffi
toda Europa como la "cazadora de cometas" ffiffiu*
porque llegó a descubrir nueve. Y mientras ffiffi ffi&ffiffi&
tanto, no dejó de ayudar a su hermano.Jrt -
tos se dedicaron a observar "estrellas dobles",
que son parejitas de estrellas que a simple A María le encantaban las batallitas que
vista parecen una. Pudieron demostrar que It'contaba su padre sobre rX/illiam Herschel.
estas parejas de estrellas se mantenían juntas -Papá, cuéntame otra vez cómo alguien
por la fuerza de la I grave«i1ad. Y el descubri- 1'uclo descubrir un nuevo planeta -le decía
miento no estaba nada mal, porque era la pri- nruchas noches, antes de irse a dormir.
mera vez que se demostraba que eso de la gra- -Bueno, no era una persona cualquiera.
vedad funcionaba también para las estrellas. l ra §Tilliam Herschel, uno de los científicos
Cuando su hermano \ü/illiaffi, yá viejeci- rrrás importantes del mundo -le contaba su
to, murió, Caroline decidió seguir dedicán- ¡',rrclre, sin cansarse de repetir la historia una
dose a la astronomía. Y cuando ella misma v <'¡tra vez.
fue muy viejecita, con noventa y tantos años, Fla 1830 y María Mirchell y su padre
de lo único que se quejaba era ¡de no tener vivían en Nantucket, una isla pequeñita que
tan buena vista como antes para mirar por t'staba al Norte de Estados Unidos. Era una
el telescopio! isla muy curiosa,, porque casi sólo había muje-
rcs y niños. ¿Y los hombres? La mayor parte
.lcl tiempo se lo pasaban en el mar, cazando

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ballenas. Algunos navegaban en los barcos ',.1o clue uno mucho más pequeño. No era
años y años seguidos. r',lr(lnomo de verdad, pero le encantaba
Precisamente por eso de que los hombres iriu.irr las estrellas. Y aMaría aún más. Si en
pasaban mucho tiempo fuerar las que "cor- ,r.',lio de una fiesta desaparecía, sus padres
taban el bacalao" eran las muieres. Cuando r.r s:rbían dónde buscar: ¡en el tejado! Y es
en muchos sitios las mujeres aún no podían ,
¡',,' clesde allí era donde mejor se observaba
decir ni pío, aquí eran ellas las que tomaban , I , iclo. A veces su padre también subía allí
las decisiones. Y eso que la mayoría tenía l).u'rr acompañarla y contarle cosas:
pinta de mosquita muerta, vestidas de gris -¿Ves ese grupito de estrellas de ahí que
y con sombreritos. Vestían así porque eran l.r'n¿lrl una "'w"? Es la constelación de Casio-
muy religiosas, de una religión que se llama t)('ir, clue era una diosa muy bella y presumi-
"cuáquera".Y según esta religión, no se debía ,1,r. A lo mejor se llama así porque estas estre-
tr a la moda nt. uttltzar colores llamativos ll,rs también son muy bonitas, ¿no crees? -le
para vestirse. Y tampoco se podía cantar, ni ,'r ¡rlicaba.
bailar... Al padre de María le encantaba montar
¡Menudos sosos!, estaréis pensando. Pues lrt'strls, en las que siempre acababa enseña-
bueno, algunos tal vez lo eran, pero la familia .1, :l sus vecinos su telescopio.
de María, ¡ni pensarlo! Aunque también eran -¿Veis cuántos agujeros tiene la Luna?
religiosos,hacían la vista gorda a las normas It's contaba emocionado, enseñándoles los
que consideraban más tontas. Y la verdad es ( riitcres por el telescopio.

que en casa se lo pasaban muy bien. Tal vez -Tu padre es un poco rarito, ¿no? -le pre-
ayudaba que María tuviera nada menos que r,,rrrrtaban aMaúa sus amigas, en vozbajita.
¡ocho hermanos! Así cualquiera se aburría. Y un poco de razón no les faltaba, porque
El padre de María, como §flilliam, tam- ,"1 ¡rrrdre de María se parecía muy poco al
bién se había construido su propio telescopio, rt'st«r de padres. No era cazador de ballenas,

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ti( )r'(f Lreno le gustaba flada la idea de pasar
r.urto tiempo lejos de su familia. Y la verdad
(', (lUe no se sabía muy bien qué era, porque
, .rtlrr clos por tres cambiaba de trabajo. Desde
,',r.ur jcro a profesorrhabía probado casi todo.
I'r'r r todo el pueblo le quería un montón, por-
«

rluc crá una de las personas más buenas y


r',('r)cr-osas de la isla.
\Laría sabía la suerte que tenía con sus
aaa.
i).
I,.r,lr-es. En una época en la que no se lleva-
--
t-u
o
- l,,r clue las chicas fueran al instituto, sus
l,,r..lres habían estado encantados con la idea
tlt' rlLre ella sí quisiera ir. Cuando acabó de
a , strrc{iar,, empezó atrabalar como biblioteca-
n.r cr1 el Ateneo. El Ateneo era una especie de
, lrrb cultural, 1o más parecido a una univer-
'.r.lrrcl que tenían en Nantucket. Por allí pasa-
l,,ur cerebritos de todo Estados Unidos para
,l,u'charlas sobre todo tipo de cosas.
Con tanto libro a sus disposición, en un
¡,ispás aprendió alemán y latín. Y por la
rroches seguía mirando a las estrellas con el
tt'lcscopio de su padre. ¡No paraba! Y un día,
María Mitchell disfrutaba contemplando las estrellas
lrucnor mejor dicho, una noche, se llevó una
desde el tejado de su casa. l,ucna sorpresa:

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,rrLrrió, ella y su padre se quedaron muy solos.
-Debería dormir más, ¡me estoy volvien-
do tarumba! Juraría que al lado de la Osa I'r <rnto decidieron que se march arían de la isla

Mayor sólo había dos I melbunosas, ¡y ahora ( ) sc morirían de la pena.


son tres las manchitas! No puede ser... ¡A no Fue entonces cuando pasó algo que cam-
ser que sea un cometa, y por eso no estuvie- lri¿rría para siempre la vida de María. Había
ra ahí antes! ,rrr ricachón que veía muy mal que las chicas
rrr r pudieran estudi ar una carrera y pensó que
¡Acababa de descubrir un nuevo come-
ta! En cuanto se supo la noticia,María se con- \:r cra hora de cambiarlo. Como tenía dinero
virtió en una de las mujeres más famosas de ..lc sobra, quería construir una universidad
América de la noche a la mañana. Hasta tba ',,»l«r para chicas y hacerlo por todo 1o alto.

gente a verla al Ateneo para conocer en per- I os profesores serían los mejores en cada
sona a "la mujer astrónoma". El cometa Icr)rá y quería aMaría para dar las clases de
acabó llamándose "señorita Mitchell" y .rsttOnomía.
¡hasta el rey de Dinamarcale dio un premio A María y su padre la oferta les vino que
por el descubrimiento! rri pintada. Se mudarían a una nueva ciudad
Los años siguientes fueron tranquilos para v rr una nueva casa, que estaba en la misma
María, hasta que su país se puso en guerra. Y universidad. Desde el principio los dos estu-
la guerra no era contra otro país, sino con- vrcron encantados y pronto el padre de María
,.t'convirtió en algo así como el "abuelito" de
tra ellos mismos, aunque parczca un poco de
locos. El Norte y el Sur no se llevaban nada I orlas las estudiantes.
bien y montaron una bien gorda. Según avan- María era como la "mamá" .Y eso que no
('r'rr para nada una profesora blandengue. Desde
zaba Ia guerra , cada vez más gente se iba de
Nantucket. Los hermanos de María, que ya .'l ¡rrimer díahabía dejado claro que sus clases
.,t'r'ían difíciles, y que si querían saber de astro-
eran mayores, se fueron a vivir a otras ciu-
dades. Así que cuando la madre de María rr,rrnía, deberían aprender muchas mates.

4C 4r
Pero el que \tl,aría diera unas clases tan -¿Veis este aparato de aquí? Con él vamos
"durillas" no convencía a todos. Había ,r fotografiar el Sol. Y si sale bien, rengo pre-
mucha gente que creía que las chicas no ser- ¡',arada una sorpresa...
vían para estudiar y que hasta les podía dar La sorpresa era una excursión. María
un patatús si pensaban demasiado. Por eso le s,rbía que pronto habría un eclipse de Sol que
dijeron que no debería enseñar mates, sólo ',r' vería sólo desde ciertos lugares de Estados
contar batallitas para que las chicas tuvieran t Inidos y había planeado llevar a sus alumnas
un poco de idea, pero no demasiada. lrrsta uno de ellos. Y ellas estuvieron a la altu-
Algunas de esas personas eran las propias
',r de la ocasión.
madres de sus alumnas. Muchas no estaban -Papá, ¡tendrías que haberlas visto! Mien-
nada convencidas de dónde se habían metido tlrrs los chicos que habían llevado otras uni-
sus hijas. Lo importante era que sus hijas encon- r crsidades se quedaban atontados mirando el

traran un buen marido, y seguro que para eso ,'clipse, mis chicas se portaron como cientí-
no hacía falta que fueran a la universidad. lic¿rs de verdad, tomando datos sin parar {on-

-Señorita Mitchell, ¿le recordará a mi hila t ;r lr¿r. María, toda orgullosa.

que se rice el pelo todos los días?¡Está tan Pero N,{aría no les enseñaba sólo astrono-
mona con sus tirabuzones! -le pidió una en rnia, sino que organizabacharlas de todo tipo.
las reuniones que hacían con los padres. Y rluienes daban las charlas eran siempre muje-
Y a Maríale faltó muy poco para que no lt's: escritoras, científicas o sufragistas, que eran
se le escapara la risa. rrrujeres que pedían que las mujeres pudieran
María 1o que recordaba a sus chicas era porque entonces no les dejaban. Después
r''«rtar,
1o importante que era aprender, leer y pensar. ,lc las charlas siempre había café y pastas, para
Pronto estaba gastando una buena parte de ,¡rre todas pudieran seguir hablando. No es
su sueldo en comprar más equipos con los que t'rtraño que María acabara haciendo muy bue-
hacer ciencia de verdad. rurs amigas en estas reuniones.

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Y como no todo era educa r, a María tam-
(,
bién le encantab a organizar fiestas. Algunas
de ellas se convirtieron en una tradición y las
repetían año tras año. Las chicas se ponían las
botas comiendo pastelillos y se lo pasaban ffi_e% ffiffiffiMffiffie%
genial cantando y riendo.
María estaba muy contenta y orgullosa de cffiMW&#Weffiffiffieffi
sus alurnnas. Para ella, las estrellas más
importantes no eran las que veía por el teles-
copio, ¡sino sus chicas! Por eso no le impor- Muchas de las alumnas de María consi-
t6 deiar la investigación para dedicarse sólo rlrieron trabajo en uno de los observatorios
a enseñar. Había descubierto que eso era 1o rnris importantes del mundo, el Observatorio
que queríahacer con el resto de su vida por ..lc la Universidad de Harvard. La verdad es
encima de cualquier otra cosa. ¡Y eso fue 1o (lue era una de las pocas universidades donde
que hizo! t ontrataban a mujeres. En la mayoría seguían
¡',cnsado que la astronomía (y la ciencia en
ricneral) no era cosa de chicas.
¿Y por qué en Harvard sí que contrata-
lr¡n a chicas? La raz6n era muy curiosa. Todo
lrabía empezado un día en el que el director,
lrrlward Charles Pickering, estaba especial-
nrcnte enfadado con uno de sus ayudantes,
tlue flo daba pie con bola.
"Estoy seguro de que mi criada lo haría
rrrcjor que é1", pensaba Pickering, cuando de

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repente se le encendió la bombilla. "¿Por qué v,rlerse por sí misma. Y fue así como acabó
no? Es inteligente y trabajadora..." rrabajando de criada para Pickering.
Pero la verdad es que conseguir que su Trabajar en el observatorio era mucho
criada trabajara con é1 no fue nada fácil. Pic- rnás chulo que lo de criada. Lo que hacía era
kering tuvo que convencer a unos cuantos rnás divertido y encima el sueldo estaba
peces gordos de que Mina, que además esta- nrucho mejor. Su trabajo consistía sobre todo
ba embarazada, podía hacer un trabajo "de t'n clasificar estrellas. Tenía que mirar fotos y
hombres". Pero el caso es que 1o consiguió y l'ijarse en si las estrellas eran más brillantes
al cabo de unos meses estaba claro que había () menos. Pronto se le dio tan bien que fue
sido muy buena idea. Mina trabajaba mucho c'¡paz de darse cuenta de que algunas estre-
mejor que la mayoría de los que llevaban allí Ilrrs no brillaban siempre 1o mismo. Si te fija-

meses. hrrs en fotos de distintas noches, algunas a


Eso sí, Mina Fleming no era una criada vcces brillaban más, a veces menos. Por eso
cualquiera. Antes había sido profesora en les llamó "estrellas variables".
Escocia, hasta que su novio le propuso que se Unavez que Pickering vio que la cosa fun-
casaran y se fueran a América. ,-'ionaba, comprendió que contratar a una
rrrujer tenía sus ventajas:
-En América seremos tan ricos que hasta
podrás montar tu propia escuela -le había -A las mujeres se les paga la mitad que a
dicho su marido. Ios hombres. ¡Y parece que trabajan el doble!
Pero una vez que llegaron allí y en cuan- lrs un chollo, deberíamos contratar más -les
to Mina le dijo que iban a tener un niño, de r<rntó a los jefazos.
su marido nunca más se supo. Así que de Y no es que Pickering fuera un machista,
repente se encontró sola, embarazada y en un ('s que por entonces era de lo más normal
país que no conocía. Otra seguramente se l)rrgar menos a las mujeres. El caso es que
habría vuelto a Escocia, pero ella decidió l)oco a poco fue contratando a más mujeres,

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tantas que pronto algunos empezaron a hacer hijo, que estab a enla universidad.
.r clla y a su
bromitas. '\l rnenos su trabajo le gustaba mucho y se
-Tendríamos que aprender de Pickering, It' daba muy bien. Además de las estrellas
é1 sí que sabe" ¡Está rodeado de mujeres! r.rriables, descubrió otro tipo de estrellas que
..t' llaman "enanas blancas". Estas estrellas
-decían otros profesores de la universidad.
Mina era precisamente la que enseñaba trcnen el mismo tamaño que nuestro planeta,
a todas esas chicas 1o que tenían que hacer. lx'ro ¡pesan más que 300.000 Tierras juntas!
Y normalmente el trabajo incluía realizar
cálculos, muchos cálcuIos. Por eso empezaron
allamarlas "las computadoras de Harvard".
t t
+
¿Y por qué computadoras? Porque aunque
a
hoy en día estamos acostumbrados a que las a
a
computadoras son máquinas, por entonces
las computadoras eran personas. Antes de que
I t '-»
^
se inventaran los ordenadores, eran ellas las a

que calculaban todas las operaciones. a


a
* a

a
Al cabo de unos años, Mina emPezí a o .,4 .-
pensar que era injusto que cobrafa tan poco
en comparación con compañeros que hacían
rnucho menos trabaio. Y aunque pidió varias
r¿¿M
veces un aumento, siempre le contestaban 1o -
mismo:
-Para ser mujer, su sueldo ya es rnuy alto... i t'
Así que le tocaba apretarse el cinturón,
porque con su sueldo tenía que mantenerse Mina Fleming empezó clasificando estrellas.

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Al principio nadie se creía que hubiera ¡rcrrprimeravez distancias muy, muy grandes.
estrellas tan pequeñajas y que pesaran tanto. Sr: descubrimiento sigue siendo muy impor-
Pero poco a poco se fueron encontrando t:rnte hoy en día.
muchas más estrellas de este tipo. En reco- Otra computadora famosa fue Antonia
nocimiento a todos sus descubrimientos, Maur¡ una alumna de María.Inventó un sis-
Mina fue la primera mujer a la que dejaron r('ma muy útllparaclasificar los distintos tipos
entrar en el club de los astrónomos ameri- tlc estrellas, que aún se sigue usando hoy. Y eso
canos. (lue a su jefe, Pickering, le parecía al principio
Pero Mina no fue ni mucho menos la ,nuy mala idea y hasta acabaron peleados. Al
única "computadora" famosa. Henrietta linal, Antonia tuvo que irse por culpa de esas
Leavitt, pese a que durante casi toda su vida ,liscusiones y consiguió un nuevo empleo como
estuvo muy mal de salud, htzo descubri- ¡,rofesora de instituto. Pickering le pidió enton-
mientos muy importantes. Hasta entonces, ( csque le diera todos los cuadernos donde esta-
nadie sabía muy bien cómo medir las dis- lxrn apuntadas todas sus ideas. Antonia le dijo
tancias en el Universo. ¡Las cosas están muy tple ni de broma:
lejos como para acercarse hasta ellas con -¡Qué morro tiene! No está de acuerdo
una regla! Si en el cielo una estrella se ve ( ()nmigo, pero quiere quedarse con mi traba-
más brillante que otra, teS porque lo es de ¡o. No permitiré que me suceda como a otras
verdad o sólo porque está más cerca? Nadie ,rstrónomas, que son las que trabajan, pero la
sabía como averiguar esto... hasta que llegó f runa se la llevan otros
-pensaba Antonia
Henrietta. t'nfadada.
Ella descubrió cómo se podía saber 1o bri- Y después, cuando ella solita terminó sus
llante que son ciertas estrellas aunque no rrrvestigaciones y las publicó, Ios astrónomos
sepamos la distancia a la que están. Gracias vicron que eran muy buenas ideas. Pickering
a las estrellas de Henrietta se pudieron medir Iuvo que reconocer que se había equivocado

5() Í:1
e hicieron las paces. Antonia volvió a traba- ,, s había muy poquitos trabajos disponibles.
jar en el observatorio, ¡después de veintitan_ \:,í que, desanimada, cuando acabó la uni-
tos años! ,,'r sidad decidió hacer lo que hacía la mayo-
Annie Jump Cannon también fue una
computadora muy famosa. ya desde niña le ",r de chicas ricas de entonces: ¡esperar a
. .rsrrrse! Annie lbaa fiestas, viajaba,veía a los
habíagustado mucho lo de la asrronomía. En unisos.". Ni trabajaba ni estudiaba, algo que
casa tenían un telescopio y ella, casi todas las
l,r¡r'entonces era muy normal.
noches, se dedicaba a mkar por él y apuntar Pero después de unos años así, Annie esta-
en una libretita todo lo que veía. Su padre, l,;r rrru1r aburrida. Quería hacer algo más con
que era muy ma¡'o, creía que las mujeres tenían ,u vida que todo eso. Así que escribió a un
el mismo derecho a estudiar que los hombres. r icjo profesor y le preguntó si sabía de algún
Así que cuando Annie le dijo que quería ir a ,rtio donde pudiera trabajar. ¿Adivinas el sitio
la universidad, estuvo encantado. pero aírn t¡trc erz? Sí, el Observatorio de Harvard. Allí
eran tiempos en los que en las universidades \nnie siguió con el trabajo que había empe-
no tenían muy claro si dejar eutraÍ a las chi_ ,.rrlo Antonia, clasificando las estrellas. ¡Cla-
cas. Y también eran tiempos en los que la .,ilicó nada menos que 350.000 estrellas!
comida no era tan abundante ni barata. Así l)icen que, de un solo vístazo a la fotograÍía,
que el padre de Annie decidió enviar al dire de
lroclía saber qué tipo de estrell a era. ¡Y que
la uni ¡una caja enorme de melocotones! La nrnrca fallaba! También dicen que a veces se
cosa funcionó y Annie pudo ir alauniversidad.
¡',odía concentrar tan bien gracias a que era
En la universid ad aIa que iba Annie esra- .,,rda. Aunque llevaba un aparatito para
ban a la última en astronomía. En sus clases
¡,ocler oírrla mayoría de veces que estab a tra-
enseñaban ya los últimos descubrimientos que Lrr jando lo descon ectaba.
hacían "las chicas de Pickering,,. pero Annie Además, también cambió un poco el sis-
también se dio cuenta de que para las muje- It'nr? de Antonia y lo hizo mejor, pero más

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sencillito. A los astrónomos les gustó ranto
cómo lo hizo que hoy en día se siguen utili-
zando las ideas de Annie. Pero pese a que todo
el mundo sabía que era la mayor experta en
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clasificar estrellas, por ser mujer durante ffiffi_ffiffiffi% ffiru
muchos años no la ascendieron. Sólo cuando ffi*ffi ffiffiffiffi
ya era muy viejecita, decidieron por fin nom- ffi.ffi* fuffiffifuqk#
brarlaprofesora de la Universidad de Harvard.
Annie pasó el resto de su vtda Íeliz., cla-
sificando estrellas y dedicándose a su afición A principios del siglo pasado, en mil
fav orita, la fotogra fía. Tenía muy buenos ami- novecientos y pico, algunas mujeres empe-
gos y le encantaba montar fiestas en su casita, l,irron a dar mucha guerra. En una época tan
a las que invitaba a los niños del barrio. nroderna para muchas cosas:, no entendían
Pronto todo el mundo llamaba a su casa "el ,. <irno las mujeres aún no podían votar ni estu-

chalet de las estrellas". ,li¿rr en muchas universidades. Por eso orga-


Las chicas de Pickering siguieron traba- rrizaron manifestaciones, aunque muchas
jando en el observatorio aún después de que vtces acabaran ¡hasta en la cárcel! Además,
él ya no estuviera. Para entonces ya había t ;r n-rbién tenían que aguantar las burlas de

empezado un nuevo siglo, el XX, y con é1 nruchos amigos y familiares, que no veían que
muchas cosas estaban cambiando. Las nue- t'so de manifestarse fuera propio de señoritas.
vas astrónomas que trab ajaban en el obser- l'cro ellas siguieron. Poco a poco, en muchos
vatorio no se conformarían con ser simple- ¡',:ríses fueron cada vez consiguiendo más
mente las chicas del nuevo director. ,lcrechos.
En astronomía, por primera yez algunas
..lricas trabajaban como astrónomas inde-

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pendientes. Podían ser científicas de primera
lrrofesores la tenían por rarita. ¡Y eso que era
fila, aunque aún lo tuvieran mucho más difí- lrr eue sacaba las mejores notas! El "proble-
cil que sus compañeros. rna" era que se esperaba que a las niñas sólo
Una de ellas fue Cecilia Payne. En 1920 re les dieran bien las letras, mientras que a
estudiaba astronomía en una universidad t lecilia lo que le gustab a eÍa las ciencias.
inglesa. En su clase erala única chica y ni a ( luando ganaba un concurso de redacción y
los otros estudiantes ni a los profesores pare-
1',odía elegir un libro como premio, sus pro-
cía hacerles mucha gracia la idea. lcsoras esperaban que eligiera alguno que
-Dama y caballeros -decía siempre en ..'ll¿rs consideraran "femenino", como la poe-
clase un profe, con retintín, mientras miraba sí¿. Sin embargo, Cecilia pedía cosas como
con cara de pocos amigos a Cecilia. ¡ libros sobre Ia naturaleza!
Sus compañeros le seguían la gracia y Ahora que era mayor, lo que más le gus-
siempre abucheaban justo en lo de "dama" y trrba era las estrellas. Por eso se emocionó
aplaudían en lo de "caballeros". ¡Y eso todos lirrlto cuando se enteró de que el director del
los días! Cecilia lo pasaba fataly se ponía más ( )lrservatorio de Harvard oÍrecería una con-
roja que un tomate. Y es que encima se tenía Icrencia en su universidad. El director ya no
que sentar siempre sola y en la primera fila, t'r a Pickering, sino otro nuevo que se llama-
porque las reglas de la universidad exigían l.,rr Shapley. "¿Seguirá contratando mujeres?",
que las chicas no se sentaran al lado de nin-
¡,.'nsaba Cecilia, que veía muy crudo lo de
gún chico. r «rlseguir trabajo en su país, Inglaterra.
Pero Cecilia era muy valiente y por mucha A Cecilia esta vez no le importó nada
vergüenza que pasara no pensaba dejar la uni- It'ner que sentarse en primera frla para escu-
versidad. Además, ya estaba acostumbrada a , lurr la conferencia. ¡I.{o todos los días se
que la miraran como un bicho raro. Incluso l,oclía ver a uno de los astrónomos más
cuando era sélo una niña, en el colegio, sus rr nportantes del mundo!

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Cecilia prestó tanta atención durante la
charla que cuando acabó estaba segura de que
sería capaz de repetirla palabra por palabra.
Y también tenía clara otra cosa: quería irse
a trabajar al observatorio de Shapley. Así que
los siguientes meses estudió más que nunca
pana conseguir una beca con la que marchar-
se a Estados Unidos. ¡Y la consiguió!
IJna vez que estuvo por allí, decidió que
quería averiguar de qué estaban hechas las
estrellas. Como si fuera una receta de cocina,
ella averiguaría los ingredientes que forma-
ban una estrella. El problema vino cuando 1o
que averiguó, después de estudiar las fotos de
muchas estrellas y de muchos cálculos, no
coincidía con 1o que se esperaba.
-Cecilia, ha debido de hacer mal los Cecilia Payne fue una de las primeras
cálculos. Según usted, las estrellas son muy doctoras en astronomía.
ligeras y están hechas casi sólo de gas, ¡de
hidrógeno y helio! Ni que fueran un globo...
,rstrónomos (esta vez chicos) descubrieran lo
-le dijeron.
Así que Cecilia tuvo que añadir en su tra- rrrismo, le tuvieron que darlaraz6n. Las estre-
bajo algo así como "he calculado esto, pero llrrs no se parecían en nada alaTíerra.
seguro que está mal", aunque no era eso 1o que Poco a poco Cecilia se convirtió en uno
pensaba ella. A1 final, después de que otros ,lt' las astrónomos más listos que había por

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entonces. Además de investigar, empezó a dar
clases y a ejercer como tutora de muchos estu-
diantes de la universidad. Aun así, seguía
cobrando tan poco como antes. Tan poco,
¡que le daba vergüenza confesar a su familia ffiffifuWffi ffiffi
en Inglaterra cuánto ganaba!
Además, Cecilia comprendió que hasta en ffiffiWffiffifufu&ffi§
América seguía habiendo muchas normas
tontas si eras mujer. Por ejemplo, nunc a podía
usar los telescopios sola; siempre debía ir Margaret era una niña con suerte, porque
acompañada de un hombte, ipara que no .r sus padres les gustaba eso de la ciencia tanto
rompiera nada! Y cuando Shapley se jubiló, t ()rro a ella. Su madre era química, en una
le habría tocado a ella rcemplazarle, porque t'f)ocá en la que había muy pocas chicas que
era sin duda la mejor astrónoma del obser- lrubieran estudiado eso. Y su padre también 1o
vatorio. Pero como era mujer, fue otro el que ,'r-rr, además de inventor. Así que no es extra-
se llevó el puesto. no que el juguete preferido de Margaret y su
Aun así, Cecilia se convirtió en una de las lrcrmana fuera un kit de química) con tubos y
primeras en ser nombrada doctora en astro- ¡,rlvos con los que hacer experimentos.
nomía, que es el título más alto que concede Otra cosa que no faltaba en su casa eran
una universidad (¡y qre no tiene nada que ver l,,s libros y las revistas sobre la naturaleza.
con los médicos!). Y también fue la primera I ue en una de esas revistas donde Nlargaret
mujer profesora de una de las universidades l..'yír por primera vez algo sobre astronomía.
más importantes del mundo, Harvard. "¡()uau! Nunca habría pensado que se
l,ucliera saber por qué la luna se ve a veces
,,'rlonda, como una pelota, y otras finita,

6() 6t
como una rodaia de melón", pensaba mien- ces de las cosas que siempre hacían los hom-
tras leía. lrres? ¡Las mujeres! De repente, se convirtieron
Desde aquel día,Ie encantaba mirar al cielo cn camioneras, bomberas o ¡jefas!
por las noches. Y como su abuelo la conocía -¡Y decían que las mujeres no servíamos
muy bien, cuando cumplió 15 años le regaló para mandar! -decía una secr etaria que se
precisamente una colección de libros sobre lrabía convertido en directora.
astronomía. AMargaret le gustaron tanto, ¡que Margaret también pasó de simple estu-
ese mismo día se leyó el primero de un tirón! tliante a encaÍgada del observatorio de su uni-
-Mamá, ¿sabías que la estrella que está más versidad. ¡Y eso que sólo tenía 20 años! Como
cerca de nosotros está a 36.000.000.000.000 ,'ncargada, le tocaba hacer un poco de todo:
kilómetros? ¡Eso es un número enorme! -le ..lesde reparar los telescopios cuando se estro-
contaba a su madre ala mañana siguiente. ¡.,caban a ¡plantar verduras en el jardín! Y es
-¡Y tanto! Eso es más que dar un millón .¡ue, durante la guerra, era muy difícil conse-
de vueltas a la Tierra. ¡No está nada mal! -le guir comida. Por eso mucha gente aprovecha-
contestó sonriendo. lra cualquier trocito de tierra paraplantar.
Gracias al regalo de su abuelo, había des- Aun con todo ese lío, ella y los pocos
cubierto que la astronomía hablaba sobre las r'ompañeros que quedaban seguían intentan-
estrellas y utíIizaba números enormes, ¡dos de tl<r estudiar e investigar. Pero casi cada vez que
las cosas que más le gustaban! "De mayor seré t¡trerían usar un telescopio, sonaban las alar-
astrónoma",, decidió Margaret ese mismo día. nras. Bombava, bomba viene, todos corrían
Y 1o consiguió, aunque hasta una guerra se .'lcprisa a los refugios. Mientras esperaban a
le puso de por medio. En 1939, el país donde r
ltle pására todo, Margaret siempre se preo-
vivía Margaret, Inglaterra, se puso en guerra t trpaba por sus padres y ¡por los telescopios!
contra Alemania. Y casi todos los hombres se Entre susto y susto, siempre conseguía
fueron al ejército. ¿Quién se encargaría enton- \;rcar un poco de tiemp o pana observar las

62 67
estrellas. Eso sí, ni siquiera en las noches tÍan' I,rrrr eSo. Y me permitirán ver las estrellas con
quilas estaba garantizado el poder verlas. t'st' telescopio.
"¡Nublado, está nublado! ¡Para un día que no Durante los años siguientes Margaret viajó
hay bombardeo!", pensaba Margaret cada ,1..' sitio en sitio, observando con los telescopios

vez que Ia suerte no le acompañaba. t¡rrc le dejaban. Se casó con otro astrónomo y
Al cabo de 6 años acabó la guerra y N{ar- ',icmpre que podían trabajaban juntos. Otras
garetla carrera. Ahora 1o que ella quería era \'('ces, no había tanta suerte y ¡tenían que vivir
trabaiar con alguno de los telescopios más gran- .n distintos países! Al final los dos consiguie-
des del mundo... ¡y donde no estuviera siempre r ( )11 un trabajo en Estados Unidos, en ciuda-

nublado! Uno de esos sitios era el Monte §fil- ,lcs distintas pero muy cerquita.
son, un observatorio en Estados Unidos. Así ¿Adivinas dónde lba a trabajar su marido?
que pidió una beca para trabajar allí. ¡lur el Monte \ü/ilson! Y Margaret Burbidge
Poco después recibió una carta con la res- tt'nía muy claro que su marido no sería el único.
puesta: ,\hora que estaba tan cerca) ella también tenía
"En el Observatorio de Monte \ü/ilson sólo (lr¡e observar con el supertelescopio. Pero el
trabajan hombres. Así que aunque sus notas tlirector del observatorio no opinaba 1o mismo.
son las mejores, no podemos darle la beca." -No puede ir al Monasterio, perdón, al
Muchas personas seguro que se hubieran ,bseryatorio. ¡No hay baño para chicas! ¡Y esta-
desanimado y hastahabríanpensado en dejar r'íir mu/ mal visto que una mujer se quedara a
eso de la astronomía, pero Margaret no. ,lormir en un sitio donde sólo hay hombres! -le
-Ahora entiendo por qué llaman a ese ,lijo la primera vez que se 1o preguntó.
observatorio "el Monasterio". ¡Porque sólo Margaret no se 1o podía creer. ¿Cómo
pueden entrar hombres, como en los monas- ¡'l<rdía darle una raz6n tan tonta para impe-
terios de verdad! -le contaba a su madre-. ..lirle la entrada? Estuvo dándole vueltas al
Pero ya verán, algún día tendrán que canr- ,rsunto y al día siguiente volvió.

64 65
-Bueno, sé de un hotelito muy cerca del ue cofltentos: acababan de tener a su pri_
tf
observatorio. hé allí siempre que lo necesi_
nrcra hijay habían publicado un librito
te. Y me quedaré a dormir allí _le conresró. rob..
rrimo se habían formado los componentes cle
-Tal ye4 pero aun así, no puede trabajar I:rs estrellas y los planetas.
en el Monte ril/ilson.
¡Lo, ay.ráanres no que_ -Todos somos polvo de estrellas _le expli_
rrán ayudar a una mujer! _le contestó.
ba Margaret a su hija, unos añitos más
t'rr
Margaret siguió sin rendirse. y al cabo
de trrrde-. El calcio de tus huesos o el oxígeno
un par de días regresó.
tlLre respiramos ¡se fabricaron en una estrella!
-He hablado con los ayudanres. Son muy Lo que Margaret y sus amigos habían des_
simpáticos y me han dicho que no tienen
nin_ t'Lrbierto es que las estrellu, ,on como
gún problema en trabajar conmigo. hornos.
llstán a temperaturas muy, muy altas. Tan
Y esta vez sí lo consiguió. El director
deci_ ,rltas que a partir de unos componentes
dió que Margaret podía usar eI telescopio muy
Cel Ir:isicos se pueden juntar y formm
observatorio. ¡por fin habría una chica otros. Algu_
en el nos de estos componentes acaban siendo"el
Monasterio!
¡',olvo del que se forman los planetas...
Margaret tenía muy claro lo que quería ¡y
rrosotros! EI descubrimiento fue tan impor_
investigar: continuaría los estuclios
de Cecilia r:lnte que se mereció un premio l.{obel. pero
Payne. Cecilia había sido la primera
en esru_ t'orno este premio no se puede dar a cuatro
diar de qué estaban hecha, lur.rtr.llas.
Mar_ l)ersonas ala vez, al final se lo entregaron sólo
garet quería ir más allá.
¿De dónde habían rr Lrrro de los amigos de Marg aret,
salido los componentes de las estrellas y que era el
de nrás famoso.
los planetas? Ella, su marido y otro
par de Unos años después a L,Largaret le conce_
amigos se propusieron averiguarlo.
..lieron otro premio. El problema estaba
¡Y lo consiguieron! En lgST,Margaret y en
t¡ue este premio sólo lo daban a chicas,
su rnarido tenían dos motivos para ya
estar más Margaret esto no le convencía demasiado.

66 é7
-Ya es hora de que se trate de la misma -¿Y dónde se pondrá? ¿En un sitio donde
forma a las mujeres que a los hombres, tanto haya pocas nubes? -les preguntó Margaret, que
para bien como pata mal. No quiero un pre- rrún se acordaba de las noches en Inglatefra.
mio "sólo pafa chicas" -les dijo. -Le podemos asegurar que sí. El telesco-
Así que rechazó el premio y el dinero que pio estará ¡en el espacio!
iba con él.La verdad es que se armó bastan- Margaret aceptí más que encantada.
te follón. Algunas y algunos estaban de acuer- N.iunca se había construido un telescopio de
do y le escribieron para felicitarla por no que- cste tipo. ¡A saber todas las cosas nuevas que
darse con el premio. Pero otras y otros se se podían descubrir con él! Era un telescopio
enfadaron con ella, porque pensaban que las tan especial que tenía hasta nombre: Hubble.
chicas aún 1o tenían más difícil y por eso nece- Se llamab a así por un astrónomo muy famo-
sitaban más ayudas. Pero nadie dudaba de so, Edward Hubble, que precisamente había
que Margaret estaba haciendo lo que ella sido amigo de Margaret.
creía que era mejor para las astrónomas. Durante los siguientes años muchos científi-
Los siguientes años Margaret y su marido c<rs trabajaron un montín para ver cómo se
siguieron investigando y descubriendo cosas lrodía hacer el telescopio. Margaret no era la
nuevas. También trabajabatT a veces como rinica mujer del equipo. Había otra, Nancy
directores de algún observatorio. Y cuando l{oman, que además de haber dado muchas
Margaret tenía ya 60 años, le ofrecieron un icleas sobre cómo hacerlo, habíaconseguido con-
trabajo muy especial. La Nasa, eue es una vcncer a mucha gente para que diera el dinero
organízación de Estados Unidos que cons- ,¡ue hacía falta. Porque construir un telescopio
truye y envía cohetes al espacio, estaba pre- ..le ese tipo cuesta ¡miles de millones de euros!
parando un nuevo telescopio. Y querían que Después de muchas complicaciones y
Margaret estuviera en el equipo que 1o pre- |ctrasos, se consiguió terminar el telescopio y
pararía todo. t'n 1990 se mandó al espacio. Margaret y los

68 69
astrónomos de todo el mundo estaban pen-
dientes de saber si todo iba bien. Unas sema-
nas después había buenas y malas noticias:
-Funciona, pero ¡necesita gafas! -expli-
I
caba Margaret a sus amigos.
Y es que un espejo del telescopio no fun-
cionaba como tocaba, así que las imágenes se
veían borrosas. X,4enos mal que pronto se les
ocurrió cómo podían arreglarlo. ¡Enviarían
astronautas en una misión espacial para poner- Era 1.940 y Vera tenía 1,2 aios. Vivía en
le "gafas" al telescopio! una casita en Filadelfia, una ciudad de Esta-
La misión fue rodo un éxito y desde la Tie- clos Unidos, y desde la ventana de su habita-
rra se empezafon a ver las imágenes más pre- ción observaba un buen trozo del cielo. A
ciosas del Universo que se hubieran visto nunca. Vera eso le encantaba. Podía pasarse horas
-Estamos mirando galaxias que están tan rnirando ias estrellas y tratando de reconocer
lejos que nunca antes se habían podido ver. todas las constelaciones a la vista.
¿I{o es increíble? -decía Margaret, toda emo- -Vera, sé que estás despierta. Así que a
cionada. cerrar los ojos. Y si no puedes dormir, ¡en
Hoy en día, Margaret Burbidge sigue mara- lugar de ovejas ponte a contar estrellas! Ya
villada cuando desde su despacho observa por verás como funciona -le decía su madre.
internet las últimas imágenes del Hubble.Tanto A los 14 consiguió convencer a su padre,
el telescopio como ella siguen mirando el cielo clue era ingeniero, de que le ayudara a cons-
y nos ayudan a entender un poco mejor el truir un telescopio.
[Jniverso en el que vivimos. -¡Y yo que quería ayudar a tu madre a
limpiar! -le dijo aYera, guiñándole un ojo.

7C 7r
Cuando poco después vio en un mercadi- -¿Una chica, astronomía? Señorita, usted
llo un libro que hablaba sobre las estrellas, no lo que debe hacer es pintar estrellas, no estu-
dudó ni un momento en comprarlo. ¡Adiós diarlas -le di¡o el secretario de la universidad,
a su paga de la semana! Pero cuanto más leía, burlándose.
más contenta estaba de su inversión. "Si fuera Así que Vera tuvo que buscar otra uni-
chico, sería astrónomo", pensaba un poco versidad. "Ya está, iré a Vassar, donde daba
triste. Hasta que un díaleyí sobre María Mit- clases María Mitchell", pensó Vera. Y por fin
chell. empezí a estudiar astronomía. Los siguientes
-Mamá, mamá, ¡las chicas también pue- años se los pasó aprendiendo allí.
den ser astrónomas! ¡Y descubrir nuevos Vera estaba feliz. Estaba estudiando lo
cometas! -le contó toda emocionada a su clue más le gustab a y además acababa de
madre. conocer a un chico supermajo. Se llamaba
Pero no todo el mundo parecía pensar lo Itobert y a los dos les gustaba mucho la cien-
mismo. Cuando le explicó a una profesora 1o cia y la música.
que quería ser de mayor, se llevó un buen -¿Era éste el disco que no encontrabas en
chasco. rringuna tienda? -le dijo un día Robert.
-A 1o mejor ha habido alguna chica astró- Robert se había pasado días y días bus-
noma, pero es casi imposible. Mejor estudia ciindolo, pero mereció la pena. Vera no podía
algo más femenino, como enfermería -le dijo l)arar de sonreír. Ese disco muy pronto se con-
la profe. virtió en el favorito de Vera y ¡de su marido!
Pero Vera no se dejó convencer. ¿Qué l{obert y Vera se casaron en cuanto acabaron
podía haber más chulo que estudiar las estre- l;r universidad. Y poco después tuvieron dos
llas? Así que cuando entró en la universidad, niños.
fue a apuntarse a astronomía... ¡pero no le Vera decidió que quería quedarse en casa
dejaron! ,r cuidar de los pequeñajos. Al fin y al cabo,

72 7"
en todos los sitios Ie habían
dicho que resul_
taría imposible que encontra r^
tr^b^¡ocomo
astrónoma. pero aun así, no podía *
olvidar_
se de las estrellas. Entre biberón
y biberón,
seguía leyendo libros y revistas
que contaban
los últimos descubrimientos.
Así pasaron unos cuantos meses,
hasta
que un día, cuando Robert volvió
del traba_
jo, se encontró a Vera llorando.
-Se están descubriendo tantas cosas que ya
me cuesta entenderlas _le dijo
Vera, DuI triste.
En aquella época, Ia mayor ía d,elos
mari_
dos le habríadicho que eso eran
tonterías y que I
lo suyo era cuidar a los niños. pero Jt
r/
Robert no
era así.
-irJo seas tontorrona. La solución es muy
fácll tienes que dedic arte otra vez
ara astro-
nomía.
Entre los dos hicieron un plan pararepar_
tirse las tareas de la casa así
¡ Vera p,rao
regresar a la universidad. para
que no per_
el tiempo, Robert se convirtió en
d.rer-a
su
chófer. Todos los días la llevaba
a la univer_
sidad y la recogía. Muchas noches,
también
1
pata adelantarrlos dos cenaban
un sandwich Robert y Vera Rubin disfrutaban con la ciencia

71t T§
en el coche. Mientras, en casa, los padres de saber que hay viento mirando por una ven-
Vera cuidaban a los niños. tan4' ¡aunque no veas el viento! Basta con que
Thnto esfuerzo mereció la pena. En cuan- te fijes en que las hojas y las ramas de los
do acabó los cursos más altos que se podían árboles se mueven. Ella había visto algo pare-
hacer, consiguió trabajo en la universidad.
¡Se cido, sólo que en lugar de con las hoias, con
había convertido en una astrónoma de ver- las estrellas.
dad! Y en la segunda mujer, después de Mar- Los cuatro hijos de Vera se habían fliado
garet, que utilizaba el telescopio del ..Monas_ siempre en 1o bien que se 1o pasaba su madre
terio". No es extraño que las dos tardaran con eso de la ciencia:
muy poco en hacerse amigas.
-Pero, mamá, ¿en serio te Pagan Por
Durante los siguientes años Vera empe_ pasártelo tan bien? -preguntaba el pequeño.
zó a investigar y a saber cada vez más cosas Seguramente por eso, ahora que son
sobre nuestra galaxia. Y fue así como hizo un rnayores, ¡todos son científicos! Vera sigue
descubrimiento sorprendente. Tanto, que al investigando hoy en día, a veces iunto a su
principio casi nadie se lo creía. hija, que ya es toda una astrónoma. Y muchos
-¿Habéis oído lo que dice la tal Vera clicen que pronto Ie podrían dar un premio
Rubin? ¿Que la mayoría del Universo está I\obel por su gran descubrimiento de la mate-
formado por un ingrediente misterioso que no ria oscura.
se detecta con los telescopios? ¡Lo llama la Vera también dedica mucho tiemPo a
"materia oscura"! -decían muchos. intentar que las chicas lo tengan mucho más
Pero Vera siguió investigando y según l'ácil de 1o que 1o tuvo ella para convertirse en
pasaba el tiempo cada vez parecía más claro ¿rstrónoma. Da charlas,, escribe libros y pro-
que tenía razón. Pero ¿cómo había descu_ testa siempre que aprecia una iniusticia.
bierto algo que no se podía ver con los teles- Seguramente por eso, hace unos años
copios? La idea es pareci da a como puedes recibió un telegrama desde Cerro Tololo, un

76 77
observatorio en Chile con cuatro
copios más grandes del mundo.
decía:
"Hemos pensado que le gustaría
de los teles_
El telegrama TO
saber
que ahora mismo los cuatro
f.l.r.opios de
Cerro Tololo están siendo utilizados
¡por..ru_
ffiffiM
tro mujeres!,,
Vera sonrió de oreja a orejaal
ffiffitu
leerlo y les
contestó en seguida:

.da y" iPrpero que sea la noche más despeja_ Jocelyn Bell vivía en un pueblecito de
clara de la historia!,,
lrlanda la mar de tranquilo. Su padre era
rrrquitecto y trabaiaba en la construcción de
trr-r planetario. Los planetarios son sitios pare-

cidos a un cine, en los que ves pelis con estre-


llas. Muchas veces Jocelyn le acompañaba al
t rabajo y fue allí donde un día decidió que de

nrayor quería ser astrónoma.


Por la época en la que estudió en la uni-
vcrsidad, mil novecientos setenta y pico, aún
había muy pocas chicas en las clases de cien-
cias. Por eso muchos de sus compañeros la
n'riraban como si fuera un bicho naro) pero a
.'lla no le importaba. Jocelyn siguió estu-
..liando y sacando buenas notas, hasta que
,rcabó la carrera.

78 79
Después consiguió trabajo en su misma al cabo de unos días estab a claro que no eran
universidad, en la que estaban construyendo interferencias. Pero ¿qué eran?
un nuevo tipo de telescopio. Se llamaba -Ya está. ¡Son señales que nos envían los
"radiotelescopio" y en lugar de ver las estre- extraterrestres! -diio Jocelyn a su jefe en
llas, ¡las escuchaba! Porque aunque parezca broma.
un poco raro) algunas estrellas emiten seña- Los dos se empezaron a reír, pero en el
les de radio. Pero para detectarlas hace falta fondo no podían estar seguros de que no
que estos telescopios sean muy grandes. El de fuera algo así.
la universidad de Jocelyn ocupaba el tama- -Bueno, pues por ahora las llamaremos
ño de ¡dos campos de fútbol! Y en lugar de las señales de "los hombrecitos verdes" -se le
espejos, este telescopio estaba formado por ocurrió a su jefe.
más de 1.000 postes de madera unidos por Y, d. algún modo, los periódicos se ente-
kilómetros y kilómetros de cables. ¡Cual- raron de 1o que estaba pasando y pensaron
quiera habría dicho que eso era un telescopio! que era un notición:
Jocelyn y sus compañeros se pasaron dos "Jovencita astrónoma es la primera en
años montándolo todo. Cuando ya estuvo detectar a extraterrestres. ¿Querrán ligar con
listo, ella era la encargada de utilizarlo. Y ella? "
muy pronto empezó a ver, bueno, mejor A Jocelyn no le htzo nada de gracia hacer-
dicho, a escuchar, cosas muy raras. Era casi se famosa de esa manera. Ella estaba inten-
como si algunas estrellas estuvieran dando tando realizar un trabajo serio y la prensa le
golpecitos: "toc, toc, toc...". preguntaba por todo tipo de tonterías, ¡como
Su jefe le dijo que no les prestara atención que cuántos novios tenía!
porque seguro que no era nada, sólo interfe- -Yaya,los marcianos tenían que emitir seña-
rencias que hacían otros aparatos. Jocelyn no les para fastidiarme justo cuando intento aca-
estaba tan segura y siguió tomando datos. Y bar un trabajo -decía, en broma, a sus amigos.

8() 8t
Jocelyn y su jefe siguieron trabajando y
tomando datos y al final llegaron a la solu-
ción. Pero pana chasco de los periodistas, no
eran extraterrestres. ¡Habían descubierto un
al
nuevo tipo de estrella! La llamaron "púlsar" &#ME E%WffiryffiruffiffiffiW&
porque emitía pulsaciones, como un reloj:
"Tic-tac. Tic-tac" . Cada pulsación era una ffiffi# ffiffi- ffi%ffi§weffiffiffi
vuelta que daba y así descubrieron que sería
una estrella muy pequeña, porque giraba rapi-
dísimo. Sally Ride vivía en una casita en Los
El descubrimiento fue tan importante que Ángeles, una ciudad de Estados [Jnidos. Era
unos años después los científicos decidieron 1961y estaban pasando muchas cosas en su
que merecía el premio Nobel. ¡Pero el premio país. Por primerayezhabía una ley que decía
Nobel se lo concedieron sólo al jefe de Jocelyn que las mujeres debían cobrar lo mismo que
y no a ella! los hombres. Y cadavez más muieres protes-
Algunos dicen que fue 1o normal, porque taban por tener que ser ellas solas las que se
los premios Nobel se suelen entregar a los encaÍgaran de la casa.
que llevan muchos años trabajando y no a Pero a Sall¡ que tenía 10 años, lo que le
los que están empezando. Pero otros dicen interesaba más era otro tipo de cambios.
que si hubiera sido un hombre, el premio -Mamá, ¿has oído? ¡Van a enviar a un
se lo habrían dado a los dos. l-rombre alaLuna! -le contó emocionada.
Hoy en día Jocelyn trabaja como profe- El presidente de Estados Unidos lo aca-
sora de una universidad y también como baba de anunciar. Estaban preparando una
directora de una revista científica. misión para ir nada menos que a la Luna.
"Ha de ser chulo ser chico y poder hacer

82 B3
cosas tan emocionantes,,, pensó
Sally. y,
desde entonces, siempre
^rrÁd,íu.or,
_.r.hu H
atención cada vez que salía en el telediario
una noticia sobre el espacio.
Como montar un viaje hasta la Luna
no
es nada fácil, pasaron varios
años hasta que
el cohete y los astronautas estuvieron
listos.
Y cuando por fin anunciaron el aterrizaje
del Sally no se 1o pensó dos veces. Aunque
cohete en la Luna, medio mundo
estaba i,ri^_ rlunca se había imaginado que podría ser
do al televisor.
astronauta, decidió presentarse a las pruebas.
-Éste es un pequeño paso paraun hombre,
pero un gran paso paru la humanidad _dijo
Y se le dieron genial.
primer astronauta cuando pisó la Luna.
el -¡Papás! ¡Me han cogido! -entró gritan-
do en casa de sus padres unos meses después,
"Lo han conseguido,,, pensó Sally mien_
en cuanto supo que la habían elegido.
tras se abrazaba toda contenta a
su hermana.
Desde su casa se oía cómo algunos ¡Sería una de la primeras muieres astro-
vecinos nauta! En cuanto los periodistas se enteraron,
aplaudían. ¡No todos los días aigrie,
se daba le empezaron a pedir entrevistas. La mayo-
un paseíto por la Luna!
ría de las preguntas eran muy, pero que muy
Sall¡ que había pensado ser renisra por_
tontas: que si era llorona, que si llevaría suie-
que se le daba muy bien,, cambió
de idea. tador en el espacio...
-Me inscribiré en la universid ad y esru_
Y como ser astronauta no es algo precisa-
diaré astronomía -les contó a sus padres.
mente fácllrSally tuvo que entrenar mucho para
Justo después de acabar los estudios y prepararse. Tenía que aprender de todo. Cómo
mientras buscaba trabajo como investigado_
comer en el espacio, cómo andar, cómo ir al
ra, vio un anuncio en el periódico:
baño... Porque en un cohete las cosas son muy

84 85
diferentes, cuando te mueves es
como si flota_
ras. Y no sólo tú, flotal
¡todo
Además, como puede ocurrir que
algo vaya
mal, también deben aprender qué
hacer en
casos de emergencia: cómo
salir Jisparado del
cohete, cómo saltar enparacaídas,.á*o
n^d*
en medio del océano...
!
por supuesto, aparte
de todo eso, también estuáian
mucha informá_
tica y matemáticas. pero aunque
el entrena_
mienro era muy difícil, a Sally aún
le dio tiem_
po para casarse...
¡con otro astronauta!
El entrenamiento de los astronautas
dura_
ba nada menos que dos años. Cuando
Sally
lo acabó, los periodistas volvieron
al ataque.
¿Podía ser una mujer tan buen astronauta
como un hombre?
-Sally lo hace igual de bien que cualquie_
ra de nosotros. Bueno,
¡la verdad., qr. ,^1r",
mejor! -les dijo el capitán a los periodistas. Sally Ride, una de las primeras astronautas

El primer cohere en el que viijaríaSally


esrar
ría 5 días en el espacio. Sumisión
no era ir a la astronautas se marean. Como eso puede ser peli-
Luna, sino hacer experimentos
de muchos tipos.
Por ejemplo, uno de los astronautas groso, es importante encontrar formas para evi-
era médico tar esas molestias. Otros experimentos trataban
y realizaba pruebas a sus compañeros.
Un via_ sobre la observación de la Tierra, como sólo se
jecito por el espacio es
algo mtvido y muchos
puede hacer cuando estás lejos.

86 a7
A Sally le encantó su primer vuelo y ni
siquiera se mareó un poquito.
-¡Esto es meJ'or que ir en una montaña
rusa! ¡Es de lo más emocionante!
-dijo después
de despegar.
Al año siguiente, Sally repitió otro vuelo,
ffiffi$ffieffi ffiffi
y esta yez ya eran dos las mujeres en el cohete. dryffiffiffiffffiffi
qtu*ffiw ffitu#effi
Entre vuelo y vuelo Sally no dejaba de entrenar.
Pero justo antes de su tercer vuelo sucedió algo
terrible. ¡Un cohetehabíaexplotado en pleno
Después deSall¡ aún ha habido muchas
vuelo! Mientras se aclaraba por qué había ocu_
más astrónomas. Tantas, que no se podría
rrido el accidente, no habríamás viajes al espa_
hablar de todas ellas aquí. Algunas de ellas 1o
cio. Y Sally dejó de entrenar paracolaborar en
tuvieron aún muy difícil, pero, como las pro-
la investigación sobre el fallo del cohete.
tagonistas de este libro, no pararon hasta que
Después de eso, como durante muchos
las tomaron en serio. Y lo mismo ocurre con
años no se enviarían más vuelos al espacio,
todo tipo de científicas, desde matemáticas
Sally decidió dedicarse de nuevo a la asrro_
a químicas.
nomía, pero desde la Tierra,, y consig uió tra_
Hoy en día hay mucha gente que sigue
bajo como profesora en una universidad.
pensando que a las chicas no se les puede dar
Ahora Sally ya estájubilada, pero aun así,
bien la ciencia. Sin embargo, todas las muje-
no para. Ha creado su propia empresa, que
res que hemos conocido en este libro dejan
vende juegos y libros de asrronomía. Thmbién
muy claro que no es así. La astronomía en
escribe libros para niños y da charlas a chicas
Babilonia no habría sido la misma sin muie-
para explicarles... ¡que ellas también pueden
res como Enheduanna. Hipatta Íue una de las
ser astronautas!
científicas más importantes de la Antigüedad.

B8 89
Caroline, que ni srqulera había
ido a la escue-
la , se convirtió en toda una
cazadora de come_
tas. María creía que las chicas
eran capaces de
cualq urer cosa y no paró
hasta convertir a sus
al umnas en unas auténticas
astrón omas. Las
computadoras de Harvard
no se
con calcular y llegaron mucho
más lejos de lo
que esperaba nadie. C ecilia,
Margaret o Vera
hicieron descubrimien tos tan
importantes que
cambiaron nuestra forma
de ver el Uni verso.
Y Sally demostró que nada es
inalca nzable
para las chicas,, siquiera
¡ni el espacio!
Todas ellas, y muchas más,
son un ejemplo
de que la ciencia también
es cosa de chicas.

trrl{
por &o..,.
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'(^,
B
'lll'l'§1l"ll'

Vl
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"',,,P.

9()
a
Gravedad.-La s,
hace que las cosas i¡§ládá§;áifári
.o, ur.' Po. .i .*ntdiálá;á*ádáaf$
es un obieto mur'tí3¡ádóiiatry :.,:::.,....:.::..:.:::..:,:::1..,.,?:)*.:,);.:.,.,):::.,,.....r,.).:.

;üéaÉañi"'"ttffi;riif,,,::,,...,iii i,,::,,,,rr ,\.::,:::,::,,,,,,:,,;..1L,;,,,1,',.


)

www.iaa.es/IyA09
r

www.hubbles ite' or gl gallery /


album/entire collection

I
/
asr.ronomia/ astronomas
todas las estrellas y las constelaciones. Los ven-
den en algunas librerías y son muy baratos.
Támbién te puede venir muy bien algún librito
donde hablen sobre las estrellas.

¿Cómo encontrar la Estrella Polar?

¿Te gustaría reconocer constelaciones en el Para encontrar esta estrella, que siempre
cielo? Vamos a ver cómo encontrar la Estrella marca el Norte, 1o más fácil es localizar ptt'
Polar, que marca el Norte, y las constelaciones mero la constelación de la Osa Mayor. Su
de la Osa X,4ayor, la Osa Menor y Casiopea. Si forma es pareci da a la de un carrito de la
te quedas con ganas de más, lo mejor es que compra con un mango muy alargado, como
consigas un "planisferio", que es un mapa con se puede ver en el dibujo.

lJna vez que la has encontrado, tienes que


frjarte en donde están las dos estrellas de la
*.
""J
Osa Mavor pafie delantera del carrito y buscar en línea
B

Osa Menor
recta una estrella igual de brillante, a unas
1
cinco veces la distancia entre las dos estrellas.
qi ¡Érn .t la Estrella Polar!
1
t

Estrella Polar Si estás en un sitio muy oscuro, fuera de


la ciudad, también podrás ver la Osa Menor.
r(d Su forma es muy parecida a la de la Osa
N,(ayor, sólo que en pequeñito. Si has encon-
\
*"
99
trado la Estrella Polar, ya sabes dónde está el
mango del carro y te será muy fácil encontÍar
el resto.

¿Cómo encontrar Casiopea?

Casiopea es una constelación con forma


de \X/ que está muy cerca de la Osa Menor. Si Durante muchos siglos la gente no tuvo
sabes ya donde está la Osa tr{enor y la Estre- relojes como los que disponemos ahora'
lla Polar, es muy fácil encontrarla.Imagínate ¿Córno podían entonces saber la
hora? Por el
uniendo una estrella del mango del carro de día Ia conocían utilizando al Sol y por la noche
la Osa Mayor con la Estrella Polar y siguiendo utilizando las estrellas. Según el lugar donde
en línea recta un poco más... ¡Ahí está la §7 estaban en el cielo, averiguaban qrlé hora era'
de Casiopea!
¿Quieres saberlo tú también? Construir-
se un "reloj de estrellas" es muy fácll'

Si quieres, sólo tienes que recortar los dos


0

Osa Menor §
(, círculos de las páginas siguientes (también pue-
I des utilizaf üfla fotocopia). Luego, coloca el
pequeño de ellos centrado sobre el grande'

Lo meior es unirlos haciendo un agujero


Estrella Polar §
en el centro y poniendo un "encuadernador",
Casiopea que puedes comprar en una papelería (son

tca
muy baratos). No sirve pegarlos, porque los
dos círculos deben girar por separado.
¡ya
tienes un reloj de estrellas!
&
q&s s
eh a#
Para que no se doble y estrop ee fácil_ ffim FT
I
mente, es mejor que pegues detrás del círcu_ b ,&
F
lo grande una cartulina o cartón del mismo
tamaño. ff *xm»i*,M 6 1*66{wwie St&
d qf
q'§ e§§4
Cuando se haga de noche, ya puedes utili_
zarlo. Debes girar el círculo más grande hasta
#* &
e.e

que el mes en el que estás se quede §ry ,p


¡'usto arrlba
del todo. '&rc
Luego,, mira al cielo y busca las constela_
ciones que hay dibujadas en el reloj. Cuando
las encuentres, gira el círculo pequeño hasta
que queden en la misma posición que ves en el
cielo.

¡Ahora ya puedes leer la hora que marca el


reloj! En los meses de primavera y verano:,
debes sumar una hora a la que hayas obtenido
(son los meses en los que también adelantamos
una hora los relojes).

tcT Io?
t

Ordena estos acontecimientos según Ordena estos acontecimientos según el


el
momento en que tuvieron lugar: primero momento en que tuvieron lugar: primero el
el
más antiguo y el último el más próxirno más antiguo y el último el más próximo a
a
nosotros. nosotros.

a.La científica francesa Marie Curie es la a. Se cree que el Sol y los planetas giran
primera mujer que recibe un premio alrededor de la Tierra.
Nobel
(¡recibió dos!).
b. Se demuestra que la Tierra gira alrede-
_b..Nace
Hipatia, la primer a gtancientífi_ dor del So1.
ca de la hisroria.
c. Se inventa el telescopio.
c. Una astronauta rusa es Ia primera d. Se construye un telescopio espacial"
mujer en el espacio. e. Se sabe de qué están compuestas las
d. Las mujeres pueden votar por primera estrellas.
vez en España.

ao4 1()5
7
\

a. Una esretrla de la s que vemos


por la noche.

b. Una nube

c. EI Sol.

d. La Luna.

e. Saturno.

f. Una estrella que no podemos ver


sin
telescopio porque está en otra
galaxia.

ac6
Sctu(roriESs Íxpr(c
¿QvÉ pasó ar{TES?: Estrellas de verdad I
I{rstpnra DE r,as Mf,[rEREs
brardrc Las primeras astrónomas ll
¿Qr,rÉ. r¿r.sÓ,zIT{TES?: La muier perf ecta 17
I{rsrpnra DE ta aslncxp¡¡Ía
a, crb, e, d Una cenicienta
con telescoPio 2Í
¿auÉTjwiwis «TR(4r
brd, crerarf Las estrellas de Maria 35

Las primeras comPutadoras /l,i:


tl ¡l
Globos en el cielo .) )

Polvo de estrellas ("r

Un descubrimiento
muy oscuro 'rl
't )
¿Un mensaie del esPacio?
llÍ ¡.
Una astrónoma en el espacio BB
¿9.
Cosas de chicas B9 a

ACTIVIDADES 9t I

Si te quieres
embarcar en una nueva
aventura, no te puedes
perder ninguna de
ñ §
las que te esPeran en
Einstein el cienffico genial'
Galileo el astrónomo Y
Kepler y los Planetas.

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