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La fábula es un género literario que representa la realidad de forma metafórica y resulta un gran exponente de la sabiduría popular. Tuvo su origen en las tradiciones orales griegas y fue popularizado por Esopo, un esclavo frigio del siglo VI a.C. considerado el primer autor de fábulas. Las fábulas de Esopo fueron recopiladas posteriormente y ejercieron una gran influencia, siendo usadas con fines didácticos y retóricos.
La fábula es un género literario que representa la realidad de forma metafórica y resulta un gran exponente de la sabiduría popular. Tuvo su origen en las tradiciones orales griegas y fue popularizado por Esopo, un esclavo frigio del siglo VI a.C. considerado el primer autor de fábulas. Las fábulas de Esopo fueron recopiladas posteriormente y ejercieron una gran influencia, siendo usadas con fines didácticos y retóricos.
La fábula es un género literario que representa la realidad de forma metafórica y resulta un gran exponente de la sabiduría popular. Tuvo su origen en las tradiciones orales griegas y fue popularizado por Esopo, un esclavo frigio del siglo VI a.C. considerado el primer autor de fábulas. Las fábulas de Esopo fueron recopiladas posteriormente y ejercieron una gran influencia, siendo usadas con fines didácticos y retóricos.
La fábula es un proverbio pero de mayor extensión. Representa la realidad de forma metafórica y
resulta un gran exponente de la sabiduría popular. Por su carácter satírico y crítico es la compensación del mito. En las raíces de la literatura griega debieron encontrarse manifestaciones de la cultura popular que por su carácter oral, ser de autor anónimo y no tener texto, no fueron consideradas en todo su valor. Las fábulas fueron introducidas con mucha frecuencia en la literatura culta, la filosofía,etc. Sirvieron para manifestar las más profundas impresiones de la naturaleza humana y la fábula aparece con frecuencia como recurso retórico. Las expresiones populares no dieron lugar directamente a las literarias, fueron simultáneas e intercambiaron influencias. Desde su origen entre las fiestas populares y las influencias orientales (tradición oriental, india o mesopotánica), la fábula tardó en convertirse en género griego, con independencia de su relación con un autor. Los griegos asociaban la fábula a un personaje semi-legendario, Esopo un “hacedor de fábulas”, esclavo frigio, que vivió en Samos. Se le fueron atribuyendo más relatos, pero muchos de origen más antiguo. La mayoría de fábulas las conocemos al ser recogidas en colecciones de la época helenística, la más completa, la Colección Augustana. Se publicaron desde finales del s.IV o principios del s.III hasta las complicaciones de Babrio en época imperial. El carácter popular y la transmisión oral del género nos proporciona múltiples versiones de cada uno de estos relatos. En su pervivencia tuvo un papel fundamental su uso escolar: las fábulas, lectura para niños y la composición de una de ellas los ejercicios de estudiantes de retórica. Los temas de las fábulas son muy variados, suelen tener el reflejo de una sociedad dura. Los personajes son animales dotados de cualidades humanas, también seres inanimados (dioses) y hombres. Los protagonistas actúan siempre según ciertas normas y se usa la inteligencia como elemento cambiante, puede cambiar el valor de la fuerza. Ahí reside parte del talante didáctico del género. Este planteamiento es propio del pensamiento griego arcaico, contemporáneo de las primeras creaciones de fábulas: - Inteligencia -Justificación del miedo para conseguir el éxito - +Fuerte por encima del +Débil +Lito por encima del +Tonto Tiene siempre una intención moralizadora y acaba con una evaluación sobre la actuación de los protagonistas. En este pequeño relato en prosa o verso se repite siempre una misma estructura: 1- Presentación de personajes 2- Enfrentamiento 3- Conclusión La conclusión suele presentar una fórmula fija (“la fábula muestra que…”). El estilo es breve, austero, casi ascético. Prescinde de todo lo accesorio y son muy escasos en adjetivos. La fábula adquiere carácter más intemporal. Destacan por un tono ingenioso, derivado de su uso retórico, para atacar a los adversarios y su uso como ligero entretenimiento. Pese a su escasa consideración como género, tuvo seguidores que hicieron versiones en prosa o verso de estos. A Esopo lo siguieron autores como Fedro o Babrio. Durante la Edad Media se consideraban textos escolares más que literarios, renació con La Fontaine en Francia y Samaniego e Iriarte en España, en pleno movimiento del Neoclasicismo literario. Quizás las fábulas de J.Anouilh son la expresión fabulistica más contemporánea.