Está en la página 1de 6

Koi89UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE HONDURAS

DIRECCION DE POSGRADOS

MAESTRIA EN RECURSOS HUMANOS

Asignatura: Contabilidad Gerencial

Catedrático (A): Manuel Morales

Tarea: Ensayo Santander

Alumna:

Yeris Xiomara Funez Sánchez

202230110143

Honduras, C.A, 20, noviembre, 2022


Concretamente, se muestra como el Banco Santander, a través de la innovación, la
adecuada gestión de los recursos y capacidades de la empresa y la calidad en la
prestación del servicio al cliente, ha logrado desarrollar unas competencias
globales, tanto operativas, como de procesos y tecnología, que le han permitido
situarse entre uno de los primeros bancos en el ranking mundial y responder con
éxito a los retos planteados por un entorno dinámico y particularmente turbulento
como el de los últimos años. La base de clientes digitales de las entidades
financieras ha experimentado un incremento notable durante el último año,
especialmente por la incorporación del sector más sénior de la población. ¿Cómo
consideras que ha respondido el sector ante este fenómeno, teniendo en cuenta la
entrada de nuevos players en el sector?

La pandemia ha acelerado el proceso de transformación digital en el que estaba


inmerso desde hace años la economía y la sociedad. En el caso de Banco
Santander, el número de clientes digitales ha crecido en el grupo hasta los 44
millones. Hoy, la mitad de las ventas se realizan ya por canales online.

Santander está adaptando su estructura y su modo de operar al ritmo al que lo


hacen nuestros clientes. A su vez, estamos invirtiendo en capacidades digitales
para crecer en los negocios de pagos y comercio internacional, principalmente. La
competencia con otros players es positiva, pero debe realizarse bajo la premisa de
que la misma actividad debe estar sometida a la misma regulación, sin importar el
sector al que perteneces.

Entramos en el tercer año de pandemia, y todavía hay muchas incertidumbres sobre


la economía mundial, pero también algunas certezas. Gracias al desarrollo de las
vacunas, la mortalidad asociada a la covid-19 está disminuyendo en todo el mundo,
y la recuperación que empezó hace más de un año permitirá a la economía global
recuperar a finales de este año los niveles de PIB previos a la pandemia. Dada la
magnitud de la crisis sanitaria que hemos sufrido y su impacto macroeconómico,
esta es, sin duda, una muy buena noticia.
Sin embargo, el ritmo de recuperación global se está ralentizando. Las nuevas
mutaciones de la covid-19 todavía pueden deparar sorpresas; la inflación derivada
de los altos precios de la energía y de los cuellos de botella en las cadenas de
suministro sigue siendo un tema de gran preocupación. Las tensiones geopolíticas
van en aumento. A ello hay que añadir los cambios relevantes en las políticas
monetarias y fiscales. Aunque la recuperación va a continuar, no podemos descartar
el riesgo de ralentización del crecimiento global. Está claro que la tarea no ha
acabado. De hecho, acaba de comenzar. El entorno aún es complicado.

En los próximos meses la mayoría de los bancos centrales endurecerán sus


políticas monetarias. Cuanto antes moderemos la inflación, menor será el impacto
en la producción y en el empleo que tendremos que soportar para volver a crecer.
Las políticas fiscales serán esenciales para volver a la senda de un crecimiento
sostenible.

El aumento de los tipos de interés y la ampliación de los diferenciales en los


mercados de deuda, tanto en Estados Unidos como en Europa, pueden provocar
una mayor volatilidad de los mercados financieros y dificultar el acceso al crédito, lo
que impactaría en las expectativas de crecimiento. Aun así, el escenario central
sigue siendo de recuperación. Los estímulos fiscales siguen siendo muy importantes
y deben servir para que el sector privado retome la senda de crecimiento.

En mi opinión, la covid-19 ha vuelto a mostrar la resiliencia y el potencial de


crecimiento que hay en nuestras economías. Muchos de nuestros clientes han
demostrado una gran capacidad de innovación, adaptando sus negocios e
invirtiendo en su propia recuperación. Si logramos políticas económicas y sociales
orientadas al crecimiento sostenible, inclusivo y a la mejora de la competitividad,
nuestras economías seguirán ofreciendo grandes oportunidades de desarrollo.
En el caso de España, tenemos la oportunidad de consolidar la senda de
recuperación. La economía crece, quizás a un ritmo más lento del esperado, pero
también con una creación de empleo mucho más alta que en el pasado. El
crecimiento económico en 2022 podría superar el 6% si hacemos un uso ágil y
eficiente de los Fondos de Recuperación europeos y si aplicamos las reformas
comprometidas. No estoy minimizando los retos. En España, dados los
desequilibrios presupuestarios y los elevados niveles de deuda pública, es
necesario avanzar en la consolidación fiscal para garantizar la sostenibilidad de las
cuentas públicas a largo plazo.

En Europa es fundamental impulsar la competitividad y el crecimiento. A medida


que los estímulos fiscales se retiran y los tipos de interés suben, es imprescindible
contar con un mercado de capitales único y un sistema bancario europeo integrado
para afrontar con éxito el reto de financiar el crecimiento. Se habla mucho de los
sectores estratégicos de la Unión Europea, pero hay pocos tan valiosos desde el
punto de vista estratégico como el financiero.

En Estados Unidos, a pesar de que la política monetaria será menos expansiva, se


espera un crecimiento económico por encima del potencial en los próximos años, lo
que supone un entorno aún más atractivo para los bancos. Estados Unidos seguirá
siendo el mercado de servicios financieros más grande del mundo, con una
rentabilidad ajustada a riesgo muy atractiva en comparación con otras economías
maduras. Es un mercado que aporta oportunidades de crecimiento rentable además
de diversificación de resultados y también de fuentes de financiación al Grupo, algo
muy importante por nuestro perfil global y que es fundamental para nuestros
negocios globales.

Respecto a nuestros mercados clave en Latinoamérica, sus economías y


sociedades han demostrado que son muy resilientes y con capacidad para afrontar
los cambios en el contexto internacional y episodios de gran volatilidad.
Latinoamérica es hoy una sociedad mejor, con una economía más fuerte que hace
tres décadas. Los responsables políticos han sabido cómo gestionar la economía
para evitar crisis regionales recurrentes. Esto es especialmente cierto en Brasil,
Chile y México, nuestros principales mercados.

En general, competimos en un entorno cada vez más complejo, en el que los


nuevos competidores cubren las necesidades de los clientes con soluciones
innovadoras. Nosotros estamos desarrollando productos y servicios de igual o
mayor valor que los de las fintechs; sin embargo, los requisitos normativos no son
los mismos para los bancos que para ellas. Estamos obligados a compartir nuestros
datos mientras que nosotros no podemos acceder a los suyos; estamos obligados a
mantener capital que respalde las nuevas actividades y a aplicar políticas de
prevención de riesgos, de seguridad o de protección de datos de las que los
competidores no financieros están regulatoriamente exonerados. Confiamos en que,
con el tiempo, todos apliquemos las mismas normas, pero, mientras tanto, seguimos
trabajando en ser más competitivos.

Finalmente, los bancos europeos operan con niveles de capital superiores a los de
bancos de otras jurisdicciones, como Estados Unidos. Aunque nuestros requisitos
de capital son similares a los de los bancos estadounidenses, a ellos se les permite
operar con menores reservas de capital (“buffers”). Esto implica que nuestra
capacidad para satisfacer las necesidades financieras de los ciudadanos europeos
es inferior y que somos menos competitivos a nivel internacional. Es importante que
los reguladores valoren con criterios prudenciales los niveles de capital de los
bancos europeos para asegurarse de que contribuyen lo más posible al crecimiento
de la economía europea y compiten en igualdad de condiciones a nivel
internacional.

A pesar de todo, sigo siendo optimista. Los últimos años han mostrado cómo el
mundo, y en concreto las empresas, han sido capaces de superar los retos. Banco
Santander ha demostrado su resiliencia y solidez, obteniendo unos excelentes
resultados en 2021. No solo hemos superado los retos de la pandemia, sino que
hemos salido reforzados de esta crisis.

También podría gustarte