Está en la página 1de 5

Tema:

Marcadores discursivos

Integrantes:
Orlando Vargas - 1116554
Sofía Pérez - 1115090
Carlos Bejaran - 1114640
Ambar Duran - 1116256
Derick Ledesma - 1105206
Camila Báez - 1115175
Solange Terrero ID: 1114996
Armando Haza - 1115398

Asignatura:
AHC110-Argumentación lingüística

Sección:
12

Maestra:
Helen Sánchez

Fecha de Entrega:
Martes 06 de diciembre del 2022
''Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia
humanidad''. —Nelson Mandela.

Para iniciar les pregunto, ¿es justo? ¿Es justo que un asunto que debería ser
humanitario y también ser tratado como tal tenga este tipo de connotaciones? Confío en que
saben de qué les hablo, sin embargo, he de mencionar la situación sobre la cual me expreso:
deportaciones masivas a Haití. Ahora consideren la pregunta, pero no respondan aún,
quédense con la duda y les pido que me escuchen.

En primer lugar, no niego ni ignoro el hecho de que como país, constantemente la


República Dominicana se ve afectada por la presencia de nacionales haitianos en todas sus
dimensiones: social, política y económica, influencia que, en los últimos años ha asumido
proporciones monumentales en contraste con años anteriores, pero ¿qué cambió? ¿Por qué
tanto énfasis en las deportaciones y en recuperar la ‘soberanía’ ?

Si hablamos de migración, debemos establecer un precedente sobre esta problemática,


pues las medidas contra la presión migratoria no son algo nuevo. Se sabe que los haitianos
empezaron a poblar nuestro país de forma masiva alrededor del año 1916, gracias a la
intervención norteamericana ocurrida en aquel año. En 2013, una sentencia del Tribunal
Constitucional Dominicano convirtió en apátridas a miles de personas con ascendencia
haitiana. Aunque la sentencia fue matizada en los meses posteriores, al flexibilizar las
condiciones para recuperar la nacionalidad, las vías para volverla a obtenerla eran demasiado
complicadas y no dejaban casi margen de maniobra a los afectados.

Este tipo de medidas, unidas a la creciente pobreza en ambos países y a un clima


político altamente polarizado, -que culpa a la migración de la mayoría de sus problemas- han
contribuido a la vulneración de los derechos humanos de los haitianos en República
Dominicana.

Pero, lo único que ganamos si seguimos de esta manera es fomentar un vínculo de


odio y disputa. La forma en la que se está manejando la situación no es la correcta, ya que,
cerrar las relaciones con nuestra hermana república es peor que tratar de entablar una relación
de armonía y convivencia.

Con esto no digo que nos hagamos responsables de todos los problemas que afectan a
esa nación, sino que las decisiones que se vayan a tomar se hagan de una manera justa, sin
violencia, respetando los derechos de cada individuo y manteniendo una estrecha relación de
naciones libres e independientes con capacidad de compartir un mismo territorio y operar
como aliados en temas tan importantes que van desde el comercio hasta políticas claras de
migración.

Y vuelvo a plantear la pregunta ¿es justo?

El pasado once de noviembre del 2022 Luis Abinader, presidente de la República


Dominicana emitió el decreto 668-22 el cual instruye al director general de Migración a que,
en los casos en que se compruebe que ciudadanos extranjeros hayan incurrido en el ilícito
señalado en el artículo 2 del presente decreto, ejecute su expulsión del país. Asimismo, a
impedir de manera definitiva a personas en estas circunstancias ingresar nuevamente a
territorio nacional.

A parte de esto, nuestro presidente, dejó dicho al pueblo dominicano que la situación
de permanente inseguridad y el absoluto descalabro socioeconómico de Haití es cada vez más
creciente, y reafirmó que la República Dominicana no puede hacerse a cargo, y no lo hará, de
la problemática de esa nación. Aparte, señaló que los migrantes haitianos son una carga
económica, sin embargo, se sabe que estos migrantes aportan de manera significativa a la
economía dominicana en la agricultura, el turismo, en la construcción, sectores económicos
que se basan en la sobreexplotación de trabajadores y trabajadoras haitianos.

Es penoso ver como países que tienen más recursos que el nuestro se hacen de la vista
gorda con respecto a la situación que enfrenta Haití. La ironía es que ellos también deportan a
migrantes ilegales haitianos teniendo más recursos que nosotros y nos tildan como los
responsables del problema. La verdad es que como ciudadanos dominicanos nos debemos de
despojar de los prejuicios que existen en contra de nuestros hermanos haitianos y ayudarlos
de la manera que podamos.

Los haitianos que están en las calles trabajando y vendiendo son otro buen ejemplo de
cómo han sido abandonados a resolver por sí mismos. Estos se ven limpiando las ventanas de
los carros, vendiendo comida, vendiendo dulces, etc. Estas personas son forzadas a trabajar
de esta manera porque no tienen de otra, y podemos ver cómo la población dominicana los
trata de manera hostil y defensiva.

Por otro lado, la mayoría de estos vendedores que están en las calles no tienen
documentación.
Habiendo escuchado lo anterior voy a hacer una pregunta. Ya no les voy a preguntar
si la situación es justa o no, porque cada uno de nosotros tiene un criterio sobre lo que es o no
correcto, sobre que sería o no justo, en cambio, les pregunto: ¿el fin justifica los medios o los
medios justifican el fin? ¿Defender la soberanía justifica el trato inhumano e insensible hacia
los nacionales haitianos o es ese trato el que justifica la defensa de la soberanía?

Por último, les dejo con una frase de Pablo Hásel: “El enemigo viene en limusina, no
en patera.”
Características de un buen discurso.

1. Debe de ser preciso, exponer sus argumentos de manera que pueda ser comprendido por la
audiencia.
2. Debe ser original, es decir valerse de sus propios recursos.
3. Debe llamar la atención de la audiencia, mantenerla activa, y en ocasiones motivar a la
acción.
4. Debe organizar la información de manera clara y ordenada para ser interpretada por los
oyentes o lectores.
5. Debe hacer foco en un área y estar dirigido a la audiencia idónea que pueda interpretarlo y sea
de utilidad.

También podría gustarte