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EFECTOS DEL| COVID-19-XV R - 274

Síntesis 12 de noviembre de 2020 Animadora: Bertha Lilliam Gutiérrez

La clave, tal vez, está en las Regiones. Cada vez que llega un nuevo gobierno,
siempre se presenta conciliador anunciando que gobernará para todos los
hondureños y con los mejores hombres y mujeres del país y, luego, avisa la
convocatoria a un “gran diálogo nacional”. Muy pronto, sin embargo, empieza
a funcionar la escoba roja o azul para barrer a los empleados del partido
perdedor
4 y colocar a los parciales del ganador. Tantas veces se ha dicho y se
ha hecho lo mismo que ya el pueblo no cree en tales promesas y el concepto de
“diálogo” se ha desprestigiado tanto que ya casi nadie lo toma en serio. Esto,
por supuesto, es una lástima porque la necesidad de que los hondureños nos
sentemos a platicar sobre los grandes problemas nacionales y a buscarles
solución pensando en el Bien Común y no en el bien particular, sigue siendo un
imperativo categórico, como le gustaba decir al presidente Villeda Morales.
Esto es especialmente urgente en estos momentos en que, literalmente,
estamos con el agua al cuello, con una pandemia que se ha ensañado con
nosotros y el impacto de dos huracanes que nos han agarrado de ojo de gallo.
Los próximos años serán terriblemente difíciles para la mayoría del pueblo
hondureño sumido, desde hace muchos años, en unas condiciones de vida que no
tienen nada que ver con el pregonado respeto a la dignidad de la persona
humana. Con este desolador panorama, parece que lo más sensato es rescatar
lo que se pueda del Plan de Nación que se aprobó en el 2010. Allí hay unos
Principios y unos Valores orientadores que siguen siendo válidos, aunque el
diagnóstico se fue al carajo con los huracanes y la pandemia. En medio de la
tragedia, el pueblo, espontáneamente, ha dado muestras de una increíble
solidaridad humana y, a diferencia de otras catástrofes del pasado, ha
levantado la frente y, con mucha dignidad, no ha clamado por la ayuda
internacional y, aunque no la rechaza, le sigue apostando a la capacidad de
auxiliarse unos a otros, sin esperar nada del gobierno. El próximo año finaliza
el primer Plan de Nación (2010-2022), cuya evaluación objetiva está pendiente,
y comienza la elaboración de un nuevo Plan de Nación para el período 2022-
2034, con la revisión de todo, desde los Objetivos y Metas, hasta los
indicadores y las estrategias. Para esto es que se requiere que los políticos y
los tomadores de decisión depongan sus actitudes mezquinas y empiecen a
hablar de lo que realmente le interesa a la población.

Y es aquí donde se puede rescatar otro valioso elemento del Plan de Nación y
es la estructura de planificación regional, como forma de participación
ciudadana, partiendo del diálogo entre las comunidades más pequeñas,
pasando por los municipios y las Regiones, hasta llegar al nivel nacional. Tal
vez esas comunidades menores: patronatos, juntas de agua, sindicatos,
sociedades de padres de familia, etc. pueden ponerse de acuerdo en lo que es de
interés común y obligar a los grandes a imitarlos. Tal vez así…

Fraternalmente,

RAMON VELASQUEZ NAZAR


Presidente-Director del ISC
IDEAS RELEVANTES

1. Lo que se pretende con el rescate del Plan de Nación es lograr que la población se
apropie de la idea. Para eso se necesita que alguien empuje y, de acuerdo con los
acercamientos preliminares, parece que el FONAC estaría dispuesto a aceptar el
reto. Se ha hablado con el Director Ejecutivo, Ingeniero Omar Rivera, quien ha
manifestado que considera que éste es el camino correcto y tiene toda la voluntad
para promover la idea.

2. El FONAC es, sin duda, la institución idónea para impulsar una iniciativa de esta
naturaleza. Para eso se reformó la ley para incorporarlo como veedor independiente
del Plan de Nación. Desde el 2010 hasta la fecha, ha ganado muy buena experiencia
en el tema, tiene un equipo técnico altamente calificado y comprometido y cuenta, a
nivel de las Regiones, con un amplio voluntariado, dispuesto también a
comprometerse en una iniciativa como ésta. Este es el momento propicio para
implicar a los candidatos a cargos de elección popular y convencerlos de asuman la
tarea de rescatar el Plan de Nación, como un instrumento útil para no seguir
inventando el país que queremos cada cuatro años.

3. En el gobierno hay capacidad técnica y en las Regiones se trabaja con gente


“apolítica”, en el sentido de que allí se encuentran representantes de todos los
partidos con el interés común de impulsar el desarrollo de sus comunidades. Es
seguro que se podrá contar con el apoyo del personal de la Secretaría General de
Gobierno y con los funcionarios de más alto rango en el círculo próximo al presidente
de la república. El FONAC tiene un presupuesto base para sus operaciones regulares
y también tiene aliados importantes en las organizaciones de la sociedad civil.
Probablemente hay algunas Regiones que no disponen de presupuesto suficiente.
Actualmente hay 13 Comisionados, incluido el Secretario de Gobernación que
mantiene también el cargo de Comisionado de la Región 1, del Valle de Sula.

4. Cada vez que en el país se produce una calamidad, como el caso de las últimas
inundaciones, la atención de concentra en los damnificados y eso es normal y
correcto porque se trata de situaciones de emergencia, pero los damnificados ya
vivían en esas zonas de riesgo, en condiciones de extrema pobreza y vulnerabilidad
que las trabas políticas y burocráticas no han permitido que se resuelvan. El mal
manejo de los recursos, la improvisación y el descuido gubernamental arraigado
desde hace tanto tiempo, han dejado a esas poblaciones en el abandono y expuestos
a los fenómenos naturales. Se requiere una estrategia por regiones para atender
estas particularidades y resolver los problemas de manera permanente y no
solamente correr a reparar las secuelas de los desastres.

5. En las Regiones debe haber una autonomía “inducida”, con la incorporación de todos
los sectores de población, incluida la empresa privada. El Plan de Nación necesita
participación ciudadana en cada Región. Algo se eso se ha avanzado con la
organización de las mancomunidades de municipios, donde se discuten asuntos de
interés común.
6. Este es el momento de reenfocar el desarrollo nacional. Es el momento de recuperar
la confianza entre nosotros mismos, a partir de las comunidades pequeñas. Mientras
no nos encontremos entre nosotros mismos, será muy difícil encontrar el camino
correcto hacia el desarrollo del país. Necesitamos confianza, unidad, esperanza. El
trabajo debería comenzar por organizar y potenciar esas comunidades pequeñas que
tienen cosas comunes y empezar por los llamados departamentos del interior.

7. Para entrar en un diálogo hay que superar esa actitud de rechazar todo. Estamos
muy prestos a descalificar todo lo que se hace y estamos en contra de todo. Nada es
bueno… No estamos en el camino correcto. Para construir una sociedad se requiere
más tolerancia y objetividad para reconocer lo positivo. Necesitamos construir un
modelo de desarrollo de acuerdo con las condiciones particulares de cada Región y
comenzar desde abajo. El 2021 debe ser un año de construcción del nuevo Plan de
Nación, con participación de la población organizada. Se debe conseguir que la
población asuma ese proyecto como propio. Un asunto fundamental es la reactivación
de todas las Regiones.

8. La construcción de una Visión de País y un Plan de Nación debe fundamentarse no


solamente en cosas físicas y tangibles como la lógica del agua sino, también y
principalmente, en valores. Los valores son esas creencias que le dan solidez y
sostenibilidad a cualquier iniciativa de largo plazo. Hay que restablecer los Principios
y Valores del Plan de Nación. La respuesta que la población ha dado a los estragos
de la tormenta Eta, ha puesto de manifiesto que, en el fondo, el valor de la
solidaridad sigue vigente y debe fortalecerse para que siga dominante de manera
permanente.

9. Esto no significa, por supuesto, que debemos ignorar los desaciertos que se están
cometiendo. Por más adornos que le pongamos al gobierno, las evidencias de
corrupción y mal manejo están allí. En momentos como éste es cuando salen a flote
las debilidades del sistema. Las autoridades han estado ausentes y han tomado
decisiones equivocadas y, en consecuencia, las empresas constructoras, los
empresarios deshonestos y los políticos aprovechados, más bien están como buitres
esperando el momento para caerle encima a los recursos porque sólo buscan su
beneficio personal. Se necesita el involucramiento de los verdaderos empresarios,
pero hace falta un buen liderazgo.

10. Pero no debemos quedarnos solamente en la denuncia. Eso siempre es destructivo


para uno mismo. Es necesario avanzar con la propuesta. Si es la población la que
participa en la reformulación del Plan de Nación, seguramente aportará datos e
información más confiable, más cercana a la verdad. Por eso debemos buscar la
forma de que esa población adquiera un verdadero poder de decisión para que
recupere la confianza en sí misma. La solución está en la población no en los
políticos.

11. Estamos claros en que este proyecto en este momento es una tarea bastante difícil.
Todo lo que huela a gobierno se considera malo y pierde credibilidad. Esa actitud nos
daña a todos. Esa actitud tiene su origen en la reelección del actual presidente en
contra de la voluntad mayoritaria del pueblo. Sin embargo, por el bien del país, es
necesario superar esa situación y propiciar el diálogo entre los hondureños. Tenemos
que aprender a arreglar nuestras cosas. Tenemos que darnos cuenta de que nos
estamos hundiendo cada día más. La historia registra hechos cruciales desde la
huelga y las inundaciones de 1954, la guerra con El Salvador en 1969, el huracán Fifí
en 1974, el Mitch en 1998 y ahora Eta. La actitud de los hondureños ha sido diferente:
ahora se busca el poder sólo para satisfacer intereses personales. Honduras es
nuestro país y, aunque sea el más vulnerable del mundo por cualquier razón, hay que
cuidarlo. Las reacciones de algunos nos obligan a ser muy cautelosos y siempre los
políticos andan buscando cómo caerle al botín. Hay intransigencia, pero como
hondureños, estamos obligados a ayudar a recuperar la cordura.

12. Para la próxima reunión del jueves 19 de noviembre 2020, nos acompañará el
Ingeniero Omar Rivera para que, en su condición de Director Ejecutivo del FONAC,
nos ayude a darle forma a estas ideas para que juntos podamos convertirlas en un
proyecto viable. También estará, de nuevo, con nosotros Bertha Lilliam Gutiérrez, de
la Secretaría General de Gobierno.

Les esperamos siempre en la plataforma de ZOOM, el próximo jueves 19 de


noviembre de 2020, a las 4:30 pm. Será un placer volver a encontrarnos.
ASISTENCIA
1 Ramón Velásquez Nazar
2 Roberto Vallejo Larios
PROXIMO TEMA:
3 Roger Ordóñez ANIMADOR INVITADO:
4 Soledad de Ramírez
EFECTOS DEL
5 Raúl Medina COVID 19 - XV
6 Bertha Lilliam Gutiérrez
7 Yolanda Barahona
8 Arnaldo Torres Rubio
9 Modesto Leiva
Omar Rivera
10 Juan Ferrera
Lilliam Gutiérrez

El Grupo de Reflexión y Acción (GRA) es una iniciativa del Instituto de Investigación y Formación Social Cristiano
(ISC) para ofrecer un foro abierto al análisis de los problemas nacionales. Los debates y las opiniones de los participantes,
que se recogen en estos Apuntes, no coinciden necesariamente con las posiciones oficiales del ISC.

Sus observaciones y comentarios serán siempre bienvenidos. Cel. 9978-3810 / 9766-8412 e-mail: institutosocialcristiano@yahoo.com

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