Está en la página 1de 8

PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA

REFLEXIÓN DE LAS SIETE PALABRAS

Durante este Viernes Santo, con piedad y devoción, nos acercamos a


la cátedra de amor y misericordia del Divino Maestro, al meditar sus
últimas palabras en la cruz.
Las palabras de Cristo en la Cruz son un mensaje de perdón, un signo
sublime de misericordia, un ejemplo conmovedor de piedad filial, una
manifestación de compasión por el sufrimiento de los hombres,
afirmación solemne de su misión y palabras de consuelo en la hora de
la muerte.
En este Año de la Familia necesitamos aplicar en nuestras relaciones
familiares cotidianas las últimas enseñanzas de Cristo, es decir: ser
signos de misericordia y perdón, ser ejemplo de piedad filial, sentir
compasión ante el sufrimiento, ser fieles en la misión que Dios nos ha
confiado como padre, como madre o como hijo (a), como hermano (a),
saber dar palabras de consuelo y esperanza en los momentos aciagos
de la vida.

PRIMERA PALABRA

“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.


Cuando loco te ofendí,
no supe lo que yo hacía:
sé, Jesús, del alma mía
y ruega al Padre por mí.

La primera palabra pronunciada por Jesús en la cruz fue una oración a


su Padre, una petición de perdón para quienes le tratan así: “Padre
perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Así, rompe el silencio
extraordinario ante las torturas tan crueles a que es sometido. Se
crispan los nervios de todo su Ser, y en medio de este sufrimiento las
palabras del Divino Crucificado surgen como expresión de ese
mandamiento nuevo que nos dejó: Amarnos nos unos a los otros.

1
PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA

Lo que el Señor había predicado en el sermón de la montaña, lo


cumple aquí personalmente. Él no conoce odio alguno. No grita
venganza. Suplica el perdón para todos los que lo ponen en la cruz y
da la razón de esta súplica: “No saben lo que hacen”
Cuando hemos sido ofendidos o desilusionados, el perdón es posible y
deseable, pero nadie dice que sea fácil. La verdad es que «la
comunión familiar puede ser conservada y perfeccionada sólo con un
gran espíritu de sacrificio. Exige, en efecto, una pronta y generosa
disponibilidad de todos y cada uno a la comprensión, a la tolerancia, al
perdón, y a la reconciliación”.
Oremos para que haya perdón en nuestras familias, reconciliación
entre papá y mamá, amor de los hijos hacia sus padres y viceversa.
Encomendemos nuestras acciones a Dios, para que al igual que lo
hizo Jesús, reine en el seno familiar la abrasadora hoguera del amor
cristiano.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SEGUNDA PALABRA

“En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso”.


Vuelto hacia Ti el Buen Ladrón
con fe te implora tu piedad:
yo también de mi maldad
te pido, Señor, perdón.

“Uno de los malhechores que estaban colgados allí le lanzaba insultos,


diciendo: ¿no eres tú el cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros! Pero
el otro le contestó, y reprendiéndole, dijo: ¿ni siquiera temes tú a Dios
a pesar de que estás bajo la misma condena? Y nosotros a la verdad,
justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos;
pero éste, nada malo ha hecho. Y decía: Jesús, acuérdate de mí
cuando vengas con tu reino. Entonces Jesús le dijo: en verdad te digo:
hoy estarás conmigo en el paraíso”.

2
PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA

Al contemplar la escena triste y frívola del calvario, nos encontramos a


muchas personas la mayoría curiosos, amarillistas y hasta un tanto
morbosas que participan del escarmiento público aquellos pobres
condenados a una muerte infame. Pero hay un detalle para resaltar,
valorar e imitar, no todos los presentes en el Calvario estaban
curioseando o cumpliendo una orden de Pilato. Había dos personas
que no lo abandonaron, ni siquiera en el máximo del dolor y del
suplicio.
Estas personas lo conocían y lo amaban: eran su madre, María; y
Juan, el discípulo amado y fiel. Esta escena nos invita a pensar,
contemplar y a reflexionar; que, sin duda alguna en los misterios de los
designios de Dios, quiso que la salvación llegara a los hombres, a
través de la familia como pequeña Iglesia doméstica y célula primordial
de la sociedad.
Pidamos a Dios la gracia de mirar siempre la institución familiar, con
esperanza y con el ferviente deseo que ella, sea en verdad, buena
nueva de salvación para el mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

TERCERA PALABRA

“Mujer, ahí tienes a tu Hijo. Hijo ahí tienes a tu Madre”.

Hijo tuyo quiero ser,


sé Tu mi Madre Señora:
que mi alma desde ahora
con tu amor va a florecer.

“Jesús mirando a su Madre desde la cruz dijo: «Mujer, he ahí a tu


hijo». Luego mirando al discípulo amado le dijo: «Hijo, he ahí a tu
Madre». Cada palabra de Jesús es palabra de Dios, y cada palabra en
la Cruz es de suma importancia para entender a Jesucristo y su plan
de salvarnos del pecado y de la muerte. El pecado y la muerte vienen

3
PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA

de la desobediencia de la primera pareja: Adán y Eva; y, la


reconciliación con Dios y la Resurrección, vienen de la obediencia de
la nueva pareja: Jesús y María. En ellos la relación es de Madre e Hijo.
Donde la importancia la tiene siempre el Hijo. Los padres viven para el
Hijo. Todos los seres humanos tenemos en común que somos hijos.
Jesús nos enseñó que en la vida íntima de Dios hay familia, hay
comunión de personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Toda
familia humana está basada en la comunión de la Santísima Trinidad.
La tercera palabra de Jesús transforma la intemperie de la cruz en un
regazo, sitúa a un hombre al amparo de una mujer y a una mujer al
amparo de
un hombre y los convierte en hijo y en madre. Pidamos a Dios se
seamos capaces de unirnos a ese vínculo materno, que nos deja
Jesús para enlazar nuestra vida familiar en un acto de profundo amor.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

CUARTA PALABRA
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
Dios observa desde el cielo
hasta que coloca un velo.
No puede ver el pecado
que está cargando Jesús.
Dios mío, clama Él en la cruz:
¿por qué me has abandonado?

“A primera impresión, quizás pensamos: “¿Dios lo abandonó? ¿Pero


acaso Jesús no es Dios? ¿Cómo puede abandonarlo? Y si lo ha
abandonado a él, en ese momento, ¿cómo no me va a abandonar a
mí?” Muchas otras preguntas que, lógicamente, son válidas si no
comprendemos el trasfondo de estas palabras. “Dios Mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?; no es un grito desesperado, sino una
súplica llena de confianza en la victoria divina.

4
PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA

Meditando esta parte del salmo 22 podemos entender un poco más


acerca por qué Jesús lo evoca. Él está manifestando quién es a
cualquier persona conocedora del Antiguo Testamento. Jesús, hasta el
último suspiro, continúa revelando su misión y dando otra oportunidad
de entenderlo y de creerle.
Pidamos a Jesús la capacidad para que, en todas las familias, llenos
de confianza y esperanza en Dios Padre, podamos rezar con fe y
elevar nuestro grito de auxilio transformado en canto de alabanza, aún
en los momentos de angustia.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

QUINTA PALABRA

“Tengo sed”.
Sed, dice el Señor, que tiene;
para poder mitigar la sed que así le hace hablar,
darle lágrimas conviene.

La Fuente tiene sed. Esta quinta palabra tiene un sentido literal, claro,
sencillo. Jesús tiene sed: sed fisiológica, sed de agua, sed de las
entrañas abrasadas de calentura. Jesús tiene la sed de los que
padecen una fiebre alta. En los crucificados la fiebre alcanzaba pronto
treinta y nueve grados. Es la de los que han perdido mucha sangre;
sed de los heridos en los campos de batalla, de los operados en los
quirófanos de las clínicas. ¡Tiene la sed propia de quien ha perdido
demasiada sangre!
Pero también esta palabra encierra un sentido profundo, más cercano
y misterioso. La sed de Cristo es nuestra sed… Es la sed de la familia
que atraviesa por el duro desafío de salir de la adversidad; es la sed
de los migrantes que atraviesan los océanos buscando bienestar. Es
la sed de quienes han conformado en su casa un bello espacio de
armonía y de unidad, que en ocasiones se ve perturbado por tantas
ideologías que amenazan sin piedad.

5
PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA

Es la familia sedienta que trabaja sin cesar, por la conquista de aquello


que un día se ha de acabar y se pierde el horizonte de la Fuente sin
igual. Es la sed en nuestras casas que combaten a pesar de los duros
tropiezos que los pueden alcanzar. De los padres que no saben cómo
poder enfrentar los fenómenos que empañan la armonía familiar.
Pidamos a Dios que nos dé el profundo deseo de mitigar la sed en la
fuente de agua viva que es su Hijo Jesús cuando nos dice: todo aquel
que tenga sed, que venga a mí y beba y yo le daré de un agua que
salta para la vida eterna.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SEXTA PALABRA

“Todo está cumplido”.


Y cumplida su misión,
ya puede Cristo morir,
y abrirme su corazón
para en su pecho vivir.

Jesús dio paso a la muerte porque Él quiso, para que la humanidad


entera volviera a gozar de paraíso. Jesús, aunque está pasando por
ese amargo sufrimiento de la cruz, experimenta un momento de gozo
y satisfacción en esa palabra: «Todo está cumplido», Jesús culmina
con éxito la misión dada por el Padre Celestial.

La obediencia de Jesús al Padre, como el mismo lo recuerda en


algunos pasajes de la Palabra de Dios, encierra la respuesta final al
plan trazado por Dios, desde la eternidad, para salvar a la humanidad
del castigo eterno. En la vida de la Iglesia y de su misión, en la vida
familiar y personal, en la vida social en general se han cumplido metas
concretas, pero no todo se ha cumplido con perfección; como lo hizo
nuestro Señor Jesucristo.

6
PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA

«Todo está cumplido», en los labios del Crucificado, significa que se


ha convertido en fruto todo lo que fue semilla: que el silencio se ha
convertido en oración, la oración en fe, la fe en amor, el amor en
servicio y el servicio en paz.

“Todo está cumplido” no es una palabra para que la guardemos en el


cajón de los recuerdos, esperando el momento final de nuestra
existencia en este mundo. Se hace necesario que todos los días de
nuestra vida nos esforcemos por vivir santamente; agradando a Dios
con el pensamiento, las palabras y las buenas obras.
Pidamos a Dios que nos de la capacidad para mirar al Crucificado y
comprender que Tú, Señor, habitas en nosotros, en nuestros hogares.
Que las palabras de tu Hijo convierten la carne herida en una
expresión de infinito amor.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SÉPTIMA PALABRA

“En tus manos encomiendo mi Espíritu”.

A su eterno Padre, ya el espíritu encomienda;


si mi vida no se enmienda,
¿en qué manos parará?
En las tuyas desde ahora
mi alma pongo, Jesús mío.

Ésta fue la última Palabra de Jesús. La palabra más suave, más dulce
que podía habernos enseñado para el momento de morir. El hombre
teme a la muerte, y por eso se pasa la vida huyendo de ella. Sin
embargo, para el que cree en Dios, para el que contempla y escucha a
Jesús muriendo, morir no es nada trágico, no es saltar en el vacío, ni
entrar en una noche sin fin.

7
PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA

Los hombres creemos que morimos, que perdemos la vida. Y lo que


ocurre en realidad es sólo lo que le ocurrió a Jesús: que ponemos la
cabeza en su sitio, en las manos del Padre. A Él confiamos `nuestro
espíritu, toda nuestra vida, ahora en el tiempo de la lucha, luego en la
eternidad del amor.

Jesús tuvo la audacia de volver oración cada una de sus palabras en


la cruz. Pidamos a Dios que nos de la pauta para convertir en este
Año de la Familia, cada instancia del hogar, en oración.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
*********************************************************************************
**
ORACIÓN FINAL

¡Oh Jesús, cuánto sufriste en la Cruz


al ofrecer tu vida al Padre, para salvarnos!
Nos has trazado así el camino del amor
que nos lleva a la felicidad eterna.
Te ofrecemos nuestras vidas como oración,
con sus dolores y alegrías
y con nuestro esfuerzo de vivir mejor tu evangelio.
Te lo ofrecemos para que todos seamos buenos
y encontremos salvación por ti.
Perdona nuestros pecados.
Que sepamos seguir sirviéndote
y amándote en nuestros hermanos que sufren hoy
¡Gracias Señor por querernos tanto!
Amén.

También podría gustarte