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Centro Agronómico Tropical de Comité Editorial Opertaivo

Investigación y Enseñanza,
Elkin Bustam ante, President e
CATlE
Manuel Ca rbaUo
El CAT IE es una asociación civil sin fines Daniel Coto
de lucro, autónoma, de carácter internacio-
nal, cuya misión es mejorar el bi enestar de Eduardo Hidalgo
la humanid ad, aplicando la in vestigación y Luko Hilje
la enseñanza de posgrado al desarrollo.
conservació n y uso soste nible de los recur- Amoldo Merayo
sos naturales en el Trópico America no. El Wilberth Phi lli ps M.
Centro está integrado por mi embros regu-
Gal ileo Ri vas Platero
lares y miembros adherentes. En tre los
miembros regulares se encuentran: Belice, Joseph L. Saunders
Costa Rica, Colombi a, El Salvador, Guate- Laura Rodríguez, Edi tora
mala , Honduras. México. Nicaragua, Pana-
má , Re pública Dominicana , Venezuela y el
Instituto Interamericano de Cooperación
para la Agricultura <" CA). La producción y ad ministración de esta
revista se encuentra bajo e l Area de
Comunicación e informática.
Director General
Rubén Guevara Moneada Luis A . Ugalde Arias
Jefe del Area

Programa de Enseñanza Dirección Técnica


G ilberto Páez Bogarín Elkin Bustamante

Edición
Programa de Investigaci6n Laura Rodríguez
Markku Kanninen
Diseño y diagramación
Un idad de Comunicación CATlE
Programa de Proyección Externa
José Arze Borda
Portada: Al fon do cultivo de tomate con plan-
tas con marchitez causada por PsemlomOI/(lS
Planificaci(,n Est ratégica y
solanacea rtllII.
Relaciones Externas
Pcdro Ferreira Rossi Insertos: Sigatoka negra del banano
(Mycosplwerelll/ fijiell Jis) y roya del caJeto
(Hemileia vaslarrix). Síntomas y signos de
Administración y Finanzas enfermedades de tres cultivos tropicales
Luis Enriqu e Ortíz importantes.
Junio 1999

Estrategia eslZtJcial para la COnservaciÓ'1 de los r'eCIlYSOS


naturales la salud y producció'l agrícola sostenible

CONTENIDO
FORO
Elementos e importancia del diagnóstico de problemas fitosanitarios · .... 1-1 5
Elkin Bustamanle R.. Galileo Rivas P.

AVANCES EN PKODUCCION SOSTENIBLE


Agricultura altemativ. durante la crisis cubana .............................................. .16-24
Peler M. Rossel

REVISIONES
El mito del manejo seguro de los plaguicidas en los países en desarrollo .... · .. .25-41
Jaime E. Garcfa

RESULTADOS DE INVESTIGACION
Etiología del "amaehamiento" del frijol común en COSCa Rica ... . ..........42-48
Francisco 1. Morales. Carlos M. Araya, Juan e Hemández. José A. Arroyave.
Maritza Cuervo. Ana e Velasco, Mauricio Castaño
Diagnóstico del uso de ilL'iecticidas para el combate de Plulella xylostella en Costa Rica ............49-61
Lisbclh Araya R., Luis A. Monge v., Elizabclh Carazo R.. Víctor M. Cartfn L
Toleranda de Jennoplasma de sapotáceas a Conolraclre/a sp. y otros Insedos ....... . . ....62-67
Manuel Carballo, Daniel Coto A.
Manejo de Bemisia labad mediante barreras vivas y Paecllomyus en Oaxaaa, México ... .........68-73
Jaime Ruiz V.. Teodulfo Aquino B.
Insedos plala de macadamia en la zona Atlántica de Costa Rica .................. ......74-79
Daniel COlO
Eredo de renazaquin sobre Panonychus ulmi y su depredador •
Neoselu/us chllenensls en manzanos y perales en Chile .. . .80-88
Tomislav M. Curkovic S.. Roberto H. González R.. Gerardo Barrfa P.
Diseminarión de BeauI'eria bass;ana entre operarios de Helerolennes lenuis ......... .89-92
Luciana G. De Gusmao, Enrique A. Castiglioni. Sérgio B. Alves

HOJA TECNlCA
Produ«:ión de tubérculos para semilla de papa libre de nematodos .I-VI
Nocl O rtuño, Javier Franco, Rolando Oros, Gladys Main

SECCION INFORMATIVA
Reseñas de PublicadoRes . ...93-94
Tesis de PostlJrado ... . . ..94-96
Futuros Eventos ........................ . ..... . ....97
Mosca Blanc:a al Día .. . ...98-99
Amones MIP en Hortalizas · .100-102
Cría de los parasiloides Cotesia pllllellae, Microplitis plutellae y
Diadegma ¡nsulare en condiciones de laboratorio
Frcddy Miranda Ortiz, Jossué Brenes Blanco, Heleo Pérez Jirón

Las idea.' y opiniones expresadas o imp/íciÚls en esta publicaci6n son respmlsabilidad


de cada autor y no /fecesariame/fU! de las instituciollelll UllSpiciadortuJ.
Manejo Integrado de Pl agas (Co.ta Ri~a ) No. 52 p.I - 15, 1999

..
FORO
Elementos e importancia del diagnóstico de
problemas fitosanitarios
Elkin Bustamanle K.·
Galileo Ki vas P.*

RESUMEN. El manejo integrado de plagas (MIP) tiene como primer fundamento el diagnóstico ecológico
de plagas. Este principio busca dar una respuesta acertada al productor agrícola y forestal, sobre la naturale-
za de los problemas fitosanita rios que se le presentan en su sistema de producción. Habitualmente, los profe-
sionales del agro identifican las plagas pero no realizan un diagnóstico de problemas fitosa nitarios. Con base
en un diagnóstico preciso y el uso de la información obtenida, es posible seleccionar las estrategias y tácticas
más apropiadas de MIP. De esta manera se evita la relación simplista patógeno-plaguicida o patógeno-varie-
dad resistente. En este artículo se presentan los elementos básicos del diagnóstico de plagas y la importancia
de las consideraciones sobre la fi siología de la planta, fenología planta-plaga, predisposición, procedimientos
generales del diagnóstico y algunas técnicas para la identificación del agente causal.

Palabras clave: Diagnóstico, Manejo Intcgrado de Plagas, Identificación, Plagas. Factores abióticos, Factores
bióticos.

ABSTRACT. Elcmcnts and importance of the diagnosis of phytosanilary problems. The ecological diagnosis
forms the basis oCintcgrated management of pests. This approach aims to give sound answers to agricultural
and Corestry produccrs about the nature of the phytosanitary problems found in their production systems.
Usually, agriculture professionals identify pests by do not perform a diagnosis oC phytosanitary problems. Ba-
sed on a precise diagnosis and the use of inCormation obtai ned, it is possible to select the mast appropria le lPM
strategies and tactics. In this way, Ihe simplistic relation of pathogen-pesticide or pathogen-resistant variety is
avoided. In this artide the basic elements oC pest diagnosis and the importance oC plant physiology, plant-pest
phenology, predisposition, general diagnostic procedures and some techniques to identiC)' the causal agent, are
prcsented. ,
Key Words: Diagnosis, Integrated Pest Management, Identification, Pest, Abiotic factors, Biotic factors.

Introducción te, porque los avances tecnológicos permiten que esa


E n e l ámbito de las cie ncias agronómicas y la fitopro- función la cumpla un técnico calificado en t i manejo
tección, el panorama que se ofrece a la profesión va de los instrume ntos de la boratorio,
más allá de la relación simplista patógeno-químico O E l manejo intcgrado de plagas (M1P) con s u con-
patógeno-variedad resistente. Los profesionales te ne- cepción ecológica enfat iza como primer fundamento,
mos la obligación de responder como conocedores de l e l diagnóstico correcto del problema fitosanitario; ba-
área, con una conceptualizació n clara y un a estructura sados e n e l diagnóstico, el agricultor o asiste nte técni-
operati va funcio nal y ética como las plante adas por co pueden seleccionar las estrategias y tácticas de ma-
G rogan (1981) . En la medida en que se limita la res- nejo apropiadas ( Bustamante 1984).
ponsabilidad profesiona l únicamente a la detección Existen por lo me nos cuatro grupos de técnicos
de l agente causal y a su supresión por medios físicos o q ue desempe ñan actividades de diagnóstico:
químicos, e l profesional se estará volvie ndo redundan- • Extensionistas en sanidad vegetal, asistentes técni-
Rnibido: Z0t'031'.19. Aprobydo: 3!W6/9'9.
CAnE. Area Agri~ultura Ecológica. 111OTlIrrialba, Costa Ki"". E- mai] : ebllStama@catie_3~.~r y gri ~as@ca tie.a~_~r

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cos, funcionarios de empresas de agroquímicos. Es- Este enfoque tiene gran aceptación en la actuali-
te grupo es responsable del acierto o el fracaso de dad, donde la protección del ambiente y la salud hu-
los profesionales de la fitoprotección a nivel del mana son una exige ncia de primer orden y la produc-
agricultor. ción sosteniblc y cl MIP son incorporados a los
• Profesionales ded icados a las clínicas de identifica- programas agrícolas a ni vel mundial.
ción y diagnóstico. El diagnóstico se puede llevar a cabo a través de
• Profesionales con preparación taxonómica, grupo diferentes niveles. de acuerdo con su objetivo y la ex-
exigente en la nitidez de la ide ntificación y caracte- periencia, recursos físicos y técnicos a disposición del
rización. profesiona l (Bustamante 1986. Streets 1972, ShurtleH
• Especialistas con gran expe riencia e n las principa- y Averre 1997).
les plagas de un cul ti vo. 1. Nivel de campo. Se puede realizar en condiciones
Las decisiones más frecuentes a nivel del cultivo precisas que pe rm ita n identificar la plaga por sus sín-
son las siguientes: tomas. signos. distribución en el campo u otros facto-
• Con base en un diagnóstico correcto, se toma n las res. En este caso, la experiencia con el cult ivo y sus
medidas de manejo de la plaga. plagas es fu ndamenta l. Muchos asistentes técnicos e n
• Pa ra diagnosticar un problema fitosanitario cuya culti vos específicos no solo pueden identifica r el pro-
natura leza e iden ti dad no es reconocida por el agri- blema principal , sino también otros de incidencia eco-
cultor o asisten te técnico, se recolecta n muestras e nómica import an te.
in formació n de ca mpo y se recurre a especialistas 2. Diagnóstico de confirmación. Cuando se presentan
an tes de definir las tácticas de manejo. condiciones de campo que no permiten establecer la
• Aunque no se tiene conocim iento sobre la identi- identidad de los organismos causales, es necesario re u-
dad de la plaga y las condiciones que le favorecen, nir información de campo y recolectar muest ras para
se decide aplicar medidas de amplio espectro con la análisis de laboratorio. Esto permite además de una
fin alidad de acertar e n su cont rol. clasificación más exacta y úti l, la elaboración de las lis-
En los dos primeros casos se hace uso de la expe- tas y mapas de distribución de plagas de una región.
riencia en diagnóstico para evitar riesgos de pérdidas Es importa nt e recordar que diferentes organis-
en el cultivo e inversiones costosas de manejo. Sin em- mos o factores abióticos pueden ocasionar un síntoma
bargo, en la tercera decisión se juega al azar por des- similar en la planta; por lo tan to, se debe n evitar los
conocimie nto de l agen te causa l y se cae en el error de diagnósticos precipitados ca rentes de infonnación.
la "automedicación " por propia decisión o por confiar Cuando todos los rasgos característicos de la plaga no
e n el consejo de otra persona con poca o ningun a ex- están presen tes para llegar a un diagnóstico preciso, se
periencia e n diagnóstico. puede da r un diagnóstico'Presuntivo, sujeto a una con-
En este artículo se presentan consideraciones ge- firmación posterior.
nera les del diagnóstico, sus fu ndame ntos y procedi- 3. Diagnóstico de nuevas ph.gas. En algunos casos. e n
mientos con é nfas is en problemas fitopatológicos. especial con enfer medades, el agent e ca usal del pro-
blema fitosan it ario no es conocido, y se hace necesa-
Qué es el diagnóstico y cuáles son sus niveles rio iniciar un estud io interdisciplinario que permita
El diagnóstico se puede defini r como el arte científico determinar la natura leza de la plaga y establecer la
de reconocer por observaciones. estudio o experimen- identidad exacta , con el fin de orientar su manejo.
tación, la naturaleZi.1de la causa de un problema y los Este nivel de diagnóstico exige en muchos casos
facto res que incide n en su desarrollo (Grogan 1981; la disponi bilidad de equipos. la participacióo de dife-
Streets 1972). rcntes especialistas y el tiempo necesario para realizar
El diagnóstico es una etapa fundame ntal en el ám- un estudio clínico minucioso y analizar las coodiciones
bito de la fitop rotección. Para realizarlo se deben ana- de campo en que se presenta el problema.
lizar las condiciones e n que se presenta el problema, 4. Diagnóstico regional. En este nivel se utiliza toda
en especial el manejo del cultivo y las interacciones la información de una plaga pa ra que UD equipo de
planta-agente causa l-organ ismos benéficos-condicio- trabajo pueda hacer el reconocimiento. en UDa zona o
nes agroclimáticas. es decir, se req uiere de un aná lisis en un país, de la presencia de esta plaga y las OJDdicio-
in tegral que con lleve a un acertado juicio sobre la etio- nes en que se da. Este diagnóstico indica además la
logía del problema y los fac tores que lo favorecen . distribución , importancia y prioridad de la pbp para

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emprender una campaña de manejo o erradicación o cesarios de control, pérdidas de cultivos y perjuicios
una investigación más amplia, y serviría de base para para la comercialización internacional; así como pér-
establecer un servicio de información geográfica de dida de credibilidad.
pl agas. Los conocimientos más utilizados por los pro fe-
Además de la distribución de la plaga, también se sionales en diagnóstico son: anatomía y fisiología de
puede conocer la presencia de algún tipo de resisten- las plantas, factores que predisponen el ataque de pla-
cia de la planta o de enemigos natural es, así como pro- gas y problemas abióticos del cultivo, fenología del
blemas de fe rtilidad o estructura del suelo. cultivo y la plaga, técnicas de manejo del cultivo y me-
Cuando la plaga no se conoce e n un área o pa ís todologías de diagnóstico.
se realiza un reconocimientos nega tivo, donde se ha- Cuando el área se circunscri be a uno o dos culti·
ce énfas is en la búsqueda del agente ca usa l, con el fin vos, el nive l de conocimientos y precisión se adquiere
de confi rmar su a usencia o detectar su introducción. en menor tiempo. En el caso de realizar diagnóstico de
La búsqueda de la escoba de bruja del cacao, la broca plagas e n diversos cultivos es importante el apoyo de
del cafeto o el gorgojo Kaphra , son motivo de dicho expertos en el cultivo y especialistas en diferentes
reconocimie nto. áreas de fit oprotección.
Para llevar a cabo estos cuat ro nive les de diagnós-
tico se necesita de la participación de profesionales Interferencia fisiológica de la plaga y
dedicados a difere ntes actividades y de varias especia- expresión de sintomas
lidades, lo cual confirma la im portancia de la mayor Las plagas y agentes abióticos que afectan las plantas
integración e ntre funcionari os de exte nsión, sanidad pueden interferir un o o vari os de los cinco procesos fi-
vegetal e investigación, en una región o pa ís. siológicos básicos: 1) absorción y transporte de agua y
nutrimentos; 2) fotosíntesis y metabolismo; 3) trans-
Elementos básicos del diagnóstico porte de fo tosin tatos; 4) desarrollo de frutos y 5) ma-
El profesiona l que realiza actividades de diagnóstico duración y senesce ncia de tejidos (Agrios 1986, Me-
debe disponer de los siguientes eleme ntos básicos: ra- New 1960, Horsfall 1979).
cionalidad, objetividad, conocimien tos técnicos, equi - Absorción y transporte de agua y nutrimentos. El área
po adec uado y habilidad para trabajar e n grupo. Es- de absorci ón (raíces y pelos absorbentes) puede ser
tos aspectos const ituyen el punto in icial que un afectada por patógenos del sucio, tales como Fllsariul1l
técnico dedicado a esta actividad debe considerar, a lo spp., Rhi zoctonia spp., Pylhillm spp., Phytopl ul /Ora
cual , con el tiempo se adicionan, mayores conocimien- spp., En\'inia spp., Meloidog)'lIe spp. y Pralylenclllls
tos y experie ncias que lo llevan a convertirse e n un ex- spp. (Agrios 1986, McNew 1960).
perto ( Bustamante 1986, Streets 1972, Shurtleff y Ave- Los insectos tambié n contribuyen al deterioro
rre 1997). de la ra íz, especialmente los gé neros Phyllophaga
La racionalidad es el elemento de l diagnóstico (Co leopL Scarabae idae) y Di(lbrotica (Coleopt.:
que orienta a una organización sistemática de las la- Chrysomelidae). La presenci a de semilla recié n ger·
bores de campo y laboratorio, acordes con el conoci- minada y plántulas desenterradas puede deberse a ra -
miento técnico-científico, con el (in de hacerlo más or- tas, talt uzas, ardillas o pájaros (Saunders el al. 1998).
denado y preciso. Por su parte, las malezas pueden afectar el desa-
El compleme nto a la racion alidad es la objetivi - rrollo radicular del cultivo por co mpetencia y prese n-
dad, factor que indica la necesidad de proceder de cia de sustancias alelopáticas (De la Cruz 1987).
acuerdo a la existencia de un a rea lidad para cada Los principales facto res abióticos que pueden
diagnóstico. La ause ncia de este elemento expone al afectar el sistema radicular son: sobreferlilización, se-
profesional a comete r errores por apresuram ienlO o quía, in undación, exceso de sales solubles y herbicidas
exceso de confian za en su experie ncia. Por eje mplo, (Agrios 1986, Shurtl eff y Averre 1997).
el amplio conocimiento de la bacteria P.\·eudomOflllS Los síntomas más comunes asociados con esta in -
solllllllceamm como causante de la marchitez de la terferencia son la necrosis, la pudrición de las raíces y
pla nta de tomate, no puede conducir a ge neralizar que tallos de las plantas ( -damping oW), las agallas, el de-
este microorganismo es el causante de todo marchita- sarrollo de raíces adventicias, las decoloraciones típi-
miento en este cultivo. Diagnósticos subjetivos pue- cas de defi ciencias nutricionales en el follaje y frutos y
den darse por part e de especialistas, con costos inne- la marchitez de la planta . Otros síntomas no fácilmen-

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le detectables son la disminución del tamaño de Ins e l desa rrollo normal de tubérculos y causa la forma·
hojas y su ca pacidad fotosintética. ción de tubérculos aé reos (Agrios 1986).
Los microorganismos patógenos que actúan sobre
los haces vasculares, son e n su mayoría ho ngos y bacte- Desarrollo de frutos. En el desarro llo de frutos se
rias tales como: FusariulII oxysporum (diferentes for- presentan dos interferencias, además del lle nado in-
mill:i especiales de acuerdo con los cultivos), Verlicilliunt cluido e n el acápite anterior, que pueden genernrse
spp., Pseudomo nlls soJalJaceracum (dife rentes razas) por clementos bióticos y nbióticos. En primer lugar se
Phytopluho ra spp. (Agrios 1986). puede observar la caída de frutos pequeños y fl ores
El tapo nami e nto del xile ma por pa rte de estos por de fi cie ncias nutricionales, insectos, bacte rias, hon-
organi smos produce el síntoma clásico de marchita- gos y virus. Los patóge nos más conocidos son BOlrytis
mi ento, el cual c n el caso dc las bacterias puede ser cinerea y Erwinia llmy/ovora. El otro efecto conocido
reconocido por el [lujo blanquecino, q ue se observa a en frutos, es e l reemplazo de l tejido por crecimie ntos
partir de l corte transve rsal de un trozo de tallo de la de estructuras de hongos, tales como esporas y esele -
planta afectada, que se sume rj e en agua (French y rocios en gmnos y tubérculos (Agrios 1986, Busta-
Hobert 1982). mant e y Thurston 1965, Bustama nte 1975, McNew
1960, Neergaard 1979).
Fotosíntesis y metabolismo. Las hojas pueden ser in-
te rferidas e n su acción fotosi ntética por una capa de Maduración y senescencia de tejidos. Las bajas y los
crecimiento micelial , como es e l caso del mildeo poi- fr utos especialme nt e, presentan inte rfere ncias po r
vaso de las hojas y las fumaginas, crecimientos de co- patógenos, insectos y factores abió ti cos que nce leran
lor oscuro de ho ngos como CaplJodium sp. La maleza la se nescencia de los tej idos. En a lgu nos casos, las
como plaga de compe te ncia. puede interferir la radia- condicio nes de maduración y senescencia es timulan
ció n solar y disminuir e l nivel de nctividad fOlos in tét i- e l a taque de hongos como Alternaría spp. e n solaná -
ca de l cultivo. ceas, a l di sminuir e l conte nido de carbohidrntos. En
Sin e mbargo, el punto de intercepción más crítico, los frutos cualquier da ño a la estruct ura física ocasio·
es la disminución de l á rea fo liar por la acción de insec- nado por vertebrados e insectos y la acción de ho n-
tos comedores de hojas y de patógenos que causan le- gos y bacte rias son los ca usantes de la mayoría de pu-
siones en e l foUnje e int erfie ren e l metabolismo de dricion es y pérdida de vigor y ge rminac i6 n de
proteínas y la producción de la clorofila. Mildeos ve- semillas (Agrios 1986, Bustamant e 1986, Nee rgaad
llosos, royas, antracnosis, manchas y mosaicos, son a l- 1979).
gunos de los síntomas más COmunes de las enfe rmeda - Aparte de estas cinco interferencias, es importan-
des causadas por hongos, bacterias, virus y fitop lasmas te conside rar e l efecto sobre e l me ristemo apical que
(Agrios 1986). ocasio nan los insectos. Asímismo ve rte brados, hongos
Se pueden presenta r efectos similar es, como los y bacteri as que atacan plántulas de mo nocotiledóneas
causados por deficiencias de nutri mentos y fitotoxi ci- y dicotiledóneas, en algunos casos, el daño es tota l y en
dad de herbicidas hormo nales y de cont acto (Agrios otros la pl anta prese ntará deformaciones poste rior-
1986, Shurtle ff y Averre 1997). mente (Saunders el al. 1998).

Transporte de fotosintatos. El [loema es la vía de mo- El concepto de predisposición


vilización de los azúcares y meta bolita s a sitios de cre- La mayorfa de plant as son inmunes o resistentes al
ci miento o almacenamiento, éste puede ser interfe rida ataque de las plagas con las cuales entran en contacto
por virus, (jtoplasmas.y protozoa rios tipo PhylOm onas, (especialmente hongos y bacterias) y la pe netmci6n y
los cual es pueden necrosar el [loema. Síntomas ta les posterior infección es prevenida frecue nteme nte por
como hojas rojizas y encrespamientos se deben a l ex- barreras físicas (paredes celulares gr uesas, formac ió n
ceso de nzúcares en la hoja (Agrios 1986, McNew de capas de corcho y absición, presencia de tTico mas)
1960, Sinc1air el al. 1996) . o bioquímicas (formación de fit oalexinas y sustratos
Algunos hongos como PyricuLllria orywe, al desa- resiste ntes a las enzimas del patógeno, reacciones de
rrollarse e n la base de la panoja interrumpe el paso de hiperse nsibilidad) . Sin embargo, existe n fact o res no
[otosinta tos a los granos, RhizoclOllia soluni a l atacar gené ticos que actóan previo al proceso de infecc ión y
el cuello de l ta llo e n papa , bloquea el [loe ma e impide afectan la susceptibilidad de las plan tas, some tié ndo-

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las a un estado , de predisposición (Yarwood 1976, culti vadas a plena exposición solar, métodos y dosis
Mussel y Malone 1979). inadecuadas de fertilización. (Huber 1980, Levesque y
Inicialmente, se pe nsaba que las enfe rmedades de Ra he 1992, RusseU el ll!. 1989). Esto es de nominado
los cultivos se debían única mente a fac to res del am- estrés tecnológico y es inducido por un inapropiado
biente. Posteriorme nte, cuando se desechó la teoría manejo de la plantación ; además puede tener gran im-
de la generación espontánea se conside raba a los mi - portancia e n todo tipo de cultivos.
croorga nismos eomo la consecue ncia y no la causa de La planificaci ó n de l manejo del cultivo o el mane-
las enfe rmedades. A mediados de l siglo XIX fue su- jo de una enfermedad por cualquie ra de las tácticas
perada esta etapa y los fitopat ólogos centraron su conocidas no se puede visualizar como un procedi·
ate nción , casi exclusivamente, e n los agentes causales mie nto lógico, si se ignora la re leva ncia que tiene la
de las en fe rmedades, restándole relevancia a los fa cto- predisposición, ya que sin darse cue nta de ello se pue-
res que intervienen e n su establecimiento y desa rrollo de colocar al cultivo bajo estas condiciones y lu ego
(Colhoum 1973, Suárez y To rres 1996). provoca rá extrañeza los altos nive les de sevcridad o
La predisposición es definid a como la tendencia incid encia de una e nferm edad prese nte en el campo.
de tra tamien tos y condiciones q ue actúan antes de la En e l caso de l cult ivo de café, Lobos (1993) eva·
inoculación o introducción de l incitante al afectar la luó e l efecto de tres porce nt ajes de sombra sobre la
susceptibilidad del cult ivo a agentes patogénieos bió- severidad e incidencia de FII,m rillm spp. y Phomll
ticos o abióticos. La predisposición es., por lo tanto, un coswrricellsis, respectivamente, que atacaban plantas
incre mento e n la susceptibi lidad o vul ne rabilidad de- de café y determinó que las plantas q ue crecieron ba -
bido a ca usas externas que se traduce en una reduc- jo plena exposición solar alcanzaron el mayor índice
ción de la resistencia de las plantas a las e nfe rmedades de severidad y la incide ncia más alta se produjo bajo
(Bustamante et al. 1993, Yarwood 1976). condiciones del 75 y 100% de luminosidad. Lo cual in -
El concepto no debe confundirse. Si un fa ctor dica que la alta intensidad de luz es un factor impo r-
bió tico o abiólico incre me nta la susceptibili dad de la tant e de estrés que incre menta la suscept ibi lidad del
planta a las enfermedades, es predisposición. Si afec- culti vo al ataque de ambos patóge nos. El mismo autor
ta positi va o negativamente ,11 patógeno, esto puede también cvaluó el e fecto de dos herbicidas en el desa-
ser protecció n, terapia, errad icación o activación, pe ro rrollo ge ne ral de plantas de café y su predisposición al
no predisposició n. a taque de e nfe rnledades del follaje y la raíz, determi -
En este se ntido, a l presentarse desviaciones de las nando q ue los residuos de diurón afectaron nega tiva-
condiciones ambientales óptimas req ue ridas por la me nte el crecimiento de estas e incre me ntaron la seve-
planta, los procesos fisiológicos funcionan cn forma ridad e incidencia de los patógenos mencionados.
inadecuada , lo cual ocasiona normalmente fa llas gene- Horsfall (1979) c051sidcró que el incremento e n el
rales de los mecanismos de defensa (Levill 1980, uso de agroquímicos, a partir de la mitad de l presente
Schoeneweiss 1983). siglo estuvo acompañada de l increme nto de cnfcrme-
dades iatrogénicas. que corresponde n o se genera n a
El estrés tecnológico, la predisposición y partir de las prescripciones o recomendaciones dadas
las enfermedades iatrogénicas por fitopatólogos, agrónomos o ingenieros forestal es,
La importancia de un patógeno que a taca una planta para el manejo de la enfe rmedad. Por lo tanto, es una
e n su ambie nt e natural , genera lme nte es muy poca, e nfermedad gene rada por e l doctor ("iarro en grie go
pero conforme la agricu lt ura tiende al monoculti vis- significa doctor).
mo y a la implementación de diversas técnicas agronó- U na lista de 45 químicos, que pueden inducir e n-
mi cas, además de causar un desequilibrio en el ecosis- fer medades iatrogénicas e n 2.1 hospedantes, son discu-
tema y favorecer la pro life ració n de plagas, tambié n se tidas por I-lorsfall (1979). La mayoría son he rbicidas
coloca a las especies cult ivadas e n un estado de predis- o regu ladores del crecimi e nto, así como tambi én fun-
posición. gicidas, insecticidas y nematicidas. El 85% de las e n-
La cont in ua búsqueda de l incremento en la pro- fermedades inducidas son de orige n fungoso, seguidas
duct ividad muchas veces prom uevc la adopción de por las virales.
técnicas que puede n provocar estrés severo, tales co- U no dc los efectos principa les de los agroquími -
mo a ltas densidades de siembra, uso excesivo de pla- cos es la reducción de resistencia en e l hospedante,
guicidas, especialmente he rbicidas, especies de sombra median te cambios e n los ni veles de azúcar, las estruc-

5
(uras de resistencia y la nutrición min era l. También de los frutos en un pe rfodo muy corto, favorecen el de-
pueden incre me ntar el pote ncial de inóculo del pató- sa rrollo de ciertos patógenos que crecell' pre fe ri ble-
geno (Horsfall 1979). mente sobre los frutos maduros e n c l campo.
Por tanto, en el diagnóstico es fundamental cono-
cer los factores de predisposición , los cuales pueden Procedimiento general de diagnóstico
definir la presencia de un patógeno oportunista, la Al iniciar las actividades de diagnóstico e l técnico de-
mayor incidencia y severidad de una e nfermedad o e l bería consultar la información disponible sobre las
incre me nto de l in6cul o potencial del patógeno plagas y probl emas abióticos más impo rtantes de l cul-
tivo y contar con el equipo adecuado para recolectar
Fundamentos fenológicos para el diagnóstico muestras del campo. descritos deta lladamente por
El conocimiento de la fenología del cultivo es muy im- Shurtleff y Averre (1997).
portante para el profesional dedicado al diagnóstico, En e l diagnóstico de cu lt ivos come rciales es ven-
ya que la susceptibilidad de l culti vo al daño causado tajoso conocer las caracte rísticas morfológicas de l cul-
por plagas, varía de acue rdo con su estado de desarro- tivar, calidad de semilla y resiste ncia a las plagas. Tan
ll o. A su vez, la incidencia de las plagas está en fun- pronto se inici a el análisis de campo, es pertinente ob-
ción de los fa ctores ambie ntales y de la condición de l te ner con e l culti vador o su asiste nt e, la información
cultivo. En la fig ura 1 se presentan las principales en- sobre e l proble ma y la relación con cultivos anteriores
fe rmedades de l tomate, con relación a l estado fe noló- o contiguos. De igual mane ra se debería conocer la
gico del cultivo. El conocimiento de la presencia de historia de prácticas culturales y las condiciones mc-
las plagas, de acuerdo con el estado de desarrrollo de l teorológicas de las últimas se manas. También es fun -
tomate, puede servir al técnico o al agricultor para dame ntal determinar cuales patógenos pueden multi -
concentrar sus esfu e rzos de detección, monito reo y plicarse en las mal ezas predominantes en e l cultivo o
control . Se podrá, e ntonces, eva luar con mayor pro- barbecho (Bustamante el al. 1970).
piedad la importancia de l ataque de una plaga en par- Los puntos de vista de l agricultor sobre la posible
ticular y las posibles medidas de ma nejo, conocie ndo: naturaleza del problema son importantes porque es la
a) la variedad de l cultivo, b) la población de la plagas persona que mejor conoce su cultivo y los cambios
y c) sus umbrales de acción en fu nción de la etapa de l presentados.
desarrollo del tomate (CATIE 1990). La observación del problema debería incluir los
Durante la e lapa de plántula, cualquie r daño al siguieDtes pasos:
follaj c o a las raiciJIas puede se r crÍlico para su super- l. Observar las caracte rísticas del terre no; si es posi-
vivencia. El agriculto r debe estar consciente de la pre- ble, exam in ar e l cultivo en diagonales y la impor-
sencia de malezas, plagas invertebradas (cortadores, ta ncia que tienen los oordes y áreas altas o bajas del
ácaros, áfidos, mosca blanca) y pat ógenos (Pyrhium lote.
sp., Rhizoctonia sp., Fusarium spp.). 2. Analizar la distribución de la plaga, el número de
Durante e l desarrollo vegetativo, la mayor parte especies afectadas, difere ncias en el sue lo, pendien-
de la e nergía de la pla nta se dirige a formar e l follaje. tes y cultivos vecinos. Estas observaciones ayudan a
En este período e l daño causado por ot.ras plagas al de te rminar la naturaJeza de la plaga o e l facto r
á rea foliar no es tan crítico, porque la pl a nta tiene to- abi6tico. E n el cuadro 1 se presentan las caracterís-
le rancia a la pérdida de follaje y una gran capacidad ticas de los hospedantes atacados, ti empo de apari-
de recuperación para regenerar el tejido fotosintético ción de la plaga, tejido a fectado y distribució n de
pe rdido. Los nema todos comi enzan a invadir el siste- campo. Las plagas puede n ser específicas en sus
ma radica l según las condicio nes ambien tales, e nfe r- hospedantes, mientras que factores abió ticos como
medades como las viros is, marchitez y tiz.ones, estarán toxicidad por herbicidas y fe rtilizantes puede n afec-
presentes, y su importancia es variada. tar varias especies de cultivos (Be nnett 1993, Shur-
La etapa reproductiva trae consigo otras enfer- lleff y Averre 1997).
medades primarias. La incidencia de vi rosis y los ne- 3. Identificar la parte de la planta afectada, las int erfe-
matodos en la e tapa vegetati va se refleja durante la rencias fisiológicas causadas por la plaga. En a lgu-
e tapa reproductiva, en la que puede ca usar pérdidas nos casos, la presencia de signos pe rmite la identifi-
significativas de producción. Las varieda des de toma- cación en el campo, de la naturaleza del proble ma,
te de hábito determinado, al concent rar la maduraci ó n lo cual puede ser confirmado e n e l laboratorio.

6
..
2 " Mal del TaJluelo
(Pythium, Rhizoctonla ,
Fusarium)

2. Marchitez
(Fusarium,
• Verticillium,
Pseudomonas)

3. Foliares· bacteriales
( C/avibaCler,
PS6tJdomonBs,
Xanthomonas)

4 . Tizón Tardío
(Phytophrhora
infestans)

5. Tizón Temprano
(Alternaria sOiam)

6. Foliares-Iungosos
(FuM a. Corynesp0r8.
Stempllyllium)

7. Virosis
(TMII, PVX, PVY)

Cierre de 8. Nematodos
cu~ivo (Me/oidogyne)
Desarrollo
Plántulas vegelaljyo
9. Enfermedades de Iruto
(Phytophlflora ,
Alternaria, FlIssrillm,
CoIlelolrichum,
Er.vinia)

10. Puclrici60 pistiiar


Terminal
del fruto
' ·21
días

50 dlas días

Figura 1. Patógenos que afectan el cultivo del tomate en sus diferentes etapas fenológicas.

4. Una vez revisadas las características o ~ firm a " de la La recolección de muestras de la planta permitirá
plaga (numerales 2 y 3), el técnico puede formular realizar en el laboratorio un estudio para confirmar la
una hi pótesis sobre la naturalc7...'1 del problema y la presencia o ausencia de patógenos. Algunas de las indi-
necesidad de toma de muestras (suelo, raíces, hojas, c.1ciones generales más importa ntes son las siguientes:
ctc.) para el análisis correspondie nte de patógenos, • Se leccione ejemplares con diferent es niveles de de-
deficie ncias de nutrime ntos, exceso de sales (Howe- sarrollo de síntomas, incluyendo plantas aparente-
le r 1983, Shurtleff y Averre 1997). mente sanas.
En el cuadro 2 se señalan los síntomas más comu- • Plantas muertas o podridas no constituyen buenos
nes que se encuentran en plantas y las posibles ca usas. ejemplos de análisis.
En el caso de varios sÚltomas se pueden presentar más • Coloque sus muestras de in med iato en bolsas plás-
de cinco posibles agentes causales, lo que demuestra la ticas, no las cierre totalmente y no añada toallas hú-
importancia de la objetividad y buen razonamiento re- medas, las cua les aceleran Jos procesos degenera ti-
queridos para un diagnóstico (CATI E 1993), vos del tej ido recolectado.

7
CUADRO 1. Características generales de las enfermedades de acuerdo con sus agentes patógenos y abióticos. en condiciones
de campo' .

Características
Causas Hospedante Tejidos afectados Aparición Distribución
Patógenos de:
Semilla Uno Follaje Temprana Aleatoria
Raíz gradual
Plántulas Muchos Raiz Temprana Parches
Tallo rápida
Base del tallo Uno Raiz Tardia Aleatoria
Tallo gradual Topográfica
áreas bajas
Suelo Uno Raíz Temprana Topográfica
Tallo gradual tipo de suelo
Follaje Uno FOllaje Tardfa Uniforme
Oiseminación por vectores Uno Follaje Tardía Bordes
gradual Aleatoria
Abiótlcos
Deriva o aspersión de plaguicidas Muchos FOllaje Rápida Uniforme
Herbicidas del suelo Muchos Raíz Rápida Uniforme
Follaje tipo de suelo
Deficiencias o exceso de nutrimentos Muchos Raiz Rápida Uniforme
Follaje tipo de suelo
Sales solubles Muchos HOjas inferiores Lenta Uniforme
margen foliar Topográfico
intervenal suelos
arenoso
Sequía Muchos Raíces lenta Uniform e
Hojas viejas Topográfico
Heladas Muchos Raíces Rápida Areas bajas
Tubérculos
Follaje
!

• Modificado de Shunleff y Averre (1997).

• Envíe lo más pronto posible sus muestras acompaña- que requiere de la información más completa posible,
das de la ¡nfomtación más importante (Cuadro 3). sobre el cultivo en estudio, las condiciones ambienta-
• Cuando se presente marchitez o amarillamie nto se les donde se desa rrolla, prácticas culturales utilizadas
debe e nviar, e n el caso de cultivos anuales, toda la y agentes bióticos o abióticos que pudiesen haber in·
planta. Esta debe extraerse con raíces y suficiente terferido el desarrollo normal de las plantas (G rogan
tierra. 1981).
• En el caso de tejidos suculentos no cierre la bolsa El di agnóstico correcto de los problemas fi¡osani-
plástica. Coloque los materiales embolsados en una tarios es un a etapa importante en el manejo integrado
caja de cartón que facilite el transporte. de plagas; esto requiere de la identi ficación del agen-
• Los frutos con sfntomas y signos pueden envolver- te ca usal. E n muchos casos la información ge nerada
se e n papel periódico y transportarse e n una caja de por este proceso de investigación es incompleta para
cartón para protección de la muestra. ser interpretada por el investigador. En la actualidad
existe n diversas metodologías que permiten agilizar la
Identificación del agente causal ident ificación y reconocimiento de un patóge no en el
La determinación de la etiología de una enfennedad ámbito de cam po o laboratorio (Putnam 1995, Shur-
en un cultivo es habitualmente un proceso complejo tleH y Averre 1997).

8
CUADRO 2. Síntomas más comunes encontrados en plantas No todos los patógenos producen síntomas defi-
y las posibles causas del problema fitosanitario.
nidos en sus hospedant es, por lo cual en muchas cir-
Síntoma Posibles causas cunstancias, las enfermedades pasan inadvertidas o
Agallas Acaros, Bacterias, Insectos y Hongos son difíciles de evidenciar. En consecuencia, es posi-
Clorosis Deficiencias o excesos de ble que el daño económico o las pérdidas originadas
nutrimentos, Fitoplasmas, Herbicidas por el patógeno, no sea n percibidas, y en muchos ca-
inhibidores de clorofila, Patógenos + sos éstas sean atribuidas a factores culturales o am-
toxinas, Pudriciones de la raiz,
bientales, especialmente, si no se disponen de tácticas
Nematodos de la raíz, Virus
de diagnóstico que vayan más allá de un simpl e reco-
Desarrollo de Bacterias
diferentes Condiciones del suelo nocimiento en el campo o en muchos casos de una ob-
pigmentaciones Daños mecánicos o tóxicos servación al microscopio (None 1991 , Putnam 1995).
foliares Exceso o deficiencia de nutrientes Los procesos de identificación del agente causal
Fitoplasmas
parten de la observación de síntomas y la toma de
Hongos y bacterias
Insectos muestras para el examen de laboratorio, en el cual se
Virus buscará pistas del posible agente causal. La calidad
Enanismo Virus de la muestra será determinante para este proceso, la
Condiciones del suelo muestra de be contener tejido afectado y sano; cuidan-
Escoba de bruja Acaros, Filoplasmas, Hongos y Virus do de no llegar a los extremos de enviar muestras to-
Flores abortadas Deficiencia o desbalance de talmente deterioradas (Putnam 1995).
nutrimentos En el caso de hongos foliares, el micelio, esporas
Insectos
Polinización deficiente
y cuerpos de fructificación serán relevantes para una
Reguladores del crecimiento identificación preliminar mediante claves taxonómi-
Sequía cas específicas. En esta etapa si la identificación no es
Gomosis Bacterias concluyente se recurrirá al aislamiento en medio de
Hongos cultivo; aunque este es tedioso y puede consumir más
Daño mecánico
Daño por insectos
tiempo (FAO 1985, Shurtleff y Averre 1997).
Hojas con agujeros Insectos
Un f1ujograma operacional explica las posibles
Hongos rutas que pueden tomarse en el caso de la identifica-
Hojas con moleados Acaros, Trips ción del agente causal de manchas foliares o de una
Virus marchitez vascular (Figuras 2 y 3).
Hojas con manchas Bacterias
Hongos Métodos de identificación de patógenos
Materiales tóxicos
Microscopía de luz. El examen microscópico de una
Hojas cortadas Insectos
muestra con síntomas inducidos por factores bióticos
Mal del talluelo Hongos del suelo
Insectos
o abióticos constituye una herramienta básica para la
Sales solubles observación y determinación de la presencia o ausen-
Marchitamiento Bacterias vasculares cia de estructuras específicas de un organismo. Prepa-
Exceso de agua raciones simples de tejidos vegetales teñidos <:on al-
Exceso sales solubles gún colorante, son esenciales para la observación
Hongos vasculares
Insectos
microscópica en diferentes aumentos u objetivos
Nematodos (Castaño 1994, Shurtleff y Averre 1997). Las técnicas
Pudrición de la raíz de microscopía de luz han evol ucionado a lo que ac-
Suelo seco tualmente se conoce como histopatología; permitien-
Pata de rana Herbicidas, Virus do, observar inclusiones específicas y alteraciones
Pudrición Bacterias, Hongos y Surfactantes morfoanatómicas de la célula (Chrislie y Edwardson
Rafees adventicias Estrés de agua 1986). En diferentes trabajos se han detallado los
Hongos
Nematodos
efectos que producen algunos virus y fitoplasmas en
Pudriciones radicales la cé lula hospedante (Overman el al. 1992, Rivas el al.
Tizones Heladas, Hongos 1999) (Fig.4).

9
SI

Presencia? Hay esporas?

NO

Revisar por
exudado bacteriano

NO NO
Presencia? Incubar 1 • 2 días Presencia?

SI
Estructuras fúngicas SI
Mancha bacterial
y esporas

Pseudomonas spp.
Xanthomonas vesicatoria
SI
Presencia? Hongos causantes de manchas foliares

Consultar Schaad (1980)


NO Altemaria spp. Cercospora spp .
Botrytis cinerea Pyricularia spp.
Septoria spp.
Mancha foliar de
carácter abiótico
Consultar Farr el al. (1989)

Figura 2. Diagrama de flujo operacional para el examen de manchas loliares.

CUADRO 3. Información necesaria para el estudio de mues- Las observaciones. microscópicas e\i dencian de
tras, en el diagnóstico de plagas. un a man era clara al posibl e agente causal. Pero su in -
Items Especificaciones terpretación req uiere de un adecuado entrenamient o
para ofrecer un juicio correcto sobre lo que se mira a
A. Ubicación Nombre, dirección residencia,
telefóno, fax, correo electrónico través del lente. Este es un método rápido y poco cos-
del interesado toso (Christie y Edwardson 1986).

B. Identificación Cultivo, variedad, procedencia, fecha


Microscopía eledrónic:a. Los laboratorios que tienen
de envío. No. de muestra de la muestra
acceso a un microscopio electrónico pueden ut ilizar
C. Sfntomas y Breve descripciÓn esta herramienta para el diagnóstico de ciertos pató-
signos en el genos, como los virus. Es suficiente una gOla de savia
campo
proveni ente de tejido inrectado. para colocar en la re-
D. Condiciones Naturaleza del suelo. condiciones jilla de transmisión. teñir y \isualizar en el microsco-
de crecimiento climáticas irrigación (cantidades, pio las pa rtículas de interés. La babilidad para detec-
tiempo), fertilización. ptaguicidas tar dichas partículas. depende en gran medida, de la
utilizados (ingrediente activo y
formulación,dosis y forma de aplicación)
concentración del patógeno en ellcjido enfe rmo. Pe-
ro éste es un método muy cnstoso e impráctico para
E. Síntomas Follaje, tallo, tronco o ramas, flores, uti lizarlo rutinariamente (PubWD 1995). La figura 5
en detalle frutos, raíces muestra las partículas geminadas de un ge minivirus.

10
Revisión de exudados •
bacterianos del xilema

SI
Presencia?>_ _ ---..¡ Pseudomonas solanacearum
Clavibacter spp.

NO

Aislamiento del xilema


en agar - agua

NO
Crecimiento SI Microesclerocios negros
micelar en el tejido del hospedante? Presencia?

NO SI

Revisar concentración Conidióforos ramificados y verticilados,


de sales conidios hialinos células individuales

Alta Marchitez por Ver1icillium


Concentración Daño por fertilizantes
Micelio blanco o rosado, macroconidios
Baja
curvados, conidios hialinos
Suelo seco
Marchitez por
Sequfa Fusarium oxysporum

Figura 3. Diagrama de 'fujo operacional para el examen de marchitez vascular.

Medios de cultivo. Los medios de cultivo son una va- no-anticuerpo, e n la cual un anticuerpo reconoce a l
liosa herramienta para el aislamie nto de patógenos y antígeno y se combina sólo con la porción que le dio
son altamente sensitivos para su detección en tejidos origen ( Rivas 1994). Estas son empleadas para deter-
enfe rmos. Su uso depende de la disposición en el 'abo- minar las relaciones entre dos virus. para identificar
ratorio. Los medios se puede preparar o comprar e n un virus que causa una enfer medad y para delectar vi-
casas comerciales. La asepsia del material y del am- rus en muestras de plantas sintomáticas y asintomáti -
biente de trabajo es la clave para trabajar con ell os, cas (Castaño 1994). •
porque las muestras pueden ser fácilmente contam ina- Una de las técnicas sero lógicas de más apli cació n
das por patógenos secundarios, que conducirían a una es el método directo de doble anticuerpo de ELlSA
apreciación errónea de la verdadera detección. Las e Enzyme Linked Immunosorben t Assay ~ ). Esta es
hojas, tallos y cualquier otra estructura. debe limpiarse una prueba muy sensitiva y se basa en el uso de un
con hipoclorito de sodio. Poste riormente, se siembra e l conjugado "a nticuerpo-enzima " (Casta ño 1994). El
material en cajas de Petri y se incuba a temperatura método ELlSA ha sido utilizado para la detección y
ambiente o en incubadora (FAO 1985, Putnam 1995, estimación cuant itativa de un gran número de antíge-
Shurtleff y Avcrre 1997). La [igura 6 muestra un ais- nos en plantas, incluyendo virus. organismos tipo fito-
lamiento de CollelOlricJWI1l sp. en semillas de soya. plasmas, bacterias y ho ngos. Este método detecta s6lo
antígenos virales y no la cantidad de infección presen-
Inmunoserologíü. Las técnicas serológicas como ELI - te. EUSA ha comenzado a ser un procedimiento es-
SA se basan en la especificidad de la reacción antíge- tándar, porque es un método sensibl e, exacto y rápido.

11
clasificado según los niveles de los reactivos y por su
aplicación (Sánchez y Cambra 1987).
En el procedimiento ELlSA, se extrae una mues-
tra mediante maceración del tejido en un tampón de
extracción. Si las partículas virales, se encuentran pre-
sentes en la muestra, ellas son atrapadas por los anti-
cuerpos específicos, previamente absorbidos a los orifi-
cios de las placas de microtitulación y luego reaccionan
con los anticuerpos del conjugado. La enzima del con-
jugado hidroliza un sustrato específico y da lugar a un
producto coloreado, cuya intensidad es proporcional a
la concentración de virus presentes en la muestra, si el
virus no está presente el contenido del orificio perma-
necerá incoloro hasta el final de la prueba que normal-
mente se lleva a cabo en pocas horas (Castaño 1994).
Figura 4. Inclusiones granUlares (Ig) de un geminivirus
afectando la pared celular de células floemáticas
A pesar de que es una técnica aplicada para la
en plantas de lomate. (Foto: V. Villalba). identificación de virus, presenta algunas limitaciones
tales como: necesidad de obtener previamente el anti-
Especialmente, es muy eficaz cuando gran número de suero de un animal inmunizado, utilizando soluciones
muestras deben ser examinadas en un corto tiempo y purificadas para dar el antígeno. El proceso de purifi-
donde los resultados se requieren con urgencia, así co- cación de virus en plantas no es siempre sencillo y fre-
mo también, cuando no hay disponibilidad de un indi- cuentemente, el antisuero obtenido contiene notable
cador compatible para plantas o facilidades de inver- cantidad de anticuerpos alIado, lo que la planta utili-
naderos. Esta técnica posee una metodología simple zaba para reproducir el virus. Por lo tanto, los antisue-
que puede ser ejecutada por muchas personas, des- ros contienen altas cantidades de extractos de plantas
pués de un pequeño entrenamiento y algunas prácti- que ban sido la única vía para obtener la más alta es-
cas (Garnsey y Cambra 1991). pecificidad en algunos antisueros (Sánchez y Cambra
1987). Sin embargo, esta dificultad ha sido superada
por la disponibil idad de cajas-ELlSA ya sensibiliza-
dos (Garnsey y Cambra 1991).
Rivas er al. (1995) muestrearon 19 especies de
plantas silvestres, asociadas al tomate y chile dulce,con
síntomas de virosis o con adultos de Bemisia tabaci. En
14 de ellas se detectaron, mediante la técnica de DAS
ELlSA , los virus del moteado leve del chile (PMMV) ,
X de la papa (PVX). y de la papa (PVY), del mosaico
del tabaco (TMV) y al menos un geminivirus por la
técnica de hibridación. También, mostraron la presen-
cia de un geminivirus, en las tres localidades estudia-
das, en ocho especies de plantas silvestres, pero solo
Bidens pilosa, Desmodium sp., Sida rhombifolia y
Figura 5. Partículas virales de un geminivirus Spermacoce latifolia mostraron síntomas de virosis,
(Foto: R. lastra).
además solamente cinco especies tuvieron dos virus si-
Las pruebas ELlSA no requieren de equipo cos- multáneamente. El virus más frecuente fue el PMMV.
toso de trabajo y sus aplicaciones prácticas en la agri-
cultura son la detección o diagnóstico de hospedantes Hibridación molecular. Esta prueba se basa en la ha-
naturales de viroides, estudio de la diseminación de bilidad de los ácidos nucleicos para formar híbridos
una enfermedad en una población , detección de virus cuando reaccionan con bandas homólogas. E n un
e n semillas sexuales o asexuales y distribución y mi- proceso de incubación con ex tractos de plantas, estas
gración del virus dentro de la planta, este a su vez es pruebas detectan la presencia del ácido nucleico vi-

12
ralo viroide, por la formación de híbridos con estos se permite la hibridación de los cebadores y la cadena
(Salazar y Querci 1992). es extendida por la polimerasa a 72 c C en una solución
El ácido nucleico de la planta que contiene el tampón. Este proceso es repetido de 20 a 40 ciclos has-
ADN viral se fija a un soporte sóLido, (filtro o mem- ta producir el segmento de ADN deseado. Este nuevo
brana) sobre el cual se agrega la sonda Cprobe -) en ADN se puede clonar y secuenciar para comparar su
solución , que reconoce en forma parcial o total, la par- similitud con el segmento correspondiente del ADN
te homóloga del genoma viral y procede a hibridarse en prueba, porque los cebadores son específicos úni-
sobre este genoma viral ya fijado en la membrana. Ge- camente para determinadas secuencias del ADN que
neralmente, se utilizan sondas marcadas con p32, sin se analiza (Rivas 1994).
embargo se pueden utilizar métodos no radiactivos ta-
les como la digoxigenina y biotina. La luz emitida por
la fuente de energía y la presencia de f]uorocromos
excitados es detectado por una película fotográfica
para rayos "X". Pueden realizarse varias exposiciones
en diferentes áreas de la película de diagnóstico, reve-
lando distintas intensidades de manchas oscuras lo
que corrobora la presencia del virus en la muestra
analizada. (Goldbach el al. 1992, Rivas 1994) (Fig. 7).
El uso de laboratorios especializados con perso-
nal capacitado en algunas técnicas de biología mole-
cular, la disponibilidad de las sondas, así como tecno-
logía para su multiplicación, extracción, marcado y el
costo de materiales (reactivos) relativamente altos,
Figura 6. Aislamiento de Colletotrichum sp. de semillas de
son algunas desventajas de la técnica (Rivas 1994).
soya. (Foto: F. Marmolejo).
Aunque se utiliza rutinariamente en algunos progra-
mas de producción de material vegetal básico libre de Aplicaciones diversas se han realizado en la de-
virus; solamente. en situaciones en que los virus a de- tección de Citoplasmas (Sinclair el al. 1996), geminivi-
tectar no pueden diagnosticarse por serología , debe- rus (ldris y Brown 1998), nematodos (Harris el
rían considerarse y eventualmente implementarse las al. 1990) y bacterias (SeaI1994).
técnicas de hibridación molecular (Salazar 1990). En Métodos de identificación de artrópodos. El estudio
el caso de geminivirus, Rivas y Lastra (1993) detecta- comparativo de las estructuras que presentan los in-
ron en extractos de muestras de tejido foliar prove- •
niente de plantas de tomate infectadas, un geminivirus
transmitido por 8. rabaci, que reaccionó positivamen- 1 2 3 4 5
te en la prueba de hibridación de ácidos nucleicos con
la sonda CdTV. Otras aplicaciones son descritas por A
Pallás el al. (1999) para la detección de virus en clave-
les y por Salazar y Querci (1992) quienes usaron esta
técnica para la detección de virus y viroides en papa. B
Reacción de la polimerasa en cadena. Es un método
in virro para la síntesis enzimática de secuencias espe- e
cíficas de ADN. Con esta técnica se amplifica un seg-
mento de ADN en presencia de: una polimerasa (taq) o
de ADN que resiste altas temperaturas, oligonuc1eóti-
dos iniciadores cebadores "primers" para iniciar la
reacción y los cuatro nucleótidos (dNTPS), para for- E
mar el segmento deseado del ácido nuc1eico que se
Figura 7. Detección de geminivirus mediante hibridación
desea analizar (Saiki el al. 1985). Con estos compo-
molecular. Los círculos negros indican la presen-
nentes, el ADN es desnaturalizado por calentamiento cia del ",irus en la muestra analizada.
a más de 9OC C, luego por enfriamiento a menos 6Oc e, (FOIO: G. Rivas).

\3

sectas en diferentes estadías, es importante para la co- moleculares son un componente más que debería ser
rrecta identificación de un insecto plaga. En este caso, conside rado al desarrollar una met odología de diag-
las claves taxonómicas desempeñan un rol importante nóstico. Una ventaja es que las técnicas antes descritas
para el estudio completo de estos organismos. Coto son confiables y resultan un complemento preciso en
(1997,1998), Coto el al. (1995) y Ocho. el al. (1991) el diagnóstico de plagas, en pl antas culti vadas o de in-
han elaborado materiales útiles para el reconocim ien- terés agrícola para el hombre. Sin embargo, estas me-
to de plagas invertebradas en América Cenlral. todologías también tienen desventajas como: requie-
La adecuada recolección de cspecímenes (larvas, ren mucha laboriosidad , precisión, pe rsonal calificado,
adultos, entre otros; en buen estado) es esencial para la equipos y laboratorios adecuados, así como también
identificación de o rganismos cuando se e nvían a un ta- de reactivos ·costosos. U na biotecnología apropiada,
xónomo. Estos servicios están disponibles e n universi- puede contribuir directamente al establecimiento de
dades y cent ros internacionales de investigación agríco- una agricultura soste nible porque la aplicación de sus
la, que disponen de este tipo de personal. L'l principal diferentes metodologías en el diagnóstico y protec-
desventaja de este tipo de consulta es la demora en la ción de cultivos, permitirá la incorporación de tecno-
obtención de la respuesta de la identificación. logías más compati bles con el a mbiente y las caracte-
rísticas tecnológicas de los pequeños y medianos
limitaciones productores de Latinoamérica y e l Ca ribe. No obstan·
La de tección segura y rápida de un agente causal es te, estas nuevas tecnologías no son re ntables a corto
determinante para el establecimiento de medidas de plazo para América Latina y el Caribe. pero sus frutos
manejo. Este es un proceso complejo cuando se deseo· influirán en forma definitiva y beneficiosa a largo pla-
nocen las pautas y metodologías a tener en cue nta pa - zo, en los programas agrícolas destinados a los sccto·
ra esta acción. Es important e tener presente que las res más necesitados ( Izq uierdo el a/. 1995).
técnicas convencionales no son las únicas que puede
usar el investi gador. Para los patóge nos, las técnicas

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15
Man e jo I nl eg rado de Plag u ( Co ~ la R ica ) No. 52 p.16 -24 . 1999

Agricultura alternativa durante la crisis cubana-


Pctcr M. ROSse l

R ESUMEN. La agricult ura cubana ha enfrentado problemas desde el colapso e n sus re1:!ciones comerciales
con el bloque socialista e n 1989-1990. Las importaciones de alimentos. que suplían casi el 6O'Y o del consumo
de calorías de la población, se redujeron a la mitad. Por lo tanto, la producción nacional debió llenar esa bre-
cha y m¡lll tcner las exportaciones. L.1 importación de insumas agrícolas disminuyó en 80% y el suministro de
pe tróleo para la agricultu ra se redujo al 50%. Cuba se ha visto forzada a enfrentar esta situación con sólo una
parte de los productos químicos y maquinaria necesarios para mantener su siste ma agrícola industrial izado.
tecnológica mente simi1:! r al de Californ ia. Esta sit uación hace d e Cuba el prime r ejemplo de un país que rea-
liza un gi ro en gran ese:!la en su sislema de producción agrícola , pasando de una agricultura convencional mo-
derna a la agricultura orgánica y semiorgánica. Su estratcgia ha sido la movilización de la infraestructura cien-
tífica (recursos físicos.. hum:1Ilos e instituciones) para sustiluir con tecnologías locales los insumas no
disponibles. Los plaguicidas y fe rtilizantes biológicos de fabri cación cubana, producto de la biotecnología de
vanguardia que se desarrolló antes de la crisis, se combinan con el manejo integrado de plagas. la vermicultu-
ra, el reciclaje, el ma nejo racional de pastos. el control biológico de plagas. los c ultivos de cobe rtura y ai ras
práclicas agrícolas. con el propósito de prevcnir una dism inución drástica en el suministro de alimentos. La
producción ha sido reorganizada para crear pequeñas unidades de mancjo. las cuales son esenciales para lo-
grar una agricultura orgánica cfic ientc. Muchas instituciones centralizadas y descentral izadas está n trabajan-
do mancomunadamente con el fin de lograr los ca mbios necesa rios. Algunos e ntes agrícolas estatales fu eron
privatizados, se for maron nuevas cooperativas y se han abierto mercados de agricultores para cont ribuir a
crear nuevas oportunidades pa ra los productores y consumidores en estc período de transición.

P:dllbras chn'c: Cuba, Agricultura alternativa. Agricultura orgá nica, Plaguicidas biológicos.

A8STRAe l: Cuba: Alternlllh'c IIgricultu rc during crisis. Cuba n far ming has been caughl in a vise sincc the
1989-1990 collapse of its trade relatiolls with the socialist block. Food imports, which used to supply nearly 60
percenl of Ihe people's calorie in takc, have been cut in halL Domestic prod uclion has had 10 fill this gap as
well as mainlain exports. lmports of agricultural inputs have also dropped b): 80 percenl . and the supply of
pe tro1cum for agricult ure has bcen halvcd. Cuba has been forced 10 absorb these shocks wilh only a fraction
of Ihe chem icals and machinery needed to run an industrialized agricul tural syslem technologica ll y simi lar to
California's. These cvents catapultcd Cuba into history's firstla rge-sca1c shift from modern oonvelltional agri-
cultu re to organ ic and semi-orgnnic farm ing. The governmcn t's slrategy has bce n 10 mobilize Cuba 's substan-
tial scie nt ific infrastruclurc - both physical and human resourccs and institutions- 10 subst itute localtechnolo-
gies fo r the inpuls Iha! are no longc r available. Cuban-ntade biopesticides and biofe rtilizers - th e products of
cutting-edge biotechnology developcd befare the crisis- are be ing combined wilh integrated pest management .
vermiculture, wastc recycling, Talional paslU re management, biological pest control. cover cropping, anci other
eoologically sound practices in an allcmpt 10 avert a catastrophic shortage of food . Production is being reor-
ga nized 10 creale Ihe small managcme nt units essential for effective organic farming. Many inslitutions al cen-
tral and decentralized Icvcls a re working in concert to bri ng abau! the changes. Parts of Ihe state farmin g appa-
ralus llave been privatized. coopcralives are being formed. and farmers' markets a re opcning -colllributing to
ncw opportu nities for both prod ucers and consumers in Ihis ¡ransition .

Kcy words: Cuba. Altcrnative agricult ure, Orga nic farmi ng, Biopcsticides.

It ecihido: 29/1J..U98. Apr"hado,3IVOfrI':I9.


• Originalment~ publicado en inglts oomo: Rossel. Pel ~r M. 1996. "Cuba: al-
Antecedentes
t~ma\h'c agncuhure during crisis.~ p. 64-74. In lori Ann Thrupp (ed.). New U n dualismo con lradic torio marcó a la econOffi l
l'anncrülI ps for Suslainable Agricuhure (Wa$hington. OC: World Resources
Inslilul e).
ban a e n tre la Revol ución de 1959 y e l colapso d e
•• lOO<! Fi~I. U.S.A. Fax (510)(64-455 1. Emait: ..",'W.W$$eI@fOO<!fi~t.org 1990, en lo refere nte a las re laciones comercia k

16
sus al iados socialislas. Cuba fue un proveedor de pro- va de productos de exportación. La primera re fo rma
ductos agrícolas y minerales básicos para el bloque so- agraria de 1959 convirtió a la mayoría de los ranchos
cialista e importador de productos manufacturados y ga naderos y de las plan taciones de caña de azúcar e n
alimentos. Aunque para los estándares regionales su fincas estatales. Duran te la segunda reforma agraria
indust rialización fue sustancial. la industria cubana e n 1962, e l Estado tomó el con trol de l 63% de todas
dependía. e n buena medida. de los insumos y bienes las tie rras cultivadas (Benjamin el al. 1984). En 1994,
de ca pita l importados (PaslOr 1992). aproximadamente e l 80% de las tierras agrícolas con-
Desde los años SO's la agricultura cubana se ha tinuaban sie ndo Cincas estala les, correspondiendo e n
modernizado. Los monocultivos de exportación tu- su mayoría a propiedades pre-revolucionarias.
vieron mayor importancia que la producción de ali - En ese momento. las grandes extensiones de mo-
me ntos y los mélodos de producción dependían am- nocult ivo presentaban dos proble mas: 1. Las dificulta·
pliamente de los insumas y materias primas des para controla r las plagas, la falta de fertilizantes
impo rtadas. A finales de los 8()"s Cuba importaba el químicos y de otras prácticas necesarias para logra r
48% de los fertilizantes y el 82% de los plaguicidas una producción exitosa (A lti eri y RossetI995), hacían
(Deere 1992). Además. muchos de los componen tes ext re madamen te vulne rable los cultivos al ataque de
de estos productos agrícolas fo rmu lados e n este país pl agas (Carroll el al. 1990. Altieri L987). 2. Separar los
también eran importados. lo cual intensificaba la de- cultivos y la ganade ría, como hace n los países con
pendencia de las importaciones. Sin e mbargo, a ini- agricultura indust rializada. representaba un desperd i-
cios de 1990. las im.ponaciones de plaguicidas y fertili- cio de recursos.
za ntes se e liminaron casi por completo. En Cuba inclusive antes de la revolución los cam-
Durante los SO's..la L:oión Soviética le pagó a Cu- pesinos era n pocos. Las plan taciones para la exporta-
ba el azúcar a un precio de 5.4 veces mayor en prome- ción dominaban la economía rural y la población se
dio, con respecto al del mercado mund ia l (Pastor concentraba a lrededor de las áreas urbanas. A finale s
1992). Debido a los (a·..orables términos de inte rcam- de los 80's, e l 69% de la población de la isla vivía e n
bio, la producción de azúcar para 1<.1 exportación era las ciudades o cerca de e ll as (Rosse t y Benjamin
mucho más importante que la producción de cu ltivos 1994a). Los campesinos productores poseían el 20%
alimenticios. Con las ganancias de las exportaciones de la tierra agrícola , dividida en partes casi iguales e n-
de azúcar. Cuba importaba mayor variedad de a limen, tre los propietarios individ uales y las coopera ti vas; ese
tos pam su población.. que la que podía logra r con la 20% de la tierra producía más de l 40% de la produc-
producción local. En 1989. dedicó tres veces más tie- ción nacional de 1.II ime ntos ( Rosset y Be njamin
rra al cultivo de azúcar que a los de alime ntos y las im- 1994a). Las fincas de l Estado y muchas de las coope-
portaciones eran aproximadamente 57% del total de rativas usaban sistemas de producción modernos, esto
las ca lorías de la dieta de los cuba nos (Rosset y Ben- es, grandes e xtensio nes de monocultivos altame nt e
jamin 1994a). mecanizadas que se basaron en el uso de fertilizantes
Hasta mediados de los SO·s.. las fluctuaciones de y plaguicidas químicos y en e l riego a gran esca la.
los precios intemaciooale5 no represe ntaron mayores A inicios de los 80's algunos científicos jóve nes
problemas para Cuba. Los acuerdos comerciales fa - del Ministerio de Agricultura y de las universidades
vorables con el bloque socialista. gara ntizaban los be- cubanas, influ e nciados por el movimiento eaologista.
neficios de las exportaciones agrícolas. Hasta 1991, e l comenzaron a criticar los métodos agrícolas modernos
comercio cubano coo la l:nión Soviética representaba utilizados por el país (Levins 1991, 1993) por su de-
el 70% del comercio lOta! mientras que el resto del pendencia de insumas externos y su tendencia a de-
bloque socialista representó el 15%. Los ingresos ob- gradar el ambiente provocando, por ejemplo. la resis-
te nidos por concepto de esas exportaciones se uti liza· tencia a los plaguicidas y la e rosió n del suelo. Por lo
ban para comprar agroquímicos. combustible para la tanto, comenzaron a reorientar sus investigaciones ha -
agricultura y alimentos paTa la población. todo a pre- cia a lte rna ti vas no químicas. En 1987, la gran mayoría
cios razonables ( Rosset y Benjamin 1994a, 1994b de las 185 con ferencias presentadas en un congreso
1994c). sobre manejo de plagas celebrado en La Habana. eran
Después de 1990. la agricultura de mon ocult ivo resultados exitosos sobre a lte rnat ivas no químicas, co-
e n Cuba se coO\,"irtió en una enorme debilidad. El go· mo el uso de hormigas y avispas Trichogramma para
bie rno había heredado un sistema basado en el culti- e l control biológico de insectos plagas (Ministerio de

17
Agricultura 1987). En ese e ntonces, e n Cuba ya se es- microbiales), lombriccs y abonos verdes, fertilizant es
taban utiliza ndo comercialmcnte algunos de esos mé- orgá nicos, roca fosfórica , zeolila. estie rcoles, y otros
todos. mejoradorcs del suelo (Ministerio de Agricultura
Adcmás, los líderes cubanos también se habían 1995, Vázquez Vega el al. 1995, Rosset y Benjamin
desilusionado con el lugar que ocupaba la isla, entre 1994.1, Dlotl el al. 1993, Gesper el al. 1993, Sh ishkoff
los países socialistas, e n la división internaciona l del 1993). Con algunos resultados fa vorables, los bueyes
trabajo. Considera b,1Il que el desa rrollo no podría lle- y ot ros animales de tracción han reemplazado a los
gar demasiado lejos si se basaba solamente e n la in- tractores in movilizados por la falta de combustible,
dustria li viana y e n exportaciones de materias primas ll antas y re puestos (Rosse t y Benjamín 1994a, Rosset
agrícolas. Ellos comprendieron que la capacidad tec- 1994).
nológica de los recursos humanos pronto se ría el pro- El segundo gra n esfuerzo se ha dirigido a resta-
ducto más va lioso del mundo. blecer las tierras dañadas por el uso intensivo de ma-
E n 1982. la política oficia l de in vest igación co- qui naria y productos químicos durante la Revolución
me nzó ti favor ecer esa tende ncia y así, du rante el res- (Rosset y Benj amin 1994a , Gespe r et al. 1993). Se ini-
to del dece nio in vi rtieron US$l2 000 millon es en el ciaron accion es para restaurar la estructura y fertili-
desarrollo del recurso humano e infraestruct ura para dad del suelo por medio de la labranza de conserva-
la biotecnología , ciencias de la salud, tecnología com- ción , la ni velación del suelo, los cult ivos de cobertura,
putarizada y robótica . El plan a largo plazo, era con- la incorporación de biomasa y biosucJos (suelos prei-
vertir a Cuba e n una nación proveedora de tecnología, ll()Cu lados con microorgan ismos benéficos) que se
consultorías científicas y de servicios de salud califica- agregan al campo antes de la siembra . Aunque se es-
dos ( Rosset y Benjam in 1994a). tán acelerando estos esfuerzos.. probablement e aú n no
La inversión anticipada e n un desarrollo tecnoló- han tenido oportunidad de provoca r gran impacto.
gico y en la investigación de alternat ivas agrícolas, lle-
gó a se r una herram ient a decisiva pa ra que Cuba en- Nuevas tecnologías
fre ntara su act ual desafío agrícola . Med iante la El programa de con trol biológico de Cuba, basado en
combinación de habilidades e n biotecnología y tecno- parasitoides reproducidos en forma masiva, come nzó
logías alternat ivas con el conocimie nto tradicional del mucho tiempo antes que la crisis agrícola. El progra-
campesino, se están logrando respuestas innovadoras ma cxitoso n1<ls anti guo se remonta a 1928, e incl uía
para superar la crisis (Rosset y Benj amin 1994a). el uso de la mosca Lixoplwga dia/meae (Tachinidae)
en casi todas las áreas de culti vo de caña de azúcar,
Asumir el desafio pa ra contro lar al depredador de la ca ña (Diatraea
El esfuerzo del gobiern o cuban o para transformar la saccharalis) (Rossel y"Benjam in 1994a). A inicios de
agricultura, pasa ndo de un sistema de altos insumos a los ailos 80, se liberaron avispas parasitoides del géne-
un sistema de baj os insumos y práct icas de culli vo au- ro Trichogramma , para controlar plagas de leptidópte-
IOsuficientes. hace énfasis e n la sustitución de insu- ros (principalment e Moci.\" latipes) en pastos mejora-
mos, la recuperación de suelos, la liberalización de dos. Posteriormente. se utilizó TricllOgramma para
precios y las reformas en el uso de la tierra. Si bien, no cont ro lar Helio/his spp. en el tabaco y el tomate, así
se dispone de indicadores al respecto, numerosas en- como también plagas de la yuca, entre otros 'C ultivos.
trevistas y observaciones personales muestran que ya Otro éx ito de este tipo de cont rol se logró en ca-
desde mediados de 1995, la ma yoría de los cubanos no mote (lpomoea bauua), alimento básico en la dieta cu-
se enfrentaba n a reducciones drásticas en el suminis- bana . En este cult ivo la liberación de hormigas depre-
tro básico de ali mentos. dadoras (Plleidole megacep/wla) para controlar el
En el c••so cuba no, la susti tución de insumos sig- picudo del camote (Cylas formica rius) logró una lasa
nificó reemplazar los productos químicos por biológi- de eficacia del 99%. Con ello, los costos de produc-
cos o de elaboración local: así como de enemigos na- ción disminuyeron y hubo un incremento en los rend i-
turales, variedades resiste ntes, rotación de cultivos, mientos. mayo r que el obtenido co n control químico
antagonistas microbianos, cultivos de cobertura y la (Castiñciras el al. 1982). Como resultado, el Min iste-
integración de ani mal es de pastoreo para restaurar la rio de Agricultura eliminó todos los insecticidas quí-
fe rtilidad del suelo. Los fertili zantes químicos han si- micos de las plantaciones de camote y, para utilizar
do sustituidos por ferti lizantes biológicos (productos otros pla guicidas químicos para el control de plagas

18
en este cultivo, se debe obte ner un permiso de esta en- (Díaz 1995; Shishkoff 1993). Es importante resal-
tidad. Las aplicuciones más recientes, de este tipo de tar que en Cuba no se utili za bromuro de metilo
tecnología incluye n los insecticidas biológicos como para fumi ga r el suelo en viveros de tabaco.
Bacifllls tllllrillgiensis y Beauveria ba,uiana. El control
biológico tambi én ha sido empleado para controlar el CUADRO 1. Producción nacional en toneladas de plaguici-
das biológicos en Cuba. 1993- 1994.
picudo negro del plátano (Cosmopolites sort/idus) uti -
lizando P. megacephala y Tetrlllllorillm gllineellse
Agentes de control biológico Producción (t)
(Dlol! el al. 1993).
1993 1994
En la actualidad, Cuba ti ene un liderazgo interna-
Control de insectos
cional en la producción y uso de e nlomopatóge nos. Se
ha n desarrollado técnicas para la producción. recolec- Bacíllus thuringiensis 1381 1312
ción, fo rmul ación, aplicación y control de calidad de Beauveria bassiana 718 781

bacterias y hongos utilizados en cl con trol biológico Verticil/ium leucanii 191 196

de plagas (Díaz 1995; Rosset y Benjamín 1994a, DIa l! Metarhizium anisopliae 120 142

el al. 1993). Por ejemplo, B. Illllringiensis es eficaz pa -


ra el combate de muchos lepidópteros plaga, que ata- Control de patógenos
can gran cantidad de cuhivos como pastos mejorados. Trichoderma spp. 2708 2842
crucíferas, tabaco, maíz, yuca. chayote y tomate, así co-
mo tambié n contra larvas de mosquit os que provocan Control de nematodos
enfermedades humanas. Adem¡ís se utilizan bacterias Paeci/omyces lilacinus 141 173
para el control de la mosca blanca (Bemisia tabaci).
El hongo B. ba~·~·itllla ha mostrado po te ncia l para el
combate de coleóp teros plaga co mo los gorgojos Producción de agentes para control biológico
de l ca mote (ElIscepes poslfascimus) y plátano (e. La producción artesanal descentralizada de agentes
cosmopolites). de control biológico se realiza en los Centros de Pro-
El prim er plaguicida biológico comercial produci- ducción de Entomófagos y E nt omopatógcnos
do en Cuba fu e B. rlwringiellsis, también producido (CREE) que so n los principa les e ntes encargados de
por gra ndes empresas y disponible come rcialmente las acciones act uales de manejo int egrado de plagas
como Dipcl, Thuricide. Bactospeine y Ja ve lin. El se- en Cuba ( Rosset y Benjamin 1994a, Dlott et a/. 1993).
gundo plaguicida de este tipo, utilizado a gran escala A pesar de que su producción se considera artesanal ,
en Cuba es 8. bassitma, que se encue ntra en el merca- los CREE utilizan alta tecnología. A finales de 1994
do internaciona l como Boverin . se habían construido"222 CREE en todo el país, par"
La producción comercial de plaguicidas biol ógi- proveer servicios a las antiguas fincas estatales, coo pe-
cos e n Cuba ent re 1993 y 1994 se prese nta en el Cua- ra ti vas y fincas privadas (Pérez el al. 1995) .
dro l. Sin em bargo. en la litera tura cubana se encuen- Cada C REE produce una ca ntidad especffictl
tran contradicciones sobre los ni veles de producción de ento mopat ógenos y de una o más especies de
de estos productos. Mientras Díaz (1995) cita una Trichogramma , dependiendo de los culti vos que se
producción nacional de B. IJ/Uringiem-is de 13 12 tone- producen loca lmente. Estos centros son óperados y
ladas en 1994, Pérez et al. (1995) reportaron para el mantenidos por técnicos locales que tienen grado uni-
mismo año una producción de 98 9300 toneladas. Ob- versi tario, o dos años de capacitación parauniversit a-
tener cifras resu lta muy difícil, debido a la renue ncia ria o diploma de enseñanza secundaria. Un típi co
del gobierno cubano a proporcionarlas y a la reduc- CREE produce B. thllringiemis, 8. bllssialla. M.
ción de compilacion es de datos y publicaciones poste- llll isoplille y V. lellca llii. A lgunos CREE han
riores a la crisis. producido y liberado Trichogramma spp. para con-
Cuba tambi é n prod uce el hongo Paecilomyces trolar Erillllyis ello; además, muchos de ellos tambi é n
liIacilltls qu e para sita a Meloidogyne sp p. Otro elaboran fertilizantes biológicos.
bo ngo que se produce es TricJlOdermll spp. (Cuadro Un CREE típico emplea cuatro técnicos con gra-
1), el cua l ha sid o muy utilizado como ant agonis ta do universitario, cuatro técnicos de ni vcJ medio y siete
de patógenos del suelo, especialmen te. de los que egresados de secundaria, todos ellos hijos de integran-
atacan se milleros de tabaco recién trasplantados tes de la coope rali va local. Este es uno de los pocos ea-

19
sos en el mundo, e n el cual los hijos e hijas de campesi- En varias regiones del país. el Min isterio de Agri-
nos elaboran productos biolecnológicos pa ra uso local. cult ura ha realizado talleres con la participación de
Muchas cooperat ivas rec ibieron préstamos ban - exlcnsionistas y agricultores de varias comunidades.
ca rios, a plazos de 10 mlos, para construir y equ ipar los con el propósito de ayuda rl os a redescubrir las prác-
CREE. Muchos de estos ce ntros funcionan en casas, ti cas cultu ra les tradiciona les mediante el intercam bio
donde las habitacion es sirven como la boratorios de de información (Rosset y Benja min 1994a). Investi ga-
microbiología esterilizados y cue ntan con 12 o más au- dores de ent idades estatales y de las un iversidades afi-
toclaves pafa la esterilización del equipo. El centro li adas a la Asociación Cubana de Agricultura Orgá ni-
e ntrega sus productos a la coope ra tiva y los ve nde a ca· (ACAO*), ent re cuyos miembros también fi guran
los agricultores veci nos y a las fincas estatales. Las ga- admi nistradores de finC<ls y agricultores, han evaluado
nancias obtenidas permiten cubrir los salarios y cance- estos métodos, demostra ndo en muchos casos. su efi-
lar el crédito ( Rosset y Benja min 1994a) . cacia ( Rosset 1994, García Trujill o y Mo nZO le
Los CREE son uno de los dos tipos de ent es pro- 1995 ,Pérez el al. 1995).
ductores de plaguicidas bi ológicos e n Cuba (Rosset y Pa ra las fin cas esta tales, el adapta rse a la tecnolo-
Benja min I994a, 01011 el al. 1993). El otro tipo es la gía de baj os insumos constituía un desafío gra nde. La
red de fáb ri cas de levad ura de cerveza. que cuando no product ividad de esas grandes plantaciones era más
producen cerveza. dedica n sus recursos a la fabri ca- baja que ant es de la crisis económica. Los trabajado-
ción de plaguicidas biológicos pa ra supli r producto al res. organi7..ados en equipos se dedicaban a tareas es-
mercado fi nal , a las (i ncas esta tales y a las gra ndes pecífi cas dentro del proceso de prod ucción. lo cual
coopera tivas que exportan estos pl aguicidas. cortó el vínculo ent re el agricultor y la tierra. Duran-
te la crisis, las ya inmanejables fin cas del Estado no
Superación de los problemas iniciales podían adaptarse a una prod ucción sin gran ca nti dad
Los esfu erzos iniciales de Cuba para crear la tecnoJo- de insumas (Rosset 1994).
gí¡¡ que le permiti era superar la cri sis eco nómica tu- Incluso, antes de la cri sis, a finales de los años 80,
vieron diversos resultados. En un principio, los rendi- el gobierno inició un programa ex perimenta l llamado
mientos decrecieron drást ica me nte en todo el país •. Vinculalldo al hom b re COllla tierra". con el fin de res-
( Oeere el (/1. 1994, Rosset 1994). Las finca s estatales. tablecer la relación en tre el trabajador y la tierra. Pa-
alta me nte tecnificadas, aún no se han recupe rardo de ra esto se crearon pequeños equipos de trabajo. direc-
esa sit uación (Enríquez 1994, Rosset 1994. Rosse t y tame nte responsables de todos los aspectos de la
Benjamín 1994a), pero la producción en el sector pri- prod ucción en una sección de la finca y el sistema aso-
vado (aprox im adamente el 50% es de cooperati vas y ció la productividad con la remuneración de los traba-
el 50°;') dc fin cas de ca mpesinos) se recuperó rápida- jadores. En pruebas (ea lizadas antes de la crisis, este
me nt e y actualme nte, su producción supera los niveles enfoq ue incrementó significati vamente la producción
de producción registrados ant es de la cri sis. de las fincas esta tal es, pero posteriormente este siste-
P¡¡ra los campesinos, la agricultura con menores ma no se implementó.
insumos no fue un problema muy difícil de resolve r. En lo referente a la tecnología. los efectos a esca-
Ellos son descendientes de varias generaciones de pe - la del manejo conve ncional de plaguicidas di(iere sig-
queños agricullOres, con una larga tradición fa miliar y nificativamente de los origin ados con alternat ivas de
comunitari a. dedicados a la producción agrícola con bajos insumos externos. En los sistemas convencio na-
pocos insumos. Esta situació n se confi rmó e n una reu- les. un técnico puede manejar mi les de hectáreas con
nió n de presidentes de cooperativas agrarias, celebra - "rece tas" para la ap li cación de fe rt ilizantes y plaguici-
da en 1994, e n la cual casi todos los part icipantes das. En la agricultu ra orgá nica. esto no es posible pa-
mencionaron que recordaba n algunas técnicas de cul - ra el encargado de una finca . porque debe conocer la
ti vos y abonos naturales, que sus padres y abuelos uti - heterogeneidad ecológica de cada sección de la plan -
liza ban ant es de la llegada de los prod uctos químicos tación para decidir, por eje mplo. cuando añadir mate-
modernos. También muchos comentaron el notable ria orgánica, dónde encontrar plagas y refugios de
descenso de las in toxicacion es graves por plaguicidas enemigos natura les. Esto explica porque las fi ncas es-
ocurridos e n sus coopera tivas desde 1989. tatales no pudieron eleva r la producción con insumos

(0) Asociación Cubana de Agricultura Orgánica (ACAO). Dr. Fernando Funes. Presidenh.'.Aparllldo Poslal 6236. Código l'osrlll10600. Nucu.l Vedado. La Ha bana . Cu-
ba . Tel: 8 11448. correo elecrr6niro: Nilda@igo\ c.isch.cdu.cu

20
alternativos, 10 cual logra rá volviendo a asociar a los peran duplicar e n las finca s del Estado, e l éxito del
trabajadores con la tierra. sector campesino, mediante tecnologías aiternati vas.
A mediados de 1993. el E stado se enfrentó a una
Fallas en la producción y aplicación de
compleja realidad. Las fincas estatales se habían con-
venido en una estructura improductiva bajo e l nuevo plaguicidas biológicos
siste ma de producción, mient ras que e l sector campe- La producción a rtesan al y uso de plaguicidas biológi-
sino privado se había adaptado muy bien. Ese hallaz- cos e n las C RE E, forma parte de una histori a llena de
go y e l éxito de l programa "Vinculando" , permitió vis- éxitos. Sin embargo, ésta no ha sido fácil ni ca re nte de
lumbra r una solución . En setie mbre de 1993, Cuba problemas. En 1994, por cjcmplo, la falta de frascos
inició una reorga nización radical de su sistema de pro- pa ra establecer los medios de culti vo, disminuyó tcm-
ducción , con el (in de crear pequeñas unidades de ma- poralme nte la producción. Los sustralOs claves para
nejo requeridas para una agricu lt ura orgán ica efecti- la producción de esos plagu icidas, como los residuos
va , principalmen te, mediante la forma ció n de de l a rroz, antes considerados productos de desecho,
coo pe rativas y la privatización de la producción esta- son ahora tambié n uti lizados por e l sector ganadero
tal (Rosse t 1994). pa ra la a lime ntació n de a nima les, lo cual dificulta ad-
E l proceso del program a " Vinculal/do" culminó quisición. El sistcma de producción descentra lizado
en 1993 con un decreto del gobierno que transforma- se ha visto afectado por probl emas de control de cali-
ba las fincas del Estado en Unidades Básicas de Pro- dad, al no lograr controla r fácilme nte la reproducción
ducción Cooperativa (UB PC), un tipo de empresa microbiana.
cooperativa, propi edad de los agricultores. Cada uni- En res ume n, las diferenci as e ntre los C REE son
dad de ma nejo di spone de aproximadamente 80 ha , en gra ndes, principalme nte, en lo referente al nivel de
compa ración con las mi les de hectáreas de las finca s tecnología, mercadeo, capacitación y mot ivación de
estatales. En las UBPe. pequeños grupos de agriculto- los e mpleados. Las capacidades y mot ivacio nes de los
res arrie ndan sin costo alguno, tierras del Estado en agricultores tampoco cs igua l, en cspecial , entrc la s
usufructo pe rmane nte. Los equipos de manejo, cuyos ant iguas fincas del Estado (U BPC) y el scctor campe-
integrantes son e legidos por los mi smo~ agricultores, sino original. Además, muchos agricultores todavía
asignan las funciones, deciden los cultivos y determi- tienen una me ntalidad de la agricultura de la Revolu-
nan el crédito requerido para compra r insumas, e lllre ción Verde y ut ilizan en exceso los productos biológi-
otras ta reas. E l Estado cont inúa siendo el propietario cos, muchos de los cuales funcionan sin necesidad de
de la tierra y est ablece cuotas para los cult ivos claves aumentar la frecue ncia de apl icación (Díaz 1995) .
y el grupo de agricultores es due ño de la producción Es importante concientizar a los agriculto res y
I!xcedente. prestar mayor atención a las fa ll as c n el proceso de
Desde 1994, las UBPC ti enen la posibilidad de producción ut il izados por los C REE. l ambién es ne-
vender el excedente de producción de los mercados o cesario analizar el eventual impacto de los productos
fe rias de agricult ores. Estos mercados han proporcio- biológicos producidos industrialmente sobre las ven -
nado a los agricultores una alterna tiva de comerciali- tas de los fab ricados artesanalme nt e por CREE.
zación e incen tivos de precios para vender legalm ente
sus productos. El a ume nto e n las ventas e n estos me r- La colaboración y las alianzas
cados, unidos a los ca mbios e n la producción desde A pesar de que la planificación ccntral ha perdido IllU -
mediados de 1995, ha hec ho casi desaparccer total- cha popularidad cn cl mundo, la organización de la so-
mente la escasez de alimentos. ciedad cubana y la coordinación anterior a la cri sis, fa -
El ritmo de consolidación de las UBPC ha sido cilitaron la colaboración necesaria para desarrollar y
muy variado. En algunas de c llas, el único cambio es ofrecer nuevas tecnologías con la rapidez necesaria
q ue el antiguo adm inistrador es ahora un empleado para im pedir una ham bruna (Rosset y Be nj a min
de los trabajadores, y si multáne amente cumple o tras 1994a) .
funciones en la cooperat iva. Pero, también existen A principios de los 80's, la Academia Nacio nal de
fincas donde grupos de am igos trabaja n peque ñas par- Ciencias de Cuba , formó un grupo de trabajo interins-
ce las de tierra como col ectivas. Todavía es muy pron- titucion a l, de nominado Frentc Biológico, con el pro-
to para predecir el fu turo de las UBPC (Díaz 1995; pósito de fom e ntar las nuevas tecnologías destinadas
Rosset 1994). Aún así, los planificadores cubanos es- a las ciencias médicas y biológicas. Esto hizo que V3 -

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rios centros de investigación se reu nieran con la idea centrali zada. Además, después de que las tecnologías
de convertir a Cuba en el país más avanzado del mun- son aprobadas por las autoridades cent rales, su dise-
do en biotecnología. Al inicio, los esfuerzos se orien- minación a través de los servicios nacionales de exten-
taron hacia salud pública; sin embargo, el Frente Bio- sión es casi instantánea (Rossel 1994. Rosse t y Benja-
lógico fue el progenito r del Frente Bioagrícola min 1994a). No obstante, esto a menudo sucede antes
formado por la Academia durante la crisis de 1990. La de que los investigadores tengan completa confianza
Academia, conocida actualmente como Mini sterio de en sus resultados. Este proceso anticipado ha incre-
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (C rTMA), mentado tant o los éxitos como los errores. Los CREE
coordina y proporciona los fondos para la investiga- se cuen tan entre los éxitos, mientras que el uso del
ción básica y gran parte de la ciencia aplicada en Cu- pastoreo racion al Voisin , constituye uno de los errores
ba (Díaz 1995). (Enríquez 1994. Rosset 1994).
El Frente Bioagrfco la re úne a 36 instituciones y El talón de Aquiles de la cent ra lización es la inca-
actúa como foro para la formul ación de políticas, pacidad de las fi ncas estatales para adaptarse al nuevo
agendas y prioridades de invest igación y asegura la sistema. Ese fenómeno refl eja la existencia de unida-
colaboración inl erinstitucional. Su trabajo está dividi- des de manejo excesivamente grandes (extensas plan-
do en siete subprograma s: (ertilizant es bi ológicos. pla- taciones de monocultivos para exportación) y no de
guicidas biológicos, cultivo de tejidos, ge nétic.:'l mole- unidades de planiricación en gran escala. Uno de los
cular, ge rmoplasma , semillas art ificiales y diagnóstico retos que enfrenta Cuba es aprovechar lo mejor, tanto
de e nfermedades. Cada subgrupo está dirigido por del manejo desce ntralizado corno de la planificación
una institución clave e n ese campo. De acuerdo con ce ntralizada (Rosset y Benjamin 1994a, Levins 1993).
Díaz (1995) esta organ ización y coo rdinación fue de- La repa rtición de las anti guas granjas del Estado
cisiva para obtener y ge neralizar rápidamente los re- fue una prue ba de que las autorid¡¡des son capaces de
sultados científicos que contribuyan a incrementar la apre nder de las experiencias. O tro cambio significa ti-
producción nacional de alime ntos y a la sustitución de vo es la manera en que se ve a los campesinos inde-
insumos agrícolas externos. Este mismo a utor señala pend ientes. Si bien, en algú n momento se les conside-
que la clave para compre nder los niveles de éxito de ró como una ;;ve rgüenza nacional ", actualmente ellos
las diferentes tecnologías, no consiste únicamente en están saliendo de esta crisis con su imagen reformada,
la ca lidad intrínseca de los resultados de investiga- gracias a su ágil respuesta a los acontecimientos. Los
ción, ni e n el acabado de un producto, sino en la ex is- investigadores agrícolas va loran cada vez más el cono-
tencia de est ructuras organizativas e instalaciones cimiento tradicional del campesino. García, expresi-
productivas. dente de ACAO e investigador de gran prestigio, ha
Ot ro aspecto tradicional de la organización de la seña lado que parece que los alimentos están sa liendo
in vest igación agrícola e n Cuba ha permitido garanti- de una fáb rica , pe ro en real idad provienen de una cul-
zar el vínculo entre los temas investigados y las nece- tura que durante ge neraciones ha sido creada para
sidades del sector productivo. Un porcentaje impor- producir esos alimentos (García 1994, comunicación
tante de la in vesti gació n agríco la es finan ciada personal, ACAO).
mediante contratos entre las unidades de producción En efecto, el redescubrimiento e intento de apro-
del Estado y los centros de investigación universita- vechar nuevamente el conocimiento tradicional de los
rios, ministerios o ce ntros de investi gación de la Aca- agricultores y la implemen tación de prácticas de bajos
demia de Ci encia s (Tinc1fe Pérez, comunicación per- in sumos, muestra que en términos agroecológicos, la
sonal 1988). No obsta nte, con la disolución de las agricultura podría ser la característica más important e
granjas esta tales no se conoce el ti po de aparato de in- del nuevo pano rama agrícola de Cuba. Como parte
vestigación que surgirá. del nuevo programa del Ministe rio de Agricultura ,
los productores pueden intercambiar información,
Enseñanzas: apoyo estatal, vinculas y cambios
sobre métodos y prácticas cultural es, con otros pro-
en el sistema de producción ductores, con in vestigadores y funcionarios gu berna-
La organización cen tra l ha desempeñado un papel ment ales en se minarios y tall eres realizados en todo
clave en la aplicación de los resu hados de investiga- el país (Rosset 1994).
ción e n la producción. La asignación de los escasos in- Otras iniciativas nacionales estimu lan a los agri-
surnos para di versos cultivos y áreas geográficas está cultores a guardar semillas de variedades locales y re-

22
coge r va riedades o cultivares de diversas especies., e Con fondos del Programa de las Naciones Unidas
incluso a mejorar la cría del ganado criollo. La A so- para el Desarrollo (PN UD) y la asistencia técnica del
ciación Nacional de Peque ños Agricultores ( ANAP). programa de Redes y Extensión Sostenible (SANE) del
tambi ~ n promueve el intercambio de tecno logía entre PN U D y del Instituto de Políticas para la Alimentación y
los agricultores. Los investigadores cubanos parecen el Desa rrollo (Food First), ACAO está desarrollando
esta r preparados para pasar a la escuela de investi- "los faros agroecológicos" en varias cooperativas (SANE
gación participa ti va d enominada "agricultor primero" 1994). En la medida en que se disponga de más financia-
(Chambers et al. 1990). Rosset (1994) afirma que Cu- miento, muchos de estos " faros" se iniciarán co mo cen -
ba está construyendo un cam ino de regreso, desde el tros para el desarrollo alternativo en todo el país.
proceso de trabajo enajenador de las granjas indus- Es evidente que ACAO ha logrado un impacto en
t riales en gran escala hacia un ambiente más humano. los investigadores. Varias publicaciones recientes han in-
comprome tido tanto con el conocimie nto tradicional formado sobre la eficiencia de los policultivos ( Pérez et
como con la ecología moderna. al. 1995) y la integración de cultivos y animales e n diver-
sos sistemas agroecológicos de producción (García y
Un mayor cambio lecnológico Monzote 1995). A mediados de 1995, los policultivos ya
A pesar del esfuerzo para resolver la crisis, son varios prol iferaban en todo el país. El cultivo inte rcalado. aun-
los síntomas que continúan arectando a la agricultura cu- que es menos habitual que el mo nocultivo, ya representa
bana. Los rcndintieotos de la caña de azúcar son meno- para muchos campesinos y el C PA (Cooperativa de
res que los obtenidos antes de la crisis ( Rosset 1994) y Producción Agropecuaria , las antiguas cooperativas del
persisten los problemas de plagas. Aunque los plaguicidas sector campesino privado) un modo dominante de pro-
biológicos han probado ser eficaces en su con trol, estos ducción. Además este sistema de producción es también
deben utilizarse en el lugar y el momento correcto, lo cual cada día más aceptado por las U BPC
es difícil cuando. por ejemplo. la escasez de recipientes de En Cuba, la incidencia de los futuros cambios eco-
vidrio interrumpe la producción de estos produclos. nómicos sobre la transform ación hacia una agricultura
A la pregunta de ¡Por qu~ persisten tales proble- alterna tiva, no es muy clara, pero si la crisis comercial tie-
mas?, la respuesta ba sido que ni la susti tución de insumos ne un lado positivo. es una conj ución de valores socia lis-
ni la conservación de suelos atacan la causa misma de la tas con la conciencia ambiental y una mayor responsabi-
vu lnerabilidad de la agricultura cubana (la agricultura ex- lidad individual ( Rosset 1994).
tensiva de moooculrr.-m. la especialización y la falta de re- La enseñanza de la experiencia cubana a otros países
lación entre las operaciooes agrícolas y ganaderas). A di- de América Latina y el Caribe. es que la autosuficiencia
ferencia de los moooc::uItn1)5" los sistemas alternativos y al imemaria puede lograrse sin la ICcnología de la R evolu-
diversi ficados. los poticuJtI\-05 y la in tegración de los cul- ción Verde. Específicamente, lo que se necesitan son pre-
tivos con la prod"criÓIl anunal. suprimen las plagas, son cios justos para el agricultor, una distribución de la tierra
más producti\'os por 1IIUdad de superficie y crean condi- basada en pequeñas unidades de manejo y un fuerte apo-
ciones más fa\'orabies para el reciclaje de los nutrimentos yo gubernamental a la tecnología agroecológica alternati-
y el mantenimiento de UD suelo biológicame nte saludable va. En Cuba, los mercados de agriculto res, la repartición
(Altieri y Rosset 1995L El principal producto de desecho del sector agrícola del Estado y lamentablemente, el blo-
de cada subsistema. es UD msumo clave para el otro, por queo económico, ayudaron a lograr esta transrormación.
ejemplo. el cstién:ol rolDO fertilizante y los residuos de los Si n embargo, en otros países la relativa protección comer-
cultivos como fOl'Taje fGartia Trujillo 19(4). cial podría sustituirse por el bloqueo y los mercados agro-
ACAO es la piDapal propulsora política de la inte- pecuarios, para lograr aumentos en el precio que reciben
gración de los sistemas de producción agroecológicos, los los productores y una reforma agraria basada en la repar-
cuales reducirían ladeprodencia de insumos locales y ex- tición de las tierras del Estado. Una combinación de al-
ternos (Garcta TnrjiIIo 19'J.S). Esta organización no gu- tos impuestos sobre los insumos agroquímicos y políticas
bernamental t.rabap dirmamcnte con las cooperativas que favorezcan las tecnologías alternativas podría facili -
de campesinos que be:DcD este objetivo. capacita y reali- tar el cambio tecnológico. Otra lección importante es la
za cabildeo en los p1IpO§de decisores. investigadores. ex- necesidad, tanto de descentralizar las unidades de mane-
tensionistas. ag.ricullorcs.cu;::argad05 de fi ncas y el públi- jo. como de lograr la cooperación interinslitucional en la
co cn general rnedPn«e cunos.. seminarios. programas de planificación, investigación y extensión.
televisión y otras actiiil:lada

23
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24
Manejo Int e grado de Plagas (Costa Rica ) No. 52 p.25 -41. 1999

"

El mito del manejo seguro de los plaguicidas


en los países en desarrollo*
Jaime E. Gurda" "

'Téli.l qui pOli/ir ,erum coglloscere cal/sas'·


('· Dichoso el que va a las causas de los problemas")
Publio Virgilio Murón (70-19 A. C.)

RESUMEN_ En los últimos dos decenios, e n los países en desarrollo. se han realizado muchas actividades de
capacitación en manejo seguro de plaguicidas. Sin embargo, algunas acciones de seguimi ento de algunos de es-
tos cursos revelaron que a pesar de que en [a mayoría de los casos se transfieren conocimientos, no se logra un
cambio de aptitud significativo. Pa rece que las actividades de capacitación se han con vertido e n una labor me-
diante la cual se informa de los peligros existe ntes, así como de las normas de seguridad que deben seguirse,
sin posibilidades reales de lograr un cambio en las práct icas cotidianas de la mayoría de los trabajadores que
usan estos productos. La palabra seguro, utilizada repetida y ampliame nte e n actividades dc capacitación so-
bre manejo de plaguicidas.. es un mito que ofrece una sensación de fal sa seguridad a los educandos, porque no
existe una implementación práctica del mancjo seguro. como tal. Se enfatiza la necesidad de realizar mayores
esfuerzos en la difusión de prácticas agronómicas tendientes a reducir o eliminar el uso de estos produclos.

Palabr-a.¡ c:bIve: Plaguicidas.. Países ell desarrollo, Intoxicaciones, Rcsiduos,Agricultu ra orgá nica, Manejo seguro
de plaguicidas..

ABSTRACT. 11tr my1h of safe use uf pcsticidcs in dcvcloping coun1rics. In the the last two decades, in
devcloping counlries. rnany training aClivitics for tbe safe use of peslicides llave taken place. However follow
up evaluatioDS oC sorne oC ¡hese training eourses has revealed that even Ihough in most cases the re has been a
transfer oC knowledgc_ this has not res ultcd in a significant change of aU itude. lt seems ¡hat the training
activi ties ha\'e become a process of informi ng of cxist ing dangers <I nd of Ihe safely standa rds that must be
foll owed . \Ioith no real possibilities of changing Ihe daily habits of most workers that use these products. The
word safe. \Ioidely and repeatedly used in the training eourses on pest icide managemcnt, is a mylh that offers
Ihe participants a false sense of security, because Ihe re is no practical impl eme ntation of safc man agement as
such. The need to make greater efforts towards the disscmination of agricultural practices which reduce or
eliminate the ll§C oC these products is emphasized

Kcy wonls: Pesticides. Developing countries. Residues, Organic agriculture, Safe use of pesticidcs.

Introducción comprometen la soste nibilidad de los agrosislemas, la


En los últimos cinco decenios. e l combate de las pla- biodiversidad, la economía de los países, e l bienestar y
gas se ha basado. e n grao medida_ e n el uso inte nsivo la calidad de vida d e los seres humanos (Bu ll 1989,
de plaguicidas sintéticos. Sin embargo, esta sit uación, Colborn el al. 1996, Conway y Prc tt y 1991, C r issman et
unida a l mal manejo y empleo de productos de peli - al. 1994, Díaz y Lamoth 1998, D in ha m 1993, García
grosidad reconocida, han ocasio nado problemas que 1997, Benao et al. 1993, OMS [992, Pimentc l et al.

Recibid." 2510J.'98. A.........,!.Jo'I.Jo'99.


• Present ado ~n la Intemauona.l Conf~reoce on I'esticide Use in De~eloping Countrics: Impact on Health and Environment. Pragrama de Plaguicidas de la Univer-
sidad NacionaL.AgelllClJl Sueca Internacional de Cooperación para eL DcsarrotLo (S tDA). Hotel Herradura, Heredia. Costa Rica. 23-27 de febrero. lW8.
• • Dr. se. agro Programa de Educacic'M:! Ambiental d~ ta Universidad Estatal a Distancia y EsocucLa de BioLogía de la Uni~ersidad de Costa Rica. San José, C",ta Hica.
Te\. (506)253-2] -21. En 2:.'55. Fu: (506)253-4990. EMail;jaimegcr@softhome.net

25
1995. Pingali el al. 1994, Repetto y Baliga 1996, Rozas Colborn el al. 1996, OIT 1994).
1995. Thrupp 1995, van den Bosch 1993. van der Valk Por estas razones. en las últimas décadas se han
y Koe man 1988, Wesseling 1997). Esto principalmente re alizado muchas actividades de capacitació n sobre
ocurre e n los países en desa rrollo. donde el valor de manejo seguro de plaguieidas, con e l propósito de con·
las ventas de plaguicidas es meno r (20·30%) pero la trarrestar los proble mas citados ante riormente (De asy
proporción de intoxicados es mayor (70-80%), espe- y Riby 1998, LACPA 1998a, b y c). Po r ejemplo:
cialme nt e int oxicaciones letal es (>95%) (Gomero y • En Costa Rica, entre 1977 - 1997, se rea lizaron más
von Hildebrand 1990, Jenkins y Acosta 1998, Jeyarat- de 2 000 actividades de capaci tació n. e n las cuales
nam 1998. Jeya rat nam cit ado por FASE 1996, OMS pa rticiparon más de 100 000 personas. cntre agricul-
1992, WHO citada por El Sebae 1993). tores., técnicos, vendedo res, dist ribuidores. amas de
Al tra tar e l tema de los plaguicidas se debe reco- casa, maestros y escolares (LAC PA 199&).
noce r que se tratan de · venenos ·, a pesar de su o rigen • En Guatemala. de ene ro de 1995 a dicie mbre de
y categoría toxicológica, tal y como lo recuerda la eti- 1997, se ofrecie ron cursos de ca pacitación e n esta
mología de la te rminación · cida H, la cual se deriva de temá tica a 30602 personas (LACPA 1998a).
la ra íz latina "eaede re " que significa matar según la Sin e mbargo, una evaluaci ó n dc seguimiento so·
Real Academia Española. brc va rios de estos cursos revc ló que, si bie n en la ma-
Po r eje mplo, una estimación conservadora a nual yoría de los casos transfiri e ron conocimientos, lame n-
de las in toxicaciones agudas e n pe rsonas. a nive l mun· table me nte no produjeron un ca mbio de act itud
dial es de 500 000 - 1 528000 Yentre 3 000 Y28 000 de· significa tivo (Aguila r y Barque ro 1992. Bustamant e
fu nciones. Sin embargo, un estudio e n países asiáticos 1994. Kame l 1995, VE-PPUNA 1994). Hruska y Co-
reveló que e l número de intoxicaciones agudas sólo en rriols (.1 993, citados por Hruska 1994) señalan que una
esta región es mayor (1 500 000 - 2 000 (00), con apro- eva luación realizada por CA RE Inte rnaciona l e n Ni-
xi ma dame nte 40 ()()() defunciones anuales. La Organi- ca ragua, demostró que e l uso de equipo de protección
zación Int ernacional de las Uniones de Consumidores y de ma nejo no reduj o e fecti vam ente la exposición a
(O ICU) estima que en los países e n desarrollo, cada 4 los plagui cidas a pesa r de la capaci tación a los produc-
ho ras muere un agricultor por intoxicación con pla· tores sobre los pe ligros de estos productos. y de l eq ui-
guicidas (Ga rcía 1997, OIT 1994). po de protección faci litado para su manejo.
La Organización Mundi al de la Salud (OMS) es· Parece que las capacitacio nes e n manejo de pla-
tima que cerca de l 3% de la población agrícola de los guicidas se han convertido en una labor media nte la
países en desa rrollo está sujeta a sufrir intoxicaciones cua l los participantes conocen que existen pe ligros y
agudas causadas por plaguicidas. Otras fuen tes calcu· las no rmas de seguridad que deben seguir, pe ro que
lan la tasa de intoxicación para estos pa íses e ntre 8 y e n realidad, no hay posibilidad de lograr un cambio e n
50 casos por cada 100 ()()() habitant es, en contraste con las pnícticas cot idianas de la mayoría de los trabajado·
0,2: 100 000 (= 1 : 600 000) en los países desa rrollados res que utilizan estos productos (Kamel 1995).
(García 1997. Jenkins y Acosta 1998). Conway y Pre tty E l objctivo de este trabajo es docum entar la rea-
(1991) estiman q ue e n el Re ino U nido e l promedio de lidad de la utilización de los plaguicidas e n los países
víctimas es de 5 por cada 100 000 personas, mie ntras e n desarrollo, enfatiza ndo los fa ctores condicionantes
que en los países e n desarrollo la proporción de into· que potencian la presencia de los riesgos asociados a
xicaciones es mayor de 20: 100 000. Pa ra los países de su utilización. así como algunas de las condiciones que
América Ce ntra l, la Agencia Inte rnaciona l para el limita n o imposibili tan a quienes los aplican, a seguir
Desarrollo de los EE. UU (A ID) ca lculó que la lasa las no rmas sugeridas e n los cursos de capacitación so-
anual de intoxicación por estos productos es dc 300 : bre man ejo seguro.
lOO 000 (Garela 1997).
Las estimaciones va rían considerablemente, y no Factores condicionantes
existen cifras exactas y confiables: sin e mbargo, los Es im portante comprende r que el e mpl eo de pla-
cálculos disponibles indican que se tra la de un proble· guieidas conduce. inevitabl eme nte, a una dependencia
ma de dimensiones graves, especia lme nte para los paí· del producto y la contam inació n de l ambiente, cuya
ses e n desarrollo. Además, e n estas estimaciones no magnitud e impacto dependerán de las circunstancias
están incluidos los efectos crónicos como cáncer, de· dadas. En e l caso de los países en desarrollo, la conta-
fectos de nacimiento, abortos y este rilidad (8uIl1989, minación y los peligros inherentes, tanto para e l usua-

26
rio como para el ambiente y el consumidor de los cul - de se manipu lan plaguicidas. Ade más, las condiciones
tivos a los cuales se aplican estos prod uctos, son más de alojamiento de personas, en ocasiones son inade-
críticos q ue e n los países ind ustrializados, porque en cuadas llegando a menudo a condiciones de aglomera-
los primeros se presentan. con frecue ncia, una o varias ción excesiva e insalubre (MILES DE ... 1996. BuB
de las sit uaciones descritas a continuación: 1989, FASE 1996, OIT 1994, Thrupp 1990).

a) Condiciones de trabajo deficientes, e n las cuales es e) Salud preca ri a de los trabajadores, relacionada a
común o bservar personas si n eq uipo de protección en men udo con períodos de descanso insuficie ntes, así
pla ntaciones recién aplicadas. o peor aún. durante la como a problemas de desnutrición, alcoholismo y en
aplicación, mientras realizan simu ltáneamente labores algunos casos, consumo de drogas. Todo esto aumenta
como podas. fertilización y cosecha , ent re o tras. En la acción tóxica de los plaguicidas sobre los usuarios
ocasiones, se asperjan los zapatos de los trabajadores (Bu ll 1989, Ch ristakis et al. 1982, Collins y Lear 1995,
y los "c hículos en que son transportados a los lugares FASE 1996, Garda 1997 , OIT 1993, Thrupp 1990, Vis-
dc trabajo. dentro de la pla ntación. Con la expan sión wanat han y Mi sra 1989).
de la globa lizació n se acelera la conce ntración de las
tierras productivas en manos de unos pocos y como f) Alto grado de ana lfabetismo, ignorancia e Im pru-
result ado se provoca un aumento significativo de las dencia. especialmente en las zonas ru ra les, donde son
á reas sembradas bajo la moda lidad de monocultivo. más uti lizados estos productos (Bull 1989, Deutsche
Esto conll eva a un mayor uso de plaguicidas y al in· UNESCO-Kommission 1998, Dreyc r er al. s.f. , El Se-
cre me nt o en la frecuencia de las sit uaciones descri tas bae 1993, Jen kins 1995, Knirsch 1993, O IT 1993. Whi-
(U RUGUAY .. 1998.Cole el al. 1988a y b, Crissma n et tak er 1993). Popper et al. (1996) en un estudi o rea liza-
al. 1994. Díaz y lamolh 1998. FASE 1996. O IT 1994. do en peque ños poblados rura les de Guate mala,
Reyes-Boq uiren y Regpala 1995). observaron que algunos caficultores aplicaban con fre-
cuencia insecticidas para controlar hongos, e incl uso,
b) Preparación y aplicación de mezclas empíricas. de que las mujeres utilizaban los mismos productos pa ra
productos no recomendados. e inclusive, de aq ue llos eli minar plagas domésticas, como piojos en los niños.
a utorizados pero empleando dosis mayores y más fre- Es importante enfatiza r que no es suficiente lec r
cuen tes a las especificadas. irrcspeta ndo los pe ríodos y escribir en forma element al pa ra comprender e l con-
de no aplicación. con el propósito de asegurar la cose- tenido de las etiquetas y hay pocos boletines informa-
cha, porque el precio del cultivo lo paga. ahorrar tiem- tivos sobre plaguicidas. La CE PAL seña la que la ma-
po, o bien. por la suposición de que las mezclas de pla- yorfa de los jóvenes que ingresan al mercado laboral
guicidas son más eficaces (Bonilla 1998, Crissman er no ha n completado la enseñanza media y e nt re los
al. 1994. Grandstaff y Songsakul ci tados por Jungbluth egrcsados, muchos lo hacen en siste mas de baja cali-
1996, Hernández 1988. Reycs- Boquiren y Regpa la dad . Po r su lado, la OIT in fo rma que el 50% de los
1995. Ga rda 1997). En ocasiones. los plaguicidas se menores trabajadores en G uate mala, Hond uras y El
mezclan con los fertilizantes y son aplicados sin guan- Sa lvador y el 75% en Costa Rica aba ndo naron los es-
tes o con unos en mal estado (McCon ne ll y Hruska tudios o nunca los iniciaron. En todos los países cen-
1993). troame ricanos la dese rción y el analfabetismo entre
los niños trabajadores es 4 • 5 veces mayor que entre
c) Falta de atención médica oport una y adecuada Cilla los no trabajadores (Gamboa y Ca rt agena 1996).
mayoría de las zonas rurales. así como la lejanía de los En muchas de las (incas extensas, a los encargados
centros de salud de 105 lugares de trabajo y transporte de realizar las aplicaciones de plaguicidas no se les
le nto que impide la atención médica rápida en caso de proporciona la informació n al respecto. porque no es-
intoxicaciones graves. Además. en muchos de los paí· tá disponibl e o porque no se conside ra necesario.
ses e n desarroUo no existe un sistema de segu ridad so-
cial o sistemas de seguro médico accesible para los g) Poca o ninguna disponibilidad de eq uipos de apli-
agricultores (El Sebae 1993. Díaz y Lamolh 1998.01'1' cación y protección personal apropiados, ni repuestos,
1994, 1993). asf como materia l informativo. Lo mismo ocurre con
d) Condiciones higiénicas insuficientes unidas a la ca- las oportunidades de capacitación y las señales de ad-
rencia de agua limpia. en muchos de los lugares don- vertencia y preca ución que deben estar en el ca mpo y

27
en los lugares de producción, formulación, reempa- timos años. En este país la mayoría de las compailías
que, a lmacenamiento y ve nta de estos productos, co- transnacio nales de productos quím icos están estable-
mo rotulacio nes de advertencia, botiquín de prime ros ciendo fábri cas y realizando campañas agresivas de
auxil ios y e xtinto res e ntre o tros (O & E 1998, Díaz y me rcadeo. Aquí, se supone que las fábricas mismas ha-
LamOlh 1998, Dreyer ef a l. s.f., Knirsch 1993). Por cen la divulgación del Man ejo Int egrado de Plagas
eje mplo, la O IT informó qu e en Malasia en una oca- (M I P), pe ro la ma yoría de los ex tensionistas tiene n
sió n se empl earon pulverizadores de mochila de fec- que obte ner, por lo me nos 30% de su salario y la ma-
tuosos. de masiado voluminosos y con dos lanzas cor- yor part e de su presupuesto de operaciones del "mer-
tas, que a menudo te nían pé rdidas. Este es uno de los cado libre" . 10 que ge ne ralme nte significa ve nder pla -
fa ctores que provocaron graves exposiciones a plagui- guicidas (Zhang. u.J. ci tado por WiIJiamson 1995).
cidas: ta mbién me nciona la dificu ltad d e conseguir
equipos adecuados de prOlecció n pe rso nal e n Filipi- i) Falta de fiscalización eficiente. En algunos casos e l
nas (O IT 1994 Y 1993). A esta situación debe anadirse Estado y los colegios profesionales, e ncargados de es-
la fa lta de recursos econó micos p<l ra la compra y e l ta tarea no tienen la ca pacidad de realiza r eficiente-
mant e nimi ento de los equipos de aplicación y de pro- me nte las funcion es de fisca lizació n requeridas e n es-
tecció n persona l, así como pa ra el almacenamie nto ta ma te ria . Esta situació n se ha agravado e n los
adecuado de estos y de los envases de plaguicidas últimos años en los países e n desarrollo, donde las po-
(Bull 1989, Cole el a/. 1998, Knirsch 1993, OIT 1993, lític¡IS de globalización ha n mermado e l personal e n-
Thrupp 1990; va ri os autores citados por FASE 1996). ca rgado de estas labores porque no se consideran
La aplicación de los plaguicidas con equipos e n mal prio rita rias. Además.. es importan te reconocer las lim i-
estado y sin pro tección , así como el a lmacenamien to taciones que enfrentan los fiscalizadores cuando in -
usual de los plaguicidas de ntro de las vivie ndas a u- te ntan hace r e fica z su control. considerando la reali-
me nta e l grado de ex posición ti estos product os. dad e n que viven: bajos sa lari os. falta de estímulos,
ca re ncia de recursos humanos y económ icos, capaci ta -
h) Políti cas gubername ntal es y privadas predisponen ción nula o deficie nte, sin mayor experiencia y con
a los productores. a abusar de l uso de estos productos equipamie nto e inform ación limitados (Bull 1989,
(Knirsch 1993). Una de estas políticas son los subsi- CE PPI 1993. O & E 1998, Díaz y Lamoth 1998, Din -
dios a los plaguicidas. Al respecto, varios estudios han ham 1995, 1993, El Sebae 1993. Gonzá lez el al. 1995,
demostrado que la disponibi lidad de estos productos a Iba rra \990. Jungbluth 19%, McConnell 1988, OIT
precios re la ti vamente bajos predisponen a algunos 1994, Reiche el al. 1998. Rogg 1998. Seefoó 1998, 1997,
agricultores a sobre utilizarlos con el fin de Hasegurar Tñiam 1995, Thrupp 1990. Widjanarka el al. 1995). Al
la cosecha ". abandonando las prácticas agronómicas respecto, una investigació n de la FAO revela que 84
e fi caces y más sostenibl es (H e rnández 1988, McCon - pa íses e n desarrollo no cue ntan co n los recursos nece-
nell y Hrusk a 1993, RepellO 1985). En Indonesia , el sa rios para controlar la situación de los plagu icidas
uso de plaguicidas aume ntó 76% e ntre 1979 y 1985, pote ncia lm ente peligrosos de ntro de sus front eras
como consecue ncia de l subsidio a estos productos. Al (Ga rcía 1997). Por tanto. e n algunos países se presen-
respecto, Repetto (l985) destaca ci nco tipos de sub- tan situaciones de sobornos, o la aplicación de la cul -
venciones: l . Exenciones parciales o to ta les de im - tura "del pobrecito · . donde los e nca rgados de las la-
puestos de importación, ventas u ot ros. 2. Importacio- bores de fi scalización obvian situacion es que in fr ingen
nes do nadas o subsidiad as por agencias de las normas establecidas e n mat eria de uso de plaguici-
cooperació n inte rnaciona l. 3. Crédit o pre fere ncial. das, o bie n. porque estos no sie nte n un respaldo de sus
donde la casa importadora o el agricultor recibe n cré- supe riores ante posibles a me nazas de de nuncias lega-
ditos con plazos mayores o tasas de interés menores a les (Ferná ndez y Chaves 1988, García 1997, R ogg 1998
las del mercado. 4. Tipo de cambio pre fe renc.ia l, donde 1997,111Omen 1990). En el caso de la corru pción. 10
la casa importadora recibe di visas para la compra de más crítico es que sue le quedar impu ne. no solo por la
plaguicidas a un tipo inferior que el del mercado. 5. inca pacidad de las institucio nes judiciales pa ra juzgar
Ventas directas a los agricuhores por me dio de agen- a los culpables, sino también porq ue la sociedad se ha
cias gube rname ntales a precios subsidiados. acostumbrado a no pe rcibirla como del ito (Jimé nez
Ot ro ejemplo, es la introducció n, fo rmulación y citado por Zamora 1998). A esto hay que agregar la
producció n masiva de plaguicidas en China en los úl- demora y la falta de coordinació n e ntre las instancias

28
gubernamentales y privadas que tiene n injerencia con 1) Estrategias de venta engañosas y poco éticas. por
este tema, tanto e n cuanto a los control es como en la parte de algunas empresas involucradas e n la come r-
elaboración y ejecución de políticas más acordes con cia lización de estos productos (Bu ll 1989, Dinham
los tiempos actua lcs en esta materia (Garda 1997. 1995. Garda 1997. Martínez 1998. Selcraig 1991).
Reiche ct al. 1998, Widjanarka et al. 1995). Anuncios en di ferentes medios que informan ' IS-
pectos sobre productos y sus beneficios con afirmacio-
j) Deficiente o nula reglamentación en algu nas áreas, nes poco rea les.
por ejemplo, lo que concierne a los equipos de prot ec- El int erés creciente por los productos de orige n
ción personal y al manejo de desechos de plaguicidas natural, ha provocado que se registren algunos nom-
(sobrantes., envases, empaques), así como en lo relati - bres come rciales de los plaguicidas sint étlcos con
vo a la aplicación de plaguicidas de uso domést ico. nombres que ind ucen al comprador a creer que son
También se debe reconocer que en muchos de los paí- productos natural es. Para ello se utilizan prefijos co-
ses en desarrollo. el tipo de ordenamiento jurídico ac- mo BIO-, ECO- y ECHO-. En Costa Rica, por ejem-
tual es deficiente porque intenla regula r el problema plo, existen más de dos decenas de plaguicidas sint éti -
con la creación de disposiciones desordenadas, impre- cos con nombres comercia les que comienzan con
cisas en algunos casos. anticonstitucionales. con pena - alguno de estos prefijos.
lizaciones débiles. mal concebidas y carentes de senti -
do como inst rumentos reparadores del daño causado m) Mayor utilización de productos de reconocida peli-
(Bu ll 1989. Cast ro 1997. D & E 1998, Díaz y Lamoth grosidad , restri ngidos o prohibidos en los países donde
1998, Dreyer et al. s.f.. El Sebae 1993. Fernández y son fabricada s (Bejara noI 995, COTESU-PROFIZA
Chaves 1988. Herrera 1990, Jenk ins 1995, Knirsch 1996, O & E 1998, Díaz y Lamoth 1998, Dinham 1995,
1993. OLT 1993. Thiam 1995). 1993, FASE 1996,1 993 , Garda 1997, Gonzál ez et a/.
1995, Hanson 1994. McConnel1 1988, Reyes- Boquiren
k) Interés económico. falta de concie ntización o igno- y Regpala 1995. Seefoó 1998, 1997. 1ñiam 1995. Wid-
ra ncia, de los diferentes secto res in volucrados con es- janarka el (JI. 1995). A pesar de que en la actualidad
tos productos (agricultores. patrones. educadores., ca- ex isten opciones de productos menos peligrosos des-
pataces, su pervisores. médicos, ag rónomos, de el punto de vista tox icológico para el usuario y el
comcrcia lizadores y políticos., entre otros) en relación ambiente, la mayoría de estos son más costosos que
con la importancia de este lema (Díaz y Lamoth 1998. los plaguicidas conve ncionales. por tant o, los usuarios
Garda 1997, OIT 1993. OMS 1992, lllfupp 1991). Es- sue len oplar por los produclos más bara tos. En ocasio-
ta problemát ica puede deberse a causas como avari - nes., los productos alternati vos no se registran en paí-
cia . falta de ética profesional , educación deficiente. ses en desa rrollo porque las empresas estiman que no
insuficientes oportunidades de capacitación. negligen- tendrá mercado. Sobre este particular, la industria
cia , pocos materiales informativos o de calidad defi - alemana de producción de plaguicidas justifica la uti-
ciente o preparados para otras realidades o cond icio- lización del DDT en los países en desarrollo, dado su
nes. tiempo limitado. falta de recursos económicos menor costo (lVA 1996).
para cont in uar la educación en esta mat eria. Es im -
port ante sci'ialar que parte del sector patronal no tie- n) Faci lidades para la adquisición de plaguicidas, inclu-
ne una conciencia clara de que los gastos derivados de sive, los de reconocida peligrosidad que en ocasion es
la aplicación de medidas de manejo adecuado de estos pueden conseguirse en el mercado sin restricciones
productos son en realidad una inversión, y no costos (Dinham 1993). También los plaguicidas proh.ibidos o
adicionales innecesarios. restringidos. se pueden adquirir en el mercado negro
I)or otra parte, los involucrados e n la venta de es- (González et al. 1995. Rogg 1998, 1997, Thiam 1995,
tos productos a menudo son personas que no poseen Widjanarka el (JI. 1995). La disponibilidad de los mis-
conocimientos necesarios en la mat eria, pues en algu- mos a precios red ucidos comparado con otros, y la efi -
nos países e n desarrollo los plaguicidas pueden se r cacia reconocida por parte de los usuarios. son los prin-
vendidos por personas sin la preparación suficiente en cipales fac tores que estim ulan este tipo de come rcio.
la materia (Gomero 1994). En algunos países en desarrollo no existen nor-
mas ni mecanismos de control de calidad de los pla-
guicidas comercia lizados y, aún en algunos de los que

29
tiene n normativaS, las medidas de control por parte de gionales como son las hort a lizas.
las e ntidades estatales no son muy eficie ntes. Esta si- Como consecue ncia de lo ante rior, así como por
tuación facilita la e ntrada , comercialización y uso de los acciden tes do mésticos, los men o res en países e n
productos con fórmulas y concentraciones diferentes desarrollo se e ncue nt ran más expuestos a los riesgos
a las especificadas e n las e tique tas, en mal estado, fal- de intoxicacion es asociados al uso de los plaguicidas.
sificadas o con etiquetas incorrectas (Dinham 1995, Po r eje mplo, cn Costa Rica entre 1982 y 1997. el Cen-
Drcyer y Bodzian 1997, Dreyer el al. s.f.. García 1997, tro Nacional de Control de Intoxicaciones informó de
González el al. 1995, Knirsch 1993). la intoxicación de 5879 personas menores de 18 años,
lo cual representa el 38% del total de intoxicaciones
ñ) Incomodidad de las ropas y de l equipo protector registradas durante esos años (Quirós 1998. Quirós el
recomendado, especialmente en condiciones de clima "l. 1994).
cálido y húm edo, donde la tempe ratura ambienta l al-
canza, cn ocasio nes los 40°C (Bu ll 1989, Cropper 1994, p) Condicio nes cultu rales como el machismo predis-
D & E 1998, McCon ne ll y H ruska 1993. 011' 1994, pon en a los usuarios de estos productos a manipu la r-
1993, Thrupp 1990. Zi lberman y Castillo 1994) . los dc manera te me raria e imprudent e, con un sentido
de o mnipotencia, subestimando los riesgos asociados
o) Necesidades cconómicas que de te rmin an la edad a su uso (Alvarez 1998. Mojica 1998). Otra de las ra-
temprana a la que ingresan a trabajar las personas e n zones que induce n a los usuarios a no utiliza r la indu-
estos países, donde los salarios y las condiciones de con- me ntaria de pro tección personal cuando manipulan
tratació n y seguridad social son mínimos o inexiste ntes plaguicidas, es el te mor a ser ridiculizados por la ves-
(CENTROAME RI CA ... 1996 y URUGUAY... 1996, timenta .
Ava losl998, Cole el al. 1988a y b. Collins y Lear 1995 , Seefoó (1997) señala la existencia de un número
Gamboa y Cartagena 1996, ILO-UN ICEF 1997, Me- de facto res de tipo cultural que predispone n a los tra-
Connell y I-Iruska 1993. Mora 1998. Reyes- Boquiren y bajadores a tene r una baja percepció n del riesgo. En-
Regpala 1995, Seefoó 1997, Vargas 1997). Al respec- tre estos facto res está e l fo me nto de la cree ncia , po r
to, la Conve nción de los De rechos de l Niño estable - parte de a lgunos patronos. sob re la inocuidad de los
ce como edad mínima de trabajo los 15 años. Sin em- plaguicidas. Esta baja percepción de l riesgo predispo-
bargo, a pcsar de que esta ha sido ra tificada po r ne a l trabajador a no tomar las preca usiones necesa-
todos los go bi e rnos ce ntroa me ricanos, estos no han rias para la inmine nte exposición a estos productos.
adecuado su legislación a los compromi sos suscritos Luhmann (citado por Secfoó 1997) destaca que ... "la
(CE TROAMERI CA ... 1996,,). evaluación del riesgo y la disposición a aceptarlo no es
La OIT indica que en algunos países e n desa rro- un proble ma síquico sin o, un probl ema social. Uno se
1I0, casi la tercera part e de la fu erza de trabajo agríco- comporta tal como lo espera n los grupos de referenci a
la está compuesta por niños. Esta situación no se cir- re levantes. o tal como uno ha sido socializado -sea de
cunscribe de ningún modo a los países en desarrollo, acuerdo con la opin ión comú nme nte aceptada o con-
porque familia s de trabajadores inmi grantes, inclu - tra ella ... ". De lo a nt erior se demuestra la importancia
yendo los niños, ayudan a plantar y a cosechar las fr u- de conocer la percepción del riesgo, e ntendida como
tas y los vege tal es de países industrializados (U FWA un conjunto de se nsaciones estructuradas a mahe ra de
1992, van de n Bosch 1993). En muchos de estos casos una total idad según los difcre ntes marcos de valores
las jo rnadas laborales son de 8 - l2 h diarias, e n luga- de los trabajadores y pat ro nos. para ll egar a e ntende r
res alejados de l abastecimiento de agua limpia y otras su comportamiento en el trabajo diario, así como su
necesidades mínimas. Como los niños han ayudado ind isposició n para prevenir los posibles riesgos (See-
tradicionalmente a la familia e n los trabajos del cam- f06 1997).
po, las medidas legislativas destinadas a protegerlos
del trabajo nocivo -en fábrica s, minas y o tras indus- q) Condiciones topográficas, tipo de agricultores y de
trias- usualme nte no ha n incluido la agricultura , con- agricultura más común en los trópicos. En muchos de
virtie ndo así a los niños trabajado res en agricultura en los países en desarrollo, el principal medio para la
los menos prot egidos de todos (U NlCEF "\997). L<t si- aplicación de plaguicidas son eq uipos de aspersión
tuació n descrita es también cierta para la producció n manual, que con lleva a un mayor riesgo de exposición
de cie rtos cultivos para los mercados nacio nales y re- pa ra el usuario.

30
I A ños de inte nsa propaganda a favor de la agricultu- za incluso e n empaques o recipie ntes sin ningún tipo
'J industria l crearon la sensació n de que los plaguici- de ide nt ificación (Dreyer y Bodzian 1997, Dreyer ct
Jas no son tóxicos (URUGUAY... 1998). Además., el al. s.f., Kn;rsch 1993, Rogg 1998, 1997).
:onte nido de la información e n las e tiquetas promo-
:Io na les, anuncios u hojas sue ltas con propaganda so- t) El acceso a la informació n to xicológica sobre los di·
"'re los productos es en ocasiones, confuso, incomple - re re ntes componentes de las form ulaciones de plagui·
'0. equivocado, falso, en ot ro idi o ma , en letra muy cidas (ingredientes activos, ingredie ntes "inertes " y
~q ue ñ a o con términos técnicos de difícil compren- coadyuvantes), así como la re fe re nte a su dinámica y
-Ió n pa ra la mayoría de los usuarios (Dinham 1993, e fectos colaterales indeseables sobre e l ambie nte es
J arcia 1997, GTZ 1998, Knirsch 1993, O IT 1994, 1993, difícil y con frecue ncia inaccesible, tanto para los pro-
~ e foó 1997, Selcraig 1991 , Thrupp 1990, Ve reno fesio nales que recomie ndan los productos., como para
997). la mayoría de los usuarios directos y los consumido res
En varios países e n desarrollo existen laboratorios de a limentos tratados con plaguicidas (D & E 1998,
J~ análisis de calidad de estos productos, no obstante, Dinham 1995, Knirsch 1993). Esto tambié n sucede con
_S IOS laboratorios solo pueden analizar canti dades la información sobre la toxicodinámiea de los plagui -
l1Uy limitadas de las muestras. dejando una incerti- cidas y e l tratamiento adecuado de las intoxicaciones
.:umbre al respecto de gran núme ro de agroquímicos. por parte del personal médico. A pesar de que los fa -
Lo mismo sucede con los llamados ingredientes bricantes de estos productos se ñalan que se han reali-
,e rtes (i.i.), donde con pocas exce pciones., no se espe- zado gran cantidad de pruebas toxicológicas en di ve r-
_f ica su nombre por conside rarse como imformació n sos organismos , así como de los a ltos costos que estas
1nfidencial por parte de los fabri cantes de plaguici- implican, la mayor parte de esta información es difícil
.Js. En comparación con los llamados "ingredientes de conseguir y la poca informació n dispo nible está en
~ I ivos ", es muy poco lo qu e se conoce con respecto a o tros idiomas o en un espa ñol confuso, producto de
j toxicología, dinámica y posibl es efectos negativos ma las traducciones.
, e l ambi ente de estos productos no identificados Al respecto, es importante destacar que una in-
Je. sumadas, a menudo constituye n 95% o más (has- vestigació n realizada por la Acade mia Nacional de
99,9% ) de l contenido de las fo rmulacio nes comer- Cie ncias de los EE.U U. reve ló que únicamente exis-
Jles de los plaguicidas de la última generación (Ar- te n datos loxicológicos suficie nt es para 10% de los in-
. 0 1991 , Cox 1997, 1992, Dugan 1992, Gri er 1992a y gredientes activos comercializados como plaguicidas.
Knight 1997, Pegg 1992, Sma ll 1997). Para 52% la información es incompleta y para los
En 1987, la EPA anunció su in te nció n de enfren - 38% restantes no hay informació n loxicológica dispo·
,r este pro ble ma. Sin embargo, después de una déca- nibl e (Garcia 1997).
J. la situación ha empeorado aume ntando e n un

: 2% los ingredientes inertes clasificados por la EPA u) Dificultades para deshacerse de los desechos de
mo de toxicidad desconocida (Marquardt et a/. plaguicidas, así como de los plaguicidas prohibidos O
'98). e n mal estado (COTES U- PROFI Z A 1996, Díaz y La·
Al respecto cabe la pregunta: ¿Cómo puede eva- moth 1998, Dinham 1995, 1993, Garcia 1997, van der
Jrse la exposició n a estos tóxicos cuando no se cono- Wulp 1993). E n los países en desarrollo sb acumulan
q ué so n, ni e n qué cantidad se están utilizando? grandes cantidades de plaguicidas proh ibidos e n los
) ué tan seguro puede ser el man ejo de los plaguici- países desarrollados, así como contaminados, en mal
~ bajo estas circunstancias? estado o con especificacion es fal sas o fuera de las nor-
mas estipuladas (Da vis 1998, 1996, Dinham 1995, Dre-
Una situació n preocupante es la práctica común de l yer el al. s.f. , FAO 1998, Garda 1997, Gómez 1995,
.!nvase o reempaque de plaguicidas., incluso en reci- GTZ 1998, 1996, Jungbluth 1996, Kern y Vaagt 1996,
.: ntes inapropiados, po r parte de los pequeños co- Rwazo 1997, TPT 1998, van de r Wu1p 1993, Ve re no
.:rcios y de los mismos usuarios. Con csto no se ga· 1997, Wodageneh y van de r Wulp 1996) . Se estima que
'1 tiza la identificación adecuada del producto con existen más de 100 mil tone ladas de plaguicidas acu-
_ respecti vas precauciones y advertencias de uso ni mulados en los países en desarrollo (Davis 1998, FAO
ho mogeneidad. Por lo general, a estos productos no 1998, FAO citada por Rwazo 1997, TPT 1998). Si bi en
les colocan e tiquetas adecuadas y se les comerciali- es cierto que existen las posibilidades técnicas para

31
manejar estos problemas, esto tie ne un costo que en la x) Por lo general, los cursos en manejo de plaguicidas
mayoría de los casos no es cubie rto por parte de las hace n é nfas is e n las prácticas de manej o de estos pro-
grandes plantaciones y la industria de los químicos. Al ductos, sin me ncionar los posibles efectos sobre la sa-
respecto, la FAO estima que en Africa existen de 20 a lud de los usuarios, los consumido res y el ambie nte, a
30 milt de plaguicidas en mal estado y que los COSlOS media no y la rgo plazo, o solo se mencionan estos de
para deshacerse de estos podría alcanzar los US$150 una manera muy somera (A nll e y Capa lbo 1994). En
mill ones. Una de las técnicas recomendadas para la ocasiones se uti lizan mate ria les didácticos que no co-
destrucció n de este tipo de desechos es la incinera- rresponde n a la realidad de los educandos. Además, se
ción ; sin embargo, el costo es de US$3000 - 5000!t carece de seguimiento y continuidad en las campañas
(FAO 1998, FAú citada por Rwazo 1997, TPT 1998, de capaci tación.
va n de r Wulp L993).
y) La limitación de la ofe rta de estos productos, y la
v) Problemas para eliminar adecuada me nte los enva- dispo ni bilidad en el lu gar donde se adquie re n
ses de los plaguicidas por falta de ce nt ros de acopio es- (Knirsch 1993). La falta de un producto químico espe-
pecíficos, polít icas (incent ivos), educación suficiente y cífico hace que e l usuario term in e comprando e l que
directrices oficial es en la mayoría de los países e n de- recomi enda el expendedor. No obstante, a pesar de
sarrollo. La necesidad de la población de contar con que en algunos países los depe ndie nt es de los expen-
recipientes, hace que algunas personas usen los enva- dios deben te ner una licencia , lo cie rto es que los co-
ses de plástico y metal de cierto tamaño para almace- nocimie ntos de éstos, e n muchos casos, se li mitan a la
na r o transportar agua de consumo o granos cosecha- información de la e tiqueta o la dada por los agentes
dos. Esto es más común cuando los e nvases son vendedores de estos productos.
at ractivos, prácticos y de buena cal idad (URUGUAY ..
1998, COTESU-PROFIZA 1996, Kn;<sch 1993, z) Exigencias excesivas de los me rcados en cuanto a la
Vaugha n I993). ca lidad estética de los productos agrícolas. Esto obliga
a los productores a tratar de lograr agrosistemas asép-
w) El sistema de educación y exte nsi6 n_convencional ticos mediante el uso de plaguicidas para obtener pro-
uti lizado e n las últimas décadas ha hecho creer a mu- ductos destinados a la exportación . En los países en
chos profesionales y agricultores que la agricultura desarrollo este sector es el principa l consumidor de
moderna consiste en la adopció n de los paquetes tec- plaguicidas (García 1997).
nológicos difundidos por la revolució n ve rde, me nos-
preciando e l valor de las prácticas tradicionales, que Además si se contabilizaran los recursos econó-
son el resultado de la ca pacidad de obscrvación , aná li- micos y humanos requeridos por el manejo recom en-
sis y práctica de las gene raciones pasadas y presentes. dado para estos productos y los cursos de capacitación
Con este sistc ma se considera a l agricultor como un re- sobre un manejo seguro, se revelaría que estos son a l-
ccpto r y practicante de tecnologías validadas e n otras tos. Esto está e n contraposició n con los tiempos actua-
realidades. Los agricultores, en algunas ocasiones, son les, donde e l -tiempo es o ro " y ha y que ser lo más efi-
asesorados por vendedores que no sie mpre tienen la cie nte posible. e nte ndiendo eficiencia como cubrir con
preparación necesaria en esta materia y que con fre- plaguicidas la mayor á re a, e n el me nor tie mpo posible
cue ncia está n más interesados en las ventas de sus pro- y con los menores costos (no hay que olvidar que tan-
ductos (Garda 1997, Reyes-Boquiren y Regpala 1995, to los eq uipos de protecció n como las la bores de man-
Rogg 1998). La venta de productos sin la preparación ten imie nto de éstos y los equipos de aplicación impli -
adecuada o con el objetivo de aume nta r utilidades, no can necesariamente costos de tie mpo y dinero). Esto
considera los efectos colatera les indeseables que pue- es especialmente ciert.o para los aplicadores de plagui-
den resultar para la producción, e l ambiente y los con- cidas en las grandes fin cas, do nde a menudo e l salario
sumidores, así como para la economía del país por de los Illismos depende del área aplicada durante la
concepto de gastos en divisas y las exte rnalidades in- jornada de trabajo (O IT 1994).
volucradas e n las intoxicaciones por plaguicidas (tra-
tamiento médico, días de trabajo perd idos e incapaci- Perspectivas actuales
dades, e ntre ot ras). Con base en lo presentado e n este trabajo se conside-
ra que e l manejo seguro de plaguicidas, bajo la reali-

32
dad y factores e xpuestos.. es un mito, porque e n la ma- Los problemas de "plagas" no son más que la ma-
yoría de los casos. las condiciones en que se presenta ni fes tación de un problema que tiene sus oríge nes en
no son susceptibles al cambio. a pesar de los cursos de la manera en que se está manipulando el agrosistema
capacitación que se ofrezcan y los recursos que se in- en cuestió n. Hay que te ner en cuenta que en la natu-
viertan. raleza no hay "ene migos", sino "organismos ham-
La palabra sepuo. utilizada repet ida y amplia- brientos" o "indicadores biológicos" que cuando au-
mente e n las actividades de capacil ación sobre mane- mentan en cierta proporción, más que la causa de un
jo de plaguicidas. ofrec:e una sensación de fal sa seguri- problema, son el síntoma de que la man era de hacer
dad a los ed..ca..... porque no existe un ma nejo agricultura, está favoreciendo su desarrollo despro-
seguro como talsillo UD manejo recomendado que in- porcionado.
te nta disminuir. pero que DO Uega a eliminar, los ries- A l respecto, como lo señalan Hilje (1988), Kirs-
gos asociados coa a. manipulación de estos productos. che nm ann (1998) y Woodward (1998) , una visión eco-
Es necesario u-r las acciones que se cre an con- lógica del proble ma fitosanitario abre nuevos ho rizon-
venie ntes, de aca:aduamla realidad particular de ca- tes, al implicar medidas estructurales de ma nejo de los
da indi viduo: agI ....... Iécnico. docente, in vestigador, organismos del agrosistema que se manipula. Para
extensio nisla. dec:... o coosumidor, además se de be ello se requie re de una reorganizació n de la produc-
conside rar la reelirled aquí expuesta de los países e n ción agrícola, abandonando la visión actual unilateral
desa rrollo. Solo . . podráD generarse, de man era con- productivista, de explotación irracional y netamente
junta, soluciones Raks ICDdienles a lograr un a agri- econó mica a ultranza (sin considerar los costos ocul-
cultura ventada _ S05Ienible. tos y las exte rnalidades), para hacer del campo agríco-
Esto obliga ••'pa 1m enfoque difere nte de ha- la una unidad de producción que respete las leyes fun-
cer agricultura. ......... aaando ésta se basa e n una dam entales de la ecología , así como la calidad de vida
perspectiva ecxw' ' . productivista y cosmética, no de los seres humanos involucrados en esta actividad.
llega a ser sosteeiMe .......oa. Para esto se debe re· En este contexto, es importante llegar a las cau-
conocer que la '11 M h a: sas, por medio de un diagnóstico adecuado, para llegar
Está ligada a la __ aIeu.. Y por lo tanto, a sus le· a aplicar medidas de prevención y dejar de seguir
yes inflexiblcs. . . . _ al fin Y al cabo, las que han "apagando ince ndios", ignorando de que estas sustan-
hecho posible la . . . ,. d equilibrio e ntre los o rga· cias son, e n ocasiones, otra de las causas que inducen
nismos, tal '! ~ 11: . . . . ICeD. la aparició n de nuevos proble mas fitosanit arios (Bus-
Trata con CAZ • \'IYJeIItes que se e ncue ntran tamante el al. 1993, Carson et al. 1991 , Chaboussou
e n estrecha r ' jlw e ~pe nde ncia con facto- 1986, Conne ll y Mille r 1984, Corbaz .. 990, s.f. , Gerson
res biólicos., ......... de diversa naturaleza. y Cohe n 1989, NAS 1984, Perrman y Chapman 1988,
De be basarse C8 el jo racional de los recursos Rome ro 1976, van Huis 1992, Yo usse f el al. 1985).
naturales .....¡;¡jI. RDOVables y no re novables, Como lo seña la Bustamante (1999), uno de los as-
sin olvidar c.-= .......ables..lo se rán, sólo si se les pectos que puede estar afectando la comprensió n del
da la opornwideclcklapar1o. análisis de los problemas de plagas es el hecho de con-
En otras I 7 M CDIIO lo sinte tiza Rodríguez
7 fundir y manejar como sinó nimos los conceptos dc
(1994): "La ilirio t illtplicQ considerar a la tierra
• diagnóstico e identificació n. En este sentido, debe
como /In or8_ ..... b ,'qelales como alimell- queda r claro, que el primer concepto denota el estu-
tos que debol littF _ , _los" trabajadores agricolas dio integra l de las circunstancias agronó micas y climá-
com o cOnslrllCttJlB. _ nqw:a que 110 pueden ni ticas que rodean la epidemia, e incluye la segunda no-
deben paga, COII_II!II.tI·_ ción apenas como una de sus partes.
Es necesario 7 k , que más que seguir bus- E s interesa nte recordar que pese al reconoci-
cando e idcn1ifit « •• -ñgos " (plagas) que con- miento de los microorganismos como ca usa inmediata
tro lar, la atcnc::i6-.., t a . deben e nfocarse a la ne- de las enfermedades, los fitopatólogos de fi nes del si-
cesidad de O - h ' ., ..-nwter las relaciones de glo XIX estuvie ro n divididos entre autogenistas y pa-
inte rdependeaa. tfIIe _ ... eotre los diferentes fac- togenistas. Para los últimos, e l agente causal encarna-
tores bi ólÍcos y abidIic'.C8 cada uno de los agrosiste- ba la e nfermedad, y suprimié ndolo se controlaba la
mas con que se b ' j ., que son las q ue de terminan epidemia. E n tanto, los prim eros tenían una pe rcep-
su equilibrio. ció n más compleja, en la que e l "agente causal " era

33
apenas un elemento infeccioso y de bía estar acompa- sistema convencional a uno orgánico de la noche a la
ñado de unos factores que predisponen para que ocu- mañana, porque ello sería irreal. •
rri era la epidemia. Sin embargo, un siglo después, en el Todo esto está empezando a se r entendido, espe-
ejercicio profesional, pareciera que persiste la tenden- cialmente por los países desa rrollados que, paradójica-
cia reduccionista de continuar señalando a los orga- mente, son los que han venido utilizando la mayor par-
nismos plaga como el único fac tor importante en el te de agroquímicos sintéticos; quizás porque desde
problema fitosanitario (Suárez y Torres 1996). hace algún tiempo han empezado a contabilizar y a ser
Finalme nte, adaptando una idea original de Harry concientes de los costos ocultos o extcrnalidades res ul-
Rothman , se puede afirmar que los problemas causa- tantes del modelo practicado (agricultura industriali-
dos por los plaguicidas tie nen, con frecuencia, raíces zada) (Croft 1990, Dumont y Cahen 1980, Fleischer
económicas y soci ales que adoptan la apari enci a de 1999, 1998, Geier 1998, Hobbelink 1987, Lappé el al.
ser problemas técnicos. D e modo que, todos los es- 1998, Pim entel1998, Pimentel y Andow 1984, Pimentel
fuerzos por hallar únicame nte soluciones técnicas a el al. 1995, 1992, WaibeI1998, Waibel y Fleischer 1998).
estos problemas están condenados, e n gran medida, al Los líderes actuales en investigación, desarrollo,
fracaso, porque básicamente tratan los efectos, en lu- producción, com ercialización y consumo de productos
gar de las causas. Solo conociendo las raíces de esta orgánicos, son los países industrializados, a pesar de
problemática se podía desarrollar e impl eme ntar es- que las contribucion es estatales siguen siendo pocas
trategias para que de n como resultado soluciones más en comparación con las que se ofrece n a la investiga-
exitosas. ción agrícola en general (Lipson 1997). Sin embargo,
En la mcdida en que sc tenga e n buena estima la como lo destaca la FAO, la agricultura orgánica ha ll e-
vida, la salud y la conservación del ambiente, como sa- gado a representar una parte significativa del sistema
biament e lo establece el sentido común, es obvio que alimentario en países como Austria (10 % ) y Suiza
al analizar los problemas expuestos sobre el manejo (7,8%); y en otros se están registrando tasas de creci-
de los plaguicidas, estos dejan de ser un a opción a se- miento anual en sus ve ntas del 20% aproximadam en-
guir, por lo que cada día es más urgente la necesidad te, como en E E.U U., Francia, Japón y Singapur. (FAO
de desarrollar, dar a conocer, y sobre ~odo, poner en 1999, Geier 1.998, Mellon 1997a y b).
prácti ca, alternativas preventivas, para reducir, y en la En Latinoamérica, Argentina muestra un creci-
medida de lo posible, eliminar el uso de estas sustan- miento importante en su producción orgánica bajo
cias (Anexo 1). certificación, pasando de 5 500 ha en 1992 a 231245 ha
Lo anterior debe ir acompañado de un conoci- en 1997, registrando en los últimos años una tasa de
miento más profundo de las relacion es que se presen- crecimiento anual sostenida en las exportacion es de
tan en el agrosistema, así como de los recursos locales 25% (Fundación Ar 1996, Harrict-Welsh 1998, Mont e-
disponibles, tal y como lo enfati za la agricultura orgá- negro 1997).
mea. Estos datos son indicadores de que se va por buen
La agricultura orgánica concilia los aspectos de camino, que si bien alguien podría discutir si es el
prevención (eliminando las causas de los problemas, mejor o no, si coincidimos en que este es más amiga-
al considerar que es más convenie nte prevenir que cu- ble con la vida, la salud y el ambiente, que el uso ac-
rar), convivencia y soste nibilidad ecológica y econó- tual de los plaguicidas.
mica (utilizando los recursos sin destruirlos) . Este ti- Recon ociendo la situación y la realidad del mane-
po de agricultura es un sistema de producción jo de plaguicidas en estos países, parece más sensato
holístico, basado en prácticas de manejo que conside- enfocar los escasos recursos humanos y económicos
ran y toman en cuenta las leyes de la natural eza, pro- disponibles hacia la búsqueda y aplicación de políticas
porcionando condicion es apropiadas para que las ac- que tiendan a favorecer el uso de métodos de produc-
tividades biológicas en los agrosistemas se desarrollen ción alt ernativos, menos dependientes, contaminantes
óptimame nte (Garda 1998, j-Ioward 1947, Mejía 1995, y peligrosos, tal y como se está realizando con éxito en
Moa Internacional 1995, Molli son 1994, Suárez 1982). varios países (Beaumonl y Dinham 1993, Garda 1998,
La agriculiura orgánica no consiste solame nte en HursI1 992, Moare 1994, UNDP 1992, Watts y Macfar-
cambiar los agroquímicos sintéticos por otros de ori- lane 1997).
gen natural , así como tampoco, en hacer creer que es- Lo anterior debería ser especialmente cierto para
tos últimos son inócuos, o que se puede pasar de un las instituciones gubernamentales de estos países, e n-

34
cargadas de la investigación y la exte nsión agrícola, así pensamient o que empleamos cuando creamos los
como de la sa lud de los trabajadores agrícol as y los problemas" . •
consumidores. Asímismo para las de carácter interna-
cional, relacionadas directamente con estas disciplinas. Agradecimiento
Esto confirma la va lidez de las pa labras del físico El autor desea dejar constancia de su agradeci-
alemán-nort eamerica no A lbe rt Einstein (1879-1955): miento a la Sra. Lucía Herrera 0., así como al Dr. Os-
"No podemos resolver los problemas más preocupan- ea r Castañeda S. por las suge rencias críticas que reali-
tes de hoy utilizan do los mismos ni veles y patrones de za ron sobre el borrador de este trabajo.

literatura citada
AGU ILA R. M.; BARQUER O. P. 1992. Programas de capacita- CASTRO e, R. 1997. Legislación sobre plaguicidas en Costa
ción en plaguicidas a nivel nacional. In Simposio Nacional Rica. In García, 1.E. Introducción a los plaguicidas. San Jo-
sobre Plaguicidas: Problemática y Soluciones. (1, 1992. San sé, Costa Rica, EUNED: p. 369-425.
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ANEXO 1

ALTERNATIVAS DE MANEJO DE PLAGAS

TIpo de Control Modalidades


No control En tanto no se justifique, mediante umbrales de decisión.

Control natural • Mejorando las condiciones topográficas.


~ - Mejorando y manteniendo las condiciones físicas, químicas y biológicas del suelo.
• Factores climáticos (lluvia , calor, vientos) .
- Nutrición balanceada y natural (manejo de la fertilización)
• Incrementando la biodiversidad del lugar con especies adaptadas de la zona
(= autocontrol por biodiversidad).
• Interrelacionando la producción animal y vegetaL
- Siembra de cercas vivas o muertas.

Control mediante - Cultivares resistentes adaptados a la zona.


prácticas agronómicas • Selección de sitio de siembra.
- Destrucción de residuos y rastrojos.
• Preparación del suelo.
- Podas de saneamiento.
• Densidad de siembra.
- Profundidad de siembra.
• Rotación de cultivos.
- Uso de cultivos "trampa".
- Manipulación de las épocas de siembra, labranza y cosecha.
- Manejo de cultivos asociados y policultivos.
• Aporca.
- Semilla y material de trasplante limpios.
• Manejo de la sombra.
• Manejo de la vegetación advenlicia ("malezas")
- Destrucción de huéspedes voluntarios y silvestres
- Periodos libres de cultivo (barbecho).
• Uso de mantillo.
- Trasplante.
• Manejo del agua.
- Uso de tutores.

40
Control físico o mecánico - Control de temperatura,
- Control de agua y humedad. •
- Destrucción manual.
- Exclusión mecánica.
- Inundación.
- Producción de campos electrostáticos.
- Uso de luz u otra energfa radiante.
- Uso de maquinaria trituradora.
- Uso de ondas sonoras.
- Uso de trampas y succión.

Control biológico clásico - Introducción de poblaciones específicas de enemigos naturales de la plaga que
interesa controlar.

Control biológico aumentativo - Propagación y liberación periódica en grandes cantidades de enemigos naturales,
parásitos o productos microbianos patógenos especfficos para el organismo plaga.
- Uso de organismos para aumentar la competencia con la plaga por el hábitat que
se comparte.

Control genético - Distorsión sexual.


- Esterilización de machos por irradiación.
- Traslocación de cromosomas.
- Uso de quimioesterilizantes.

Control legal - Aplicación forzosa de otros métodos de control.


- Epocas de siembra.
- Veda de siembra de cultivos.
- Producción y uso de semilla certificada .
• Aplicación de medidas cuarentenarias.
- Recomendaciones sobre tipo de semilla.

Control químico - Extractos de organismos.


- Feromonas u hormonas (que atraen o repelen) .
- Hormonas juveniles y compuestos juveniles.
- Repelentes.

Fuentes: Adaptado de BustiIIo (1984), citado por Henaa y Carey (1991): Brenes y Goozález (1998).

41
Man e jo I nt egu do de Pl agas (COS ta Ri ca) No. S2 p.42 · 48, 1999

Etiología del "amachamiento" del


frijol común en Costa Rica
Francisco 1. Moralcs·
CIntos M, Arayan
Juan e Hernándcz·"
José A . Arroyavc·
Mllrit1.a Cuervo·
Ana C. Vclasoo·
Mauricio Casta ño·

RES UMEN. En el últ imo decenio se ha incremen tado e l problema conocido como "amachamiento" o esteri-
lidad e n las principales regiones productoras de frijol ( Plwseolus 1IlIIgaris L.) de Cosla Rica. Este consiste en
una reducción del 24%-50% en la productividad de las variedades de frijol afectadas. sin q ue las plantas mues-
tren síntomas severos. Un análisis de plantas de frijol de variedades mejoradas. con sínto mas de "amachamie n-
to", permitió detectar la presencia de un virus isométrico. Algunas plantas de frijol de variedades criollas po-
seían el virus isométrico, asf como un pOlyvirus ide ntificado como virus del mosaico común (BCMV). Pruebas
de microscopía electrónica, serología, electroforesis y análisis de ácidos nucleicos vi rales. permitieron identifi-
car el virus isométrico como una cepa, adaptada al frijol , del bro movirus del moteado clorótico del caupí
(CCMV). Este virus había sido reportado e n Costa Rica e n 1972. ca usando un " moteado amarillo" e n frijol,
pero no ha bía sido asociado a síntomas de "amachamie nto". Los síntomas característicos de l "amachamiento"
fueron reprod ucidos en esta investigació n por el CCMV. Este virus es transmitido en forma mecánica y por cri-
somélidos, pero no por semilla. En Costa Rica se desarrolla un programa de manejo integrado del CCMV y
sus insectos vectores.

PalabrllS chn'es: Virus, Frijol, P/¡ aseolll$ vIIIga ris, CCMV, Costa Rica, Amachamiento.

ABSTRACT. Etiology of "amachamicnto" "(sterility" ) in eommon bt!lIn in CosllI RiclI . I.n the last decade the
problem known as --ama"Ch"arntemo"-C"ueriltty") has been'im:reasing i n~lh-e-llla'in bea n~produc t ion regions of
Costa Rica. This problem consists of a reduction of 24 % - 50% in the production of affected bcan varieties,
without lhe plants showi ng severe symptoms. An analysis of bean plants of improved varielies, with symptoms
of "amachamie nto", revealed the presence of an isometric virus. Sorne bean plants of local variel ies containcd
the isomctric virus and a pOlyvirus idenlified as bean common mosaic virus (BCMV). The isometric virus was
eha racterized by e lectron microscopy, serology, e lectropho resis and nuc1eic acid analyses. as a strai n. adaptcd
to bean, of cowpea ehlorotic moti le bromo"irus (CCMV). This virus had already been reported in Costa Rica
in 1972, as the causal age nt of bean "ye llow stipple", bul had not been associated with the symptoms or "ama-
cha mic nto". The characleristic symptoms of "amachamiento" were reproduced in this investigation with
CCM V. -111is virus is transmiued meehanieally and by chrysomelid beelles, bUI 110t by seed. An integratetl ma-
nagement program is bcing impleme nted fo r CCMV and its inseet vectors in Costa Rica.

Key ,","ords: Virus, Bean, Plwseollls I'lIlgaris, CCMV. Costa Rica. Sterility.

Introducción E n Costa Rica , actualme n te se cultivan aproximada-


E l (r ijol (Phaseolus vu/garis L.) es uno de los produc- m e nte 38 257 hectáreas. lo c ual represent a u na dismi-
tos alimenticios más importantes e n Ccntroam é rica. nución e n el á rea sembrada de l 45% con respecto al
Hecibido, OWII99. Aprobado,.lOION99. período 1991- 1992. La región Brunca, e n el s ur d e l
• Unidad de Virologla. CIAT. AA 6713, Ca li. CoIombiy.
'. Laboratorio de Fitopatología. Uni"ersidad Nacional. A 86-3000, Heredi a,
país, ha sufrido la mayor re ducció n e n té rminos de
Costa Riea. área c ultivada , pasando de 26 250 ha e n 1991-1 992, a
... Ministerio ~ Agricultura y Ganadería. Región 8 runca. r crez Zeledón,
Cos.... Rica, 12098 ha e n 1997-1998 (Salazar 1997, A ra ya 1994).

42
Entre las causas que explican la disminución en el res de la localidad Veracruz (9 0 05 ' latitud norte, 83 0
área sembrada de frijol en la región Brunca, se men- 32'longitud oeste) , cantón de Pé rez"Z eledón, a un a al-
cionan la baja productividad del frijo l y los problemas tura de 660 msnm. En esta área predominan las varie-
fitosanitarios. La reducc:ión de la productividad está dades criollas de frijol tales como Saca pobres (varie-
asociada a la topografía montañosa del terreno y al dades de grano rojo y negro) y Gene ralito (grano
sistema de producción utilizado (tapado y espeque). rojo). En ot ras local idades cerca nas se siembra la va-
Entre los problemas fitosanitarios más importantes de riedad "Talamanca" de grano negro y se realizan in -
esta zona estáD o bongos patógenos causantes de la vestigacio nes sobre mejoramiento gené tico de fr ijol.
antracnosis (CoIJeIooichum lindemuthitmum) y la Toma de muestras: Cada muestra consistió de 0,05 g
musti a hilachosa (1JtImatt!phorus cucumeris). Sin e m- de tej ido foliar , tomado de la parte más joven de cada
bargo, en el último decenio se ha incrementado otro planta sintomática. Las muestras se sometieron a un
problema conocido como -amachamie nto", caracte ri - proceso de secamient o rápido, en un vial he rmé tica-
zado por reducir DOIabIemente la e mi sión de va inas y mente sellado, conteniendo un desecante gelat inoso
la producción de frijol en la región . Este afecta parti - de sílice activado (Davidson Chemical , Baltimore,
cularmente una de" principales variedades mejora-
das de frijol de palIO oegro cultivadas en Costa Rica ,
MD, USA) . Este proceso inactiva todo orga nismo
asociado a la muestra , pe ro fija proteínas y ácidos nu-
llam ada TalamallC' lo cual ba Corlado a los agriculto- cle icos para análisis de laboratorio.
res a reemplazarla por \-anedades nativas de menor Microscopía electrónica: Las muestras se pre pararon
pot encial de reudimiento y susceptibles al virus de l para microscopía electrónica directa (tinción negati-
mosa ico común. va) e n aceta to de uran ilo al 2%, pH 3,7. E n fo rma si-
Las inv~s realizadas en la región Brun- milar, se preparó tejido fo liar para un examen citoló-
ca, han contribuido. rumplazar, gradualmente, el sis- gico, según e l método descrito an te ri orme nte
tema de tapado poi" la siembra directa y a mejorar e l (Mora les el al. 1990). Los cortes finos del tejido vege-
manejo de las e..'eu..edades fungosas. Por e l contra- tal fijado e incluido e n resinas e póxicas se hicieron
rio, el "amacha,..¡".o- se ba incrementado, debido a l con un ultramicró tomo Sorva l MT6000.
desconocimiento cid agente causal. Serología: Se utilizaron ant isueros policlonal es especí·
En la Regióa Huctar. al norte de Costa Rica, la ficos contra los siguientes virus: virus del mosaico co-
producción de f:rijof se ha tecnificado significativa- mún del frijol (BCMV), virus del mosaico común y la
mente, duplicaDdo cl rendimiento promed io de los úl- necrosis del frijol (BC MNV), virus de l mosaico rugoso
timos diez años. a . respecto a los de la región Brun- del frijol (BRMV), virus de l mosaico sure ño de l frij ol
ca (450 kglha). Dreafortunadamente, los rendimientos (BSMV), virus de l mosaico suave de l fr ijol (BMMV),
de la región Huetar. bao disminuido, pasando de 870 virus de l mosaico severo de l caupí (CPSMV), virus del
kg/ha e n 1993-1994•• S62 tglha en 1996-1997 (Araya mosaico del pepino (CMV) , y e l virus del enanismo del
y Araya 1998 comw.jpciÓD personal). En esta región maní (PSV). Tambi én se utilizaron anlisue ros mono-
se considera al-.......amiento .. como uno de los fac- clonal es de amplio espectro para pOl yvirus (Agdia),
tores que interfiereD en la producción de frij ol (J.A. cucumovirus y geminivirus lransmitidos por mosca
Saborío, Comupjcacjcjg perwna l). Estos rendimientos blanca. Estos antisue ros, excepto el antisuero mono-
contrastan con el rendimiento promedio (1600 kg/ha) clan al para po tyvirus, son parte del bancO de antisue-
e n América del Norte. ros de la Unidad de Virología del CIAT.
Esta in....estipci6n se realizó con el objetivo de Las prue bas inmunológicas utilizadas fueron
determinar la etiolopa del-amacham ie nto" del fr ijol ELISA (Clark y Adams 1977) directa e indirecta y la
com ún e n Costa Rica Ydesarrollar alternativas de ma- de inmuno-captura y microscoscopía e lectrónica, de
nejo que permitaD recuperar la productividad de l fr i- éstas se utilizó la ISEM (Derrick 1973).
jol en las zonas productoras de este país, así como de Extracción de ácidos ribonucléicos de cadena doble:
Panamá y Nicaracua. donde se ba informado la pre- La prueba de extracción de ácido ribonucléico de ca-
sencia de este problema. de na doble (ARNcd) se realizó según la técnica reco-
me ndada por Dodds y Bar-Joseph (1993). Los pesos
Materiales y mili dos moleculares aproximados se determinaron usando
Reconocimintro al , . Rqiólt Brunco: Los reconoci- una escala de marcadores de 1kb (Bethesd a Research
mi entos se realizan en julio de 1998, en los alrededo· Laboratory, Bethesda, MD, USA).

43
Prueba del "Wu fern Blof" para la detección de la
cubierta proteica viral : Esta prueba se realizó me- •
diante electroforesis de muestras de plantas afectadas
y sanas en geles de poliacrilamida al 10%, en presen-
cia de sulfato dodecilo de sodio. Las muestras se co-
rrieron a 100 V durante 1 h, Y las bandas se transfirie-
ron a una membrana de nitrocelulosa, utilizando un
sistema de transferencia de Bio-Rad (Hertfordshire,
lnglaterra, HP2 7TO). El análisis de proteínas se rea-
lizó usando el sistema de análisis de Western Blotting
de la Amersham Life Science Ltda. (Buckinhamshire,
Inglaterra , HP7 9NA). El antisuero se usó en una con- Figura 1.
centración de 1:1000 (v/v). Elongación
anormal de la
Prueba de patogenicidad: Se inocularon mecánica- gura en plantas
mente 19 genotipos de frijol: "Oubbele Witte", "Strin- de frijol
gless Orcen Refugee", "Redlands Oreenleaf B y e", "amachadas".
"Pure Oold Wax", "lmuna ", "Oreat Northern 123",
"Sanilac", "Michelite 62", "Red Mexican 34 y 35", nivirus transmitidos por mosca blanca y por el virus
"Pinto 114" , "Mon roe", "Jubila", "Black Thrtle Soup", del mosaico común del frijol.
"Top erop", " Improved Tendergreen", "Amanda" y Con respecto a otras enfermedades, se observó
"Bountiful ". Estos genotipos fueron inoculados en la baja incidencia de enfermedades fungosas, como la
hoja primaria, utilizando cinco plantas por genotipo de mustia hilachosa. Las plantas también presentaban
frijol. El in6culo consistió en tejido foliar de plantas de daño foliar inducido por crisomélidos (Coleoptera:
frijol afectadas por "amachamiento" pero libres de los Chrysomelidae) y se apreció una población abundante
potyvirus BeMV y BCMNV, homogenizado en agua de diferentes especies de esta famil ia.
destilada estéril. Las plantas inoculadas se mantuvie- Mediante microscopía electrónica se determinó
ron en condiciones de invernadero, dentro de jaulas que la mayoría de plantas de frijol afectadas por ;'ama-
cubiertas con malla a prueba de artrópodos vectores. chamiento", mostraban la presencia de dos tipos de
partícu las virales: filamentos flexuosos de ca. 750 nm
Resultados de longitud y partículas isométricas de ca. 30 nm en
El reconocimiento de las localidades estudiadas en la diámetro (Fig. 4). En cortes ultrafinos del tejido foliar
región Brunca de Costa Rica, permitió observar diver- de algunas plantas de [rijol afectadas por "amacha-
sas variedades y materiales de mejoramiento genético miento" se observaron inclusiones citoplasmáticas ci-
de frijol en etapa reproductiva, con crecimiento vege- líndricas características del grupo de los potyvirus.
tativo normal e inclusive vigoroso pero con escasa pro- Además se observaron grupos de partículas similares a
ducción de vainas. Las plantas afectadas por "amacha- virus isométricos, dispersas en el citoplasma de células
miento" mostraban una coloración verde oscura y infectadas (Figura 5). En las muestras de la variedad
algunas plantas poseían una guía anormalmente larga
(Fig.!). En la mayoría de las plantas afectadas, se apre-
ciaban diversos grados de deformación foliar (Fig. 2),
sin manifestación de algún tipo de mosaico o variega-
ción. Algunas plantas mostraban diversos grados de
clorosis foliar, pero sólo en la variedad "Talamanca" se Figura 2.
observaron manchas c10róticas tenues (Fig. 3). Las po- Deformación
foliar en plantas
cas vainas formadas, en las variedades de frijol cultiva- de frijol
das en esta localidad , no presentaban síntomas aparen- -amachadas· .
tes, excepto en la variedad "Sacapobres", que algunas
vainas en formación, tenían una textura coriácea.
Algunas plantas de frijol mostraban baja inciden-
cia de síntomas semejantes a los inducidos por gemi-

44
asociadas a las plantas de frijol afectadas por "amacha-
miento" en la región Brunca. Debido a que este patrón
de bandas y los síntomas de campo son similares a los in-
ducidos por cucumovirus, la prueba de Western blotting
se realizó con un antisuero producido contra el virus del
mosaico del pepino (CMV). En esta prueba, y a pesar de
que este antisuero para CMV no había reaccionado en
pruebas de ISEM, se detectó una banda con un peso
molecular aproximado de 20 Kd (Hg. 7).
Estos resultados no coinciden con los valores
de peso molecular esperados para los componen-
tes genómicos ni para la subunidad proteica de un
Figura 3. Manchas cloróticas tenues en la variedad Tala-
manca, afectada por -amachamiento". Cucumovirus (3400,3000,2000 y 1000 p.b. , Y 24 Kd,
respectivamente). Los valores encontrados en es-
"Talamanca" solo se apreciaron partículas isométricas. tas dos pruebas son similares a los comunes para
Las pruebas serológicas demostraron la presencia un miembro del género Bromovirus ( Lane 1979).
de potyvirus, específicamente BCMV, en la mayoría
de las muestras de variedades criollas. Las muestras de
las plantas de frijol con síntomas similares a los indu-
cidos por geminivirus. reacciona ron con el anticuerpo
monodonal de amplio espectro para geminivirus
transmitidos por mosca blanca, confirmando la obser-
vación de síntomas. Estos virus resultaron ser diferen-
tes al virus del mosaico dorado (BGMV) del frijol (El
Morales, datos no publicados). Algunos de los anti-
sueros utilizados para la detección de cucumovirus
reaccionaron débil. pero positivamente, con las mues-
tras de plantas de frijol afectadas por "amachamiento",
provenientes tanto de la región Brunca como de la Hue-
tar (muestras de la variedad "Talamanca" suministradas Figura 5. Citología de partículas similares a virus en células
por ellng. lA. Sabono. ClAT-Costa Rica). Ninguno de de frijol afectadas por "amachamiento·.
los otros antisueros incluidos para la detección de virus El único bromovirus reconocido como patógeno
isométricos. comúnmente encontrados en frijol , reac- del frijol común en condiciones naturales, es el motea-
cionaron positivamente. do c1orótico del caupí, llamado anteriorme nte virus
La electroCoresis de ARNcd permitió detectar la del "moteado amarillo " del caupí (Zaumeyer y Tho-
presencia de cuatro bandas (Hg. 6) de tamaño molecuJar mas 1950). Este virus generalmente induce un amari-
aproximado a 3173.2r07.1972 y 779 pares de bases (p.b.) llamiento intenso, que difiere de los síntomas observa-
dos para el "amachamiento" del Crijol en Costa Rica.
Se procedió a realizar un 1SEM con un antisuero con-
tra el virus del moteado c1orótico del caupí (CCMV).
Los resultados de esta prueba fueron positivos, obser-
vándose la inmunocaptura del virus isométrico pre-
sente en las muestras de plantas de frijol afectadas por
"amachamiento" con el antisuero específico para el
CCMV (Fig. 8).
En las pruebas de patogenicidad , el CCMV inCec-
tó sistémicamente todas las variedades de frijol inocu-
ladas. Las variedades "Stringless Green Refugee ",
Figura 4. Observación directa de partículas virales (flechas)
observadas por microscopía electrónica en plantas de frijol " RedJands Greenleaf B y C", "Imuna", "Sanilac",
"amachadas· "Red Mexican 34 y 35", "Jubila;', "Black Thrtle Soup"

45
e "Improved Tendergeen" reaccionaron con deforma- S E Cl\IV

-
ción foliar. Las variedades "Redlands Greenleaf-B y
C", "Great Northern 123", "Monroe y "Improved
Tendergreen" presentaron diversos grados de motea-
do leve. Las variedades "Amanda", "Bountiful",
"Dubbele Witte", "Pure Gold Wax", "1m una", "Red
Mexican 34 y 35", "Jubila", "Black Thrtle Soup" y
"Top Crop" mostraron clorosis. Además la variedad
•• ,.. t

---
"Dubbele Witte" presentó defoliación.

.
CMV - Kaoer
Figura 6. Bandas Fig ura 7. "Western Blot" de extractos de plantas de frijol
(flechas) obtenidas por afectadas por "amachamiento" (E) mostrando la subunidad
electroforesis de ácidos protéica de la capside viral (flechas); control sano (S); extrac-
ribonucléicos de cadena tos de planta de frijol infectada por el virus del mosaico del
doble extraidos de plan- pepino (CMV); y marcadores moleculares (M), utilizando un
tas de frijol afectadas antisuero (Kaper) para el CMV.
por "amachamiento' (E);
control sano (S); y Fulton el al. (1975a), concluyeron que el virus
marcadores de peso del "moteado amarillo" del frijol es una variante pa-
molecular (M). togénica del virus del moteado c\orótico del caupí
(CCMV). Este último, es el nombre oficial del virus,
aceptado por el Comité Internacional para la Taxo-
nomía de Virus (Murphy el al. 1995). El CCMV tie-
ne un amplio ámbito de hospedantes, predominante-
mente leguminosas, tales como el frijol común y
Discusión otras especies de Phaseolus, como P. lunalUs y P
Los resultados obtenidos demuestran que el problema acutifolius; el caupí y otras especies de Vigna, Glyci-
conocido como "amachamiento" del frijol en Costa ne max, Cajanus cajan, Cassia spp., Cyamopsis tetra-
Rica es una enfermedad viral. El principal virus cau- gonoloba, Macroptilium lalhyroides, Lupinus albus,
sante de la pérdida de rendimiento en las variedades Pisum sativum y Desmodium spp. (Gámez 1969,Ful-
de frijol afectadas por "amachamiento", es el virus del ton el al. 1975b, Brunt et al. 1990).
moteado c\orótico del caupí (CCMV). La detección
del CCMV con algunos antisueros producidos contra
cepas del virus del mosaico del pepino se debe a la es-
trecha relación taxonómica que existe entre virus de
los géneros Bromovirus y Cucumovirus (Lane 1979).
En las variedades de frijol criollas como Sacapo-
bres y Generalito, el virus del mosaico común contri-
buye a incrementar las pérdidas de rendimiento cau-
sadas por el CCMV Este último virus, se reportó en
Costa Rica en 1969 con el nombre de "moteado c1oró-
tico" (Gámez 1969). Posteriormente, Gámez se refirió
a esta enfermedad como el "moteado amarillo" del Figura 8. Prueba de inmuno-microscopia electrónica con ex-
frijol (Gámez 1976), por asociación a un virus similar tractos de plantas de frijol afectadas por "amachamiento", uti-
aislado de frijol común en IlIinois, Estados Unidos en lizando un antisuero para el virus del moteado clorótico del
1950 ( Zaumeyer y Thomas 1950). Gámez informó so- caupí (CCMV), mostrando alta concentración de partículas vi-
rales atrapadas.
bre la transmisión del virus causal por los crisomélidos
Cerotoma ruficornis y Diabrotica balteata.

46
Según e ' u ) en las condiciones de Tu· bromovirus transmit ido po r c ri somé lidos. Los sín -
rrialba. doade te *7 'Ó por prime ra vez la e nfer me· to mas ind ucid os por este virus e n la región Brun ca
dad y de S. ..... o.aa Rica, donde se rea lizó parte de Costa Rica , di fiere n de l " moteado ama rill o " ca -
de l trabajoeq ,1 el principal síntoma en frij ol racterístico de esta enferm edad e n los Es ta dos U ni ,
era el mot~ Al y que las plant as infectadas dos, Costa Ri ca y C uba. Es pos ible que la sint o ma -
no mostra . ' • juoes. rugosidades o mosa icos, lo logía de l "a macha mi e nl o" esté asociada a la
y asímismo _ _ crideDcia de que e l virus del mo' ad ap tació n del vi rus a cond icio nes am bie nta les di -
teado arnarAII.- Rducciones im portantes en la versas o a nuevas variedades de frijol.
producción . . . . . . En esta investigación se lograron reproducir los
Al inicio . . . . . . 70. e l mo teado amaril lo del síntomas característicos del " a macham iento": de fo r-
(rijol apareció _ C* (Blanco y Bcncomo 1979) en mación y mOl eado fo lia r y, dismin ución de la capaci-
la Provincia . " 7 ,as
y posteriorme nte, en Pi nar dad reproductiva de las plantas de fr ijol infec tadas sis-
del Río. H ~ya.o de Avila . Blanco (1978) se- lém ica men te por el CCMV. Las pérdidas de
na la que esta' L' se caracteriza por manchas re ndimie nto del 44-73%, reportadas en Cuba , coinci-
amarill as ilie' 4ispcrsas en la hoja, en forma de den con los resultados obtenidos en esta invest igación
moteado. cu,a - . •J difiere según la variedad y e n Costa Rica; siendo e l número de va inas por pla nta,

Sincm.....
no produce , S ; es
o y Bencomo (1979) e n estu-
dios sobre el decID . . virus e n el rendimie nto de cin-
y e l número de semillas por vaina , los componentes de
rendimiento más afectados por el CCMV.
E l culti vo de variedades de fr ijol criollas e n la re-
co variedadcs_ lijlll.cacontraron que e l rendimie n- gión Brunca, como "Sacapobres", incorpora otro fac-
to de vaiUIIJ 7 te redujo entre 22 % y 50% en tor limitante para la producció n de frijo l: la suscepti-
todas las \"3.i ' , • -.xuJadas con e l virus y e l peso bilidad al mosaico común del frijol. Esta e nfer medad
de va in a ~ • ..;o cDtre 22 % y 60 % en la ma- se e ncontró ampli amente dise minada e n las loca lida-
yo ría de las f . ' , , el Dúmero de se millas/vaina" des estudiadas en la Regió n Brunca, lo cual contribu-
mostró una d- . . basta deI6 1%, e n té rminos ye a reducir más la producti vidad del frijol e n las zo-
generales. el i 5 ato disminuyó e ntre 44 % y
• nas afectadas por "amacha miento",
73% e n las f . ' « 1m de frijo l eva luadas en esa in- La asociación frecue nte de los cult ivos de maíz y
vestigación. & c. , rones prelimi nares e n Costa frijol y la labranza mínima en la región Brunca, favo-
Rica, e n C()Ol. ic 1I de ill\,'cmadero, con e l vi rus ais- recen e l desarrollo de a lt as poblaciones de criso méli-
lado de plantas- -tv1as" , se determi nó una pé r- dos vectores del CCMV en estos hospedantes. A pesar
dida de reoe'- . • • tllpCTior al 70% en las varieda- de qu e el control químico de crisomél idos es relativa-
des "Talamanca'"', -sacapobres" (F.l Morales, datos ment e más fácil que el de o tros insectos vectores, es
110 publicados). necesario desarrollar estrat egias de manejo integrado
de plagas acordes con los siste mas de prod ucción agrí-
ConclusicJla cola soste nible. En Costa Rica, se ha n iniciado esfuer-
El " amacheeieeto- del frijo l e n Costa Ri ca, es zos para mejorar el ma nejo del proble ma de " amacha-
ca usado por el rirB del mo teado c1o rótico del ca u- mie nto" del frijol con base en los resultados de esta
pí (CCMV=Cowpea chJorotic mottle viru s), un investigación,

47

-
Literatura citada
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48
Manejo t ntegrado de Pl agas (Co ua Ri,a ) No. 52 p.4 9-6L 1999

Diagnóstico del uso de insecticidas para el combate


de Plutella xylostella en Costa Rica
Lisbe th Araya R.·
Luis A . Monge V."
Elizabe lh Caraw R ... •
Vícto r M . Cartín L. . .. .

R ESUMEN. Se realizó un diagnóstico sobre el uso de insecticidas y otros métodos de combate de la polilla
del repollo, Plute/la xylostella. Se entrevistaron 8 1 productores de repollo en Cartago y Alfaro Ruiz, Costa
Rica . El 67,9% de ellos señaló que destruye los residuos de cosecha con herbicidas, maquinaria o manualmen-
te. El 19,8% ha utilizado feromonas para controlar esta plaga, lo cual parece con firm ar que desconocen las
bondades de estas sustancias. Los híbridos de repollo más utilizados fu eron Izaleo PI y Kuisto, el primero de
e\los por su resistencia a la polilla y el segundo, aunq ue susceptible a esta plaga, es seleccionado por su cali-
dad ; otros híbridos usados fueron $tone Head, Chartman , Field Sport, Bronco y Bejo (morado). El método de
control de P. xylostclla más utilizado por los productores e ntrevistados fue el químico. Ellos no utilizaron el
equipo de protección recomendado para las aplicaciones. porque lo conside ran illJlCcesario y de elevado cos-
to. La mayoría de los productores utilizó la dosis de insecticida recomendada por unidad de volumen: sin e m-
bargo. al hacer mezclas de insecticidas,en muchas ocasiones sobredosificaron . Los agricultores hacen rotación
de insecticidas. pero sin seguir recomendaciones técnicas, que eviten la selección por resistencia cruzada , Los
insecticidas más utilizados en ambas zonas fueron piretroides. Bacilllls tllllringiclIsis. ncreistoxinas, organofos-
forados y carbamatos.

P~ l lIbrlL<; clave: Insecticidas, Diagnóstico, Control químico, Pllltella xyloslella, Costa Rica.

A BSTRACT. Diagnosis uf the use of insecticides for Ihe control uf Plutt!lla J:)'lostella in Costa Rica. An
analysis of the use of insccticides and other control methods of the cabbagc moth P. xylos/ella was pcrformed.
Eighty--one cabbage producers in Cartago and Alfaro Ruiz , Costa Rica, were interviewcd . Of these, 67.9%
indicated thal they dcslroy the residucs (rom harves! wit h herbicides. machinery or manually. To cont rol this
insecI. 19.8% have uscd pheromones, which seems 10 confirm that Ihere is a lack of knowledge of the me rils
of this substances. Izaleo FI and Kuisto were the mosl frequ ent ly uscd cabbage hybrids, Ihe first of these for
its resistance 10 Ihe moth and th e second, although susceptible to lhe pesl, is chosen for its quality. Other
hybrids used were Stone Head , Chartman, Field Sport, Bronco and Bcjo (pu rpl e). Of the produce rs inter-
viewed, Ihe control mcthod for P xylos/ella most used was chemical. Whcn applyi ng lhe ínsecticides they did
not use the recommcnded protec¡ion eq uipment because they considcrcd it unn ecessary and costly. Most of
thc produccrs uscd the rccommended dase of insecticide by a unít of voJ ume; however on mixing the insccti-
cides Ihere were frequentl y overdoses. The fa rmers rotate the insccticides, but without fo llowing ¡he tcchnical
recommendalÍons that avoid selection for cross resistance. ' 1l1C insecticides mOSI uscd in bot h zones were
pyrethoids, Bacilllls tlmringiensis. nereistoxins, organophosphatcs and carbamates.

Key words: lnsecticides, Diagnosis, Chemical controL I~{¡lfell(l xylos/ella, Costa Rica.

Introducción sus hospedantes están e l re po llo, la brócoli y o tras


La polilla d e dorso de diama nte Pilael111 xylostella L. planlas del género Brassicll. Es te insecto es cons ide ra-
(Lepidopte ra: Plutellidae) tambié n conocida como do e l p rincipal lim it ante e n la producció n de repollo
pa lom illa de l repollo es una plaga cosmopoli ta. Entre e n Costa Rica. El repollo es un a de las hortalizas de
ReribHI,,: 17/ tll99. Aprol".du:~.
• f..5t'UCla de Ü\udi"" Gt"",ales y CICA , Uni.'crsidad de COSla Kica. San.IcM. CosIa Il:ica.
•• Escuela de Ingenit'rla Agropecuaria Adminislra1iva. In"ilUto Ttcnológioo de COtila Il: ica. Canago, Costa Il:ic:o..
oo. Ccnlro de In"""ligación en O.mtaminación A mb;en lal (CI CA) y Escuela de I''- ¡oteen;a. Uni"ersidad de Costa Il:ica. San.IcM, c..~la Il:i"".
····E$c\Iela del Ciencias Agrarias, Universi dad Nacional . I krcdia. C(O!;IMkiao.

49
mayor consumo fresco y es parte de la die ta de un lidades de desarrollo de resistencia por parte del in-
gra n sector de la población, en consecuencia, se re- secto. La mayoría de los insecticidas usados son de al-
quiere de grandes volúmenes de prod ucción (Carballo to riesgo por su toxicidad , lo cual se agrava porque
el a1.l989b. Cordero y Cave 1990). m uchos agricultores no conocen su peligrosidad o no
La la rva de Pllltella mastica e l fo llaje, da ñan do las e mplea n los equipos apropiados para aplicarlos. Por
hojas y la cabeza del repollo, las cubre de excre me n- lo tanto, es necesario busca r o pciones o alte rn at ivas
tos, te larañas y construye galerías en e lla s. También de manejo que reduzcan la alta infestación de esta
ataca las Oores inmaduras de brócoli y coliflor. En las plaga y por ende la aplicación de los plaguicidas
primeras etapas del cultivo de repollo, afecta el área (Ochoa el al. 1989). Con este objet ivo se realizó un
fo tosin tét ica y reduce el vigor de la pla nta. Cuando diagnóst ico de l uso de insecticidas para el combate de
afecta el cogollo, al inicio de la eta pa de formación de P xyloslellll utilizadas por los agricultores e n dos zo-
la cabeza , e l proceso puede detene rse, pero si la cabe- nas productoras de Costa Rica: para seleccionar los in-
za está formada y la larva cont inua barre nando, el re- secticidas sob re los cua les deberá est udiarse e l desa-
pollo tendrá aguje ros que afecta rán su ca lidad (Ochoa rrollo de resistencia por parte de esta plaga.
el al. 1989, Monge 1991). Al inicio del culti vo, e l nivel
de infestació n de la plaga es bajo, pero durant e la e ta- Materiales y métodos
pa de formac ión de la copa y de la cabeza, se multipli - A. Zonas de estudio
ca rápidamente para alcanza r su población máxima al El diagnóstico se realizó e ntre julio de 1993 y octubre
fina l del cieJo del cuh ivo (Monge 199 1). de 1996. Se e ntrevistaron 81 agricultores de las zonas
En Costa Rica, la producción de repollo es reali- productoras de repollo más importantes del país
zada por pequeños agricuhores, a lgunos de los cuales (Cuadro 1).
utilizan mano de obra familiar e n e l proceso. Gene ral-
CUADRO 1. Número de productores de repollo entrevista-
mente, la comercialización de l producto es "en pi e", o
dos, según zona de estudio. Julio, 1993 - Octubre, 1996.
sea, un int ermediario compra la cosecha e n el campo;
sin e mba rgo, a lgunos productores venden el producto Zona NO.de Agricultores
a grane l, por peso o bulto (CATIE-M IP 1990). Norte de Cartago 53
Cada zona productora ti ene un historial agrícola Oreamuno 18
particular, lo cual implica diferen tes estruct uras y es- Cipreses-Oratorio 11
trategias de cont rol de la plaga. A ésto contribuyen Pacayas 13
las exige ncias del mercado e n lo referente a la calidad Cervantes 4
de l producto, las cua les han cambiado y por consi- Capellades 2
guie nte también las prácticas agrícolas para con trolar Llano Gran e 2
P xylosfella. Actualmente, el consum idor prefiere pro- Guadalupe Alvarado
ductos sin manchas o daños por insectos. Además, las San Rafael de Irazú
campañas publicitarias a fa vor de los plaguicidas han Asención
contribuido a la adopción del control químico como Alfaro Ruiz (Alajuela) 28
única medida para lograr un producto "más limpio" y 2
La Legua
de mayor aceptación en el me rcado (CATIE-M TP 1990)
Parcelas 4
Para c l control químico de P xylol'tella los agricu l-
Tapezco 3
tores ap lica n cantidades considerables de insecticidas
Palmira 7
y tie nde n a hacer las aspersiones en forma ca lendari-
Pueblo Nuevo 12
zada , usa nd o un producto o mezclas de e llos, que oca-
Heredla Norte 1
siona e l "típico círculo vicioso" de los plaguicidas. Es-
to afecta la vida diaria de su familia , al convertir sus TOTAL 82
casas en peq ueños almacenes de productos, con el pe-
ligro de intoxicaciones agudas o crónicas (CATIE- La mayor cantidad de ent revistas se realizaron e n
M IP 1990). Además, el uso ind iscriminado de plagui- la provincia de Cartago debido a que ésta tiene un
cidas increme nta los costos de producción, a umenta la á rea de cultivo de brasicas (repollo-br6coli-colifl or-col
cantidad de residuos en el producto, produce efectos de Bruse las) mayor que la de Alfaro Ruiz (provincia
desconocidos e n e l ambiente e incrementa las posibi- de Alajuela). Además de las entrevistas, en cada visi ta

50
se realizaron muestreos de la plaga,y se dio seguimien- (1989b) Y Cordero (1990) los parasitoides larvales de
to al sistema de manejo del cultivo, determinándose la los géneros Diadegma, Apame/es y Micropli'¡s son los
rotación de cultivos y el manejo de los plaguicidas. que presentan mayor potencial para el control bioló-
En la zona norte de Heredia se realizó una entre- gico de esta plaga. El enemigo natural más abundante
vista, porque el área dedicada a este cultivo es reduci- fue Diadegma insulare (Cresson); no obstante, este no
da y la mayoría de la producción es destinada al con- logra ejercer un control total, excepto si están presen-
sumo familiar. por tanto. es poco representativo para tes también otras especies. Diadegma es un parasitoi-
los propósitos de este diagnóst ico. de larval solitario obligado, que ataca las larvas de P.
Con el propósito de identificar los parasitoides xyloslella preferentemente en el segundo y tercer es-
que atacaban a P. xy/oslella, se recolectaron larvas en tadio y emerge de la prepupa. En Costa Rica, el ciclo
plantas afectadas.. las cuales se colocaron con hojas de de este parasitoide es de 16 días y se ha informado de
repollo en recipientes para su traslado al laboratorio. niveles de parasitismo de 7,6 - 16,0% en distintas loca-
Posteriormente. las larvas se depositaron en jaulas y se lidades (Carballo el al. 1989b). En la estación lluviosa
alimentaron con hojas de este cu lti vo hasta que com - el con trol por este parasitoide llega a 36% pero en la
pletaron su ciclo o emergieran los parasitoides. seca se reduce a 7%. (Carballo et al. 1989b, Cordero y
Cave 1990).
Resultados La acción de este parasitoide puede mejorar ha-
Métodos de Control ciendo un manejo apropiado de las malezas hospe-
Destrucción de residuos de cosecha. El 67,9% de los dantes de P. xyloslella y otras especies que permitan
agricultores de ambas zonas (Fig. 1) eliminan los resi- mantener las poblaciones de ambos insectos (Carballo
duos de cosecha una \'ez finalizado el ciclo de cultivo. et al. 1989a). Este mismo autor ha informado que va-
Esta práctica la efectúan aplicando: herbicida, elimi- rias especies de Diadegma se multiplican con facilidad
nando las plantas con cuchillo o con cortadora o ara- cuando las plantaciones de repollo están rodeadas de
do adaptado a un tractor. vegetación natural. Sin embargo, las poblaciones de
La destrucción de los residuos de cosecha es una enem igos naturales no aumentan significativamente
práctica recomendable. porque la permanencia de dejando los residuos de cosecha en el campo; por lan-
plantas en el campo incrementa la población de la pla- to, su eliminación puede resultar conveniente (Carba-
ga, así como el inoculo de las principales enfermeda- 110 et al. 1989a).
des que atacan al cultivo. Muchos agricultores dejan sus cult ivos abandona-
En Cartago y Alfara Ruiz se observó un número dos en el campo cuando los precios no cubren los gas-
reducido de enemigos naturales, los encontrados per- tos, lo cual increme nta los problemas causados por es-
tenecen a las familias Ichneumonidae y Braconidae. la plaga en zonas aledañas.
Sin embargo, ninguno es capaz de controlar totalmen- La práctica de destrucción de los residuos es usa-
te la población de P. xy/ostella. Según Carballo el al. da con mayor frecuencia por los productores de repo-
llo de Cartago (50,6%) que por los de Alfaro Ruiz
(17,3%) (Fig.1).
Uso de feromonas. Las feromonas sexuales per-
70 miten disminuir las poblaciones del insectO' plaga, de-
60 tectar la presencia de insectos de interés agrícola, co-
i,
u
·0
50 nocer el comportamiento de las poblaciones de la
plaga y lo más importante, facilitan la toma de decisio-
~
~


"
30
nes sobre el uso adecuado de los insecticidas. Además
~

o 20
con ellas se logra la captura masiva del insecto plaga,
Z se crea confusión entre los sexos, lo cual reduce la fre-
10 Destruyen
o cuencia de copulación, disminuyendo sustancialmente
f\,.\li1- NodestruyW las poblaciones (Mora el al. 1990).
f>.II\l.(O C\l.~ ~oe
t\O.\O ~ o¡..'d'-"3\
El empleo de estas sustancias, como parte de pro-
~ gramas de manejo integrado de este insecto, se re-
Figura 1. Porcentaje de agricultores Que realizan la práctica monta a finales de los años 80 y su objetivo ha sido re-
de destrucción de rastrojos. ducir el uso excesivo de plaguicidas. logrando un

51
control adecuado de la plaga. En Costa Rica , las fero- Control químico
monas se pueden adquirir en el D epartamento Sani- Uso de insecticidas. La din ámica d e P~xyloste/la en el
dad Vegetal de l Ministe rio de A gricultura y Ganade- cultivo de repollo está en función d e la alt itud, la tem-
ría (Monge 1991). pe ratura y la precipitación, así como al man ejo de la
A pesa r de la conocida eficacia de las reromonas., plantación antes y después de la cosecha . Cuando no
so lame nte 19,8% de los agricultores en trevistados las hay infestación desde campos vecinos, la población de
ut ilizan y 12,3% las utilizó alguna vez (Fig. 2). Los la plaga aum enta de acuerdo al crecimien to del culti-
agricultores seña lan que no las utilizan porque son di- vo, pero cuando ocurren migraciones de adultos de
fícil es de adquirir. Sin embargo, se d educe de las en- ot ras áreas, el incre me nto de la población es más ace-
trevistas que la mayoría de los productores descono- lerado (CATIE-M IP 1990). Algunas de las fuen tes de
cen las ven tajas del uso de las feromonas, a pesar de infestación son las plan taciones de repollo (e n todas
las evidencias de su eficie ncia . Por eje mplo, en San las etapas de crecimiento) aledañas, los residuos de
Isidro de Heredia el entrevistado senaló que las rero- cosecha que permanecen en el campo, los re brotes de
monas le permit ie ron reducir las aplicaciones, hasta tocones y pla ntacio nes abandonadas o mezclas de cru-
te ne r inte rvalos e ntre aspersiones de 15 días e n época cíferas., incluye ndo malezas.
seca y de 20 días en época lluviosa (Monge 1986). Al- En las primeras etapas d e crecimiento d el cult ivo,
gunos de ellos consideran que las hormonas atraen la la plaga está e n su fase d e colonizació n y conforme a u-
plaga al cult ivo (Monge 1991). mentan los recursos disponibles, la palomilla se mu l-
Esta situación revela la necesidad de incrementar tiplica hasta alca nza r su población máxima, e n la eta-
el uso de feromonas en ambas zonas del país., así como pa de lle nado de la cabeza. El nivel más alto de
buscar los mecanismos para info rmar a los agriculto- infestación ocurre e n las últimas cinco etapas feno ló-
res de los beneficios de estas sustancias; prese ntándo- gicas de l cultivo y es bajo e n las primeras cuatro.
las como un mé todo seguro e in6cuo para el ambien- En invierno, la infestación se mantie ne e n niveles
te y la salud humana. bajos, debido a la lluvia . En la rvas pequeñas, la mor-
talidad está directamente relacionada con el ín dice de
precipitación, aspecto demostrado e n un estudio e n e l
cua l la lluvia causó 47% de mortalidad de larvas pe-
quenas por ser éstas más susceptibles al a hogami en-
"
ro to, mientras que en las grandes, este índ ice fue de
12% (Monge 1991, Mora 1990, Carba llo el al. 1989b,
CAT IEIM IP 1990).
La lluvia también reduce la oviposición, pero e n
No usa feromona
verano no hay un factor efectivo de mortalidad y la
plaga pued e a lcanzar niveJes intolerables, especial-
me nte, durante la etapa de formación de la cabeza
Usa faromona
(Carballo el al. 1989a). Por tanto, la aplicación de in-
secticidas tiene un efecto significat ivo sobre los nive-
les de infestació n de la plaga. En una investigación so -
Figura 2. Frecuencia de utilización de feromonas para el bre la no utilización de plaguicidas e n repollo, se
control de Plufella xylostella en las zonas de estu' de terminó que en época lluviosa se puede obtene r
dio.
hasta 50% del producto con calidad comercial, mie n-
Uso de Variedades. El uso d e híbridos de repollo tras que en época seca, la no aplicación ocasion ó la
se ha generalizado ent re los agricultores de Cartago y pérdida total de la cosecha (Carballo el a1.1989a). Por
Alfaro Ruiz. Actualmente, el mercado mayorista exi- tanto, para obtene r repollo de buena calidad duran te
ge este tipo de p roducto, debido a su homogeneidad la época seca es necesario mantener nive les de infes-
e n el tamaño y a su compactación . Los agricultores se- tación bajos y pa ra ello los agricult ores se empl ean in-
ñalaron la variedad Kuisto como la más suscept ible al secticidas.
ataq ue; sin embargo, la utilizan por su calidad. Otros El método de combate de P. xylosfclla más ut iliza-
híbridos cult ivados fue ron Stone H ead, Chartman, do por los productores de repollo, de las zonas estu-
Field Sport, Bro nco y Bejo (re pollo morado) . diadas, fue e l químico (Cuadro 2). E llos no diferen-

52
cia n el nombre genérico del comercia l y desconocen el to a umenta la presión de selección sobre el organismo
grupo tox icológico al que perte nece n. Lo que provo- plaga y favorece el desarrollo de resistencia , además
ca abusos en su empleo, porque a menudo se asperjan de la contaminación del ambiente y del repollo.
en mezcla dos prod uctos del mismo grupo, por eje m- Los agricultores de Cartago y Alfa ro Ruiz no co-
pl o cartap + tiociclan, ambos nereistoxinas, o se rotan nocen o no les han sido transferido adecuadamente,
productos del mismo grupo o ingrediente activo. Es- algunos proced imientos técnicos como los umbra les

CUADRO 2. Grupos toxicológicos, nombres genéricos y comerciales de los insecticidas utilizados por productores de repollo
de Cartago y Alfaro Ruiz para el control de Plutella xy/oste/Ia .

Familia y Grupo Toxicológico Nombre Genérico Nombre Comercial


Organofosforadoa
a) alifáticos con enlace P=Ü con grupos acefato Onhene
monometil o dimetil. (Grupo 4) naled Oibron
diclorvos Atla
Inclorfon Dipterex
metamidofós Tamarón
b) alilálicos con enlace P=Q con grupos eloprofós Mocap
monodie!il, monopropil, o dipropil (Grupo 5).
c) helerocfclicos con enlace P S con grupos clorpirifos lorsban
monoelil, dielil, monopropil o dipropil diazinón Oiazinon
(Grupo 15).
d) cíclicos con enlace P S con grupos monoelil, proliofós Tokuthion
dielil, monopropil o dipropi' (Grupo 11).
e) cíclico con enlace P-S con grupos monometil o paratión metílico Penncap, FoUdol
dimeli!. (Grupo ID).
1) alifáticos con enlace P S con grupos monoetil, forato Thimel
dielil, monopropil o dipropil. (Grupo 7).
h) alifálicos con enlace P S con grupos monomelil dimeloato Danlox
o dimetil (Grupo 6)
Biológicos o MIcrobIMos (Grupo 29)
8acillus thuringiensis (Bacteria). Bacillus thuringiensis Dipel, Javelin, Thuncide,
Xenlari.
Plretroldes (Grupo 22)
permetrina Ambush
cipermelrina Arribo
dellamelnna Decís
earbamalos
a) alifálicos con grupos monometil (Grupo 17). metomil lannale
oxamil Vydate
b) heterocfclicos con grupos monometil carbofuran Furadán
(Grupo 19).
Nereistoxinaa (Grupo 35)
tiociclan Evisect
cartap Padan, Daga.
Otros
Organofosforado con grupo carboxilo malation Malalhion
(Grupo 16).
Ciclodienos (Grupo 3). endosulfán Thiodan
Laclona macrocíclica (Grupo 30). abameclina Vertimec

53
económicos, los cuales permiten decidir las aplicacio- que e n Alfaro Ruiz fueron los piretroides (89,3%).
nes basados en el grado de infestación de la plaga. Por También se determinó que los organofosfórados (gru-
el contrario, ellos aplican en forma calendarizada, una pos p =O y P=S), debido a la cantidad de productos co-
o dos veces por semana , lo cual excede la cantidad de merciales disponi bles, son aplicados por Jos agriculto-
aplicaciones necesarias para el control de la plaga y res sin conocer que algunos corresponden al mismo
aumenta los costos de producción, los residuos de pla- ingred iente activo. En Cartago, los piretroides y las
guicidas e n el producto y la posibilidad de desarrollo nereistoxinas son usados por 81,1 % de los producto-
de resistencia y efectos desconocidos en el ambi ente. res y B. thuringiensis por 67,9% de estos (Cuadro 4).
CarbaUo el al. (1989b) utilizando un umbral del 10% En Alfaro Ruiz 64,3% de los productores aplican B.
de infestación lograron un producto de buena calidad, lhuringiensis (Cuadro 5), 53,6% prefiere las nereisto-
sin bajar el rendimiento ni el porcentaje de producto xinas y 42,8% los organofosforados. Este último co-
comercial y reduj eron a nueve aplicaciones por ciclo, rresponde aproximadamente a la mitad del porcenta-
con respecto al sistema calendarizado del agricultor, je del uso de este grupo en Cartago. Los productos
que consiste de 16 aplicaciones. carbamalos y "otros" son poco usados, el primero se
Es importante la búsqueda de alte rnativas de ma- aplica en cantidades qu e quintuplican las usadas en
nejo que reduzca n la infestación de la plaga, com o es Alfaro Ruiz; mientras que en esta última localidad, el
el empleo de enemigos naturales (Ochoa 1989). Sin grupo "otros" es aplicado por el doble de los produc-
embargo, las aplicaciones contínuas de insecticidas li- tores en Ca rtago.
mitan el uso del control biológico (Carballo et al. Los resultados sobre el uso de determinados in -
1989a). secticidas plantea la necesidad de realizar campañas y
Los piretroides (permetrina, cipemlelrina, delta- programas educativos. El propósito de éstos es modi-
metrina) fueron los insecticidas más utilizados en am-

....-
bas zonas de estudio (84 %), seguido de las nereistoxi-
nas (cartap, tiociclan) (71 ,6%). Los organofosforados
con enlaces P=S (c1orpirifos, diazinón, protiofós, metil-
paratión, forato y dimetoato) y con enlaces P=O (ace-
'"
""-
-
.,~

fato, naled , diclorvós, triclorformo y etoprofós), fueron


empleados por 69,1 % de los agricultores y el Bacillus
lhuringiensis (Dipel, Thuricide, Javelin, Xentari) por

I
66,7%. Los carbamatos (metomil, oxamil, carbofurán)
y el grupo "otros" (abamectina, ciclodienos, organofos-

-
forados con grupo carboxílico), no fueron utilizados en
porcentajes significativos (Cuadro 3). o _ _ ao;_...... lIM>ILoI •
El análisis del uso de insecticidas en cada zona PmcIpa!M gr\.\OOI ~ lnsecIóckIao

mostró difere ncias (Fig. 3). En Cartago, los organo- Figura 3. Porcentaje de agricultores de cada zona , según
fosforados fueron los más utilizados (83%), mientras grupos de insecticidas aplicados.

CUADRO 3. Número y porcentaje de productores de repollo de Cartago y Alfaro Ruiz, segun el grupo de insecticidas aplicados.
Julio 1993 - Octubre 1996.

Insecticida Cartago Alfaro Ruiz No. Total Porcentaje


Agricultores Agricultores Agricultores Agricultores
No. % % %

Piretroides 43 81 ,1 25 89,3 S8 84,0


Bacillus 36 67,9 18 64 ,3 54 66,7
Nereistoxinas 43 81,1 15 53,6 58 71,6
Organofosforado 44 83,0 12 42,8 56 69,1
Carbamatos 11 21,7 1 3,6 12 14,8
Otros 9 17.0 9 32 ,1 18 22,2

54
CUADRO 4. Número y porcentaje de productores de repollo de Cartago, según grupo de insecticidas aplicados. Julio de 1993
- Octubre de 1996. .'
Localidad
Grupo Oreamuno Oratorio Cervantes Pacayas Capellades Llano Guadalupe S. R. de Asunción No. %
Grande Irazú Tolal Tolal
Piretroides 16 9 11 2 2 O 1 43 81 ,0
Bacillu5 12 10 4 7 O O 36 67.9
Nereistoxinas 16 9 3 12 1 1 O 1 O 43 81 ,0
Organofosfor. 13 12 3 7 2 2 1 2 2 44 83,0
Cartlamatos 3 4 O 2 O O O 11 20,8
Otros 2 2 O 3 O O O 9 17,0

ficar las prácticas agronómicas incorrectas que ponen de que usa n la dosis recomendada de cada producto,
en peligro la estabilidad de los ecosistemas, la salud al combinarlos sobredosifican. Esto principalmente
del productor y del consumidor. ocurre cuando utilizan el mismo ingrediente act ivo
Uso de eqllipo de prote«ión. El equipo de pro- con diferente nombre comercia l, product os con el mis-
tección adecuado para la aplicación de plaguicidas no mo modo de acción o de l mismo grupo toxicológico.
es utilizado por los agricultores. Durante este estudio Todos los agricu ltores entrevistados rea lizaron
no se observaron agricultores con ma scari lla, anteojos, e ntre una y tres aplicaciones de insecticidas por sema-
guantes, capa y botas. Ellos aducen que este equipo es na. En condiciones de infestación baja aplican sema-
incómodo y que su costo es elevado. Además, se ña- nalmente y si la población de la plaga es elevada, ha-
lan que los productos que emplean no son "dañ inos" . cen dos O tres aspersiones. Ninguno se basó en
Esta situación reafinna la necesidad de implementar criterios técnicos, como los umbrales económicos.
ca mpañas educativas que aseguren la comprensión, La frecuencia de las aplicaciones dependió de la
por parte de los agricultores. de los peligros que con- época del año, durante los meses lluviosos realizaron
lleva el no seguir las medidas de segu ridad e higiene. más aplicaciones, lo cual no era necesa rio porque la
Dosift~ .'-ero y &ecuencill de aplicacio- ll uvia constituye un factor de mortalidad de las larvas.
nes. Se determinó que la mayoría de los agricultores Los criterios de decisión para la frecuencia de
utilizan los insecticidas en la dosis recomendada por aplicación de insecticidas seña lados por los agriculto-
unidad de volumen (bomba de espalda o estañón). No res son: la zona productora, époea del año, conoci ·
obstante, algunos emplean dosis menores a las reco- miento propio o del vendedor de plaguicidas y en po-
mendadas., que no son eficaces y los obliga a aumen tar cos casos, la del técnico de la región.
la frecuencia de las aplicaciones. Otros productores in- En ambas zonas, la aplicación de insecticidas es
crementan la dosis porque consideran que así aumen- muy frecuente (cada 8 días), en Cartago alcanza 58,8%
ta la eficacia del producto. Sin embargo, aunque la yen Alfara Rui z 74% (Cuadro 6). Esta si tuación au-
mayoría no sobredosifica en cada aplicación , algunos menta la presión de selección sobre P. xylostella, con el
agricultores realizan mezclas de insecticidas y a pesar consecuente peligro de desarrollo de resistencia. El

CUADRO 5. Número 'f porcen\aie de productores de repollo de Alfara Auiz, según localidad y grupo de insecticidas aplicados .
Julio 1993 - Octubre 1996.

Localidad
Grupo La Legua Parcelas Tapezco Palmira Pueblo Nuevo No Total Porcentaje
Piretroides 2 4 3 5 11 25 89,3
Bacillus 2 2 2 4 8 18 64.3
Nereistoxinas O 2 1 6 6 15 53,6
Organofosforados O 3 O 4 5 12 42,8
Cartlamatos O O O O 1 3.6
Otros O 2 5 9 32,1

55
CUADRO 6. Frecuencias de aplicación de insecticidas en el cultivo de repollo en Cartago y Alfaro Ruiz. Julio 1993 y Octubre
1996. •
Cartago Alfaro Ruiz
Frecuencia Agricultores Agricultores Frecuencia Agricultores Agricultores
No. % No. %
Cada dos días 1 1,9 Cada dos días 1 3,6
Cada tres días 9 17,0 Cada tres días 1 3,7
Cada cuatro días 5 9,4 Cada cuatro días 3 10,7
Cada cinco días 4 7,5 Cada cinco dfas 1 3,6
Cada seis días 2 3,8 Cada seis días 2 7,1
Cada siete días 1 1,9 Cada siete dias 1 3,6
Cada ocho días 30 56,6 Cada ocho días 20 71,4
Cada diez días 11 20,8 Cada diez días 1 3,6
Cada quince días 1 1,9 Cada quince dias 5 17,8
Una vez 3 5,7 Cada veinlidos días 1 3 ,6
Una vez 2 7,1

interva lo entre aplicaciones e n Ca rtago es d e 2-15 días muy variable (Cuadro 7), los ámbitos van de 1-30 días.
yen Alfaro Ruiz 2-22 días. Ellos juslifican la frecuen- aunqu e la mayoría espera en tre 8-15 días.
cia de la s aplicaciones por razon es como tradición fa- En CaTlago se de term inaron los rangos más va-
miliar o la experie ncia de o tros productores de la zo- riables, el 46 % de los agricultores cosechó 15 días des-
na , sugerencia de l vendedor y en algunos casos de un pués de la aplicación comparado al 38,5% e n A lfaro
técnico. Ruiz. En esta zona e l 53,8% cosechó ocho días des-
Las aplicaciones de estos productos son más fre- pués d e la última aplicación , lo cual es p racticado por
cuen tes en época ll uviosa , porque los productores e l 27% de los productores de Carlago. E n esta últ ima
conside ran q ue e l agua lava e l product9, y por lo tan - zona el intervalo e nt re aplicació n y cosecha es mayo r,
to, aplican tres o más veces por sema na. Esto dem ues- sie ndo m uy conven ien te porque muchos agricultores
tra que la frecuencia d e aplicación no obedece a crite- emplea n productos de moderada y alta toxicidad , aú n
rios técnicos, sino a l conocimie nto adquirido por c n las etapas fi na les del ciclo de cultivo.
tradición o mediante la práctica de manejo del cultivo
Rotación de insecticidas
Dias previos a la cosecha, desde la última Todos los agricultores en trevistados real izan algún ti·
aplicación de insecticidas po de rotación de insect icidas porq ue conocen e l con-
Los intervalos e ntre e l mome nto de la última aplica- cepto de resist encia cuando aplica n un mismo p roduc-
ción de insecticidas y el momen to de la cosecha es to durante m ucho tiempo.

CUADRO 7. Intervalo de tiempo (días) entre la última aplicación de insecticidas y la cosecha, en el cultivo de repollo según zo-
na de estudio.
Cartago Alfaro Ruiz
No. de días No. Agricultores' Porcentaje No. de dias No. Agricultores Porcentaje
1 día antes 2,70 8 días antes 7 53,85
4 dias antes 2,70 12 días antes 1 7,96
5 días antes 1 2,70 15 días antes 5 38,46
8 dfas antes 10 27,02 18 días antes 7,69
10 días antes 2,70 22 días antes 7,69
15 días antes 17 45,95
20 dfas antes 1 2,70
22 días antes 3 8,11
30 dias antes 8 21,62

56
Es difícil establecer patrones de alternancia de in- CUADRO 8. Secuencia de aplicación de grupos de insectici-
secticidas con base en la información sobre rotaci ón das. realizada por productores de repol ~o en Cartago y Alfara
Ruiz. Julio 1993 - Octubre 1996.
de los grupos toxicológicos utilizados para el control
de Pllltella. Cada agricultor tiene su sistema de apli- Secuencia Cartago Alfara Ruiz Total ambas
cación y éste varía según los problemas que afronta en zonas
No. % No. % No. Total %
cada ciclo de cultivo. Los resultados permiti eron de- AgricuHores AgricuHores Agricultores Total
terminar el número de grupos que alt ernan y el núme-
Alternan 2 O O 5 17,9 5 6 ,3
ro de ocasiones en que repiten los grupos. Algunos
Alternan 3 9 17,6 5 17,9 1. 17,7
productores no tienen conocimien to sobre rotación de
productos basado en el grupo lOxicológico y aplican el
Alternan 4 6 11 ,8
• 14,3 10 12,7

mismo producto genérico repetidame nte, porque se


Alternan 5
Alternan 6
3 5,9
1,9
1
O
3,6
O
• 5,0
1,3
basan en el nombre comercial. Las secuencias de rota-
Alternan 2
ción de los productos por zonas de estudio se presen-
Repiten 2 7 13,7 3 10,7 10 12,7
tan en el Cuadro 8.
Alternan 2
A lgunos agricultores de Alfaro Ruiz entienden Repiten 3 O O 3,6 1, 3
mejor el concepto de rotación de productos ye I17,9% Alternan 3
alternan dos o tres de los productos (Cuadro 8). Fre-
cuentemente. ellos usan un piretroide, un a nereistoxi-
Repiten 2
Alternan 3
• 7,B 3 10,7 7 B,9

na y B. thuringiensis. Por el cont rario, 25,5% de los Repiten 3 1,9 O O 1.3


agricultores de Cartago alterna n cuatro productos, pe- Alternan 3
Repiten 4 1,9 O O 1,3
ro re piten dos de ellos durante el proceso, invalidando
la intención de rotar plaguicidas con diferente ingre- Alternan 4
Repiten 2 13 25,5 2 7,1 15 19,0
diente activo y modo de acción e induciendo mayor
Alternan 5
presión de selección sobre el organismo plaga, aumen -
tado el riesgo de la aparición de resistencia a estos
Repiten 2
Alternan 3
• 7,B 3,6 5 6 ,3

productos. Repiten 2 y 3 O O 3,6 1,3


Los agricultores de ambas zonas inici an su ciclo Alternan 4
de cultivo aplicando productos del grupo de los pire- Repiten 2 y 3 O O 3,6 1,3
troides (50,6%), inmediatamente después aplican in- Repiten el
secticidas de este mismo grupo (34 ,1 %) Y posterior- mismo Grupo O O 3,6 1,3
mente emplean alguno del grupo de las nereistoxinas
y de B.thuringiLnsis (24.4%)(Cuadro 10). es especialmente importante por ser un producto más
Durante las fases intermedias del ciclo, el 64 ,2% amigable al ambiente y menos riesgoso para la salud
de los productores de Cartago emplea n las nereistoxi- de los consumidores. En esta fase, 21 % uti lizan nereis-
nas. En Aliaro Ruiz. el 67,9% prefieren continuar toxinas, que son menos tÓxicas para mamíferos pero
usando los piretroides.. En esta última región durante muy tóxicas para la vida acuática. En Cartago, un nú -
esta fase aplican 8 churingiensis y las nereistoxinas. mero mayor de agricultores utilizan organofosforados
Por el contrario_ en Cartago. en esta fase el 51% de los en esta fase , lo cual resulta muy peligroso porque es-
productores usan organofosforados con enlaces P=S y pera n pocos días después de la aplicación para cose-
P=O, lo cual confirma que en esta zona estos produc- char el repollo y enviarlo al mercado, arriesgando la
tos son más empleados. Además, los agricultores reali - salud del consumidor. Esto confirma la urgencia de
za n porcentualmente más mezclas y aplica n más veces promover un cambio en los hábitos de aplicación de
y con mayor frecuencia durante el ciclo. Esta situa- los productores de re pollo de esta zona.
ción demuestra la necesidad de trabajar intensamente Es importante señalar, que la rotación de organo-
con los productores de esta zona, para inducirl os a va- fosforados con piretroides puede ser ventajosa en la
riar su sistema de aplicaciones, de lo contrario, el agua , medida en que los mecanismos de resistencia que estén
suelo, así como su salud y la de los consumidores pue- activándose para pir etroides, sean del tipo de insensibi -
de ser afectada seriamente. lidad en el sitio de acción , en este caso la rotación po-
Al final del ciclo de cultivo, el 35,8% de los agri- dría bajar la resistencia a cada grupo (O P y piretroi-
cultores de ambas zonas aplican B. thllringiensis. Esto des). Sin embargo, si el mecanismo de selección es por

57
CUADRO 9. Insecticidas clasificados según grupos toxicológicos, aplicados en las diferentes fases del ciclo de cultivo del re-
pollo por productores de Cartago y Alfara Auiz. Julio 1993 • Octubre 1996. ..

Cartago Alfara Auiz


Grupo Toxicológico No. de Porcentaje Grupo Toxicológico No. de Porcentaje
Agricultores Agricultores

Productos aplicados al inicio del cultivo


Piretroides· 26 43,4 Piretroides' 15 53,7
a) piretroides 9 a) piretroides 5
b) Nereistoxinas 6 b) Bacillus fhuringiensis 5
c) Bacillus Ihuringiensis 5 c) nereistoxinas 4
d) organofosforados, enlace P_S 3 d) otros (abamectina)
Nereistoxinas· 10 18,8 Baciflus thuringiensis· 5 17,9
a) nereistoxinas4 a) piretroides 4
b) organofosforados, enlace P_O 3 b) ol ros (abamectina) 1
Organofosforados, enlace P-S' 6 11 ,3 Nereistoxinas· 3 10,7
a) organofosforados, enlace P_S 3 a) piretroides 2
b) organofosforados. enlace P_O b) organofosforados , enlace P_S 1
Bacilfus thuringiensis · 5 9 ,4 Organofosforados, enlace P=S· 2 7 ,1
a) piretroides 3 a) piretroides 2
b) Bacillus thuringiensis Otros (abamectina)" 2 7,1
e) nereistoxinas1 a) piretroides
Organofosforados, enlace P O 3 5 ,7 b) Bacillus thuringiensis
a) piretroides 3
Carbamatos' 3 5,7
a) piretroides 2
b) organofosforados, enlace P_S -1

Productos aplicados durante las fases intermedias del ciclo del cultivo
Nereistoxinas 34 64,1 Piretroides 19 67,8
Organofosforados, enlace
P=S y P=O 27 50,9 Bacillus thuringiensis 17 60.7
Plretroides 26 49,1 Nereistoxinas 13 46,4
Bacillus thuringiensis 23 43,4 Organofosforados,
enlace P=S y P=O 9 32,1
Carbamatos 6 11 ,3 Carbamatos 2 7,1
Otros (abamectina) 3 5,7

Productos aplicados en la última fase del ciclo de cultivo


Bacillus thuringiensis 16 30 ,2 Bacilfus thuringlensis 13 46,4
Nereistoxinas 11 20,8 Nereistoxinas 6 21,4
Organofosforados, enlace P=S , 8 15,1 Otros (abamectina) 4 14,3
Piretroides 7 13,3 Piretroides 2 7 ,1
Porganofosforados, enlace P_O 6 11,3 Organofosforados, enlace P=S 2 7 ,1
Carbamatos 3 5 ,7 Organofosforados, enlace P O 3 ,6
Otros (Abamectina) 2 3 ,8

'Productos con los Que inician las aplicaciones en el período indicado en el cuadro.

58
e nzimas destoxificantes. esta rotación no sería útil, o rga nofosforados es poco utilizada , a pesar de que és·
porque las enzimas comúnmente bloquean la acción l a eventualmente podría ser be ne ficiosa, porque e n a l·
de ambos grupos. gunos casos los OP in hi ben e nzimas esterasas que de·
La rotación utilizada con B. rlwrillgiellsis pa rece gradan los pirctroides provocando sine rgismo.
adecuada; sin e mbargo. es necesa rio eva luar el desa~ Con base e n estos resultados se selecciona ro n los
rrollo de la resiste ncia debido a las aplicaciones suce· insecticidas B. rllllrill giemiis, delta me trina, me tamido-
sivas y masivas de esta bacteria. Los agricult ores de fas y cartap para desarrollar estudios de resiste ncia d e
Cartago utilizan rotaciones no recome ndables, porque P. :cylostella a estos productos
alternan el producto come rcial y no el ingredie nte ac-
ti vo. Por ejemplo. para B. rhuringiellsis ro tan produc-
CUADRO 10. Tipos de mezclas y porcentaje de uso, por pro-
lOS como Dipcl. Javelin. Delta BT; con cartap lo hacen ductores de repollo de Cartago 'J Alfaro Rujz. Julio 1993 • Oc-
con productos como Padán y Daga y para metamido- tubre 1996.
fós con Tamarón y Monitor. También realizan rotacio-
Tipos de Cartago A1faro No. Percenta-
nes de ingredientes activos sim ilares (mismo grupo to- je
xicológico) como cartap-tiociclan , Padan-Evisect, o mezclas Ruiz Total Total
piretroide-pire troide como Decis-A rrivo. Bacillus Ihuringiensis más:
En Alfaro Ruiz. también hace n rotaciones con el Cartap 6 7 30
mismo ingrediente acti \"o. pero en me nor proporción. Pirelroides 2 1 3 15
Esta práctica no es recomendable porque fome nta el Melomil O 5
desa rrollo de resistencia al ingrediente activo o al gru- Naled O 5
po toxicológico. Daconil (fungicida) O 5

Uso de mezclas Plretroldes más:


Los agricultores no sigue n nin gún crite rio técnico es- Cartap 6 O 6 30
tablecido para el uso de mezclas de in secticidas y de liociclan 3 O 3 15
o tros plaguicidas. El 25.9% de ellos mencionó e n la Metamidofós 2 O 2 10
e ntrevista que usa mezclas de insect icidas; sin emba r- Metomil 1 O 5
go, a lgunos productores que señalaron que no las em- Daconil (fungicida) O 5
pIcaban, fueron observados prepará ndolas. Cartap más:
Los agricultores justifican e l uso de mezclas basa- Tiociclan 2 O 2 10
dos en la cree ncia de que dos o más productos ejercen Metamidofós O 5
mejo r con trol que uno. o obsta nt e, ninguno ha rea- paralion
Metíj O 5
lizado pruebas de compat ibilidad qu ímica (mezclan Cartap O 5
dos o más insecticidas con fu ngicidas, abonos folia res
o coady uva ntes). Tampoco conocen la dosis adecuada Tloclclan más:
de cada prod ucto. en caso de habe r potenciación. En Diazinón O 5
Cartago, los agricultores usa n las mezclas con mayor Melomil O 5
f:recue ncia (33.9%) con respecto a los de Alfara Ruiz No. de agro que mezclan 17 3 20 24,7
(10,7%).
Las localidades de Cartago donde esta práctica es
más frecue nte son: Pacayas (53,8%), Cipreses-Orato- Conclusiones
ri o (45,4%). Orca muna (22,2%) Y Cape llades (50%). En las zonas de est udi o, la mayoría de los agricultores
Ent re las mezclas más comun es, los piretroides eliminan los residuos de cosecha. En Cartago esta
más nc re istoxinas (ca rtap y tiociclan ) son las prcferi· práctica es más utilizada que e n Alfaro Ruiz.
das (Cuadro 9). así como nereistoxi nas (cartap) más E l uso de feromona s no es un a práctica comú n
Bacil1l1S. A lgunos agricultores mezclan nereistoxinas ent re los agricultores de ambas zonas; sin embargo, e n
con nere istoxinas (tiociclan + ca rtap O cartap + car- Carttlgo son más empicadas que en Alfaro Ruiz. E n
tap), lo que resulta e n un a sobredosificación y favore- general. existe desconocim iento de los beneficios de
ce el desarrollo de resistencia por parte de la plaga a estas susta ncias y por e l contrario, a lgunos agriculto·
este grupo toxicológico. La mezcla de pi retroides con res consideran que atraen la plaga al culti vo.

59
Los híbridos de re pollo más utilizados son Izalco En la mezcla de plaguicidas los productores no si-
Ft y Kuisto, a pesar de que este último es mu y suscep- guen ningún criterio técnico, pero consideran que
tible, lo emple an por su excelente ca lidad. ellas aume nta n la e fectividad de los productos, pero
El control químico es e l método más usado e n descuidan la compat ibilidad quúnica y biológica y las
ambas zonas. En gene ral, los pire troides son e l grupo proporciones adecuadas. En Cartago la cantidad de
más aplicado, seguido por las ne reistoxinas, los orga- agricultores que usa mezclas, es mayor al presentado
nofosforados y B. tllllrillgiellsis. Carbamatos y a l gru- en este estudio, porque principalme nte en Pacayas y
po "otros" no son utilizados en cantidades significati- Oreamuno, durante las e ntrevistas, algunos agriculto-
vas. En Ca rtago, aplica n más los organofosforados res que dije ron no usarlas, las estaban pre parando. Las
seguidos por los pirct roides, las nere istoxinas y el B. mezclas más usadas son los pire troides + nereistoxi-
rJllIrillgiensis. En Alfara Ruiz los agricultores prefie- nas, B. rJllIringiensis + ne re isto xinas y B. rhuringiensis
ren los piretroides. B. rllllringiensi.5, y ncreistoxinas. + piretroides.
En e l caso de [os organofosforados e n Alfara Ruiz se
usa aproximadame nte un 50% menos que e n Cartago. Recomendaciones
Los productores de Carlago e mplean con mayor Con base e n los resultados de este diagnóstico es evi-
fr ecuencia las mezclas de plaguicidas y la rotación, sin dente la necesidad de ofrecer módulos, talle res, char-
seguir un crit erio técnico. Por e l contrari o, en Alfaro las y confere ncias, dirigidas a los técnicos responsables
Ruiz, las mezclas son me nos utilizadas y la rotación es de asesorar a los product o res e n e l uso y manejo ade-
manejada e n forma adecuada. cuado de los plaguicidas, así como a los agricultores.
En ambas zonas, los agricult ores aplican los pla- El propósito de esta capacitació n es modificar e l siste-
guicidas sin el equipo completo de protección porque ma de culti vo y prácticas inadecuadas de uso de insec-
lo consideran incómodo y caro. ticidas, en aspectos como, dosificació n, frecue ncia de
En gene ral, en ambas zonas los productores apli- apl icación, preparación de mezclas, y rotación .
can las dosis recome ndadas de cada insecticida. o En Ca rtago, es primordia l la capacitación de los
obstante, algunos usa n dosis menores o mayores y es- agricult o res, especialme nte en lo refere nte a la rota-
to aumenta la frecuencia de aplicación, o produce so- ción y mezcla de insecticidas.
brcdosificación, acelerando la apa rició n de resistencia. Ade más, es necesa rio pro move r el e mpleo de fe-
L1. mayoría de [os agriculto res reali zan de una a ro ma nas como un mé todo de man ejo seguro e inó-
tres aplicacio nes de plaguicidas por semana , según la cuo para e l ambiente, la salud de l productor y de l
densidad de la plaga o la condición estacional. Pero consumidor.
en ge ne ral, no emplean crite ri os técnicos para decidir Otro aspecto sobre e l cual es importante ofrece r
cuando hacerlas. En CU rlago, se hace n más aplicacio- capaci tació n es el uso de umbral es económicos, en los
nes y con mayor frecuencia que en Alfaro Ruiz, pro- que debe basarse la aplicació n de plaguieidas.
moviendo mayor presió n de selección y desarrollo de Es necesario concient izar a los productores sobre
resistencia . los problemas que conlleva el abuso en la cantidad y
En Ca rtago y Alfara Ruiz los agriculto res hacen frecuencia de las aplicaciones de plaguicidas, como
rotació n de in secticidas, pero cada uno tiene su propio son la resistencia a los plaguicidas, efecto s negativos
sistema y pa tró n de a lte rnancia. En general , los pro- en e l ambie nte y la sa lud humana, así como e l incre -
ductores de Alfara Ruiz tienen mayor conocimiento me nto en los costos de producción.
sobre esta práctica que los de Ca Tlago, porque éstos Para logra r estos ca mbios es necesa rio formar un
úhimos a lte rna n grupos toxicológicos dife rentes pero equipo interdisciplinario de trabajo, con la participa-
entre aplicaciones re piten e ntre 2 y 4 veces uno de los ción de un ant ropólogo, un sociólogo, un educado r y
productos, lo que invalida su propósito in icial. un comunicador, además de los investigadores. Sola-
En ambas zonas, usan Jos piretroides en la. rota- me nte asf, los aportes serán efectivos y la transfere n-
ció n, seguido de las nereisto¡cinas y de B. {h llrillgiellsis. cia de estos conocimi entos logrará promover un cam-
CaTlago es la zona donde más aplican los organofos- bio e n e l uso y manejo de los plaguicidas, en ambas
(orados en las fases inte rmedias del ciclo de cultivo. zonas.
En ambas zonas prefieren B. tllllringiellsis para la últi-
ma etapa.

60
iteratura citada
'\" RBAL LO, M. ; CA LVO, 0.; QUEZA DA , J.R. 1989a. MONGE, J. 1991. Diagnóstico sobre el combate de Piure/la
Evaluación de criterios de aplicación de insecticidas para el xyloslella L. (Lepidoptera: PIUlcllidae) en el cultivo de
manejo de Plutella xylostello. en repollo. Manejo Integrado repollo en Heredia. Cos!:¡ Rica. Manejo Integrado de
de Plagas. (Costa Rica) no. 13:23·38. Plagas (Costa Rica) no.22:41 -45.
-\ RBALLO, M .: H ERNAN DEZ . M .; QUEZADA, J.R. MO NGE V., L.A. 1986. Manejo racional de insecticidas.
1989b. Efecto de los insecticidas y de las malezas sobre Cartago, Costa Rica. ITe R. 74 p.
P/wef/a xylosfella (L) y su parásito Diadegma insulare MO RA e. N.: RODRIG UEZ VALVERDE, eL.; LEPIZ. c.s.
(Cress) en repollo. Manejo Integrado de Plagas (Costa 1990. Evaluación de trampas de feromonas sexuales en la
Rica) nO.1 1: 1-20. captura de machos de Plmel/a xylostella (Lepidóptcra:
-\Tl.E. Proyecto Regional de Manejo Integrado de Plagas. Plutellidac) en repollo (JJrassico oleracea var. capitata).
1990. Gufa para e l manejo integrado de plagas del cultivo Manejo Integrado de Plagas (Costa Rica) nO.16:23-27.
de repollo. Turrialba. Cost a Rica. CAT I E/MTP. 80 p. OCHOA, R.; CA RBALLO, M.: Q UEZADA , J.R. 1989.
ORDERQ. R.: CAVE. R. 1990. Parasitismo de Plulefla Algunos as pectos de la biología y comportamien to de
xylostella L. (Lcpid6plcra: Plulcllidac) por D ilulegma ¡nsu- Plmella xylostella (l.cpidoptera: Plutellidae) y su para-
lare (Cresson) (Hyrncnoptcra: Ichneumon idae) en cultivo sitoide Diadcglllo insulare (Hyrnenoplcra: Ichneumonidae)
de repollo (IJrassica olcracea var, capitata) en Honduras. Manejo Integrado de Plagas (Costa Rica) nO.11:2 1-30.
Manejo Intcgrado de PI<lgas (Costa Rica) nO.16:19-22.
-\GUNES-TEJ EDA. A.; VILLANUEVA-JIM ENEZ. J.A.
1994. Toxicológra y manejo de insecticidas. Montecillo,
México, Colegio de Posgrad uados. 264 p.

61
Man e jo l nl eg ra do de Pl agu (Cona R ica) No . 52 p.62 ·6 7. 1999

Tolerancia de germoplasma de sapotáceas a


Conotrachelus sp. y otros insectos
Manuel Carballo v..
Daniel Coto A.·

RESUMEN. En Turrialba, Costa Rica se evaluó la tolerancia de germoplasma de dos especies de sapotáceas,
el caimito (Ch rysophylllll1l caillito) y chicozapote (Mallilkara zapota) a insectos que dañan los frutos.
COllotrachellls sp. (Col. : Cu rculion idae) fue la plaga más importa nte en ambos cu ltivos. Se presenta informa-
ción sobre la biología. daño y abundancia estacional de este insecto. así como sobre el grado de tolerancia de
varias int roducciones de ambas especies frutales a dicha plaga. L..1 introducción 6663, 11 384 Y8304 de caimi -
to y la 8023, 8241,9538, 11328. 11600 Y 14660 de chicozapote. fucron los más tolerantes a COllotrache/lIs sr.
Otra de las plagas que causa daños al fruto de ambas especies fu e Allostrepha serpentillll.

Palabras clan: COflotrache/lIs sp.• Alla:>trepha serpemilla. Sapotáceas. Chrysophyllum clúnito. Manilkara
zapo/a. Insectos. Tolerancia.

A BSTRAer. Tolerance or sa potacclI gcrmoplasm to Co" otrachelw. sp. and other ¡nscets. The toleranee of
gcrmplasm of two species of Sapotaceae, star apple (Chrysophyllwn cai"ito) and sapodilla (Mll1lilktlra zapota)
\Vas evaluated in lurrialba. Costa Rica. COIIO/rache/lls sp. (Col: Curculion idac) was the most important pest on
both crops. Information on the biology. damage and population distribution is presentcd as wdl as information
on the level of tolerance of various int roductions of both (ruit species 10 the pes\. Slar apple 6663. 11384 and
8304. and sapodilla 8023. 8241 , 9538, 11328, 11600 and 14660 \Vere the most tolerant introductions to
COIIO/rache/I/s sp. Anasrrepha serpemillll was anolher pest causing damage to ¡he fruits of these spccies.

Kcy words: COIIO/mclle/lls sp.. Allas/repha serpentilla. Sapotaceac, Chrysophyl/I/m cailliro. Mallilkam ZlllJOta.
1nsects. Tolerancc.

Introducción los frutos y dej a residuos semeja ntes al aserrín.


Entre los culti vos de frutal es con pote ncial para ex- Los objetivos de este estudio fue ro n de terminar
pandir su producción, principalmente para exporta- la tolera ncia de germoplasma dc caimito y chicozapo-
ció n, está n las Sapotáceas. co mo e l caim ito te a COl/otracIJ ellls sp. y otros insectos.
(Chrysophyllum cainito) y el chicozapote (Manilkara
zapota). A pesar del valor come rcial de ambos culti- Materiales y métodos
vos, hay poca info rmació n de sus plagas primarias, su Para dcterminar las plagas más impo rtantes del chico-
pote ncial de daño y cfecto sobre e l rcndimiento dc l zapote y caimito, mensualmente se recolectaron fru tos
culti vo, e n la región Centroamericana. La mosca de la e n la colección de Sapotáceas del Ce ntro Agronóm ico
fruta (AlIllSl repl/a serpentina Wiedema nn) es conside- Tropica l de Investigación y Ense ñanza (CATIE) en
rada una de las plagas más importantes de esta espe- TIlTTialba, Cosla Rica, a 9°53' lal itud norte y 83 "38'
cie (J irón y Hedstromm 1988), la cual puede infestar lon gitud oeste. 602 msn m, 21.7 °C de temperatura pro-
hasta el 98% de los frutos. Cambcll ( 1995) describió medio a nual y 87,7% de humedad relat iva. Los fru tos
el daño de un picudo (Col: Curculionidae), no identi- fueron revisados para caracte riZar e l daño y est udiar
ficado e n frutos de caimito, q ue destruye la pulpa de la biología de las plagas e ncontradas. Simultáneamen-
te. se realizaron obse rvaciones de l comportamie nto de
Recibido: 22105I9!l. Apr .. b~do: 30106I9'.I.
• U nidad de Fi¡oprolee<.:ión. CATl E. 7170 Turri a lba. Cos, ~ II.J..".. las plagas e n condiciones de ca mpo.

62
Para eva lua r la abundancia estacio nal de las plagas frutos próx imos a a lcanza r su estado de mad urez.
y la tolcrancia de 15 introducciones de caimito y 21 de Con respecto al peso de los [ru tas, se·observó una
chicozapotc, se hicieron muestreos mensuales duran te relación posit iva con el diámetro (Cuadro 2). Algunas
los períodos de producción de 1996 y 1997. En cada introducciones que produjeron fru tos con mayor peso
Illuestreo se revisaron diez frutos por árbol dc cada in- fueron 8247,8263,8274,8617,9605, 9623, 11320, 11321
troducción . Los frutos fueron almacenados en cajas e n Y11536,
condiciones de laboratorio a 24°C duran te 22 días. Pos-
teriorme nte. se registró el número de larvas. Además Principales plagas de frutos
en cada muestreo. se consideró el estado de desa rrollo Picudo de las sapotáceas Conotrachelus sp. (Coleoptcra:
de los fT utos, registrando su diáme tro y peso. Curculio nidae). Hospedantes: Los principal es hospc-
Los datos sobre abunda ncia estacional de larvas dantes de csta plaga son el caimito y el chicoza pote.
fue ron sometidos a un aná lisis de varianza conside- Sin embargo, se ha informado de algunas especies de
ra ndo los lO frutos como repeticiones. y pruebas de COllorrllchelus atacando otros cult ivos, como C. psidii
Tukey. La evaluación de la tolerancia de las introduc- (M arsha ll) el cual ca usa daños en tre el 60-100% de los
ciones se basó en el número de larvas/fruto. frutos de guayaba (Psidiw/1 guajuV(j L. ) e n Ve nezuela
(Boscá n y Cásares 1980) y e n Brasil (Orlando el al.
Resultados y discusión 1974). Tambié n en México se ha informado de l ataque
[valuación de . . . . ni caimito de esta plaga en guayaba. En Brasil, e llIlmeropicllIs
Diá me tro y peso de frutos. En feb rero de 1996 la ma- Fi edlcr es una plaga importante c n cacao (Laker y
yoría de las introducciones tenían fru tos pequeños Trevisan 1993).
(Cuadro 1). excepto la 11320 que tenía fru tos que su- En ca imito, este insecto ataca los frutos de 1,5 a 2
peraba n los 5 cm y algunos en estado de madurez. En meses de edad, aunque puede causa r daños e n fru tos
abril , en la mayoña de los casos. los frutos alcanzaron más maduros. Las larvas se alimentan de la pulpa y no
su madurez. Un mes después. el núme ro de int roduc- ex pulsa n e l excreme nto al exterior, sino que lo com-
ciones con frutos disminuyó porq ue finalizó el pe río- pactan , formando de ntro de l frut o una masa semejan-
do de cosecha. En 1997. los frutos fue ro n más grandes te a l aserrín y por lo tanto, estos pierden su valor.
con respecto al año anterior porq ue se muestrearon Descripción: El adulto mide aproximadamen te 7 mm

CUADRO 1. Diámetro en centímetros de frutos de caimito de diferentes introducciones. segun fecha de evaluación. Turrialba,

__
Costa Rica. 1996 - 1997.

Diámetro (cm)
Introducción 1996 1997
Marzo Abril Mayo Febrero Marzo Abril Mayo
6654 3.SO er 4,12 b 4,25 b 4,00 be 4,20 b 4.80 b
6663 2,SOh 3,30 e 4,12 e 4,12 b 4,80 b 4.50 be 4.10b 4,40 b
8247 3,37 efg 5,12 c 5,00 cd 5,10 ab 5.20 ab
8263 3,00 f!11 5, 10ab 4,90 be 5.20 ab 5,00 b
8274 3,37 efg 4,00 de 5,25 bcd 6,50 a 5,80 ab 6,40 a ---
6304 3,75 def 4.80 e 4,75 de 4,10 be 4,10 b
6332 3,25 f!11 3,75 b 3,90 c 4.10be 4,30 b 4,30 b
8617 8 ,59 a 5,00 ab 6,10 a 6,00 a
9605 4,SO bcd 4,75 cd 4,75 de 5,62 a 4,80 b 5,20 ab 6,00 a 6,00 a
9623 4.75 be 5,00 c 5,00 cd 6,20 a 5,10ab 6,10 a 6,30 a
11320 5.12 b 6,37 b 5,62 abe 6,70 a 6,30 a 6,10 a 6,20 a
11321 4.90 c 6,37 a 5,80 ab 5,70 ab 6.10 a 5,80 ab
11384 4,13 cde 4,50 cd 4,12 e 3,90 e 4.20 b 4.50 b
11536 3,25 f!11 4,80 c 6,00 ab 6,30 a 5.20 ab 6.40 a
11 914 2,SO h 4,75 de 4,60 be 4,40 b 4,50 b

'Valores con la misma letra dentro de una misma columna 110 son diferentes estadísticamente. segun la prueba de Tukey al5 %.

63
CUADRO 2. Peso en gramos de frutos de caimito de diferentes introducciones , según fecha de evaluación. Turrialba, Costa Ri·
ca. 1996·1997,
."
Peso (gr)
Introducción 1996 1997
Febrero Marzo Abril Mayo Febrero Marzo Abril Mayo

6654 35,Oc' 40,0 e 40,0 b 70,0 c 72 ,0 e 75,Od


6663 28,Oc 35,0 c 46,0 e 49 ,0 b 58,0 c 75,Oc 78,0 c 80,0 cd
8247 35,Oc 68,0 b 82,0 bed 110,0 be 115,0 a
8263 18,0 cd 80,0 b 125,0 ab 125,0 ab 120,0 be
8274 27,0 e 45,0 be 77,0 cd 115,0 a 110,0 be 125,0 ab 110,0 be
B304 32,Oc 56,0 b 54,0 de lO,Oc 65 ,0 c 70,Od
8332 60,0 b 83,0 a 38,0 d 70,Oc 70,0 c 75,Od
8617 112,0 a 150,Oa 155,Oa 160,0 a
9605 45,0 be 60,0 b 57,0 de 62,0 ab 50,0 c 150,0 a 150,0 a 160,0 a
9623 48,0 be 70,0 b 66,0 de 104,0 a 135,0 ab 140,0 a 140,0 ab
11320 68,0 b 103,Oa 102,0 a 110,0 a 95,0 be 100,0 be 100,0 bc
11321 63,0 b 121 ,Oa 92,0 a 110,0 be 110.0 ab 125,0 bc
11384 51,0 be 55,0 b 42,0 e 60,0 e 65,0 c 65,0 d
11536 30,0 e 62,0 b 107,1 ab 160,Oa 160,0 a 170,0 a
11 914 25,Oc 64,0 de 80,0 e 85,0 bc 90,0 cd

'Valores con la misma lelra dentro de una misma columna no son diferentes estadísticamente, según la prueba de Tukey al 5 %.

de longitud y presenta un pico (rostrum) grande, cur- Las larvas salen del fru to a través de un orificio y
vado, de casi la mitad de la longitud del cuerpo; en la caen al suelo y penetran entre la hojarasca a varios
parte distal dc cstc pico se loca liza el aparato bucal. centímetros de profundidad y pupan en el interior de
Dorsalmente, la coloración del cuerpo es pardo bri- un pequeño capu llo que hacen con materia l del sus-
llante, la cabeza está eseulturada, los éli tros presentan trato. E l adulto vuela a los árboles de ca imito y chico-
estrías longitudinales con hoyos y una protuberancia zapote, así como a otros hospedantes, entre ellos al ár-
media dorsal en cada é litro. Ventral mente son pardo bol llamado pan de vida (Pouteria hypoglallca) donde
oscuro, casi negro, con las patas pardo brillante. El se alimen ta de los frutos y follaje.
cuerpo está cubierto por escamas finas, aplanadas, de Especies afines como e psidii que ataca guayaba,
color blanco o pardo grisáceo. Los huevos son blan- abandona el fruto y se entierra entre 5 y 15 cm de pro-
cos-amarillento, translúcidos, lisos, ova les y miden fundidad , donde la pupa permanece hasta transfor-
aproximadamente 0,7 mm de longitud y 0,4 mm de an - marse en adulto (Orlando er al. 1974). Según Serrano
cho. Las larvas maduras son del tipo eurculioniforme (1978) , esta especie puede permanecer en el suelo en
en forma de "C " y ápodas; ya desarrolladas miden de estado de prepupa hasta 8 meses.
9 a 10 mm de longitud, la cabeza es visible, de color A bundanda estacional de Conotrachelus sp. En 1996,
pardo claro. La coloración del cuerpo va ría de rosado la abundancia de larvas del picudo se incrementó a par-
a blanco amarillo, Las pupas son exaradas¡ y blancas tir de febrero, pasado de niveles muy bajos en dos intro-
cuando están recién formadas, torbándose pardas con- ducciones con frutos dañados y de 0,6 a 2,5 larvas/fruto
forme se desarrollan. hasta alcanzar un pico en abril, con cinco introduccio-
Ciclo de vida y hábitoS! E l ciclo de vida, desde huevo a nes con frutos dañados y 1,0-6,75 larvas/fruto (Cuadro
adulto tiene una duración de 38 a 45 días, a 24 oc. Los 3). Durante 1997, hubo mayor incidencia de la plaga,
adultos emergen del suelo y ovipositan dentro de los con respecto al año anterior. En e l mes de febrero cin-
frutos en desarrollo (2 y 4 cm de diámetro), entre ene- co introducciones tenían frulos alaeados y un nivel de
ro y febrero, aunque pueden hacerlo en frutos de mayor 0,25-2 larvas/fruto, para alcanzar un pico pob1aeional
tamaño. Las larvas que emergen se alimentan del inte- entre mayo y abril con 12 in troducciones con frutos da-
rior del fruto. Los adultos y larvas aparecen entre febre- ñados y 0,5 -13,75 larvas/fruto. Sin embargo, la cosecha
ro y mayo, con picos poblacionales entre marzo y abril. de 1996 fue muy baja comparada con la de 1997.

64
· UADRO 3. Incidencia de laNas de picudo (Conotrache/us sp.) en frutos de diferentes introducciones de caimito, según fecha
evaluación. Turrialba, Costa Rica. 1996·1997.

No. laNas/Fruto
troducción 1996 1997
Febrero Marzo Abril Mayo Febrero Marzo Abril Mayo
6654 0,00 b' 0,00 d 0,00 0,00 b 1,00 bcde 1,50 a
6663 0 ,00 b 0,00 e 0,00 d 0 ,00 1,00 b 0 ,00 b 0,00 a 0,00 a
8247 0 ,00 b 0 ,00 e 0,00 d 3,25 b 2,00 be 0 ,25 a
8263 0 ,00 b 0 ,00 e 0 ,75 b 1,50 bcd 0 ,75 a
8274 0 ,00 b 1,40 b 3,SO b 2,00 a 13,75 a 6,50 a
8304 0,00 b 0,40 e 0,00 d 0 ,75 b 0,00 a
8332 0,00 b 0 ,00 0 ,00 e O,SO b 0,50 de 2,25 a
86 17 0,00 e 0,00 b 0,75 ede 4,25 a
9605 0,00 b 0,00 e 0,00 d 1,00 0,00 e 4,50 b 2,75 b 3,50 a
9623 0,60 b 1,20 b 0,00 d 0,50 be 4,75 b 3,00 b 1,50 a
11320 2,50 a 4,20 a 1,50 e 1,00 b 1,25 b 1,75 bcd 1,25 a
11321 0,80 be 4,75 b 0 ,25 be 12,75a 9,50 a
11384 0,00 b 0,00 e 1,00 e 0,00 b 0,00 e 1,25 a
11536 0,00 b 1,20 b 6,75 a 0 ,75 b 0,75 cde 0,00 a
11914 0,00 b O,OOd O,SO b 0,75 ede 4,00 a

ores con la misma letra dentro de una misma columna no son diferentes estadísticamente según la pNeba de Tukey at 5 %.

,Iera ncia de las introducciones de cai mito a (Berg 1979). Cuando la larva compl eta su desarrollo,
l/w trachelus sp. En 1996, las introducciones más ata- traspasa la cáscara del frut o y cae al suelo donde em-
as por este insecto fueron: 11320, 11536, 11321, 8274 pupa, Como consecuencia de la actividad alimenticia
"23, En la mayoría de las introducciones los frutos de este estado, la pulpa es destruida y los frutos pier-
tenían larvas de este insecto. Durante 1997, las in- den su valor comercial. Los adultos son amarillos con
J ucciones más susceptibles a ConotracheluJ; fuero n líneas oscuras, la mayor parte de la plcura torácica es
, 274, 11321,9623,9605 y la 8247 (Cuadro 3). De és- pardo oscura; dorsa lmente, el tarso es pardo y las alas
la 9605 y la 8247 mostraron un comportamie nto di- prcsentan franjas oscuras (S tcyskal 1977).
.: nle en 1996. Las más tolerantes fueron 6663, 11384 Abundancia estacional de larvas de A. "'erpenlina, El
18304, Estas dos últimas fu eron las únicas que mos- pico poblacional de esta pl aga durante 1996 ocurrió
ron tole rancia a las plagas durante el estudio. en abri l, con siete introducciones con frutos atacados,
osca de las rrutas Anaslrepha serpentina (Diptera: y entre 3,25 y 19,75 larvas/fruto, lo cua l coincidió con
phritidac). Las moscas de la fr ula están considera- la é poca de madurez de los frut os (Cuadro 4). En fe·
e ntre las plagas más devastadoras a nivel mundial , brero de 1996, no se encontraron frulOs atacados por
las pérdidas que ocasionan e n la producción frutí- la plaga, posiblemente porque la mayoría eran peque·
L. Esta especie ataca preferiblemente sapotáceas. ños e inmaduros. Sin embargo,en 1997, la infestación
hembra pone los huevos en grupos, debajo de la de moscas fue mayor y en cuatro introducciones se
,..:ara de los frulos, dejando cicalrices pequeñas y os- observaron frutos atacados y se determinó entre 2 y
d S que indican los lugares de oviposición, Después 7,25 larvas/fruto, alcanzando el pico en marzo, cuando
que los huevos eclosionan , las larvas perforan el frut os de 15 introducciones presentaron daños y el ni·
to alimentándose de la pulpa. La larva es de tipo vel de larvas por fruto fluctuó de 0,25- 17,75.
miforme, blanca amarillenta, ápoda y con un gan- Tolerancia de las introducciones de caimito a larvas de
buca l negro. Presenta papílul as ca udales sobre los A nastrepha. Siete materiales (11320, 9605 , 9623,
'lráculos posteriores, dispuestas en dos líneas. En- 11 536,8274,11321 Y 8332) fueron muy susceptibles a
J as espiraculares posteriores, aprox imadamente larvas de Anaslrepha durante 1996 (Cuadro 4). Estas
~ y media veces más largas que anchas; pelos espira- introducciones tambi én fu ero n suscept ibles a
lres posteriores, poco abundantes y engrosados COflo/rachellls (Cuadro 3). E n 1997, los materiales

65
CUADRO 4. Incidencia de larvas de A. serpentina en frutos de diferentes introducciones de caimito, según lecha de evaluación.
Turrialba, Costa Rica. 1996 - 1997.

No. Larvas
Introducción 1996 1997
Febrero Marzo Abril Mayo Febrero Marzo Abril Mayo
6654 0,00 0,00 c 0,00 b 3,00 be 3,75 ab 2,50 b
6663 0,00 0,00 c· 0.00 c 0,00 b O,ooc 3,25 be 1,25 ce 0,00 d
8247 0,00 O,OOc 0,00 c
8263 0,00 2,00 b 9,75 ab 3,25 b 0,25 d
8274 0,00 1,75 be 3,50 c 2.75 be 1,25 cd
8304 0 ,00 0,50 be 0,00 c 1,50 c 1,00 de
8332 0,00 2,OOb O,OOc 3,00 be 1,25 cd 0,00 d
8617 O,OOc 4,75 be 4,25 ab 6,75 a
9605 0,00 2,50 b 0,00 c 4,00 a O,OOc 0,50 c 1,00 de 1,50 be
9623 0 ,00 7,00 a 3,25 c 2,50 b 0,25 c 0,00 e 0,00 d
11320 0 ,00 2,00 be 4,50 c 7,25 a 0,25 c 0,25 de 0,00 d
11321 0,25c 19.75 a O,OOc 17,75 a 5,50 a
11384 0 ,00 O,OOc 1,00 c 0,00 c 0,50 de 1,50 be
11536 0 ,00 1,50 be 10,75 b O,OOc 6,25 be 2,75 be 0,50 cd
11914 0.00 0,00 c 0,50 c 0,25 de 0,75 cd

' Valores con la misma letra oentro de una misma columna no son diferentes estadisticamente según la prueba de Tukey al 5 % .

CUADRO 5. Diámetro en centímetros y peso en gramos, de


más susceptibles fueron 11321 , 11536,8263 Y 8617; los
frutos de diferentes introducciones de chicozapote, según
dos primeros tambi én resultaron susceptibles d uran te año de evaluación. Turrialba, Costa Rica, 1996·1997.
1996. Las in troducciones 8304, 11384 Y ll914 presen-
Introducción 1996 1997
taron algún grado de tolerancia durant e los dos perío-
~D~;á~m~e~l~,":-"--'P~e~sC:-o Diámetro Peso
dos evaluados.
(cm) (gr) (cm) (9')

[valuació n de plagas de chicozapote 8023 7,20 a 168,5 a


8241 5,50 be 123,0 abe
Diámetro y peso de frutos. El diáme tro y peso de los
8243 5,90 be 127,0 abe
frut os maduros de chicozapote fue uniforme, sobresa- 8679 5.30 be 90,0 bedef
li endo los mate ri ales 8762, 9538 Y 9010 po r el tamaño 8762 5,20 abo 74,8 a 7,15 a 137,3 ab
de los frutos (Cuadro 5). Estos datos corresponden a 90 10 5,40 be 117,7 bed
los muestreos realizados en mayo y abril de 19% y 9235 5,00 cd 86,5 cdel
1997, cuando los frutos alcanzaron su madurez. 9538 6,30 ab 130,5 abe
Importancia de plagas e n chicozapotc. El principal in- 11152 4,50 be 60,0 abe
11269 4,40c 44,5 e ,
secto plaga e n este cultivo fue el picudo COllotrachelus,
11284 4,40 c 50,0 abc
que también es la plaga más impo rtante del caimito.
11328 5,30 be 91 ,0 bedel
Las larvas de esta plaga se alimentan de la pulpa de los 11509 5,30 ab 58,0 abe 5,00 cd 63,7 el
frutos maduros o sawnes. La maduración de los fru tos 11 511 5,50 a 78,3 a
de esta sapotácea ocurre principalmente e ntre marl.O y 11513 4,50 be 55,5 abe
abril , 10 cual coincide con la mayor incidencia de esta 11514 4,50 be 46,3c
plaga , a pesar de que el pe ríodo de oviposición inicia 11589 4,40 c 49,3 be
entre e nero y febre ro. Por tanto, los fru tos inmaduros 11600 5,30 be 69 ,3 del
11602 5,30 ab 77,3 a
no ti ene n larvas de la mosca e n su inte rior (Cuadro 6).
11605 4,90 abe 71,0 ab
Los mate riales más susceptibles a esta plaga fueron 14660 4,15 d 57,2 f
8762 y 9010, con niveles de 3,75-6,5 y 10,75- 14,75 lar-
vas/frut o, respectivamente. Otros mate riales mediana- ' Valores con la misma letra dentro de una misma columna no son di·
'eren res estadísticamente segun la prueba de Tukey al 5 %.
mente susceptibles fu eron 8679, 11509,11152 Y 11513.

66
CUADRO 6. Incidencia de larvas de Conotrachelus sp. en Conclusiones
frutos de diferentes introducciones de ehieozapote, según
COl1olrachelu~' sp. es la principal plaga del caimito y el
año de evaluación. Turrialba, Costa Aiea. 1996 - 1997.
chi cozapote.
No. Larvas/Fruto También se observó el ataque de los frutos de es-
Introducción - ---;;;;,,---":::.:=-='-'-=:....,""0;---
1996 1997 - ta s sapot áceas por Araecenu ca. fasciculatus y
Marzo Abril Marzo Abril Anastrepha serpentina.
8023 O,DOc' 0,00 a 0,00 b Las introducciones de caimito 6663,1 1384 y 8304
8241 0,00 e 1,25 a 0,00 b fue ron las más tolerantes a COIlOlrachelus. Los matc-
8243 3,25 a 2,70 b riales de chicozapote que presentaron mayor toleran-
8679 2,75 be 1.00 a 1,00 b cia a esta plaga fueron 8023, 8241 , 9538,11328,1 1600 Y
8762 3,75 b 0,75 a 6 ,50 a 14660.
9010 10,75a 14,75 a 0,25 a 3,00 ab Los materiales de caimito que mostraron más to-
9235 0,25 a 0,00 b lerancia a A. serpentilla fu eron 8304, 11 384 Y11914, los
9538 O,OOc 0,00 a 0,00 b dos primeros también son tol erantes a ConOlrachelus
11152 2,00 be sp.
11269 0,00 e
11284 0,00 c Literatura citada
11 328 0,00 e 0,00 e 0,00 a 0,00 b BERG. J,H . 1979. Clave iluslrada de lan'as de mosca de la fru-
la de la familia Tephrilidae. San Salvador, El Salvador,
11 509 0,00 e 4,50 b 0,00 a 4,00 ab
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11511 0,00 e 0,00 e SOSCAN D E MA RTI NEZ, N.; CASA RES, R. 1980. El
11513 2,75 be gorgojo de la guayaba CO/lorruche/as pJidii Marshall
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11602 0,00 e Professional Programme. Report on activit ies at Ihe
11605 Agronomic Cenler for Tropical Agricult ure Research and
O,ooc
Training (CATIE).61 p
14660 0,00 a 0,00 b JIRON, LE ; H EDSTROM, I. 1988. Occurrence of [ruil fiies of
'Valores con la misma letra dentro de una misma no son diferentes Ihe genera A/laslrepha and Cera/iris (Diptera: Tephritidae)
estadísticamente segun la prueba de Tukey al 5%. and thcir hosl plant availability in Costa Rica. Florida
Enlomologist 71: 63·73.
LA KE R, H.A.;TREVISAN, 0.: BEZZEVA, J.L. 1993. Fungi
associaled with pods of cocoa (Theobroma cacao L.)
Los frutos de las demás introducciones no fueron ala - attacked by Ihe borer COl/olrachelus Iwmeropictus j-"< jed1cr
cados por este insecto. in Rondonia Stale, Brazil. Tropical Agriculture (Trinidad &
Otras plagas ide ntificadas e n sapotáceas. Otra de las Tobago) 70(4)332-336.
plagas que causó daños en las sapot áceas fu e LEPELLEY, R.H. 1973. Las plagas del café. La Habana, Cuba,
Ediciones Ciencia y Técn ica. 643 p.
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An thribidae conocido como gorgojo de las semi ll as. SCA RANAR I. H.J.; A RR UDA, H.V. 1974. Not¡¡s sobre o
Las larvas de este insecto se alimentan del interior de •gorgulho das goiabas' CO/lolracheJlI.s psidii Marshall,1922
las semillas, reduciéndolas a polvo. Los huevos son (Coleoptera: Curculionidae) e experimentos de eambate. O
Biológico (Brasil) 40(10): 28 1-289.
blancos y esféricos y son ovipositados sobre la super- SAUN DERS, lL; COTO, D.; KI NG. A.B.S. 1998. Las plag¡¡s in-
fic ie de los frutos, donde eclosionan a los 6-7 días. La vertebradas de cultivos anuales alimenticios en América
larva es bla nca amarillenta, ápoda y se alimenta de la Central. l'urrialba. Costa Rica, CAT1E. 305 p.
pulpa del fruto por unos días y luego minan la semilla SCHMUTTE RER , H. 1990. Crop pests in the Caribbean.
GTZ. 640 p.
donde se alim entan , para finalmente empupa r dentro
SER RANO,A.M. 1978.Anotaciones sobre la biologfa del picu-
de ella. El período pupal es de 6-9 días, y el ciclo de vi - do de la guayaba (Collorrachelus sp) en la región de Calvi-
da de huevo a larva dura de 30 a 45 días a 24 oc. El 110, Ags. Fol ia Entomológica Mexicana (39-40):144-146.
adulto mide 3-4 mm de longi tud, es pardo grisáceo, cu- STEYS KA L, G.e. 1977. Pictorial key 10 species of the genus
Anaslrepha (Diptera: Tcphritidae). Wasington, D.e., ESW.
biert o de pelos cortos, finos y dorados. Este insecto es 35 p.
considerado bue n volador (Le Pelley 1973, Saunders
et al. 1984).

67
Manejo Inl eg rado de Pl agas (Colila Ri ca) No . 52 p.SO -SS . 1999

.>

Manejo de Bemisia tabaci mediante barreras vivas y


Paecilomyces en Oaxaca, México*
Jaime Ruiz Vega"
l hJdulfo Aquino Bolaños··

RESUMEN. lJemisia labad es un insecto vector de enfermedades virales en tomate y chi le que ocasiona se-
veros problemas en Oaxaca, México. En este estudio se evaluó la eficiencia de la combinación de euatro ba-
rreras vivas: maíz (Zea Irlays), sorgo (Sorghum bicolor), girasol (Ne!iamlllls (mmms) y cempasúchil (Tagetes
erecta) y el hongo entomopatógeno Paedlomyces jarilloslis, a fin de proponer un esquema de manejo integra-
do del cult ivo, que permita la producción rentable de tomate y chile. Los resultados indicaron que P. jarinosus
en combinación con barreras de maíz produjo un rendimiento de 4721 kg en chile y 7227 kg en tomate, sin ser
diferentes estadísticamen te al tratamiento con endosulfán, empleado comúnmente en Oaxaca para el control
de 8. tabad.

Palabras chn'c: Bemisia/abad, Control biológico, Barreras vivas, Tomate, Chile. Paecilomyces jarinosus.

ABSTRACT. Maoagemeot of Bem;s;a (abad with living bll.rriers v.nd PaecilomJces in Oaxaca, Mexico. B.
rabaci is an insect vector of viral discascs in toma toes and pcppers that causes severe problems in Oaxaca,
México. In this study, the e(ficiency of a combination of fouf living barriers:corn (Zea ma)"s), sorghum (Sorg"W"
bicolor), sunflower (Neliamlllls aflfllllls) and aztec rnarigold (Tageles erecta) and the entomopathogcnic fun gus
Paecilomyce.f /tlrillos/u was evaluated, with the aim of proposing an integrated managcrnent prograrn for the
crop, which allows ror profitable productioD of tornato and pcppcr. The results indicatcd that J~ jarillo.nls. in
cornbination with corn barricrs produce yields of 4721 kg in pepper and 7227 kg in tornato. withoul significant
diffcrcnces to the endosulfan trcatment often used in Oaxaca for the control of B. lObado

Key words: /Jemisia ttJbaci, Biological control, Living barriers, Tomatocs, Capsicum, Paecilomyces jarinos/ls.

Introducción depredadores, parasitoides y entomopatógenos, utili-


El manejo integrado de pl agas se basa e n el uso de zados como insecticidas biológicos.
una combinación de p ráclicas culturales, químicas, fí- El uso de insecticidas biológicos para el control de
sicas y bio lógicas para disminuir los daños causados mosca blanca, Bemisia tabaci (Gennadius) (H o moptera:
por estos o rganismos a los cultivos (\Vatson 1976). E n A leyrodidae) ha Icnido éxito e n pruebas en inverna-
la selección de las prácticas a ut ilizar en cada caso, se dero, donde la humedad rclaliva es óptima para el de-
considera el desarrollo del cultivo, la dinám ica pobla- sarrollo de los hongos empleados para su control. Los
ciona l de los o rgan ismos dañinos y los umbrales de da- principales factores meteorológicos que afectan la
ño econó mico (Ped igo 1983). sensibilidad. estabil idad y persistencia de los hongos
Algunas práclicas cult urales son la se lección de entomógenos son la humedad, temperatura y lumino-
fechas de sie mbra , COmbate de malezas y rotación de sidad (Ignoffo 1988). Los Entomophthorales requie-
culti vos. Los mé todos físicos incluyen e l uso de acol- ren de 8- 10 horas con tínuas de humedad re lativa ma-
chados o cobe rturas de diferentes ma leriales, barreras yor de 90% y períodos contínuos de rocío O niebla en
vivas y artificia les, telas notantes (Agribón), cintas re- los siguientes 2-3 días después de la aplicación. Sin
nectoras y trampas pegajosas de distintos colores. En- emba rgo, se ha in formado que una preparación de
tre los mé todos de conl rol biológico está n el uso de Vert;cillium lecal/;; , formu lada como polvo humectan-

Recibid ..: 07/UU!I7. AprooYdu: 3&OIio"}9.


• Proyecto CONACYT 3185·N
.. CllD lR-lPN·OAXACA. C~Uc ll omos 1003 Indeco Xoxo. Oa~aca. Oax. e P. 71230. M r~c ... E-Ola,]: jvcg~@vOl r~dipn.inp.m~

68
te (Mycota l), controló efectivamente la mosca blanca Materiales y métodos
bajo con diciones de in ve rn adero con 75% de humedad Duranle 1996 sc realizaron dos experimentos en la lo-
relativa (Ravensberg el al. 1990). Ruiz el al. (1996) se- calidad de Santa Cruz Xoxocotl án. Oaxaca, México,
ñalaron que el hongo entomopatógeno Paedlomyces ubicada a 1550 msnm, 17° latitud norte. La temperatu-
fllril/oslIs fue más virulento que otros en pruebas de ra media anual fue de 20,7°C, con máximos de 32,8°C
control de mosca blanca, e n condiciones de humedad y mínimos de 8.6°C. La precipitación medi a an ual fue
re l a t iv~. promedio de 63%. Por tanto, se considera que de 706 mm, distribuida de mayo a octubre. La hume-
este hongo tiene potencial para controlar esta plaga dad relativa (H R) mínima y máxima promedio para el
e n condiciones de campo, donde la humedad re lativa período ll uvioso fue del 34%,65% y 91 %. mientras
es con frecuencia baja. que para el período seco fue 24 %, 61 % Y93%; respec-
O tras altern ativas de cont rol de plagas que han ti vamente. Durante el otoño· invierno disminuye la
result ado promisorias son el uso de ba rreras vivas, co- temperat ura y la conde nsación ocasiona un a H R má-
bertu ras (Pozo 1994) y extractos vege tales acuosos de xima, ligeramente mayor que en el período seco.
malezas como el raba nillo (Raphmws rap"naslrum) y En ambos experimentos se utilizó un diseño de
el diente de león (Faraxawm offidllale) (Montes el pa rce las d ivididas en bloq ues al aza r con tres repeti-
al. 1995, Pérez el al. 1992). En el Sur de Ta mauli pas, ciones, evaluando en las pa rcelas grandes cuatro ti-
México, se ha diseñado una estrategia de cont rol inte- pos de barreras: giraso l (Helialllhus almUlis), maíz
grado de virosis e n chile serrano que incluye barreras (Zea mays) , sorgo (Sorghum bicolor) y cempasúchil
de maíz, trampas amari ll as, coberturas y densidades (Tagetes erecta). En parcelas pequeñas se eva lu aron
de siembra altas. Du rante la primera fase. se reco- Ires métodos de co ntrol: cxtnlcto en etano l de raba-
mienda sembra r barreras de maíz o sorgo 20 días an - nil lo (R. rapúllIstrum) a 1500 ppm , un insecticida bio-
tes del trasplante, usa r coberturas negras y trasplantar lógico (P farino.ws a una concent ración de h l07 es-
un exceso de plantas, para poste riorme nte ralea r poras/mi) y un inseclicida químico (e ndosulfán, 3
aquellas que se enfermen. Duran te la segunda fase , se U ha). Todos ellos aplicados se manalmente. El hongo
recomie nda la elimin ación de malezas y el uso de se aplicó durante las tardes, a fin de evitar su ¡nact iva-
trampas amarillas para dism in uir la población de in- ción por la radiación solar.
sectos vectores, incl uye ndo al pulgón Myzlis persicae Se ut il izó un diseño experi mental de bloques al
(Pozo y Avila 1989). azar con tres repeticiones. Las barreras estuvieron
En la región de los Valles Centrales de Oaxaca , compuestas por dos surcos sembrados a alta densidad,
la producción de chile (Cllp.~icum al/I/um ) y tomate establecidos al menos un mes antes del trasplante. Los
(Lycoperl'icoll esculel/wm) es prácticamente imposi- tratamientos de control se aplicaron utilizando una
ble sin la aplicación contínua de insecticidas, para el mochila aspe rsora manua l. Dura nte el dcsarrollo de
cont rol de la mosca blanca. Act ualmen te, se ha deter- los cu lt ivos se registró la presencia de moscas blaneas
minado resistencia de B. (abad a la mayorfa de los in- y el número de plantas viróticas en la parcela út il. El
secticidas di spon ibles en el mercado, tan to en esta conteo de moscas que volaban se realizó dos veces por
región, como en otras do nde se producen hortal izas semana, antes de la aplicación de los métodos de con-
(Ortega y Vill anueva 1994, Sosa el al. 1995, García el trol en parcelas pequeñas, y dos días después ~e apli -
al. 1995). Por tanto. se requiere n métodos de con lrol car los mismos. El cont rol se est imó como porcentaje
alternativo de bajo impacto ambiental y costos de pro- de reducción del número de insectos. dos días después
ducción. Una alternativa viable .foon los insecticidas de la aplicación.
bi ológicos, utilizados en combinación con otros méto- La variedad de chile ut ilizada fue criollo local, co-
dos, como estra tegia de manejo inlegrado. nocido como "chi le de agua", el cua l tie ne alt a de-
Los objetivos de este tra bajo fueron conocer la manda regiona l, dadas sus características de sabor y
abun dancia de 8. /abad en tomate y chile y evaluar la pungencia.
eficacia individual y combinada del hongo e ntomopa- El tomate utilizado fue de la variedad "Gala"
tógeno P farinosus y barrcras vivas (maíz, sorgo, gi ra- (Harris· Moran Seeds, Ca., USA). Esta variedad es ti·
sol y cempasúchil) para el control de mosca blanca en po saladette y tiene alta aceptación dado su color un i-
estos cultivos. for me y larga vida de anaquel.
El experimento de chile se estableció el 29 de
enero de 1996, en los terrenos del CIIDIR-OAXACA.

69
Las barreras se sembraron 40 días antes del trasplan- La mosca blanca es muy susceptible a las tempe -
te de l chile, de ta l mane ra que a esa fecha, e l maíz, sor- raturas bajas, por se r de adaptación tro pical y subtro-
go y girasol medían 40·50 cm , y el cempasúchil 20 cm pical. Cuando la te mperatura pro medio es de 20°C. e l
en promedio. Estas barreras rodeaba n to talme nte las tie mpo requerido para la eclosió n de los huevos es de
parcelas experime ntales, las cuales consistían de 5 m 11,5 días, mie ntras que con tempe raturas promedio de
de largo y cinco surcos de ancho (3 m) en chile o cua- 30°e. se acorta a 5.4 días (Za lo m y Natwick J987).
tro surcos (4 ,8 m) e n to mate. Debido a la poca frecuencia de las tempera turas ba-
Ade más de la barre ra vege tativa doble, los dos jas en la región de los Valles Ce ntrales, el principal con-
surcos externos de cada parce la expcrimental sirv ie- dicionante de las poblaciones de mosca blanca es la llu-
ron como prot ectores, con 10 cua l se evitó la interac- via. A principios de mayo se detectaron las poblaciones
ción entre tratamie ntos adyacent es. máximas de este insecto en el cultivo de tomate, pe ro su
El Ide marLO de 1996 se estableció un expe ri- densidad dismin uyó drásticamen te cuando en un perfodo
mento similar de to mate. En este las barre ras se esta- de dos días se acumuló una cant idad de llu via de 30 mm
blecie ron desde fin es de diciembre. pe ro debido a la (Fig.I). Esto dem uestra que la lluvia es un cont rol natu-
presencia de tempe raturas bajas. se ret rasó la sie mbra ral importantc de esta plaga, y por consiguiente, las siem-
directa del tomate hasta que las barreras alcanzara n la bras después dc la época lluviosa (setiembre-noviembre)
altu ra adecuada. El número promedio de plantas por podrían tener mejores posibilidades de producción, quc
parcela útil fue de 42 e n tomate y 63 e n chile. las realizadas entre febrero y mayo.
Ruiz et al. (1995) señalaron que antes del inicio de la
Resultados y discusión estació n lluviosa. se llegaron a con tar l5-25 moscas por
Abundancia de la mosca blanca planta en el cul tivo de chile. pero e n el mes de junio (épo-
En e l experime nt o de chile la presenci a de mosca ca lluviosa) , la población disminuyó llegando a 1-3 mos-
blanca se de tectó a partir de l 10 de marzo, cuando la cas por planta. observándose mayor presencia de moscas
temperatura mínima y diaria promedio fu e de de 12°C blancas en chile que en tomatc.
y la diaria de 22°C, respectivament e (Fig. l ).

33 20
Ü Ü
• 32
• 15
x
ro 31 c
E 30 E 10
ci. 29 ci.
E 28 E 5
~ 27 ~
2. O
O 50 100 150 200 O 50 100 150 200

Días Días

400

-
N
50 E
E 40 ~300
E c
-30 ro
ro 15 200
. ~ 20 ro
::J
10
~ 100
::;
O O
O 50 100 150 200 O 50 100 150 200

Días Días
Fig ura 1. Relación entre factores meteorológicos y cantidad de moscas blancas en tomate. Oaxaca , México. 1996.

70
Incidencia de virosis indicó que a ntes dc las aplicaciones, la densidad de
En el chile la abundancia de mosca blanca du ran te la eta- mosca b lanca fu e baja e n girasol y e l téstigo, y mayor en
pa vegetativa fue difere nte estadísticamente entre trata- cempasúchil. pero 3 días d espués dc la aplicación (dda),
mientos de ba rreras (P<O,05), dctcnninándose más mos- la densidad de la plaga fu e menor en el tratamicnto sin
cas blancas en la barrera de girasol (Cuadro 1). A los 30 barrera (Cuadro 3). Es pro bable que las barreras sirvie·
días del trasplante, la incidencia de virosis era nul a. A los ra n como re fugio a la plaga, especialmente, aque llas
57 días del trasplan te se determinó la relación entre el con mayor desarrollo vegetativo, como e l maíz.
número de moscas por parcela , para los distintos lipos de
CUADRO 3. Promedio de moscas blancas por parcela , an-
barrera. y la presencia de plantas con síntomas leves de tes y después de los tratamientos de control, en parcelas de
virosis, especialmente, en las parcelas con barreras de tomate con c uatro tipos de barreras vivas, Oaxaca. México.
maíz y sorgo, donde la densidad de población de mosca y 1996.
el porcentaje de plantas con virosis (uc bajo (Cuadro 1). Barrera Moscas Moscas Control
Se detectó una población de moscas blancas ligeramente antes del (3 dda) (%)
mayor en las parcelas tratadas con los insecticidas bioló- tratamiento"
gicos, pero solo el extracto fue diferente estadísticamen- Girasol 52,1 b' 33.6 ab 35,5 ab
te (P<0,05) al tratamiento con insecticida (Cuadro 2). Maiz 59,6 ab 41 ,6 a 30,2 b
Sorgo 54,8 ab 40,6 ab 25,9 b
CUADRO 1. Abul'Klancia de moscas blancas en chile y por-
Cempasúchil 68,6 a 44,6 a 35 ,0 ab
centaje de plantas afectadas por virosis moderada, con cua-
tro especies de barreras vivas. Oaxaca, México, 1996. Testigo 51,8 b 26,0 b 49,8 a

Barrera Moscas/Parcela % de Plantas viróticas 'Valores con la misma letra en una misma columna no son estadlsti-
camente diferentes, según Prueba de Tukey al 0 ,05.
(Enero-Febrero) (Marzo-Abril) "Promedio de 7 conteos
Girasol 8,5a' 8,4 ab
Maíz 4,2 b 5,1 b El método de cont ro l más eficaz f ue e l insecticida
Sorgo 5,3 b 4,4 b (Cuadro 4). Sin cmba rgo, el porcentaje de control 10-
Cempasúchil S,4b 10,8 a grado con este tra tamien to podría d enotar resiste ncia
Testigo 5,9 ab 8,7 ab d e la p laga al combate químico.
'Valores con la misma letra en una misma columna no son diferentes CUADRO 4, Eficacia de los métodos de control según por-
estadfsticamente, según Prueba de Tukey al 0,05. centaje de reducción de la incidencia de la plaga antes y des-
pués de su aplicación. Oaxaca, México. 1996.
El número de plantas enfermas por parccla fue me-
Métodos Moscas Moscas Control
nor (P<0,05) en el tratamiento con insecticida y mayor y de control antes del (3 dda) (%)
similar para el ho ngo entomopatógeno y el extracto, res- tratamiento"
pectivamente. Insecticida 54,5 a' 24.4 b 55,2 a
Hongo 56,7 a 41 ,9 a 26,1 b
CUADRO 2. Atx.u :iluaa de moscas blancas en chile y plan-
tas con virosis modelada, segUn tratamientos de control utili- Extracto 55,8 a 42,3 a 24,2 b
zados. 1996

Tipo de
control
...............
(Enero-FebIero)
% de Plantas viróticas
(Marzo-Abril)
'Valores con la misma letra en una misma columna no SQn estadfsti-
camente diferentes, según Prueba de Tukey al 0,05.
"Promedio de 7 tratamientos

Insecticida 52b" 4,9 b Este porcentaje es bajo comparado con los obte-
Hongo 5,7 ab 8,6 a nidos e n un est udio rcalizado con varios insecticidas
Extracto 6,6a 7,9 a para el cont rol d e B. tabaci, donde el más eficaz (di-
methoato) alcanzó un control de 85,6 %, reducie ndo
'Vatores con la misma letra en una misma columna no SOfI esladlsti-
camente diferentes. según Prueba de Tukey al 0.05. también la incidencia de virosis, lo cual incrernentó los
rendimientos de pim ie nto (Uvah et al. 1990). E n to-
mate, Sosa et al. (1992) informa ro n de una reducci ó n
Capacidad de control de la mosca blanca en la incidencia de virosis de 67% al uti lizar endosul-
En el experime nto de tomate. el p ro med io de los siete fán y una disminución de 24% a l ut iliza r ex tracto de
conteos re ali7..ados durante e l período de crecimiento, rabanillo aI2% .

71
Sin embargo. se observó una interacción altamente res de virus de tipo no persiste nte (Pozo 1994), lo cual
significativa (P<O,05) entre las barreras y el método de puede incrementar los rendimientos ai disminuir la in -
control, determinándose que el hongo en combinación cidencia de virosis.
con maíz, con cempasúehil. y sin barrera. fu e más efi caz Los rendimi entos de ch il e fu eron diferent es
que el extracto vegetal, aunque no difirieron estadísti- (P<O,05) entre los tratamientos de control evaluados,
camente (Cuadro 5). Los datos referentes al porcentaje siendo mayores con insecticida y hongo con la barre-
de incidencia de virosis moderada, a los 57 días después ra de maíz (Cuadro 7)_ El efecto be néfico del hongo
del trasplante del tomate, muestran una relación inver- podría explicarse, porque la barrera de maíz crea con-
sa , aunque sin diferencias significat ivas por tratamien- diciones favorables para el desarrollo del entomopa-
to, entre esta variable y el porcentaje de control. tógeno. Las barreras pueden incrementar la humcdad
relativa, al disminuir la evapotranspiración del cultivo
CUADRO 5. Porcentaje de control de mosca blanca y de vi- (Brown y Rosenberg 1972), sie ndo su efecto propor-
rosis moderada por parcela, al combinar barreras vivas y tres
cional a su altura y densidad.
métodos de control en tomate. Oaxaca. México. 1996.

Barrera Método % de control % de virosis CUADRO 7. Rendimientos de chile y tomate (kg/ha) con dos
tipos de barrera y sin barrera y tres métodos de control. Oa-
Maíz

Cempasúchil
Insecticida
Hongo
Extracto
Insecticida
SO.2a"
51 ,3 b
39.6b
59.6a
29,3""
32,7
52,6
27,0
xaca, México. 1996.

Barrera
__ Rendimiento
Chile Tomate
Maíz Insecticida 5059 a' 6921 a"
Hongo 32,7 b 18,7
Maíz Hongo 4721 a 7227 a
Extracto 14,3 b 40.3
Maíz Ex1racto 3700b S090 a
Testigo Insecticida 67,2a 24.6
Hongo 15,0 b 26,3
Cempasúchil Insecticida 3596 b 3670 b
Extracto 7,0 b 54,3
Cempasúchil Hongo 1627 c 2266 c
·Valores con la misma letra en una misma columna no SOfl estadrstl- Cempasúchil Extracto 1S03 e 3355 b
camente diferentes. según Prueba de Tukey al 0.05 .
•" No significativa al 0.05
Testigo Insecticida 1843 c 1512 c
Testigo Hongo 2420c 1988 e
Rendimientos de chile y tomate Testigo Extracto 2029c 2 129 e
Los rendimie ntos de chi le y toma te fu eron mayores
·Valores con la misma Ietta en una misma columna no son estadlsti-
con la barrera de maíz_En chi le los rendimientos ob- camente diferentes. según Prueba de Tukey al 0.05.
tenidos fueron 114% mayores que e n la parcela sin
barrera, mientras que en tomate fueron 250% supe- La poca eficacia del hongo en la barrera de cem-
riores a los obte nidos sin barrera (Cuadro 6)_ pasúchil , también puede atribuirse a efectos de micro-
Las barreras vivas pueden se rvir como barrera fí- clima, porque esta especie alcanzó menor altura que el
sica o como limpiadores del est ilete de insectÓs vecto- maíz. Los menores rendimientos observados fueron
los del testigo sin barrera (Cuadros 6 y 7), lo 'C ual ind i-
CUADRO 6. Rendimientos de chile y tomate (kg/ha) con cua- ca la contribución de la barrera hacia la creación de
tro tipos de barreras. Oaxaca. México. 1996. mejores condiciones ambientales, para el crecimient o
Barrera Chile Tomate y producción de los cultivos.
(Promedio 5 (Promedio 3 En general, se detenninó concordancia entre inci -
cosechas) cosechas) dencia de virosis severa y los rendimientos de tomate
Girasol 1749 b" 398 1 b" y chile (Cuadro 8), pero sin ser diferentes signi fi ca ti-
Marz 4493 a 6746 a va men t.e.
Sorgo 2818 ab 2785 b
Cempasúchil 2275 b 3097 b Conclusiones
Testigo 2097 b 1876 c La presencia de mosca blanca en Oaxaca está alta-
·Valores con la misma lelra en una misma columna no son estadlsti-
mente condicionada por la temperatura al inicio del
camente diferentes. según Prueba de Tukey al 0,05. año y por la precipitación a finales del mismo. Por

72
C UADRO 8. Porcentaje de plantas con virosis severa, con tanto, el productor debe establecer sus cultivos en los
dos tipos de barrera y sin barrera, y tres métodos de control
meses de diciembre·ene ro y durante los meses de ju-
en tomate y chile. Oaxaca, México, 1996.
lio-agosto para minimizar la incidencia de virosis. Sin
Plantas con virosis e mbargo, el primer pe ríodo de sie mbra conlleva el
Barrera Método Chile Tomate riesgo de he ladas.
Malz Insecticida 7,5' 10,3' El uso de barreras vivas, especialmente maíz, pue-
Maíz Hongo 10,1 21 ,0 de contribuir a la dismi nución de la incidencia de vi-
Maíz Extracto 15,0 10,0 rus, pero se requiere de un método de control adicio-
nal dentro de las barreras.
Cempasúchil Insecticida 15,5 30,6 Se recomienda la utilización del hongo en tomo-
Cempasúchil Hongo 22,5 41 ,7 patóge no P !llrinosus, a una concentración de Ixl07
Cempasúchil Extracto 20,3 49,0 esporas/mi e n aplicaciones semana les, para el control
de mosca blanca en combinación con barreras de maíz
Testigo Insecticida 19,5 64,0 H-311 , cada cinco surcos en chile y cada tres surcos e n
Testigo Hongo 18,3 56,0 tomate.
Testigo Extracto 18,7 46,3
Agradecimientos
'No difieren estadisticamente.
Al Biólogo Fernando Arce González su valioso apoyo
en la e laboración de las gráficas.

Literatura citada
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73
Ma nejo [nlegrado de I'[agu (Cou a R ica) No . 52 p.74 -79. 1999

Insectos plaga de macadamia en la


zona Atlántica de Costa Rica

RESUMEN. La. macadamia ( Macadamia integrifolia Maidcn & Belch) es un cultivo con pOlencial económ
co, porque posee bucn mercado exlerno y alto valor comercial. Sin embargo, en Cosl:! Ric:! en los últimos aií¡
varios insectos plaga dc eSle culti vo han incrementado sus poblaciones, ocasion:!ndo un:! disminución del ren
dilll iento y calidad de la nuez. Se describen los principales insectos plaga encont rados en tres plantaciones J ,
macadamia ubicadas en I¡¡ zona Allántica de Cosla Rica. Estos fu eron: I-Iyalymcllus wrsalus, A ntiteucl/ll
rri,l/cm s, Nezam viridu/u, Loxa sp. y Ecdytofoplza torticom is; olros insectos de menor importancia económ k
fu eron: Microm pe hippopo/am(l, ArUIJ(Us sp., Fm"kli" iellu sp.. HYlJOthellemus seria(Us, Ectomyelois mllrisCJ.\
Oryzaephilu.5 sllri" amellsis, Empousca sp., Trigol/a sp.. TOXOIJferU sp., Xyleboru.f sp. y Ephesriu call1ella.

PalabrAS chn'e: Insectos. l' lagas. Macadamia, Costa Rica.

A BSTRACT, Insel.1 p~sts or macadamia in the Allanlic zone or Costa Rica, Macadamia ( Macadmllj"
imegn/o lia Maiden & Betch) is a crop with cconomic potcntial because has a good externalmarket and are n i
high commcrcial value. However in the last few ycars in Costa Rica, the populations of vu rious insect pests n !
this crop huve increased causing a reduction in thc yield and qua lit y of Ihe nu !. 111C n13in insect pests 01
macadumia found in threc farms located in Ihc Atlantic zone of Costa Rica are described. lllC insects observcLl
causing damage were: Hya/ylllclIlIs tarsafllj', AnrirCllclllI$ rripte flls. Neza ra viril/ula, Loxa sp. and Ecdytolop/¡,
torticomis: other inseclS of less economic importancc we rc: M icrorape /¡ippopolllllla. A raptus sp.. Franklinidl"
sp.. HypotlJellem lls seriatlls, Ectom yeloi!i IIIl1riscis, Oryzaephillls $lIrinamensis. Empotlsca sp.. TrigO/w sp
Toxoptera sp.. X yleboflls sp. and Ephestia call/ella.

Kcy words: Inseel, PeSIs. Macad¡mlia . Costa Rica.

Introducción cado mundial y porque co nstituye un a alte rna t


La nuez d e macadamia es originaria de Austra li a ra muchos producto res que desea n sustitu ir h
( Ironside 1987). desde do nde se exte ndió a regiones vos tradicional es po r nu evas act ividades agríco!
tro pica les d e América y Africa. En Costa Rica fue in- Sin embargo, el incremento e n el área de SI ,
troducida en 1948 a la Estació n Expe rimental de Hu· e l siste ma de producció n e n monocultivo y e l
le e n Turria lba, Cartago. En 1960 se estab leciero n pe- conocimiento técnico sobre el manejo de las phI
queñas parce las donales e n fin cas de productores quc ocasio nado que los productores reporten 10<"
visitaron Hawaii (Aguirre 1984, Brenes 1990). Pero e l ocasio nados por varios insectos. E n Hawai y Al!
establecimie nto de p lantacio nes co merciales se inició Ironside ( 198 1 y 1987), Vincc nt et al. ( 1990). (
e n 1965, como una alternati va a la cafi cultura. al. ( 1985 ) y Mitchell el al. ( 1982) o bservaron L'
En Costa Rica, la macadamia se produce en la zo- to pre maturo de las nueces de bido al ataq ue u
na: Atlántica (Turrialba, Siquirres. Limón) , Sur (San ches como Amblypella lIüida Stal, A/lllescells J
Vito de Java) y Norte (Sa n Carlos, Upala y Tilarán). familia Core idae, Nezara viridula Linnaeus
En los últimos años e l á rea de sie mbra se ha incre · Pc nt atomid ae; así co mo la po lilla d e 1.
me ntado, fundame nta lme nte. por su precio en e l Ole r· CryplopMebia om b rodella ( Lowe r ), C. /
( But1 er) fami lia Tortricidae; la broca d e I
MeribMlo: lQ,'I).lI9lI.. Aprobado:~,
• Unidad de I-' toprole.:ción. CATEE . 1170Thrrialba. Cmt& Ric&. Nyporhellem us obscu fIIs (E) e H seriaftls (E IL

74
En las flores se ha informado el daño de Toxoprera E l muestreo consistió en la búsqueda de daños e
mlrlmtii (Fonscolombe) famili a A phididade, Anomis insectos asociados al daño, en árboles de macadam ia
flava famil ia Noctuidae, ErysichtoIJ lineata Ullellta (tallo. hojas, flores y frutos) que prese ntaban síntomas
(M urray) fa mili a Lycaenidae. U/onemia sp. familia de problemas fitosa ni tarios ocas ionados por insectos.
Tingidae; Scirtothrips sp. familia Thri pidae. Además En cada muestreo se hizo una prospección de la plan-
se ha n descrito otras plagas secundarias. tación , con una duración aproximada de 4 horas; e n
En 1984, Costa Rica inició la exportación de ma- cada finca se rea lizaron seis muestreos.
cadamia a los Estados Unidos. como principal me rca- Las muestras de materia l vegetal e insectos. fue-
do ( I-I aan 1988). Las proyecciones basadas e n el área ron colocadas en bolsas plásticas insufladas con cie rre
sembrada y producción a cort o plazo, convierten a es- semi-hermé tico para su traslado al laboratorio. Una
le pa ís e n e l terce r producto r mundiaL superado úni - parte de la muestra se conservó e n alcohol y en mon-
camente por Hawa ii y Australia (Gonzá lez 1991). Es- taje en alfile r, para su ide ntificación y registro en la
to ha contribuido para que técnicos y productores colección de insectos plaga y orga nismos benéficos del
establezca n una bue na vigilancia epidem iológica so- CATI E.
bre las plagas que ataca n el culti vo en estas regio nes. El resto de la muestra se colocó e n cajas plást icas,
El objetivo de este est udio fue reali zar un inven- forradas con papel toa lla húmedo, y los insectos se a li -
tario de las principales insectos plaga y los daños que menta ron con e l mi smo materia l vegetal donde fu eron
ocasionan en maeadamia, en tres fi ncas de la región recolectados, con e l fin de confirm a r e l daño obselVa -
Atlánt ica de Costa Rica , para determ inar cuales po- do en condiciones de campo. Se describió cada insec-
drían ocasionar reducciones significativa s e n el rendi- to plaga, así como cl daño ocasionado.
miento del cultivo. Los insectos se identificaron con ayuda de espe-
cialistas del Departamento de Agricultura de los Esta-
Materiales y métodos dos Unidos,c1aves taxonómicas y comparación con es-
El estudio se realizó en las fincas Atirro y Oriente ubi- pecímenes de la colección de re ferencia del CATIE.
cadas en Turrialba. Cartago. Costa Rica, a 667 msnm ..
con preci pitació n anua l de 2626 mm y tempera tura Resultados y discusión
promedio de 25°C. La o tra fin ca estud iadtl fue Kailua, Los insectos plaga encontrados en las fin cas. así como
localizada e n Siqui rres. Limón, Costa R ica, ubicada a e l orden y fa milia a la q ue perte nece n se registra en el
150 msnm. , con precipitació n anual dc 3500 mm y Cuad ro 1.
temperatura promedio de 26°C.

CUADRO 1. Insectos plaga del cultivo de macadamia, en Ires fincas de la zona Atlántica de Costa Rica. Turrialba, CATIE.
1989-1 992

Insecto Presencia en fincas


Genero Especie Orden Familia Oriente Atirro Kailua
Hyalymenus tarsatus Hemiptera Alylidae , ,
Antiteuchus tripterus Hemiptera Pentatomidae , , ,
Nezara viridula Hemiptera Pentatomidae , , ,
Loxa sp. Hemiptera Pentatomidae , , ,
Ecdytolopha tor1icomis lepidoptera Tortricidae , , ,
Microrape hippopotama lepidoptera Megalopigidae ,
Ectomyelois muriscis l epidoptera Pyralidae ,
Ephestia cautella lepidoptera Pyralidae ,
Hypothenemus seriatus Coleoptera Scotytidae , , ,
Xyleborus sp. Coleoplera Scotylidae , , ,
Araptus sp. Coleoptera Scolytidae ,
Oryzaephilus surinamensis Coleoptera Silvanidae ,
Frankliniella sp. Thysanoptera Thripidae , , ,
Toxoptera sp. Homoptera Aphididae , , ,

75
Plagas primarias y quin to son verdes con manchas blancas. negras y ro-
Antiteuchus tripterus(F.), Nt!z.ara viridula(L.), Loxa jas. El adulto es verde brill ante en la parte superior y
sp., lI)'al)'mt!nus tarsatus(F.). verde pálido por debajo, en fo rma de escudo. Presen-
El daño por estos chinch es se manifiesta con la caída ta cabeza sa lien te triangular con márgenes rojizos, la
prematura de nueces, ocasionando 37-60% de aborto base del escutelo con tres ma nchas amarillas y cerca
(Carba llo y Coto 1991), malformaciones y pérdida de de ca da ángulo anteri or del escutelo un punto negro.
cal idad comercial de la nuez, provocada por el estado Patas con las coxas, trocánteres y base del fémur bl an-
ninfal y adulto. Ambos introducen sus apa ratos buca- co nacarado, el resto es ve rde claro bril lante (Saun-
les. a través de la cáscara y concha hasta la nuez, segre- ders el al. 1998).
gando e nzim as que la digieren. para luego succionar el Las ni nfas de Loxa sp. son aplanadas. verde claro.
ali mento se midigcrido. El daño se ma ni fiesta como con las patas verde-ama rillento;el adulto es verde, con
un pun tetldo e n la parte interna de la cáscara de fru - los lados del pronoto proyectados hacia adelante co-
tos jóvenes; en los fru tos maduros el punt eado es ne- mo espin as.
erótico. Además estos pun tos de alime ntación sirven La ninfa de A. rr;prerus pasa por cinco instares. Al
de e ntrada a hongos y bacterias que ca usa n pudrición inicio de l primero prese nt a un a coloración cremosa
de la nuez. con dos franjas rojizas en el dorso, al poco tiempo ad-
Umaña er al. (1991) indican que en la macadamia quiere una coloración negruzca. El segundo instar es
la fa se de mayor susceptibilidad al ataque de insectos crema con marcadas zonas rojizas. que en poco tiem-
chupadores. va desde el desarrollo de la nuez hasta la po se to rnan negras; el 3°, 4° y 5° instar son negros. La
fase previa al end urecimiento del endocarpo. hembra adulta es negra con pun tos crema, el macho es
Los picos de población determin ados en varios si· negro (Umaña el al. 1995).
tios de la zona de Turrialba . se registraron en febrero-
marzo y agosto-oct ubre. Las poblaciones más alt as Ecd)'lOlopha IOrticornis (Mcyrich)
fu eron de N. viridllla y H. rarsafl/s; sin embargo, éstas El barrenador ma yor de la nuez fue otra de las plagas
viven principalmente en hospedan tes sil vestres como importantes por los daños ocasionados al culti vo e n
Croralaria sp., Bidens pilosa L. , Asclepias curassavica las plan taciones muest readas. Al ba rrenar las nueces
L., Emilia sOllchifo litl L. y Bixa orellmw L. , y se repro- reducen su calidad y por consiguien te, afectan el ren -
duce comúnmente sobre Croralaria sp. Los chinches dimiento del cultivo.
Loxa sp. y A. rripreTIIs viven y se reproducen directa - La larva de primer instar penetra la cáscara y
mente en los árboles de macadamia , por lo tanto, cons- tiende a barrenar los extremos de la nuez, porque el
tituyen especies con alto potencial de daño (Carballo y grosor es mayor. En la medida que la larva crece, el
Coto 1991). orificio de entrada y sa lida se amplia , permitiendo de-
Estas cuatro especies de chinches va rían en im - tectar fáci lment e las nueces dañadas por la acumula-
portancia , según las zonas e inclusive fincas dentro de ción de desechos en el orifi cio. La mayoría de las lar-
una misma zona. Algunos de estos insectos, como N. vas se alimentan del meso y endocarpo de las nueces,
v;ridula, ya han sido reportados en otros países. Otras pero si la cubi erta se minal (concha) no ha endurecido,
son especies como H. /arsa/us , A. /rip/erlls y Loxa sp. pueden contin uar barrenando hasta la alme ndra
tie ne n hospedantes nativos diversos y se han adapta- (Blanco el al. 1993).
do a la macad amia. La larva presenta cuatro instares larva les. En ge-
Las ninfas de H. farSOfllS son rojas o pardo-gris y nera l, varía de pardo claro a pardo oscuro, con plaque-
parecen hormigas; e n ocasiones son gregarias. El tas oscu ras y setas sobre su cuerpo. El adulto es una
adult o tie ne un a longitud de 13- 16 mm, delgado, ver- polill a con las alas delanteras pardo oscuro y marcas
de rojizo con manchas definidas, amarill o pálido en cremas y negras, las alas traseras son pa rdo claro.
cada lado del tórax; fému res trase ros hin chados y den- Desde 1987, esta plaga ha sido señalada como,
tados y el macho posee tibi as curvas (Saunders e/ al. muy im portante en varias fin cas del cantón de Siqui-
1998). rres. Limón (Lara 1987), con infestación del 16%. Tres
Las nin fas de N. v;ridllla pasan por cinco instares; años después. Masís y Campos (1990) observaron un
el prime ro es globular, con la cabeza y tórax negro, ab- incremento del 12% en la infes tación. Blanco e/ al.
domen rojo; en el segundo y tercer instar son negros (1993) determinaron dañ os en la cáscara de 12%
con manchas rojas y bla ncas en el abdomen, el cuarto 39% (endoearpo) y en la almendra de 1 % - 7%.

76
Plagas secundarias HypOlh enemus !'>'erialus (Eichholf)
O tras plagas de me nor importa ncia económica se en- Esta especie se conoce comúnme nte como taladrador
contraron en las plantaciones muestreadas: sin e mbar- me nor de las nueces y perte nece a l grupo de las bro-
go, éstas no causan daños importan tcs e n e l rendi- cas. Se observó barre nando nueces e n e l suelo, no así
mien to y calidad del producto. No obsta nte, en e l las q ue se encuentran e n el árbol. El daño consiste en
futuro podrían convertirse en plagas importantes. pequeños agujeros por donde penetra el insecto ad ul-
to, el cual hace gale rías inte rnas pa ra reproducirse y
Microrape hippopolama (Nopp) alime ntarse. Los ho ngos y bacterias pueden penet rar
L1 larva de esta especie se a li menta del fo llaje de la por estos agujeros provocando la pud rición o momi fi-
macadami a, provocando defoliación masiva de árbo- cación de la nuez.
les jóvenes y adultos, e llo disminuye el área fotosint é- Los adu ltos son pardo negro, de 1,3 - 1,6 mm de
tica de la planta y por consiguiente, baja la asimilación largo y 2,4 veces más largos que anchos. Los agujeros
de nutrime ntos afectando el desa rrollo de la planta y de las estrías e n los élitros son grandes y profundos, de
la maduración de las nueces. un ancho muy simila r a l de las in terestrías. El margen
La la rva mide de 10 a 20 mm , el cue rpo está tota l- a nterior del pronoto casi siempre tiene se is grá nu los
ment e escondido bajo setas largas, blancas o erema grandes (Wood el al. 1991).
con marcas pa rdas. Tiene 6 pares de se udopatas en los
segmentos abdominaJes del 2 al 7; el par 2 y 7 son ru- EClomyelois mur;scis (D yar)
dimenta rios, no presenta n corchetes y ti enen forma de La larva de este barre nador perfora las nueces que es-
ve ntosas. E l ad ulto es blanco perlado. la hembra tie- tán ad he ridas al árbol; a diferencia de E. torticomis se
ne una lo ngitud de 20 - 30 mm y el macho de 15-20 a lime nta solamente del e ndocarpo, cuando éste toda-
mm de expansión alar. vía no se ha endurecido; no se alimenta de la alme n-
dra. A l inicio las larvas son cremas con la cabeza y
A raplUS sp. placa protorácica pa rdo oscuro, euc rpo co n plaq ue tas
Son pequeños escarabajos wladradores que pe netra n oscuras y se tas sobre ellas; a l desa rrolla rse, éstas se
los árboles a través de un agujero pequeño y rendon- tornan cre ma oscuro.
do q ue hacen en los brotes, yemas axilares y tallos tie r- El adulto es pardo cla ro, e l margen ante rior de las
nos. Esto ocasiona bifurcació n de brotes, pé rdida de a las delanteras es pardo oscuro con una mancha más
yemas axilares y desarrollo a norma l de l árboL Ade- oscura e n e l borde te rmina l, e l marge n posterior
más estos puntos de e ntrada favorecen la pe netración muestra una ma ncha oscura ce rca de la base. El ala
de hongos y bacterias, q ue hacen más severo el proble- anterior y posterior posee muchos fl ecos. El fé mur y
ma fitosanita rio. la tibia son pardo claro, los tar sos son pardo oscuro.
Los adultos de color pardo oscuro midc n de 1,33
a 1,51 mm. Tiene n e l pronoto fi na mente escult urado Oryzaephilus sur;namens;s ( L.)
e n forma de tela raña, con la mitad anterior pardo cla- Adultos y larvas se alime ntan principalmente del inte-
ro. Elitros más largos q ue el pronoto; con los tres ter- rior de la almendra seca, llegando a desintegrarla to-
cios posteriores con cerdas de colo r amarillo. ta lmente. De bido a que es una plaga de granos a lm a-
ce nados y su procedencia como fuente de infestació'n
Frankliniella sp. en macadamia es desconocida, es recome ndable evita r
Se encontraron asociados a las inflo rescencias. Son in- e l almacenamiento de la nuez cerca de arroz, maíz, o
sectos diminu tos, rara vez mide n más de 4 mm de lo n- granza de arroz, pa ra evitar la contaminació n (B la nco
gitud, e longados y pa rdo oscu ros. Cuando su pobla- 1993).
ción es alt a, pueden ocasionar daños. Los adu ltos y El adulto es ma rrón he rrumbre. de 1,8 - 3,3 mm
ninfas se alimenta n e n la base de las flores, succionan- de lo ngit ud; es muy estrecho y aplanado. Cabeza a lar-
do la savia de l ovario, lo cual puede causa r la caída de gada , prono to dorsalmente con tres líneas longi tudi-
las nores. Se multiplican rápidamente, especia lmente, nales: bordes late ra les del pronoto con seis di e ntes
en días cálidos y secos. Algunas especies de este géne- grandes. Elitros estrechos y estriados. El este rnito
ro son comunes c n flores blancas, pero su daño es con- ocho presenta más de tres setas a cada lado de los bor-
siderado me nor o poco importante. des laterales. Ojos pequeños y sie nes grandes.

77
Trigona spp. Los adultos y ninfas viven en las inflorescencias
Los adultos (obre ras), se alimentan de los márgenes succionando la savia de las flores, si las poblaciones
de las hojas y brotes tiernos de árboles, tanto en plan- son muy altas, las inflorescencias pueden tornarse de
taciones como viveros, causando proliferación de re- color pardo oscuro. Las poblaciones y el daño se pre-
brotes laterales y deformación de las hojas. sentan principalmente durante la época seca y cálida
Las hembras adultas son negro brillante o pardo, del año. El daño es exacerbado por el estrés de agua.
peludas y sin aguijón, de 5-8 mm de longitud , pegajo- Los puntos de alimentación de los adultos y ninfas fa-
sa al tacto. Viven e n grandes colonias, en nidos cons- vorecen la entrada de enfermedades bacterianas y
truidos sobre los á rboles o dentro de á rboles huecos. fungosas, por ejemplo, el hongo Borritis sp. que tam-
bién ataca las inflorescencias de macadam ia. La inte-
Xyleborus sp. racción de ambos agentes, insccto-hongo repercute di-
Las hembras adultas taladran los tallos construye ndo rectamente en el rendimiento del cultivo.
gran cantidad de galerías donde ovipositan. Las larvas La ninfa puede se r desde blancuzca hasta verde
se alimentan de hongos que crecen en los túneles. Las pá lido. El adulto es delgado, verde plateado y dc 3
hembras continúan la construcción de galerías en el mm de largo.
árbol o vuelan hacia otros árboles, aumentando los da-
ños en la plantación. Como consecuencia del daño, los Toxoprera sp.
árboles se debilitan y mueren. Los túne les sirven tam- Generalme nte, se e ncuentra a menudo en el envés de
bién como punto de entrada de e nfermedades. las hojas, relOnos jóvencs e inflorescencias. Las ninfas
Los adultos son pardo rojizo de forma cilíndrica y y los adultos succionan la savia de la planta ocasionan-
alargada, y 2-3 mm de longitud. do que las hojas jóvencs se enrollen y el apénd ice se
torne curvo. La mi elecilla cxcretada por los áfidos
Epheslia cautella (Walke r) puede acumularse en las hojas e inflorescencias pro-
Las larvas se alimentan de las nueces secas almacena- voca ndo el desarrollo del hongo Capnodiul11 sp. cono-
das. Si la población es alta, pueden causar grandes in- cido como fumagina, que reduce la capacidad fotosin -
festaciones en las plantas de procesamiento de la tética y productiva de la planta.
nuez. Las hembras ápteras miden de 1,1-2 mm, son cas-
El adu lto es una polilla con las alas anteriores taño o rojizo brillante hasta negro oscuro, las antenas
amarillo oscuro, las posteriores son blancas, miden poseen bandas negras y blancas. Las hembras aladas
de 14 a 20 mm con las alas extendidas. La la rva mi- miden de 1 a 1,2 mm de largo, de color marr6n oscuro
de de 9-12 mm de largo, es blanco o con leves rayas o negro, las alas tienen la nervadura media con 2 ra-
rosadas sobre el dorso. La seta D2 de los segme ntos mas; pterostigma largo y casi negro; cornícu lo y cola
abdominales del 1 - 8, hasta 2,5 veces más larga que negros. Las ninfas son marrón cla ro o marrón oscuro.
la seta DI. La incidencia de plagas claves asociadas al culti vo
de macadamia hacen necesario la implementación de
Empom.ca sp. programas de vigilancia mediante monitoreos, espe-
Este insecto no se e ncont ró e n nin guno de los mues- cialmente, si no hay un riguroso plan de manejo. Esto
treos rea lizados e n las tres fincas estudiadas, pero sí permitiría detcrminar el nivel poblacional de las prin-
cstá cn otras fincas de la zona A tlánt ica de Costa cipales plagas que podrían incrementarse con ell iem-
Rica y por tanto, debe consi derársele
, como plaga po y por consiguiente ocasionar daños significativos
pot encial. en las plantaciones de macad amia.

78
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79
M anejo I nteg ra do de Pl agas (Cos ta Rica ) No. 52 p.SO-SS . 1999

."

Efecto de fenazaquin sobre Panonychus u/mi y su


depredador Neoseiu/us chi/enensis en manzanos y
perales en Chile
Tomislav M. Curkovic S..
Roberto H. Gonzálcz R."
Gc rardo Barria p u.

RESUMEN. Panollydws ufmi es el ácaro litófago más importante de las pomáceas e n Chile, siendo su prin.
cipa l enem igo nat ural Neoseiufus chilellellsis. El control de P ufmi se ha basado en la aplicación de acaricidas
organosintéticos, causa ntes de la disminución de las poblaciones de su depredador. fi totoxicidad y desarrollo
de resistencia. Por esta razón se evaluó el efecto de fenazaqui n, un nuevo acaricida señalado como se lectivo a
áca ros benéficos, sobre poblaciones móviles y huevos de P ufmi y N. ch ifenensis. comparándolo con fenpyro·
ximato y pyridaben, acaricidas con un modo de acción similar. Fenazaquin y fenpyroxima to presentaron rá·
pida acción sobre individuos móviles de P. IIfmi en condiciones de campo controlando el 90% de la población
de 3·9 días después de la aplicación . El con trol fu e directamen te proporcional a la concentración de feoaza·
quin aplicada. La protección fue estadfsticamente comparable entre fe npyroximato (0.025% de ia) y fcnaza·
quin (>0,005 % ia). D urante las eva luaciones.. el umbral económico sólo fue superado e n el testigo y fenaza·
quin 0.0025% ia. El control en verano de huevos de P IIlmi medi:m te sumersión en soluciones de Cenazaquin
(~0,01 % ia) y pyridaben (0.007 % ia) fue superior a 96 %, sin difere ncia estadística entre tratamientos. El con·
Irol de huevos en plantaciones de manzanos y perales fu e supe rior al 77% con concentraciones de 0,005·
0,01 % de fe nazaquin , sin diferencias con fenpyroximato (0,025% ia). Fenazaquin asperjado e n concentración
de 0.02% ia ejerció un con trol del 97% de los huevos en ambos fru tales)' fue estadísticamen te superior a
fenpyroximato. Las poblaciones.de N. chifenel/Sis fueron muy reducidas en todos los experimentos, impidien·
do establecer un posi ble efecto de derribo de los acaricidas. No fue posible determinar si existe un efecto re·
sidual de estos productos sobre las poblaciones de N clJilellellsis o si estas no se incrementaron debido a la au·
sencia de P I/fmi. Sin embargo, el aumento significativo de N. ch ilellellsis en el testigo. hace necesa rio continuar
las evaluaciones.

Pllhlbras cla n~ : Panonyclllls u/mi, Neoseiuflls cl/ilenensis, Acaros. Enemigos naturales, Fcnazaquin , Acaricidas,
Ma nzana, Pera.

ABSTRACf. Effect orrenllZllquin against Panonychul· u/mi and its predlltor NHUi.las chllenensil" in apple
and pCllr orchllrds in Chile. P ¡¡{mi is the mosl important phYlophagous mite in orcbards in Chi le, its main nat·
ural enemy is N. chifellel/sis. Control of I~ ufmi has been based upon Ihe applicatioo of organosynthetic acari·
cides.. causing a decline in populations of ils predator, phytotoxici ty and Ihe development of rcsiSlance. Far this
reason the effect oC fenazaquin . a ncw acaricide shown to be sclective for beneficia1 mites. on a mobile pópu·
lations and eggs of P ufmi and N. chifenellsis was cvaluated and compared wilh feopyroximate and pyridabcn,
acaricides with a similar mode of action. Fenazaquin and fenpyroximate showed fasl control oC mobile indi-
viduals of P ufmi under fie ld conditions, controlling 90% of the population 3 - 9 days after applicalion. Efficacy
was directly proportional to the concentration oC fenazaquin applicd. Control with fenazaq uin (>0.005 % a j .)
and fe npyroximate «(>0,025 % a. i.) was stalistically similar. Duri ng ¡he evaluations.. ¡he economic threshold was
only exceeded in the control and fe nzaquin 0,0025%. Control of cggs of P u/mi under summe r, Ihrough sub·
mcrsion in fenazaquin (>0,01 % a.i.) and pyridaben (0,007 % a.i) solutions was grealer Ihan 96% , with no sta·
tistical diffe renccs belween Irealmenls. Control of eggs in apple and pear orchards was grealer than 77% with
concentrations oC 0,005 - 0.0 1% Cenazaquin, with no difference to fenpyroximate (0.025% aj.). Fenzaquin

Hedbido: 12IOYiItL Aprobado: J4lIt'I6.'99.


• Dept o.Sanidad Vegetal. Facultml de Ciencias Agrarias y rore.tale!. Univenidad de Chile, Casina 1004.Santiago. Dirección actual: Dc:pt.of Entomology. Washington
Sial" Univel1Í1Y. Pullman. WA. 99164. USA .
•• J)ept'~ Sa nidad Vegc tal. FacuhaJ de Ocncias Agrarias y Forc.tales, Universidad de Chile. Casilla 1004. Samiago, Chile .

80
sprayed at a concentration of 0,02% a.i. resulted in the control of 97% of eggs in both fruil orchards and was
stalislically superior lo fenpyroximate. N. chilellensis populations. were low in all of the experimcnts p:event-
ing an assessment of the possible knockdown effects of Ihe acaricides. It was nol possible 10 determine if there
was a residual effecI of Ihcse producls o n Ihe populalions of N. chilelle/lsis or if their numbers did nOI increase
due 10 the absence of P u{mi. However Ihe significant increase of N. chilellensis in the check indica tes the nccd
for further evaluatíon of Ihis aspcct.

Key words: Pallollychw; ulmi, Neoseill/lls c/úlenensis, Miles, Natural enemíes, Fenazaquin, Acaricides,
A pples, Pear.

Introducción fruta les es el ácaro depredador Neoseiu/us chilenellsis


El ácaro fitMago más relevante en pomáceas e n Chil e (Dosse) (Phytoseiidae) , especie nativa que puede
es la arañi ta roja e uropea, Panollychus ulmi (Koch) reducir significativament e las poblaciones de ácaros
(Tetranychidae), especie cosmopólila y polífaga. En fitófag os (González 1989). Sin embargo, en planta -
las condiciones de la zona centra l de este país pueden ciones sometidos a programa s fitosanitarios conve n-
desarrollarse 6 o 7 generaciones en una temporada. cionales, las poblacion es de este de predador son in-
El ciclo de vida de este ácaro tiene una duración de 2- sufic ientes para eje rce r un co ntrol nat ural
4 semanas. La última ge neración de ve rano oviposita sa tisfactorio (González 1989, Curkovic el al. 1994 ).
en madera, pasando e n este estadío el otoño e invier- El control de P. u/mi con aca ricidas organosintéti -
no. El nacimie nto de las ninfas de primer estadio ocu- cos ha sido tradicional en Chile. Los problemas más
rre a inicios de setiembre, depe ndiendo de la tempera - frec uentes con este tipo de control han sido la ausen-
tura (Go nzá lez 1989). Cuando las poblaciones cia de registro de algunas combinaciones cultivo-mer-
in vernales son numerosas, el daño en las plantas se cado, fi totoxicidad y desarrollo de resistencia (Curko-
present a tempranamente. Las generaciones posterio- vic el al. 1994). Por tanto. pe rmanenteme nte se
res afectan las manzanas y perales durante toda la desa rrollan nuevos plaguicidas; además, los productos
temporada. En condiciones de menor presión de la con un nuevo modo de acción tienen mayores posibi-
plaga, el daño de este ácaro ocurre ent re finales de di- lidades de ser aprobados bajo la nueva legislación de
ciembre y principios de enero (Curkovic el al. 1994). plaguicidas en EEUU (Food Quality Protection Act),
El daño se manifiesta en forma de manchas doró- aspecto relevante para Chile y otros países exportado-
ticas, peq ueñas y puntuales; inicialmente, la hoja tiene res de alimentos, que de ben satisfacer estas normas.
un aspecto amarille nto. Cuando el ataq ue es severo, Por esta razón, se introdujo en Chile el fenazaquin
las hojas se decoloran completamente, con deshidrata- (Magister, DowElanco), fenpyroximato (Acaban, Cj-
ción total o parcial del foll aje y fina lme nte defoli a- ba Geigy) y pyridaben (Sa nmite, BASF). Estos tres
ción, especialme nte en peral es. El desarrollo de frut os productos corresponden a una nueva generación de
en estas condiciones es limitado debido a la reducción acaricidas, con un modo de acción similar (Holling-
del área foliar y a la acción directa de la radiación UV, worth el al. 1996). Estos productos interrumpen el
lo cual produce quemaduras en la epidermis de los transporte de electrones en la mitocondria (Wood el
frutos (Curkovic el al. 1994). Además las hembras al. 1996, Motoba el al. 1992); su acción es similar a la
puede n ovipositar en los frutos. Para evitar las pérdi- de las rotenonas (Wood el al. 1996). Fenazaquin tiene
das ocasion adas por estos ácaros, se han establecido una carla vida residual en mcdio acuoso (1-2 días) y se
umbrales económicos de me nos de un individuo móvi l le considera de bajo riesgo de bioacumulación e n ca-
por hoja en perales y 3-4 e n manza nos. El manejo de denas tróficas (Perkins el al. 1993). La vida media de
un a plantación en función del umbral económico re- fenpyroxima to también es reducida en medio acuo-
quiere de un monitoreo periódico para definir las épo- so iluminado (Swanson el al. 1995). Fenazaqu in ha
cas de aplicación de acaricidas. Es importante cono- sido desarrollado especia lmente para el control de
cer los estados que conforman la población de ácaros, Telrallychus urticae, P. ulmi y otros ácaros fitófagos
para seleccionar los acaricidas más convenie ntes (Pollak el al. 1993; Dutton el al. 1996; Solomon el al.
(Curkovic el al. 1994). 1993). Se ha se ñalado que este produclO presenta se-
En Chile, el principal e nemigo natural de P.u/m i en lectividad a ácaros benéficos y por tanto se le conside-

81
ra una alternativa en el Manejo Integrado de Plagas les) por tratami ento. Estos árboles quedaron aislados
en manzanos (Saloman el al. 1993). Sin embargo, tam- entre y sobre hilera, para evitar la conta""minación con
bién se ha informado cierta acci ón deletérea contra otros tratamientos. La plantación de manzana cv Sta r-
Phyloseiulus persimilis en plantas orn amentales y con- king Delicious utilizada en la temporada 1994-1.995 te-
tra otros ácaros benéficos, dependie ndo de la dosis uti - nía 13 años de establecida, con árboles plantados a 5x4
lizada (Sato el al. 1995; Dulton el al. 1996). Fenpyroxi- m, los tra tamientos fueron aplicados en dosis de 4,8 L
malO es un acaricida con acción sobre todos los por árbol, eq uivalente a 2400 Uha. En la temporada
estados de T. urticae y otros {¡caros (Cho el al. 1993). 1995-1996, se utilizó la misma plantación de manzana
Pyridaben y fenpyroximal o también han demostrado utilizada en la temporada anteri or. En esta tempora-
gran efici encia contra P u/mi y cierto efecto negativo da los tratamientos se aplicaron e n dosis de 6 L por ár-
hacia ácaros depredadores (Forti el al. 1994). Curkovic bol , para un total de 3000 U ha. En la evaluación en
el al. (1994) eva luaron la eficacia de dos formulaciones perales, en la temporada 1994-1995, se usó una planta-
de pyridaben contra Brevipalpll s chilenellsis. Cho el al. ción cv Packham 's Triumph de 26 años de estab lecida,
(1995) detectaron algún grado de resistencia a pyrida- con árboles plantados a 6x3 m; los tratamien tos se
ben y fenpyroximato e n poblaciones de T. urticae. aplicaron en dosis de 6 L por árbol, eq uiva lente a 3333
Los objetivos de este trabajo fu eron: 1) evaluar la U ha. En la temporada 1995-1996 se utilizó una plan-
acción de varias dosis de fenazaquin sobre P l//mi y N. tación de pera cv Red Sensation, de 8 años de estable-
chilellensis en huertos de manzanos y perales, durante cida con árboles plantados a 5x3 m y los tratamientos
dos temporadas con secutivas, comparándolas con do- fu eron aplicados en dosis de 2000 U ha.
sis recomendadas para fenpyroximato, 2) comparar la En cada fecha de eva luación, se recolectaron al
acción de varias dosis de fe nazaq uin para el control de azar, 20 hojas por repetición . Estas se colocaron e n
huevos de verano de P. u/mi con respecto a dosis reco- bolsas plásticas y se almacenaron en una nevera por-
mendadas para pyridabcn y [enpyroximato. tátil para transportarlas al laboratorio, donde se revi-
saron con una lupa estereosc6pica para contabil iza r
Materiales y métodos tos indi vid uos móviles de P ulmi y N. chilenensis. Pre-
Las evaluaciones de [enazaqu in, sobre I~ ulmi y N. vio a las aspersiones. se efect uó un recuento de los
chi/el1 ens i.~, se realizaron duran te las temporadas ácaros, siguiendo la metodología descrita para los re-
1994- 1995 y 1995-1996 e n huertos comerciales de cuentos posteriores a las aplicaciones. Los muestreos
manzanos en La Pintana y perales e n Lonquen y Pa- se expresan en función de los días desp ués de la apli-
dre Hurtado, en la Región Metropolitana de Chile. cación (dda) y se prolongaron hasta la cosecha. Los
Acción de fenazaquin sobre estados móviles de P. resultados fueron sometidos a ANDEVA y a la prue-
u/m; y N. chilenensis. En ambas temporadas se eva- ba de Duncan.
luaron cinco tratamientos (Cuadro 1) aplicados me- Los umbrales utilizados para nuevas aplicaciones
diante moto pu lverizadora con atomizado r, tanque de de acaricidas para el control de P. ulmi es de 3-4 indi-
100 L Y presión de trabajo de 350 psi. Se asperjó has- viduos móviles en manzana y <1 en pera.
ta punto de goteo, midiendo el promedio aplicado por Evaluación del efedo ovicida de diferentes dosis de
árbol y se calculó el vol ume n por hectárea . Se utilizó fe nazaquin. En la temporada '1994-1995 se recolecta-
un diseño de bloques al aza r con 6 repeticiones (árbo- ron hojas de manzanos a los cuales no se habían apli-

CUADRO 1. Código e información de qada uno de los tratamientos evaluados en condiciones de campo en manzanos y perales.
temporadas 1994-1995 y 1995-1996.

Código Tratamiento Ingrediente activo (ia) Producto comercial (pc) Dosis pclHL Concentración [ia 1%
TO' Fenazaquin Magister 20 SC 12,5 0.0025
TI Fenazaquin Magister 20 SC 25 0,005
T2 Fenazaquin Magister 20 se 50 0,010
T3 Fenazaquin Magister 20 SC 75 0,015
T4 Fenpyroximato Acaban 50 SC 50 0.025
T5 Testigo S/1ratar

'Realizado sólo en temporada 1995-1996; hectólitro '" HI

82
cado los trata mientos de aearicidas y que mostraban to con el test igo. Esta situación se mantuvo hasta 48
alta infestación de huevos de P. IIlmi. Las hojas se su- dda. A partir de los 55 dda y hasta la cosecha, no hu-
mergieron por 5 segundos en las suspensiones corres- bo diferencias significativas e ntre los tratamientos de
pondientes a cada tratamiento. En la temporada aca ricidas y el testigo, co n poblaciones muy inferiores
1995-1996 se recolectaron hojas de manza nos (La Pin - a l umbral económico. Estos resultados indican que fe -
tana) y de perales (Padre Hurtado) infestadas con nazaquin , en las diferentes dosis evaluadas y fenp yro-
huevos de P. ti/mi. para cada tratami ento, inmediata- ximato proporcionan protección hasta la cosecha e n
me nte después de las aplicación de los mismos. En la- plantaciones sin uso previo de estos acaricidas. Forti el
boratorio se e liminaro n los individuos móviles, dejan- al. (1994) también encont raron efecto satisfactorio de
do un núme ro conocido de huevos viables por hoja. fenpyroximato y pyridaben contra P. ulmi. También se
En ambas temporadas, se consideró un testigo sumer- ha señalado buen control de fenazaquin sobre T. arricae
gido e n agua destilada . El diseño experimental fue en plantas ornamentales (Pollak el al. 1993). Sin embar-
comple tam ente aleatorio con 30 o más huevos por 5 go. el control de P. /l/mi en manza nos debe bacerse con
hojas por tratamiento en 1994- 1995, y 4 hojas con 60 o poblaciones inferiores a las del recuenlo previo a la
más huevos por tratamiento, en 1995- 1996. Las hojas aplicación de los tratamientos en este experimento
se ma ntuvie ron a temperatura ambie nte hasta la eva- (16.3 individuos/hoja) para evitar daños en follaje.
poración de la suspensión. PoslC ri o rmen te, para evi- No se e ncontraron indi viduos móviles de N.
tar la deshidratación se dejaron en tre fol laje fresco chilellellsis e n el muestreo previo a la aplicación de los
de vid, si n acaricidas ni ácaros q ue pud ie ran distor- tratam ientos., ni e n las dos primeras fechas de mues-
sio nar los resultados. Doce días después de la a plica - treo (Cuadro 3). Solamen te se observa ron pequeñas
ció n, se determinó para cada tratamiento el núm ero poblaciones en el testigo. En los demás tratamientos
de huevos si n eclosión, corrigiéndol os por la fórmula las poblaciones aumentaron leve me nte desde enero,
de Abbott en 1994-1995 (Unterstenhofer 1963), trans- llegando al máximo durant e la primera quincena de
fo rmá ndolos a grados Bliss y some tié ndolos a AN - febrero. No obstante, entre los 13 y 34 dda , para los
DEVA y prueba de Duncan (Little y Jackson 1976). tratami entos con ap licación de acaricidas las poblacio-
nes fueron significativame nte in fe riores a las del testi-
Resultados go, luego se igualaron permanecieron así hasta la co-
l. Evaluación de la acción de renazaquin sobre indivi· secha. Con base en estos resultados., no fue posible
duos móviles de P. ulm; y N. chilenensis en plantacio- determinar si existió efecto negativo, de fenazaquin y
nes de manzana. fenpyroximato, sobre las poblaciones de este ácaro
A los 4 dda se observó una drástica reducción en benéfico o fueron afectados por la baja población de
todos los tratamie ntos de las poblaciones iniciales de p. IIlmi. su presa. El red ucido incremento en las pobla-
P. IIlmi (16,3 individuos/hoja) , siendo diferentes esta- ciones de N. chilenen.ü.~ e n todos los tratamientos., e n-
dísti came nte los efectos de los acaricidas con respecto tre 55 y 70 dda , no parece esta r relacionada directa-
al testigo (Cuadro 2). Las poblaciones de P. ulmi se me nte a las altas pob laciones de P. u/mi en este
man tuvie ron bajo el umbral económico (3-4 indivi- pe riodo (Cuadro 2), lo que podría indicar un efecto
duos/hoja) durante lodo el período de muestreo. sin negativo de ambos acaricidas hacia este ácaro benéfi·
dife rencias estadísticas entre los Iratamientos, excep- co. En este sentido, Forti el al. ( 1994) observaron erec·

CUADRO 2. Promedio de individuos móviles de P. ulmi en 20 hojas y seis repeticiones en manzana ev. Starking Delicious, d ías
después de la aplicad6n (dda) de cinco tratamiento iniciados el 8 de diciembre de 1994. La Pintana, Chile.

Tratamientos Individuos móviles de acuerdo a dda


4 7 13 20 27 34 41 48 55 62 70 75
o
T1 O,03b O,llb 0 ,19b O,Olb O,Olb O,02b O,09b O,06b 0,13a 0,02a 0,02a O,OOa
T2 0,02b 0,00b 0,00b 0 ,00b 0 ,00b 0 ,00b 0 ,03b 0 ,10b O.OOa O,OOa O,OOa o,ooa
T3 0,00b 0,00b 0,00b 0,00b 0,03b O.Olb 0 .02b O,OOb O,Ola O,Q1a O,OOa O,OOa
T4 0,_ 0,00b 0 ,03b 0,00b 0,00b 0 ,02b 0 ,03b 0,03b 0 ,02a O,04a O,OOa o,ooa
T5 3,81a 7,408 11 ,06a 1,52a 0 ,19a 3 ,18a 3,lla 0,38a 0,14a O,06a O,Ola 0,05a

'Los tratamientos seguidos pot la misma letra en una columna no son dilerentes estadistica mente.

83
CUADRO 3. Promedio de individuos móviles de N. chi/enensls en 20 hojas y seis repeticiones en plantaciones de manzana cv.
Stark.ing Delicious, días después de la aplicación (dda) de cinco tratamientos iniciados el8 de diciembre de 1994. La Pintana,
Chile.

Tratamientos Individuos móviles de acuerdo a dda


13 20 27 34 41 48 55 62 70 75
T1 O,oob' O,oob O,oob 0,01b O,OOa O,OOa O,03a O,06a O,07a O,ooa
T2 O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,Ola O,ooa O,ooa O,04a 0 ,02a O,OOa
T3 O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOa O,Ola 0,02a O,04a 0 ,19a O,OOa
T4 O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,ooa O,ooa O,Ola O,OOa O,Ola O,OOa
T5 0,06a 0,03a 0,03a 0,06a 0,02a 0,04a 0,03a 0,03a O,O la O,Ola

'Los tratamientos seguidos poi" la misma letra en una columna no son diferentes estadfsticamente.

to perjudicial de fenpyroximato y pyridaben para de los tratamientos de acaricidas hasta los 66 dda , con
Amblyseius GfUJersollii e n condicion es de laboratorio un crecimie nto sostenido hasta los 44 dda. Posterior-
y campo. También se ha señalado que la acción de fe- mente, las poblaciones declinaron, posiblemente por
nazaquin con tra ácaros be néficos depende de la dosis la deficiente condición del follaje atacado. Solomon e(
aplicada del efecto residual (Pollak el al. 1993, Solo- (11. (1993) también se ñalaron que fe nazaquin e n con-
mon e( al. 1993). centraciones de 100 y 200 ppm (mglkg), equiva lentes
En la temporada 1995-1996 antes de la aplicación a 50 y 100 ce del producto comercia l usado en este ex-
de los tratami entos se observó infestación de P. /llmi perimento, fue eficaz para el cont rol de P. u/mi. Es im-
en todas las parcelas, siendo las poblaciones iniciales portan tc seña lar que en el sector de la plantación uti -
(O dda) estadísticamente diferentes (Cuadro 4). En el lizado, no se realizaron a plicaciones de acaricidas en la
primer muestreo 9 dda y hasta aproxim <ld<lmenle 60 temporada anterior.
dda se determinó una disminución notable de las po- L.'l población inicial de N. cllilenensis en 1995-
blaciones de este ácaro, en todos los tratamientos aca- 1996 fu e muy reducida en todos los tratam ientos
ricidas. sin diferencias estadíst icas ent re ellas pero sí (Cuadro 5). En los tratamientos con aearicidas y d u-
con respecto al testi go (Cuadro 4). L.1S dosis mayores rante cas i rodo el período eva luado, las poblacion es
de fenazaquin (50 y 75 cc p.c./HI) elimin aron totalmen- de N. chilellellsis fueron bajas. En el testigo, las pobla-
te la infestación inicial. al igual que fenpyroximato; ciones fueron consta ntcs y significativamente mayores
mientras que las dosis in feriores lo hicieron más lenta- hasta 44 dda. El número de individuos móviles de es-
mente. Valores cercanos o supe riores al umbral econó- te ácaro benéfico aumentaron en los tratamientos aca-
mico (ueron observados en fe nazaquin 12.5; 25 Y50 cc ricidas a parti r de los 44 dda, con mayor intensidad en
pc/Hl desde los 44 dda. En fenazaquin 75 cc pc/HI y dosis bajas de fenazaquin. Sato el al. (1995) señalaron
fenpyroximato 50 ce pcJHI los ácaros no superaron el un comportamiento similar en cítricos en Brasil, don-
umbral económico en ninguno de los muestreos. En el de fenpyroxima to ca usó efecto negativo en ácaros be-
testigo, la población fue significativament c mayor a la néficos de la familia Phytosc iidac. En relación a fena-

CUADRO 4. Promedio de individuos móviles de P. u/mi en 20 hojas y seis repeticiones en manzanos cv. Star\o;ing Deliclous, día
después de la aplicación (dda) de cinco tratamientos iniciados el 29 de octubre de 1995. La Pintana, Chile.

Tratamientos Individuos móviles de acuerdo a dda


O 9 16 24 30 44 66 92 115
TO 2,Sc' 0,5b 0 ,5b O.5b O,5b 7,2b 13,8ab 1,5a 0,2a
T1 2.Be 0,7b O,Ob 0,2b 1,5b 2.8b 1.2b 0,2a 0,2a
T2 2,5c O,Ob 0 ,2b O,Ob O,Ob 3,3b 1.2b 0,3a O,Oa
T3 4 ,7bc O,Ob O,Ob O,Ob 0,2b O,Ob 0,2b 0,8a O,5a
T4 7,8b O,Ob 0,2b 0,2b O,Ob 0,8b 1,2b 1,2a O,Oa
T5 14,Oa 160,Oa 217,Oa 88,Oa 126,08 110,Oa 31,Oa 0,5a 0,2a

'Los tratamientos seguidos por la misma lelra en una columna no son diferentes estadlsticamenle.

84
CUADRO 5. Promedio de individuos móviles de N. chilenensis en 20 hojas y seis repeticiones en plantaciones de manzana cv.
Starking Deticious, días después de la aplicación (dda) de cinco tratamientos iniciados el 29 de octubre de 1995: La Pintana,
Chile.

Tratamientos Individuos móviles de acuerdo a dda


24 44 92 115
TO
°
O,Oa·
9
O,Ob
16
O,ab O,Ob O,Ob
30
1,7b
66
3,5a 1,2a 0,3a
T1 O,Oa O,Ob O.Ob O,Ob O,Ob 0,5b 2,Oab 0,3a 0 ,08
T2 0 ,3a O,Oh O,Ob O,Oh O,Ob 0,3b O,Oh 0,2a 0,2a
T3 O,Oa O,Oh O,Ob O,Ob O,Ob O,Ob O,Ob 0,7a 0.3a
T4 O,Oa O,Ob O,Ob O,Ob O,Ob 0,3b 0,2b 0,2a O,Oa
TS 0,3a 1,3a 2,8a 1,0a 2,8a 13.3a 2,Ba 0,3a 0 ,50

' Los tratamientos seguidos poi' la misma letra en una columna no son dilerentes estadisticamente.

zaq uin, la literatura lo señala como un producto rela· d uos móvi les de N. chilenensis. Posteriorme nte, las
tivamente se lecti vo hacia ácaros e insectos benéficos poblaciones fueron muy bajas y estadíst icame nte se·
(Dull on et al. 1996; Solo mo n et al. 1993) . mejan tes en todos los tratamientos. excepto en e l
Evaluación de la .ttióa de fenaz.aquin sobre indivi- testigo, el cual fue significativamente supe rio r en ca·
duos móviles de P. ulm; y N. cltilenens;$' e n plantacio- si todo e l pe ríodo (Cuadro 7). En los de más trata·
nes de pera mientos, solo se observa ron individuos d ura nte el
E n 1994·1995, la población pro medio inicial de P mes de diciembre. Según estos resultados, tampoco
u/mi fu e relativame nte aha (0,36 ácaros móviles/hoja) en pe ra les fue posible de te rminar con ce rteza que
en relación al umbral econó mico para este cultivo que exista un efecto nega tivo de fe nazaquin y fenpy roxi·
es <l/hoja (Cuadro 6) . Sin embargo. a los 3 dda éstas ma to hac ia N. chilefle,ui,~ . Sin e mbargo, podrían in-
poblaciones fu eron reducidas rápidamente por los tra- dicar que fenazaquin , espec ia lme nt e en dos is ma-
tamientos con acaricidas, sie ndo significativamente di- yores y fenpyroximato afectan negativamente N.
fe re ntes al testigo. En todos los tratamie ntos las po· chi/enensis.
blacio nes se ma ntu viero n debajo d el umbral En la temporada 1995·1996, antes de la aplicación
económico durante e l periodo de muestreos. Tampoco de los tra tamientos se observó una infestación a lt a y
hubo dife rencias estadísticas ent re tratamientos, ex· homogé nea de P ulmi. en todos los sectores de la
cepto con el testigo, e l cual tampoco superó el umbral plantación (Cuadro 8). Nueve días después de la apli·
económico en estas condiciones. Fe nazaq uin y fe npy- cación, las poblacio nes de este ácaro casi desaparecie·
roxim ato proporcionaron protecció n hasta la cosecha. ro n para todos los tra tamientos, si n determinarse dife·
No se observaro n diferencias e ntre las dosis de fenaza- rencias estadísticas e ntre ellos (Cuadro 8). Tampoco se
quin y fenpyroximato. En esta plantación no se aplica- apreciaron diferencias en el período posterior; no obs-
ron acaricidas de este tipo a ntes de esta evaluación. tante, la menor dosis de fenazaq uin superó consisten-
En 1994· 1995, e n e l muestreo prev io a la apli ca· temen te el umbral económico desde los 16 dda. Esta
ción de los tra ta mie ntos no se e nco ntraron in divi· sit uación probablemente se debe al meno r efecto 'resi·

CUADRO 6. Promedio de individuos móviles de P. u/mi en 20 hojas y 6 repeticiones en plantaciones de pera ev. Packham's
Triumph, días después de la aplicación (dda) de cinco tratamientos iniciados el 29 de noviembre de 1994. lonquen, Chile.

Tratamientos Individuos móviles de acuerdo a dda


3 7 14 21 28 35 39 44 48 8 62
T1 0,00b" O,OOa O,OOa O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb
T2 O,OOb O,OOa O,OOa O,OOb O,OOb 0,02b 0,02b O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb
T3 O,OOb O,OOa O,OOa O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb O,OOb
T4 O,04ab 0,09a 0,0Da O,OOb O,04b O,06ab 0,03b 0,03b O,O lb O,06b O,O lb
TS 0,26a 0,12a 0,15a 0 ,0Sa 0,16a 0,18a 0,18a 0,28a 0,10a O,08a 0,12a

'Los tratamientos seguidos por la misma letra en una columna no son dilerentes estadistica mente.

85
CUADRO 7. Promedio de individuos móviles de N. chilenensis en 20 hojas y seis repeticiones en plantaciones de pera ev. Pack-
ham's Triumph, días después de la aplicación (dda) de cinco tratamientos iniciados el 29 de noviembre de 1994 Lonquen, Chile.

Tratamientos Individuos móviles de acuerdo a dda


3 7 14 21 28 5 39 44 48 58 62
T1 O,OObo O,Olb O,ooa O,OOb 0,02b O,oob O,oob O,OOa O,OOb O,OOb O,OOb
T2 O,OOb O,OOb O,ooa O,OOb 0,03b O,Olb O,OOb O,Ola O,OOb O,OOb O,OOb
T3 O,OOb O,Olb O,ooa O,OOb O,OOb O,oob O,OOb O,OOa O,OOb O,OOb O,OOb
T4 O,Olb O,02ab O,ooa O,OOb 0,12b O,04b O,OOb 0,03a O,OOb O,OOb O,OOb
T5 O,06a O,04a 0,08a 0,13a O, 32a O,23a 0,07a 0,12a 0,03a 0,03a 0,03a

'Los tratamientos seguidos por la misma letra en una columna l'lO son diferentes estadísticamente,

dual q ue presenta las dosis bajas (Curkovic el al. E v~lu~ción de fen~ z aqu i n sobre huevos P. u/mi en
1996) , Fe nazaq uin en dosis de 25, 50 Y75 ce pc/HI con- ver~no

troló el ácaro hasta la cosecha, al igual que fe npyroxi- En la temporada 1994-1995 los tratamientos con (ena-
mato, sin dife rencia estadíst ica ent re el los. Por el con- zaquin en dosis de 100,75 Y50 ce pc/HI , así como pyri-
trario, en el testigo las poblaciones fueron superiores d aben en dosis de 35 ce, most raron porcentajes e\cva-
al umbral económico durante todo el período, y signi- dos (>96%) de control de huevos a los 12 dda; no se
fi cat ivame nte superiores al resto de los tra tamientos. e ncontraron dife rencias estadísticas e nt re e llos (Cua-
En esta misma temporada. no se encont raron in- dro 10). Los tratamientos con fe nazaqui n e n dosis de
dividuos de N. chilenensis en la evaluación previa a los 25 y 12,5 cc pcfHI fueron iguales entre ellos y estadísti-
trata mie ntos ni en los primeros 23 dda, incluso e n el camente diferentes a los otros, aunque su porcentaje
testigo con altas poblaciones de P IIlmi (Cuadro 9). A de cont rol fue superior a 93% también difirieron del
los 39 dda se determinó un reducido número de espe- testigo, La efectividad de fenazaquin en el control de
dmenes de este ácaro en los tratamientos con las me- huevos de P u/mi e n verano fue directament e propor-
no res dosis de fenazaq uin (12,5 y 25 cc pcfHI) yen el ciona l a las dosis usadas. Cho el al. (1993) señalaron
testigo, pero luego desaparecieron. Sin emba rgo, es que productos como fenpyroximato (modo de acción
posible que el incremento de N. chilellellsü se debió al similar al de fenazaqu in y pyridahen) controlan todos
aume nto de las poblaciones de P ulmi en los trata- los estados, incluyendo los huevos, con cierto grado de
mie ntos con dosis bajas de fenazaqui n o al fi n de l efec-
to residual de los acaricidas, CUADRO 9. Número de individuos móviles de N, chi/enensis
en 20 hojas y seis repeticiones en plantaciones de pera cv,
Red Sensation, días despúes de la aplicación (dda) de cinco
tratamientos iniciados ella de noviembre de 1995, Padre
CUADRO 8. Promedio de individuos móviles de P. u/mi en 20
Hurtado, Chile,
hojas y seis repeticiones en plantaciones de pera cv, Red
Sensation, días después de la aplicación (dda) en cinco Trata· Individuos móviles de acuerdo a dda
tratamientos iniciados el 18 de noviembre de 1995. Padre
Hurtado, Chile. mientos
9 16 23 39 55 65,
Trata· Individuos móviles de acuerdo a dda
TO °
O,Oa' O,Oa O,Oa O,Oa O,2b O,Oa O,Oa
mientas
T1 O,Oa O,Oa O,Oa O,Oa 0,3b O,Oa O,Oa
O 9 16 23 39 55 65
T2 O,Oa O,Oa O,Oa O,Oa O,Ob O,Oa O,Oa
TO 9,7a' O,"" 3,3b 3,2b 8,5b 2,3b 12,2b T3 O,Oa O,Oa O,Oa O,Oa O,Ob O,Oa O,Oa
T1 9,5a O,"" O,Ob 0,2b O,Ob 0,2b O,Ob T4 O,Oa O,Oa O,Oa O,Oa O,Ob O,Oa O,Oa
T2 11 ,5a O,"" 4,3b O,Ob O,Ob O,Ob O,3b T5 O,Oa O,Oa O,Oa O,Oa 2,5a O,Oa" O,Oa
T3 10,Oa O,"" O,Ob O,Ob O,Ob O,Ob O,Ob
"Los tratamientos seguidos por la misma letra en una columna no son
T4 7,3a 0,2b 0,2b O,Ob O,Ob 5,Ob O,3b diferentes estadísticamente,
T5 13,2a 11 ,5a 50,Da 49,Sa 96,5a 170a 142,2a ""Debido a las altas poblaciones de arañitas. se hizo un tratamiento
acaricida sobre las plantas testigo a los 41 dda, Los muestreos a los
'Los tratamientos seguidos por la misma letra en una columna no son 55 y 65 dda se realizaron en diferentes plantas que no recibieron
diferentes estadísticamente, tratamientos acaricidas.

86
inhibición de la oviposición. En este experimento el se porque en 1994-95 los huevos fu eron sumergidos en
testigo mostró alta mortalidad natura l (22%). suspensión acaricida , mientras que en 1995-96 los hue-
En la temporada 1995-1996 la acción ovicida de vos fuero n asperjados en campo con pulverizadora con
fena zaquin fue directamente proporcional a la dosis un cubrimiento inferior (condición de campo).
empleada (Cuadro 11). La dosis de 75 cc pe/HI tanto
e n manzan os en La Pintana y perales en Padre Hurta- Discusión
do. fue signiFicativame nte superior (>97%) a las dosis En huertos de manzanos y perales, fenazaquin y
inferiores de fenazaquin y fenpyroximato. Fenaza- fenpy roximato controlaron rápidamente los estados
quin, en dosis de 50 y 25 cc, no mostró diferencias con móviles de P. u/mi, eliminando las poblaciones inicia-
respecto a fenpyrox imato e n dosis de 50 cc pclHI. El les antes del primer recuenl o después de la aplicación
control ejercido por el tratamiento de fcnazaq uin de (3-9 días) . No se observaron diferencias estadísticas
12,5 cc fue inferior al de fenpyroximato, aunq ue supe- ent re los tra tamientos en esa evaluación. incluso con
rior al testigo,con un control mayor a 74% . Esta acción dosis bajas de fenazaqui n. Esta situación también se
ovicida probablemente contribuye al control observa- observó en situacion es de alta población inicial.
do, incluso con dosis bajas, sobre indi viduos móviles en Se determinó que el control de P ulm; fue direc-
los primeros recuentos después de las aplicaciones en tament e proporcional a las dosis empleadas. Dosis de
el campo. La acción ovicida de fena zaq uin en 1995- fenazaq uin superiores a 25 cc pclHI y fenpyroximato
1996 fue inferior a la temporada 1994-1995, excepto (50 cc) , en general no superaron el umbral económico
para la dosis de 75 cc. Esta diferencia puede expl icar- durante el período de evaluaciones (2 - 3,5 meses) en
ambos frutales y temporadas, lo cual evidencia una
CUADRO 10. Efecto de diferentes dosis de fenazaquin y una prolongada protección en plantaciones sin uso previo
dosis de pyridaben sobre huevos de P. u/mi. 1994-1995.
de estos acaricidas. especialmente con dosis de 75 y 50

Tralamiel1to
Fenazaquin
.
Dosis p.c No. inicial

100
""""" no
de huevos eclosionados
ISO 149
%
E
99,2a'
% NE'"
Abbon
99,2a
cc. En el caso de dosis de 12,5 ce, la protección fue más
corta , superando el umbral económico antes de la co-
secha . En términos comparativos, fenazaquin y fenpy-
Fenazaquin 75 ISO 148 98,7a 98,5ab roximato controlaron satisfa ctoriamente los indivi-
Fenazaquin SO ISO 145 96,7ab 96,2ab duos móviles. En el testigo las poblaciones de P u/mi
FeI1azaquin 25 ISO 143 95,3b 94}b crecieron significat ivament e en el mismo período.
Fenazaquin 12,5 ISO 141 94,Ob 93,2tl E n 1994-1995. el control de huevos de P. ulmi en
Pyridaben" 35 ISO ISO l00,Da l00,Da verano con fenazaquin en dosis de 100, 75 Y 50 cc
Testigo ISO 33 22,00 p.cJ HI fu e elevado, al igual que con el tratamiento py-
'Los tratamientos seguidos por la misma letra en una columna 1'10 son ridabcn . En la siguient e temporada. el control fue alto
diferentes estadísticamente. (>97 % ) con cJ tratamiento de fenazaquin en dosis de
"Se utilizó Sanmite 20 se (0.007% La.)
'''Se indica numero y porcentaje de huevos no eclosionados por tra-
75 cc, pero bastante más reducido en dosis menores al
tamiento (%NE) y porcentaje COfregido por fórmula de Abbon (% NE igual que el trata miento con fenpyroximato. El por-
Abbon) centaje de huevos afectados fue superior al 96% en

CUADRO 11 . Efecto de diferentes dosis de fenazaquin y una dosis de fenpyroximato sobre huevos de P. u/mi en follaje de man-
zanos y perales. 1995-1996.

Manzanos Perales
Dosis p.cJ No. inicial Huevos no % No. inicial Huevos no %"
Tratamiento HI de huevos eclosionados NE de huevos eclosionados NE
Fenazaquin 75 225 219 97.3a' 233 232 99,6a
Fenazaquin 50 220 171 n ,lb 253 214 B4,6bc
Fenazaquin 25 223 179 80,3b 311 264 84 ,9bc
Fenazaquin 12.5 240 189 78,8b 248 185 74 ,6c
Fenpyroximato 50 250 204 81 ,Gb 318 273 85,8b
TesUgo 221 14 6,3<: 295 61 20,7d
'Los tratamientos seguidos por la misma letra en una columna no soo diferentes estadisticamente.
,- Se indica numero y porcentaje de huevos no eclosionados por tratamiento (%NE).

87
1994-1995 Y superior al 80% e n 1995-1996, excepto car una acción negativa de estos productos sobre este
con el tratamiento del fcnazaquin '\2,5 cc. Pyridaben, ácaro benéfico. Sin em bargo, la red ucción en las pobla-
35 cc, logró un control de huevos estadfstieamente si- ciones de N cltilellensis también podría deberse al efec-
milar a fenazaquin en dosis altas (>50 ce). Fenpyroxi- to residual de los acaricidas o a la ausencia de su presa
mato fue inferior a fenazaquin en dosis de 75 ce y si- (P. /llmi) por la acción acaricida. Es necesario con tinuar
milar a dosis de 25 y 50 cc. investigaciones que permiten confirmar este aspecto.
Las poblaciones de N chilenensis fu eron práctica-
mente nulas al momento de las aplicaciones, de modo Agradecimientos
que no fue posible conocer el efecto de derribo de los Al Gerente de Desarrollo de DowAgroScicnces Chile Sr.
tratamientos evaluados. Sin embargo, el aumento sig- Carlos Merino y al Técnico Agrícola del Departamento de
Sanidad Vegetal de la Universidad de Chile Sr. Danilo Cepeda.
nificativo de sus poblaciones e n el test igo podrían indi-

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88
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.'

Diseminación de Beauveria bassiana


entre operarios de Heterotermes tenuis
Luciana G. ¡]c Gusm~o·
Enrique A , Casliglioni U
Sérgio B. Alves·

RES U ~1EN . I-Iererorermes remll·.~ es la especie de termita que causa mayores danos en caña de azúcar en Bra-
sil, llegando a reducir la producción en 10 tonlha/ano. En este trabajo se evaluó la diseminación de Beauveria
bassi{//l(I,eepa 634, para el control de H. tenuis en condiciones de laboratorio, Los tratamien tos utilizados fu e-
ron diferentes proporciones de indi viduos inocul ados y no inoculados y se evalu aron duran te 5 días. Los tra-
tamientos con 2,5: 12,5; 25,0; 50,0 Y75,0% de individuos inoculados presentaron mayor mortalidad, compara-
do con la proporción inicial de inoculación, Al final del período, con excepción del testigo, lodos los
tratamientos presentaron una mortalidad superior a 50%. En los tratamientos con más de 50 insectos inocu-
lados inicialmente, la monalidad fue mayor a 80% , sin diferencias estadísticas enlre ellos.

PüJührüs c1üvc: H elerotermes lCllllis. Termita subterránea, Beal/verja bassi{//Ul, Hongos entomopatogénos.

ABST RAer. Disscminlllion or Heauveria hasslana in Helerolermes renuis WOrkefl'. H. lerll/js is the termite
spceies thal causes most damage 10 suga rcane in Brazil, reducing productions by lO lonlha/ycar. In Ihis study
Ih e disseminalioll of Beauverü¡ /)asl'üma, stra ill 634, fo r the control of H. tenuis in laboratory cond itions was
evaluated. '¡he treatmenls used were different proporlions of inoculated and not inoculated ind ividuals. and
these were eval uated ove r 5 days. The trcat ments wilh 2.5, 12.5.25.0, 50.0, :lnd 75.0; % of inoculated inscets
showcd a higher percenlage mortality compared wilh Ihe initia] proponion inocul:llion . At Ihe end of the assay.
al1 Ire:Hmenls excepl fo r Ihe control showed a morlality grealer than 50%. In Ihe Ireatmcnts wil h morc Ihan
50 insects inocul ated inilia1Jy, mortalilY was greater Ihan 80% , wi th no statistical diffcrences between them.

Kt!y words: Helerotermes terll/is. Subtc rranean tcrmite. Beou ver;(l b(u.~iQl/(l , Entomopathogenic fungi.

Introducción Los estudi os re fe rc ntes a H l erlu is son escasos..


La caña de azúcar es uno de los principa les cultivos de pues su ocurrencia como plaga, e n Brasil , es re lativa-
Brasil, tanto por e l á rea dedicada a su producció n, la mente reciente. Como especies pe rteneciente a la ra-
cual es de aproximadamente 4 200 000 ha, como por la milia Rhinotermitidae, const ruyc n nidos subterrá-
importancia económica para el país por la exportación neos, acartonados y difusos., donde vive una parte o
de azúcar y e l programa nacional de a lcohol (Ministé- toda la colonia. C uando, eventualmente. tranSitan por
rio do Planejamcnto e Onrame nto 1994). Sin embargo, áreas expuestas construyen túneles con detritos vege-
las plagas ocasionan grandes pérdidas en este culti vo. tales., suc io y heces. Se a limentan de material leñoso
Actualme nte, las termitas constituyen una de las pla- en va rias fa ses de descomposición, siendo muy común
gas más importantes de la caña de azúcar, principal- que alca ncen part es vitales de las plantas.. como tole-
mente J-Ielerotermes lenllis (lsoptera: Rhinotermiti· tes de ca ña recién plantados.,sistema radicular yent re-
dae), una de las especies más frecue ntes y de mayor nudos basales de ca ña e n fo rmación o aduha (Macedo
distribució n (Arrigoni el al. 1989). En Brasil , las te r- 1995).
mitas llegan a ocasiona r reducciones d e 10 ton/ ha/año En la estructura social de la colonia de H. lentlis ,
en caña de azúcar (Novarc tti 1985). la reina y el rey son responsables de la reproducción

MecibMIo: JtoVH98. ApnoMdo:~.


• Departamento de Enlomologfa . ESA LO/USP. Cain IWtaI9, 13418-900.!'iracicaba-S1': K""';1.
.. Estación Expcriment.al DI, M,A. Cassinoni, Facultad de Agronomfa. RUIH3. Km 373, !'aysandl1. Uruluay.

89
de la colonia, y se conoce la existencia de reinas susti - expe rime nto fueron recolectadas en Santa He le na,
tutas. no funcional es, mie ntras viva la re ina principal. Piracicaba , S r. con ayuda de trampas Termitrap®, dis-
Los soldados cumplen funciones de defensa y los ope- tribuidas en los e ntresurcos de una plantación de cafla
rarios son los e nca rgados de la alimentación de los in - de azúcar. Los especímenes utilizados fue ron opera-
tegrantes del nido. Los operarios buscan alimento rios de edad no determinada , pero ágiles y sanos.
fuera de la coloni a (forrajean) a limentándose e llos y Se eval uaro n siete tra tamien tos y tres repet icio-
si rviendo a los demás integrantes de las misma. a tra- nes de 200 insectos cada uno, para un tota l de 4200
vés de trofolaxia (a limentación proctodeíca). Los sol- operarios. Se probaron las siguien tes proporciones de
dados son incapaces de a limentarse por si mismos. La te rmita s inoculadas/no inocu ladas: 200/0, 150/50 ,
proporción natural de operarios y soldados no es to- 1001100,501150,25/175,51195 Y0/200 (testigo).
talmen te conocida . En trampas dispuestas en e l cam- La inocu lación de las termitas se realizó median-
po, e l número de indi viduos de ambtlS castas es varia- te pulverización directa, de 3 mi de una suspe nsión de
ble, pero la proporción de soldados rara me nte es B. bassiwlll conteniendo 5 x 10' conidios viables/mi,
supe rior a 1:20. por repetición , utilizando una Torre de Poller calibra·
En los últimos nños han surgido nuevas estnltc- da 0,35 ~I/cm l . De esta man era, cada in dividuo recibió
gias para el control de las termitas subt e rrán eas, co- un potencial de inócul o de aproximadamente 7 000
mo el cebo trampa basado e n e l comportami en to so- conidios via bles, estimados por e l cálculo del área cor-
cial del insecto, trofalax is., hábitos de limpieza y poral. Los insectos no inoculados fueron aspcrjados
tigmotropismo. El principio de esta es tra tegia es la con agua este rilizada más dispersante adhesivo Tween
transmisión directa al insecto de agen tes químicos O 20 a 1% de concentració n. Después de la aplicació n
microbianos, co n e l propósito de ll ega r a loda la colo- de l patógeno, las termitas fueron colocadas e n cajas
nia mediante e l cont agio e interca mbi o de alimento de Petri. donde permanecieron hasta e l final de la eva-
(Myles 1992). Así, el uso de hongos entomopatóge nos luación.
como Beollverio btlssitma constituye una alte rnati va En las cajas de Petri (13,5 x 1.0 cm) se revistió el
viélble. Además las colonias de H. tellllis ofrece n con- fondo con papel de filtro hum edecido con 1 mi de
diciones favorables de te mperatura y humedad. Tam- agua destilada y cartón corrugado humedecido hasta
bién el comportamie nto social de esta especie facilita pu nt o de sat uració n sin alcanzar el escurrimi ento. Pa-
e l uso del hongo. e n cebos trampa muy atractivos co- ra facilitar e l conteo de los insectos. las dos hojas del
mO el Termitrap®. Este cebo ha sido utilizado para e l ca rtón fueron separadas.
monitoreo de poblaciones de esta plaga e n caña de E n cada repet ición se ut ilizaron ope rarios proce·
azúcar y bosques, así como para su control. median te dentes de la misma trampa para cvitar la mezcla de in-
la introducción de inócu lo. Adcmás puede ser em- dividuos de diferentes colonias. Después de la inocu·
pic ado e n asociación con un insecticida químico e n lación , las cajas fueron colocadas e n cáma ra
subdosis (Almcida I994; A1meida & Alves (995). climat izada (8.0.0.) a 25 ± loe y de oscuridad com-
El objetivo de este trabajo fu e evaluar la disemi- pleta. L1 humedad relativa se mantuvo en un valor
nació n de B. bassüma para el cont rol de H. tenuis e n cercano a la saturación, mediante ad ició n de I mi de
condiciones de labora torio. agua destilada sobre un trozo cilínd rico de a lgodón de
aproximada me nt e l cm de largo por I cm de diánletro
Materiales y métodos (± 0,14 g), colocado e ntre la hoja supe ri or de cartón y
El trabajo fu e realizado e n e l laboratorio de Pat o- la tapa de la caja. Se eva luó la mortalidad diaria du·
logía de Insectos del Departamento de Entomología rante 5 días, por con teo de especíme nes sobrevivien·
de la "Escola Superior de Agricultura Luiz de Quei· tes, debido a que los individuos mue rtos no debían ser
roz" de la Universidadc de Sao Paulo e n Piracicaba, re tirados de las cajas hasta la finali zació n del experi-
SP, Brasil. mento y porque en pruebas preliminares se obse rva-
Se utilizó la cepa 634 de B. bossi(lll(l proveniente ron muchos cadáveres mutilados.
de la colección de microorganismos entomopatóge nos El di seño utilizado fu e un factoria l (tratami en tos
de l mismo labora torio. Según Almcida ( 1994), ésta es x días de eva luación), los resultados de mortalidad
la cepa más prol1lisoria para se r usada en un progra- fueron sometidos a un aná lisis de varianza. Para la
ma de control microbiano de N. teflllis , debido a su vi- comparació n de medias se utilizó la prueba de Tukey
rule ncia y producti vidad. Las tcrmitas utilizadas en el (P < 0,05).

90
Resultados y discusión para detectar la presencia de individuos enfermos o
La mClOdología utilizada para el mantenimiento contaminados con patógenos. Sin embargo, esta ob-
de los insectos fue adecuada, observándose una mor- se rvación en condiciones de laboratorio podría diferir
talidad de l 15% en el testigo a l 50 día de evaluación , lo de las manifestadas en condiciones de campo.
cual es un va lor razonable para esta especie y tipo de Se consideró un período de evaluación de 5 días,
prueba. Almci da (1994) logró mantener vivos opera- porque a partir del 6° día, el testigo presentó mortali-
ri os y soldados de H. lell11is, durante 10 días en labora- dad superior a 21 ,4% y los demás tratam ie ntos alcan-
torio, en cajas de plástico (6 x 1 cm) con lapa de tejido zaron como mínimo 50% (Rg. 1).
y celulosa. El control diario de la humedad dentro de En fo rma general, la mortalidad de los insectos
las cajas de Pel ri fue muy importante para la sobrevi- por contaminación con B. bassiana se presentó desde
ve ncía de los insectos (Bcckc r 1969,Adamson 1941, el primer días después de la inoculación, pero sin dife-
Ahmad et al. 1982). rencias significativas e ntre tratamientos. La mortali-
Inicia lme nte, muchos insectos presentaron colo- dad se incrementó después del terce r día de inocula-
ración rosada y posteriormente signos de esporula- ción (Cuadro 1), lo cual coincide con los resu lt ados
ción del hongo. También se observó disminución de la obtenidos por Moino (1998), quien registró bajos ni-
movilidad y agregación de las te rmitas, lo cual coinci - ve les de mortalidad e n H lenuis hasta e l segundo
de con lo señalado por Moino (1998). ddi de B. bassiana. Almeida el al. (1997) dete rmina -
No se determinó un efecto de repelencia al hongo ron va lo res de TLso de 2,9-1 a 4,91 días para opera-
por parte de los especímenes sanos, porque estos ca- rios y soldados de H. lefwis, inoculados con 15 cepas
minaron normalm ente alrededor de los cadáveres y de B. bassiana, aún cuando los intervalos de confian-
los insectos e nfermos. Varios de los insectos muertos za mostraron diferencias significativas únicamente
se e ncontra ron mutilados, validando los resultados de ent re las cepas 678 y las cepas 447 (pad rón) y 900.
las pruebas preliminares, que afirman que la evalua- Para la especie Comitermes el/mll/am. Fernandes
ción de la mortalidad debe basarse en el conteo de los (1991) informó de una mortalidad acumu lada entre
especímenes sobrevivie nt es. Durante las evaluaciones 44% y 80%, al tercer día después de la inoculación de
se observó contacto directo entre los insectos, posible- cinco cepas de B. bassia1la . En una evaluación de siete
mente, como un intento de limpiar el -cuerpo de las cepas de este entomopatógeno y siete de Metarhizillm
termitas contaminadas. In icialmente se observó que mlisopliae, 12 de las 14 cepas evaluadas provocaron cer-
los especíme nes intentaron aislar los cadáveres, los ca de 100% de mortalidad en e cWlIulans y e snyderi. 84
cuales fueron agrupados ent re las hojas de cartón, pe- horas después de la inoculación (Fem andes el al. 1993).
ro este comportamiento cesó con el aumento de la Jones el al. (1996) determinaron un TLSO de 2.9
mortalidad. A lmeida (1994) sei'ialó que termitas e n- días, para operarios de Coplolermes formosalllls. en un
fermas, de esta misma especie, convivían normalmen- experimento de transmisiÓn horizontal de B. bassial1a
te con las sa nas, sugiri endo la incapacidad de H. teflllis (cepa 787).

CUADRO 1. Porcentaje de mortalidad media acumulada (m + s(m)) de operarios de Heterotermes tenuis, en días después de
la inoculación (d.d.i.) con Beauveria bassiana (cepa 634) y para tratamientos de diferente proporción de insectos inoculados.

Porcentaje de mortalidad de acuerdo a los ddi


Tratamientos 2 3 4 5 Media
200/0 11,2 ±2,55a' 20,4 i4,21ab 55,9 i4,59a 96,5 ± 0,63a 100,0 ±O,Oa 56,ea
150/50 9,9 ±O,49a 14,6 ±O,66ab 55,3:t5,19a 88,6:± 1,49a 99,5 ±O,28a 53,ea
100/100 24,6 :tB,21a 35,1 :tB,96a 62,2 ±8,95a 85.7±7,lla 98.9 :tl ,10a 61 ,3a
50/150 7,9 :±1,07a tO, O ±2,26ab 27,7 ±9,76b 51,1:±11,40b 82,0 ±14,0Iab 35,7b
25/175 3,7 ±O,17a 5,2 ±O,38b 14,7:tl,20b 33,1 :± 3,01be 58.7 ± 7,97b 23,lc
5/195 7,3 ±O,14a 8,8 ±O,35b 13,8 ±2,41b 25,8 :t 6,33bc 63,0 ±21 ,28b 23,7c
01200 0,7 ±O,66a 2,0 :±l,04b 3,6 :±1 ,68b 7.6:t 2.33c 15,9 ± 3,27c 5,Od
Media 9,30 13,7 O 33,3 e 55.5 B 74.0A
C.V. = 28.5%
'Medias seguidas de la misma letra minúscula en la columna y mayúscula en la fila no difieren significativamente entre si por la prueba de Tukey
(P <: 0,05).

91
100
lidad superior a 80% (Cuadro 1), y todos h
-"""" • mientos difieren significativamente (P<;).05 )
80
.,,' po de in sectos no inoculados (tesligo). Así. a r
.... - 2Sl17S

"'." /
"~
• 60
.
-O- 100'100 la elevada capacidad de las termitas para la I

~
".. ,->' de conidios, observada por Mo ino Jr. (1998)
~ en cond iciones de laboratorio, se determinó I
• '" sión de los conidios de un insecto a otro. pro'
20 • la ocurrencia de la enfermedad.
~
~ Los tratam ientos ISO/50, 1001100 Y 5011 5t
OI •
2 3 ----------
• , ricren estadísticamen te dcl 200/0 (todos inoculo!
final del pe ríodo de evaluación (Cuadro 1). La
d.p.i
nación fu e constatada. porque en todos los tra l
Figura 1. Porcentaje de mortalidad acumulada de operarios
tos CO I1 insectos inocu lados se presentó una
de l-leterOlermcs le'lIIi~' días después de la inocu-
lación (d.d.i.) con Bcallveria ba.uiatlll (cepa 634), mortalidad fina l comparada co n el número inl
en tratamientos con diferente proporción de indio insectos inocu lados. Estos resultados SOI1 sem el
viduos inoculados. los obt.e nidos por Ahneida (1994), quien ve1
tran smi sión de la cepa 634 de B. bassiana en H
La mortalidad de f-I . lef/llis, en el tercer día de ent re ind ividuos contaminados y no contami n,1
evaluación y para los tratamientos con más de 50 indi- días después de la inoculación.
viduos inocu lados fue sign ifi cativamente mayor
( P<O,05) que los demás tratam ientos. En los trata- Agradecimientos
mientos con 50 o más inseclos inicialment e inocula- A la FINEP por el financÍiuniento dc la invcstigación ~
dos. al qui nto día de evaluación se registró una mQrta- nica Sol:mgc Aparecida Vieira, por el apoyo durante la

literatura citada
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92
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a ECN Ao. 29

Producción de tubérculos
para semilla de papa libre de nematodos
Noel Orluilo·
Javier Franco·
Ro lando Oros·
Glad ys Main·

Introducción
Los proble~ que afectan la produc·
ción de papa '§ollII Dan , Y complejos. Entre es-
tos, el nemalodt: ~ como rosario de la papa
(Nacobbus ai>trr8a ffi_. 1, (Franco el al. 1992) y
quiste de la p.afQ GIcbodO"a spp.} (Fig. 2) (Franco el
al. 1993) CO[b()11lttD ~ limitaciones para la pro-
ducción de estc:= ",fI¡,,,,
La import.a.naa de los nematodos e n los campos
destinados a la pudacti60 de papa ha sido amplia -
mente investigada: e bargo. aún no es comprendi·
da totalmente. a pnar de las experiencias que de·
muestran que un.a mtroducidos estos patógenos.
su erradicacioo. es casa ·ble.
Por tanto. ~ ~ e\;lar la introducción de
N. aberra"s y Gh.tJo«ra ~pp. a campos libres, porque
aún, cuando lo!> d.mos ca.u.s.ados al cultivo de papa no
sean severos. Clla d bempO afectan la sostenibi lidad
de l sue lo, reCllf'i( natunl que debe preservarse para la
seguridad alimenuna..
Estos nem.at~ no producen síntomas caracte-
rísticos en el follaJe, ~ detectados en las raíces don- Figura 1. Nacobbus aberrans, conocido como
de se observan oód o agallas., causados por N. nematodo del rosario de la papa.

Reritlidu:OY07...... ~......,..
·Fundación PROL'PA.:-" Ca MI e . BoIifia. EMail: proinpa.prolnp".org

.
acue rdo a las normas vigentes. la se milla baja d e cate-
goría en la ce rti ficación. Cuantitativ·amente, dismi -
nuye los rendimie ntos. que van desde 30 % a 88%
(Ramos el al. 1998), e incremen ta los costos d e pro-
ducción por el diagnóstico y control necesario.
Mundialme nte. se conoce n seis razas de G. pallida
y cinco de G. rOSfOchiellsis. En Bo livia se han detecta-
Figura 2. Globodera spp., conocido como nematodo do las dos especies de nematodos, pe ro aún no se han
del quiste de la papa. ident ificado las razas. La presencia de ambas especies
hacen más difícil el control y puede n incrementar las
aberralls, o diminutos quistes. que pued en ser desde pérdidas. llega ndo éstas a variar entre 30%-58%; sin
blancos a café brilla nte, causados por Globodera spp. embargo, pueden aumentar por la degradación del
Los ne matodos G. rostochiensis. G. paltida y N. sue lo.
aberralls afectan e l cu lti vo de papa e n la regió n a ndi-
na de Bo livia , e n forma individual o conjunta, causan - Distribución
do diferentes problemas según sus ca racte rísticas bio- Las especies d e Nacobbus han sido repo rt ados en
lógicas, d istribución. hosped an tes, sobrevivencia , Argentina . Chile. Ecuador, México, Estados U nidos,
diseminación, razas. e interacción con o tros organis- Inglaterra y Alemania entre o tros. Mientras q ue las
mos (Cuadro 1). especies de Globodera están distribuidos en Sur
Amé rica (Perú, Bolivia , Ecuador, Ve nezue la y Colom-
Importancia económica bia) , e n Ce ntro Amé rica (Panamá) , en Norte América
En genera l, las pé rdidas de rendimiento causadas por (México, Estados Unidos y Ca nadá). e n Europa (In -
estos Citoparásitos dependen del grado de asociación glaterra, A lemania. España) y algunos países de A sia
hospedante-ne matodo,de la raza y de nsidad poblacio- (Franco el al. 1998).
nal del nematodo. susceptibilidad del hospedante, fer-
til idad del suelo y condiciones ambientales. La combi- Diseminacion mediante tubérculo-semilla
nación de estos factores determinará la seve ridad de El empleo de tubérculo-semi lla procede ntes de cam-
la enfermedad y, consecuentement e, la disminución en pos infestados con N. aberrtllls. constitu ye uno de los
la producción. princ ipales medios de disemi nación de esta plaga ha -
N. aberrans, debido a su amplio ámbito de hospe- cia o tras region es paperas. y aque llas de recie nte in -
dantes y distribución geográ fi ca e n Bo li via, afecta la corporación a la producción de este cultivo. Sin e m-
producción de se milla de papa. Cualita ti vamente, de bargo, se desconocía e l tiempo reque rido por este

CUADRO 1. Características diferenciales de G/obodera spp. y Nacobbus aberrsns Mis Región Andina .

Características Nacobbus aberrsns Globodera spp.

Pérdidas rendimiento 10,9 - 88% 13,2 - 58%


Distribución Argentina, Bolivia y Perú Todos los países
Razas Conocido Conocido
Hospedantes Cultivos andinos y malezas Algunas solanáceas
Diagnóstico Muy complejo Avanzado
Sobrevivencia Residuos orgánicos de raíces Quistes
Diseminación Dentro de tubérculos Sobre tubérculos
Interacciones Synchytrium endobioticum Vertici/lium dahliae
Spongospora subterranea Ra/stonia SQ/anacearum
Globodera spp. Nacobbus abeffans
Fuente: Problemas de nematodos en la producción de papa en climas templados de la región andtna (Franco 1994).

ii
nematodo para establecerse y así ser detectado. dra y paja (Aguilera 1995). Además se adapta a zonas
Siembras sucesivas de tubérculos infectados en secas y con alta incide ncia de he ladas.
macetas, con sue lo estéril. han demostrado que duran - Se utiliza semilla de 4° y 5°, libre de nematodos y
te el primer año es poco probable observar nódulos. brotes. ll egando a obtenerse dos cosechas a l año. Tam-
Estos son noto rios después de sembrar dos ciclos con- bién se puede n trasplan tar esquejes enraizados_ El
secuti vos con tubérculos infectados. U na vez in trodu- sustrato es sue los libre de N aberrom· y Globodera
cida esta cspecie a un campo libre. su errad icac ió n se- spp. , lo cua l de be comprobarse mediante pruebas co-
rá imposible. mo las que se describen en este docume nto.
Aunque los quistes no tienen movim iento propio, Producción de sem illas en campo
constituye n e l principal medio de diseminación, por- Para la producción de semill a en campo se debe
que los huevos pueden permanecer viables por más de realizar un muestreo del te rreno a utili zar, así como
15 años (Esprella 1993)' 1994). Estos tambié n pueden pruebas pa ra asegurar q ue la semill a producida e n in-
ser trasladados e n la tierra ad herida a los tubé rculos, vernade ro o e n camas protegidas se plantó e n sue los
implementos agrícolas. agua de riego, vien to ya nim a- li bres de ne matodos.
les (Franco et al. 1993) . Para la sie mbra de be n considera rse preferent e-
Estos antecedentes demuest ran el ri esgo de em- me nte terrenos que estuvieron varios años en descan-
picar tubérculos infectados y la necesidad de usar tu- so. L1S herramientas debe n ser lavadas cuidadosa-
bérculo-semil1a libre de nematodos. mente, y hacer canales de dre naje para evitar el ingreso
de aguas proveniente de o tros te rrenos que pueden es-
Cómo producir lllllilla de papa sin nematodos tar infestados, lo cua l puede dise mina r los nemat odos.
E n la producción de tubérculo-semil la de papa es im - Además, existen otras alte rna ti vas para proteger
portante proteger los terrenos libres de nematodos. los campos de la presencia de N abernms y G/obodera
Para esto se debe di poner de semilla de buena ca li - spp. Si los te rrenos están e n descanso, se debe evitar la
dad sanitaria (libre de nematodos). La producción de presencia de las plantas de papa re man entes (quipas)
semillas de calidad puede hacerse en: inve rnadero, ca- y malezas hospedantes de N aberram.', por eje mplo es-
mas protegidas yen condiciones de cam po. parcilla (Spergll/a arvensis), na bo sil vestre ( Brasictl
Producción de se sr. al ¡g'-emadero clllllpestris), die nte de león (Taruxacllm oficinalis) y
Las plántuJas. libres de nematodos, producidas o tras, en las cuales estos patóge nos se reproducen en
masiva me nte e n condiciones de laborato rio (in vitro) , a usencia de l cultivo de papa. Para e li min ar estas ma-
son llevadas al iO\.crnadero y trasplantadas e n mace - lezas hospedantes es recome ndable dejar la tie rra en
tas o camas de producción de tubercul i11os, libres de barbecho periódica mente y protegerla con cana les de
ne matodos. drenaje (PROINPA 1993). Lo más importante, al
O tro mé todo de mulliplicación rápid a de plantas sembrar papa e n este tipo de terrenos es uti lizar se mi -
de papa son los esquejes.. que pueden se r de bro tes, ta- ll a de calidad certi ficada (PROINPA 1991).
lios juveniles. laterales. adullos y punta apical. Esta En terrenos do nde se pract ica agricult ura in tensi-
técnica es rccomendable porque a través de las partes va , es im portante la rotación de cult ivos con legum i-
vege tativas e mpleadas no se diseminan los nemato- nosas y cerea les (cultivos no hospedan tes de estas es-
dos, además es muy útil para obtener semilla limpi a en pecies de nematodos). Si se de tectan poblaciones
menor tiempo y a bajo costo. e n comparación con las bajas de N. aberrans y G/oboe/era es recomendable in-
obte nidas e n culti\·o in ,·üro. corporar leguminosas porque ayudan a bajar las po-
Para ambos casos. el sustrato a util iza r deberá ser blaciones y mejorar los rendimientos de l cultivos de
cuidadosame nte este rilizado. para ga rantiza r un sus- papa (PRO INPA 1992). Es también titilla incorpora-
tra to li bre de nematodos. En este trabajo se describen ción de estiércol al sucio (> 7 l/ha) (PRO INPA 1994).
dos mé todos para verificarlo.
Producción de seaillas ea aunas protegidas Identificación de nematodos
La producción de semilla e n camas protegidas es Para producir semilla de papa sin nematodos es nece-
una a lt erna ti va al e levado costo de prod ucción e n in - sa rio que e l te rre no a utilizar esté completament.e li -
ve rnadero. En BoLivia. su costo es bajo porq ue se ut i- bre de ellos. Para asegurar ésto se pueden realizar las
liza n mate riales propios de la zona como adobe, pie- siguie ntes pruebas:

iii
Detección de nematodos e n ausencia del cultivo_ didad de 20 cm. para lo cual se usa un barreno o pa-
Para la detección de ne matodos en ausencia del la (Fig. 38 ). Los primeros 5 cm de suelo se elim i·
cultivo son útiles los muestreos y el biocnsayo en bol- nano La muestra se deposita en una bolsa plástica.
sa ccrrada (Onuño et al. 1996). Alternativame nte, 3. La muestra total se de be dividir y tomar 500 g de
para G/obodem puede usa rse el mé todo del vaso y la suelo.
bote lla. 4. Iden tificar la muestra registrando datos de la zona
Muestreo: La recolección de muestras se puede reali- como agricultor, cu lti vo anterior, fecha y otros da-
zar e n cua lquier época del año: sin embargo. es reco- tos que se consideren importantes.
me ndable hacerlo en la época húmeda o fina l de la 5. La muestra se traslada al laboratorio, durante este
é poca ll uviosa. A continuación se describe la metodo- tiempo debe mantenerse en un lugar fresco y no ex-
logía a segu ir: ponerse directame nt e al sol.
1. Recorriendo loda la parcela e n forma de zig-zag, to- Bioensayo: Una vez tomada la muestra, se realiza la
rnar submuestras cada 20 pasos (Fig. 3A), para un prueba del bioe nsayo, la cua l es útil para la determina-
to tal de 50 submuest ras por ha. ción de ambas especies de nematodos. La metodolo-
2. Las submu estras deben recolectarsc a una profun - gía recomendada para esta prueba es:
1. Lle nar las bolsas (10 x 20 cm) con 400 g de la mues-
tra de sue lo (Fig. 4A).
2. Humedecer el sue lo a capacidad de campo (Fig.
4B). La humedad excesiva ca usa pudriciones pre-
maturas e n la se milla.
3. Colocar un tubérculo brotado o un brote de una va·
riedad de papa susce ptible a estos nematodos en la
bolsa (Fig. 4C). La semi ll a utilizada de be se r libre
de nematodos.
4. Tapar la semilla con suelo infestado y cerrar la bol-
sa (Fig. 4D) la bolsa debe identificarse.
5. Colocar las bolsas sembradas y cerradas en un lugar
caliente (25°C) y oscuro para evitar e l crecimie nto
'J del follaj e. En caso de no contar un lugar adecuado
20 pasos se puede utilizar una caja de cartón revestida int e-
riormente con papel periódico, lo cual ayudará a
conservar la tempera tura, ésta se almace na en un
A
luga r calien te.
6. Eva lu ar la s bolsas 30 días después de la sie mbra ,
barreno Pala de para determi nar la presencia de nódulos (N
jardín aberra/U) y q uistes (G/oboliera sp p.). Si la tem-
peratura es menor a 25 °C. se rá necesario espe rar
más de 30 días para realizar esta pruebo.
Este método también es út il para detectar si la se-
milla está infectada. El procedimiento es similar, pe-
ro se utiliza suelo esté ril y la semilla de la cual se veri-
ficará su estado sanitario.
Método del vaso y de la botella: Para el caso de
Globodera existen otras al te rnat ivas para la determi-
nación de nematodos como el método del vaso (Fig. 5)
B
Yel de la botella (Fig. 6).
Figura 3. Procedimientos para la recolección de mues- Método del vaso:
tras nematol6gicas. Al Metodología. Bl Pro- 1. In troducir en un vaso 100 g de muestra de sue lo y
fundidad de muestreo.
añadir agua hasta 75 % de su volumen.
2. Colocar papel periódico (por su rápida absorción)
alrededor de las paredes del vaso.
3. Después de 2 minutos extraer el papel , procurando
conservar el material adherido al papel.
4. Extender el papel sobre una supe rficie plana , don-
de se observará claramente la presencia de quistes
de Globodera spp., si estos están presentes en la
muestra de sue lo.
Método de la botella:
• Introducir lOO g de muestra de sue lo en una botella
A limpia y agregar agua hasta la mitad del recipiente
B
y agitar vigorosamente durante 3 minutos.
• Continuar llenando con agua la botella hasta medio
centímetro antes de la boca y dejar reposar duran -
te 3 minutos.
Papa • Si la muestra de suelo está infestada , los quistes se
observarán e n la superficie del agua.

~
e o
Figura 4. p"",,**, _ ... ~ reaJaar el bioensayo en
Muestra

~
-C\ :;....
......
bolsas ele pI¡isaco A Colocar la muestra. B)
Regar., ce ....' oe campo. C) Sembrar. O)
Cerrar , ;rae.- lit tosa..
----,1 •• •• •, \\
. '
... " :
", .
.... '.,
\\ ••• •: .: 11
Añadir
agua Agitar Llenar con
agua
Papel
"-....
Observación de
quistes

Figura 6. Extracción de quistes por el método de la bo-


tella.

Figura 5. Ext ....... _ . . - . por e método del vaso,


Literatura citada
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Sección Informativa

En un capítulo describe más de 100 o umbrales de acción.


plagas, dividido en ácaros, insectos, ara- También contiene una guía compa-
Citrus pests ñas, nematodos y babosas o caracoles, rativa de la eficiencia de los eq uipos de
and tbeir
natural enemies además de una sección especial dedicada aplicación disponibles para cítricos. Pre-
a los enemigos naturales de las plagas de sentan información de los aceites de pe-
cílricos. Cada uno de estos grupos está tróleo para aspersión, considerados por
identificado con un color, con un segun- su utilidad contra la mayoría de las pla-
do código en color para los grupos plaga gas de importancia en el sistema. a su
reconocidos en cada orden. suborden o baja persistencia, alta selectividad a
familia (ejemplo hormigas, escamas enemigos naturales y baja fitotoxicidad
blandas, mosca blanca, coleópteros, etc.). a los cítricos. El cuadro de toxicidad re-
Cada descripción contiene un mapa de lativa de los plaguicidas a los enemigos
distribución e importancia relativa, apa- naturales está basado en resultados de
ricneia general. tipografía distintia, ciclo investigación o de estimaciones de toxi-
Smilh, D.; Reauie, G. A. c.; Rroa.dley, R. de vida, generaciones por año, hábitos, cidad (alta . media o baja) a nueve de los
(eds.). 1997. Cilrus Pesls and Iheir hospedantes, origen y distribución mun- principales enemigos nalurales presen-
Nalural Enemies. Inlegraled Pesl dial. y las variedades atacadas. Una sec- tes en el agroecosistema, indicando el
Managemenl in Auslralia. Queensland, ción está dedicada a los enemigos natu- tiempo de espera posterior a una aplica-
Australia, Departmenl of Primary rales de la plaga, con abundante ción para la liberación de nuevos ene-
Industries. 282 p. información acerca de la biología, ciclo migos naturales.
Veinticinco autores unidos al esfuer- de vida. factores Iimitantes y datos rele- El primer apéndice es una guía de
zo de los editores lograron cumplir el ob- vantes acerca de su introducción o mani- plagas exóticas para Australia y sus luga-
jetivo de producir un libro bello y funcio- pulación. La sección de manejo incluye res de ocurrencia actual. El segundo es
nal". La calidad pictográfica es las recomendaciones que logran un ma- una clave para la identificación de avis-
excelente, con más de 400 fotografías. de nejo integrado, como el muestreo, los ni- pas parasitoides de escamas y pseudo-
las cuales 200 fueron tomadas por el en- veles de acción (umbrales), la acción más c6ccidos. El último apéndice es una bre-
tomólogo C. Freebairn. aporlan mucha apropiada a realizar cuando se alcanzar ve historia de los pasos en control
información, incluyendo más de un esta- dicho nivel de acción y notas de manejo biológico por especies y por regiones
dío de desarrollo de cada plaga. muchas adicionales. Además se presenta un cua- que originaron la implementación prác-
veces en interacción con uno o más de dro que indica el tipo y potencial de da- tica del MIP en ese país.
sus enemigos naturales. Las fotos de los ño para cada parte vegetativa del árbol. Este libro, que podría considerarse
daños ocasionados son muy explícitas y suseeptihles a ser atacada. Cada desc rip- como de aplicación regional por tratar la
la gran cantidad de dibujos que ilustran ción posee al menos dos fotos. citrieultura australiana, tiene un carácter
ciclos de vida y los caracteres taxonómi- El capítulo de MI P en cítricos es muy universal por la filosofía que presenta,
cos son de alta calidad. aleccionador. Ofrece muchas recomen- por los aportes de los autores, tanto teó-
El libro contiene abundante informa- daciones prácticas para el muestreo co- ricos como prácticos, y por la integración
ción de carácter práctico, además de pre- mo número de árboles a muestrear, fe- de gran cantidad de información 'cn un
sentar aspectos básicos de las plagas. que chas y lugares, y ejemplos de formularios volumen. El documento sirve de guía
son de gran utilidad para productores, para toma de datos. También ofrece in- para muchos otros libros en cuanto al
entomólogos, investigadores o estudian- formación de cómo presentar los datos formato a seguir en protección vegetal,
tes. Incluye una interesante presentación recopilados, mediante informes y gráfi- orientada al manejo integrado de plagas.
y un glosario de términos. Presenta a la cos. Estimula la recopilación ordenada Su contenido y formato harán de este vo-
industria de los cítricos de Australia des- de información de las aspcrsiones de los lumen una pieza bibliográfica básica pa-
de el punto de vista agrícola. variedades plaguicidas selectivos utilizados, de las li- ra citricultores. profesores, investigado-
y patrones utilizados. enfermedades más beraciones de enemigos naturales, y de res y asesores privados.
importantes. manejo del huerto y pro- los resultados finales en cuanto a la cali- (Reseñado por: Juan A. Villanueva-
ducción. En otra sección reseña los con- dad del fruto producido y su relación con Jiménez, PhD. Profesor Investigador.
ceptos del Manejo Integrado de Plagas el problema que le restó calidad. Presen- Campus Veracruz, Colegio de
(MIP) que serán utilizados en los seis ca- ta tres guías pictóricas de las plagas de Postgraduados. Apdo. Postal 421, c.P.
pítulos. 28 subcapítulos y tres apéndices las principales regiones de Australia, di- 91700 Veracruz, Ver. México. EMail:
que conforman el libro. vididas por períodos de ataque y niveles javj@colpos.colpos.mx).

93
Cada capítulo contiene un resu men resultado es un texto aco rde a la época
de un ejercicio de autoevalu:lción y la li- actual. en la cual se requiere mayor co-
teratura consultada. Al final del docu- nocimie nto de fac tores agroecológicos.
mento se encuentran las respuestas a los que permitan interpretar mejor el com-
ejercicios de autocvaluación. portamiento de los agentes bióticos. que
La publicación se caracteriza por una causan enfermedades en los cultivos.
presentación ordenada de la materia y un Como libro general de fitopatolo·
acertado manejo de los cuadros. figuras y gía. ab<lTca las características más im·
fo tografías. Su actualización. contenido y portantes de los principales grupos de
su estructura temática convierten a esta fitopatógenos virus. bacterias. hongos y
obra en un valioso recurso didáctico en el nematodos. asf como las interacciones
campo de las hortalizas tropicales. hospedanle-p¡¡tógcno-ambiente.
(Reseñado por: Antonio Mora. Ing. Pro- Presenta diferentes metodologías de
grama de Agricultura Tropical Sosteni- combate. pero hace énfasis en el enfoque
Solanos., A. 1998. Introducción a la ble. CATIE. Turrialba. Costa Rica). agroccológico. porque a dife rencia de
Olcricultura. San José, Costa Rica. otros textos en ritopatología, incorpora
EUNED. 380 p. estos principios de manera amplia y de-
La horticultura es una división de la ta[J¡¡da. El documento presenta al lector
fitotecnia y comprende el cu ltivo de las bondades de los distintos métodos, sin
plantaciones y jardines pequeños. tanto menosprcciar ni estimular ninguno, en
de hortalizas. flores y legumbres como de particular.
árboles frutales. La olericultura es una Finalmente. se explican las metodo-
de las subdivisiones de la horticultura. logías para incorporar los aspectos eco-
que tiene su campo de acción en el culti· nómicos en la toma de decisiones sobre
'lO de hortalizas. De csta manera. clara y
combate de enfermedadcs y se dan las
sencilla . inicia el primer capítulo de esta bases para el desarrollo de sistemas de
obra para introducirnos en cl campo de manejo integrado de enfermedades.
las hortalizas. La publicación consla de Arauz, F.. L998. Ficopatología: un enro· Para todos los estudiantes de grado y
II capftulos y está concebida como Ola- que agroecológico. San José, Costa Rica, postgrado. este libro representa un mag-
lerial de enseñanza. Sin embargo. su al- U.C. R. nífico texto. actualizado. sobre el manejo
cance es mayor pues su contenido es Este libro constituye un importante de las enfermedades de las plantas.
apropiado y útil como obra de consulta avance para la fitopatologfa nacionaL (Resenado por: Editorial Universidad de
para técnicos. profesionales y para todas Presenta ideas generales en patología. Costa Rica).
aquellas personas interesadas o dedica- asociadas a conceptos agroccológicos. El
das a las ciencias agrícolas.
El primer capítulo presenta concep-
tos básicos sobre el origen, clasificación.
valor nutritivo y características de la pro-
ducción oler(co[a tropical y finaliza con
Tesis ostgrado
un enfoque de los sistemas de produc- MANCEBO, F. 1998. Erectos de extractos vegetales sobre la alimentación y el de-
ción. perspectivas y comercialización de sarrollo de larvas de lI),p~' lp)'la grandella (Zeller). Tesis Mag. Sc. Turrialba, Costa
las hortalizas en Costa Rica. El segundo Riea, CATlE. 83 p.
capftulo está dedicado al manejo general Se estudió el efecto inhibidor sobre la alimentación o el desarrollo de varios ex-
de las hortalizas. iniciando con los siste· tractos vegetales sobre la larva de H. gral/del/a. Para eIJo, inicialmente se hizo un ta-
mas de propagación y semilleros hasta mizado general con 29 sustancias. exponiendo larvas del tercer instar de H. grondella
los conccptos de nutrición. manejo inte· a discos foliares de cedro impregnados con una sola concentración (10%) de cada sus-
grado de plagas y la producción orgánica ta ncia: utilizando un diseño completamente al azar. Del tamizado se seleccionaron
e hidropón ica. seis sustancias en las que se de tectaron posibles efectos fagod isuasivos o inhibido-
A partir dcl capítulo tres se describen res del desarrollo: extractos de madera y follaje de hombre grande (Q/lassia amara.
las hortalizas más importantes de nueve Sim aroubaceae). ruda (Rllla gra reolens. Rutaceac).lacaeo cimarrón (Secllium piltieri.
familias: solanáceas. cucurbitáceas. um- Cucurbitaceae).y dos productos comerciales (Azatfn y Nim SO) derivados del árbol de
belíferas, leguminosas. euphorbiáceas. nim (Azadirachla indica. Meliaceae). Para cada una de estas seis sustancias se realiza·
brásicas. liliáceas. dioscoreáceas y ará- ron bioanálisis con concentraciones crecientes (0. 1: 0.316: 1.0: 3,162 y 10%) a las cua·
ceas. Cada cultivo tiene información so- les se expusieron larvas de tercer instar. seleccionadas de colonias a partir de follaje
bre su sistemática y origen, fenología dc tierno de cedro y dieta artificial y criadas en dicho follaje desde el estado de huevo, en
las plantas, épocas de siembra. varieda- un diseno de bloques colocando tres larvas del primer inslar de H. grande/la en brotes
des. propagación. fertilización, prácticas terminales de cedro tratados con la concentración más alta de cada sustancia (10%);
culturales. manejo integrado de plagas y las plantas se distribuyeron en un diseno completamente ni azar. en un arreglo de par-
aspectos de cosecha y postcosecha. celas divididas en el tiempo, con diez plantas por tratamiento.

94
Los extractos de madera y follaje de hombre grande, a casi debió a la absorción del arroz y a la pérdida por denitrificación.
todas las concentraciones para el primero, y al 3,16% en el sc- No obstante, las cantidades de N-N03 fueron m6nores que las
gundo, así como a la concentración de la ruda al 1% causaron de N-NI-I4, situació n atribuida a la alta humedad del suelo, prin-
fagodisuasión en larvas de 1-'. grandclla. El Nim 80, en casi to- cipalmente, en el horizonte más profundo. Inmovilización sig-
das sus concentraciones inhibió el desarrollo de la larva. El nificativa de N únicamente se obser\ló en la semana 4 y en la
azatín y el tacaco cimarrón, en casi todas sus concentraciones profundidad 4-1 2 cm. para todos los tratamientos (a excepción
en el caso del primero, y al 10% en el segundo, provocaron de C50, Cloo, IND y CA l l). Sin embargo, al considerar todo
mortalidad directa de la larva. Este último provocó la muerte el suelo de la maceta, no se detectó inmovilizaciÓn significativa
retardada de larvas a las dosis más bajas. Algunas sustancias, del elemento. La absorción de N por el arroz, a las 20 semanas,
dependiendo de su concentración, pueden tener efectos mixtos, fue mayor en Cloo, CAN, CA l L y MPIT. siendo estos trata-
como fagodisuasivas, inhibidoras del desarrollo o insecticidas, mientos diferentes estadísticamente de CO. El contenido inicial
sobre la larva de 11. grandeJlIl. de N-NH4 y Ni en el sucio correlacionó con cl contenido inicial
de FAD, FND, N fijado ¡¡ 1--1\0 (N-fad), la digestibilidad i/1 vi/ro
CODO, J.G. 199ft Abonos ' "crdcs como fucntcs de nitrógeno ( DIG) y las relaciones C/N, UN, PolifenollN ( PolN) y (L+Po)/N
cn un lIgroccosistemll tropiclll dc IlIdcra en Colombill. Tesis de los materiales. El contenido de N en la planta correlacionó
1\-1lIg. Se. Turrilllbll, Costll Rilll, CATlt:, 87 p. con el contenido de N, FAD, Po y las relaciones C/N, Po/N Y
Para evaluar el potencial de diferentes abonos verdes en un (L+Po)/N de los materiales; no obstante estas relaciones fueron
ag roecosistcma tropical de ladera en Colombia, sc establecie- de signo opuesto a las determinadas para la mine ralización de
ron dos experimcntos. En el primero se determinó la pérdida N, lo cual indica que los residuos que minerali7.aron su N más
de peso y nitrógeno (N) usando bolsas de descomposición. Ho- lentamente, indujeron una mayor absorción de N por las plan-
jas de Canavalia brasilensis (CAN) Ti/hOllÍa diversifolia (TIT). tas, y así una mejor sincronización entre la mineralización del N
Crmylia argelllea (CRA), Indigofua cutis/ricia (IND), Muclllla y la demanda por el cultivo.
deereflgia/1/1111 (M DE E) Y tres variedades de MUCIIIUl pmriel1s: De ambos experimentos se puede concluir que las caracte-
var. liTA (MPIT), varo T l ALT (M PTl) Y varo Brunin (MPB R), rísticas químicas de los materiales vegetales juegan un papel
fueron cmpacadas en bolsas de nailon, en cantidad de 3,3 t/ha fundamental en su descomposición, y en la liberaciÓn y minera-
y ubic<ldas sobre un campo recién sembrado de maíz. Adicio- lización del N. A bonos ve rdes como los evaluados aquí pueden
nalmente. se evaluaron tallos de M PIT e IND (M PITt e INDt) utilizarse satisfactoriamentc como sust itutos dc la fertilización
y una mezc1a de follaje y tallos de estas especies (M PITx e química nitrogenada, debido a la cantidad de N que pueden
INOx) para identificar el efecto de los tallos sobre la descom- aportar al sucio. Sin embargo, es importante considcrar espe·
posición y la liberación de N. cialmente la sincronía entre el apo rte dc N por ellos y la de-
Veinte semanas después, las pérdidas de pesp y N siguieron manda por los cultivos, con la finalidad dc incrementar su ab-
un patrón exponencial negativo. La descomposición de los ma- sorción y disminuir las pérdid<ls.
teriales siguió el orden: TIT>IND>MPTL>MPBR>CAN =
MPIT = MDEE>MPITx>INDx>CRA = MPITt>INDT, mien- LUGO, L. 1998. Erecto de endomicorrb.as sobre el crerimien-
tras la liberación de N fue del orden: INO>IN Dx>M - lo de musáccus y el biocontrol de Radnp holus s;milis. Tesis
DEE>MPB lb T IT = CAN> MPTL>M PIT>INOt >MP1Tx- Mug, Sc. Turrialba, Costu Rica, CAT I E:. 135 p-
>CRA>MPITt. La pérdida de peso corrc1acionó La sostenibilidad de los agroecosistemas dependen en gran
significativamente con el contenido inicial de N, K. Cil, Mg, Lig- medida de los ciclos del agua y nutrimentos. flujos de energía,
nina (l), fibra ácida detergente (FAD), fibra neutra dete rgente cmpleo de organismos benéficos del suelo y el control natural
(FNO), la digestibilidad in vi/ro, y las relaciones ON, UN Y de plagas. Una consecuencia inmediata de este enfoque es la
(L+ Polifcnol)/N; mientras que la pérdida de N lo hilO wn el reducción dc los insumos, especialmente de plaguicidas y ferti-
contenido inicial de N, l , FAD, FND.la digestibi lidad in vitro y lizantes, \:uyo beneficio ecológico y económico es evidente.
las rclaciones UN y (L+Polifenol)/N. La inclusión de los tallos Dentro de estil perspcctiva, cl control biológico de nematodos
junto con l<ls hojas modificó los patrones de pérdida de peso y N, fitoparásitos por medio dc cndomicorro.as es una alternativa.
sugiriendo posibles intcracciones entre materiales en la mezcla. Esta asociación simbiótica mejora ¡¡demás. la absorción de nu-
En el segundo experimento, en condiciones de invernadero, trimentos, especialmente dc fósforo. agua y confiere resistencia
se cuantificó la mine ralización del N en el suelo a diferentes a condiciones ambie ntales y \:ullUra1es ad\'ersas. Con el propó-
profundidades y su absorción por plantas indicadoras. Hojas sito de evaluar el efecto de tres hongos endomicorrízicos. de
de Callial/e/m calor/¡yrms (CALL), CAN, CRA, IND, Tri: una enmienda orgánica y su interacción sobre el crecimiento de
MDEE. MPIT, MPTl Y MPBR. fueron aplicadas superficial- vitroplantas de banano y el control biológico de R. similis. se
mente a 1,5 Kg de suelo, a una tasa de 100 Kg N.ha-I y compa- realizó esta investigación en los invernaderos del CATrE. Tu-
radas con los controles fertilizados con Urca: 50 (CSO) y lOO rrialba, Costa Rica.
(Cloo) Kg N.ha-I y un control absoluto (CO con suelo solo). Los vitroplantas se endurecieron en bandejas con aspersio-
Dos semanas después, se sembraron plantas de arroz para de- nes frecuentes y la aplicación de una solución nutritiva. Al ca-
terminar su absorción de N. bo de 30 días se hizo el trasplante a macetas con o sin la adición
La mineralización del N fue mayor en los primeros 4 cm de de compost. Simultáneamente,se colocó 3 g de un inóculo mix-
profundid<ld con respecto a los siguicntes. En IOdo el suelo se to de los hongos cndomicorrízicos GIOIllIIS ocelllfllm (LOCf).
observó un aumento inicial de N inorgánico total (Ni), princi- E/Jlrophospora colombialla (ECLB) y Gigaspora margariw
palmente en Cloo y C50, que decreció con el tiempo. Esto se (OR MO). Sesenta días des pués se inocularon 1000 nematodos

95
por planta. Al final del experime nto se midió la altura y diáme- VALENZ UELA LAZO, G.1. 1998. Limitacioncs y 01"
tro del tallo, el número de hojas. área fol iar, peso fresco y seco des de bes mujen!s cumpesinas para pllrticipar cn el pr
de la parte aérea y raíz. Se determinó el contenido de macro y oepacitación en manejo integrado de plllgas el! el clI l1 i'
micronUllientes en el follaj e, número de esporas, porcentaje de en Nicomgua. Tesis l\1-Sc. Turrialba, Costa Rica, CAl
colon ización. número de R. similisllOO g de raíz, lasa de multi- En Nicaragua, el Proyecto CATlElINTA·M IP ('\
plicación. daño en raíces primarias y secundarias y se realizó un desarrolla un proceso de gencración y transferenci<l
estudio histológico. La efectividad del posible conlrol biológi- logía en Manejo Integrado de Plagas en el cultivo ti"
co se comparó contra la concentración efectiva promedio de pequeños(as) productores(as), basados en el desam'
Countcr (terbufos). pacitaciones por etapa fe nológica del cultivo y el u~ .
Se dete rminó que los parámetros de crecimiento de las dología participativa.
plantas micorrizadas fueron similares a los de las plantas no Este estudio pretende identi[icar los fac tores quo;'
simbióticas suplementadus con P. Esto demueSlra el efecto fa- obstaculizan la participación de los productores ~
vo rable de las endomicorrizas sobre el crecimiento vegetal y s u mente, de las mujeres en el proceso de capacitación er I
potencial como fertilizante biológico. Además se verificó que el objet ivo de aportar elementos que propicien una
las cndomicorri7..1s: (i) incrementaro n el contenido de agua en ción más efecti va de las muje res en dicho proceso.
la planta; (ii) eje rcieron efecto favorable cn el desa rrollo del La metodología contempló tres estudios de caso.
área fo liar; (iii) permitieron unn concentración más alta de Ca, zación de la experiencia desarrollada por el Proyec¡,
Mg, P YCu en el follaje. Estos podrían ser los mecanismos quc MJP. tallcres de reflexión util izando herramicntas l'
expliquen el efecto positivo sobre el crecimiento. El compost vas, encues tas, entrevist as. observación participante. Il '
utilizado como enmienda orgánica aumentó el contenido de y finalmen te. reuniones con los grupos involucrados l'
agua y los niveles de N, P, K.Ca y Mg en las plan tas, promovien- volución de la infornJaciÓn. Algunos datos fueron d
do su crecimiento en forma significativa. Al mismo tiempo. estadís ticamente, determinando frecuencias y porcelll
modificó el efecto de los hongos endomicorrlzicos sobre el con- El análisis de la experiencia de capacitación desan
tenido de nutrientes de la parte aé rea. Se registró un sinergis- cada uno de los casos de cstudio brinda información
mo entre la materia orgánica y las endomicorrizas para favore- que permitiÓ dete rmi nar que las principales limitaciol
cer el crecimiento, incrementar el contenido de humedad y de prod uctores, principalmente las mujeres, para lograr
nut rimentos. Sin embargo. también se redujo la producción de cipación efectiva en el proceso de capacitación de M [1
esporas de los hongos inoculados, aunq ue el porcentaje de co- tenninada por factores estructurales, de orden objcil'
lon ización se incrementó. Esto pudo deberse a la presencia de analfabetismo, tenencia de la tierra y carga dom é ~t
endomicorrizas nati vas en el compost que produjo una coloni- otras.
zación mixta de las raíces de banano. Las endomicorri7.as fue- Pero también, está determinada por factores suh"
ron efecti vas para inducir tolerancia a R. simi/ü por medio de mo roles de género. toma de decisiones, exclusión. de'
los siguientes mecanismos: (i) compensación del daño causado ción del trabajo de las mujeres y baja autocstima.
por cl llcma todo: (i i) incrementos en la absorción de nutrien- La metodología del proceso de capacitación con j,
tes: (iii) competcncia por espacio y nu trimentos a nivel del c6r- ha brindado logros positivos en cuanto al incremenlo
tex radical. Las endomicorru.1S redujeron el daño causado por cimiento sobre la biología y ecología de plagas y enfer
el nematodo a niveles signific:ltivamentc más bajos que el del cultivo del café y el mejoramiento de sus práctica'
Counter, tanto en presencia como en ause ncia de la mate ria or- les. Sin embargo, presenta dificultades. porque no ~,
gánica. Esta tuvo un efecto sinerg'stico con las endomicorri zas. cuado a condiciones de los grupos (analfabetismo. cal"
disminuyendo aún más el dafio. Unicamcnte O RMO sin matc- bajo) y no ha logrado una participación estable y {'j,
ria orgánica produjo un daño superior al q ue se regist ró con el hombres y mujeres. Principalmente, esta capacitación
control químico. LOe r con compost produjo el mejor control ducido las diferencias en el conocimiento de hom bn:-
reflejado en el menor daño. Las endomicorri7.as provocaron res, para lograr una participación igualitaria.
un:\ modificación significativa de la morfología celular. Los La a plicación del enfoque de género en el proceso
arbúsculos se desarrollaron densamente dentro de las células to que está da ndo sus primeros pasos. El Proyecto-~l ¡
corticales. despla7.illldo al núcleo h:ls ta una posición central. mostrado su interés de integrarlo a su que hacer in ~l
Este por efecto de la simbiosis. aumentó su volumen de fo rma por lo que debe plan tearse una revisión de la metod\,
notable y en algunos casos el citoplasma se invaginó. El con- proceso de capacitación con todos los involucrados (ir
ten ido citopl:Jsmático aumentó su densidad posiblemente por nes locales. técnicos-extensionistas y productores) p,'
efecto de un incre mento en la ac ti vidad secretora de la célula . una mayor adap tación que su propio proceso, medianl
R. similis provocó la invaginación del citoplasma . un creci- lucramiento de ellos en la defi nición de objetivos. Prol
mie nto del núcleo y posiblemente la presencia de células cor- tos y metas a corto y largo plazo.
ticales multinucleadas. Por tanto, deben trabajarse tanto las dime nsion e~
y subjetivas. para reforlar los factores que facilitan
ción tanto de hombres como de mujeres y neutraliza r
que la obstaculizan.

96

16 A gosto - 8 Octubre, 1999 18 - 23 Octubre, 1999


IntematioDal Integrated Pest Control de Plagas Agrícolas y Forestales con
Management Course OD Rice Agentes Microbiológicos
Inronuación: The Director Inrormación: CAT I E. Capacitación
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18 - 19 Marzo, 2000
Symposlum on 810lopeal CetIqeJ
in Ihe Tropics
Infonnadón: Symposium 01:gall1ÍJlÍDI4
MAROI

97
Manejo Integr ado de Plaga s (Costa Rica) No. S2 p_9S·99. [999

editorial
En este número se destaca valiosa infor- Bioecología de la mosca blanca de los inver-
mación sobre eventos científicos y avan- naderos Trialeurodes vaporariorum (West-
ces técnicos para el manejo del complejo mosca blanca- wood) (Homoplera: Aleyrodidae), pluga del fréjol. (Resu-
geminivirus, en América Latina. Pero, sobre todo se men de te!>'i!>' de Verónica Cano, Pontificia Univer..'idad
quiere resaltar el e ntusiasmo que ya ha generado el VIII Católica del Ecuador) . Al norte de Ecuador, el incremento
Taller, a realizarse en Brasil. Gracias a la planificación alarmante de T vaporariorum. ha causado serios problemas,
del Comité Organizador, la información ha circulado de sobre todo en el cultivo de Créjol. Por ello fue necesario in-
mane ra amplia por todo el continente, y la respuesta ha vestigar algunos aspectos biológicos y ecológicos de la plaga,
sido muy positiva. Confiamos en que este será el mejor de cuyos resultados podrían ser utilizados en programas para su
nuestros talleres, para beneficio de los agricultores del manejo. Su biología se estudió en el invernadero, a 22"C y
continente, que tanto necesitan de los aportes científicos 75% HR, en fréjol (Phaseofus IllIlgaris, var. Cargabello). La
y técnicos. duración del ciclo de "ida (huevo-adulto) fue de 33 días. La
duración promedio de cada estadio fue: 11 (huevo) , 6 (ins-
tar 1),5 (1I). 1 (1Il). 6 (I\' ) Y4 días ("pupa "). La hembra vi-
vió 13 días y el macho 11 días. El período de preoviposición
fue de 5 días. La tasa de o\;posición diaria fue de 3,5 hue-
vos/hembra y la fecundidad de 44 huevos/hembra. La sobre-
Taller vivencia fue de 80% y la mortalidad en pre-adultos fue de
20%. La mayor mortalidad ocurrió en el primer instar y du-
Continúan los preparativos para el VIII rante el estadio de pupa. La proporción sexual fue de 1,24:1
Taller Latinoamericano y del Caribe sobre (hembra:macho). Las hembras vírgenes se reprodujeron por
Moscas Blancas y Geminivirus, que se rea- partenogénesis arrenotóquica. Además la búsqueda de in-
lizará en Recife, Brasil, del 17 al 20 de octubre de 1999. Ya sectos benéficos se realizó en cuatro localidades de las pro-
se distribuyó el primer aviso, y pronto se enviará e l segun- vincias de Imbabura y el Carchi. Se registraron nueve espe-
do, con el programa detallado. cies de depredadores: Hippodamia convergens, Cye/oneda
sanguinea, DelphastllS sp.. Orius sp.!, Orius sp.2, Miridae
s p.l, N~bidae sp.l.Cltrysopo sp. y Hemerobiid~e sp.l.A mitus
Este incluirá charlas magistrales, a cargo de especialistas
fuscipennis fue el único parasitoide recuperado de las ninfas.
de renombre, como los doctores Dan Gerling (Israel), Judy
En cuanto a hospedamcs. se identificaron siete cultivos y
Brown (EE.UU.) y Phil Stansly (EE.UU.); informes nacio-
29 especies de plamas silvestres, pertenecientes a 16 fami -
na les de países selectos (EE.UU., México, Cuba, Nicara-
lias. Se registraron las siguientes 11 especies como·hospe·
gua, Colombia, Argentina y Brasil); paneles sobre cultivos
dantes nuevos: Baccltaris latifolia , Bidens leueantha ,
(granos, algodón, hortalizas y frutales) e innovaciones léc-
Cestrum tomenlosum. HJIJlis obtusata, Juglans neotropica,
nológicas; ponencias mediante presen)aciones orales y afi-
Salvia leucophJlla. SolOllum ;nterandinum, Phenax c( rogosus,
ches; y un mini-curso sobre Biología y Manejo de la Mosca
Physalis peruviana. Uroc.arpidium Jueata y Viguiera sp.
Blanca.
Cubiertas Dotanles como barreras conlra insectos vectores de
Contacto: José Renato Ruhia de Oliveiru (EMBRAPA/
virus en sandía en Veraauz, México. (P.T. Alamilla, Ortega,
IPA). Av. Gal. San Martin, 1371-Bonji. CEP 50761-00) Recife,
LD., Mora, G., Chá,'ez, 1.M. Revista Manejo Integrado de
Pernambuco, Brasil. Tel (081) 445-2200 (ext. 259). Fax: (081)
Plagas no.5J:/-9). Con el propósito de determinar el perío-
445-3939. E-mail: mosca@ipa.br o ipa@fisepe.gov.br Ade-
do óptimo de cobertura. se evaluó en forma periódica la in-
más, se puede accesar información más detallada en el sitio
cidencia de los vi rus de la sandía. el número de vectores (áfi-
htlp:J/www.ipa.br/mosca
dos y mosca blanca). el rendimiento y calidad del fruto, con
cuatro períodos de cobertura, comparándolas con un testigo
de manejo convencional (sin cobertura y aplicación de in-

98
secticidas). El estudio ~e realizó en Veracruz. México. El buena calidad agronómica fu e posi ble con los tres recipien-
progreso de la incide ncia del complejo viral fue inversa- tes.. y especialme nte con Jos cartuchos. El tipo de malla no
mente proporcional al período de cobertura. A los 45 días influyó en este sentido, aunque sí en la obtención de plan tas
después de la sie mbra, el testigo presentó 43% de inciden- sin infección viral. La malta INSO fue la única que evitó el
cia, mientras que los tratamientos cuhiertos no presenta ron ingreso de adulto,) de B. /abaci.
sintomatología viral. El retardo y disminución de la inci-
dencia viral. como efecto de la cubierta de polipropileno
(Agribon 1'-17), pennitió mayor rendimiento y mejor cali-
dad de fruto, aunque estos fueron mayores cua ndo el culti-
EE.UU
vo se mantuvo cubierto hasta 93 deas después de la sie mbra. En e ne ro se efect uó e n Albuque rque.
alcanzando este tra tamiento 21% de incidencia viral con Nuevo México, la reunión a nual sobre
respecto al tesligo, que 14 días an tes de la cosecha llegó a mosca blanca (Sccond Annmtl I'rogress H:cview of Ihc 5-
100%. El rendimiento del tratamie nlO de 93 díllS de cober- year Sih'crlcaf While ny Rescarch, Action and Technology
tura fue de 41.14 t1ha. para un incremento de 238.5%, con Transfer Plan). Ya salió publicada la me moria de dicho
respecto al testigo. evento. titulada Si/verlell¡ lVhilt'fl)'. NIII ;onal R esearch,
Act;(Jn, and Technology Trlllufer P/(m, 1997-1001: 1 nd
Eficacia dc coberturllS vivas para c1uulllcjo dc /Jemisill UI- A nnulll R ev;ew (JI the Secolld 5- Year Plan. Un;ted Stutes
haci como veclor de geminiviros., en lomale. (Cubillo, D., Departmem (J¡ A griculture (USDA). Está a nuestra dis-
Sanabria, G., Hilje, L R et>ista Maneju Integrado de posición, y podríamos fotocopiarla a precio de costo.
Plagas 110.51:10-10). En Costa Rica se está buscando un
esquema de manejo del complejo 11. rabaci-ge minivirus. Ya está iniciándose la organización de la Third Anl1 ual
basado e n la minimización del contacto entre el vector y Progrcss Revicw of Ihe 5-ycar Silverleaf Whileny H:esearch,
la pla nta , En expe rime ntos con tomate de traspla nte. du- Action and Tcchnology Transfer Pla n. que se rea liza rá en
ra nte tres años. se demostró que dos coberturas vivas aso- San Diego. California. a inicios del 2000. Sobre esto se infor-
ciadas con el culti vo, el ' cinquillo' (Drymaria corda/ti , mará oportuname nte.
Caryophyllaccae) O el culantro (Coriamlrum sat;vwlI.
Umbelli fe rae), redujeron e n forma significativa el núme ro
de adultos de B. tabad. ret rasaron la diseminación del mo-
teado amarillo del tomllte (ToYMoV) y aporta ron rendi -
mundial
mientos tnn al tos como 27-30 t/ha. con beneficios ne tos muy DI!! :!O al 26 de agosto del 2000 se renlizará
satisfacto rios. Se discute n las principales venlajas y desven- e n Iguazú. Brasi l.el XXllnlernalional Con-
tajas de dicho enfoque. gress of Enlomology. Es un eve nto de trascendencia mun -
dial. que por prime ra vez se efectúa e n un país del hemisfe·
Evaluación de recipientlts y mallas para elmancjo Bemü'ü' rio sur. y que reúne a entomólogos de todo el plancl<i.
wbad medianil.' semille ros cubicrtos. en lonlllle. (Cubillo, De ntro dc él te ndrá lugar el si mposio Chullenges a nd op'
D., Satlabria, G., l/ fije. L. R et>ü la Mallej o Integrado de porlonilies for pesl managemcnl of B emisitl in Ihe ne", cen-
Plagas no.51:19-35). Para buscur un esque ma de manejo tury. organizado por los doctores Steve Naranjo, Regina Vi-
del complejo B. tabaci.geminivirus basado en la minimiza- larinho, Peter Ells\Vorth y O dai r Fcrnandes.
ción del contacto entre el vector y la planta. se trabajó con
semilleros para tomate de mesa ,e n Turrialba , Costa Rica. Se Contacto: Dr. Oécio Gazzoni (EMBRAPAlCN PSo). Calxa
evaluaron las combinaciones de tres tipos de recipientes Postal 231. CE P 86001-970 Londrina. I)a raná, Brasil. Tel
(bandeja Tray Masters No. 51 y cartuchos dc pa pel de dos (043) 37 1-6213. Fax: (042) 371-6100 o 371-6213. E·mail: gaz-
tamaños). colocados de nt ro de tú neles cubiertos con tres ti- zoni@cnpso.cmbnlpa.br Además. se puede accesar informa-
pos de mallas fin as (Ttldenet IN24. IN32 e IN50). Hasta los ción más detallada en el sitio http://www.cmbrapa.br/ice
28 días después de la siembra, la producción de plántulas de

POR FAVOR. RAPlDAMENTE


A

Este boletín es
copatrocinado p or:
[lQ
REDCAHOR
Acciones MIP en hortalizas REDCAHOR

Cría de los parasitoides Cotesia plutellae,


Microplitis plutellae y Oiadegma insulare
en condiciones de laboratorio. 11 Parte.
Freddy Miranda On;l'
Jossué Brenes Blanco"
Helen Pércz J irón u ,

Introducción Caracteristicas de C. plutellae Se e ncuentra prin cipalme nt e en


Para e l control de la palomilla del y M. plutellae áreas subtropica les (Fig. 3 Y 4); sin
repollo (Plurella xyloslella), se in- emba rgo, estud ios recie ntes reali-
trod ujeron en Centroamé rica dos C. plulellae (Orden: Uymenoptera, zados por e l AV RDC de mostraron
de los cinco parasitoides más im- Familia: Braconidae) q ue sobrevive y se mult iplica a
portantes de esta plaga: Coresia Es e l parasiloide más im portante temperaturas de 25°C_35°C.
phl/ellae y MicropliIis plmel/ae. Es- dc P. xylosfella e n las zonas bajas Este parasitoide prefie re po-
tos parasiloides p resentan [as mejo- (Fig. 1 Y2). Originario de Asia, fue ner sus huevos en larvas de Pill/ella
res características para ésta región, introducido en El Ca ribe, América del segundo in star, cada hembra
en especia l, lo referente a la agroe- Central y América de l Sur. Es un puede ovipositar hasta 230 huevos.
cología de los cultivares de repollo. pa rásito larval y prefiere el segun-
Establecimiento y cuarentena
Otro pa rasitoide de P. xylosrella do y tercer insta r de P xylostella
que se está evaluando con este mis- para realizar su oviposición . Su ci- de los parasitoides
mo fin es Diadegma instilare. clo de vida es de 10-1 5 días, sincro- La metodología para el estableci-
La crianza de estos parasitoi- nizado con su hospeda nte. La tem- mie nto y cuarentena de los parasi -
des de be realizarse en un labo rat o- peratura ideal pa ra su pa rasi tismo toides es la siguie nte:
rio con ai re acondicionado para y multiplicación es de 25°C_35°C. • Acondicio na r un laborat orio pa-
controlar la temperatura y la hu- M. plutellae (Orden: Uymenopter.t, ra la crianza de los parasitoides.
medad re lativa . También deben Familia: Braconidae) con la temperatura y humedad
mantenerse a islados de otros orga-
nismos que puedan afectar su re-
producción y multiplicación. En
este artículo se presentan las ca rac-
te rfs ticas más importantes de e
p /¡lIellae y M. plutellae, así como el
proceso de cuare ntena y la me todo-
logía de cría de los tres parasitoidcs.

Doa:nte Investigador EscllCla de Sanidad


Vegetal . UNA . Nk1onogua.
EMail: esavNlibw.com.ni 'mm
•• Estudiante Escuela de Sanidad Vegetal. UNA.
NkIlnogua. Figura 1. Hembra adulta de Figura 2. Macho adulto de
••• Estudiante Escuela de Sanidad Veg~tal. UNA.
NkIlragua.
C. plulellae. C. plutellae.

100
relativa óptimas. desa rrollo de los parasitoides en partamento de entomo logía de la
• Sembrar plantas de repollo en laboratorio. También de be en- inst itución nacional r~sponsable.
macetas de arcilla o barro, 60 tender la relación hospedante- • Registrar los datos sobre el ciclo
días antes de la ll egada de los pa- parasitoide y la im portancia de la de vida de los parasitoides, así
rasitoides. limpieza y seguridad durante el como las cond iciones tempera-
Reproducir del hospedante (P. proceso de cuarentena. tura y humedad relat iva en el la-
xylosfelfa) para la producción • Producir tres generaciones de los bora torio.
de larvas adecuadas para la parasitoides para conclui r la cua- • Evaluar en cada generación la
parasitación (instar 2 y 3). rente na supervisada por el de- proporción de hembras y machos,
Mante ner la limpie7..<1 de todas de parasitismo y sobrevivencia,
las instalaciones y materiales como se aprecia en el Cuadro 1.
ut ilizados (mesas. macetas, ven- La primera columna del Cuadro
lanas, jaulas, viales) en el pro- se refiere a la fec ha de entrada de
ceso de cría de los parasitoidcs. larvas (instar 2) a la jaula de pa-
Lim piar y esteri liza r las jaulas rasitismo y la segunda colu mna a
donde se rán colocados los pa- la salida de las larvas de esta jau-
rasitoides. la, donde permanecieron 48 ho-
• Adquirir los parasitoides en un ras expu estas a los parasit oides.
ce ntro autorizado para su multi - Las columnas de larvas parasita-
plicación. das y larvas no parasitadas co-
• Obtener un a certificación de que rresponden al total de larvas ex-
los parasitoides están li bres de Figura 3. Hembra adulta de puestas a los parasitoides. Si se
M. plural/ae.
plagas. suman los datos de cada uno de
• Gestionar un permiso de impor- estos resultados, se obtiene el nú-
tación de parasitoides, expedido mero de larvas expuestas a los
por el Min isterio de Agricultura parasitoides en esa fec ha (fecha
o institución autorizada. de entrada y fecha de salida).
• Capaci tar al personal responsa-
Metodología para la cría de los
bl e del proceso de cuare nte na,
así como disponer de la supe rvi- parasitoides
sión periódica de la instit ución • Estos parasitoides son criados e n
nacional e nca rgada del proceso jaulas de 50 x 50 x 50 cm, con
cuarente nario. fondo de madera o de mat erial
• El personal respo nsa ble de be só lido y forradas con malla de
poseer experiencia en cría de I~ nailon fino (Fig. 5). En cada pa -
xylosfella y conocimi ento sobre Figura 4. Macho adulto de ta de la jaula se coloca un reci-
las condiciones óptimas para el M. plutel/ae. pie nte co n agua para evitar la e n-

CUADRO 1. Reproducción de C. plulel/ae durante su segunda generación (G2) sobre larvas de P. xylostel/a en el laboratorio de
Sanidad Vegetal.
Fecha de Fecha de Fecha de No. de No. de Fecha No. de Machos Hembras %
entrada salida de pupa larvas larvas no de larvas (%) (%) Parasitismo
de larvas larvas parasitadas parasitadas eclosión nacidas
14/6 16/6 24/6 359 55 30/6 100 66,6 33,4 86.71
1616 18/6 27/6 818 102 217 83 36,6 63,4 88,9
18/6 20/6 3016 646 265 9f7 83 23,3 76,7 70,9
20/6 22/6 30/6 66 16 ll f7 80 26,6 73,4 80,48
22/6 25/6 3f7 375 89 15/7 83 33 67 80,8
Promedio 452,8 105,4 85,8 37,22 62,78 81,55

101
la solución de miel porque los • La puerta de la jaula se cubre
parasitoides responden mejor a con un a tela negra para evit ar
esta dieta , la cua l de be cambiarse que los parasitoi des se escapen
cada 48 horas. Ad emás, e n la jau- cua ndo la jaula se abre para
, la se coloca un frasco con ca paci- reemplazar la planta , el agua o la
• dad de 50 mI conteniendo agua y
una cinta absorbente que pe rmi-
so lución de dieta.
• Las pla ntas de repollo con larvas
te que el agua suba y los insectos cuando son reemplazadas se colo-
puedan tomarla, lo cual ayuda a can en ot ra jaula dond e las larvas
la copulación. Cada parasiloide completarán su desarrollo. Las
Figura s. Jaula para la cría de para si-
loidas. desarrolla su ciclo de vida a dife· larvas que se e ncuentran en las
rentes temperaturas: D. il/stllare hojas ubicadas en e l piso de la
trada de hormigas, ácaros u otros a 18°C_20°C. e
phl/ellae a 26°C_ jaula tambié n se recolectan , así
organismos. 2SoC y M. plllfellae ti 24°C-26°C. como las que están disgregadas
• En una planta de re pollo bi en • Cuando el 80°/0 de [os parasitoi- por la jaula. Durante su proceso
form ada se colocan cintas de ovi- des han e mergido, se introduce a de desarrollo, y hasta que se con-
posición e n las hojas más jóve- la jaula la pla nta de repollo con vierten en pupa, las larvas se ali-
nes. En cada planta se de positan las larvas en estado óptimo (300- mentan del fo llaje de re po llo, cJ
entre 300 y 500 huevos de P 500 larvas e n L2). La pa rte supe- cual debe esta r sie mp re disponi-
xylostella, rio r de la maceta do nde está sem- ble. Al cambiar las plantas. se cor-
tan las hojas que tienen larvas y se
coloca n sobre la nueva planta.
6.17 días 0.18-0.23 días
• Al ret irar las larvas parasi tadas
de la jaula, se levanta la tela ne-
gra y se saca la maceta cui dado-
samente. evit ando que los parasi-
toides se escapen. Después se
limpia el piso de la jaula y se re-
.......,.",,..
Formación de La

'1
".".

muerte Figura 6.
tiran los parasi toides m ue rtos,
para evita r cualq uier disturbio
Proceso de en su hábitat.
parasitación y
ciclo biológico Literatura consultada
del O. ¡nsu/are MAGFOR, 1998. Agricultura-Desarro-
(Cresson) en el
llo. El repollo nacional. él más bara-
Larvas en instar ,,-
=o:
laboralorio de
la Universidad
10 de Cenlroaméric¡l. No. 44. Nov,·
2'1 3 óp!:imas

""-
I*1'Isitadas $3.5dias
tla$ta Instar 4
3.45 dias Nacional
Agraria.
Die. 20 p.
MIRANDA. F. 1998. Mass rcaring of
diamondback mOlh and ils .parasiles.
Talwan, Asían Vegetable Rcsearch
and Development Center. ROC 24 p.
• Las larvas de P.xylosrella de los ins- brada la planta se cubre con TALEKAR. N.s.: YANO, M .Y.; ONG.
tares 2 y 3 pueden ser parasitados pape l aluminio para evitar e l con- P.C 1990. Use of parasilOids 10 COI1-
por los tres parasitoides (Fig. 6). tacto de las larvas co n la tie rra .. Irol the Diamolldback mo nlh ,
• En una jaula similar a la descrita, En el fondo de la ja ula se colocan Phl/elfaxy/os/el/fI. In Ihe use of nalu-
ral enemies lO control. Agricultura!
se colocan e ntre 200-300 pupas hojas de re pollo para que las lar-
pesto Q . Mochid<l ; K. Kirilani (ed.).
de l parasitoide. En la jaula tam- vas se refugien en éstas cuando Taepei. Taiwan , Food Fertilizer Teeh·
bié n se int roducen cajas de Petri tratan de escapa r dcJ ataque de nology Ccntcr for Ihe Asian and Pa·
con a lgodón humedecido en una los parasito ides. Además, éstos cifie Region. p. 1{)6·1 14.
TRABANINQ, R. 1998. Guía para el
so lución de miel de abeja a l 10% son capaces de loca lizarlas en es- manejo integrado de plagas inverle-
o de azúcar (65 g de sacarosa e n tas hojas. La ptanta con larvas se bradas. Tegucigalpa. Honduras. Es-
500 mI de agua). Se recomie nda cambia cada 48 ho ras. cuela Panllntericana. 157 p.

102

La Revista Manejo Integrado de Plagas se complace en


anunciar que como parte de las actividades para generar
ingresos que aseguren su sosteniblilidad, ha iniciado la
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