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52 TOLEDO LUNES, 12 DE DICIEMBRE DE 2022 ABC

TOLEDO FINGIDO Y VERDADERO cultura, la paralización del comercio,


el estancamiento de la industria, la ca-
dar en nada el intento, coordinado con
otras provincias, de alcanzar autono-
rencia de obras, la falta de empresas, mía local para la promoción cultural
el miedo a los negocios», según diag- al margen de Madrid. Era el objetivo
A finales del siglo XIX toledano, las nóstico del periódico La Campana Gor-
da en 1900. En definitiva, Toledo vivía
perseguido por la Asociación Descen-
tralizadora Literaria y Artística, cons-
expectativas de progreso gracias al «escaso calor» que le pres- tituida en 1890 por iniciativa del te-
contrastaban con la apatía del bloque taban los centros oficiales, como sos-
tenía a su vez el periódico El Heraldo
niente fiscal de la Audiencia Provin-
cial, Teodulfo Gil Gutiérrez, el profesor
dirigente y con la miseria de las clases Toledano en 1901, a falta de voluntad
inversora de los miembros de la clase
de la Academia Militar Pedro Alcán-
tara Berenguer Ballester, el pintor Fe-
populares de la ciudad alta de la ciudad o la provincia y de ca- derico Latorre Rodrigo y el catedráti-
pacidad económica del Ayuntamien- co del Instituto Saturnino Milego In-
to, agotadas sus últimas reservas, por glada, esto es, por confluencia de

Toledo, fin de
decisión del alcalde Lorenzo Navas representantes de las diversas insti-
(1849-1906), en la construcción de ma- tuciones activas en la ciudad.
tadero y cementerio. Se tenía constan- La situación de las clases bajas de
cia, por otra parte, de que el elemento la población por fuerza admitía aún

siglo: una
militar era la principal fuente de re- menos optimismo. Según el cómputo
cursos de la ciudad y, por tanto, de im- elaborado por el Instituto Geográfico
portancia vital, factor subrayado en y Estadístico para el año 1900, algo
1890 por el vizconde de Palazuelos, Je- más de un veinte por ciento de las 8.456

ciudad desolada
rónimo López de Ayala (1862-1934), en personas que constituían la población
su Guía artístico-práctica de Toledo. activa, incluyendo clero (dentro del
Pero hechos como el traslado a Aran- cual casi cuatrocientas monjas) y fuer-
juez del Colegio de Huérfanos de In- zas armadas (algo menos de 600 indi-
fantería en 1886; la decisión de insta- viduos), estaba formada por cuantos
lar en Granada, en 1888, una fábrica podían esperar disfrutar de un mayor
de explosivos antes prometida y para o menor acomodo, eclesiásticos, mili-
JOSÉ LUIS DEL CASTILLO TOLEDO rístico para abrir «nuevos y dilatados la que se llevaban años haciendo in- tares, profesiones liberales y personal

A
la vista de los cambios urba- horizontes» a la ciudad, como augu- versiones; o la recurrente amenaza de administrativo, hombres en su inmen-
nos evidenciados a fines del raba la revista Toledo en su primer nú- pérdida de los centros de formación sa mayoría. El ochenta por ciento res-
siglo XIX, podría dar la im- mero. Eran ilusiones que los fracasos militar mostraban que Toledo vivía tante agrupaba a jornaleros, trabaja-
presión de que el proceso de sucesivos en las tentativas de vitali- «atenida a las contingencias del favor dores manuales y sirvientes, en bue-
degradación urbana que alcanzó su zar una ciudad hundida en la inercia extraño», siempre inseguro, según ad- na parte braceros escapados del campo
punto culminante tras los desastres se encargarían de desmentir. El pro- vertía el pintor Pablo Vera en 1890. en busca de un trabajo escaso y mal
provocados durante la guerra contra fesor de la Academia de Infantería y remunerado. Afectados por la cares-
las tropas napoleónicas se invertía de del Colegio de Huérfanos Enrique So- Inmovilismo y desigualdades tía de los productos básicos de consu-
manera definitiva y de que Toledo en- lás ponía el dedo en la llaga al denun- El agudo contraste entre las expecta- mo, con precios más elevados que los
traba por fin en vías de progreso. Se ciar en El Nuevo Ateneo, ya en 1888, la tivas de progreso y la falta de iniciati- de Madrid, y por un paro endémico,
contó por momentos, además, con el carencia de iniciativa de la clase diri- va del apático y minoritario bloque di- agravado a final de siglo por la crisis
apoyo decisivo de personalidades na- gente o la «estúpida rutina que nos rigente de las instituciones para po- de la fábrica de armas derivada del fi-
cidas en la provincia, como Venancio enerva, dejando perder veneros de in- nerlas en obra, alimentada por el nal de las guerras de Cuba y Filipinas,
González (1831-1897), ministro de Go- mensa riqueza, que ora la madre na- caciquismo imperante, sería puesto que dejó en la calle a más de 400 obre-
bernación en tres períodos entre 1881 turaleza, ora la mano de los hombres, en evidencia por el abandono de em- ros, muchos de ellos se veían forzados
a 1893 y de Hacienda de 1888 a 1890. han puesto en nuestro suelo». presas y proyectos que perseguían la a recorrer las calles mendigando, se-
Gracias a él se pudo afrontar la recons- No se trataba solo de apatía, sino dinamización de la vida cultural. Fue gún reiteraba la prensa local. Aún, ade-
trucción del alcázar tras el pavoroso que se imponía constatar que el fra- el caso del cierre, obligado por caren- más, habían de moverse de noche casi
incendio de 1887, además de obtener caso de las expectativas derivaba tam- cia de apoyos, del innovador periódi- a oscuras por vías ocupadas por el ba-
la reinstalación en la ciudad del Cole- bién del «estado insostenible de la agri- co El Nuevo Ateneo. Llegaba tras que- rro y los desechos. Alumbrado y pavi-
gio de Huérfanos y de asegurar la per- mentación apenas iban más allá de las
manencia de la Academia de Infante- calles céntricas, mientras que se con-
ría. Otros, directores generales con mi- taban, según denunciaba en 1898 El
nistros liberales o conservadores, como Chiquitín de la Prensa, más de tres-
Ángel Mansi Bonilla (1840-1891), Ma- cientas casas en estado ruinoso cuyo
nuel Benayas Portocarrero (1850-1924), mantenimiento, o incluso necesaria
Gumersindo Díaz Cordovés (1855-1921) demolición, olvidaban los propieta-
o Julián Esteban Infantes (1848-1918), rios. Consumidos por la pobreza y la
también dejaron sentir su influencia insalubridad de las viviendas, eran ol-
positiva. vidados sistemáticamente, cuando no
vejados y despreciados. Añadíanse a
Ante un futuro incierto la miseria de más de 1200 niños y adul-
Los periódicos de la época muestran, tos, clasificados como «asilados, en-
sin embargo, que la mesocracia tole- fermos, locos, presidiarios, mendigos,
dana veía la situación con menos op- vagabundos y prostitutas», asistidos
timismo, dada la gran masa de claros- en principio por un sistema de bene-
curos, e incluso de más zonas oscuras ficencia utilizado como instrumento
que de claridades, que ofrecía la rea- de control social y mantenido en la-
lidad social, cultural y política. Se ma- mentable estado. Una investigación
nifestaba confianza en las posibilida- abierta en 1901 por el gobernador ci-
des industriales y comerciales abier- vil y periodista Julio Burell (1859-1919)
tas por el aprovechamiento de la denunciaba la situación de abandono
electricidad y de las aguas del Tajo, así crónico, minimizada en la prensa por
como en el desarrollo del negocio tu- intereses personales de los sectores
conservadores de la población, en que
se hallaban tanto los organismos be-
Desolación urbana: calle San néficos a cargo de la Diputación, las-
Torcuato a comienzos del siglo XX. trados por la corrupción, como, sobre
Fondo fotográfico Pedro Román. todo, los acogidos a ellos. El panora-
Diputación Provincial de Toledo ma social no podía ser más desolador..

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