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ARTÍCULO 34: Se puede designar domicilio especial para la ejecución de los actos
jurídicos. Esta designación sólo implica sometimiento a la competencia territorial
correspondiente, salvo pacto distinto.
El carácter jurídico y no fáctico del domicilio queda ratificado en este artículo, que permite que
las personas designen domicilio especial para la ejecución de los actos jurídicos. Pude ser para
contratos, realizar pagos, enviar documentación, etc.).
Este numeral, como es evidente, obedece a una razón práctica, como es la de facilitar la
celebración de actos jurídicos, el domicilio especial, para la ejecución de los mismos, se limita
al metimiento a la jurisdicción territorial correspondiente.
Un ejemplo claro sería que en un contrato, una persona que vive en Piura puede designar
domicilio en Tumbes.
Pero todos los implicados saben que no vive en Tumbes, pero esta designación es válida para el
derecho. Ya que este domicilio sólo servirá para la competencia de los tribunales, pero todas las
demás obligaciones deberán ser cumplidas en el domicilio constituido por la residencia de cada
parte.
Se puede decir que una persona tiene residencia alternativamente, cuando tiene varios lugares,
lo que ocurre en gente adinerada que deben realizar sus actividades con gran movilidad. Estas
personas moran indistintamente en más de un lugar.
Tiene que quedar bien claro que no se trata de alguien que tiene una residencia habitual y
frecuenta periódicamente otro. Se le puede considerar residiendo indistintamente en cualquier
lugar de los establecidos.
Por ejemplo: Una persona que dicta clases en la universidad en un determinado horario
contando con una oficina, y a la vez, tiene su estudio de abogado donde ejerce la profesión. Para
efectos laborales, la persona estará domiciliada tanto en la oficina de la Universidad
como en el local de su estudio de abogado.
CAMBIO DE DOMICILIO:
Este tema se encuentra regulado por el artículo 39 del Código Civil, el mismo que establece lo
siguiente:
Artículo 39.- «El cambio de domicilio se realiza por el traslado de la residencia habitual a otro
lugar.»
La norma es bastante clara y no merece mayor comentario. Se aprecia que el cambio obedece a
una voluntad directa del sujeto de derecho, quien, si es que no tiene algún deber de comunicar
este cambio (contenido en algún acto jurídico que ha celebrado), no deberá poner en
conocimiento de nadie que cambió su domicilio.
Como referencia, cabe recordar que el Código abrogado, cuando regulaba la materia, exigía que
la persona debía comunicar a la Municipalidad su cambio de domicilio.
El otro supuesto que dicho Código establecía era el referido a que se cambiaba domicilio por el
transcurso de dos años de residencia voluntaria en otro lugar. Como se aprecia, la norma vigente
es más clara y elimina ese requisito de comunicación a la Municipalidad y ese lapso de dos años
que antes se exigía. Sobre este tema, la jurisprudencia peruana ha establecido los siguientes
criterios:
En el presente caso, la prueba indubitable de cambio de domicilio se demuestra
fehacientemente con las notas de cargo y estados de cuenta que el recurrente recibió del Banco
Wiese Sudameris S.A.A., en su nueva dirección, desde el día 19 de diciembre de 1995 y
continuó recibiéndolas de manera mensual continua durante los años subsiguientes, en
domicilio diferente al que se le notificó la demanda.
Cuarto.- Que, el contrato referido en la cláusula anterior fue modificado por el contrato de
fecha quince de diciembre de dos mil tres, en el cual las mismas partes acuerdan dejar sin efecto
algunas de las obligaciones contenidas en el contrato original y modifican la forma de pago de
la obligación reconocida en las cláusulas quinta a novena de aquel contrato, 23 TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL. Sentencia recaída en el Expediente n.º 3423-2003-AA/TC. 23 quedando
subsistente el contrato de fecha doce de junio de dos mil en todo lo demás; lo que desde luego
implica el domicilio señalado por los ahora demandados, pues si bien en el nuevo contrato
designan un nuevo domicilio, no consta que las partes hayan acordado el cambio de domicilio,
máxime que en el contrato modificatorio se ha hecho constar expresamente: ‘Las partes
contratantes ratifican la vigencia de todas las cláusulas no modificadas del Contrato Privado (...)
de fecha 12 de junio de 2000; y por tanto subsistentes las demás prestaciones pactadas, y con
todos los efectos de ley’; ello quiere decir que al no haberse modificado expresamente la
cláusula Dieciocho del contrato primigenio, aquella surte plenamente todos sus efectos
El caso se centra en que el gobierno expidió el Decreto Supremo 023-2008-PC que permitía el
acceso del público en general a los centros de esparcimiento, recreación y cultura construidos
sobre predios del Estado. La asociación privada Club Petro Perú, planteó una acción de
garantías constitucionales para que no se les aplique la norma, en el entendido que, si bien
recibieron un terreno del Estado, en este construyeron, con fondos propios de sus asociados, su
sede social y por ende permitir el ingreso a terceros implicaba violar su domicilio, inclusive no
permitiría aplicar las normas internas de la asociación a personas que ingresen y no fueran
asociados, como el caso de sanciones.
El Tribunal consideró que la persona jurídica goza de ciertos derechos fundamentales aplicables
a la persona natural, (salvo los derechos llamados personalísimos o inherentes a la persona
humana) dentro de ellos la inviolabilidad de su domicilio. Señaló como domicilio en general, el
ámbito de privacidad que la propia persona elije para él y su familia y se caracteriza por ser
inmune a la injerencia y las presiones o ataques de otros privados o de alguna autoridad. Precisó
que es evidente que el derecho al domicilio solo le puede corresponder a un sujeto jurídico y
como queda claro, una asociación es una persona jurídica; y por ende un sujeto de derechos, en
consecuencia, el derecho al domicilio e inviolabilidad le es aplicable. Agregó: “Entonces,
partiendo de lo dicho anteriormente, es comprensible, que las personas jurídicas también puedan
ser titulares del derecho a la inviolabilidad del domicilio porque cuentan con un espacio más o
menos amplio donde despliegan las actividades propias y contiguas a su objeto social.”
Lo más importante es que considera que para las personas jurídicas el concepto constitucional
de domicilio es más amplio ya que protege el recinto, móvil o inmóvil o de uso transitorio o
accidental, así como todos los espacios cerrados donde la persona jurídica desarrolla su
intimidad y personalidad separada de terceros. Aclara que en el ámbito constitucional se protege
no solo la sede social, sino el lugar o lugares en donde la persona jurídica desarrolla sus
actividades cotidianas.
Con lo dicho, queda claro que el domicilio del club Petroperú, se encuentra localizado en la
Ciudad de Lima, pero adicionalmente cuenta con una dirección domiciliaria a la que, por cierto,
le son aplicables las mismas connotaciones del domicilio en general. Por lo tanto, la dirección
exacta y sede donde se ubicaba el inmueble y donde el citado club desarrolla las actividades de
sus integrantes también es susceptible de protección, añadiendo que: nadie podrá ingresar a las
instalaciones ubicadas en Av. El Golf, ni efectuar investigaciones ni registros en él, si no cuenta
con la autorización de los asociados, salvo por mandato judicial.
En relación con este tema debe señalarse que la idea de domicilio que utiliza el artículo 18 de la
Constitución no coincide plenamente con la que se utiliza en materia de Derecho privado (...).
La protección constitucional del domicilio es una protección de carácter instrumental que
defiende los ámbitos en que se desarrolla la vida privada de la persona. Por ello existe un nexo
de unión indisoluble entre la norma que prohíbe la entrada y el registro en un domicilio, artículo
18.2 de la Constitución, y la que impone la defensa y garantía del ámbito de la privacidad. Todo
ello obliga a mantener por lo menos “prima facie” un concepto constitucional de domicilio de
mayor amplitud que el concepto jurídico-privado o jurídico-administrativo (FJ 2.º).
De otro lado la sentencia del tribunal español 137/1985 aclaró que el derecho de negativo a la
inviolabilidad del domicilio también es aplicable a las personas jurídicas al mencionar:
Finalmente se precisó que la protección del domicilio en cuanto su inviolabilidad procede para
proteger la intimidad de la persona que es aplicable también a la persona jurídica, indicando:
“tiene derecho a controlar la información sobre sí misma que le impida o dificulte la
consecución del fin colectivo y permanente para el cual se creó”.