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EL DOMICILIO:

I.- Concepto. Importancia

Así como en el lenguaje común entendemos que el domicilio es el lugar donde


una persona vive, desde el punto de vista jurídico, es el lugar en el cual la ley lo ubica
(que puede coincidir con el lugar en donde vive o no, según veremos más adelante).
Borda y Rivera coinciden en señalar que el domicilio es el lugar que la ley fija como
asiento o sede de la persona, para la producción de determinados efectos jurídicos.
La Comisión Reformadora en los Fundamentos del Anteproyecto del C.C.C. de
la Nación, define al domicilio como el lugar en el que la persona humana tiene su
residencia habitual, pero quien tiene actividad profesional y económica, lo tiene en el
lugar donde la desempeña para las obligaciones nacidas de dicha actividad (Conforme
art. 73 C.C.C.)
En toda sociedad es necesario poder localizar a las personas, vale decir,
reconocerles una ubicación en el territorio (ubicarlas en un lugar determinado), en
donde se les pueda exigir el cumplimiento de sus obligaciones (por ejemplo, emergentes
de un contrato, o el pago de impuestos) y donde también se les pueda efectuar
notificaciones (sean judiciales o administrativas). Por otra parte, es necesario que toda
persona tenga un asiento jurídico para poder reclamar la protección legal de sus
derechos. De aquí surge la importancia del domicilio, que visualizaremos más
claramente cuando consideremos las aplicaciones que éste tiene en las relaciones
jurídicas.

Caracteres
Como bien se advierte, el domicilio es NECESARIO, en tanto atributo de la
personalidad ya que ninguna persona puede carecer de domicilio. Además, la exigencia
del orden jurídico para poder ubicar territorialmente a las personas, se demuestra
cuando observamos que la misma ley lo establece (aún en casos de desconocimiento de
su residencia habitual o del lugar en donde tiene el centro de su actividad económica o
profesional).
Por otra parte es, en principio, VOLUNTARIO Y DE LIBRE ELECCIÓN. En
este sentido, recordemos que constituye una de las manifestaciones de la libertad de la
persona, consagrada en la Constitución Nacional (Art. 18: inviolabilidad del domicilio)
y, entre otros, en el Art. 77 de nuestro Código Civil y Comercial de la Nación, que
analizaremos más adelante. Esto significa que la persona puede constituir su domicilio,
y trasladarlo al lugar que considere conveniente a sus posibilidades (LIBRE
MUTABILIDAD). Sin embargo esta característica no es absoluta, por ejemplo para el
caso de funcionarios públicos a los cuales se les impone la residencia efectiva dentro de
un determinado territorio; así como el supuesto contemplado en el Art. 73 del C.C.C.
que contempla al domicilio legal, que es independiente de la voluntad del sujeto, ya que
la ley lo determina sin admitir prueba en contrario.-

Clasificación:
Enseña Rivera que en principio existen dos categorías fundamentales de
domicilio : el llamado domicilio “político” que refiere la vinculación de la persona con
un ente político, exigida por la ley desde el punto de vista del Derecho Público para el
ejercicio de sus derechos derivados de la ciudadanía, y por otro lado, el domicilio civil
que presenta dos sub-categorías: Por un lado, el llamado domicilio general u ordinario
que tiene eficacia para la generalidad de las relaciones jurídicas de una persona en el
ámbito civil y es considerado “el domicilio por antonomasia” porque extiende esa
eficacia de manera indefinida y universal. (Cuando nos referimos a él, lo mencionamos
de manera simple, sin calificación alguna).
Por otro lado, en contraposición al domicilio general, encontramos el llamado
domicilio especial, que produce efectos limitados a una o varias relaciones jurídicas,
como veremos más adelante. Este domicilio especial comprende al domicilio
convencional o de elección (Art. 75) y el domicilio ad litem, que es el que toda persona
está obligada a constituir al intervenir en un proceso judicial, y que debe constituirse
dentro del radio del juzgado o tribunal (regulado en los Códigos de Procedimientos).
El nuevo Código Civil y Comercial clasifica al domicilio en tres categorías:
el domicilio real (art 73), legal (art. 75) y especial (art. 76). Se ha eliminado el
domicilio “de origen”, como hemos dicho, y además se ha simplificado el régimen del
domicilio general de las personas.

a) DOMICILIO REAL:
En nuevo C.C.C. establece dos supuestos en su art. 73:
- Es el lugar en que la persona humana tiene su residencia habitual
- Si ejerce actividad profesional o económica, tendrá su domicilio real donde
la desempeña, para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de esa
actividad.
En el primer supuesto, se exige la “residencia habitual” de la persona en un lugar
determinado, como elemento material que determina su domicilio real: así por ejemplo,
el hecho de residir habitual y permanentemente en San Juan, determina que ése es su
domicilio real. La idea de permanencia o habitualidad de la residencia, tipifica al
domicilio real y lo distingue de la “residencia” y de la simple “habitación”.
La simple residencia es un lugar donde una persona habita con cierto grado de
estabilidad sin llegar a ser permanente o habitual, es decir con carácter
temporario. Por lo tanto, no alcanza para constituir su domicilio real, ya que carece de
la cualidad de permanencia. Por ejemplo, quien vive habitualmente en Buenos Aires
tiene allí su domicilio, y si pasa sus vacaciones de verano en Mar del Plata, tiene allí su
residencia en ese período (Rivera). En algunos casos, la residencia temporal puede ser
constitutiva del domicilio (por ejemplo, cuando la propia ley se encarga de determinar el
domicilio de algunas personas en el lugar de residencia, como veremos al estudiar el
domicilio legal).
Por su parte, la habitación es el lugar donde una persona se encuentra
accidentalmente o momentáneamente, por ejemplo, el hotel donde se aloja el viajero,
para seguir camino al otro día (Rivera). Es el mero hecho de encontrarse en un lugar de
manera transitoria. En el nuevo C.C.C. se ha suprimido la “habitación”, (que sí estaba
contemplada en el art. 92 del anterior Código).
Vale decir que una persona puede tener diferentes tipos de residencia
(temporaria, transitoria, etc), pero solo se constituye en domicilio en sentido
jurídico, la que es habitual. (salvo las excepciones previstas legalmente).
En el segundo supuesto del art. 73 que estudiamos, se trata del domicilio real al solo
efecto de dar cumplimiento a las obligaciones que surgen de la actividad económica o
profesión principal.

Unidad y pluralidad de domicilios:


Vélez Sarsfield receptó en el Código Civil el principio de la unidad del
domicilio, que establece que “Ninguna persona puede tener más de un domicilio
general”. Esto surge de la lectura de los Arts. 89, 93 y 94, de manera que, en los casos
de residencia alternativa en diferentes lugares, debía atenderse a uno u otro lugar (el de
residencia de la familia o el del establecimiento principal de sus negocios), y en caso de
disociación, lo que determinaba el domicilio de una persona, era el lugar de su
residencia y de su familia.
Como hemos visto, el nuevo código, en el art. 73, se aparta del principio de
“unidad de domicilio” adoptado en el anterior Código derogado. Ya la doctrina
criticaba este principio de unidad, por entender que en la realidad social, una persona
podría tener el asiento de su residencia y de sus negocios en diferentes lugares (Por
ej. vivir en Córdoba y poseer una bodega en San Juan y un consultorio en Río Cuarto;
en este caso los diferentes domicilios son considerados en la categoría de domicilios
reales en la actualidad, cada uno en su respectiva órbita, vale decir para el
cumplimiento de obligaciones que surgen de cada actividad).
Es decir que en el nuevo código, el domicilio es el lugar donde la persona reside
habitualmente (ya no se menciona a su familia), pero quien tiene actividad profesional y
económica lo tiene, además, en el lugar donde la desempeña, aunque éste último
domicilio solo surte efectos para las obligaciones nacidas de dicha actividad.

B) DOMICILIO LEGAL:

Concepto y caracteres:

En cuanto al domicilio legal, la otra especie del domicilio general de la persona,


la primera parte del artículo 74 dispone que “es el lugar que LA LEY PRESUME, sin
admitir prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para el
ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones…”.
A diferencia del domicilio real, aquí la ley toma en cuenta distintas
circunstancias ajenas a la residencia habitual o asiento principal de los negocios, para
fijar o establecer el domicilio legal, también conocido como “domicilio de derecho”.
El objetivo que se persigue al establecerse el domicilio legal es la seguridad
jurídica, seguridad que resulta de la ley, ya que comprende aquellos casos en los cuales
nuestro ordenamiento jurídico procede a determinar el domicilio de determinadas
personas, atendiendo a la situación particular en que se encuentran.
Este domicilio legal también difiere del real, en uno de sus caracteres centrales:
es forzoso. Su elección no depende de la voluntad de la persona, sino que es
impuesto o determinado por la ley, y no puede cambiarse ni fijarse en otro lugar,
mientras dure la situación jurídica de la cual depende.
Entre otros caracteres, merece resaltarse que es excepcional ya que solamente se
establece en los supuestos taxativamente fijados por la ley, y por lo tanto, su
interpretación es restrictiva.

Casos:
El artículo que analizamos continúa diciendo que “Solo la ley puede
establecerlo, y sin perjuicio de los dispuesto en normas especiales:
a) los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben
cumplir sus funciones, no siendo estas temporarias, periódicas, o de simple
comisión;
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo
están prestando.
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no
tienen domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d) las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes.”

En el inciso a) se determina el domicilio de los funcionarios públicos. Aquí el


término “funcionario público” debe entenderse en sentido amplio, abarcando a todos los
que ejercen una función o empleo público, sin importar la jerarquía o categoría que
revisten, siempre que se trate de relaciones de dependencia estable con la
administración pública, es decir con el Estado, puesto que se entiende que la persona se
encuentra en el lugar en el que desempeña sus tareas habituales.
El domicilio legal, en cambio, no se atribuye a los que desempeñan funciones
temporarias, periódicas o de simple comisión (caso de legisladores, directores de
bancos u otras instituciones oficiales cuya función tiene un término fijo; o el traslado de
un interventor federal para cumplir una función específica – simple comisión-; o el
traslado para cubrir una vacante accidental y temporaria, que no varía el domicilio legal
de tal funcionario o empleado público).
En el inciso b) se establece el domicilio de los militares en servicio activo en el
lugar en que lo están prestando, porque nuevamente aquí, se supone que ese es el lugar
donde se encuentran.
El inciso c) Aquí la ley establece el domicilio legal en el lugar de residencia
actual para los transeúntes, (es decir aquellas personas que se trasladan de un lugar a
otro sin detenerse en ninguno de ellos por diversas razones, que pueden ser de salud, o
por vivir en casas rodantes y mantenerse siempre circulando por distintos lugares del
país; vagabundos etc.); las personas de ejercicio ambulante (aquellos que por su
oficio, carecen de una residencia estable. Por ejemplo quienes trabajan en circos) y
finalmente las personas que no tienen un domicilio conocido. En estos tres casos el
legislador se ha ocupado de atribuir un domicilio a quienes no tienen un asiento
principal conocido, atendiendo al carácter de necesariedad del domicilio, en tanto
atributo de la personalidad, y también a la necesidad de localizar a estas personas en un
lugar determinado tanto para el ejercicio de sus derechos, como para el cumplimiento de
sus obligaciones.
Cabe aclarar que el concepto de residencia actual, alude a la simple presencia
de la persona en un lugar determinado.
Inciso d): “Las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus
representantes.” Son los incapaces de ejercicio, que carecen de la posibilidad de
constituir domicilio por sí mismos.
Analizando el contenido del actual art. 24 C.C.Com. (que enuncia los supuestos
de incapacidad de ejercicio), en concordancia con lo establecido en el art. 101 C.C.Com.
(que enumera a los representantes de estos incapaces de ejercicio), podemos señalar que
el código reformado intenta coordinar y compatibilizar la posibilidad de coexistencia de
diferentes figuras: el curador, el tutor y el guardador.
La ley determina el domicilio de las personas por nacer, en el de sus padres; el
de las personas menores de edad no emancipadas, en el de sus padres (y en caso de
ausencia, incapacidad, o de suspensión o privación de responsabilidad parental de
ambos padres, el de sus tutores).
Vale realizar algunas aclaraciones:
A) Respecto de la emancipación, el art. 27 establece que la celebración de matrimonio
antes de los 18 años, emancipa a la persona menor de edad. En este caso, cabe aclarar que,
conforme lo dispuesto en el art. 404, los menores de edad que hayan cumplido los 16 años,
pueden contraer matrimonio con la autorización de sus representantes (art. 645, inc. a) y, a falta
de ésta, deben recurrir a la dispensa judicial. Si no hubieren cumplido todavía los 16 años,
deben siempre contar con la previa dispensa judicial.
B) En el caso de las personas mencionadas en el inc. b) del art. 24, que no cuentan con
el grado de madurez suficiente con el alcance dispuesto en los arts. 25 a 30 del Código,
tendrán el domicilio de sus padres o, en su caso, el de sus tutores.
En este punto, cabe señalar que el Código contempla diferentes supuestos en cuanto al
ejercicio de la responsabilidad parental (término que modifica el de “patria potestad” del código
anterior). Para el caso de que los padres no convivan, puede asumir el cuidado personal del hijo
un solo progenitor o ambos (art. 649), siendo el cuidado personal unilateral, de carácter
excepcional (art. 653). A su vez, el cuidado personal compartido admite dos modalidades:
alternado e indistinto. El Código propicia el respeto de la libertad de los padres para decidir
cómo organizar la convivencia con el hijo, pero establece una pauta interpretativa establecida en
el art. 651, priorizando el cuidado personal compartido del hijo, con la modalidad indistinta,
excepto que esto no sea posible o resulte perjudicial para él. (Ver arts. 651; 656; 657). En la
modalidad compartida indistinta, el hijo reside de manera principal en el domicilio de uno
de sus progenitores, aunque ambos compartan las decisiones y labores respecto a su
cuidado.
Asimismo se prevé que para el cambio de residencia permanente en el extranjero del
hijo menor, se requiere el consentimiento expreso de ambos progenitores.
Respecto de los hijos extramatrimoniales, ver art. 641.

C) Personas con capacidad restringida (art. 31 ): Respecto de los actos que el juez
puede restringir, deberá designar los apoyos necesarios (art. 43) y si por excepción, la persona
está absolutamente imposibilitada de interactuar con su entorno y expresar su voluntad, por
cualquier medio o modo adecuado y el sistema de apoyos resulta ineficaz, el juez podrá
designarle un curador, declarándolo absolutamente incapaz. Véase el art. 140, que establece que
el curador del incapaz es tutor de los hijos menores de éste, aunque el juez puede otorgar la
guarda a otra persona, y designarla entonces tutor para cuestiones patrimoniales.

D) En el nuevo código, en la sección correspondiente al “Proceso Sucesorio”,


que instituye que el juez competente en el proceso sucesorio es el del último
domicilio del causante. Por su parte, el art 2773 establece que “son competentes para
entender en la sucesión por causa de muerte, los jueces del último domicilio del
causante o los del lugar de situación de los bienes inmuebles en el país, respecto de
éstos.”
EFECTOS del domicilio general u ordinario:

El lugar del domicilio de la persona produce importantes efectos. El domicilio


determina CUÁL ES LA LEY APLICABLE AL ESTADO Y CAPACIDAD DE LA
PERSONA EN EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO, PERO TAMBIÉN
FIJA LA COMPETENCIA JUDICIAL en numerosos casos, sin perjuicio de las
reglas especiales que traen los códigos procedimentales:
En nuestro Código Civil y Comercial el art. 78, primer párrafo, establece que “El
domicilio determina la competencia judicial en las relaciones jurídicas” (sin hacer
referencia al domicilio real ni legal). Los códigos procedimentales son los encargados
de reglamentar esta primera disposición.
El mismo artículo 78 continúa diciendo: “La elección de un domicilio produce la
prórroga de la competencia”, con lo cual se prevé el efecto principal que produce la
constitución de DOMICILIO CONTRACTUAL O DE ELECCIÓN,
CONTEMPLADO EN EL ART. 75, QUE CONSTITUYE UN DOMICILIO
ESPECIAL y será estudiado en el siguiente apartado.-.

Vamos a detenernos en algunas reglas especiales de competencia relacionadas


con el domicilio general de las personas.
El art 36 refiere al domicilio o lugar de internación del interesado para determinar
la competencia judicial en los procesos de solicitud de declaración de su incapacidad
o de restricción de su capacidad;
En los procesos de ausencia interviene el juez del domicilio del ausente (Art. 81 -
ausencia simple- y art. 87 – ausencia con presunción de fallecimiento);
El ar. 716 establece la competencia del juez del lugar donde la persona menor de
edad tiene su centro de vida, para los procesos relativos a los derechos de niños,
niñas y adolescentes referidos a responsabilidad parental, guarda, cuidado, régimen de
comunicación, alimentos, adopción y otros que deciden en forma principal o que
modifican lo resuelto en otra jurisdicción del territorio nacional. El art. 112 toma el
mismo criterio para determinar la competencia para discernir la tutela;
En los procesos de familia, se establecen las reglas de competencia en el Capítulo 3
del Título VIII – Libro II- : Art. 717: En los procesos de divorcio y nulidad del
matrimonio, es competente el juez del último domicilio conyugal o el del demandado
a elección del actor, o el de cualquiera de los cónyuges si la presentación es conjunta;
En los conflictos derivados de las uniones convivenciales, es competente el juez del
último domicilio convivencial o el del demandado a elección del actor (art. 718). En
las acciones alimentarias entre cónyuges o convivientes es competente el juez del
último domicilio conyugal o el del domicilio del beneficiario, o el del demandado, o
aquél donde deba ser cumplida la obligación alimentaria, a elección del actor (art.
719). En las acciones de filiación, excepto que el actor sea persona menor de edad o
con capacidad restringida, es competente el juez del domicilio del demandado, a
elección del actor.
El art. 2336 determina la competencia del juez del último domicilio del
causante para el proceso sucesorio, y sus conexos: por ej. petición de herencia,
nulidad de testamento, de los demás litigios que tienen lugar con motivo de la
administración y liquidación de la herencia, de la ejecución de las disposiciones
testamentarias, etc. , aclarando en el final que si el causante deja sólo un heredero, las
acciones personales de los acreedores del causante pueden dirigirse, a su opción, ante el
juez del último domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio del
heredero único.

Otros supuestos:
El domicilio del propietario determina la ley aplicable a los bienes muebles que le
pertenecen de situación no permanente (los que lleva consigo o son de uso personal)
En cuanto al cumplimiento de las obligaciones, en ausencia de pacto expreso (domicilio
convencional o contractual del art. 75), o no tratándose de un cuerpo cierto y
determinado, debe efectivizarse en el lugar del domicilio del deudor. Por su parte, este
domicilio del deudor fija la competencia del juez del concurso y quiebra.-
Las notificaciones o emplazamientos judiciales, antes de que se haya constituido un
domicilio deben ser efectuadas en el domicilio real de la persona notificada,

Domicilio ignorado:

artículo 76, “La persona cuyo domicilio no es conocido lo tiene en el lugar


donde se encuentra; y si este también se ignora en el último domicilio conocido.”
Esta es una disposición que ya está contemplada en el inciso c) del art. 74, que
establece como uno de los casos en que la ley determina el domicilio de las personas
(domicilio legal), el de su residencia actual (que es lo mismo que decir “el lugar donde
se encuentra”) con el agregado de que si éste no se puede determinar, se considera
domiciliado en el último domicilio conocido.

DOMICILIO ESPECIAL

El domicilio especial es aquel que produce sus efectos limitados a una o varias
relaciones jurídicas determinadas, a diferencia del domicilio general u ordinario que,
como hemos visto, extiende sus efectos a todas las relaciones jurídicas de la persona.
POR ELLO, ESTE ES UN DOMICILIO QUE YA NO PRESENTA EL
CARÁCTER DE “NECESARIO”, COMO SUCEDE CON EL DOMICILIO
GENERAL, QUE ES UN ATRIBUTO DE LA PERSONALIDAD.

a) Domicilio de elección o convencional:

El art. 75 contempla el domicilio de elección, o contractual o convencional, es


decir el que ha sido constituido por las partes de un contrato o convenio, y va a
producir efectos jurídicos para todas las acciones referidas a ese contrato o
convenio.
Por lo tanto, al igual que todas las convenciones establecidas en un contrato es
elegido libremente por las partes y, una vez convenido, tiene fuerza de ley para
ellas. Así se infiere de lo dispuesto en el art. 959 “Todo contrato válidamente celebrado
es obligatorio para las partes. Su contenido sólo puede ser modificado o extinguido por
acuerdo de partes o en los supuestos en que la ley lo prevé”.
Su importancia práctica radica en asegurar la posibilidad de hacer efectivas
las acciones judiciales para el caso de incumplimiento, sin necesidad de tener que
averiguar el domicilio general u ordinario de la otra parte.
Entre sus caracteres, se señala que es voluntario, convencional, puede
transmitirse a los sucesores universales y también singulares (es decir por causa de
otro contrato), vale decir que no es inalienable; es relativamente inmutable (no puede
modificarse unilateralmente, es decir que ningún contratante puede cambiarlo sin el
consentimiento del otro pero nada impide que de común acuerdo, las partes modifiquen
el domicilio contractual); es excepcional, múltiple y de interpretación restrictiva.
Debe tenerse en cuenta que este domicilio rige solo para la relación jurídica que
le sirve de causa (es decir el contrato específico en el cual ha sido designado)

Establece el Art. 75 que “Las partes de un contrato pueden elegir un


domicilio para el ejercicio de los derechos y obligaciones que de él emanan”.
Mantiene el contenido del artículo 101 del Código Civil de Vélez, utilizando la
palabra “partes” en vez de “personas”; así, su redacción hace más precisa la finalidad y
el alcance del mismo.
Las partes de un contrato no siempre coinciden con las personas que en él se
obligan. De acuerdo a lo establecido por el art. 1023 del C.C.C. son las personas que:
- otorgan un contrato a nombre propio, aunque lo hagan en interés ajeno;
- son representadas por un otorgante que actúa en su nombre e interés (por ejemplo un
mandatario);
- manifiestan la voluntad contractual (aunque sea transmitida por una agente de bolsa o
corredor).

a) Domicilio ad litem o procesal (o domicilio constituido):


Una de las cargas que se impone a todo litigante (parte en un juicio contencioso o
voluntario) es la de constituir este domicilio procesal, dentro del radio del tribunal
donde la causa se encuentra radicada, además del deber de denunciar su domicilio real.
El motivo de tal exigencia, tiene una razón práctica: permitir la realización de las
notificaciones en el domicilio de cada parte, a través de los oficiales de justicia,
notificadotes o ujieres del tribunal o juzgado, de los actos del proceso que requieran por
ley dicha notificación. Suelen realizarse citaciones o comunicaciones de resoluciones,
providencias y decretos emanados del juez o tribunal, a través de cédulas, que el oficial
de justicia hace llegar al domicilio procesal y posteriormente se incorpora al expediente
esa diligencia realizada. Algunas veces, también por exigencia legal, deben realizarse
estas notificaciones en el domicilio real de las partes.

Cambio de domicilio:

La libre mutabilidad (o cambio) es uno de los caracteres principales del


domicilio real, y es una emanación de la libertad de la persona humana.
El cambio de domicilio real, abordado en el artículo 77, conserva el contenido
del artículo 97 del Código Civil anterior, suprimiendo la última parte. Así dispone:
“Cambio de domicilio. El domicilio puede cambiarse de un lugar a otro. Esta
facultad no puede ser coartada por contrato, ni por disposición de última voluntad.
El cambio de domicilio se verifica instantáneamente por el hecho de trasladar la
residencia de un lugar a otro con ánimo de permanecer en ella.”

Se mantiene pues, en este artículo, la necesidad de que concurran ambos


elementos constitutivos del domicilio: el animus, o intención (manifestada en un
comportamiento que permita inferirla) de permanecer en un lugar determinado, y por
otra parte, el efectivo traslado de la residencia a otro lugar.
Rivera sostiene que el mero abandono de la residencia, no constituye cambio de
domicilio, si no va acompañado de la “intención” de establecerse en otro lugar (por
ejemplo trasladarse a otra ciudad para realizar un tratamiento médico o para estudiar
una carrera, no constituye por sí un cambio de domicilio); como tampoco constituye
cambio de domicilio la sola intención si no va acompañada del traslado de la residencia.
Aquí es importante destacar que la intención no se presume.
No hay en el texto, ninguna mención sobre la conservación del domicilio, como
el artículo 99 del código anterior. Lo que es considerado un acierto, porque la necesidad
del “corpus” y el “animus” para mantener el domicilio, se puede inferir, de forma
diáfana de lo establecido en el artículo 77 que estamos examinando.
El domicilio de la persona humana para el Derecho internacional privado

En los fundamentos del proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación se


justifica la incorporación de normas de derecho internacional privado en la intención de
“favorecer la coordinación entre el ordenamiento argentino y los sistemas jurídicos de
los demás Estados con los cuales se vinculan las situaciones privadas internacionales.”
Por su vital importancia se regula el domicilio de las personas humanas.
En el artículo 2613 se instituye el Domicilio y residencia habitual de la persona
humana de la siguiente manera: “A los fines del derecho internacional privado la
persona humana tiene:
a. Su domicilio, en el Estado en que reside con la intención de establecerse en
él.
b. Su residencia habitual, en el Estado en que vive y establece vínculos durables
por un tiempo prolongado.
La persona humana no puede tener varios domicilios al mismo tiempo. En caso
de no tener domicilio conocido, se considera que lo tiene donde está su residencia
habitual o en su defecto, su simple residencia.”
En cuanto al Domicilio de las personas menores de edad, el artículo 2614
prescribe que “El domicilio de las personas menores de edad se encuentra en el país del
domicilio de quienes ejercen la responsabilidad parental; si el ejercicio es plural y sus
titulares se domicilian en estados diferentes, las personas menores de edad se
consideran domiciliadas donde tienen su residencia habitual.
Sin perjuicio de lo dispuesto por convenciones internacionales, los niños y
adolescentes que han sido sustraídos o retenidos ilícitamente no adquieren domicilio en
el lugar donde permanezcan sustraídos, fuesen trasladados o retenidos ilícitamente.
Por último, el artículo 2615 contempla el Domicilio de otras personas
incapaces, y establece que “el domicilio de las personas sujetas a curatela u otro
instituto equivalente de protección es el lugar de su residencia habitual.”
Las soluciones propuestas, conforme se afirma en los fundamentos del proyecto,
“resultan familiares a la República Argentina, por plasmar consensos alcanzados en
convenciones internacionales vigentes”. Las normas referentes al domicilio de la
persona humana, cumplen los objetivos de dar soluciones sencillas y flexibles, tal como
los autores del proyecto buscaron “en atención a la complejidad intrínseca de las
controversias vinculadas a más de un derecho a fin de favorecer el equilibrio entre la
certeza y la necesidad de adaptación particular al caso”.

Bibliografía consultada:

Borda
Rivera
CC Comentado
Nieto, M. B. (2012). El domicilio [en línea]. En Análisis del proyecto de nuevo
Código Civil y Comercial 2012. Buenos Aires: El Derecho. Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/contribuciones/el-domicilio-marianieto.

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