Redactar un ensayo digital con un mínimo de trescientas palabras con el

tema: “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la

verdad dejó de ser importante”.

CUANDO se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser

importante”. Estas palabras corresponden al poeta, periodista y ensayista polaco,
Ryszard Kapuściński. La cita es acompañada de un buen fajo de billetes que se posa,
papel con papel, con las hojas de lo que parece ser un diario. “La verdad dejó de ser
importante”. Resulta indudable, atendiendo a la acuciante crisis económica en la que
se ven inmersas la mayoría de las cabeceras españolas, y en cómo éstas se comportan
atendiendo a los intereses económicos. Intereses que la ciudadanía también percibe
como responsable de la degradación de nuestra política. No hay más que leer La
Razón, como autoparodia de lo que llaman periodismo, con su condescendencia ante
el Gobierno, o atender a lo que ha ocurrido el diario que era la referencia española, El
País, que ha despedido a 129 profesionales rubricando la reducción de plantilla con un
editorial ignominioso.
PARECE que la afirmación del polaco es a veces tomada al pie de la letra. La
información es un negocio, pero tampoco nadie afirmó otra gran verdad: el
entretenimiento es mucho más rentable. Lo saben bien en Telecinco. La cadena de
Mediaset que comanda Paolo Vasile sigue manteniendo día tras día una audiencia que
realmente inquieta, atendiendo a sus números y a la clase de programación que las
cadenas de este grupo suelen emitir. Una programación cargada de y de tópicos
retrógrados. Una programación que como bien se afirma en la imagen que suele ser
muy compartida a través de tuits y publicaciones en muro, provoca que “un libro se
suicida” cada vez que se sintoniza Telecinco.