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Desde
Desde el Vatic
Vaticano
ano II, el tema
tema de los pobres
pobres ha pasado
pasado a un primer
primer
plano en la reflexión cristiana dentro de la Iglesia Católica. El debate
gira principalmente en torno a los siguientes interrogantes: ¿quiénes
pueden ser considerados actualmente pobres desde una perspectiva
bíblica? ¿En qué consiste la pobreza evangélica? ¿Qué relación existe
entre pobreza sociológica y pobreza evangélica? ¿Exige la pobreza
evangélica asumir las condiciones materiales de vida de los pobres
soci
socio
ológi
lógico
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comprometerse políticamente en su liberación? Etc.
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uras
ras
reduccionistas y antagónicas:
• la de aquellos que tienden a reducir la pobreza evangélica a su
dime
imensió
nsión
n esespi
pirritu
itual y reli
religi
gio
osa
sa,, dese
desem
mboca
cand
ndo
o en una
interpretación espiritualista de la misma, y
• la de aquellos que tienden a reducirla a su dimensión material y
política.
Nosotros vamos a tratar de poner de relieve la necesidad de superar
ambos reduccionismos y de recuperar el equilibrio y la articulación
dinámica entre ambas dimensiones.
Is. 35, 3-6: Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes.
Decid a los cobardes: Sed fuertes, no temáis; mirad a vuestro Dios, que trae
el desquite y la venganza, viene en persona y os salvará. Se despegarán los
ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como ciervo el cojo, la
lengua del mudo cantará; brotará agua en el desierto, torrentes en la estepa.
Is. 49, 9-13: … para decir a los cautivos: Salid; a los que están en tinieblas:
Venid a la luz; aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las
dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el viento ardiente ni el
sol; porque los conduce el que los compadece y los guía a manantiales de
agua. Convertiré mis montes en caminos y mis calzadas se nivelarán. Mirad,
unos vienen de un país remoto; mirad, otros del norte y del occidente, y
aquellos del país de Siene. Exulta, cielo; alégrate, tierra; rompen en
aclamaciones, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se
compadece de los desamparados.
Is. 58, 6-10: El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas,
hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper
todos los cepos; compartir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres
sin techo, vestir al que ves desnudo y no despreocuparte de tu hermano.
Entonces brillará tu luz como la aurora, tus heridas sanarán rápidamente; tu
justicia te abrirá camino, detrás irá la gloria del Señor. Entonces llamarás al
Señor, y te responderá; pedirás auxilio, y te dirá: Aquí estoy. Si destierras de
ti los cepos, y el señalar con el dedo, y la maledicencia; si das tu pan al
hambriento y sacias el estómago del indigente, surgirá tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad se volverá mediodía.
Is. 61, 1-3: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha
ungido. Me ha enviado para dar una buena noticia a los que sufren, para
vendar los corazones desgarrados, para proclamar la liberación a los cautivos
y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor, el
día del desquite de nuestro Dios; para consolar a los afligidos; para cambiar
su ceniza en corona, su luto en perfume de fiesta, su abatimiento en traje de
gala. Los llamarán Robles del Justo, plantados por el Señor, para su gloria.
Salmo 146,
¡Aleluya! que mantiene su fidelidad
Alaba, alma mía, al Señor; perpetuamente,
alabaré al Señor mientras viva, que hace justicia a los oprimidos;
tañeré para mi Dios mientras que da pan a los hambrientos.
exista. El Señor libera a los cautivos.
No confiéis en los nobles, El Señor da vista a los ciegos,
en un hombre que no puede el Señor endereza a los que se
salvarse: doblan,
sale su aliento y él vuelve al polvo, el Señor ama a los honrados,
ese día perecen sus planes. el Señor guarda a los inmigrantes;
Dichoso a quien auxilia el Dios de sustenta al huérfano y a la viuda
Jacob, y trastorna el camino de los
su esperanza es el Señor su Dios, malvados.
que hizo el cielo y la tierra, El Señor reina eternamente, tu
el mar y cuanto hay en ellos; Dios,
Sión, de edad en edad. Aleluya.
Estas listas han influido en las enumeraciones de pobres que
encontramos en los Evangelios:
Lc 4,16-23: Fue a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre
entró un sábado en la sinagoga y se puso en pie para hacer la lectura. Le
entregaron el libro del profeta Isaías. Lo abrió y dio con el texto que dice: El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la
Buena Noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a los
cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para
proclamar el año de gracia del Señor. Lo cerró, se lo entregó al empleado y se
sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Él empezó diciéndoles:
II. LOS POBRES DE YAHVÉ.
La defensa que hicieron los profetas de los pobres en nombre de Yahvé
frente a los reyes, los príncipes y los funcionarios reales, frente a los
sacerdotes, los jueces y los falsos profetas y frente a los ricos y
poderosos, criticando duramente la "baalización" de Yahvé (=reducción
de Yahvé al papel de los "Baales", divinidades de fecundidad) y el culto
realizado al margen de la justicia, suscitaron e impulsaron el espíritu
religioso de los pobres sociológicos, que desembocó durante el
destierro y la primera etapa post-exílica en el movimiento de los
famosos "pobres de Yahvé".
2.1.- La nueva reflexión teológica desde los pobres.
El destierro babilónico (587 a 538 antes de Cristo) convirtió al pueblo
elegido en un pueblo de pobres sociológicos: deportados a Babilonia,
fueron condenados a trabajos forzados, esclavizados y despojados de
sus instituciones políticas y religiosas. En Babilonia eran perseguidos y
encarcelados, aplastados y humillados. Paradójicamente, el destierro
fue el suelo fecundo donde brotó pujante el resurgimiento religioso de
Israel.
Los profetas, continuadores Isaías, del movimiento deuteronómico y de
Jeremías (Baruc, Ezequiel y los autores del Deutero-Isaías y del Trito-
Isaías) pusieron en marcha una nueva reflexi6n teológica sobre los
pobres y sobre la pobreza, que culminará en Jesús de Nazaret. Los
Profetas que actuaron durante el exilio se comprometían a fondo en la
liberación de los israelitas. Actuaban clandestinamente y algunos
llegaron a conspirar con Ciro en contra de los babilonios. Cuando eran
descubiertos, eran perseguidos y encarcelados. A veces, eran
denunciados por sus compatriotas. En sus mensajes de liberaci6n, los
pobres pasan al primer plano como destinatarios privilegiados del
futuro reino de Dios, que les traerá la liberaci6n total y la justicia plena.
parece que varios de los mensajes de liberaci6n contenidos en el
DeuteroIsaías y en el Trito- Isaías circularon clandestinamente, escritos
en tablillas de barro, como actualmente circulan las octavillas
clandestinas. A partir de la vida de Jeremías y de la vida de estos
profetas, se perfila la figura del Siervo de Yahvé (Is 53) y del Mesías de
los pobres (Is 61, 1-3: El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por
cuanto que me ha ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me
ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la
liberación, y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia de Yahveh,
día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para
alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará robles de justicia,
plantación de Yahveh para manifestar su gloria). y Lc 4, 16-23 (Vino a
Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el
día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen
del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba
escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a
los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los
cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y
proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al
ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban Nos en él.
Comenzó, pues, a decirles: ”Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha
cumplido hoy” y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las
palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: “¿No es éste el hijo
de José? »” El les dijo: “Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate
a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo
también aquí en tu patria”).