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Michael T.

Taussig

El diablo y el fe tichismo de la
mercancía en Sudamérica

NUEVA IMAGEN
ÍNDICE

Prefacio 11

Parte I
El fetichismo: el tropo maestro

1. El fetichismo y la deconstrucción dialéctica 17


2. El diablo y el fetichismo de la mercancía 30

Parte II
Las plantaciones del Valle del Cauca en Colombia

3. La religión esclava y el surgimiento dei campesinado


libre 65
4. Dueños y cercas 10 l
5. El diablo y la cosrncgénesis del capitalismo · 129
6. La polución, la contradicción y la salvación 151
7. El bautismo del dinero y el secreto del capital 168
..! Parte UI
Las minas de estaño bolivianas

8.El diablo en las minas 187


9.La adoración de la naturaleza 201
l O.El problema del mal 218
11. La iconografía de la naturaleza y de la conquista 233
12. La transformación de la minería y la mitología
minera 253
13. Ritos de producción campesinos 271
14. La magia minera: la mediación del fetichismo
de la mercancía 28 l

Conclusión 238

j B ibliografia 293

9
1
1

j
i
PREFACIO

Mi objetivo en este libro es poner de relieve la importancia social


del diablo en el folclor de los trabajadores contemporáneos de
las plantaciones y las minas en América del Sur. El diablo es un
símbolo estupendamente adecuado de la alienación que experi­
mentan los campesinos, cuando pasan a las filas del proletariado,
y es sobre todo en los términos de esa experiencia donde fundo
mi interpretación. El contexto histórico y etnográfico me lleva a
preguntarme: ¿ Cüál es la relación entre la imagen del diablo y el
desarrollo capitalista", ¿cuáles las contradicciones de la expe­
riencia social en las que interviene el fetiche del espíritu del mal?,
¿hay una estructura de conexiones entre el poder redentor del
anticristo y el poder analítico del marxismo?
Para responder a estas preguntas he tratado de sacar a la luz
la historia social del diablo desde la conquista española, en dos
áreas de intenso desarrollo capitalista: las plantaciones de azúcar
del occidente de Colombia y las minas de estaño de Bolivia. Un
resultado de esta investigación (que aparece con.mayor claridad
··~
, en las minas pero que es igualmente pertinente para las planta­
ciones) es que el diablo simboliza algunos rasgos importantes de
la historia política y económica. E:; virtualmente imposible se­
parar la historia social de este símbolo de la codificación simbó­
lica de la historia que lo crea.
El diablo fue traído al Nuevo Mundo por el imperialismo
europeo, y aquí se mezcló con las deidades paganas y con los
sistemas metafísicos representados por esas deidades. Y sin
embargo, eran tan distintos de los europeos come distintos eran
los sistemas socioeconómicos indígenas. Bajo estas circunstan­
cias, la imagen del diablo y la mitología de la redención llegaron
para mediar entre las tensiones dialécticas corporizadas en la
conquista, y la historia del imperialismo.
Tanto en las plantaciones como en las minas, el papel del
diablo en el folclor y los rituales asociados con la producción
proletaria es marcadamente diferente del que existe en las áreas

ll
12 MICHA.EL T. TAUSSIG PREFACIO 13

campesinas vecinas. En ambas regiones el proletariado salió del producción. El hecho de plasmar el mal en un fetiche con la
campesinado local, cuya experiencia del consumismo y cuya imagen del diablo es una imagen que mediatiza el concepto entre
interpretación de la proletarización están sumamente influidas los modos precapitalistas y capitalistas de objetivar la condición
por sus perspectivas precapitalistas de la economía. Dentro del humana.
proceso de proletarizacíón, el diablo surge como una figura La Parte I de este libro tiene que ver con la historia social de
poderosa y compleja, que mediatiza maneras opuestas de valorar los esclavos africanos y sus descendientes en las plantaciones
la importancia humana de la economía. azucareras del occidente de Colombia. Junto con mi compañera"
En las culturas occidentales y sudamericanas existe una mi­ y colaboradora Anna Rubbo, pasé casi cuatro años en esa área y
tología abundante relacionada con el hombre que se aparta de la sus alrededores. Trabajamos sobre todo como antropólogos, y
comunidad para vender su alma al diablo a cambio de riquezas, . nos vimos involucrados en la organización política de los cam­
que no sólo no son de utilidad, sino que son precursoras de pesinos militantes, que floreció allí a principios de la década de
desesperación, destrucción y muerte. ¿Qué es lo que simboliza ·····.j.
.•·.' ­ 1970. Tal experiencia y la información etnográfica que pudimos
este contrato con el diablo? ¿La antiquísima lucha entre el bien ·] reunir en todo ese tiempo, constituyen la base de la primera mitad
y el mal? ¿La inocencia de la pobreza y la maldad de la riqueza? "if de este trabajo. Sin la ayuda de Anna y la colaboración activa de
­~
Más que todo esto, el legendario contrato con el diablo es una ­1 los campesinos y jornaleros involucrados en esa lucha, este libro
.~~
denuncia de un sistema económico que obliga a los hombres a ;~ no se hubiera podido escribir. Gran parte de! Capítulo 3 ya

l
trocar sus almas por los poderes destructivos de los artículos de apareció previamente eti Marxist Perspectives (verano de 1979),
consumo. De la plétora de sus significados, interrelacionados y y el Capítulo 6 contiene buena parte de un artículo que publiqué
con frecuencia contradictorios, el contrato diabólico es notable en Comparative Studies in Society and History (abril de 1977).
en este aspecto: el alma del hombre no se puede comprar ni ·:.·.j La Parte II trata de la importancia del diablo en las minas de
vender, pero, en determinadas condiciones históricas, la huma­ ·;~ estaño de Bolivia, y aquí tuve que apoyarme fuertemente en los
nidad se ve amenazada por esta forma de trueque corno un medio escritos de otros. Me fueron especialmente importantes los va­
de subsistencia. Al hacer un recuento de esta fábula de! ~iablo, liosos trabajos de June Nash, Juan Rejas, John Earls, José María
el hombre justo enfrenta la lucha del bien y del mal en términos Arguedas, Joseph Bastien y Weston La Barre, quienes están
que simbolizan algunas de las contradicciones más agudas de las citados en la Bibliografía. Tengo una deuda de gratitud con ellos
economías de mercado. El individuo queda dislocado de la y con muchos otros, a los que me referiré progresivamente en las
comunidad. La riqueza existe paralelamente a una pobreza aplas­ páginas siguientes.
tante. Las leyes económicas triunfan sobre las de orden ético. El Quiero expresar mi agradecimiento a las siguientes institu­
objetivo de la economía es la producción, no el hombre, y los ciones, que desde 1970 financiaron mi trabajo de campo en el
artículos de consumo gobiernan a sus creadores. occidente de Colombia: la Universidad de Londres, el Programa
Hace mucho que el diablo se borró de la conciencia del mundo de Becas para Áreas Extranjeras, la Fundación Wenner­Gren, la
occidental; no obstante, los problemas simbolizados en un con­ Fundación Nacional de Ciencias y la Escuela Rackharn de Estu­
trato con él siguen siendo tan conmovedores como siempre, no dios para Graduados de la Universidad de Michigan, en Ann
importa cuánto hayan sido oscurecidos por un tipo nuevo de Arbor. Deseo dar especialmente las gracias a David Perry, de la
fetichismo donde los articulos de consumo aparecen como su Universidad de Carolina del Norte, por su meticuloso trabajo de
propia fuente de valor. Es contra esta ofuscación, el fetichismo edición.
de la mercancía, que se dirigen tanto este libro como las creencias
diabólicas. El concepto de fetichismo de la mercancía, según lo
adelantara Karl Marx en El capital, es básico para mi decons­
trucción del espíritu del mal en las relaciones capitalistas de ' En español en el original.
Y el Seiior dijo a Satanás: "¿De dónde vienes Parte I
tú?" Y Satanás contestó al Señor diciendo: "De
haber recorrido la Tierra v de haber caminado
mucho por ella". ·
EL FETICHISMO: EL TROPO MAESTRO
JOB 2:2

El hecho de articular el pasado históricamente, De manera que, coma· ia metafísica racional


110 significa reconocerlo "como era en reali­ enseña que el hombre puede ser todas l~ c'?sas
dad" (Ranke). Significa aferrarse a un recuerdo si las llega a comprender, esta metafísica ima­
cuando éste centellea en un momento de peli­ ginativa muestra que el hombre puede ser todas
gro. El materialismo histórico desea retener esa las cosas en tanto v cuanto no las comprenda;
idea del pasado que inesperadamente se le apa­ y quizás la proposición última sea más cierta
rece al hombre, recogida por la historia en un que la primera, puesto que cuan_do el hombre
momento de peligro. El peligro afecta tanto al entiende, expande Sil mente e.!ncorpora las
contenido de la tradición como a sus recepto­ cosas, pero cuando no compren.d;. ~a<:f las co­
res. La misma amenaza pende sobre ambos: la sas de sí mismo y se convierte en ellas, trans­
de transformarse en una herramienta de las formándose a sí mismo en ellas"
clases dominantes. En cada era debe renovarse
el intento de alejar a la tradición del conformis­ GIAMUATIJST,·\ Vico, La ciencia nueva
mo que está a punto de ahogarla. El Mesías
llega no sólo como redentor, sino como sojuz­
gador del Anticristo. Unicamente tendrá el don
de relegar al pasado fa chispa de la esperanza,
aquel historiador que esté firmemente conven­
cido que 11i siquieralos muertos estarán a salvo
del enemigo, si es que vence. Y este enemigo no
Iza hecho más que salir airoso.

"Tesis sobre la filosofía de la historia"


WALTER BENJt\MIN

De esta forma, la antigua concepcián dentro de·


la cual siempre aparece el hombre (1w importa
lo mezquinamente loca lista, religiosa o política
que sea la definición) como el objetivo de la ,l
produccion, parece mucho más exaltada que el ·~
mundo moderno, donde la producción es el fin
del hombre y la riqueza el objetivo de la pro·
duccián. J

Formaciones económicas prccapitalistas


l
KAl(L MARX 1
,!

J
J
l. EL FETICHISMO Y LA DECONSTRUCCIÓN
DIALÉCTICA

Este libro intenta interpretar Jo que son para nosotros, en el


mundo industrializado, las ideas exóticas de algunas personas
del medio rural de Colombia y Bolivia sobre el significado de
las relaciones capitalistas de producción e intercambio alas que
se ven empujados todos los días. Estos campesinos consideran
como vívidarnente antinaturales, e incluso como maldades, co­
sas que casi todos nosotros, en sociedades basadas en los artícu­
los de consumo, hemos llegado a aceptar como naturales en el.
movimiento económico cotidiano, y por]o tanto en el mundo en
general. Esta representación aparece únicamente cuando se los
proletariza, y se refiere solamente al tipo de vida que se organiza
a partir de las relaciones capiralistag de producción. Ni aparece
ni se refiere a la forma de vida de los campesinos.
Todo trabajo de interpretación incluye elementos de incerti­
dumbre y debe dejar de lado la intelectualidad. Porque, ¿cuál
. ­•~ verdad es la que se despliega con la interpretación propia? ¿No
'I
es en el fondo únicamente una intrusión entre lo qut:: no es
familiar y lo que sí lo es? Evidentemente, ésta es Ja práctica más
honesta y quizás más grandiosa del intérprete; sin embargo, al
enfrentarnos con sus implicaciones, concluimos que la interpre­
tación de lo poco conocido en términos cotidianos, impugna a lo
que de por sí es familiar. La verdad de la interpretación yace en
su estructura intelectual de contrastes, y su realidad es esencial­
mente autocrítica.
De esta forma, aunque este trabajo se centra en las reacciones
culturales del campesinado frente al capitalismo industrial, es
también, e inevitablemente, un intento esotérico de iluminar de
manera crítica las formas en que aquellos de nosotros, acostum­
brados hace mucho a la cultura capitalista, llegamos a un punto
donde esta familiaridad nos persuade de que nuestra forma
cultural no es histórica, no es social, no es humana, sino natural,
"cosificada" y física. En otras palabras, es un intento que nos fue

17
18 MICHAEL T. TAUSSIG EL FETICHISMO Y LA DECONSTRUCCIÓN DIALÉCTICA 19

impuesto ante la confrontación con las culturas precapitalistas, específica de personas organizativas referidas unas a las otras y
para explicar la objetividad quimérica con la cual la cultura a la naturaleza. Yo tomo este proceso como un paradigma del
capitalista oculta sus creaciones culturales. proceso de hacer un objeto en una sociedad capitalista industrial:
El tiempo, el espacio, la materia, la causa, la relación, la específicamente, conceptos tales como et tiempo de trabajo,
naturaleza humana y la sociedad misma, son productos sociales están abstraídos del contexto social y aparecen como cosas
creados por el hombre, al igual que lo son los distintos tipos de reales.
herramientas, sistemas de cultivo, vestimentas, casas, monu­ Necesariamente,una sociedad basada en el consumo produce
mentos, idiomas, mitos y demás, que el género humano ha tal objetividad oculta, y al hacerlo, oscurece sus raíces: las
producido desde los albores de la existencia. Pero para sus relaciones entre la gente. Esto termina por ser una paradoja
participantes, todas las culturas tienden a representar estas cate­ instituida socialmente con manifestaciones que lo dejan a uno
gorías no como si fueran productos sociales, sino más bien como perplejo, siendo la principal de ellas la negación por parte de los
objetos elementales e inmutables. Tan pronto como se definen miembros de la sociedad, de la construcción social de la realidad.
tales categorías como productos naturales y no sociales, la mis­ Otra manifestaciónes la actitud esquizoide con la que los miem­
ma epistemología actúa para ocultar la comprensión del orden bros de una sociedad de este tipo enfrentan necesaeiamente los.
social. Nuestra experiencia, nuestro entendimiento, nuestras ex­ objetos ocultos que así se abstrajeron de la vida ~ocia!, actitud
plicaciones, sirven simplemente para ratificar las convenciones que muestra ser profundamente mística. Por un lado, estas abs­
que sustenta nuestro sentido de la realidad, a menos que enten­ tracciones se atesoran como objetos reales afines a cosas inertes,
darnos hasta qué punto los "ladrillos" básicos de nuestra expe­ mientras que por el otro, se les considera como entidades anima­
riencia y de la realidad que tenemos incorporada, no son natura­ das con una fuerza vital propia, semejantes a espíritus o a dioses.
les sino construcciones sociales. Desde que estas "cosas" perdieron su conexión original con la
En la cultura capitalista, esta ceguera frente a la base social vida social, paradójicamente apa.recen como entidades tanto
de las categorías esenciales, hace que la lectura social de cosas inertes como animadas. Si fo prueba de una inteligencia superior
supuestamente naturales resulte altamente sorprendente. Esto se radica en la capacidad de tener dos ideas opuestas al mismo
debe al carácter peculiar de las abstracciones relacionadas con tiempo, reteniendo sin embargo la capacidad de funcionar, en­
la organización de mercado de los asuntos humanos: las cuali­ tonces se puede decir que la mente moderna ha pasado la prueba.
dades esenciales de los seres humanos y sus productos, pasan a Pero éste es un testimonio de la cultura, no de la mente. E.E.
convertirse en mercancías, en cosas que se compran y se venden Evans­Pritchard nos da una versión de la categoría del tiempo
en el mercado. Como ejemplo, hay que tomar el trabajo, y la en un pueblo cuya sociedad no está organizada con base en la
cantidad de tiempo que se trabaja; para que opere nuestro sistema producción de artículos de consumo y al intercambio entre
de producción industrial, las capacidades productivas de la gente mercados: se trata de los nuer del Alto Nilo.
y sus recursos naturales deber, organizarse en mercados y deben
racionalizarse según los cálculos de costos: la unidad de produc­ Si bien hablé del tiempo y de las unidades de tiempo, los Nuer no
ción y la vida humana se rompen en subcornponentes cuantifi­ tienen ninguna expresión equivalente a "tiempo" en nuestro idioma,
cables más y más pequeños. El trabajo y la actividad de la vida y por lo tanto, no pueden, corno nosotros, hablar del tiempo como si
misma, pasan entonces a ser algo separado de la vida que se fuera algo tangible, que pasa, que se puede perder, se puede ahorrar
abstrae en una mercancía del tiempo de trabajo, que se puede y demás. No creo que experimenten la misma sensación de ir contra
comprar y vender en el mercado de trabajo. Esta mercancía el tiempo o de tener que coordinar actividades que insuman un paso
parece ser sustancial y real. Ya no una abstracción: parece ser abstracto del tiempo, porque sus puntos de referencia son sobre todo
algo natural e inmutable, aunque no se trata más que de una las actividades mismas, que por lo general son de carácter despreo­
convención u una construcción social que surge de una forma cupado. Los hechos siguen un orden lógico pero no están controlados
20 EL FETICHISMOY LA DECONSTRUCCIÓNDIALÉCTICA 21
MICHAELT. TAUSSIG

por un sistema abstracto,no habiendo.entonces puntos de referencia la curiosa sabiduría folclórica en términos de fabulaciones y
autónomos a los que las actividadesdeban atenerse con precisión. supersticiones. Al mismo tiempo, nos sensibilizamos al carácter
Los Nuer son afortunados(1940: 103). · supersticioso e ideológico de los mitos centrales y de las catego­
rías de nuestra propia cultura, que otorgan. un significado tanto
Para esta gente, el tiempo no se abstrae de la trama de las a nuestros productos intelectuales como a nuestra vida cotidiana.
actividades de la vida, sino que está imbuido en ellas. No se trata Y es con la incomodidad que dicha sensibilidad engendra, que
~el tiempo que marca el reloj sino de lo que podríamos llamar nos vemos forzados a tomar conciencia del lugar común y de lo
tiempo humano: el tiempo es igual a relaciones sociales. Sin que entendemos como natural. No tenemos otra salida que dejar
embargo, de acuerdo con lo que ilustra Evans­Pritchard, ab~trae­ de lado el velo de naturalidad que tendimos como un paño
m~s y damos realidad al tiempo. De acuerdo con Jo que pone de mortuorio sobre el proceso de desarrollo social, oscureciendo
relieve E.P. Tho.mpson, usando el mismo ejemplo, para nosotros precisamente el rasgo que lo distingue del proceso de desarrollo
es una abstracción pero también es una sustancia: pasa, se le natural: el compromiso de la conciencia humana. De esta forma
puede desaprovechar, se le puede ahorrar, etcétera (1967). Lo nos vemos empujados a desafiar la normalidad dada a nuestra
que es más, está animado: es así que hablamos de ir contra él. El modelada sociedad en los dominios de la naturaleza. Ésa es
tiempo se· transforma en una cosa abstraída. de· las relaciones nuestra práctica. · · ·
sociales por el carácter específico de ellas, y también se trans­ Mi motivación para escribir nace tanto de los efectos de
forma en una sustancia animada. Esto lo tomo como. una. ilustra­ cuatro años de trabajo de campo, corno de haberme visto invo­
ción particular del fetichismo del consumo, según el ~ua! !os lucrado en la vida del sudoeste de Colombia desde principios de
productos de la interrelación de las personas ya no se ven como la década de 1970, y de mi creencia que la traducción de la
tales, sino ~orno ~osas .que están por encima, que controlan, y historia condicionada socialmente y de la calidad humana de las
que en algun sentido vital, hasta pueden producir personas. La relaciones sociales en hechos de la naturaleza, desensibiliza a la
tar~a. q.ue nos espera es la de liberarnos del fetichismo y la sociedad y la despoja de todo lo que es esencialmente crítico de
objetividad oculta con que la sociedad se oscurece a sí misma su forma interna, Aun así, esta traducción es ubicua en la
para. ponern~s ,_en contacto .con el é~er de. la nat~ralidad qu~ sociedad moderna y en ningún lado resulta más notable que en
confunde y disfraza las relaciones sociales. La apariencia "natu­ las "ciencias sociales", donde el modelo de las ciencias naturales
ral" de tales cosas debe ser expuesta como un producto social se ha transformado en un reflejo natural, desplegado a nivel
que puede determinar por sí mismo la realidad; así, la sociedad institucional como la estrategia rectora para comprender la vida
puede llegar a ser el cerebro de su propia inmolación. social, aunque finalmente sólo consigue petrificarla. Mi tarea,
En ot~a~ palabras, en lugar de plantear la típica pregunta por lo tanto, consiste en impugnar este despliegue, comunicando
antropológica de por qué la gente de una cultura diferente algo del "sentimiento" de experiencia social que oscurece el
responde como lo hace, en este caso frente al desarrollo del paradigma de las ciencias sociales y, al hacerlo, construir una
capitalismo, debemos preguntar acerca de la realidad relaciona­ crítica que se dirija contra la petrificación de la vida social,
da con nuestra sociedad. Porque es ésta la pregunta que nos originada por las doctrinas positivistas, a las que considero
imponen con sus reacciones fantásticas ante nuestra realidad reflexiones nada críticas de la apariencia disfrazada de la socie­
nada .r~ntástica, si_ es que tenemos el buen sentido de prestar dad.
atencion. Al transtormar de esta manera la pregunta, posibilita­ Enfrentado con este modo de comprensión moderno, resulta
mos que los inf'.Jrmantes de los antropólogos gocen del privilegio demasiado fácil deslizarse a otras formas de idealismo, lo mismo
de ~xphcar y divulgar sus propias críticas contra las fuerzas que que a nostalgias no críticas por los tiempos pasados, cuando las
están afectando a su sociedad ­fuerzas que emanan de las nues­ relaciones humanas no se consideraban relaciones­objeto, suje­
tras. Al dar este único paso nos libramos de la actitud que define tas a estrategias de mercado. Porque la etnografía con la que trato
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corresponde en gran medida a lo que se llama "sociedades interpretación temprana de la epistemología marxista de­ Sidney
precapítatístas", estos peligros se transforman en problemas Hook:
acuciantes; porque tales formaciones sociales seducen con faci­
lidad, y precis~mente de esta forma problemática, a la mente Lo que se ve en la percepción depende tanto del que lo percibe como
entren~da y pulida por las instituciones capitalistas. Puesto con­ de las causas antecedentes de la percepción. Y puesto que la mente
tra las imágenes bajo las que se presenta la sociedad capitalista toma conocimiento de un mundo que ya tiene un largo desarrollo
la ~ida precapírsusra puede atraer (o asustar), como resultado d~ ··histórico, lo que ve, su reacción selectiva, el alcance y forma de su
su idealismo aparente y el encantamiento de su universo por los atención, debe explicarse no sólo como hechos físicos o biológicos,
espírit~s y fantasmas que muestran el curso del mundo y su sino también como hechos sociales (1933: 89).
redención. Lo que es más, las sociedades precapttalístas adquie­
ren la ca~ga de tener que satisfacer nuestras añoranzas alienadas Obviamente, es el carácter peculiar y específico de las rela­
por una Epoca Dorada perdida. ciones sociales en una sociedad de mercado lo que propició, si
Frente_~ los paradig~as explicativos insatisfactorios y sin no la ceguera, sí la insensibilidad ante esta posición, de manera
~­uda pclítícamente motivados que fueron insinuados en las que el alcance y la forma de la atención de la mente se explicaran
fibras mentales de la sociedad capitalista moderna ­su materia­ únicamente como factores físicos o biológicos, y no sociáles. En
¡
1
lismo l'.1ecánico y ~us formas alienadas de religión y nostalgia­, otras palabras, el factor social trabaja en nuestro consciente para
cu_alqu1er estrate~1a en contrario disponible para el esclarecí­ negarse a sí mismo y para consumirse en _lo físico y fo biológico.
:n1ento de la realidad, ¿no responde de alguna forma sutil a sus En el trabajo antropológico de Franz Boas, eacontrarnos m:ís
ideas r~ctoras, sus pasiones dominantes y a su propio encanta­ apoyo para el concepto de cultura que yó pretendo usar. Al hacer
j
miento~ Como Y? lo veo, esta pregunta es al mismo tiempo el elogio de uno de los primeros escritos de Boas, George W.
ne~e~ana y utópica. Es esencial plantear el desafío, pero es Stocking, hijo, dice que dicho escritor
utoprco creer que podemos imaginar una salida de nuestra cul­
~ura sin actuar de una manera práctica que logre alterar su ve los fenómenos culturales en términos de la imposición.sobre el
mfrae_structura social. Por esta razón, lo que yo llamo crítica flujo de la experiencia de la significación convencional. Los ve como
negativa es todo lo que es posible, apto y exigible a nivel si estuvieran condicionados históricamente y como si se transmitie­
intelectual. Esto implica que nos adherimos a un modo de ran por medio del proceso de aprendizaje. Los ve como factores
i~te~pretación que está incesantemente consciente de sus proce­ determinantes de nuestra propias percepciones del mundo exterior
dimientos y _cat~gorías; de esta forma, nuestro pensamiento está (1968: 159).
expuesto a s1 mismo como un proceso de autocrítíca en escalada
donde la propia conciencia se establece finalmente en el reino Pero la concepción de Boas está despojada de la tensión que
de los_ fenómenos ~oncretos que iniciaron nuestro estudio y se imparte por el significado de la historia moderna, que condi­
condujera~ a sus primeras abstracciones y distorsiones empíri­ ciona el proceso de aprendizaje. No se trata solamente de que
cas. Pero s1 el modo de comprensión que aceptamos es una red nuestra percepción está históricamente condicionada, de que el
de descripciones asumidas de lo concreto que se ensancha per­ ojo se transforma en un órgano de la historia, de que las sensa­
manentemente, también debe quedar claro que, según insistiera ciones sean una forma de actividad y no simples copias carbóni­
~rednc Jameson, esta autoconciencia debe ser agudamente sen­ cas pasivas de los factores externos, sino que la historia que
sible a las raíces sociales y al historicismo de las abstracciones informa de estas actividades también informa a nuestro propio
que empleamos en cada una _de las etapas del proceso (1971). entendimiento de lo que vemos y de la historia misma. Y el
Sta autoconc1enc1a prefigura el concepto de cultura y la legado más enérgico y empalagoso de la historia que modela
teoría de la percepción que utilizo, en el mismo sentido de la nuestra experiencia, y por lo tanto nuestras herramientas concep­
EL FETICHISMO Y LA DECONSTRUCCIÓN DIALÉCTICA 25
24 MICHAEL T. TAUSSIG

tuales, son sin duda las relaciones alienadas de la persona con la de los productos sociales simboliza las relacio~es sociale~. Pues­
naturaleza, de la subjetividad con su objeto, y las relaciones que to que en una sociedad así los símbolos adquieren propiedades
están formadas por las clases sociales, por la producción de peculiares, las relaciones sociales así significadas distan mucho
mercancías y por el intercambio de mercado. Las abstracciones de ser transparentes; a menos que incluso nosotros nos demos
que pondremos a consideración sobre cualquier fenómeno con­ cuenta de que las relaciones sociales simbolizadas en las cosas
creto, reflejarán por necesidad estas relaciones alienadas, pero también están distorsionadas y ocultan en sí mismas componen­
estando al tanto de esto y de sus implicaciones, y llevándolo a tes ideológicos, todo lo que habremos logrado será la sustitución
nivel consciente, podemos elegir si es que vamos a continuar de un inzenuo materialismo mecánico por un idealismo objetivo
disfrazando las categorías irreflexivamente, como manifestacio­ igualme~te ingenuo ("análisis simbólico"), que concretiz_a los
nes de lo natural, o si las vamos a revelar en toda su intensidad símbolos en lugar de las relaciones sociales. Las relaciones
como el producto en evolución de las relaciones humanas mu­ sociales que lee el analista en los símbolos, las representaciones
tuas, aunque escondidas por su apariencia esencializada en una colectivas y los objetos que llenan· nuestra vida diaria son con
sociedad basada en la producción de artículos de consumo. frecuencia convenciones sobre las relaciones sociales y la natu­
El reconocimiento de esta elección es la primera necesidad raleza humana de que la sociedad hace alarde como su verdadera
del dialéctico sensible a la historia, que a partir de allí procederá esencia. Creo que esto es particularmente claro con Ernile Durk­
a ver la forma de escapar a la validación socialmente sellada de heim y los neodurkheimianos como Mary Douglas, quien analiza
los hechos sociales como entidades físicas y autónomas afines a los símbolos y las representaciones colectivas como emanacio­
las cosas inmutables y naturales. Marx lucha con esta paradoja nes de algo que llaman "estructura social"; concretan la estruc­
en su análisis de los bienes de consumo tanto en cuanto cosa v tura, y al hacerlo, aceptan desde un punto de vista acrítico la
como relación social, de donde deriva su concepto de fetichism~ proyección distorsionada cJe la misma sociedad. El punto es _que
de la mercancía como una crítica a la cultura capitalista: la podemos abandonar el materialismo mecánico y tomar co~c1en~
apariencia animada de las mercancías aporta un testimonio a la cia de que los hechos y las cosas de alguna manera estan ahí
apariencia cosificada de las personas, apariencias que se desva­ ­~: como signos de relaciones sociales; entonces buscamos el signi­
.¡ ...
necen una vez que queda aclarado que las definiciones de hom­ ficado de esos signos. Pero a menos que entendamos que las
bre y de sociedad están inspiradas en el mercado. En forma relaciones sociales así significadas son también signos y compo­
similar, Karl Polanyi zahiere la mentalidad de mercado y la manera nentes sociales definidos por categorías de pensamiento que
mercantil de ver el mundo bajo el concepto de ficción consumis­ también son producto de la sociedad y la historia, seguiremos
ta. Es una ficción, dice, que la tierra y el trabajo sean cosas que siendo víctimas y apologistas de la semiótica que intentamos
se producen para vender. "El trabajo no es más que otro nombre entender. Para quitarle la piel a la cualidad ficticia y disfrazada
para una actividad humana que va con la vida misma", y "tierra de nuestra realidad social, e! analista tiene la tarea mucho más
no es más que otro nombre para la naturaleza, que no está ardua de trabajar a través de la apariencia que adquieren los
producida por el hombre" (1957: 72). Sin embargo, en una fenómenos, no tanto como símbolos sino como el producto de
sociedad organizada con base en el mercado, esta ficción se hace su interacción con las categorías de pensamiento históricamente
realidad, y el sistema de nombres que Polanyi crea, pierde su producidas que les han sido impuestas. Karl Marx nos llama la
significado. En su forma de mercado, la sociedad engendra esta atención sobre este asunto cuando escribe que los signos o
realidad ficticia, y es con estas abstracciones o símbolos que nos
vemos forzados a operar y a comprender al mundo. caracteres que sellan los productos como mercancías, y cuyo esta­
Sin embargo, para triunfar sobre estas concepciones impues­ blecimiento es un acto preliminar necesario para la circulación de
tas al pensamiento por la organización mercantil de la realidad, las mismas, han adquirido la estabilidad de las formas naturales ya
no basta con estar consciente de que la apariencia esencial izada comprendidas de la vida social, antes de que el hombre busque
26 MICHAEL T. TAUSSIG EL FETICHlSMO Y LA DECONSTRUCCIÓN DIALÉCTICA 27

descifrar no ya su carácter histórico, puesto que a sus ojos son realidad nada fantástica, como parte de una crítica al modo de
.inrnutables, sino su significado (1967, l: 75). producción moderno. Sería un error destacar la cualidad exótica
de las reacciones de estos campesinos, si a causa de un acento
Al mediatizar diestramente las categorías de autovalidacíón de este tipo pasamos por alto las creencias similares y las
de su época, los economistas políticos dieron voz y voto a un condenas éticas que caracterizaron buena parte del pensamiento
sistema simbólico bajo la apariencia de un análisis económico. económico en la historia de la cultura occidental hasta fines de
El significado del valor, simbolizado por el dinero, presupuso la Edad Media, incluso quizás más allá. Desde Aristóteles, ·
para ellos la validez universal y natural de los signos y las pasando por las enseñanzas de los primeros padres cristianos
abstracciones engendrados por el mecanismo del mercado. Ellos hasta los escolásticos, se puede encontrar una hostilidad similar
presupusieron un mundo consumista, y dicha presuposición hacia la usura, la explotación y el intercambio desigual. Sin
todavía persiste como la forma natural de considerar la vida embargo, esta hostilidad se intensificó y se asoció con la creencia
social. El ojo humano, condicionado por la historia y la sociedad, en el diablo apenas a fines de la Edad Media, precisamente
supone que sus percepciones son reales; a menos que realice un cuando surgía el capitalismo.
gran esfuerzo, no puede contemplar su percepción como un Las sociedades en el umbral del desarrollo capitalista, inter­
movimiento de pensamiento que ratifique los signos por medio pretan necesariamente ese desarrollo en términos de creencias y
de los cuales la historia misma se expresa. Pero para el crítico prácticas précapitalístas; En ninguna otra parte esto es tan evi­
que pueda mantenerse fuera de este sistema de signos mutua­ dente como en las creencias folclóricas de los campesinos,
mente convincentes, la forma de dinero del mundo de las mer­ mineros, navegantes y artesanos involucrados en el proceso de
cancías es el signo que encubre las relaciones sociales escondí­ transición. Su cultura, como su trabajó, conecta orgánicamente
das en las abstracciones que la sociedad toma como fenómenos el alma con la mano, y el mundo de seres encantados que ellos
naturales. crean parece tan intensamente humano como [as relaciones que
Como las culturas de que trata este libro no están organizadas entran en sus productos materiales. La nueva experiencia de la
como mercado sino que están dominadas por éste, se nos brinda "1! producción de artículos de consumo fragmenta y desafía esa
una oportunidad para adoptar esta mismísima postura. Ciertas interrelación orgánica. Sin embargo, el significado de ese modo
realidades humanas se hacen más claras desde la periferia del de producción y de las contradicciones que ahora plantea, inevi­
sistema capitalista, facilitándonos echar a un lado la compren­ tablemente se asimila a modelos que están preestablecidos en la
sión consumista de la realidad. Marx expresó este potencial que cultura del grupo. Esos patrones cambiarán, seguramente, pero
se encuentra al alcance del antropólogo, como una fuente de gran sólo cuando la economía consumista haya creado una epistemo­
poder para desmotivar los lazos de significado que engendraran logía nueva donde el alma misma pase a ser ya sea una mercancía
la producción de artículos de consumo en las mentes de sus o un espíritu profundamente alienado y se instale el desencanto;
participantes. "Todo el misterio de las mercancías", escribió en sólo cuando el nuevo espíritu, el espíritu del capitalismo, despla­
et famoso capítulo sobre el fetichismo de la mercancía, en el cual ce a las creaciones de la imaginación que en el mundo precapi­
atacó las categorías principales de pensamiento burgués, "toda talista dan significado a la vida, cuando se asimilen las nuevas
la magia y la necromancia que rodea a los productos del trabajo "reglas del juego", las fabulaciones que engendra el consumo
en tanto que (Ornan la forma de mercancías, tan pronto como podrán estar sujetas a tipos muy diferentes de formaciones
llegamos a otras formas de producción, se desvanecen". fantasiosas. En resumen, el significado del capitalismo estará
Con la ayuda de algunas de estas "otras formas de produc­ sujeto a significados precapitalistas, y el conflicto que se exprese
ción", este libro intenta interpretar las formas capitalistas de en una confrontación de este tipo será el del hombre que sea
comprensión de la realidad social. Mi estrategia consiste en considerado como el objetivo de la producción, y no la produc­
detectar ciertas reacciones fantásticas y mágicas para nuestra ción como el objetivo del hombre.
28 MICHAEL T. TAUSSIG
EL FETICHJSMO Y LA DECONSTRUCCIÓN DIALÉCTICA 29

Si bien las percepciones que son intrínsecas a una reacción de


antropología ­"el estudio del hombre"­ no es solamen:e q~e el
este tipo parecen gastarse inevitablemente con el ti~m~o y la
estudio de otras sociedades revele en qué forma se ven lnfluidas
institucionalización progresiva de las estructuras capitalistas, y
por la nuestra, sino que al mismo tiempo tales investigaciones
el sentido común acepta eventualmente las nuevas condiciones
nos proporcionen alguna facultad crítica con q~é evaluar y
con naturalidad, ciertos cuerpos de pensamiento y enormes
comprender las suposiciones sacrosantas e inconscientes que se
movimientos sociales las mantuvieron vivas y en funcionamien­
construyen y surgen de nuestras formas sociales. Es con esta
to como una fuerza mundial crítica. El marxismo y los movi­
claridad mental que se han escrito las páginas que siguen y que
mientos marxistas revolucionarios de la era moderna, represen­
tratan de la visión del hombre y la naturaleza que nos revelan
tan la "racionalización" de la primera afrenta capitalista con la
estos pueblos rurales de América del Sur, que hoy en día expe­
expansión d~I sistema capitalista. Tawney estaba justificado en
rimentan el cambio hacía su proletarización.
este sentido cuando se refería a Marx como "el último de los
escolásticos". Al remarcar esta generalidad entre el marxismo y
la hostilidad precapitalista frente al florecimiento de la economía.
de mercado, no debemos olvidar que también comparten rasgos
epistemológicos, lo mismo que una moralidad ant~capitalíst~. y
un elogio de la ética de los productores. Esta base epistemológica
común· es pasada por alto con demasiada facilidad, precisamente
porque es este nivel de pensam.ien~oy cu1tu;a..el .que más s~ da
por sentado, aunque tenazmente afecta y guia la interpretación,
incluyendo la interpretación del marxismo mismo. .
El marxismo, como generalmente se le ha comprendido en
Occidente, se vio profundamente influido por la corriente del
pensamiento moderno a la que comúnmente se hace referencia
con el nombre de positivismo, y aún más comúnmente (aunque
más vívidarnente) como vulgar materialismo. Los conceptos
mecanicístas de ontología y epistemología, a través de los cuales
la realidad se entiende como átomos materiales que interactúan
según leyes matemáticas, han ido minando progresivamente el
ímpetu crítico del marxismo, que al principio estaba basado en
un comprensión sintética y dialéctica de la realidad según la
tradición hegeliana, bien que agudamente calificada por la idea
de que el contenido de la lógica es histórico. Si en algún momen­
to midiéramos la total significación de la hostilidad y la percep­
ción de falta de naturalidad que puede engendrar el capitalismo
entre su nueva fuerza de trabajo, habríamos de retornar a esta
tradición del método histórico y dialéctico que subraya el papel
de la conciencia en el desarrollo social, a fin de conferirle una
conciencia crítica al desarrollo social.
Si hoy en <lía hay un objetivo fundamental, recomendable
desde una óptica intelectual y moral en la misión que es la
EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA 31

tura y dolorosamente. La ganancia monetaria a corto plazo, en


las nuevas condiciones de trabajo asalariado, está más que com­
pensada con los supuestos efectos a largo plazo de esterilidad y
2. EL DIABLO Y EL FETICHISMO muerte.
DE LA MERCANCÍA De manera un tanto similar, los campesinos indios que traba­
jan como asalariados en las minas de estaño de las tierras altas
de Bolivia, han creado rituales grupales para el diablo, a quien
En dos áreas rurales de América del Sur muy separadas entre sí, consideran como el dueño verdadero de las minas y el mineral.
a medida que los campesinos cultivadores pasan a ser asalariados Se dice que hacen esto para mantener la producción, para encon­
sin tierras, invocan al diablo como parte del proceso de mantener trar ricas vetas del mineral y para reducir los accidentes (Nash,
o incrementar la producción. Sin embargo, cuando se trata de 1972; Costas Arguedas, 1961, 2: 303~304). Aunque se cree que
campesinos que trabajan su tierra según sus propias costumbres, el diablo sustenta la producción, se le· considera también como
esto no sucede. Es solamente cuando se los proletariza que el un espíritu codicioso empeñado en fa muerte y la destrucción.
diablo cobra tal trascendencia, no importa cuán pobres y necesi­ Lo mismo que en las plantaciones colombianas· de caña de
tados sean estos campesinos, ni cuán deseosos estén por aumen­ azúcar, el diablo es aquí un soporte de la producción o del
tar la producción. Mientras que la imaginería de Dios o de los aumento de ésta, pero se cree que, en última instancia, esta
espíritus de la fertilidad de la naturaleza dominan el rasgo producción destruye la vida.
distintivo del trabajo dentro del modo de producción campesino, Quiero destacar que en ambas áreas y en ambas industrias
el diablo y el mal sazonan las metafísicas del modo de produc­ existe una notable militancia política y conciencia de izquierda.
ción capitalista de estas dos regiones. Este libro es un intento de Previamente a la reciente opresión y reorganización de la fuerza
interpretación del significado y de las implicaciones de este de trabajo, un alto porcentaje de los trabajadores de las planta­
contraste estupendo. ciones del Valle del Cauca pertenecían a sindicatos agresivos y
Entre los campesinos :1.froamericanos desplazados que están diestros.Las huelgas y las ocupaciones eran. cosa común. La
empleados como asalariados en las plantaciones de caña de militancia de los mineros bolivianos es legendaria. Desde su
azúcar, de rápida expansión, ubicadas en el extremo sur del valle inicio en 1945, el sindicato de mineros viene controlando todo
tropical de! Cauca en Colombia, hay algunos que supuestamente el movimiento obrero boliviano (Klein, 1969: 19); June Nash
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hacen contratos secretos con el diablo con el fin de incrementar ,,.,": ';
dice, por ejemplo, que como resultado de las luchas políticas
su producción y, en consecuencia, su salario. Se dice que tales ;·~­~'4_¡ permanentes, los trabajadores de la mina San José constituyen
contratos tienen consecuencias perniciosas para el capital y la }JI uno de los sectores más concienzudamente politizados de la clase
vida humana. Lo que es más, se cree que es inútil gastar el salario ?::t obrera latinoamericana (1972: 223).
ganado por medio de contratos con el diablo en bienes de capital
tales como la tierra o el ganado en pie, porque estos salarios son
esencialmente infructuosos: la tierra se volverá estéril, y los
l~f
"I' INTERPRETACIONES
animales no prosperarán y morirán. De igual manera, la caña de
~~
azúcar, fuerza vital en el inventario de la plantación, también se ¿Se podrá interpretar la creencia en el diablo, con ·sus ritos
'
vuelve infructuosa: ya no crecerá caña del retoño que haya sido
.:...•:!¡····"'­­­­·.·.
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asociados, como una respuesta a la ansiedad y al deseo frustrado?


cortado por un cortador que haya formalizado un pacto con el Esta interpretación de la magia y de la religión es sumamente
diablo. Además, muchas personas dicen que el individuo que
hace el contrato, invariablemente un hombre, va a morir prerna­
·l popular y tiene un linaje prestigioso en la antropología. Amplian­
;~ do las ideas establecidas por E.E. Taylor y J.G. Frazer, Mali­
·,¡¡
nowski planteaba que la magia era una seudo ciencia, a la que se

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32 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA 33

invocaba para aliviar la ansiedad y la frustración cuando los persona, en efecto, se las está quitando a las demás. Ahora, si
vacíos de conocimiento y las limitaciones de la razón subyuga­ bien puede ser muy plausible sugerir que hay una ideología
ban a los pueblos poseedores de una cultura precientífica. Para igualitaria asociada a las creencias diabólicas, ésta no basta para
abreviar, la magia se debe explicar por su función implícita o por explicar la naturaleza específica de las creencias en cuestión. Así
su utilidad. como resulta defectuosa una explicación que reduzca estas
Sin embargo, este modo de interpretación es inaceptable creencias a una emoción corno.la ansiedad, de igual forma toda
porqµe presupone casi todo lo que necesita ser explicado: los explicación que use la función o las consecuencias nos dirá poco
motivos ricamente detallados y'la configuración precisa de los o nada sobre las metáforas y los motivos que las culturas han
detalles y significados que constituyen: las creencias y ritos en elaborado en respuesta a su nueva condición social. Para citar
cuestión. Además, distrae poderosamente la atención del.signí­ algunos problemas iniciales, podemos observar que con respecto
ficado interno de estos fenómenos. Todo esto se vuelve obvio si a los asalariados del Valle del Cauca, se dice que únicamente Jos
hacemos la siguiente pregunta sobre Ja creencia en el diablo y hombres hacen contratos con el diablo referidos a la producción.
los ritos consecuentes: ¿por qué se elige este grupo especial de ¿Qué es lo que nos puede decir la imagen del "bien limitado"
ideas, con su significado marcado y su riqueza mitológica propia, acerca de esta diferencia de sexos? Y lo que es aún más impor­
en estas circunstancias y en este tiempo, en vez de otro grupo de tante, ¿qué comprensión crítica puede otorgársele al hecho de
ideas y prácticas? Habiendo planteado esta pregunta, sugerimos que los contratos con el diablo se den únicamente cuando existen
un modo de interpretación diferente. Las creencias que nos condiciones de trabajo proletario y ·no dentro del modo de
ocupan evolucionan a partir de un conflicto en el mundo del producción campesino? En las minas de estaño de Bolivia, hien
significado, de una cultura que lucha creativamente para organi­ puede ser que los ritos del diablo ayuden a restringir la compe­
zar nuevas experiencias con una visión coherente que se vivifica tencia entre los mineros, pero ése es un tema profundamente
con implicaciones para actuar sobre el mundo. Las creencias complejo y no debería desdibujar la cuestión de que estos ritos
mágicas son reveladoras y fascinantes, no porque sean instru­ se refieren a la relación político­económica global de las clases
mentos de utilidad mal concebidos, sino porque son ecos poéti­ en conflicto y al carácter y significado del trabajo.
cos de la cadencia que guía el curso recóndito del mundo. La El punto no puede soportar una aplicación demasiado general,
magia lleva el idioma, los símbolos y la intangibilidad hasta sus pero habría de tener en cuenta que las clases de interpretaciones
límites extremos, para explorar la vida y Juego cambiar sus funcionalistas que no me terminan de satisfacer, tienen cierta
destinos. afinidad con el capitalismo y con la epistemología capitalista:
Otra explicación plausible de las creencias en el diablo es que precisamente las formas culturales contra las cuales las creencias
éstas forman parte de una ética social igualitaria que quita en el diablo parecen querer presentar pelea. El rasgo crucial de
legitimidad a aquellas personas que ganan másdinero y tienen tales modos de interpretación es reducir un cúmulo de relaciones
más éxito que el resto del grupo social. Al imputarle al triunfador sociales y complejos intelectuales, a la única abstracción meta­
un alianza con el diablo, se le impone una restricción a los física de la utilidad. Como plantearon Marx y Engels en Thc
emprendedores en potencia. Esto va bien de acuerdo con la German !deology (1970: 109­114), y como muchos otros escri­
opinión ampliamente difundida según Ja cual la envidia es el tores como Louis Dumont (1977) han repetido desde entonces,
motivo de la brujería, y también va de acuerdo con la imagen del este modo de satisfacer una investigación precede en mucho a
"bien limitado" que George Foster le atribuye a las comunidades sus propiedades utilitarias y pasa al frente con la victoria de la
campesinas de América Latina (1960­196 l; 1965). Según él, la burguesía en las revoluciones inglesas del siglo xvu. Marx y
visión del mundo que poseen estas comunidades toma las cosas Engels sugirieron que las interpretaciones se hacen con el único
buenas de la vida como pocas y finitas; de esta forma, si una criterio de la utilidad, porque en la sociedad burguesa moderna
persona adquiere más cosas buenas de lo que se acostumbra, esa todas las relaciones están subordinadas en la práctica a la única
34 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LO. MERCA.i'<CÍA 35

relación monetario­comercial abstracta. Las relaciones reales de más que servir de atractivo al cero crecimiento, esto evidencia
la gente en situaciones de intercambio como hablar o amar, claramente una inquietud por el caráctery las causas del creci­
supuestamente no tienen el significado que les es peculiar­dicen miento económico. De esta forma, tenemos una oposición entre
Marx y Engels­ sino el de ser la expresión y la manifestación de "la más abundante satisfacción de los deseos" por un lado, y la l
alguna tercera relación que les es atribuida: la utilidad. De ahí acumulación de dinero como un fin en sí mismo, por el otro.
que estas relaciones se vean como disfraces de la utilidad. No se Desde este punto de vista, el crecimiento es tan legítimo para una l.
les interpreta por lo que son, sino como la ganancia que propor­ economía de valores de uso o satisfacciones esperadas, como lo
cionan al individuo que disfraza su interés. Esto puede verse es para una economía basada en ganancias de dinero y acumu­
como una explotación de sentido intrínseco y como una reduc­ lación de capital. No es el crecimiento per se lo que·causa la
ción de la relación a individuación, que son bastante análogas a inquietud, sino el carácter y la inmensa significación humana de
la visión mundial de la burguesía y a la conducta práctica social una sociedad que apunta a la acumulación por sí misma.
según la criticara Marx y según Foster las supone para los En vez de reducir las creencias en el diablo al deseo de
campesinos de América Latina. Como observara Chandra Jaya­ ganancias materiales, a la ansiedad, al "bien limitado" y demás;
wardena en su crítica del concepto de Foster, la aseveración, para ¿por qué no verlas como son, en toda su intensidad y con todos
la mente del campesino, de que todas las cosas buenas de la vida sus detalles, como la respuesta de la gente frente· á lo que
existen en forma finita y escasa, no es más que la aseveración consideran una forma maligna y destructiva de ordenar la vida
del principio de escasos recursos, y se incorporó como axioma a económica? Analicemos esta noción de que son representacio­
la teoría económica moderna, desarrollada y aplicada original­ nes colectivas de una forma de vida que pierde­su vida, que son
mente a la organización capitalista (1968). manifestaciones intrincadas que están plenas de significado his­
Habría que agregar aquí que en las situaciones que nos tórico, y que se registran en los símbolos de esa historia, lo que
ocupan, en Colombia y Bolivia, los trabajadores y los campesi­ significa perder el control de los medios de producción y pasar
nos tienen plena conciencia de que el "pastel" económico es a estar controlados por ellos. Sería un descuido notable no darse
susceptible de crecer y que está haciéndolo. Para sus mentes no cuenta de que estas creencias aparecen en un contexto histórico
es el "bien" lo qut: está limitado. A lo que ponen objeciones es donde un medio de producción está siendo suplantado por otro
a cámo se expande y no a la expansión per se. Considerando el y donde el diablo representa dramáticamente este proceso de
interés reciente en las economías occidentales desarrolladas por alienación. Al hacerlo, el diablo no súlo representa los cambios
el "cero crecimiento" y por el "crecimiento descuidado", esto profundos de las condiciones materiales de vida, sino también
requiere de alguna elaboración, especialmente a partir de la les criterios para el cambio con todo su alboroto dialéctico de
frecuente aseveración de que las economías campesinas y "pri­ verdad y de ser, con que se asocian tales cambios (más especial­
mitivas" están basadas en un modelo de cero crecimiento. Sea mente los conceptos radicalmente distintos de la creación, la vida
esto verdad o no, es tan importante llamar la atención sobre el y el crecimiento, con los que se definen las nuevas condiciones
carácter del crecimiento, corno necesario es llamar la atención materiales y las relaciones sociales).
sobre su tasa de aumento o su estancamiento. Aristóteles, uno de Como tales, las creencias demoniacas sugieren que la cultura
los primeros estudiantes sobre e! tema, era de la clara opinión de los proletarios neófitos es marcadamente antagónica al. pro­
que el modo, y no tanto la tasa de crecimiento, era lo crucial para ceso de formación de artículos de consumo. Al mediatizar las
el bienestar social. Como parafrasea Eric Rollen su comentario oposiciones intrínsecas a este proceso, tales creencias pueden
sobre la crítica de Aristóteles contra el hecho de hacer dinero y hasta estimular la acción política necesaria para frustrarlo o
el "capitalismo": "El propósito natural del intercambio, la más superarlo.
abundante satisfacción de los deseos, se ha perdido de vista; la La interpretación que deseo elaborar es que las creencias en
acumulación de dinero pasa a ser un fin en sí mismo" (1973: 33 ); diablo forman una mediación dinámica de oposiciones, que
36 MICHAEL T. TAUSS!G EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA 37

aparecen en un momento especialmente crucial y sensitivo del alguna forma, como resultado de alguna sabiduría mística. Más
desarrollo histórico. Se puede pensar que estas creencias media­ bien surge de un contexto de vida en el que coexisten maneras
tizan dos maneras radicalmente opuestas de entender o evaluar de vivir distintas: un modo de producción campesino donde los
el mundo de las personas y de las cosas. Siguiendo a Marx, llamo mismos productores controlan los medios de producción y orga­
a estos modelos de evaluación valores de uso y valores. de nizan su propio trabajo, junto a un modo de producción capita­
cambio. Marx tomó estos opuestos de Aristóteles y los unió ala lista, donde no controlan ni el material de trabajo ni la organiza­
lógica hegeliana para crear el yunque con el que forjó su retrato ción. Al vivirla cotidianamente, esta comparación real y no
crítico del capitalismo y su trascendencia, por el modelo siempre . abstracta crea la materia prima de la evaluación crítica. De esta
en evolución de la historia del. mundo. Al revisar las connotacio­ condición concreta de comparación crítica, surgen las creencias
nes metafísicas y ontológicas. propias de cada uno de estos en el diablo, a medida que la situación de trabajo asalariado en
dominios, el valor de uso y el valor de cambio, inevitablemente las plantaciones y las minas contrasta con la situación drástica­
terminamos contrastando el misticismo folclórico precapitalista mente distinta que existe en las comunidades de donde salieron
con esa forma de mistificación capitalista a la que Marx deno­ estos nuevos proletarios, donde nacieron, y con las que aún
minó sardónicamente fetichismo de Ja mercancía. mantienen contacto personal. ·
La indiferencia o la hostilidad sin tapujos de los campesinos
y de los miembros de tribus en todo el mundo frente a su
ACTITUDES ANTE EL TRABAJO ASALARIADO participación en la economía de mercado en calidad de trabaja­
Y EL DESARROLLO CAPITALISTA dores asalariados, ha llamado la atención de incontables obser­
vadores y empresarios deseosos de coñtar· con trabajadores
En las plantaciones de caña del Valle del Cauca y en las minas locales. Un tema de interés apremiante para los historiadores de
de estaño de las tierras altas de Bolivia, queda claro que el diablo la revolución industrial europea, lo mismo que para los sociólo­
es intrínseco al proceso de proletarización del campesino y a la gos que estudian el desarrollo económico delTercer Mundo, es
mercantilizaclón de su mundo. Esto quiere significar una res­ la actitud aparentemente irracional de los trabajadores que se
puesta al cambio del sentido fundamental de la sociedad en inician en una situación moderna de trabajo asalariado. La pri­
~uanto ese cambio. gued~ r_egistradoen la conciencia precapíta­ mera reacción de tales personas ante su compromiso (usualmen­
lista. Los P.roletanos neófitos y sus pares campesinos que los te forzado) con las empresas comerciales modernas en calidad
rodean, entienden que el mundo de las relaciones de mercado de trabajadores asalariados, es frecuentemente, o quizás univer­
está íntimamente asociado al espíritu del mal. A pesar de todas salmente, de indiferencia ante los incentivos salariales y ante la
las posibilidades de aumentar sus ingresos, parece que aún toman racionalidad que motiva al hamo oeconomicus. Esta respuesta
este nuevo modo de producción corno algo que produce muerte ha frustrado una y otra vez a los empresarios capitalistas.
y esterilidad. Para ellos, por lo tanto, este nuevo sistema socio­ Max Weber denominó a esta reacción "tradicionalismo pri­
económico no es ni natural ni bueno. En cambio sí es antinatural mitivo", y gran parte de su trabajo de investigación constituyó
y maligno, como lo ilustra tan notablemente el simbolismo del un intento de explicar su trascendencia por medio del espíritu
diablo. El significado que se le da al diablo en esta situación no capitalista del calculo. Este tradicionalismo primitivo, dijo en
difiere de cómo lo definen los padres cristianos: "aquel que se 1920, sigue existiendo en los tiempos modernos (1927: 355).
opone al proceso cósmico". Como Joseph Needharn hace notar, Pero una generación antes, la duplicación del salario de un agri­
esto se aproxima al concepto Je forzar las cosas en interés Je la cultor en Silesia (quien estaba contratado para segar campos)
ganancia privada, sin que importe lo que se considera como sus para motivarlo a que hiciera un mayor esfuerzo, había resultado
cualidades intrínsecas (1956). Esta percepción, con su apasiona­ fútil. Simplemente redujo su producción laboral a la mitad, por­
da profundidad y agudeza, no aparece de la nada, por decirlo de que con dicha mitad seguía ganando lo mismo que antes. Mali­
38
MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA 39

nowski hizo notar que los traficantes blancos de las Trobrianas bakweri comenzaron a cultivar plátano en forma cooperativista
se enfrentaron con dificultades insuperables cuando quisieron y lo hicieron con éxito, la brujería cesó. Los bakweri utilizaron
crear una fuerza de trabajo local de buscadores de perlas. El único su nueva fuente de riqueza para comprar magia y desarrollar
artículo extranjero que ejerció algún poder de compra fue el ta­ cultos curativos, para Jos que utilizaban exorcistas caros del
baco, p~ro los nativos no quisieron evaluar diez cajones de tabaco pueblo Banyang. Sin embargo, cuando después de 1960 cayeron
como diez veces una unidad. Para obtener perlas realmente bue­ los precios del plátano, aparecieron indicios del regreso de los
nas, el traficante debía dar cosas que para los nativos tuvieran brujos. Los ancianos advertían que no era bueno obtener dinero
valor, y el. intento de los traficantes de fabricar pulseras de con­ de la tierra, porque se lo dispendiaba para atraer a los hombres a
cha, cuchillos ceremoniales y demás, sólo obtuvo burlas corno las costas, donde los "franceses" los emplearían como zombis
resultado. El. trobr!ano, pensaba Malinowski, sentía desprecio para trabajar en el nuevo puerto (Ardener, 1970).
por el deseo infantil de los europeos de conseguir perlas, y Estas v muchas otras reacciones similares ante el desarrollo
capitalista incipiente, aportan testimonios dramáticos de la resis­
ni el soborno más grande, ni los señuelos económicos, ni (as presío­ tencia creativa de las orientaciones de valores de uso. Al resumir
n.es personales del traficante blanco, ni el factor competitivo de la un estudio sobre el compromiso laboral bajo el imperialismo
nque~~ (lograban) que los nativos dejaran de lado sus propios moderno, un antropólogo escribió no hace mucho:
proposuos por los que se les querían imponer. Cuando los jardines
están en pleno esplendor, "no. hay forma de que los malditos negros Al ser reclutados como brazqs P.ara las plantaciones, con frecuencia
naden, aunque uno los atasque de Ka loma y tabaco", según me se mostraban renuentes a trabajar juiciosamente. Cuando se los
contara uno de mis amigos traficantes (1965, 1: 19­20).
inducía a recoger una cosecha por la qui: se les pagaría de contado,
·no reaccionaban "apropiadamente" a los cambios del mercado:
Entre los bakweri de Camerún Occidental "celosamente corno estaban interesados principalmente en adquirir bienes de
igualitarios", las ?.~antaciones alemanas e ingle~as de. plátanos consumo especificas, producían tanto menos cuando los precios de
tuvieron senas dificultades para conseguir mano de obra. Se ;,., .".
las cosechas subían, y tanto más cuando los precios bajaban. Y la
decía que los bakweri eran apáticos, que desperdiciaban la tierra introducción de nuevas herramientas o plantas que incrementaran la
Y que no tenían interés en obtener ganancias. Si acumulaban producción del trabajo indígena sólo entonces podía acortar el
propiedades no era más que para destruirlas en ceremonias de periodo de trabajo necesario, siendo las ganancias absorbidas más
tipo potlatch, Aquellos pocos que se asociaron a las plantaciones por una expansión del descanso que por el producto. Todas estas
Y que progresaron con su trabajo, pasaron a ser considerados respuestas, y otras similares, expresan una cualidad perdurable de
como miembros de una nueva asociación de brujería. Supuesta­ producción tradicional doméstica, que es una producción de valores
mente mataban a sus parientes y hasta u sus hijos; trarisform:ín­ de uso, definitiva en su objetivo, y muy discontinua en su actividad
dolos e~ zornbís que ponían a trabajar en una montaña lejana, (Sahlius, 1972: 86).
conduciendo carromatos y cosas así, ahí donde se comentaba que
su~ arnos­~rujos tenían una ciudad moderna. La palabra sámbi Esta cualidad perdurable de la producción doméstica tradi­
quiere decir. comprometer o empeñar; de esta forma, bajo las cional basada en los valores de uso, conduce a lo que nosotros
nuevas. ccndiciones de una economía de plantación, se creía que sentimos corno respuestas extrañas e irracionales a un sistema
los parientes se transformaban en una prenda o rehén, de manera capitalista que está basado en la producción de valores de inter­
que unos pocos ganaran riquezas. Al estimular la avaricia de este cambio. Es importante que estas respuestas se especifiquen de
nuevo tipo de brujos, la economía capitalista incipiente supues­ esta forma y que no se entierren en el reino oscuro que se define
tamente esta.ha destruyendo la juventud y la fertilidad del pueblo. por categorías tales corno la tradición, lo irracional y lo primi­
Pero a mediados de la década de 1950, cuando en las aldeas tivo.
40 MICHA.EL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA 41

Lo que nos queda de estas respuestas es el choque violento quienes se negaron a adorar a la Ética Protestante, dice Hill
entre las orientaciones de valores de uso y valores de intercam­ (1975: 15).
bio. Las interpretaciones místicas y las figuras retóricas asocia­ Hoy en día, el enfoque crítico engendrado por el desarrollo
das a estos dos modos se intensifican enormemente cuando se capitalista incipiente, ha sido reemplazado en gran medida por
las pone frente a frente con la difusión de la economía de dinero el punto de vista que acepta complacientemente a las institucio­
y del capitalismo. nes capitalistas como naturales y recomendables desdé el punto
Manifestada en la cultura popular, esta oposición ha servido de vista ético. Dada esta amnesia históricamente inducida y esta
de inspiración a muchas de las grandes obras literarias de nuestro estupefacción cultural, es importante que prestemos atención a
tiempo. La fantasía arrebatadora que irradian los trabajos de la crítica que nos ofrecen hoy los proletarios neófitos del Tercer
Miguel Ángel Asturias y Gabriel García Márquez, por ejemplo, Mundo, cuyos trabajos y productos son absorbidos incesante­
acerca de las plantaciones bananeras de la United Fruit en mente por el mercado mundial, pero cuya cultura se resiste a tal
Centroamérica y Colombia, aporta nuevos testimonios de la racionalización.
mezcla de poesía y elementos políticos que aquí nos ocupan. Es Los realistas empecinados van a dejar de lado desdeñosarnen­
precisamente esta aura de fantasía la que deja tan perplejos a los te esta resistencia cu! tura! por considerarla poco importante, pero
críticos literarios y a los marxistas, que no pueden comprender la destrucción de la metafísica de la producción y el intercambio
la coexistencia de la fantasía y el realismo social. Pero como precapitalista fue considerada, al menos por dos teóricos socia­
señalaran repetidamente Asturias y García Márquez, es esta les, como una cuestión indispensable para el establecimiento
coexistencia la que constituye la realidad de los "vientos fuertes" exitoso del capitalismo moderno. Weber consideraba que las
y las "hojarascas" del desarrollo capitalista en gran escala en el supersticiones mágicas asociadas a la producción y al intercam­
Tercer Mundo. En estas circunstancias, la magia de la produc­ bio constituían uno de los obstáculos más grandes para la racío­
ción y la producción de magia son inseparables. Esto no es un nalizaciónde la vida económica (1927: 355), y reiteró este punto
testimonio a la fuerza de la tradición o de la mitología y los en su ensayo titulado The Protestan! 'Ethic: and the Spirit of
rituales gloriosos del pasado no adulterado y precapitalista. En Capitalism:
todo caso, es la respuesta creativa a un inmenso conflicto pro­
·'ílf
fundamente enraizado entre las orientaciones de valores de uso El trabajo debe ... realizarse como si fuera un fin en sí mismo, un
y valores de intercambio. La magia de la producción de valores llamado. Pero tal actitud no es de ninguna forma un producto de la
de uso, destaca, magnifica y contrarresta la magia de la práctica naturaleza. No se la puede evocar únicamente con salarios altos o
de los valores de intercambio, y en esta discordia dramática bajos, sino que sólo puede ser el producto de un proceso largo y
ricamente elaborada, están acuñados algunos conceptos proto­ arduo de educación. Hoy en día, el capitalismo que en su momento
marxistas en bruto. tuvo problemas, puede reclutar su fuerza de trabajo con relativa
Corno mostrara Christopher Hill en su discusión sobre las facilidad en todos los países industriales. En el pasado, esto era en
ideas radicales durante la revolución inglesa de mediados del todos los casos un problema extremadamente difícil (1958: 62).
siglo XV!l, esta especie de protcrnarxismo ejerció mucha fuerza
también entre las clases populares inglesas. Por supuesto, las Y como observó Marx, la transición al modo de producción
ideas a las que me refiero se expresaban usualmente en términos capitalista no se completa sino cuando la fuerza directa y la
religiosos. Sin embargo, a pesar de su falta de metáforas cientí­ fuerza coercitiva de las condiciones económicas externas se usan
ficas, conseguían confrontar problemas fundamentales del desa­ solamente en casos excepcionales. Entre la clase trabajadora se
rrollo capitalista en formas e intensidades que hoy en día no se tendría que desarrollar todo un nuevo conjunto de tradiciones y
dan. "Los diggers tienen algo que decirles a los socialistas del hábitos, hasta que el sentido común tome a las condiciones
siglo XX", lo mismo que tantos otros radicales del siglo XVII, nuevas curno naturales.
42 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANC[A 4J

No basta que las condiciones de trabajo estén concentradas en una no era ni motivo de festejo ni una señal de la grandeza de
masa bajo la forma de capital en un sector de la sociedad, mientras Inglaterra. "¡Ay! Si se les mira con cuidado, estas perfecciones
que en el otro se agrupan masas de hombres que nada tienen que son un signo de esclavitud en Inglaterra mil veces más amargo
vender salvo su fuerza de trabajo. Ni tampoco basta que estén y más degradante que el del africano azotado o el ilota griego"
obligados a venderla voluntariamente. El avance de la producción (1925, 2: 160).
capitalista desarrolla una clase trabajadora, la que por educación, . No es que el nuevo sistema necesariamente empobreciera a
tradición, costumbre, considera que las condiciones de ese modo de la gente, pero "esta degradación de un artesano a máquina" ~ra
producción son leyes de la Naturaleza evidentes en sí mismas (1967,
la que propiciaba en los hombres una incoherente urgencia de
1: 737; las cursivas son mías).
libertad. Sobre todo, era el sentido de autoalienacíón lo que
envenenaba la vida en el capitalismo y fomentaba la lucha de
clases, porque "No es que los hombres se lamenten por el desdén
EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA de las clases superiores, sino que no pueden soportar el propio;
porque sienten que la clase de trabajo a que están condenados es
Si estas "leyes de la naturaleza evidentes en sí mismas" son verdaderamente degradante y los hace menos que hombres".
tomadas por los proletarios neófitos, de quienes se ocupa este Esto era lo que horrorizaba a Ruskin. En su visión, el sistema se
libro, como antinaturales y nocivas, es lícito que nos pregunte­ transformó en su crítica viva.
mos por qué consideramos que nuestra forma social y nuestro
y el gran grito que se eleva de todas nuestras ciudades industriales, il

l
·
proceso económico son naturales. Si sugiero la línea que debería ·.·.~.·
•.

seguir la respuesta a esta pregunta, estaré demarcando el proble­ . más potente que el rugir de los hornos, es verdaderamente éster que
ma general de que trata este trabajo. ahí fabricamos de todo menos hombres; blanqueamos algodón,
Para empezar, se necesita algún tipo de perspectiva histórica. fortalecemos el acero y refinamos azúcar y modelamos cerámicas;
Se olvida con demasiada frecuencia que una elocuente minoría • '­ ·'pero pulir, fortalecer, refinar o formar un solo espíritu viviente, es
de Europa Occidental describía al capitalismo industrial en sus algo que nunca entra en nuestro cálculo de ventajas (Ruskin, l 9Z5,
..
. ,1
·.º·'IO­·.··
.,..;.
inicios como algo profundamente inhumano, y en ese sentido, 2: 163).
antinatural. Con la maduración del sistema capitalista, este sen­
tido de ultraje moral se disipó, y eventualmente hasta las críticas El romanticismo transmitido en críticas como la de Ruskin
de ese sistema se formularon en las categorías cuasi objetivas del contrae! capitalismo industrial y el laissez­faire, representó un
orden y la naturaleza implantadas por la estructura capitalista de i?ú.ijí(?.}ocal en tomo al cual convergieron tanto los críticos so­
comprensión. En el mejor de los casos, dichas críticas se con­ Ciálistas conservadores como los utopistas, para elaborar mitos
centraron en la anatomía y función del capitalismo, en los [).Q.stálgicos relacionados con el pasado primitivo o precapitalista,
sistemas que elabora para asegurar el valor del excedente, en la éomo una forma de combatir a la ideología burguesa y de impul­
distribución desigual de sus ganancias, etcétera. Los puntos de sa(a;Ia gente a la acción política. Como reacción a dichos con­ l
vista críticos que les fueron impuestos a las personalidades
sensibles que estuvieron expuestas a los comienzos del capita­
ceptos románticos, se desarrollaron teorías científicas de la
y
historia el socialismo científico. Sin embargo, por lo general, l
lismo, críticas que comparaban a menudo odiosamente al capital is­ su desarrollo fue unilateral: otorgaban a las ideologías utópicas
mo con las eras pasadas, también contenían esta clase de crítica, un espacio tan amplio que daban validez a los ideales burgueses 1
pero lo hacían dentro lle una metafísica que ni por un momento
podía tomar en consideración o consentir las nuevas definiciones de
cuando aparentemente los negaban. La validación acrítica y hasta
la adulación de lo que esencialmente era un concepto burgués de
1
1
.l
persona y trabajo que engendraba el capitalismo. En 1851 John "progreso" y del modelo de sociedad de la ciencia natural, caben ·4
·.J
Ruskin escribió que la perfección de los productos industriales entre las manifestaciones más sobresalientes de lo anterior.
44 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCfA 45

La tensión de los primeros esfuerzos para persuadir a los Ja gente tiende a ser considerada como un bien de consumo, y
contemporáneos de que el nuevo sistema económico era funesto, Jos bienes de consumo tienden a ser considerados como entida­
surgió de un factor crítico: cada vez más, el sistema se veía como des animadas que pueden dominar a las personas. Esta paradoja
natural. El ultraje y la desesperación de los escritos de Ruskin socialmente instituida surge porque, a diferencia de las primeras
nacieron no sólo de lo que podrían llamarse los rasgos "objeti­ formas de organización que unían a las personas en relaciones
vos" de la vida bajo el sistema capitalista, sino fundamentalmen­ directas de producción e intercambio (lo que casi siempre afir­
te del hecho de que sus miembros llegaron a considerar estos maba su control sobre los medios de producción), el mercado se
rasgos como· parte del orden natural de las cosas. Para aliviar esta interpone entre las personas, interfiriendo en el conocimiento de
tensión, escritores corno Ruskin recurrieron al elogio de la las relaciones sociales con las leyes abstractas de las relaciones
sociedad medieval, de su idealismo y principios religiosos, su entre mercancías.
basamento en la cooperación y no en la competencia, y su El modo de producción campesino difiere del modo capita­
ausencia de explotación industrial y trabajos penosos. Si bien lista en varios aspectos fundamentales. Bajo el capitalismo, la
eran muy conscientes de la coerción política existente en los fuerza de trabajo proletaria carece del control sobre los medios
tiempos medievales, de todas formas mantuvieron el punto de de producción que los campesinos ejercen. El campesino usa
vista según el cual la lección crítica para el presente yacía en el dinero, no capital, y vende para poder comprar, mientras que el
mayor control que el trabajador había ejercido sobre los mate­ capitalista usa. el dinero como capital para comprar y poder
riales, las herramientas y el tiempo. En su ensayo sobre la vender ganando, sumando así el capital y repitiendo el circuito
naturaleza del gótico, Ruskin aconsejó a sus contemporáneos no a una escala siempre creciente, para que la empresa no muera.
mofarse de la ignorancia fantástica de los viejos escultores, El productor campesino vive en un sistema que apunta a la
porque sus trabajos "son signos de la vida y la libertad de todo satisfacción de un conjunto de necesidades cualitativamente
trabajador que golpea la piedra; una libertad de pensamiento y definidas; por el contrario, el capitalista y el sistema capitalista
un rango en la escala de ser que ninguna ley, ningún cuadro, tienen como objetivo la acumulación ilimitada de capital.
ningún tipo de caridad puede asegurar; pero el primer objetivo En la concreción de este objetivo, el capitalismo le estampa
de toda la Europa de hoy en día, debe ser el de recuperarlos para a sus productos el sello de aprobación "del mercado: el precio.
sus hijos". En muchos sentidos Marx mismo; al desarrollar un Solamente "traduciendo" todas las distintas cualidades que com­
análisis critico, científico y nada sentimental del capitaiismo, ponen sus productos y los medios para crearlos a un "idioma"
encontró que en el contraste entre las sociedades capitalistas y común, el de la moneda, puede operar el mercado, generador de
precapitalistas, es donde mejor se veía la desfiguración cruel' de la energía del capitalismo. Al hacerse conocidos como "artículos
la humanidad que para él representaba el capitalismo. de consumo", bienes y servicios bajo el sistema capitalista, llegan
El uso del contraste entre la sociedad medieval y capitalista a diferir enormemente de sus equivalentes en los sistemas de vida
no era solamente un aparato retórico rornantízado. En forma precapitalistas. Aunque de hecho puedan ser los mismos artícu­
separada de las lecciones críticas inherentes a un contraste de ese los, social y conceptualmente son muy distintos. Tomando el
tipo, es significativo que los campesinos y artesanos de todo el famoso ejemplo de Aristóteles, físicamente un zapato es un za­
mundo han demostrado una reacción similar ante el sentido pato, ya sea que se produzca para usarlo o para venderlo sacando
interno de la organización capitalista. Para comprender esta una ganancia cuyo objetivo sea el de acumular capital. Pero to­
reacción, es útil analizar las notables diferencias entre el sistema mándolo como una mercancía, el zapato tiene propiedades que
de valores de uso en el que se apoyaron las economías campesi­ van más allá de su valor de uso de brindar comodidad, facilitar
nas, y las bases de mercado del capitalismo. Sobre todo es la marcha, proporcionar placer a la vista o lo que sea. Como
necesario entender la manera en que el sistema de mercado del mercancía, el zapato cumple la función de un valor de intercam­
capitalismo moderno engendra una mentalidad mercantil donde bio: puede generarle ganancias a su dueño y vendedor, que so­
46 M!CHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA 47

brepasan el valor de uso que representa para la persona que even­ En el caso del trabajo, la transmutación de estrato y signifi­
tualmente lo compra y lo usa. En su valor de intercambio, el cado que aparece con este giro del paradigma, es altamente
zapato es idéntico cualitativamente a cualquier otro bien de con­ perjudicial. Como mercancía, el trabajo se transforma en la
sumo, no importa cuánto puedan diferir en términos de sus pro­ fuente de lucro disfrazada del empleador mediante una transac­
piedades como valores de uso: sus rasgos físicos, atributos ción que aparenta ser el intercambio justo de valores, en tanto y
simbólicos, etcétera. Por esta abstracción, que está basada en el. cuanto esos valores se juzguen como bienes de consumo. Pero
intercambio de mercado y la equivalencia universal del dinero, el trabajo no es solamente un valor de intercambio, una cantidad
un palacio viene a ser igual a un cierto número de zapatos, lo numérica de poder y trabajo; lo que adquiere el capitalista
mismo que un par de zapatos es igual a una determinada fracción cuando compra la mercancía del trabajo en calidad de valor de
del cuero de un animal. Absurdo como parece cuando se piensa intercambio, es el derecho de desplegar el valor de uso del
así, esta ficción socialmente necesaria, es un lugar común que trabajo, como la capacidad inteligente y creativa de los seres
subyace a la naturalidad ficticia de las identidades de que depende humanos de producir más valores de uso de los que vuelven a
la sociedad y que garantiza su concepto de objeto y objetividad. convertirse en mercancías como el salario. Ésta es la formulación
De acuerdo con la teoría, la fenomenología y el comporta­ marxista, y es importante que comprendamos con claridad los
miento del mercado, la reglamentación de la actividad social es dos planos en que funciona este argumento.
calculada por hombres que computan fríamente sus ventajas El sistema capitalista asegura las instituciones sociales por
egoístas sobre Jos demás, dentro de un contexto organizado por medio de las cuales el trabajador libre, a partir de los medios de
la interacción de ros productos que dependen de sus precios y de producción, puede ser manipulado para que trabaje más tiempo
sus márgenes de ganancia. En este punto, la concepción orgánica del que necesita en la producción de las mercancías que le son
de Ja sociedad se disuelve en razón de dos procesos sinergísticos: necesarias para su supervivencia. En una jornada laboral de doce
la comunalidad y la mutualidad desaparecen a favor del interés horas, por ejemplo, el trabajador, en seis horas, crea mercaderías
personal, y los artículos de consumo, no las personas, dominan que equivalen, en cuanto mercancías, al salario que recibe. Pero
el ser social. La tasa de intercambio de mercancías mediatiza y el mecanismo oculto que garantiza la creación de excedentes a
determina la actividad de la gente. En consecuencia, las relacio­ partir de una situación que no parece ser otra cosa que el
nes sociales entre las personas pasan a disfrazarse de relaciones intercambio justo de equivalentes, es el movimiento de una parte
sociales entre cosas. Lo que es más, los precios de las mercancías a otra del trabajo como valor de intercambio y el trabajo como
varían constantemente, más allá de la previsión y el control de valor de uso. Uno tiende a perder esto de vista, lo mismo que la
las personas; así, los individuos se ven aún más sujetos a los importancia crucial de la naturaleza del trabajo no como mer­
caprichos del mercado. La gente no se relaciona entre sí directa­ canela, en tanto y cuanto nos adherimos únicamente a la simple
mente, sino por la mediación del mercado que guía la circulación aritmética del planteo, que en este ejemplo pone en evidencia un
y las relaciones de los artículos de consumo. Su subsistencia excedente de seis horas de trabajo. El proceso de mercantiliza­
depende de las relaciones establecidas por las mercancías, y el ción esconde el hecho de que dentro de la matriz de las institu­
mercado se transforma en la garantía de su coherencia espiritual. clones capitalistas, el trabajo, como valor de uso, es la fuente del
La base de subsistencia establecida por el mercado pasa a ser, en lucro. Al comprar el artículo de consumo de la fuerza laboral, el
efecto, un ritual cotidiano constantemente externo, el cual, como capitalista incorpora el trabajo en calidad de valor de uso a los
todos los rituales, pone en contacto lazos de significados de otra componentes sin vida de los bienes de consumo producidos.
forma inconexos, bajo la forma de una red de asociaciones "Los trabajadores deben adueñarse de estas cosas y despertarlas
aparentemente coherentes y naturales. Hoy predomina amplia­ de su sueño de muerte, para cambiarlas por simples y posibles
mente el paradigma de los artículos de consumo para compren­ valores de uso a valores de uso reales y efectivos" (Marx, 1967,
der la humanidad y las relaciones sociales. 1: 183).
48 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANC[A 49

. La consecuencia ~ el significado finales de estos procedi­ salir de la cárcel y que se dirigía al edificio en cuya construcción
mientos, es que los mismos artículos de consumo aparecen como había estado trabajando, un teatro, para contemplar el edificio
la fuente del valor y el lucro. La definición consumista del trabajo terminado. "[Qué, oh! ¡Mis buenos muros, líneas nobles, vidrio
humano y sus productos, encubre tanto la base humana creativa y acero curvos! [Cómo canta la luz en el ojo redondo de un
Y. social del valor, como la explotación de esa creatividad por el gablete!" El gerente le cierra el paso. "Pero yo trabajé en esta
sistema de mercado. obra durante más de seis meses". "Si usted hizo algún trabajo,
La dimensión de esta explotación velada se puede medir ya se lo pagaron; desaparezca". El gerente señaló la puerta. El
como el exceso de tiempo de trabajo que beneficia al empleador, trabajador señaló la escalera interior. "Voy a subir. Cuando haya
pero la calidad de dicha explotación no se puede medir. La visto todo voy a decirle adiós. O aquí me quedaré si quiero. Todo
sensación de pulverización y servidumbre que es la fenomeno­ esto ... es más mío que suyo" (1961: 20­21).
logía del sistema basado en el mercado, es fugaz porque se le Marce! Mauss, en su ensayo sobre el intercambio maorí, llega
toma como natural. Para los ideólogos del sistema capitalista a la .conclusión de que la base subyacente de esa forma de
burgués, esto aparecía como eficiente, natural y bueno. Pero sociedad es la reciprocidad que está asociada a la.creencia de que
había otro punto de vista: un escepticismo en cuanto a que la un artículo que es producido e intercambiado, contiene la fuerza
gente aceptara la alienación como cosa natural. "Últimamente, vital (hau) de la persona y los objetos de la naturaleza de que .el
hemos estudiado y perfeccionado mucho el gran invento civili­ artículo proviene. En realidad, si éstos no se tomaran en.cuerira
zado de la división del trabajo", escribió Ruskin a mediados del y .n~ se asegurara su reciprocidad, la fertilidad misma se vería en
siglo XIX. peligro (1967). ·
Sin embargo, en la sociedad capit:f!Tsta esta incorporación de
Lo que pasa es que le damos el nombre equivocado. Hablando con la persona al producto ­se exorciza, respetando Ias normas de
la verdad, no es el trabajo el que se divide, sino los hombres. Se les propiedad privada burguesa. La incorporación "queda pagada"
divide en meros segmentos de hombres, se les quiebra en pequeños con el salario o el precio de venia, tal como la "propiedad" de
fragmentos y migajas <le vida, de manera que la poquita inteligencia cualquier artículo de consumo se transfiere en el momento de la
que le queda a un hombre, no basta para hacer un alfiler o un clavo, venta. En el léxico capitalista, comprar o vender quiere decir
sino que se agota haciendo la punta del alfiler u la cabeza del clavo reclamar o perder todo contacto con el objeto que se transfiere.
(1925, 2: 162­[63). Las relaciones entre producto y productor y medio social pro­
ductivo, al igual que la naturaleza, se quiebran para siempre. La
~s productores, divididos psicológicamente para la orques­ mercancía asume una autonomía separada de las actividades
tación de mercado de la división del trabajo, también están sociales humanas, y al trascender esa actividad, las relaciones
separados de sus productos. Su trabajo se crea y entra en Ja forma entre las mercancías subyugan a las personas, que pasan a estar
de sus productos, los. que entonces quedan apartados de sus dominadas por un mundo de cosas; cosas que ellas mismas
puños. En las economías precapitalistas, la incorporación del crearon.
productor al producto se acepta conscientemente, pero en un Pero esta dominación es mistificadora. Lo que está pasando
sistema capitalista es de suma importancia que esta incorpora­ no queda claro. De hecho, parece tan natural que el problema de
ción se "exorcice". Claro está, las opiniones en contrario son la dominación casi no aparece; en este sentido, la forma del
ultrajantes, revolucionarias. En su novela Siete domingos rojos* consumo realmente ha subyugado la conciencia de las personas
sobre los anarcosindicalistas, cuando estalló la Guerra Civil que cargan una larga herencia capitalista, aunque parecería que
Española, Ramón Sender habla de un trabajador que acababa de no pasa lo mismo con la conciencia de esos campesinos lle
quienes vamos a tratar aquí; personas que apenas comienzan a
• Reescrita en 1974 con el título las tres sorores, experimentar lo que es el capitalismo. En cambio, están antro­
50 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DEL\ MERCANCÍA 51

pomorfizando su sujeción en la figura del diablo, rebosante con primeras manifestaciones del capitalismo a las obras del' diablo,
el poder del mal. simplemente se estaba desahogando por el ultraje y el dolor que
Al reaccionar de esta manera contra la cultura capitalista, son muchas personas sentían ante el florecimiento del deseo de lucrar
testimonio viviente del legado de la ideología a través de los ye! sometimiento de las relaciones sociales a las leyes económi­
tiempos, que ha embestido contra el intercambio de mercado cas de las mercancías. Para ellos, esto no era en lo absoluto un
como algo antinatural; como una forma social que va minando fenómeno natural.
las bases de la unidad social, al permitir que la creatividad y la Sin embargo, en un sistema capitalista maduro, esta ficción
satisfacción de las necesidades sean subvertidas por un sistema adquiere el carácter de hecho concreto. Los elementos esenciales
que coloca el afán de lucro por encima de la gente, y que hace de su empresa industrial ­tierra, trabajo y dinero­ están organi­
del hombre un apéndice de la economía y un esclavo del proceso zados en mercados, y se les maneja como artículos de consumo.
laboral, en vez de su amo. Como notara Marx, incluso en sus Sin embargo, desde la perspectiva de los valores de uso, estos
escritos más tardíos y menos sentimentales, el problema de las elementos no son artículos de consumo.
sociedades antiguas radicaba siempre en cuál forma de sociedad
y economía podía servir mejor a las necesidades del hombre, y El postulado según el cual todo lo que se compra y se vende debe
no importa todo lo limitada y estrecha que tal sociedad pueda · haber sido producido para la venta, en lo que a ellos respecta, es
parecemos hoy, cuanto más plena y noble era cuando el hombre marcadamente falso ] ... ] El trabajo no es más que otro nombre para
era el objetivo de la producción. ·una actividad humana que. va con la vida misma, la que a su vez no
La diferencia entre valor de uso y valor de cambio correspon­ se produce para la venta sino por razones enteramente diferentes[ ... J
de a estas formas distintas de proceso económico: por un lado, :,.,la definición de mercancía del trabajo, la tierra y el dinero es
tenemos el objetivo de satisfacer las necesidades naturales; por . : absolutamente ficticia (1957: 72). escribe Polanyi. • ·
el otro, tenemos un impulso que nos lleva a buscar la acumula­
ción de ganancias. Esta diferencia por lo general es rastreada .¡Y claro que es ficticia! Pero entonces, ¿cómo se explica uno
hasta la doctrina económica que fuera propuesta por Aristóteles, la persistencia y la fuerza de esta ficció_n? ¿Qué la hace tan real?
quien vio una diferencia clara entre lo que llamó el uso correcto ¿Cómo es que el trabajo, "que no es más que otro nombré para
de un artículo, por ejemplo, el zapato hecho para el pie, y el uso ':;ai'"•­'"'·'·'•' una actividad humana que va con la vida misma" está visto como
incorrecto del mismo, Ja producción y el intercambio, para .:.·::·,~.::•:· una.cosa separada del resto de la vida? En las minas de estaño
obtener ganancias. Éste no era un argumento contra el intercam­ de. Bolivia y en las plantaciones del Valle del Cauca, a esta
bio per se; tampoco era un argumento basado simplemente en el ficción se la comprende como un estado de cosas inquietante­
atractivo de los imperativos éticos. Más bien resultó del argu­ mente peligroso y antinatural, y se lo acredita nada menos que a
mento razonado que consideró que obtener lucro era perjudicial la figura del diablo, mientras que para aquellos de nosotros que
para los fundamentos de una economía de subsistencia, y un vivimos en una cultura capitalista bien desarrollada, esta con­
elemento destructivo de la buena sociedad en general. Esta vención cultural ya ha pasado a formar parte del estado de la
diferencia entre valores de uso y valores de cambio, entre la naturaleza.
satisfacción de las necesidades naturales y la satisfacción de la .;: Obviamente la respuesta está en la manera en que la organi­
motivación lucrativa, es un tema persistente en la historia de la zación mercantil de las actividades de la vida fija la realidad y
teorización económica occidental, especialmente en los escritos define la experiencia. La realidad y el modo de captarla, pasan
de los escolásticos medievales. Marx mismo estaba seriamente a. definirse en términos de consumo, basados en cánones episte­
comprometido con las observaciones de Aristóteles sobre el mológicos de un materialismo atomístico. El hombre se indivi­
terna, como lo atestiguan sus mucnos comentarios favorables dualiza, al igual que todas las cosas, y se abren huecos orgánicos
sobre esta cuestión, Cuando Lutero atribuyó la usura y las en sus componentes supuestamente materiales. Los átomos no

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52 MICHAEL T. TAUSSIG
EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE lA MERCANCÍA 53

reductibles que se relacionan entre sí a través de su fuerza


intrínseca y sus leyes causales expresadas como relaciones ma­ de reflexionar responde: "Hoy en día hay docenas de maneras
ternáncas, forman la base de esta cosmología, y al hacerlo, distintas de poner a trabajar el capital". Un banquero de Chicago
corponzan y sustentan la ficción consumista de la realidad informa lo siguiente: "Parece persistir un sentimiento general en
social. Est~ visión de la realidad atomística y mecánica, cuya cuanto a que definitivamente algo salió mal con lo que se había
base ya s~nalaron Descartes y Galileo en sus trabajos, encontró llegado a considerar como el orden natural de la vida económica,
su expresión más perfecta en la física y la metafísica de Isaac financiera y comercial". El precio del cobre no guarda ninguna
Newton, a quien con toda justicia puede­considerársele como el proporción con el valor de las monedas que con él se acuñan; el
padre de 1_~ cienc_ia ~oderna y como el hombre que le dio a la vocero de un productor importante dijo: "Mientras, que nuestro
comprens10n_cap_1tahst~ el empuje final de aprobación que úni­ precio de venta nos está matando, tenemos obligaciones contrac­
camente la ciencia podía conferir. tuales y de otro tipo que cumplir, nos guste o no". Dividiendo su
Si, d~ acuerdo con este enfoque, consideramos que nuestra tiempo entre Nueva York y su planta de Italia, Joe no puede
econorrna es natural, ¿no estaremos construyendo un cuadro de permitirse perder tiempo en trámites bancarios. Ahí es donde
nuestra so~iedad tan fantasioso como el de aquellos que, apenas entra Bob. "En lo que a mí concierne", dice Joe, "Bob es el
llegan al sistema consumista, lo encienden como una obra del Chernical Bank". Por eso, "Nuestro hombre es su banco: el
diablo? Si ellos creen que el mantenimiento o incremento.de Ja Chernical Bank. Para el. hombre de negocios cuyas necesidades
producción bajo el capitalismo tiene algo que ver con el diablo son de tipo financiero, sus reacciones son químicas?"
y a partir de ahí crean un fetiche del proceso productivo, .no Estas metáforas son manifestaciones comunes de lo que Marx
tenemos nosotros también nuestra propia forma de fetichis~o denominó fetichismo de la mercancía, que aparecía en las cultu­
en la que atribuimos a las mercancías una realidad tan sustancial ras capitalistas desarrolladas, donde se habla del capital y de los
que llegan a adquirir la apariencia de seres naturales, tan natura­ productos de los trabajadores con términos que se aplican a las
les que de hecho parece que tomaran una fuerza vital propia? personas y a los objetos animados. Es el dinero, en cuanto tiene
~bservemo~ por ejemplo el folclor capitalista que llena la que ver con el capital, el. que se presta con mayor facilidad a este
sección financiera del New York Times (abril de 1974). Leemos tipo de fetichismo. El capital aparenta tener una propiedad innata
~cerca del "clima económico", del "desplome del dólar", y del de autoexpansión, y esta propiedad se difunde en toda la vida
futuro boom de las ganancias", de los "flujos de dinero", de los económica, puesto que en el capitalismo, el dinero es el equiva­
bonos del tesoro "que respaldan", de las "fugas", inflaciones lente y mediador universal entre las personas y los objetos.
"galopantes", "tasas crecientes de interés", de los "mercados Para nosotros, el concepto de fetichismo de la mercancía

=
especulativos" y los "mercados especulativos al alza", de.fábri­
ca~ a las ~,ue llam~n "~~ant_as", :·crecimiento de capital" según
la rnversion, ?e como su mversron trabaja para usted" y dern.ís.
quiere señalar que la sociedad capitalista se presenta en nuestra
conciencia como una cosa distinta de lo que realmente es, aun
cuando esa conciencia refleja una configuración de la sociedad
La forma activa es la que predomina: "la libra londinense cerró superficial y objetivada. El fetichismo denota la atribución de
firmemente a 2.402 dólares, con una fuerte subida de su apertura vida, autonomía, poder y hasta dominación, a objetos de otra
que fue de 2.337", y "la debilidad del mercado fue generalizada forma inanimados, y presupone el drenaje de estas cualidades de
y reflejó el comportamiento de las quince emisiones más acti­ los actores humanos que otorgan la atribución. De esta forma, en
vas". "A pesar de la escasez de gasolina y de la incertidumbre el caso del fetichismo de la mercancía, las relaciones sociales
de los abastecimientos, diez de las quince emisiones más activas quedan desmembradas y parecen disolverse en relaciones entre
que se comercializaron el lunes, pueden clasificarse como orien­ simples cosas ­Ios productos del trabajo que se intercambian en
radas hacia los ;iajes". "¿Puede todavía el. inversionista privado el mercado­, de manera que la sociología de la explotación se
encontrar alegria en el mercado?", pregunta la musa, que luego • Hay aquí un juego de palabras intraducible. Se hace rcrcrcncía JI Chcmical
Bank y se habla de reacciones "químicas", chemical en inglés. N.D.T.
54 !'.UCHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA 55

disfraza de relación natural entre artefactos sistemáticos. Las una marranadestruye todos sus vástagos hasta la milésimagenera­
relaciones sociales precisas se reducen a la matriz mágica de las ción (citadoen Weber, 1958: 49).
cosas. Un éter de naturalidad­destino y corporización­esconde
y envuelve la organización social humana, la importancia huma­ AJ mismo tiempo, estas fantasías fabulosas estaban sistemá­
na histórica del mercado, y el desarrollo de una clase asalariada ticamente entretejidas con el concepto del mundo del hamo
no propietaria. En vez de ser el hombre el objetivo de la produc­ oeconomicus, supuesto epítome de Ja racionalidad. ¿Cómo pue­
ción, la producción se ha transformado.en el objetivo del hombre de coexistir tan sistemáticamente una combinación que se re­
y la riqueza el objetivo de la producción; en vez de que las fuerza recíprocamente de racionalidad y fantasía? ¿Qué fue lo
herramientas y el mecanismo productivo en general liberen al que hizo que estas metáforas biológicas resultaran convincentes?
hombre de la esclavitud de las obras laboriosas, el hombre se ha La respuesta está en el carácter peculiar y único de las relaciones
transformado en un esclavo de las herramientas y de los procesos sociales corporizadas tanto en el capital como en los bienes de
de producción instituidos. Como observara Thomstein Veblen, consumo producidos dentro del modo de producción capitalista.
la industria ha pasado a ser sinónimo de los negocios, y la gente, Marx planteaba ampliamente, y desde muchos puntos de vista
víctima del engaño, se pregunta "¿Qué es bueno para los nego­ distintos, que estas relaciones sociales de producción­se fijaban
cios?", en vez.de preguntarse "¿Para qué sirven los negocios?" en la conciencia cotidiana, de manera tal que todo el proceso de
Al revisar la opinión de los economistas y estadistas ingleses producción y la generación de excedentes de los trabajadores
de los siglos xvm y XIX sobre el tema del capital y el. interés, ­contexto en el que trabaja el capital­ se pasa por alto, o se lo
Marx señaló sarcásticamente que para sus ojos, éstos pasan a ser minimiza, hasta un grado en que el proceso social de jeproduc­
"una propiedad del dinero para generar valores y producir inte­ ción y expansión del capital puede aparecer fácilmente como una
reses, lo mismo que el atributo del peral es producir peras[ ... ] propiedad inherente al artículo de consumo mismo, en vez del
Así obtenemos la forma de fetiche del capital y la concepción de proceso de que es parte. Esta apariencia socialmente condicio­
capital fetiche ] ... ] una mistificación del capital en su forma más nada, es una mistificación en la que conspira la totalidad del
flagrante" (l 967, 3: 392). En otra parte del mismo capítulo de El contexto social, digamos, para enmascararla. En este proceso de
capital, Marx hace numerosas citas de economistas y de publi­ descontextualización, la ganancia ya no aparece como el resul­
caciones de economía de mediados del siglo XIX. Pone de relieve tado de una relación social, sino de una cosa: esto es lo que se
las metáforas biológicas que con tanta fuerza sugieren sus puntos quiere significar con concretizacián.
de vista sobre el dinero: "El dinero está ahora preñado [ ... ] Lo Marx expresó con mucha claridad su punto de vista sobre esta
que para los árboles es el proceso de crecimiento, la generación cuestión cuando comparó la fórmula del capital que produce
de dinero es innata al capital en su forma de dinero­capital". intereses con lo que llamó el capital del comerciante.
El libro Advice to a Young Tradesman (1748) de Benjamín
Franklin podría también haber sido el blanco de la ironía de Las relaciones de capital asumen su forma más cxternalizada y
Marx. Dice Franklin: fetichistaen el capital que devenga intereses. Aquí tenemos D­D',
dinero que crea más dinero, valores que se autocxpanden, sin el
Recordad que el dinero es de naturaleza prolíficay generadora.El proceso que efectúan estos dos extremos. En cuanto al capital del
dinero puede engendrar dinero, y sus vástagos pueden engendrar comerciante,D­C­D', está al menos la formageneraldel movimien­
más, y así sucesivamente. Cinco chelinespuestos a trabajarse hacen to capitalista,aunque se confina únicamentea la esfera Lle la circu­
seis, que puestos a su vez a trabajar se hacen siete con tres centavos lación, de manera que la ganancia aparece simplemente como ga­
y así succsivarncnte,hasta que llegan a ser mil libras. Cuanto más nancia derivada de la alienación; pero por lo menos la considera
dinero hay, más produce éste con cada inversión,de maneraque las productode una relación social, y no el producto de una mera cosa
gananciasse elevan cada vez con mayor rapidez.Aquelque mata a (1967, .1: :191).
56 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE L<\ MERCANCÍA . 57

Marx toca el mismo punto en todos sus escritos; por ejemplo que se puede imaginar, y determina el tiempo, el lugar, la
en este pasaje de Grundrisse, expresa su antipatía por el crudo cantidad y la duración de cada fenómeno en particular"; Esto
materialismo que él considera fetichismo. para él cuadraba perfectamente con el mundo de la experiencia
diaria. "Tampoco los principios de la unión que emplea, tales
El crudo materialismo de los economistas que consideran como como la imaginación, podrán encontrar ninguna dificultad para
propiedades naturales de las cosas lo que son relaciones sociales de funcionar bien". Los principios newtonianos de la unión no sólo
producción entre Ja gente, y cualidades que las cosas obtienen porque eran aplicables a la gravedad y a la inercia de la materia, sino
están sumidas en estas relaciones, es al mismo tiempo un crudo que eran "los mismos que tienen lugar en todas las otras cuali­
idealismo, hasta fetichismo, puesto que imputa las relaciones socia­ dades que se propagan como rayos desde un centro". Todo esto
les a las cosas como características intrínsecas, mistificándolas llevó "al descubrimiento de una inmensa cadena de las verdades
(1973, 3: 687). más importantes y sublimes, todas estrechamente relacionadas
entre sí por un factor capital, de la realidad de la cual tenemos
Atractiva para la naturaleza, hasta el extremo paradójico en una experiencia cotidiana" (1967: 107­108). Para William Bla­
que ciertas cosas sin vida se consideran animadas, no es más que ke Newton era el símbolo de la sociedad de mercado y su uso
una manifestación histórica específica de esa tendencia proba­ op~esivo de la tecnología ·y ehrnperio: y le atacó esos mismos
blemente universal por la cual toda cultura externa sus categorías "principios di! la unión" que Adam Smith consideró tan cerca­
sociales en la naturaleza, y luego recurre a ella para validar como nos. Los historiadores de la ciencia, como Margaret Jacob seña­
naturales sus normas sociales. Durkheim vio este intento por lara recientemente, han supuesto con frecuencia que la nueva
invocar el principio del determinismo biológico en la ideología filosofía mecánica triunfó en Inglaterra porque ofrecía la expli­
de la sociedad primitiva, y Marx individualizó el mismo fenó­ cación más plausible de la naturaleza; lo haga o no, fue la
meno en la génesis, aceptación y uso del darwinismo. correspondencia del newtonianismo con la cosmología del mer­
cado capitalista lo que mejor da cuenta de su aceptación. "El
Toda la enseñanza darwinista de la lucha por la existencia es sim­ universo de Newton, ordenado, guiado providencialmente, ma­
plemente una transferencia de la sociedad a Ja naturaleza viva. de la temáticamente regulado, proporcionó el modelo para una políti­
doctrina de Hobbcs de "bellum omnium contra ornnes", y de la ca estable y próspera, reglamentada por el interés en sí mismo
doctrina económica burguesa de la competencia, junto con la teoría de los hombres" (1976: 17­18). Fue esta réplica alternativa de la
de la población de Malthus, Una vez realizado este truco por el sociedad de mercado en la naturaleza y de la naturaleza en la
conjurador ( ... ] las mismas teorías se vuelven a transferir de la
sociedad de mercado, lo que permitió que triunfara el newtonia­
naturaleza orgánica a la historia, y ahora se plantea que su validez
nismo, consumando los "principios de unión" mecánicos en una
como leyes eternas de la sociedad humana ha sido probada (citado
en Schmidt, 1971: 47).
verdad sagrada y científicamente impermeable de todo ser. E.A.
Burtt nos llama la atención sobre los siguientes rasgos fenome­
nológicos de la metafísica newtoniarta, rasgos que tienen una
Se puede plantear la misma cuestión con respecto a los físicos
implicación directa en nuestra discusión sobre el fetichismo de
newtonianos y el papel jugado por los seres humanos que están
la mercancía y su filosofía asociada.
subordinados a los controles impersonales del mercado qut: se
autorreglarnentan, instítuciún central, por no decir "el sistema
Aquí estaban esas almas residuales de los hombres, distribuidas en
solar", de la economía capitalista. El esquema de Newton ganó
forma irregular entre los átomos de masa que nadaban mecánica­
la admiración imperecedera ele Adarn Smith, el teórico y pane­ mente entre los vapores etéreos del tiempo y el espacio, aún rete­
girista más notable del mercado capüalista. Para Smith, el siste­ niendo vestigios del res cogitans cartesiano. Ellos también deben ser
ma de Newton era "en todas partes, el más preciso y particular reducidos a productos mecánicos y a partes del reloj cósmico que se
EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE U. MERCANC!A
59
58 MICHAEL T. TAUSSIG

regula a sí mismo. [ ... ]Allí donde la fórmula universal de la gravi­ duadas, cuya identidad y poder están dados únicamente en ellas
tación se enseñaba como cosa cierta, también se insinuaba la forma mismas. .
de la aureola de una creencia adyacente, que el hombre no es más Desde otro punto de vista, sin embargo, esto cons:1tu~e un
que un espectador diminuto y local, y hasta un producto insolente engaño considerable, puesto que estas _cos~s atadas a si m1~mas
de un motor infinito que se propulsa a sí mismo[ ... ] que consiste en potentes no son más que las corponzacrones y concreciones
masas en bruto que van y vienen sin ningún propósito en un tiempo ~e relacio~es que las atan a un todo más grande. Su ide~ti_~ad,
y un espacio imposibles de descubrir, y que en general está totalmente su existencia y sus propiedades naturales saltan de su posicion_ a
vacío de cualquier cualidad que pueda brindar satisfacción a los in­ un parrón de organización orgánico y que todo lo abarca, s_egun
tereses más trascendentes de la naturaleza humana (1954: 300­301). el cual las cosas se comprenden nad~ más _coi:no expresiones
parciales de una totalidad que se organiza a st misma. Enton~es,
El punto crucial es que en el fetichismo de la mercancía nos las propiedades y las actividades de las c~sas se pueden ~xpl1c~r
encontramos con una fórmula general de los principios de la holística y "estructuralmente" como manifestaciones .d~ mtangi­
unión que se aplican a la cultura capitalista como un todo, y que bilidad reticulada que forman parte de un todo organic~, _Y no
guían el conocimiento social; y esta fórmula, según Marx, tiene como productos de una causalidad mecánica o de colisiones
sus raíces en las relaciones de producción e intercambio, cuando corpusculares. Si la atención ~e concentra.en un? ~~la cosa, como
quedan impresas en la conciencia en el mundo del trabajo diario. hasta cierto punto debe ocurnr en cualquier análisis, entonces_la
En dos palabras, esta fórmula establece que las relaciones socia­ cosa se ve como que contiene dentro de sí misma su red relacio­
les se consuman en la relación de una cosa consigo misma, y que nal y su contexto circunstancial; la cosa es un sistema de rela­
la ontología no yace en un gestalt relacional, sino a grandes ciones.
rasgos dentro de la cosa misma. Las cosas atomizadas, autoen­ Por otro lado, si prevalece el enfoque atomista, com~ ocu_rre
capsuladas, a las que Bum se refiere como "masas en bruto", se en nuestra cultura, la cosa aislada en sí misma tenderá mevua­
transforman en los objetos principales de análisis, porque su blernente a parecer animada, porque en la realidad es parte d~ un
significado y sus propiedades parecen yacer sólo dentro de ellas 'f"~!':·'·::· :·;, proceso creativo. Si "cosific~mos" las partes de ün 5iste~a vivo,
... .;....;.­­·.­··
mismas. La explicación y la comprensión verdaderas descansan si ignoramos el contexto del que forman parte, y después obser­
,.~. ;::"''

lt~
ahora en una concepción de principios de unión que reduce la vamos que las cosas se mueven, para decirlo de alguna manera,
totalidad del fenómeno a sus partes más simples y, en última lo que va a seguir por lógica es que las cosas se veanº. se hable
instancia, la causalidad ha de encontrarse en el movimiento sin de ellas como si estuvieran vivas y poseyeran sus propios pode­
cambios de los átomos físicos elementales. Este predominio del res autónomos. Si se las considera meramente cosas, aparecerán
carácter de "cosa" tiende a destruir el conocimiento de la gente por lo tanto como si fueran cosas en verdad a_nimadas: fetiches:
y a borrar su capacidad de evaluación moral de las relaciones y Al capital, por ejemplo, se lo compara con ~n ~rhol que da frutos:
procesos bío­lógicos y socio­lógicos, especialmente en lo que se la cosa en sí misma es la fuente de su propio incremento. De ah1
refiere a las actividades y relaciones socioeconómicas. Esto no
~;~f>>J que la concreción lleve al fetichismo.
quiere decir que, según este enfoque, las cosas como tales no se
puedan relacionar con otras cosas, y armoniosamente, por lo :­~~!,f:~>'.·
­~<
demás. El esquema de Newton de los planetas, y el punto de vista EL FETICHISMO: LO PRECAPITALISTA VS. LO CAPITALISTA
\.;·~. ··.•.·
de Adarn Smith sobre el mercado que se autorregula, son los
ejemplos más notables c.Je una reciprocidad corpuscular que
"~·

En contraste con esta subordinación de las personas a las cosas,


.

forma un todo armónico, en gran medida como sucede hoy con ,~f: en las sociedades precapitalistas se considera que las personas Y
las teorías de los sistemas modernos. Sin embargo, las relaciones ~.'~
·.,.'.;,····,
. . .•. !. ..~· los productos que ellas crean están entrelazados. Sin embargo,
de enlazamiento se consideran como externas a las cosas indivi­ ~>" también en estas sociedades tales productos pueden llegar a
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EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCIA 61
60 MICHAEL T. TAUSSIG

orgánica entre las personas y sus productos, y esto marca un


adquirir cualidades de vida. De esta forma, los productos pueden
azudo contraste con el fetichismo de los bienes de consumo de
transformarse en fetiches, pero lo hacen por razones completa­
1:S sociedades capitalistas, resultante de la división entre las
mente diferentes de aquellas que señalamos más arriba, propias
personas y las cosas que éstas producen e intercambian. El
de una sociedad basada en el intercambio de bienes de consumo.
resultado de esta división es la subordinación de los hombres a
En el modo de producción precapitalista no hay una definición
las cosas que ellos producen, que parece ser indispensable y
mercantil o consumista del valor y de la función de una merca"
poseer poderes propios.
dería, y las conexiones entre productores y entre producción y
De esta forma, las creencias en el diablo que nos ocupan,
consumo, directamente son inteligibles. Los productos parecen
pueden interpretarse como la reacción indígena a I_a suplanta~ión
animados o dotados de vida precisamente porque parecen cor­
de este fetichismo tradicional por uno nuevo. Segun se lo entien­
porizar el medio social del que provienen.
de en el viejo sistema de valores de uso, el diablo es el mediador
Por ejemplo, en su análisis del intercambio entre los maoríes,
en el choque entre estos dos sistemas muy diferentes de produc­
Mauss dijo que era como si existiera una fuerza vital (hau) dentro
ción e intercambio. Esto es así no sólo porque el diablo es un
mismo de las mercancías y los servicios que se intercambian, la
símbolo adecuado del dolor y los estragos que están causando
cual obligaba a la reciprocidad. Según Mauss, los maoríes creían
las plantaciones y las minas, sino también porque Jasvíctimas
que las mercancías mismas eran personas o pertenecía~ a perso­
de esta expansión de la economía de mercado toman esta eco_no­
nas, y que al intercambiar algo, uno, en efecto, esta~a mt~rc.am­
mía en términos personales y no de bienes ~·consumo, y ven en
biando una parte de sí mismo (1967). En su trabajo Primitive
ella la distorsión más horrible del principio de reciprocidad, un
Man as a Philosopher, Paul Radin habla del concepto maorí de
principio que en todas las sociedades precapitalistas está ~poya­
la personalidad junto con ejemplos tomados de otras culturas
do en sanciones místicas y cumplimentado por penalidades
primitivas, y señala la insistencia en cuanto a las múltiples
sobrenaturales. En las minas y los campos de caña, el diablo
dimensiones del ego y su extensión hacia el pasado y el futuro.
refleja la adhesión de la cultura de los trabajadores a los princi­
Los diversos elementos pueden disociarse del cuerpo temporal­
pios que sustentan el modo de producción campesino, aun cuan­
mente, para entrar en relación con los elementos disociados de
do estos principios están siendo socavados progresivamente por
otros individuos y con la naturaleza. Concluye su análisis al ·.'.~!li:ltt,,,-i:.,,,,.
la experiencia cotidiana del trabajo asalariado en condiciones
establecer que en una filosofía de ese tipo, el ego es inteligible ·i(_.jjiiip;:;".'Ú':··.
capitalistas. Pero hasta que las instituciones capitalistas hayan
únicamente en tanto y cuanto está en relación con el mundo
penetrado todos los aspectos de la vida económica, y la revo~u­
externo y con otros egos. Hay implícita una conexión entre el
ción del modo de producción sea completa, las clases bajas
ego y el mundo fenomenal, y esta conexión toma la forma de una
persistirán en considerar los lazos entre las p.ersonas en_ s~s
atracción y una compulsión:
actividades económicas modernas corno en realidad son asirne­
trices, no recíprocos, explotadores y destructores de las relacio­
La naturaleza no puede resistirse al hombre, y el hombre no puede
nes entre las personas ­y no como relaciones naturales entre
resistirse a la naturaleza. Es impensable una concepción puramente
fuerzas supuestamente inherentes a las cosas potentes.
rnecanicista de la vida. Las partes del cuerpo y las funciones fisioló­
gicas de los órganos, al igual que la forma material que toman los
objetos de la naturaleza, no son más que símbolos, simulacra, de la
entidad esencial físico­espiritual que está detrás de ellas (Radin,
1957: 273­274).

En otras palabras, el fetichismo que se encuentra en la econo­


mía de las sociedades precapitalistas surge del sentido de unidad
Parte II

LAS PLANTACIONES DEL VALLE DELCAUCA


EN COLOMBIA

¡Campesinos! ¡La caña de azúcar lo degenera


a uno,' lo vuelve una bestia, y mata! Si no
tenemos tierra no podemos contemplar el futuro
bienestar de nuestros hijos y familias. Sin tierra
no puede haber salud, 'ni cultura; ni educacián.
ni seguridad para nosotros, los campesinos
marginados. En todos estos distritos uno en·
cuentra las parcelas de la mayoría amenazadas
por el terrible Monstruo Verde, "que es la Gran
Caña, el Dios de los amos de la Tierra.

Bando Campesino
del sur del Valle del Cauca, 1972.

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'­oi~n­,
;''·'~i'te'>'''

'¡,.¡

. ..,
3. LA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL SURGfMIENTO
DEL CAMPESINADO LIBRE

Para cualquier discusión sobre la religión negra esclava en


América Latina, se hacen necesarias dos generalizaciones. La
primera: los blancos tenían recelo de los poderes sobrenaturales
de sus vasallos, y viceversa. La segunda: la religión era insepa­
rable de la magia y ambas penetraban la vida cotidiana: la
agricultura, la minería, la economía, el arte de curar, los asuntos
maritales y las relaciones sociales en general. La Inquisición, por
ejemplo, JIO consideraba a las artes ocultas existentes en Jos tres
continentes corno fantasías vanas, sino corno el ejercicio de
· poderes sobrenaturales que incluían un pacto explícito o implí­
cito con el diablo. Los esclavos africanos trajeron sus misterios
y brujerías, los indios, por su parte, sus poderes ocultos para curar
o matar, y los colonos su propia creencia en la magia (Lea, 1908:
462).
La erudición mágica de los europeos se unió a la de los
despreciados africanos e indios, para formar una· simbiosis, una
transformación y una adaptación de las formas que cada grupo
desconocía. Este proceso fue más obvio en las creencias que
tenían que ver con las enfermedades y las curaciones. Los
europeos tenían pocos recursos médicos eficaces, y las curacio­
nes dependían en gran medida de la fe religiosa y mágica: misas,
rezos a los santos, rosarios, agua bendita y milagros, todo forjado
por los sacerdotes y los curanderos del pueblo. El adoctrinamien­
to de los esclavos africanos por parte de los sacerdotes católicos
se concentró en el arte de curar, que aprovechó al máximo el
poder milagroso del panteón cristiano (Sandoval, 1956). Por el
contrario, los europeos se valieron de la magia de sus vasallos.
que no se diferenciaba de la religión. De hecho, los europeos
definían las religiones africanas e indias no simplemente como
magia, sino como rnagiu negra. "Es en este trance", escribe
Gustavo Otero, refiriéndose a los primeros días de la Conquista,
"que los conquistadores pasaron a ser los conquistados" (1951:

65
66 M!CHAEL T. TAUSSIG CA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 67

128). Esa dialéctica inquieta de las contra­atribuciones mágicas También destruían símbolos de la Iglesia, lo que no es de sor­
persiste en la cultura popular hasta el día de hoy. prender en una sociedad en la que, por ejemplo, una mujer que
La colonización y la esclavitud otorgaron inadvertidamente rüvíera esclavos podía medir la duración de un azotamiento por
un poder místico especial a los más débiles de la sociedad énierripoquele tomara rezar el rosario (Meiklejohn, 1968: 216).
colonial: el poder del mal místico, según se corporizará en el i? En sus escritos de 1662, el inquisidor principal atribuía buena
temor de los cristianos al diablo. La dualidad cosmológica cuasi p':irte de la brujería y la idolatría existente en los distritos mineros
maniquea de los conquistadores, coexistía con el monismo poli­ áfiriaterialismo imprudente de los dueños de las minas, quienes
teísta o animista de los esclavos africanos e indios, de manera '.'5­Ólo·viven para el lucro ... y están atentos únicamente a que los
que los conquistadores fueron para los conquistados lo que Dios esclavos cumplan su trabajo diario sin que les importe nada más"
para el diablo. De esta forma, la religión popular de América (Ivf~diila, 1889: 120). ·
Hispánica estuvo marcada por dualismos étnicos y de clase de ... Oste·nsiblemente, esta brujería podía no sólo matar y mutilar
este orden trascendental, siempre susceptible a las inversiones á'.fá.gente, sino también destruir los frutos de la tierra; éste es un
mercuriales según las corrientes variantes de la casta y el poder reclamo que todavía se escucha en relación con supuestos pactos
de clase. éoncéJ· diablo hechos por los trabajadores de las plantaciones del
La Inquisición se fundó en Cartage na a principios del siglo XVI! · Valle del Cauca. El pacto aumentará su productividad y su
por razones que incluían el juicio de los sacerdotes según el sal~r!o;· 'pero hará estéril el campo de cañas. Sin ernbatgo, los
cual la Colonia era "lo más vicioso y pecaminoso de los Domi­ .·mismos trabajadores, trabajando por su cuenta como campesinos
nios Españoles (con) su fe a punto de destruirse" (Lea, 1908: 6 en­parcelas de los vecinos cercanas a la plantación, o como
456). Lis esclavas servían de curanderas a personajes tan exal­ niibifüiltésde subsistencia independiente en las selvas de la costa
tallos como el obispo lle Cartagena y los mismos inquisidores, déF'.Radfico, según la opinión general, rechazan tales pactos.
mientras que a otras se las flagelaba cuando sus poderes ocultos Zaragoza, el área minera a que nos referirnos, ­fue escenario de
se consideraban malignos, especialmente durante el auge de las una de las revueltas de esclavos más grandes d,e Colombia, la
epidemias de brujería. Los hechiceros hombres (brujos) se trans­ ':~'!:'.':'".'·'.:'..'..'.'.'. · .; que;según los observadores, estuvo a punto de exterminar a los
formaron en líderes importantes en los campos de esclavos · blancos y también de destruir las minas (Vázquez de Espinosa,
•.\:;;:{~~A.~f..$:..;,::~1.;· ..... :·
fugitivos (palenquesy; lo que causaba a las autoridades una ·,.,..~;f,¡,~; . 1948: 341).
preocupación permanente (Borrego Pla, 1963: 27, 83; Tejado ,.,. · Elmomento espasmódico que tendió un puente entre el látigo
Femández, 1954: 117­132). Como intermediarios de Satanás, · yelgrito ~e renuncia al Dios del amor, epitoma al diablo de los
dichos líderes supuestamente iniciaban a sus acólitos con un esclavos; Este puede transformarse en una figura lle consuelo y
ritual que se burlaba del bautismo cristiano y renegaba de Dios, pó4,e(~n ~s~ guerra de desgaste contra la cultura africana y la
de los santos y de la Virgen María, para llegar a la salvación en .hurnanidad misma. En su adoración al diablo, los esclavos se
la otra vida y a la riqueza y al poder en el aquí y ahora. Este adU,.efi,i,lS'~H del enemigo de su enemigo. Irónicamente, con sus
sistema de creencias expresa el espectro de la inversión social. p,ropios intentos de supresión, la Iglesia validó indirectamente el
Ordenadas teolúgicamente por el Dios supremo, las jerarquías culto'aldiablo y lo invistió de poder. Al demostrar temor por los
de las formas sociales definidas por Ja clase, el color y el sexo, poderes espirituales de los esclavos, los españoles crédulos
engendraron su imagen reflejada en los temores o esperanzas de inadvertidamente entregaron un instrumento importante a sus
un submundo aliado con Satanás. siervos., Los españoles creían que el diablo había producido
Los negros eran notorios por sus estallidos militantes anticris­ muchos 'africanos paganos y que los esclavos eran parte lle su
tianos, que se hacían rito en el sine qua non lle la esclavitud: las : rninisJ,úi9. Después de todo, los siglos XVI y XVII fueron los arios
flai.;elaciont:s;en esos momentos no era raro que la víctima gritara más;,ii)té'nsos del culto a las brujas en Europa occidental, la
"¡Yo denuncio a Dios!" (Medina, 1889: 106; ct., Pulrner, L 975). Contrarreforma y la Inquisición; una época en que toda la
68 MICHAEL T. TAUSSIG LA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 69

cristiandad temblaba ante la amenaza de lo diabólico y de la ¡0 siguiente, a principios del siglo XVII, desde su destino en
manipulación de la naturaleza por parte de los magos. Cartagena: "Ellos adoran al diablo [ ... ] y cuando enferman
En forma ambigua pero persistente, los europeos ponían a un invocan los nombres de Jesús y María" (1956: 71, 82). En cuanto
mismo nivel el folclor y la religión de los esclavos, y la identidad a "Guinea", escribe, el diablo tenía allí tal influencia y tantos
africana y el diablo (cf., Genovese, 1974: 159­284). Pero para el ayudantes, que las pocas personas que sentían alguna inclinación
esclavo africano, el diablo no era necesariamente el espíritu hacia la fe cristiana morían sin remedio de brujerías o veneno.
vengador del mal. También era una imagen de regocijo y un Así y todo, según su propio testimonio, era imposible hacer
embustero poderoso. Según señalara Melville J. Herskovitz, los proselitismo sin reforzar las premisas paganas de los neófitos
africanos occidentales consideraban al diablo europeo corno su potenciales.
divino embaucador, y su filosofía moral resistió la aguda dico­ La puesta en vigor del cristianismo tuvo que vérselas con esas
tomía del bien y el mal defendida por los misioneros (1958: 253). contradicciones casi insuperables, que en todas partes dificulta­
Hoy en día, a lo largo de los ríos virtualmente aislados de la costa ban el control social de los colonizadores. Las autoridades limi­
del Pacífico colombiano, allí donde se dejó que los negros se taron o suprimieron algunas de las expresiones más públicas de
instalaran después de su emancipación, no hay uno sino varios la religión popular­por­ejemplo, los días de fiesta y los funerales
diablos que, más que amenazar, tientan. La idea del infierno organizados por las cofradías negras (hermandades religiosas),
entre los negros del río Raposo no corresponde sino vagamente y los cabildos (consejos}­, lo que aumentó la solidaridad entre
a la idea cristiana; algunos lo ubican en el cielo (Pavi, 1967: 234). los esclavos y los negros libres, impulsó la liberación y mantuvo
Al ver que sus espíritus se definían como diablos o que uno en una tradición africana en el Nuevo Mundo (Acosta Saignes,
particular se definla.corno el diablo, los negros no le atribuyeron 1967: 202­205); Bastide, 1971: 99). Pero, aun así, paradójica­
inmediatamente el mal al "diablo", por lo menos no al principio. mente, una de las razones para permitir la formación­de tales
Y aunque lo hubieran hecho, la atribución podía haber significa­ cofradías y cabildos había sido la de extender el control sobre la
do hostilidad hacia el nuevo orden. población negra (Bastide, 1971; Ortiz, 1921). ·
Al describir la ceremonia entre los ashanti, William Bosrnan Las escasas versiones del proceso de cristianización sugieren
escribió hacia fines del siglo XVII: que la conversión y la consoiidación de la creencia no pasaron
de ser una formalidad durante la época completa de la esclavitud.
Los Conjuradores y los Milagreros no son cosa rara entre los Negros; Sandoval, por su parte (1956: 198), se hizo eco de la observación
creen firmemente en ellos, pero de una manera distinta que nuestros común según la cual los dueños de esclavos consideraban que
Ridículos Opinionisias Europeos, quienes están convencidos que tos esclavos convertidos eran más rebeldes y trabajaban menos
ningún Conjurador puede hacer ninguna hazaña sin la ayuda del

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que los que no habían sido adoctrinados, pagando menos por
Diablo. Pero por el contrario, los Negros no dudan de que "se trata ellos (Sandoval, 1956; 198; cf., Bowser, 1974; King, 1939:

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de un don de Dios", y aunque en la realidad no es más que un engaño, 16­17). No sólo los blancos no se sentían inclinados a comprar
ellos, ignorantes del Fraude, se lo loman como un Milagro que est:í esclavos cristianizados, sino que trataban de impedir su conver­
más ali~ de los poderes Humanos: pero el Diablo puede no participar sión, diciéndoles a veces que el bautismo era una 'cosa mala.
en lo absoluto de tul Honor, que le atribuyen enteramente a Dios
Según José Toribio Medina, los dueños de esclavos que no
(1967: 157­158).
deseaban pagar los costos de interrogatorios y penalidades pro­
¡Y en cambio los españoles se lo atribuían todo al diablo!
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_·;;¡;;_·.­:·_·­=::·. longadas, alentaban a sus esclavos a que desaparecieran, en caso
~­~~ {, . de estar en la lista de la Inquisición (1889). Como resultado, al
Perturbados por el carácter puramente formal del bautismo y la
,~,·: ·;.
.
menos durante los primeros años, parece haber florecido una
conversión, que en realidad impedía el adoctrinamiento en vez
de apoyarlo, el notable padre jesuita Alonso de Sandoval escribió ·.,:~:
:"{':.'-
'.... · oculta religión africana o cuasi africana, sincretizada en una fe
­,;,::.· '. ardiente en los poderes milagrosos de Cristo y los santos, espí­
~ ::­:~.!t ­_.;

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70 MICHAEL T. TAUSS!G LA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 71

ritus poderosos a los que se podía recurrir para obtener socorro 1852, fue precisamente el cristianismo en su sentido verdadero
terrenal. el que estaba activo entre las clases oprimidas, como resultado
En 1771, el obispo de Popayan, capital de la región del Cauca, de su condición y del abuso de la doctrina por parte de las
al suroeste de Colombia, se quejó amargamente, porque sus autoridades. Los dueños de los esclavos y sus sacerdotes, ense­
intentos de catequizar a los esclavos y de evitar que trabajaran ñaban una versión pervertida del cristianismo, que facilitaba
los días domingos y fiestas de guardar, chocaban con la férrea eventualmente su propio derrocamiento. Su acusación no estaba
oposición de sus dueños. Creía que los clérigos especuladores de dirigida contra el cristianismo, al que consideraba como algo
minas se estaban identificando demasiado con los explotadores esencialmente liberador, sino contra los dueños de esclavos y
de sus rebaños de esclavos (King, 1939: 217). El derecho de los contra la Iglesia, cuya prédica "se reducía a la idea de un Dios
esclavos a descansar en los días de fiesta, de los cuales por lo terrorífico para exaltar a los grandes terratenientes, inculcar un
menos había uno a la semana (además del domingo), fue acalo­ respeto ciego por la clases privilegiadas [ ... ] combatir el afán
radamente discutido por los dueños de las minas del Cauca libertario que amenazaba su hegemonía con la amenaza del
durante el siglo xvm. Sin embargo, en un estudio sobre la salud castigo eterno [ ...] y para erigir como pecado la más mínima
de los esclavos de Nueva Granada, David Lee Chandler llega a acción por parte de los pobres y de las clases devaluadas" (1853:
la conclusión que para muchos esclavos, la insistencia de la xi, xii, lxxix). · · ·· ... ­• '· '·
Iglesia en cuanto a los días de descanso, "podría haberles ... . . Como Mercado observara astutamente, se ira ns formó en un
prolongado la vida" (1972:238). En esos días también podían punto discutido quiénes eran los que practicaban la idolatría, si
ganar el dinero necesario para comprar su libertad, pero muchos los, gobernantes o los gobernados. El poder tremendo de los
dueños de esclavos en el Cauca respondieron reduciendo la dueños de esclavos, en ninguna parte tan marcado como en el
ración de alimentos y ropa de los esclavos. En estas circunstan­ Cauca, engendró un fanatismo religioso propenso a la violencia.
cias, los días de fiesta podían haber inclinado a los esclavos . Con el impulso propiciado por las condiciones de conmoción
favorablemente hacia la Iglesia, agregándole un factor racional de la Revolución francesa y las guerras de Independencia de la
a la oposición contra sus amos. ,~".'.·'.:":''.:''.~'. América Española, el dios diabólico de los dueños de esclavos
Los sacerdotes no abundaban, y eran pocos los que prestaban ···­­.­. ­···· difundió una visión antitética de la causa santa entre las clases
alguna atención a la conversión de esclavos. "Como resultado", .~ ..~·.:;­.' dominadas: una utopía católica radical, anarquista e igualitaria,
escribe Norman Meiklejohn, "muchos de los negros colombia­ fundada en las maneras sagradas de la naturaleza. Al suponer
nos ignoraban absolutamente el real sentido del cristianismo y .·confiadamente el apoyo de las masas, Mercado declaró: "Tene­
de sus preceptos morales" (1968: 287; cf., Pons, 1806, 1: 160). 11JOS que arrastrar a la luz del cristianismo las iniquidades que
De todos modos, esta "ignorancia" no se puede explicar sola­ · ;.com.etieron contra el pueblo. El pueblo sabe que sus derechos no
mente por la escasez de sacerdotes. La religión popular negra a deberían estar a merced de los gobernantes, sino que son inrna­
duras penas podía aceptar la esclavitud y todo lo que ésta .:.nentes por naturaleza, inalienables y sagrados" (1853: lxxix),
implicaba, y los esclavos por su parte no podían sentirse satisfe­
chos con ser iguales ante los ojos de Dios pero no ante los
propios. Fue apenas con el colapso de la hegemonía colonial y ·,1.':.LA MANUMISIÓN, EL LAISSEZ·FAIRE Y LA DESARTICULACIÓN
del poder de la Iglesia, que pudo aparecer una interpretación REGIONAL
radical del cristianismo, como ocurrió con la doctrina milenaria
adoptada por los radicales liberales desde la década de 1840 en [a importancia de estas reivindicaciones proféticas surge de los
adelante. .:registros del siglo XIX del Estado esclavo más grande de! Valle
Según la opinión de Ramón Mercado, nativo de Cali y gober­ , .del Cauca: el de la familia Arboleda. Estos registros se encuen­
nador del Partido Liberal de la región del Cauca entre 1850 y ,. tran en el Archivo Central del Cauca, Popayán, Colombia, y aún
72 MICHAEL T. TAUSSIG LA RELIGIÓN ESCLA Y A Y EL CAMPESINADO LIBRE 73

no han sido clasificados e indexados. Todas las citas siguientes, das y minas del valle, y tomó nota con aprobación, de que el
salvo indicación en contrario, provienen de esta fuente. En 1695, sacerdote los oía en confesión. "Si se tramaba una conspiración
el originador del clan, Jacinto de Arboleda, no había dejado más entre los Negros, seguramente el sacerdote se enteraría desde su
que cuarenta y siete esclavos (Jaramillo Uribe, 1968: 22). En confesionario" (1827, 2: 130). Su suposición resultó errónea. A
1830, sus descendientes, Sergio y Julio Arboleda, se contaban principios de la década de 1840 los esclavos de las haciendas de
entre los hombres más acaudalados de la república, con mil los Arboleda se unieron al ejército rebelde de Obando, quien
cuatrocientos esclavos que rotaban de las minas de la costa del estaba asolando el suroeste de Colombia con la promesa de la
Pacífico a Jos lavaderos de oro y a las haciendas en el límite sur abolición inmediata, y saquearon dichas propiedades. Los títulos
del Valle del Cauca. de Obando incluían el de "Protector de Cristo Crucificado", y al
El país era grande, sus habitantes pocos, y el control efectivo grito de "Federalismo y Religión", levantó el estandarte de la
de los fugitivos, difícil. Hacia fines del siglo xvrn, las fugas y revolución. En 1841 decretó que todos los esclavos que se
los levantamientos constituyeron una fuerza social importante, unieran a sus fuerzas serían liberados, y sus dueños recompen­
paralela a la creciente inquietud de los negros libres y una ola sados con el fondo de manumisión del gobíernóo con sus propios
general de descontento de toda la Colonia, que culminó en la recursos, si los otros no resultaban suficientes. Pero la revolución·
guerra de los comuneros de 1781. En el valle se descubrieron fracasó. .
complots para llevar a cabo grandes revueltas, algunos de los . En 1843 el gobierno provincial estimó en 400 000 pesos las
cuales incluían alianzas con los indios, y también se descubrie­ pérdidas ocasionadas por la fuga .~ la muerte de los esclavos, y
ron sociedades secretas de cabildos de esclavos (Jararnillo Uribe, por la confiscación del ganado. Los dueños de esclavos temían
1968: 68­ 71 ). la recurrencia de la guerra racial, e intentaron que en 1843 se
En la misma parte sur del valle, cerca de los dominios de los aprobara un código penal perjudicial para los negros (Helguera,
Arboleda, un propietario de minas y su hijo, en 1761, fueron 1971: 192­193). La reacción ante la rebelión y el precio a la baja
asesinados por sus esclavos (Arboleda, 1956, 2: 306­307). Ocul­ de los esclavos consistió en venderlos en el extranjero. Julio
tos y a salvo en un palenque en lo profundo del bosque, a !o largo Arboleda llevó 99 adultos y 113 niños a través de los Andes hasta
del río Palo que bordeaba las vastas propiedades de los Arboleda, ··:~U{['.: la costa del Pacífico y los vendió a comerciantes de esclavos
los esclavos fugitivos comenzaron a cultivar tabaco de alta '":'~~;.;,¡·, peruanos, por algo así como 31 000 pesos (Helguera y Lee
graduación durante los últimos veinticinco años del siglo XVIII, López, 1967); una diáspora que los negros nunca podrían olvi­
y continuaron haciéndolo hasta la abolición de la esclavitud. dar.­De toda la paz de que disfrutaron los Arboleda durante la
Viviendo como hombres al margen de la ley, producían clandes­ mayor parte de la era esclavista, legaron recuerdos amargos que
tinamente alrededor de una duodécima parte del total de lo perduran hasta nuestros días. Los negros dicen habitualmente
cosechado en el valle. La policía no se atrevía a adentrarse en la que los muros interiores de las haciendas están manchados eón
zona. Los fugitivos tenían relaciones amistosas con los frailes
disolutos del monasterio cercano, de quienes se decía vivían con :.;~i~ Ja, sangre de los esclavos azotados o torturados, y que ninguna
cantidad de pintura la puede borrar. En la medianoche del
mulatas, y trabajaban con bandas de traficantes de tabaco en Viernes Santo el pueblo dice oír el traqueteo de una mula que
conflicto constante con el gobierno y su estanco del tabaco ­Í~fl:­~­t. lleva a Julio Arboleda, quien busca en vano el perdón de sus

.
(Harríson, 1951: 33­40, 132­140, 200­202). pecados.
·:~·. "·­..:·•~~
. . ~.. ·. ·::.r:·/;___ .:.·,,.'_· ·:
El coronel J.P. Hamilton, quien viajó por el Valle del Cauca ,·•:
··'.;;:~~~ ­~~';­ ­ '.
En 1851, con el ávido apoyo de los dueños de esclavos del
en calidad de observador del gobierno hrittinico a mediados de ··:t;· ·_!_ valle, los Arboleda encabezaron una guerra civil que fracasó,
la década de 1820, estuvo un tiempo en Japio, la más grande de para oponerse a la abolición. Contra la marea creciente del libe­
las haciendas de los Arboleda. Consideró que sus esclavos eran
'.~;~(­2 ralismo radical y el odio de clases, ellos plantearon que la mano

l
físicamente superiores y más saludables qut: los de otras hacien­ de obra desaparecería. Tenían razón. La explotación de las minas
.
·;_

. ­~,
74 MICHAEL T. TAUSSIG LA RELIGIÓN ESClA VA Y EL CAMPESINADO LIBRE 75

auríferas en el Valle del Cauca cesó poco después, a excepción esclavos, por familia, y se distribuyeron gratuitamente; las pas­
de las prospecciones que realizaban los campesínos marginales. turas se rentaron. Los negros, dijo, "son ahora los dueños de mis
Pero a pesar de su derrota y de la pérdida de los esclavos, Jos propiedades, y me dejaron una especiede dominio, no otorgán­
Arboleda mantuvieron una semejanza con sus antiguas opera­ dome más que la quinta parte de mis ingresos anteriores". Y con
ciones en las haciendas; un reajuste facilitado por su estrato y su el mismo dilema se enfrentaron los amos de la tierra de todo el
fortuna, y por el hecho de estar ubicados entre dos ciudades im­ valle (Posada y Restrepo Canal, 1933; Holton, 1857: 381­382,
portantes y conectadas entre sí: Cali y Popayán. Lo más impor­ 420, 511).
tante es que Sergio Arboleda, hermano de Julio y dueño de Japio, ­· Al volver a sus propiedades, en 1853, las que temporalmente
había preparado planes de contingencia para la abolición política habían sido confiscadas por el Partido Liberal victorioso, los
alentada por las vacilaciones del gobierno nacional. Para la abo­ Arboleda refinaron el sistema de concertaje. Dividieron 330
lición de enero de 1852, la hacienda Japio y su subdivisión de hectáreas de selva virgen entre los negros de Quintero, y les
Quintero, se había preparado para la transición, institucionali­ dieron "pan, vestido y techo". Los negros tuvieron que limpiar
zando una nueva categoría de trabajadores: los concertados. És­ la selva, establecer plantaciones para la hacienda y pagar rentas
tos eran negros que a cambio de una pequeña parcela o unas (terrajes) de entre cinco y diez días de trabajo por mes. En otro
pocas hectáreas, trabajaban en la hacienda un determinado nú­ esfuerzo por solucionar la merma de mano de obra, Sergio
mero de días. Justo antes de la abolición, alrededor del 40% de Arboleda comenzó una producción de capital intensivo: empezó
los esclavos adultos habían pasado a ser concertados. adestilar brandy, lo que pasó a ser la mayor fuente de ingresos
En 1852, Joaquín Mosqueta, un vecino dueño de esclavos que de la hacienda, siendo la responsable de buena partt¡ de su éxito
en 1830 había sido presidente de Colombia, escribió: "Hasta económico en relación con las otras haciendas del valle; que en
ahora, la abolición general no ha producido ninguna conmoción ese entonces declinaban inexorablemente.
seria; pero veo dificultades alarmantes porque los agitadores han Los Arboleda trataron de controlar firmemente a sus arrenda­
estado aconsejando a los negros que no hicieran contratos con tarios, restringiendo las reuniones públicas y el trabajo en· las
sus antiguos amos ni que dejaran sus tierras, sino que tomaran ·~
~~·~'!'.''·........•' ,.,.~ parcelas rentadas. Tuvieron un éxito considerable, pero nunca
...
posesión de ellas" (Posada y Restrepo Canal, 1933: 83­85). llegaron a consolidar la mano de obra que tan desesperadamente
Los incidentes de este tipo eran comunes. Gilmore plantea ..:-~ :);::;i;;;:·'.~··:
necesitaban. Años más tarde, en 1878, Sergio Arboleda describió
que en la provincia minera de Chocó, bien al noroeste del Valle -~~.• ~ié.i~~.'' sus problemas. Mientras duró la esclavitud, él consideró de su
del Cauca, "los dueños de propiedades temían expropiaciones propiedad los bosques a lo largo de los límites de la hacienda La
comunistas de sus posesiones", En relación con las minas de Bols'! y el río Palo, que durante tanto tiempo fueran el refugio
Barbacoas, al suroeste, el famoso geógrafo Agustín Codazzi de)os esclavos fugitivos. Pero cuando en 1851 los liberales le
informó que "esos agitadores pervertidos o mal intencionados le confiscaron sus propiedades, liberaron a los esclavos y él y su
infundieron a esa gente ignorante y rústica (los negros y los hermano tuvieron que huir a Perú, "Se desencadenó la anarquía,
mulatos), la idea de que no debían trabajar para los blancos, y y cuando regresé en 1853, el caos político continuóhasta 1854,
que las tierras de estos últimos habían de dividirse entre ellos" y.tan grande fue el horror que infestó esos bosques, que nadie se
(Gilmore, 1967: 205). atrevía a tratar de llegar a un acuerdo con los terrajeros. Yo
Tres meses más tarde Mosquera informó que sus minas, mismo sentía demasiado temor de meterme allí". Con la revolu­
ubicadas en el área de Caloto, parecían un pueblo destruido por ción de 1860 los negros libres rechazaron el trabajo asalariado,
un terremoto. Pasó dos semanas negociando con los ex esclavos aun.cuando les fue ofrecido en términos generosos. En su resis­
la reorganización de las minas, gran parte de las cuales rentó a tencia, los blancos sacaron ventaja de la turbulencia política
"precios viles" a comerciantes blancos de la localidad, y a nacional, que desgarró al Valle del Cauca más qut: a ninguna otra
negros. Las chozas y los platanales se dividieron entre los ex parte de la república. Ya sea bajo el estandarte partidista de los
76 MICHAEL T. TAUSSIG LA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 77

Conservadores o de los Liberales, las élites feudales lucharon ebra y la inseguridad de la propiedad. Las clases bajas desdeña­
salvajemente por el poder, en una región donde la hostilidad ban el trabajo asalariado, y no había garantías para "el derecho
arisca de la clase formada por la nueva burguesía, inclinaba el sagrado de la propiedad privada", que había recibido su primer
equilibrio del poder. ataque con la abolición (1972: 328­331 ).
Marcada por el antagonismo de siglos de esclavitud, esta También había una falta de confianza total en los negocios.
nueva clase de campesinos encontró una libertad precaria en la Sergio Arboleda percibió que la esclavitud habíaengendrado un
desunión prevaleciente entre sus ex amos, en una economía clima moral antagónico a la ética del trabajo. A pesar de ese
dependiente. Los amos de la tierra lucharon vanamente por legado y las distorsiones de las inversiones de capital inducidas
comercializar sus posesiones y por recuperar sus riquezas duran­ por el nuevo imperialismo, culpó enfáticamente del malestar
te una reducción económica que aisló al Valle del Cauca de los social al debilitamiento de la religión cristiana, única que podía
nuevos mercados, mientras que los campesinos subsistían gra­ mantener perezosa e ignorante a la población. "Debemos devol­
cias a la generosidad del suelo. A medida que la república se vio ver al catolicismo su imperio, organizar una vez más la familia
más envuelta en el libre comercio del mercado mundial, el cristiana [ ... ) restablecer el derecho a la propiedad [ ... ] y crear un
mercado nacional se fue fragmentando, y cada segmento del nuevo ejército permanerue" (Arboleda, 1972: 207). Años titrás,
interior llevó adelante su comercio principal con Europa. Se los dueños de esclavos se habían excusado de cristianizar a sus
había vuelto más barato llevar mercaderías a las provincias esclavos, de quienes dijeron eran muy ignorantes. Ahora, uno de
occidentales desde Liverpool que desde Bogotá (Safford, 1956: sus ideólogos más importantes hacía un .ptanteo análogo contra
507­508). Mientras que algunas áreas, como la región tabacalera la democracia burguesa al establecer que las masas ignorantes
del Valle de la Magdalena, fueron arrastradas por la corriente del sólo podían vivir en armonía si eran cristianas.
libre comercio, el Valle del Cauca se transformó en un remanso La unidad de hacienda y capilla se había lesionado. Los ex
económico. esclavos se retiraron a la selva adyacente para formar una pobla­
En 1857 Sergio Arboleda observó que la economía del Cauca ción· autosuficiente de cultivadores independientes, libres de
estaba en condiciones mucho peores que la de comienzos de . ':.'~!!!.'!"'"'.
,. _.,...~.., ..... ~.. crear su propia comprensión del cristianismo. El cristianismo,
siglo. Las minas, edificios públicos, acueductos, puentes, igle­ : •..­.e:::.­.:,:::·.:. del que dependían los amos de Ja tierra como Arboleda para
sias y residencias privadas, estaban en ruinas. Era imposible ·;i~ift):c\<n'< contener a las masas, no se estaba debilitando; en todo caso, sus
encontrar artesanos que se ocuparan de su reconstrucción. L1s componentes folclóricos se estaban liberando. La función latente
desechos de las haciendas descuidadas, infestaban los campos. de la Iglesia siempre había sido la de coordinar las distintas
La explotación aurífera se había derrumbado. Los precios de los castas y clases alrededor de una base ideológica común, donde
productos del campo se habían duplicado desde el final definiti­ congeniaran el misticismo y la doctrina oficial. La religión de
vo de la esclavitud en 1852, de manera que aun cuando los los Misterios, los milagros, los espíritus de los antepasados y los
salarios también habían aumentado, el jornalero estaba en una santos, junto con el temor a los maleficios, siempre había conte­
situación mucho peor que la anterior. Sin embargo, "si perdimos nido el alma de los negros. Y ahora, a medida que cambiaba la
nuestro comercio interno", siguió escribiendo, "ganamos uno percepción de la función de la Iglesia por parte de los terrate­
externo. Hoy en día las importaciones del exterior son seis veces nientes, cambiaba también la de los negros, quienes ya no tenían
más grandes que antes". La industria local no podía competir con que doblegarse ante el dios de sus amos en las capillas de sus
la extranjera, y el capital local se había desviado hacia la compra amos, como parte de su sagrada familia.
de productos extranjeros. Exhortó a los demás terratenientes a Desde sus comienzos, y no sólo desde que los jesuitas la
que invirtieran en exportaciones tropicales y de agricultura: manejaron, Japio fue un centro tanto ceremonial como de pro­
"tabaco, vainilla, hule, zarzaparrilla, azúcar y mil productos ducción. En realidad, su capilla era el centro de la viceparroquia
más". Pero aún quedaban dos problemas: la escasez de mano de de Nuestra Señora de Loreto. Tan amplia como la "casa grande"
78 MICHAEL T. TAUSSIG LA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAJ\ofPESINADO LIBRE 79

del dueño, estaba construida de ladrillo y tejas, a diferencia de mismo había sido expoliado para que Sergio Arboleda pudiera
todos los demás edificios de haciendas, construidos de adobe y ampliar el patio de la hacienda. Finalmente, y al contrario de lo
paja, con santos increíblemente enjoyados y adornados, con que había dicho Arboleda, los días de fiesta no tenían nada que
coronas de plata y collares de coral, el valor de la capilla y de los ver con las peleas y la inmoralidad general de los negros, el
ornamentos religiosos representaba el 15% del capital total de la culpable era el dueño, por sus destilerías de licor, que constituía
hacienda, incluyendo los esclavos. la producción más importante de la hacienda y que vendía escru­
En 1753 el administrador había recibido órdenes de prestar pulosamente en tanto que con ello ganaba dinero.
especial atención a los preceptos religiosos: dar instrucción, y La Iglesia y la religión adquirieron un nuevo significado
hacer que todas las noches se orara y cantara. En 1830 al cuando se quebró la atadura de amo­esclavo. Los dueños ya no
sacerdote visitante se le contrató para que diera misa una vez al podían enarbolar la Divinidad, y dada la supremacía de la
mes, para bautizar, realizar servicios funerarios y casamientos teología como la fuerza sancionadora del mandato señorial,
entre los esclavos, y para confesar y dar la primera comunión todas las doctrinas y acciones revolucionarias pasaron necesa­
una vez por año. Recibía un estipendio anual de 70 pesos, que riamente a ser herejías religiosas. Por el mismo camino, la clase
representaba las dos terceras partes de lo que percibía el admi­ baja de la sociedad le adjudicó a los terratenientes la imageri del
nistrador, y una tarifa per cápita por administar los sacramentos. anticristo, y las peores calumnias contra su fe. La culturapreser­
Después de los levantamientos de principios de la década de vaba su intensa disposición religiosa, pero ahora, inflamados.por
1840 ya no se presentó más. la lucha social por la tierra, el trabajo y la libertad, emergía una
Después de la abolición, Sergio Arboleda se opuso al dere­ conciencia maniquea que reforzaba la división fanática entre el
cho de la Iglesia de seguir cobrándole las primicias del impuesto Partido Liberal y el Conservador, que fue fa perdición de Ja
a la Primera Fruta ­que por lo general era de una por cada siete sociedad colombiana desde mediados del siglo XIX en adelante.
husbel [medida de 35 litros] o anirnales­, proclamó suya la Los liberales habían asestado a la esclavitud el golpe final. Los
capilla y denunció amarzamenre los cambios en las funciones negros dieron su apoyo ferviente a sus principios más radicales,
religio~as. Mientras hubo~sclavos, dijo, los costos de la religión .··~~:""' '''.'.
~.. . . , . .,.·· mientras que los Arboleda permanecieron fieles a la causa con­
le habían producido beneficios, pero la Iglesia ya no tenía a los · . :;:m~¡\\.).;,, .
servadora. Si hien el liderazgo de los partidos era ostensiblemen­
negros bajo control. ·i:.~é,,·. ,, . · te veleidoso, allí en el antiguo corazón de la esclavitud, las
El párroco respondió en un tono impensable para la época condiciones sociales garantizaban que las resquebrajaduras ideo­
previa a la abolición. Alegó que después de 1833 los dueños de lógicas tempestuosas echaran raíces firmes.
esclavos habían dejado de contribuir a los costos de los sacra­
mentos, y que hasta la abolición, los sacerdotes habían estado
obligados a dar una misa por mes. Había continuado haciendo Los ARRENDATARIOS DÍSCOLOS: LOS HOLGAZANES
lo mejor que podía pero esto se había vuelto imposible por falta Y LOS REBELDES
de fieles. Los esclavos tenían tan poco tiempo libre para mante­
ner a sus familias, que habían tenido que aprovechar los domin­ Aunque Sergio Arboleda insistía permanentemente en que de sus
gos para cultivar sus propias parcelas, Regañó al dueño por inquilinos podía obtener rentas y trabajo sustanciales, se vio
guardar los ornamentos de la capilla en su casa, con lo que el forzado a desarrollar otros medios pura asegurarse el trabajo y
sacerdote estaba permanentemente a su merced para organizar para mantener el control. Rentó áreas extensas de pastizales a los
los servicios. Dijo que era totalmente falso que la capilla perte­ gunuderos acomodados, muchos de los cuales eran clérigos, Los
neciera a los Arboleda, y que éstos la hubieran construido y ganaderos podían tener sus propios inquilinos, siempre y cuando
pagado los ornamentos. En todo caso, todo esto provenía de los el dueño diera permiso. Estas medidas aumentaban las ganan­
jesuitas, de cuando fueron los dueños de Japio, El cementerio cias, y lo que quizás era todavía más importante, facilitaban el
LA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 81
80 MICHAEL T. TAUSSIG

control social en la vasta propiedad. También estableció una élite atrapados en una red de trabajo que ineludiblemente los enfren­
taba entre sí.
trabajadora de blancos. En sus instrucciones de 1857 al adminis­
Los esclavos habían constituido apenas algo más que la mitad
trador de sus propiedades, decía que los negros eran muy lentos
del inventario total de la hacienda. Ahora, el costo de lossalarios
para trabajar y que le arruinaban los animales; que en la fábrica
representaba la mitad de sus costos de administración; las ventas
únicamente debían trabajar blancos. Una vez puestos a prueba,
anuales de licor y el cacao, producían ganancias generosas, las
indicaba, a estos blancos se les debía contratar por tres años con
cuales sin embargo, no fueron· constantes. A principios de la
base en un salario regular, y se les debía dar una parcela para que
la cultivaran y construyeran allí sus cabañas. No se les d~bía
y
década de 1860, otra vez en 1876, la hacienda fue confiscada
durante guerras civiles en las que Sergio Arboleda jugó un papel
cobrar renta, pero debían trabajar cuando se les ordenara, S1 no
lo hacían se­ les debía echar, y en ese caso la hacienda no estaba prominente y de perdedor.
La lucha recurrente por el control de la tierra está bien
obligada a pagar por ninguna de las mejoras que hubieran hecho
ilustrada en las instrucciones de Arboleda a su administrador de
a la tierra. Tampoco podrían trabajar para nadie más sin el
1867 y 1871, cuando una vez más la balanza del poder se inclinó
permiso de los Arboleda.
a.su favor. En 1867 su preocupación principal eran los arrenda­
Arboleda recalcó que el pago del día de trabajo de los negros
tarios negros. A éstos había que dividirlos en barrios y se les
debía orzanizarse con base en trabajos realizados, y nunca por
debía conminar a que pagaran sus deudas. A un arrendatario
tiempo,; que era mejor dejar trabajo sin hacer que de_ber di_nero.
importante había de dársele el poder de supervisar el cobro de
Para la plantación y cosecha de ciertos productos alimenticios,
las rentas en cada barrio. Según las instrucciones, en cada mes
como el arroz, sólo debían contratarse peones hombres que
de septiembre se iba a necesitar una vigilancia especial para
vivieran alejados de la hacienda, "pero haga esto con gente que
impedir que los. arrendatarios limpiaran la selva y sem.b~aran
entienda que lo hace intencionalmente". Y agregaba, "abata los
maíz sin permiso, y para garantizar que aquellos que lo hicieran
salarios de las mujeres".
pagaran la renta. No pagar significaba la expulsión inmediata, y
Había dos tipos de arrendatarios negros: los que pagaban la
ningún arrendatario estaba autorizado a subarrendar o a traer
renta trabajando en la hacienda un día a la semana, y otro grupo
gente de afuera. Los artesanos debían conseguirse su propia
más privilegiado de i80 arrendatarios, ~uc pagaban anualm_ente
~amida. "Digo esto porgue la experiencia me ha enseñado que,
una pitanza en efectivo, suma que podía ganarse con no mas de
primero, cobran lo mismo los alimente uno o no; y segundo, que
cinco a ocho días de trabajo. Para la hacienda habría sido mucho
casi todos ellos, una vez que tienen la comida asegurada, no
más ventajoso que estos arrendatarios pagaran también con
hacen en un mes ni la mitad de lo que cuesta alimentarlos, y al
trabajo, pero los Arboleda carecían del poder necesario. E~te
final del año de trabajo, la tarea apenas si está en sus comienzos".
grupo, que pagaba con dinero, también proporcionaba los in­
Algunos campesinos respondieron con enojo. En 1867 Arbo­
formantes que mantenían un control de los constantes robos que
leda recibió una carta relacionada con los derechos de destilación
plagaban la hacienda.
de licores:
Al plantar cultivos perennes, corno el cacao, donde antes no
había más que selvas densas, y al cercar los pastizales, Sergio
Señor Arboleda:
Arboleda trató de encerrar a los inquietos campesinos. De esta
forma, la hacienda de esclavos, monolítica y apretada, dio paso
¿Quién se cree usted que es? ¿Por casualidad cree. usted q_uc todavía
a una serie de esferas concéntricas de autoridad, con una gran
csui en Quinarnayo con su hermano el granadino Caligula y su
variedad de relaciones distintas, pero superpuestas con el poder
ejército de bandidos qui.'. sacrificaban a los pobres'! ¿Cm: usted que
central. Los grandes ganaderos que rentaban tierras, los peones vamos a seguirle tolerando su bellaquería'! Akna, Doctor Je la
blancos, los trabajadores contratados, los arrendatarios quepa­ Venganza; es un escándalo que un hombre como usted que tiene
gaban con dinero y los que pagaban con trabajo, se encontraron
82 MICHAEL T. TAUSSIG LA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 83

tantas maneras de ganar dinero le robe a las pobres mujeres su a comienzos del sigloxx, cuando el ferrocarril comunicó el Valle
derecho a hacer licor, que es el único medio de subsistencia que les del:Cauca con la costa del Pacífico, y por ende, con el mercado
queda después que usted y su hermano nos robaron durante la internacional. La intransigencia del campesinado negro virtual­
revolución. ¡Es usted un ladrón cualquiera, un asesino, infame y
mente imposibilitó la superación de la crisis económica. En 1882
desvergonzado! Quítese los pantalones y cúbrase con arbustos. ¿Qué
Arboleda trató de vender su finca. Su hijo Alfonso, quien a
ha venido a hacer aquí? Robarnos. No crea que hemos olvidado todo
mediados de la década de 1870 se h'izo cargo de la administra­
el mal que ha hecho. La hora de la venganza está próxima. Nunca
cien, le escribió desesperadamente a su padre acerca de los
olvidaremos los pelotones de fusilamiento de San Camilo y Pal mira,
ni las horcas de Piendomo, o las órdenes de su hermano de matar de robos; la falta de mano de obra, rebeliones armadas, negativas a
hambre a los prisioneros. ¿Usted cree que también nos va a matar de pagar terrajes y del odio incesante de los campesinos por los
hambre, quitándole a las mujeres sus ingresos? Si eso es lo que cree terratenientes. "Ahora estas haciendas no producen nada ] ... ] La
está equivocado, porque aquí nadie le tiene miedo. Tenga cuidado, única esperanza es con los terrajeros, pero éstos se niegan a
no vaya a ser que el licor resulte su forma de pagar sus deudas. Cuide págar: ¡Y los plátanos! Hay que poner un guardia debajo de cada
que su maldad y su vida criminal no lo hagan terminar como a su árbol para que no los roben!" La producción de cacao estaba
hermano [quien fue asesinado en I862J; a cada César su. Bruto. Es permanentemente amenazada por los robos. Los negros abrían
mejor robarle 300 000 pesos o más al gobierno, que hacerle la guerra cárnlnos en medio de todas fas plantaciones, echaban abajo las
a las mujeres por el licor, porque esto es muy ridículo. Tenga cercas constantemente, y hasta bloqueaban el transporte dentro
cuidado, o la gente va a reclamar su derecho, porque somos libres y y fuera de la hacienda. La situación política era desesperante: la
soberanos; ya no es usted Jefe de Estado de los Godos [los conser­ facción de Hurtado del Partido Liberal "ha tomado por asalto
vadores], que como en 1861 podían robar y matar. nuestros dominios, robado nuestras armas, y ahora se­la toma
con la oligarquía". Los negros de las tierras de los Arboleda, que
Algunos enmascarados vivían a lo largo del río Palo, estaban armados y luchaban del
fado de los hurtadístas, aunque no como títeres. Escribió Alfonso
Hacia 1871 las instrucciones de Arboleda referentes a los ~~~~··."";••"·"·••"·,
·.. •.,.­w.·,... .•. ·~··· . en 1879: .,1
arrendatarios se habían vuelto más largas y aún más belicosas.
Los colonos seguían ocupando tierra y muchos arrendatarios se '~'ML ' Los negros del río Palo están constantemente en pie de guerra. Si
negaban a conformarse. Arboleda dio instrucciones a su adrni­ '';~/¡''' continúan haciendo todo lo que les plazca. y porque aquí no hay
nistrador de que hiciera un censo y expulsara a los que no ..,, . tuerzas que protejan a los terratenientes y ninguna forma de hacerlos
tuvieran documentos, si éstos no podían pagar la renta. Aconsejó ... ,.,.entrar en razón, deberemos apelar al gobierno liberal para ver si él
cautela. No sería prudente, dijo, expulsar simultáneamente a ~~:~·pupdc aplicar la fuerza. Porque estos negros que están atacando a los
todos los arrendatarios díscolos. Primero había que expulsar a ;¿,_pligurcas, también son una amenaza para el gobierno actual.
los más rebeldes para que los otros aprendieran la lección. Se
debía echar a los colonos destruyéndoles sus casas, y la limpieza ~~,';Los negros tenían una razón personal para armarse y pelear,
de la tierra por parte de los pequeños arrendatarios de Japio que puesto que los Arboleda estaban tratando de sacarlos de su
sembraban maíz, había de cesar. Los campesinos se vengaron refugio en las márgenes del río Palo. Desde el siglo xvtu, los
quemando campos de caña y saboteando los intentos de Arbole­ campamentos de esclavos fugitivos en esta área habían sido un
da de extender los cultivos de caña de azúcar para combatir el factor irritante para los Arboleda. Con la producción de la
agotamiento del suelo. hacienda en declinación constante, los Arboleda buscaban ahora
Hacia fines de la década de 1870 las ganancias habían dismi­ estas tierras fértiles, en un intento desesperado por romper la
nuido mucho. Y así permanecieron hasta iu defuuciún de la independencia de los pequeños propietarios y para, de paso,
familia y el comienzo de la agricultura comercial en gran escala, vender sus tierras.
84 MICHAEL T. TAUSSIG
LA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 85

Los negros tenían un temor constante de que los volvieran a


en asegurar una salida del mercado al. Pacífico, y en solucionar
esclavizar. Cuando Alfonso puso a un lado una cierta cantidad
la supuesta pereza y la insolente disposición de las clases bajas.
de arroz y plátanos, corrió el rumor de que él y el gobierno estaban
En 1853 el general T.C. Mosquera, tres veces presidente de la
a punto de apoderarse de los hijos de los negros para venderlos República y uno de los hijos más prominentes del Cauca, hizo
en otro país, como Julio Arboleda había hecho en 1847. "A partir
notar que la mayoría de los habitantes del Cauca eran negros o
de esto", le escribió Alfonso a su padre, "puedes calcular el odio
mulatos. Pero mientras que los blancos eran "inteligentes, acti­
que hay contra nosotros, y puedes también inferir que el robo de vos, laboriosos y morales", los negros 'eran "débiles para el
Jos depósitos de cacao no proviene de otro lado que de compra­ trabajo, sufridos y desconfiados" (1853: 77, 97). Felipe Pérez,
dores de cacao, quienes propagan estas mentiras. Lo peor es que
un geógrafo colombiano, señaló que no era simplemente la
los negros creen estas historias y están alarmados".
pereza lo que estaba en juego, sino la igualdad. La sorprendente
Alfonso quería reequipar la fábrica con maquinaria nueva de
fertilidad del suelo implicaba que "para comer, uno no tiene que
íos Estados Unidos, pero la constante amenaza de revolución
trabajar"; por lo tanto, "la gente no acepta servir a otros, y el
paralizó sus negocios. En 1882, con el colapso del boom de la
. espíritu de igualdad social que predomina entre los pobres, ahoga
quinina, única exportación de la región, el dinero dejó de circu­
y tortura las pretensiones aristocráticas de la vieja feudocracia
lar. Los pocos trabajadores que pudo conseguir para la­fábrica lo
minera" (1862: 212­213). Pérez insistía en que "lo único nece­
hacían enfurecer por su pereza y sus fiestas constantes. "Es
sario es que las manos ociosas que hoy existen dejen de ser
imposible conseguir trabajadores, aunque uno se encuentra todos
·ociosas, y que la armonía social, la mejor garantía del trabajo y
los días con holgazanes".
los negocios, pueda prevalecer" (lhíd.: 139).
Pero eso, que era "lo único necesario" estaba lejos de ser
posible. Las características señaladas por Mosqueta, en cuanto
LAS CONTRADICCIONES DEL PERIODO DE TRANSICIÓN a que los negros eran "débiles para el trabajo, sufridos y descon­
fiados", y el espíritu de igualdad social por el que la gente
El Valle del Cauca se encontraba ahora al margen del mundo rehusaba servir a otros, según lo describiera Pérez, teníauna base
comercial, puesto que el mercado había separado el dominio material en el modo de subsistencia del campesinado negro, de
nacional en satélites discriminados selectivamente. A pesar del reciente formación. Ellos buscaron refugio en las riberas fértiles
éxito comercial de la hacienda en relación con las demás del del río y en las selvas húmedas, plantaron algo de plátano, algo
valle, finalmente también sucumbió. El mercantilismo y la es­ . de maíz y unos pocos cultivos comerciales, como el cacao y el
clavitud habían dado paso a distintos intentos de crear un mer­ tabaco. La pesca y la búsqueda de oro en los ríos eran actividades
cado libre. Sin embargo, a los ex esclavos no se les podía forzar suplementarias. Pérez, quien repetidamente se refiere a la deca­
a trabajar como asalariados. Los arrendatarios díscolos, la con­ dencia de todas las formas de agricultura y cría de ganado en el
vulsión de la incesante guerra civil y la naturaleza restringida del . valle, constantemente señala al plátano y al cacao como los dos
mercado de exportación, hicieron que la agricultura comerciali­ cultivos que alrededor de 1862 tenían más importancia. Estos
zada a gran escala fuera insostenible. Atrapados entre dos modos eran fundamentalmente cultivos de los campesinos, y se encon­
de producción, los terratenientes intentaron recurrir a un "neo­ traban en las riberas boscosas, las áreas pantanosas, y en las
feudalismo" diluido en el trabajo libre contratado. Pero la tierra regiones muy boscosas, habitadas por campesinos negros "resis­
era abundante, ya se había superado la cultura del servilismo, y tentes a los ataques de la malaria" (García, 1898: 28­29). Este
el trabajo libre contratado resultó demasiado caro, con los mer­ tipo de zona era rica en animales salvajes que los habitantes
cados nacionales y de exportación bloqueados. cazaban para aprovisionarse de carne (Pérez, 1862: 140). E.
U na y otra vez testigos oculares describieron la promesa Palau era de la opinión que la "región privilegiada" para el cacao
atormentadora y la ruina general del valle; el problema radicaba era la cercana al río Palo, o sea el corazón mismo del carnpesi­
86 MICHAEL T. TAUSSIG !:.A RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 87

nado negro. Los plátanos se entremezclaban con las jóvenes libres del Valle del Cauca", escribió, "solamente aceptan trabajar
plantas de cacao para darles sombra. Según García, hacia fines baja la amenaza de una pobreza extrema, pero así y todo, no
del siglo XIX, las mejores plantaciones de plátanos de todo el dejan de insistir en sus saqueos destructivos" (1953: 53­54). Y
valle también eran las de dicha área (García, 1898: 23). Palau los·negros peores eran los que vivían en la parte sur del valle.
describió al plátano como "el árbol más útil de las Indias" (1889: ::·::Los campesinos valoraban especialmente los indivisos y las .
32). Es un árbol semiperenne que produce frutos cada ocho a tierras comunes, que se usaban en su mayoría para criar ganado.
doce meses en cualquier época del año, y como todos los cultivos Si bien Jos terratenienres las reclamaron como de su propiedad
de los campesinos, requiere de muy poco trabajo. Hoy en día, hacia fines del siglo XIX, y lo hicieron más vigorosamente una
con una ecología bastante similar, la parcela con la que subsiste vezque el valle se abrió a los mercados extranjeros en 1914, los
un campesino no requiere de más de cien días de trabajo relati­ campesinos las consideraban comunales e inalienables. En reali­
vamente ligero. Evaristo García calculó que una hectárea de dad eran, más que nada, la tierra de nadie. Mientras que los indios
plátanos alcanzaba para la alimentación de veinticuatro adultos. · tierras altas poseían tierras comunales con autorización
Describió cómo, durante sus viajes por el valle, se había centrado guqernamental, los negros del Valle dél Cauca fas poseían infdr~·
en las regiones boscosas para encontrar habitantes de "la raza rnalrnenre, y en todo caso lo que provocaban era el desacuerdo
etíope" que vivían en chozas de paja, rodeadas de plátanos y otras Perseguidos por gente hostil, sin tener represen­
plantas útiles. Algunas familias poseían pequeños rebaños de política, carentes de seguridad en .cuanto a la tenencia de
ganado, caballos y cerdos. Como así podían subsistir muy fácil­ .· la;Jierra, y sin la posibilidad de contar con un.'\ estructure repre­
mente, en su opinión, los campesinos no querían trabajar en las : sentativa de pueblo dentro del marco oficial de la administración,
haciendas ganaderas y azucareras. Por esta razón, escribió, hasta . íos­campesinos negros formaron una nueva clase social que
fines de siglo hubo pocas fincas grandes funcionando (García, quedó fuera de la sociedad. Internamente, su organización social
1898: 29). pa~ecía infinitamente flexible y capaz de cambios y combinacio­
En muchos sentidos, estos campesinos negros eran proscritos; . nes sin fin, como aún lo demuestra la estructura de parentesco.
eran campesinos libres y silvicultores que vivían por sus propios :~~~;:>':·­ · .Como clase, no habían evolucionado desde los años de benevo­
medios y no tenían nada que ver con las garantías legales de la ~·tlilitOrf:;i;:~.·•­
•. ,,. .1 l_erwia patrimoni_al. arraigada en _las costumbres solariegas que
tierra y la ciudadanía. De acuerdo con algunos observadores, el ·'" :;. < _ >··•• . brmuaban un m1111mo de garuntias y protección. Es así que el
espectro atemorizante de un Estado negro no se habí~ perdido . "'··~~,ey,,_, nuevo campesinado contenía aspectos de dos tradiciones dife­
de vista. "En los bosques que encierran al Valle del Cauca'', rentes: la de los esclavos y la de los esclavos proscritos (polen­
escribió el viajero alemán Friederich von Schenk en 1880, "vt:­ queros) .. Violentamente excluidos de la sociedad, los campesí­
getan muchos negros que uno podría comparar con los cimarro­ . no.s:~.e:1vieron forzados a desafiar sus instituciones y sus ideas.
nes de las Indias Occidentales". Buscaban la soledad de los Al atacar, las haciendas, atacaban lo que consideraban Ja causa
bosques, "donde lentamente regresan a las costumbres de su ·. de:!sus sufrimientos: sabían demasiado bien que en tanto las
África natal, como se puede ver en el interior de Haití[ ... J Esta haciendas existieran, sus dueños los perseguírían buscando rna­
gente es tremendamente peligrosa, especialmente en tiempos de . no de obra.
revolución, cuando se juman en bandas y se lanzan a luchar como .,<Poco después de la abolición, la policía y los "ciudadanos
combatientes valientes al servicio de cualquier héroe de la liber­ buenos y patriotas" recibieron amplios poderes para arrestar a
tad yui:: les prometa un botín: con la revolución de 1860, las los. llamados vagabundos y para obligarlos a trabajar en las
fuerzas del Partido Liberal habían destruido las últimas restric­ . h.ac~endas. Como resultado, las planicies del Cauca se transfor­
ciones que sujetaban a los negros. La mayoría de las haciendas ·:::. maron en tiaras de bandolerismo y terror (Harrison, 1952: 173).
del valle si:: fueron a la bancarrota y sufrieron atrozmente por las En.':185,8 Miguel Pornbo, un importante funcionario guberna­
arremetidas persistentes de los negros "fanáticos". "Los negros .m~nt~l, describió la necesidad de leyes más estrictas para corn­
88 MICHAEL T. TAUSSIG LA RELIGIÓN ESCI..AVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 89

batir la creciente holgazanería y el alto costo de los alimentos. cónsul de los Estados Unidos, él y hombres como él controlaban
Los campesinos ya no llevaban sus productos al mercado .Y la economía de la región cuando en 1914 el valle se abrió al
estaban descuidando sus cultivos. Pombo sugirió que se les Pacífico. Inmediatamente después de la abolición, Sergio Arbo­
obligara a trabajar, poniéndolos bajo el control de la policía y los leda había propuesto precisamente este tipo de desarrollo. Pero
terratenientes. Estas medidas, que implicaban inanición y azotes la incapacidad de los ex dueños de esclavos para entrar en el
también se debían aplicar a los jornaleros supuestamente pere­ comercio exterior, su celo ideológico y sus continuos intentos de
zosos o borrachos (El Tiempo, Bogotá, septiembre 7 de 1858: 1; mantener una finca agrícola con arrendatarios imposibles de
cf., Lornbardi, 1971; Estado del Cauca, 1859). manejar, los arruinó.
El Estado, constantemente acosado, no pudo lograr los obje­
tivos que tanto deseaban los empresarios. Mucho más tarde, en
1874, por ejemplo, los principales industriales tabacaleros se L&. RELIGIÓN Y L&. GUERRA DE CU.SES
quejaron ante los funcionarios de Palrnira, la ciudad rural más
importante del valle, de que la producción estaba declinando .P?.r Desde fines de la década de 1840 las violentas guerras civiles
la falta de disposición de trabajo manual. "Lo que es necesano , regionales y nacionales entre el Partido Conservador y.el Partido
dijeron, "son medios coercitivos, rápidos, eficaces y seguros" Liberal habían asolado .a la sociedad colombiana, siendo la
(Estados Unidos de Colombia, 1875: 139). última la "violencia" de 1948­1958. En realidad, los partidos no
Los mercaderes que desde 1860 formaban una clase comer­ parecían organizaciones políticas sino "odios hereditarios", y la
cial en ascenso en el valle, comenzaron a actuar como interme­ cultura política fomentaba una visión absolutista del mundo,
diarios en la exportación de los cultivos de los pequeños propie­ donde toda controversia se manejaba en términos cuasi religio­
tarios y de los productos que reunían los contratistas. Muchos sos o moralistas (Dix, 1967: 211­212). Prácticamente todas las
comerciantes colombianos tomaron parte en esto, incluyendo a explicaciones de la violencia se centran en las élites competitivas
Rafael Reyes, quien rnáx adelante fue presidente de la República. ;~f;':~?·' -: y la relación patrón­cliente. El patrón es un tipo de señor feudal
El tipo de intermediario con más posibilidades de éxito, tanto ..... :OO.......... ­"'''
o caudillo que actúa por medio de su segundo, o gamonal, quien
como comerciante y como terrateniente en el Valle del Cauca, moviliza a sus clientes, los campesinos, para que luchen contra
era aquel que tenía recursos de crédito exterior y una buena otra facción patrón­cliente. El intenso sentimiento de unión
información de! mercado. Así fue Santiago Eder, íntimo amigo partidista atribuido al campesinado se explica como el resultado
de Reyes, y quien como ciudadano de los Estados Unidos y de su dependencia del patrón, transmitido durante generaciones
cónsul, con relaciones estrechas con casas comerciales de Lon­ y reforzado por Ja socialización primaria de la vida familiar.
dres, Nueva York, Panarná y Guayaquil, se estableció en 1860 El punto de! vista hobbesiano de la sociedad y de la naturaleza
en el sur del valle (Eder, 1959). Al entretejer una red de comercio humana, quintaesencia de la experiencia burguesa de alienación
local y exterior exportando tabaco, índigo, quinina, hule y café, y,éséncialización, interpreta la ideología poiítica como la expre­
e importando productos terminados, Eder construye> la planta­ sión mecánica del interés propio de los caudillos oportunistas.
ción de azúcar más grande y eficiente del valle. Su éxito se debió Sin embargo, éste carece de fundamento en la historia social de
mucho a la mecanización. Al mismo tiempo que el dueño de Japio. En el sureño Valle del Cauca, los campesinos no siguieron
Japio recomendaba que se trajera maquinaria moderna de los a sus 'señores de antaño. En vez de seguir ciegamente una ideo­
Estados Unidos para solucionar el prohlerna de la falta de traba­ logía mistificadora que les era impuesta por una élite o de dejarse
jadores, Eder instalaba una "Louisiana núm. J ", que era muy enviar a la lucha sin una conciencia moral, forzaron a la élite a
superior a la que querían adquirir en Japio. Al margen de los responder a un anarquismo campesino encendido por el odio a
problemas permanentes entre liberales y conservadores, prote­ l~s terratenientes y abanicado por sueños milenarios. Estimula­
gido de una posible expropiación por su calidad de extranjero y dos heroicamente pero mutilados para siempre por la vaguedad
90 MICHAELT. TAUSSIG LA RELlGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 91

de la doctrina, ésta es la base social que explica ampliamente los revolucionario una vez impreso en las multitudes descarriadas (Gil­
tumultos desatinados de la realpolitik: de los caudillos. El­ anar­ more, 1967: 206).
quismo se ve con toda claridad en la época de la abolición y del
fervor rnilenarista de la guerra de 1876­1877. La ausencia de una En 1850, El Catolicismo, diario oficial de la Arquidiócesis,
burguesía vigorosa inclinó la lucha social hacia una forma po­ admitió en uno de sus principales artículos titulado "El comunis­
pulista: el "pueblo" contra. la aristocracia. Que el campesinado mo del Evangelio y el comunismo de Proudhon", que los anar­
no se haya podido constituir en una clase en sí misma, aunque quistas habían hecho mal uso de los evangelios para persuadir al
se aproximó a ello, no justifica las teorías que excluyen los con­ pueblo de que el "comunismo es el principio fundamental de
flictos de clases y los alineamientos de clase. Jesucristo". Denuncia a un político radical de enemigo de la
Con mucha percepción, Frank Safford planteó que sin estu­ propiedad, "que proclama el comunismo como la ley de Dios",
dios regionales detallados, las explicaciones convencionales, y afirma que: "Los liberales reverencian profundamente los
ocupacionales y de clase económica sobre la afiliación partidista derechos sagrados del comunismo y las sagradas doctrinas de
y la guerra civil del siglo XIX en Colombia, seguirán siendo Proudhon" (Gilmore, 1967: 207­208). Los liberales radicales,
inadecuadas. Pero de todas formas concede que en el área del quienes a mediados del siglo propusieran una forma confusa de
Cauca, "el liberalismo terminó siendo un instrumento para el socialismo libertario, adquirieron el nombre de "Gólgotas" por
conflicto de clases, representando a los carentes de tierra o el hábito de sus oradores de referirse a Jesús como el Mártir del
desposeídos en su lucha contra los grandes terratenientes, y con Gólgota. "El socialismo no es más que la lágrima caída del sabio
frecuencia lidercado por un estrato inferior de la clase alta" en las colinas del Gólgota", declaró uno de sus voceros, José
(1972: 361; cf., Bergquist, 1976). María Camper (Gilrnore, 1967, 1967: 202). 'Ei populismo llberal
Estas luchas de clase asumieron un carácter religioso. Orlan­ tenía raíces firmes en un ferviente anticlericalismo heredero de
do Fals Borda, resumiendo gran cantidad de opiniones de estu­ la ideología de la Revolución francesa y de las guerras de
diosos, escribe: "Los conflictos internos después de 1853 que se Independencia (Girnénez Fernández, 1947). Los diplomáticos
peleaban ostensiblemente para obtener el control del presupues­ estadunidenses en Colombia no tenían dudas en cuanto a que
to, o para cambiar la constitución, se peleaban en realidad en el las guerras civiles eran basicamente religiosas. El Partido Con­
·­'•/·_C:~;!,~­­
terreno religioso" (1969: 108). Los dos partidos se definieron en servador era el partido que representaba a la Iglesia, y el control
­·.;··~­~~~~~:~·:f''."··· ­.
términos maniqueos. "Una estaba a favor o en contra de la de la Iglesia sobre los asuntos civiles proporcionaba "el único
Iglesia, del lado de Dios o del Diablo" (Ibid.: 105). Al contrario punto político interno vital para el pueblo colombiano" (Shaw,
de lo que se supone generalmente, los conservadores no tenían 1941: 598).
el monopolio sobre la pasión religiosa. Los liberales extremistas · ­ La revolución de 1860 culminó con la separación total de la
invocaban una especie de socialismo cristiano romántico, corno Iglesia y el gobierno, y con la privación de los derechos civiles
reconocieron los conservadores. Un conservador prominente del clero. Muchos sacerdotes fueron expulsados del país. Se con­
escribió lo siguiente sobre los levantamientos en la época de la fiscaron más de las dos terceras partes de las propiedades de la
abolición: Iglesia. La educación cayó bajo el control gubernamental. aun­
que los obispos del Cauca, viendo las crecientes divisiones entre
He visto que en algunas partes apareció un socialismo demagógico los liberales, organizaron con desafío sus propias escuelas. La
como en el hermoso Valle del Cauca, con el furor fatal con que los Iglesia advirtió que la asistencia a escuelas públicas y la adhesión
anabaptistas desearon establecerlo en el siglo XVI. Estoy viendo la a sus principios políticos se castigaría con la excomunión, En­
alarma que causan los avances del comunismo en los mismos ronces el gobierno cerró por la tuerza la Sociedad Católica de
hombres que lo fomentaron en satisfacción de sus venganzas, olvi­ Popayán, y algunos grupos independientes del gobierno cerraron
dando que a ningún agitador le es dado contener el movimiento también otras sociedades similares. Guiados por Sergio Arbole­
92 MICHAEL T. TAUSSIG tA RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO UBRE 93

da, la figura más popular de su partido, los conservadores del milenaristas, el que estuvo dirigido contra la clase propietaria y
Cauca, "en defensa de nuestras creencias religiosas", en 1876 la:maquinaria gubernamental que la apoyaba.
iniciaron la guerra. Al grito de "Viva la religión. Viva el padre Un profesor suizo, quien había enseñado algunos años en
Holguín y el Partido Conservador", y con vivas a la Santísima Bogotá, visitó el Valle del Cauca en 1884, el mismo año en que
Trinidad, al obispo de Popayán y al papa Pío XI, quien en 1864 Santiago Eder informó al embajador de los Estados Unidos que
había condenado el liberalismo, atacaron la ciudad de Palmira. "el valle se estaba ahogando en sectarismos políticos y religio­
Algunos sacerdotes, armados únicamente con la cruz y el rosario, sos'! (!bid.: 304). Para el profesor, el caucano típico era un
conducían los batallones insurgentes llamados "Obispo de Po­ !~fanático de su religión, dispuesto a sacrificarlo todo, familia,
payán" y "Obispo de Pasto". En la más famosa de todas las vida y posesiones,. solamente por el triunfo. Por esta razón .son
batallas, ocurrida en Los Chancós, al norte del valle, que dejó crueles en todos los conflictos y no conocen la compasión. Esta
alrededor de 400 muertos de 750 combatientes, los conservado­ es la cuna de todas las revoluciones, y por lo _general aquí
res estuvieron bajo el mando de Sergio Arboleda (Briceño, 1878: terminan" (Rothlisberger, citado en Eder, 1959: 265).
241). Sus soldados llevaban estandartes con la imagen del papa En 1875, Sergio Arboleda recibió una carta de su hijo, quien
Pío XI y de Cristo (Eder, 1959: 267­286; Shaw, 1941: 597; en ese momento administraba Japío:
Briceño, 1878: 228).
Los relatos del saqueo de Cali, principal ciudad del Valle del En la ultima sesión del Club Democrático local, a la que asistieron
principalmente negros, se decía que el objetivo de los conservadores
Cauca, por las tropas liberales en diciembre de 1876, aportan una
era hacer una nueva revolución con el fin de volver a esclavizar a
nueva visión reveladora de las clases, los partidos y la religión
todos los negros. Se cree que los conservadores dicen: "La esclavitud
(Eder, 1959: 283­299). Alrededor de las dos terceras partes de
o la horca para todos los negros". Lo. que es más, aseguran que los
Jos 20 000 habitantes fueron descritos como una población va­ conservadores no son verdaderos creyentes sino que se fingen cató­
gabunda de negros y mestizos imbuidos en doctrinas intensa­ licos para poder engañar; los únicos católicos verdaderos son Jos
mente comunistas. Al contrario de esta chusma, el tercio restan­ liberales. Al pasar por un negocio pequeño [ ... j lc oí decir a un negro
te, cuyas propiedades fueron devastadas, era Je origen hispano "Allí en Mondmo les vamos a poner la soga al cuello, los vamos a
y pertenecía al Partido Conservador. Del líder de las tropas ~ll'W~''"'·'· azotar (haciendo un gesto hacia el cielo) y después ahí los vamos a
liberales, David Peña, se decía que era un comunista visionario, ;.·.,;~·~t:i.~1'.~i~·· .. dejar colgando"[ ... ] Temo por ti. No puedes regresar.
un místico lunático, y un asesino ciegamente devoto a las máxi­
mas de la Revolución francesa y de los Clubes Democráticos · Los Liberales sizuieron representando a Dios, y los Conser­
Colombianos fundados en la década Je 1840. Supuestamente ~ .
vadores al diablo. Las ideas religiosas y Jos sentimientos místicos
inició el movimiento para enviar a los obispos al exilio. Sin formaban el núcleo esencial de los otros ideales políticos. Difí­
embargo, era un católico devoto. Luchó, según dijo supuesta­ cilmente podía ser de otro modo en esta sociedad saturada de
mente, por Ja gloria y para exterminar a todos los Godos (con­ religión y magia, y con las heridas de la esclavitud aún quemando
servadores), quienes habían de ser arrojados de su ciudad natal en las almas del campesinado, ahora relativamente indepen­
en un torrente de venganza. Sus tropas y la turba exaltada diente pero constantemente perseguido.
destruyeron tanto las propiedades de los liberales como las de Después de todo, la carta de Japio estaba dirigida al líder
Jos conservadores; una falta de discriminación que le puso al conservador más popular del Cauca, comandante de las tropas
gobierno liberal en contra. Pero no era mucho lo que podía hacer, conservadoras, y uno de Jos más ardientes, inteligentes y escru­
porque éste comandaba una fuerza inmensa y contaba con la pulosos devotos de la Iglesia ­el "caudillo Je la causa divina",
lealtad de las clases bajas. Ocho meses después todavía había como se dijo en su oración fúnebre en 1888. La carta reflejaba
bandas armadas recorriendo las calles. Él dirigió un levanta­ la crisis moral de Ju sociedad, concebida por el anticatolicismc
miento de las clases bajas de tipo populista, con algunos toques
94 MICHAEL T. TAUSSIG LA RELIG[ÓN ESCLAVA Y EL CAMPES[NADO LIBRE 95

y los ideales de la Revolución francesa, y espoleada por el claramente definidos como el vudú, la santería o el candombe.
estancamiento económico y el caos político. Tiempo atrás, Ser­ Sin embargo, Thomas Price, quien estudió la religión popular
gio Arboleda había hablado en contra de la teoría económica negra en Colombia a principios de la década de 1950, escribió:
liberal de la "mano invisible". Nada vio en ella, excepto, como
dijera, una relación egoísta incapaz de restringir la violencia de Desarrollaron un complejo integrado de catolicismo español y usan­
la pasión. La única esperanza estaba en que la Iglesia ejerciera zas africanas, que la gente misma consideraba como catolicismo
su dominío sobre una sociedad organizada jerárquicamente. El puro, haciéndolos particularmente inmunes a los esfuerzos de los
origen divino y la sabiduría infinita evitarían que la Iglesia se sacerdotes, quienes deseaban eliminar los cle~entos "paganos".
volviera tiránica. La verdad, y en eso Arboleda estaba de acuer­ Este complejo es un aspecto fundamental y funcional de su modo
do, la constitución de la Iglesia era monárquica y despótica, pero total de vida, y el ajuste que realizaron a sus necesidades prácticas y
espirituales, es un ajuste que no podían eliminar ni los misioneros
la ley de la Iglesia era moral y así protegía y regulaba la demo­
católicos ni los protestantes (1955: 7).
cracia. "En resumen", concluyó en su discurso más famoso,
pronunciado en 1857 en Popayán, en respuesta a la crisis econó­
mica, la Iglesia "es la fundadora de la libertad en el mundo. Para Esta "pequeña tradición" del campesinado negro se
relacio­
ella no hay ni razas ni clases, ni vasallos ni reyes, ni libres ni naba con la "gran tradición" de la ciudad y los eruditos, princi­
esclavos. A todos reconoce y a todos deja en su lugar. Todos son palmente por medio de la do.ctrina ra~i~al.del catolicismo, asi­
iguales ante los ojos de Dios. Tal es el clero católico. El clero duamente expuesta por los liberales radicales como Ramón
nos puede salvar, y nadie puede salvarnos sino el clero" (1972: Mercado, quien una vez fuera gobernador de Ja provincia.
364). Para Mercado, las corrientes ideológicas del Iluminismo
Los dueños de esclavos del Cauca habían usado este tipo de europeo y los cambios sociales ocurridos por las guerras latino­
doctrina cristiana como un argumento contra la abolición. "La americanas de independencia. formaron una amenaza explosiva
esclavitud está respaldada por las Sagradas Escrituras"; así co­ para las antiguas instituciones, que en ninguna parte perrnane­
rnenzaba un pasaje especialmente revelador de un fuitcio que cían tan tenazmente como en el Cauca, Como Sergio Arboleda,
circuló en Cali en 1847, el cual citaba la famosa epístola de Pablo vio la raíz del caos social en una crisis moral. Pero para él, esta
a los efesios (Jaramillo Uribe, 1968: 264). · . · . r,*31t'¿~:.~ , . . crisis era resultado de la comprensión de las clases bajas de que
Los negros temían que se los esclavizara nuevamente, y el ·:<:!'~tt·~«·'.·· la esencia evolutiva del hombre estaba siendo negada. En las
catolicismo de la Iglesia era la religión de la re­esclavitud, Y sin nuevas condiciones sociales, los trabajadores ya no serían explo­
tados ni por la aristocracia, ni por el ejército ni por el clero.
embargo ellos también tenían su propia tradición religiosa: de
Esencialmente, él planteaba que el cristianismo poseía un poten­
creencias populares, ritos rurales y magia. Como había ocurrido
en los palenques de los primeros tiempos de la Colonia, entre sus cial tan revolucionario como reaccionario. El cristianismo revo­
líderes se contaban hechiceros como José Cenecio Mina, su lucionario ­y verdadero­ se había originado antes de la Edad
comandante guerrillero durante la Guerra de los Mil Días (1899­ Media como la religión de la justicia y la fraternidad. La forma
1902), quien más tarde manejó tan hábilmente la resistencia reaccionaria de la doctrina derivaba de la Edad Media y el
negra contra la usurpación de sus tierras por los Arboleda. Los feudalismo, en el que la Iglesia se había aliado con la aristrocra­
campesinos creían que él se podía transformar en animal o planta cia en contra de la gente común, a la que definía como brutos o
cuando lo perseguían, y que era inmune a las balas. Al alabar su como cosas, carentes de razón. Pero aunque las implicaciones
memoria, ellos se regocijan con el poder de sus héroes populares, revolucionarias del cristianismo pudieran desviarse a partir de
lo mismo que con su autonomía cultural de la sociedad en ahí, estaban listas para resurgir cuando el momento fuera propi­
general, la clase alta y el Estado. cio, para clarificar lu lucha social y estimular la acción.
Los negros de Colombia no desarrollaron cultos sincréticos
96 MICHAEL T. TAUSSIG
LA.RELIGIÓN.ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 97

El instint~ del que hablamos proviene de la antigua revolución


cristiana. Esta es la luz emanada de un orden superior para iluminar ~s escaramuzas, tumultos,.golpizas y guerras abiertas que
y desenmarañar el caos oscuro de injusticias y abominaciones horri­ pal pilaban por todo el valle .durante la segunda mitad del. siglo
bles al que llamaban mundo romano. La revolución cristiana es la XIX, parecen haber estado animadas por tales ideas y visiones del
explosión celestial, la revelación de la igualdad; es la verdad provi­ mundo. Estos conflictos entre dos partidos rnulticlasistas, oscu­
dencial en el corazón de una sociedad que descansa en el privilegio recidos ~or el faccio~alismo de lo_s caudillos en competencia y
y Ja esclavitud (Mercado, 1853: iii). de sus clientes, también eran genumos conflictos de clase, cana­
lizados con persistencia mediante alianzas interclasistas inesta­
Como siguió diciendo Mercado, era el amanecer de una nueva bles. Tanto las c?ndiciones socioeconórnicas como la ideología,
era, preordenada inexorablemente en la marcha de la razón y la sustentaban el vigor del antagonismo de clases subyacente; Los
esencia del hombre, ambas corporizadas en Cristo, quien perso­ campesinos negros se veían forzados constantemente a defender
nificaba al credo liberal. Esta visión mesiánica anticipó la igual­ lo­ que consideraban sus derechos a fa tierra, contra una élite
dad social en la inexorabilidad divina de la conquista del mal por blanca que luc~a~a desesperadamente para desarrollar una agri­
Dios. El Dios del statu qua, el Dios falso de la clase dominante c~ltura c~merc1ahzada bas~da en el trabajo asalariado y la tenen­
y un clero corrupto, niegan sistemáticamente la humanidad. cia. La_éht~ po~eedora d~ tierras no podía obligar más que a una
Ahora ha llegado el momento para que las dos fuerzas que pe quena mmona campesina a que trabajara en calidad de peones.
componen el orden social eliminen la contradicción cosmológica La batalla rugía incesantemente.
que lo ahoga. Igualdad contra privilegio, libre albedrío contra ; La religión popular y el odio de clases, aunque no la concien­
autoritarismo; naturaleza contra artificio cultural; razón versus cia de clase, se habían fusionado simbióiicamente. El odio hacia
dogma. Las clases bajas, encabezadas por los liberales radicales, los privilegios raciales y de clase se alirneruaban de una ínter­
luchaban contra los dueños de esclavos, o ex dueños de esclavos, P[etación ra~ical del catolicismo, donde la lucha de los campe­
y el clero; esos conservadores, que estaban conteniendo la his­ sinos por la IJ~rra quedaba santificada por una compleja tradición
toria y la verdad. Ser conservador quería decir conservar la vieja cultural surgida de la experiencia de la esclavitud, el palenque,
'··::~ f'.:'.'·~'".'
civilización. Ser liberal quería decir seguir las verdaderas ense­ •• ,....fo'ii':'~,­ .. ­· y las clases de campesinos proscritos que se refugiaban en las
ñanzas de Cristo ­dernocracia y libertad­ como las resumiera .,;,­,'llF~.:\:óC:<•.­.·. selvas a todo lo largo de las fincas en decadencia, La relación de
Mercado: ·. ,_,,,.F'­i;!¡/i'•·>.­ Dios c~n el inframundo quedó preñada para siempre por la
v~olenc1a de las ataduras amo­esclavo. Cuando los negros rom­
Durante esos días solemnes vi personas mayores, de ochenta años, pieron esas ataduras, reclutaron a Dios de su lado y dejaron que
armarse espontáneamente y marchar .a la batalla para defender la sus amos se fueran con el diablo, _
legitimidad y la regeneración de la Democracia; gente anciana
apenas vestida y temblando por sus muchos años, pero fuertes en su
fe y palpitantes de entusiasmo por la República. He visto cientos de POSDATA ETNOGRÁflCA:!970
jóvenes y adolescentes dejar sus casas, esposas, hijos y pertenencias
para ofrecer sus vidas al holocausto en la Causa Santa, para contri­ ~ún hoy, los campesinos del austral Valle del Cauca, deseen­
buir al triunfo de la democracia y a la redención de la gente [ ... ¡ d1e?t.es de los esclavos de Arboleda, hablan de los partidos
Nosotros extinguimos todas las distinciones de rango porque todos políticos y de la Iglesia en términos de la estructura de sentimien­
los hombres son hermanos, y todos tenemos el mismo derecho de
tos forjada en el yunque de las formaciones sociales en contien­
disfrutar Je los beneficios de una sociedad organizada para el
bienestar, bajo la protección y guía de la Providencia (1853: lxxviii­
da, c~ando !ª historia aportaba un destello de posibilidades y
trnnstormac1ones alternativas. "¡,Los sacerdotes? alzunos son
lxxix).
menos repulsivos que otros". Cristo ful! generoso y fundó la
doctrina liberal. Los conservadores deseaban conservar d mal y
LJ!i RELIGIÓN ESCLAVA Y EL CAMPESINADO LIBRE 99
98 MICHAEL T. TAUSSIG

· solamente para los sacerdotes. Cualquier otra persona que tuviera


esclavizar nuevamente a los negros. Un anciano campesino,
:;.­una Biblia quedaba excomulgada; iba al infierno. iEs~u~hen! ¿De
Felipe Carbonero, cuando en 1972 se le pidió que explicara las
.... dónde vino la ignorancia de la gente, y la falta de entend1m1ento entre
diferencias entre los dos partidos, respondió con acentos pareci­ ~;·Jos pueblos, el odio entre negros y blancos, los grandes contra .l~s
dos a los de los liberales radicales intelectuales de mediados del ­ pequeños? ¿De dónde viene este egoísmo? Viene de la explotacion
siglo XIX. de una parte que no quiere que la otra sepa la .verda? de la~ cosa.s; la
verdad de la Biblia, la verdad de la vida[ ... ] Bien, Dios le dio la uerra
Los conservadores deseaban conservar la Ley de los Españoles ] ... ] al mundo entero, a todos[ ... ] dice que Dios dijo, mi iierra no se puede
matar y esclavizar[ ... ] atrapar negros y venderlos ] ... ] venderlos de vender ni negociar.
una hacienda a otra [ ... ] atrapar a los esclavos negros y hacerlos
trabajar noche y día sin pagarles nada, como no fuera su comida y Tomás Zapata, un anciano de ochenta y cuatro años, poeta_y
nada más. Esto es lo que se llama Conservar; conservar la ley dañina
actualmente ciego, quien trabajó toda su vida en .una pe~~ena
del español. De ahí viene la palabra "conservador". Los conserva­
parcela, comentó las diferencias entre. los dos paru~os políticos
dores querían esclavizamos otra vez. Por eso había tantas guerras.
cuvas luchas habían torturado a la sociedad colombiana durante
La palabra "liberal" viene de la palabra "libre", queJesucristopredicó
cuando vino al mundo; libertad para todos, Jesucristo trajo eso cuan­ un.siglo. Señalando primero que las presiones físicas de la ~uerra
do vino; libertad para todo el mundo. Esto es lo que llaman "liberal"; obligaban a que uno se involucrara como un celoso partisano,
un mundo de libertad y pensarniento ] ... ] El negro nunca puede ser siguió:
conservador; como tampoco puede humillarse. El negro sólo puede
ser un Patriota; nunca un conservador. Pero no son los ricos Jos que Todo es uno
nos guían. Aquí hay pobreza. Aquí, en esta región, es la pobreza la Y uno está en lodo.
que mueve a la gente, sean liberales o conservadores; es la pobreza. En lo uno va todo.
Puesto que lodo se divide en dos;
El temor a la vuelta a la esclavitud, o algo peor, todavía era Una sola cosa está siempre dividida.
"'~"'::":'.'~'·'
: .. p~p._,,.,. ,.,
un factor de la violencia de 1948­1958. Al leer la carta de
Alfonso Arboleda a su padre, otro anciano comentó: A lo que agregó como pensamiento secundario: "C~ando
Jesucristo vino, dijo 'Algunos de ustedes están conmigo, Y
Hasta hoy esto existe. En una carta, el doctor Laurcano Gómcz (el algunos de ustedes contra mí'. Pero en verdad es la misma cosa,
líder conservador a quien se considera como instigador de la violen­ porque todos venimos de Dios." , ...
cia), dijo que iba a terminar con los negros porque casi todos ellos Ahí hay una dimensión maniquea. El mundo esta d1v1_d1do en
eran liberales. Que los mataría o los transformaría en conservadores. dos partes hostiles y opuestas: el Bien contra el Mal, .los liberales
Es por eso que empezó la violencia, y golpeó sobre todo a la raza contra los conservadores, la Igualdad contra la Desigualdad. Es
negra. Es por esto que hasta hoy en día la carta de Arboleda es una ley natural que las cosas se dividan en dos. Sin embargo,
significativa. "Todo está en uno, y uno está en todo". La división será trascen­
dida por una unidad más grande. Los conjuntos están desti~ados
La relación entre religión y política, con énfasis en el libre a transformarse en subdivisiones autoalienadas. Las relaciones
albedrío y la inalienabilidad de la tierra, surgió en 1971 en una se separan en partes antagónicas. Pero eso es ~ólo un mom~nto
conversación con otro viejo campesino, Eusebio Cambiado, hoy en un proceso más grandi:: e inclusivo, por medio d~l cual se forja
fabricante de cigarros: la unidad. El sentido de la vida y la fuerza que aruma al cosmos
pueden considerarse como un duelo entre Dios y el Di~blo, los
Aquí la Biblia era "aristocriticadu" o mala y excomulgaba, como liberales y los conservadores, pero no son más que tacetas y
esas gentes decían. La Biblia era buena, pero solamente para dios;
100 MICHAEL T. TAUSSIG

representaciones oblicuas de la verdad subyacente de la unidad


y un destino humano común. "Pero no son los ricos los que nos
manejan. Aquí hay pobreza. Aquí, en esta región, es la pobreza 4. DUEÑOS Y CERCAS
la que mueve a la gente, ya sean liberales o conservadores, es la
pobreza".
Somos los dueños y nuestras cercas son nues­
tros títulos.

RICARDO HOLGUfN,
dueño de la hacienda Perico Negro.

Ei siglo XX le abrió las puertas a una gran transformación que


virtualmente quebró la espalda de la clase campesina. Con el fin
de la devastadora guerra civil, la Guerra de los Mil'Días en 1902,
­el Partido Conservador triunfador pudo crear. un clima de "esta­
'bílidad y progreso", estableciendo las seguridades para la inver­
sión extranjera, que ingresó a Colombia en una escala que no
tuvo igual en ningún otro país latinoamericano (Rippy, 1931:
152). Gran parte de este capital se invirtió en el Valle del Cauca.
El presidente Reyes, amigo íntimo de Santiago Eder, necesitaba
urgentemente fondos para desarrollar el valle donde él mismo
tenía importantes intereses (Rippy, 1931: 104; Eder, 1959: 221,
· ~':.·~
­­ ~t'!'~· ~'¡, . . . ~
............_..,. .105). En 1914 el valle se abrióal mercadomundial con el
·:>'-'~;;;,~· . ferrocarril que cruzaba los Andes hacia el Pacífico, y con el canal
. . :.~Ji;l(ii;'·<•· de Panamá. Los asesores estadunidenses instituyeron una nueva
estructura bancaria y de impuestos. En la parte sur del Valle· del
Cauca había un aumento natural agudo de la población rural, y
un aumento aún mayor de la urbana, lo cual incrementaba la
'demanda de alimentos.
· Como resultado, se elevó el valor de la tierra, y simultánea­
. mente, todos los grandes terratenientes aseguraron el poder para
desalojar al campesinado y para iniciar la agricultura comercial
a· gran escala. Los campesinos vieron cómo les expropiaban sus
'parcelas, primero para la cría de ganado y después para sembrar,
·y que a ellos mismos se les obligaba a trabajar como asalariados
·y a cultivar productos para la venta en sus reducidas posesiones.
Ahora los grandes terratenientes tenían la oportunidad de
hacer dinero con la tierra, siempre y cuando pudieran asegurarse
el trabajo y la sumisión de los campesinos revoltosos. Los
101
DUEÑOS Y CERCAS 103
102 MICHAEL T. TAUSSIG

in.~rustada en un modo no mercantil de utilizar y compartir Ja


sucesivos vallados de tierras no sólo eran un pretexto para ganar
hectáreas; también eran un intento de solucionar el problema de
·a erra.
:'.· A{describir el comienzo de los tapiados, un viejo campesino
la disciplina laboral que en 1882 afligía al administrador de
Japio. "No podemos encontrar trabajadores aunque a diario nos
~os cuenta cómo llegó Jaime Gómez. "Comenzó a. usurpar, a
dañar, a robar y a inquietar a los residentes de Barragán, Quin­
cruzamos con holgazanes". Según las palabras del viejo mayor­
tero, Obando y otros. Entonces uno tenía que irse o vender. En
domo de la finca más grande del Valle del Cauca, la de los
Barragán destruyó las casas y borró el comunismo, los comune­
Holguín, cuando describía el regreso de los dueños en 1913, ros, porque habfa comuneros ahí". Estaban en vigencia los
"Vinieron a dominar a los negros y a expandir su hacienda". La
sistemas de trabajo en equipo, las fiestas de trabajo y el inter­
proletarízación rural comenzó formalmente. Los censos nacio­ cambio recíproco de trabajo.
nales indican que los trabajadores asalariados en 1912 consti­
tuían únicamente la quinta parte de los pequeños propietarios. ..• '[,.;· 11;i11ga (fiesta de trabajo J. En esa semana uno mata un cerdo, un
Pero hacia 1938 las proporciones se habían invertido. Los traba­ pollo,.un ternero o lo que ~ea, e invita a sus vecinos a trabajar. Unos
jadores asalariados eran un tercio más que el número de peque­ trabajan y otros preparan la.cornida con esos animales. Uno o dos
ños propietarios y que se habían quintuplicado. días, lo que sea. Un mes o una semana después yohago lo mismo.
¿Por qué no se ha desarrollado una economía capitalista Esto es lo que llamamos la minga. Es corno j.i.] uná unión proletaria.
basada en granjeros que comercian? ¿Por qué se desarrolló por Era cosa común. Pero hoy no hay nada porque en. este sector los
medio de las grandes fincas y del trabajo asalariado? La organi­ campesinos propietarios no tienen dónde trabajar, no tienen trabajo
zación social de los campesinos presentó un obstáculo para las para ] ... ] hacer una minga.
instituciones capitalistas. El trabajo de la tierra quedó ahogado
en un laberinto de relaciones intensamente personalistas, basa­ Un anciano nacido en 1890 nos refiere lo siguiente:
das en diferentes derechos y obligaciones, entretejidos en un
sistema de parentesco de múltiples relaciones maritales. Hasta Hacia 1900 había cientos de terrazgueros [arrendatarios). Había
cierto punto, los campesinos producían para el mercado nacio­ odia entre pobres y ricos. Los pobres no tenían títulos y los ricos..
nal, pero consumían pocas mercancías del mercado. No tenían junto con los jueces, echaban a la gente de sus fincas [granjas]. Esto .¡
demasiadas facilidades para incrementar el excedente, ni les empeoró mucho en la Guerra de los Mil Días. Casi todo lo hacían
interesaba mucho, tampoco. Sin los lineamientos claramente los Holguín y los Arboleda. Para la época en que llegó Jaime Gómez
establecidos de la propiedad privada en el moderno sentido como hacendado, ya no quedaban demasiados terrazgueros. Mi
burgués, se mostraban reticentes ante las instituciones financie­ padre tenía 150 plazas al otro lado del río Palo [una plaza equivale
ras y los alicientes que resultaron atractivos a las clases domi­ a 0.64 hectáreas]. Pero echaron a patadas a los terrazgueros y les
nantes. Los lazos de parentesco y grupo de los campesinos dieron unas parcelas muy chicas de más o menos media plaza en las
significaban que la acumulación de capital era virtualmente praderas de Los Llanos, y los transformaron en jornaleros de la
imposible. Se podía amasar una fortuna, pero no capital, y hacienda. Vinieron con caballos y lazos y echaron abajo las casas
solamente para que se dividiera entre las generaciones futuras. sin previo aviso. Yo conseguí trabajo dándole de comer a los caballos
Por supuesto, el capital mercantil podía coexistir con esta forma y acarreando agua. Después corté caña para los animales. Más
adelante fui a trabajar para Jaime Gómez como lechero y después
de organización social, pero como la acumulación nacional de
trabajé de muletero llevando las cosechas de cacao y café a Cali y
capital exigía un mercado local en constante expansión, los
. Jamundi. Me llevaba doce mulas por vez, cada dos o tres meses, y
campesinos que aún continuaban practicando la autosubsistencia traía de vuelta alambre de púas y sal. Cuando construyeron el
representaban un obstáculo para el progreso. Cualquiera que ferrocarril sólo tenía qm: viajar hasta Jamundi. Otro terrateniente fue
fuera el cálculo intrincado del sistema en surgimiento, su impul­ Benjamín Mera, y él también le compró tierras a los Arboleda. Era
so inicial tenía que destruir una forma de organización social
104 MICHAEL T. TAUSSIG DUEÑOS Y CERCAS 105

negro y liberal, mientras que Jaime Gómez era blanco y conservador. grandes terratenientes raramente estaban dispuestos a pagar por
Pero era lo mismo. Muchos liberales hicieron lo mismo que los las mejoras. De esta forma, ambos partidos quedaron trabados
conservadores. Aquí en Quintero no hubo mucha resistencia. Los en conflicto. Cada vez más se encuentra uno con anuncios de
ricos trajeron la ley, las autoridades, para librarse de los negros, y no alambre de púas. Éste había sido introducido en el valle a fines
pagaron ni cinco centavos por la tierra.
de la década de 1870, junto con nuevos tipos de pastos. Es
curioso que uno de los anuncios más comunes en Jos periódicos
"El hombre es una cosa, la ley es otra; dos cosas muy durante el cambio de siglo, dijera: "El libro más útil jamás
diferentes. Una cosa es la ley, y otra es el hombre", dice Tomás publicado en Colombia, es El abogado casero". Y como dijera
Zapata, el viejo campesino ciego, analfabeta y poeta. Phanor Eder en 1913, "Los precios del ganado suben constante­
mente. Las ganancias son abundantes".
En la Guerra de Independencia todos lucharon juntos; ricos y pobres, Tomás Zapata habla de los indivisos:
negros y blancos, conservadores y liberales. Pero después de haber
triunfado, los pobres se quedaron esperando en la puerta y la tierra La tierra en indiviso es lo siguiente. Cuando los descubridores
se dividió entre los grandes ricos. Los pobres se quedaron en la caite. encontraron América, la tierra estaba guardada por indios que esta­
Nada. Y entonces los pobres empezaron a rebelarse. Pero cuando los ban aquí en ese momento. Entonces los descubridores comenzaron
ricos se dieron cuenta de que los negros querían recuperar la tierra, a quitarles sus tierras, porque ellos tomaron como esclavos a toda la
impusieron la política, para que no hubiera unión entre los pobres. gente pobre. Toda la clase pobre fue esclavizada por las personas
que se apoderaron de la tierra. Este dueño tenía la tierra por allá, y
La clase empresarial, cada vez más vigorosa, también se otro dueño tenía otra porción de tierra por allá, y todavía quedaba
apoderó de las llamadas tierras comunes, esas extensas praderas mucha tierra que no tenía dueño. Así fue que desarraigaron a los que
que la gente usaba con un tipo de tenencia comunal, cuyo estrato estaban aquí primero, los indios, pero nunca consiguieron vender
legal era sumamente complejo. A menudo a estas tierras comu­ toda la tierra que quedaba. Solamente se sentaron satisfechos, con
nes se las llamaba indivisos, porque no se podían dividir y porque ·:~~'.':''~· los brazos cruzados, y un montón de tierra de la que poseían nunca
... ~...­­·~· se vendió y fue imposible venderla, Esto es lo que ellos llamaron un
los derechos de uso se heredaban de generación en generación
sin particiones, de manera que hacia el año 1900 había cientos ,·,.~~\>it>;·: indiviso, y dicha tierra nunca se pudo alienar. A estas tierras también
de familias que tenían derecho a su uso. Desde comienzos de la :~:i}:et~~~;:.;~~.;<:." las llamaron comuneros; ésa era la tierra donde usted y yo, y él y
década de 1900 en adelante, los periódicos locales contienen algún otro, y otro más, y así, tenían derecho a tener nuestros anima­
informes y avisos oficiales sobre la partición de tales tierras. Un les. Los animales estaban separados por sus marcas;. no se usaba
caso típico fue el "indiviso" "Bolo de Escobares", en e! que ningún tipo de cerca para separar las tierras. Había algunos comune­
ros con ochenta familias. Eran tierras en las que uno estaba de igual
estuvieron involucrados alrededor de 440 "propietarios". Estaba
a igual con todos. Aquí casi toda la tierra era así. Pero después de la
ubicado al norte del área de­Puerto Tejada, y tenía un valor de
Guerra de los Mil Días vinieron los ricos y cerraron las tierras con
40 000 pesos. El periódico Él'Comerclo anunciaba a los "copro­
alambres de púas. De ahí en adelante empezaron a adueñarse de las
pietarios" de este indiviso, el 16 de junio de 1904, que estaban a tierras, aunque no eran de ellos. Si usted tenía su porción o su parte
la venta lotes de veinticinco a cien hectáreas. La tierra inaliena­ de tierra y no estaba cercada. ellos venían de lejos, y como tenían
ble pasó a ser alienable. Como nunca antes, la tierra pasó a ser alambre hacían la cerca y entonces uno tenía que irse porque la ley
una mercancía, y ¿qué campesino la podía pagar? Habitualmente no lo protegía a uno para nada. Así es como empezó; los ricos seguían
los campesinos habían intercambiado tierras por medie de la viniendo y viniendo, echando a la gente de la tierra y quitándole todas
compra y venta de mejoras, aunque no de la tierra en sí. Pero sus posesiones a los pobres. Entonces plantaban pasto para pasturas.
ahora la propiedad segura imponía 1,, compra de la tierra, y eran Por eso es que la gente que estaba aquí tenía que marcharse o ir a
pocos los que se lo podían permitir. Al mismo tiempo, los trabajar para los ricos, porque no había leyes par:i los pobres. Ellos
106 MICHAEL T. TAUSSIG ,DUEÑOS Y CERCAS 107

desposeyeron a los pobres. Ni las mejoras tenían valor; cuando ellos ­, como los caballos? Si alguien necesitaba uno, se lo prestaban. En
lo encerraban, uno tenía que irse. Y así las mejoras que uno tenía, ;" esos tiempos casi no había explotación; la gente se prestaba todo.
ellos las arrebataban sin pagar. ¿Yo necesitaba su toro para reproducir la leche de vaca? Usted me
lo prestaba. Usted necesitaba mi caballo. Yo se lo prestaba, y así con
El recuerdo de las tomas por asalto es vívido y perdura en las . todo.
leyendas populares como un holocausto. Igualmente tenaz es el
recuerdo de una Época de Oro, que rememora una época de ·::·:Agrega, "Dios dio la tierra en común a toda la gente, ¿por qué
plenitud, autosuficiencia y buena vecindad. Una mujer que des­ ;tenía que pasar que Uf\O o dos o tres ladrones pasaran a ser los
cribió la década de 1920, puso en evidencia esta sensación de dueños de cantidades enormes, cuando también había otras
pérdida irreparable. _'.personas que necesitaban la tierra?"
,3.),­a familia Holguín, cuyos hijos asumieron tres veces la
Antes que los ricos invadieran aquí, sólo estábamos nosotros los presidencia de la república, regresaron en 1913 a retomar el
campesinos. Cada familia tenía su ganado, dos o cinco. Había mucha control de sus dominios: "para dominar a los negros y ampliar
carne y leche y plantaciones de arroz, maíz, plátanos, y un poco de su hacienda" heredada de los Arboleda. María Cruz Zappe, hija
cacao y café. No había máquinas para moler el café. Lo hacíamos de Juan Zappe, un general famoso por sus hazañas como jefe
con una piedra. Hacíamos muy poco chocolate porque daba cólicos. , guerrillero en Ja Guerra de los Mil Días, lo vio todo.
Cultivábamos tomates cerca de la casa, cebollas y también mandio­
::;._;·:>
ca. ¡Pero hoy! ¡No! ¿Dónde podríamos plantar? ,, ,, , Empezaron a sacarse de encima las granjas de los campesinos. Hasta
, en las riberas del Cauca había cacao. Lo echaron todo abajo, fuera,
Eusebio Cambiado habla del pasado mientras lo escuchamos _:, . > fuera, no más dueños. Vinieron con sus peones y plantaron pasto
sentados en su choza de una sola habitación en el municipio de '·' . todo alrededor de la casa y cortaron la granja, y como el gobierno
Puerto Tejada, que mira al lodo verde de la cloaca abierta. Sus . :, . , conservador de Caloto vino a protegerlos, no había leyes para
nietos lo ayudan a enrollar cigarros, su único medio de subsis­ · ... nosotros. Quería ampliarse, tener pasturas. Había negros, con pastu­
rencia ahora que ya no tienen tierras. Mientras la llama de la vela ras y a todos los echaron. Tenían sus pasturas para sus animales, y
parpadea contra las paredes de barro que se desmoronan, insiste tenían sus granjas y a lodos los echaron. A ese lugar le llamaban
en que la versión de don Tomás Zapata tiene que complemen­ Palito. Era un pueblito al costado del río. Lo tiraron todo abajo sin
tarse con la suya propia, porque Zapata es un filósofo y por ende reconocer nada, sin pagar ni un solo centavo. Nos pusieron la pastura
vive para fa literatura. en la cama porque Popayán no quiso ayudar a la raza. Caloto
tampoco. Estaban contra nosotros.
Antes de que los ricos entraran por la fuerza, los campesinos tenían
grandes fincas. Eran grandes plantaciones de cacao. Ya todo se ha ­ Ahí donde no podían o no querían desalojar a los campesinos,
ido, todo. La leche era muy abundante. La carne era abundante sin los Holguín cobraban rentas sobre la tierra y sobre cada árbol de
preparación. No había que cocinarla. Uno se servía una rodaja. Los cacao. El bandido Cenecio Mina asumió el liderazgo de los
plátanos, grandes y más que suficientes. Fruta, toda la que uno grupos que formaban la resistencia, continúa Zappe:
quisiera. Si uno no la quería, entonces otro podía llevársela, La vida
era más que fácil. Uno llegaba a cualquier parte y ahí le servían Por ejemplo, hubo una lucha contra los Carnbindo, en Barragán.
comida, le daban hospitalidad y le pedían a uno que se quedara. La Ellos no querían pagar renta, mientras que al mismo tiempo llegaron
única cosa que comprábamos aquí era la sal, y a veces ropa y algo otros grupos aquí a Puerto Tejada; del lado de Serafina, un señor
con qué cubrirnos. De aquí a allá no había nada más porque el Balan ta; del lado de Guachene, un señor Santiago; de Sabaneras. otro
campesino producía iodo. Nunca se compraba comida. El jabón se señor; y así sucesivamente. Y entonces entre los negros más sabios
hacía con cenizas y sebo. Las velas se hacían en casa, ¿Animales, se formaron grupos para deliberar. Eran grupos defensivos cuyo
108 MICHAEL T. TAUSSIG DUEÑOS Y CERCAS 109

objetivo era liberar a los arrendatarios para que no los echaran y para vez lo atraparon pero él no permitió que lo encerraran. No los dejó.
que así el ganado no pasara a sus fincas y la gente pudiera mantener Se les escapaba siempre. Al final fueron los ricos los que lo atrapa­
lo que tenía. ron. Le pagaron a un amigo para que lo envenenara en una fiesta.

Por medio de esta organización los campesinos podían revo­ Una nieta de Jos Holguín, que en esa época estaba supervi­
car las rentas impuestas a los árboles de cacao; el objetivo final sando la finca, cuenta que en venganza por cercar la tierra y
era que sus derechos de uso y las mejoras les fueran rentables. quedarse con las pasturas, Mina y sus seguidores mataban el
Mina era un hechicero poderoso. Se podía transformar en ganado y dejaban Jos esqueletos con una marca que decía "esto
animal o planta para eludir a la policía o los guardias de la lo hizo Mina". Esos hombres se habían hecho famosos y habían
hacienda, y era invulnerable a las balas. Todo esto le era posible demostrado sus dotes de jefes guerrilleros durante la Guerra de
gracias a la ciencia cabalística, la doctrina judía de la Cábala, los Mil Días, casi siempre del lado del Partido Liberal.
que entró en el pensamiento y la magia renacentista, vía la En 1915, unos dos años después que los Holguín regresaran
tradición hermética. Escondido en lo profundo del bosque.vivía a la región para reclamar su patrimonio, fue tan grande la alarma
en sus grandes fincas con muchas concubinas. Un viejo campe­ por las atrocidades de Mina, que el gobierno despache un cuerpo
sino nos refiere la leyenda. permanente de la Policía Nacional para que se quedara en el área
. de Puerto Tejada y tratara de seguirle el rastro (Gobernador del
Cuando empezaron a tirar abajo los árboles de los campesinos Cauca, 1915: 2). .
alrededor de la vereda de Palito, la gente llamó a Cenecio Mina para · En su informe anual de 1919, el gobernador del departamento
que la defendiera, porque todos los abogados de varias millas a la del .Cauca se quejaba amargamente del nivel de inestabilidad
redonda estaban de parte de los Holguín y no nos querían ayudar. social en el área de Puerto Tejada, que atribuía a "la anormalidad
Entonces, corno él era negro, lo fueron a buscar. Los Holguín trataron económica" del momento, a las dificultades con que la gente
de cobrar rentas pidiendo una cantidad por cadz ar <x.: de cacao; debía enfrentarse para poder alimentarse, y a la falta de una
cuatro pesos por árbol. La gente no estaba de acuerdo con esn porque
ellos mismos habían plantado esos árboles. Sí estaban dispuestos a
,.­~~ ­
'~~t':c·,:::t'::'·:·• colonia penal. Instaba a la formación de un cuerpo especia! de
·.;_¿.:.,._.~.'t,~'·t~:. policía que "diera garantías a los hacendados y al negocio del
pagar por el derecho a usar la tierra, ¡pero no por los árboles! Y
..;iJ.~!tj$~ir..~)~1~. ' comercio ganadero" (Gobernador del Cauca, 1919: 4) .
entonces la gente se reunió y todos dijeron que no iban a hacer nada. _ Durante las elecciones provinciales de 1922 (según los in­
Cenecio Mina no tenía educación universitaria, pero era un
formes del gobierno), la policía apenas si pudo evitar el asesi­
hombre de talento natural, dotado de conocimientos científicos, de
nato de blancos conservadores planeado por campesinos negros
ciencias naturales. No había pasado ni una semana en la escuela. En
la Guerra de los Mil Días había sido coronel. La gente de por aquí del .distrito de Guachene, unas cinco millas al sudeste del
Jo estimaba mucho y tenía una banda de más de cien hombres. Es municipio de Puerto Tejada. Ese mismo año la policía recibió
así que nos vino a defender de la hacienda de Periconegro, la instrucciones de contener los ataques contra los terratenientes
hacienda de los Holguín, y aquellos a quienes defendía se iban con del distrito de Tierradura, seis millas al este. Los campesinos se
él para defender a otros negros en apuros por el rumbo de Ortigal, habían propuesto invadir y ocupar las tierras que habían sido
Lo capturaron y lo llevaron prisionero a la capital, Popayán, pero cercadas (Gobernador del Cauca, 1922: 4, 6). La tierra en
como era un hombre de recursos, supongo que sobornó a la policía, cuestión había sido ocupada por la empresa de Eder, La Corn­
porque poco después salió. Ese hombre podía abrir las montañas e P.~ñía Agrícola del Cauca, y hoy en día esta tierra es una de las
ir donde quisiera y nadie sabía cómo lo hacía o dónde estaba. E! día p_lantaciones de azúcar más grandes de toda la república: El
que se fue Je la prisión se celebró por aquí como el nacimiento de Ingenio Cauca, propiedad de la familia Eder. Los campesinos
un nuevo niño [ ... ] Conocía la ley. Sabía cómo defenderse y nos planteaban (y lo siguen haciendo) que la tierra pertenecía a Jos
defendió a todos nosotros. Lo persiguieron y lo persiguieron. Otra pequeños propietarios locales porque era tierra de indiviso. y
110 MICHAEL T. TAUSSIG' 111

desde 1922 el área sufrió repetidas invasiones por parte de estos >·'iepr.esentaban a importantes casas de negocios, cuyos tentáculos
campesinos y sus descendientes; esto ocurrió, por ejemplo, a ;i brÓiilbandel capital nacional y del hemisferio norte.
mediados de los años cuarenta, y luego en 1961 (cf., Instituto /.· <]'hanor Eder, un residente esporádico del valle y descendiente
de Parcelaciones, 1950). · '<lda familia Eder, nos ha dejado la descripción siguiente del
/.~comercio rural hacia 1910. Dijo que el grueso de los negocios
del· país estaba manejado por los almacenes generales, que
LA COMERCIALIZACIÓN DE LA AGRICULTURA CAMPESINk'­'(i ''>funcionaban como exportadores e importadores, mayoristas y
C:mirioi:istas·. El comercio exterior se desarrollaba mediante comi­
La lucha encabezada por los bandidos se transformó en la décaCtaf < :_.siónistas de los Estados Unidos y Europa. Incluso gran parte del
de 1920 en un movimiento político más moderno, cuando la~·< (or()'Yla plata pasaba por las mismas firmas. En el comercio del
campesinos crearon sindicatos militantes. Éstos se extendieron',\ !:¡¡;afé~~Ios. plantadores más importantes hacían los embarques
por toda Colombia en la década de 1920 y al comienzo delos O''.; ctii:ec;_tamente a los comisionistas, con quienes a menudo estaban
años treinta, pero más tarde se apaciguaron como consecuencia\.­ ?endeudados por los anticipos que solicitaban. Los plantadores
de la elección de un gobierno nacional reformista (Gilhodes;(: }más.modestos le vendían a los almacenes generales, que finan­
1970: 411­422). Al mismo tiempo, los cultivos de los campesí­: / 'ciaban'.Jascompras con documento a sesenta y noventa días sobre
nos pasaron a ser cada vez más de cosechas comerciales. En\. Jas:finnas delos comisionistas. Los comerciantes locales tenían
1833, de acuerdo con un censo de la provincia de Popayárr; ra'':'. :ag!),ntes.que recorrían et" campo. En algunos casos estos comer­
producción anual de cacao en la región de Puerto Tejada ascen­i.', 'cíantes locales eran independientes, pero casi siempre estaban
día ünicarnente a 11.4 toneladas métricas, y no había café (com~') en:estrecha relación con los agentes de compras de las firmas
párese esto con las cifras correspondientes a la década de 1850['.: (extranjeras, muchos de los cuales eran dueños de varias planta­
en Codazzi, 1959: 2, 69). En 1950 todas las parcelas de Jos':·· ,·_cíones de las que se habían apropiado por incumplimiento en el
campesinos estaban plantadas con cacao y café, y; por supuesto. · ·pago­de.deudas (Eder, 1913: 124­125). . .
con algunos plátanos. Anualmente se producían unas 6 000 _~:~a'i!9!1!.!'i.!:··::"r.".'::L·;· Pata Ia.segunda década de este siglo, el centro comercial y
toneladas de cacao, todo de las propiedades de los campesinos .. .,,. ·. .. ': · · '; • , poblacional de la parte sur del valle se había trasladado a terri­
~I censo (muy_criticado) ~e. M~nsalve, de 1925, ~eportó 59,QQQ ~;~'.t.~.rio negro, en la~ profundidades del'"monte _oscuro", c_om~ !º
arboles de café en la municipalidad Lle Puerto Tejada, La Fede­ · · ·" · · . .pamaban los de atuera (Sendoya, s/f: 83). Aquí, en la conjuncion
ración Nacional de Plantadores de Café reportó 576 000 en i932;:· de­ dos: tributarios del Cauca, los negros crearon un mercado
un aumento de casi 1000% en siete años. A medida que ·fo{, .·n<?reciente,conectado por el sistema de ríos con la ciudad de
campesinos cultivaban más productos comerciales, se volvieren' .CalLEni 1918 el gobierno le otorgó categoría municipal. Hacia
también más dependientes del dinero, en detrimento de su ·añle­;: fines di_! la década de 1920, este centro, llamado Puerto Tejada,
rior autarquía; alquilaron un molino de rueda de andar dende. _'pasó'_aiformar parte de la red de caminos, lo que permitió un
vendían casi todo lo que producían y compraban gran parte de> .movimiénto de mercaderías más libre y diferente, quitó a los
lo que consumían. La creciente producción de cosechas comer­i . negrn~'buena parte de los transportes, puesto que dios habían
ciales fue consecuencia de la disminución del tamaño de' las'.' _:m~neJado el transporte tluvial, y marcó, sobre todo, la mayoría
parcelas por las nuevas exigencias monetarias de los terratenieri­: ,. de}_d~d del comercio en la región, Durante la década de 1920
tes, determinados a obtener de las rentas lo que no podfaii,'. · ;_los informes anuales del gobernador del Cauca tenían que ver
conseguir desposeyéndolos, y por las seguridades legales y dé' , ':más, quenada con la construcción de puentes y caminos que
facto de la tierra que conferían las plantaciones perenni:s. Llis'·{, )Conectaban la región de Puerto Tejada con los principales centros
cosechas comerciales también fueron una respuesta a los m6~i.;:; ·,t_ : de: comercio: Pero apoyados principalmente en el dinero que
les y las presiones de los comerciantes que iban llegando, y·que• ·:;._. pag6.eLgob1erno de los Estados Unidos por la "secesión" di!
­,;.¡;::~·i.'
112
MTCHAEL T. TAUSSIG DUEÑOS Y CERCAS 113

Pan~má, el ferrocarril entre Cali y Popayán había llegado, a temor. Si bien los de afuera podían actuar como hombres de
mediados de los años veinte, a una distancia de Puerto Tejada negocios, había algunas razones para que .a los hombres de la
q~_e se podí~ cubrir a pie (Ortega, 1932: 198­206). La construc­ localidad no les resultara tan fácil. Esto es lo que dice un viejo
cien de caminos y líneas férreas se transformó en la obsesión de campesino:
los empresarios, quienes se quejaban constantemente del alto
costo de los transportes (Eder, 1913: 151). El negro tiene más miedo a hacer grandes negocios. Hasta teme
El plátano era la base de la subsistencia de los campesinos. poner 20 centavos en un negocio porque cree que los va a perder. El
Los excedentes se llevaban a Cali en canoas de bambú v durante negro tiene menos de financiero que el blanco. No es lo mismo que
las última.s déca~as del siglo XIX la región fue fam~;a por la un "Paísa" (antioqueño). El "Paisa", si tiene 20 centavos, los invierte
?bundanc1a d~ platano. Hoy. en día, la mayoría de los plátanos se y saca 40 o nada. Aquí los negros son agricultores. No saben de
1m.po~tan de areas muy alejadas, El cacao pasó a ser el sostén negocios, de traer un montón de ropa o de establecer una agencia
para comprar cacao. Y lo que es más, si yo abro un negocio aquí, a
prmc.1~al de l~s campesinos. Florecía bajo el suelo local y las
corto plazo van a empezar las murmuraciones y maledicencias; la
c.ond1c1ones climáticas como pocas otras siembras, y los campe­
envidia del hombre contra el hombre. Y poco apoco me voy a quedar
sinos estaban habituados a cultivarlo desde la época de Ja escla­
en la ruina porque tengo que vivir fiando. "Oye, ¡llévatelo, me lo
vitud. Tenía un buen precio de venta y constituía un impedimen­ pagas mañana! ¡Anda, llévalo, mañai:ia ~tá bien!"[ ... ] Y entonces
to natural y legal ante los terratenientes depredadores, hambrien­ uno, por cuestiones de raza, o porque usted es un compadre, o por
tos de pastura.s y tierras a_zucareras. El cacao poco a poco surgió amistad, nunca n;~ paga. Y de esa forma yo termino arruinado;
co~~ un cult1v~ comercial, en proporción pareja con la disrni­ porque me da crédito dentro de [asnormas de los negocios; me da
nucion .de las ~1ernbras de subsistencia de las que vivían los crédito por 40 centavos porque ya me.robó 80 en el mismo trato. Ya
campesinos, mientras esperaban los cinco años que tardaba en tiene una ganancia de 80 centavos. Entonces me da 40. ¡Y si se
madurar el cacao. Pero a partir de los años de 1930 a 1940 pierden, en realidad no pierde nada!
plantar cacao sin capital se hizo cada vez más difícil, puesto que
las parcelas por lo general eran demasiado pequeñas para brindar . . :~r·:c;:·"
.._....._ ...... , . . Hacia fines de la década de 1930, la presión por la tierra pa­
el equilibrio requerido. recio agudizarse, La industria del azúcar y la agricultura comer­
También se debería tener en cuenca que cuando la tierra era cializada a gran escala se estaban institucionalizando firmemente
abun~_ante y barata, el cacao era una variante mejor pagada que en la trama social a través de los financiamientos estables y las
el cate. Pero cuando la tierra pasú a ser escasa y cara, el café se poderosas asociaciones de terratenientes, unificadas por el temor
transformó en la alternativa de más lucro. La respuesta a esto fue común al campesinado y la necesidad de controlar la comercia­
que a partir de la década de 1920 los campesinos comenzaron a lización y el desarrollo de la infraestructura (cf., Gilhodes, 1970:
plantar café. 417; Fals Borda, 1969: .141; Dix, 1967: 323­326). El levanta­
Los comerciantes que en la década de 1930 y 1940 afluían a miento tecnológico con variedades mejoradas de caña de azúcar
Puerto Tejada para comprar los productos agrícolas de los cam­ y otros cultivos, junto cor, nuevas especies de ganado en pie y
pesinos, adquirieron también un gran control político. Eran métodos de cría, fue introducido o reestirnulado por la misión
blancos, por lo general de Antioquía, y miembros del Partido Charden y la apertura de la escuela de agricultura Palrnira, a
Conservador. Los negocios propiedad de negros, ubicados alre­ comienzos de la década de 1930, en el Valle del Cauca (Charden,
dedor .de;: la plaza central, fueron remplazados por los de ellos. 1930). La Fundación Rockefeller también estimuló la agricultura
Estos mtermediarios manejaban agencias de comisiones de las enérgica de capital intensivo, estableciendo en 1941 el instituto
grandes firmas compradoras de cacao y café, se entendían con de agronomía del gobierno nacional.
estas firmas poderosas y se desentendían convenientemenre de En 1945, un negro.maestro de escuela de la localidad, escribid
los productores campesinos, a quienes podían explotar sin mayor un llamamiento conmovedor al gobierno:
114 MICHAEL T. TAUSSlG DUEÑOS Y CERCAS 115

Desde hace ya tiempo, a mucha gente se le obliga a irse de su tierra. el único asentamiento rural que reaccionó de la misma forma.
La mayoría de ellos sólo tienen entre dos y diez acres y casi todos Una turba incontrolable saqueó los almacenes durante la tarde y
cultivan el cacao con exclusividad. La mayor parte de los campesinos la noche, pero hubo pocos daños personales. A pesar de ello, los
son analfabetos y sólo saben trabajar sus parcelas. Durante las informes que llegaron al exterior fueron grotescos. Supuesta­
primeras décadas las cosas fueron bien porque el suelo era muy rico mente hubo monjas violadas, conservadores (generalmente
y no había plagas. Pero ahora hay demasiada gente. Los minifundios blancos) decapitados, y Jos negros jugaban al futbol con sus
y la monoproducción aparecieron, con todas sus temibles consecuen­ cabezas en la plaza. Tales fantasías de Puerto Tejada comple­
cias. Los ocupantes de cada parcela se duplicaron o triplicaron en mentan su imagen de infierno de ladrones y vagabundos violen­
corto tiempo, y éstas a su vez se hicieron más pequeñas. En los tos; un "depósito" cada vez más compacto de negros desconten­
últimos 15 años la situación cambió amenazadorarnentc. Hov en día
tos, en una geografía política dominada por gobernantes blancos.
los cultivos son cada vez más reducidos y a la cosecha le precede
Las fantasías perpetradas por la violencia en Puerto Tejada,
una larga espera; miles de personas físicamente activas se ven
surgieron del temor generado por la explotación y el racismo.
empujadas a la pereza [ ... ] La usura aumenta, los robos aumentan; la
vida ahora es un péndulo que oscila entre la miseria y las empresas Un testigo presencial nos relata lo siguiente:
desesperadas. Los campesinos de Puerto Tejada están sufriendo una
situación sin paralelo. Es obvio que no es posible ponerle un límite Estaba preparando adobe cuando escuché en el radio que el líder del.
a la situación, porque cada vez son más los que se ven privados de pueblo, el doctor Jorge Eliéccr Gaitán, había sido asesinado. En ese
su patrimonio. momento Natanicl Díaz (un líder negro de Puerto Tcjada)estaba en
Bogot:í, y con un grupo de estudiantes tomó la radioemisora nacio­
nal. Fue entonces cuando Nataniel Díaz dijo por radio, "[Alerta,
macheteros del Cauca! Cobren venganza por la sangre del caudillo
LA VIOLENCIA Jorge Eliécer Gaitán", Casi todas las tiendas eran propiedad de
blancos conservadores, quienes huyeron o se protegieron con barri­
La horrenda guerra civil colombiana ocurrida entre 1948 y 1958, cadas. En pocos momentos se encendieron cohetes llamando a los
conocida como la violencia, aceleró aún más los cercos de las campesinos de los alrededores del pueblo. Partieron de cualquier
tierras de los campesinos para las plantaciones de la burguesía, ·:·:¡·,~:
.. -''·':·:·'. lado que estuvieran. Llegaron de todos los barrios rurales. A las
puesto que sus propietarios aprovecharon la temible inseguridad ::?.~;:~'ffl·:.~ . ..... cuatro de las tarde tomaron el almacén oficial de licores. Turnaron
de esos tiempos. Los campesinos aseguran que los grandes ron, aguardiente y todo eso. Todos se emborracharon. Cada quien
terratenientes empleaban la fumigación de herbicidas para des­ tornó una botella y se puso otras .dos en los bolsillos. y entonces
truir su cacao, una táctica que también se usó en otras partes de empezaron a saquear los almacenes. Fue increíble. Principalmente
Colombia en la década de 1960 ( cf., Patiño, 1975: 181­183). Las buscaron los almacenes de los jefes políticos del pueblo. Se llevaron
parcelas de los campesinos quedaron inundadas, porque los azúcar, arroz, velas, jabón [ ... J Pero estas personas no querían sangre,
grandes terratenientes manipulaban los canales de irrigación y como en otros lugares donde mataban conservadores. ¡No! Aquí
drenaje, y la caña de azúcar bloqueó el acceso a las parcelas. querían robar, nada más. También les robaron a los liberales ricos.
Como resultado, la producción de cacao, principal fuente de
ingresos de los campesinos, cayó en un 80% entre 1950 y 1958 Éste no fue un levantamiento organizado. Fue un estallido
(Wood, 1962). espontáneo del pueblo, cansado por años de humillaciones y
La chispa que encendió la llama de la violencia en toda ultrajes. Esto fue una anarquía, pero fundada en generaciones de
Colombia fue el asesinato del caudillo del Partido Liberal, Gai­ opresión y claramente enfocada desde el punto de vista moral.
nin, ocurrido en Bogotá el famoso 9 de abril de 1948. Ciudades El pueblo siempre estuvo gobernado desde afuera y desde la
como Bogotá y Cali entraron en erupción, y Puerto Tejada fue ciudad más importante. No existían organizaciones formales que
el pueblo pudiera considerar como propias. No resulta extraño
116 DUEÑOS Y CERCAS 117
MICHAEL T. TAUSSIG

que, cuando cedió el dique del control estatal, la inundación que micas los atan indefinidamente a la plantación, fuera de la cual
se había estado gestando durante tantos años brotara salvajemen­ les resultaría difícil conseguir trabajo" (Mancini, 1954: 30).
te, llevando consigo las mercaderías que hasta no hacía muchos
años el pueblo había preparado en sus propias parcelas: "Se
llevaron azúcar; se llevaron arroz; se llevaron velas; se llevaron LA NATURALEZA DUAL DEL PROLETARIADO
jabón".
En el transcurso de pocos días el ejército sofocó el motín y, la Al contrario de las condiciones imperantes en Ja: mayoría de las
ley militar aportó la cubierta con la cual las plantaciones se áreas productoras de azúcar del mundo, las condiciones climáti­
pudieron apropiar de las granjas de los campesinos. Con la ayuda cas y del suelo del Valle del Cauca permiten la producción
del Banco Mundial y el financiamiento de los Estados Unidos, durante todo el año, no importa en qué estación se esté. La
las plantaciones continuaron su expansión sin remordimientos, inestabilidad notoria de la situación laboral no se le puede
por las tierras llanas (Fedesarrollo, 1976: 344). Mientras que en adjudicar a la ecología, sino a la acción política de los dueños de
1938 sólo se producían 2 000 toneladas de azúcar en la región, las plantaciones, que se aprovechan del hecho de que muchos de
para 1969 ya se producían alrededor de 91 000. sus trabajadores tienen parcelas propias. '
Las ventas locales de tierras y los registros de impuestos A principios de !a década de 1960, la estructura militante del
(reforzados por historias orales de los campesinos), muestran sindicato de trabajadores fue quebrada ppr los plantadores, quie­
que las propiedades promedio de los campesinos disminuyeron nes establecieron un sistema dual de reclutamiento de trabajado­
de 4.8 hectáreas en 1933, a 0.32 en 1967. Esta disminución de res y de empleo. Lo anterior estuvo acompañado por un cambio:
quince veces se vio acompañada por solamente la duplicación de cultivar toda la caña ellos mismos, a comprar más de la mitad
de la población local. La escasez de tierra no se le puede a los grandes hacendados independientes; esto hacia 1974. Fren­
adjudicar a la "explosión poblacional", que es lo que los expertos te a una seria inquietud laboral y a la necesidad de expandir la
de la Fundación Rockefeller tratan de establecer (por ejemplo, '";,-:~r.::'.~:<·· ·
producción como nunca antes ­para llenar la brecha de la cuota
Wray y Aguirre, 1969). "' . ..,.~..,.··· de importaciones azucareras de ios Estados Unidos, subsecuente
Los censos del gobierno muestran que hacia 1970, mientras ;;;;1~~:::i-~f11-'<'.'··'·. ; al embargo del azúcar de Cuoa­, los plantadores de caña del
que alrededor del 80% de la tierra cultivable estaba ocupada por ~~~~.k~:~~)~·~- . Valle del Cauca estimularon el desarrollo de un sistema de
cuatro plantaciones de azúcar y unas pocas fincas grandes, e! contratación laboral, por medio del cual se pagaba a los interme­
85% de las tenencias ocupa menos de seis hectáreas y la propie­ diarios independientes para que reclutaran grupos reducidos de
dad se concentra cada vez más. La mayoría de las tenencias son trabajadores temporales para realizar tareas específicas.
tan pequeñas que sus dueños campesinos se ven forzados a A cerca de la tercera parte de los trabajadores de las planta­
trabajar en las grandes haciendas. De acuerdo con mí propio cienes de azúcar, y a casi todos los de las grandes fincas, los
censo de 1971, el 8% de los habitantes rurales virtualmente está reclutan y supervisan los contratistas laborales. Estos contratis­
sin tierras, y otro 63% tiene menos de las dos hectáreas necesa­ tas pueden evitar, en gran medida, los altos costos de los bene­
rias para la subsistencia. ficios sociales, y pueden pagar tasas aún más bajas de las que la
Un agrónomo loca! señaló la función económica de este agroindustria paga a los trabajadores permanentes. El trabajo
modelo de distribución de la tierra, donde e! modo de producción eventual como éste no puede formar o agrupar sindicatos; por
campesino coexiste con el capitalismo a gran escala. "Los cam­ esto se los contrata con frecuencia como esquiroles para romper
pesinos pobres aportan su trabajo a las plantaciones más próxi­ huelgas. El sistema de contrataciones atomiza la fuerza di! tra­
mas. Como poseen sus propias casas, le ahorran a la plantación bajo, facilita el control de los trabajadores, baja e! costo de su
el costo de construir viviendas y ocuparse del transporte de un paga, socava !a fuerza política de todos los trabajadores, ya sean
número alto de personas. Lo que es más, sus necesidades econó­ eventuales o permanentes, y ayuda a asegurar una reserva elás­
118 M!CHAEL T. TAUSSIG DUEÑOS Y CERCAS 119

tica de fuerza de trabajo para solucionar las fluctuaciones de la Los trabajadores están tan ocupados en sacar el dinero suficiente para
demanda ­fluctuaciones bastante marcadas incluso en la indus­ vivir que únicamente se concentran en lo que están haciendo. No
tria azucarera. tienen tiempo para pensar en nadie o nada que no sea lo que están
las facilidades de reclutamiento y organización del trabajo haciendo.
contratado se apoyan pesadamente en la cooptación de las redes
sociales existentes entre los pobres. La fuente de fuerza oculta Poco después, el hombre que me relató lo anterior dejó la
del sistema de contrataciones es la capacidad de la gente pobre plantación y se dedicó por completo a la parcela de su madre.
para organizarse en grupitos que trabajan por un salario. Los Pensó que aunque ganaba menos dinero, valía la pena, porque la
servicios activos eficientes para el mercado laboral están endeu­ intensidad del trabajo era mucho menor. .
dados con modos no mercantiles. de relaciones sociales. Y aún En los últimos quince años se dio en el valle un incremento
más, el sistema de contrataciones facilita el predominio del de cinco o diez veces del cultivo a gran .escala de siembras
sistema de trabajo a destajo en la agricultura capitalista, lo que distintas a la caña de azúcar, y estos cultivos se trabajan exclu­
a su vez refuerza el sistema de contratistas. Comparado con un sivamente con el sistema de contratación; .la diferencia con la
sistema de pago por tiempo, el sistema de trabajo a destajo le da caña radica en que una gran parte de los trabajadores son mujeres
al empleador muchas más oportunidades de bajar el salario del lugar y sus hijos. 9icen que son "más mansos", que trabajan
diario, intensificar el trabajo, y fomentar el individualismo y la por menos y que hacen lo que.se les ordena. No· tes qü!;_da más
competencia entre los trabajadores. Esto creaun círculo vicioso remedio, porque' la carga de cuidar y alimentar un niño recae
donde la disminución de la ganancia diaria hace que el modo de cada vez más en las mujeres, quienes tienen una dolorosa con­
pago por trabajo a destajo y el sistema de contratistas, sea más ciencia de las criaturas hambrientas que esperan su arroz al caer
atrayente para los trabajadores. Como no pueden actuar colecti­ la noche. Las historias de vidas y genealogías indican que el
vamente en una estructura salarial, los trabajadores tienen por lo manejo de la casa a cargo de dos generaciones de mujeres . '
menos, dentro del sistema de contratación para trabajar a destajo, solteras, y las relaciones de cona duración entre hombres y !
la oportunidad de exceder la ganancia diaria intensificando su mujeres, han pasado a ser cada vez más comunes ~n los últimos
trabajo. Y porque muchos de los trabajadores contratados pre­ treinta arios. La tasa de matrimonios ha bajado a la mitad desde
fieren alternar entre la esfera campesina y las plantaciones, el 1938. A estas mujeres y niños trabajadores les llaman con frecuen­ .¡.!)

sistema de contratistas se hace más atractivo. Un cavador de cia iguazas, como a los patos migratorios que recogen las semi­
zanjas al que se le pagaba a destajo ­por metro cúbico cavado­, llas que quedan en los campos. Algunos obtienen así la mayor
relata lo siguiente: parte de sus ingresos, porque comen o venden el grano que
encuentran suelto en el suelo. Pero a pesar de lo que dicen los
Con los precios tan alias de Ja comida y Jos salarios tan bajos, los contratistas, estas mujeres ocasionalmente hacen huelgas, y las
trabajadores no tienen más remedio que trabajar muy duramente para hacen espontánea y directamente, sin un liderazgo organizado;
poder pagar sus necesidades. Algunos ni siquiera interrumpen para cuando el pago que se tes ofrece es insultanternente bajo, se van
comer, Cuando el otro día, un sábado, un hombre cayó al sucio con de tus campos,
dolores de estómago, los demás casi no le prestaron atención. El La mayoría de los trabajadores temporales son gente del
capataz le exigió que siguiera trabajando. El hombre pidió un poco lugar, hijos de campesinos y nacidos en ese sitio. En distintos
de agua, pero el jefe le dijo que se tenía que levantar y trabajar, Aún grados, sacan de sus parcelas parte de lo que necesitan para
seguía caído en el campo de caña cuando lkg6 el camión que llevaba
subsistir. Muchos alternan entre su trabajo Lle campesinos y el
a los trabajadores de vuelta al pueblo, y lo dejaron. Ahí se quedó
trabajo para los contratistas, mientras que otros cuentan con sus
todo el fin de semana; cuando regresaron el lunes estaba casi muerto,
lo llevaron al hospital y le dieron suero, pero poco después murió. familiares cercanos, que aportan parte de su subsistencia con las
parcelas. Alrededor de las tres cuartas partes de la llamada fracción
120 MICHAEL T. TAUSSIG DUEÑOS Y CERCAS 121

permanente de la fuerza de trabajo asalariada está compuesta por cambio, está originada por la ineficacia de los negocios capita­
negros inmigrantes de las selvas relativamente aisladas de la listas a gran escala con la agricultura. A causa de su mayor poder
costa del Pacífico. Casi todos ellos alternan entre la costa y las político, la agroindustria puede compensar sus ineficiencias
plantaciones; en estas últimas se quedan de uno a tres años, y sacándole buen provecho a la eficacia del trabajo de campo
luego regresan a sus hogares, apareciendo otra vez en las plan­ campesino.
taciones después de más o menos un año, y por lo general Las tareas más importantes en la agricultura campesina son
dejando atrás a sus esposas e hijos. las cosechas, que se recogen cada dos semanas, y las deshierbas,
Los asalariados de las plantaciones y las grandes fincas no que se realizan una a dos veces al año. Ambas tareas son !ivfanas;
son proletarios "puros", sin nada de qué subsistir aparte de la y requieren de poco tiempo. Alrededor de dos hectáreas cultiva­
venta de su tiempo de trabajo. Ya sean temporales o permanen­ das de esta forma, proveen los medios de subsistencia para la
tes, lugareños o inmigrantes, son por lo general proletarios de familia del campesino, y no exigen más que cien días de trabajo
medio tiempo, cuya subsistencia y la de los que de ellos depen­ por año. Sólo se usa un machete y una pala ligera. De la parcela
den descansa en complementar su trabajo de proletarios con Jos también se obtiene leña, materiales para construir la casa, cuer­
frutos de lo que cultivan como campesinos o con tipos similares das, hojas para envolver, enfardar, calabazas, un poco de maíz y
de oportunidades de obtener ingresos. mandioca ·y muchas plantas medicinales, mientras que por otro
lado se crían aves y cerdos. Con todo lo que tiene de comercial,
este tipo de agricultura preserva gran parte del ecosistema pre­
EL ARTE DEL TRABAJO CAMPES[NO existente en su amplia variedad de cultígenos, y el suelo se
alimenta constantemente con el abono de las hojas caídas, que
Los surcos frescos de las granjas de los campesinos contrastan es igual al que se encuentra en las selvas con lluvias tropicales.
agudamente con los campos enormes, abrasadores y sin árboles Los árboles de sombra con flores parecen ser esenciales para. la
de los que se dedican al negocio de la agricultura. Como extra­ salud de los cultivos perennes, y al bloquear e! sol inhiben e!
viadas is litas de vida selvática, las parcelas viven ahogadas por crecimiento de las hierbas que proliferan en los campos tropica­
la caña de azúcar de las plantaciones. Están compuestas de cacao, les abiertos, y que dan mucho trabajo. La abundancia de árboles
café, cítricos y plátanos, plantado todo junto en medio de una corta los vientos y absorbe las fuertes lluvias; y además, Jos
profusión de arbustos, plantas, y árboles de sombra de flores árboles retienen la humedad y la van liberando lentamenteen las
rojas. La diferencia de la forma estética entre los campesinos y estaciones secas.
las plantaciones se reduce a esto: los campesinos tienen algún Los plátanos dan fruto de ocho a diez meses después de plan­
control de los materiales, las herramientas, el tiempo y la tierra; tados, no importa la época del año, y por medio de sus retoños
los trabajadores asalariados no controlan nada de esto. Tomás continúan produciendo durante cinco arios o más. El cacao y el
Zapata lo expresó con claridad: "Mis hijos e hijas son desintere­ café se recogen cada dos semanas. Ambos tienen un ciclo de seis
sados. Sólo les importa pasar el día y tomar el dinero por la tarde; meses, y los ciclos son complementarios: cuando decae el café,
ir a trabajar al alba y volver cuando cae la noche. Viven al día. se da el cacao, y viceversa. De esta forma, se mantiene durante
Pero la agricultura es un arte, y ellos no lo entienden. Para este todo el ario un ritmo constante de trabajo y ganancias. Hay muy
arte, lo primero es la constancia y la tierra". poco mantenimiento de capital, si es que lo hay.
Es más, si se juzga estrictamente con un criterio económico, Las mujeres administran y son propietarias de un tercio de las
la forma campesina de trabajar el campo es en vanos aspectos granjas campesinas, y no existe una división marcada del trabajo
mucho más eficiente que la de las grandes fincas capitalistas. La en d campo por edades o sexos, como existe en la agroindustria.
pobreza que tan cruelmente aflige a los campesinos no radica ni Las áreas tienden a dividirse por parentesco, centradas en un
en su modo de producción ni en su ritmo de reproducción. En campesino varón rico, con diez o más hectáreas de tierra. Éste
122 MICHAEL T. TAUSSIG DUEÑOS Y CERCAS 123

solicita la ayuda de sus hermanos vecinos, primos, concubinas y producen cada cuatro o seis meses. Los gastos de capital se
sus hijos, para cumplimentar los trabajos que su familia no elevan dramáticamente por la necesidad de nuevas variedades
alcanza a realizar, les paga por día, y siempre está dispuesto a de semillas, tractores, fertilizantes, pesticidas, y por los mayores
oír sus peticiones de préstamos y regalos. A su muerte, la gran gastos para pagar el trabajo, que es necesario a pesar del empleo
finca por lo general se divide entre estas personas, y la pirámide de maquinarias. Al cultivar de esta manera nueva, los campesi­
de clase se derrumba, para rearmarse más adelante con el surgi­ nos, como nunca antes, se transformaron en empleadores, y el
miento de otra casta jerárquica. Los lazos recíprocos basados en carácter de la estructura campesina de clases evolucionó de la
la familia moldean la estructura de clases. El mercado nacional formación de parentesco, a una estructura estereotipada de tra­
afecta el trabajo y la distribución de riquezas dentro de la esfera bajo/capital. Los campesinos ricos absorben las tierras de sus
del campesinado, pero no es un factor constitutivo de la estruc­ vecinos, y el equilibrio económico que solía darse cuando moría
tura interna y del funcionamiento de esa esfera. Con todo lo que un campesino rico, hoy ocurre muy raramente, porque éstos
puede tener de comercial, este modo de subsistencia campesino venden o rentan sus tierras a las plantaciones. Las mujeres
no es un microcosmos de la economía de mercado. No está perdieron la provisión de comida tradicional que acostumbraban
racionalizado en el sentido capitalista, donde la regla y el peso tener en las antiguas parcelas porque la venden en las ciudades,
de la formación de bienes de consumo afecta al metabolismo de y se han vuelto más dependient~s que nunca de íos hombres.
la vida social en el proceso productivo y coloniza la vida fuera Ahora constituyen una reserva disponible de trabajo para los
también del lugar de trabajo. contratistas y para las familias urbanas acaudaladas, que 'las
Desde 1971, cuando muchos campesinos y trabajadores sin emplean para el servicio doméstico.
tierras organizaban invasiones de plantaciones para apoderarse
de la tierra por la fuerza, este estilo tradicional de trabajo cam­
pesino pasó a estar sujeto a una "revolución verde" forjada por LA ARTICULACIÓN DE LOS MODOS DE PRODUCCIÓN
el gobierno colombiano y la Agencia para el Desarrollo Interna­
cional de les Estados Unidos (USAID). Esta sabiduría nueva y ,~f;'."'/'' Ciertamente no se puede decir que el desarrollo agroindustrial
~.~~..r­­·.r.·.

conveniente de las agencias de desarrollo fue más un intento de en esta úrea, rica en alimentos, haya mejorado el estándar de vida.
incrementar la productividad campesina que de instituir una Dicho desarrollo significó una ruptura creciente entre la agricul­
reforma agraria como solución a la pobreza rural. En efecto, esto tura y la nutrición. Mientras que los cultivos de subsistencia y la
significó arrancar los cultivos perennes para reemplazarlos por agricultura campesina se han marchitado, las ganancias de las
un sistema caro, riesgoso, mecanizado y abierto de monocultivos plantaciones de azúcar en expansión son muy altas (promedian­
de soya, frijoles o maíz. Alrededor de un tercio de los granjeros do alrededor del 40% entre 1970 y 1974, expresado en ingresos
campesinos aceptó los préstamos pura desarrollar este nuevo netos sobre costos [Fedesarrollo, 1976: 340­346]). Sinembargo,
sistema. Invariablemente.se trataba de varones, porque los ser­ se dice que el 50% de los niños está mal alimentado (Fundación
vicios financieros y de extensión rural gravitaban de manera de Sistemas Comunitarios, 1979); además, se pone en evidencia
natural en torno a ellos, y porque las mujeres por lo general eran que el equilibrio nutricional que deben mantener los adultos que
hostiles a esta idea. El resultado de la innovación fue el crecí­ trabajan, se logra a expensas de las mujeres embarazadas y los
miento astronómico del endeudamiento del campesinado, hasta niños, y que ahora la gente come mucho menos c.¡ue antes del
que eliminó virtualmente la base Je subsistencia local que repre­ desarrollo de la agroindustria. Los peligros que el medio ambien­
sentaba el plátano, y aumentó la tasa de adquisición de tierras te representa para la salud y que se atrihuyen a este desarrollo,
por parte de las plantaciones. Con el nuevo sistema, las ganancias se combinan .~on el problema de la nutrición. Las fábricas
se ven expuestas, porqut: el monocultivo es susceptible a las descargan sus afluentes en los ríos, abastecedores principales de
plagas, los vientos y las inundaciones. Adernás, los ingresos si! agua potable, y todas las fuentes Je agua están terriblemente
MICHAEL T. TAUSSIG DUEÑOS Y CERCAS 125
124

contaminadas con materia fecal, según los estudios repetidos, comida. Además, aunque el rendimiento por hectárea de los
realizados pqr bactgriólogos. Abundan las in~:cciones causadas campesinos que siembran cultivos modernos (como la soya)
por el anquilostoma (en el 50% de la población), la Entamoeb~ representa más o menos la mitad que el de los agricultores a gran
histolytica (en el 25%), el Strongyloides (en el 20%) y laAscans escala que cultivan lo mismo, los costos de producción del
(en ei 70%). El sistema de alcantarillado es abismal, y la gente campesino son tanto más bajos, que sus ganancias sobre el
por lo general anda descalza. Nada de l~ ~quez~ p_roducida por capital invertido ­su "eficiencia de capítat"­ es igual o más alta
la aaroíndustria se invierte en los servicios públicos que son que la de los grandes agricultores (dependiendo o no de si uno
nec:sarios para reparar el daño producido por ella. torna en cuenta el propio trabajo de los terratenientes campesinos
La tensión política y el crimen son una preocupación cons­ como un costo).
tante. Los "estados de emergencia" oficiales están en vigencia Esto es igualmente cierto cuando comparamos las tasas de
la mayor parte del tiempo. En tales situaciones, que son cosa ganancia de los campesinos sobre los nuevos cultivos con las de
común en casi toda Colornhiu, aunque el país formalmente es las plantaciones de azúcar. Si tuviéramos que establecer la
una democracia, la ley militar prevalece casi permanentemente, comparación con el modo de producción campesino tradicional,
impidiendo, por ejemplo, las asambleas populares y las reunio­ basado en los cultivos perennes, la eficiencia capital del campe­
nes de grupos. Los dueños de fincas gran.des, como las. d_os sinado resulta infinitamente mejor que la de la agroindustria,
plantaciones de azúcar más cercanas a la ciudad, deben viajar puesto que los gastos de capital son insignificantes. Aquí, la
con escolta armada de policías y soldados por temor a un agricultura a gran escala no es en sí misma rnás eficiente que la
secuestro. Por la misma razón, los administradores de alto nivel agricultura campesina, ya sea que la eficiencia se mida en
tienen sus jeeps equipados con radios especiales que los comu­ producto sobre inversión, en moneda corriente o en calorías.
nican dírectarnene con el ejército de Cali. En ninguna otra área En tanto y cuanto una proporción sustancial de la fuerza de
los sindicatos de trabajadores de las plantaciones son más débi­ trabajo de la agroindustria esté compuesta por trabajadores que
les, y los agentes de ventas de John Deere dicen que el nivel de
sabotaje contra las maquinarias y los equipos para el campo es
..·.~
­ . .~· ­ ·:.·
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posean o compartan pequeñas parcelas, los costos para el sector
de la agroindustria de mantener y reproducir el trabajo asalaria­
impresionante; es más alto aquí que en el resto del valle, donde .·.:.'.~~~~'.~<e­i,,/.;'­ do, serán más bajos de lo que resultarían si dicho sector tuviera
hay muchos menos campesinos. •,¡,i!l\!litf&~;,,,, . . que pagar tales costos por su cuenta, porque no sólo el autoapro­
Contrariamente a toda la propaganda de los grandes terrate­ visionamiento de los trabajadores cubre parte de estos costos,
nientes, no es de ninguna manera cierto que esta agricultura en sino que, como dijimos, los trabajadores ponen el capital a
"raíl escala significa un uso más eficiente de la tierra, el trabajo, trabajar en sus propias fincas de una forma más eficiente que la
la energía o el capital, que la agricultura campesina, aunque el de la agro industria. ·
rendimiento por lo general es más alto debido al capital y al Debernos desprendernos entonces de esos prejuicios popula­
carácter enérgico e intenso de los gastos. La eficiencia se puede res que exaltan ingenuamente las eficiencias de la escalada y
medir de muchas formas distintas, pero sin duda es importante postulan un motor puramente económico de relaciones materia­
el hecho de que las plantaciones de azúcar dan menos trabajo por les de "eficiencia", desplazando un modo de producción por otro
hectárea, menos ganancia al trahajador (y al propietario) por supuestamente más eficaz. En cambio, debemos prestar atención
hectárea, y que exigen un mayor desgaste de energía humana por al papel que juegan las relaciones sociales y la fuerza política
día que las granjas de los campesinos, traJ_icional~s.o modernas para forjar un aparato funcional entre dos modos de producción
(véase el cuadro l). La agricultura carnpesrna tradicional en esta existentes, el de la agroinc.Justriay el campesino, y al hacerlo,
área es alrededor de seis veces más diciente que la de las estar alertas a las múltiples contradicciones sociales que puede
plantaciones de azúcar en energía n:c.Jitu~da en comida, ~n c?m­ engendrar una articulación de ese tipo.
purucíón con el gasto de energía requerido par<i producir dicha En la evolución de la relación entre la agroindustria y Ja
127
DUEÑOS Y CERCAS
126 MICHAEL T. TAUSSIG

agricultura campesina del austral Valle del Canea, la agroindus­


Cuadro l. COMPARACIONESENTRE LOS GRANJEROS tria es menos eficiente que la producción campesina, en ciertos
CAMPESINOS Y LOS TRABAJADORES DE LAS PLANTACIONES criterios cruciales. Pero a causa de su monopolio de la tierra, la
DEL VALLE DEL CAUCA, COLOMBlA, 1970­76 agroindustria puede compensar sus propias ineficiencias sa~an­
Granjero campesino en Trabajador do ventajas de esas eficiencias de los campesinos. Al reducir el
parcela de dos hectáreas de una tamaño de las granjas campesinas por debajo de un cierto míni­
Tradicional Moderno planiacián mo, la clase capitalista tiene la capacidad de acumular exceden­
tes. La amplitud y la moderna tecnología no son por sí mismas
Ingreso anual neto, 1971
(pesos colombianos) $10 000 s 8 000 $10 000 esencialmente más eficientes; más bien representan la fuerza
necesaria para hacer que exista una fuerza de trabajo, lo mismo
Número de hectáreas por
trabajador 1.0­­2.0 1.0­­2.0 3.2 que la disciplina y autoridad necesarias para imponer un exce­
Días de trabajo necesarios dente de valor a ese trabajo.
243 275 Hasta que la clase capitalista pudo obtener el poder político
por año 105
necesario para reducir las posesiones de los campesinos a un
Rendimientode energía determinado tamaño chico, menor de lo necesasio para su sub­
laboral del individuo por
día de trabajo (Kcal) l 700 1 700 3 500 sistencia, los salarios en el sector capitalista de la agri~ultura eran
altos, porque los campesinos podían subsistir con el valor de uso
Rendimientode energía
de sus propias parcelas. Aquí, el alto costodel traba]« se debía
laboral del individuo por
año (Kcal) 173 000 415 000 804 000 al bajo valor del trabajo, definiendo el valor del trabajo corno el
valor de las mercancías necesarias para mantenerlo y reprodu­
Nota.: los datos sobre el trabajo en 1as granjas campesinas provienen de mi cirlo. Como Jos agricultores capitalistas usaban el poder que se
monuorco de cuatro parcelas cada dos semanas durante nueve meses en el año había canalizado hacia ellos con la entrada del capital estaduni­
d.c 197 l. Los datos sobre el trabajo campesino moderno provienen del mismo
tipo de trabajo de campo en el sitio en seis parcelas, en 1972 y 1976. Los datos
dense y por las aperturas en los mercados extranjeros, que
sobre las plantaciones son de Fcdcsarrollo ( 1976) y de entrevistas personales comenzaron hacia el año 1900, pudieron expandirse y apropiarse
con c~pleai.los de las plantaciones. Los gastos de energía de trabajo (7.4 Kcal enérgicamente de las tierras de los campesinos. Estaban motiva­
por minuto] de los trabajadores de las ptaníacínncs fueron calculados por Spurr dos por el deseo de tener más hectáreas para sus cultivos, y por
y otros (1975: 992) ~sando técnicas rcspirométricas con cortadores locales de
caña y cargadores; los del trabajo campesino se calcularon indirectamente con
la necesidad de reducir las posesiones de los campesinos, de
los cuadr_osde Durnin y Pas~more (1967). Un cálculo alternativo más bajo para manera que éstos se vieran obligados a transformarse en traba­
los trabajadores de plantaciones, de Spurr y otros no fue lomado en· cuenta, jadores asalariados ­semi proletarios­ que obtenían parte de lo
puesto que derivaban de métodos que entraban en conflicto con los de Dumin necesario para su subsistencia de sus propios cultivos, y, en
y Passrnorc y no permitían establecer comparaciones. La eficiencia de energía
algunos casos, usaban sus salarios como remesas para sostener
de las_ plan_ta~1oncs de azúcar se calculó sólo con base en sus tres origencs de
encrgra 1)1aS importantes (y por lo tanto se sobrestimó): a) frabajo humano, la agricultura campesina.
197 O~)() ~cal por tonelada de azücartb) electricidad 11:! 000 Kcai por tonelada Este tipo de articulación entre los dos modos de producción
de azucar; c) combustible, 452 000 Kcal por tonelada de azúcar. La eficiencia es parte de un contexto determinante más amplio de subdesarro­
de energía del trabajo de campo tradicional campesino se calculó sólo sobre la llo neocolonial: específicamente, la pequeñez del mercado local
lasa de carga y descarga de energía que tiene que ver directamente con la
prod~cción del cacao. suponiendo un rendimiento más bajo de 290 kg por y la división subdesarrollada del trabajo. Este rasgo estructural
hcc1arc~ intcrplamuda, según lo determinaran los trabajos de campo. Las tareas de las economías periféricas, cuyos mercados se encuentran en
hogar~nas, tales corno el acarreo de agua, no se incluyeron como cargas de los centros de los sistemas capitalistas del mundo, significa que
cnerg1a: Lis lasas llegaron a 5: l para las plantaciones de azúcar, y a JO: 1 para la preocapación por el creciente poder adquisitivo de los traba­
los cultivos de cacao de los campesinos.
jadores es cosa secundaria para el impulso de expansión ilimita­
128 M!CHAEL T. TAUSSJG

da de la producción. Por lo tanto, reducir el valor del trabajo y


del poder adquisitivo o mantenerlo a un nivel bajo, implica
menos problemas de los que se presentarían en las economías
capitalistas desarrolladas. La serniproletarización del campesi­ 5. EL DIABLO Y LA COSMOGÉNESIS
nado, al contrario que la proletarización completa, está en armo­ DEL CAPITALISMO
nía con dicha estructura. Más aún, este mismo rasgo estructural
excluye las condiciones necesarias para sostener un proletariado
"puro" (especialmente en el campo); esto es, una clase de gente De todas las tareas que es posible realizar en la región, el trabajo
que no tiene otro apoyo que su fuerza de trabajo, la que está asalariado está considerado como el más arduo y el menos
obligada a intercambiar en el mercado de los salarios. La deseable, aun cuando el pago diario es alto. Sobre todo, es la
subordinación del campesino al trabajo asalariado es, por eso, humillación, el autoritarismo vejador lo que agita a los trabaja­
necesaria, tanto para los capitalistas como para Jos trabajadores dores, mientras que los grandes terratenientes y sus capataces se
asalariados, a quienes un salario capitalista difícilmente les quejan de la intransigencia de los trabajadores y temen sus
alcanza para sobrevivir. esporádicos brotes de violencia.
Este momento de la historia social y esta realidad de la La gente de la clase baja siente que de alguna manera el
estructura social, deben asimilarse firmemente, si lo que desea­ trabajo se ha transformado en algo que no tiene que ver con la
mos es apreciar la naturaleza moral y la importancia social de vida. "En la costa tenemos comida pero no tenemos dinero", se.
los sentimientos que subyacen en la existencia del trabajador quejan los trabajadores inmigrantes de Ja costa del Pacífico.
campesino; la historia es de cercas, alambres de púas, caña de "Aquí tenemos dinero pero no tenemos comida". Los lugareños
azúcar y hambre; el componente importante de la estructura comparan el trabajo en la esfera del campesino, golpeada por la
social es el trabajador, que se halla entre dos épocas y en dos pobreza, con el de las plantaciones, diciendo: "Es mejor estar
mundos: el proletario y el campesino. Es demasiado fácil idea­ gordo y no tener dinero, que tener dinero y ser viejo y esquelé­
lizar el margen de independencia precaria que embota la acción ,___
, .· :_.,,.:~......
:·'.71t:;!;·'~"·.::~'._ .
tico". Ellos dicen que pueden ver cómo el trabajo en la plantación
completa de las fuerzas del mercado sobre el campesino. Sin hace que la gente adelgace y envejezca prematuramente, lo que
embargo, según nos recuerda Rayrnond Will iarns, debemos estar no sucede ni con la ocupación peor remunerada de un campesino.
alertas a las implicaciones de un ámbito de ese tipo para poner Hacen un fetiche de la caña de azúcar, describiéndola como una
una distancia crítica de Ja economía salarial siempre dominante planta que lo seca a uno o se lo come.
(1973: 107). La experiencia conocida de generaciones de lucha En 1972 la gente, por su propia iniciativa, organizó invasiones
contra las apropiaciones de la tierra está relacionada con la a plantaciones y grandes fincas. Esto es lo que dice un desplega­
experiencia cotidiana en los campos· y en los bosques, de dos do que preparó un grupo de personas que combinaban el trabajo
formas de vida enteramente distintas; este patrón de la historia y en las plantaciones con el trabajo en las parcelas campesinas,
el contraste que se vive en el marco de dos modos de producción para ser distribuido públicamente:
antitéticos, impiden el desarrollo de una clase obrera capitalista,
"la que por educación, tradición, hábitos, considera las condicio­ Nosotros los campesinos rechazamos la caña de azúcar porque es la
nes de ese modo de producción como leyes de la Naturaleza materia prima de la esclavitud del pueblo campesino. Nosotros los
evidentes en sí mismas "(Marx, 1967, 1: 737). campesinos estamos bien dispuestos a cambiar la caria de azúcar por
cultivos que podamos comer aquí, como el plátano, el cacao, el café,
el arroz, las papas y el maíz. La canu de azúcar sólo ayuda a que los
ricos y el gobierno compren más y más tractores para darse lujos

129
130
MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y LA COSMOGÉNESJS DEL CAPITALISMO 131

ellos Y sus familias. ¡C~mpcsinos! [La caña de azúcar nos degenera;


nos lransforma en best.ias, y mata! Si no tenemos tierra no podemos nuevamente. Algunas personas dicen que si bien el dinero que
~onien_ip!J.r el futuro bienestar de nuestros hijos y de nuestras fami­ se obtiene con la ayuda del diablo no, sirve para comprar las
lias. ~m tierra no puede haber salud, ni cultura, ni educación, ni mercaderías que ya mencionamos, se le debe compartir con los
seguridad para nosotros, los campesinos marginales. En todos estos amigos, que sí lo pueden usar como dinero común y corriente.
distritos, uno encuentra que las parcelas de la mayoría de los cam­ Se supone que el contrato se lleva a cabo en el secreto más
pesinos :stán a~enazadas por el terrible Monstruo Verde, que es la absoluto, individualmente, y con la ayuda de un brujo. Se prepara
Gran <?ana, el Dios de los terratenícmes. Rechazamos enérgicamente una figurita antropomórfica, a la que llaman muñeco, usualmente
el cultivo de la caña de azúcar, por las siguientes razones: con harina, y se hacen conjuros. Entonces el trabajador varón
­ la mala fe que muestran estos capitanes cuando inundan nuestras esconde la figurita en un lugar estratégico, en su Jugar de trabajo.
parcelas con el agua que usan para su caña. Si es un cortador de caña, por ejemplo, la pone en el lugar más
­ iY más aún! La fumigación que hace daño a los cultivos de los alejado de las hileras de caña que tiene que cortar, y va trabajando
campesinos, dejéndonos en la miseria más tremenda, lo que prepara en dirección a ella, y a menudo canta mientras va cortando su
el terreno par.a que envíen a su gente a comprarnos la tierra. rin¡zlera. A veces, justo antes de comenzar su trabajo, se dice ¡.rna
­ los l~rrat~nicntes nos quitan la tierra con este propósito. oración especial. Otro aspecto de la creencia es que el .hom1brt!'
Todavía existen ancianos nacidos a principios de siglo, que pueden que trabaja con el muñeco no necesita trabajar más duro que les
narrarnos en persona la historia imperialista de estos señores tcrra­ demás compañeros.
tcrncntes. Las posesiones de nuestros antepasados se concentran hoy
Muchos capataces y has­ta administradores creen en el uso del
en grandes lat1fu11dios y reducen al recién nacido a Ja peor miseria.
muñeco; tienen miedo, y sí sospechan de. alguien lo despiden
inmediatamente. Cuando esto ha ocurrido, se cuenta, el trabaja­
dor no opuso resistencia. Todos los capataces mantienen un ojo
EL DIABLO Y EL TRAfüVO PROLETARIO avizor, y desconfían mucho de todo aquel que produzca más de

S~gú~ u~a~reencia am~liamente difundida entre Jos campesinos


de esta rcgion, los trabapdores varones de las plantaciones hacen
__
:·.'~~:'•'''
.,._._~ ­·· .
lo habitual. Algunas personas notan que a los industriales de la
agricultura no les gusta que los trabajadores hagan más de una
pequeña cantidad prefijada. La sensibilidad de todos los involu­
·.:.~­:­. .~­;ii~!~­~)
a veces contratos secretos con el diablo con el fin de incrementar . ,.~~­.,.,:.:.,
., crados puede ser aguda, y la creencia afecta la actividad diaria
la pro~uc~ividad, y por lo tanto, sus jornales. Además, se cree de diversas maneras. Los trabajadores lle las plantaciones le
que el individuo que hace el contrato va a morir prernaiuramente hacen bromas a aquel miembro lle la cuadrilla que aventaja a los
~con grandes sufrin:iientos. Mientras viva, no será más que un demás, diciéndole: "[Cómo te viniste hoy con los muiiecos!" De
t.ite:,e en_n_ianos de1 diablo, y el dinero obtenido de dicho contrato paso, hay que tener en cuenta que esta creencia no es sólo de los
:era estéril. No puede s_ervir como capital productivo, sino que más ignorantes y crédulos: los trabajadores campesinos militan­
se. Jo debe gastar rnmed1atamente en artículos que se consideran tes, líderes de modernos grupos políticos, también creen en estos
lujosos, tales ~orno las ropas finas, licor, mantequilla y demás. contratos con el diablo.
Invertir es.tt: dinero para que produzca más dinero ­o sea usarlo Como las historias y relatos sobre los pactos con el diablo se
com~) ca¡J1t.al­ es llamar a la ruina. Si uno compra o renta algo cuentan con mucha circunspección y en un estilo narrativo que
~e tierra, esta no producirá. Si uno compra un lechón para habla de tales contratos como actividades de terceras personas,
engordarlo o venderlo, el animal enferrnaní y morirá. Además, un observador cultural de fuera, como un etnógrafo, no puede
se d1~e que la caria de azúcar cortada así, ya no vuelve a crecer. tener la certeza de que dichos contratos realmente se efectúen o
La rarz morirá y la tierra de la planiaci<in dejará de producir hasta si solamente se cree que ocurren. Para mis propósitos esto no
l(Ue se le haga un exorcismo, se vuelva a arar y se plante importa, porque lo que me interesa es la creencia colectiva. Sin
embargo, se puede afirmar 4ue los contratos con el diablo sí se
132 EL DIABLO Y LA COSMOGENES!S DEL CAPITALISMO
M!CHAEL T. TAUSS!G 133

llevan a cabo, aunque sospecho que no con tanta frecuencia que ilumina la autoconciencia· de una cultura de la amenaza
como la gente cree. Conozco bastante bien a dos curanderos que planteada contra su integridad. Una imagen de este tipo rio se
se ?cupan de a~regla'. e~os co~trat?s, y uno de mis mejores puede ensamblar como una rueda dentada en un "lugar" estruc­
arr:1g?s me _canto Ja siguiente historia referente a su primo, de tural­funcional de la sociedad. En cambio, la creencia en el
veintidós anos de edad, quien hacía no mucho había hecho un contrato con. eldiablo de los proletarios es un tipo de "texto" en
p~cto .con el diablo. No tengo dudas sobre la autenticidad de esta el que está inscrito el intento de una sociedad por redimir su
historia. Ester.rimo era oriundo de la costa del Pacífico, y siendo historia, reconstituyendo la importancia del pasado en los térmi­
un. muchacho joven llegó a la plantación del pueblo de Puerto nos de las tensiones del presente. Escribe Walter Benjamín:
Tejada: durante su adolescencia trabajó intermitentemente en las
plantaciones Y, ~ambién visitó algunas veces a su padre, en la Articular históricamente el pasado significa apoderarse de un recuer­
costa del Pacifico, donde adquirió conocimientos de rnacía. do tal cual surge en un momento de peligro. Este peligro afecta tanto
Cada ve.z ~e disgustaba más el trabajo en las plantaciones, po; ¡0 al contenido de una tradición como a sus receptores: y es el de
que ~ec1d1ó hacer un pacto con el diablo. Para acrecentar su ya transformarse en una herramienta de las clases gobernantes. En cada
~ons1derable acervo cultural sohre la magia, compró varios era debe hacerse un intento nuevo por arrancar a la tradición de,u~
libros sobre el tema en el mercado local v los estudió. Un día se conformismo que está a punto de ahogarla. El Mesías viene no sólo
fue a un ~ampo .de caña de azúcar y le arranco a un gato negro como receruor, sino también como Anticristo (Benjamín, 1969:
su cor:izon palpitante, sobre el cual recitó una oración. Apenas 255).
lo hubo hecho,~~ desencad~nó un viento tremendo que rugió por
~oda la plant.acion. Aterrorizado, huyó. "Lo hizo para venderle En el caso del pacto con el diablo en. los cañaverales, esta
su alma al diablo, para poder tener dinero sin trabajar", dijo mi tradición en peligro explota al anticristo para redimir el modo de
informante. producción de valores de uso y para arrebatarlo de la alienación
de los medios a partir de los fines del capitalismo.
' ">'.'.;7:_'.::'f~~,.. ­, ­~:.~ Nuestra lectura del texto que nos fue ofrecida en la forma del
.. .,...__ .
Mocos DE INTERPRETACIÓN supuesto contrato con el diablo realizado por los proletarios
varones, se concentrará en el concepto cultural de la cosmogonía,
? C~á~ es,. pues, el significado de esto? Este suceso secreto, y en el sentido que crea este concepto cuando se confronta con
i~dividualizado y ext.rañ~J, no es má~ que una suposición por la transformación radical del modo de producción de la sociedad.
~arte de la gente: Nad~e dice haberlo visto nunca, pero casi todos Consideremos en primer lugar las situaciones en que se
tienen alguna evidencia de oídas, y creen firmemente que tal cosa supone que dicho contrato no tiene lugar: cuando los campesinos
suce?e, aunque muy de vez en cuando. Siendo un arte desde los trabajan sus propias parcelas o las de otros campesinos por un
comienzos de la historia, la magia y los rituales son una expe­ jornal; en el caso de las mujeres, aun cuando realizan un trabajo
~1encia separad.a del resto de la vida, para poder ejercer su poder proletario; en el de los vendedores de mercado; y en el caso de
sobre ella. ~l 1gu~I que las circunstancias del nacimiento y la inmigrantes de la costa del Pacífico que regresan a su hogar y a
muerte, la s1t~ac1on del trabajo, según la presenta el supuesto la economía no mercantil de relativa autosubsistencia de la costa.
pacto con el diablo por parte del proletariado, es una de aquellas
sauaci.ones a las que puede aforrarse una sociedad para expresar
su caructer. La casia
Entonces debemos ver la creencia en el diablo no corno una
obsesión o como una norma que gula ineluctable y directamente Los muñecos son un objeto típico Lle la magia de la costa
las actividades de todos los días, sino más bien como una imagen colombiana del Pacífico, Lle donde provienen muchos inmigran­
135
EL DIABLO Y LA COSMOGÉNESIS DEL CAPITALISMO
134 M!'CHAEL T. TAUSSIG

un chaman vengativo que robara el alma de un paciente. Entre


tes que trabajan en el valle. Pero no se los usa como se supone
los indios Chocó más aculturados, se cree que casi todos los
que lo hacen ~n las plantaciones del valle. La gente los emplea, espíritus que provocan enfermedades son espíritus de los muer­
por el contrarie, en ritos de curación, como una protección contra
tos, y los indígenas que están. influido~ por las misiones los
los robos y .c?ntra la brujería. No se los usa para ganar dinero
consideran corno espíritus del diablo (lbid.: 229­241, 494).
sino para aliviar las desgracias, y como protección. En realidad, Reichel­Dolmatoff no está de acuerdo con los antropólogos
e~_lucro es lo que lleva a la enfermedad y a la desgracia. Como que atribuyen una función de fertilidad al uso de estos muñecos.
~lJO ~n antropólogo que describía la cultura negra de la costa, En su opinión, el utilizarlos durante el embarazo no es para
la ét1c.~ resultan!~ _es_ la.?ntítesis del triunfo" (Pavy, 1967: 279), aumentar la fertilidad o para inducir mágicamente la reproduc­ .
entendiéndose el ex110 como un logro mercantil. ción. Por el contrario, no están de acuerdo con la regulación ritual .
En la costa, los negros a veces ayudan a los charnanes indios, del proceso, en .cuanto a evitar las malformaciones durante_ la
y pa_rec~ ~ue los indígenas. han absorbido también algo de la reproducción. La canción y el rito de los Cuna para las_ curacio­
magia africana, S. Henry Wassén afirma haber identificado ras­
nes, empleados para aliviar la obstrucción de los nac1m1ento~,
gos africanos en el equipo que utilizan loschamanes de los indios publicada por Holrner y Wassén (1953) y. que Claude Lévi­
Cho_có, espec!almenti;: en lo que se refiere a las figuritas para Strauss hizo famosa en su ensayo The Effec11veness of Symbols,
real1~ar curaciones (1940: 75­ 76). Las figuritas ofrecen un testi­
apoya totalmente este planteamiento. ~sí, h_asta_ ~onde existe un
monio pod.eroso de la plasticidad de la tradición y del poder má­
parecido, debemos estar alertas. ante la 1mp1Icac1on de qne el uso
gico de la influencia extranjera, porque además de los muñecos
de los muñecos en las plantaciones del Valle del Cauca no se
con ras~os african_os, hay muñecos tallados en forma de europeos
debe explicar fundamentalmente como un deseo de _incremenlar
del penado colonial, lo mismo que otros, influenciados por ico­
las ganancias; lo que se juega es la regulación de un proceso
nos ~e santo~ ~atólicos. Es probable que los muñecos a que nos
referimos, utilizadospara que los proletarios del Valle del Cauca peligroso. . _ : .,
Esto eleva la importancia de la anulogia entre producc10n_ y
hag~n su contrato con el diablo, sean descendientes o transfor­ reproducción. En las economías de valores de uso, la producc1on
maciones de estas r;iismas figuritas, que corporizan los espíritus :·~!'?,:­::•.:· es metáfora a menudo de lu reproducción, y ambas esteras se
tutelares del chaman. Corresponde destacar que en el área cul­ ­~~.­ encienden o expresan en los mismos concepcos onrogénicos.
tura! general que rodeaba al Valle del Cauca en el momento en <·~..._~ . ~ · Aristóteles y los escolásticos extendían constantemente los con­
q_u.e_se introdujero_n los escl~vos .africanos, el uso de dichas figu­ '~tii~r~·­ · ceptos de reproducción biológica a las esferas ~e reproducción
ritas era ~os~ co.mun: Ademas, Ntls M. Holrner y Wassén notaron material, intercambio, e intercambio monetario. Como estos
su amplia d1str~buc1ón entre las culturas indígenas, por todo el filósofos, las clases bajas del sureño Valle del Cauca encuentran
norte de América del Sur, desde la costa del Pacífico hasta el
que las metáforas y los símbolos de una esft:r~ auto~áticamt:~te
Atlántico (1953: 84­90), y Gerardo Reichel­Dolrnatoff afirma pertenecen a la otra: por ejemplo, la pruduccióü cre~1ente dt:ntro
que los indios Chocó, que habitan en la mitad norte de la costa
de las incipientes relaciones capitalistas de producción provocan
colombiana del Pacífico, habitaron anteriormente en muchas re­
la esterilidad de la naturaleza y la falta de poder ­eprocucnvo en
giones tierra adentro, y que aún hoy sobreviven algunos grupos
los salarios ganados. Lo que es interesante: en el. lengua ji:_ ~oti­
reducidos, al este del río Cauca (1961: 230). diano de la economía capitalista madura también se utilizan
Apoyándose e~ el trabajo pionero de Holrner y Wassén, metáforas biológicas (el "crecimiento" del capical, las fábricas
Re1chel­Dol~atott describe el uso~de muñecos por parte de los que son llamadas "plantas", y a;í sucesiva!11e.n1e), aunque estas
charnanes indios Chocó y Cuna. Los muñecos, hechas de madera
metáforas exaltan el capital uotandolo de ter11l1dad.
o yeso y con forma humana, o menos comúnmente de animales
(a me_nudo distorsionados), juegan un papel fundamental en las
curaciones al exorcizar los espíritus animales o la influencia de
136 MICHAELT. TAUSSIG EL DIABLO Y lA COSMOGÉNESIS DEL CAPITALISMO 137

Los campesinos locales mia), se entiende que están involucradas en una empresa produc­
tiva cuyo objetivo no es la ganancia pura. "En la administración
Es esencial tener en cuenta que no se cree que el campesinado de la economía del hogar, las personas son más importantes que
local haga contratos con el diablo para aumentar la productividad Ja propiedad material, y sus cualidades tienen más peso que el
de sus parcelas. Esto lo predestina la lógica de la creencia. Como de las mercaderías que representan su fortuna" (Aristóteles,
señalan los campesinos, tal práctica sólo causaría una derrota, 1962: 50­51). Como el dinero obtenido de las plantaciones a
porque el dinero ganado de esta forma no se puede reinvertir en través de contratos con el diablo induce a la esterilidad y destruye
equipos o tierra y porque el contrato vuelve estéril la tierra. A el crecimiento, uno obviamente no lo puede usar para criar a Jos
pesar de la pobreza que los aflige cruelmente, y a pesar de su hijos. · ·
deseo de mayores ingresos, se dice que los campesinos propie­ Se dice que las mujeres están muy implicadas con la magia
tarios, por lo tanto, no realizan contratos con el diablo. Se cree porque emplean la brujería contra las amantes de sus consortes
que los hacen sólo cuando están comprometidos en el trabajo y, con menos frecuencia, contra los mismos consortes infieles.
proletario moderno en las grandes fincas capitalistas. Incluso En la mayoría de dichos casos, la brujería tiene lugar cuando una
aquellas personas que trabajan por un jornal para otros campe­ de las mujeres involucradas está embarazada o dando a luz. Esta
sinos, no están considerados entre los que hacen este tipo de brujería redentora está dirigida al proceso de reproducción y no
contratos. a Ja producción material, como ocurre conel contrato con el
Supuestamente, la única magia usada en relación con las diablo que realizan los prolt:t;irios varones. Cuando un hombre
parcelas de los campesinos es la magia blanca, relacionada con se ve directamente afligido por esta magia del amor, se transfor­
las almas de los muertos virtuosos y los santos católicos, y esa ma en un tontoenfermo de amor, atado para siempre a la mujer
magia apunta a proteger la parcela contra robos y contra influen­ que le hizo el hechizo.
cias místicas malignas. No se recurre a ella para aumentar la Lo que sigue es un ejemplo de este rito secreto cuyo objetivo
producción. Por ejemplo, un rito garantiza que cuando un ladrón es "atar" a un amante desleal, el cual, comosucede tan a menudo,
entra en un terreno, se quedará dormido hasta que lo encuentre comienza a fallar en aportar d sustento eje sus hijos: La mujer se
el dueño. En otro rito, el dueño deja una niedra de afilar un consigue un cigarro, una ve­la completa, cuatro fósforos y un
machete y una cubeta de agua, y el ladr6n1 se ve compc:lido a cabo de otra vela. El ritual es más eficaz si el cigarro y la vela
afilar la herramienta y ponerse a trabajar hasta que es aprehen­ entera se compran con el dinero del esposo infiel y si los demás
dido. En otro rito más, el dueño puede tener una serpiente ­una objetos se compran con dinero que presta alguien ostensiblemen­
serpiente fantástica y aterradora que sólo el ladrón puede ver­ te perverso; tres de los fósforos se usan a la vez para encender el
para evitar las intrusiones y los robos. cigarro; cuando la mujer lo comienza a fumar, la vela entera se
corta por la mitad; cuando ya ha fumado la mitad del cigarro,
enciende el cabo de vela y luego la mitad de la otra; entonces
las mujeres tiene que fumar lo que queda del cigarro a la mayor velocidad
posible, emitiendo grandes nubes de humo sobre las velas, y
Se cree generalmente que las mujeres que trabajan en ias plan­ concentrándose profundamente en el hombre en cuestión, cuyo
taciones por un jornal no hacen pactos con el diablo. Una vez nombre era Catalino. Cuando la ceniza caía, ella la pisaba,
más, esto sigue la lógica de la creencia, porque las mujeres son cantando, "Cutalino, hijeputa, Catalino, hijeputa, Catalino, hi­
las principales (si no las únicas) encargadas del hogar en general [eputa ".Algunas variantes de este procedimiento incluyen dar
y de los hijos en particular. Como aquellas pertenecientes a la vuelta al cigarro de manera que el extremo encendido quede
cutegoría arístoteliana de una "economía uc:i t;;;gar" (cecono­ adentro de la boca mientras se echan bocanadas, usar cuatro
cigarros pero fumar solamente dos, arrojarlos al aire para que
138 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y LA COSMOGÉNESIS DEL CAPITALISMO 139

hagan una voltereta y cantar "Yenite hijeputa, Venite hijeputa; una vez se consideraran peligrosos para el alma", escribe, "ad­
párete hijeputa; párete hijeputa ". quiere una nueva santidad". Lo que es importante, dice, "es. el
Si bien una parte del simbolismo es oscuro, buena parte de él cambio de las normas morales que convirtieron a una flaqueza
es obvio. Está presente la magia contagiosa en la compra de los natural en un adornó del espíritu, canonizándola como los hábi­
objetos con el dinero del hombre que se quiere hechizar, y tos virtuosos económicos que en épocas más tempranas se habían
también con el dinero de alguien notoriamente malo. Detrás del denunciado como vicios" (1958: 2­3).
principio de la magia contagiosa, uno saca en limpio que en El punto está claramente establecido. Se está dando un holo­
ciertas situaciones, el intercambio de mercaderías y dinero im­ causto moral en el alma de una sociedad que sufre la transición
plica una noción. de que corporizan y transmiten la esencia de un orden precapitalista a uno capitalista. Y en esta transición
espiritual de una persona. La inversión y el hecho de cortar por deben forjarse nuevamente el código moral y la fonna de ver el
la.mitad los objetos rituales también responde a leyes de la magia mundo. A medida que la nueva forma de la sociedad lucha por
simpática, cuyo objetivo es invertir la situación social en la que imponerse a la anterior; a medida que las clases gobernantes
están inmersos la mujer y el hombre. La vela y el cigarro, ambos intentan sujetar los principios rectores a una nueva tradición, la
encendidos, presumiblemente simbolizan la potencia sexual del cosmogonía preexistente de los trabajadores se transforma en
hombre. La vela se corta por la mitad y se aplasta la ceniza o un frente de resistencia crítico, o de mediación, o de. amhos.
simiente que cae del cigarro encendido, lo que simbólicamente La cosmogonía tiene que ver con las bases fundamentales de
destruye su potencia y simiente con otras mujeres. Al mismo la creación: el cambio, y el comienzo y fin ce­lá existencia. Según
tiempo el rezo lo maldice· en términos claros, y exige su regreso. nos recuerda Mírcea Eliade, se le debe encontrar en la forma de
La magia no tiene cómo aumentar las ganancias. El rito está un recuerdo viviente, en los mitos del origen y la salvación. Éstos
dirigido a destruir la potencia del hombre que va más allá de su pueden tomar una miríada de formas, grandes ypequeñas, tales
compañera en la reproducción, y en dicho momento pasa a como la celebración del Año Nuevo, cuando el. mundo simbóli­
relacionarse con la inversión de capital que busca simplemente
la ganancia. Este hombre puede y debe quedarse dentro de los
límites de la oeconomia para mantener a su esposa e hijos, y para
que no incurra en multiplicaciones irresponsables. El sistema de
_. _
·..;'.~~:­~.:·t.··.....~~ ,,_­­.­

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camente se vuelve a crear, la coronación de un nuevo rey o reina,
la ceremonia del matrimonio, o Ias formalidades de la guerra y
la paz, Los mitos se aplican también a cuestiones más cotidianas:
salvar una cosecha en peligro o curar a los enfermos. Eliade
intercambio entre un hombre, una mujer y sus hijos, se ve ­;­:­;~t~­!~~·¡;~:•·:· :";· destaca que la profunda importancia de estos ritos radica en que
amenazado si el hombre se embarca en un sistema distinto de "para hacer algo bien, o para rehacer una entidad viviente
intercambio, basado en las ganancias o provechos sin fin. La fe amenazada por la enfermedad, es necesario primero volver. ad
en el rito mágico es una manifestación de la virtud del antiguo origencm, para luego repetir la cosmogonía" (1971: 157).
sistema y de la falta de legitimidad del nuevo. Refiriéndonos a la cultura del Valle del Cauca, hay que
recordar la advertencia de Evans­Pritchard contra el hecho de
asimilar el llamado pensamiento primitivo al dominio del mo­
LA COSMOGONÍA derno misticismo occidental. En la mayor parte de la vida primi­
tiva y campesina cotidiana, los poderes sobrenaturales no se le
Si el éxito económico se considera peligroso en la costa, y si la atribuyen ni a personas ni a cosas, y las suposiciones místicas y
envidia canalizada por la brujería es exuberante no sólo allí sino las conexiones supuestas no son producto de la mente sino de un
también en la zona de las plantaciones, como un medio para rito y de representaciones colectivas heredadas de generación en
coartar dicho éxito, entonces el recordatorio de Tawney de la generación como una cultura. Sobre todo, "no debemos dejar­
revolución moral que está atrás del nacimiento de! capitalismo, nos confundir por Lévy­Bruhl y suponer que, al introducir causas
•asa¡¡ ser sumamente oportuno. "La vida de los negocios, que místicas, el hombre primitivo quiere explicar efectos físicos; en
140 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO Y LA COSMOGÉNESIS DEL CAPITALISMO 141

todo caso está explicando su importancia humana, la importancia cosas. Pero lo que sí podríamos conocer desde "adentro" era la
que tiene para él" (Evans­Pritchard, 1965: 115; 1933; 1934). historia y la sociedad, puesto que nosotros las habíamos creado.
Sólo con estas importantes calificaciones podemos estar de He aquí lo que nos dice Vico:
acuerdo con el punto de vista de Eliade, según el cual la concep­
ción ontológica primitiva es aquella en que un objeto o acto se En la noche de las oscuridadesespesasque envuelvena las primeras
hacen reales únicamente en tanto y cuanto imiten o repitan un antigüedades,tan lejanas de nosotros,brilla la llama eterna e impe­
arquetipo de la creación original, y que todo aquello que carezca recederade una verdad que está más allá de toda duda: que el mundo
de este modelo ejemplar no tiene sentido y por lo tanto carece de la sociedad ciertamenteha sido hecho por loshombres y por lo
de realidad. tanto,sus principiosdeben encontrarseen la modificaciónde nuestra
Aun así, lo que tiende a repetirse mucho en la formulación de propia mente humana. Todo aquel que reflexione sobre esto no
Elíade es que la imitación involucrada es simplemente una puede sino maravillarsede que los filósofoshayan dedicado todas
repetición pasiva de un arquetipo. Para rectificar lo anterior, sus energíasal estudio del mundo de la naturaleza,el cual, al haber
necesitamos subrayar que los ritos cosmogónicos crean activa­ sido hecho por Dios, Él sólo conoce: y que hayan dejado del lado el
mente la realidad, y que su poder persuasivo radica precisamente estudio del mundo de las naciones o mundo civil, que al haberlo
en el tipo especial de conocimientos que se adquieren con la hecho los hombres, lo podrían lícgar a conocer (1970: 52­53).
creación.
Aquí puede resultar apropiada la Nueva Ciencia de Giambat­ Ahora, a más de dos siglos 'de distancia, no es Ja falta de
tista Vico. Fue una ciencia de la historia que se formó en los atención para él mundo civil por parte de los filósofos naturales
albores de la magia renacentista y contra el poder creciente de lo que nos debería maravillar; en cambio, deberíamos maravi­
doctrinas de tipo positivista. Contra el atomismo y el carácter llarnos por el hundimiento en la comprensión del mundo civil,
utilitario del positivismo, donde la sociedad se entiende por causado por los cánones del conocimiento utilizados en las
medio de una racionalidad instrumental que utiliza la euistemo­ ciencias físicas, de manera que, por ejemplo, la relación de
logía de las ciencias físicas que despliega la lógica de li ';.~::asez explotación entre los capitalistas y los trabajadores resurge en
y maximiza los esfuerzos, Vico vio al hombre como un ser las categorías de capital y tiempo de trabajo, o simplemente de
colectivo, como el conjunto de las relaciones sociales. La gente capital. Como recalcara Weber, esta manera di:: ver la sociedad
actúa corno lo hace porque es un miembro de la sociedad, y su a través de Jos ojos de la "racionalidad formal", coincidió con el
sentido de esta relación es tan básico como lo son sus necesida­ surgimiento del capitalismo y con su forma propia, según la cual
des materiales. Su experiencia de la vida diaria, sus modos de la causa producía su efecto dentro de un juego autoencerrado de
expresión, su sentido de propósito, sus temores y esperanzas, significado: el mercado capitalista, la separación de los negocios
todos estos aspectos importantes de la experiencia humana, caen de la economía del hogar, la contabilidad racional y, sobre todo,
muy fuera de la red acunada por la ciencia natural.. Como los la organización y explotación capitalista del "trabajo libre". La
magis del Renacimiento, Vico vio al hombre como el creador de proletarización nos introduce a un nuevo orden de la naturaleza:
sí mismo y del mundo social. Como los escolásticos, Vico fue "un cosmos inmenso en el que nace el individuo, y al que se le
de la opinión que uno sólo conoce realmente lo que ha creado, y presenta, al menos como individuo, en la forma de un orden de
que conocer algo es de alguna manera importante, serlo, estar cosas inalterable en el qui:: debe vivir" ( 1958: 54).
unido a ello. fato se equipara con la adquisición de poder del La creación, la vida y la muerte, el crecimiento, la producción
mago sobre el objeto cuando entra en el mismo, adquiriendo la y Ja reproducción: baos son los temas de los que se ocupa la
unidad de experiencia que es idéntica a la creación (Berlín, 1977: cosmogonía. También son los proct:sos supremos con Jos ritos
14). Fue Dios quien creó la naturaleza, y nuestro conocimiento de curación, en la bruje ría, y en el supuesto contrato con el diablo
de ella siempre será "externo", un juego en la superficie de las de los proletarios del Valle del Cauca, donde los campesinos
142 M!CHAEL T.. TAUSSIG EL DIABLO Y lA COSMOGÉNESIS DEL CAPITALISMO 143

están siendo proletarizados. Sin embargo, este nuevo cosmos literal en las fuerzas del espíritu. Estos espíritus de los antepasa­
todavía está en proceso de formación. En este proceso, las clases dos se conocen como ánimas o almas, o simplemente como
bajas son seres que están en los umbrales; ni son campesinos ni esplritus. Si son malos sin lugar a dudas, existen en el infierno
son enteramente proletarios. Al igual que los personajes de los o se pasean por el aire, aunque la mayoría habita en un cuarto o
umbrales en los ritos de transición que Victor Tumer (1967: parte especial del cielo. Cada persona tiene un espíritu, que
93­112) hizo famosos, su condición es de contradicción y ambi­ puede abandonar el cuerpo y vagar, especialmente por la noche.
güedad, porque la simbolización extraña de la muerte y el Un joven amigo mío bebe agua por la noche antes de irse a dormir
nacimiento es primordial; símbolos que son isomórficos con el para que su espíritu no sienta sed y se vaya por ahí. En el
estrato histórico de los campesinos proletarizados. Como seres momento de la muerte, el espíritu de uno tiende a quedarse cerca
transicionales ­ni lo que son ni tampoco lo que llegarán a ser­, o a regresar a los reinos terrenales. Los elaborados ritos funera­
la posición de estos mitad campesinos mitad proletarios, es la de rios para los muertos y sus aniversarios se llevan a cabo para
negar y afirmar al mismo tiempo todas las posiciones estructu­ purificar el espíritu y para lograr que obtenga y retenga su destino
rales. Por lo tanto, deberíamos esperar que pongan en primer en el cielo. Si la persona era irremediablemente mala (como Julio
plano los contrastes notables de las estructuras que los encierran; Arboleda, el infame hacendado dueño de esclavos de principios
la del modo de vida campesino y los modos proletarios, y que el del siglo XIX) su espíritu vagaría sin cesar. Regresa especialrnea­
suyo sea el reino, como dice Turner, "de la posibilidad pura de te durante la Semana Santa, y entonces se le puede ver andando
la que pueden surgir configuraciones nuevas" (/bid.: 97). La en su tren tirado por una mu1a, cerca de Villa Rica. Las ánimas
creación del contrato con el diablo por parte de los proletarios es del árbol genealógico de uno, !!n particular de la madre de uno y
·una de tales configuraciones nuevas. Para entenderlo mejor, de la madre de ésta, sirven de intermediarías con Dios, fuente de
tenemos primero que trazar los contornos generales de la cosmo­ la naturaleza, como dice la gente. Cuando uno está en peligro,
logía local y de sus ritos cosmogónicos. pide ayuda a las ánimas. Este llamado se hace para evitar el
peligro y no para tener buena fortuna; este último pedido se le
~~~­.­­···
,­:~r::c:: ·· . hace casi siempre a los santos, como cuando uno compra un
LA COSMOLOGÍA ESTABLECIDA billete de lotería. Los santos, se dice, tienen más "respeto", pero
·:·~;:~···.
si, por ejemplo, a uno le roban, uno pide ayuda a las. ánimas: su
·";t,tl~·~·"\,'
La cosmología popular del Valle del Cauca deriva de la Iglesia papel es redentor, son de la gente, se dice, "los santos viven en
católica. No importa cuánta antipatía se le tenga a la Iglesia, su la Iglesia; las ánimas viven con nosotros". No está clara la
impresión religiosa fue y sigue siendo firme. Es preeminente el manera como funcionan las ánimas en la magia y la brujería, pero
mito cristiano de la creación y la salvación. Esto se revalora los especialistas aventuran la opinión ele que establecen algún
constantemente en los ritos de la Iglesia, de la Pascua y el tipo de lazo entre el espíritu del mago o hechicero, los espíritus
bautismo, lo mismo que en los ritos populares de la muerte, las como las ánimas o los espíritus malignos, incluyendo posible­
curaciones y la brujería. En verdad, a este aspecto fundamental mente al diablo, y el espíritu de la víctima.
de la cosrnogonta catúlica lo repiten más personas y con mayor Los ritos de muerte articulan estas ideas sobre las ánimas con
intensidad, en los ritos populares 4ue en la Iglesia misma. La el arquetipo de la muerte de Cristo. Son los ritos de mayor
Caída y la trascendencia del mal según surgen en la Resurrec­ comunión pública y arrastran a gran cantidad de personas a la
ción, se pueden considerar las bases de los ritos de la magia casa del difunto, especiulrnente la primera noche y la última (la
popular. novena). La primera noche el cuerpo está a la vista en un cajón
La visión oficial del cosmos por parte de la Iglesia, dividida abierto, para el que hasta las familias más pobres gastan una
en el infierno, la tierra y el cielo, está muy modificada por la suma enorme, y a veces hasta venden la granja de la familia. Los
creencia en los espíritus de los untepasudos y la creencia muy cantos dirigidos por las parientes mujeres duran toda la primera
144 EL DIABLO Y LA COSMOGÉNESIS DEL CAPITALISMO 145
MICHAEL T. TAUSSIG

noche y las ocho siguientes. Las canciones derivan de la Iglesia cánticos, y sobre todo, el exorcismo del espíritu del mal; son
~ ~e. centran en la muerte y ascensión de Cristo, reiterando todos más o menos idénticos. No es raro que los indios de allí
mfmitament~ el drama de la salvación y la analogía entre la consideren a Cristo como uno de sus chamanes originales. El
mu~rte del difunto y el paso triunfal de Cristo sobre Ja muerte y tema del exorcismo, agresivamente dirigido contra el diablo, los
la vida, el sufrimiento y el mal. demonios y "el enemigo", para lograr la salud del cuerpo y del
Los ritos de Pascua atraen una concurrencia mucho más alma, la protección y la salvación, es particularmente fuerte. Por
numerosa que cualquier otro ritual de la Iglesia. El Viernes Santo ejemplo, a la entrada de la catedral el arzobispo bendice la sal:
es l~ ?c.asión de muchos tabúes. Aquellos que desafían las "Yo te exorcizo, sal, en el nombre de nuestro Padre Jesucristo,
prohibiciones de trabajar corren el riesgo de sufrir daños, y de quien dijo a sus apóstoles: 'Vosotros sois la sal de la tierra', y
las plant~s que corten puede correr sangre. Se debe evitar el río. repetido por el apóstol: 'Nuestra conversación está siempre
El silencio pavoroso y sumamente extraño que cubre al pueblo salpicada con la sal de la gracia'. Está santificada para la censa­
se corta a la medianoche del Sábado de Gloria, cuando nueva­ gracíón de este templo y este altar con el fin de repeler todas las
mente se abren los bares y salones de baile, al chillido exultante tentaciones de los demonios para así defender el cuerpo y el
de los sonidos y la alegría. alma, salud, protección, y la seguridad de la salvación ... Bendice
En los ritos folclóricos para curar casas o familias, se ve esta sal para que el enemigo huya, e imparte medicina saludable
claramente la cosmogonía restablecida. Estos ritos son la forma para beneficio del cuerpo y alma de todo aquel que la beba. Por
más c?n:ún de magia. Aun cuando sólo una persona de la casa Cristo nuestro Padre, Amén". El agua bendita se prepara con
ha rec1~1doel _to_que del brujo, la casa entera se ve afligida como cenizas y vino, y el arzobispo la salpica por las paredes interiores,
una entidad viviente o como una pequeña comunidad. La casa mientras la asamblea entona el siguiente cántico: "Vayamos a la
no es sólo la célula social de la forma económica oeconomia casa del Señor ... Que este templo sea santificado y 'consagrado
sino también la entidad moral apropiada para la env;da del brujo'. en el nombre de nuestro Padre". Mientras bendice el incienso
Las pers?nas de una casa embrujada se quejan por Jo general de encendido, el arzobispo canta: "Señor, bendice este incienso para
una o mas de estas cosas: trabajan mucho v no narran nada· les que con su fragancia desaparezca todo dolor, toda enfermedad y
roban constantemente, o están siempre enfermas. ' todos los insidiosos ataques del enemigo se alejan de tu hijo a
Hay muchos especialistas en curar casas, y cusí todos pueden quien redimiste con Su preciosa sangre. Déjalo ser libre de todas
realizar curas menores por su cuenta. También son comunes las las mordidas de la serpiente infernal".
curas profilácticas. Hasta la gente de las clases media y alta citadi­ Tomando en cuenta nada más que dos de los elementos
nas hacen curar sus casas, y para Año Nuevo, las mujeres del críticos involucrados en el Valle del Cauca, la sal y el agua
uustra,1 _\'alle del Cauca venden grandes cantidades de las plantas bendita, uno puede empezar a ver lo que sucede en la conversión
aromaucas qut: se usan en los ritos. Las fábricas y las zrandes de la religión oficial en ritos folclóricos. El ingrediente principal
tiendas d_e la ciudad también recurren a estas curas, segú~ dicen para embrujar una casa es la "sal". Ésta consiste en una mezcla
estas mujeres. de polvo, huesos y calaveras desenterrados del cementerio, que
Fue s_ülo cu:m~o tuve la oportunidad de ver al arzobispo de más tarde se "planta" en las cercanías de la casa que va a ser
Colombia con vanos de sus obispos y muchos sacerdotes consa­ embrujada. El agua bendita es esencial para curar la brujería. Se
grando una nueva catedral en las tierras altas del occidente de la obtiene del sacerdote durante la Pascua, después del bautismo,
Colombia, que me di cuenta de que el rito folclórico de curar las a pedido o ilícitamente. Los sacerdotes pueden bendecir el agua
casas no era más que una versión en pequeña escala de la que les lleve cualquier persona en cualquier momento, pero se
consagración de la lglesiu. (¿O podría ser que el rito de la Iglesia muestran .reacios a hacerlo. Según sus propias palabras, tules
proviniera del folclor?) L1 forma de las fases de los eventos, Jos costumbres pueden ser fetichistas. Y sin embargo se ven forza­
elementos rituales de la sal, el agua bendita y el incienso, Jos dos a acceder como una manera de afianzar su poder, y al hacerlo
EL DIABLO Y lA COSMOGÉNESIS DEL CAPITALISMO 147
146 MICHAEL T. TAUSSIG

estimulan las raíces paganas de su religión. Un adolescente, hijo das como el "riego", contienen muchos ingredientes y varí_an
de un cortador de caña, hace la siguiente lista de los usos del agua según el practicante. Las plantas aromáticas son de uso comun,
bendita. y pueden ser las siete variedades de albahaca, la v~rben~, Y a
eces el alucinógeno datura, La verbena se macera el ~ternes
Se salpica en una casa donde está presente un mal espíritu como el ~anto y se le llama la "ceniza del Viernes Sant~"; llene la
diablo; se usa con incienso para hacer en una casa 'un riego' para la opiedad de exorcizar el mal. Elíade llama la atención sobre la
buena suerte; se usa en los bautismos; se usa para bendecir a una f~ea de que la potencia de algunas medicinas se puede rastr~ar
persona que está embrujada; se usa para curar una casa salada con hasta prototipos que se descubrieron en un momento cósm~~o
un hechizo; se usa para preparar medicinas, especialmente cuando decisivo en el Monte Calvario; éstas recibieron, su co~sagrac1on
una persona sufre algún embrujo; se usa en cualquier situación contra or haber curado las heridas del Redentor. Elíade cita un rezo
la brujería. ~ue se le hacía a la verbena a comienzos del siglo XVII en
I slarerra. "Santificada seas tú, Verbena. por crecer en el suelo,
Las casas se pueden proteger contra la brujería "plantando" /i'uesto que en el Monte quvario, se te_ encontró po_r ~rim_era "": I
tres cruces en el frente y tres en la parte de atrás: "Uno nunca Tú curaste a nuestro Salvador Jesucnsto, y re~~anaste su he:1_da
sabe por dónde va a venir la envidia, si por el frente o por detrás". sangrante; / En el nombre del [Padre, del HIJO y del Esp~ntu
Las cruces vienen de un árbol que se llama "el árbol de la cruz" Santo J, te tomo del suelo" (1959: 30). ~e agrega a.gua bend1~aY
por su veta en forma de cruz. Se les planta con "esencias", nueve gotas de un desinfectante fuerte, JUnt_? con n~e.ve gotas de
perfumes costosos que se compranén el mercado. El rito de quéreme, un perfume muy raro y de alguna torma m1t1c.o, d~~ qu.e
curación a toda escala está sincronizado con los momentos se dice que atrae a los miembros del sexo op~esto. Tamb~e_n se
críticos asociados con la muerte de Cristo. Tiene que haber nueve le puede mezclar azúcar, jugode limón y mejoral (o asp1~ma).
purificaciones, al igual que deben haber nueve noches para los Se le hace un rezo (conjuro), tomado usualmente de viejos ·¡
ritos funerarios, y se supone que esta cifra está asociada con su libros de mazia a la mezcla, junto con una estrofa como la que
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muerte. "Jesús sufrió un castigo de nueve días: de jueves a · ue referida a las plantas: "A ti a quien Dios dejó y a trgen
· · :•:::~s·>~~:¡~t··.· srg , ... u t.
domingo, más otros cinco grandes sufrimientos". Además, las ....... . ~···· bendijo, por los siglos de los siglos, ~men . . n prac 1c,a~te
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purificaciones sólo deben hacerse los viernes y los manes, o sea comenta: "Las plantas tienen grandes virtudes. i:1enen espíntu.

los días que la gente asocia con la crucifixión y la resurrección. Reproducen las semillas y se reproducen ellas mismas. P?r esto
Éstos son los días más propicios para la magia y la brujería en es que tienen virtud. Producen aroma. Esta es una parte impor­
toda América Latina (Stein, 1961: 324; Madsen, 1960: 146; La tante de su poder". Algunos de los conjuro,s típicos son los del
Barre, 1948: 178; Métraux, 1934: 90), y es en estos días que los lib
1 ·Los más raros secretos de la magia y los celebrados
brujos y las brujas no sólo realizan sus actos malignos, sino que ro
exorcismosdeS11lomó11. Uncurandero~m1go · me dii IJO: "S­­?, 1 ornan
.
pueden discernir con más claridad las acciones llevadas a cabo es un gran mago que nació en los comienzos del ~~ndo .
en su contra. La gente de edad dice que también estos son los Seguido por un séquito de miembr?~ de la familía, el ~uran­
días preferidos para plantar cultivos. Al mismo tiempo se dero exorciza la casa, salpicando medicinas en las paredes. y los
les considera como "días privilegiados", porque en ellos "los pisos, a menudo siguiendo la forma de la cruz, y teniendo
santos y los planetas brindan gran beneficencia a las familias que especial cuidado con las puertas, las ven.ran~s y las camas.
creen en esto". Además, las horas más propicias para las cura­ Primero, la casa se purifica de adentro hacia afuera, .Y después
clones que son el mediodía y las tres de la tarde, son supuesta­ de afuera hacia adentro. La casa después no se puede limpiar por
mente las horas críticas del drama de Cristo en la cruz. tres días, "hasta que la medicina penetre". El incienso comprado
Al adivinar que la casa o la persona sufren un hechizo, el en la farmacia se quema y distribuye de la m1sn:ia. manera;
curandero prepara medicinas e incienso. Las medicinas, conocí­ simultáneamente, el curandero entona cánticos referidos a la
148 MICHAEL T. TAUSSIG
EL DlABLO Y LA COSMOGÉNESIS DEL CAPITALISMO 149

c:ea~ión, la n;ue~;e y la resurrección de Cristo, y se repite el


los conquistadores, que trasciende su conquista, la importancia
siguiente refran: Vete mal, entra Bondad, así entró Jesucristo
social de la desigualdad y el mal, se mediatiza por la inmersión
en la casa de Jerusalén". Otro cántico dice así: "Casa de Jerusalén
en el paganismo del mito de la salvación de los conquistadores.
en que entró Jesús, le pido a nuestro Señor, vete mal y entra
Bondad, porque así entró Jesús triunfante en la casa santificada
d~ Jerusalén'..con ~stas plantas que el mismo Dios nos dio, y la
Virgen ben~IJO.Dios ayuda mi intercesión, porque Dios es para LA INCREDULIDAD Y LA SOCIOLOG[A DEL MAL
todos sus hlJOS y por todos los siglos." ·
El curandero usualmente tiene una botella con otras medici­ Los pueblos en donde existe la agrcindustria de la caña de azúcar
nas, que bebe con los miembros de la familia. El jefe de familia son notorios por la cantidad de brujería que, se dice, existe en su
trae. brand~, que se agrega a una mezcla que contiene muchos de seno. Por esta razón, los curanderos en todas partes se refieren a
los mgred1en.tes que se usan en el riego, además de otras plantas estos centros como "pocilgas", puesto que a la brujería se le
que a veces incluyen chondur, una raíz aromática obtenida de llama comúnmente porquería, mugre de cerdo. La brujería (y su
l?s herbolario? y n:iagos puturnayos que van de paso, en cuyos duración) elimina las desigualdades en esta sociedad de asala­
ntos de cur~c115n tiene una importancia capital. El puesto más riados inseguros, donde la competencia aguijonea al individua­
grande de hierbas del mercado local de esta región predominan­ lismo y al cornunalisrno a enfrentarse entre si.
:ement~ neg.ra, está manejado por un indio putumayo, y en la El motivo citado más comúnmente para la brujería es la
Jera~quia existente de curanderos, los indios putumayos están envidia. La gente le teme al veneno de la brujería cuando sienten
la :1ma. No solamente los curanderos negros de la localidad que tienen más las cosas buenas que los demás. La brujería es el
obtienen plantas Y. encantamientos de estos indios, sino que mal, pero puede ser el mal menor cuando está dirigida contra
muc~.?s de ellos tu.eran curados y por Jo tanto educados y el mal mayor de la explotación, la incapacidad di> corresponder
santificados por los indios, cuyos ritos entonces imitan parcial­ y el hecho de amasar ganancias mal obtenidas. Aquellos que
m~n~e. Tanto ne~ro~ com~ blancos le atribuyen grandes poderes están en mejor situación temen constantemente a las brujerías y
f'.1ag1cos a estos indios de fuera, porque los ven como primitivos, toman medidas de tipo múgico para impedir su penetración. Y
·.•.:;_•.:~·::···: .. razón no les falta. Un íntimo amigo mío me contó cómo su
ligados.ª~ _mundo natural y a la creación de las primeras cosas.
La tradición local puede también asociar a estos indios con la <;:?k~~~.;ri~·.<.r;: ­, madre, desesperadamente pobre, y sus tres hijos, fueron echados
mag~a d~I Renacimiento y con el misticismo de la antigüedad por un terrateniente por no pagar la renta; furiosa, ella se vengó
mediterránea de la Cábala. embrujando la casa. Desde ese momento nadie se atrevió a vivir
Por me_dio d~ estas y o~rasconexiones diversas, la cosmología en ella. Otro caso es el de un amigo mío y su. compañero de
loca.!, se~un esta establt:.c1daen los ritos de la cosmogonía, recrea trabajo, que intentaron sobornar a u no de los controladores para
!ª ~1sto.n~ de la Conquista europea en la que blancos, negros e que registrara más cantidad de trabajo del que habían hecho; el
controlador se negó, y ellos recurrieron a un mago indio para
md1os. forjaron una relig.ió.n popular a partir del cristianismo y el
paganismo. Desde sus inicios, esta religión sostuvo creencias disponer de él por medio de la brujería.
que atribu~an poderes mágicos a los distintos grupos étnicos y Si bien pueden verse premoniciones lóbregas de lucha de
clases sociales, de acuerdo con el papel que jugaron en la clases en esta brujería cargada de envidia, no tollos los hechizos
Conquista y en la sociedad de ahí en adelante. Tomada como un los realizan los pobres contra los que están en mejor posición; la
todo, esta religión popular es un complejo dinámico de represen­ brujería tampoco está dirigida contra la verdadera clase gober­
r~c1ones colectivas ­dinamico porque refleja el interjuego dia­ nante, o sea los dueños de las plantaciones o los jetes del
léctico Je atribución y contra­atribución que se imponen entre sí gobierno, por ejemplo. La gente da dos razones para la ausencia
los distinros grupos y clases. Así, en una dialéctica inquieta de de brujerías contra la clase gobernante, tan temida y odiada.
Primero, los gobernantes no creen en brujerías. Segundo, aunque
150 MICHAELT.TAUSS!G

creyeran, podrían ~ontratar a magos mejores porque su fortuna


se los permitiría. Estos son argumentos interesantes, porque en
algunas áreas del sudoeste de Colombia que tienen un menor
6. LA POLUCIÓN, LA CONTRADICCIÓN i
desarrollo capitalista, como por ejemplo las áreas de haciendas
en las montañas, los hacendados de hecho creen que buena parte
Y LA SALVACIÓN ,¡

de sus desgracias se las deben a las brujerías de sus peones. Estos


hacendados combaten las brujerías realizando costosas peregri­
naciones a los lugares en que habitan los charnanes indios, cuyas En el idioma de la brujería hay dos imágenes seculares que
tarifas o lejanía los ponen fuera del alcance de los peones materializan su alma mágica: la brujería es realizada por perso­
(quienes, no obstante, persisten en su forma mística de guerra de nas, y es "sucia". Aunque son prominentes los poderes invisibles
clases). Esto no ocurre en el área de la agroindustria; por lo tanto, que forman una jerarquía indistinta dirigida por el diablo, el
saco en conclusión que la más crítica de las dos razones mencio­ énfasis de la brujería radica en la voluntad creadora de las
nadas es la que más recalca la gente: los dueños de agro industrias personas. La brujería es el maleficio, el mal realizado,.º es
no creen en este tipo de brujería. dramática y simplemente, la "cosa hecha". No se la considera
Esto indica que la gente que. cree en brujerías reconoce que corno destino o como un "accidente de Dios". El alma de la
el poder del brujo depende de la existencia de una cultura brujería nace en el seno envenenado por la envidia, y !>U motivo
compartida, por medio de la cual la brujería normal logra sus dominante es la suciedad.
objetivos. Al estar conscientes de la incredulidad, y por ende de Sizuíendo
o
la interpretación de Douglcs (1966), las ideas
...
de
la inmunidad de sus gobernantes, la clase trabajadora de las suciedad y polución son una reacción que protege­ los pnncipios
plantaciones conoce y discrimina los cambios en las culturas de y las categorías respetadas de la contrad.icción. Qu.é es lo qu_e se
las clases, en la medida en que tales culturas cambian según las purifica en el Valle del Cauca por medio d~ los ritos ~urat1vos
transformaciones de los modos de producción (de la producción que evocan la reacción, la muerte y la salvación, no esta claro, o
de una hacienda a la agroindustria). ,, ·-f~·· .
es algo contradictorio, o ambas cosas a la vez. Ver lo "sucio"
En los contratos con e! diablo realizados por los proletarios, como una contradicción nos permite profundizar nuestra com­
.:;·.:~f~5~:·····':
los dueños de las plantaciones no son el blanco ni se busca prensión e ir más allá de la superficie arrobadora de las sensa­
afligirlos, al menos no directamente. Se dice que por medio del cionales palabras clave: suciedad, envidia y diablo.
contrato, el trabajador inserto en el modo de producción capita­ Sin embargo, antes de hacerlo, es esencial entender la impor­
1 ista, y únicamente en este modo, se hace más productivo: más tancia del concepto de "contradicción" en este contexto, porque
productivo en cuanto a ganancias e infecundidad. Como veremos si no se entiende claramente, la iconografía del diablo y otros
en el capítulo 7, tal creencia es el producto lógico de la confron­ símbolos de la cultura popular nos estarán vedados. Aquí puede
tación de una filosofía basada en los valores de uso con el modo sernos útil referirnos al método de análisis de Marx. Como señala
de producción capitalista. En el contrato con el diablo, la magia Karl Korsch, aquel que lee El capital, de Marx, "no tiene un solo
no está dirigida a los dueños de las plantaciones, sino al sistema momento para la contemplación tranquila de las realidades y
sociohistórico del que forman parte. Los neófitos proletarios conexiones dadas inmediatamente; en todas partes, el modo de
perdieron un enemigo de clase susceptible a la influencia de la presentación marxista señala la inquietud inn:a~~nte d~ toda~ ~as
magia, pero buscan ganar un nuevo mundo a partir de su cono­ cosas que existen". El concepto de contrad1ccm~ esta ª.~u1 in­
cimiento del descreimiento de ese enemigo. merso en un método que incluye en su reconoc1m1ento afirmati­
vo del estado de cosas existente, el reconocimiento simultáneo
de la negación de tal estado, de su disolución inevitable (Korsch,
152 MJCHAEL T. TAUSSIG LA POLUCióN, LA CONTRADICCIÓN Y LA SALYACIÓN 153

1971: 55­56). La sensibilidad ante la contradicción permite que mediación se puede expresar de muchas maneras. Yo elijo
nos demos cuenta del juego inestable y tenso entre los opuestos, analizarla como la antítesis entre el valor de uso y el valor de
el cual de otro modo asume el aura de cosas fijas y con signifi­ intercambio, y como una respuesta a los modos contrastantes del
cado en sí mismas. Este es el caso con las dicotomías de la Iglesia fetichismo precapitalísta y mercantil.
occidental, que reduce a lo más esencial el bien y el mal corno
esencias simbolizadas por Dios y Satanás, con una visión del
mundo cuasi maniquea. El concepto de contradicción nos obliga L\S ANTINOMIAS DE LA PRODUCClÓN
a considerar, como un principio cardinal, que Dios y Satanás no
son esencias opuestas. En todo caso representan dos operaciones La sociedad de las plantaciones y la agricultura campesina del
de lo Divino, "la sombra y la luz del drama del mundo" (Watts, Valle del Cauca se compone de dos sistemas de intercambio
1968: 80­81). Según la idea de Blake del matrimonio del bien y antitéticos que operan simultáneamente: por un lado, el sistema
el mal, "el bien" y "el mal" están reunidos como ángel y demonio de reciprocidad y autorrenovación; por el otro, el del intercambio
en las profundidades más hondas. El divorcio del cielo Y. el desigual y la autoextinción,
infierno es equivalente a Ja supresión de las energías de la vida Aunque se Je ha comercializado de diversas maneras, la
por reglamentaciones sin vida, y reíle ja con precisión la diferen­ agricultura campesina basada en los cultivos perennes todavía
cia entre la Iglesia y la religión popular. Según las palabras de responde a la ecología natural de la selva tropical, provee la
Blake: "Sin contrarios no hay progresión. La Atracción y la alimentación de la familia que los cultiva y genera producción
Repulsión, la Razón y la Energía, el Amor y el Odio, son durante todo el año. El trabajo en el campo se realiza sin una
necesarios para la existencia humana" (Blake, J 968: 23). estricta división de las tareas por sexos o edades, y es, en el
Basadas en la mitología de la Caída y la Salvación, la religión sentido más amplio de la frase, una "economía familiar". Com­
popular y las curas mágicas del sureño V~lle_ del Cauca son parado con el trabajo en las plantaciones agroindustriales, el
orecisamente esta afirmación de la unidad dialéctica del bien y ".;t":t'.'~:ti'''.,..'. trabajo en las parcelas de los campesinos pa~ece ser mucho
.. ,,,.
~I mal. El diablo simboliza los procesos antitéticos de disolución menos intenso y mucho más agradable, tanto por razones físicas
y descomposición por un lado, y el crecimiento, transformación '­··.>~!t~~~V!­
como sociales. Lo que es rruis, esta percepción se aplica incluso
· . '.:;~·~.;,­:~~~·:·;·,;:··.
y reformulación de los antiguos elementos a modelos nuevos, a los jornaleros ­Ilarnados peones­ que trabajan para los campe­
por el otro. De esta forma, en .el diablo enc~nt'.ar:ios el proceso sinos. Por ejemplo, cuando a un peón se !e emplea para el deshier­
más paradójico y contradictorio, y es esta dialéctica de destruc­ be, éste cubre alrededor de una décima de acre por día, y en 1970
ción y producción la que forma la base de la asoci~ción del diablo recibía aproximadamente 20 pesos diarios. Por el contrario;
con la producción agroinc.lustrial: la muerte viviente y la flore­ cuando trabaja para la agroindusrria la misma persona cubre
ciente esterilidad. Con el contrato proletario con el diablo, los alrededor lle un tercio de acre, y recibe aproximadamente 30
salarios crecen, aunque sean estériles y huelan a muerte. En pesos. En otras palabras (como se calculó más elaboradarnente
estas condiciones, la producción y la destrucción pasan a ser en el capírulo 4), el trabajador agroindustrial puede ganar un
términos intercambiables e intercarnbiantes. jornal diario más alto, pero tiene que trabajar mucho más dura­
Et supuesto contrato proletario con el diablo es más que una mente por cada peso que gana. La decisión que confronta un
atribución del mal a la agroinc.Justria. Por encima y más allá de trabajador con apuros económicos, que debe elegir entre trabajar
eso, es una reacción a la manera en 4ue el sistema de organiza­ para un campesino o trabajar para un agroindustriul, es penosí­
ción de mercado reestructura lu vida cotidiana y las bases meta­ sima. Tarde o temprano el trubajador llega a la conclusión de que
físicas para comprender al mundo. Esta reacción registra no sólo no tiene mucho par::i elegir: o el trabajo para la agroindustria se
una alienación, sino también su mediación de la contradicción debe abandonar porque el sistema de trabajo a destajo lo lleva a
entre los modos de producción anti réticos y el intercambio. Esta uno hasta el límite de sus capacidades, o dicho trabajo se debe
154 MICHAEL T. TAUSSIG LA POLUCIÓN, LA CONTRADICCIÓN Y LA SAL V ACIÓN 155

soportar como un tipo de muerte lenta provocada por la fatiga como sus propias relaciones mutuas, y no están escondidas bajo
crónica y la enfermedad. El trabajador de Ja agroindustria enve­ la forma de relaciones sociales entre los productos del trabajo"
jece rápido. La buena disposición de la juventud se evapora (1967: 1­77).
velozmente ante la desilusión de un presente que nada promete Los contratos laborales entre los peones y los campesinos
para el futuro. Al principio, los adolescentes pueden desear empleadores expresan relaciones personales, no relaciones de
trabajar en las plantaciones por la oportunidad de ganar más mercado, y están sujetas a cambios previo acuerdo, según histo­
dinero, pero a los pocos meses, o a más tardar al año, están de rias codeterrninadas de vida, lazos familiares, problemas perso­
vuelta trabajando en las parcelas de los campesinos, porque, nales y fluctuaciones de las condiciones físicas de la situación
como ellos dicen: "Prefiero estar gordo y no tener dinero a de trabajo. Los campesinos empleadores no se atreven a presio­
tenerlo y ser viejo y esquelético". Los trabajadores que tienen nar demasiado a sus trabajadores. A los peones se les paga por
familias que mantener llegan a la misma conclusión cuando se día o por contrato, rara vez sobre la base de trabajo a destajo, y
ven agotados por el cansancio y la enfermedad y por la lucha la puntualidad y la disciplina no tienen la importancia que tienen
constante con los capataces por la paga del trabajo a destajo en en las plantaciones. En ellas, marcando un agudo contraste, la
los campos de las plantaciones. El estado de sus cuerpos, como relación se siente como una cosa impersonal y opresiva. Los
lo indica su preocupación por la gordura o la delgadez, y por las trabajadores son víctimas de los capataces, quienes los multan o
enfermedades causadas por semejante explotación, les dice de les prohíben trabajar si llegan tarde, y estári sujetos á caídas
qué se tratan los dos modos de producción. Para ellos, la auto­ repentinas de la escala de pagos, sobre la cual no tienen ningún
rrenovación y la autoextinción son algo más que simples metá­ control. A menudo los trabajadores no tienen nombre, o existen
foras para comparar ambos sistemas. Estos principios quedan únicamente como números en la nómina y para ellos no es
grabados en su carne y en los contornos de sus cuerpos, y ellos inusual dar un nombre falso, como un seguro contra la justicia.

_
mismos los perciben. El contraste es evidente y autocrítico, Aun cuando pueden hacer más dinero, los trabajadores dicen
precisamente porque ellos experimentan directamente la contra­ constantemente que se les estafa, pero nunca dicen lo mismo
· ,·.·'.•. .·c•'••t·...~·:·•'..,......
. ..
dicción sin salida entre el trabajo campesino y el agroindustrial. acerca del trabajo con los campesinos. Sobre todo, el trabajo en
C1Ja uno c:s necesario, y sin embargo ninguno de los dos es suficien­ la agroindustria se considera humillante y muy forzado, idea que
te para la vida. proviene Je las experiencias contrastantes de las dos situaciones,
Las diferencias sociales, lo mismo que las físicas, distinguen la campesina y la proletaria.
los dos sistemas. Dentro de la esfera de producción campesina, Por supuesto, existen conflictos e injusticias entre los campe­
las personas están unidas directamente a través de sus propios sinos, puesto que no sólo se dan en la relación agroindustria­carn­
lazos personales, que abarcan un parentesco común, la vecindad pesino. Sin embargo, en la esfera del campesino tienen un
y la cultura. Las relaciones de trabajo son la dimensión de estos carácter totalmente distinto. Las diferencias de posición econó­
lazos personales, que canaliza el trabajo. la paga y el control del mica entre los campesinos están mitigadas por mecanismos
trabajo. Como dice Marx en su capítulo sobre el fetichismo de reuistributivos y recíprocos, que el conflicto permite regular, y
la mercancía: "Aquí, In dependencia personal caracteriza las la distinción ideológica entre un campesino rico y uno pobre se
relaciones sociales de producción [ ... )en razón de que la depen­ diluye aún más, porque todos los campesinos se definen como
dcncia personal forma la base de trabajo de la sociedad, de los pobres, en contraposición con los ricos que manejan la esfera de
trabajadores y sus productos, no tienen necesidad de asumir una la agroindustria. Este común sentido de un opresor existe porque
forma fantástica diferente de su re al idud". En contraste con nadie espera que los ricos se preocupen por la reciprocidad o la
la forma concreta que adquiere el trabajo como mercancía en redistribución, y porque prácticamente no se puede hacer nada
condiciones maduras de mercado, "las relaciones sociales entre para ponerse a su nivel.
los individuos que realizan su trabajo aparecen en todo momento El sentido penetrante de injusticia histórica refuerza estos
156 MICHAEL T. TAUSSIG LA POLUCIÓN, LA CONTRADICCIÓN Y LA SAL VACIÓN 157

contrastes. El desarrollo de las plantaciones le robó y le sigue Mercado, expresado en los días violentos de los levantamientos
robando la tierra a los campesinos. anarco­religiosos de 1849: "El pueblo sabe que sus derechos no
deberían estar a merced de los gobernantes, sino que son inma­
Los terratenientes nos quitaron la tierra con este propósito. Aún nentes po.r naturaleza, inalienables y sagrados". Las plantacio­
existen ancianos que nacieron a principios de siglo y que nos pueden nes, propiedad de los "amos industriales", no muestran ningún
narrar en persona la historia imperialista de los señores terratenien­ respeto por estos derechos. Lo que es más, los amos industriales
tes. Las posesiones de nuestros antepasados se concentran actual­ están dedicados~ la caña de azúcar .,.que es "una cosa"­ y no a
mente en grandes latifundios, dejando a los nacidos recientemente la gente. Repetidamente se oye este refrán en boca de los
en la peor de las miserias. campesinos que relatan su historia: "Dios le dio la tierra en
común a .todo el !11undo, a todos. Dios dijo' Mí tierra no se puede
Este sentido de la injusticia va más allá del tema inmediato vender m negociar '" ·
de la tierra per se. La tierra es una manera de referirse a un modo Estos í?eal~s y los que tienen que ver con compartir la fortuna
de vida; su apropiación por parte de la agro industria significa un y. el. traba 10, divergen cada vez más de las prácticas de la vida
saqueo tanto moral como material; se pueden dar ejemplos diana. A la eda.d de oro de la abundancia de tierra y alimentos,
incontables, pero creo que bastará con el siguiente texto, extraído ~yuda mutua, i_ntercambio laboral y fiestas de trabajo, se le
de una carta escrita por un grupo de campesinos a una dependen­ invoca tanto mas desgarradoramente por cuanto los ideales de
cia del gobierno, en 1972: igualdad y reciprocidad están subvertidos. Pero son estos ideales
los que dan fuerza al ultraje moral y a la censura de la comunidad.
Hace mucho tiempo que padecemos los enormes daños que nos La brujería no es sino una manifestación de.este códizo moral
infligieron los señores de la industria dedicados a beneficiarse con de a~ción. La fortuna se debería compartir, lo mismo"' que los
la caña de azúcar [ J para la cual toman agua del río Palo sin ningún medios de producción. El miedo a la brujería equivale al miedo
tipo de control [ ] sin poner en práctica ni respetar las normas a tener más que los demás, y el hecho de tener más indica no
sagradas que están escritas en los libros de leyes. Mientras esté en poder compartir. La brujería es el mal. Pero sus raíces están
vigencia la justicia basada en la igualdad, la justicia como la voz de incrustadas en preocupaciones legítimas en áreas donde Ja com­
Dios, solicitamos su atención. petencia instiga al enfrentarnit:nto del individualismo con el
comunalismo. Los dueños de tiendas que emplean constante­
Por supuesto esto es retórico. Los llamamientos a las "normas r:iente la magia para exorcizar sus negocios por temor a los
sagradas", a "la justicia basada en la igualdad" y "la justicia rivales y a los pobres, son un ejemplo claro de lo anterior. Este
como la voz de Dios", son un medio para que el argumento sea supuesto contrato proletario con el diablo es una manifestacicín
más persuasivo. Pero despreciar estas metáforas por considerar­ ?i'.ere.n~e del mismo repertorio de preocupaciones. Como las
las una manipulación cínica, es olvidar que se eligió este modo rnjusncras s~n i.nevitables, especialmente bajo las nuevas condi­
de expresión porque se creyó efectivo. El terna tiene que ver con ~10nes eco~om1cas, Ja contradicción entre ganarse Ja vida y ser
el uso de la tierra y del :.igua de una forma que viola las normas justos no tiene escapatoria. Tal es la naturaleza básica de la
sagradas, la justicia, la igualdad, y Dios. En otras palabras, el suciedad que se exorciza con los ritos de curación; la suciedad
tema tiene que ver con la revolución moral que, según Tawney, es la contradicción que toma por asalto los principios ideulizados
es necesaria para el nacimiento del sistema capitalista moderno: de igualdad.
"Es el cambio de normas morales que [ ... ] canonizaron corno ~Pero,qu~ se quiere decir con igualdad'! En su ensayo "Ideo­
virtudes económicas, hábitos que en edades anteriores se habían lcgía y con'.l1cto ~n las comunidades dt: clase baja", Jayawardena
denunciado como vicios" ( 1958: 2). hace una distinción entre dos concepciones de Ja realidad radi­
Similar a esta carra de protesta campesina es el principio de calmente diferentes. Por un lado, presenta Ja igualdad de las
158 MICHAEL T. TAUSS!G L'\ POLUCIÓN, LA CONTRADICCIÓN Y LA. SAL V ACIÓN 159

personas como algo derivado de su valor personal o humano Los fundamentos de la asociación entre los seres humanos no
intrínseco, enraizado en las condiciones humanas y en la capa­ deberían estar sujetos al crudo motivo económico de lucrar en
cidad de todos los seres humanos de sentir, de sufrir y de y por st"' mismo.
• t '

disfrutar; plantea que esta idea de igualdad humana es usualmen­ Hoy se puede encontrar una filosofía económica idéntica en
te dominante en un subgrupo, hasta el punto que a ese grupo, la el patrón de motivos que presenta el Valle del Cauca. Los
sociedad más amplia o su clase dominante Je niegan la igualdad cultivos campesinos dan poco, pero lo dan en forma constante y
social. Por otro lado, nos presenta la igualdad de derechos y regula~ de.ntr~ de un nexo social y ecológico que continuamente
oportunidades según el análisis de Alexis de Tocqueville en su vuelve a limpiar sus propias raíces. Sin embargo, para los traba­
siscuslón sobre el igualitarismo en los Estados Unidos. La idea j~d.ores de.las pl.antaci.ones, la estructura de intercambio arque­
de igualdad ignora al ser humano total, y en cambio se concentra típica, segun lasírnboliza el contrato proletario con el diablo es
en una faceta de la existencia de una persona; así, la igualdad se radicalmente diferente. El trabajador gana mucho dinero v~n­
puede medir cuantitativamente. Como hace notar Jayawardena, dién~o.le el alma al diablo, pero éste le corresponde con actos no
Marx planteó el mismo punto en su "Crítica del Programa repet.1t.1vos y fina.les: una muerte prematura y dolorosa, y Ja
Gotha", donde atacaba el principio de "igual salario por igual esterilidad de las tierras y los salarios. En vez de ser un intercam­
trabajo", adoptado por los socialistas alemanes, porque éste bio que refuerza y perpetúa un conjunto de intercambios recípro­
evaluaba al trabajador por solamente un aspecto de su existencia. cos y perennes, como la relación del campesino con los árboles
A raíz de la diversidad de capacidades y condiciones individua­ que cultiva, el contrat? con el diablo es el intercambio que
les, Marx consideraba que este principio era una fórmula bur­ termina con todos los intercambios: el contrato con el dinero,
guesa para perpetuar la desigualdad. Ésta se podría superar que absuelve el contrato social y el alma del hombre.
únicamente si la igualdad se basara exclusivamente en las nece­
sidades humanas (Jayawardena, 1968). La diferencia entre estas Ésta es sólo un.a forma de la contradicción fundamental que es­
dos formas de evaluar la igualdad, surge de la diferencia entre el tructura la sociedad local desde el punto de vista de las clases
valor de uso y el valor de intercambio. Sólo con el paradigma ~ajas. Op~ran simultáneamente dos sistemas de producción e
del valor de intercambio se puede reducir el criterio de igualdad intercambio opuestos: un sistema de reciprocidad v autorreno­
a precios y dinero, a costa de reducir las cosas a lo más esencial. y
~aci.~n, junto a un sistema de intercambio desigual de autoex­
En una situación donde la economía de valores de uso de los tmcion,
grupos campesinos coexiste y se le siente en peligro frente a un Es!a estructura de oposición también se puede ver dentro de
sistema de valores de intercambio, estos modos de evaluar la la estera de producción campesina. Surze con claridad en la
igualdad van en desacuerdo. De ahí que la contradicción expre­ oposición entre mujeres y hombres, en la p~ocn;ación de los hijos
sada por la "suciedad" no es únicamente un tema que tenga que y en el rechazo o aceptación de la tecnología de la "revolución
ver con la desigualdad: la suciedad también cuestiona el para­ verde", que está remplazando las prácticas tradicionales. La
digma de mercado de la equivalencia. ob!igación de criar a l?s hijos recae en las mujeres, pero los hijos,
mas adelante en la vida, corresponden estos cuidados; pero de
El principio fundamental de la oeconomia ­el modo de produc­ lo~ padres se dice que son como las moscas, "que pican y se van,
ción familiar­ es cubrir las necesidades de la familia. La venta dejando sus huevos en la carne pasada". Los pocos defensores
de excedentes no tiene por qué destruir la autosuficiencia ni poner de la~ _tt:cnicasde. la revolución verde y de la posterior comercia­
en peligro la integridad del principio de producir para usar. Al Iización de la agricultura campesina son los hombres. Las rnuje­
denunciar la producción que tiene por objetivo el lucro, Aristó­ n:s se ?peinen .ª.marg_amentc a arrancar los árboles perennes que
teles planteó este problema crucial: la producción de orientación dicha 1~novac1onexige. "[Nos dan poco, pero nos dan!", dicen
capitalista (crematística) amenaza la base misma de la sociedad. las mujeres, que están alienadas con la nueva tecnología. Sólo
160 MICHAEL T. TAUSSIG LA POLUCIÓN, LA CONTRADICClÓN Y LA SAL Y ACIÓN 161

los hombres manejan y poseen tractores, y los hombres se ven En este caso, el sistema es una contradicción organizada,
favorecidos por préstamos y tratos con el gobierno. Las mujeres cuyos polos opuestos se animan mutuamente a través de la
le temen a las nuevas ataduras financieras, le temen al endeuda­ reflexión contrastada entre uno y otro. Del lado campesino, es el
miento, y le temen al modo de cultivar para la venta, que ideal de reciprocidad e intercambio cíclico, que garantiza la
proporciona ingresos sólo una o dos veces al a~o, corno mucho. producción, la reproducción y la fertilidad. Por el contrario, por
Temen que sus pequeños mueran de hambre m1e~tras espera~ la el lado de las plantaciones, la explotación, la esterilidad de las
cosecha, y le temen a la posible pérdida de sus tierras. El c.iclo relaciones humanas y la muerte, coexisten con la producción de
de desarrollo del grupo familiar campesino se centra en la rep~o­ riquezas. El modo primero se considera de autoperpetuaciórr,
ducción de la línea materna. A medida que un grupo familiar mientras que este último es de autoextínción. Es la transacción
crece en edad, la proporción de mujeres que viven en él aume~ta, que termina con la interacción social negociando la sociabilidad
concentrando a las mujeres y a la tierra en una unidad productiva. con la servidumbre al reino de las cosas. A medida que se va
Los varones tienen ocupaciones fuera de la casa y res~den quitando capa tras capa de sus varias manifestaciones, se revela
también fuera, mientras que las mujeres se atienen a los cultivos la naturaleza subyacente de la contradicción: el significado de lo
de los perennes. Las mujeres prestan y recihen entre los gr~pos que es la persona y lo que es la cosa está en djsputa, en la medida
familiares, y administran la distribución de alimentos. Gracias a en que el desarrollo capitalista remueve las bases de la interac­
las mujeres, las familias se mantienen unidas por los _lazos de !.os ción social y sujeta tal interacción a la fantástica forma de
hijos de distintos padres. Tanto el patrón de produc:1ón m~tenal relaciones entre cosas.
que las mujeres desean mantener, como el patron social de Lo que Polanyi quiso significar con "ficción de la mercancía"
reproducción de hijos ene! que están involucra~as, s~n estruc­ es precisamente esta confusión socialmente organizada de per­
turas de íntercarnbio cíclicas y que se autoperpetuan. Sin embar­ sonas y cosas, que se establece por la fuerza en .lus clases bajas
go, el patrón de intercambio de los campesinos varo~~s, tanto ~n del austral Valle del Cauca, obedeciendo las leyes de consumo.
la procreación como en el nuevo modo de producción material Pero a pesar de su naturaleza ficticia, la ficción del artículo de
que abrazan, es mucho menos cíclico y recíproc~.' Y tiende al· '~'.!'.X::. consumo es real y efectiva en una forma específica de· organiza­
extremo que se retrata en el contrato con el diablo de los >·•»,;­;:.ll{;i;W ción social: aporta el principio organizativo vital de una sociedad
proletarios varones: el intercambio que termina con todos los . ,.)¡;!;1'1';,\~:c'"''' . de mercado. Es el principio social que organiza y corroe simul­
intercambios. táneamente la sociedad del hombre y, como nos recuerda Marx,
Pero sólo cuando la región se considera como un todo, esta drena el poder creativo del hombre socialmente activo, en un
antítesis se establece claramente, se le experimenta totalmente y mundo que se percibe como fragante de cosas mágicamente
se proyecta en el contraste entre el gr~po f~miliar cam.resino activas, el fetichismo de la mercancía. Esta crítica del mercado
y la producción agroindustrial. El_ patron de ideas preext~tente, y los artículos de consumo es paralela a una antigua crítica a
inmanente en la cultura, aunque solo ha nacido en la conciencia Dios. El hombre crea a Dios en un acto de autoalienación, cuya
como algo incipiente y confuso, se tija con mu.cha más segurid_ad consecuencia es tal que se termina por considerar que Dios creó
con la experiencia nueva que amenaza las rarees _de .e~e patrnn. al hombre. El producto de la creación imaginativa del hombre
La experiencia, como sugiere Lévi­Strauss, sera d1f~sa en lo subyuga el ánimo del creador, El hombre se transforma en el
Intelectual e intolerable en lo emocional, a menos que incorpore: vástago pasivo de un poder que se hace antropomórfico y se
uno u otro de los patrones presentes en la cultura del grupo. "La· anima hasta el grado en que el hombre niega la autoría de su
asimilación de tales patrones", propone, "es el único medio de propia creación, Y como Dios, lo mismo vale parad mercado y
objetivar los estados subjetivos, de fon:nular sentimientos inex­ los artículos de consumo: son entidades sociales creadas por el
presables, y de integrar las experiencias desarticuladas en un· hombre, aunque trabajan en la imaginación colectiva como seres
sistema (1967a: 166). animados con la vida que los hombres se niegan a ellos mismos.
162 MICHAEL T. TAUSSIG LA POLUCIÓN, LA CONTRADICCIÓN Y LA SALVACIÓN 163

Los proauctos creados colectivamente por el hombre ocultan su de la sociedad y las metafísicas, la percepción del yo socialmente
vida con una objetividad quimérica. constituida deja lugar a la percepción atomizada del individuo
Pero en la cultura popular del Valle del Cauca, la objetividad aislado y maximizado como una unidad de masa­espacio: un
quimérica de las estructuras de consumo que le restringen al 'producto mecánico que maximiza la utilidad a través del motor
mundo las relaciones sociales no distorsiona la conciencia co­ infinito que se mueve solo, el mercado, de una sociedad meca­
lectiva en este sentido. Cuando se dice que los industriales amos nomórfica.
de la tierra se dedican a la caña de azúcar en vez de a la gente, Ajnedída que se despliega esta transformación, la intención
cuando "nosotros los campesinos rechazamos la caña de azúcar humana, la imaginación y la comprensión ­capacidades que
porque es Ja materia prima de la esclavitud del pueblo campesi­ dependen de la interacción social y que están más allá del alcance
no", y cuando se fetichiza a la caña como "el terrible Monstruo de las leyes que corresponden a cosas no hurnanas­, son irrele­
Verde que es la Gran Caña, el Dios de los amos de la tierra", el vantes e inferiores y sin embargo profundamente sospechosas.
sistema por el que la producción pasó a ser el objetivo del hombre Al igual que los vicios económicos que preocupan a Tawney, el
se desacredita y se le pone en contraste con los ideales de la nuevo modo de percepción también ha de ser canonizado y
economía de los valores de uso, en donde el hombre es el amo guardado como reliquia; el antiguo fetichismo de la religión se
de la producción. remplaza con el fetichismo de las mercancías. El nuevo modo de
En lugar de un cosmos centrado en las personas, encontramos percepción no es más natural que el modo al cual desplaza.
un sistema centrado en la Gran Caña, el Dios de los amos de la También él no es mas que una de las muchas maneras de ver al
tierra, que hace del hombre un esclavo. las personas quedan mundo, donde las concesiones arregladas convencionalr;iente se
reducidas a cosas. Según la descripción de Burtt de las metafísi­ disfrazan de hechos de la naturaleza. En última instancia, esta
cas de la revolución científica que acompañaron al nacimiento construcción se revela como un mundo mágico­religioso, en el
del capitalismo: "El hombre no es más que el diminuto observa­ cual el carácter arbitrario pero convencional del signo se censa­
dor local, y de ningún modo el producto fuera de lugar de un gra diariamente en rituales que afirman su naturalidad, de mane­
motor infinito que se mueve por sí solo, que existió eternamente ra que la participación diaria de la gente en el mercado, pasa a
antes que él y que existirá eternamente después de él, guardando ser la guardiana de su coherencia espiritual.
como reliquias el rigor de las relaciones matemáticas mientras Pero nunca se logra esta coherencia. La búsqueda de la
que confina a la impotencia todas las imaginaciones ideales" importancia de las cosas es tenaz, y llega más allá de los desfi­
(1954: 301). El punto es más que la formulación de Tawney laderos extremadamente angostos de la nueva estructura axio­
referente a la canonización de los hábitos económicos qut: en una mática que define la cosificación. La racionalidad del mercado
edad anterior se habían denunciado como vicios. Lo que también sucumbe a su irracionalidad autoinducida, y las mercancías
se cuestiona es la transformación moral de la cognición misma. cobran vida con sentido humano.
El avance de la organización de mercado no sólo desgarra los La nueva forma social puede hacer de los hombres números,
lazos feudales y le arranca al campesino su medio de producción, pero también transforma a los cultivos como la caña de azúcar
sino que desgarra también una manera de ver. Un cambio en el en monstruos o dioses. La vida, distorsionada con seguridad,
modo de producción es también un cambio en el modo de per­ pero vida al fin, surge en las cosas, transformando los productos
cepción, La organización de la percepción del sentido humano sociales en seres animados. Todas las imaginaciones ideales,
es1á determinada por circunsruncías tanto históricas como natu­ escribe Burtt, quedan reducidas a la impotencia. ¿Pero lo son?
rales. El cambio a la sociedad capitalista guarda como reliquia En su subyugación, estas imaginaciones ideales luchan contra el
el rigor de las relaciones matemáticas y reduce a la impotencia fetichismo de las mercancías: la caña de azúcar de las plantacio­
todas las imaginuciones Ideales, hasta el punto de que la perso­ nes se transforma en el "terrible Monstruo Verde", "la gran
nificación es reflejo de la cosificaciún. En esta trunsformación Caña", el "Dios de los amos de la tierra", en un ser animado del
LA POLUCIÓN, lA CONTRADICCIÓN y Lo\ SAL YACIÓN 165
164 MICHAEL T. TAUSSIG

que registra simultáneamente la necesidad de trascender esa alie­


que se dice que devora lentamente a los hombres que le dan la
nación, que también es la alienación del hombre como lo creó la
vida.
historia. La melancolía es la mirada que penetra las imágenes del
pasado, transformándolas de objetos muertos en. imá~enes vi­
brantes de significado parae! encuentro revolucionario con el
EL FETICHISMO Y lA HERMENÉUTICA
presente, cuya historia de otro modo se _tr~nsformaría::n. una
herramienta de la clase gobernante para mistificar a las víctimas
Contra la mística racionalizadora de nuestros tiempos, Benjamin de la historia. En todas las edades, afirmaba Benjamín, se debe
insistía en aplicar su necesidad hermenéutica para leer y entender realizar el intento de arrancar a Ja tradición del conformismo que
"textos" que no son tales en ningún sentido convencional. "Los está a punto de ahogarla. Nada podría sobreponer a la nostalgia
antiguos", según el ensayo de Peter Dernetz, "podían 'leer' las conservadora por el pasado. El punto es que una clase desarrai­
entrañas abiertas de los animales, los cielos estrellados, las gada de su propia historia es mucho menos capaz de actuar como
danzas, los misterios y los jeroglíficos, y Benjamín, en una era una clase, que otra que sí logra situarse en la historia. Sin embargo
sin magia, continúa 'leyendo' cosas, ciudades e instituciones la historia es esencialmente catastrófica; triunfa a expensas de
sociales como si fueran textos sagrados" (1978: xxii). Lo hizo, sus agentes humanos. El reclamo que. el pasado ejerce en el fu­
v es necesario destacarlo, motivado por el punto de vista del turo, escribía Benjamin, es mesiánico, y no se puede pagar a un
iuaterialismo histórico. Si su empresa parecía oscilar constante­ precio bajo y, agregaba, los materialistas históricos:lo ~abe~· ..
mente entre la magia y el positivismo, como le reclamaba su Frederic Jameson describe el tono con que Benjamín revisa
amigo Adorno, entonces la comparación de este tipo de herme­ el pasado buscando un objeto adecuado que redima el presente,
néutica con la de los proletarios neófitos del Valle del Cauca es sin caer ni en mitopoesías fascistas que consagren lo irracional,
tanto mas apropiada. ni en la consumación de la historia a través del procesamiento
Esta lectura de las cosas como si fueran textos sagrados, esta de datos estadísticos. Es la mentalidad de las depresiones priva­
penetración en una articulación de lo que Benjamín llamaba "el das, de desalentar al de afuera y de la angustia frente a una
lenguaje silencioso de las cosas", estaba, a sus propios ojos, con­ pesadilla política e histórica ( ! 971: 60). .
dicionado por la melancolía, y que esto era algo más que una :" -~~.t;s...-~~~·~'r:~-- '
Leer las cosas como si fueran textos sagrados, llenarlas de Ja
autoindulgencia neurótica. Era un tono intelectualizante que se , ~f~~i~$f~'q;:.~
tristeza penetrante del foráneo perdedor y rechazado, proyectar
imponía a aquel que confrontaba la dialéctica de la libertad y la la angustia que aparece frente a una pesadilla política e histórica,
necesidad escrita en un materialismo histórico. Aquí uno piensa es también el lamento de la muerte de una clase campesina que
en la consigna que se adelantó contra el misticismo paralizante está por ser arrollada por la ola del "progreso". Como sugiere
que es intrínseco a la posición marxista evoluclonista­deterrni­ Barrtngton Moore, es en este lamento y no en las aspiraciones
nista ­el adagio combativo de Antonio Grarnsci: "Pesimismo del de las clases que están a punto de tomar el poder, donde yacen
intelecto, optimismo de la voluntad"> como un intento similar, Jos manantiales de la libertad humana (1967: 505). Y no todos
lle alguna manera, lle ubicar una postura que privilegiara tanto los materialistas históricos son conscientes de ello.
el movimiento inexorable de la historia como la necesidad de Leer tas cosas de esta manera, como si fueran textos sagrados,
una intervención humana activa en ese movimiento. El materia­ es también caer en una especie de magia que podemos llamar
lisrno h ixtórico es un modo de historiografía en el cual la con­ "fetichismo precapítalísta", Es luchar por una unificación de
cíe nzuda mentalidad científica se ve impulsada por una pasión experiencias que de otro modo no se puede obtener. E~ la compul­
que tiene sus raíces en la tristeza, a estructurar una concepción sión empecinada de ver a las personas y a las cosas como si
del mundo que lo lle fine como una totalidad de partes coherentes estuvieran entretejidas recíprocamente, hasta un punto en que las
que se activan a sí mismas, La melancolía establece y confirma cosas tienen sentido porque corporizan relaciones interpersona­
la distancia que es necesaria para el análisis objetivo, mientras
166 MICHAEL T. TAUSSIG LA POLUCIÓN, LA CONTRADICCIÓN Y LA SALVACIÓN 167

les, au~ cuando (en una edad sin magia) esas relaciones yazgan humano de este tipo de organización, y le pone el sello de cosa
escondidas tras un exterior esencial izado. mala y destructiva, en vez de verlo como el resultado de fuerzas
En cuanto al intercambio en las sociedades precapitalistas, moralmente neutras que son inherentes por naturaleza a las cosas
Mauss pregunta en su ensayo "The Gift" (La dádiva), ¿cuál es sociales descorporizadas.
la fuerza del objeto intercambiado que hace que la reciprocidad Las manifestaciones de la cultura en lo mágico, en las creen­
sea tan apremiante? "Este lazo creado por las cosas", contesta; Cl
· as sobre Jos cultivos de las plantaciones,
. .
y en el, contraste
.
entre
"es de hecho un lazo entre personas, puesto que la cosa misma la producción campesina y la agrmndu~tnal, estan sujetas a una
es una persona o le pertenece a una persona." Y sigue haciendo lectura dialéctica de las cosas como SI fueran texto~ sawarlqs.
elaboraciones sobre esta confusión aparente de personas y co­ Por un lado, está la lectura realizada por las cla_ses bajas mismas,
sas: "en este sistema de ideas uno da lo que en realidad es parte una lectura agradecida a los principios metafísicos de los valores
de la naturaleza y la esencia de uno, mientras que recibir algo de uso, en tanto que esos principios se confront~n con la cultura
es recibir parte de la esencia espiritual de alguien" (19617: 1 O)~ de la mercancía. Por el otro, está la lectura impuesta por .d
La práctica del sistema moderno de mercado lucha por negar aífalista, y ésta es una actividad para la que no hay escapatoria.
esta metafísica de personas y cosas que se reflejan en el inter­ Las dos lecturas convergen, blasonadas en los texto.s que Jos
cambio social, y por remplazar el tipo de fetichismo descrito por mismos proletarios neófitos proporcionaron.
Mauss, a cambio del fetichismo de la mercancía del capitalismo,
como lo. interpreta Marx. El tipo anterior de fetichismo proviene
de la anticuada idea de reciprocidad, cuyas profundidades meta­
físicas sugieren Mauss y cuya nota clave yace en la unidad su­
puestamente existente entre las personas y las cosas que éstas
producen e intercambian. Codificada por la ley, lo mismo que la
práctica diaria, esta alienación resulta ser en la fenomenología
del artículo de consumo, como una entidad autoenrnarcada que
conmina a sus creadores y que es autónoma y vive con su propio
,.­·.:·~~~~;.:·;~..:
poder.
El destino del campesino que queda atrapado en la comercia­ . ,,~;.{~~,,~ '
lización de la agricultura, particularmente cuando ésta implica
la producción de agroindustrias importantes, es ser testigo del
choque entre estas dos formas de fetichismo. La creencia en el
contrato proletario con el diablo, lo mismo que otras instancias
del fetichismo, es el resultado de este choque. El diablo es más
que un símbolo de la nueva economía: éste mediatiza los signi­
ficados y sentimientos opuestos que engendra el desarrollo Je
esta economía; porque si el campesino o el enfoque de valor Je
uso fueran rebasados por la cultura de mercado, no habrían bases
para fabulaciones tales como el contrato con el diablo. El surgi­
miento de esta metáfora está ocasionado por el significado que
una cultura de valores de uso le adjudica a las metáforas gene­
radas por la organización mercantil de la sociedad, la producción
y el intercambio. El contrato con el diablo registra el significado
EL BAUTISMO DEL DINERO 169

Llamándolo porsu nombre, se le pregunta al billete tres veces


si va a regresar a su dueño o no. Si todo funciona como debe, el
billete pronto volverá a su. padrino, llevando consigo una gran
7. EL BAUTISMO DEL DINERO Y EL SECRETO cantidad de .dinero. Esta transferencia se lleva a cabo en forma
DEL CAPITAL invisible.
Una familia negra de clase media era propietaria de una tienda
del pueblo, ubicada en una esquina. A media mañana, cuando la
EL BAUTISMO DEL DINERO Y EL NACIMIENTO DEL CAPITAL esposa se encontraba sola, se dirigió a la. parte de atrás, pero
regresó rápidamente porque creyó oír un ruido en la gaveta del
Según la creencia del bautizo del billete, en el austral Valle del dinero. Cuando la abrió, vio que todo el efectivo había­desapa­
Cauca, el futuro padrino esconde en la mano del bautizado un recido. Entonces recordó el comportamiento peculiar de uno de
billete de un peso, mientras el sacerdote católico realiza el bau­ los clientes de esa mañana, y se dio cuenta deque le había pasado
tismo. De esta forma, se cree que el bautizado es el billete, y no un billete bautizado. Tan pronto le dio la espalda, el billete había
la criatura. Cuando este billete recién bautizado entra en circu­ desaparecido con todo el dinero de la caja registradora.
lación, se cree que volverá continuamente a su dueño, con inte­ En un concurrido supermercado, en la gran ciudad vecina, un
reses, enriqueciéndolo y empobreciendo a las otras partes de los guardia de la tienda oyó que una mujer que estaba ~e pie junto
tratos pactados por el dueño del billete. El dueño es ahora padrino a una de las cajas canturreaba para sí"¿ Guillermo? ¿Te vas o te
del billete de un peso. La criatura queda sin bautizar, lo cual, de quedas? ¿Te vas o te quedas'! ¿Te vas o tequedas?". Inmediata­
saberlo los padres o cualquier otra persona, sería causa de gran mente se dio cuenta de que había pasado un billete bautizado y
preocupación, dado que el alma de la criatura no es acreedora a que estaba esperando que éste regresara, junto con el resto del
una legitimidad sobrenatural, y no tiene oportunidad de escapar dinero de la caja, y la arrestó. Se la llevaron, y nadie sabe qué
del limbo o del purgatorio, dependiendo de cuándo muera. Esta fue lo que pasó después.
práctica es severamente castigada tanto por la Iglesia como por ·:::~~ . r~::t?'·
•r.­;~"­"'
Uno de los pocos negros dueños de tiendas del pueblo a quien
el gobierno. le iba bien, se salvó de una gran pérdida únicamente por una
El billete bautizado recibe el nombre ­el "nombre cristiano", coincidencia poco común. Mientras atendía en la tienda, le llamó
como decimos en inglés­que el ritual del bautismo debía otorgar la atención un extraño ruido en la caja registradora. Cuando fue
al niño. Ahora el billete se llama María, Jorge, Tomás, Pedro, o a espiar vio dos billetes peleándose por adueñarse de todo su
cualquiera que fuera el nombre que los padres hubieran elegido contenido, y cayó en la cuenta de que dos clientes, cada cual con
para la criatura. Para que el billete bautizado empiece a trabajar, su billete bautizado, acababan de hacerle un pago y estaban
el padrino paga el billete como parte de una transacción esperando su regreso .. Esta extraña coincidencia le permitió
monetaria de rutina, como cuando en una tienda uno paga por evitar que se desvaneciese todo el contenido de la caja.
ciertas mercancías, mientras que murmura un estribillo como el
siguiente: En las sociedades precapitulistas, no existe el intercambio de
artículos de consumo ni el mercado; florece el animismo, la
José, magia, y diversas formas de fetichismo. ¿Pero es ese fetichismo,
te vas o le quedas? igual al fetichismo de las mercancías que aparece en un sistema
te vas o te quedas'! capitalista de organización socioeconómica? Marx, por nombrar
le vas o te quedas? a alguien, era de la opinión de que lo dos eran distintos, y que al
plantear la pregunta, uno estaba en camino de desmitificar las
ilusiones inducidas por la forma di! intercambios de artículos de
170 M!CHAEL T. TAUSSIG EL BAUTISMO DEL DINERO 171

consumo. "Todo el misterio de las mercancías , toda la magia y Sin embargo, según lo expresa en su folclor relativo al bau­
la necromancia que rodea a los productos del trabajo en tanto tismo del dinero, el campesinado del Valle del Cauca lo toma
que tomen la forma de mercancías, se desvanecen por lo tanto, como una cosa absolutamente irreal y sobrenatural. Más aún, el
tan pronto como llegamos a otras formas de producción" (1967: bautismo del billete se lleva a cabo a costa de un precio alto para
76). Sin embargo, deberíamos añadir que cuando el sistema de la criatura: le niega un lugar legítimo en los ritos del ciclo de vida
mercancías se inmiscuye en una formación social precapitalista, y del orden cosmológico, y por lo tanto conlleva el mismo
las dos formas de fetichismo, la magia del intercambio recíproco estigma que el contrato proletario con el diablo que realizan los
y la magia de mercancías, chocan entre sí y toman una forma trabajadores asalariados de la zona. Esta inmoralidad del proce­
nueva. so, distingue el billete bautizado de un fetiche mercantil "puro"
La creencia del bautismo del dinero en el Valle del Cauca o capitalista.
consiste en que por medio de este mecanismo religioso ilícito Además, el bautismo del billete todavía está considerado
­ilícito por cuanto engaña a los padres, a la criatura y al sacer­ como el producto de una cadena de eventos que inicia el hombre.
dote, y mutila espiritualmente a la criatura impidiendo su acep­ Es cierto que la relación está aún mistificada, puesto que se
tación en la masa de ciudadanos de Dios­ el dinero atraerá al considera que el poder sobrenatural es necesario para que el
dinero; el dinero crecerá .. Ésta no es más que una expresión dinero produzca intereses; pero por otro lado está claramente
exótica de la fórmula marxista clásica de la circulación capita­ entendido que el dinero no sería capaz de producirías por su
lista, D­M­D' (dinero­mercancía­más dinero), o simplemente cuenta. La multiplicación del dinero como capital no está consi­
D­D' como contraposición a la circulación que se asocia con el derada como un poder inherente .al dinero. Así, no se. trata de
valor de uso y el modo de producción campesino, M­D­M fetichismo de la mercancía, dado que estas personas no piensan
(mercancía A­dinero­mercancía B, o sea vender para comprar). que reproducirse es una propiedad natural del dinero. En reali­
El problema que se planteó Marx, el misterio del crecimiento dad se la considera tan antinatural que se deben invocar los
económico capitalista y la acumulación de capital, donde el poderes sobrenaturales por los medios más tortuosos y destruc­
capital parecía crecer por sí solo, en esta situación parece ocurrir tivos. Si bien la verdadera relación de capital y trabajo está
con la ayuda de las fuerzas sobrenaturales que se invocan en el mistificada, todavía se considera que el hombre es necesario para
bautismo cristiano del billete. Una vez activado de esta manera, detonar los ciclos mágicos; esto concuerda con el hecho de que
el dinero se transforma en productor de capital. Un medio de en una economía de valores. de uso, las relaciones que las
in tercarnbio inerte pasa a ser una cantidad que se reproduce sola, personas inician en sus trabajos son para ellas relaciones recí­
y en este sentido pasa a ser un fetiche: una cosa con poderes procas, directas y personales, y no las ven como actividades
vivos. controladas por las relaciones de sus productos. De hecho, las
Ésta es realmente una creencia extraña. Pero uno tiene que formas específicas de fetichismo precupitalista que nos preocu­
considerar que el sistema con el cual se le compara ciertamente pan, surgen precisamente de esta conciencia de interdependencia
no es menos extraño. Nosotros, que nos hemos ido acostumbran­ y reciprocidad humana, donde se considera que ambas personas
do durante siglos a las leyes de las economías capitalistas, hemos y sus productos forman una unidad. Cuando la gente se confronta
llegado a aceptar de manera complaciente las manifestaciones con el mercado de los artículos de consumo en sus primeras
de estas leyes como algo totalmente natural y como un lugar etapas de penetración, la urdidura y desequilibrio de esa interde­
común. Los primeros profetas y analistas del capitalismo, tales pendencia colocan el fetiche en los dominios de lo antinatural y
como Benjamín Franklin, ya consideraban que las operaciones maligno: el bautismo ilícito del dinero y el contrato de los
de la economía eran absolutamente naturales; de ahí que pudie­ proletarios con el diablo.
ran referirse a los intereses como una propiedad inherente al
capital mismo (véase el capítulo 2).
172 MICHAEL T. TAUSSIG EL BAUTISMO DEL DINERO 173

RAzONES ANALÓGICAS Y !.A FILOSOFfA En su ensayo sobre Aristóteles, Roll recalca la idea de que el
DE LOS VALORES DE USO dinero usado en la circulación de valores de uso ­la economía
natural y de familia de Aristóteles­ es estéril. "El dinero tiene
Es sorprendente lo similar que son los principios que subyacen por fin ser usado como intercambio, pero no aumentar con
en la creencia del billete bautizado, los del dinero, y el intercam­ intereses; por naturaleza es estéril; por medio de la usura cr:ece,
bio en la Política de Aristóteles, y los de la teoría económica de y éste debe ser el más antinatural de todos los medios d~ hacer
fines de la Edad Media. Básica para este enfoque es la distinción dinero" (1973: 33). Esta información se puede organizar en
que marcó Aristóteles entre lo que hoy se llama valor de uso y forma tabular (véase el cuadro 2).
valor de intercambio, distinción que ocupa también un lugar Del conjunto de contrastes volcados en el cuadro, surgen
central en la teoría marxista. En el lihro primero de la Política, varias analogías, a saber:
Aristóteles escribe:
Valor de uso del dinero Valor de cambio del dinero
Todo artículo o propiedad tiene un doble uso: ambos son usos de la (dinero) : (capital)
cosa misma, pero no son usos similares; porque uno es el uso natural anli~atural
adecuado del artículo en cuestión, y el otro no lo cs. Por ejemplo, un
estéril fértil
zapato se puede usar ya sea para ponérselo en el pie o para ofrecerlo
en intercambio. Ambos son usos del zapato, porque hasta aquel que
le da un zapato a alguien que necesita un zapato, y que recibe a Pero en la naiuraleza, por ejemplo en el mundo biológico, las
cambio efectivo o alimentos, está haciendo uso del zapato como cosas son naturalmente fértiles. Aristóteles dijo: "El dinero tenía
zapato, pero no el uso que le es propio, porque un zapato no está por fin ser un medio de intercambio, y el interés representa un
hecho expresamente para propósitos de intercambio. Igual es el caso aumento del dinero mismo. Hablarnos de él como un producto,
de otros artículos de propiedad ( 1962: 41) como un cultivo o una cría, porque cada animal produce su
congénere, y el interés es el dinero producido por el dinero. Así,
de todas las maneras de obtener riquezas, ésta es la más ccntrana
Aunque la función de intercambio de cualquier artículo se '· ::;­Zll.."ll:'r.::tli'"..;ir>'.:.' .•
. :·,¡~;rti~~;¡~·, . . a la naturaleza" (1962: 46) .
pudiera utilizar legítimamente dentro de una economía familiar
Usando el método propuesto por Mary Hesse en su ensayo
o de subsistencia, fue a partir de esta función de intercambio que ~~,,~·~.:
sobre la analogía, esto se puede expresar como un conjunto de
surgió la actividad de hacer dinero, o capitalismo, en detrimento
analogías positivas y negativas, donde hay un reconocimiento
de la "economía natural" o familiar. Como destaca Roll en A
explícito tanto de las similitudes como de las diferencias entre
History of Economic Thought, esta distinción entre las dos partes. los términos comparados que constituyen la analogía ( 1963).
de hacer dinero

Valor de uso del Valor de cambio


No fue simplemente un intento de llevar a casa una distinción ética.
Reino biológico dinero del dinero
También fue un análisis real de dos formas diferentes en que el dinero
actúa en el proceso económico; como un medio de intercambio cuya (natural) (natural) (antinatural)
función se completa con la adquisición de la mercancía requerida animal D D
para la satisfacción de un deseo, y bajo la forma de dinero como cría D D'
capital, que lleva a los hombres al deseo de una acumulación sin
límites (1971: 33).
La analogía entre animales y dinero en cuanto a valores de
uso, expresa relaciones tanto de similitud como de diferencia,
Son similares porque ambos son parte del mundo natural y sus
174 MICHAEL T. TAUSSIG EL BAUTISMO DEL DINERO 175

propiedad antinatural sólo si se le somete a un ritual como el del


Cuadro 2. CARACTERÍSTICAS DEL DINERO
bautismo. El dinero estéril puede volverse antinaturalmente fértil
Tipo de valor Valor de uso Valor de cambio cuando se lo transfiere a los dominios de Dios y es sellado con
Objetivo de la Satisfacer Ganar dinero como sus propiedades dadoras de vida.
circulación necesidades naturales un fin en sí mismo La eficacia y racionalidad del acto mágico parecen entenderse
Medios para hacer a través de una comparación entre las relaciones observadas de
Características del Medios de más dinero (medios similitudes y diferencias en esferas separadas de existencia, y el
dinero intercambio como fines; capital) rito se utiliza para manipular y transmutar las relaciones de
C­D­C D­C­D' diferencia en relaciones de similitud.
Natural No natural
Estéril Fértil Natural Antinatural
animal D
Nota: D = Dinero; D' = Dinero más intereses sobre ese dinero, o seá, capital.
cría D'
propiedades funcionan para asegurar el propósito original de la
sociedad ideal: "restablecer el equilibrio de autosuficiencia La cría es el producto natural del animal, mientras que el aumen­
de la naturaleza", según plantea Aristóteles. Son diferentes por­ to de capital (D') es antinatural.
que es propiedad natural de los animales crear más de su misma La analogía negativa (la comparación de la diferencia) pue­
especie, mientras que por naturaleza el dinero. es estéril. den solucionarse y sujetarse a la comparación de la similitud
Las analogías entre los animales y el capital y entre el dinero (anafogía positiva) por medio del rito bautismal:
.1
y el capital, también están basadas en un conjunto de similitudes
y diferencias. Por ejemplo, el capital se reproduce, al igual que bautismo del niño/a bautismo ilícito del dinero
los animales; pero mientras que una cosa es natural, la otra es tcgitimaciÓn y crecimicnttl­ dcslcgirimacíon y crecimiento
antinatural. De igual forma el dinero, en el paradigma de los
valores de uso, es similar al dinero como capital, pero mientras ··'~"l'ti:C.·,•
Así y todo, la transferencia se logra mediante un rito ilícito
que t!I primero es estéril, el último es fértil. ·.;7'\~~11:'''"·' aplicado al dinero, y ese rito es un sacrilegio, que priva a un
Por lo tanto, la tarea que enfrentan los habitantes de la zona infante de recibir la santificación y el respaldo que es necesario
de las plantaciones en el austral Valle del Cauca, es la de poder para el cumplimiento del potencial humano. Así, aunque el
explicar, y en algunos casos llevar a cabo, la transformación de dinero se puede convertir en capital qut: produce intereses, el
las propiedades de similitud en las de diferencias, y las de hecho está considerado como algo sobrenatural y al mismo
diferencias en las de similitud. Deben explicar cómo las carac­ tiempo antinatural. El dinero no puede lograr esto por su cuenta,
terísticas que antes eran una propiedad exclusiva de los animales porque no es una facultad inherente a él. Se le debe activar desde
se atribuyen ahora el dinero, cuya propiedad natural es la de lo sobrenatural, y la única manera de realizar esta activación es
permanecer estéril. Deben explicar la transformación del dinero ilegal y va contra las normas de la cultura. El capital se explica
en capital que produce intereses, y la conversión dt: los valores así en términos que lo revelan como antinatural e inmoral. El
de uso en valores de cambio. paradigma analógico basado en una orientación de valores de
Esto se hace mediante el rito ilícito de bautizar el dinero. El uso se puede restructurar por medio de medios sobrenaturales,
dinero no bautizado o natural no t:s y no deherfu ser capital: no pero a pesar de cualquier restructuración, el significado original
puede y no debería producir intereses en la forma en que el de la economía de valores de uso aún se sostiene,
capital o los animales se reproducen. El dinero puede lograr esta
176 MICHAEL T. TAUSSIG EL BAUTISMO DEL DINERO 177

EL CONTRA TO CON EL DLA.BLO Y LA MAGIA fertilidad. La analogía entre los animales y sus crías por un latío,
DE LA. PRODUCCIÓN CAPITALISTA y el dinero y como creador de dinero, por el otro, es tótalrnénte
antinatural a los ojos de Aristóteles: antinatural más especial­
En el caso_del contrato con el diablo realizado por los trabajado­ mente en cuanto que la forma estéril natural del dinero está
res asalanados de las plantaciones con el fin de aumentar la fundamentada en la actividad productiva ­"en todo su sentido"­
producción, se entiende que el dinero ganado es estéril. Sólo se mientras que la forma fértil del dinero no lo está. Sólo en su forma
lo puede gastar en artículos de lujo, que deben consumirse de naturalmente estéril "el dinero se atiene a su. proposito original:
inmediato; si el dinero se invierte en la tierra, ésta no dará frutos, restablecer el equilibrio de autosuficiencia de la naturaleza:'.'. De
si se compra un animal para engordarlo y venderlo, el animal ahí que los valores de uso, el dinero como una forma neutra de.
morirá. Además, los cultivos que se trabajan bajo un contrato intercambio, el equilibrio de autosuficiencia de la· naturaleza y
con el diablo también morirán: la soca de la caña de azúcar, por la productividad en .su sentido más amplío, están relacionados
ejemplo, cesará de nacer y de crecer. Así, en este caso, aunque intrínsecamente y se necesitan entre.sí.
la producción del proletariado pueda crecer, el dinero no será Lo que sigue es un.conjunto de analogías positivas y negativas
fértil; de hecho, estará cargado de infertilidad (la antítesis del que pueden derivar de este punto de vista:
dinero bautizado).
¿Qué significa esto? Desde un punto de vista, se puede : dinero capacidad productiva :
explicar por el hecho de que el contrato se lleva a cabo con la Capital· destructiva
antítesis de Dios: el diablo. Pero se puede cavar más hondo detrás
de los símbolos y revisar un poco más las distinciones de . Por lo tanto, el problema que enfrenta la gente de esta cultura
Aristóteles y Marx. Aristóteles hace IJ conexión entre la produc­ es el de explicar y llevar a cabo la" inversión de estas analogías
ción y las diferentes formas del dinero, de la siguiente manera: naturales, puesto que el hecho empírico de la cuestión es que fa
producción se puede mantener y acrecentar dentro de la esfera
Aquí tratarnos de definir lu riqueza y el hecho de hacer dinero de de la producción capitalista. Al hacer la inversión tenemos lo
diferentes maneras; por un lado la riqueza verdadera, Je acuerdo con :~·'''~"'~;<:·: . siguiente:
la naturaleza, que corresponde a la administración del hogar, pro­ '·~'<i'°~;;;~~'><~'·.
ductiva, por el otro, hacer dinero, lo que carece de un lugar en la
dinero destructivo
naturaleza, que corresponde al comercio y que no produce mercade­
rías en todo el sentido de la palabra (1962: 43). capital productivo

Aquí, la antítesis entre el dinero como simple medio de . En el contrato con­, el diablo, la inversión se realiza y se
intercambio y el dinero como capital, se equipara con el contraste explica: a través de la intervención de. esta fuerza maligna y
entre las mercaderías y actividades productivas y no productivas. destructiva, se puede incrementar la producción en las ptantacio­
En realidad, para Aristóteles el contraste es aún más marcado nes de azúcar dentro de las relaciones capitalistas. Al mismo
que esto, dado que el hacer dinero, o capitalismo, es esencial­ tiempo, como muestra la analogía con tanta claridad, ~! salario
mente algo destructivo p:iru la economía natural o de familia: es ganado es improductivo: mata todo lo que con él se compra, a
destructor del interjuego recíproco de las fuerzas naturales que menos que se trate de artículos de lujo quc se consuman de
son responsables de la producción y el crecimiento. inmediato. El conjunto natural de relaciones que se deberían
Así, la referencia inicial a las características de esterilidad v obtener de acuerdo con el paradigma de los valores de uso, se
fertilidad del dinero como un medio de intercambio, se ubica e~ puede transformar en relaciones capitalistas que desafíen las
el contexto de la producción y de un sentido rn::ís profundo de la analogías de los valores de uso. Pero estas relaciones capitalistas
178
M[CHAEL T. TAUSSIG EL BAUTISMO DEL DINERO 179

no_se consid_eran ni naturales, ni buenas, puesto que necesitan de El modo de razón analógica de que ya hablamos, parece
la intervención del diablo.
usarse más prolífica y conscientemente en Ias culturas guiadas
por una economía de valores de uso, y como SJ. Tarnbiah explicara
tan elegantemente en su interpretación de la magia Zande, el
CONCLUSIÓN conocimiento de su lógica y su sistematización, disipa las con­
fusiones peyorativas que están implícitas, cuando tales creencias
Las supersticiones d~l Valle del Cauca que nos ocupan, esto es, se sujetan a los cánones de validez que están corporizados en la
el contrato c?n el diablo y el bautismo del dinero, se revelan moderna mitología positivista y en la filosofía social utilitaria
como c:ee~c1as que respaldan sistemáticamente la lógica de la (1973). Si11 embargo, en lo que Tarnbiah se queda corto; es en
ccntradiccíón entre el valor de uso y el valor de intercambio. Al no haber considerado el sistema metafísico subyacente, del que
hacerlo, estas creencias son idénticas a los postulados básicos de extraen su significado los términos de tales analogías. Aunque
la economía aristotélica, a la doctrina dominante de Ja economía ya representa un gran servicio haber demostrado cómo se pueden
postulada p~r. Aquinas y otros de fines de la Edad Media, y son postular conexiones e influencias aparentemente fantásticas en­
pre~1~as básicas del marxismo. Estas supersticiones no son tre fenómenos, sosteniéndolas en las propiedades puramente
vest1g1o_s confu_sosderivados de una era anterior donde la vida formales de un conjunto analógico, la ontología .indígena tam­
campes1~a o la mfl~encia de la Iglesia estaban más intactas, sino bién se debe tener en cuenta. Al subrayar las característícas
fo~mula~:ones precisas que trasmiten una crítica sistemática de formales de la racionalidad analógica, nos da una comprensión
l~ mtrusíon del modo de producción capitalista. Como se mani­ de la precisión sistemática que estávinculada con los modos d.e
fiesta en estas creencias, la sensibilidad ante la distinción entre explicar que no está basada únicamente en el paradigma de ~ausa
el valo~ de us~ y el valor de intercambio no es resultado de la y efecto. Pero esto no nos lleva mucho más allá del análisis del
nostalgia o de 1de.alesmomificados de los días en que florecía el siglo XIX, de Tylor y Frazer, quienes expusieron sus logros
modo de producción campesino, ni se puede explicar únicamente intelectuales y también lo que consideraron el error fatal: vincu­
como resultado de la coexistencia de cierta producción campe­
s1_na con el modo de producción capitalista en desarrollo; tam­ ~­··
.....
···:­C:'."';~'::' lado con las fórmulas analógicas de la magia: esto es, el error,
si se tomaran estas fórmulas como medios instrumentales para
bién se deb~ al hec~o de que la "economía de barrios bajos" de adquirir algún bien concreto. Pero si no supeditamos estas fór­
los campesinos recientemente urbanizados es íaualrnerne una mulas a la exigencia moderna de explicar tales cosas a partir de
economía basada en un mayor grado en las p~ácticas de los su utilidad, entonces no es una ciencia errónea sino una afirma­
valores de uso. ción sobre el significado del mundo lo que confrontamos en estas
El paradigma de racionalidad implícito en estas formulacio­ expresiones mágicas. Evans­Pritchard habló en contra del reduc­
nes depende e_n gra_n m~dida de la razón análoga. Las explica­ cionismo psicológico y el utilitarismo de Tylor y Frazer, dicien­
c~orn~s analógic~s 1_~pl1can una versión de lo no familiar en do que las fórmulas mágicas no son hechos psicológicos sino
terrmnos de.'º familiar, y el modo de razonamiento analógico sociales, cuyo verdadero valor radica en el lenguaje de las
que se cucsti~na aq~í es esencialmente holístico y dependiente relaciones sociales y en el legado ineludible de la cultura (1933).
del he~ho de identificar las cosas por sus relaciones con conjun­ Para parafrasear et famoso aforismo de Durkheim relativo a la
tos n_ias grandes. Por otro lado, e! paradigma causal que tan religión, la magia es la sociedad que se hechiza a sí misma.
concienzudamente ha penetrado en las modernas ciencias socia­ Volviendo a las analogías que constituyen creencias mágicas,
les de Occidentc,,Y en la corriente principal de lo que se llama tenemos por lo tanto que preguntar: ¿por qué, en primer lugar,
pensamiento occidental desde el si¡.do XVII, es esencialmente ciertas propiedades, y no otras, se consideran relacionadas ana­
atornistu "j reduccionisra; define la identidad pu1 la cosa misma lógicamente? Aunque podemos marcar la relación analógica
Y no por la relación con el contexto de que tul cosa es parre. entre dinero y capital, por ejemplo, y demostrar c:I problema y la
180 MICHAEL T. TAUSS!G EL BAUTISMO DEL DINERO 181

solución a que conduce tal analogía, aún no estaremos sino se consideran separadamente de todo el conjunto analógico, cada
apuntando a un conjunto de supuestos, cuyo significado en uno de ellos posee una variedad de connotaciones •. Así, el
última instancia se apoya en una base distinta de las presentes en significado específico de cualquiera de los términos dentro de la
las propias reglas de razonamiento formal. A esta base se le ha estructura total, depende del conjunto total de. relaciones. Esto
de encontrar en la metafísica y en la filosofía social del grupo en quiere decir que la importancia de los términos individuales no
cuestión, y en este caso específico, una dimensión importante de es resultado de su significado como términos aislados, desconec­
esa filosofía está transmitida en el paradigma de la economía de tados de otros aislados. Más bien son términos relacionales que
valores de uso, en tanto y cuanto dicho paradigma transmita el corporizan el significado establecido por el conjunto de relacio­
significado de la mercantilización y la concretización, nes de la que cualquier término forma parte. Las cosas son rela­
El modo de razonamiento analógico es obligatorio en las ciones, y son más ontológicas que lógicas.
economías de valores de uso, porque las cosas no se ven como Una analogía selecciona una variedad de posibilidades con el
sus factores constitutivos sino como las corporizaciones de redes fin de que una resulte persuasiva y significativa. En los ejemplos
que guardan una relación entre sí. Las cosas interactúan por los del Valle del Cauca, el significado tiene que ver con las precon­
significados que comportan, significados transitorios, sensorios, diciones sociales de crecimiento e intercambio. Ésta no es una
interactivos, animados­y no por los significados de fuerza física, ciencia de las cosas, sino una ciencia de la retórica, cuyo medio
prisioneros en la celda privatizada de la cosificación encerrada son las condiciones y relaciones sociales que están amenazadas
en sí misma. con transformarse en cosas. ·
Los tipos de analogía que se tomaron de los ejemplos extraí­ Los términos individuales no se toman en cuenta atomística­
dos del Valle del Cauca son interesantes en el sentido que la mente. No se atienen al paradigma corpuscular newtoniano o a
relación de causa y similitud entre los términos aislados que lo que A. N. Whitehead llama una filosofía de relaciones exter­
forman estas analogías, dependen del conjunto total, y no se dan nas. En cambio se atiene a una filosofía orgánica de relaciones
en los términos mismos. El concepto de "causa" vinculado con internas, donde cada uno de los términos por separado corporiza
'':'t''t•'.t:~':; .
esto no es el de causalidad mecánica, sino el de patrón, asocia­ ­­"·~ . ....,.. . el conjunto total de relaciones de la que se parte (Whirehead,
ción y propósito. Nada más que una inmensa confusión puede 1967: lll­18; O liman, 1971: 27­42).
resultar de supeditar este concepto al paradigma mecánico de Para decirlo brevemente, la doctrina metafísica de las relacio­
fuerzas interactuantes, lo que es similar a hacer rebotar bolas de nes externas es t:l fundamento del método analítico y reductivo;
billar o a engranar ruedas dentadas; de ahí que al ser presentada en este método, las explicaciones analizan cualquier fenómeno
bajo tales formas de razón, la óptica de concretización las con­ dado por sus componentes atomísticos supuestamente irreducti­
sidera irracionales. Al describir las propiedades del siguiente bles, y termina por ilustrar las leyes matemáticas de causa y
tipo de analogía, que es el mismo tipo que tocamos antes, Hesse efecto que supuestamente están. entre estos átomos, lo que en
señala que las relaciones de similitud en un nivel horizontal son suma constituye la totalidad del fenómeno. Esta doctrina es
dependientes del particular sentido establecido por las relaciones básica en la tradición cartesiana y en la visión de la naturaleza
verticales (1963). que Galileo, Descartes y Newton le inculcaron a la ciencia
moderna y al positivismo en su curso exitoso. Aunque desesti­
padre estado madas por los físicos teóricos desde principios del siglo XX, estas
­­­
hijo ideas continúan aportando las bases de las ciencias sociales
ciudadanos
modernas y de las ideologías populares de Occidente que se
Además, las mismas relaciones verticales no son causales en refieren a la sociedad. Dos de sus particularidades nos concier­
ningún sentido específico e, incluso, si los términos individuales nen: primero, como dice Whitehead: "El carácter de cada una de
estas cosas fundamentales se concibe así como su propia califi­
EL BAUTISMO DEL DINERO 183
182 MICHAEL T. TAUSSIG

cación particular. Tal existente es comprensible en completa hecho que es intrínseca a la ciencia moderna y la teoría econó­
desconexión de cualquier otro existente del mismo tipo: la mica, donde se sostiene que "la economía es enteramente neutral
verdad fundamental es que para existir no requiere otra cosa que entre los extremos; que en tanto y cuanto el logro de cualquier
a sí mismo" (1967: 113). En otras palabras, el significado o fin dependa de medios escasos, es affn.a las preocupacionesdel
identidad de una cosa se da sólo en sí misma, más que en el economista. A la economía no le preocupan los fines como tales"
contexto del que es parte. Segundo, como también señala White­ (Robbins, 1935: 24).
head. a causa de la descontextualización,las relaciones entre Nada podría estar más lejos de la teoría económica y del
las cosas (y los cambios de cosas o de sus relaciones) se conciben comportamiento de los campesinos y de los peones del campo
como algo externo a la cosa misma. Estos conceptos requieren del austral Valle del Cauca, para quienes la economía está
del auxilio de un tipo de deísmo y fetichismo, que es como absolutamente relacionada con los fines. Ya sea económica o lo
Newton mismo conceptual izó el cosmos de las cosas, que de otro que fuere, Ja razón es para ellos mucho más que la mezquina
modo hubieran sido atomizadas. preocupación con la máxima coordinación de medios escasos
El fetichismo inherente a las creencias del Valle del Cauca.. para alternar fines. En cambio, la razón es aquello que corporiza
surge de una metafísica y de un conjunto de precondiciones las condiciones de la existencia objetiva. Su comprensión de la
sociales bastante distintas. En la epistemología campesina y de razón capitalista y la praxis que ésta corporiza, los lleva a sacar
la clase trabajadora, los términos o cosas individuales se concep­ · en conclusión que el sistema es contrario a las leyes de la
tualizan como los "momentos" de Hegel: cada uno expresa la naturaleza, que es maligno y fundamentalmente destructivo para
totalidad de lo que es su manifestación. Las cosas contienen las condiciones de existencia objetiva. •
la totalidad dentro de sí mismas, por así decirlo, y se les puede Supeditar su razón a la instrurnentalidad de medios y fines, y
ver casualmente, actuando sobre otros componentes bajo la vaciar a la formalidad de las analogías consideradas separada­
influencia de éstos. Pero para nosotros son de interés más que mente de sus contenidos y propósitos, no es más que apresurar
nada como cifras y signos que hacen eco del significado del la muerte de esas condiciones. Una sociedad o comunidad carn­
sistema qui: la sociedad forma con ellos. . :''.~::f.!":"': . " pesina puede verse involucrada en la producción de bie.nes de_
··'''·•1'­1._.........~ .. ­ ...
También elegí (y realmente me vi obligado a ello) interpre­ consumo, pero esto no tiene forzosamente que constituirla en una
.''·1>'<'l8*~f~'é:··~­ cultura esencializadu. Una comunidad puede verse afectada y
tarlos en este sentido, en vez de ver un mundo de átomos nadando ,:Í'!~~<·:,.
mecánicamente en los vapores etéreos del tiempo y el espacio.
• c
controlada por el mundo capitalista más amplio, pero esto en sí
El marxismo mismo descansa en una apreciación aguda de dicha mismo no hace necesariamente de dicha comunidad una réplica
perspectiva (cf., Ollrnan, 1971), aunque esto se ignora habitual­ de la sociedad más amplia y de la economía global. Los intentos
mente, porque los intérpretes posteriores entendieron que su idea de interpretar las formaciones sociales precapitalistas mediante
del materialismo era la misma que la de la ciencia burguesa, lo que Polaniu llamó nuestra mentalidad mercantil obsoleta, son
mecánica y empírica. ejercicios desafortunados en un etnocentrisrno ingenuo, que en
Como conclusión, vale la pena repetir que aunque las estruc­ realidad ni siquiera es aplicable a la sociedad mercantil misma,
turas analógicas pueden invertirse y las relaciones se pueden sino que es simplemente una réplica de su apariencia.
transformar, en los ejemplos tomados en el Valle del Cauca,
donde un modo de producción está desplazando a otro, la ética
y la razón del valor de uso se siguen manteniendo. Las metafísi­
cas que subyacen en el modo analógico no se han repudiado,
aunque hoy en día los campesinos casi no poseen otra cosa que
su fuerza de trabajo abstracta. Las analogías no son neutrales, a
pesar <le la influencia neutrulizudoru de la distinción de valor de
Parte III

LAS MINAS DE ESTAÑO BOLIVIANAS

Ellos no conocían el poder inflacionario del


dinero; Su moneda era el Sol que brilla para
iodos, el Sol que a todos pertenece y que a iodo
ha,ce crecer, el Sol sin inflación ni deflación: y
nQ esos sucios "soles" con que se le paga al
peón (quien le mostrará sus ruinas por un sol
peruano). Y durante iodo el Imperio comían dos
veces por día.
Los [inancistas no fueron los creadores de sus
mitos. ·

ERNE!>"TO CARDF.NAI~
"La economía de Tahuantinsuyu"

... ····::;.:.:~·t~::' . · · ·
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8. EL DIABLO EN LAS MINAS

En el tiro de las minas .de estaño que se encuentran en las


montañas de alrededor de la ciudad de Oruro, Bolivia, los'
mineros tienen estatuas que representan al espíritu que es dueño
de las minas y el estaño. Estos iconos, conocidos como el diablo
o el Tío, pueden ser tan pequeños como una mano o tan grandes
como un ser humano. Tiene el poder de la vida y la muerte sobre
las minas y los mineros, quienes hacen ritos de sacrificios e
intercambio de ofrendas al espíritu que representan los iconos;
la manifestación contemporánea del poder precolonial de la
montaña (Nasn, 1976: 27; Costas Arguedas, 1961, 2: 303­304).
El cuerpo está esculpido con mineral. Lás manos, rostro y
piernas están hechos de barro. A menudo, los ojos se forman con
trozos brillantes de metal o focos de luz de los cascos de los
mineros. Los dientes puederrser de vidrio o de cristal, afilados
como clavos, y la boca está entreabierta, a la espera de las
ofrendas de coca y cigarrillos. Las manos están extendidas para
recibir al licor. En la mina "Siglo XX", el icono tiene un enorme
pene erecto. El espíritu también puede tener la forma de una
··:W!,t~~­<,:.•
aparición: un gringo rubio, harbado, de cara roja, con sombrero
.: '
..":'.·~~,;:.·,: ..
vaquero, parecido a los técnicos y administradores que controlan
las decenas de miles de mineros que extraen el estaño que, desde
fines del siglo XIX, ha hecho de Bolivia un satélite del mercado
mundial del consumo. También puede tomar la forma de un
súcubo que ofrece riquezas a cambio de la vida o el alma del
individuo (Nash, 1972).
Sin la buena voluntad de este espíritu, que se gana por medio
de rituales, tanto la producción minera como la vida de los
mineros corren peligro. En el mejor de los casos, el espíritu
dueño de las minas es extraordinariamente ambivalente, porque
representa la fuerza de la vida y la fuerza de la muerte; a medida
que cambia el contexto político y económico, cambia también
su ambivalencia. Después de los cambios revolucionarios y de
la nacionalización de las minas de 1952, la propiedad personal

!Si
188 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO EN LAS MINAS 189

y privada de los barones del estaño fue remplazada por un torpe cíal, la comprensión y la representación de los espíritus dueños
control burocrático y por una dictadura militar, la que de alguna de las montañas responden más a los motivos y benevolencia
manera, hizo que la lucha de los trabajadores por el control fuera indios que en las comunidades campesinas que no están tan
más ardua y crítica de lo que había sido en los días de los barones alejadas. La ambivalencia de los espíritus dueños está siempre
del estaño. Desde el golpe militar de 1964 se suprimieron los presente, pueden por igual hacer daño o ayudar, pero el inter­
ritos de los mineros al espíritu dueño de la mina. Afirmando que cambio ritual de ofrendas puede canalizar esta ambivalencia
impiden el progreso, algunos mineros creen que es mejor olvi~ hacia una salida favorable.
darse de los ritos. Otros dicen lo contrario, y sostienen que el Únicamente en las minas, montañas apanaladas de organiza­
gobierno suprimió los ritos porque éstos mantenían la solidari­ ción capitalista, el espíritu dueño parece ser predominante y
dad entre los proletarios y el alto nivel de conciencia revolucio­ activamente maligno. Allí, los ritos para el espíritu dueño son
naria, por la que son famosas, las áreas mineras. necesarios y frecuentes; sin embargo, los mineros están constan­
Cada cambio en el modo de producción y cada nuevo desa­ temente al borde del fracaso, a pesar de los ritos propiciatorios.
rrollo de lucha política, le agrega· nuevos significados y trans­ Hasta comienzos de la década de 1950, bajo el control persona­
formaciones a la simbolización y comprensión del espíritu dueño lista de los barones del estaño, como Simón Patiño, los ritos de
de la naturaleza. En las comunidades campesinas de la altiplani­ los mineros tenían un alto grado de legitimidad; Patiño mismo
cie andina, donde individual o comunalmente los labradores ejer­ participaba de algunos. Después de la nacionalización y la
cen una medida de control real sobre los medios de producción, reorganización de las minas bajo la égida del capitalismo estatal,
los espíritus dueños de la naturaleza difieren de los de las minas, los mineros se vieron expuestos a una situación diferente, con
donde reina el modo de producción capitalista. En las comuni­ contradicciones nuevas, como parte­ <le la nación boliviana,
dades campesinas, también, los espíritus dueños tienen el poder teóricamente compartían la propiedad de las minas, en sus sin­
de la vida y la muerte sobre los seres humanos y sobre los dicatos izquierdistas se luchaba continuamente por este derecho;
recursos. Especialmente importantes son los espíritus dueños de sin embargo, la administración cotidiana del proceso laboral y
·:·'.,.,~.,.~·
"'..S~·:tc:';~·.·
las montañas, a quienes se personifica con frecuencia, aunque .. la reivindicación real por la distribución de la riqueza minera, no
nunca se les erigen esculturas: ellos no tienen el carácter activa­ pasaron por sus manos, y la dominación burocrática, en algunos
mente maligno del espíritu de las minas, y los ritos en su honor aspectos, puede haber empeorado la situación. Ciertamente pa­
son mucho menos frecuentes. En la vida campesina, los espíritus rece haber hecho su empeño aún más arbitrario y más anónimo,
dueños de la montaña se corporizan en iconos naturales, tales y la violencia sangrienta del estado contra ellos no ha cesado en
como los riscos o los cantos rodados, cuya vitalidad y entereza lo absoluto. Con la mente en este desarrollo histórico reciente
garantizan la vitalidad y solidaridad de la comunidad que reside uno percibe con mayor agudeza las transformaciones y la ambi­
en las laderas montañosas. Los ritos de sacrificio v de intercam­ valencia que marca la figura del diablo dueño de las minas, el
bio de ofrendas para los espíritus dueños de la montaña ejempli­ Tío. "Todo aquel que juega con el Tío se transforma en un
fican y ratifican estas creencias: garantizan el suave ílujo de la demonio", dijo la mujer de un minero a fines de la década de
producción, cuyo objetivo principal es la autosuhsistencia, y 1960. Las mujeres se mostraron especialmente pre juiciosas fren­
existen fundarnerualrnenre fuera del intercambio mercantil capi­ te a los cambios organizativos, la mecanización y las críticas
talista. Al alimentar al espíritu de la montaña, los productores severas contra sus rebuscos minerales, La misma mujer dijo:
campesinos se asegur;in que los espíritus de la montaña los
alimentarán a ellos. Los intercamhios de ofrendas con los espí­ Por lo tanto, ya no le consultamos más al Titilo (tiíto querido). Antes
ritus garantizan que ellos les van a corresponder con dones de solía aparecerse, pero ahora no puede. Está completamente acabado
vida para los campesinos. En las comunidades que están relati­ y no puede. Es en vano que hagan el ch 'al/a (ritual) para el Tío.
varnente aisladas del mercado comercial y Je la cultura comer­ Nosotros lo hicimos con piedras grandes que contenían metal. Se
;j
­.': . :,
.·.;1

190 MICHAEL T. TAUSSIG EL DCABLO EN LA.S M[NAS 191

.:¡
parecía a una persona que fumaba su cigarro, igual a nosotros •. Jos administradores y del trabajador realmente alienado, típico
Después que terminaba el cigarro, masticaba coca, masticaba con las de la industria moderna. Los mineros consideran que son ellos, 1
1
mujeres de sus bolsas de coca. Nosotros solíamos presentamos ante y no Jos administradores, quienes entienden a la mina y se
el Tío con nuestros rebozos de seda. Solíamos hacerle consultas. preocupan por ella. En la autobiografía del minero Juan Rojas, '1 1
Tocábamos el metal de sus manos. Era hermoso, como azúcar en surge con notable claridad que a los mineros les preocupa la vida i
11
bruto (Nash, 1976: 81). de ia mina como. si fuera una entidad viva, por así decirlo. Del
relato detallado de Rojas, el lector. ve y siente, una y otra vez, 1
Al igual que los mineros europeos de fines del Medioevo y que el trabajo del minero es un proceso de empatía con la mina, 1
1
principios de la era moderna, los mineros bolivianos hoy en día que la alimenta al mismo tiempo que la excava; se ven forzados
le atribuyen a.la mína una vida orgánica y espiritual. Tienen que por la jerarquía administrativa a luchar con la pared rocosa y a !
entender el metabolismo de esta vida y trabajar con él, y para odiar el trabajo que les destruye los pulmones y les acorta la vida,
hacerlo, deben sobre todo realizar intercambios. Esto se logra pero, al mismo tiempo, se preocupan por la mina. Su actitud
por medio de un ritual que dramatiza el intercambio y da a su implica algo más ·que respeto: es reverencial, y surge de la i
sígníficado específico un buen nivel de comprensión. interacción de la que dependen los mineros .. Este sentido de 1
Antes de la nacionalización, los salarios se compartían entre mutualidad es una práctica que se vive cotidianamente, de co­
los diez o quince miembros de una cuadrilla de trabajadores, participación con otros trabajadores en una empresa altamente 1

'
quienes estaban sujetos a contratos que se basaban en la cantidad riesgosa que requiere de la confianza común y de una buena
de metal excavado. Después de la nacionalización, las cuadrillas coordinación. Es también la sensibilidad de la coparticipación
se desmembraron y se formaron unidades de dos personas, y los con los modos mismos de la mina. Este sentido de afiliación con
salarios se fijaron por metro cúbico excavado y no por la cantidad la mina viene de la experiencia y de las habilidades que se ganan
de metal extraída. Hasta cierto punto, la intensa solidaridad del afanosamente frente a la pared rocosa, a medida que se introduce
pequeño grupo de trabajo fue remplazada por el sindicato nacio­ gradualmente en el metabolismo de la mina (Rojas y Nash,
nal de trabajadores, la Central Obrera Boliviana, pem :.:~.>put!s · · ·'.'7~:'.':':'' 1976).
·····~'.·"'' Joseph W. Bastien describe una sensibilidad similar por parte
del golpe militar y la toma de las minas en 1964, e! sindicato
perdió buena parte de su poder. Actualmente, los trabajadores ··<:·:,;(~··"··· de los campesinos del norte de Bolivia hacia las montañas en que
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no tienen ni la fuerza de sus antiguos grupos de trabajo, ni la del habitan. Esta gente dice estar unida porque sus comunidades
sindicato monolítico. corresponden a partes diferentes, pero entrelazadas de la monta­
De conformidad con la estructura de pagos y la organización ña, a la que consideran como un cuerpo humano. Trabajan con
del trabajo anterior a la nacionalización, los ritos de los mineros las tierras de la montaña; la montaña les da la vida; alimentan a
para el espíritu dueño de las minas y el estaño, llevado a cabo la montaña con ofrendas rituales y le dan vida e integridad.
todos los martes y viernes, acentuaba el deseo de mineral y la Mientras que ellos sostienen su vida, la montaña les sostiene la
mitigación del peligro. Ahora los ritos han sido prohibidos por suya (1978: 190­191). Es este sentido de reciprocidad entre el
la administración, pero los mineros persisten en realizarlos (aun­ trabajo, entre la gente y entre las personas y la naturaleza, lo que
que en una escala muy reducida), aun cuando el grupo primitivo se cumplimenta con los rituales, aun cuando la producción
de trabajo ya no existe y gana sus salarios por volumen exca­ comercial y el intercambio moderno se oponen a dicha recipro­
vado y no por la cantidad de estaño extraído. A pesar de esta cidad. De hecho, al amenazar su integridad, la producción de
alteración radical en la forma de calcular la paga, los mineros y artículos de consumo y el intercambio mercantil parecen exacer­
sus persistentes ritos continúan relacionados con la vida de la bar extrañamente este sentido de la mutualidad viva.
mina. De acuerdo con una vasta serie de significados inscritos en la
Esta preocupación trasciende el mezquino econornismo de mitología, la magia, y el despertar de los poderes dormidos de la
192 MICHAEL T. TAUSSJG EL DIABLO EN LA.S MINAS 193

naturaleza, se habla a menudo de los productos minerales como rey de la mina. "No nos arrodillamos ante él como lo haríamos
si estuvieran vivos, fulgurantes de movimiento, color y sonido. ante un santo", dice un minero, "porque eso sería sacrílego"
Se puede decir de ellos que fluyen como el agua, que se mueven, (Nash, 1972: 226). El padre Monast, quien trabajó en Bolivia,
duermen, que son puros, hermosos, que crecen como una papa, nos dice que los mineros le prohibieron al obispo de Potosí
que son como el azúcar en bruto, suaves, que gritan en las celebrar misa en el interior de la mina. Como cualquier otro
profundidades de la tierra. La esposa del minero, a quien citamos sacerdote, al obispo se le considera enemigo del Tío, y su
antes, describe cómo la Virgen del Tiro está arriba del oro, en el presencia podría provocar la desaparición del estaño. El Tío es
pozo, y la mujer compara la belleza del metal con el azúcar en Lucifer, el diablo, y la obtención del estaño depende de que se
bruto. Este oro no puede ser movido, aunque él mismo está en Je rinda homenaje. En la entrada de la mina "Siglo XX" se
movimiento." La Virgen detesta que la muevan. Si la movieran, encuentran dos iconos: a un lado, San Miguel; al otro, el Tío
la ciudad de Oruro estaría perdida, porque entonces el agua sobre (Monast, 1969: 100­101). "No debemos decir Jesús, María y
la que ella camina, se la llevaría lejos. Uno debe propiciar a la José y hacer la señal de la Cruz, porque el metal desaparecería",
Virgen, porque de otro modo podría comerse <!,la gente (Nash, dice la mujer que citamos anteriormente (Nash, 1976: 126).
1976: 77­78). En toda la mitología de las tierras altas latinoarne­ De la misma forma que la mina.esta en contraposición con el
ricanas, la Virgen se asocia por lo común con la fertilidad y el poder sagrado del cristianismo, y el Tío con Dios, existe otra
agua, y se la opone a la deidad importante de un varón, asociado contraposición entre el Tío y la Pacharnarna (la Madre Tierra).
con la destrucción y el calor. La antítesis de movilidad e inmo­ El Tío es una figura masculina, monstruosamente tal, como lo
vilidad corresponde a la codicia por el oro y a los peligros de representa su gigantesco pene. Los peligros de la minería pueden
retirarlo del lugar en que se encuentra. Las mismas creencias se hacer que los mineros pierdan su virilidad, y cuando esto sucede,
aplican al oro y la plata en la montaña que San Pedro custodia, le piden'al Tío que los haga potentes corno él.En todos los Andes,
Si se lo moviera de su lugar, la montaña ardería, y el pueblo con la Pacharnama representa la fertilidad, y ella recibe las ofrendas.
ella. Se dice que los vendedores de coca llevan un recién nacido rituales de licor que se riega en d soe lo. Antes de ofrecerle lico.r
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cada Carnaval y lo arrojan vivo al pozo. A cambio, el diablo les ······­:­­­·· al Tío, los mineros dejan caer un poco en el suelo para ella. Dicen
da plata. Este contrato se hacía por medio del mismo ritual de C·.. s;:o~"t~it'PC.,; que cuando ellos achamama (mastican coca), ingieren su espíritu
sacrificio, el k'araku, que los mineros del estaño le hacen con (Nash, 1972: 226). Antes de entrar en la mina, los mineros la
una llama al espíritu dueño de las minas de estaño, el Tío. La saludan: "Buenos días. vieja, no dejes que nada me suceda hoy";
montaña de San Pedro es muy rica en mineral, pero la gente no cuando se van, le agradecen por cuidar sus vidas. Cuando se
puede moverlo para nada. La mina de San José también tiene sienten en peligro, le piden que interceda ante el Tío, y cuando
buen metal, pero la gente dice que está dormido, y que por el. utilizan dinamita, le piden que no se enoje con ellos.
momento no lo pueden trabajar. Esa mina está habitada por Antes que la administración los suprimiera, los ritos para el
muchos espíritus encantados. Tío se realizaban regularmente los martes y los viernes, los días
La mina está encantada, pero se trata de la antítesis de lo que para los ritos de brujería y sus exorcismos en toda América
es un encantamiento cristiano. En realidad, su mismo poder Latina. "Comenzarnos a cha'ulla en las áreas de trabajo dentro
parece derivar de dicha antítesis. Es lo opuesto al mundo de de las minas", explica un minero. "Llevamos estandartes, con­
Cristo; es el del anticristo. En la entrada lle la mina uno puede feti y carteles de papel, todo. Primero empezamos con el Tío.
rezarle a Dios y hacer la serial lle la cruz, pero una vez dentro; Le ponemos un cigarro en la boca. Después derramamos alcohol
nada de esto se debe hacer. Uno ni siquiera puede usar el pico en el suelo para la Pacharnarna. Yo y mi socio lo hacernos, somos
cuando se trabaja cerca del mineral, porque el pico tiene la forma 'políticos'; una especie lle equipo. Regamos el alcohol y después
de la cruz. De hacer lo contrario, se puede perder la veta (Rojas le. damos un poco al Tío. Después sacamos nuestra coca y
y Nash, 1976: 371). Dios reina en la superficie, pero el Tío es el empezamos a masticar, y fumarnos. Servimos licor lle las bote­
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194 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO EN LAS MINAS 195 : ¡
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llas que cada uno lleva. Encendemos el cigarro del Tío y deci­ tencía de los dioses, dueños verdaderos de Ja riqueza de Ja mina. !
mos, 'Tío, ayúdanos en nuestro trabajo. No dejes que ocurra
ningún accidente"' (!bid.)
También es testimonio de los peligros que manifiesta el inter­
cambio desigual y del temor de que el intercambio entre los i
Beben licor, hablan y cantan cosas sobre su trabajo y su mineros y Ja mina está siempre desequilibrado. Cuando el mine­ 1
1

historia política. Enrollan fajas de papel con inscripciones en el ro Juan Rojas nos relata un rito de sacrificio al Tío, efectuado
cuello del Tío y preparan un altar con ofrendas: hierbas, el feto después de un accidente, describe cómo los mineros se ponen
de una llama, y pasteles con dibujos de objetos deseados como, felices (Rojas y Nash, 1976: 366­369). Ellos declaran que ali­
por ejemplo, casas, o animales, o con dibujos de monstruos. A mentan al Tío con todo su corazón para que la mina prospere.
éstos los queman delante del Tío. Entonces se van medio borra­ Los ritos no evitan demasiado los accidentes: se realizan después
chos hasta donde se cambian las ropas, después de lo cual le de ocurridos. Los peligros que corren los mineros representan la :!
hace más ofrendas al Tío, enroscándoselas en el cuello, entre preocupación que sienten por la prosperidad de la mina.
ellas. fojas de papel. · Un compañero de trabajo de Rojas sufrió un accidente serio
Los accidentes son frecuentes y a menudo mortales, y están en 1966. Rojas mismo sintió que la suerte lo había abandonado.
íntímarnente ligados a la malevolencia del Tío y a su propicia­ El ingeniero le negó el permiso de renunciar corno jefe d~ la
ción. Nash cita a un minero que describía cómo cuando los cuadrilla. Cuando su compañero regresó al trabajo, le sugirió a
mineros se asustan, gritan:"¿ Qué haces, Tío?" Después de haber Rojas que le hicieran un rito al Tío. Ambos compraron las
estado a punto de ocurrir un accidente, le ofrecen al Tío licor y ofrendas de azúcar, maíz duro, maíz dulce, cerveza, vino blanco,
coca, y le agradecen haberlos salvado. Cuando hace un año vino tinto, pisco y una oveja. Contrataron a un chaman visitante.
murieron tres hombres en un accidente, los mineros estaban En lugar de permitirle al chaman que le atravesara el corazón
convencidos de que el Tío estaba sediento de sangre. Le pidieron con alambre, lo que lo ensuciaría y mataría, los mineros insistie­
a la administración algún tiempo libre para efectuar un rito. ron en que le cortara la garganta al animal y salpicara con su
Compraron tres llamas y contrataron a un chamán. Los hombres sangre la pared rocosa, en lo profundo de la mina. Más tarde se
le hicieron al Tío una ofrenda de sangre, mientras decían, "[To­ · ,·~.~~~'
. ,,,.~.,., fueron a comer la oveja. El chaman había preparado la mesa
ma esto! ¡No te comas mi sangre!" (Ihid.: 229­230). .. ·,·,~~·:·.· (altar) junto al fuego, con diferentes variedades de golosinas,
Si bien en este caso la causa inmediata para llevar a cabo un azúcar, granos, grasa de llama y seis llamas en miniatura hechas
­ ~"'··~·~~~~;~~~«i.~·n/':'':·­
rito fue un accidente físico específico, los mineros no le rogaron con grasa de llama, queriendo significar que el sacrificio iba a
al Tío que rectificara las prácticas mineras defectuosas, sino que ser equivalente a seis llamas de verdad. El azúcar, que en los
no se comiera su sangre. En las minas el peligro es constante. rituales es lo opuesto a la sal, era para la compañera del Tío.
Los túneles se pueden derrumbar, la dinamita puede causar Después que el pequeño grupo se huho comido la oveja, llegó
daños al explotar y demás. A este peligro real hay que sumarle sin anunciarse un hombre que trabajaba en otro lado. Esta era
el peligro del espíritu dueño, quien representa todos estos peli­ buena señal. Se le dio el nombre de Mullku, que es también el
gros fisicos, porque el Tío es básico para la vida de la mina. El término sagrado que se aplica a los santuarios sagrados terrenales
contacto con los dioses siempre es riesgoso y t!stá viciado de una de las montañas, los.santuarios de los sitios de sus antepasados.
amenaza de muerte. Los sacrificios permiten que los hombres se En quechua, el grupo dijo: "El cóndor ha venido a ayudarnos a
acerquen a los dioses mediante la mediación de la víctima del comer" (los espíritus de la montaña pueden asumir la forma del
sacrificio. De esta forma se puede comprar la paz, pero no puede cóndor). El hombre quería llevarse la carne a su casa y comerla
quedar acordada. El sacrificador puede terminar siendo el sacri­ allí, pero el charnán no se lo permitió. "Tiene que comer", dijo.
ficado. El ruego al Tío de "[Toma esto! ¡No te. comas mi "¡Si no lo hace, la compañera del Tío se lo va a comer!"
sangre!", es un ruego que ilustra esta posibilidad siempre pre­ Asustado, el hombre comió. Cuando terminaron, envolvieron los
scnte. En otro nivel, esta posibilidad es testimonio de la arnbiva­ huesos en lana roja y regresaron a la mina. En la entrada de la
196 MICHAEL T. TAUSSIG EL DIABLO EN LAS MINAS 197

mina rociaron infusiones rituales. Estaban contentos, y decían estaño todavía tenían el control, los mineros le ofrecieron alre­
que ofrecían esa comida de todo corazón; que la mina prospera­ dedor de cien libras del mineral más rico, como parte de. un rito
ría. Entraron en el sitio donde pensaban colocar el corazón y los en el que le sacrificaban al Tío una llama blanca. Acambio, los
huesos. Al corazón lo pusieron en el centro de las golosinas barones del. estaño le regalaban coca, licor y ropas. Es muy pro­
azucaradas y las flores, y arriba colocaron los huesos formando bable que esto provenga de los ritos que tenían lugar antes de la
un esqueleto completo, al que después cubrieron con la piel. En Conquista, entre los mineros y su jefe, el curaca, o el mismo rey
las cuatro esquinas pusieron vino blanco, vino tinto, alcohol, Inca. Hoy en día, los mineros viejos dicen que Patiño, uno de Jos
cerveza, paw paw, y unas pequeñas vasijas de barro. Hicieron más famosos barones del estaño, creía firmemente en el Tío y le
un brindis, "por el recuerdo del sacrificio que le hicimos al Tío". hacía importantes ofrendas (Nash, 1972: 227). La breve descrip­
Entonces, se alejaron rápidamente, sin atreverse a mirar atrás. ción de e·se rito que fue profesado por un minero veterano, tiene
Después de quedarse dos horas en el nivel del elevador, subieron temas que son paralelos a los de los ritos registrados por el cro­
hasta la superficie y continuaron bebiendo hasta que cayó la nista español del siglo XVII, Bernabé Cabo (1890­1895, 3: 345).
noche del siguiente día (Rojas y Nash, 1976: 366­369). Durante el Carnaval, cuando tenía lugar el rito público para
Ese rito es sorprendentemente similar al sacrificio de la llama el Tío y los barones del estaño, también se realizaban dos proce­
que registró Bastien, en su relato de las ceremonias de Ja Tierra siones donde se dramatizaba la historia de Ja Conquista y de la
Nueva, que realizaban los campesinos kaata antes de plantar explotación minera. Estos dramas presentan de manera especta­
papas. A los espíritus dueños del campo, del ciclo de la agricul­ cular el significado.de la minería y di! las relaciones de clase.
cura, de los cultivos y del grupo familiar del territorio, se les En uno de ellos, Mahuari, que era el espíritu de la montaña
alimenta con regalos especiales: coca, grasa de llama, flores, hoy es identificado con el Tío, o diablo de las minas de estaño
incienso y sangre. A la llama se le abraza y se le besa; lo mismo aparece seduciendo a los campesinos virtuosos para que aban~
que decía Bernabé Cobo en su relato escrito alrededor de 1653, donen los campos y entren en la montaña, a buscar los ricos
que los mineros besaban el metal y los instrumentos de fundi­ minerales que guarda en sus entrañas. La gente se transforma en
':':;":;:'­'tt··­' . borrachines disolutos que se dejan engañar .por. la riqueza de la
ción. Se le corta profundamente la garganta, e inmediatamente ..... ...,..._..:~­·
se le extrae el corazón. Mientras que el corazón aún palpita, se ·oe(<i.~'Cll~····
montaña. Entonces aparecen monstruos que se los quieren co­
recoge la sangre y se rocía el suelo en todas direcciones. Los . ·;t,~~~.~~ii~:.:,
mer, pero que son detenidos por un relámpago que envía una
participantes llaman al espíritu dueño de la llama, del ayllu princesa inca, a la que más tarde se identificó­con la Virgen del
(grupo social) y del ciclo de la agricultura: "Recibe esta sangre Tiro. Hoy en día se pueden ver estos monstruos bajo la.forma de
de la llama sacrificada. Danos una cosecha abundante, permite iconos de riscos, dunas arenosas, piedras y lagos. Según Nash,
que nuestros rebaños crezcan, y danos buena suerte en todo. se los debe propiciar durante el Carnaval (y en agosto), cuando
Madre tierra, bebe esta sangre". El corazón de la llama se corta cientos de danzantes se lanzan a la calle, vestidos de diablos
en pequeños trozos, y a cada espíritu dueño se le entrega uno. (1972: 224).
Más tarde, a los participantes más importantes se les ofrece grasa La segunda procesión es La conquista de los españoles, que
de llama. Resumiendo, Bastien escribe: "La sangre del animal tiene lugar el domingo y lunes de Carnaval, en Oruro. También
más preciado del ayllu fluyó a todas las partes del cuerpo del es parte de la celebración de la Virgen del Tiro, identificada
ayllu y vitalizó sus estratos geográficos para producir más vida" como una princesa inca. Nathan Wachtel lo considera como una
(1978: 51­83). clara manifestación del mesianismo andino ( 1977). Los actores
En las comunidades mineras hay dos ocasiones en que se le de esta procesión tienen un guión escrito, que Ena Dargen
realiza un rito al Tío: el l de agosto (mes del diablo), que es registró en su totalidad en quechua y español, en 1942 (Hernando
cuando tuvo lugar el rito que describimos antes y el primer vier­ Bahmori, 1955). Despliega vívidamente el drama de la conquista
nes de Carnaval. Hasta l 952, cuando los poderosos barones del europea: su crueldad. engaños y avidez por los metales preciosos.
198 EL DIABLO EN LAS MINAS 199
MICHAEL T. TAUSSJG
·I
~:j
s.e. subraya e~pecialmente el asombro y la total falta de compren­ destruidos por los españoles en obsequio de los metales precio­ 1
sien del rey_ mea ante las exigencias de oro y plata. El capellán sos y del cristianismo. La nobleza inca le echó una maldición a
de los españoles trata de explicar los misterios del cristianismo Jos metales preciosos, haciendo que desaparecieran. Los hom­
J
Y de persua.di.r al rey inca que se someta al rey de España; el inca bres v mujeres que Jos buscan con su sudor y con rituales en sus 1
responde diciendo que él es el dueño legítimo de sus dominios esco~drijos, enterrados bajo estratos y más estratos de atrinche­
1
Y que no abandonará ni a éstos ni a su religión; le pide al rados simbolismos, colores, mitos, movimiento, sonido, drogas ¡
sa_ce:dote alguna señal de su religión, y le muestra entonces una v sacrificios, deben saber por qué es difícil y qué significa
Bibl1~, q~e arroja al suelo. Enfurecidos, los españoles asesinan
a los indios 7 toman prisionero al rey inca, lo decapitan, y los
persistir. Pero en todo caso, se ven .º?lig~do.s a ello. El Tío. es un
custodio del significado de la sumisión india y de la pérdida de i
1

pueblos andinos son conquistados. Un miembro de la nobleza control sobre Ja vida que reclaman constantemente. Así, por esa '

inca maldice _todo el oro y la plata para que desaparezcan y para misma maldición, los españoles y por ende todos los no indios,
qu.e los españoles se vean obligados a vivir de su trabajo. Una están condenados a perder su poder de explotar el trabajo indí­
pnncesa mea reza: "Padre eterno, deja que venga el joven inca gena, y deberán vivir de su propio sudor y afán. Al mundo
poderoso. [Resucítalo!" Como hace notar Clemente Hernando prevaleciente no se le acepta como bueno o natural. El Inca
Balm~ri en este punto de la narrativa, el primo de Pizarra, líder volverá, y la herencia de Pizarra será destruida.
conquistador, escribió en 1571 que cuando mataron al rey inca Esto es fantasía, por supuesto, pero es de las que P.enetra~ el
Atahualpa, sus hermanos y esposas afirmaron que él volvería a universo andino. También en las comunidades carnpesmas existe
este m~ndo (Ibid.: 46). Al final de la procesión, Pizarra vuelve el mito mesiánico del retorno del Inca, pero en ningún lado, en
a España y le ofrece al rey de España la cabeza y la corona del la sociedad campesina, los espíritus dueños de la naturaleza to­
inc~. "[Oh! general Pizarro", exclama el rey, "¿qué dice usted? man la misma realidad esculpida o la malevolencia activa que el
[Mis órd:nes fueron de no tomar la vida de un gran rey, uno espíritu dueño que vigila la vida agotadora de los trabajadores
quizás mas grande que yo mismo!" Después de un largo discurso asalariados de las minas. Un elemento que no se encuentra en la
sobre 1.a crueldad_y la desobediencia de Pizarra, el rey lo condena vida campesina se ha sumado a la imagen hor~end? del espa~ol
a morir .de la misma forma que el inca, con lo que todos sus y al brillo de los metales pre~io~o~: I~ pr~~etanzac.1ón de los. 1~­
descendientes también serán destruidos. . ;c.5~y, dios asociada con una extrana fetichización de las rnercancias .
El pedido de vida es predominante en los ritos de los mineros ··:"t~'J:<>:<: Estas extrañas fantasías no se escapan tanto de la vida, en
al Tío, espíritu diabólico dueño de las minas de estaño. El deseo cuanto que se oponen a la forma explotadora y fragmentaria que
del mi~eral y la mitigación de los peligros físicos son campo" ha tomado· el evasivo "factor subjetivo" de la conciencia poi ítica
nentes importantes de este ruego, pero únicamente dentro de un se inflama'y se vuelve a inflamar aquí. en mitos de cr.eación y en
propósito más amplio. Con todo, los mineros están constante­ rituales de trabajo que se oponen a la terma que tom? la pro~uc­
mente al borde de ser destruidos. El Tío parece implacablemente ción moderna frente a una forma anterior orgánica. Sigue vivien­
r~suelto a hacerlos desaparecer. Sin embargo, como sugieren los do una visión mítica del pasado que compite con el presente,
ntos para él y como evidencian las procesiones, él coexiste con negando las afirmaciones de normalidad de esta última y sus
un~ historia simbolizada de conquista y minería, cuya maldad reclamos de perpetuidad.
esta cargada con la promesa de revocación. Los mineros aban­ El materialismo histórico, escribe Benjamin, desea retener
donaron la vida campesina para entrar en la economía antinatural esa imagen del pasado que inesperadamente se le aparece al
del trabajo asalariado; ahora, arrancan de las entrañas de la hombre señalado por la historia en un momento de peligro. Este
?1º~taña sus metales preciosos. Sin embargo, su destrucción peligro amenaza el contenido de la trad.ición, y a Ja gente que la
mrrunente está retardada por la acción de la princesa inca, a la sostiene, con transformarse en herramientas de la clase goher­
que agasajan públicamente. El rey inca y el universo indio fueron nante. La lucha política comienza con la determinación de
200 MICHAEL T. TAUSSIG

resistirse a esta intrusión ideológica. En cada era, sigue diciendo,


debe renovarse el intento de arrancar a la tradición de un confor­
mismo que está a punto de ahogarla, es esta memorización
9. LA ADORACIÓN DE LA NATURALEZA
políticamente inspirada, esta historiografía activa, la que los
mineros expresan en sus ritos al Tío y a la vida de la mina. En la
oscuridad de las montañas apanaladas presentan su historia
como Ja ven; un líder del sindicato minero afirma: Los rituales mineros y las esculturas del diablo son formas de
arte. Si aceptamos la sugerencia de Marcuse de que el arte
combate la amnesia de la concretización haciendo que el mundo
Esta tradición dentro de la montaña debe continuarse porque no hay
comunicación más íntima, más sincera o más hermosa que la que petrificado hable y cante contra una realidad represiva, comen­
ocurre en el momento del ch 'a/la, el momento en que los trabajado­ zamos entonces a entender cómo y por qué el arte de los mineros
res mastican coca juntos y se la ofrecen al Tío. Allí dan rienda suelta está informado por su historia, que va retrocediendo a través de
a sus problemas sociales, dan rienda suelta a sus problemas laborales, la vida campesina hasta los tiempos previos a la Conquista.
dan rienda suelta a todos los problemas que tienen, y allí ha nacido Como arte, estos ritos y estatuas dramatizan y moldean e~ signi­
una nueva generación tan revolucionaria, que los trabajadores co­ ficado del presente con las esperanzas de liberarse de él­. Poi'
mienzan a pensar en realizar cambios estructurales. Ésta es su medio de los rituales, Jos espíritus de la naturaleza se alinean con
universidad (Nash, 1972: 231­232). el hombre, y viceversa, en su ayuda. La proletarización de los
campesinos transformados en mineros, y la modernización de
Realizar cambios estructurales, cambiar la sociedad, es hacer los indios, no han llevado a un desengaño del mundo sino a un
histeria, Para hacer historia es necesario retener la imaginería creciente sentido de su destructividad y malignidad, según la
autorizada del pasado, que condena las distorsiones de la huma­ figura del diablo; los titos mineros corporizan e intentan trascen­
nidad que las pretensiones objetivas del presente toman corno der esta transformación; actúan la historia y son rituales de los
normales. Para esto se requiere, corno dice Benjamín, apoderarse .· ":':"'.""l!t:':'. oprimidos, y lo hacen bajo el hechizo de una magia que apunta
de un recuerdo cuando éste destella en un momento de peligro.
­~.,,,.·
¡
­··· a Ja complicidad de Ja naturaleza con el hombre liberado.
·¡:.·.~.,..~~~~¡r,;:_·.·
Porque, como nos recuerda Herbert Marcase, '"Toda ccncreti­ Para los indios de los Andes, la naturaleza está animada, y las
zación es un proceso de olvido'. El arte combate a la concretiza­ :Z.~:~~~~~::'::.~··. personas y la naturaleza forman una unidad intrincadamente
ción, haciendo que el mundo petrificado hable, cante y hasta organizada. Están ligadas entre sí por medio de orígenes comu­
baile" (1977:73). Al final de su autobiografía, dice el minero nes, y se corresponden una a otra. Esta unidad depende de un
Juan Rojas: equilibrio en las fuerzas de la naturaleza y de un equilibrio
complementario en las actividades sociales. Estas reciprocida­
Por ahora sé lo que hago y recuerdo lo que he hecho y sé también lo des se ven con toda claridad en los rituales que tienen que ver
que voy a hacer. Pero para hablar con la verdad. un minero es con el nacimiento, la muerte, los esponsales, la desgracia, la
desmemoriado. Se han perdido los recuerdos de los mineros. De agricultura y las curaciones, Estos rituales ejemplifican simultá­
manera que cuando un minero habla no lo hace con fidelidad. La neamente los principios metafísicos, instruyen a la gente en estos
memoria del minero no está fija. Muchas veces habla y no recuerda: principios y los crean nuevamente. En caso de ser severas y
Si recuerda por un instan le, casi siempre se olvida después. ¿Porqué'! sostenidas, las distorsiones tanto de la esfera natural como de la
Porque el cerebro del minero csl:í perturbado por el crujido de la esfera social, modificarán enormemente la frecuencia, el tiempo,
maquinaria, debilitado por las explosiones de la dinamita y el gas de el contenido y el significado de los rituales, sin modificar nece­
estaño. Esto es lo guc quiero explicar sobre mi situación (Rojas y sariamente la base metafísica subyacente. Este parece ser el caso
Nash, 1976: 478).
201
202 MICHAEL T. TAUSSIG LA ADORACIÓN DE LA NATURALEZA 203

de los extraños ritos de los mineros al diablo. La naturaleza y las núan diciendo que en el concepto de los ayrnará, esta reflexión
relaciones sociales han estado y continúan estando distorsiona­ de la vida humana en la naturaleza no es una relación de causa
das. Ambas están alienadas por el equilibrio que deberían lograr y efecto, sino de analogías (1971). Este modo de comprender las
en condiciones ideales, como a las que se aproximan las comu­ conexiones no se debe confundir con la epistemología que
nidades campesinas contemporáneas de los Andes. Los ritos de subyace en los paradigmas atomísticos y mecánicos de la expli­
producción y de desgracias de los mineros ejemplifican esta cación causal. En cambio, como dice Joseph Needham, es una
alienación y la exigencia de trascenderla. Pueden verse como epistemología que trata de "sistematizar el universo de cosas
ritos de curación, tanto en su sentido literal como en el sentido y eventos en un patrón de estructura, por el cual todas las
metafórico de curar las heridas y contradicciones que le fueron influencias mutuas de su parte estaban condicionadas" (1956:
infligidas a la cultura andina. 285).
La cultura de la Conquista y la cultura indígena se fusionaron, Este patrón de estructura es el patrón del organismo universal;
formando una estructura antagónica de oposiciones. Esta fusión tanto de las relaciones sociales como de las naturales. "Los
es un proceso activo y dinámico de yuxtaposición, reflexión y paralelismos de las esferas humana y natural representan más
creación, cuyas ambigüedades y dualismos manifiestan divisio­ que simplemente la identidad o asociación de elementos desi­
nes profundamente arraigadas en el alma de la sociedad colonial guales", escriben los Buechler.
y neocolonial. Así, el diablo de las minas no es idéntico al dfablÓ . ,, ..
del cristianismo de fines del medioevo, y puede ser por igual un Lo que está relacionado no son tanto las caracteristicas sino las
aliado o un enemigo. Por el mismo juego, según el cual la relaciones similares. Por ejemplo, el aborto está relacionado con el.
superficie de la tierra atrae una obediencia de tipo cristiana, las nacimiento normal, como el granizo está relacionado con las condi­
profundidades de la mina impelen a la adoración del anticristo. ciones climáticas propicias. El aborto no provoca ·granizo. ni el
Los interiores de las minas, oscuros y traicioneros, son bien nacimiento normal propicia la fertilidad de los campos, pero para
conocidos de los trabajadores, quienes sienten que sólo ellos poder lograr un equilibrio de las fuerzas de la naturaleza, se debe
saben realmente cómo trabajar las minas en forma productiva, y mantener una normalidad complementaria de la reproducción huma­
~ . .~,.,,,.,.
.. ~:··:·;::.~~~~:~~··."· · .
­·· .. na (1971: 93).
que los administradores son superfluos y explotadores.
•­7·:?:"~•·!·
La unificación de la persona con la naturaleza, que era la
marca de pureza de la cultura andina previa a la conquista ·:·';);~·~·'·'·· Para los indios andinos que residen en las laderas del Monte
española, al igual que lo es hoy, tiene dos componentes asociados Kaata, la montaña es un cuerpo humano. Sus campos se usan, y
a los que no se debe dejar de lado: un tipo específico de econornja sus diferentes productos se intercambian según las diferentes
política y un tipo específico de epistemología. El anterior es un partes funcionales de ese cuerpo. La concepción de naturaleza y
sistema de producción e intercambio en el cual la gente se compro­ sociedad fusionada en ese solo organismo, es sumamente explí­
mete entre sí mediante los principios comunales de propiedad e cita aquí. A la tierra se le entiende en términos del cuerpo
intercambio: las precondiciones materiales de subsistencia son humano, y al cuerpo humano se le entiende en términos de la
extensiones tanto de la persona como del cuerpo comunal. Esté configuración de la tierra, culturalmente percibida. La tierra
parentesco de recursos, personas y sociedad, encuentra su expre­ forma una gestalt, la gestalt del cuerpo humano. El pueblo
sión y ratificación en una serie de ideas que animan a la natura­ alimenta el cuerpo de la montaña con ofrendas y sacrificios, y la
leza con una persona socia! y una empana de tipo humano. Come) montaña corresponde con alimentos para todo el puehlo. El
observan Hans C. Buechler y J.M. Buechler, los campesinos carácter sagrado de la montaña es dependiente de su totalidad:
aymar:í de las orillas del lago Tiucaca entienríen la relación de de la naturaleza, del grupo social, de la persona, y de las tres
las esferas de lo natural v lo sobrenatural como una mutualidad cosas juntas. Los rituales permiten el despertar constante de la
Un hecho de la vida hu~ana si: refleja en la naturaleza. Conti­ gestalt del cuerpo, y esta gestalt garantiza el cumplimiento de
204 LA ADORACIÓN DE LA NA TU RALEZA 205
MICHAEL T. TAUSSIG

los ciclos del intercambio económico recíproco que une a la del atomismo, el etnógrafo llega inevitablemente a la conclusión,
gente entre sí y con la tierra. con un aire de realismo funesto, de que un sistema tradicional,
Correspondiendo a esta cosmología, la epistemología y onto­ alguna vez intacto, se encuentra ahora en un desorden heterogé­
logía de los habitantes de Kaata no conciben al cuerpo y la mente, neo, como resultado de la aculturación, la modernización, etcé­
a la materia y al pensamiento, como una dualidad. Los kaatanos tera (cf., Tshopik, 1968). Esta conclusión, que depende de los
no son kantianos. "El cuerpo incluye el yo interior", dice Bastien, mismos edictos del individualismo metodológico que han lleva­
"y las experiencias no se perciben dualísticamente como aque­ do la conquista y la opresión a los Andes, exagera hasta el grado
llas de la psiquis y aquellas del cuerpo" (1978: 43). Esto está donde todos pensaban lo mismo antes de la aculturación, y, por
agradablemente ilustrado por el significado de yachay (saber), el mismo mecanismo, exagera igualmente las brechas abiertas
asociado con los ritualistas y con el hecho de tomar coca. Este por la modernización que vendría a· fragmentar la cultura
no es el conocimiento de un mundo exterior a través del pensa­ andina.
miento interior, corno pretende hacérnoslo entender la epistemo­ Es importante notar que las analogías entre el cuerpo humano,
logía cartesiana y todo su legado. En cambio, es "la ornnisapien­ el cuerpo social y la naturaleza, forman un sistema cultural que
cia para entender los secretos del cuerpo de la montaña, en es como un idioma, con su propia autonomía e integridad. Una
términos del cuerpo corporal [ ... J La tierra y los humanos ya no sola persona puede, y a decir verdad debe, habla~ ese idioma;
existen como dicotomías, sino más bien como reflejos sin fin de pero su conocimiento de ese sistema por fuerza es incompleto y
espejos de formas distintas" (!bid: 56). Saber es estar asociado está individualizado. Esto es como la relación que Ferdinand de
con todo lo de alrededor de uno, y es entrar en la tierra y ser parte Saussure planteaba entre "idioma" y "palabra" (langue y paro-
de ella. /e), o lo que Noam Chornsky acuñó entre "competencia" y
De aquí se supone que los ritos de sacrificios y de intercam­ "actuación". Como un sistema de idioma, la cultura se hereda de
bios de ofrendas con los espíritus de la montaña no causan, de generación en generación, y es ineludible. Y como idio~a, la
ninguna manera directa o mecánica, la fertilidad y Ja prosperidad cultura cambia sisteméticamente, y la gente, como seres sociales,
de los campos. Estos ritos despiertan el poder dorrnico de la ...
.'­.­
'".!":'l:' :r>
.......~­­· crean activamente con el legado que les ha sido. transmitido. De
montaña, "no parn controlarlo sino para experimernarlo y estar esta forma dialéctica, el sistema de analogías que se obtiene entre
en situación de intercambio con él" (lbid: 81). En este sentido, el cuerpo humano, el cuerpo social y la naturaleza, nunca es
el intercambio con los espíritus de la naturaleza no es un instru­ completamente fijo o isornórfico. En t~1das .las esf~ras ~cur~:n
mento de utilidad, sino una tautología y un fin en sí mismo, cambios. La cultura andina prueba su dinamismo e imagmacion
renovando los importantes significados que los rituales hacen en la restauración constante de las asociaciones que constituyen
visibles. esta red de analogía, particularmente cuando sele ha distorisio­
Sería igualmente un error elaborar un diccionario de las nado con la intrusión de fuerzas políticas y económicas tales,
propiedades taxonómicas de los espíritus, sin establecer con como aquellas que provocan que las comunidades. cedan a l.os
anterioridad el sistema total de parentesco metafórico que une a blancos tierras y recursos. Como resultado de tales discrepancias
la naturaleza, la sociedad y los espíritus. Como destacan los entre la metáfora de la montaña y la metáfora del cuerpo, dice
Buechler, la identidad no es inherente a las cosas mismas sino a Bastien, "la lucha en los Andes es un intento de eliminar las
las relaciones similares o a las analogías que constituyen las discrepancias entre los términos análogos. Esto brinda una ex­
cosas. El hecho de adoptar el punto de vista atomístico de la plicación cultural para la violencia en los Andes" (1978: 194).
identidad como residente en las cosas mismas, sólo puede causar "Esta violencia constante es un símbolo de la tensión dentro de
el incurrir en el riesgo de retratar tales culturas como misceláneas la metáfora, cuando el pueblo y la tierra no son analogos'' (lbid:
confusas de una mezcolanza de afirmaciones de diferentes in­ 197). John Earls analizó de manera similar el resurgimie~to­ del
formantes. Frente a este resultado inevitable de la metodología mesianismo andino, y lo consideró como una respuesta diaiécti­
206 MICHAEL T. TAUSSIG LA ADORACIÓN DE LA NATURALEZA 207

ca a la antítesis planteada entre la forma indígena y el contenido mucho descubrir en 1972 que el pueblo de Kaata mantenía la
impuesto desde el exterior. La respuesta mesiánica es un medio misma idea de la montaña, como una metáfora del cuerpo
de solucionar ese contenido impuesto y de restaurar las formas humano de su organización social, que la descrita en las leyendas
indígenas equilibradamente (1969). En esta conexión, las versio­ Huarochirí anteriores a la Conquista. Continúa explicando que
nes de Earls y Bastien confirman el trabajo pionero de José María al mantenerse actualmente como un principio organizativo vital,
Arguedas, quien dedicó su vida a explicar el mundo quechua, del este antiguo concepto aportó el espíritu combativo que existía
cual formó parte. Como novelista, etnógrafo y folclorista, des­ detrás de Ja lucha, sumamente exitosa, contra la apropiación de
pleg? ~as implicaciones políticas del cripta­paganismo que ha la tierra (1978: XVII). En términos generales, las instituciones
persístído en los Andes como una respuesta a la colonización por anteriores a la Conquista sobrevivieron porque las comunidades
parte de Occidente. Precisamente por su forma de organización indígenas se las arreglaron para amurallarse contra la intrusión
destructora del alma, los intentos capitalistas y del Estado capí­ de las influencias culturales. Pero también sobrevivieron porque
talista de subyugar al indio, abren nuevos canales para la expre­ la fuerza de la intrusión cultural estimuló una cultura de resis­
sión de la cultura indígena y la resistencia de sus participantes. tencia.
Se mostró especialmente desdeñoso hacia el argumento según el En este sentido, Weston LaBarre escribe acerca de la hostili­
cual las ideologías indigenistas o pro indias de indigenismo dad que sienten los ayrnará, de fa región del lago Titicaca, hacia
pudieran transformarse en herramientas para el beneficio de las el cristianismo: ·
clases gobernantes. Tanto aquellos que abogan por el imperia­
lismo cultural capitalista, como aquellos que le temen, afirmó; Los siglos de cristianisrno nominal no han sino agregadootra mito­
cometen un error, porque están olvidando "que el hombre real­ logía extraña al cuerpo de la creencia aymará. Como pueblo brutal:
mente posee un alma, y que ésta raramente es negociable" (1975: mente oprimido y arnargumcnte explotado, muchos de ellos se han
188). volcado fanáticamente a los símbolos sadomasoquistasde la sangre
que chorrea, y de la figura coronada de espinas en la 'cruz de la
iconografíaibéricamás ex1ravag:rn1e de los tiempos coloniales, y de
EL CRIPTO­PAGANISMO la madre todorniscricordiosa de rostro trágico a la que algunos de
.­.;~;·~~~;¡.;. •· ellos identificancon su propia y antigua diosa de la tierra. Aunque
:\','>~~­~:iftc···•' todos son cristianos,muchos de los aymará, sin embargo, odian a la
A pesar de los cuatro siglos de humillaciones y sojuzgamiento
religión con la misma vehemencia que odian a sus representantes
vicioso, en los Andes aún florecen instituciones previas a la (1948: 171).
Conquista. H. Castro Pozo (1924: 156), José Carlos Mariátegui
(1971), y Luis E. Valcarcet (1967) apoyan lo anterior, cuando
Juan Víctor Núñez del Prado B. se refirió hace poco tiempo
escriben que mientras la realización pública de los ritos que se
ala cultura de resistencia que fue formada por este cripta­paga­
llevaban a cabo antes de la Conquista ha quedado suprimida, los
nismo:
indios, que forman el grueso de la población de Ecuador, Paú y
Bolivia, aún los realizan con gran fuerza, subrepticiamente o
Encontramos que el mundo sobrenatural tiene características muy
bajo la máscara del catolicismo. Herrnan Trimborn afirma que
similaresa las que tenía durante el Imperio inca, aunquela adoración
hoy en día sobrevive buena parte de fa religión anterior a la <le ciertas deidadesha muerto y ha aparecido la veneraciónde otras.
Conquista (1968: 146). R.T. Zuiderna sostiene que la forma Sin embargo,lo sorprendente no es que el mundo sobrenaturalhaya
básica de organización sociocultural actual es la misma que cambiado, sino más bien que no haya desaparecido por completo,
existía antes de la colonización europea (J 968). Bastien destaca considerando quc la cultura que estudiamos ha coexistido 400 años
.que a raíz de que el grueso de las investigaciones académicas ha con otra que ha intentado permanentemente eliminar las creencias
tenido que ver con aquello que ha cambiado, le sorprendió
208 MICHAEL T. TAUSSJG LA ADORACIÓN DE LA NATURALEZA 209

nativas para reemplazarlas por las suyas. Podemos atribuirle este surgen en pares: macho/hembra, joven/viejo, montaña/lago,
fenómeno de persistencia al hecho de que la presión, la discrimina­ ayudante/dueño, y así sucesivamente. El dualismo inherente a
ción y la segregación aplicada a los indios, primero por los invasores este esquema no tiene parecidos con el dualismo cartesiano.
y después por el grupo mestizo dominante, generaron una barrera
Basado en un monismo de dialécticas subyacentes, es ontológica
protectora detrás de la cual la tradición y los rituales nativos se
y epistemológicamente opuesto. Al cosmos lo ven como una
pudieron mantener, gracias a su práctica clandestina (1974: 250).
serie de relaciones macro­microcósrnicas. Por ejemplo, Bastien
sostiene que el ayllu o la célula territorial de parentesco de Kaata
Adolph F. Bandelier ve la intensidad del paganismo como "está formado por un proceso continuo de términos afines, que
algo directamente relacionado con los intentos de suprimirlo, y constituyen partes separadas dentro de un todo; es la montaña,
su surgimiento público como algo igualmente relacionado con las comunidades a tres niveles, y sus cuerpos, en tanto y cuanto
la rebelión: "El indio de Bolivia es católico; al menos nominal­ se reflejan unos a otros y se unen para formar la metáfora
mente [ ... J Pero en el caso de un levantamiento general, dudo montaña/cuerpo" (1978: 192). En este caso, el cuerpo humano
mucho (y esto me lo confirma la opinión de párrocos de confian­ es el cosmos en pequeño, y viceversa. Ni idealista ni materialís­
za), que los indios no vuelvan abiertamente al paganismo que tarnenre, como nosotros entendemos estos términos vaga y co­
todavía profesan de corazón y que actualmente practican en se­ múnmente, la formulación india de relación entre persona y
creto" (1910: 91). naturaleza es una en que el patrón y el equilibrio no solamente
existen sino que se han de preservar continuamente. Las propie­
dades naturales y la existencia de toda cosa, son los resultados
LA COSMOLOGÍA: EL ESTRUCfURALISMO ANIMADO de su lugar dentro del patrón. Más que una filosofla.de atomismo
rnecanicista, que se concentra en los antecedentes de las causas
Aunque la metafísica andina acentúa la unidad que todo lo abarca y los efectos subsecuentes, para unir las cadenas de fuerza física
existente entre las personas, los espíritus y la tierra, esta unidad entre las cosas discretas, la posición en la estructura. y el lugar
no es, en definitiva, la totalidad exageradamente sentimental que :>;::­::·;f':.':: .
· ··­.­..:­~ ..... , .. en la relación con el todo, sirven como foco de entendimiento.
sugieren las frases del tipo "la unidad lle! universo" o "la unidad Por ejemplo, anotan los Buechler, las esferas de lo natural y lo
de todo". Por el contrario, esta unidad está compuesta por un sobrenatural se ven en una relación de mutualidad y no de
sistema de dualidades altamente diferenciado, cuyas partes están causalidad, y así se logra el equilibrio de las fuerzas de la
unidas por la malla dialéctica de oposiciones binarias. Como naturaleza (1971: 90­93).
resultado de sus investigaciones exhaustivas, Javier Albo escribe Es a este concepto de movimiento circular al que responde el
que un tema recurrente en la organización social y en la organi­ cosmos andino, sin un impulso mecánico ni un liderazgo de
zación simbólica de los aymará. "es la unión de los contrarios hombre o cosa. Por ejemplo, en el rito de la fertilidad de la Nueva
con una coherencia interna que encantaría a los partidarios de la Tierra, en Kaata, se circula grasa y sangre de llama desde el
filosofía dialéctica" (1974­ 76: 92). centro del cuerpo de la montaña hasta sus extremidades. La vida
En los Andes, "casi todo se entiende en yuxtaposición con su de la comunidad y la energía presente en todas las partes ha de
opuesto", observa Bastien, cuya monografía contiene muchos circular y compartirse. La autoridad política se apoya en el
ejemplos de la importancia de los pares opuestos (1975: 58): las sistema de las partes y el todo, y no en un líder, hombre, dios o
comunidades tienen "mitades" superiores e inferiores; los san­ cosa. Needharn describe esto en el taoísmo chino, donde los
tuarios del Monte Kaata estún divididos entre los que están órdenes naturales o políticos son isomórficos. La regularidad de
asociados con la muerte y los c.¡ue están asociados con la vida; los procesos naturales no le corresponde al gohierno por la ley,
los linajes se completan realizando divisiones de parentesco sino a las adaptaciones mutuas de la vida cornuniraria. La idea
entre grupos de mujeres y grupos de varones; los suntuarios es que en todo el ámbito lle la sociedad humana, lo mismo que
210 MICHAEL T. TAUSSIQ;· LA ADORACIÓN DE LA. NATURALEZA 211

en la naturaleza, según escribe, "hay un constante dar y tomar,,/ contemporánea, Albo encuentra que la base de su forma es la
una especie de cortesía mutua" (1956: 283). unión dialéctica de contrarios establecida por el casamiento del
Tal esquema sólo podría encajar con dificultad en un orden~ .' hombre y la mujer. Este dualismo, sostiene, deja su huella en
jerárquico como el del Estado inca. El gobierno inca era una. todo el simbolismo aymará (1974­ 76: 92­94). Podríamos agregar
formulación social de pago de tributos que le eran impuestos a; . . que en todas partes el matrimonio se considera c?mo un_a ocasión
las comunidades. Se caracterizaba por la contradicción entre t{'' especialmente favorable para la apertura de un ciclo de_ mtercarn­
existencia continuada de la comunidad autónoma, y la negación·,·. bio (Lévi­Strauss, 1964: 46). En otras palabras, Ja unión sexual
de la comunidad por parte del Estado (cf., Baudio, 1961: Xl~;t expresada en el matrimonio y en la estructura subyacente de los
Murra, 1956: 163; Katz, 1972: 292) .. El concepto de un dios; · símbolos, también expresa el principio de reciprocidad. Esto
supremo era, según' todas las apariencias, un artificio impue~tp{ también está ilustrado como un esquema del orden macrocósmi­
por la nobleza inca. LaBarre cita, para los ayrnará, al cronista de co presentado por Zuidema, sacado del cronista de principios del
sangre india de principios del siglo XVII, Garcilaso de la Vega_:~ siglo xvn Joan de Santacruz Pachacuti Yauqui, quien lo descu­
"E! rey inca le puso fin a todas estas cosas, pero fundamental; .: brió en un templo del Cuzco. En este esquema; el universo está,
mente a la adoración de muchos dioses, persuadiendo a! pueblo­ constituido por dos imágenes de espejo simétricas, el hombre a
de que sólo e! sol, por su belleza y excelencia, y porque susten­, la derecha, la mujer a la izquierda; estas mitades se combinan en una
taba todas las cosas, merecía adoración" (1948: 169). La CQl'J:: forma circular; el espíritu creador andrógino conecta la parte supe­
quista española destruyó la jerarquía del Estado inca, pero dejó, .· rior; la actividad productiva de los humanos conecta la parte
la estructura de la religión andina relativamente intacta "cuyos, inferior; los elementos de! universo, tales como el sol y la luna,
fundamentos, por supuesto, descansaban en la comunidad que.::. · la estrella matutina y la estrella vespertina, la tierra y el mar,
chua" (Kubler, 1963: 345). . :,"f: corresponden a líneas masculinas o femeninas, y constituyen
Aun cuando el Estado inca creó una jerarquía, prevaleció _e!:· :/;. oposiciones duales, todas conectadas dentro del esquema de
concepto de macro­microcosmos. Según Garcilaso de la Vegaj' .­.,:;,. , movimiento circular. Zuiderna intentó ilustrar de qué manera
el rey inca dividió el imperio en cuatro partes; el nombre que le. ·:~:·:~~~~:: ··: esta forma básica subyace en muchas composiciones y situacio­
dio al imperio, Tawantinsuyu, quiere decir cuatro partes distintas. ••r. · ~
••... ·;il<;i!S>~,;;.:..•
·~· . nes diferentes, y ubicó un modelo idéntico que observó el cro­
unidas en una sola. El centro fue el Cuzco, que quiere decir nista Pérez Bocanegra, perteneciente a la estructura de parentes­
"ombligo del mundo". Este nombre, decía Garcilaso de la Vega, co andina (Zuidema, 1968: 27).
estuvo bien elegido porque Perú es largo y angosto como un De manera muy independiente de los académicos, como
cuerpo humano, y el Cuzco está situado en el centro de su vientre; Zuiderna o Albo, Trimbom apoya sistemáticamente su análisis
Los residentes del Cuzco superior eran los hermanos mayores d~. de la religión andina previa a la conquista en e! principio de los
los residentes en el Cuzco inferior. En verdad, seguía diciendo¿ pares opuestos de !o masculino y femenino. En su opinión, el
"era igual que en el caso de un cuerpo humano, donde siempre; culto al sol y a la luna era cosa común a todos los andinos. Las
existe una diferencia entre las manos izquierda y derecha. Todas. dos deidades estaban consideradas corno un par prístino creado
ias ciudades y aldeas de nuestro imperio se dividieron subse­, · por un ser supremo, Este ser corporizaba todas las dualidades en
cuenternente de esta manera" (Bastien, 1978: 45). De igual,~ la unidad única, representando la unión del sol y la luna, lo
forma, Zuiderna analizó la intrincada estructura del rnicro­rna­, masculino y lo femenino, de las estrellas matutina y vespertina,
crocosmos que es común a la estructura administrativa y cosmo­, y así sucesivamente. Estos pares formaban un todo en el cual el
lógica del imperio y a su organización comunitaria (1964, 1968h creador y "el tema central generalizado era la unión sexual entre
La unión sexual ­el macho y la hembra que forman un tod<>­'. el dios sol y la diosa luna" (1968: 124). Esta unidad dialéctica es
es un tema recurrente que pertenece al carácter de la relación subyacente a la fertilidad. En ciertos sitios arqueológicos, el sol
entre parte y todo. En su estudio de la cosmología aymará y la luna aparecen con forma humana emitiendo rayos que
212 MICHAEL T. TAUSS!G LA ADORACIÓN DE LA NATURALEZA 213

terminan en cabezas de serpientes. Su unión se consuma en un raleza, estas fuerzas sobrenaturales se relacionan de cerca con la
lugar sagrado, que usualmente se representa en las alturas de las actividad y la organización social. Tan importante es este patrón
laderas montañosas y rodeado de plantas y animales específicos de interconexiones, que LaBarre dice, haciendo referencia a los
símbolos de fertilidad (!bid: 124­126). ' aymará, que: "Básicamente, su religión fue y es una adoración
Inevita~lemente, se debe llegar a la conclusión de que el y una súplica a lugares­deidades fuertemente localizadas, a veces
es~ru.cturah~U:º d~ la cultura andina no es una heliografía geo­ ancestrales y totémicas". La consecuencia o asociación no me­
metn~a estanca, impresa como un mapa cognoscitivo en el nos importante de esto es el fuerte apego de los indios a sus tierras
espacio en blanco del mundo exterior. En cambio es un estuctu­ ancestrales, según se evidencia por la ubicación geográfica de
ralisrno viv.o y animado, que coordina elementos y los corporiza sus ayllus, o grupos de parentesco. "Es como si", continúa el
como relaciones en un universo orgánico. Ningún elemento tiene autor, "los aymará en su religión hubieran proyectado al mundo
existencia, poder o significado, fuera de su sitio en los ciclos exterior la marcada tendencia localizada presente en su propia
orgánicos de la unidad, tanto entre los elementos como entre los organización social interna" (1948: 165). El patrón de la natura­
individuos y el resto del universo. Sobre todo, es el intercambio leza es el patrón de la sociedad.
recípro~o y la experiencia de tal intercambio lo que persiguen Tanto antes de la Conquista como hoy en día, los muertos y
los andinos para estar a mano con la vida. Jos antepasados de linaje pueblan los iconos naturales, tales
como los picos montañosos, Este culto a los muertos causó
mucho disgusto a los misioneros del siglo xvn, quienes no
LA ICONOGRAFÍA DE LA NA TU RALEZA
pudieron convencer a los indios de que los entierros cristianos
en cementerios cristianos eran una opción conveniente ( cf.,
Acosta, 1880: 314­315). "En muchos lugares", escribió el padre
Según Bandelier. los ayrnara creen que todo objeto conspicuo de
jesuita Pablo José Arriaga, en 1621, "retiraron los cuerpos de sus
la ~aturaleza p~see su propio núcleo espiritual que juega un papel
muertos de la iglesia y los llevaron a los campos. a sus machays,
activo _en la vida de. las cosas que lo rodean (1910: 94). Los o lugares de entierro de sus ancestros. La razón que dan para esto
a7mara denominan frecuentemente a esos objetos achachilas, se expresa con la palabra cuyaspu, o amor que sienten por ellos"
sinónimo de los wamanis, apus, aukis y huacas que se encuen­
(1968: 18). Estos machays eran cuevas o nichos que los indios
tran a lo largo de toda la cultura andina. Todos estos términos
cavaban en la roca para sus momias u ofrendas funerarias.
pueden significar "abuelo" o antepasados. Los primeros cronis­
Contenían altares e imitaciones de puertas y ventanas para
tas mencionaban repetidamente que Jos indios consideraban a
comunicarse con los espíritus de sus antepasados, Los misione­
los pic~s de las montañas entre sus principales deidades. Es
ros destruyeron las momias, pero los santuarios siguen existien­
necesario destacar que no hay ningún rastro de maldad en los
do. Los quechua contemporáneos describen las momias corno si
nombres que poseían dichos picos antes de Ja Conquista, aunque
todavía existieran; dicen que son gente diminuta que baila y toca
los españoles se referían a ellos como diablos o demonios (cf.,
la flauta, que come en el interior de la tierra cerca de los sitios
Amaga, 1968; Arguedas, l 966).
de las momias. Más aún, hay ciudades para esta geruecita (Bas­
Según William Stein, el elemento básico de Ja religión con­ tien, 1973: 118). Los quechuas lle las tierras bajas, y otras
temporánea hualcan, "es su visión del mundo penetrado por sociedades indias de la montaña, describen de igual manera a los
po~eres sobrenaturales. Estas fuerzas se irradian por todo el'
espíritus del alucinógeno Banistercopsis coapi. Los ven cuando
universo, pero al mismo tiempo pueden estar más o menos toman la droga durante los ritos dirigidos por sus charnanes y
confinadas a objetos que están 'cargados' de ellas. Casi siempre
modelan sus costumbres según las de los espíritus lle esta gente
estos poderes están en equilibrio, pero cuando alguien rompe una
pequeñita.
regla, se crea el desequilibrio" (1961: 295). Por medio de estos
Arriaga notó con amargura que ios indios adoraban las colinas
objetos cargados de poder, particularmente en sitios de la uatu­
214 MICHAEL T. T AUSSIG LA ADORACIÓN DE LA NATURALEZA 215

altas, las montañas, y las piedras de gran tamaño. Decían que que los ayllus, estas huacas estaban clasificadas con un sistema
estos iconos naturales una vez fueron personas, y tenían nombre amplio y más inclusivo, que iba desde la persona individual hasta
para ellos y muchas fábulas relativas a sus metamorfosis. Como el mismo nivel regional, de rniniestado y Estado. El uso de la
no podían quitarlos de la vista, la Iglesia sólo podía tratar de tierra y el agua se regulaba ele acuerdo con esta clasificación, y
arrancarlos del corazón de los indios. dicho uso no estaba precedido por ritos a la huaca correspon­
Un mito de origen registrado por Cristóbal de Malina, de diente (cf., Arguedas, 1966: 113). En Huarochirí no había una
Cuzco (1943: 9) (que según Rowe es una elaboración de mitos única deidad suprema antes de la conquista incaica. Había un par
más antiguos de los colla­aymará, a quienes los incas conquis­ de huacas: Paríacaca, una montaña nevada, y su hermana o
taron), relata que el creador hizo con barro los primeros seres cuñada Chaupiñarnca, una gran roca con cinco "alas". Las hua­
humanos. Los pintó con diferentes ropajes para los distintos cas como éstas no estaban consideradas como simples creadoras
sexos, edades y grados de categoría social, le dio a cada grupo de determinadas personas, grupos familiares o ayllus, sino como
su idioma, alma y ser, y los puso bajo la tierra. Finalmente, cada las creadoras y guardianas de todas las personas y del mundo en
uno emergió en su propio sitio, algunos de las cuevas, otros de general, incluyendo las montañas más pequeñas, los árboles, los
las montañas, otros de fuentes, lagos, árboles, y así sucesivamen­ ríos, los animales y los campos (cf., Gilrner, 1952: 65). Los ritos
te. A partir de ahí se multiplicaron, y sus descendientes adoraron específicos para Pariacaca tenían lugar en toda la región, más o
estossitios por ser los principios de sus linajesy su vida. Las primeras menos cada cinco años. los habitantes de toda el área confluían
personas que emergieron fueron convertidas en piedras, monta­ a su hogar ele la montaña. Algunos afirmaban que Pariacaca y
ñas, cóndores, halcones y otros animales y pájaros. A todas estas Chaupiñarnca fueron, en tiempos antiguos, las hijas de una huaca
cosas se las llamó huacas. Dice Garcilaso de la Vega, "esta anterior, y que Cbaupíñarsrca era la creadora de ambos sexos. Su
nación vanamente creía y hacía alardes de que sus antepasados fiesta, decían, era la fiesta ele su madre (Gilrner, 1952: 72). Ante
venían de un lago, al que supuestamente regresaban las almas de estas huacas se presentaban sacerdotes y sacerdotisas especiales,
los que morían, para luego aparecer nuevamente en los cuerpos y las podían desposar. Cada aytlu tenía su correspondiente
de los que nacían" (1966: 52). huaca, y siempre se reservaba una parte de las tierras de. la
Arriaga observó que los ritos a los muertos seguían el patrón comunidad parn cultivar la cerveza de maíz necesaria para sus
:•'­'i\'1.i­~'­:" libaciones. Setenta años después de la Conquista española, cuan­
de principios de los linajes respectivos: "se agrupan alrededor de
. :.;,.;:~<F···· do el sistema de tenencia de la tierra del Estado inca estaba en
la plaza en clanes y facciones, y llevan los cuerpos momificados
Je sus ancestros[ ... ] junto con los cuerpos retirados de la iglesia, ruinas, estas tierras todavía se trabajaban en secreto para las
y tal parece que los vivos y Jos muertos vienen ~juzgar" (1968: huacas locales. Dichas tierras siempre eran las que primero se
19). plantaban, y nadie podía arar su parcela hasta que esto no estuviera
En la versión de los mitos de Huarochirí del jesuita Francisco hecho (Murta, 1956: 15­58).
Je Ávila, queda claro que las huacas estallan ordenadas entre sí Como sucedía antes de la conquista española, la adoración de
de manera sistemática, y que este orden copiaba la organización la naturaleza en la configuración concreta de las huacas, testi­
social humana. Este corpus de mitos es importante porque los monia el origen de la vida y la civilización. Testimonia también
huarochirí habían sido conquistados por el Estado inca pocas la recreación constante de la vida y la sociedad, donde los ciclos
generaciones antes de la llegada de los españoles. Ei1 el mito del de nacimiento y muerte y de los seres humanos, circulan dentro
asentamiento en el área perteneciente a la época preincaica, cada de los ciclos más amplios de los ritos comunales al paisaje, y más
uyllu o grupo de parentesco recibía, además de Ja tierra, una allá de ellos, de los orígent.:s de la humanidad. lo vivo surge de
huaca como nuevo antepasado o guardián mítico (Spaltling, la naturaleza, la que por fuerza se transforma en una geografía
1967: 71.­73). En forma análoga a la escisión de los ayllus, hubo sagrada de montañas, lagos y laderas, y las cabezas del linaje
una escisión de las huacas a partir de un tronco original. Al igual pasan nuevamente por las huacas, completando así el círculo en
LA ADORACIÓN DE LA NATURALEZA 217
216 MICHAEL T. TAUSS!G

el cual las autobiografías individuales se unen a la biografía de Pero para los mineros, que ni controlan su trabajo ni son
la comunidad en la iconografía de la naturaleza. dueños de la montaña, los rituales iluminan un patrón de inter­
El isomorfismo estructural y la unidad existencial entre la cambio diferente y portan un aura distinta. Aquí, la iconografía
persona, el patrón social y lo sobrenatural, quizás en ninguna otra de la naturaleza está labrada con la paleta que usan los artesanos
parte sean tan obvios como en las montañas. A las montañas se de los rituales campesinos, pero la iconografía ha sufrido una
les consideraba y se les considera aún como las cuidadoras de importante transformación histórica, con el surgimiento del dia­
las regiones que rodean sus picos, y de la gente y los recursos blo dueño de las minas. El arte de los mineros hace que el mundo
naturales de dichas regiones. Existe un parentesco definitivo petrificado hable y viva, pero la sombra de la muerte y la esterilidad
entre el paisaje de los símbolos y los seres humanos que los amenaza constantemente con consumir su destello de vida.
ubican dentro de su sistema de parentesco: se dice que una
persona es "propiedad" del objeto de la naturaleza que a partir
de ahí. se transforma en su santuario (Bastien, 1978: 91 ). Hoy en
Kaata se cree que una persona se origina en el pico de la montaña
y que después de la muerte regresa a él, no al cielo. Los antepa­
sados mediatizan en los reinos de la naturaleza y la sociedad, de
los vivos y los muertos. A pesar de las depredaciones de los
misioneros, sus sitios de tumbas siguen siendo hoy los santuarios
donde se real izan los ritos que rinden homenaje a esos profundos
principios, y se dice que los especialistas en rituales obtienen su
poder de estos sitios. La iconografía de la montaña asume en
Kaara la forma de un cuerpo humano, lo mismo que en la antigua
Huarochirí, por lo cual, según Albo, la montaña con forma de
puma unifica el ayllu en los pueblos cercanos a Tiahuanaco
( 1972). ·~·'.·:,~~i:'~·

,. ··:. ~t;::~,tt.t.tli:~~·,::,.; .
Así, el encantamiento de la naturaleza y la alianza de los espíritus
de la humanidad forman una resonancia orgánica de represen­
taciones orquestadas. La organización de parientes y amigos, la
organización política, el uso de la ecoesfera, las curaciones, y el
ritmo de la producción y la reproducción, se reflejan entre sí
dentro de la única estructura viva, que es el idioma del paisaje
mágico. Las formas orgánicas, como el cuerpo humano o el del·
puma. que están escritas en el paisaje, guían y dan enerzía a este
patrón de intercambio mental que es la complicidad dela natu­
raleza con la humanidad. Por medio de su sistema de intercambio
ernp.itico, la magia del ritual ilumina este patrón de intercarn­
b_io y le Ja su aura y autoridad. De esta manera. para los campe­
sinos que controlan su trabajo y su vida. v que mantienen alguna
clase de armonía con la iconografía de la naturaleza, ser dueños
de la montaña .:s pertenecerle a ella.
EL PROBLEMA DEL MAL 219

religión andina y su propio diablo. Vieron a los indios como el


fruto del demonio y a sus ritos como la adoración a él. Incluso
las extrañas similitudes entre los sacramentos cristianos del
10. EL PROBLEMA DEL MAL bautismo y la confesión y los ritos indígenas, se explicaron como
inversiones satánicas de la verdad divina, testimonio de la artera
bellaquería del diablo y de su traición elaborada al imitar a Dios.
En c~ntraposición con la religión y el folclor del imperialismo Los españoles crédulos temían a las deidades indígenas, no se
español, en la figuración andina del mundo de Jos espíritus no burlaban de ellas. Sin duda que los indios respetaban a los
había ningún espíritu todopoderoso del mal. El mal no estaba españoles y los consideraban casi divinos. Pero los espa_ñoles
concretado ni fetichízado, así como tampoco había ninguna cosa también estaban impresionados con el poder de los demonios de
q~e se opusiera al bien ni ninguna cosa espiritualizada como el los indígenas. En su cruel extirpación de la idolatría, lo mismo
diablo. En cambio, la filosofía moral tornaba parte de una cuali­ que al recurrir a la magia indígena para las curaciones Y_ la
dad ~elacional orgánica, que reflejaba la epistemología de las adivinación, los españoles dotaron de un gran poder a sus sub­
r~Iac10nes sociales transitivas, la mutualidad y la reciprocidad. ditos. Al conquistar a los indios, les adjudicaron el poder de su
Sin en:~argo, ~n la medida en que el catolicismo español y la enemigo sobrenatural, el diablo. Por ejem~lo,_ el padre jesui.ta
adoración and1.nade la naturaleza se mezclaron, el espíritu del Arriagu exhortaba a que se enseñara a los indios que el diablo
mal pudo surgir en la vida simbólica andina, como la suma de era un ánzel caído que se vengaba de Dios a través de los ídolos
contradicciones que consumió la comprensión mutua de los que los i~dios adoraban (1968: 109). El fervor ~aniqueo del
españoles y los indios. Esta fetichizacidn del mal en la forma del cristianismo plantó la semilla de las revueltas milenarias por
dia~lo nace de. la estructura de castas y la opresión de clases que parte de los indios. . . _
creo la Conquista española.
En.sus esfuerzos por erradicar Iµ idolatría, los españoles le
.Junto con su codicia por t:l oro y Ja plata, los españoles adjudicaron poder e invencibilidad a los dioses indígenas. Otra
tr?J~ron al N~ev.o .Mundo su temor al diablo: el Príncipe de fas ·~·.:i·~. ­~~.' ·.·:
. ···,~·J:::~~ . dificultad que impedía la extirpación de la religión indígena era
Tinieblas, pnncipro activo de todo mal, crueldad. suciedad v •'"'­:"'­
r que ésta penetraba en ta vida cotidiana, los· nacimientos, las
locura, cuyo .triunfo fue abortado en la demencia d~ brujas de ,; muertes, la agricultura, las curaciones, etcétera. Además, era
Europa del siglo XVII. Se podía decir que para los españoles, su imposible erradicar a casi todos sus iconos, pues!? que se trata~a
rr:u~do estaba_di_vic.lido en dos panes opuestas: las virtudes y los de montañas, rocas, lagos y arroyos, que cornporuan la geogratta
vrcios. los cnsnanos cultivaban la virtud, los infieles fomenta­ sagrada de la naturaleza. lo que es más, el alma de su religión
ban el mal (los siervos de Dios y los agentes del demonio, vacía en los trabajos de la comunidad indígena, y después de
!~abados_en una_ lucha a muerte). Si bien el poder de los evange­ '1570 los españoles trataron de invocar nuevamente esta forma
~JOs habíu vencido y desarmado al diablo "en los lugares más comunal, mientras por otro lado comenzaba la gran campaña
importantes y poderosos de su reino [ ... j éste se ha retirado a las contra la idolatría. Un siglo más tarde disminuyó esta intransi­
partes más remotas, y ha gobernado en esa otra parte del mundo gencia hacia el culto indígena de la naturaleza. Mientras que los
la cual, si bien es muy inferior en nobleza no es de meno; indios consideraban a Dios por encima de tocias las cosas, su
alcance" (Acosra, 1880: 299). Este esquema cósmico está lejos fetichismo ele la naturaleza era considerado como una supersti­
Je ser estático. El dualismn es urgente y se Jo anima frenética­ ciún tolerable.
mente. Bajo esta égida, el espíritu lid mal cobró vida en los Aun cuando se perseguía cruelmente a· Jos seguidores de la
Andes,
antizua religión, la autoridad Je los ritualistas nativos no nece­
Los españolt:s hicieron un paralelo entre los dioses de la sariarnente disminuyó. Llamados brujos, brujas o hechiceros por
los especialistas, por fuerza dichos ritualistas llevaban una exis­
zts
220 MICHAEL T. TAUSSIG EL PROBLEMA DEL MAL 221

tencia clandestina. La religión anterior a la Conquista no murió, externos". Bajo la presión del diablo, "habían quedado conven­
se hizo clandestina, bajo la forma de "magia" se disimuló de muy cidos de que después de este tiempo vendría otro, en el que
distintas maneras. Basado en su experiencia personal en Perú podrían retomar sin correr peligro, las antiguas costu_m~res"
durante el último cuarto del siglo XVI, el padre José de Acosta (1968: 81). Esta dialéctica de la sumisión _Y el ~esurg1m1e~to
observó: "Aunque los indios se abstienen de sacrificar muchas emergía con inquietud dentro del inestable sincretismo del cns­
bestias, en otro tipo de cosas públicas que no pueden ocultarle a tianismo y la religión indígena. Sólo tres décadas despu~s de ~a
los españoles, usan aún muchas ceremonias que tienen su origen Conquista ya había surgido una nueva cultura de la reststencta
en estas fiestas y antiguas supersticiones" (1880: 377). Siguió con el culto milenario del Taqui Onqoy (Enfermedad de Ia
diciendo que era el diablo quien los organizaba, para falsear esas Danza). Esto era nada menos que un culto de reconquis_ta, q~e
cosas que son de Dios y para oscurecer la diferencia entre la luz predecía la caída de Dios y los españoles, y que s~ ~1fund1ó
y las tinieblas. Algunas comunidades protegían a sus especialis­ rápidamente por todo el corazón de la tierra del Impeno mea_­ En
tas en rituales pagando tributos y realizando trabajos (Spalding, el medio de su curso de diez años, de 1561 a 1570, el rey mea
1967), y el padre Arriaga se quejaba de que los líderes de las rebelde planeó un levantamiento armado panandino desde Quito
comunidades indígenas, predisponían a sus seguidores contra el hasta Chile. Este período tormentoso de la historia andina termi­
cristianismo (1968: 79). En algunas instancias, tales como en nó sangrientamente con el castigo ~e unos ocho mil indios y la
Huarochirí, en el siglo xvm, el corregidor indio responsable de ejecución de su jefe, Tupac Amaru, en 1572. .
hacer cumplir las reglamentaciones de los españoles, servía El culto a Ja Enfermedad de la Danza invocaba la pasión que
secretamente como ritualista. acompañaba el retorno a la vida de las huac;as: ~nidas pa~a
El padre Ávila pudo asir concisamente las poderosas parado­ derrotar al dios de los cristianos. Su retorno coincidía con el ñn
jas. Según él, el problema principal radicaba en que el diablo dél mundo y el nacimiento deun nuevo orden, según lo predecían
había dicho a los indios que podían rendir culto tanto al cristia­ las leyendas largamente establecidas del cosmos ', A las ~1uaca"S
nismo como a su propia religión. y que por ningún motivo debían las resucitaban ritualistas viajeros, y se establecieron ntos de
olvidarse de sus huacas, so pena de castigos o muerte (Gilmer, :' ­~'"·7.1.!~~ft"
... ­.­.._.,.,..­­­. iniciación para los devotos. Se removieron las~ interpretaciones
1952: 121). Así, al mismo tiempo que los indios asimilaban el
cristianismo, asimilaban un espíritu maligno, el diablo, quien
rarificaba los espíritus de la naturaleza a los que veneraban
, i; :,:.:t~'' tradicionales del universo para que cobrara sentido el significado
de Ja Conquista, y lo inevitable de su desaparición. Se dijo que
el dios cristiano había creado a los españoles y a todos los
persistentemenre como sus "dueños" y como fuente de su iden­ animales y las cosas necesarias para su sustento. Pero las h~acas,
tidad. Se desprendía, como Ávila hizo notar rápidamente, que que habían creado a los indios y a sus medios de s~bsis~encia,
abandonar a estos dioses podría traer consecuencias terribles. De también mantenían ahora a los españoles, lo que testimoniaba la
hecho, con frecuencia se culpaba al cristianismo por las enfer­ más alta valía de las huacas (Millones Santa Gadea, 1964: 136).
medades epidémicas. De este intrincado complejo de contradic­ De esta manera, dijo el testigo presencial Melina, los indios ya
ciones surgieron las ambigüedades del diablo, ambigüedades no creían en el poder de Dios y el mundo debía ser puesto al revés
que muy fácilmente se podían canalizar en una promesa de (1943: 80; cf., Duviols, 1971: 112­122). . .. . .
victoria de los indígenas sobre sus opresores. Otro ejemplo más de la fuerza con que la religión trad1_c1onal
El padre Arriaga cita, para estos efectos, una carta de un podía interpretar y desafiar al cristianismo, era la creencia a_m­
contemporáneo que registraba una gira de extirpación por las píiarnente difundida de que las huacas vagaban por el arre,
provincias a principios del siglo XIX. Respetando la instrucción sedientas y.rnuriendo por falta de cuidados, porque los indios
cristiana, algunos indios confesaron que aunque habían desistido estaban olvidando sus intercambios rituales con ellas. Según
de adorar a las huacas corno antes, persistían adorándolas en sus destaca Mauss en su trabajo sobre los Intercambios de ofrendas
corazones, campos y casas, con signos tanto "internos como y la reciprocidad, negar la reciprocidad con los dioses, verdade­
222 MICHAEL T. T AUSSIG EL PROBLEMA DEL MAL 223

ro~ dueños de la riqueza del mundo, es llamar a la muerte y a la magia después de la Conquista. El padre Acosta llamó a sus
ruma (1967). Se decía que las huacas estaban enojadas con los practicantes "ministros del diablo", y observó con cuanta· fre­
indios que habían adoptado las costumbres españolas, y que cuencia los indios utilizaban sus servicios con fines adivinatorios
habían de matarlos, a menos que las dejaran de lado, pero que. o para obtener triunfos (1880: 367). Como es típico, acentuó las
aquellos que creían en las huacas vivirían en la prosperidad, la supuestas similitudes con los cultos europeos de brujería, subra­
gracia y la salud. Las huacas prohibían que se comiera comida: yando el papel que jugaban las mujeres de mucha edad, el uso
española, que se usara ropa española y que se entrara a las: de ungüentos que se frotaban en el cuerpo, la ingestión de
iglesias cristianas, que se rezara y se esperara a los sacerdotes.. purgantes alucinógenos y la inducción de trances. Kubler afirma
Las enfermedades y las desgracias se atribuían al disgusto de fas; que la llamada brujería proliferó violentamente después de la
huacas; Malina creía que los ritos curativos de ofrendas a las, Conquista, debido en parte a la difusión de la pobreza. Los ritos
huacas eran el resultado de este movimiento milenario:" A todas. asimilaban elementos cristianos con formas indígenas. Se decía
las huacas y vilcas de las cuatro partes de esta tierra, y a mis, que de hecho, la bondad de Dios era finita, y que el perdón de
abuelos y ancestros, reciban este sacrificio donde quiera que los pecados no se le otorgaba a los grandes pe;::a.~ores; sin
estén, y denme salud". Estas ofrendas se colocaban en conchas; embargo, las huacas gobernaban los eventos naturales. En ver­
marinas en las tumbas de los antepasados, "porque los hechice­ dad, los santos cristianos también eran huacas, y Jesús y el diablo
ros les habían dicho que los ancestros estaban muriendo de. eran hermanos (Kubler, 1963: 398).
hambre y que era por eso que creaban las enfermedades". Para De esta forma, el cristianismo se mezcló con las creencias
completar la curación, la víctima debía caminar hasta la con­ indígenas y se subordinó a ellas. Sin embargo, la mezcla.fue más
fluencia de dos ríos, y allí lavarse con harina de maíz blanco; una yuxtaposición que una fusión sin costuras. Por ejemplo,
dejando ahí la enfermedad, y sacándola de la casa (1943: 82­83)'.:. Arriaga describe la brujería indígena que tenfa por objeto que­
Bastien describe (1978) rituales casi idénticos de los andinos marle el alma a un inspector de la Corona. Como esta. brujería
contemporáneos para curar las enfermedades de los antepasados' estaba dirigida contra un español, se usó la figurita de un cerdo
y mitigar las desgracias. · ·~­::~~
.... ... ­~,. ,., ..
' en vez de la grasa de la llama, que se usaba en los rituales que
La creencia de este culto de los predicadores que recorrían el afectaban a los indígenas. Además, la grasa de la .figurita se
.. :!.::~~~­­~~~_. . :,;­
país para despertar la creencia en que las huacas que salían de mezcló con harina de trigo, cereal que introdujeran y comieran
· :;·:¡r,¡~·'::•·:•.·.· los españoles; para un indio, se le hubiera mezclado con harina
las piedras, las montañas, las rocas y las nubes, se reencarnaban:
en los cuerpos de los indios haciéndoles agitarse y bailar, atesti­. de maíz, el producto indígena (1968: 44).
guaba la temible tensión implícita en la amenazada pérdida de. A menudo, las huacas y las momias se enterraban secreta­
los antiguos dioses. Lo que es más, a veces los mismos indios se: mente debajo de las cruces cristianas implantadas por la Iglesia.
sacrificaban a las huacas. Las fuerzas explosivas de desestruc­ Cuando los sacerdotes católicos las descubrían, las rompían,
turación que acompañaron a la Conquista crearon una reacción' pero los indios las parchaban nuevamente. Esta serie de movi­
contraria: la antigua estructura de personas y dioses hizo implo­ mientos y colación de imágenes, donde la cruz cristiana se coloca
sión y pasó a corporizarse en los seres humanos. sobre iconos indígenas enterrados en secreto, ilumina vívida­
Como señalan Wachtel (1977) y George Kubler (1963), este mente la estructura del sincretismo, en la inflexible determina­
movimiento milenario también ilustró cómo la aculturación ción de los sacerdotes católicos de desmembrar y destruir los
aportó las armas para el enfrentamiento con el cristianismo. Por iconos nativos, "para que el diablo no los pueda volver a unir",
ejemplo, las dos asistentes indias del profeta principal se llama­ encontramos la metáfora clave (!bid: 84). La imagen del diablo
ron Santa María y María Magdalena. También se pudo utilizar uniendo las partes desmembradas, es una ilustración de las
el poder de los dioses cristianos, aunque inmersos en la religión· tensiones estructuradas causadas por la colonización, por un
indígena. Esto también fue obvio en las formas que tornó la· lado, y de la formulación indígena de cómo su supervivencia y
224 MICHAEL T. TAUSSJG EL PROBLEMA DEL MAL 225

revitalización tenían como fin mantener la integridad de las sentido, buena parte de la naturaleza estaba considerada como la
formas estructurales, por el otro. Este tema abunda en las leyen­ encarnación del espíritu del mal (Rudwin, 1959: 122). Como Jos
das y mitos andinos, y más que nada en los mitos relativos al demonios conocían profundamente los secretos de la naturaleza,
origen y retomo mesiánico del rey inca, quien fuera decapitado los magos y hechiceros podían hacer maravillas si recurrían a
y descuartizado por los españoles. En los mitos contemporáneos ellos.
registrados por Arguedas, por ejemplo, esta tensión dialéctica Los sacerdotes cristianos en los Andes tenían la tarea enor­
del desmembramiento y la eventual vuelta a la integridad del memente difícil de suplantar las visiones paganas de la natura­
cuerpo del rey, es el motivo que sustenta el triunfo eventual del leza por las doctrinas derivadas de la Iglesia. Debían efectuar
mundo indio, desmembrado por el dominio español (1975). una revolución en la base moral de la cognición misma. Mochas
Igualmente, las distintas partes de las huacas y las momias de las huacas que poblaban y coordinaban la naturaleza, no se
pueden haber sido rotas y desquiciadas por los españoles, pero podían retirar de donde estaban. L! Iglesia, como decían los
el potencial de la reunificación sigue viviendo dentro de esta sacerdotes, debía entonces arrancarlas del corazón de los indios.
estructura de hístéresis: aunque arrancadas del todo, las partes Si los signos no se podían erradicar, entonces había que erradicar
persisten como relaciones en el espacio cargado de tensiones. En su significación. Debía escribirse una nueva semiótica tan am­
la formulación de Arriaga, el diablo ve este patrón tenso, cuya plia que abarcara tanto como el universo mismo. A los indios se
fuerza interior predetermina su resolución. Los entendimientos les debía "enseñar con toda propiedad las fuentes de los manan­
españoles e indígenas tenían que tolerarse entre sí en puntos tiales y los ríos, corno se forma el rayo en el cielo, clima se
como éstos, formando un lenguaje complejo de comunicaciones congela el agua, y otros fenómenos naturales, que su maestro
y disensiones de culturas cruzadas, que constituía la nueva cultura habrá de conocer bien" (Arriaga, 1968: 24). Se destacan dos
del imperialismo. puntos: las implicaciones de la regularidad de la naturaleza, y Ja
En este aspecto, es bueno recordar que el cristianismo tenía ontogenia.
una historia y mitos que resolver en relación con sus propias Los sacerdotes cristianos buscaban demostrar a los indios que
raíces paganas. Los primeros cristianos europeos estuvieron­ ·­.·:·.::7:.·;~­
­,~ ~... ~:~·....~. .
,_­ los fenómenos naturales no podían ser dioses, por su regularidad.
El sol, por ejemplo, no podía detener su movimiento cuando y
marcados como no creyentes y herejes; sin embargo, lejos de ; :t:·J>r.}~t::· ..
negar a sus dioses, sus oponentes los calificaron de espíritus como quisiera. Por lo tanto era natural y estaba supeditado a lo
. '"'' '"*~<;­4i?;~i.: sobrenatural. Arriaga tiene mucho Je esto, lo mismo que Acosta,
malignos, aumentando así las posibilidades de la magia (Thorn­
dike, 1936: 661). Pero de los siglos xv al XVII, con su poder quien recomendó las enseñanzas de un "capuán muy discreto"
consolidado, el cristianismo europeo montó un ataque riguroso que había convencido a los indios de que el sol no era ningún
contra el paganismo, para tratar de eliminar su fuerza del senti­ dios. El capitán le pidió a un jefe indio que le ordenara a ún
miento popular, mientras que la difusión del mercado y el desarro­ corredor indio que llevara una carta. Entonces preguntó: "Dime
llo de la sociedad de clases moderna, alteraba la moralidad social quién es el amo y señor; ¿este indio que lleva la carta o tú que la
(Hill, 1969: 116). Jules Michelet llegó a plantear que el diablo envías'!"; el jefe contestó qm: ¿¡ era, porque el corredor hacía lo
europeo del primer periodo moderno, era una figura que había que él le ordenaba. Lo mismo pasa con el sol, dijo el capitán: el
surgido del paganismo popular, y estaba considerado como un sol no es más que un sirviente del amo superior a tollos, quien le
aliado de los pobres en su lucha contra los amos de la tierra y la ordena moverse suavemente para dar luz a todas las naciones, y
Iglesia. por lo tanto va contra la razón darle ese honor al sol, que le
Hay otra conexión importante entre la adoración a la natura­ corresponde al creador de todo (Acostu, 1880: 310). Esto ilustra
leza de los indios y la visión cristiana del diablo. Según el punto cómo una concepción de un sistema auto­organizado de cosas
de vista gnóstico de la Iglesia medieval, el mundo de la materia que se apoyan mutuamente, se transformó en una concepción de
y de la realidad objetiva había sido creado por el diablo, y en este otro tipo de unidad orgánica, que pasó a estar dominado por un
.!
226 MICHAEL T. TAUSS!G EL PROBLEMA DEL MAL 227 'I
A
1
solo líder: Dios, el ingeniero celestial, el movedor inamovihle. cepto andino del pecado era bastante diferente de la noción
El cristianismo buscó suplantar el sistema de partes que se individualista cristiana. Muchas infracciones y crímenes se con­ 1
condicionaban mutuamente con otro que imprimía en la natura­ sideraban corno alteraciones del universo en general. Hoy en día,
leza una relación de amo­sirviente. en la comunidad de Hualcan en las tierras altas peruanas, por 1

LJ Iglesia también tuvo que alterar el concepto indígena de ejemplo, se cree que ciertos delitos de menor cuantía ponen en
los orígenes sociales y humanos. Arriaga dijo que las creencias peligro a toda la comunidad, al futuro de las cosechas y a otros
de los indios del origen de "clanes" diferentes de antepasados fenómenos naturales (Stein, 1961 ). En relación con las comuni­
distintos, y de distintos sitios de origen (pacarinasy; tales como dades aymará con las que vivieron, escriben los Buechler: "Toda
las montañas, cuevas, manantiaíes y demás, debían remplazarse transgresión del flujo natural de eventos (como el granizo) se
por el concepto de un solo antepasado común. Más aún, esta consideraba como una aflicción o un acto que acarreaba tristezas,
nueva concepción dehía incluir la noción del pecado original. que implicaba sufrimientos para la persona en cuestión al igual
Todo esto era fundamental para negar los lazos esenciales de la que para la comunidad" (1971: 92­93).
cosmología andina, que a taha a las personas con sus orígenes por El panteón andino de deidades no estaba estructurado en una
medio de los iconos de la naturaleza. También fue un intento jerarquía dual de dioses buenos y dioses malos. Incluso el concepto
vano de sustituir un esquema jerárquico por el marco de oposi, de un dios supremo, como el sol, fue un artificio impuesto por el
cienes duales ligadas unas a otras como partes recíprocas de una Estado inca. Las deidades existían como pares de opuestos, como
totalidad segmentada. Tal sustitución exigía una lógica radical­ compañeros masculinos y femeninos: el sol y la luna, el cielo y
mente diferente, una noción diferente de relaciones, y una noción la tierra, etcétera. Aunque sí ·exiStía el Supay u otro espíritu
diferente de la relación entre parte y totalidad. Además, el maligno similar, como el Haliuari, en la religión andina previa
esquema cristiano zozobraba inevituhlernente en In que se referta a la conquista, no era sino uno de varios demonios Je la tierra, y
a la teodicea, la cual, ligada a la idea del pecado original, evocaba el concepto de un espíritu del mal_ perverso no existía. La
la idea del diablo. Ninguna de estas contradicciones tortuosas diferenciación cristiana entre el bien y el mal, fue difícil de
penetre) con facilidad en la estructura de la religión andina : .· ~. :;~':'r7.1!!··::·· .. establecer. Trimhorn afirma que en la refigión anterior a la
···.·­.·­·'""'·..,._... . ,.,,·
anterior a la Conquista, la cual, con dicha Conquista, se vio Conquista, la distinción entre los buenos f malos espfritus se
sumida en los dominios Je! di:iblo. basaba en lo que él llama criterios utilitarios pero no éticos. John
Rorne afirma que los seres sobrenuturules eran casi en su totali­
dad protectores y amigos lid hombre, y que se los adoraba con
LA MORALIDAD Y L<\ DUALIDAD la esperanza de ganar beneficios prácticos (1963: 298). Destaca
que los espíritus malignos eran de mucha menos importancia, y
El patrón duul que componía la cosmología andina estaba atado que no parece que los brujos los hayan adorado y respetado, y
a una serie de relaciones recíprocas que efectuaban una unidad que éstos, así dice, eran pocos. Las plegarias no contenían
lit:! orden ético y cósmico. El dualismo antauónico del cristianis­ términos que sugirieran temor (Rowe, 1960: 416).
mo que le fue impuesto a los andinos, veía al­cusmos en constante Si bien los indios practicaban algo similar a la confesión
amenaza de fr:icturarse, y los representantes principales de esta cristiana, los españoles la consideraron como una parodia defor­
fractura, Dios y el diablo, corporizaban el bien pum y el mat me de la de ellos (Métraux, 1969: 138), y según el cronista Cobo
puro. Sin embargo, la ética andina no está registrada en las (1890­95, 4: 89­90), "los indios estaban muy equivocados en
torrnus y símbolos de esencias morales puras que competían cuanto a lo que era el pecado [ ... ] ¡iorque nunca tornaban en
entre sí. Esta ética reposaba en d principio del equilihr io, no cuenta los deseos internos y lux sensibilidades". Su concepción
entre deidades buenas o malas, sino entre una variedad enorme del "pecado" era más normativa que moral; se aplicaba al asesi­
ue espíruus corporizudos en iconos naturales. Además, el con­ nato fuera de la guerra, al descuido en lu veneración de los dioses,
228 MICHAELT. TAUSS!G EL PROBLEMA DEL MAL 229

a la deslealtad hacia el rey inca, al incesto y al adulterio. Quizás "el poder benigno al que invocaban sus sacerdotes, que está
si nos referimos a ese otro gran imperio indio, podemos asir la entronizado en las Pléyades, y que envía frutos y flores a la tierra
naturaleza de la diferencia que confundió a Cobo y otros obser­ y al que se dirigen, llamándolo Abuelo". En cuanto al Supay
vadores. Wílliam Madzen dice que los aztecas "no creían pecar andino, éste "nunca fue, como Prescott quiso hacérnoslo creer,
cuando comían, bebían, se reían, jugaban, se burlaban, o come­ 'la corporízación tenebrosa del mal' sino simple y llanamente su
tían faltas para mejorar su vida. No creían que el mundo, la carne dios de los muertos". Según la opinión de Brinton, con la
y el diablo fueran enemigos del alma, ni creían tampoco que Ja Conquista europea los indios
memoria, el entendimiento y la voluntad fueran poderes del
alma" (1960: 131). No hace falta decirlo, las creencias indias incorporaronla idea de un espíritu malo y otro bueno; enfrentados
también diferían de las españolas en lo relativo al lugar del entre sí en guerras externas, y la asimilarona sus antiguas tradicio­
último descanso del alma según el comportamiento que se haya nes. Los escritoresansiosospor descubriranalogíasjudías o cristia­
observado en este mundo; los indios no podían distinguir entre nas, construyeron mitos que concordabancon sus teorías favoritas,
el bien y el mal, advertía Cobo, y sostenían que era la diferencia y a los observadores indolentes les resultóconvenientecatalogar a
de castas (las relaciones sociales atributivas) entre los nobles y sus dioses en clases_antitéticas(1968: 79). • ·
los plebeyos, la que determinaba el destino del alma (Cobo,
1890­95, 3: 319­320). Arriaga afirmaba: "Ellos dicen que al En vez de catalogar a sus dioses en clases morales antitéticas,
morir van al más allá a trabajar sus granjas y sembrar sus parece que en general los americanos ilativos los­consideraron
semillas. No creen que allí existan castigos para los malos ni neutrales desde la óptica moral, o corno buenos y malos simul­
gloria para los buenos" (1968: 64). Trimborn sugiere que toda táneamente. En cuanto a las deidades mayas, Donald Thornpson
interpretación que plantee que el destino del alma estaba deter­ afirma que esencialmente no eran ni malévolas ni benévolas, y
minado por criterios éticos, es producto de una falsa interpreta­ en este sentido hace una disiinción muy marcada con el cristia­
ción del cristianismo (1968: 93); y en el informe de Bastien sobre
la religión contemporánea, se pone perfectamente en claro que,
aún hoy no se considera al cielo como una meta deseada. La
__
..· ··"':'.7,;1' .7"'.··
....,..._...
nismo (1960: 7). La única referencia a un dios del mal que
aparece en el trabajo de J. Eric Thompson, Maya History and
Religion, es la de Marn, quien tiene poder sobre los cinco días
·. ·'.·'.:'f';t;..1ii'f.i:~~;~\:·.~:'~;
gente de Kaara, después de morir, quiere quedarse en la montaña ' ..,
; ·.··¡_:~~~l'j_-~,.~~f4?· funestos de fin de año, aunque sólo para ser alegremente despre­
(1978: 171­187). ciado con la llegada del nuevo año ( 1970: 297­300). Sin embar­
La idea de un espíritu del mal perverso fue una importación go, los españoles se apropiaron del nombre de Cizin, dios maya
del imperialismo, y prácticamente todos los comentarios relati­ de los muertos, para designar al diablo, e hicieron otro tanto con
vos a la rellgión andina anterior a la Conquista, y de los tiempos los dioses correspondientes a otros grupos indígenas (Correa,
de la Colonia, no logran apreciar la importancia de este hecho: 1960). La situación debe haber sido sumamente extraña para los
Daniel Brin ton, e! antropólogo del siglo XIX, planteaba esto con europeos, porque estas deidades mesoamericanas tenían una
energía; decía que la idea del diablo es ajena a todas las religiones naturaleza dual: podían ser benevolentes o rnalevolenres, jóve­
primitivas, y desafiaba a los intérpretes que clasificaban las nes o ancianas, femeninas o masculinas, humanas o animales, y
deidades de los nativos americanos en buenas o malas, porque todo ello al mismo tiempo (J. Eric Thornpson, 1970: 198­200).
distorsionaban los credos nativos mostrándolos bajo una forma También existía una cuadruplícidad de dioses: cuatro en uno y
dualista estática. "Lo que se ha dicho que es la divinidad del uno en cuatro, lo que J. Eric Thompson considera como algo
mal", escribió en 1876, "es en realidad el más alto poder que similar a la doctrina cristiana de la Santísima Trinidad. Oliver
reconocen". Dio muchos ejemplos, tales como el Aka­Kanct de Laf'arge, con base en su trabajo de campo de 1932, en aldeas
los indios araucanos de Chile, a quien los comentaristas cristia­ guatemaltecas (grupo lingüístico Kanhobel), se refiere también
nos consideraron como el padre del mal, aunque en realidad era a la Trinidad, la que "aquí se reduce a una dualidad, habiéndose
230
MICHAEL T. TAUSS!G EL PROBLEMA DEL MAL 2..11

perdido casi por completo el concepto del Espíritu Santo. Sin ficado que aquellas deidades nativas que tienen contrapartidas
e.mbargo, los indios comunes comprenden mucho mejor la dua­ entre los santos, sólo tienen representado así su aspecto benevo­
lid_a~ de,~º que la mayoría de los estadunidenses entienden por lente; de esta forma, mientras que el santo representa el aspecto
Trinidad (1947: 103). Charles Wísdorn, al escribir en la década benevolente, la deidad nativa representa el lado malévolo del
de 1930 sobre los mayas chortf, dice que ellos creen en un dios . mismo ser sobrenatural. Con la ayuda de la aculturación, la
d7l mal que es un remolino, al cual, en idioma español, llaman colonización ha seccionado un todo unificado en figuras separa­
diablo o Rey Lucifer, pero él cree que esta deidad puede ser das buenas y malas, santos y deidades nativas respectivamente.
enteramente un concepto católico ( 1940: 405). En forma similar, Este desarrollo sorprendente sugiere en qué forma la influencia
en los Andes, el Supay supuestamente es sinónimo de diablo europea pudo producir un espíritu del mal en la religión amerí­
pero LaBa:re, Duviols y Bandelier dicen que Supay no es real~ cana nativa, y confirma la opinión de Brinton. Aun así, también
m:nte equivalente al diablo cristiano y que es "una especializa­ es obvio, a partir de los trabajos etnográficos de Wisdorn, que la
cm~ dentr~ de la línea cristiana de lo que quizás originalmente propensión nativa a dualizar es muy preponderante, y que aun­
no fuera mas que uno de muchos demonios terrenales" (LaBarre que han ocurrido separaciones de deidades buenas y malas,
1948: 168). '
cristianas e indígenas aun estas figuras están lejos de ser esencias
Wísdorn dice que entre los chortí, todos los seres sobrenatu­ claramente definidas y éticamente homogéneas. Los santos pue­
rales tienen las siguientes características: neutralidad o dualidad den causarle desgracias a los enemigos de uno o a sus propios
~oral, dualidad sexual, multiplicidad, doble ubicación en el devotos, si "no los tratan como es debido, mientras que la figura
cielo y en la tierra, y una personalidad dual como la expresada del diablo también es capaz de realizar empresas valiosas.
en las contrapartidas nativas y católicas. La noción de dualidad Albo capta correctamente las implicaciones de este dualismo
es. ta~ ap:emiante que el indio, sin demasiadas dudas, se la moral entre los ayrnará contemporáneos, cuando escribe: "Ellos
udjudicará a cualquier ser. En cuanto a lo que Wisdom se refiere suponen que el bien y el mal coexisten en todo y evitan las
como "dualismo moral" o que el ser sobrenatural tiene dos manifestaciones excesivas de los extremos, porque ello atraería
aspectos, el bueno y el malo, o tiene solamente uno de ellos que a su contrario; 'No se debe reír demasiado para que más tarde no
corresponde a otro ser sobrenatural que posee la cualidad opues­ haya que llorar demasiado'" ( 1974­1976: 94 ). Al contrario qué
ta. En el "dualismo sexual", nuevamente se dan dos formas: un el diablo de los cristianos, que tienta a la humanidad a que actúe
grupo entero de deidades Lle un sexo tiene su contrapartida en incorrectamente y que ensancha la hendidura hasta llegar a un
ot_ro grupo del sexo opuesto. Otro grupo incluye espíritus de drama cósmico de todo o nada, los espíritus (chicchausy que
genero dual, donde el elemento masculino se relaciona con las ayudan al diablo según la creencia chortí, asustan a la gente para
mujeres o las afecta, mientras que el elemento femenino afecta que deje de lado la inmoralidad. Se considera que su male.v~len­
a los hombres. En muchos casos el ser es una entidad simple que cia sirve para mantener la esfera moral, y no para desqujciarla.
asume a voluntad su género o atributo moral de acuerdo con la Mientras que la confesión cristiana servía para aliar al individuo
situación (1940: 410). ' con la parte buena dentro del duelo cósmico, la confesión india
Casi toda.s l.as deidades chortí tienen su contrapartida entre andina era un rito indígena cuyo objetivo radicaba en restaurar
los santos cnstranos. La Virgen pasa a ser la consorte femenina el equilibrio de la naturaleza, como dice Métraux ( 1969: 138).
de los dioses nativos asociados con la plantación, el suelo, los En la doctrina cristiana, las fuerzas opuestas de la bondad pura
árboles t:rutales, la vida familiar, el nacimiento de los niños, y y la maldad pura estructuran el campo moral, reflejando una
otras acnvídades, para las que es fundamental la idea de fertili­ ontología y una epistemología que dividen las totalidades en
zación. y crecimiento. En realidad, se cree que la vida y el dualidades estáticas incapaces de flujo y síntesis. Pero una lógica
crec1m1ento dependen de la unión entre la Virgen y la deidad dialéctica no puede oponerse tanto sino que m:ís bien encierra al
nativa correspondiente. Sin embargo, la catequización ha signi­ bien con el mal, a la mareria con la mente. La cultura andina es
232 MICHAEL T. TAUSSIG

una manifestación específica de esa lógica, donde la reciproci­


dad de los significados establecida mediante un sistema intrin­
cado y modelado de oposiciones duales, es su factor distintivo.
11. LA ICONOGRAFÍA DE LA NATURALEZA
Éstas, en lugar de ser la causalidad a través del medio de las
fuerzas físicas, son los principios que establecen la comprensión Y DE LA CONQUISTA
y el entendimiento. Como destacan los Buechler en su trabajo
sobre la epistemología aymará, las conexiones entre las diferen­
tes esferas, tales como el mundo humano y el mundo de la La conquista española llevó a los'mdios del Nuevo Mundo un
naturaleza, son conexiones establecidas en términos de relacio­ espíritu del mal, iniciando un proceso de destrucción que dicho
nes similares y no en términos de características similares. Ni las espíritu podía simbolizar. Más allá de eso, la Conquista también
cosas parriculadas en sí mismas ni las esencias morales puras, penetró en la iconografía de la naturaleza. El paisaje de símbolos
demarcan la imagen orgánica de la estructura y la función del pasó a incluir la experiencia de los indios de la codicia, el gobierno
mundo que forma la epistemología andina. En cambio, hay un y la violencia de los españoles.
parentesco y grupo con los poderes icónicos de la naturaleza. Harry Tschopik, hijo, relata que los ayrnará de la provincia
Este parentesco efectúa una unidad. de los órdenes cósmico y boliviana de Chucuito, creen que el oro y la plata. son propiedad
ético, que es antipatético al dualismo moral y a la animación de de un ser maligno sobrenqtural, quien causa las enfermedades y
las esencias morales. Esta unidad se expresa también en las la muerte; se le ve a mentido bajo la apariencia de. un enano
estructuras económicas comunitarias que se oponen a la aliena­ anciano vestido de soldado español y rodeado de sus tesoros.
ción de la tierra y el trabajo. También es una unidad que fetichiza Dadas las desgracias que causaron los metales preciosos a los
la naturaleza, atribuyéndole poderes espirituales. Este fetichis­ aymará desde los tiempos de la Conquista, agr.ega, no es de
mo anima a la naturaleza, no a las esencias morales. El cristia­ sorprender que el oro y la plata se asocien al mal y al peligro
nismo hizo esto último cuando transformó en fetiche al todcoo­ (1968: 135). Pero antes de la Conquista se reverenciaba a los
deroso espíritu del mal. Éste fue un acto profundamente auto­ "·· ·­··."':·;'t.'
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metales preciosos y no parecían estar asociados con el mal o el
peligro. Por entonces la minería se encontraba bajo un control
alienante, idéntico al hecho de la creación de Dios pm parte del ,·,.,·(.: :~s.~/:1­i;:W{'.­:;.'::
hombre, sólo para negar la autoría y para darle a Dios el crédito •' ... -::,_~,~.i;~'•"':'.f~r.;:.'. ~
local y no nacional, y el oro y la plata se intercambiaban como
de la creación del hombre. Subsecuente a esa fetichización del' regalos, especialmente entre los curacas (caciques) locales y el
mal en la forma de diablo de principios de la Europa moderna, rey inca.
surgió el fetichismo de la mercancía de la cosmografía capitalis­ A medida que los principios de reciprocidad y redistribución
ta. y el hombre, el creador de los artículos de consumo, terminó que guiaban y daban sentido a la vida bajo el gobierno inca y
por considerar y hablar de las mercancías como si lo gobernaran. legitimaban su control, cedían el paso a la opresión colonial, los
Este tipo de fetichismo es la antítesis del fetichismo andino de iconos de la naturaleza pasaron a corporizar en esta historia su
la naturaleza, puesto que no evoluciona de la unidad sino de la tensión constante, y la posibilidad de su eventual trascendencia.
alienación de las personas entre sí, de la naturaleza y de los En ningún lado esto era más evidente que en el carácter de los
productos de ellas. espírirus dueños de la naturaleza. los fetiches inextirpables,
El diablo de las minas de estaño bolivianas ofrece un testimo­ básicos para la religión popular, que supervisaban el uso de los
nio arrebatador de la fidelidad con que la gente puede captar esta recursos locales y eran capaces de sobrevivir a la intensa cam­
transformación de la fetichización, al tiempo que la somete a un paña colonial contra la idolatría. Estos fetiches terminaron por
paganismo que la captará. El problema no radica en su adoración corporizar la yuxtaposición plena de conflictos de las sociedades
del mal, sino en el problema del mal mismo. española e india, y la ambigüedad inherente a estas represen­

2JJ
234
MICHAEL T. TAUSSIG lA JCONOGRAFfA 2J5

raciones colectivas se magnificó enormemente con esta yuxta­ espíritus dueños de la naturaleza. En resumen, el argumento que
posición. deseo adelantar es que los espíritus dueños de la naturaleza han
El señor sobrenatural o dueño de la montaña de las comuni­ terminado por reflejar un nuevo sistema de propiedad, que se
dades mes_oamericanas, era una figura de gran importancia en superpuso a un modelo anterior donde la propiedad correspondía
todas las tierras altas de América Latina. Era el dueño absoluto a principios no mercantiles de reciprocidad y redistribución. Con
de la naturaleza y tenía el poder de la vida y la muerte sobre la algunas variaciones regionales, desde la Conquista los espíritus
gente._ Gu~tavo Correa afirma que aunque en algunas regiones dueñoshan pasado a corporizar la contradicción de la reciproci­
todavía existe su carácter benevolente anterior a la Conquista, su dad que coexiste con el intercambio de mercancías y la explota­
carácter secundario de malevolencia se ha extendido por todas ción por parte de los blancos y los mestizos, por quienes los
partes (1960: 59). En otras palabras, la historia ha enaltecido el indios por lo general sienten odio, temor y reverencia.
carácter ambiguo de las cosas sagradas, acentuando su potencial Hoy, en las tierras altas de Mesoarnérica, al amo sobrenatural
de malignidad y peligro. Se cree que el señor de la montaña posee de la montaña se le considera vulgarmente como una figura
y regula los recursos que yacen debajo de él, como lo hacía en maligna y peligrosa de extracción europea: rico, extranjero, y
los tie?1pos anteriores a la Conquista. Pero hoy en día gran parte urbano, uti patrán, un misionero, y a veces hasta unantropologo.
de la tierra que antes controlaban los indios, ha sido expropiada Morris Siegel dice que el wits akal es. sumamente importante
por_ no i~dígenas,_ mientras que algunos de los recursos que los entre los seres sobrenaturales. del noroeste de las tierras altas de
indios aun manejan adquirieron un nuevo significado, en la .... Guatemala. Vestido a la moda europea, este espíritu es profun­
medida en que los indios van entrando en la red del nuevo · damente maligno y desea la destrucción de los indios, a los que
sistema econcímico, organizado con hase en principios de mer­ atrae a su morada para comérselos. A los extraños, extranjeros y
cado y al intercarnhio de bienes de consumo. Como los indios misioneros, se les acusa habitualmente de ser wits akals, y se les
pueden reclamar algún control, tanto individual como comunal tiene gran temor ( 1941: 67). Richard N. Adarns descubrió que el
sobre los recursos que poseen las montañas, y porque estricta­' espíritu dueño de la montaña de una comunidad de las tierras
mente hablando su economía no está organizada en instituciones · 7­·•''c'.~,C':'tl''·­.· altas cerca de la capital de Guatemala, es descrito frecuentemen­
capitalistas, su situación política y económica tiene un carácter ······­.,.....,......,··. te como una persona rubia, citadina, un extraño rico. que ocupa
dual peculiar que se anima con una tensión sistemática. Por un · ·'­"·~"'····.: la posición de uti patrán local (1952: JI). A Adarns, un antropó­
lado, estas comunidades se extán integrando cada vez más al · :.:.,,lii;it4i.tk~,., . , logo, lo caracterizaron en este sentido como "administrador" de
tor~ellino.d~I comercio capitalista y las relaciones laborales, que las montañas (corno cuando una finca tiene su administrador).
esta convirtiendo t:I dominio de las montañas en artículos de Se dice.que los pactos (como los pactos con el diablo de fines
consumo cada vez más escasos y alienables, mientras que las del medioevo europeo) se pueden acordar con el dueño de la
relaciones sociales entre los mismos indios están siendo amena­ montaña para tener éxito en la cacería y para conseguir dinero,
zadas por la atomización. Por el otro, está apareciendo una' a cambio de lo cual la persona que realiza el pacto debe vivir
reacción defensiva institucionalizada contra la intrusión comer­ después de la muerte en el hogar del espíritu de la montaña. En
cial, lo que motivó que Eric Wolf las tipificara como "comuní­ Zinacantán, Chiapas, el Señor de la Tierra que cuida y es dueño
dudes corporativas cerradas" (1955). Enquistadas por la econo­: de la tierra se le ve como un mestizo (ladino) gordo y codicioso,
mía capitalista, las comunidades supervisadas por los espíritus que constantemente necesita para sus empresas trabajadores
dueños de la montaña no son en sí mismas capitalistas. Estas humanos y animales de carga; posee pilas de dinero, tropillas de
comunidades son engranajes funcionales dentro de un sistema. caballos y mulas, rebaños de ganado y bandadas de pollos;
capiraiisra nacional y hasta internacional, pero no son réplicas' controla los pozos de agua de que dependen los zinacuntecos, las
de este sistema. Inevitablemente, sus instituciones y prácticas' nubes que emergen de las cuevas y produce lluvia para los
inrernas reflejarán estu dualidad peculiar, como lo harán los sembrados, y todos los productos útiles de la tierra. Uno no puede
236 MICHAEL T. TAUSSIG lA JCONOGRAFÍA 237

usar ni la tierra ni sus productos sin compensar al Señor de la de las ofrendas rituales ofrecidas por Jos indios. Los wamanis,
Tierra con ceremonias y ofrendas adecuadas (Vogt, 1969: 302). por ejemplo, transforman las llamas sacrificadas en oro y plata,
En los Andes la situación es similar. Rowe afirma que Ja que anualmente entregan al gobierno de la costa. A cambio de
adoración de la montaña es un elemento muy importante de la las ofrendas rituales, los wamanis otorgan la seguridad personal
religión quechua moderna, como lo era antes de la Conquista y la fertilidad del ganado. Si se les molesta, como puede ocurrir
(1963: 296). Bastien encontró que la montaña de Kaata no era cuando se ejecuta erróneamente el ritual o no se les demuestra
tanto un "elemento" sino la base misma de la religión; se Ja reverencia, los wamanis pueden matar el ganado, arruinar a las
concebía como un cuerpo humano que se extendía por el paisaje, familias y causar enfermedades y hasta Ja muerte; incluso pueden
y que "poseía" por igual a las personas y a los recursos (1978). llegar a comerse el corazón de sus víctimas. Descritos a veces
Óscar Nüñez del Prado describe que Jos espíritus de las montañas como hombres blancos, altos y barbados, vestidos con ropas
ocupan el nivel más alto en la religión de los indios de Q'ero, en occidentales costosas, y otras. como abogados, sacerdotes, poli­
el departamento de Cuzco (1968). Estos espíritus están organi­ cías o ricos terratenientes blancos, pueden también aparecerse
zados en una jerarquía que está encabezada por el espíritu de la como cóndores, fuego que surge de las piedras, o simplemente
montaña ,más grande, El Roal, quien también es el espíritu como lagos o picos montañosos. Su poder, dice Earls, es el poder
creador. El controla los picos más bajos, como el Wamanripa, a que por lo general se le adjudica a. los blancos o a los mestizos
quien el Roa! le ha encargado el cuidado diario de la gente de (mistis) (1969: 67). i Pero son también los antepasados con linaje,
Q'ero. Al igual que otros objetos naturales, las rocas y los árboles y se les adora y reverencia como a tales! No es de extrañar
tienen espíritus que conversan entre sí, como hacen los espíritus entonces que se exprese una gran ambigüedad hacia ellos: aun­
de las montañas con los humanos, especialmente por medio de que son los dueños y protectores de la vida; también se les ve
los charnanes. Al rito anual para El Roa! asisten miles de indios como diablos y asociados con la suciedad.
de casi toda la región del Cuzco, incluyendo a la gente de Q'ero, Bernard Mishkin afirma que en los Andes es una creencia
que para llegar al santuario debe trepar por pasos que se encuen­ generalizada que los picos montañosos, conocidos corno 'apus
' . ' .'.t::·~~.: :.~1~~·¡. ·;
tran a 16 000 pies de altura. En el pueblo de Q'ero hay también "'·"·~···­·""~·­··
,. ·
(señores) o aukis (charnunes), esconden en su interior grandes
una capilla católica que fue construida por los dueños de una ... ~"~=~~/·'· palacios y haciendas, junto con rebaños de ganado que cuidan
hacienda, pero a los indios les es completamente indiferente. ."·~~~:~~~,:~~~.:.::_ Jos siervos de estos espíritus de las montañas. Entre estos ayu­
En el departamento de Ayacucho, Perú, los espíritus de la dantes está el Ccoa, un gato con poderes para matar y para
montaña son los antepasados de gran linaje. Se les describe como destruir los cultivos; él es el espíritu más activo, temido e
a "seres vivientes como nosotros ] ... ] con las mismas necesidades importante de la vida cotidiana del pueblo. El Ccoa es el patro­
y Ja misma organización que los mortales, y viven en pueblos y cinador de los brujos. Además, se dice que la gente. está dividida
palacios maravillosos dentro de las montañas, como los dueños en dos categorías: los que le sirven y los que luchan contra él.
absolutos de la naturaleza" (Palomino, 1970: 119). Conocidos Mientras que los primeros son ricos y su agricultura es produc­
como wamanis, son con mucho las deidades más importantes y tiva, los últimos son pobres, sus cosechas son pequeñas y sus
tienen el poder de la vida y la muerte sobre los indios, sus cultivos hogares sufren la plaga Je la enfermedad (1963: 463­46). En
y sus animales. Se cree que los distintos wamanis están organi­ otros lugares, tales como el pueblo de Hualcan, en Perú, los
zados de la misma forma jerárquica que las oficinas políticas de espíritus malévolos también pueden aparecer bajo la forma de
la propia comunidad; al mismo tiempo, se dice que están com­ animales, o mestizos y gringos, quienes son los espíritus tutela­
prometidos directamente al servicio del gobierno peruano (Earls, res de los brujos y se destacan por tener mucho cabello y dientes
1969: 69) para poder solicitar favores para la comunidad (Isbell, tremendos (Stein, 1961: 323 ). En este punto, vale la pena hacer
1974: 118). Son muy ricos; dentro de sus montañas poseen notar que al Tío o figura del diablo, a quien se considera como
mucho ganado en pie, y oro y plata; estas riquezas las obtienen el verdadero dueño de las minas contemporáneas de Bolivia,
2..18
MICHAEL T. TAUSSIG lA ICONOGRAFÍA 239

también se le describe como un gringo, alto, de rostro rojo, EL MESIANISMO


cabello rubio, barbado, y que usa un sombrero vaquero. Después
de ocurrir accidentes fatales en las minas, los mineros dicen que Las rebeliones mesiánicas que invocaban la Edad de Oro de los
el Tío se come a los mineros porque no ha recibido las ofrendas Incas fueron una cosa inamovible en la historia andina desde la
rituales necesarias; prefiere la carne jugosa de los mineros jóve­ Conquista. Este mecanismo se ha centrado comúnmente en· la
nes (Nash, 1972). Al igual que el espíritu de la montaña descrito idea de que el rey inca, que fuera muerto por los españoles,
por Mishkín, el Tío también tiene un animal familiar, un toro, el regresaría, a la vida (Ossio, A., 1973; Wachtel, 1977). En los
cual asiste a los mineros que hacen convenios con él. . mitos que recogió Arguedas en la década de 1950, se cree que el
La identificación de Jos espíritus dueños, con Jos nuevos rey inca Inkarrí fue decapitado por los españoles. Aunque sufre
dueños y administradores legales de los recursos andinos es, por . constantemente, está destinado a regresar a su estado íntegro, lo
lo menos, sorprendente. Los iconos, los fetiches y las imágenes que significará la restauración de la sociedad y el dominio de los
mentales se forjaron a semejanza de Jos conquistadores y de Ja indios.
pequeña clase de hombres que reivindicaron el dominio hasta el Al analizar estos mitos de la comunidad de Puquio en el
día de hoy; luego, Jos iconos registran la maldad y Ja agresión departamento de Ayacucho, donde predominan los hablantes
que los indios asocian con los gobernantes de las tierras y los monolingües de quechua, Arguedas llega a la conclusión que
minerales. La iconografía es historiografía popular. La Conquis­ ellos dan "una explicación necesaria del origen del hombre y el
ta y la intromisión de una nueva economía han conducido a un universo, de Ja historia y de la situación real Lle! indio, y de su
autorretrato deslumbrador en Ja iconografía de Ja naturaleza, destino final hasta la iniciación del proceso revolucionario de
pero es un retrato evasivo con dimensiones contradictorias. Sus cambio" (1975: 44). Aq_uí, se sostiene que los espfritus de la
símbolos manifiestan las tensiones poderosas de la historia y Ja montaña o wamanis han· sido creados por el primer dios, Inkarrí.
sociedad andinas, Los espíritus dueños no solamente reflejan el Él creó todas las cosas indias, que Juego Jos wamanis dan y
poder del opresor. Reflejan también el anhelo de Jos oprimidos. regulan, como las pasturas, el agua, y el poder de adivinar y curar
Ahora
la cerámica cst:í borrosa y triste
_
... .., _,. . .,,:'::r:··
. ..,_._: , las enfermedades. Los mistis o blancos no pueden adquirir estos
poderes de adivinar o curar, porqul! no tienen Ja resistencia
el carmín del achiote ·:::~~7.i:itl!!:i:
va no ríe en los textiles
los textiles se hicieron pobres
., ,,,,.~"·~,, . . necesaria para soportar los castigos y las pruebas que exigen los
wamanis. Además, estos secretos sólo se pueden adquirir vivien­
perdieron su estilo do durante periodos prolongados dentro de la montaña. Sin
menos hebras por pulgada embargo, ocasionalmente, los mistis pueden recurrir a los cha­
y ya no hilan m:ís la "hebra perfecta" manes, quienes saben qué hacer cuando éstos sufren enfermeda­
Llacta mama pertenece a los terratenientes des extrañas o incurables, y Jos indios dicen que los mistis
la mariposa de oro está presa en el Banco morirían sin su avudu.
el dictador es rico en dinero y no en virtudes En la comuniJad de Quinhua, en el mismo departamento, J¡¡
y qué triste
mayoría de íos indios son bilingües en quechua y español, lo que
qué triste la música de los varuvies
El Imperio [nea se confinó para siempre indica un m:ís alto grado de contacto intercultural que en Puquio.
en los reinos irreales de la coca Aquí, el mito de lnkurrí y su retorno es similar al de Puquio, pl!rn
o la chicha Ja imaginería católica es más acentuada. En comparación con el
(sólo entonces son libres y felices de Puquio, el mesianismo de este mito es más condicional:
v hablan en voz a/t;i únicamente existe como posibilidad.
y existen otra vez en el Imperio Inca).
En la hacienda de Vicos, en el departamento de Ancash,
ERNL~TO C¡\RDEN.'\L,
"LJ economía del Tahuanunsuyu" donde los indios tenían una larga exixtencia como siervos, así
240 MICHAEL T. TAUSSIG LA ICONOGRAFÍA 241

como también contactos frecuentes con misioneros católicos, el excepción quizás de las voces de protesta de la antigua gente
dios creador de la humanidad ha sido descrito como el dios cuando "cazan" su ganado. En Q'ero, que por su aislamiento está
creador de la antigua humanidad, quien fecundó a la Virgen. Este relativamente protegida de los extraños, no sólo no hay ninguna
hijo destruyó a la antigua gente con una lluvia de fuego, pero no señal de esfuerzo mesiánico, sino que se considera que el espíritu
está completamente muerta, y los cazadores de pumas y zo­ de la montaña creó al rey inca y que continúa controlando todos
rros, que constituían el ganado de la antigua gente, pueden oír !os recursos naturales y a la gente. Si los mitos de Puquio y
sus voces de protesta. Él también hizo el mundo de hoy, dividido Quinhua, que están entre estos dos extremos, pueden ser alguna
en dos clases de gente: los indios y sus dominadores, los mistis. guía, vemos cómo la ambivalencia de los espíritus de !a montaña
Así, los indios están obligados a trabajar para los mistis, pero en dueños de la naturaleza se pone en evidencia y dónde se ubica
el cielo, que es exactamente igual a la tierra, la posición de clases en relación con la promesa de una eventual restauración del
está completamente invertida: los indios pasan a ser mistis, y indio. Su ambivalencia proviene de dos tipos distintos de media­
hacen que todos los que fueron mistis en la tierra, trabajen para ción. Por un lado, mediatizan entre la gente común y el poderoso
ellos como indios. rey­dios inca. Por el otro, mediatizan la posibilidad del mesia­
Finalmente, en la comunidad Q'ero (departamento de Cuz­ nismo indio.
co), que está aún más aislada que Puquio y menos expuesta a
influencias no indias, no hay ningún elemento mesiánico en el
mito de lnkarrí. Además, el mito nada dice sobre los españoles EL MAL y EL CONTROLsoc;IAL
y el asesinato de Inkarri, ni tampoco tiene ninguna imaginería
católica, ni hace ninguna referencia al dios católico. En cambio, Hace falta. decir mucho más sobre la atribución del mal a los
proclama la ascendencia divina pura de la gente de Q'ero, espíritus dueños de la montaña. Primero habría que destacar que
quienes están integrados con los iconos de la naturaleza y aleja. tal atribución puede defender la sociedad india contra !os efectos
dos de la historia de la Conquista y de las autoridades no indias. perniciosos de! dinero y la estratificación causados por la rique­
Es de gran interés que en esta versión del mito de lnkarrí, él dice za. Tanto el dinero como !a riqueza se pueden obtener por medio
haber sido creado por el espíritu de Ju montaña más grande de la '­.!'1;i."1::;~~J)¡~­~:­.­ . ::: de convenios ilícitos con los espíritus. Sín embargo, se dice que
región, El Roal, quien tenía también el poder de dominar al sol, dichos pactos pueden acarrearle al resto de la comunidad desas­
": ­:· ·.:­.<~~~~:~;1~~::¡¡·t,.:.
d cual según otros mitos de otras regiones, está considerado tres, como la enfermedad y el fracaso de los cultivos. La versión
como el padre de los incas (cf., Núñez del Prado B., 1974: 240). de Mishkin del Ccoa familiar del espíritu de la montaña es un
Al comparar estos mitos y a! preguntarnos a nosotros mismos caso a propósito, y Pedro Carrasco relata una creencia.similar
cuál es la experiencia que interpretan y por qué ciertas formas entre los indios tarascos de México, relacionada con la gente que
son recurrentes o cambian, es sorprendente cómo todas ellas le vende el alma al diablo para obtener dinero o para romper las
hacen una recapitulación de los temas esenciales de los mitos leyes de la naturaleza y acelerar e! crecimiento o las ganancias
prehispánicos dt.:! origen del Imperio inca. Igualmente sorpren­ derivadas del ganado; a cambio del alma, una persona puede
dentes son las adaptaciones y promesas de restauración que obtener una serpiente que excreta monedas, o un toro o una oveja
despliegan estos mi ros, según el grado de contactos exteriores y que crecen más rápido de lo normal. "En su defensa de la
opresión sufridos por las distintas comunidades. El papel de los pobreza", escribe Carrasco, tocando un tema análogo a uno que
espíritus de la montaña, dueños de la naturaleza, está integral. desarrollara Wolf (1955) en su análisis de las "comunidades
mente conectado a la promt:sa de la restauración de los indios, corporativas cerradas" de los indios en todas las tierras altas de
excepto en los Jos casos opuestos y extremos e.Je Q'ero, la menos América Latina, "pueden verse como una defensa del modo
aculturada, y Vicus, la más afectada por la dominación externa. de vida indígena. La economía del dinero impuesta desde afuera
En Vicus nada oímos de los espíritus de la montaña, con la es una influencia dañina para la aldea comunitaria, que le crea
243
242 MICHAEL T. TAUSSIG LA ICONOGRAFÍA

conflictos o la pérdida de sus tierras en beneficio de extraños" tienen que ver con la propiedad, las empresas, o motiv?s de
(1957: 48). Evon Vogt detalla funciones similares de acusacio­ control por parte de los blanco.s. Y sin e~b~rgo, en el mejor.de
nes de la brujería, relacionadas con el Señor de la Tierra, que los casos, a uno lo deja perplejo que los md1~s puedan también
sirven para disminuir la estratificación social y para oponerse al reverenciar a estos espíritus en calidad, por ejemplo, de antece­
dinero (1969). sores de linaje y protectores de la vida: en Bolivia, d?nde al
espíritu de las minas dentro de las montañas se le describe y se
le toma como a un blanco en términos bastante precisos, es
t mbién según las palabras de Nash, una proyección de las
¿DIOSES BLANCOS?
~peran~as de los mineros para el futuro y su aliado (1972: 233).
En cuanto a la identificacicín de sus espíritus dueños con los
blancos y mestizos, es conveniente notar cuánto odian los indios
VARIACIONES
a estos extranjeros, y qut: la gran hostilidad que los consume
refleja un sentido subyacente de solidaridad pan­india. Sobre
Guatemala, LaFarge escribe La atribución de maldad o de características no iñdígenas a los
espíritus dueños, no se encuentra en todas 1~~ cnmun~dade~
Los indios, como un lodo, tienen una clara conciencia <le sí mismos, indígenas, ni incluye tampoco a todos los es~mtus duen~1s, íll
en tanto que forman un vasto cuerpo bajo condiciones especiales siquiera en aquellas comunidades don~e se designa de.esta to~ma
dentro de la nación. Quizás el sentimiento no sea lo suficientemente a uno o más espíritus. En las comunidades que .no tienen nada
fuerte como para provocar una cooperación duradera entre las tribus, que ver con la vida comercial,: o _en las comumdades que ,han
pero está presente de todas formas. Parecen considerarse a sí mismos, logrado mantener a raya a los toraneos, tale~ ~orno la de O ero
incluso hasta el día de hoy, como un pueblo conquistado y como los en el departamento del Cuzco o el ayllu hol1v1~no Qollaya~aya
verdaderos nativos del suelo (1947: 15). de Kuata, no se describe al espíritu de la montana como mali~no
.,·~~~·:'.~~ . ~~. no indio. Bastien hace notar repetidamente que en el ~~nttdo
,,,_.,,___.........,,., ..... 0
David Forbes afirmó en 1870 c.¡ue los ayrnará alimentaban un de integridad que se Je du a la comunidad por su conexión co~
d::~-~~J~'11'1P.i::,' :·.-·
odio inveterado y profundamente arraigado contra los blancos, el espíritu de la montaña, aporta una b~se f1_rme para la so~tdarr­
'': ·:·;•,::~.i;.'1j,;{¡,~"(l~'.'•.'
y que se consolaban con la idea de que un día obtendrían la tierra dad del avllu y para la moral y rac1onahd~d ~ue rechaza l~
de sus antepasados. En el curso de su trabajo de campo entre los usurpación exterior del cuerpo de la montana (1.ncluyendo los
ayrnará, en la década de 1940, La Barre llegó a la misma conclu­ intentos de Jos no indios de apropiarse de las tierras de ellos
sión; él subrayó la hostilidad hacia los blancos, a quienes sólo [1978]). En las cornuniuades donde.ª algún espíritu d~eño se le
muy dt: vez en cuando se les permitía pasar la noche en los adjudican rasgos no iridios y malignid.ad, como al dueño ikl oro
poblados indígenas. Explicó que las barracas de los ingenieros y la plata entre Jos aymará de Chucuito descrito por_ Tschop1k,
estadunidenses de Corocoro eran un complejo con una gran existen también otros espíritus dueños a los que considera bene­
muralla, defendido por una ametralludora, y en su opinión, la volentes corno el dueño de las llamas, que tiene un nombre indio
agresión de los indios que ya estaba en marcha; sólo pudieron y habita 'en una montaña (1968: 135). A ot~os espíritus dueños
contenerla los blancos con los "habituales métodos terroristas de de la naturaleza se les identifica con montanas que llenen nom­
una casta superior" (1948: J 58). bres de santos crisrianos, y qm: así se les designa en los rituales.
En vista de esto, logramos un sentido más profundo de la Es cierto qut: si se les ofende pueden retirar su apego, .rero nos.e
vehemencia y también de la racionalidad con la que los indios le tes cnnsideru activamente malignos, por lo cual los ritos prop1­
atribuyen a ciertos espíritus dueños, caructcrís.icax de hombres ciatorios de estos t:spíritus dueños tienden a ser cíclicos, o a tener
blancos, cuando los intereses de dichos espíritus se fusionan o una frecuencia esiaciunul, excepto en casos de emergencia. Sin
LA ICONOGRAFÍA 245
244 MICHAEL T. TAUSSIG

embargo, al espíritu dueño de los peces del lago se le hacen actos RECIPROCIDAD Y MEDIACIÓN
propiciatorios constantes; las espinas de los pescados cocinados
se queman en forma ritual y se le pide al viento que lleve el humo En este aspecto, el wamani evoca la figura ambigua del curaca,
hacia el lago, para que los demás peces sepan que al pez atrapado el cacique local, mediador entre la comunidad y el centro de
se le ha brindado un buen trato. El objetivo principal de este rito autoridad: el rey inca antes de la Conquista, y los funcionarios
es convencer al dueño de los peces de que a sus súbditos se los españoles después de ella. De hecho, el_ cronista indio del si~!º
trata con respeto. Si no lo hacen, ya no podrán atrapar peces y xvn, Poma de Ayala, menciona que los jefes locales de la region
las redes se les romperán. de Ayacucho, durante el tiempo del Imperio inca, eran llamados
Los espíritus dueños con rasgos no indios pueden coexistir wamanis (Earls, 1969: 77). Al revisar esta analogía entre curaca
con los indios que representan intereses indígenas. En Zinacan­ y espíritu de la montaña dueño de la na_turaleza, es neces:rio
tán, Chiapas, la identidad india definitivamente no está presente analizar el papel cambiante del curuca bajo el mandato español,
en la figura del Señor de la Tierra, pero sí lo está, y muy notoria­ lo mismo que las propiedades ambiguas inherentes a la recipro­
mente, en los doce dioses ancestrales que habitan las doce cidad como modo de intercambio.
montañas sagradas con el permiso del Señor de la Tierra (al que Se ha dicho que hacia fines del periodo del Imperio inca, los
se le representa como un ladino gordo y codicioso). Al contrario curacas absorbían poderes cada vez. más grandes, no muy dife­
que el Señor de la Tierra, estos doce dioses son Jos prototipos de rentes de aquellos de los señores feudales, y que este proceso
todo lo que es bueno y correcto para los zinacantecos, cuyos ritos estuvo predeterminado por la estructura del gobierno_ inca, que
bjísicos son la réplica de dichos modelos, transfiriendo por sembró la semilla, por así decirlo, de su autodestrucción (Wach­
analogfa propiedades que son del reino de los dioses, a la esfera 'tel. 1977). Después de la conquista este proceso de aceleró.
de los indios. Como contraste, en un intercambio por dinero con Los curacas tendieron a transformarse en los esbirros de los
el Señor de la Tierra, la transferencia de propiedades ocurre por españoles con el nuevo sistema de explotación racial, y si bien
medio de una venta como una transacción por una mercancía con disminuyeron sus poderes gloh:iles, la naturaleza despótica de
los ladinos gordos que él simboliza. Mientras que el Señor de la '·''"'"'.~;·
''­t'"· ..
·;!'.'.:
~~y.•+· .... ­ ...,. su control aumentó. En vez de mediatizar los intercambios
Tierra controla la naturaleza y tiene el poder de otorgar dinero a s:'~~.ti."lfot::-r.t.w,i recíprocos de ofrendas como el medio de que disponía la socie­
,... ·
cambio de almas, en un intercambio que amenaza al resto de la ·:il1:=:,;L~'.t*~~~~:~;,:·; dad para distribuir mercaderías dentro de la economía, los cura­
comunidad, los doce dioses ancestrales de la montaña, subordi­ cas mediatizaban sistemas de intercambio opuestos, cada uno
nados a él, regulan las relaciones sociales de Jos indígenas. En con implicaciones radicalmente diferentes para las definiciones
las sociedades indígenas vecinas, estos dioses están aún más del hombre, del cosmos, y el significado del trato social. Por un
estructurados, pertenecen a linajes de línea paterna, y éste bien lado, el curuca corporizaba el eje de la interacción recíproca del
pudo ser el caso de Zinacantán (Vogt, 1969). intercambio de ofrendas, mientras que por el otro, ahora también
Aun cuando el espíritu dueño de la montaña tiene los rasgos mediatizaba el pago forzoso de tributo junto con el intercambio
de un rico explotador blanco, también puede tener características de mercancías con fines de lucro. Así, había tres niveles de
que lo asocien con indios y con imaginería anterior a la Conquis­ ambigüedad que se ~rnperponían unos a otros: la ambigüedad
ta, como en la descripción que registró Earls del Wamuni de inherente a la reciprocidad; la ambigüedad del estrato de los
Ayacucho, quien aparece con frecuencia bajo forma humana, curacas hacia fines del Imperio inca; y la ambigüet.lad final, que
"cabalgando en un hermoso corcel blanco, lujosamente apareja­ comenzó con d mandato español y continúa hasta hoy: la me­
do con una fina montura, y sudadera San Pedrana, con riendas diación de sistemas de intercambio opuestos ­Intercarnbio de
de plata, anteojeras, todo completo. Usa un bello poncho, poncho ofrendas con el intercambio de mercancías basado en el lucro y
pu/lay de los antiguos, muy fino, con espuelas; se viste como en la violencia.
estos hacendados ricos" ( 1969: 67). Antes de la Conyuisia, un sistema de intercambio perfecta­
246
MlCHAEL T. TAUSSIG LA ICONOGRAFÍA 247

mente equilihrado determinaba la eficiencia y estahilidad de la en este aspecto es tan despiadada, como la guerra que también
economía,_ ~in dinero, sin propiedad privada, sin principios de sigue con los hombres.
mercado ni intercambio de mercancías. Este equilibrio económi, Sin embargo, en un sistema mercantil de intercambio de
co estaba compuesto por intercambios entre productores campee mercancías, mediatizado por un equivalente abstracto y general
sinos en la base de la sociedad; daban tributos, que se conside~ de dinero, se acentúa el individualismo posesivo, lo mismo que
raban ofrendas, a sus caciques inmediatos, los que a su vez eran la búsqueda competitiva de lucro. Aquí, el acicate sin piedad de la
responsables de la redistribución de las dádivas; buena parte de autorresponsabilidad y la acumulación privada alienta el trabajo
ellas volvía a los_ productores, y algunas, por supuesto, se guar­ y transforma la cooperación de un fin en sí mismo, en una
da han por el rey inca. En buena medida este sistema económico utilidad para el provecho privado. El intercambio refleja relacio­
funcionaba bien por la puntillosa reglamentación burocrática nes sociales que subordinan la empatía al interés propio y los
e~tableci~a ~<;r I~ nobleza incaica; sin embargo, la religión y la hombres a las cosas, y es aquí donde el valor parece objetivo,
circunscnpcron ritual de intercambio también era indispensable preciso y general, como lo establecen los precios. . . .
que operara con éxito. . Con la mediación de los curacas en la soberanía incaica, la
El rasgo singularmente importante que se debe tener e~ tierra trabajada por los comuneros se ponía a un lado para el rey
cuenta es que los inrercarnbíos que juegan el papel determinante y el culto al sol, mientras que el control local se reconocía
en la economía de las sociedades prernercantiles, no son tanto implícitamente al dejarse e] remanente para la curnunidad, la que
intercambios económicos sino más bien intercambios recípm, lo dividía sobre una hase más o menos anual, para satisfacer las
cos de ofrendas. Por lo tanto, como dice Lévi­Strauss, los bienes necesidades cambiantes de Jos grupos familiares. El producto de
intercambiados son, además de su valor utilitario, "instrumentos los campos del Estado iha en parte a los graneros estatales para
para realida~es de otro orden", marcando actos que son más ser usado en las épocas de hambruna. El trabajo obligatorio o los
que económicos (1964: 38). Son "hechos totalmente sociales", requerimientos de la mita se organizaban sin poner en peligro la
simultánear:iente sociales, morales, religiosos, mágicos, econó­ autosuficiencia ni del grupo familiar ni de la comunidad, y a los
micos, senurnenrates y legales. Esto implica que la evaluación :.·:::2;:~:rp:. trabajadores se les pagaba a expensas del rey. La generosidad
del valor de las mercaderías intercambiadas es altamente sub­ era la nota clave para definir t:I tenor de los intercambios, y era
jetiva, incident:ilmt:nte específica, y que es más una función obligatoria. Esto trae a la mente el planteo de Muuxs, referido a
de la relación estahlecic.b que el valor supuestamente in­ las economías basadas en intercambios a manera de regalos: "La
herente a la cosa intercambiada, El intercambio recíproco de generosidad es necesaria porque de otro modo Nérnesis tomará
ofrendas también implica y crea una armonía social, haciendo venganza por la riqueza y felicidad excesiva de los ricos, dando
socios a los individuos; así, le agrega una nueva calidad al a los pobres y a los dioses" (1976: 15). En 1567, un inspector de
valor i~ter~ambiu~o. Dicho sistema acentúa la generosidad y la Corona de España notó que el Señor de los aymará­le daba
la J1stn_buc1ón, al tiempo que estimula la necesidad de cooperar mucho Je comer a sus vasallos, porque de lo contrario se ofen­
y trabajar. Y también debe actuar un principio más profundo, dían, y al inspector esto le pareció una compensación meno~ q.ue
a saber, el reflejo en t:! intercarnhío de la capacidad humana y adecuada, fundamentada en una especie de "abuso supersucio­
la necesidad de identificarse con los otros; gracias a esta iden­ so" (Murta, 1968: 135). Pero cs precisarnerue este "abuso su­
uficacirin con el otro, uno se conoce a sí mismo. El intercambio persticioso" el que se encontraba en el corazón del sistema
recíproco es un tipo de ernparía que vigoriza un modo de económico, haciendo que aquello que a los de afuera les parecía
producción social, cuyo objetivo ex hacer que el extraño se un intercambio desigual, le resultara a los participantes un inter­
vudvaconocido y que el indiferente pueda involucrarse. Negar cambio justo, aglutinando de esta forma los iconos de la natura­
dicho intercambio significa negar la amistad v el sistema de lezu, el trabajo, los amos, los vasulk», con el todo legítimo y
diferencias que sustenta la idc:ntidad, y la ctile~a de Jos dioses pleno de significado. Por ejemplo. se puede señalar que en el
248 MICHAEL T. TAUSSIG LA lCONOGRAFfA 249

léxico ayrnará no se hacían distinciones entre una llama sacrifi­ más ambiguas, y en la medida en que se acentúa la distancia
cada a los espíritus dueños de la naturaleza y otra llama sacri­ social entre los comuneros y sus jefes o sus dioses. Esto va a
ficada al curaca. resultar un desafío más grande, cuando la historia aprehenda a
En un sistema de trueque que está organizado con hase en la los jefes y los dioses y haga conocidos a los extraños e indife­
reciprocidad de una multitud de valores de uso, tanto el senti­ rentes a los involucrados. En ese punto, la reciprocidad como·
miento religioso corno el sistema semiótico se verán circunscri­ proceso de ernpatía va a estar propensa a las perturbaciones más
tos por el juego y la estructura de las relaciones sociales, que descabelladas.
canalizan los intercambios y quedan ratificados por ellos. En este El rey inca construyó su dominio con la reciprocidad existente
sentido, no sólo la "economía" está subordinada a la "sociedad", en la comunidad local. Transformó sus credos en su función de
sino que el intercambio tiene una propensión persistente a la absorber y. redistribuir los tributos, mediante los oficios de los
incertidumbre, donde el dador presupone la buena fe del que curacas. Por lo tanto, el curaca corporizó muy agudamente la
recibe, y viceversa. La naturaleza circunspecta del ritualista del tensión del. Estado incaico: la contradicción entre la existencia
trueque en contextos no mercantiles es un testimonio de esta continuada de la comunidad y la negación de la comunidad por
incertidumbre. El trueque no es garantía de reciprocidad, ni con parte del Estado. De todos los cronistas, Bias Valera fue el que
los dioses a los que uno ofrece sacrificios con la esperanza de vio más claro, como dice Murra: "La ayuda rnunía, la reciproci­
recibir algo más grande a cambio, ni con los amos o vecinos; uno dad en las tareas privadas y comunales, era una costumbre
no exige tanto sino que más bien desea, se compromete, facilita sumamente antigua; 'el inca la aprobó y la reafirmó con una ley
mágicamente y espera; uno tiene las mismas probabilidades de promulgada al respecto'. Era esta costumbre sumamente antigua
ser comido por los dioses o de que éstos lo alimenten; y en cuanto la que constituía los fundamentos del sistema de ingresos del
al trueque con los demás hombres, los festivales y las guerras Estado; el resto fue un intento ideológico que probablemente
están muy cerca unos de otras. En un sistema de mercado, por convenció a unos pocos, aparte de algunos cronistas europeos"
otro lado, la situación es muy diferente. La paz del mercado y la (1956: 163). No hay duda de que el imperio de los incas se
estabilidad de la sociedad requieren de mucho menos confianza ­­~ ....... ..,...,....
:.<'·"":··'t'.'.·: . ·.
construyó sobre la explotación de! campesinado, y que su redis­
y de mucho más cálculo utilitario, porque lo fundamental es la tribución fue una construcción ideológica que se erigió sobre la
persecución de la ganancia personal. Aquí, la incertidumbre se base de la reciprocidad, y se sostuvo por haberle agradado a la
ve como una función de un mecanismo económico abstracto, el divinidad de la clase gobernante, pero también es esencial en­
mercado, y no como una función de confianza. tender, como afirma Wachtel, "que esta explotación no fue
La cualidad de ambigüedad, qut! es básica para la reciproci­ experimentada como tal por los que estaban sujetos a ella; por el
dad, explica en buena parte los tonos mezclados de confianza v contrario, tenía sentido dentro de una visión coherente del mun­
temor que se encuentran tanto en la adoración andina de ¡; do" (1977: 83).
naturaleza como en la relación entre señor y campesino, donde Después de la Conquista desaparecieron casi por completo
los hombres se encuentran en paz pero "en un curioso estado los factores que condicionaban esta invisibilidad de la explota­
mental con un miedo exagerado y una generosidad igualmente ción. El rey inca, cabeza ritual de todo el sistema, fue asesinado,
exagerada, que sólo parece estúpida a nuestros propios ojos" y el Cuzco ya no fue más el centro sagrado del Imperio. Los
(Mauss, 1967: 79). Gracias a su participación colectiva en los figurones de la religión inca se extirparon, dejando a los campe­
rituales, a la organización teatral y al embellecimiento dramático sinos con sus huacas locales, a las que continuaron adorando en
de todo lo que es esencial para el trueque de regalos, la gente ritos secretos. Los españole» confiscaron gran parte de las tierras
consolida estas propensiones antinómicas dentro de una forma de los indios, y se interrumpió el patrón ecológico de uso. El
equilibrada, La necesidad de esto aumenta en la medida en que sistema de la mita del trabajo obligado bajo el régimen inca, se
las relaciones entre los particlpuntes de un intercambio se hacen transformó en una terrible parodia de sí misma; combinada con
250 MICHAEL T. TAUSSIG LA ICONOGRAFÍA 251

pesadas exacciones tributarias por parte de los españoles, termi­ cosmologías yuxtapuestas de españoles e indios. La Conquista
nó siendo un trabajo asalariado obligatorio. Este nuevo sistema y la colonización destruyeron buena parte de la sociedad indíge­
de explotación debilitó decisivamente la legitimidad que anti­ na, es cierto, pero también es cierto que, reelaborada en un tema
guamente había sometido a los súbditos a sus reglas. "La cuota de defensa, la tradición india triunfó sobre la aculturación, como
desfavorable de trabajo para la recompensa obtenida, fue empeo­ señalan Wachtel y muchos otros (1977). La lógica interna del
rando gradualmente durante el siglo XVIII, dice Kubler, "encon­ sistema económico prehispánico, que estaba basado en la reci­
trando expresión en las rebeliones fulminantes del último cuarto procidad y la redistribución, quedó subordinada a la hegemonía
del siglo XVIII" (1963: 350). La autosuficiencia de la economía · española, que se mantenía en gran medida por la fuerza bruta, la
incaica quedó destruida, porque además de la usurpación de la esclavitud asalariada y los mecanismos de mercado (cf. Lock­
tierra y la interrupción del uso ecológico, el equilibrio económi­ hart, 1968: 27­33). Pero como afirmaron Alberti y Mayer, aun
co que había prevalecido se trastocó por la introducción de una teniendo en cuenta su desplazamiento, proletarización y explo­
economía mercantil basada en exportaciones e importaciones tación, los indios mantuvieron la economía de reciprocidad,
que aumentaron enormemente la demanda de la capacidad de sobre todo, bajo la forma de una ayuda mutua en las relaciones
producción india (lhid: 370). En muchos aspectos, el sostén de de producción (1974: 20). Lo que es sumamente significativo,
este nuevo sistema continuó siendo el curuca, quien mediaba como ilustrara Wachtel, es que los indios continuaron evaluando
entre el dominio español y lu hostilidad indígena, y quien vio que sus relaciones con los nuevos amos, blancos o indios, según el
era necesario explotar a sus súbditos par:i poder cumplir con sus criterio de reciprocidad, a pesar de que se abusara de ellos o se
propias obligaciones tributarias. Según Kubler, esto afectó seria­ les negara constantemente (1977: 115). En la medida en que este
mente la moralidad social de la villa indígena."En estas circuns­ principio de reciprocidad era una fuerza viviente en la mente e.Je
tancias," dicen Giorgio Albert! y Enrique Mayer, "el curaca los indios, signíficaba problemas. Repitiendo lo dicho por
falsificó la antigua idea de reciprocidad con el fin de constituir Mauss, negar la reciprocidad es invocar la guerra y la cólera de
uh vasto seguimiento personal que tuvo un efecto profundo en los dioses. ·
los lazos comunitarios y en el sistema tradicional de reciproci­ Esto me lleva a sugerir que la malicia de los espíritus dueños
dad" (1974: 20). El curuca controló de inmediato u las comuní­ de la naturaleza, desde la Conquista hasta el día de hoy, corres­
dudes indígenas, movilizó el trabajo obligado en las minas y ponde a esta negación de la reciprocidad, como la tuvo que negar
otros lados, y entregó a los españoles un tributo comunalmente el sistema envolvente del intercambio de mercancías. Los espí­
organizado, al igual que hoy en día se dice que los wamanis de ritus de los muertos, y los dioses, son los verdaderos dueños de
Ayacucho convierten en oro y plata las ofrendas que les hacen la riqueza de los Andes; con ellos, era y es necesario hacer
los indios, y que más tarde entregan a los gobernantes blancos trueques (y no hacerlos es peligroso). Como está escrito en la
de Lima (Earls, 1969: 70). A él sólo se le permitió adoptar los estética y la moralidad del trueque de ofrendas, la reciprocidad
símbolos de prestigio de usar ropas españolas y caballo, cosa que tiene por fin comprar la paz. De esta manera se mantiene bajo
hizo ansiosamente; también en esto es como el wamani, quien control al potencial del mal, que lo puede matar a uno. Los indios
con su poncho de los antiguos y vestido de hombre blanco, persisten en va al mundo de esta forma, y no les falta razón;
representa la forma hfbridu y las contradicciones espectaculares aunque acallada, la vieja economía coexistía con las caracterís­
que toman por asalto a la economía, la sociedad y la vida ticas de la nueva. Se estableció una economía dual, y la oposición
religiosa de los indios. a la Conquista no sólo persistió, sino que se transformó. en un
Para entender mejor esto es necesario captar la tensión hísro­ amplio sentido, en la cultura misma. Sin embargo este mundo
rica corporizada en las figuras del curuca y del espíritu dueño de. fracasó en cuanto a corresponder a los dictados e.Je la reciproci­
la naturaleza, a través lit: quienes las corrientes opuesws lle la dad; los circuitos de intercambio ya establecidos entre la natura­
Conquista y la resistencia india. corrían parejas dentro Je las leza y los productores, mediatizados por los espíritus dueños,
252 MICHAEL T. TAUSSIG,

se vieron seriamente amenazados por las exacciones de los


españoles.
Precisamente, con motivo de la toma por asalto de su visión.
12. LA TRANSFORMACIÓN DE 1A MINERÍA
coherente del mundo, el universo de los conquistados está lejos.
de carecer de sentido. En cambio, tiene una plétora atemorizante
Y LA MITOLOGÍA MINERA
de significados, según los cuales los antiguos dioses han de ser
alimentados para rechazar el mal (como se ilustra tan decorosa­
mente con el nacimiento del Taqui Onqoy, de poco después de LA MINERÍA ANTERIOR A lA CONQUISTA
la Conquista, y con los ritos actuales al espíritu diabólico, dueño
de las minas bolivianas). La Conquista y el intercambio dé En la época de los incas, la minería era más bien una actividad
mercancías pueden haber exacerbado la ambigüedad de los en pequeña escala. Era manejada como un monopolio estatal, y
espíritus dueños, pero el ritual, que por fuerza expresaba esta el trabajo estaba organizado con base en el trabajo obligado
ambigüedad, sirve para atarlo al corazón de los mineros. Tam­ rotativo, la ya mencionada mita, la que no representaba preci­
bién sirve para atar sus propensiones a la producción y la mente una pesada carga· para los mineros (Rowe, 1957:52). John
destrucción a una síntesis trascendente: una afirmación recíproca Leddy Penharn se hace eco de la opinión prevaleciente, cuando
de la reciprocidad misma. dice que la minería era una actividad económica secundaria
porque los incas sólo valoraban al oro y la plata como una forma
de ornamentación y no como una moneda corriente o como un
depósito de riquezas (1967). La diferencia esencial entre la
minería anterior y posterior a la Conquista, radica en que
la primera era una parte diminuta de una economía autosufi­
ciente, mientras que la segunda se transformó en el aspecto
'· · t:~~;.:'""'·~t:.".'·:
.... , .. ,._.,,,'*"'!,.,...'·'­ principal de la economía capitalista del mundo burgués, donde
los metales preciosos del Nuevo Mundo jugaron un papel vital
en las primera etapas de la acumulación de capital.
Garcilaso de la Vega, quien no fue renuente a identificar el
tributo forzoso cuando ocurría en otras esferas de la economía
incaica, fue terminante al afirmar que los metales preciosos se
extraían antes de la Conquista, no como parte de un tributo
forzoso, sino en calidad de regalos para el gobernante divino:

El oro, la plata y las piedras preciosas que poseían los reyes incas en
tan grandes cantidades, como es bien sabido, no se producían para
ningún tributo forzoso que los indios tuvieran que pagar, así como
tampoco eran exigidos por los gobernantes, porque tales objetos no
se consideraban necesarios ni p:ira la guerra ni para la paz, ni se los
valoraba como propiedades o tesoros. Como ya hemos dicho, nada
se compraba ni se vendía, ni con oro ni con plata, y estos metales no
se usaban para pagar soldados ni se entregaban para abastecer ningún

25]
254 MICHAEL T. TAUSS!G U\ MITOLOGÍA MINERA 255

tipo de necesidad. Consecuentemente, se les tomaba como algo inca Je proporcionaba a los mineros todo lo que necesitaban para
superfluo porque no servían para comer ni eran útiles para obtener sus gastos, y que la minería "no era para ellos una servidumbre
alimentos. Sólo se los estimaba por su brillo y su belleza, para sino más bien una vida agradable" (1880: 418).
adornar los palacios reales, los templos del Sol y las casas de las
Vírgenes (1966: 253).
LA MINERÍA EN TIEMPOS DE LA COLONIA
Estos metales tenían un estatus sagrado, según correspondía
a las cosas que se regalaban a un rey. Los curacas, quienes Con la llegada de los españoles, la minería se transformó en una
visitaban al rey en ocasión de los grandes festivales en honor al industria grande y voraz, piedra fundamental de la economía
sol, la trasquila de las llamas, las grandes victorias y el nombra­ colonial. LaBarre es de la opinión que en cualquier momento que
miento del heredero del trono, al igual que cuando debían se tomara, un poco más del 14% de la población ayrnará hacía
consultar al rey sobre cuestiones más mundanas detipo adminis­ trabajos forzados en las minas, y que la mortalidad entre estos
trativo, jamás lo hacían sin obsequiarle oro y plata. indios era extremadamente alta. Afirma que unos ocho millones
de andinos, ayrnará en su mayoría, murieron en las minas en el
En todas estas ocasiones nunca besaban las manos del Inca sin antes transcurso de todo el periodo colonial (1948: J \).
entregarle lodo el oro, la plata y las piedras preciosas que sus indios La minería fue una causa imr.ortante de la ~esintegraci<ín de la
habían extraído cuando no tenían otro trabajo que hacer, porque comunidad y de la destrucción ele los lazos ch:: parentesco. Esto
como el trabajo minero no era necesario para sustentar la vida, sólo ocurrió como consecuencia directa de las asignaciones de traba­
lo realizaban cuando no tenían otros asuntos que atender. Pero como jos forzados y como consecuencia indirecta de la fuga de los
ellos vieron que estos artículos se usaban para adornar los palacios indios de sus comunidades de origen, para evitar dichas asigna­
reales y los' templos, lugares que ellos tenían en tan alta estima, ciones. Otros indios se sentían atraídos a las minas porque podían
empicaban su tiempo lihrc en buscar oro, plata y 1.:cu1~., preciosas
funcionar corno trabajadores asalariados libres, y podían obtener
para obsequiar al Inca y al Sol, sus dioses (Ibid: 254).
dinero con qué pagar los impuestos reales. Y otros más parecen
haber preferido las minas a otra situación aún peor en sus
Cobo nos dice que los mineros adoraban a las montañas que hogares, la que seguramente se presentaría, con un curuca tirá­
contenían las minas y a las minas mismas, a las que les pedían nico que era dueño y señor de los campesinos atrapados.
que les dieran su mineral. Uno de los secretarios de Pizarro Con la cambiante composición de la gente, dentro y en torno
describe minas de 60 a 240 pies de profundidad, que eran a las minas, cambió también la vieja organización del ayllu. Las
trabajadas por unos pocos mineros, tanto hombres como mujeres parejas casadas raramente eran del mismo pueblo de origen, y
(veinte de un jefe, cincuenta de otro). Le dijeron que los mineros "ante la ausencia de los lazos de parentesco mediante los cuales
sólo trabajaban cuatro meses al año, y Murra interpreta esto se articulaba la reciprocidad y el truque tradicionales, las normas
como consecuencia de que tuvieran que regresar a sus aldeas y los patrones de riqueza y de prestigio social se alteraron"
para retomar sus responsabilidades con la agricultura (1956: (Spalding, 1967: 114). Las tasas de sexos estaban enormemente
189). Murta cita también a Ciezu de León para decir que cuando desequilibradas. En Yauli, una región minera próxima a Huaro­
los aldeanos estaban trabajando en las minas, el resto de la chirí, el 24% de la población adulta de varones, en 175 J, estaba
comunidad atendía sus tierras, y que los hombres solteros no compuesta de hombres solteros, sin contar a los viudos (lhid:
podían ser mineros; solamente se aceptaba a los jefes de familia 121 ).
con buen estado físico. Otras fuentes afirman que cada unidad Pero algo se retuvo de la vieja forma del ayllu. Karen Spalding
de cien familias debla rnoperar con un minero, sobre una hase habla de su "reconstrucción", y nos refiere a la institucionaliza­
de rotación (!bid.). Cuando escribió en 1588, Acosta dijo que el ción de la cooperación económica y de la ayuda mutua entre los
256 MICHAEL T. TAUSSIG LA MITOLOGÍA MINERA 257

mineros. En realidad, esto constituía una ventaja tanto para los y no de tiempo. Los trabajadores libres trabajaban con el pico,
españoles como para los indios. ¿Cómo se podí~ sost_ener un_a mientras que los trabajadores de la mita transportaban el mineral
empresa tan gigantesca en condiciones tan inhóspitas sin pe~1­ hasta la superficie, utilizando largas escaleras. Las bolsas que se
tirles a los indios algún nivel de control sobre sus propias usaban contenían cien libras ele mineral, y se esperaba que cada
actividades? Aquí como en cualquier otro lugar de lo~ And~s, ~a trabajador sacara veinticinco bolsas en doce horas; caso contra­
estrategia de los españoles consistió en integrar la so~tedad india rio, el salario se reducía proporcionalmente. Una manera de
a las nuevas formas económicas. Correctamente guiados desde cumplir con Ja cuota era que los trabajadores subcontrataran a
arriba, Jos patrones indígenas ele organización social, que_ deri­ otros indios, pagándoles con parte de sus salarios. En. tales
vaban en gran parte de los principios de aine (reciproc1~ad), condiciones, muchos trabajadores de la mi/a terminaban sus
podían ayudar a los españoles a mantener su control. Por ejem­ servicios fuertemente endeudados, lo que los obligaba a huir a
plo, fue precisamente mediante las form_as de ayllu_ o quas1­~yllu, alguna región que no fuera su comunidad de origen, o bien a
que Jos españoles asignaron a los mmeros mdi?s las tierras permanecer en las minas como trabajadores libres. Cadafuga de
adyacentes a las minas. Los españoles f~ero_n incapaces de la comunidad acentuaba aún más la carga que debían soportar
desarrollar principios modernos de organización laboral. No los que quedaban en casa. Las cuotas de la mita disminuyeron
poseían los recursos para desarrollar una clase minera comple_~ mucho más lentamente que el numero de originarios disponibles
tarnente especializada, y mucho menos para mantenerla; asi, para satisfacer la asignación, y "los propietarios potosinos eran
algunos elementos de reciprocidad se inc~rporaron_a la base del despiadados en su insistencia de que se cumplieran las cuotas
marco capitalista en evolución. Las relaciones sociales ent_re la hasta el último hombre" (Rowe, 1957: 174­176).
clase baja estaban tan obligadas por gratitud al pasado prehispá­ No es de sorprender que incluso algunos españoles se refirie­
nico, como Jo estaban las exigencias del nuevo modo de explo­ ran a Potosí, que anualmente consumía a miles de nativos ino­
tación. centes y pacíficos, como una "boca hacia el infierno", y obser­
El trabajo en las minas era excesivamente op~esivo. ~ los varan que "lo gue se lleva a España desde Perú no es plata, sino
mineros se les pagaba el jornal tanto cuando trabajaban bajo el la sangre y el sudor de los indios" (Hanke, 1956: 25). Las minas
sistema de la mita como cuando lo hacían como jornaleros libres; vomitaron una clase de gente rebelde y sin hogar ­un lurnpen­
aunque la paga de Jos primeros era más baja qu_e la de estos proletariado colonial­ cuya presencia y energía se iba a hacer
últimos. Los trabajadores de la mita eran responsables de su muy notable agitando la masa del descontento y la rebelión,
propia transportación. Rowe cita distancias de alrededor de cien particularmente en el gran levantamiento indígena nacionalista
leguas, que llevaban entre dos y tres meses de viaje. Por ejemplo, de 1780, de Tupac Amaru (Cornhlitt, 1970).
la partida de ta mita de Chucuito a Potosí en la década de 1590
incluyó siete mil mujeres, hombres y niños, y más de cuare~ta
mil llamas y alpacas, para alimento y transporte (Rowe, 19)7:
LA REUGIÓN Y EL CAMBIO A LA MlNERiA DE L". ÉPOCA
l 74). . • . DE LA COLONIA
A fines del siglo XVI se introdujo en Potosi un sistema de
doble turno y los mineros permanecían bajo tierra desde los
La minería siempre implicó ritual y magia, pero únicamente
lunes a Ja tarde hasta los sábados a la tarde, en los pozos húmedos
después de la Conquista implicó al espíritu del mal. Bernabé
y contaminados de las minas. Controlaban la duración d_e los
Cobo, refiriéndose a las costumbres anteriores a la Conquista,
turnos por el tiempo en que se consumían las :elas.' y trabajaban
escribió:
con picos que pesaban entre veinticinco y treinta libras ( 10.89 Y
13.60 kilos), contra rocas usualmente duras como el pedernal.
Aquellos que iban a las minas udoraban a las montañas que las
En el siglo XVIII el trabajo se regulaba con un sistema de cuotas
albergaban, al iguul que a las minas mismas. A éstas las llamaban
258 MICHAEL T. TAUSSIG LA MITOLOGÍA MINERA 259

Coya, y les imploraban que les dieran sus metales. Para lograrlo, que nuestro objetivo principal es hacernos ricos rápidamente", y
bebían y bailaban para reverenciar a estas montañas. En forma porque la Iglesia escasamente daba alguna respuesta a los pro­
similar adoraban a los metales, a los que llamabanMama, y a las blemas específicamente indígenas de la colonización (Arriaga,
piedras que los contenían, a las que llamabanCarpas,besándolas y 1968: 78).
realizando otras ceremonias (1890­1895, 3: 345). Si la Iglesia era incapaz de dar una respuesta, no es de sorprender
que los indios tuvieran que promulgar las suyas, y persistir en la
A la ciudad minera de Potosí se la adoraba como un lugar "idolatría". Es lógico suponer que en los asentamientos mineros,
sagrado (Kubler, 1963: 397). Martín de Morúa, otra fuente donde prevalecía la explotación y el desarrollo de la mercancía,
contemporánea, describe ritos de fertilidad anteriores a la Con­ y donde 'era más intensa la artillería cultural montada por los
a
quista, comunes la agricultura, a la construcción de viviendas españoles, iban a prevalecer las formas más extremas de esa
y a la minería. En estos ritos se propiciaba a dos figuras: la idolatría. Si el diablo tenía que aparecer en algún lado, tenía que
Pachamama o Madre Tierra, y a la huaca perteneciente a la hacerlo aquí, en las minas. Aquí debíamos suponer que iba a
empresa en cuestión (1946: 278~281). En ninguna parte de estos aparecer en su forma más fiera y con más claridad. Las cantida­
relatos aparece ni siquiera un indicio de una figura del mal como des que se extraían de Ja tierra excedían ampliamente todo cuanto
el diablo contemporáneo de las minas bolivianas de estaño; al aconteciera bajo el dominio inca; y sin embargo, en lo más alto
contrario, la que está en primer plano es la figura femenina de la de la escalera, los indios· no encontraban otra cosa que un mayor
fecundidad. · endeudamiento, mientras que el mineral pasabá a los cofres de
Los centros .míneros, como Potosí, eran grandes centros de los españoles. No había la necesaria compensación, ni material
civilización española y de programas de adoctrinamiento reli­ ni espiritual, para sortear los traumas infligidos a los dioses de
gioso. "Los indios de estas provincias, debido al comercio y a la la montaña, traumas que por sus proporciones claras e insensi­
comunicación frecuente con los españoles, están más cultivados bles, iban a sobrepasar la capacidad de resintetizar de cualquier
en las amenidades de la vida, e instruidos, y han sacado más ritual tradicional. Nada virtualmente le quedaba a los mineros o
provecho de la religión cristiana que Jos indios de otras partes; . ..· '. ''''~' .'.'i'¡'''.f'.''
__, . ,.......,_,.~. a sus dioses, a quienes los indios, lo misl}lO que toda la naturaleza
donde no hay tantos españoles" (Cobo, 1890­1895, l­292). Sin circundante, estaban obligados por gratitud. El mundo indígena
embargo, tal proximidad y densidad de relaciones con los espa­ fue arrasado por los poderes destructivos del universo que se
ñoles no tenían necesariamente que causar los efectos anuncia­ habían liberado de sus amarras protectoras de los primeros.ciclos
dos tan alegremente. Un sacerdote que escribió en el siglo XVI!, de trueque. La totalidad original se partió en todos los puntos.
más o menos en la misma época que Cobo, dijo: La regeneración preexistente de los mortales y la naturaleza fue
locamente arreglada para que formara un movimiento lineal en
La enfermedad <le estos desafortunadoses general, aunque es más un solo sentido, el cual, al ser infinito, implicaba una concepción
pronunciada en Potosí,donde esta malditapestilencia de la idolatría mucho más mágica.
llega a su máxima intensidad [ ... J Desde este país hasta Charcas (a Al mismo tiempo, los españoles llevaron su metafísica propia
una distancia <le más de \00 leguas y una de las regiones más y peculiar referente a la minería y los metales preciosos. Pode­
pobladas y frecuentadas de lodo Perú) no se ha plantadola fe, porque mos ver esto en el relato de Acosta de Ja historia natural: a los
las maneras Je la gente reflejan la indiferenciay arrogancia, sin metales preciosos se les veía como a plantas, que se engendraban
ningún indicio tic devoción. Más bien parecen sentir odio y encrnis­ en las entrañas de la tierra por las virtudes del sol y otros planetas.
tad, y tienen una mala actitud hacia Dios. Según Paul Sébillot, en la Europa de fines del siglo XVI, los
mineros creían que la tierra era la depositaria femenina de
Consideraba que en esto los indios estaban justificados, por­ los metales raros, que se generaban por la acción del firmamento
que "nosotros, los que lt:s enseñamos, parecemos demostrarles masculino que interactuaba con la tierra 4ue tenía debajo. Los
260
LA MITOLOGÍA MINERA 261
MlCHAEL T. TAUSSIG

LAS MINAS PERUANAS DEL SIGLO XIX


planetas en movimiento actuaban en las venas abiertas de la
tierra; el oro era el retoño del sol, la plata de la luna, el estaño de
Júpiter y así sucesivamente. La tierra exudaba emanaciones Johann J. von Tschudí, quien alrededor de 1840 visitó las minas
húmedas de sulfuro y mercurio, las que se unían a la acción de de plata de Cerro Paseo, en las tierras altas de Perú, nos ha dejado
los planetas para crear los diferentes metales. Se creía que el algunas observaciones muy perspicaces. Lo único que reconci­
liaba a los que ahí vivían era la búsqueda de riquezas. El clima
vapor desulfuro actuaba como el semen, el padre, mientras que
el vapor de mercurio era la simiente femenina o madre. Las venas frío y tormentoso reinaba en una región inhóspita, donde el suelo
eran úteros, cuya inclinación y orientación física los conectaba nada producía. La naturaleza había enterrado sus tesoros en las
e? mayor o menor medida con los distintos conjuntos de influen­ entrañas de la tierra, y el martillear incesante de los mineros
cias astrales. Más aún, al ser orgánicos, los minerales podían indios que horadaban estas entrañas, mantenía al viajero despier­
regenerarse: cuando una mina quedaba exhausta, se le permitía to por la noche. La mayoría de los dueños de minas eran descen­
descansar unos pocos años; una vez más las influencias interac­ dientes de antiguas familias españolas, y si bien a veces zanaban
tuarían en las venas agotadas, para producir más mineral. La fortunas inmensas, en su mayoría estaban fuertemente e~deuda­
verificación de este principio de re fertilización vino no solamen­ das con los usurerosde Lima, que les cobraban entre el 100 y el
te de las minas europeas, sino también de las minas de Potosí 120% de interés. Todo dinero ganado con unfilón se disipaba
(1894: 392­399). rápidamente con el pago de los intereses, la búsqueda de nuevas
El modelo macro y microcósmico del estructurallsrno anima­ minas, y el juego. "El ardor de preservación de las personas que
do no era muy disímil en ciertos puntos esenciales del de los se dedican a la minería es realmente notable", escribió. "Sin que
indígenas, lo que posibilitó una gran aculturación y la continui­ los disgustos les hagan mella, continúan con la carrera en la
dad de la metafísica de la minería indígena. Sin embargo, el que se embarcaron. Aun cuando la ruina parece inevitable, el
concepto europeo recalcaba una única fuerza ­Dios­, mientras amor al dinero sobrepasa los dictados de la razón, y la esperanza
suscita imágenes visionarias de riquezas aún por '!enir~~ (1852:
que el c??cepto indígena acentuaba la cooperación espontánea e ...... ,,,.t.,."•
de las diferentes partes del organismo del mundo y la armonía ·~,,._¡.,..,,._,.,.. .... 236­237). En pocos lugares se arriesgaban sumas tan enormes
del todo, no dependiente de la autoridad de una fuerza externa: . ,·· j;;~..~~{¡.~·~J:;:~:· • como en las mesas de juegos. Desde las primeras horas de la
~costa, por ejempl_o, destaca una jerarquía clara de estatutos y . ·:)~1~~t::Y.:;"~~~.'.
mañana y hasta el día siguiente, se jugaba a las cartas y a los
funciones donde ~ios le ordena a las naturalezas inferiores que dados, y los hombres a veces hasta perdían su parte de futuros
sirvan a la~ s~~enores. Las plantas y los minerales existen para filones.
servir a la felicidad del hombre, quien por su parte es súbdito de Para liquidar sus deudas, los dueños de minas hacían que los
Dios, autor y creador de Jodas las materias. Y de todos los usos trabajadores indios extrajeran la mayor cantidad posible, sin
de los metales preciosos, el más importante es su empleo como tomar ninguna precaución contra los accidentes. Las galerías se
dinero, "medida de todas las cosas"; verdaderamente, "él es derrumbaban a menudo, y todos los años morían muchos mine­
t~idas las 7osas". Según la misma doctrina, Dios ha plantado ros. Las partes peligrosas de los tiros no se entibaban. "Se usan
riqueza mineral en las Indias, lugar en donde los hombres no tablones podridos de madera y piedras sueltas como escalones,
comprenden esto ni codician riquezas como los europeos, invi­ y donde éstos no se pueden colocar, se desciende por el tiro, que
tando_ así a que la Iglesia busque estas tierras y que las posea, a casi siempre corre prácticamente perpendicular, con la ayuda de
cambio de implantar la verdadera religión (Acosta, 1880, 1, cadenas herrumbrosas y sogas, mientras que de las partes húme­
183­187). das se desprenden continuamente fragmentos sueltos de dese­
chos" (!bid: 231). Los carg;idores(/wpires), cuyo trabajo consis­
tía en subir el mineral por el tiro, hacían turnos de doce horas, y
el trabajo de minería se sucedía sin interrupción Jurante todo el
262 MICHAEL T. TAUSSfG LA MlTOLOGfA MINERA 263

ciclo de veinticuatro horas. Cada carga pesaba entre cincuenta y más que la cantidad necesaria para cumplir con el pago corres­
setenta y cinco libras, y los hapires trabajaban desnudos, a pesar pondiente. Von Tschudi nos asegura que éste era un fenómeno
de lo frío del clima, porque entraban solos en calor con el trabajo general, y se muestra muy sorprendido por lo que él considera la
extenuante. indiferencia de los indios en cuanto a obtener riquezas para ellos
La plata se separaba del mineral utilizando mercurio. Aunque mismos; una actitud totalmente opuesta a la de los blancos dueños
en algunos lugares esto se realizaba con el pisoteo de caballos, de las minas. El ingeniero de minas inglés Robert Blake White,
en otras partes lo hacían indios descalzos que pataleaban durante describió una conducta similar por parte delos indios pasto, del
horas sobre la mezcla. El mercurio rápida e irreparablemente suroeste de Colombia, hacia fines del siglo XIX: "Sólo van a
dañaba los cascos de los caballos, que en corto tiempo ya buscar oro cuando quieren comprar algo en especial que única­
quedaban inservibles para trabajar; a los indios les provocaba mente se puede adquirir con dinero. Pero si extraen más oro dél
parálisis y otras enfermedades. que realmente necesitan, arrojan el excedente al rfo. No hay
La plata era lo único que se producía en Ja región inmediata, modo de convencerlos de que lo vendan o lo cambien, porque
y todas las necesidades de la vida, incluyendo el alojamiento, dicen que si toman más de lo que estrictamente i:iecesitan, el dios
eran excesivamente caras. En los almacenes abundaban los lujos del río ya no les dará rnás" (1884: 245). •
más exquisitos, y el mercado contaba con las mismas mercade­ En forma significativa, Von Tschudi se sorprendió en grado
rías que había en la ciudad de Lima. Aunque los indios trabajaban sumo cuando oyó decir que los indios creían que las minas
a un nivel de industriosa paciencia que Von Tschudi conside­ propiedad de blancos eran perseguidas por horribles ~spíritus y
inútil esperar de los trabajadores europeos, eran muy pródigos apariciones. Consideró que éste era un comportamiento muy
con sus salarios, que gastaban rápidamente en todo tipo de lujos extraño por parte de los indios, cuya imaginación, dijo, era
y licores el final de Ja semana. El minero indio nunca tuvo en "muy fértil en cuanto a crear este tipo de terrores".
~ente ahorrar dinero, y "por disfrutar el momento (perdían) de
v1s'.a toda consideración para el futuro". Hasta los indios que
emigraban desde lugares lejanos, volvían invariablemente a su EL DIABLO, LA VIRGEN, Y LA SALVACIÓN EN LAS MINAS
hogar tan pobres como habían partido. Las mercancías euro­ BOLIVIANAS CONTEMPORÁNEAS
peas, que habían comprado a precios surharnenre inflados, las
dejaban de lado en seguida. Las mercaderías caras (que se com­ Se cree que las montañas que están sobre las minas de estaño
praban sólo cuando los mineros trabajaban en minas de alta bolivianas de hoy en día, habían sido habitadas por un espíritu
producción, donde se les pagaba a destajo) eran dejadas de lado llamado hahuari, quien hoy es el diablo o Tío, el espíritu dueño
apenas mostraban el más mínimo defecto, o después de haber de las minas. "Fue él quien convenció a la gente de que abando­
satisfecho su curiosidad inmediata. Von Tschudi cuenta que un nara el campo y entrara en las cuevas para encontrar la riqueza
indio se había comprado un reloj de oro por 204 dólares (el que él había almacenado. Ellos abandonaron la vida virtuosa de.
salario semanal promedio era de un dólar), y que después de
trabajar el suelo, y comenzaron a beber y a irse de parranda por
haberlo examinado durante unos minutos, al darse cuenta que no
las noches con el dinero mal habido de las minas" (Nash, 1972:
le resultaba de uso práctico, lo había arrojado al suelo.
224).
Pródigos como eran con los salarios que ganaban en las minas
En contraposición con la agricultura campesina, el trabajo
d~ l_os blancos, los indios mostraban un comportamiento muy
minero se considera como algo malo. Es un error. A los campe­
distinto cuando se trataba de extraer plata de lugares que los
sinos Jos arrastraron allí con la promesa de riquezas, pero es la
blancos desconocían, y en donde trabajaban según sus propios riqueza la que carece de virtud. Es la versión andina del cuento
ideales. Sólo trabajaban cuando tenían una necesidad inmediata
de Fausto, y corno le ocurrió a él, había un precio muy alto que
y lamentable de realizar una compra específica, y extraían nada
pagar:
LA MITOLOGlA MINERA 265
264 MICHAEL T. TAUSSIG

Entonces apareció una serpiente monstruosa, un lagarto, un escuerzo Tierra; los mineros le piden que interceda ante el_ Tlo cuando se
y un ejército de hormigas para devorarlos, pero cada uno de ellos fue sienten en peligro, y cuando usan dinamita le piden que no se
abatido por un rayo cuando avanzaban sobre el pueblo, cuando uno enfade. Dice un minero:
de los asustados habitantes llamó a Nusta, la doncella inca, que más
tarde se identificó con la Virgen de las minas (lbúl.). El minero, particularmente en agosto, compra su lana, grasa, coca _Y
otras cosas que ofrendar, diciendo: "Pacharnarna no me­ va a casti­
Una informante le describió la Virgen a Nash en Jos siguientes gar". Con esto, él cree internamente que ha cumplido una propuesta
términos: con Ja Pacharnarna, y a partir de ese momento ?ucde llega_r al punto
de olvidar un accidente. Entonces puede conunuar trabajando con
tranquilidad. Es una costumbre que no nos impusieron los sacerdotes
Señora, le voy a contar de la Virgen del tiro. Ella está arriba del metal,
arriba del oro que todavía está ahí en el pozo, debajo de la iglesia y (Nash, 1972: 229).
en la pulpería. Agua hirviendo atraviesa este metal, agua cristalina
que burbujea y hierve. La Virgen es milagrosa. El metal es líquido,
Entra muy limpio, y uno no puede moverlo para nada. Una vez LA BATALLA DE LOS DIOSES Y L\ LUCHA POR LA FERTILIDAD
fuimos al pozo qm: está debajo de la pulpería ... ¡Qué hermoso era
[el metal]! Era como azúcar en bruto. [No se debe mover a la Virgen.] ¿Qué es lo que está detrás_ de este antagonisn;o entre el. diablo
Si se la moviera, el pueblo de Oruro la podría perder. El agua se la varón y la Madre Tierra, siendo el uno el dueño de _la mma y la
podría llevar, porque la Virgen camina sobre el agua. El pueblo de otra el espíritu de la tierra y la fertilidad? Ar rev1s~r la larga
Oruro estaría perdido ( ... ] La colina se incendiaría y nosotros nos historia de la colonización y la aculluración en las tierras altas
perderíamos en ella (1976: 77). de América Latina, uno se da cuenta de que las características
que se adjudican al Tío (diablo)~ a la Ma~re Tierra (o Virgen)
Así es que Ja Virgen del Pozo detenía Ja marcha de Ja en las minas bolivianas, no son sino expresiones particulares de
destrucción. Hoy los distintos monstruos pueden verse bajo una perspectiva muy general y de una experiencia histórica
la forma de rocas, dunas y lagos. Así se salvaron los mineros, común. Los efectos sociales de la colonización europea sobre los
aunque sólo momentáneamente, de la destrucción final. Lo estilos de vida indígenas parecen haber distorsionado el carácter
anterior es tan histórico corno persistente. Es una estructura de idealizado de la relación entre varón y hembra, hasta el punto de
fuerzas que Ja situación mantiene incesantemente. A los mons­ transformarse en una relación de antagonismo, lo que es muy
truos petrificados tallados en el paisaje de los alrededores se les evidente en aquellas comunidades indígenas donde la alienación
concibe ahora como testigos mudos, pero investidos con el es más extrema. Mientras que la divinidad femenina­la Virgen
potencial de regresar a la vida y continuar su marcha. o la Madre Tierra­ pueden tomarse como la co~p~rización _de
Se cree que la extracción de plata y otros minerales conduciría los intereses indígenas y la conciencia de los oprimidos, al dios
a la destrucción inevitable, si no fuera por la intercesión de la masculino se le ve a menudo como la corporización de fuerzas
Virgen de las minas. Pero este drama macrocósrnico de extrañas que se inclinan por la destrucción de las personas a
Ja salvación no se restablece sólo una vez al año para Carnaval. quienes alimenta y protege la parte femenina. . .
Esencialmente se establece el mismo ritual dentro de las minas, Tanto en Mesoarnéricu como en los Andes existe una creencia
toda vez que existe un peligro inminente o que han ocurrido fuertemente arraigada en los ciclos de destrucción del universo
accidentes. Este rito de los mineros también es un drama recu­ por parte de Dios ­El Dios crlstiano=­, los que son conju~ados
rrente de la salvación de una amenaza persistente de destrucción; o modificados por una santa femenina, usualmente la Virgen
aquí también el papel del intercesor es volverse contra el poder ­Ja Viruen india=­, que implora por la vida de su pueblo. En la
destructivo del mal; la intercesora es la Pacnarnarna o Madre parte su~ del Valle de México, en el pueblo tle San Francisco
266 MICHAEL T. TAUSS[G LA MITOLOGIA MINERA 267

Tecospa, se dice que los pecados del hombre volvieron negro el Por último, la imagen de la Virgen abarca una promesa de vida
suelo. Cuando Dios vio esto se encolerizó tanto que decidió y una promesa de independencia para los indígenas, y aunque
exterminar a la raza humana. Sin embargo la Virgen de Guada­ hoy en día la Virgen figura como subordinada de distintas formas
lupe, madre de todos los mexicanos, aún amaba a sus hijos y Je al dios masculino, aun es capaz de luchar por la salvación de los
suplicó a Dios, quien también es hijo suyo, que los salvara. Pero indios y por la vuelta al "estado primitivo donde el hambre y las
después ella también estuvo de acuerdo con su sentencia, y Dios relaciones sociales poco satisfactorias están minimizadas"
entonces causó la gran inundación. Dios todavía quiere destruir (Wolf, 1958). .
el mundo, pero la Virgen protege a la humanidad de su furia En forma similar, en el medioevo europeo, la Santa Virgen
terrible, aunque, como antes, le permitirá actuar por su cuenta era la principal protectora contra el diablo. Maximilian Rudwin
cuando decida que la gente es demasiado pecadora como para la describe como una especie de valkiria o amazona, luchando
seguir viviendo. Cuando esto esté por ocurrir, habrá augurios: Ja siempre contra los demonios, con el fin de arrancarles los pactos
menta florecerá, el bambú dará flores, y los hombres concebirán y las almas de los pecadores arrepentidos. Agrega una especula­
hijos (Madsen, 1960: 143­144). ción, según la cual ella era la reivindicación del derecho de la
En el pueblo de Santa Eulalia, en el noreste de Guatemala, se gente común, de una diosa de su misma especie n9s~:178­179).
tiene un concepto similar. La santa patrona del pueblo, Santa De esta forma, la confrontación entre la Madre Tierra (o
Eulalia, está al mismo nivel que la Virgen, y se considera que Virgen) y la figura diabólica de las minas bolivi~nas, es sim~I'.1r
continuamente está intercediendo a favor de su pueblo contra la básicamente a un drama de amenaza de destrucción y salvación
fuerza colérica de Dios. La Primera Guerra Mundial, que ame­ que se desarrolla en mucha.~ partes, si n~. en todas, de las áre~s
nazó con barrer a toda la humanidad pero que. respetó a los de tierras altas indígenas de América Latina. U¡¡ poder m~scul1­
habitantes de este pueblo, fue una ocasión de este tipo. En el no, corporizado en un símbolo extraño surgido de la cultura de
pueblo peruano de Hualcan, Santa Úrsula es la principal figura la Conquista, aparece deseando la destrucción de la comunidad
religiosa, y ella es la que cuida de la salud y las cosechas; se la indígena, mientras que un poder femenino, que corporiza las
llama afectuosamente Mamá Úrsula, y a ella recurren los aldea­ cuestiones indígenas, aparece manteniéndolo bajo control.
nos cuando tienen problemas. También se la considera la protec­ Sin embargo, en las comunidades mineras, la intensidad de la
tora de los guerreros, y ella misma es una gran guerrera. Además, dramatización ritual de este enfrentamiento es mucho más mar­
se le identifica implícitamente con la Virgen, a quien llaman "la cada que en las comunidades de productores campesinos. En las
madre de Dios".
minas, el drama se desarrolla en un tono más alto, y la frecuencia
En México, la Virgen de Guadalupe, de piel morena, es la del ritual es sorprendente. Antes que el gobierno nacional supri­
santa nacional de los indígenas. Ella simbolizó los movimientos miera el ch 'alfa de los mineros, a mediados de la.década de 1960,
revolucionarios de Morelos e Hidalgo durante las guerras de se realizaba dos veces por semana, y parece que aún ha.y se hace
Independencia de principios del siglo XIX, y también adornó las con mucha frecuencia. Al atribuirle a la Madre Tierra una
ropas de los zapatístas cuando lucharon para recobrar sus tierras función de apoyo, ta cultura de los mineros parecería buscar el
trudícionales, en las primeras décadas del siglo xx, En realidad,' mantenimiento y restauración de los principios de fertilidad que
ella es la máscara cristiana que esconde a la diosa prehispánica ella corporiza, es decir, la reciprocidad y la armonía en las
de la tierra y la fertilidad, Tonunrzin; un embuste satánico para relaciones sociales y con la naturaleza en general. Aunque el
ocultar la idolatría, según un prominente sacerdote del siglo XVI. drama de la salvación que se representa en los rituales mineros
Se ha sugerido que esta Virgen está identificada con la promesa incluyen la preocupación por la salvación del individuo, incluye
de la rebelión triunfante contra las figuras dt!l poder, y que se la también la preocupación por la salvación de una forma de vida,
equipara con la promesa de vida y salvación, mientras que a atrapada en la red de la lucha de clases. ..
Cristo se le identifica con la crucifixión, Ja muerte y ta derrota. Además, mientras que Dios y la Virgen pertenecen a la región
268 MICHAEL T. T AUSSIG LA MITOLOGIA MINERA 269

superior creada por las comunidades campesinas, en las minas colectiva, pero cualquier demonio o esp~rit~ malo t~mbién es
bolivianas la principal figura masculina no es Dios sino el diablo, Supay. En la misma medida en que los, indios ~arec1an de las
y un diablo masculino temible, para el caso. Con su gigantesco concepciones de un Dios supremo, carecían también del concep­
falo erecto, como si estuviera alimentado con la sangre de los to de un diablo supremo" (1910: 150).
mineros muertos y los sacrificios de animales, se encuentra por Según la opinión del cronista Bernabé ~~bo, los }ndios eran
encima de ellos y de la Madre Tierra, como un símbolo grotesco creyentes ardientes en el Supay como espmtu malev_olo y co­
del dominio del varón. Si los relatos referentes a la Virgen de rruptor de la humanidad, a quien Cabo calificó como ~1ablo. Fue
Guadalupe, al pueblo de San Francisco Tecospa, Santa Eulalia convicción de él que el Supay había ganado tal autoridad sobre
y Hualcan demuestran un giro dramático del simbolismo sobre­ los indios que éstos le servían y obedecían con gran respeto, y
natural, donde los cambios del papel que juegan los sexos son esto, según Cobo, .. derivaba del temor que sentían por el poder
equivalentes a los cambios análogos en las dinámicas de las del Supay para hacer daño (Cobo, 1890­1895, 2: 229). .
comunidades, cuánto más decisiva y poderosamente se expresa Pero el Supay está lejos de ser la única _figur~ del m_al, ru
esto en el ch 'alfa de los mineros bolivianos. Este último aparece tampoco era puramente maligno; Pierre Duviols cita la e~1~t~n­
en una situación que es otra etapa más arrancada a la glorifica­ cia de otras muchas figuras parecidas: el achacalla, el hapiñuñu,
ción indígena del pasado anterior a la Conquista, y a las formas el visscocho, el humapurick, y otros (1971: 37­38), únicamente
ideales de organización socioeconómica. El remplazo de la gracias a los esfuerzos de los ~risti~~?S, el Su~ay P?Só a ser la
deidad masculina por el diablo masculino seguramente es una suprema figura del mal. Hautorbohv1ano M. Rigoberto P~re~es
respuesta a lo anterior. ha sugerido que la evolución del espíritu del mal entre los indios
de dicho país siguió lalógica siguiente: "Paso a paso, en ~ropor­
ción a la cruel victimación sufrida a manos de los españoles y
DEL ESPÍRITU DE LAS MONTAJ'1AS AL DIABLO DF LAS MINAS los mestizos, y con los sermoneos insistentes de los misioneros
y sacerdotes en cuanto a qut: sus cultos eran diabólicos, ~I Supa~
Hahuari vive en las montañas cargadas de mineral en los alrede­ se hizo congenia! y se fijó más firmemente en su entendimiento
dores de Oruro, Bolivia; y sin embargo se le venera bajo la forma (1920: 57). La evaluación indíg~na c?n1emporánea del Supa~,
de Tío o diablo, como el dueño de la riqueza de las minas. ¿Cuál según el mismo autor, ha adquirido d1mens1on~s tan extraordi­
es la relación? narias que el término ahora se usa para denominar a cualquier
El hombre Hahuari es una versión antigua del término Supay, persona mala o perversa. A~emás, al Supay se le lla~a para
que se usó en la época colonial y se usa hoy para distinguir al destruir a los enemigos propios y para satisfacer Jos odios per­
diablo. Supay era el término que comúnmente usaban los cronis­ sonales. Para hacer un convenio de este tipo con el Supay, es
tas y los frailes para referirse al diablo, mientras que Hahuari necesario venderle el alma, lo que Paredes deja de lado con el
podía referirse a un "espíritu malo". Según LaBarre, los indios siguiente comentario improvisado: "Al indio no le impo~t~ ganar
a ymará todavía llaman Supay al diablo, "quien escupe en el suelo la gloria en el más allá, en tanto y cuanto ~~ed~ ah~iar los
maldiciendo cuando ellos emplean esta palabra". ¿Pero qué tipo sufrimientos que sobre él pesan en este mundo (Ibid, 1~9).
de diablo? Lalsarre cree firmemente que aunque el Supay es sin Esta concepción del Supay es idéntica a la. de. ~1ichelct,
duda un demonio terrestre, no es más que lo que él llama "la cuando se refiere al surgimiento del diablo a pnnc1pws de la
especialización, dentro de lineamientos cristianos, de lo que Europa moderna (1971). Uno de tantos espíritus paga~os fue
quizás originalmente era uno más de muchos demonios terres­ promovido a Príncipe de las Tinieblas durante ~a campana de la
tres" (1948: 168). Bandelier rechaza drásticamente toda idea en Iglesia para suprimir el paganismo en una so~1edad que esta.ha
cuanto a que el Supay sea el mismo diablo cristiano. "Supay es comenzando a sentir el impacto de la producción de mercancias
un término quechua para designar malos espíritus en forma y del intercambio de mercado. Sin embargo, la definicíón con­
270
MICHAEL T. TAUSSIG

traria, impuesta por la_s autor~dades, tuvo repercusión. El Supay


pasó a ser ~ás co~genial, posiblemente hasta un aliado. Su poder
par~ destruir podía canalizarse para realizar Jos deseos propios.
Es 1mp?rt~nte recordar esto, cuando consideramos el papel de 13. RITOS DE PRODUCCIÓN CAMPESINOS
Hahuarí (lease Supay) transformado en el diablo de las minas .
. La lucha cósmica a que corresponde esta evaluación ideoló­
gica es aná_I?ga ~ la lucha terrenal entre _sistemas competitivos Sería ingenuo pasar por alto el individualismo y Jos conflictos
de producción e mtercambio materiales. Esta fue, hay que recaí­ enla vida del campesino andino. Sin embargo sería un error aún
carl_o, no sólo una lucha por materiales y recursos, sino que fue, más. grande no acentuar la fuerza ejercida por la reciprocidad y
Y aun es, una lucha que tiene que ver con sistemas enteramente el comunalismo. Los ritos de producción campesinos mediatizan
difer~ntes de organización económica. La Conquista puso en el juego recíproco de la individualidad con la comunidad, y al
con?_icto dos rn_odos distintos de producción y de principios de hacerlo, reflejan e! principio de inalienabilidad en la constitución
fert1l1~ad,con_füctoque más tarde se exacerbó con el surgimiento de la vida rural. Los mineros, o bien provienen directamente de
del laz::_sez­fa:re en el siglo XIX. Mientras que el espíritu de la esta vida, o bien tienen antecedentes en cuanto a sus dictados y
montana pr_es1?ía s?bre un sistema de reciprocidad que garanti­ sentimientos. Aun así, la situación con la que se encuentran en
zaba _la red1~tr_1buc16~ y un mínimo básico de seguridad social, las minas es una situación que predica Ía alienación y la negación
1~ deidad cns11_ana mas abstracta. era parte de la reglamentación de la reciprocidad. Sus ritos de trabajo y de producción reflejan
ritual y la codificación de un intercambio desigual, lo que era este contraste.
más trans~are~te en situaciones como la del trabajo proletario en El trabajo recíproco es uno de los métodos más frecuentes de
la mdust~1a minera. Para delinear aún más estos dos sistemas, organizar el trabajo en la meseta andina, y sorr comunes las
nos referiremos ahora al modo de producción campesino y a sus formas comunales de tenencia de tierras y de administración del
llamados ritos de fertilidad. trabajo (Núñez del Prado, 1965: 109; Albo, 1974­1976: 68­69),
::.·\::··...:,~_.,...
... ,...,.
·e~· ,.. aunque esto puede ser menos cierto ahora que en el siglo XIX
(Klein, 1969: 7; Forbes, 1870: 200). En su monografía sobre los
ayrnará, publicada en 1948, LaBarre afirma que la tierra de los
campesinos generalmente es inalienable, y que se practica un
modelo de tenencia rotativo y comunal. Los grupos familiares
individuales tienen derechos de usufructo, que el jefe (hilacata)
adjudica más o menos una vez por año. La comunidad elige al
jefe, y éste es responsable del pago de la carga impositiva de la
comunidad, que se entrega al gobierno en forma global. Se ha
dicho que al jefe lo eligen entre los hombres más ricos, porque
entonces puede asumir la responsabilidad de los miembros más
pobres. Esto sigue a un procedimiento informal e ilegal que se
ha ido sosteniendo por costumbre durante siglos. Según la ley
boliviana, al menos hasta 1952, el Estallo es el dueño de la tierra;
se supone que los indios, por su parte la rentan como propiedad
privada en forma individual. De la misma forma se supone
generalmente que el jefe es alguien designado por el gobierno,

271
272
MICHAEL T. TAUSSTG RITOS DE PRODUCCIÓN CAMPESINOS ~273:

C: en las haciend~s, se supone que lo elige el propietario de la malmente el ch 'a/la se realiza antes de pescar, cazar, de cónsttülr.
frnca: En la pracuca, es la comunidad Ja que por lo general elige
una casa, hacer un viaje o alguna compra (1~48: 172). ···. ': ·
a su Jefe, a qu1e~ más tarde :atifica la autoridad central, y el
Paredes describe el ch 'alfa de los campesinos como el cierre
concepto de propiedad de la tierra sigue siendo de inalienabili­
dad. Como dice Bandelier: de un trato por medio de un trago. Desde su punto de vista, la
ceremonia es un agradecimiento en el momento de trocar alguna
cosa importante, como una casa, o ganado, en ~rimer lugar a la
Ho~ en día los due?os d.e l~s h:ciendas creen que ellos son Jos que Pachamarna o Madre Tierra, y luego a los participantes humanos
designan a los func1onanos md1genas sin consultar los deseos de sus
de la transa~ión. El nuevo poseedor invita al otorgador o ven­
indios [ ... ] En la zona, el propietario más bien acepta a estos dos
funcionarios principales, alrededor del 1 °de enero de cada año, pero dedor.. a los amigos y parientes, a beber licor. '.~ro antes de
servirle a nadie, se rocía un poco el suelo para solicitar la_ buena
no los ~o'.11bres [ ... J l:°s nativo.s de Challa me dijeron enérgicamente
que cxist¡a un consejo de ancianos, y que este consejo proponía al voluntad de la Pacharnama para el éxito del trueque. Sin este
hi~acata'. al alcaide y al campos, que se designaban cada año. La ritual, "efectuado con toda pompa y entusiasmo, ellos suponen
existencia de la! grupo de hombres fue negada por Jos dueños (1910: que el trueque ni va a durar. ni va~ ser feliz, y que .la P~c~amam~
82­83). no demostrará benevolencia hacia el nuevo propietano (1920.
118). .
I¿iBarre escribe que si bien cada parcela familiar, según la En su trabajo arqueológico efectuado durante el cambio de
teona le~a~, es supuest;imente propiedad privada del individuo, siglo en territorio uyrnará, para el que hiz~ falta rna~o. de obra
en la practica no es así. En re:ilidad, toda la comunidad se une local, Bandelier se cruzó con algunos ejemplos vívidos del
para evitar que .cualq~ie'. porción de la tierra considerada propia; cli 'alla, que resumió diciendo que "aquí lá idea consi.s.te en darle
pa.se a ser prop1~d~d individual, si una persona se niega a usar su a la Madre Tierra una remuneración o cornpensacion por sus
asignación. La urnca propiedad privada personal de una familia favores". Sin ello, no se espera que ningún tipo de trabajo tenga
e~ su cabaña, ub~c;ida en el .pequeño terreno inmediato (1948'. .. ~ . ,·,,v.. ·
.<> éxito (1910: 96). . . . . ..
Bandelier relata que no se podía irncrar !a consrruccíon de una
.
b~­~57). Adem~s, Ja propiedad está sumamente ligada a Ja
actividad productiva, por ejemplo, una casa pertenece a la per­ casa sin un ch 'alfa. Sin estar al tanto de ello, el arqueólogo
procedió a indicar a los indígenas que había contr.atado en la
sona que la construye; lo que es más, todas las armas, utensilios
c_azos de cerámica, textiles, casas y demás propiedades de est~ comunidad local, que debían comenzar a. construir.' p:ro. f~:
tipo, se destruyen =v= muere su dueño (/bid: 145­146). interrumpido por uno de Jos cnamanes principales, quien ~nsisuo
en que había que realizar el tinka ? ch 'alfa para ev1t?r los
I~c.luso se puede destruir el ganado. AJ mismo tiempo, el prin­
c1p10 de ayuda mutua y reciprocidad entre Jos miembros de la desastres. Se prepararon fardos especiales rara cada esqurn~de
comunidad, llamado con frecuencia aine, regula las relaciones los basamentos, que contenía cada uno un teto ?e llama, ~n feto
sociales. Este principio se recrea en un ritual, como el ch 'a/la. de cerdo un trozo de sebo de llama, una planta inconseguible en
La práctica del ch 'a/la está generalizada en la vida campesi­ la región, y hojas de coca. Cuando todos los t~abajadores estu­
na. Toda vez que un ayrnara hace alguna cosa de importanciu, vieron reunidos en el sitio, el constructor principal extendió una
dice Li_~a~re, ésta ve precedida por una ofrenda propiciatoria tela especial, sobre la que cada uno de los trabajadores dep~sitó
un sacrificio llamado ch 'a/la o tinka. Literalmente "la rociadu­
0 un manojo de hojas de coca, mientras el constructor pronunciaba
ra", consiste_ e~ hacer una libación <.1 la tierra de una~ pocas gotas las siguientes palabras: "Hijos, con todo vuestro corazón, poneos
de licor, qu1_za.s con el agregado de algo de coca y alguna que coca en la boca. Debemos darle a Ia tierra virgen, pero no con
otr~ sustancia. Se le puede hacer a la Maure Tierra sola, 0 a los dos corazones sino con uno solo". Entonces comenzaron a
espiruus ancesrrales de los picos montañosos, o a ambos. Nor­ trabajar, y por la tarde se reunieron nuevamente para colocar_ los
fardos en los ángulos del basamento, rruentras el constructor Jefe
274 MICHAEL T. TAUSSIG RITOS DE PRODUCCIÓN CAMPESINOS 275

decía: "Hijos, pediremos a Dios (Dius­at) y al Achachila (espí­ En la tarde siguiente, durante el descanso para almorzar,
ritu de la montaña), y a la abuela, que sobre nosotros no recaiga apareció entre los trabajadores otro chamá~, y despué~ qu~ éstos
ningún mal". Entonces, una vez enterrados Jos fardos, continuó: hubieron masticado coca, roció brandy y vino en la dirección de
"Tomad coca todos juntos, arrojad coca al suelo, dadles su los cinco achachilas, diciendo: "Achachila, no me hagas padecer
parte". demasiado trabajo; nosotros somos los que trabajamos por una
Antes de cualqui~r excavación arqueológica, debían realizar­ .paga; a este viracocha (amo) le tienes que de~ol~er lo 9?e nos
se ritos similares. Estos comenzaban con el chaman, que le ha. pagado; por esto es que te llamamos e invitamos ­una
comunicaba a Jos espíritus de la montaña (achachilas) que iba a verificación muy llamativa de la persistencia de la idea de
tener lugar un ch 'a/la. Para la notificación preliminar era nece­ reciprocidad en. el trabajo asalariado \Bandel ier, 191 O: .9:­99).
sario que el charnán eligiera el sitio más favorable para la Núñez del Prado describe un rito similar para la fert11Id~d ~e
propiciación, que usualmente era resultado de visiones ocurridas las llamas en la comunidad de Q'ero, cerca del Cuzco. El
durante el sueño, y que colocara dos fardos en ese lugar. El entiende que estos ritos son lo más importante de la vida social
contenido de los fardos era bastante similar al descrito, y antes de esa comunidad, porque (como los mineros y el mineral) la
de colocarlos en la tierra, el chaman decía: "Buenas tardes gente no es dueña de la tierraque ocupa; entonces son s~s
achachilas: Kasapata Achachila, Liati'aylli Achachila, Chinca­ animales, no la tierra, los que representan el foco de manteni­
11a Achachila, Calvario Achachila, Santa Maria Achachlla, Ci­ miento de Ja solidaridad comunal y familiar. Los miembros de
riapata Achachila. Hemos saludado a todos a los que nos envió Ja numerosa familia se reúnen por la noche para invocar al
a saludar un blanco extranjero; por él he venido puesto que él no principal espíritu de la montaña de la r:gión, El ~oal, al igual
puede hablarte a ti. Perdóname por pedir de ti un favor". Por la que a las deidades menores de la montana .. ~e extiende una tela
noche, en compañía de unos cuantos hombres, se realizó el especial, en cuyo centro se coloca una vasija ancha. Dentro de
mismo rito, pero en gran escala, con veintidós fardos y Ja esta vasija se encuentra una figurina de piedra que representa el
utilización de brandy y vino. El chaman repitió las fórmulas tipo de animal cuya fertilidad se desea. La tela se roda con.coca,
usadas por la tarde, y roció brandy y vino en dirección de los y la vasija ancha se llena con chi<:!w (cerveza de n_:iaí~). ~~tonces
cincoAchachilas, diciendo: "He traído ahora todos tus presentes, hacen una invocación a los espín tus de la montana invitándolos
y Tú tienes que darme con todo tu corazón". En ese punto a que acepten las ofrendas, junto con la siguiente plegaria: "Haz
comenzó a contar veinte de los fardos, uno por uno, designando que los rebaños crezcan y se multipliquen". Entonc~s la gente
a cada uno de ellos como un quima! (un quintal es una medida reunida bebe chicha de la vasija, y lo que queda se vierte sobre
española equivalente a cincuenta kilogramos, pero según el uso los animales encerrados en el corral. A esto le sigue una ceremo­
que le dan en esta región, se entiende que significa una cantidad nia de hierra de los animales, que adornan con cintas de lana de
grande aunque no determinada; un hecho importante, puesto que colores (1968: 252). ­
por ellas es que los achachilas deben corresponder con favores Antes de plantar papas hacen una invocación a la Pacharna­
importantes). Luego, pusieron t!n el fuego los veinte fardos y ma: cavan un hoyo en la tierra, dentro de la cual echan algunas
comenzó a crepitar. La gente salió corriendo, diciendo, "los semillas y hojas de coca seleccionadas, diciendo entonces: "Pa­
Achachilas están comiendo". Cuando el fuego se hubo consumi­ charnama, yo pongo estas semillas en tu corazón para que las
do, regresaron, lo taparon, y llevaron los fardos restantes, que puedas cubrir, y al hacerlo, permite que se multipliquen y ~rez­
eran los más grandes, a otro sitio, donde el chaman cavó un can en abundancia" (!bid: 252­254). Los Buechler presenciaron
agujero, mientras declaraba: "Ahora la tierra virgen está invita­ ritos de plantación de papas entre los aymará, a orillas del lago
da. Aquí está tu enterramiento del tesoro". Los puso entonces en Titicaca. Guiados por un flautista, los indios ofrecían libaciones
el agujero, y continuó: "Las mismas cosas que al Inca nos tienes a la Madre Tierra y a unas pocas papas que habían envuelto junto
que otorgar. Ahora con tu permiso, partiremos. Perdóname". con tierra, en una tela. Si al abrir la tela la tierra se había pegado
RITOS DE PRODUCCIÓN CAMPESINOS 277
276 MICHAEL T. TAUSSIG

temor pronunciado de que su furia explote. Además de las


a las papas, la futura cosecha sería buena. Estas papas eran las libaciones de alcohol para el espíritu de. la montaña, alcohol que
que se plantaban primero, después de habérseles insertado hojas también consumen los participantes, está el uso del llampu ; que
de coca y grasa de llama, y después de que la gente hubiera se ofrece a los espíritus, a los participantes humanos y .a los
masticado coca y bebido licor. Uno o dos meses después, el jefe animales. Al llampu se le describe como una sustancia sagrada
llamaba a la comunidad para desyerbar. Las familias competían compuesta de barro y maíz que se entierran juntos con un .rito
entre SÍ para terminar SUS hileras antes que las demás, y a veces especial. Se le usa principalmente para "suavizar o calmar las
prestaban ayuda a las familias más lentas. Entonces todas juntas adversidades que resultan de alterar la armonía de las relaciones
comenzaban las nuevas hileras. Las familias demostraban el con el espíritu de la montaña" (Quispe M., 1968: 39; cf. Tscho­
mismo espíritu de cooperación y trabajo, al cosechar y secar los pik, 1968: 277­299, 382). .
plantíos, al limpiarlos canales de irrigación, etcétera (1971: 11). El relato de Bastien de los rituales de Kaata, en el norte de
Steven Webster también describió los rituales de las llamas Bolivia, complementa y trasciende todo lo mencionado con an­
en Q'ero. La estructura de los rituales comprende personas, terioridad porque él. y su esposa tuvieron oportunidad de ver la
llamas, espíritus de la montaña y la tierra. Tales ritos se practican forma total dentro de la cual se realizaban los distintos ritos, y
anualmente, y cuando los animales se enferman. Como él lo además, la forma en que cada rito en particular servía corno un
expresa, el objetivo es restablecer la relación entre los compo­ momento dentro del tiempo que expresaba dicha totalidad. La
nentes de una tríada: familia, ganado, y el panteón de poderes tierra del avllu es el monte Kaata. A la montaña se le concibe
extraordinarios que afecta el bienestar de los primeros. A través como un cuerpo humano viviente que es ísornórfico con el cuerpo
de las distintas etapas del rito, el ch 'al/a es frecuente y esencial; humano y con el patrón formado por los subgrupos sociales que
como en los ritos de la fertilidad descritos antes; aunque a los residen en­la montaña. El ciclo del sol y el ciclo de vida del ser
espíritus de Ja montaña se les solicita con frecuencia, nunca se humano son complementarios, y ambos ciclos están centrados
les personifica o representa con estatuas o figuras, como ocurre en la montaña. Al amanecer, el sol trepa por la montaña, crece
en las minas (1972: 190). ·j•"•· .
en tamaño y potencia hasta alcanzar su cenit justo sobre el pico
. ,,, . ..;.. ·­ ··­··
El papel de cooperación de la Pacharnarna en esos rituales con montañoso, donde viven los antepasados; entonces desciende de
llamas, aparece otra vez en la descripción de Horst Nachtigall, la montaña, reduciéndose al tamaño de una naranja. los seres
donde la Madre Tierra ocupa un lugar importante. Las irantas o humanos se originan cerca del pico, y entonces viajan hacia las
antorchas de incienso, que se queman en grandes cantidades en laderas, para morir y ser enterrados en la montaña. Luego nadan
dichas ocasiones, se emplean para honrar, ya sea a la Pachamarna hacia arriba, transformados en gente en miniatura, para regresar
o a las montañas sagradas. Aunque Nachtigall no es del todo a la cima, donde el ciclo recomienza. Los ritos dé nacimiento
claro, parece que en los ritos de fertilidad que él observó se representan la propiedad de la montaña de las personas,­.
enterraba un feto de llama como sacrificio p:1ra la Pachamarna. Las distintas ecozonas de la montaña favorecen diferentes
Se realiza el entierro del esqueleto de una llama sacrificada para tipos de agricullur:i y de crianza de ganado. Los subgrupos que
garantizar el renacimiento de otra llama gracias a los poderes de ocupan las distintas ecozonas ínrercarnbian los d~ferentes pro­
la Pachamarna (1966: 194­195). ductos entre sí. Las mujeres se desposan a traves de los tres
En la zona del río Pampas, departamento de Ayacucho, Perú, niveles de la montaña, t!t: acuerdo con las n:glas de exogarnia y
los rituales de herraje del ganado ilustran nuevamente la impor­ la patrilocalidud. . ...
tancia de los dioses locales de la montaña (que aquí se llaman Los ritos de producción dramatizan el significado de estos
wamanisv para mantener el ganado. Se considera que el espíritu modelos de integración e intercamhio. Los ritos de apertura de
de la montaña es el guardián de los animales, y se le propicia la Tierra Nueva son un buen ejemplo de ello. Este rito consiste
constantemente a través de los complicados pasos de la cererno­ en dos movimientos de pulsación, centrífugo y centrípeto. Desde
nia anual de la tierra. Si no se realiza correctamente, se crea un
279
278 MICHAEL T. TAUSSIG RITOS DE PRODUCCIÓN CAMPESINOS

el centro de la montaña se envían ritualistas para que circulen do sus estratos geográficos para que produjeran más vida" (1978:
sangre y grasa entre los santuarios terrenales de la periferia, las 74­76).
tierras altas y las tierras bajas; entonces la gente de la periferia' Todos estos ritos expresan la totalidad del significado que
se acerca al centro con sus regalos para alimentar al santuario de yace latente en los espíritus de la montaña. Su tema centra~ es la
la mont~ña de allí, y sacrificar una llama. De las tierras bajas alimentación de la montaña, para que ésta a su vez le dé alimen­
llevan lilas, rosas, claveles y cerveza de maíz; del centro, anti­ tos a la gente. El trueque despierta la vida orgánica, reco~stitu­
rrinos, ranúnculos y otras flores, mientras que de las tierras altas yendo su forma y revitalizando los circuitos de pote?c1a. El
llevan llamas y plantas que solamente crecen allí. Se preparan control deriva de la experiencia, y la experiencia proviene del
plato~ de concha para alimentar a los espíritus amos de las intercambio.
estaciones y las cosechas, a los señores del ayllu y al santuario La desgracia manifiesta la desintegración del cuerpo de la
montaña, y los rituales de desgracia tienen por fin recomponer
del campo. Sobre cada concha los ritualistas colocan coca, grasa
la disolución. En este contexto, el intercambio es el vehículo para
de llama, claveles, incienso y sangre. Mientras las preparan, un
reconstruir el cuerpo después que éste ha sido destrozado por la
hom?r~ y una mujer abren surcos en la tierra, acompañados por
desgracia. A diferencia de otros ritos, los ritos de desgracia en
la ~us1ca de flautas y tambores; se disecan cobayos para adivinar
Kaata sólo pueden realizarse los martes y viernes, únicos días en
el f~t~ro de las cosechas, y se rocía la tierra con su sangre; los
que los mineros bolivianos llevan a cabo los ritos para la figura
participantes forman un círculo alrededor de la llama maniatada
del diablo, dueño del mineral, fuente de fortuna y creador de la
reciben los platos de concha, los elevan hacia el santuario del
nacimiento del sol, y luego caminan en espiral en torno a la llama desgracia. .
Al preguntársele acerca de la magia de. tas plantas, esp.ec1al­
para enfrentar a los principales del santuario. de la montaña, e
mente de los alucinógenos, un curandero, que fue entrevistado
invitarlos a comer. Se enciende un fuego en la boca del santuario
por Douglas Sharon en la década de 1960, en la parte norte ~e
de la montaña, y los participantes se acercan a él de a cuatro
mientras el ritualista dice: "Hombres del ayllu y únicamente Perú, explicó que el curandero le impone a las plantas su propio
hombres del ayllu, en tanto y cuanto ustedes constituyen un poder espiritual, haciendo surgir así su pot~ncial innato de cu.ra­
ción. Es esta idea de compartir e intercambiar lo que es esencial.
ayllu, alimenten este santuario". Colocan luego las comidas
En sus propias palabras, el curandero dice que le da a las plantas
rituales en el fuego, diciendo: "Sírvete, santuario del campo. Con
todo nuestro corazón y nuestro sudor, recibe esto y sírvete". Los
el poder mágico que se transforma, digamos, en el p~dcr que
llorosos asistentes bajan la llama, la besan y se despiden de ella,
contienen las plantas como resultado <le haber estado enraizadas en
que parte de viaje hacia las tierras altas; se reza una oración a los
la tierra, participando <le su fuerza magnética. Y puesto .que ~I
santuarios, al año de la agricultura y a las cosechas, y a los hombre es un elemento de la tierra, con el poder de su mtchgcnc1a
espíritus amos del ayllu, a quienes invitan a comer la llama y ¡ ... [puede emitir esa potencialidad en las plantas. Las plantas reciben
beber su sangre. La gente abraza y besa a la llama; otros beben esta influencia y la devuelven al hombre [ ... ] En otras palabras, lodo
licor y la rocían con él; a la llama le abren el cuello; inmediata­ el espíritu de las plantas se [ ... ¡ fortifica por las .inílucm:ias ­intclcc­
mente se le extrae el corazón, y mientras éste todavía está tuales, espirituales y humanas­ del hombre. El es quien forma la
palpitando, comienzan a regar el suelo con su sangre en todas potencialidad mágica <le las plantas, Por el hecho <le estar en un.lu.gar
direcciones. La gente grita: "Señor de la llama de los sacrificios, aislado, las plantas, junto con el agua, producen el poder rnag1co,
señores del ayllu, señores del año de la agricultura v las cosechas, gracias a su dualidad ( 197'2: 123 ).
reciban la sangre de esta llama. Dadnos una cosecha abundante,
otorgadnos buena fortuna en todo. Madre Tierra, bebe de esta El poder "magnético" de la tierra es inmanente a l_a planta ~
sangre." La sangre del animal más preciado del ayllu, escribe al mundo humano, y plantas y humanos se dan energía entre si,
Bastien, "fluía en todas las partes del cuerpo del ayllu, vitalizan­
280 MICHAEL T. T AUSSIG

en un intercambio dialéctico. Esta energía mágica es inseparable


de la conciencia que el curandero describe como "ver" ­la misma
acción de ver que debe. estar funcionando para unir a la gente con
los espíritus de los antepasados y los espíritus de la montaña. 14. LA MAGIA MINERA: LA MEDIACIÓN
Éste describe la sensación de desapego y telepatía que lo trans­ DEL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA
porta a uno a través del tiempo y la materia. Uno puede ver con
claridad cosas muy distantes; uno ve el pasado, o el presente; o
el futuro inmediato; uno "salta" fuera de su mente consciente Repasemos brevemente. los contrastes notables entre la magia de
dice, y el subconsciente "se abre como una flor, Por s·í mismo dice la producción campesina y la magia minera. Los campesinos son
cosas. Una manera muy práctica[ ... ] que conocían los antiguos dueños de sus medios de producción; los mineros no lo son. Los
peruanos" (lbid: 131). Realmente, la metáfora de las montañas campesinos controlan la organización del trabajo; los mineros
que unen a la gente con sus orígenes, y la reencarnación cons­ están en conflicto constante con los administradores por el
tante, no se han olvidado. control del trabajo y los niveles salariales, Los campesinos
combinan la producción de subsistencia con.la venta de algunos
Yo llamé a ciertos santos, colinas, antiguos santuarios; y desaparecí. productos; los mineros dependen totalmente del mercado labo­
Hubo un desdoblamiento de mi personalidad[ ... ] mi personalidad ral: la compra y venta de su capacidad de trabajo. Los ritos
había partido a otros lugares [ ... J Durante mis sesiones, a veces campesinos asociados con la producción y con los medios de
buscaba una fuerza determinada, por ejemplo, un antiguo santuario producción, son trueques de sacrificios a los espíritus de la
o una colina, y de repente, mientras silbaba y cantaba, algo se montaña. Estos trueques aseguran el derecho a usar la tierra y
activaba y me sentía entrar en la colina, que me abría todos sus garantizan su fertilidad; además, estos ritos apoyan la organiza­
pasajes, todos sus laberintos. Y otra vez repentinamente regresaba. ción social campesina, su patrón específico, su solidaridad y su
Yo había visto y había visualizado con todo mi espíritu (!bid). significado. En Ayacucho se dice que los espíritus de la montaña
convierten estos sacrificios en tributos de oro y plata, y que los
En este trueque hay una iluminación: se activa una "razón". hacen llegar al gobierno nacional, en la costa. El intercambio
En los intercambios que: hemos llamado recíprocos parecería entre los campesinos y los espíritus de la montaña es fundamen­
haber un deseo, si no una necesidad acuciante, de hacer un tal. Sin embargo, estos espíritus no son tan destructivos ni tan
trueque como un fin en sí mismo, y la iluminación que sigue, la malignos como el espíritu de las minas; tampoco el apacigua­
razón que se activa, es la mezcla de diferencias que forma un miento ritual debe realizarse a un ritmo tan frenético: es única­
todo. Pero en otra forma de intercambio se activa un tipo distinto mente para evitar la desgracia que los campesinos propician a
de razón; aquí, los trueques no son fines en sí mismos sino sus espíritus los mismos días que los mineros propician a los
instrumentos de ganancia o pérdida, Éstos son los intercambios suyos. Los ritos de los mineros están profundamente relaciona­
que d mercado capitalista forjó a la perfección, donde la textura dos con la producción, y también son como los rítos para las
social se le aparece al individuo simplemente como un medio desgracias.
para la ambición particular. Este sistema de intercambio es el Se dice que los criadores de llamas en la vecindad de las minas
que deben enfrentar los indígenas cuando entran a la mina. Su han visto a Hahuarí (la figura diabólica dueña de las minas)
confrontación con el diablo sirve de testimonio a la confronta­ transportando mineral sobre grupos de llamas y vicuñas, de
ción de estos dos sistemas de intercambio, e ilumina la idea de noche, hacia las minas. Allí depositad mineral que más tarde
que la represión gubernamental les ha impedido, hasta ahora, encuentran los mineros, quienes entonces lo extraen y lo inter­
establecer un acuerdo con la sociedad misma. cambian con sus patrones por un salario (Nash, 1972). Todas las

281
282 MICHAEL T. TAUSSIG LA MAGIA MINERA 283

noches el Tío trabaja infatigablemente, acumulando grandes Así, los mineros pueden "fetíchizar" su situación opresiva,
cantidades de mineral, de manera que los mineros no agoten la cuando sacan su hostilidad con las estatuas del diablo que
riqueza de las minas (Costas Arguedas, 1961: 2: 38­41, 303­ corporizan su desesperación tan gráficamente. Algunos mineros
304). Esta es una transformación importante de los circuitos de incluso han tratado de destruirlo. Nash cita la historia de un
intercambio antes señalados. En ellos, los campesinos regalan minero novicio que había trabajado cori un ahínco extraordinario
ofrendas al espíritu dueño de la montaña, quien convierte estas durante siete meses, nada más que para perder iodos sus ahorros.
ofrendas en metales preciosos y se los pasa al gobierno, a cambio Se mostró terriblemente cansado y desconsolado, comenzó a
de un control de tipo feudal sobre los campesinos y sus recursos. caerse con frecuencia, y a decir que estaba cansado de la vida y
Este circuito garantiza fertilidad y prosperidad; está basado en que ya no podía trabajar como antes. Durante un descanso en el·
una ideología de trueques recíprocos de ofrendas. trabajo destrozó repentinamente una estatua del diablo y arrojó
Sin embargo, en las minas, los mineros se encuentran entre su cabeza contra una roca. Sus compañeros se aterrorizaron. Le
los espíritus dueños de la naturaleza y los dueños legales de las dijeron que podía morir por lo que había hecho, a lo que él
minas, que antes de principios de la década de 1950 eran empre­ respondió: "No, no. No me voy a morir ahora. Ésas soñ ilusiones.
sas privadas capitalistas, y que hoy en día son del gobierno. En Yo no creo en estas cosas. A mí no me va a pasar. Destruí al T!o
efecto, la amplia cadena de intercambios en los Andes es Ja muchas veces y nunca pasó nada". Esa' tarde se mató en un
siguiente: los campesinos intercambian regalos con el espíritu accidente con el elevador (1972: 227­228). ·
dueño; el espíritu dueño convierte estos dones en metales pre­: En la comunidad campesina de Kaara, Ja sangre es símbolo
ciosos; los mineros extraen los metales, que "encuentran" siern­' de un reclamo a la tierra. Una buena parte del ritual de la
pre y cuando realicen ritos de intercambios de ofrendas con el agricultura consiste en rociar la tierra con sangre, que la vigoriza
espíritu; el trabajo de los mineros, que está corporizado en con el principio de la vida, al tiempo que establece su p.aren­
el mineral de estaño, se vende como mercancía a los dueños y tesco con ella. Los dioses de los tiempos prehispánicos proveían :1
,I
empleadores legales; estos últimos venden el mineral en el los frutos de la tierra, escribe Trírnborn, pero no sin una propi­
mercado internacional de mercancías. De esta forma, los inter­ ~ ,·:· ·•~.~~·~·'.'!? : · . ciación activa que, por lo general, tornaba la forma del sacrificio .
. _ .. .,... ~.·­­., .,. . . . ,. . . ...
cambios recíprocos de dones terminan siendo intercambios de Allí donde se deseaba la fertilidad. la ofrenda más preciada era
mercancías; al estar entre el diablo y el Estado, los mineros la sangre (1969: 126). Un minero boliviano le contó a Nash lo
mediatizan esta transformación. Este circuito garantiza Ja este­ que había sucedido cuando en la mina de San José murieron tres
rilidad y la muerte, en vez de la fertilidad y la prosperidad. Está; hombres:
basado en la transformación de la reciprocidad en intercambio'
de artículos de consumo. Los hombres estaban convencidos de que el Tío (el espíritu de las
minas) tenía sed de sangre. Una delegación pidió a la administración
El espíritu dueño de las minas puede ser grotescamente viril, y que les dieran algún tiempo libre para hacer un ch 'alla; se hizo una
a veces se le esculpe con un pene gigante. E­; voraz y codicioso. colecta y se compraron tres llamas. Se contrató a un yatiri (charnán)
Sin embargo, los mineros están expuestos a la pérdida de fa para que dirigiera la ceremonia. Todos los mineros le ofrecieron
virilidad y a la muerte, por la ira del espíritu, que parece estar sangre al Tío, diciendo: "[Torna esto! ¡No te comas mi sangre!"
más allá del apaciguamiento. Es imposible mantener o ahorrar (1972: 229­230).
los salarios, al igual que a los dueños legales les es imposible no
acumular capital. Hay una disputa fundamental sobre quién es' El sacrificio supremo es el minero mismo. Negar la recipro­
el dueño de Ja mina, si la figura del diablo o los dueños le gules;" cidad es admitir el espectro de ser consumido por los dioses, y
sin embargo, en ciertos aspectos importantes, se representan uno sin embargo, ¿qué pueden hacer los mineros, dada la estructura
a otro. <le intercambio en la que están inmersos? ¿Cómo pueden media­
284 MICHAEL T. TAUSSIG
LA MAGIA MINERA 285

~izar exito_samente la transformación de la reciprocidad en .el


intercambio de mercancías, cuyos libros contables manejan uni­ mercancía está por encima de sus súbditos, haciendo evolucionar
lateralmente los dueños legales, y que están escritos con sangre sus propios ritos y su propia cosmología.
y capital? Sin embargo, hay una ambigüedad más que suficiente en los
Mientras que el sacrificio supremo es el minero mismo el ritos de los mineros, como para que quede claro que su cultura
espíritu dueño de las minas es la mercancía que extraen '1os está lejos de haberse amoldado completamente al ímpetu de la
mineros: ~l. es el est~ño. En la situa~ión campesina no se esculpe producción de artículos de consumo. Los indios entraron en las
a los espmtus duenos, y se los diferencia agudamente de los minas, pero siguen siendo cuerpos extraños dentro del marco
productos cuya fertilidad se desea. Estos productos, tales corno capitalista. La hegemonía capitalista está incompleta, y la conti­
l~s ll~rnas de _Q'ero, pueden estar represenudos por pequeñas nuidad de la producción requiere de violencia y compulsión. La
f1gunta_s de piedra, pero estas figuritas son diminutas y nada clase trabajadora todavía no ha adquirido la tradición o la edu­
aternonzantes. En las minas, el espíritu dueño es al mismo cación por las que se considera al capitalismo como una ley de
tiempo la figura del producto y lo fetichizado, a menudo de la naturaleza evidente por sí misma. Como señala Georg Lukács,
mayor tamaño.que el humano, que se encuentra esculpida con el hay una diferencia enorme entre la situación en que la mercancía
b?rro d~ las mm?s, .con prot.uherancias de mineral de estaño por pasó a ser el principio de estructuración universal y la situación
OJOS, cristalº­ ~1dno por d1ent:s, y un agujero bosrezante por en. que la mercancía no existe sino como una forma entre las
boca. Los espintus de la montana de las comunidades campesi­ muchas que regulan el metabolismo de la sociedad humana. Esta
nas están llenos de movimiento; aparecen montando caballos, diferencia, destaca, tiene repercusiones enla naturaleza y validez
como có~dores,_o como relámpagos que relumbran en las pie­ de la categoría de la mercancía misma: la mercancía como
dras, y as: sucesivamente; aparecen y desaparecen. En las minas principio universal tiene manifestaciones distintas que las de la
el. esp.íritu d~e~o no sólo está personificado sino que está escul~ mercancía como fenómeno particular, aislado y no dominante
pido, mm~v1I,.t110 en. roca c~lcárea; enterrado en la mina, a pesar (1971: 85). Si bien el surgimiento de la mercancía implica la
de su a~anencia de vida, esta cargado con un mensaje de muerte. descomposición de los principios indígenas de estructuración,
Su realidad, expresad_a con una apariencia humanoide, presagia en las minas, al menos, todavía no ha adquirido más que una
el fin de '.odas las realidades cuando avanza hacia la categoría de extraña antítesis de sí misma. Más aún, los mineros están muy
rnercancia. lejos de decretar su estado como natural; por el contrario, lo
El intercambio de mercancías y el intercambio de presentes consideran totalmente anormal. "Cada entrada en las minas",
no pueden mediatizarse con facilidad porque son totalmente dice el minero Juan Rojas, "es como un entierro. Y cada salida
opuestos: Es el merc~do y no el ritual, el que mediatiza el trueque al aire libre es como un renacer" (Rojas y Nash, 1976: 110).
de los mineros de mineral de estaño por salarios; el ritmo de ese Todos estos gestos de _comunión sagrada que son propios de la
intercambio no es el de las planeas o los tambores, sino el de las vida fuera del lugar de trabajo, son tabú dentro de él; allí, son
fluctuaciones en la lucha por el lucro en los mercados mundiales preponderantes los símbolos del mal y de la brujería.
de artículos de consumo. En un trueque de regalos, el dador El diablo también es el Tío; como sostienen Paredes y otros,
queda corporizado en el objeto transferido, v el intercambio no el Hahuari o Supay es una figura tanto congenia! como atemori­
tiene fines de lucro. Pero al recibir su salario, el minero, de zan te. La Madre Tierra aún está de parte de los mineros; ella
acuerdo con la ley, pierde derecho a todo control o reclamo sobre lucha contra ellos para preservar la vida nueva dentro del viejo
el miner~l. La alíenabilidud y el lu_cro pasan a primer plano, y la sistema metafísico de dualidades dialécticas. El mismo temor
rnercancia se el~va, trascendente, liberada de las estrecheces que, que los mineros le tienen al diablo, al igual que el contexto
en una econormu Je valores de uso, ligue a las mercaderías con simbólico que éste ocupa, indica la persistencia de la creencia
la gente, el ritual y la cosmología. Como objeto liberado, la según la cual los humanos y la naturaleza son una sola cosa. A
fin de preservar la fecundidad, ningún elemento por sí solo puede
ir­

J".

286 MICHAEL T. TAUSSIG LA MAGIA MINERA 287

dar ganancia a expensas del resto, convirtiendo a la totalidad en sinos de fertilidad, producción e intercambio, el hecho es que el
un medio para algo distinto de sí mismo. Muchos mineros mineral se encuadra en un conjunto muy distinto de relaciones
incluyendo militantes políticos, insisten en que deben continuar­ sociales y significados sociales. Por lo tanto, el ch 'a/la de los
se los ritos de las minas; sirven de foros para el desarrollo de la mineros no puede reflejar el principio de·trueque recíproco corno
conciencia crítica y Ja transformación social (Nash, 1971: 231­ se da en las comunidades campesinas. A pesar de ello, el ch 'al/a
232). de los mineros representa el imperativo ético de la reciprocidad,
. c.on la Conquista, la cultura indígena absorbió la mitología que el intercambio de mercancías niega. La conciencia que se
cristiana pero también la transformó. La imagen del espíritu del expresa indica la tensión que impone esta negativa ­y la necesi­
mal y la mitología de la redención se reacomodan para dar una dad de echar abajo la historia de la Conquista. Las imágenes
expresión poética a las necesidades de los oprimidos. Los sím­ contrastantes de la Madre Tierra y el diablo, y la transformación
bolos cristianos terminaron por mediatizar el conflicto entre las del ch 'a/la de la producción campesina a la proletaria, permane­
civilizaciones opuestas y entre los modos conflictivos de apre­ cen como llaves que liberarán esa dialéctica, cuya tensión se
hender la realidad. Con el avance de la producción capitalista, resolverá únicamente cuando una praxis realmente recíproca le
como hoy en día en las minas, el terreno en contienda se amplió permita a la humanidad controlar los productos de su trabajo, lo
para incluir el significado del trabajo y de las cosas, promovido mismo que los de su imaginación. ·.. •: ..
por la visión capitalista del mundo, especialmente su fetichiza­ En las minas, la apoteosis de .las jnercancías engendra Ia
ción de la mercancía y la desvitalización de las personas. apoteosis del mal por medio del fetiche del espíritu dueño de la
Contra esta estructura mítica, los mineros desarrollaron sus mina. Con esta reacción ante el desarrollo capitalista, la icono­
ritos de producción. Estos ritos reacomodan el simbolismo de la grafía y el ritual indígenas, retratan la importancia humana del
producción de mercancías, de manera que aparece una forma distin­ intercambio de mercado, como una distorsión maligna del true­
ta de sabiduría poética y de visión política. Ellos son testimonio que de ofrendas, y no como una ley de la naturaleza evidente en
de una conciencia que resiste la esencialización que impone sí misma ­lo que apoya la réplica de Arguedas a la cultura del
el capitalismo; la historia di:'! sindicato minero y de la política imperialismo, cuando dice que el hombre posee un alma y que
del siglo XX brindan suficientes pruebas de su militancia socia­ ésta difícilmente es negociable.
•:%:;
lista.
:,/,O'''.c"fr\:•.
Los ritos de los mineros cargan el legado de la tradición: una
forma prestablecida de ver el mundo que estructura nuevas
experiencias. Estas nuevas experiencias transforman la tradi­
ció~; s!n embargo, aun así, esta misma transformación registra
el significado del presente en términos de historia. Por lo tanto,
los ritos de los mineros representan la expresión condensada de
la historia mitológica, compuesta de tensiones que trascienden
esa historia. "¿No es el carácter de los mitos", dice Lévi­Strauss,
"evocar un pasado suprimido y aplicarlo, como una rejilla sobre
el presente, con la esperanza de descubrir un sentido donde los
dos aspectos de su propia realidad con la que se confronta el
hombre ­la histórica y la estructural­ coincidan'?" (1967b: 7).
El ch 'alfa en las minas no es simplemente una extensión de
los ritos campesinos de producción. Si bien los mineros consi­
deran que el mineral de estaño responde a los principios campe­
t­.:
1.·_
p
¡:
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~.,
.~~}
CONCLUSIÓN 289

este orden no es sino el principio; corno una etapa del desarrollo


histórico, puede ser rápidamente devorada por la intensificación
de la producción de artículos de consumo, y al idealismo no se
le puede combatir solamente con ideales, aunque sin ellos no
CONCLUSIÓN
queda esperanza alguna. Además, como para la liberación hu­
mana es 'necesario un modo no fetichizado de entender las
relaciones humanas y la sociedad, tanto el fetichismo anterior a
La peligrosa tarea que me he propuesto realizar es la de interpre­ la mercancía como el fetichismo de la mercancía, están conde­
tar la experiencia social que se refleja en la magia popular, en la nados.
medida en que esa experiencia cambia cuando un grupo pierde Entre el arte de la imaginación y el arte de la política,
el control de sus medios de producción. También es una tarea interviene una amplia variedad de prácticas, especialmente la
peligrosa; no importa lo que nos cueste establecer la cronología organización política, y es notoriamente rara lacoyuntura donde
de los grandes sucesos de la historia, la demografía, la red del la imaginación colectiva se fermenta con las circunstancias
comercio y la facticidad transparente de las infraestructuras sociales apropiadas, que permiten el surgimiento de una práctica
materiales, seguiremos estando ciegos a las grandes lecciones de liberadora. Pero es únicamente dentro de dicha coyuntura donde
la historia tanto para la sociedad como para el futuro, a menos las múltiples ambigüedadesde la mentalidad colectiva adquieren
que incluyamos la imaginación del poder, al igual que el poder una expresión social creativa y clara, y las fuerzas de la represión
de la imaginación colectiva. están al acecho y son casi siempre demasiado poderosas. Hasta
Cuando la gente hace la historia, la hace dentro de una que se dé esa coyuntura, la pollttca implícita en la cultura de la
imaginación moldeada históricamente, establecida con el signi­ magia popular funciona en varias direcciones simultáneamente.
ficado humano que se le otorga a las cosas que de otro modo son Si los fantasmas del muhoo del espíritu sustentan la solidari­
mudas. Los marxistas, particularmente, no pueden olvidar el dad y defienden el ideal de igualdad entre los oprimidos, también
subtítulo crucial de E/Capital: Una crítica de la economía pueden crear divisiones o un conformismo rnutilante. Franz
política. Con este enfoque, el trabajo de Marx se opone estraté­ Fanon escribe:
gicamente a las categorías objerivisras y a la ingenua autoacep­
ración cultural del mundo esencial izado que crea el capitalismo, La atmósferadel mito y la magiame asusta,y así cobrauna indudable
un mundo donde las mercaderías económicas conocidas como realidad. Al aterrorizarme,me integraa las tradicionesy a la historia
mercancías, de hecho, objetos en sí mismos, no aparecen sim­ de mi distrito o de mi tribu, y al mismo tiempo me reafirma, me da
plemente como cosas sino como determinantes de las relaciones una categoría, como si fuera un documento de identidad. En los
humanas de reciprocidad que las forman. Entendidos de esta países subdesarrollados,la esfera de lo oculto es una esfera que le
manera, el tiempo de trabajo para los artículos de consumo, y el pertenece a la comunidad, que se encuentrapor completo bajo una
valor mismo, se transforman no solamente en categorías históri­ jurisdicciónmágica.Al mezclarmeen esta red inextricabledonde las
cas relativas, sino también en construcciones sociales (y enga­ acciones se repiten con una ínevitabilidad cristalina, encuentro el
ñosas) de la realidad. La crítica de la economía política exige que mundo infinitoque me pertenecey la perpetuidadque así se afirma
se desarme esa realidad y que se realice una crítica de ese engaño. del mundoque nos pertenece. Créanme, los zornbís son más atemo­
Al impugnar la concreción y el fetichismo de las mercancías, rizantes que los pobladores(1967: 43).
las creencias y ritos que se discuten en este libro facilitan esta
tarea de deconstrucción crítica, porque desenmascaran algo cru­ No hay duda que esto es una exageración: una creencia ciega
cial sobre la realidad humana que está oculta detrás del misticis­ en las creencias ciegas de los primitivos. Seguramente la atmós­
mo de la cultura de la mercancía. Pero una visión profunda de fera del mito y la magia está arraigada en una realidad, ¿pero qué

288
290 MICHAEL T. TAUSSJG CONCLUSIÓN 291

tipo de realidad? No se trata tanto de una verdadera realidad, sino práctica de la violencia y en sus planes de libertad" (!bid: 45).
más bien de una realidad posible e hipotética. Es una realidad en Los trabajadores de las plantaciones del Valle del Cauca ya no
la que coexisten fácilmente la fe y el escepticismo. El ritual conciben que sus patrones crean en la brujería, mientras que. los
respalda la verdad de esta realidad hipotética, pero fuera de los siervos y peones de las haciendas de las montañas circundantes
rituales intervienen otras realidades, y la mente no encuentra perciben correctamente la credulidad de sus amos a este respec­
ninguna tensión entre las explicaciones espirituales y seculares. to. Los trabajadores de las plantaciones aprenden a manejar su
Siempre, y en todas partes, los dioses y los espíritus son lucha de clases en términos modernos y no mediante la brujería,
ambivalentes, y el diablo es el archísímbolo de la ambivalencia. pero lo hacen dentro de una visión que esté informada de las
No se trata de que defina demasiado las acciones específicas, creaciones fantásticas que surgen del choque entre las orienta­
sino que aporta las sombras y los modelos con los que la gente ciones de valores de uso y valores de intercambio. Los ritos a la
crea interpretaciones. Como ya hemos visto, estas creaciones de figura del diablo que realizan los mineros bolivianos manifiestan
ninguna manera le otorgan conformidad al statu qua; lo que es este mismo choque, y precisamente estos mineros son los que
más, en las situaciones coloniales, los zornbis o espíritus cam­ están a la vanguardia en la lucha de clases. Sus ritos mágicos
bian para reflejar la nueva situación, en vez de plasmar el mundo estimulan la visión y apoyan el estado de ánimo del que depende
precolonial del espíritu. Son tan dinámicos y tan incesantemente esa lucha. "Esta tradición dentro­de la montaña debe continuar",
cambiantes como la red de relaciones sociales en que están dice un líder sindicalista, "porque no hay comunión más íntima
inmersos los creyentes, y sus significados mediatizan esos cam­ ni más sincera, ni más hermosa, que el momento del ch 'a/la,
bios. El diablo de las plantaciones del Cauca, lo mismo que el de cuando los indios mastican coca juntos y se la ofrecen al Tío"
las minas bolivianas, creció a partir de los sistemas indígenas de (Nash, 1972: 231­232). En esta comunión, tanto una intensa
creencias precoloniales, del Africa occidental y de los Andes interexperiencia humana como una declaración precisa sobre la
(preincaicos), como una respuesta de esos sistemas a la Conquis­ injusticia y la situación política real, la conciencia crítica adquie­
ta, al cristianismo y al desarrollo capitalista. Este diablo no re su forma y su vigor. "Allí expresan todos los problemas que
es terrorífico desde un punto de vista no ambiguo. No es más tienen, y va naciendo una nueva generación tan revolucionaria
terrorífico que los pobladores. que ya los trabajadores comienzan a pensar en realizar cambios
La religión de los oprimidos puede atemperar esa opresión y estructurales. Esta es su universidad" (!bid).
hacer que Ja gente se adapte a ella, pero al mismo tiempo puede En una infinidad de maneras improbabies, la magia y el ritual
provocar la resistencia frente a ella. Al tratar de entender la pueden fortalecer la conciencia crítica que una realidad espan­
coexistencia de esas tendencias opuestas, debemos volver una tosamente hostil le impone a la gente que trabaja en las planta­
vez más sobre el significado social del fetichismo capitalista, el ciones o en las minas. Sin el legado de la cultura y sin sus figuras,
cual, a pesar de todas sus fantasías, no esconde las relaciones imágenes, fábulas, metáforas retóricas y otras creaciones imagi­
económicas en su papel de relaciones entre las cosas en sí nativas, esta conciencia no puede funcionar. Sin embargo, puede
mismas, con sus raíces escondidas en la reciprocidad humana. llegar a entender su poder creativo, en lugar de adjudicarle dicho
La originalidad del contexto colonial, destaca Fanon, "es que la poder a sus productos. El progreso social y el pensamiento crítico
realidad económica, la desigualdad y la inmensa diferencia de están ligados a esta tarea dialéctica de desfetichización. A este
modos de vida, nunca llegan a enmascarar las realidades huma­ fin apuntan los trabajadores: a controlar sus productos, tanto
nas" (1967: 30). En la lucha política y armada, el hecho de materiales como poéticos, y a no ser controlados por ellos.
confundir las realidades de lo fantasmagórico y lo corpóreo, es Claudicar en esta lucha es pasar a ser un esclavo de los fetiches
invocar al desastre. Pero los primeros iluminan a los últimos, de una conciencia patéticamente falsa, cuyos signos materiales
dando voz y dirección al curso de la lucha. "El nativo descubre sostienen una realidad incomprensible y misteriosa; vacía y
la realidad y la transforma en el patrón de sus costumbres, en la carente de humanidad y de gente viva comprometida con su
292 MICHAEL T. TAUSSIG

supervivencia diaria. Las creencias 'J ritos de los mineros y de


los trabajadores de las plantaciones, en cuanto al significado de
la producción, desafían a esta realidad y llenan este vacío con
preocupaciones humanas, y en esto se han inspirado algunas de BIBLIOGRAFÍA
las luchas políticas y de los poetas más poderosos de nuestro
tiempo. Pablo Neruda, en la que fue prácticamente su última
aseveración, escribió: Acosta Padre José de, 1880. Thc Natural and Moral History of the
/¡¡dfes. (Publicado en 1588). Reimpres~ de la edición inglesa, 1605.
En lo que a nosotros en particular nos concierne, nosotros, que somos Traducido por Edward Grimston. Editado por C:R. Markham. 2
escritores dentro de la región americana tremendamente vasta, escu­ volúmenes, Londres, Hakluyt Socicty. (Historia natural y moral de
chamos incesantemente el llamado para llenar este vacío poderoso las IndiasJ.
con seres de carne y sangre. Estamos conscientes de nuestro deber Acosta Saignes, Miguel, 1962. Estudios defol~l~re venezolano ., Estu­
dios de etnología de Venezuela. Caracas, Ediciones de la Biblioteca
de realizadores ­al mismo tiempo nos enfrentamos a la tarea inevi­
table de la comunicación crítica en un mundo que está vacío, pero Hespérides,
­­­· 1967. Vida de los esclavos negros en Yenezucla. Caracas,
que no por eso deja de estar lleno de injusticias, castigos y sufrimien­
Ediciones de la Biblioteca Hespérides.
tos­ y también sentimos la responsabilidad de despertar nuevamente Adarns, Richard N., 1952. U11 análisis de las creencias y prácticas
los viejos sueños que duermen en estatuas de piedra en los ruinosos médicas en un pueblo indígena deGuatemala. Guatemala, Editorial
monumentos antiguos, en el silencio que se extiende ampliamente del Ministerio de Educación Pública. · ·
en las planicies planetarias, en las densas selvas prístinas, en los ríos Alberti, Giorgio, y Mayer, Enrique, 1974. "Reciprocidad andina: ayer
que rugen como el trueno. Debemos llenar con palabras los lugares y hoy". En Reciprocidad e intercambio en los Andes peruanos,
más distantes de un continente mudo, y estamos intoxicados con esta compilado por Giorgio Albcrti y Enrique Mayor, pp. 13­36 .. Lima,
tarea de hacer fábulas y dar nombres. Quizás esto sea lo decisivo en Instituto de Estudios Peruanos. · _
mi modesto caso, y si de eso se trata, mis exageraciones o mi Albo, Javier, 1972. "Dinámica en la estructura ínter­comunitaria de
abundancia o mi retórica no serán otra cosa que el más simple de los Jesús de Machuca". América indígena 32: 773­816.
sucesos en el trabajo cotidiano <le un americano (1974: 27­28). ­­­ 1974­1976. "La paradoja ayrnará: ¿solidarida.d y Iaccionalis­
rno?" Estudios andinos 4: 67­t.:O. . . . ..
Arboleda, Gustavo, l 956. Historia de Cali, 3 vals .. Cali.•. Colombia,
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Esta obra se terminó de imprimir


en el mes de agosto de 1993
en los talleres de lipográfica Barsa, S. A.
Pino 343­71. Col. Santa Maria la Ribera
México, D. F.

Se tiraron 2000 ejemplares


más sobrantes para reposición

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