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(Vintimilla Cordero, 2019). Puede desarrollarse como un área funcional al aprendizaje del
estudiante aplicado a cualquier materia o tema dentro del aula, en este caso, algunos
autores lo denominan “Educación por el arte” o a través del arte, o bien, puede contribuir al
dichas, en este caso se trata de “Educación para el arte”. En cualquiera de los dos casos
Ahora bien, la Educación Artística de acuerdo con el Ministerio de Educación del Ecuador
en las artes y a través de las artes y la cultura, es decir, tiene en cuenta, tanto la Educación
para las artes, como la Educación por las artes, el aprendizaje de este tipo “enriquece a la
perdurarán en el tiempo”.
1.1.1. Breve desarrollo histórico de la Educación Artística
Durante el siglo v a. C., al XVII d. C., fue cuando se pensó en poner al arte al servicio de
la educación, se consideraron solo los preceptos técnicos, sin pensar en el educando,
por ejemplo, la música era enseñada a través del canto o el hecho de aprender a tocar
algún instrumento, mientras que no se les enseñaba a escuchar; otro ejemplo en las
artes plásticas consistía en copiar las obras, como estampas o esculturas, de maestros
referentes, mientras que de relegaba la enseñanza a ver u observar (Del Campo, 2000).
A inicios de la Edad Media, durante el periodo greco-romano, la educación artística se
destacó por ser un aprendizaje empírico y artesanal, de carácter familiar y hereditario,
esto tuvo como consecuencia que la población en general no tuviera acceso a este
conocimiento (Emé Leyva, 2019). La situación predomínate en la Edad Media, es
modificada durante el Renacimiento, evidencia de ella es la creación en 1953 por Giorgio
Vasari, de la Accademia delle Arti del Disegno de Florencia, quien abre acceso a la
educación artística a mayor población, y más adelante en el siglo XVII, Amos Comenius
(1592-1670) considerado el padre de la pedagogía moderna, plantea la educación
artística para todos (Emé Leyva, 2019).
Ya para el siglo XVII, con los aportes de los psicólogos, pedagogos y pensadores como
Comenio, John Lock y J. J. Rousseau, la educación artística adquiere mayor relevancia,
puesto que estos autores marcaron el hito y destacaron el arte como un aspecto en el
entorno educativo, a través del cual se promueven dos valores “el artístico-creador-
emotivo y el psicopedagógico-expresión-comunicación” (Del Campo, 2000, p.2),
exhortando en la idea del arte como medio de comunicación oral y escrito, y por lo tanto,
debe enseñarse y ser aprendido por todos. El arte como aspecto importante en el
contexto educativo, planteado por estos propulsores, comienza a calar entre los
intelectuales durante el siglo XVIII, sin embargo, no es hasta finales de siglo cuando se
propone la inclusión del arte en la escolaridad (Emé Leyva, 2019).
Hasta el siglo XVIII la educación en artes era destinada a las élites predominantes en
cada época histórica, no obstante, es partir de estas aportaciones cuando se inicia el
despertar de la idea de la valoración del desarrollo individual en el campo educativo,
como expresión libre en oposición a los estereotipos y repeticiones en el mundo artístico.
Es así como, desde la primera mitad del siglo XIX, se inicia una concisa pedagogía del
arte a partir de las ciencias de la educación, en la cual se parte como programa educativo
que surge desde el conocimiento del estudiante (Del Campo, 2000).
Para inicios del XIX, surge el primer proyecto de educación, a nivel nacional, sobre
educación artística para todos, propuesta original de Johan Heinrich Pestalozzi (1746-
1827) aplicada y articulada en el Reino de Prusia. Por su parte, Friedrich Fröebel,
discípulo de Pestalozzi, conceptualizó la educación pre-escolar y en ella incluyó la
educación artística,
además de incorporar enfoques, ejercicios y recursos artísticos en todos los programas
de los cursos (Emé Leyva, 2019).