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LOS VIAJES

DE PIZARRO

AÑO: “Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

ÁREA: C.C.S.S

PROFESOR: Santos Rios Edwin


TEMA: Los viajes de pizarro

ALUMNA: Ariana Milene Rugel Risco

GRADO Y SECCIÓN: 1 "C" Secundaria


EL PRIMER VIAJE DE PIZARRO

En 1524, con mucha ilusión por conquistar las ricas tierras


del Perú, Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando
de Luque fundar en Panamá la Compañía del Levante. El
fraile Luque representaba los intereses de Gaspar de
Espinoza, principal financiador de la empresa. El
gobernador Pedrarias también se incorporó aportando una
apreciable cantidad de dinero.
A comienzos de setiembre del mismo año ya estaban listos
dos barcos, el “Santiago” y el “San Cristóbal”. El día 13 zarpó
el “Santiago”, al mando de Francisco Pizarro, con 112
españoles y algunos indios nicaraguas de servicio.
De Panamá se dirigieron a las islas Perlas, luego
desembarcaron en Puerto Piñas, avanzaron por la costa
colombiana hasta que llegaron a un punto que llamaron
Puerto de Hambre, por que se acabaron las provisiones, y el
barco “San Crisóbal” no aparecía para socorrerlos. Entonces
Pizarro envío a Gil de Montenegro con el “Santiago” para
recoger alimentos en las islas Perlas. Durante 47 días
esperó el capitán en Puerto de Hambre. Cuando llegó
Montenegro ya habían muerto más de 30 expedicionarios
por la falta de comida.
A comienzos de 1525 se reanudó el viaje y llegaron al Fortín
del Cacique de las Piedras, donde los españoles fueron
recibidos con una lluvia de piedras y lanzas, que dejaron
varios heridos, entre ellos el mismo Francisco Pizarro.
Dejando 5 desaparecidos, los sobrevivientes se
reembarcaron y emprendieron el retorno hasta Chochama,
al sudeste de Panamá.
Mientras tanto, Almagro ya estaba en camino con 50
hombres a bordo del “San Cristóbal”, y para su mala fortuna
desembarcó en el Fortín de Cacique de las Piedras. Los
indígenas los atacaron con fiereza. En el combate una flecha
le cayó en un ojo a Diego de Almagro, quien por poco es
capturado por los nativos. Un negro esclavo logró rescatarlo,
pero el manchego quedó tuerto para siempre. Almagro
mandó incendiar el fortín rebelde, que desde entonces es
recordado como Pueblo Quemado.
Almagro buscó a Pizarro hasta el río San Juan, en los
manglares colombianos. Al no encontrarlo regresó hasta las
islas Perlas. Aquí se enteró que su compañero estaba en
Chochama. Al reencontrarse se abrazaron y prometieron
intentarlo de nuevo, pase lo que pase.
EL SEGUNDO VIAJE DE PIZARRO

En octubre de 1526, Pizarro y Almagro, con los dos barcos,


partieron de Chochama hacia el Sur y llegaron al rio de San
Juan. Mientras Almagro volvía por refuerzos a Panamá, el
piloto Bartolomé Ruiz, exploró la costa sudamericana
occidental hasta Coaque, en cuyo viaje capturó una balsa de
indios tumbesinos con los cuales confirmó la existencia del
Tawantinsuyo. Luego Pizarro avanzó con su expedición hacia
la bahía de San Mateo y al río Santiago, a fines de julio de
1527, y luego llevó a sus hombres que se hallaban
descontentos a la isla del Gallo, mientras enviaba los dos
barcos a Panamá, con Almagro y el veedor Juan Carballo.
En una de las naves, los soldados descontentos, enviaron a la
esposa del gobernador de Panamá un ovillo grande de algodón
en cuyo seno iba una denuncia escrita, que terminaba con un
texto que decía:
“A Señor Gobernador
miradlo bien por entero
allá va el recogedor
y aquí queda el carnicero”
Enterado del documento el gobernador de Panamá, Pedro de
los Ríos, envió dos barcos a recoger a la fuerza a los
expedicionarios, los mismos que llegaron a la Isla del Gallo a
fines de setiembre de 1527. Al mando de ellos venía el capitán
Juan Tafur, a recoger a todos los hombres. Entonces Pizarro,
viendo a punto de fracasar su empresa, asumió un gesto
heroico, desenvainó su espada, trazó una raya en la arena de
la playa y les dijo a sus hombres: “Por este lado se va a
Panamá a ser pobres, por éste al Perú a ser ricos, escoja el que
fuere buen castellano lo que más bien le estuviere”. Sólo trece
hombres atravesaron la raya siguiendo a Pizarro, los célebres
“Trece del Gallo”. Los demás soldados se embarcaron con
Tafur rumbo a Panamá, y éste trasladó a Pizarro y a su
pequeñísima hueste a la Isla Gorgona.
Luego de estar en ella, solos, seis meses, en marzo de 1528,
volvió el piloto Ruiz a la isla para recoger a Pizarro. Pizarro
convenció a Ruiz para explorar el Sur y llegaron a la isla Santa
Clara y a continuación a Tumbes, donde los españoles por
primera vez encontraron una ciudad importante y civilizada
con fortalezas, templos y murallas. Varios españoles
descendieron a tierra y comprobaron la importancia de la
ciudad y su elevada cultura y por lo que es más, confirmaron
visualmente la existencia del Imperio del Tawantinsuyo.
Pizarro llamó a Tumbes, Nueva Valencia y luego navegó hacia
el Sur por las costas del reino vasallo de Chimor, hasta llegar a
la desembocadura del río Santa. El Tawantinsuyo había dejado
de ser un sueño y un mito, había sido descubierto y Pizarro
volvió en triunfo a Panamá.
LA CAPITULACIÓN DE TOLEDO EN 1529

Al volver a Panamá con la noticia del descubrimiento del


Tawantinsuyo, Pizarro tropezó con las dificultades que le puso y la
casi oposición del gobernador, Pedro de lo Ríos, que quería impedir
una nueva expedición, por lo que los tres socios decidieron
negociar la conquista del Perú con el propio rey. Pizarro fue
designado por sus socios como Procurador, es decir apoderado en
el lenguaje de la época, y viajó a España con ese carácter, en
octubre de 1528, acompañado del griego Pedro de Candia, llevando
oro, plata, piedras preciosas, llamas y tejidos del Perú. En Sevilla,
Pizarro fue apresado por antiguas deudas con el bachiller Enciso,
todavía de la época de su estancia en el Darién. Logró salir libre
gracias a la influencia de su pariente, Hernán Cortés, conquistador
de México y éste lo ayudó para que fuera recibido en la corte. Allí
se entrevistó en Toledo, con el propio rey, Carlos V, a quien expuso
sus planes y pretensiones y negoció con el Consejo de Indias.
El resultado fue la firma de la Capitulación de Toledo, realizada el
26 de julio de 1529, que le autorizaba para la conquista del Perú.
Por la corona firmó la reina Juana , madre de Carlos V.
Por esta Capitulación, Pizarro obtuvo la autorización para
conquistar el Perú, fundar ciudades, dentro de los límites de su
gobernación que abarcaría una longitud de 200 leguas a lo largo de
la costa sudamericana del Pacífico, a partir del río de Temumpalla
(Santiago) en el norte del Ecuador hasta Chincha, en la costa
central del Perú. Se le dio el título de Adelantado, alguacil mayor,
gobernador y capitán general del territorio adjudicado y un sueldo
de 725.000 maravedíes por año.
Por la misma capitulación Diego de Almagro ganó la jerarquía de
hidalgo, fue nombrado gobernador de la fortaleza de tumbes y se
le concedió una renta de 300.000 maravedíes al año.
Hernando de Luque, en virtud del Real Patronato, fue propuesto al
Papa como Obispo de Tumbes y protector de los indios. A
Bartolomé Ruiz se le nombró Piloto Mayor del Mar del Sur y a los
trece valientes españoles de la Isla del Gallo se les dio el status de
hidalgos y se les designó Caballeros de la Escuela Dorada.
La Corona por su parte tendría derecho al quinto real, el 20% de
las riquezas que obtuvieran los españoles, con el despojo de los
indios.
Esta Capitulación, como vemos, privilegió a Pizarro y postergó a
Almagro y a Luque y fue el origen de las futuras desavenencias
entre los tres socios.
EL TERCER VIAJE DE PIZARRO

De Panamá a Piura
Partieron de Panamá en enero de 1531, tocando como primer punto
la bahía de San Mateo, de donde continuarán su viaje por tierras a
través de la región de Coaque. En esta zona fueron atacados por el
mal de las verrugas y aún se encontraban en este camino cuando el
cacique Tumbalá los invitó a visitar su isla Puná, isla en la cual
Pizarro terminará cerciorándose de que el Imperio de los Incas se
debatía en guerra civil.
Llegaron a Tumbes en enero de 1532. Al llegar a esta ciudad, Pizarro
le ordenó a Hernando de Soto que tomara preso al cacique Chilimasa
en represalia porque los tumbesinos lo habían atacado. De Tumbes
se trasladaron a Poechos donde su cacique Maizavilca le obsequió a
don Francisco Pizarro a uno de sus sobrinos, al que le llamaron
Martinillo.
Estando ya en el valle de Chira, en el lugar llamado por los indios
Tangarara, Pizarro funda la primera ciudad española en nuestro
país, con el nombre de San Miguel (15 de mayo o julio de 1532).
También en este lugar construyeron un fuerte donde se quedaron 60
hombres a las órdenes de Sebastián de Benalcázar.
Marcha de Piura a Cajamarca
Partieron en setiembre de 1532. Acompañaban a Pizarro 110
hombres de infantería y 67 de caballería. Después de avanzar por la
costa hacia el sur y por Saña levantar a Cajamarca, entrarán a esta
ciudad el 15 de noviembre de 1532 e inmediatamente Pizarro le
ordenó a Hernando de Soto y luego a su hermano Hernando Pizarro
que fuesen a los baños del Inca (Pultamarca) a invitar a Atahualpa a
cenar esa noche en Cajamarca, pues Pizarro tenía pensado tomar
preso al Inca en plena ceremonia.
Atahualpa no aceptó la invitación para esa noche, sino para el día
siguiente, Atahualpa ya estaba en la plaza de Cajamarca y los únicos
que se le presentaron por parte de los españoles fueron: Hernando
de Aldana, el traductor Martinillo y el dominico Valverde.
ANEXO:

Expediciones e
Invasiones de
Francisco Pizarro

Episodio de la Isla del Gallo, en Pizarro ante Carlos v


el Segundo Viaje de Pizarro.

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