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VII.

Insuficiencia patrimonial y pluralidad de


acreedores
1. INTRODUCCIÓN
- PLURALIDAD DE ACREEDORES, RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL Y EJECUCIÓN FORZOSA DE LAS
OBLIGACIONES: ESQUEMA GENERAL
El deudor tiene el deber jurídico de cumplir todas sus obligaciones y satisfacer íntegramente a todos y cada uno
de los acreedores. Considerados los créditos como derechos subjetivos, todos son iguales y no puede ningún
acreedor exigir a su deudor que le pague a él con preferencia a otro que tenga un crédito igualmente vencido y
exigible. En la relación entre el deudor y sus acreedores, la regla es siempre, pues, la par condictio creditorum.
Sin embargo, ésta quiebra cuando, ante el incumplimiento del deudor que tiene una pluralidad de acreedores, el
problema se aborda mediante la ejecución forzosa de sus obligaciones. Entonces, el juez, que conoce de la
ejecución, puede verse abocado a destinar sus resultas a pagar con preferencia a un acreedor antes que a otro u
otros, porque el ordenamiento clasifica y gradúa los créditos, no frente al deudor común, sino frente a los demás
acreedores de éste.

a) DEUDOR EN SITUACIÓN O ESTADO DE INSOLVENCIA. Esto es, cuando “no puede cumplir regularmente
sus obligaciones exigibles” (artículo 2.2 LC). El propio deudor está obligado a solicitar que la ejecución sea
colectiva, es decir, que concurran en ella todos los acreedores del primero de modo que todos, o el mayor
número, puedan ver satisfechos sus créditos en la medida que lo haga posible el patrimonio actual del
deudor. Este procedimiento de ejecución colectiva se llama CONCURSO, y en él, en lugar de mantener a
ultranza la regla de la par creditorum, el legislador ha optado porque, una vez liquidado y realizado el valor
del patrimonio actual del deudor, se satisfagan unos créditos con preferencia a otros.

b) PATRIMONIO DEL DEUDOR RESULTA INSUFICIENTE PARA SATISFACER A TODOS LOS ACREEDORES.
La previsión de esas preferencias en la imputación de las resultas de la ejecución colectiva al pago de los
créditos concurrentes denota un concreto criterio de política legislativa: el de que los acreedores soporten
con diferente intensidad la insolvencia actual de su deudor común. Pero el mismo problema se presenta en
las ejecuciones singulares que conllevan una disminución del patrimonio actual del deudor que puede
eventualmente perjudicar la ulterior realización forzosa de sus créditos por otros acreedores. Por eso el
indicado criterio de política legislativa se extiende también a ellas, en cuyo seno resulta posible que un
acreedor que no instó la ejecución pretenda que las resultas de la misma se imputen al pago de su crédito,
que el ordenamiento considera a estos exclusivos efectos preferente al del acreedor que instó.

Estos créditos cuyo pago es o puede ser preferente al de otros créditos en las resultas de la ejecución
forzosa se llaman PRIVILEGIADOS, y PRIVILEGIO es la cualidad del crédito que les da esa preferencia, que
puede ceñirse a lo obtenido en la realización del valor de determinados bienes (privilegio especial) o de
todos los comprendidos en patrimonio del deudor (privilegio general). Y el reconocimiento de tales
privilegios determina la necesidad de establecer una prelación de créditos, es decir, una ordenación
jerárquica de los mismos que permita saber cuándo su titular puede pretender con éxito que le sean
atribuidas las resultas de la ejecución antes que a otro u otros acreedores, sean o no privilegiados los
créditos de estos.

Finalmente, hace falta precisar que las ejecuciones forzosas en que pueden ser aplicadas las normas sobre
preferencia y prelación de créditos son, exclusivamente, las dinerarias (artículo 571 LEC) y dineraria ha de
ser también la pretensión de cobro que derive del crédito preferente. Sólo en tal caso es posible que el
resultado de la ejecución se destine con preferencia a un acreedor distinto del ejecutante, satisfaciendo su
interés.

- EL CONCURSO
Cuando se encuentra en estado de insolvencia un deudor que tiene una pluralidad de acreedores, el
ordenamiento propicia que en la ejecución forzosa de sus obligaciones concurran todos ellos a través del
concurso, procedimiento regulado en la Ley 22/2003, de 9 de julio, concursal.

Según lo establecido en el párrafo segundo del artículo 1.921 CC: “en caso de concurso, la clasificación y
graduación de los créditos se regirá por lo establecido en la Ley concursal”. Por lo tanto, dejamos atrás la regla
sobre preferencia y la prelación de créditos.

- ÁMBITO DE LAS REGLAS SOBRE CONCURRENCIA Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS DEL CC. LA TERCERÍA
DE MEJOR DERECHO
El Código Civil dedica el Título XVII de su Libro IV a regular la “concurrencia y prelación de créditos”. En él
determinado qué créditos son privilegiados (Capítulo II, “De la clasificación de los créditos”, arts. 1921 a 1925) y
establece una ordenación de los mismos para su cobro por los acreedores (Capítulo II, “De la prelación de
créditos”, arts. 1926 a 1929). Sin embargo, se trata de una materia pendiente de reforma y en la que además el

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CC tan sólo contiene una parte del régimen aplicable, que ha de ser integrado con normas de diversa naturaleza,
pues son muchas las leyes especiales que atribuyen carácter preferente a ciertos créditos.

En cualquier caso, esas preferencias crediticias sólo pueden hacerse valer, por los acreedores a cuyo crédito se
refieran, frente a otro acreedor del mismo deudor que hubiera iniciado un procedimiento de ejecución dineraria
singular, con la finalidad de que las resultas de la misma se disten preferentemente a satisfacer su crédito
entregándose al ejecutante tan solo el remanente, si lo hubiera.

El procedimiento que específicamente permite a un acreedor conseguir que el resultado de una ejecución
dineraria singular ya en curso, instada por otro acreedor del mismo deudor, se destino por el órgano judicial a
satisfacer prioritariamente el crédito del tercerista, por atribuirla la ley a este último carácter preferente respecto
al del ejecutante, se llama TERCERÍA DE MEJOR DERECHO.

- LA PAR CONDICIO CREDITORUM EN LA EJECUCIÓN FORZOSA


En la relación entre el acreedor y el deudor, la regla aplicable es la par condictio creditorum. Dicha regla sigue siendo el
criterio general aun en el marco del cumplimiento forzoso de las obligaciones. En su virtud, a los acreedores ordinarios
se les considera en situación de igualdad en orden a la satisfacción de sus respectivos créditos. Así resulta de lo
dispuesto el artículo 1925 CC: ”no gozarán de preferencia los créditos de cualquier otra clase, o por cualquier otro título,
no comprendidos en los artículos anteriores”. Esto quiere decir que, a la hora de cobrar lo que se les debe, ninguno de
los acreedores comunes tiene más derecho a cobrar antes que los demás, ni en concurso ni en las ejecuciones
singulares. Y el mismo criterio gobierna a la relación entre los créditos privilegiados en los casos excepcionales en que
concurren con otro u otros que comparten con ellos idéntica preferencia.

2. LOS PRIVILEGIOS: TEORÍA GENERAL


- LA PAR CONDICIO Y EL PRIVILEGIO
Según lo dispuesto en el artículo 1925 CC, la regla general de igualdad de los acreedores no es de
aplicación, en caso de ejecución forzosa, a los créditos considerados preferentes por el CC. Se trata,
en principio, de los créditos contemplados en los artículos 1922 a 19924 CC que, excepcionando la
regla de la par condictio creditorum, regulan los privilegios. Esto es, los créditos que, en virtud de lo
dispuesto en un disposición legal, facultan al titular del mismo a cobrarse con las resultas de la
ejecución con preferencia a los acreedores ordinarios.

- CARACTERES DE PRIVILEGIOS Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS


El privilegio se caracteriza por ser una cualidad intrínseca de ciertos créditos y por las notas de legalidad y
excepcionalidad. En cuanto se trata de una cualidad intrínseca del crédito, el privilegio no puede separarse
del crédito y de transmite juntamente con él. En virtud de la nota de legalidad, la constitución de los
privilegios no puede proceder de la voluntad de los particulares sino únicamente de la ley. Y en cuanto
conlleva una particularidad a la regla general de la par condictio creditorum, los privilegios tienen carácter
excepcional no siendo susceptibles de una aplicación analógica y ni siquiera de una interpretación
extensiva.

Pues bien, en el ámbito del capítulo II del título XVII del CC se determina los créditos preferentes. La
regulación que ofrece el CC permite distinguir entre:

• Privilegios ESPECIALES. Atribuyen preferencia a ciertos créditos en caso de ejecución forzosa que recaiga
sobre determinados bienes muebles (artículo 1922 CC) o inmuebles (artículo 1923 CC).

• Privilegios GENERALES. Atribuyen a ciertos créditos preferencia sobre todos los bienes del deudor
(artículo 1924 CC), esto es, cualquiera que sea el que se haya embargado.

A su vez, en el capítulo III de Título XVII, se hace una ordenación jerárquica entre los distintos créditos
privilegiados. En dicho ámbito se atribuye preferencia a los privilegios especiales respecto de los generales
y se jerarquizan los privilegios especiales y los generales (artículos 1926 y 1927).

- PRIVILEGIOS, AFECCIONES REALES Y DERECHOS REALES DE GARANTÍA: SU CONCURRENCIA Y


ORDENACIÓN
A) Planteamiento
La regla general del artículo 1911 CC (responsabilidad patrimonial universal), impide servirse para su cobro de la
realización del valor de un bien que no forma parte de su patrimonio. Por eso, el ordenamiento prevé que exista en
el proceso ejecutivo ordinario un decreto o resolución de embargo, que es un afección real que traba o vincula los
bienes propiedad del deudor que constituyan su objeto para que no perjudique al acreedor ejecutante que, al realizarse
su valor, no formen ya parte del patrimonio de aquel.

Para evitar que su adquisición por otro le perjudique, el acreedor puede convenir con su deudor la constitución de un
derecho real de garantía que, por comprender el ius distrahendi (prenda e hipoteca), recaiga sobre un bien del que
éste sea dueño y sobre el que tenga poder de disposición (artículo 1857 CC).

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Finalmente, el ordenamiento establece otras afecciones reales que sujetan ciertos bienes al cumplimiento de
determinadas obligaciones eliminando la relatividad del derecho de crédito y permitiendo realizar su valor, en un
proceso o procedimiento ejecutivo, cualquiera que sea su dueño o poseedor (afecciones reales de origen legal).

B) La ejecución dineraria ordinaria y la de bienes hipotecados o pignorados: eficacia de la publicidad registral

C) La ejecución forzosa dineraria y los privilegios


Iniciado el proceso de ejecución y practicado en él un embargo de un bien concreto, ha de atenderse al principio de
responsabilidad patrimonial del deudor, en la que de nuevo juega la publicidad registral -a través de la presunción de
exactitud, apreciada de oficio o a instancia del titular según el Registro (tercería registral)- y se permite a los terceros
hacerla valer a través de la tercería de dominio.

Cuando la ejecución forzosa ordinaria se dirija a realizar bienes que formen parte del patrimonio de su deudor común,
la preferencia para el cobro con las resultas de la realización de valor de un bien embargado puede hacerse valer, a
través de la tercería de mejor derecho, por todos los acreedores cuyo crédito califique la ley como privilegiado. Entre
ellos están cualificados como hipotecarios (artículo 1933 CC) o como pignoraticios (artículo 1922) y, además los sujetos
a una afección real; pero nada impide que prevalezcan sobre éstos otros créditos privilegiados.

D) La ejecución hipotecaria y la pignoraticia


Cuando el proceso de ejecución se dirija exclusivamente a ejercer el ius distrahendi que forma parte del contenido de
la hipoteca y la prenda, con aplicación de las particularidades que atribuyen a aquél los artículos 681 y ss Lec., lo que
se ejercita es la correspondiente acción real ejecutiva.

Tratándose de la hipoteca inmobiliaria o mobiliaria, quien en todo caso cobra en primer lugar es siempre el ejecutante
titular del derecho real y sólo la cantidad garantizada por éste; luego los titulares de derechos inscritos o afecciones
reales anotadas después; y, por último, “se entregará el remanente al propietario del bien hipotecado” (artículo 692.1
Lec).

Lo que sí ha de respetarse en este proceso es la presunción de exactitud registral; y siempre la condición de dueño del
constituyente del derecho real de garantía, cuya no concurrencia pueden hacerla valer los terceros a través de la
tercería de dominio.

E) Las afecciones reales de origen legal


Tales afecciones se mantienen por ministerio de la ley hasta el cobro íntegro del crédito al que cualifican y perjudican
siempre al que fuere poseedor o propietario del bien afecto frente al que el acreedor beneficiado puede dirigir el
correspondiente proceso o procedimiento administrativo de ejecución para realizar el valor de aquél.

3. LOS DISTINTOS TIPOS DE PRIVILEGIOS


- LOS PRIVILEGIOS ESPECIALES
A) Preliminar
Los privilegios especiales conllevan la preferencia de ciertos créditos: en unos casos -privilegios mobiliarios-, respecto
al valor obtenido a través de la venta de específicos “bienes muebles del deudor” (artículo 1922 CC); y en otros -
privilegios inmobiliarios-, respecto al valor obtenido mediante la venta de determinados “bienes inmuebles y derechos
reales del deudor” (artículo 1923 CC).

De conformidad con el artículo 1926 CC, el privilegio mobiliario supone que el crédito preferente excluye a los demás
créditos hasta donde alcance el valor de la cosa mueble a que la preferencia se refiere.

En virtud de lo establecido en el artículo 1927 CC, el privilegio inmobiliario supone que el crédito que goza de
preferencia en relación a determinados inmuebles o derechos reales, excluye a los demás créditos hasta donde
alcance el valor del inmueble o derecho real a que la preferencia se refiere.

B) Los privilegios especiales mobiliarios <<ex>> artículo 1922 CC


El art. 1922 CC atribuye a ciertos créditos preferencia “en relación con determinados bienes muebles del deudor”.
Preferencia que se justifica por el hecho de que existe una cierta “vinculación” entre el derecho de crédito y la cosa
mueble sobre la que la preferencia recae.

Por lo que respecta en concreto a los créditos a los que se atribuye preferencia en relación con el valor obtenido con la
venta de ciertos bienes muebles, de conformidad con lo dispuesto en el art. 1922 CC:

• Los créditos por construcción, reparación o conservación de una cosa mueble gozan de preferencia respecto
de ésta, siempre y cuando estuviera en poder del deudor.

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• Respecto de la cosa mueble vendida que estuviera en poder del comprador, goza de preferencia el crédito que
por el precio aplazado de la venta correspondiera al vendedor frente al comprador.

• Respecto de la cosa empeñada y hasta donde alcance su valor, goza de preferencia el crédito garantizado con
prenda que se halle en poder del acreedor.

• Respecto de los efectos transportados, goza de preferencia el crédito derivado del transporte (Art. 1922.4º CC).

• Respecto de los bienes inmuebles del cliente existentes en el establecimiento hostelero, goza de preferencia el
crédito derivado del contrato de hospedaje (Art. 1922.5º CC).

• Respecto de los frutos de la cosecha, goza de preferencia del crédito por semillas, gastos de cultivo y recolección
(Art. 1922.6º CC).

• Respecto de los bienes del arrendatario existentes en la finca arrendada y sobre los frutos de la misma, goza
de preferencia el crédito por los alquileres y rentas de la finca arrendada (Art. 1922.7º CC). Conforme al art. 1922.7º
CC la preferencia se extiende a los alquileres y rentas de un año.

C) Los privilegios especiales sobre bienes inmuebles <<ex>> artículo 1923 CC


El artículo 1923 CC atribuye a créditos preferencia en relación con determinados bienes inmuebles y derechos reales
del deudor.

Por tanto, dejando para otro lugar la consideración del privilegio del crédito tributario, en relación con el valor obtenido
con la venta de ciertos bienes inmuebles, de conformidad con el art. 1923 CC gozan de preferencia:

• Respecto a los bienes asegurados, los créditos de los aseguradores `por los primos o primas del seguro de
dos años. Si se tratara de seguro mutuo, la preferencia actúa por los dos últimos dividendos que se hubiesen
repartido.

• Respecto de los bienes hipotecados, goza de preferencia el crédito hipotecario (Art. 1923.3º CC).

• Respecto de los bienes objeto de la refacción, goza de preferencia el crédito refaccionario anotado o inscrito en el
Registro de la propiedad (Art. 1923. 3º CC).

• Sobre los bienes objeto de la anotación, gozan de preferencia aquellos créditos que hubieran sido anotados en el
Registro de la propiedad en virtud de mandamiento judicial, por embargos, secuestros o ejecución de sentencias (Art.
1923.4º CC).

• Sobre los bienes inmuebles a que se refiere la refacción, gozan de preferencia los créditos refaccionarios no
anotados ni inscritos (Art. 1923. 5º CC).

- LOS PRIVILEGIOS GENERALES


Son privilegios generales los que atribuyen preferencia a un crédito en relación con todos los bienes del deudor. En
estos casos, el acreedor tiene derecho a cobrar con preferencia del valor obtenido con la realización de cualquiera de
los bienes del deudor. La calidad o naturaleza del crédito es lo que justifica la atribución al mismo de un carácter
preferente a los efectos de su cobro pero se trata de una preferencia que solo actúa frente a los acreedores comunes.

El art. 1924 CC determina los privilegios generales. Limitándonos aquí a los créditos que no han sido objeto de
tratamiento específico por disposiciones legales ajenas al CC, sobre los bienes muebles e inmuebles del deudor no
afectos a un privilegio especial, gozan de preferencia los créditos devengados:

• Por los funerales del deudor, según el uso del lugar. También los devengados por los funerales del cónyuge del
deudor y de los hijos bajo patria potestad, si no tuviesen bienes propios.

• Por los gastos de la última enfermedad del deudor, su cónyuge y de los hijos bajo patria potestad. La
preferencia sólo afecta a los gastos causados n el último año, contado hasta el día del fallecimiento.

• Por los anticipos que, durante el último año, se hubieran hecho al deudor en comestibles, vestido o calzado.
Justo con lo expuesto, conforme al art. 1924.3º CC también gozan de privilegio general, los créditos:

•En escritura pública


•Por sentencia firme.
El art. 1924 CC, in fine, dispone que tendrán “preferencia entre sí por el orden de antigüedad de las fechas de las
escrituras y de las sentencias”.

4. LOS PRIVILEGIOS DEL CRÉDITO SALARIAL, TRIBUTARIO Y DE LA SEGURIDAD


SOCIAL. REFERENCIA A OTROS CRÉDITOS PRIVILEGIADOS

- EL PRIVILEGIO DEL CRÉDITO SALARIAL


Al determinar los privilegios generales, el art. 1924, 2º CC establece que gozan de preferencia los créditos
devengados “por los salarios y sueldos de los trabajadores por cuenta ajena y del servicio doméstico

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correspondientes al último año”. En la actualidad, el privilegio del crédito salarial se regula por medio del art.
32 del Estatuto de los Trabajadores que lo contempla en el modo en que a continuación se expone.

- EL PRIVILEGIO GENERAL EXTRAORDINARIO “EX” ARTÍCULO 32.1 ET


Los créditos por los salarios correspondientes a los últimos 30 días de trabajo, en cuantía que no supere el
doble del salario mínimo interprofesional, gozan de preferencia sobre cualquier otro crédito.

- EL PRIVILEGIO SALARIAL REFRACCIONARIO “EX” ARTÍCULO 32.2 ET


Respecto de los objetos elaborados por los trabajadores, los créditos salariales gozan de preferencia sobre
cualquier otro crédito.

- EL PRIVILEGIO GENERAL ORDINARIO “EX” ARTÍCULO 32.3 ET


Además de lo anterior, atribuye a los créditos salariales no protegidos en el 32.1 y 32. 2 un privilegio de
carácter general. Estos créditos no protegidos se les atribuyen preferencia sobre cualquier otro crédito. Mas,
en este caso, la preferencia del crédito salarial cede frente “a los créditos con derecho real, en los supuestos
en los que éstos, con arreglo a la Ley, sean preferentes”. En virtud de lo dispuesto en el art. 32.3, in fine, ET,
también gozan de este privilegio las indemnizaciones por despido.

- EL PRIVILEGIO DEL CRÉDITO TRIBUTARIO


Al determinar los privilegios especiales inmobiliarios, el art. 1923.1º CC considera que gozan de preferencia:
“Los créditos a favor del Estado, sobre los bienes contribuyentes, por el importe de la última anualidad,
vencida y no pagada, de los impuestos que graviten sobre ellos”. Además, al determinar los privilegios
generales, dispone que gozan de preferencia “los créditos a favor de la provincia o del Municipio, por los
impuestos de última actualidad vencida y no pagada, no comprendidos en el art. 1923.1º CC”

En la actualidad, las normas tributarias han modificado el privilegio especial y el general atribuido a los
créditos cuya titularidad corresponde a la Administración tributaria en los términos que a continuación se
exponen.

- EL PRIVILEGIO GENEREAL DEL CRÉDITO TRIBUTARIO


Se regula por medio del art. 77.1 LGT que reconoce en favor de las Administraciones tributarias un privilegio
que afecta a todos los bienes del deudor. En particular, éste artículo establece: “La Hacienda Pública tendrá
prelación para el cobro de los créditos tributarios vencidos y no satisfechos en cuanto concurra con otros
acreedores, excepto que se trate de acreedores de dominio, prenda, hipoteca u otro derecho real
debidamente inscrito en el registro correspondiente con anterioridad a la fecha en que se haga constar en el
mismo el derecho de la Hacienda Pública, sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 78 y 79 de esta ley”.
En caso de concurso, los créditos tributarios quedan sometidos a la ley concursal.

- EL PRIVILEGIO DE LOS CRÉDITOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL


El Art. 1924.2º CC dispone que gozan de preferencia los créditos devengados por ”las cuotas
correspondientes a los regímenes obligatorios de subsidios, seguros sociales y mutualismo laboral…”. En la
actualidad, el privilegio de los créditos de la Seguridad Social es objeto de regulación por el art. 22 del Real
Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio, que aprueba el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad
Social.

Al respecto, en virtud de lo dispuesto en el citado Art. 22 los créditos por cuotas de la Seguridad Social
gozan de un privilegio general sobre los bienes del deudor. Se trata de un privilegio asimilado, en lo que la
preferencia se refiere, al privilegio general del crédito tributario.

- REFERENCIA A OTROS CRÉDITOS PRIVILEGIADOS


Además de lo expuesto, existen otros créditos privilegiados regulados por leyes extracodiciales. Así, la
preferencia ex art. 9.1 de la Ley de Propiedad Horizontal, la derivada del art. 16.5 de la Ley de Venta a
Plazos de Bienes Muebles o, en fin, las atribuidas por la Ley de Hipoteca Naval.

Por su especial relevancia, se debe destacar la preferencia ex art. 9.1 de la Ley de Propiedad Horizontal.
Conforme al citado precepto: “Los créditos a favor de la comunidad derivadas de la obligación de
contribuir al sostenimiento de los gastos generales correspondientes a las cuotas imputables a la parte
vencida de la anualidad en curso y los tres años anteriores tienen la condición de preferentes a los efectos
del art. 1923 CC…”.

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