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Alfonso García Marqués CAPITULO II

SOBRE EL SER Y LA ESENCIA


NECESIDAD Y SUBSTANCIA

(AVERROES Y SU PROYECCIÓN EN TOMÁS DE AQUINO)

Eunsa, Pamplona 1989

Índice del Capítulo II


A. ESENCIA Y SER EN AVICENA

1. La consideración absoluta de la esencia


CAPITULO II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA ..................................................... 61
En el primer capítulo se ha analizado la teoría aviceniana de
A. ESENCIA Y SER EN AVICENA ............................................................................... 61 la posibilidad y necesidad. Esa doctrina está en la base de una
1. La consideración absoluta de la esencia. ................................................... 61 peculiar teorización de la esencia, que constituye uno de los
2. La accidentalidad del ser ............................................................................ 68 puntos más relevantes del sistema aviceniano y que sería objeto
B. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA METAFISICA DE AVERROES .............................. 74
de una especial discusión por parte de Ibn Rusd1. Los
individuos, para Ibn Sina, se presentan íntimamente
1. Ser veritativo y ser extramental................................................................... 75
constituidos por un núcleo de propiedades, que forman un todo
2. La crítica a la accidentalidad aviceniana del ser ......................................... 80
absolutamente independiente de lo demás, pero capaz de recibir
3. La estructura metafísica de las substancias separadas.............................. 85 el ser: “Frente a la magnificencia del ser, que sólo Dios posee
C. AVICENA Y AVERROES EN TOMAS DE AQUINO ....................................................... 93 de un modo necesario per se, la esencia se limita a ser aquello
1. Esencia en sí y accidentalidad del ser ........................................................ 94 que es necesario para que una cosa pueda existir como tal y no
2. La composición metafísica del ente .......................................................... 104
otra; toda cosa concreta, para poder existir, tiene que haber
recibido la existencia, pero tenía que poseer en su esencia una
constitución que permitiera recibir el ser, y a esta constitución

1
La parte de este capítulo relativa a la discusión entre Ibn Sina e Ibn Rusd a
propósito del ser, refleja substancialmente el contenido de mi artículo La polémica
sobre el ser en el Avicena y Averroes latinos, «Anuario Filosófico» 20/1 (1987),
pp. 73-103.

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la llama Avicena la posibilidad”2. admite dos estados: “Aut sunt in rebus aut sunt in intellectu”.
La esencia es el núcleo metafísico de convergencia en la Esto parece una clasificación completa y exhaustiva de la
estructuración aviceniana de la realidad: “Todo lo que es tiene esencia, pues son los dos únicos modos reales de existir:
una esencia que hace que sea lo que es, que posea el ser y que extramentalmente, con ser propio; o intencionalmente, o sea, en
sea necesario; pero la esencia es una en cada cosa”3. De los tres una inteligencia pensante. Sin embargo, Avicena a partir de
aspectos enunciados, el primero es el formal o quiditativo; el esos dos estados (unde) hace aparecer un tercero que no es
segundo y el tercero expresan respectivamente la possibilitas ad relativo ad aliquod tertium esse. De este modo, Ibn Sina señala
esse y la necessitas ab alio. La esencia se presenta en Avicena claramente que no hay un tercer esse real atribuible a ese,
como el constitutivo formal de lo real y como el elemento llamémoslo, tercer estado de la esencia. En efecto, para él,
metafísico primordial que permite existir, o sea, recibir el ser de “todo lo que es o existe no en sujeto o existe en sujeto”5; no
un agente externo. cabe un tercer modo de existir6.
Ahora bien, la esencia, para Avicena, no sólo tiene una El punto de partida para la consideración de la esencia es, en
función metafísica, sino también gnoseológica: es el principio primera instancia, netamente realista: la esencia se encuentra en
de inteligibilidad de lo real. Es precisamente la aprehensión las cosas, de donde la abstrae el intelecto humano7. Sin
intelectual de la esencia lo que permite un conocimiento embargo, Avicena, “tras decir que existen sólo en las mentes o
racional de lo real. Esta doble vertiente –metafísica y en las cosas, considera como esencias en sí mismas lo que esas
gnoseológica– de la esencia es el punto de arranque de uno de esencias serían si no hubiese mentes ni cosas”8. En efecto, a él
los temas más célebres del pensamiento aviceniano: la triple no le interesa primordialmente la conexión entre la pura esencia
consideración de la esencia. y el individuo, sino la consideración absoluta y aislada de la
Históricamente hablando, es Avicena el primero en esencia. Por esto, también prescinde de las condiciones de la
establecer que la esencia puede ser considerada en tres estados esencia en el conocimiento –la universalidad–, para alcanzar así
o bajo tres respectos. Explica en la Lógica que “las esencias de la esencia tal como es en sí misma.
las cosas o están en las mismas cosas o están en el intelecto; de Ahora bien, si la esencia no puede ser caracterizada como lo
ahí que tengan tres respectos. Uno se da cuando la esencia en universal, ¿qué es entonces? “El universal –responde Avicena–
cuanto tal no es relativa a un tercer ser, ni a aquello que de ella en cuanto es universal es algo, y en cuanto que es algo a lo que
se sigue por ser tal. Otro aspecto, según se halla en los le adviene la universalidad es otra cosa (…). Pues la definición
singulares. Y el otro, según está en el intelecto”4.
Una primera lectura puede dar a entender que la esencia sólo 5
«Omnis autem quae est, vel est existens non in subiecto, vel existens in
subiecto» (AVICENA, Met., IV, 2, f. 85 vb).
6
2
Cfr. GAMARRA, D.O., El ser objetivo, pp. 14-17.
CRUZ HERNANDEZ, M., Historia de la filosofía, I, p. 122. 7
3
Cfr. AVICENA, Met., V, 1, f. 87 rb: «In intellectu enim est forma naturalis
AVICENA, Log., I, f. 3. abstracta secundum abstractionem quam praediximus…». Cfr. Log., III, f. 12 va.
4
«Essentiae vero aut sunt in ipsis rebus aut sunt in intellectu; unde habent tres 8
GILSON, E., El ser y los filósofos, p. 124. A juicio de Gilson el error
respectus. Unus respectus essentiae est secundum quod ipsa est non relata ad fundamental de todos los esencialismos es éste: «Convendría no olvidar que, en la
aliquod tertium esse, nec ad id quod sequitur eam secundum quod ipsa est sic. experiencia concreta, la esencia misma es la separación de una porción de la
Alius respectus est secundum quod est in his singularibus. Et aliud secundum quod realidad concreta. El primer error de la metafísica de la esencia consiste en tomar la
est in intellectu» (AVICENA, Log., I, f. 2 rb). parte por el todo y especular sobre las esencias como si fueran el todo tanto de la
realidad como de su inteligibilidad».
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de equinidad está fuera de la definición de universalidad, y Para Avicena, la esencia no se agota en la consideración de
tampoco la universalidad está contenida en la definición de los dos primeros sentidos. Antes bien, la esencia absoluta es la
equinidad. La equinidad, pues, tiene una definición que no que da razón de la constitución del individuo y, en conse-
exige la universalidad, sino que es aquello a lo que adviene la cuencia, justifica la unidad nocional de nuestros conceptos. La
universalidad. Por tanto, la equinidad no es otra cosa que la esencia en sí tiene una prioridad sobre los otros estados, pues
equinidad misma. Ella por sí misma no es múltiple, ni es una, ni está totalmente separada del ser: ni es en un sujeto, ni es en sí
existente en estos sensibles, ni en el alma, ni es potencia o como en un sujeto, es tan sólo la identidad y su misma
efecto de éstos de tal modo que estén contenidos dentro de la posibilidad. Posibilidad que, como se ha visto, es la ausencia de
esencia “equinidad“”9. contradicción intrínseca, que ni reclama el ser ni se opone a él
Muchas consecuencias se desprenden de este texto de ex- como lo imposible, ni exige un intelecto que la piense ni lo
cepcional riqueza. La esencia en sí considerada es el puro eidos, excluye: “Es más conveniente, sin embargo, que la animalidad
la pura ratio sin contaminación de cualquier otra propiedad, ni en sí sea llamada algunas veces forma de modo general; y otras
siquiera de las condiciones que necesariamente ha de adquirir veces, forma inteligible; pero, en cuanto es animalidad, no es,
para poder estar en un estado u otro: una cosa es la pura esencia de ningún modo, un género ni en el intelecto ni fuera del
(la ratio equinitatis) y otra la individualidad o la universalidad intelecto, puesto que no es género sino cuando se le añade
que reviste en la realidad o en el intelecto, respectivamente. algún respecto: estar en el intelecto o fuera de él”11.
Ciertamente la esencia se nos presenta bajo una multiplicidad Este aislamiento total de la esencia respecto al ser plantea el
de estados, pero ella no es reductible a ninguno de ellos. La problema de la realidad de tal esencia12. Avicena se limita a
esencia es la estricta identidad invariante en medio de todas sus soslayarlo mediante una referencia al Necesse esse: los posibles
posibles realizaciones. La esencia es el contenido eidético tal modos en que la esencia divina puede ser imitada son las
como nos es dado inmediatamente y que no es reductible a la posibilidades o esencias, que, en consecuencia, encuentran en el
misma universalidad que reviste al ser conocida10. pensamiento divino su última justificación metafísica13.

9
«Ergo universale ex hoc quod est universale est quiddam, et ex hoc quod est entre la misma universalidad (forma de la especie) y la materia o contenido de la
quiddam cui accidit universalitas est quiddam aliud… Definitio enim equinitas est especie, o sea, la esencia absoluta de Avicena (cfr. Ibidem, pp. 446ss).
praeter definitionem universalitatis, nec universalitas continetur in definitione 11
«Convenientius autem est ut animalitas in se aliquando vocetur forma genera-
equinitatis. Equinitas enim habet definitionem quae non eget universalitate. Sed est liter, et aliquando forma intelligibilis; sed ex hoc quod est animalitas non est genus
cui accidit universalitas. Unde ipsa equinitas non est aliquid nisi equinitas ullo modo, nec in intellectu nec extra intellectum, quia non sit genus nisi cum
tantum. Ipsa enim ex se nec est multa nec unum nec est existens in his sensibilibus adiungitur ei aliquis respectus: aut intellectu aut extra» (AVICENA, Log., III, f. 12
nec in anima, nec est aliquid horum potentia vel effectu, ita ut contineatur intra va). Cfr. RENZI, S., La distinzione reale tra l'essenza e l'essere secondo Avicenna,
essentia equinitatis» (AVICENA, Met., V, 1, f. 86 va). p. 247 y ALONSO ALONSO, M., «Al-Wuyud» y «Al-Mâbiyya», pp. 340-342, donde
10
La consideración de la esencia en estado neutro –desvinculada totalmente del analiza el término al-mahiyya (esencia) desde el punto de vista lingüístico.
ser–, a través de Enrique de Gante, Duns Escoto y Suárez, ha pasado a la escolásti- 12
Es interesante notar que el mismo problema reaparece siglos después en la
ca posterior y al pensamiento moderno (Descartes, Leibniz, Wolff, Husserl, etc.), filosofía de E. Husserl: «Si las especies no son nada real, ni tampoco nada en el
bajo diversos nombres: concepto objetivo, ente ideal, especie, etc. A veces esta pensamiento, entonces no son absolutamente nada» (Investigaciones lógicas, I, p.
esencia absoluta se ha dado en llamar universalis ante rem o simplemente especie 421).
universal cfr. HUSSERL, E., Investigaciones lógicas, I, p. 419 y passim). Sin 13
«Animal ergo acceptum cum accidentibus suis est res naturalis, acceptum vero
embargo, se reconoce que tal esencia no es de suyo universal, pues se distingue per ser est natura de qua dicitur quod esse eius est priusquam esse naturale, sicut
simplex prius est composito, et hoc est cuius esse proprie dicitur divinum esse,
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Sin embargo, tal recurso a Dios como fundamento de las to no son transitivas respecto a los individuos extramentales16.
esencias no resuelve el problema, pues la absoluta autoidenti- La esencia de suyo no es predicable, pero cuando se halla en
dad divina excluye taxativamente cualquier multiplicidad estado de universalidad –esencia pensada–, entonces sí lo es17;
eidética o que su ser tenga facetas reales imitables. Todo esto pues bien, las propiedades que pertenezcan a la esencia en
responde, en definitiva, a distinciones de razón, que, por tanto, cuanto tal son predicables de los individuos, las otras caracte-
encuentran su último fundamento en nuestro modo de conocer rísticas que le advienen por ser pensada, no son predicables.
y no en el ser o el conocimiento divinos14. Parece, pues, que El contenido de la esencia en cuanto conocido es llamado
Avicena se dejó arrastrar en este punto por la fuerte tendencia quididad, y se expresa mediante la definición. La definición se
formalista y ultrarrealista del platonismo, hasta propugnar un articula fundamentalmente en género y especie, que responden
excesivo paralelismo entre pensamiento y realidad15. respectivamente al elemento indeterminado y al determinado de
Esta distinción entre esencia y universalidad permitió al la esencia. Por eso, señala Avicena, en la definición de los entes
filósofo persa elaborar una teoría de la predicación: todo lo que materiales también entra en cierto modo la materia18. La defini-
pertenece a la esencia pura es predicable de sus individuos; en ción es la expresión adecuada de la esencia, que es el sujeto de
cambio, las propiedades que revista por estar en el entendimien- la predicación. Por esto, todo lo que no entre en la definición le
es extraño y no se mezcla con ella. En todo caso, lo que se aña-
quoniam causa sui esse ex hoc quod est animale est Dei intentione» (AVICENA,
da a la esencia la acompañará siempre como una condición
Met., V, 1, fol. 87 rb). requerida para su realización en uno de los otros dos estados.
14
También E. Husserl se plantea la posibilidad de fundar las especies eidéticas Por esto, es claro que la individualidad, universalidad, el ser,
en un topos ouranios o en el espíritu divino, pero rechaza tal hipótesis como etc., no forman parte de la esencia qua talis, pues no se
absurda; cfr. Investigaciones lógicas, I, p. 396. Husserl intenta resolver el problema
mediante una modificación del concepto mismo de existencia. Afirma la existencia incluyen en su definición: equinitas non est aliud nisi equinitas
de la especie –«los objetos ideales existen verdaderamente» (Invest. lóg., I, p.
422)–, pero entiende que «existe significa: es válido» (Ibidem, I, p. 388). Merced a
esa modificación, el eidos se convierte en «una unidad de validez en sí» (Ibidem, p. 16
Sobre la teoría aviceniana de la predicación y conexión con la esencia
336), capaz de dar razón del fundamento y sentido de lo real: «El idealismo absoluta, vid. ANGELELLI, I., Studies on Gottlob Frege and Traditional Philosophy,
fenomenológico no niega la existencia real del mundo real (y ante todo de la donde sostiene que «podemos concluir que la doctrina del triplex respectus
naturaleza)… Su única tarea y función es la de aclarar el sentido de este mundo, essentiae es debida, al menos parcialmente, a una peculiar situación de la
exactamente el sentido en que este mundo vale para cualquier hombre como predicación» (p. 144). Cfr. también el interesante estudio del mismo autor Sobre el
realmente existente y vale así con verdadero derecho» (Ideas relativas a una triple estado de la esencia, donde analiza cuidadosamente el valor de la teoría
fenomenología pura y a una filosofía fenomenológica, p. 386). aviceniana: «Podrá discutirse la conveniencia de distinguir una consideración de las
15
El mismo problema se presenta en F. Suárez, en quien reaparece la esencia en propiedades in anima y otra in rebus, pero como dicotomía, o clasificación, la
sí para justificar la objetividad de nuestro conocimiento. En la disputa 31, Suárez distinción de ambas consideraciones parece entenderse. Lo que realmente no se
recurre también al intelecto divino como fundamento ontológico de tales esencias; entiende es el añadido de un tercer estado o consideración, que parece carecer de
sin embargo, admite que su objetividad es independiente de todo pensamiento, lugar ontológico, pues in anima e in rebus ya es exhaustivo» (p. 20).
incluido el divino: «Item quia respectu harum enunciationum comparatur 17
Sólo a la consideración de la esencia en el intelecto siguen las propiedades
intellectus divinus ut mere speculativus, non autem ut operativus; intellectus autem lógicas: «Et aliud secundum quod est in intellectu. Et tunc sequuntur eam
speculativus supponit veritatem sui obiecti, non facit; igitur huiusmodi accidentia quae sunt propria istius sui esse, sicut est suppositio et praedicatio et
enunciationes (…) habent perpetuam veritatem, non solum ut sunt in divino universalitas et particularitas in praedicando et essentialitas et accidentalitas in
intellectu, sed etiam secundum se ac praescindendo ab illo» (Disputationes praedicando…» (AVICENA, Log., I, f. 2 rb).
metaphysicae, XXXI, 12, 40). 18
«Definitio enim rei significat omne id ex quo constituitur eius essentia; unde
contingit ut contineat materiam aliquo modo» (AVICENA, Met., V, 5, f. 90 ra).
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tantum. suficientemente para definirla. Y, como se ha visto, el ser no


puede formar parte de la esencia de los posibles, pues entonces
2. La accidentalidad del ser serían necesarios, o sea, se identificarían con Dios.
Avicena establece un paralelismo entre la exterioridad del
a) El ser como accidente del posible
ser y la de la unidad: “Lo uno se asemeja al ser en cuanto que lo
La accidentalidad del ser respecto a la esencia del ente uno se predica de todas las categorías, lo mismo que el ser.
posible es una consecuencia de la concepción aviceniana de la Pero el contenido de cada uno de ellos, como sabes, es diverso.
esencia como posibilidad anterior e independiente del ser19. Sin embargo, convienen en que ninguno de los dos determina la
Esta neutralidad existencial de la esencia “pone a la metafísica substancia de cosa alguna”22. El ser y el unum coinciden en
aviceniana en la línea formalista, según la cual toda la razón de extensión, pues transcienden todas las categorías; coinciden
entidad está en la esencia, mientras que la función del ser se ve igualmente en sus relaciones con la esencia: se le añaden
reducida a un simple momento real, como efectuación de un extrínsecamente; difieren tan sólo en que ser y uno expresan
contenido ya completo; efectuación que se ofrece a la diferentes nociones. De este modo, la accidentalidad del ser y lo
experiencia en la esencia individual”20. uno se vuelve más comprensible: la esencia permanece en sí
La posibilidad de existencia de los individuos radica en misma inalterada, a pesar de sus múltiples realizaciones con las
parte en el Ser necesario y en parte en la misma esencia. La consiguientes adiciones accidentales23.
esencia no sólo es un conjunto de propiedades no Intentamos ahora precisar qué ha de entenderse por
contradictorias, sino también el principio metafísico anterior e accidente, cuando Avicena se refiere al ser. Hablando en
independiente del esse, requerido necesariamente para que el general, el filósofo persa divide el accidente en común (ârid) y
esse pueda ser recibido. Esencia y posible se identifican, pues la propio (hâssa). El propio dimana de la esencia y es
esencia es el inteligible susceptible de recibir la actualidad de
un agente. El posible, por su propia naturaleza, cae bajo el
poder de un agente, es decir se presenta como una formalidad 22
«Unum autem parificatur ad esse, quia unum dicitur de unoquoque
no contradictoria y susceptible de recibir el ser. Los individuos praedicamentorum sicut ens. Sed intellectus eorum, sicut nosti, diversus est.
existentes son posibles efectuados: “Todo lo que tiene quididad Conveniunt autem in hoc quod nullum eorum signat substantiam alicuius rei»
(AVICENA, Met., III, 2, f. 78 rb).
es causado; todas las cosas, excepto el Ser necesario, tienen 23
«Unum enim nullius rei quidditatis constitutivum est. Sed quidditas est quod
quididad, pues siendo de suyo puros posibles, tan sólo les llega quid est, ut puta homo vel equus, aut intellectum, aut anima. Postea hoc aliquid
el ser desde fuera”21. Este carácter extrinsecista del ser se connotatur de hoc, quod scilicet est unum et existens. Et propterea, ex eo quod
intelligas quidditatem cuiusdam rei, non ideo intelligis unum, ut oporteat te posse
comprende fácilmente teniendo en cuenta que sólo forman parte dicere (rem) esse unam. Unitas enim nullius de istis rebus essentia est, nec eius
de la esencia aquellos predicados que se requieren necesaria y essentiam, constituens» (AVICENA, Metaphysices compedium, I, 1, tr. 3, c. 2, 1).
Por esto, cuando Avicena considera el ente individual, sostiene que el ens y el
unum difieren realmente, porque si se identificasen el juicio ens est unum sería
19 tautológico. El error de fondo respecto al unum consiste en no haber distinguido
Cfr. capítulo anterior, apartado A. 3.
20 suficientemente entre el unum transcendentale y el unum praedicamentale. Este
RENZI, S., La fondazione radicale dell'essere possibile nell'Avicenna latino, p.
último –principio del numerar– se distingue realmente del ens, porque sobre la
297.
21
noción de ens aporta la idea de cantidad. Arrastrado por esta evidencia, Avicena
AVICENA, Met., VIII, 4, f. 99 rb. consideró que el unum sin más se distinguiría realmente del ens, a modo de algo
superpuesto desde el exterior.
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caracteístico de ella; por ejemplo, la risibilidad en el hombre. El ontológica de la esencia: “El ser en cuanto tal no varía en
accidente común –común a varias o a todas las esencias– se energía o debilidad, ni en mayor o menor intensidad, sino en
subdivide en varios tipos de accidentes. Uno de éstos es el estos tres y únicos modos: según sea anterior o posterior,
lâzim: el accidente extrínseco que acompaña necesariamente a permanente o transeúnte, y necesario o posible”26.
la esencia. Por esta presencia inseparable, Avicena lo denomina
concomitante. “Los concomitantes (lawâzim) que acompañan a b) Composición de ser y esencia en el ente posible

una cosa sin ser por eso caracteres constitutivos, le pertenecen, Teniendo en cuenta todos los presupuestos metafísicos
sea por ella misma, como lo impar pertenece al número tres, sea avicenianos, cabe preguntarse si Ibn Sina estableció una
extrínsecamente como la existencia pertenece al mundo”24. distinción real entre el ser y la esencia de los entes posibles.
Aunque cabe decir que hay una cierta coincidencia entre el Los estudiosos del pensamiento aviceniano no coinciden
ser y las características constituyentes de la esencia, dado que unánimamente en esta difícil cuestión: unos afirman que, para
uno y otro siempre están presentes, sin embargo, la diferencia Ibn Sina, la citada distinción sería real, otros sólo de razón. En
es mucho mayor: el ser no forma parte de la esencia porque es realidad, Avicena no se preocupó de tematizar la composición
extrínseco a ella. En una palabra, el ser es un accidente común metafísica de las criaturas en el orden transcendental, pues su
concomitante de la esencia. Tenemos, pues, una esencia con distinción entre el necesse esse y el possibile esse justifica
prioridad ontológica, que es suceptible de recibir el ser de un suficientemente a sus ojos la separación entre Dios y lo creado.
agente distinto de ella. Por eso, el ser ni forma parte de la Por eso, “la oposición metafísica decisiva no es entre la esencia
esencia, ni se deriva de ella, ni la modifica internamente; tan y el esse, sino entre el “estado“ de dos esencias”27. De todas
sólo la acompaña extrínsecamente25. formas, con su peculiar conceptualización de lo posible y lo
La ausencia de unidad intrínseca entre el ser y la esencia se necesario, al menos sentó las bases de una distinción real entre
pone de manifiesto en la doctrina aviceniana de la univocidad el esse y la essentia.
del ser. En Ibn Sina la analogía no tiene lugar respecto al ser, De la fundamentación de la metafísica aviceniana parece,
porque cualquier ente es una esencia puesta en el estado de efectivamente, desprenderse la necesidad de una distinción real
existencia individual y respecto a ese estado no cabe diversidad entre la esencia y el ser. Esta distinción responde, en definitiva,
de grados: o están actualizadas o no lo están, o existen o no a la dualidad de principios metafísicos ínsitos en los entes rea-
existen; no hay lugar para una tercera posibilidad o una les: la esencia como posibilidad anterior e independiente del
gradación de ser a tenor de una mayor o menor prestancia ser, y el mismo ser recibido extrínsecamente. En su considera-
ción de la estructura última de lo real, Ibn Sina es guiado por el
24
AVICENA, Mantiq, p.18.
25
Esta doctrina de la accidentalidad del ser se ve confirmada por las netas 26
AVICENA, Met., VI, 3, f. 93. Aunque Avicena parece admitir una cierta
afirmaciones contenidas en el compendio de la filosofía de Alfarabí y Avicena variación en el ser, tal variación no afecta al ser en cuanto tal, sino a las esencias a
realizado por Algazel: «Manifestum est igitur quod ens accidentale est. Igitur esse las que accede el ser. Se puede, pues, distinguir entre el ser de la substancia y el del
accidens est omnibus quiditatibus aliunde, eo quod non est eis ex ipsis. Quicquid accidente, entre el de lo corruptible y el de lo incorruptible, etc., pero tales
autem inest alicui, non ex seipso, inest et aliunde, et propter hoc prima causa est distinciones no modifican el ser –sigue siendo unívoco: esse in effectu–, sino tan
ens, sine quidditate insuper addita, sicut ostendemus; igitur ens non est genus alicui sólo señalan diversas esencias con idéntica intensidad actual o de realización. Cfr.
quidditatum» (ALGAZEL, Met., p. 26). GARDET, L., La pensée religieuse d'Avicenne, p. 60.
27
FABRO, C., Tomismo e pensiero moderno, p. 210.
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principio de que lo que se posee por esencia es anterior a toda distinción entre ser y propiedades de la esencia en el orden de la
causación y, por tanto, incausado; mientras que lo que no forma predicación, constituye una señal inequívoca de que en el orden
parte de la esencia procede el exterior por vía de causalidad28. real también ha de darse tal distinción32.
Tenemos, pues, para el individuo real dos fuentes distintas Precisamente, si el ser se identificase con la esencia,
de causalidad: la esencia de Dios, y su propia esencia –aunque formaría parte de su definición, como efectivamente ocurre en
tal esencia exista sólo por recibir el influjo divino–, puesto que el caso del Necesse esse. Por lo tanto, según el sentir de
el contenido objetivo no depende del influjo divino, sino que Avicena, la exclusión del ser en las definiciones de los entes
constituye un prius anterior metafísicamente a tal influjo. El sólo puede explicarse merced a la distinción real entre la
influjo divino, como se ha visto, es necesario para la existencia esencia y el ser.
del individuo, pero no para la consistencia de la esencia en su Desde un punto de vista estrictamente metafísico, también
consideración absoluta29. se encuentran elementos que abogan en pro de una distinción
Muchas razones pueden aportarse en favor de la distinción real. Para Ibn Sina, la distinción radical entre Dios y los entes
real en Avicena. Algunas de carácter histórico, que serán creados está marcada por la necesidad y la posibilidad,
consideradas más adelante30. Otras de orientación lógica y entendidas como algo intrínseco. Según se ha visto, Avicena
metafísica, que ahora contemplamos. Desde el punto de vista señala que cabe una necessitas ab alio (no corromperse nunca)
lógico, es claro que el ser no forma parte de las propiedades en los entes creados, que no afecta a su íntima contingencia.
intrínsecas de la esencia, pues no entra en la definición de Esta posibilidad interna es debida a que en su esencia no está
ninguna quididad; es tan sólo un accidente concomitante, incluido el ser y, por tanto, todo ente posible exige una causa de
condición necesaria para la realización individual de una su existencia33. Frente a estos entes, está el Necesse esse, que se
esencia y que, por tanto, la acompaña mientras dure su caracteriza por su plenitud de ser: su esencia incluye el ser; es
existencia31. Ahora bien, desde la perspectiva aviceniana esta más, es un puro ser subsistente sin ningún añadido34.

28
Tomás de Aquino considera que ésa es una exigencia fundamental del sistema praedicamentis eo quod unaquaeque illarum est subiectum entis, et ens comitatur
aviceniano: «Avicenna probat: quia quod convenit rei secundum se, non causatur in illam» (AVICENA, Sufficientia, I, 4, f. 16 rb). Cfr. también Met., VIII, 4, f. 99 rb.
eo ex alio» (In Sent., II, d. 44, q. 1, a. 1, sol.). 32
29
«Oportet enim ut id quod praedicatur de aliquo, si fuerit constitutivum suae
Cfr. RENZI, S., Accidentalità dell'essere nell'essere possibile secondo quidditatis, in intellectu et cogitatione sit sicut pars suae quidditatis. Unde quidquid
Avicenna, p. 381. convenerit cum eo in ipsa intentione in intellectu et cogitatione et definitione, con-
30
Averroes, inserto en la tradición filosófica musulmana y buen conocedor del veniet cum illo in eo quod est pars suae quidditatis; quod autem destiterit ab eo ne-
pensamiento aviceniano, considera que, para Ibn Sina, es real la distinción entre ser cessario differt ab eo per id in quo non convenit cum eo, quod apud intellectum et
y esencia. Tomás de Aquino interpreta a Avicena en el mismo sentido. Sin cogitationem et definitionem est alia pars suae quidditatis (…). Cum autem
embargo, a partir de los mismos presupuestos metafísicos que Avicena, Escoto convenerint in aliquo comitanti, ita ut non conveniant partibus definitionis
deduce que tal distinción no es real. Cfr. CRUZ HERNANDEZ, M., La noción de ser quidditatis ullo modo, tunc per ipsam quidditatem erunt differentes, non per partes
en Avicena, p. 83. eius, sicut color differt a numero; quamvis enim conveniant in ens, ens autem, sicut
31
«Caetera entia sunt aliud a natura ipsius esse, quia sunt talia quibus advenit patet ex praemissis, comitans est, non aliquid de quidditate» (AVICENA, Met., V, 6,
esse et comitatur ea, sicut humanitas in ens et non est ipsum esse, nec esse est f. 90 r a-b).
definitio eius, sed esse est extra definitione eius, et advenit essentiae eius (…). 33
Cfr. capítulo I, A. 2; especialmente notas 18-20.
Homo in eo quod est homo non est ens inquantum est ens. Sed intellectus eius est 34
«Redibo igitur et dicam quod primum (el Ser necesario) non habet quidditatem
extra illum; et propter hoc est distributio uniuscuiusque rerum quae continentur in nisi unitatem quae sit discreta ab ipsa. Dico enim quod necesse esse non potest
habere quidditatem quam comitetur necessitas essendi (…). Dico igitur quod
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NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

De la oposición entre el Ser necesario y los posibles, se responder a las exigencias del pensamiento teológico musulmán
desprende que la distinción entre ser y esencia ha de ser real en y, por eso, el pensador persa había mezclado teología y
el posible, pues si no, se anularía la radical separación que metafísica36. Ahora bien, desde un enfoque filosófico, el error
Avicena establece entre Dios y los entes creados. En efecto, de fondo del que, según Ibn Rusd, adolece el pensamiento
desde esta perspectiva, la necesidad intrínseca de Dios se aviceniano, es la confusión entre el orden lógico y el
resuelve en la posesión esencial del ser, o sea, en la identidad ontológico. Confusión que, en el estudio de la posibilidad, se
entre ser y esencia; la posibilidad de los entes contingentes concreta –como se ha mostrado– en la insuficiente distinción
encuentra su fundamentación en la carencia de ser propia de su entre la potencia real y la posibilidad veritativa.
esencia. Esta carencia de ser, interna a la esencia, permanece En la concepción del ser, tema que ahora nos ocupa,
cuando un posible es actualizado, ya que si el ser entrase en Averroes considera que el filósofo persa no ha distinguido
composición con la esencia, por un lado, la modificaría, y por suficientemente entre ser mental y ser real. Este juicio de
otro, el posible pasaría a ser esencialmente necesario y no se Averroes se basa en su propia doctrina del ser, subyacente a
distinguiría de Dios. toda su crítica a Ibn Sina. Por esto, es preciso detenerse
En suma, en el posible existente se encuentran dos órdenes previamente en los principios especulativos rusdianos que
de causalidad –la esencia y el ser–, que actúan como coprinci- guían las críticas en esta materia.
pios del ente. La anulación de un principio en favor del otro
llevaría a la negación de la distinción entre el Necesse esse y los 1. Ser veritativo y ser extramental
posibles, o a la destrucción de todo orden de esencias absolutas.
La tradición filosófica musulmana anterior a Ibn Rusd es de
matriz preferentemente platónica, o mejor, platónico-
B. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA METAFISICA DE AVERROES aristotélica. Averroes recibió esa tradición, pero rompió
decididamente con ella para propugnar un aristotelismo más
Como se ha señalado, la orientación de la metafísica radical y coherente con los principios del Estagirita. De ahí que
rusdiana se distingue netamente de la de Avicena. La filosofía insista en la división del ser en acto y potencia, en las categoría
de Ibn Rusd parte del estudio de lo concreto y siempre y, sobre todo, en la distinción que, a su juicio, está en la base: la
mantiene una continua referencia a ello. Esto le condujo a separación entre ser veritativo y ser real.
rechazar los conceptos avicenianos de posibilidad y necesidad, En consonancia con la predicación del ser, hay –según Ibn
tanto en su contenido nocional como en su papel de Rusd– dos significados fundamentales del término ser, que
fundamentación de todo el edificio metafísico35. corresponden a la distinción básica mencionada: “La predica-
Averroes señala que el planteamiento de Ibn Sina intenta ción del ser es doble. En primer lugar, el ser significa lo
verdadero, como cuando decimos que algo es o no es, o que es
necesse esse non potest esse eiusmodi ut sit in eo comparatio, ita ut sit haec esto a que no lo es. En segundo lugar, significa aquello que se
quidditas aliqua quae sit necesse esse, et illi quidditati sit intentio aliqua praeter pone como género de los entes y que se divide en diez
certitudinem eius, quae intentio sit necessitas essendi» (AVICENA, Met., VIII, 4, f. categorías, en substancia y accidente; pero cuando se toma ente
99 ra). Cfr. también Ibidem, 5, f. 99 va.
35
Cfr. cap. I, B.
36
Cfr. nota 35 del capítulo anterior.
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NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

en el sentido veritativo, entonces no hay analogía fuera del es el juicio42. El ser en este sentido significa la verdad de las
alma”37. Ser tomado en sentido primordial significa la realidad proposiciones y se toma del ser de la cópula del juicio43. Según
extramental, independiente del sujeto cognoscente. De ahí que este sentido, todo aquello sobre lo que puede formarse un juicio
este sentido sea anterior al veritativo38, que sólo corresponda a es un ente: las privaciones, las negaciones, las abstracciones…
la efectiva realidad de una substancia o de un accidente, y que son entes.
se oponga a la privación39. Este ser mental no es susceptible de predicación análoga;
El ser real –prosigue Averroes– es análogo, pues admite la ésta tan sólo se da en el primer sentido del ser44. El ser en el
división en categorías, respecto a las cuales viene a ser como su pensamiento no puede recibir un más o un menos, sólo cabe
género y a predicarse de ellas según la anterioridad y la que un concepto se forme o no ser forme, que un juicio sea
posterioridad40. Esta analogía del ser es ejemplificada mediante verdadero o falso. Por esto, mientras que en la realidad el ser de
el calor: el calor se encuentra de modo primordial en el fuego y las categorías se da según el más y el menos; en el
secundariamente en las cosas calientes. La substancia tiene el pensamiento, en cambio, todas las categorías coinciden
ser en prioridad, pero también existen realmente los accidentes, igualmente en el ser: “En el ser veritativo todos los predica-
aunque de modo secundario41. mentos comunican igualmente”45.
El otro sentido general del ser es el mental (in anima), Es claro, pues, que son dos los sentidos fundamentales del
dentro del cual tiene especial relieve el ser veritativo (id quod ser, y no es lícito mezclarlos. Sin embargo, esto no obsta para
significatur per verum) y a él cabe reducir toda consideración que guarden entre sí una precisa relación, rica en implicaciones.
mental del ser, pues en el entendimiento la operación perfecta Se contempló ya que el ser real tiene primacía sobre el
veritativo: la verdad se da en el intelecto que conoce lo real. Por
eso, “el ser veritativo, que se encuentra en el intelecto, es el ser
37
de lo real extramental según está en el alma”46. No hay, pues,
«Esse rei veritate in entibus est quid intellectuale, et est esse rem extra animan,
sicut est in anima. Et id quod illud significat, est synonymum veri; et est id quod
una independiencia ni la posibilidad de separación total entre
significatur per copulam categoricam in propositionis categoricis. Nam dictio est, ambos sentidos del ser; el ser mental –y en particular el
dicitur dupliciter. Primo id quod significatur per verum, ut cum dicimus si res est veritativo– depende esencialmente del ser real.
aut non est, aut si hoc erit hoc aut non erit hoc. Secundo id quod ponitur de entibus
En coherencia con esas afirmaciones, explica Ibn Rusd que
tanquam genus, ut divisio entis ad decem praedicamenta, et ad substantiam et
accidens, et cum intelligitur de ente id quod intelligitur de vero, tunc non erit extra el conocimiento de las esencias o quididades es posterior al
animam pluralitas» (AVERROES, Destr., V, § 3, p. 252).
38
Vid. infra nota 40. 42
Cfr. AVERROES, Epitome in Met., tr. I, f. 357 vb, que concluye así: «Et ideo
39
«Nam nomen entis dicitur de duobus. Unum quidem de vero, et alterum de eo hoc nomen entis revertitur ad haec duo tantum, scilicet ad verum et ad id quod est
cuius oppositum est privatio» (Ibidem, p. 253). extra intellectum».
40
«Et hoc est quod dividitur in decem genera, et est tamquam genus eius. Et hoc 43
Vid. nota 37. Cfr. el excelente estudio sobre el ser veriatativo de LLANO, A.,
praecedit entia secundo modo, scilicet res quae sunt extra animam. Et hoc est quod Filosofía trascendental y filosofía analítica, pp. 51-58. De ahí he tomado la
dicitur secundum prius et posterius de decem praedicamentis» (Ibidem). expresión ser veritativo para traducir «ens quod dicitur de vero», aunque otras
41
«Tunc vero intelligitur de eo id quod intelligitur de substantia; et tunc nomen veces empleo la expresión ser mental, que es más conocida pero menos precisa.
substantiae dicitur de necessario in esse, et alio secundum prius et posterius, ut 44
Cfr. nota 37 in fine.
nomen calidi, quod dicitur de igne et rebus calidis. Haec autem est opinio 45
«Ens vero, quod de vero, communicant in eo omnia praedicamenta aequaliter»
Philosophi» (Ibidem, p. 252). (AVERROES, Destr., V, § 3, p. 253).
46
Vid. nota siguiente.
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conocimiento de la realidad. Por eso, antes de investigar la no son entes reales, es decir, carecen de actualidad positiva48. Si
naturaleza de un objeto, es preciso saber si existe o no. Una en las proposiciones existenciales se afirmase la actualidad real
ciencia que no tenga en cuenta la existencia real, sería tan sólo del sujeto, tales proposiciones serían manifiestamente falsas, o
una pseudociencia encerrada en puras definiciones nominales. al menos, afirmaríamos su falsedad tras una cuidadosa
Si se concibe una esencia sin preguntar si existe o no, sólo se investigación; pero esto no ocurre.
está dando una significación a un nombre, tal esencia es Dado que en las proposiciones existenciales no afirmamos
entonces una simple definición. Pero, si una esa esencia es la actualidad real, sino el ser veritativo, este ser afirmado en
pensada como real, el ser que se afirma de ella no le añade ellas es unívoco y no cabe decir que una cosa exista más o
nada, sino sólo que el pensamiento formado sobre ella es menos que otra: simplemente existe o no existe. De aquí se
verdadero47. No hay, pues, primacía de la pura esencia sobre el desprende que el ser predicado en estas proposiciones –como
ser, sino que el primado metafísico siempre corresponde al en el caso de Socrates est– es de predicación accidental y no de
individuo extramental, que al ser pensado como real adquiere predicación substancial, como ocurriría si estuviéramos
en el entendimento pensante un ser: el ser mental, que, en considerando el ser extramental49.
plenitud, es el veritativo. Ahora bien, todo esto no quiere decir que las proposiciones
Esta clara distinción rusdiana puede desdibujarse existenciales sean meramente de dicto, es decir, sean
fácilmente, por la tendencia del intelecto humano a concebir proposiciones sobre proposiciones. Averroes señala claramente
todo como ente. Por eso, es fácil creer que, en la proposición que el ser veritativo no es separable del real y depende de él
Socrates est (“Sócrates existe“ o “Sócrates es ente“), se está como su causa50: sin conocer la realidad, no podemos concebir
tomando ser o ente en el primer sentido, o sea, en el el ente (el mal, la ceguera, Sócrates) cuya existencia firmamos.
extramental. Ciertamente no es así, pues cuando se responde a Y así, aunque el ser implicado en esta afirmación sea solamente
una pregunta sobre la existencia –an sit?, ¿existe esto o no?–, veritativo, en estas proposiciones nos referimos a lo real y de
no se afirma la actualidad real de algo, sino tan sólo que ello hablamos. Por esto, una investigación posterior –siempre
nosotros hemos concebido mentalmente un ente a partir de lo en dependencia de la realidad– permite afirmar o negar la
real y afirmamos su entidad. Esto se videncia considerando actualidad extramental de aquello cuya existencia (ser
proposiciones tales como “la ceguera existe“ o “hay mal“, pues veritativo) se ha afirmado y se sigue afirmando. Se pasa, pues,
ciertamente son verdaderas a pesar de que la ceguera y el mal a conocer la esencia del objeto en cuestión, y por tanto, a

48
47
Cfr. AVERROES, In Met., IV, comm. 2.
«Et ens quidem quod est verum, est quid in intellectibus, et est esse rei extra 49
Cfr. AVERROES, In Met., V, comm. 14. Esta doble consideración del ser
animam, prout in anima, quae quidem scientia praecedit scientiam de quidditate rei, permite resolver muchos equívocos y polémicas interminables, como el mismo Ibn
scilicet quod non quaeritur scientia quidditatis rei, nisi prius sciatur quod sit. Rusd señala: «Sed debes scire universaliter quod hoc nomen ens, quod significat
Quidditas vero, quae praecedit scientiam esse in intellectu nostro, non est de essentiam rei, est aliud ab ente quod significat verum. Et ideo expositores
verificatione quidditatis, sed est expositio rei nominis ex nominibus. Et cum scitur diversificantur in quaesito simplici, scilicet dicere verum aliquid est in secundo
quod haec res reperiatur extra animam, scitur quod sit quidditas et definitio, et de Topicorum, utrum collocetur in quaestionibus accidentis aut generis. Qui intelligit
hoc dicitur in libro Praedicamentorum quod universalia rerum intellectarum sunt in de ente illud, quod est commune decem praedicamentis, dicit quod collocatur in
individuis suis, et individua intelliguntur in universalibus suis» (AVERROES, Destr., quaestionibus generis; et qui intellexit de ente illud, quod intelligitur de vero, dicit
V, § 3, p. 253). quod collocatur in quaestionibus accidentis» (Ibidem, f. 117 FG).
50
Cfr. nota 47.
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conocer exactamente qué tipo de ser real tiene: substancial, la accidentalidad del ser y de la unidad54, y pasa a mostrar que
accidental, carece de ser; actual o potencial; necesario o el error del filósofo persa consiste en la reducción del ser real al
contingente; de mayor o menos calidad ontológica en perfecta mental55: Avicena sostiene la accidentalidad del ser “cuando
correspondencia con la mayor o menor riqueza de su esencia; explica que el hombre tiene quididad con anterioridad al ser,
en una palabra: se entra en el campo del ser análogo51. del mismo modo que el triángulo tiene la suya –figura cerrada
de tres lados–. Y así, el ser no es parte constituyente de la
2. La crítica a la accidentalidad aviceniana del ser substancia de la quididad. Y por eso, es posible comprender la
esencia “hombre“ o “triángulo“ sin saber si existen o no. Pero
Se comprende fácilmente que, desde su perspectiva,
todo esto indica que el ser que usa en esa argumentación no es
Averroes estuviera en franco desacuerdo con la doctrina
el ser que significa la substancia de las cosas –es decir, el que
aviceniana del ser y de la esencia. Ya hemos considerado que
viene a ser como un género–, o que las cosas tienen existencia
Ibn Rusd rechaza que una esencia pueda ser concebida con
extramental”56.
independencia y anterioridad respecto al ser real52; igualmente
se opone a que se requiera una posibilidad anterior a los
54
individuos para justificar su aparición temporal. El ser real tiene «Avicenna autem peccavit multum in hoc, quod existimavit quod unum et ens
significant dispositiones additas essentiae rei. Et mirum est de isto homine
primacía absoluta; el ser mental guarda con él una estrecha quomodo erravit tali errore, et iste audivit Loquentes in nostra lege cum quorum
relación de dependencia; una consideración absoluta de la sermonibus admiscuit ipse suam scientiam divinam. Dixit enim quod dispositionum
esencia es, pues, injustificable. quaedam sunt intentionales et quaedam animales sive essentiales, et dixit quod
unum et ens reducuntur ad essentiam dispositam per illa, et non sunt dispositiones
También critica Ibn Rusd la accidentalidad aviceniana del additae essentiae, sicut est dispositio in albo et nigro et uno» (AVERROES, In Met.,
ser, consecuencia de sus planteamientos formalistas. Comienza IV, comm. 3, f. 67 BC).
Averroes recensionando sucintamente la doctrina del filósofo 55
ALONSO, M., en su extenso artículo Accidente, accidental y número, sostiene
persa: “Sin embargo, este hombre (Algazel) edificó su discurso que en Avicena no se da confusión entre lógica y metafísica, pues distinguió per-
fectamente entre accidente en sentido lógico y en sentido metafísico: «La distinción
sobre la opinión de Avicena, que es una doctrina falsa, porque entre el accidente metafísico y el accidente común, o entre el accidente y lo acci-
éste consideró que la entidad –lo que es la cosa– es algo dental evitarían discusiones inútiles sobre lo que se llama lâzim» (p. 148). Los erro-
añadido a la quididad extramental y como un accidente de ella res de confundir lógica con metafísica, considerar el esse como un accidente meta-
físico, etc., habría que atribuirlos a la mala intelección de los textos avicenianos por
(…). Además, según Avicena aquello cuyo ser es añadido a su parte de Averroes. Tomás de Aquino, siguiendo al filósofo cordobés, habría caído
substancia, tiene causa, y el ser, para él, es un accidente que en los mismos errores interpretativos: «Santo Tomás se fió demasiado de Averroes
adviene a la quididad”53. y Averroes examinó demasiado ligeramente estas cuestiones» (p. 154).
Al hablar de Avicena ya he expuesto las dificultades que surgen en la exégesis
Averroes se sorprende de que Ibn Sina haya podido afirmar de su pensamiento. Con todo, la hermenéutica de Averroes no deja de ser sólida y,
al menos, no carece de fundamento.
56
«Et hoc quidem, cum dixit quod homo habet quidditatem ante esse, et esse
51 reducitur ad eam, aut refertur ei. Et sic triangulus habet quidditatem, et est quod sit
Vid. textos de Averroes en notas 37 y 40. Por eso, me parece excesivamente
figura, quam circundant tria latera. Et non est esse pars substantiae huius
simplificadora la posición de GILSON, E., en El ser y la esencia, p. 66, cuando
quidditatis, constituens eam. Et ideo possibile est ut comprehendat intellectus
afirma que en Averroes no hay existencia, sino sólo «ser ahí».
52 quidditatem hominis, et quidditatem trianguli, et non scit an sit eis esse, vel non
Cfr. apartado anterior y capítulo I, B. 2.
53
esse; quod indicavit quod esse quo utitur hic, non est esse quod significat
AVERROES, Destr., V, § 3, p. 252. substantiam rerum, scilicet quod est tanquam genus eis, nec id quod significat,
quod res sit extra animam» (AVERROES, Destr., V, § 3, pp. 252-253).
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La reducción de ser real a ser mental permitió a Avicena La crítica rusdiana a la doctrina aviceniana del unum es
establecer la distinción entre el ser y la esencia, pues, si algo no especialmente ilustrativa, porque viene a ser paralela a la crítica
entra en la definición de un concepto, es una noción distinta. a la accidentalidad del ser. Según Ibn Rusd, Avicena había
Igualmente el tratamiento unívoco del ser hecho por Avicena mezclado el unum transcendentale con el unum praedica-
encuentra, a los ojos de Averroes, su último fundamento en la mentale o cuantitativo.
susodicha reducción: Ibn Rusd había señalado que en el ser Todo transcendental, también el unum, se identifica en la
mental no cabe la analogía. realidad con el ens; sólo cabe entre ellos una discriminación de
Por todo esto, explica Averroes, el ser aviceniano es algo razón. Este unum no añade, pues, nada al ente; simplemente
añadido a la quididad y no constituye al ente en sí: no es uno de señala que todo ente, por el mero hecho de ser, es uno: el
los principios internos constitutivos de la substancia, sino un carácter de uno le pertenece inmediatamente y no como
accidente, que, a su vez, acompañaría no sólo a la substancia, accidente. Otra cosa muy distinta sucede con el unum
sino también a todo accidente real57. En cambio, para Averroes, cuantitativo, principio del numerar: añade al ente la razón de
el ser en sentido primordial, o sea, como algo real, nunca puede cantidad y, por esto, respecto a él es un accidente sobreañadido.
ser considerado como accidente, pues designa la realidad Según Averroes, Avicena redujo el unum transcendental al
misma bajo el aspecto de actualidad: el ser –determinado de un uno cuantitativo, y así creyó que el primero también era un
modo concreto– es precisamente lo que constituye la misma accidente. Para reforzar su posición argumentó que si el unum y
realidad de la cosa en su totalidad. Por eso, aunque las el ens se identificasen, el juicio ens est unum sería una
relaciones entre diversas naturalezas pueden ser accidentales, tautología. Averroes impugna la conclusión aviceniana,
como cuando decimos que el arquitecto es músico, éste no señalando las dos condiciones que permiten formular
puede ser el caso del ser respecto a la esencia, pues el ser no es legítimamente ese juicio. La primera: como el juicio es un ente
una naturaleza externa al ente constituido. lógico, se requiere solamente una distinción de razón entre el
Ahora bien, el ser real no ha de ser confundido con el sujeto y el predicado; no hace falta, pues, que sea real.
veritativo, que designa la verdad de las proposiciones. Este ser Efectivamente, el ens y el unum se diferencian mentalmente,
sí es accidental, pues depende de nuestro modo de concep- pues el unum añade el concepto de indivisión. La segunda: el
tualizar, y no responde de modo directo y en estricto unum del juicio en cuestión no designa primordialmente la
paralelismo a la estructura real de lo concreto. Por esto, indivisión, sino la realidad concreta afectada por esa indivisión;
Averroes distingue claramente entre la naturaleza de la cosas y hay una distinción entre el ens y el concreto indiviso59.
el pensamiento de ellas; entre el ser accidental tenido en nuestra
mente y el ser substancial que posee en la realidad58. real), y decir que el ser veritativo es un ser per accidens. Para Averroes –igual que
para Aristóteles–, el ser per accidens es otro de los sentidos del ser (distinto del
57
veritativo y del real), y se refiere a las conexiones no esenciales entre entidades
«Cum autem aliquis dicit quod esse est additum quidditati, et non constituitur reales, como entre ser arquitecto y ser músico.
eo ens ex se, est sermo fallax nimis, quoniam sequitur ex hoc ut nomen entis 59
«Et iste homo ratiocinatur ad suam opinionem dicendo quod si unum et ens
significet accidens commune decem praedicamentis extra anima. Et est opinio
significant idem, tunc dicere ens est unum esset nugatio, quasi dicere unum est
Avicennae» (Ibidem, p. 253).
58
unum aut ens est ens, et hoc non sequeretur nisi diceremus quod dicere de aliquod
Nótese la diferencia entre afirmar que el ser veritativo es de predicación quod est ens et unum quod significant eamdem intentionem et eodem modo. Nos
accidental, porque no entra en la definición de las substancias reales (él no es algo autem diximus quod significant eamdem essentiam sed modis diversis, non
dispositiones diversas essentiae additas, et secundum hoc non est differentia apud
82
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NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

Averroes también argumenta contra Avicena de otra forma. todos tienen el mismo grado de ser. Por esto, para él, el ser no
Si el unum fuese algo real añadido, este aditamento tendría que es algo análogo, sino que se predica de todos los entes del
ser a su vez uno; necesitaría, por tanto, otro accidente que se le mismo modo: es el puro factum existencial, el mero estar fuera
agregara ab extrinseco, y así in infinitum. Por consiguiente, es de las causas (esse in effectu). El error de Avicena aparece
necesario que la unidad pertenezca al ente por sí mismo y no ahora con toda claridad: ha confundido el ser real con el ser de
por algo añadido: “Por tanto, ha de ser admitido que cualquier la predicación; o, como dice Averroes, ha mezclado el orden
cosa es una y ente per se”60. real con el mental: “Sin embargo, erró (Ibn Sina) porque
Por último, acerca de las relaciones entre el ser y la esencia mezcló los accidentes que están en las cosas según el intelecto
en el plano cognoscitivo, Averroes había señalado la prioridad con los que están en ellas según la realidad”61.
del ser real: para él, no es posible un conocimiento a priori de En cambio, para Ibn Rusd, el ser puede ser considerado
esencias puras. También desde este enfoque considera Ibn Rusd tanto en sí, como respecto a la predicación. La existencia ha de
insuficiente la doctrina del filósofo persa. Para Averroes, la predicarse de los entes de modo accidental, pero no el esse en
definición responde a la esencia de lo definido, y el ser que sí, pues no puede ser considerado jamás como un accidente.
tiene una cosa es el que comporta su definición; para Avicena, Este ser pertenece a la substancia de cada ente y según sea su
por el contrario, el ser real sería como un accidente añadido a la esencia así será su ser: una esencia material comporta un esse
esencia y, por tanto, ajeno a su estructura íntima. El ser así mucho más imperfecto y caduco que el de una esencia
concebido es algo unívoco: sea cual fuere la naturaleza del ente, espiritual. Por esto, concluye Averroes, siempre que se trate del
esse substantiale se ha de hablar de modo análogo, no unívoco.
istum hominem inter significationes quae significant eamdem naturam modis
diversis absque eo quod significent intentiones additas illi scilicet diversas ab ea in 3. La estructura metafísica de las substancias separadas
actu. Et fecerunt errare istum hominem res, quarum quaedam est, quia innuit hoc
nomen unum de genere nominum denominativorum, et ista nomina significant a) Planteamiento del problema
accidens et substantias, et etiam quia existimavit quod hoc nomen unum significat Con el fin de distinguir las criaturas de Dios, Avicena
intentionem in re carente divisibilitate, et quia illa intentio est alia ab intentione
quae est natura illius rei» (AVERROES, In Met., IV, comm. 3, f. 67 CD). sostuvo que eran meros possibilia esse y, en consecuencia, el
60
«Et iam diximus impossibilia contingentia huic positioni in aliis locis, et post ser era un accidente que no entraba en la composición interna
continget ei hoc, scilicet quod illa dispositio aut illud accidens per unum est unum de la substancia. Averroes critica ese planteamiento: niega que
et ens. Ens autem est etiam unum et ens per aliquod additum aut per se. Si per
additum procederetur in infinitum, si per se, ergo concessum est aliquid esse unum
todo ente creado sea contingente y establece la esfera de los
et ens per se. Sed deceperunt enim duo, scilicet quia opinabatur quod unum ut necessaria in se et ab alio. Realizó, pues, una interiorización y
principium quantitatis est unum, quod est synonymum enti, et quia hoc unum substancialización del ser, que dio densidad ontológica a la
numeratur in accidentibus, existimavit quod unum quod significat omnia realidad. Pero eso planteó de nuevo el problema que había
praedicamenta est accidens» (AVERROES, In Met., X, comm. 8, f. 257 EF).
Una argumentación paralela respecto al esse puede verse en Destr., V, § 3, p. intentado resolver Avicena: ¿cómo se distinguen las obras de su
253 in fine: «Et interrogabimus eum de hoc accidenti, cum dicitur de eo quod sit, Hacedor?
an significet verum, aut accidens repertum in hoc accidenti. Et sic reperientur
accidentia infinita. Quod est falsum. Et iam declaravimus hoc in multis locis. Et
existimo quod hoc conatus est Algazel auferre a primo principio, et tamen aufertur 61
«Erravit tamen in hoc, quia ipse admiscuit accidentia insequentia rem
ab omnibus entibus, quanto magis a primo, cum sit credulitas falsa». secundum intellectum cum accidentibus insequentibus ipsam secundum esse»
(AVERROES, Epitome in Met., tr. I, f. 360 H).
84
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La distinción entre Dios y las substancias materiales no entre potencia y materia: la potencia no es sólo la materia, sino
presenta, para Averroes, especiales dificultades, puesto que la también todo receptor de acto: “Se dice que él mismo (el
materia entra en la composición de tales substancias como intelecto) está en potencia, pero de distinto modo con el que
principio metafísico de carácter pasivo y potencial. La materia, decimos que las cosas materiales están en potencia. Y esto es
evidentemente, es suficiente para dar razón de su distinción del por lo que hemos dicho: que los nombres de potencia,
Acto puro62. recepción y perfección se dicen de modo equívoco en uno y
El problema reviste especiales dificultades en el caso de las otro caso”64. Hay, pues, potencias materiales y actos materiales,
substancias espirituales. Ibn Rusd había negado tajantemente la potencias espirituales y actos espirituales. En este mismo
composición hilemórfica de los necessaria esse, pues los sentido, en el comentario al De anima, precisa los diversos
considera formas puras subsistentes. Para distinguirlos, a veces, significados de passio: no sólo se padece materialmente (por
se limita a recurrir a la causalidad: estos entes, aunque simples ejemplo, la corrupción), sino también recibiendo
–al igual que el Acto puro–, no lo son tanto, porque están en espiritualmente una forma (por ejemplo, en el paso de
relación de dependencia respecto de Dios63. ignorancia a conocimiento)65.
Sin embargo, en su crítica a Avicena, Averroes ha Una vez que llevó a cabo estas precisiones, Averroes añadió
demostrado que recurrir a la cusalidad no es suficiente, pues la una nueva determinación al concepto de potencia: toda potencia
dependencia no prejuzga sobre la íntima composición del está dispuesta a los dos extremos: puede pasar al acto o quedar
dependiente. Luego, hablando en rigor, por recibir el ser de otro en potencia. Por ejemplo, si un intelecto está preparado para
no se es en sí menos simple. Si se quiere establecer una conocer, puede llevar a cabo su acto o permanecer tan sólo en
distinción entre el Acto puro y las inteligencias, es preciso que potencia, es decir, conocer o restar ignorante66. Igualmente, un
éstas sean compuestas, es decir que tengan acto y potencia.
Las precisiones de Averroes parecen, por tanto, confirmar 64
AVERROES, In De anima, III, comm. 14, f. 158 CD.
que todo ente que no sea Dios ha de tener una potencia real. El 65
«Et hoc nomen passio non significat eandem intentionem simplicem, sed
problema que ahora se platea es precisar qué tipo de potencia quaedam est passio, quae est corruptio patientis a contrario, a quo patitur; ut passio
calidi a frigido, et humidi a sicco. (Sed) etiam est quae est evasio patientis in
entra en juego, pues, en lo que respecta a las inteligencia, tal potentia ab eo quod est in perfectione et actu, secundum quod illud quod est in actu
potencia no puede ser la materia. est simile, non contrarium, scilicet extrahens ipsum a potentia ad actum, e converso
En el pensamiento del filósofo cordobés, si no hay una dispositioni in prima passione. Iste ultimus modus passionis est dispositio eius
quod est in potentia ex anima apud perfectionem moventem illud, quod est in
ampliación de la noción de potencia respecto a Aristóteles, al potentia, et extrahentem eam in actu secundum primum modum passionis. Iste
menos se halla una profundización y precisión de lo que ha de modus passionis est ex modo qui est evasio patientis ab eo quod est in actu, movens
entenderse por potencia. Ibn Rusd parte del concepto ipsum, non corrupto eius: non enim considerat in aliquo postquam non
aristotélico de acto, pero, subrayando la prioridad del acto considerabat, nisi quis scit illud, et haec non est alteratio secundum primam
intentionem (…), quia ista transmutatio non est ex non esse, sed est additio in
como perfección, concibe la potencia como capacidad receptora transmutabili et ire ad perfectionem absque eo quod sit illic corruptio, aut mutatio
de esa perfección. De este modo rompe la posible identificación ex non esse, ponitur sicut mutatio ex ignorantia ad scientiam» (AVERROES, In De
anima, II, comm. 57, f. 79 CD).
66
62 «Deinde dicit et omnes potentiae, et omne possibile est potentia ad esse et ad
El capítulo V está dedicado a la estructura hilemórfica de los entes sensibles.
63
non esse, non potentiae ad alterum contradictoriorum. Quoniam si habuerit
Cfr., por ejemplo, Destr., III, § 23, p. 189. potentiam ad alterum contradictoriorum, non habebit ad alterum; et illud, ad quod
non est potentia non erit; et quod non erit, est impossibile. Et si alterum
86
87
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

ente que tenga potencia para ser, tiene por esto mismo, potencia tesis que condujese al error inicial de Avicena: la consideración
para no ser: no es posible tener potencia ad esse, que no sea de todo lo creado como contingente.
simultáneamente ad non esse, a la corrupción67. La exclusión de la potencia en el orden substancial no
implica que tales entes sean acto puro en todos los sentidos. El
b) Simplicidad y multiplicidad en las Inteligencias acto puro, según Averroes, es único70; todos los demás entes
Averroes aplicó el resultado de estas investigaciones al tienen potencia en algún sentido: los cuerpos celestes tienen
problema de la distinción entre Dios y las Inteligencias. Ante potencia al lugar71 y los intelectos separados tienen potencia
todo considera que ninguna de las substancias eternas –Dios, receptiva: “Finalmente, los que de entre ellos necesitan varios
intelectos separados y cuerpos celestes– está en potencia en el principios para la comprensión de su esencia, son de menor
orden substancial68. El motivo último que condujo a Averroes a simplicidad y en ellos inhiere alguna pluralidad. Y al contrario,
la negación de una potencia substancial en los entes necesarios los que necesitan pocos principios para conocerse son más
fue su consideración de que toda potencia es ad utrumque69. Ibn simples; y así, el Primero –simple y verdadero– en ningún
Rusd, efectivamente, no podía poner en tales entes una potencia
real ad esse, porque también sería ad non esse, o sea, a la
corrupción. Se trataría, en definitiva, de la materia y, 70
«Omnia mota reducuntur ad primum motorem, qui est actus in quod non est
evidentemente, Ibn Rusd no podía admitir en modo alguno una potentia omnino» (AVERROES, In Met., IX, comm. 17, f. 243 F).
71
Cfr. AVERROES, In Met., XII, comm. 41, f. 324 CD y HI: «Potentia enim
multipliciter dicitur. Est enim potentia in substantia et alteratione et ubi. Et iam
declaratum est quod de istis virtutibus nulla existit in corpore caelesti, nisi potentia
contradictoriorum est impossibile, reliquum est necessarium; et sic non erit
in loco» (Ibidem, C).
possibile. Et hoc intendebat, cum dicit: Illud enim quod non habet potentiam ut sit,
La teoría de los cuerpos celestes es una de las más complejas e insuficientes de
non erit, quia non est aliquid, id est quia est non esse impossibile. Deinde dicit: et
todo el pensamiento medieval, porque los diversos pensadores, partiendo de los
omnia, quae habet potentiam ut agant, possibile est ut non agant, cum potentia
falsos presupuestos de la ciencia de su época, intentan compaginar lo
possibilitatis in duo contradictoria» (AVERROES, In Met., IX, comm. 17, f. 243 HI).
67 incompaginable.
Esto explica que, en Averroes, a veces, parezca haber una identificación entre
Averroes dedica un entero opúsculo –De substantia orbis– a la clarificación de
potencia y materia. Cfr. CRUZ HERNANDEZ, M., Historia de la filosofía española,
este problema. Para él, el cuerpo celeste es equívocamente cuerpo respecto al
p. 127 y FABRO, C., La nozione metafisica di partecipazione, p. 350: «El carácter
sublunar: es simple; sin materia (como potencia pura) ni forma, pues no puede
de potencia (en Averroes) compete propia y exclusivamente a la materia». Sin
cambiar substancialmente. El astro es materia existiendo en acto, o sea, un tipo de
embargo, esa aparente reducción rusdiana no se debe a una confusión conceptual,
entidad que no es ni materia prima ni pura forma, sino algo medio: coincide con la
sino a la consideración de la potencia en el orden substancial. Ahí, toda potencia es
forma en que es actual y con la materia en que recibe determinaciones (cantidad,
principio de corrupción y, por tanto, la materia es la única que puede hallarse. Cfr.
movimiento, luz…) y en que tiene potencia al lugar (no a la generación o
AVERROES, In Met., XII, comm. 4, f. 324 ra; Ibidem, IX, comm. 2, f. 227 r a-b;
corrupción, o divisibilidad o…). A este cuerpo celeste –materia in actu– se le une
Epit. in Met., tr. I, f. 361 vb-362 ra.
68 la «forma», que en verdad no es forma sino su motor: es forma in materia (o sea,
«Sed illud, quod est magis verum, est dicere quod aeterna sunt priora
en el cuerpo celeste), no ex materia (como lo son las formas sublunares). En suma,
substantiis sensibilibus, et nullum aeternorum est in potentia. Id est, quod est
a diferencia de Tomás de Aquino, en el cuerpo celeste rusdiano no hay una materia
manifestius et magis verum est dicere quod res aeternae sunt priores generabilibus
que sea pura potencia y que se ordene ad unum (a la forma específica de cada
et corruptibilibus et in aeternis potentia non est: potentia enim non est nisi in
astro), para poder explicar la no corruptibilidad del astro. El mayor inconveniente
generabilibus et corruptibilibus» (AVERROES, In Met., IX, comm. 17, f. 243 G).
69
de la teoría de Ibn Rusd es que queda comprometida la unidad substancial del
Tomás de Aquino señala que ése fue el error de fondo de Averroes: «Deceptus cuerpo celeste, pues no parece que pueda ser substancial la unión entre el cuerpo y
fuit Averroes por aequivocationem potentiae» (In Phys., VIII, lt. 21, n. 1153). Vid. su motor. Sobre este tema, puede consultarse SANZ CRIADO, L.M., La estructura
infra apartado B. 2. b. del «cuerpo celeste» según Santo Tomás de Aquino, pp. 429-440, donde expone el
pensamiento de Averroes.
88
89
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

modo necesita un principio extrínseco para comprender”72. menor actualidad. Esta potencia intelectiva viene entendida
Ésa es la única potencia que cabe introducir en los intelectos como principio de limitación en el orden metafísico: un espíritu
separados: una potencia receptiva en el orden intelectivo en puro no es Dios porque no tiene toda la perfección
cuanto necesitan principios recibidos extrínsecamente para comprehensiva del intelecto divino; o sea, es solamente un
entender. Por esto, los intelectos separados se ordenan entre sí modo determinado de ser y entender, una perfección limitada;
según su capacidad intelectiva, de tal forma que los inferiores Dios, por el contrario, es un acto intelectivo omniabarcante:
están en potencia para entender a los superiores y, en definitiva, posee toda perfección, es el perfectum simpliciter74.
a la primera Causa. Esta potencia concuerda perfectamente con En cuanto a la individuación, no hay ninguna duda de que
su naturaleza: los intelectos separados son formas puras y cada inteligencia es una especie que carece de pluralidad de
simples. Son simples porque en ellos hay una identificación individuos: en los intelectos, especie e individuo se identifican.
entre su misma substancia siempre en acto –intelligens– y lo Esto es debido a que el principio de individuación es, para Ave-
entendido –intellectum– que son ellos mismos73. Sin embargo, rroes, la materia cuantificada; donde no hay materia, la forma
esa identidad sólo es absoluta en Dios, que es totalmente no se multiplica: perfectio separata non potest esse nisi una75.
simple; los demás intelectos poseen menor simplicidad, porque Con la exclusión de la potencia del orden del ser, o sea, de
se entienden a sí mismos y también entienden su causa –Dios–, la substancia de los intelectos separados, Ibn rusd desarrolla la
con lo cual se introduce una multiplicidad de principios doctrina aristotélica de la substancia en una línea bien precisa:
intelectivos y, sobre todo, una pasividad. no hay separación entre las propiedades transcendentales del
De este modo, Ibn Rusd establece multiplicidad y potencia ente y la substancia, ni entre la misma substancia y cualquier
en las substancias separadas, sin romper por ello su formalidad de carácter substancial; cuando se dice que un
simplicidad. Cada una de ellas es una forma pura y simple, o sujeto participa de una propiedad, se está hablando de una
sea, una perfección o acto subsistente de entender. El modo relación conceptual. No hay, efectivamente, distinción real
concreto de ser de cada inteligencia se debe a su mayor o menor entre un hombre y su humanidad o su racionalidad, ni entre un
capacidad intelectiva; y, consiguientemente, a una mayor o ente y su bondad o unidad, o entre un hombre y su acto de ser, a
no ser que el esse fuese un accidente como pretendía Avicena.
72
El ser no es algo añadido a la substancia y que entre en
AVERROES, Epit. in Met., tr. IV, f. 390 I. Cfr. In De an., III, comm. 14, f. 158
D e In Met., XII, comm. 51. Vid. también WEBER, ED.H., Les apports positifs de la composición con ella, sea extrínseca o intrínsecamente. Ser
noétique d'Ibn Rusd a celle de Thomas d'Aquin, p. 222 y CRUZ HERNANDEZ, M., designa la misma substancia en su aspecto energético, en su
Historia de la filosofía española, II, p. 153. actualidad y no, algo distinta de ella misma: “No se da
Alberto Magno y Tomás de Aquino –en dependencia del texto del In De an.–
sostienen que la receptividad y actividad de los intelectos separados se concreta en
composición en el caso del ser, pues la composición es como el
que todos –excepto Dios– tienen intellectus agens e intellectus possibilis. Cfr. estar en movimiento: un atributo posible, añadido a la
ALBERTO MAGNO, De an., III, tr. 2, c. 18, p. 205 y TOMAS DE AQUINO, In Sent., II,
d. 3, q. 3, a. 4, ad 4. En esta misma línea se sitúan las explicaciones de SIGER DE
BRABANTE en lo relativo al alma humana, cfr. Quaestiones in libros Aristotelis De 74
En el capítulo III, A. 1. c., se ponderan con detalle las relaciones entre el
anima, III, q. 2. Nótese, sin embargo, que Tomás, con el pasar de los años, deja de Perfectum y las perfecciones parciales.
hablar de intellectus agens en las substancias puramente espirituales. 75
73
Cfr. HISSETTE, R., Enquête sur les 219 articles condamnés à Paris le 7 mars
Cfr. AVERROES, In De an., III, comm. 13, f. 158 r. 1277, pp. 86-87. Según JUAN DE JANDUN, ése es el principio que obligó a Averroes
a sostener el monopsiquismo, cfr. Quaestiones in XII libros Metaphysicae, col. 237.
90
91
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

substancia de lo que recibe la composición. El ser, por el los números: en el tres no hay composición de lo que él es y de
contrario, es una denominación, que es la misma substancia. Y la relación a la unidad; él mismo es en sí la relación de
el que sostenga lo contrario, yerra”76. El ser es, en definitiva, la triplicidad respecto a la unidad.
forma, el acto substancial determinado, pero no en cuanto es tal Esta jerarquía o gradación de las substancias separadas
forma, sino en cuanto es acto y perfección77. permite distinguirlas del Primero y diferenciarlas entre sí. “No
Esta identidad entre el ente y sus propiedades es necesario que todas ellas tengan el mismo grado de
transcendentales es uno de los puntos capitales de la filosofía simplicidad, porque no están en el mismo grado de relación al
de Ibn Rusd, en contraste con la de Ibn Sina. Para el pensador primer principio. Y, además, ninguna de ellas es simple con la
cordobés, basta considerar cada ente como un modo simplicidad del primero, pues el primero tiene el ser por sí,
determinado de ser (una esencia específica actual), para mientras que las demás substancias tienen el ser relativo”79. De
distinguirlo de Dios, que abarca todo modo de ser. Por esto, este modo, Ibn Rusd, sin recurrir a la composición de ser y
para Ibn Rusd, las substancias separadas están jerarquizadas esencia, justifica la distinción mutua y respecto a Dios de las
como los números: cada una de ellas guarda una exacta substancias separadas. Estas inteligencias no tienen una
proporción al Unum primum, al igual que el número dos es el potencia real en su substancia, sino que son actos puros y
doble de la unidad, el tres, triple, etc. Además, esto no rompe la simples, pero limitados porque su ser consiste en una
simplicidad de tales substancias, pues la relación al Primero no determinada relación al Primero, lo cual origina que tengan una
es algo añadido en ellas, sino que en sí son pura relación: “El gradación jerárquica entre ellas y que, siendo simples, posean,
ser de la causa segunda es relativo a la primera causa (…), sin embargo, menor grado de simplicidad que el Primero80.
porque los entes separados de la materia son substancias de la
naturaleza de la relación”78. Esto es paralelo a lo que ocurre con
C. AVICENA Y AVERROES EN TOMAS DE AQUINO

76
«Compositio autem non est sicut esse. Nam compositio est sicut moveri, sci- Una exposición de la génesis de las doctrinas tomistas sobre
licet attributum possibile, additum substantiae rerum recipientium compositionem. el ser y la esencia requiriría una elaboración que desborda con
Esse vero est denominatio, quae est ipsamet substantia. Et qui aliter dicit errat» mucho los límites del presente estudio; es más, la simple
(AVERROES, Destr., VI, § 6, p. 274). Cfr. FABRO, C., Esegesi tomistica, p. 100.
77
Cfr. Epit. in Met., tr. I, f. 357 vb. enumeración de las fuentes doctrinales sería ya una tarea
78
«Et non sunt hic duo, quorum unum est substantia, et aliud quid additum ingente. Por esto, en las siguiente páginas solamente se hacen
substantiae. Quoniam, si hoc esset, esset compositio, simplex autem non est unas consideraciones acerca de la influencia de la polémica
compositum. Differentia autem inter causam et causatum est, quoniam causa prima
esse eius est in se, scilicet formis separatis; causa vero secunda esse eius est
aviceno-rusdiana sobre el ser y la esencia, dado que era bien
relative ad primam causam. Nam esse causatum est ex semetipsa, et non est quid
additum ei, sicut est in causatis materialibus, verbi gratia color est aliquid existens entibus, relatio vero, quae est in intellectis, dignior est ut sit res, quam ut sit
in se in corpore, et esse causa visionis est, ex eo quod est relative, et visio non attributum additum ambobus relativis».
habet esse, nisi in hac relatione. Quare abstracta a materia sunt substantiae de 79
«Et non est necesse ut sint omnes in eodem gradu simplicitatis, cum non sint
natura relationis. Unde uniuntur causa, et causatum in formis abstractis a materia. in eodem gradu relationis ad primum principium. Et nulla earum reperitur simplex,
Et propter hoc sunt formae sensibiles de natura relationis, ut declaratum est in libro eo modo, quod primum est simplex. Quoniam primum numeratur in esse ex se,
de Anima» (AVERROES, Destr., III, § 30, p. 211). Cfr. Ibidem, VI, § 11, p. 287: illae vero in esse relativo» (AVERROES, Ibidem, § 29, p. 192). Cfr. también § 43,
«Verumtamen quod relatio est attributum additum relativis extra animam in pp. 225-226.
80
Cfr. AVERROES, In Met., X, comm. 7 y capítulo III, A. 1. c.
92
93
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

conocida de Tomás de Aquino y, como se expondrá a artística, Tomás de Aquino, al igual que Avicena, intenta poner
continuación, afectó a temas nucleares de su pensamiento. la última justificación de la esencia absoluta en la mente divina:
“La consideración de la naturaleza según el ser que tiene en el
1. Esencia en sí y accidentalidad del ser intelecto del artífice precede a las otras dos consideraciones.
Pues dado que el intelecto del artífice excogita una forma
a) La triple consideración de la esencia
artificial, la misma naturaleza o forma artificial en sí misma
En los textos juveniles del Aquinate, la esencia en su considerada es posterior al intelecto del artífice… Y así es la
consideración absoluta tiene un papel preponderante. Esta relación del intelecto divino con todas las criaturas”84. Sin
consideración absoluta está ligada al triple estado aviceniano de embargo, esta referencia a la mente divina no anula la prioridad
la esencia: “Según Avicena en su Metafísica, triple es la de la esencia sobre los otros dos estados: “Por tanto, la
consideración de la naturaleza de algo. Una, según el ser que consideración de cualquier naturaleza causada es: primero, en
tiene en los singulares, como la naturaleza de la piedra en esta o el intelecto divino; segundo, la consideración absoluta de la
aquella piedra. La segunda es la consideración de la naturaleza misma naturaleza; tercera, según el ser que tiene en la
según su ser inteligible, por ejemplo, la naturaleza de la piedra realidad…; y cuarta, según el ser que tiene en el intelecto”85.
en el entendimiento. La tercera es la consideración de la Con esta explicación, Tomás da un papel proponderante a la
naturaleza separada del esse. De este modo se considera la esencia absoluta, pues así considerada está separada de todo
naturaleza de la piedra sólo en relación a lo que propiamente ser, incluso del ser en el intelecto divino, aunque en él
compete a tal naturaleza”81. encuentre su fundamento. Además, queda claro que la
Según parece, en este Quodlibetum de 1257, Tomás de consideración absoluta es anterior a la esencia realizada en la
Aquino asume la doctrina de Ibn Sina sin restricciones. La cosas y al conocimiento humano de ella.
esencia, en efecto, no sólo se considera separada e Asumidos los principios del filósofo persa, Tomás de
independiente del ser (abstracta ab utroque esse), sino también Aquino deduce las mismas consecuencias. La esencia en sí da
con prioridad respecto a los otros dos estados: “Dos de estas razón de la esencia real de las cosas, y conserva su validez en
tres consideraciones siempre guardan el mismo orden: primero sí, aun en el caso de que no existan los individuos: “Lo que
es la consideración de una naturaleza absoluta que la compete a la naturaleza en su consideración absoluta es la razón
consideración según el ser que tiene en los singulares”82. E de que algo competa a la naturaleza real en su ser individual, y
igualmente, la esencia absoluta precede al conocimiento no al contrario. Y así, Sócrates es racional porque el hombre es
humano de tal naturaleza, pues “la consideración de la racional, y no al contrario. De ahí que, suponiendo que no
naturaleza según el ser que tiene en el intelecto cognoscente es existiesen ni Sócrates ni Platón, todavía la racionalidad
posterior respecto a las otras dos consideraciones”83. convendría a la naturaleza humana”86.
Además, mediante un paralelismo con la producción Utiliza también Tomás esta doctrina para desarrollar la
teoría de la predicación: a la esencia absolutamente considerada
81
Quodl., VIII, q. 1, a. 1, c.
82
Ibidem. 84
Ibidem.
83
Ibidem. 85
Ibidem.
86
Ibidem.
94
95
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

sólo le competen sus notas esenciales, cualquier otra cosa es b) Esse ut accidens y esse substantiale
externa y no puede entrar en composición con ella, porque La dependencia juvenil de Tomás respecto de Avicena en un
dejaría de ser esa esencia convirtiéndose en otra distinta. “La tema central, no podía dejar de tener repercusiones en la
naturaleza o esencia (…) puede considerarse según su propia doctrina del ser. A pesar de este importante influjo en el primer
razón, es decir, según una consideración absoluta. De esta periodo, la teoría del ser está diversficada en varias direcciones
manera nada es verdadero acerca de ella, sino lo que le y presenta una complejidad notable.
conviene según ella misma; por tanto, cualquier cosa distinta Una de las líneas en que se despliega al inicio la teoría
que se le atribuya originará una predicación falsa”87. tomista del ser, sigue parcialmente la concepción aviceniana de
Señalo, por último, que esta teoría de la triple consideración la accidentalidad del ser. El motivo de fondo es claro: la esencia
de la esencia –con todas sus implicaciones– no reaparece en los absolutamente considerada tiene prioridad respecto a los otros
textos del Tomás maduro. En las próximas páginas, se dos estados, y por tanto, el ser en estos dos estados –real y
considerarán las implicaciones metafísicas de esta doctrina; mental– accede a la esencia desde fuera y sin entrar en
ahora indico solamente que, respecto a la teoría de la composición con ella, pues si no, la esencia cambiaría y pasaría
predicación, Tomás de Aquino más adelante preferiría a ser otra. Tomás de Aquino enuncia el principio general de que
desarrollarla en otro sentido, que en parte está apuntado en sus “todo lo que no es de la esencia de una cosa es un accidente”89,
primeras obras. Así, en el De ente et essentia, se lee: “La y lo aplica sin vacilación al ser: “Las naturalezas de las cosas
predicación se lleva a cabo por la acción del intelecto que no son el ser que tienen, pues entonces el ser entraría en la
compone y divide, y tiene su fundamento en la unidad misma intelección de cualquier quididad, lo cual es falso porque la
de la cosa, uno de cuyos aspecto se dice del otro”88. Esta idea quididad de cualquier cosa puede pensarse sin saber si existe o
sería explicada sosteniendo que, al juzgar, se tiene como no. Por tanto, conviene que reciban el ser de otro… Y ésta es la
fundamento del juicio la unidad de la cosa real, y se pasa, por vía de Avicena”90.
tanto, de los elementos reales individuales a una universalidad En coherencia con las doctrinas avicenianas, no faltan textos
de los términos, fruto del intelecto que abstrae; y así, si el juicio en que Tomás de Aquino afirme explícitamente la acciden-
es esencial, será también universal y necesario. En talidad del ser. La dificultad surge al intentar precisar el sentido
consecuencia, el tercer estado de la esencia se muestra de esa accidentalidad, pues también hay textos contemporáneos
superfluo y no aporta ningún nuevo conocimiento, ni constituye que señalan que el ser es acto y que tiene carácter substancial.
un principio que justifique la estructura metafísica del ente. Por Es más, frecuentemente aparecen casi yuxtapuestas la doctrina
eso, la triple consideración de la esencia dejó paso en los aviceniana y la rusdiana, pues también las enseñanzas de
escritos de Tomás de Aquino a la distinción in re e in intellectu, Averroes se hacen notar desde el inicio en algún punto impor-
que responden a los dos modos reales de ser de la esencia: tante de estas cuestiones. Además, hay que tener en cuenta que
natural e intencional. Tomás siempre propugnó una distinción real entre el ser y la

89
87
«Omne illud quod non est de essentia rei est accidens» (In Sent., I, d. 3, q. 4, a.
De ente, c. 3, n. 7. 2, arg. 5). En el ad 5, rechaza la conclusión del argumento, pero no impugna el
88
Ibidem, n. 29. principio. La misma doctrina se expone en el Quodl., IX, q. 4, a. 1, arg. 4 y ad 4.
90
In Sent., II, d. 1, q. 1, a. 1, sol.
96
97
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

esencia y, en consecuencia, una cierta “exterioridad” del ser de ente. Por todo esto, el Comentador dice94 que el ente en el
respecto a la esencia. La cuestión decisiva consiste en precisar primer modo (el real) significa la substancia de la cosa”95.
cómo Tomás fue entendiendo esta “exterioridad”, pues, según Averroes es la fuente de las doctrinas tomistas sobre el ser
parece, al inicio depende más de la concepción accidentalista de lógico y los entes de razón. Como de costumbre el inspirador
Avicena –tal como fue interpretado por Averroes y Tomás–, inicial es Aristóteles, pero Tomás de Aquino tiene muy en
pero más tarde, tras haber profundizado en la crítica rusdiana a cuenta la interpretación de su Comentador. En el capítulo
Ibn Sina, Tomás negará que la esencia sea una pura posibilidad segundo del libro IV de la Metafísica, Aristóteles explica que la
que recibe ab alio el ser, y la concebirá como una potencia real ciencia primera estudia el ser en cuanto ser y hace algunas
dependiente de su acto, del ser. disquisiciones sobre la noción de ente. En el comentario
La clarificación definitiva acerca de este tema central del segundo, Averroes expone que las privaciones y las negaciones
pensamiento tomista no se produciría –según diversos sólo son entes de razón; son entes en sentido mental, pues no
autores91– hasta el final del magisterio de Tomás de Aquino, ponen nada en la realidad: carecen de existencia extramental.
hacia el 1270, cuando polemiza abiertamente contra el acciden- Tomás de Aquino sigue de cerca el texto rusdiano: “A lo que en
talismo aviceniano. Dejando para más adelante el problema de la realidad es el no ente se le llama ente en el espíritu de quien
la distinción real entre el ser y la esencia, señalamos ahora lo piensa, como ocurre con las negaciones y las privaciones,
algunos pasajes que ilustran la evolución de la dependencia de que es lo que sostiene el Comentador”96. “Y por eso, se llaman
Tomás de Aquino respecto a los dos pensadores árabes. cosas (res) de razón aquellas que en la naturaleza no tienen el
ser firme; de este modo las privaciones y las negaciones pueden
* * * llamarse cosas (res) y también entes de razón, como el
Muy pronto Tomás recibe de Aristóteles, a través de Comentador afirma”97.
Averroes, la distinción entre los dos sentido fundamentales de Ya desde el comentario a las Sentencias, Tomás de Aquino
ens: real y mental. “El Filósofo dice en su Metafísica92 que la admite que el ens que significa la verdad de las proposiciones
significación de ente es doble: una, según se divide en diez se predica accidentalmente: “Según elFilósofo, el ser se dice de
géneros; la otra, según se refiere a la verdad de las dos modos. Uno, según significa la verdad de la proposición; es
proposiciones”93. Líneas más abajo acepta de Averroes la el ser de la cópula. Éste, como sostiene el Comentador, es un
vinculación de la esencia a la realidad: “El nombre de esencia predicado accidental”98. Pero no rechaza la accidentalidad del
no se toma del ente en el segundo modo, pues hay cosas que ser substancial, porque la interpretación aviceniana de
llamamos entes, pero carecen de esencia, por ejemplo, las Aristóteles goza de una autoridad primordial a los ojos de
privaciones; por tanto, la esencia se toma del primer significado Tomás. Por esto, sus textos juveniles sobre la accidentalidad del

94
91
AVERROES, In Met., V, comm. 14.
Cfr. FOREST, A., La structure métaphysique du concret, pp. 154-155 y FABRO, 95
De ente, c. 1, n. 2.
C., La nozione metafisica di partecipazione, p. 238. 96
In Sent., I, d. 46, q. 1, a. 2, ad 1.
92
ARISTOTELES, Met., V, 1017 a 22-23. 97
In Sent., II, d. 37, q. 1, a. 1, sol.
93
De ente, c. 1, n. 2. 98
In Sent., III, d. 6, q. 2, a. 2, sol. Cfr también Ibidem, II, d. 34, q. 1, a. 1, sol.
Para Averroes, cfr. In Met., V, comm. 6 y 14.
98
99
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

ser real tienen un marcado sabor aviceniano, aunque consideración absoluta de la esencia en cuanto ésta es la
atemperado por el magisterio de Ibn Rusd. “Más acá del posibilidad que recibe ab alio el ser: “Todo lo que no tiene
Primero (aparte de Dios), el esse de cualquier cosa es un algo por sí mismo (a se), es un posible respecto de aquello; y,
accidente, pues todo lo que pertenece a la esencia de algo entra como la quididad tiene el ser ab alio, será un posible respecto al
en su definición, pero el ser no pertenece a la definición de la ser y respecto de Aquél de quien lo recibe”102. Posibilidad que
cosa, pues puede definirse sin que tenga ser”99. Es evidente que permanece inalterada en cuanto tal, tras la recepción del ser103,
el texto está dominado por la consideración absoluta de la pero que, desde el punto de vista del primer estado, pasa de ser
esencia y la consiguiente accidentalidad del ser. Ahora bien, un no ente a tener el ser: “En cada cosa es primero, según la
inmediatamente, y en contra de lo que cabría esperar, Tomás naturaleza, lo que tiene por sí (ex se) que lo que tiene por otro
invoca a su favor el testimonio de Averroes: “Y por esto, dice (ab alio). Cualquier cosa, excepto Dios, tiene el ser recibido de
el Comentador100 que esta proposición “Sócrates existe“ es de otro. Por tanto, es preciso que según su naturaleza sea un no
predicación accidental. Esto es verdad cuando el esse significa ente, a no ser que reciba el ser de Dios”104.
la entidad de la cosa, pero no en cuanto implica misma cosa Esta pugna entre la accidentalidad y substancialidad del ser
existente, pues así ente y ser son substanciales”101. La se manifiesta, aunque mitigadamente, incluso en alguna obra de
exposición de Tomás de Aquino no carece de cierta madurez como el Quodlibetum de adviento de 1269: “Lo que
ambigüedad. De todas maneras, importa insistir en que junto a pertenece a la substancia de algo entra en su definición. Ahora
una concepción inspirada en Avicena aparece la autoridad de bien, ente no se pone en la definición de la criatura, porque ni
Averroes para atenuar la accidentalidad del ser introduciendo es género ni diferencia (…). Por tanto, como todo lo que está
una cierta substancialidad. fuera de la esencia es accidental, el ser que pertenece a la
Otros textos de esta primera época se rigen por la cuestión an est es un accidente”105. Encontramos nuevamente la
afirmación expresa de que todo lo que no están dentro de la
99 esencia (así el esse) es accidental. Pero inmediatamente apela a
«Esse autem cuiuslibet rei citra primum, accidens est, cum quidquid sit de
essentia rei cadat in eius definitione; esse autem non pertinet ad definitionem rei, Averroes: “Y por eso, el Comentador dice que esta proposición
cum res definiri possit et si esse non habeat» (De natura generis, c. 4, n. 489). “Sócrates existe“ es de predicación accidental, según implique
«Il testo del De natura generis riproduce nella sostanza la posizione di Avicenna la entidad de la cosa o la verdad de la proposición”106. Esa
(in torno alla composizione delle creature spirituali) che San Tommaso mostra di
adottare incondizionatamente» (FABRO, C., Esegesi tomistica, p. 143). Mandonnet,
erróneamente, consideró espurio ese opúsculo tomista. Algunos autores más 102
In Sent., I, d. 8, q. 5, a. 2, sol. Cfr. Ibidem, q. 3, a. 2, sol.; II, d. 3, q. 1, a. 1,
recientes han querido rechazar igualmente la autenticidad de esta obra, basándose sol.
justamente en esa aceptación, sin muchos matices, del esse ut accidens aviceniano. 103
Cfr. capítulo I, C. 1.; especialmente notas 64 y 67.
Esa objeción es inválida, pues es sabido que la acentuada inspiración aviceniana 104
In Sent., II, d. 1, q. 1, a. 5, i.c. 2.
del texto es igual a la de los pasajes paralelos del Tomás sentenciario, como se verá 105
«Id enim est de substantia rei quod cadit in eius definitione. Ens autem non
a continuación (cfr. FABRO, C., Ibidem, pp. 124-159).
100
ponitur in definitione creaturae, quia nec est genus nec differentia. Unde
AVERROES, In Met., V, comm. 14. participatur sicut aliquid non existens de essentia rei; et ideo alia quaestio est an est
101
«Ideo sup. quinto Met. dicit Commentator, quod haec propositio, “Socrates et quid est. Unde, cum omne quod est praeter essentiam rei, dicatur accidens; esse
est”, est de accidentali praedicamento. Quod verum est secundum quod esse quod pertinet ad quaestionem an est, est accidens» (Quodl., II, q. 2, a. 1, c.).
importat entitatem rei, non autem secundum quod importat ipsam rem existentem: 106
«Et ideo Commentator dicit in V Met., quod ista propositio, “Socrates est”,
sic enim ens et esse sunt substantialia» (De natura generis, c. 4, n. 489). est de accidentali praedicato, secundum quod importat entitatem rei, vel veritatem
propositionis» (Ibidem).
100
101
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

misma ambigüedad aparece al final del Quodlibetum, cuando Igualmente, en otro texto contemporáneo109, Tomás de
Tomás explica que el ser es un accidente no tanto porque se Aquino despliega y clarifica la doctrina del ser sobre la falsilla
posea de modo accidental, sino que es accidente porque viene a de Ibn Rusd. Comienza estableciendo la distinción entre ser
ser como la actualidad de la substancia107. extramental y ser veritativo, para exponer luego la teoría de los
El repudio formal del extrinsecismo y la plena aceptación de entes de razón: “Hay algo que en sí no es ente, pero el intelecto
la substancialidad del ser se produce –como ya he indicado– en lo concibe como tal –por ejemplo, las negaciones–; por esto,
textos del año 1270 y posteriores. En ellos Tomás entra en cuando decimos que son, les atribuimos un ser veritativo, no
polémica con Avicena y clarifica de modo definitivo en qué real”110. A continuación, señala la primacía de lo real sobre el
sentido el ser es un accidente y en qué otro es substancial, o conocimiento, y concluye: “El ser que en su naturaleza cada
sea, forma parte de la substancia de cualquier ente. En estos cosa tiene es substancial. Y por tanto, cuando se dice Socrates
pasajes no cita a Ibn Rusd, pero es manifiesto que Tomás de est, si el est se toma en el primer modo (el extramental), es de
Aquino dirige al filósofo persa los mismos reproches que predicación substancial, porque el ente es lo supremo respecto a
Averroes le dirigiera: “La opinión de Avicena fue que el unum los entes, como animal respecto a hombre. Ahora bien, si se
y el ens se predican siempre de modo accidental. Pero eso no toma en el segundo sentido (el mental), es de predicación
es verdad (…). Por tanto, digo que el esse substantiale de la accidental”111.
cosa no es un accidente, sino la actualidad de cualquier forma En definitiva, Tomás de Aquino sostiene la substancialidad
existente, ya sea sin materia, ya con ella”108. del ser por las mismas razones que Ibn Rusd. El ser real no es el
que responde a la pregunta an sit?, pues éste es unívoco y
107
«Ad secundum dicendum, quod esse est accidens, non quasi per accidens se
mental: es el ser veritativo. Por esto, la respuesta aliquid est
habens, sed quasi actualitas cuiuslibet substantiae; unde ipse Deus, qui est sua (por ejemplo, “el mal existe“ o “hay mal“) dada a la pregunta
actualitas, est suum esse» (Ibidem, ad 2). an sit?, significa que esa proposición es verdadera porque en la
108
«Respondeo dicendum quod opinio Avicennae fuit, quod unum et ens semper realidad hay algo –a lo que nos referimos– que permite esa
praedicant accidens. Hoc autem non est verum, quia unum prout convertitur cum
ente, signat substantiam rei, et similiter ipsum ens; sed unum prout est principium afirmación112. El problema que surge a continuación es
numeri, signat accidens (…). determinar la naturaleza de esa realidad (que puede tener ser
Et sic dico quod esse substantiale rei non est accidens, sed actualitas cuiuslibet extramental o carecer de él), que nosotros hemos concebido
formae existentis, sive sine materia sive cum materia. Et quia esse est
complementum omnium, inde nulla causa dat esse nisi in quantum participat
como ente y, por eso, afirmado su existencia.
operationem divina; et sic proprie loquendo, non est accidens. Et hoc quod El ser real, por el contrario, forma parte de la substancia de
Hilarius dicit, dico quod accidens dicitur large omne quod non est pars essentiae; et cualquier ente, es análogo, y viene a ser como el género
sic est esse in rebus creatis, quia in solo Deo esse est eius essentia» (Quodl., XII –
adviento de 1270–, q. 5, a. 1, c.).
supremo de las diez categorías, pues éstas son los modos
Respecto a la distinción entre el unum transcendentale y el unum praedicamen- fundamentales en que el ser se especifica o en que el ente está
tale, puede verse In Sent., I, d. 24, q. 1, a. 3 y Quodl., X, q. 1, a. 1. En estos pasajes
Tomás critica la doctrina de Avicena y asume plenamente las críticas y soluciones análisis (de Tomás de Aquino) nos parecen, pues, que dependen de Averroes,
positivas de Averroes sin restricción alguna, pues entre el unum transcendentale y incluso más de lo afirmado explícitamente por los textos» (p. 52).
la substancia no hay distinción real alguna. Por esto, A. Forest (La structure…, pp. 109
In Met., V, lt. 9.
39-45) sostiene que los elementos que caracterizan el concepto tomista de unidad 110
Ibidem, n. 896.
son los mismos que se encuentran en Averroes, y concluye diciendo que «estos 111
Ibidem. Cfr. In Met., IV, lt. 2, n. 558; In Peri herm., II, lt. 2, n. 212.
112
Cfr. In Met., V, lt. 9, n. 895.
102
103
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

diversificado. Por tanto, este ser, aunque no entre en las tados entre sí: primero, la refutación del hilemorfismo univer-
definiciones, está en el orden substancial y no puede ser sal; segundo, la composición de los entes introducida por
considerado como un accidente. También puede nombrarse este Tomás para distinguirlos de Dios, teniendo en cuenta que
ser al decir Socrates est, cuando con esa proposición no se algunos son absolutamente inmateriales; o sea, la composición
responde a la pregunta an sit, sino que se afirma la actualidad de ser y esencia.
del ente sobre el que hablamos. En este segundo sentido, la
proposicién “el mal existe“ sería falsa, porque el mal carece de a) Refutación del hilemorfismo universal
actualidad positiva113. La corriente agustinista del siglo XIII –agustinismo
Por todo esto, con la interiorización y substancialización del avicenizante–, con Juan Peckham a la cabeza, propugnaba la
ser, la esencia pierde la primacía metafísica, y deja de poder ser necesidad de una materia universal, principio de individua-
considerada de modo absoluto; es decir: siempre está vinculada ción en el campo del ser en cuanto tal, al modo en que lo es la
necesariamente al ser y su consideración es siempre posterior al materia en el ámbito de los entes corpóreos. Pretendían que,
reconocimiento de la existencia real de los entes114. para distinguir las criaturas de Dios, era preciso poner en ellas
una potencia ad non esse, o sea, la materia. Por esto,
2. La composición metafísica del ente presentaban su doctrina como la única ortodoxa y la única que
podía defender un cristiano.
La nueva concepción de la necesidad y contingencia de los
De todas formas, la fuente del hilemorfismo universal no es
entes y la interiorización del ser, plantean a Tomás de Aquino
Avicena, ni tampoco Agustín, a quien recurrían los agustinistas
las mismas dificultades que asaltaron a Ibn Rusd acerca de la
como inspirador y origen de sus propias concepciones. El
íntima estructura metafísica de la realidad y, en especial, de las
primero en defender tal doctrina fue, como afirma Tomás de
substancias separadas. Sin embargo, el horizonte histórico en
Aquino115, el filósofo árabo-judío Avicebrón, quien en su Fons
que Tomás se encontraba era distinto. Muchos autores defen-
vitae sostuvo que “hablando absolutamente, el ser se constituye
dían la composición de materia y forma en todo ente creado
sólo mediante la unión de materia y forma”116.
(hilemorfismo universal), con lo cual obtenían una neta
Propugnar una composición de materia y forma en toda
distinción entre Dios y las criaturas, pero a costa de situar a
criatura no depende de una doctrina extrinsecista, sino de un
todos en la categoría de lo contingente, lo cual Tomás rechaza
error en la noción de potencia117. Por esto, Tomás de Aquino se
abiertamente. Atendiendo a este contexto histórico, en orden a
exponer la influencia de Avicena y Averroes en estas cuestio- 115
«Primo namque Avicebron in libro Fons vitae (…) aestimavit enim omnes
nes, cabe articular la doctrina tomista en dos momentos conec- substantias sub Deo constitutas ex materia et forma compositas esse» (De
substantiis separatis, c. 5, n. 62).
116
113
«Discipulus. Postquam concedis, quod genus generalissimum, id est materia
Cfr. Ibidem, n. 896. prima, est substantia una numero, poterit dicere aliquis quod substantialitas et
114
Es importante notar –se verá con detalle un poco más abajo; vid. 2. b.– que unitas sunt eius forma (…).
Tomás coincide con Averroes en la concepción substancial del ser frente a la Magister. Debes praeponere radicem cui innitatur; quidquid dixerimus, hoc est
accidentalidad de Avicena. Esto no implica que, en otros aspectos, Tomás conciba quod principium differentiae et diversitatis est materia et forma… et omnino debes
el ser exactamente igual que Ibn Rusd; es más, su divergencia es profunda –como scire quod esse non est nisi ex coniunctione materiae et formae» (AVICEBRON,
luego mostraré– en la concepción del ser como acto de la esencia. Fons vitae, p. 270).
117
En realidad el error de Avicebrón fue doble: confundir lógica con metafísica,
104
105
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

pudo oponer resueltamente a los agustinistas desde el inicio. Su separadas. Tomás demuestra que tampoco en tales substancias
posición fue bien clara: defender la existencia de un conjunto hay composición de materia y forma. En todo el opúsculo no
de entes en cuya composición substancial no entraba, en hay una sola referencia explícita a Averroes122, pero la doctrina
absoluto, la materia. Esta concepción debe mucho a la noción es indudablemente rusdiana: “El ser sujeto no es consecuencia
puramente aristotélica de conocimiento inmaterial118 y a los sólo de la materia que es parte de la substancia, sino que, en
principios rusdianos que hasta ahora hemos visto, en especial, a general, es consecuencia de toda potencia. Pues a todo lo que se
la noción de potencia. relaciona con algo como la potencia al acto, le es propio ser
Averroes había señalado que no toda potencia es material, sujeto. Y por esto, también las substancias espirituales, aunque
pues potencia, recibir y padecer se pueden entender en diversos no tengan materia, pueden ser sujeto respecto a las especies
sentidos119. La primera vez que Tomás de Aquino se enfrenta inteligibles, en la medida que son entes en potencia bajo cierto
con el tema del hilemorfismo cita explícitamente a Aristóteles e aspecto”123.
Ibn Rusd. En el comentario a las Sentencias, se pregunta si el Además, Tomás de Aquino establece con Averroes la esfera
alma humana está compuesta por alguna materia. La objeción de los seres necesarios en sí, pero con necesidad recibida124. E
segunda dice: “Donde se hallan las propiedades de la materia, igualmente ha sostenido que tales entes, y especialmente las
es necesario que haya materia, pues las propiedades no se sepa- inteligencias puras, aunque simples, han de tener cierta
ran de los sujetos. En el alma humana se encuentran algunas potencialidad. Esa potencialidad no puede ser la de la materia,
propiedades de la materia, como el ser sujeto, el recibir, el pues eso implicaría corruptibilidad. Es, al menos –según
padecer, etc. Por tanto, parece que está compuesta de Averroes–, una potencia de orden intelectual, que implica una
materia”120. Y responde que “padecer y recibir y las otras cosas complejidad en el plano cognoscitivo. El problema que queda
semejantes se dicen equívocamente del alma y de las cosas por resolver es si esa potencia operativa implica una potencia
materiales, como evidencian el Filósofo y el Comentador. Por en la estructura substancial y, en consecuencia, una compo-
tanto, no es necesario que haya materia en el alma, sino basta sición real de potencia y acto125.
que tengan alguna potencialidad”121.
En el opúsculo De substantiis separatis, se encuentra un b) La composición de ser y esencia

tratado completo sobre el hilemorfismo (varios capítulos están Negada la composición hilemórfica de los entes necesarios,
dedicados a las opiniones de Avicebrón). Esta vez, el tema en Tomás de Aquino se pregunta por su composición metafísica.
discusión no es la naturaleza del alma, sino la de las substancias El alma humana, por su relación al cuerpo, no ofrece –desde
esta perspectiva– especiales dificultades para separarla de Dios:
y la falsa concepción de la potencia. Cfr. BRUNNER, F., Platonisme et aristotélisme, el estudio de su naturaleza corresponde más bien a la
p. 38. Para la primacía de la consideración mental sobre la realidad, según
Avicebrón, cfr. SARANYANA, J.I., Sobre la inmaterialidad de las substancias 122
En textos anteriores cita explícitamente a Averroes, como más adelante
espirituales, p. 97.
118
mostraré; por ejemplo: De ente, c. 4, n. 28.
Cfr. FABRO, C., La nozione metafisica di partecipazione, p. 210. 123
119
De subst. sep., c. 8, n. 84.
Cfr. notas 65 y 66. 124
120
Cfr. capítulo I, C.
In Sent., II, d. 17, q. 1, a. 2, arg. 2. 125
121
BERTOLA, E., en Salomón Ibn Gabirol, pp. 113-114, sostiene que Avicebrón
Ibidem, ad 2. conocía la distinción real, pero que la descuida porque le bastaba la distinción
materia-forma.
106
107
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

antropología o a la piscología. Por esto, el Doctor de Aquino se


centra en el estudio de las inteligencias puras. * * *
Desde sus primeros escritos, Tomás defendió claramente En el primer periodo, la distinción es sugerida por
que tales entes, al igual que toda criatura, están compuestos de Avicena129, como se deduce de las exposiciones, que dependen
esencia y ser. Para él, los entes espirituales se distinguen de directamente del filósofo persa. Los textos son abundantes130 y
Dios, aunque ambos sean simples, porque en Dios no hay dis- las demostraciones variadas.
tinción entre esencia y ser, pero sí en las criaturas. Y esta dis- El núcleo de la argumentación es idéntico al de Avicena:
tinción desempeña un papel central en la explicación de la “Todo lo que no entra en la intelección de la esencia o
estructura metafísica de las inteligencias separadas. Por esto, ya quididad, le viene de fuera y forma composición con ella (…).
desde el De ente es presentada para clarificar la naturaleza de Toda esencia puede entenderse sin pensar su ser (…). Por tanto,
tales substancias, al igual que en sus tardíos comentarios es evidente que el ser es algo distinto de la esencia o
aristotélicos. Por esto, dice Fabro que el “hilemorfismo univer- quididad”131. Además de esta formulación estrictamente lógica
sal (…) es una de las tesis contra las que se ejerció con mayor del De ente, podemos encontrar formulaciones metafísicas de la
resolución la crítica de Santo Tomás y que contribuyó de modo misma argumentación; por ejemplo, en el mismo texto del De
decisivo a la clarificación de su metafísica del acto y en parti- ente y en el De veritate: “Todo lo que no se posee por sí, sino
cular a la tesis central de la distinción real de esencia y esse”126. que se recibe de otro, no pertenece a la esencia. Y, por esto,
Podemos dejar por sentado que la solución tomista al demuestra Avicena que el ser de cualquier cosa –aparte del
problema de la estructura metafísica de los entes necesarios fue primer ente– es algo que no pertenece a su esencia, porque
establecer una composición real entre el ser y la esencia127. todas las cosas tienen el esse ab alio”132.
Ahora bien, si atendemos al modo de la composición, Tomás Otro tipo de argumentación, también aviceniano, de carácter
de Aquino no siempre la presentó de la misma manera. Se lógico, se basa en la distinción entre res y ens: “En todo ente
pueden establecer dos periodos en su pensamiento, que tienen
como momento de cambio la Summa contra gentiles (1259-
Metafísica (posterior a este quodlibetum), Tomás no consigue una formulación
1264). Sin embargo, la formulación definitiva hay que buscarla satisfactoria de la distinción entre ser y esencia; cfr. Introduction a l'étude de la
en textos del 1270 y años posteriores, puesto que la concepción philosophie médiévale, pp. 245-246.
129
del ser aún no estaba definitivamente fijada en 1260, según se «L'ispiratore più risoluto della celebre distinzione tomistica, sopratutto nei
primi scritti, è riconosciuto l'arabo-persiano Avicenna» (FABRO, C., Tomismo e
ha visto a propósito del Quodlibetum II128. pensiero moderno, p. 190). Vid. también ROLAND-GOSSELIN, M.-D., De
distinctione inter essentiam et esse apud Avicenna et S. Thomam, p. 288.
130
126
Los más significativos son los siguientes: De ente, cc. 4 y 5; In Sent., I, d. 2,
FABRO, C., Esegesi tomistica, p. 340. Cfr. también SARANYANA, J.I., Sobre la q. 1, a. 3, ad 3; Ibidem, d. 8, q. 1, a. 1, sol; Ibidem, d. 8, q. 4, a. 1, ad 8; Quodl., IX,
inmaterialidad…, pp. 96-97. q. 4, a. 1, ad 4; De ver., q. 8, a. 8, c.; Ibidem, q. 27, a. 1, ad 8.
127
«Est ergo primo considerandum, quod sicut esse et quod est differunt in 131
«Quidquid enim non est de intellectu essentiae vel quidditatis, hoc est
simplicibus secundum intentiones, ita in compositis differunt realiter» (In De adveniens extra, et faciens compositionem cum essentia; quia nulla essentia sine his
heb., lt. 2, n. 32). «Omne quod est in genere substantiae, est compositum reali quae sunt partes essentiae intelligi potest. Omnis autem essentia vel quidditas pot-
compositione; … compositum saltem ex esse et quod est» (De ver., q. 27, a. 1, ad est intelligi sine hoc quod aliquid intelligatur de esse suo: possum enim intelligere
8). quid est homo vel phoenix, et tamen ignorare an esse habeat in rerum natura. Ergo
128
También VAN STEENBERGHEN sostiene que, hasta el comentario a la patet quod esse est aliud ab essentia vel quidditate» (De ente, c. 4, n. 26).
132
De ver., q. 8, a. 8, c.
108
109
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

(quod est) se debe considerar su quididad, por la que subsiste como sostiene el Comentador”135.
en una naturaleza determinada, y su ser, por el cual se dice que
el ente es en acto; de ahí que el nombre res se imponga a la * * *
cosa por su quididad, como dice Avicena, y que el nombre ente En los textos que van de 1259 (inicio de la Summa contra
(quod est) por el mismo acto de ser”133. De modo más denso, gentiles) a 1269, las formulaciones cambian sensiblemente y el
aunque sin referencia a Avicena, fue expuesto más tarde en la magisterio de Avicena es abandonado, al igual que las
cuestión 27 del De veritate134. argumentaciones puramente lógicas. Sin embargo, como ya he
En este primer periodo hay, pues, una distinción real entre el señalado, la falta de una total precisión en el tratamiento de la
ser y la esencia, pero entendida más bien al modo aviceniano. noción de ser impide una definitiva formulación del modo en
Por esto, la argumentación empleada es típicamente aviceniana, que el ser se compone con la esencia.
y la concepción del ser adolece –como se ha visto– de un cierto Una buena muestra del alto –pero, insisto, no definitivo–
extrinsecismo o, al menos, de una insuficiente clarificación. No grado de elaboración que el pensamiento tomista alcanza en
obstante, también en esta primera época, el influjo de Averroes esta fase de transición, se halla en el mencionado Quodlibetum
se hace notar en la concepción de la potencia: Tomás de II de adviento de 1269, es decir, del final de este periodo
Aquino considera que la esencia de las inteligencias separadas intermedio.
es potencia y, sin embargo, no es material, porque Ibn Rusd ha El artículo primero de la segunda cuestión está dedicado a
demostrado que el concepto de potencia no es unívoco. De ahí clarificar “si el ángel se compone substancialmente de ser y
que la distinción sea presentada en referencia a Averroes, pero esencia”136. Por una parte, Tomás de Aquino niega –como
sólo bajo este aspecto: “Es necesario que la misma esencia o Averroes– que haya distinción real entre el ente y la substancia:
forma, que es inteligencia, esté en potencia respecto al esse que “Es verdad que el nombre ente, en cuanto comporta la realidad
de Dios recibe. Este ser es recibido a modo de acto. Y, por esto, a la que compete ser tal, significa la esencia de la cosa y se
se encuentran potencia y acto en los seres inteligentes, pero no divide en diez géneros”137.
forma y materia, a no ser de modo equívoco. Por esto, padecer, Ahora bien, Tomás intenta buscar un nuevo sentido de ente,
recibir, ser sujeto y otras cosas semejantes que parecen distinto del substancial –que acabamos de considerar– y del
convenir a las cosas en razón de la materia, se predican de las veritativo. Para eso, introduce la participación del esse en la
substancias intelectuales y de las corporales de modo equívoco, criatura: “Cuando algo se predica de un sujeto por
participación, es necesario que en él haya algo que no sea
aquello de que se participa. Por eso, en toda criatura una
133
In Sent., I, d. 8, q. 1, a. 1, sol. Para Avicena cfr. Met., II, c. 1 y VIII, c. 1.
realidad es la misma criatura y otra su mismo ser”138. Y a
134
«Ad octavum dicendum, quod omne quod est in genere substantiae, est continuación aplica la doctrina de la predicación por
compositum reali compositione; eo quod id quod est in praedicamento substantiae
est in suo esse subsistens, et oportet quod esse suum sit aliud quam ipsum, alias 135
De ente, c. 4, n. 28.
non posset differre secundum esse ab illis cum quibus convenit in ratione suae 136
Quodl., II, q. 2, a. 1, enunciado del artículo. Como es sabido, Tomás de
quidditatis; quod requiritur in omnibus quae sunt directe in praedicamento: et ideo Aquino –al igual que todos los doctores medievales– identifica las substancias
omne quod est directe in praedicamento substantiae, compositum est saltem ex esse separadas de los filósofos griegos con los ángeles de la tradición judeo-cristiana.
et quod est» (De ver., q. 27, a. 1, ad 8). 137
Ibidem, c.
138
Ibidem.
110
111
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

participación al caso del ser: “Algo se puede participar de dos una distinción transcendental entre Dios y las criaturas, o sea,
modos. Uno, cuando lo participado es de la substancia del en la introducción de una composición real (ser-esencia) en
participante, como el género lo es de la especie. De este primer todo el ámbito de lo existente. Composición que implica una
modo, la criatura no participa del ser, pues pertenece a la nueva teorización de los conceptos fundamentales de la metafí-
substancia de algo lo que entra en su definición, y ente no se sica, que en esta época Tomás aún no había realizado totalmen-
pone en la definición de criatura, porque ni es género ni te. Por eso, la conclusión de este periodo es que efectivamente
diferencia; por tanto, es participado como algo no perteneciente hay una composición entre el ser y la esencia, pero no se trata
a la esencia de la cosa”139. En definitiva, tendríamos un tercer de una composición entre partes de la substancia, sino entre la
sentido de ser, realmente distinto del ser veritativo y de la substancia y algo que se adhiere (adhaeret) a ella141; que se
substancia, o sea, del ser que se identifica con la substancia. adhiere, podríamos añadir, a modo de acto.
Tomás ciertamente intenta determinar mejor el sentido del
ser como acto y llegar a una fundamentación más precisa de la * * *
distinción real entre este nuevo ser y el que había teorizado El magisterio de Ibn Rusd, con el correr de los años, ha
Averroes, o sea, el ser que es la misma substancia. En una adquirido relieve en la metafísica del Doctor de Aquino.
palabra, tendríamos la distinción real entre el ser y la Algunos intérpretes modernos han pretendido que Tomás
substancia. Sin embargo, a mi entender, Tomás de Aquino aún habría alcanzado un total acuerdo con Averroes, con la
no consigue en esta época una suficiente exposición: “Por consiguiente negación de la distinción real entre el ser y la
tanto, una es la cuestión an est y otra quid est. Y así, como todo esencia; pero esto no parece sostenible142.
lo que está fuera de la esencia es llamado accidente, el ser que Según se dijo, el pensamiento tomista acerca del esse se
pertenece a la cuestión an est es un accidente. Y por eso, en el clarifica definitivamente en torno al 1270 (Quodlibetum XII),
V Met., dice el Comentador que esta proposición “Sócrates cuando rechaza las doctrinas de Avicena –en la medida en que
existe” es de predicación accidental, en cuanto comporta la habían sido aceptadas– y asume parcialmente las de Ibn Rusd.
entidad de la cosa o la verdad de la proposición”140. Señala,
pues, Tomás que el ens en el tercer sentido no es esencial, sino 141
«Si ergo in angelo est compositio sicut ex essentia et esse, non tamen est
accidental, y que se trata de la accidentalidad mencionada por compositio sicut ex partibus substantiae, sed sicut ex substantia et eo quod adhaeret
Averroes. Sin embargo, como se ha visto, el ser de que Ibn substantiae» (Ibidem).
142
Rusd habla es el ens ut verum, o sea, un ser de carácter mental, CHOSSAT, M., en su artículo L'averroïsme de Saint Thomas, sostiene que el
verdadero introductor de la distinción real entre el ser y la esencia fue Gil de Roma
mientras que Tomás habla de un ser real que no se encuentra en en sus Theoremata, no antes de 1276: «Je tiens donc pour définitivement acquis
el orden substancial; un ser que que es tenido por la criatura que Gilles fut l'introducteur de la distinction réelle (au sens que ces mots ont dans
(no lo es, lo tiene), es decir, su substancia no es ese ser, sino l'École despuis l'an 1276)» (p. 175). El pensamiento de Tomás de Aquino y de
Averroes en este punto coincidirían totalmente: basta que la distinción sea de razón
que participa de él como algo ajeno a ella y, por ende, distinto. o, a lo más, virtual: «Il n'est pas, d'après lui (Saint Thomas), nécessaire qu'il y ait
Es claro que Tomás se aparta de Averroes en la búsqueda de “distinction réelle”, pour qu'on puisse parler d'acte et de puissance. Une distinction
virtuelle suffit» (p. 176). También CUNNIGHAN, F.A., niega que en Tomás haya tal
139 distinción real, cfr. Precedentes históricos de la teoría del esse y essentia en Santo
Ibidem.
140
Tomás, p. 157 y Textos de Santo Tomás sobre el esse y esencia, p. 289. El
Ibidem. contradictor más importante de Chossat ha sido GRABMANN, M., en su artículo
Circa distinctionem essentiae et existentiae.
112
113
NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

Paralelamente, en otros textos contemporáneos143 la distinción Por último, Tomás indica la nueva concepción adoptada:
es formulada a propósito de temas específicamente aristotélico- “Aunque el ser de cualquier cosa sea algo distinto de su
rusdianos: la identidad de los transcendentales y la composición esencia, sin embargo no ha de entenderse que sea algo añadido
metafísica de los entes necesarios. La presencia de Averroes es a modo de accidente, sino como constituido por los principios
doble: como contradictor de la distinción en cuanto tal y como de la esencia. Por esto, el nombre ente, que se toma del ser,
donador de principios que permiten resolver el modo de esa significa lo mismo que el nombre (res) que se toma de la
composición. misma esencia”147. Este texto ha sido utilizado a veces para
En el comentario a la Metafísica, Tomás vuelve a plantearse sostener que Tomás rechazó con Averroes la distinción real148.
el tema de la naturaleza del esse a propósito de los Evidentemente, en este pasaje hay una perfecta asimilación de
transcendentales: “Res, ens y unum significan absolutamente lo los principios de Ibn Rusd: el esse es algo substancial, poseído
mismo, pero según diversas razones”144. En primer lugar de modo estable por el ente y en perfecta correlación con la
rechaza el extrinsecismo aviceniano, sosteniendo “que ens y esencia; no hay rastro del extrinsecismo inicial.
unum se predican per se de la substancia de cualquier cosa”, No obstante, sin necesidad de recurrir a otros textos
porque si no fuese así sería un accidente y entonces “habría que contemporáneos, hay que afirmar que en ese lugar Tomás de
proceder hasta el infinito”145. A continuación señala que Avi- Aquino establece una distinción real entre el ser y la esencia,
cena pensó de otro modo, porque quiso que el esse, por no rompiendo así con Averroes149. Efectivamente, para el Doctor
entrar en la definición, fuese “algo añadido a la esencia”146. de Aquino, el ser en cuanto acto del ente está constituido por
los principios de tal ente, que es quien realiza el acto, pero eso
143
Los dos textos más importantes a este respecto son: In Met., IV, lt. 2 e In
no impide que los principios substanciales del ente –materia y
Phys., VIII, lt. 21. El comentario a la Metafísica fue compuesto entre 1269 y 1272, forma– sean la potencia real de tal acto, de modo semejante a
por tanto, no es aventurado suponer que el libro IV no sea anterior al 1270. El
comentario a la Física fue terminado en 1270, por tanto podemos fechar con
seguridad el texto mencionado en dicho año. En textos posteriores se pueden 147
«Esse enim rei quamvis sit aliud ab eius essentia, non tamen est intelligen-
encontrar pasajes paralelos, por ejemplo, In Met., V, lt. 9, nn. 895-896.
144
dum quod sit aliquod superadditum ad modum accidentis, sed quasi constituitur
In Met., IV, lt. 2, n. 553. per principia essentiae. Et ideo hoc nomen ens quod imponitur ab ipso esse,
145
«Quod autem ens et unum praedicentur de substantia cuiuslibet rei per se et significat idem cum nomine quod imponitur ab ipsa essentia» (Ibidem, n. 558).
non secundum accidens, sic potest probari. Si enim praedicarentur de substantia 148
Cfr. FABRO, C., Esegesi tomistica, pp. 258 y ss., donde discute ampliamente
cuiuslibet rei per aliquod ens ei additum, de illo iterum necesse est praedicari ens, las diversas opiniones que se han debatido en torno a este texto. El autor se inclina
quia unumquodque est unum est ens. Aut ergo iterum de hoc praedicatur per se, aut por que en ese pasaje hay una afirmación de la distinción real.
per aliquid aliud additum. Si per aliquid aliud, iterum esset quaestio de illo addito, 149
En In Post. an., II, lt. 6, n. 461, en perfecta coherencia con lo expuesto en
et sic erit procedere usque ad infinitum. Hoc autem est impossibile: ergo necesse
obras contemporáneas, Tomás sostiene que «necesse est quod quicumque scit quod
est stare in primo, scilicet quod substantia rei sit una et ens per seipsam, et non per
quid est esse hominis, vel cuiuscumque alterius rei, quod sciat rem illam esse»;
aliquid additum» (Ibidem). Recordemos que esta argumentación se encuentra
concuerda así con Averroes, que comenta en el mismo sentido el texto aristotélico;
literalmente en Averroes, cfr. nota 60.
146
cfr. In Post. an., II, comm. 32, ff. 448 D-449 C. Esta doctrina contradice
«Sciendum est autem quod circa hoc Avicenna aliud sensit. Dixit enim quod formalmente las afirmacines del De ente –vid. nota 131–, donde se sostenía la
unum et ens non significant substantiam rei, sed significant aliquid additum. Et de independencia gnoseológica entre la esencia y la realidad. Sin embargo, este
ente quidem hoc dicebat, quia in qualibet re quae habet esse ab alio, aliud est esse cambio de opinión no implica que Tomás abandonara también la distinción real
rei, et substantia sive essentia eius: hoc autem nomen ens, significat ipsum esse. entre el ser y la esencia, pues la afirma explícitamente en el mismo texto del In
Significat igitur (ut videtur) aliquid additum essentiae» (Ibidem, n. 556.). Post. an.: «In omnibus autem aliis, quae sunt entia per participationem, oportet
quod sit aliud esse et quidditas entis» (n. 462).
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NECESIDAD Y SUBSTANCIA II. SOBRE EL SER Y LA ESENCIA

como la forma, que es acto de una materia –ésta es su sujeto y imposible que el cuerpo celeste no sea un compuesto
la que realiza el acto–, se distingue realmente de ella y la hilemórfico: para Tomás una materia existiendo en acto es un
actualiza, pues la materia es su potencia. acto existiendo en potencia152, o sea, sería una determinada
forma pura en potencia respecto al acto de ser. Pero como tales
* * * formas no son corpóreas sino inteligibles, el cuerpo celeste
Ahora bien, si Averroes y Tomás de Aquino concibieron el necesariamente ha de ser un compuesto hilemórfico y, en
ser y la esencia de modo semejante, ¿por qué propugnaron consecuencia, tener materia como potencia, es decir, una
soluciones diversas para explicar la estructura transcendental potencia en cierto modo ad non esse153.
del ente? Y más en concreto, dado que Tomás rechaza la Ese reconocimiento de la potentia ad non esse en los
identificación rusdiana entre ser y esencia, ¿cuál fue a sus ojos cuerpos celestes coloca a Tomás en una posición en contraste
el error de Averroes? En el comentario tomista a la Física se con sus afirmaciones habituales. Por eso, se apresura a señalar
halla la respuesta. El contexto es la polémica con Averroes a que en ellos no hay potencia ad non esse, en cuanto que su
propósito de la estructura metafísica de los cuerpos celestes, a potencia está totalmente agotada por la forma154. En otras
los que Averroes niega la composición de materia y forma tal palabras, Tomás intenta compaginar que el cuerpo celeste, por
como se da en el mundo sublunar150. tener materia, posee de algún modo potencia ad non esse y que,
Para Averroes, el cuerpo celeste es un sujeto que consiste en en cuanto tiene su materia totalmente actualizada, no posee
ser materia in actu, al cual se le une la forma como motor. Aquí potencia ad non esse. Esto, para Averroes, es una simple
lo importante es notar que, en Averroes, el cuerpo celeste –al contradicción; al igual que, para Tomás, la solución rusdiana es
igual que las substancias separadas– carece absolutamente de también imposible.
potencia en el orden substancial. Como se ha visto151, lo que Ciertamente tanto una como otra solución son inaceptables,
conduce a Averroes a esta concepción es su doctrina de la pero lo que aquí importa notar es que ambos pensadores están
contingencia: poner materia como pura potencia en el orden discutiendo sobre la noción de potencia y sujeto, y que
substancial es admitir la corruptibilidad de tal substancia; precisamente en torno a ella se juega el último sentido de la
corruptibilidad que es rechazada tajantemente para los cuerpos metafísica de ambos filósofos. Por eso, lo que conduce a Tomás
celestes y las substancias separadas. al enfrentamiento con Averroes no es tanto la teoría del cuerpo
Tomás de Aquino analiza la posición de Averroes y celeste como la doctrina de la composición de ser y esencia, en
manifiesta su discrepancia fundamental. En primer lugar, juzga

150
«Sed haec solutio (Averrois) et veritati repugnat, et intentioni Aristotelis. 152
Cfr. In Phys., VIII, lt. 21, n. 1153. Vid. también De substantiis separatis, c. 7,
Veritati quidem repugnat multipliciter: et primo quia dicit quod corpus caeleste non n. 78, donde caracteriza la potencia de las substancias separadas como aliquid ens
componitur ex materia et forma: hoc enim est omnino impossibile» (In Phys., lt. actu, potentia existens.
21, n. 1153). Sin embaro, en el De spiritualibus creaturis, obra ligeramente anterior 153
«Relinquitur ergo quod (corpus caeleste) est compositum ex materia et forma,
(curso 1267-68), es otra la interpretación del pensamiento de Averroes: «Ad et potentia et actu: et sic est in ipso potentia quodammodo ad non esse» (In Phys.,
secundum dicendum quod secundum opinionem Averrois caelum est compositum VIII, lt. 21, n. 1153).
ex materia et forma, sicut animal in inferioribus» (q. un., a. 6, ad 2). 154
151
«Potentia quandoque se habet ad opposita, et hoc excluditur a corpore caelesti
Cfr. cap. I, 2. b. et a substantiis simplicibus separatis: quia non est in eis potentia ad non esse»
(Ibidem).
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la que un punto vital es una nueva noción de potencia155. posible no seguiría a lo necesario, como se dice en Peri
En coherencia con estos intereses, Tomás de Aquino, en la hermeneias II”157.
discusión sobre los cuerpos celeste, introduce de golpe las Tenemos, pues, la clave técnica que permite a Tomás
exigencias de su doctrina de la participación: “Pero concedido construir una metafísica tan diferente en su fundamentación de
que el cuerpo celeste no esté compuesto de materia y forma, la de Averroes: una nueva noción de potencia. Ibn Rusd se
aún es preciso poner en algún modo una potencia de ser. Es niega a admitir excepciones en el principio metafísico de que
necesario que toda substancia simple subsistente o sea su ser o toda potencia pasiva es a los opuestos; por eso, introduce esa
participe de él. Substancia simple que sea su ser sólo puede extraña materia in actu para explicar los cuerpos celestes, y
haber una, al igual que la blancura si fuese subsistente sería afirma que cada substancia separada es una forma específica
única. Por tanto, toda substancia inferior a la primera simple simple. Tomás ciertamente reconoce la validez general del
participa del ser. Ahora bien, todo participante se compone de principio158, pero exceptúa de dicha condición la materia del
participante y participado, y el participante está en potencia cuerpo celeste y la esencia de la substancia separada159. Así
respecto a lo participado. Por tanto, cualquier substancia –
incluso siendo simple–, si es inferior a la primera simple, es 157
Ibidem. El texto de Aristóteles mencionado por Tomás es Peri herm., II, 13,
potencia de ser”156. 23.
158
Se trata ahora de precisar –frente a Averroes– qué es esa «Probat (Aristoteles) quod supposuerat; scilicet quod nullum sempiternum sit
in potentia.
potencia o sujeto que recibe el ser distinguiéndose de él: Et circa hoc duo facit. Primo ponit rationem ad ostendendum hoc; quae talis est.
“Averroes erró por una falsa consideración de la potencia, pues Omnis potentia simul est contradictionis. Dicit autem non de potentia activa: iam
la potencia no siempre se ordena a los opuestos. Ésta es la enim supra dictum est, quod potentiae irrationales non sunt ad opposita; sed
loquitur his de potentia passiva, secundum quam aliquid dicitur possibile esse et
potencia que se excluye del cuerpo celeste y de las substancias non esse, vel simpliciter, vel secundum quid.
simples separadas, porque no hay en ellas potencia a no ser, Hoc autem quod posuerat manifestat per oppositum; quia ubi non est talis
según la intención de Aristóteles. El motivo es que las potentia, non contingit utraque pars contradictionis. Nam quod non est possibile
substancias simples son sólo forma y les conviene el ser per se esse, nunquam in aliquod est. Si enim non est possibile esse, impossibile est esse, et
necesse est non esse. Sed id quod possibile est esse, contingit non esse in actu.
y que la materia de los cuerpos celestes no está en potencia a Manifestum est ergo, quod illud quod possibile est esse, contingit esse et non esse.
otra forma (…). Así pues, la materia de los cuerpos celestes se Et sic potentia simul contradictionis est, quia idem est in potentia ad esse et
compara a su forma como la potencia al acto, sin embargo, no non esse» (In Met., IX, lt. 9, nn. 1868-1869).
159
Aunque en estos pasajes del comentario a la Física, Tomás manifiesta que su
hay en ella potencia a la privación de su forma o al no ser, pues pensamiento es concorde con el de Aristóteles –maxima auctoritas–, en realidad se
no toda potencia es a los opuestos, ya que si no fuese así, lo aparta de él. Por eso, los textos que aduce en su favor son más bien desafortunados.
El primer texto aducido es el Peri herm., II, 13, 23, donde Aristóteles establece
155
que, si algo se da en acto –Sócrates camina–, hay que concluir que eso es posible;
En los escritos juveniles, antes de darse cuenta de las implicaciones de la también señala Aristóteles que hay potencias que no se disponen a los opuestos,
doctrina rusdiana, Tomás no tiene inconveniente en aceptar la concepción de como el fuego que puede calentar pero no enfriar. Sin embargo, esta posibilidad
Averroes del cuerpo celeste: «Materia eius (corporis caelestis) est sicut subiectum que ahora tenemos es una posibilidad que depende del acto, no de la potencia. Se
completum in istis inferioribus, ut dicit Commentator in libro De substantia orbis; trata, pues, de la posibilidad veritativa, que no implica potencia pasiva en el ente,
unde remanet communitas materiae (sublunaris et caelestis) secundum analogiam sino simplemente señala las posibilidades abiertas por su actualidad; por ejemplo,
tantum» (In Sent., II, d. 12, q. 1, a. 1, ad 5). decimos que es posible que Dios haga esto o aquello, sin que por eso se ponga en
156
In Phys., VIII, lt. 12, n. 1153. Él una potencia pasiva opuesta al acto.
El segundo argumento aducido contra Averroes se basa en el De caelo: «Su
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pues, la esencia es una potencia ad esse y no ad non esse, intentar fundamentar la distinción real entre el ser y la esencia.
porque no puede perderlo; o sea, se trata de un sujeto que 2. Criticó el esse ut accidens de Avicena y demostró que el
participa del ser: no lo es, lo tiene. esse substantiale está constituido por los princios internos del
Ambos pensadores han visto bien el problema. Tomás de ente.
Aquino da un carácter nuevo al esse substantiale: el ser es acto, 3. Como consecuencia de ambas consideraciones, cae por
pero necesita de una potencia real, principio de contracción y tierra el extrinsecismo y la prioridad de la esencia sobre el ser.
de composición en el orden transcendental. Pero, como esta Con esto se evita el riesgo precontenido en la posición
potencia no puede ser ad utrumque, Tomás niega que toda aviceniana: negar la distinción real entre el ser y la esencia, tal
potencia pasiva sea ad contradictoria: la esencia de las como hicieron, apoyándose en Avicena, Enrique de Gante,
substancias espirituales es potencia pasiva sólo ad esse. Ibn Duns Escoto y sus discípulos.
Rusd sigue más de cerca los principios metafísicos del 4. Averroes mostró la peculiar estructura metafísica de los
Estagirita y excluye de los entes espirituales toda potencia en el entes necesario (dejemos de lado el incongruente tratamiento de
orden substancial: cada substancia separada es una específica los cuerpos celestes): los intelectos puros carecen de materia y
forma pura, es decir, un determinado acto consistente en una de potencia ad non esse, y por tanto, poseen el ser como algo
relación precisa con el Primero. quieto, fijo y estable; son incorruptibles.
5. Por último, determinó con precisión los conceptos de acto
* * * y potencia, mostrando que el acto es perfección y que la
Si bien es cierto que la distinción real entre el ser y la potencia no sólo es la materia, sino todo lo que recibe la
esencia fue formulada al inicio mediante el recurso a Avicena, perfección. Además, defiende que toda potencia pasiva es ad
Averroes intervino de manera importante en la génesis del utrumque y que en la medida que se actualiza deja de ser
pensamiento definitivo de Tomás de Aquino. Podemos potencia para pasar a ser acto.
esquematizar este influjo en cinco puntos:
1. Ibn Rusd mostró que no es posible considerar la esencia Tomás de Aquino, asumiendo los principios de Ibn Rusd –
con independencia del ser, o sea, en el estado “neutro” y, en excepto las últimas características de la potencia–, rechazó el
consecuencia, la absoluta inutilidad del tal consideración para extrinsecismo y el hilemorfismo universal, defendió la substan-
cialidad del ser y –en contra de Averroes– estableció una
posición (de Averroes) está también en contra de la intención de Aristóteles, que en potencia substancial que no se ordena ad contradictoria. Esta
el De caelo I dice que el cuerpo celeste tiene potencia o virtud para ser siempre. No potencia le permite defender la composición real de ser y
puede, pues, Averroes obviar el inconveniente diciendo que en el cuerpo celeste no esencia en toda criatura y formular así técnicamente una radical
hay potencia a ser; eso es manifiestamente falso y contra la intención de Aristó-
teles» (In Phys., VIII, lt. 12, n. 1153). La argumentación de Tomás se apoya en una distinción entre el Ser por esencia y el ser por participación160.
interpretación forzada del texto aristotélico. Para el Estagirita, no hay potencia
pasiva substancial en los cuerpos celestes y las substancias separadas (cfr. Met., IX,
8, 1050 b 8-12; el respectivo comentario tomista puede verse en la nota anterior); la
potentia o virtus de que se habla en el De caelo es la propia actualidad de tales
substancias, que es lo que les permite ser siempre. Se trata, pues, de una posibilidad 160
Hago notar –una vez más– que no se ha pretendido en estas páginas hacer una
veritativa ligada al acto –potencia activa–, y no de una potencia real pasiva. exposición completa del pensamiento tomista, sino un estudio de las repercusiones
de Ibn Rusd en algunos puntos capitales de la metafísica del Doctor de Aquino.
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