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6 Cualidades de liderazgo que deberías aprender de Moisés

El liderazgo cristiano es el medio por excelencia que usa la iglesia para extender el reino de los cielos en la tierra e
impactar las vidas mostrando a Jesús en todo su esplendor. No hay mejor modelo de liderazgo cristiano que nuestro
Señor Jesucristo. Él nos brindó la clave principal de todo buen líder: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por
las ovejas” (Jn. 10:11). Este ejemplo de liderazgo cristiano que nos dejó Jesús se extiende más allá de las propias
palabras escritas en el versículo que mencioné líneas arriba. Pues lo que Cristo quiso decir es que un verdadero líder
cristiano se diferencia de un líder común porque trabaja en beneficio de otros antes que del suyo mismo. Además de
preocuparse por el cuidado, el alimento, la corrección, y el consuelo, se preocupa también de guiarlos hasta que se
conviertan en grandes líderes. Sin embargo en nuestros días el liderazgo cristiano ha perdido por completo la esencia del
ejemplo de Jesucristo.

Casi nadie se interesa por tener un liderazgo que impacte y modele a nuevas generaciones. En cambio lo que si sucede
es que cada vez más existen líderes cristianos con aire de monarca y cuyo fin es la grandeza de sí mismos. Es por ello que
quiero lograr un pequeño aporte al liderazgo cristiano de nuestras iglesias que tan debilitado está. Me he puesto a la
tarea de crear una serie de artículos donde hablaremos todos los temas que tengamos que abordar sobre el liderazgo
cristiano, con el fin de poder preparar una generación de líderes cristianos que sean servidores y puedan impactar a la
iglesia y al mundo. Empezamos con este primer artículo en donde conocerás 6 cualidades de liderazgo cristiano que
Moisés, el gran líder del Éxodo, puso en práctica y llevó a realizar grandes proezas de la mano de Dios.

1. El Líder Cristiano Identifica Necesidades

Una de la particularidad más prominente de un líder es su iniciativa. El líder jamás espera que se le asigne una tarea para
ponerse a trabajar pues sabe identificar las carencias a su alrededor que nadie está atendiendo. Y cuando ha descubierto
una necesidad se mueve con compasión y pasión para poder suplirla sin esperar que alguien se lo reconozca. Esta, sin
lugar a dudas, fue la característica que potenció el liderazgo de Moisés. Después de 400 años de opresión sometidos a
trabajos forzosos, abusados, y con la moral más abajo de lo que puede estar un minero, el pueblo de Israel clamaba día y
noche por un libertador. (Ex. 1:8-14)

Lo interesante de esta etapa cumbre del pueblo de Dios no fue que los ancianos de Israel fueron movidos a la acción en
respuesta al incesante clamor, sino que fue un joven hebreo criado en la comodidad del palacio de Faraón quien tomó la
iniciativa. (Ex. 2:11-15) Moisés estuvo dispuesto a dejar el confort que lo rodeaba para atender la necesidad y prestar
oído al clamor de su pueblo. ¿Crees tú que estas desarrollando esta característica en tu liderazgo? Al igual que Moisés
los líderes cristianos en la actualidad deben ser movidos a la acción por su propia motivación. Deben tener muy bien
desarrollado el sentido que les permita identificar las necesidades del pueblo de Dios y atenderlas con compasión y
pasión. Sin esperar que alguien tenga que sacar una cita y esperar una respuesta para que sus necesidades sean
atendidas.

2. El Líder Cristiano Elimina las Excusas

El líder también se confronta consigo mismo para poder descubrir la capacidad de su liderazgo y hasta donde será
posible de llegar por lograr lo que se proponga. Muchos líderes cristianos al verse cara a cara con la responsabilidad que
tienen terminan poniendo excusas a su llamado y tiran la toalla. Moisés, el gran líder del Éxodo, también experimentó
un momento lleno de excusas cuando Dios le estaba haciendo el llamado.

Se vio confrontado consigo mismo y todo lo que implicaría su liderazgo frente al rescate del pueblo de Israel de manos
del Faraón y le interpuso a Dios excusas basadas en:
Su identidad: “¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?”. (Ex. 3:11)
Su autoridad: “¿Qué hago si no me creen ni me hacen caso?”. (Ex. 4:1)
Su habilidad: “Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra”. (Ex. 4:10)
Su inseguridad: “¡Te lo ruego, Señor! Envía a cualquier otro”. (Ex. 4:13)

Al igual que Moisés tú podrías estar lleno de inseguridades que te impidan atender el llamado que Dios te está haciendo.
Inseguridades que pueden asaltarte en cualquier momento y hacerte creer inútil al llamado. Desde mi experiencia
personal puedo decir que estas inseguridades son de lo más normal en cada persona. Él no requiere que seas perfecto
en todo para poder servirle. Su poder siempre se perfección en las debilidades (2 Co. 12:9). Así que si has visto
necesidades en tu congregación, en la gente, o en tu equipo de trabajo de liderazgo, y la inseguridad interrumpe tu
deseo de accionar, confía en que Dios te respalda y te dice como a Moisés:
“Yo estaré contigo”. (Ex. 3:12)
“Dios me ha enviado”. (Ex. 3:14)
“Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir”. (Ex. 4: 11)
“Yo estaré contigo”. (Ex. 3:12)

Como vez, la Biblia también enseña la manera en que debes hacer frente a las excusas ante el llamado que Dios te está
haciendo. Si solo dejas que te rodee el miedo y las excusas jamás podrás enfrentar un liderazgo de excelencia. ¿Pero
acaso esto significa que todo lo harás sin fracasos? Claro que no.

Un líder cristiano que enfrenta y elimina las excusas no deja de ser humano. En cualquier momento de su caminar por el
liderazgo va a equivocarse y hasta tomará decisiones erradas. Pero jamás debe soltar su mano del líder por excelente
quien lo perfecciona todo. Siempre ha de estar agarrado de la gracia infinita de Dios ( 2 Co. 12:9) y mantenerse vestido
de la armadura de Dios (Ef. 6:11)

3. El Líder Cristiano se Conecta con Dios

En la parte final del punto número dos hice mención a que el líder debe mantenerse vestido de la armadura de Dios. En
otras palabras, debe tener una comunión íntima con Dios para poder asumir toda la responsabilidad que demanda el
liderazgo cristiano. Este tipo de responsabilidad no se trata de manejar un grupo de personas y creerte su amo.
Tampoco es un medio para sacar provecho y lograr que la gente te venere.

El liderazgo cristiano es una herramienta que debe ser usada para servir y ministrar el pueblo de Dios. No una
ministración hueca con el propósito de aparentar espiritualidad. Sino una forma de alentar a cada persona a encender
una pasión desmedida por Dios. ¿Y cómo lograr esto? Siendo un líder que se conecta siempre con Dios.

Moisés entendió esto y se aseguró de permanecer conectado al Señor de manera constante. De hecho fue tanta la
conexión de Dios y Moisés que Dios lo llamó su amigo (Ex. 33:17) y hablaban cara a cara (Ex. 34:34). Este contacto que
Moisés tenía con Dios le daba un gran realce a su liderazgo. Pues jamás usó su posición para poner a todos a sus pies ni
hizo uso de su autoridad para burlarse de alguien débil.

De esta misma forma cada líder debe vivir conectado de manera constante con Dios. Pues esta exposición a la presencia
del Señor mantendrá sus pies sobre la tierra y jamás permitirá que se crea amo de quienes le siguen. Además, es
necesario hacer mención que como líder cristiano no solo guías a las personas hacia una meta proyectada, sino que
también eres guía de sus almas hacia una conexión con Cristo. Es entonces tu responsabilidad en mantener una
intimidad constante con Dios y hacerte su amigo para así poder guiar por el camino correcto a quienes lideras.

4. El Líder Cristiano Hace Frente la Oposición

La oposición es algo que tienen en común los líderes. Y nadie por más excelente líder que diga ser podrá negar que en
algún momento sufrió oposición a su forma de ser, actuar, pensar, y tratar las cosas. Dentro del liderazgo cristiano
también se vive oposición. Una oposición que suele ser en ocasiones de nuestros pastores, nuestros líderes, la gente a la
que lideramos, y en ocasiones, de nuestra familia. Es mediante la oposición que el líder muestra de lo que es capaz y
cuan firme es su convicción sobre su liderazgo y todo lo que se le ha encargado. Moisés también enfrento oposición
durante su liderazgo. Él conoció lo que es chocarse con personas que te van a decir NO y personas que tratarán de
sublevarse a tu autoridad.

El libro de Éxodo narra todas las peripecias que tuvo que pasar Moisés desde el proceso de enfrentarse al rey de Egipto
hasta el viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida. Para él no fue fácil enfrentar cada obstáculo de su liderazgo.
Primero, el Faraón y su gabinete empecinados en no dejar ir al pueblo de Israel. Con cada plaga que Dios enviaba más se
endurecía el corazón del rey. (Ex. 5:1-9)

Debió haber sido muy difícil para Moisés enfrentar constantes negativas, amenazas, rechazos y burlas. Al final por la fe
Moisés salió de Egipto sin temer la ira del rey manteniéndose firme como viendo al invisible (Heb. 11:27). Y segundo,
cuando ya habían salido de Egipto el Faraón se lanzó a perseguirlos y viéndose frente al gran mar rojo el pueblo de Israel
se rebeló y empezó a reclamar el por qué los había llevado al desierto para que murieran. (Ex. 14:10-13)

La gente estaba desesperada, histérica, y llenar de temor. Más de uno seguro empezó a maldecir el momento que
dejaron Egipto y la estúpida idea de abandonarlo todo por seguir al loco de Moisés. ¿Qué hubieras hecho en su lugar?
Seguro que salir corriendo y abandonar tu liderazgo y responsabilidad con el pueblo de Dios.

Pero Moisés no se amínalo y manejó la situación sin miedo a nada. Recordó la promesa de Dios que siempre estaría con
él (Ex. 3:12) y le dijo al pueblo que ese día serían testigos del milagro más grande de la historia. De igual modo tú
enfrentarás —o ya estás enfrentando— oposición durante tu liderazgo desde varios ángulos de tu vida. Quizá se oponga
a ti la iglesia, tu pastor, tu familia, tus amistades, etc. Pero tú, como Moisés, debes mantenerte firme como viendo al
invisible y Él se encargará de usarte y manifestarse en tu llamado. No des tu brazo a torce solo porque alguien levantó
una calumnia en tu contra o porque tus amigos te abandonan por el simple hecho de hacer la obra de Dios.

¡La recompensa es grande y eterna!

5. El Líder Cristiano Delega Autoridad

Esta es una de las virtudes más sobresalientes que tiene todo gran líder y que está costando verla en los líderes
cristianos de nuestra era. En Perú, los líderes cristianos tienen un gran problema que es el cáncer de generaciones
pasadas y lo es en la actualidad: Celos y Envidia. Ningún líder quiere que haya otro mejor que él en todos los aspectos. Y
si se levanta alguien con nuevo y gran liderazgo le buscan la sinrazón con tal de que no continúe creciendo. Esto ha
llevado desde hace muchos años atrás a que no se levante una generación nueva de líderes potenciados para el servicio
de Dios.

Y que cada líder en cada iglesia se vea limitado en su crecimiento y por lo consiguiente su ministerio tenga flaquezas y
mediocridad. Este pudo haber sido el principal problema de Moisés de no haber hecho caso al sabido consejo de su
suegro Jetro.

Después de haber rescatado al pueblo de Israel de manos del Faraón Moisés enfrentó la monumental tarea de
administrar justicia y enseñar las leyes y principios de Dios a todo el pueblo. Moisés asumió la tarea por si solo y puso en
sus hombros todo el trabajo que implicaba resolver los conflictos del pueblo y ministrar los preceptos de Dios para cada
uno de ellos.

Por fortuna para él su suegro Jetro se dio cuenta que la forma de liderazgo que estaba empleando llevaría al pueblo de
Israel al caos y la desesperación. Es así que Moisés comienza la tarea más importante de todo líder: delegar autoridad
(responsabilidad). Jetro le había sugerido que eligiera a hombres para administrar justicia y de ese modo haría su carga
más liviana. El resultado se reflejó en la construcción de una grande nación que conocemos a través de la Biblia.

¿Y tú, estás delegando responsabilidad a personas para aliviar tu carga y no quedar exhausto?

Quizá piensas que ser líder es asumir todas las responsabilidades y resolver todos los conflictos que hayan de
presentarse, o piensas que liderar es no delegar a otros y guardar todo para ti solo. ¡Pero no! Ese no es un modelo de
liderazgo efectivo.

Si estás haciendo lo contrario a delegar responsabilidades a otros es necesario que hagas una pausa y analices el tipo de
liderazgo que estas empleando. Trabajar de ese modo te llevará al fracaso. Elige a personas idóneas que se unan a tu
visión en las que puedas confiar no solo tareas sino también responsabilidades y empodéralas para compartir la carga
contigo.

6. El Líder Cristiano Trasciende en Otros


Sin duda el liderazgo de Moisés traspasó todas las fronteras de lo impensable y se convirtió en un ejemplo para Israel y
para todos nosotros en la actualidad.

Pero el trabajo de este gran líder no estaría completo si es que no se hace mención a Josué, su sucesor. Él fue el gran
legado con el que contribuyó Moisés al pueblo de Israel y al continuo cumplimiento de las promesas de Dios hasta el
ingreso a tierra prometida.

Durante todo el trayecto del pueblo de Israel podemos notar a Josué siempre cercano a Moisés. Fue uno de los espías
encargados de traer información de la tierra a la que conquistarían, y en los momentos que Moisés se encontraba en
reunión con Dios el joven Josué estaba a la puerta de la tienda observando, apuntando, y absorbiendo todo lo que
podía. (Ex. 33:11)

Es imposible no asumir el hecho de que Moisés permitía la cercanía de Josué con la intensión de que pudiera trascender
su liderazgo a través de este él. Y en sus días finales Moisés puso las manos sobre Josué en señal de que él debería
continuar con el liderazgo al mismo nivel que siempre lo mantuvo el gran líder del Éxodo. (Ex.31:3-7)

En la actualidad, ¿eres un líder que busca trascender en otros? ¿Has elegido a alguien en quien depositar todo tu
experiencia de liderazgo para que lo continúe al mismo nivel (o mejor) que tú? Pues es lamentable que en la actualidad
muchos líderes jamás estén enfocados en dejar su legado de liderazgo en otros. Viven con la preocupación de esconder
todo lo que hacen con la intensión de que nadie sea igual o mejor que ellos. Al final los nuevos líderes tienen que
aprender todo por si solos abandonados en un mar lleno de vicisitudes que los convierte en líderes orgullos que
volverán a negarse a impartir todo su conocimiento a algún Josué.

Por Último
Ser un líder cristiano no es algo que solo le compete a unos pocos dentro de la congregación. Todos estamos llamados a
desarrollar un ministerio de liderazgo cristiano en nuestras vidas. Así que si de momento no estás liderando ningún
equipo de trabajo, ministerio, o proyecto en favor de la iglesia y las nuevas almas, debes empezar a buscar en que área
trabajar y buscar desarrollarte como líder cristiano.

Busca a alguien dentro de tu congregación que tenga las características de un líder cristiano piadoso capaz de enseñarte
a identificar necesidades, eliminar excusas, conectarte con Dios, hacer frente a la oposición, delegar autoridad, y
transcender en otros.

Mira siempre el mayor ejemplo de liderazgo en Jesucristo a través de la Palabra de Dios y pide en oración que Dios
moldee tu vida para ser un líder de impacto en todas las áreas y cuando seas llamado delante de tu Rey diga: “Buen
siervo fiel, pasa al gozo de tu Señor”.

Termino con las palabras de Jhon MacArthur escritas en su libro: “Se busca: Unos buenos pastores (deben saber cómo
lavar los pies)”:

  Bajo el plan que Dios ha ordenado para la iglesia, el liderazgo es una posición de servicio humilde y amoroso. El
liderazgo de la iglesia es el ministerio, no es la administración. Aquellos a quienes Dios designa como líderes no están
llamados a ser monarcas gobernantes, sino esclavos humildes; no bellas celebridades, sino siervos laboriosos. Aquellos
que conducirán al pueblo de Dios deben, por encima de todo, ejemplifican el sacrificio, la dedicación, la sumisión y la
humildad. Jesús mismo nos dio la pauta cuando se inclinó para lavar los pies a sus discípulos, una tarea que era realizada
por el menor de los esclavos (Juan 13). Si el Señor del universo haría eso, ningún líder de la iglesia tiene el derecho a
pensar de sí mismo como si fuera el más importante.

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