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Ni me fío de la otra

rosa verdadera,

hija del sol y sazón,

la prometida del viento.

De ti que nunca te hice,

de ti que nunca te hicieron,

de ti me fío, redondo

seguro azar.

21. El poeta es un fingidor (Fernando Pessoa)


El poeta es un fingidor.

Finge tan completamente

que hasta finge que es dolor

el dolor que en verdad siente,

Y, en el dolor que han leído,

a leer sus lectores vienen,

no los dos que él ha tenido,

sino sólo el que no tienen.

Y así en la vida se mete,

distrayendo a la razón,

y gira, el tren de juguete

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que se llama corazón.

22. Al oído de una muchacha (Federico García Lorca)


No quise.

No quise decirte nada.

Vi en tus ojos

dos arbolitos locos.

De brisa, de risa y de oro.

Se meneaban.

No quise.

No quise decirte nada.

23. Amo, amas… (Rubén Darío)


Amar, amar, amar, amar siempre, con todo

el ser y con la tierra y con el cielo,

con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:

amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.

Y cuando la montaña de la vida

nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,


amar la inmensidad que es de amor encendida

¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!

24. Mademoiselle Isabel (Blas de Otero)


Mademoiselle Isabel, rubia y francesa,

con un mirlo debajo de la piel,

no sé si aquél o ésta, oh mademoiselle

Isabel, canta en él o si él en ésa.

Princesa de mi infancia; tú, princesa

promesa, con dos senos de clavel;

yo, le livre, le crayon, le...le..., oh Isabel,

Isabel..., tu jardín tiembla en la mesa.

De noche, te alisabas los cabellos,

yo me dormía, meditando en ellos

y en tu cuerpo de rosa: mariposa

rosa y blanca, velada con un velo.

Volada para siempre de mi rosa

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