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EL LIBRO QUE INSPIRO “EL SECRETO”

LA CIENCIA DE HACERSE RICO


WALLACE D WALTTLES

TRADUCCION DE MARIA MERCEDES CORREA ORTIZ

PREFACIO
ESTE ES UN LIBRO PRAGMATICO, NO FILOSOFICO; UN MANUAL PRÁCTICO, NO UN
TRATADO TEORICO. ESTA DIRIGIDO A AQUELLOS HOMBRES Y MUJERES CUYA
NECESIDAD MAS ACUCIANTE ES OBTENER DINERO; A AQUELLOS QUE QUIEREN
HACERSE RICOS PRIMERO Y FILOSOFAR DESPUES; A AQUELLOS QUE, HASTA AHORA, NO
HAN TENIDO EL TIEMPO, LOS MEDIOS NI LA OPORTUNIDAD DE PROFUNDIZAR EN EL
ESTUDIO DE LA METAFISICA, PERO QUE BUSCAN RESULTADOS Y ESTAN DISPUESTOS A
ADOPTAR LAS CONCLUSIONES DE LA CIENCIA COMO BASE PARA LA ACCION, SIN
ESTUDIAR LOS PROCESOS QUE CONDUJERON DICHAS CONCLUSIONES.

ES NECESARIO QUE EL LECTOR ACEPTE CON FE LOS ASERTOS FUNDAMENTALES, DE LA


MISMA MANERA COMO ACEPTARIA SIN CUESTIONAR LAS VERDADES CONCERNIENTES
A LAS LEYES DE LA ELECTRICIDAD FORMULADAS POR MARCONI O EDISON. ACEPTAR
CON FE ESOS ASERTOS IMPLICA PONER A PRUEBA SU VERACIDAD BASANDOSE EN
ELLOS SIN TEMORES NI DUDAS. TODA PERSONA QUE SIGA ESTAS INDICACIONES SE
HARA RICA, SIN LUGAR A DUDAS, PUESTO QUE LA CIENCIA QUE AQUÍ SE APLICA ES UN
CIENCIA EXACTA Y NO HAY MANERA DE FALLAR. SIN EMBARGO, PARA SATISFACER A
AQUELLOS QUE DESEAN INDAGAR SOBRE LAS TEORIAS FILOSOFICAS Y OBTENER ASI
UNA BASE LOGICA PARA LA FE, CITARE ALGUNAS AUTORIDADES.

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LA TEORIA MONISTICA DEL UNIVERSO (AQUELLA SEGÚN LA CUAL UNO ES TODO Y
TODO ES UNO; SEGÚN LA CUAL UNA SUSTANCIA SE MANIFIESTA BAJO LA APARIENCIA
DE MUCHOS ELEMENTOS DEL MUNDO MATERIAL) ES DE ORIGEN HINDU Y HA VENIDO
ABRIENDOSE PASO EN EL MUNDO OCCIDENTAL DESDE HACE UNOS DOSCIENTOS AÑOS.
ES EL FUNDAMENTO DE TODAS LAS FILOSOFIAS ORIENTALES, Y DE LAS DE DESCARTES,
SPINOZA, LEIBNIZ, SCHOPENHAUER, HENGEL Y EMERSON. EL LECTOR QUE DESEE
ADENTRARSE EN LAS BASES FILOSOFICAS QUE DAN ORIGEN AL PRESENTE LIBRO
SACARA PROVECHO DE LA LECTURA DE HEGEL Y EMERSON.

AL ESCRIBIR ESTAS PAGINAS OPTE POR SACRIFICAR CUALQUIER OTRA CONSIDERACION


A FAVOR DE LA SENCILLEZ Y SIMPLICIDAD DEL ESTILO, DE TAL MANERA QUE TODO EL
MUNDO PUEDA COMPRENDER. EL PLAN DE ACCION QUE AQUÍ SE PROPONE SE
DEDUJO DE LAS CONLUSIONES DE LA FILOSOFIA, HA SIDO PUESTO A PRUEBA DE
MANERA EXHAUSTIVA Y HA SUPERADO LA PRUEBA SUPREMA DE LA EXPERIENCIA
PRACTICA. DICHO EN OTRAS PALABRAS, ¡FUNCIONA¡ SI EL LECTOR DESEA SABER
COMO SE LLEGO A ESTAS CONCLUSIONES, LE RECOMIENDO LEER LAS OBRAS DE LOS
AUTORES CITADOS. SI DESEA RECOGER LOS FRUTOS DE DICHAS FILOSOFIAS APLICADAS
A LA VIDA PRACTICA, LE RECOMIENDO LEER ESTE LIBRO Y SEGUIR AL PIE DE LA LETRA
LAS INSTRUCCIONES QUE EL SE DAN.

EL AUTOR

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1 - EL DERECHO A SE RICO
Digan lo que digan a modo de alabanza de la pobreza, lo cierto es que no es posible
vivir una vida realmente plena o exitosa a menos que se tenga riqueza. Nadie puede
llegar a la estatura que le es dado alcanzar (ya sea en lo que respecta al talento o al
desarrollo del alma) a menos que tenga mucho dinero: para desarrollar el alma y el
talento, es necesario que la persona disponga de muchas cosas, y le será imposible
alcanzar esas cosas si no tiene dinero para comprarlas.

El hombre desarrolla la mente, el cuerpo y el alma a través del uso de las cosas, y la
sociedad está organizada de tal manera que es necesario tener dinero a fin de poseer
bienes. Por lo tanto, el fundamento del avance de la humanidad es la ciencia de la
riqueza. Desarrollarse es el propósito que anima la vida, y todo ser viviente tiene el
derecho inalienable de alcanzar el máximo nivel de desarrollo al que puede llegar.
Tener derecho a la vida equivale para el hombre a tener el derecho libre e irrestricto de
usar todas las cosas necesarias para el desarrollo mental, espiritual y físico, dicho de
otro modo, el derecho a ser rico.

En este libro no me referiré a la riqueza de manera metafórica. Ser realmente rico no


significa contentarse con poco. Nadie debe sentirse satisfecho con poco si puede
disponer de muchas cosas y disfrutarlas. El propósito de la naturaleza es el avance y
desarrollo de la vida, y toda persona debe tener aquello que pueda contribuir al poder,
la elegancia y la riqueza de la vida. Conformarse con menos es pecaminoso.

Rico es aquel que posee todo lo que desea para vivir una vida plena. No es posible
alcanzar todo lo que se desea si no se tiene mucho dinero. La vida ha avanzado de tal
modo y se ha hecho tan compleja que ya no es posible, ni siquiera para el más simple
de los individuos, vivir a plenitud sin poseer una gran cantidad de riqueza. El ser
humano tiende naturalmente a desarrollar su potencial hasta el máximo nivel: el deseo
de concretar sus posibilidades innatas es inherente a su naturaleza; no podemos
truncar nuestro anhelo de llegar a ser todo lo que podemos ser. Alcanzar el éxito en la
vida consiste en llegar a ser aquello que deseamos. Y la única manera de lograrlo es a
través del uso libre de las cosas, que solo podemos comprar si

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Tenemos el dinero para ello. Por eso, el conocimiento más importante que se pueda
tener es el de la ciencia de la riqueza.

No hay nada malo en desear ser una persona rica. En realidad, el deseo de tener
riqueza equivale al deseo de tener una vida de plenitud y abundancia. Este deseo es
digno de elogio. No es normal la persona que no aspira a vivir con abundancia, ni es
normal la que no desea tener el dinero suficiente para comprar todo lo que quiere.
Tres incentivos nos mueven a vivir; alimentar el cuerpo, alimentar la mente y alimentar
el alma. Ninguno de estos tres aspectos es superior al otro, y los tres son igualmente
deseables. Ninguno de ellos –el cuerpo, la mente o el alma- puede alcanzar su máximo
desarrollo si les impide a los otros expresarse y vivir plenamente. No es señal de
rectitud ni de nobleza vivir solo para el alma y negar la mente o el cuerpo; del mismo
modo, es errado vivir para el intelecto y negar el cuerpo o el alma.

Todos conocemos las odiosas consecuencias de vivir para el cuerpo y negar la mente y
el alma. Hemos visto que la vida real requiere de una expresión plena de todo aquello
que el hombre `puede alcanzar a través del cuerpo, la mente y el alma. No importa lo
que diga, ninguna persona puede sentir verdadera felicidad o satisfacción si su cuerpo,
su mente y su alma no viven plenamente en cada función. Allí donde quede una
posibilidad sin expresarse o una función sin ejecutarse, habrá deseos insatisfechos. El
deseo es una posibilidad que aspira a expresarse o una función que aspira a ejecutarse.

El ser humano no puede vivir plenamente su cuerpo sin buenos alimentos, sin ropa
cómoda, sin una vivienda acogedora, sin reposo del duro trabajo. El descanso y la
recreación son necesarios para la vida física. No puede vivir a plenitud su mente si no
tiene libros y el tiempo para leerlos; si no tiene oportunidad de viajar y observar: si no
tiene compañía intelectual. Para vivir a plenitud su mente, debe tener recreación
intelectual y rodearse de toda la belleza y todos los objetos artísticos que pueda usar y
apreciar. Para vivir a plenitud su alma, necesita amor, y la expresión del amor es
limitada en la pobreza.

La mayor felicidad la proporciona la capacidad de dar y darnos a las personas que


amamos. Aquel que no tiene nada para dar está imposibilitado para ocupar el lugar que
le corresponde como cónyuge o padre, como ciudadano, como persona.

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A través del uso de los objetos materiales, el ser humano alcanza el máximo desarrollo
de su cuerpo su mente y su alma. Por tanto, resulta de suma importancia ser rico.

Es absolutamente correcto desear ser rico; un ser humano normal no puede evitarlo. Es
absolutamente correcto consagrar lo mejor de nuestra atención al estudio de la ciencia
para alcanzar la riqueza, pues como ya hemos dicho, se trata del más necesario y noble
de todos los conocimientos. Un individuo que no se dedica a este estudio descuida sus
deberes para consigo, para con Dios y para con la humanidad, pues el mayor servicio
que se puede prestar a Dios y a la humanidad es alcanzar lo mejor de uno mismo.

2 - La ciencia de la riqueza
Hay una ciencia de la riqueza: se trata de una ciencia exacta, lo mismo que el algebra o
la aritmética. Ciertas leyes rigen el proceso de adquisición de riqueza. El individuo que
las aprenda y las siga se hará rico, con la misma certeza matemática de los teoremas.

La posesión de dinero y bienes es el resultado de hacer las cosas de cierta manera.


Aquellos que hacen las cosas de cierta manera bien sea intencionalmente o por
casualidad, se enriquecen. Por el contrario, aquellos que no hacen las cosas de cierta
manera, aunque realicen grandes esfuerzos o posean muchos talentos, continúan
siendo pobres.

Las causas similares producen efectos similares, es una ley natural. Por esta razón,
cualquier hombre o mujer que aprenda a hacer las cosas de cierta manera,
invariablemente se enriquecerá. Ese aserto es demostrable mediante los hechos
siguientes.

Enriquecerse no depende del entorno. Si así fuera, todas las personas que habitan en
determinados barrios serian adineradas; todas las personas de determinada ciudad
serian ricas, en tanto que las de otra serian pobres; los naturales de un Estado gozarían
de riqueza, mientras que los del Estado vecino estarían sumidos en la pobreza. Sin
embargo, vemos por doquier personas ricas y pobres compartir el

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mismo entorno y, en ocasiones, desempeñarse en la misma área. Dos individuos que
viven en la misma localidad y trabajan en el mismo negocio obtienen resultados
diferentes; uno se enriquece mientras que el otro sigue siendo pobre; eso nos muestra
que enriquecerse no es esencialmente cuestión de entorno. Es cierto que algunos
ambientes pueden ser más favorables que otros, pero el hecho de que dos hombres
dedicados a la misma actividad y domiciliados en el mismo barrio obtengan resultados
diferentes indica que enriquecerse es el resultado de hacer las cosas de cierta manera.

La capacidad de hacer las cosas de cierta manera tampoco se debe exclusivamente a la


posesión de talento, pues mucha gente con grandes talentos sigue siendo pobre, en
tanto que personas con poco talento se enriquecen.

Al estudiar aquellos que se han enriquecido, descubrimos que son individuos promedio
en todos los aspectos, y que no tienen más talentos o habilidades de los que carecen
los otros, sino por hacer las cosas de cierta manera.

Enriquecerse no se logra ahorrando o “amarrándose el cinturón”; mucha gente austera


es pobre, en tanto que otros que no se miden en los gastos suelen volverse ricos.
Tampoco es cierto que se enriquece quien hace las cosas que otros no logran hacer;
dos individuos que se desempeñan en el mismo negocio suelen hacer casi exactamente
las mismas cosas, y uno se enriquece mientras que el otro sigue pobre o entra en
bancarrota.

A la luz de las anteriores observaciones, debemos concluir que enriquecerse es el


resultado de hacer las cosas de cierta manera.

Si enriquecerse es el resultado de hacer las cosas de cierta manera, y si causas


similares siempre producen efectos similares, entonces cualquier hombre o mujer que
pueda hacer las cosas de esa manera puede enriquecerse, y el asunto pertenece al
dominio de las ciencias exactas.

La duda que surge en este punto es si la mencionada cierta manera es tan difícil que
solo unos cuantos pueden seguirla. Tal como hemos dicho, esto no puede ser cierto,
por lo menos en lo que a las capacidades naturales se refiere. La gente con talento se
hace rica y la gente tonta se hace rica; la gente brillante desde el punto de vista

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intelectual se hace rica y la gente muy estúpida se hace rica; la gente tiene fuerza física
se hace rica y la gente débil y enfermiza se hace rica. Desde luego que se necesita
cierto grado de habilidad para pensar y comprender. Sin embargo, en lo que respecta a
las capacidades naturales, cualquier hombre o mujer que tenga las luces suficientes
para leer e intentar las presentes líneas puede enriquecerse.

Hemos visto, asimismo, que no es una cuestión de entorno. La ubicación reviste cierto
grado de importancia, no tiene mucho sentido esperar que un negocio en el corazón
del Sahara sea exitoso. Enriquecerse implica entrar en relación con otros seres
humanos y encontrarse allí donde haya gente con quien tratar. Si estas personas están
inclinadas a tratar con usted de manera como usted quiere tratar con ellas, tanto
mejor. Sin embargo, la importancia del entorno no va más allá. Si cualquier habitante
de su ciudad o su Estado puede hacerse rico, usted también puede.

De nuevo, no es cuestión de escoger determinado negocio o profesión. Las personas se


enriquecen en cualquier negocio y profesión, mientras que el vecino, dedicado a la
misma cosa, sigue siendo pobre.

Es cierto que nos va mejor si nos desempeñamos en un área que nos gusta y con la cual
tenemos afinidades. Si usted posee ciertos talentos y los ha desarrollado bien, tendrá
éxito si se desempeña en un área donde esos talentos se ponen en ejecución.

De igual manera, le irá mejor en una actividad que sea apropiada para el lugar. Una
heladería tiene más éxito en un sitio cálido que en Groenlandia, y una pesquería de
salmón tiene más éxito en el noroeste de los Estados Unidos que en la Florida, donde
no hay salmón

Aparte de estas limitaciones generales, enriquecerse no depende de dedicarse a un


negocio en particular, sino de aprender a hacer las cosas de cierta manera. Si las
personas que viven el mismo lugar y trabajan en el mismo negocio se hacen ricas
mientras usted sigue pobre, es porque no está haciendo las cosas de la misma manera
que los demás.

Nadie está imposibilitado para enriquecerse si carece de capital. Por supuesto que es
más fácil y rápida la adquisición de riqueza conforme aumenta el capital. Sin

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embargo, la persona que tiene capital ya es rica, y no necesita pensar en la manera de
lograrlo. Sin importar cuán pobre sea, usted comenzará a volverse rico en cuanto
empiece a hacer las cosas de cierta manera; comenzará a tener capital.

La obtención de capital es parte del proceso de enriquecerse. Asimismo, es parte del


resultado que invariablemente se obtiene al hacer las cosas de cierta manera. Puede
que usted sea el hombre más pobre del continente y que este fuertemente
endeudado; puede que no tenga amigos, influencias ni recursos. Sin embargo, si
comienza a hacer las cosas de esta manera, infaltablemente comenzara a enriquecerse,
pues causas similares producen efectos similares. Si no dispone de capital, puede
obtenerlo. Si está en la actividad equivocada, puede dedicarse a la actividad correcta. Si
esta en el lugar equivocado, puede irse al lugar correcto. Todo esto puede lograrlo si
comienza, en la actividad que realiza actualmente y en el lugar donde vive
actualmente, a hacer las cosas de esa cierta manera que conduce al éxito.

3- ¿ESTAN MONOPOLIZADAS LAS


OPORTUNIDADES?

Ninguna persona permanece en la pobreza porque las oportunidades para salir de ella
le hayan sido negadas o porque otros individuos hayan monopolizado la riqueza y le
hayan puesto una cerca alrededor. Quizá le resulte difícil apoderarse del control de uno
de los grandes sistemas ferroviarios, pues dicho campo esta monopolizado. Sin
embargo, el negocio de los ferrocarriles eléctricos aun se encuentra en pañales y allí es
posible hacer empresa. En pocos años, el transporte aéreo se convertirá en una gran
industria., cuyas filiales darán a cientos de miles y quizá millones de personas ¿Por qué
no dirigir su atención al desarrollo del transporte aéreo en lugar de tratar de competir
con J J HILL y otros por un chance en el negocio de los ferrocarriles a vapor?

Es cierto que si usted es operario en una siderúrgica tendrá muy pocas oportunidades
de convertirse en propietario de la planta donde trabaja. Pero también es cierto que si
comienza a actuar de cierta manera, pronto podrá dejar el

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empleo en la siderúrgica. Podrá comprar un terreno de unas cuatro hectáreas e
ingresar en el negocio de la producción de alimentos. En la actualidad hay buenas
oportunidades para los propietarios de pequeñas parcelas que las cultivan de manera
intensiva. Estos hombres, sin duda, se enriquecerán. Usted dirá que le resulta
imposible hacerse con la tierra, pero yo le demostraré que no es imposible ya que
puede conseguirla si está dispuesto a trabajar de cierta manera.

*Recuerde el lector que este libro fue publicado en 1910 (Nota del Editor)

** James J. Hill (1838-1916) fue un empresario norteamericano que amasó una gran fortuna en diversos negocios
especialmente en el negocio de los ferrocarriles.

En distintas épocas, la marea de la oportunidad va en distintas direcciones, según las


necesidades generales y la etapa de evolución social alcanzada. En la actualidad, los
Estados Unidos tienden hacia la agricultura y las industrias y profesiones relacionadas
con ella. Hoy están disponibles las oportunidades para el trabajador que opera en la
línea de una factoría. Están más disponibles para el proveedor del agricultor que para
el proveedor del obrero de factoría; para el profesional que comercia con los
agricultores que para el que lo hace con las clases trabajadoras. Hay mayor abundancia
de oportunidades para aquel que va con la corriente que para aquel que va en su
contra. Así las cosas, no es que los trabajadores de factorías, en tanto individuos o en
tanto grupo social, carezcan de oportunidades. A estos trabajadores no los están
“aplastando” sus patronos ni están “encadenados” a los trust y a los grandes
capitalistas. En tanta clase, están donde están porque no hacen las cosas de cierta
manera. Si los trabajadores de Estados Unidos decidieran hacerlo, podrían seguir el
ejemplo de sus hermanos en Bélgica y otros países, y establecer grandes almacenes por
departamentos e industrias cooperativas. Podrían elegir hombres de su propia clase
para legislar a favor del desarrollo de dichas industrias, y en unos cuantos años podrían
tomar posesión pacifica del campo industrial.

La clase trabajadora puede convertirse en clase dominante si comienza a hacer las


cosas de cierta manera; la ley de la riqueza es la misma para todo el mundo. Es
necesario que la clase trabajadora lo sepa. Mas esta clase continuará donde está si
continua haciendo las cosas de la misma manera. Sin embargo, el trabajador

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individual no está limitado por la ignorancia o la pereza mental de su grupo; puede
seguir la corriente de la oportunidad para obtener riqueza, y este libro le dirá como.
Nadie está condenado a ser pobre con el argumento de que las riquezas son escasas;
hay más que suficiente para todos. Podría construirse un palacio del tamaño del
Capitolio de Washington para cada familia de la tierra con el material de construcción
que hay en los Estados Unidos. Si los suelos se cultivaran intensivamente, este país
podría producir lana, algodón, lino y seda en cantidad suficiente para vestir a cada
persona con la elegancia del rey Salomón en toda su gloria, bastante comida para
alimentar con gran lujo a todos. Los recursos visibles son prácticamente inagotables,
los recursos invisibles son de hecho inagotables.

Cuanto se ve en la ´tierra está hecho a partir de una Sustancia Original, de la cual


proceden todas las cosas. Constantemente están apareciendo nuevas formas, en tanto
que otras viejas desaparecen; pero siempre se trata de formas adoptadas por Una
Misma Cosa.

La Esencia sin Forma o Sustancia Original tiene recursos ilimitados. El universo esta
hecho de ellos, pero no todos se utilizaron en la creación. Los espacios que se halla
dentro, a través y entre las formas del universo visible se impregnan y llenan de la
Sustancia Original, la Esencia sin Forma, la materia prima de todas las cosas. Se puede
hacer diez mil veces más, de lo que se ha hecho hasta ahora, y ni siquiera entonces se
agotarían los recursos de la materia prima universal. Por tanto, ninguna persona es
pobre porque la naturaleza lo sea o porque no haya recursos suficientes. La naturaleza
es un depósito inagotable de riquezas; los recursos jamás escasearán. La sustancia
original bulle de energía creativa y produce constantemente más formas.

Cuando se acaben los recursos de construcción, se producirán más. Cuando se agoten


los suelos, de tal manera que ya no crezcan en ellos alimentos o material para el
vestido, se renovaran los existentes o se crearán más. Cuando se hayan extraído de la
tierra todo el oro y toda la plata, si es que el hombre aun se encuentra en una etapa de
desarrollo social que precise del oro y de la plata, se producirá más a partir de la
Esencia sin Forma. Esta responde a las necesidades del hombre, y no lo dejara sin
ninguna de las cosas buenas.

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Tal verdad se aplica al hombre como colectividad, El género humano es inmensamente
rico. Si los individuos son pobres es porque no hacen las cosas cierta manera gracias a
la cual pueden enriquecerse.

La Esencia sin Forma es inteligente. Es una esencia que piensa. Esta viva y en búsqueda
constante de más vida. El impulso natural de la vida es vivir más; la inteligencia busca,
por naturaleza, expandirse; la conciencia busca rebasar sus fronteras y alcanzar una
expresión más plena. El universo de las formas fue hecho por la Sustancia Viva sin
Forma, que asumió el aspecto de la forma a fin de de expresarse de manera más
completa.

El universo es una gran Presencia Viva, que avanza siempre en dirección de la vida,
siempre hacia un funcionamiento más pleno. La naturaleza está formada para el
avance de la vida; el motivo que la impele es la proliferación de esta. Por tal razón,
todo aquello que hace avanzar la vida es proveído en abundancia. No puede haber
escasez, a menos que Dios se contradiga a sí mismo y anule su propia obra.

Usted no está condenado a la pobreza por ausencia de riquezas. Es un hecho – y más


adelante lo demostrare- que incluso los recursos del Suministro sin Forma se hallan a
disposición de todos los hombres y mujeres que actúen y piensen de cierta manera.

4 - EL PRIMER PRINCIPIO DE LA CIENCIA


DE LA RIQUEZA

El pensamiento es la única fuerza capaz de producir riquezas tangibles a partir de


Sustancia sin Forma. Aquello de lo cual están hechas todas las cosas es una sustancia
que piensa, y un pensamiento sobre la forma en esta sustancia produce la forma.

La Sustancia Original se mueve en concordancia con sus ideas. Todas las formas y
procesos de la naturaleza son la expresión visible de un pensamiento en la Sustancia
original. Cuando la Esencia sin Forma piensa en una forma, toma dicha forma; cuando
piensa en un movimiento, ejecuta dicho movimiento. Así fueron creadas

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todas las cosas. Vivimos en un mundo de pensamientos, que hace parte de un universo
de pensamiento.

La idea de un universo en movimiento se extendió en la Sustancia sin Forma; la Esencia


Pensante, moviéndose en concordancia con esa idea, tomo la forma de sistemas
planetarios, que hoy mantiene. La sustancia pensante asume la forma de su idea y se
mueve en concordancia con ella. Al adoptar la idea de un sistema circular de soles y
mundos, toma la forma de estos cuerpos, y los mueve a medida que piensa. Al pensar
en la forma de un roble de lento crecimiento, se mueve en concordancia con dicha idea
y produce el árbol, aunque se necesiten siglos para llevar a cabo el trabajo. Al crear, la
Sustancia sin Forma parece moverse en concordancia con las líneas de movimiento que
ha establecido. La idea de un roble no conduce a la formación instantánea de un árbol
adulto, sino que pone en movimiento las fuerzas que producirán el árbol, según una
línea determinada de crecimiento. Toda idea sobre la forma albergada por la Sustancia
Pensante genera la creación de la forma, pero siempre –o al menos generalmente-
según unas líneas de crecimiento y acción ya establecidas.

Si se imprime en la Sustancia sin Forma la idea de una casa construida de determinada


manera, quizá no se produzca la formación instantánea de la casa; pero si se canalizan
las energías creativas ya presentes en el entorno económico, de manera que el
resultado sea la pronta construcción de la casa. Si no hubiera canales a través de los
cuales la energía creativa pudiera trabajar, la casa se formaría directamente a partir de
Sustancia primaria, sin esperar los lentos procesos del mundo orgánico e inorgánico.

“Ninguna idea de la forma se imprime en Sustancia Original sin que el resultado sea
la creación de la forma”

El hombre es un centro de pensamiento y puede originar ideas. Todas las formas que
moldea con sus manos existieron primero como ideas: no puede darle forma a unas
cosas a menos que la haya pensado. Hasta ahora, el hombre ha consagrado sus
esfuerzos al trabajo de sus manos; ha aplicado la labor manual al mundo de las formas,
a fin de modificar aquellas que ya existen. Jamás se le ha ocurrido tratar de crear
nuevas formas imprimiendo sus ideas en la Sustancia sin Forma.

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Cuando el hombre tiene un idea-forma, toma material a partir de las formas de la
naturaleza y hace una imagen de la forma que está en su mente. Hasta ahora ha
realizado pocos, por no decir nulos, esfuerzos de cooperar con la Inteligencia sin
Forma, de “trabajar con el Padre”. El hombree adapta y modifica las formas existentes
a través del trabajo manual, pero no ha prestado suficiente atención a la posibilidad de
producir cosas a partir de la Sustancia sin Forma comunicándole a esta sus ideas. Aquí
nos proponemos demostrar que cualquier hombre o mujer puede hacerlo, e
indicaremos como.

El paso inicial consiste en formular tres proposiciones fundamentales.

En primer lugar, afirmamos que hay una Esencia Original sin Forma, o Sustancia sin
Forma, a partir de la cual están hechas todas las cosas. Todos los elementos tan
disimiles en apariencia no son más que diferents presentaciones de un elemento; las
diversas formas que se encuentran en la naturaleza orgánica e inorgánica son
simplemente figuras diferentes hechas con la misma esencia. Se trata de una Esencia
Pensante: una idea albergada en ella produce la forma de esa idea. El pensamiento, en
la Sustancia Pensante, produce formas. El hombre es un centro de pensamiento, capaz
de `producir ideas originales. Si logra comunicarles a la Sustancia Original Pensante,
podrá dar paso a la creación o formación de aquello en lo cual piensa. Para resumir:

Hay una esencia pensante a partir de la cual están hechas todas las cosas y que, en su
estado original, permea, penetra y llena los intersticios del universo. Una idea, en
esta sustancia, produce la cosa que ha sido imaginada por el pensamiento. El hombre
puede formar cosas en su pensamiento y, al imprimir su idea en la Sustancia sin
Forma, generar la creación de la cosa en la que piensa.

Quizá el lector se pregunte si puedo demostrar estas afirmaciones. Sin entrar en


detalles, respondo que si puedo, tanto mediante la lógica como mediante la
experiencia.

Si razono hacia atrás a partir del fenómeno de la forma pensamiento, llego a una
Sustancia Original Pensante; si razono hacia delante a partir de esta Sustancia
Pensante, llego a la capacidad del hombre para generar al forma de la cosa en que

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piensa. Mediante la experiencia, encuentro que el razonamiento es cierto, y la
siguiente es la prueba más contundente.

Si una persona que lee este libro se enriquece por hacer lo que aquí se indica, eso
constituye evidencia que sustenta mi aserto. Más si todo aquel que haga lo que aquí se
indica se enriquece, eso constituye una prueba irrefutable, hasta que alguien siga el
mismo proceso y falle. La teoría será cierta hasta que el proceso falle, pero no fallara,
pues todo aquel que haga lo que se expone en este libro será rico.

He dicho que las personas pueden enriquecerse si hacen las cosas de cierta manera.

La manera como un individuo hace las cosas es el resultado directo de la manera


cómo piensa sobre ellas.

Para hacer las cosas tal como queremos hacerlas es necesario adquirir la habilidad para
pensar tal como queremos pensar. Este es el primer paso para enriquecerse.

Pensar en lo que uno quiere pensar equivale a pensar en lo verdadero, sin prestar
atención a las apariencias.

Toda persona tiene la capacidad natural y la fuerza inherente para pensar en lo que
quiere pensar, pero esto requiere mucho más esfuerzo que pensar en aquello que
sugieren las apariencias. Pensar de acuerdo con las apariencias es fácil; en cambio,
pensar en lo verdadero sin prestar atención a ellas es laborioso y requiere un gasto de
energía mayor al que exige cualquier otro trabajo humano. No hay una labor ante la
cual tantos titubean como el pensamiento continuado y consecutivo; es el trabajo más
duro del mundo. Esto resulta particularmente cierto cuando lo verdadero es contrario a
las apariencias. Todas las apariencias del mundo visible tienden a producir una forma
correspondiente en la mente del observador, la única manera de evitarlo es aferrarse a
la idea de la verdad.

Mirar la apariencia de la enfermedad producirá la forma de la enfermedad en su mente


y, en último término, en su cuerpo, a menos que usted albergue el pensamiento de la
verdad, a saber, que no hay enfermedad. Tan solo es una apariencia, pues la realidad
es la salud.

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Mirar la apariencia de la pobreza producirá las formas correspondientes en su mente, a
menos que usted se aferre a la idea de que no hay pobreza; solamente hay abundancia.
Pensar en la salud cuando estamos rodeados por las apariencias de la enfermedad, o
pensar en la riqueza cuando nos hallamos en medio de las apariencias de la pobreza
requiere poder. Quien adquiere este poder se convierte en una mente maestra, puede
conquistar el destino, puede obtener lo que quiera.

La única manera de adquirir este poder es asumir un hecho básico que sustenta todas
las apariencias: que hay una Sustancia Pensante por la cual y a partir de la cual han sido
hechas todas las cosas. Luego, debemos asumir la verdad de que todo pensamiento
albergado en esta sustancia se convierte en una forma, y que el hombre está en
capacidad de imprimir sus pensamientos en ella, para hacerlos tomar forma y
convertirse en cosas visibles. Cuando comprendemos esto, nos deshacemos de
cualquier duda o temor, pues sabemos que podemos crear lo que queremos crear, que
podemos conseguir lo que queremos tener y que podemos convertirnos en lo que
queremos ser.

El primer paso para obtener riqueza es creer en los tres asertos fundamentales
formulados previamente en esta capitulo. Los repetiré a continuación, para poner
énfasis en ellos.

Hay una Esencia Pensante a partir de la cual están hechas todas las cosas y que, en su
estado original, permea, penetra y llena los intersticios del universo. Una idea, en
esta sustancia, produce la cosa que ha sido imaginada por el pensamiento. El hombre
puede formar cosas en su pensamiento y, al imprimir su idea en la Sustancia sin
Forma, generar la creación de la cosa en la que piensa.

Usted debe apartarse de cualquier concepto sobre el universo distinto del monismo. Es
necesario imbuirse en el hasta que se fije en su mente y se convierta en su
pensamiento habitual. Lea una y otra vez estos asertos, que son un credo. Grabe cada
palabra en su memoria, y medite sobre ellas hasta creer firmemente en lo que dicen. Si
aparece alguna duda, apártela como si fuera la peste. No ponga atención a los
argumentos en contra de esta idea; no vaya a iglesias o conferencias donde se enseñe
o se predique un concepto contrario. No lea revistas o libros que

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divulguen una idea diferente. Si su fe se confunde, todos sus esfuerzos serán en vano.

No pregunte por qué estas cosas son verdaderas, y tampoco especule sobre las razones
que puedan explicar que los son. Simplemente, confié en ellas. La ciencia de la riqueza
comienza por la absoluta aceptación de esta fe.

5 - LA PROPAGACION DE LA VIDA

Es imperativo deshacerse del último vestigio de la vieja creencia en una deidad cuya
voluntad sea que usted se mantenga en la pobreza, o cuyos designios se cumplan solo
si usted es pobre.

La Sustancia Inteligente que es Todo, que está en Todo y que vive en Todo, así como
vive en usted, es una Sustancia Viva Consciente. Como tal, tiene la naturaleza y el
deseo inherente de expansión de la vida que tiene toda inteligencia viva. Todo ser
vivo propugna continuamente la expansión de su vida, pues la vida, en el mero acto de
vivir, se propaga.

Una semilla que cae al suelo se da a la actividad, y en el acto de vivir produce cientos
de semillas nuevas. La vida, en su transcurrir, se multiplica a sí misma. Siempre está en
proceso de ser más. Debe hacerlo si quiere seguir siendo.

La inteligencia tiene la misma necesidad de expansión constante. Por cada


pensamiento que pensamos, es necesario que pensemos otro; la conciencia se
expande de continuo. Cada hecho que aprendemos nos lleva a aprender uno nuevo; el
conocimiento aumenta de continuo. Cada talento que cultivamos lleva a la mente a
desear cultivar uno nuevo.

Estamos sujetos al impulso de la vida que busca expresión y que nos lleva a saber más,
a hacer más, a ser más. Para saber más, hacer más y ser mas, necesitamos tener más.
Debemos disponer de cosas, pues solo mediante el uso de ellas podemos aprender,
hacer y ser. Debemos ser ricos para vivir más.

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El deseo de riqueza significa, simplemente, que la vida en expansión busca abrirse
paso. Todo deseo es el esfuerzo que hace una posibilidad no expresada por pasar a la
acción. El deseo es causado por el poder que busca manifestarse. Aquello que nos hace
desear tener más dinero lo mismo que hace crecer a las plantas; la vida en busca de
una expresión más plena.

La Sustancia Viva única está sujeta a esta ley inherente a la vida; esta permeada por el
deseo de vivir más y por eso tiene la necesidad de crear cosas. La sustancia Viva Única
desee vivir más en usted; por ende, quiere que usted tenga todas las cosas que puede
usar. El deseo de Dios es que usted sea rico. Así El podrá expresarse mejor a través de
usted, pues usted dispondrá de abundantes cosas para darle expresión. Dios puede
vivir más en quien cuenta con dominio ilimitado de los medios de vida. El Universo
desea que usted tenga todo lo que desea tener. La naturaleza está a favor de sus
planes. Todo se encuentra naturalmente dispuesto para usted. Convénzase de que esto
es verdad. Es fundamental, sin embargo, que su propósito este en armonía con el
propósito del Todo.

Se debe aspirar a la vida real, no al mero placer o a la gratificación sensual. La vida es el


desempeño de unas funciones; el individuo solo vive realmente cuando desempeña
cada una de las funciones –física, mental y espiritual- para las que está capacitado, sin
excederse en ninguna. Usted no querrá enriquecerse para vivir de manera canallesca,
ni para gratificar deseos animales. Eso no es la vida. Con todo, el desempeño de cada
función física hace parte de la vida, y no es posible vivir a plenitud sin permitir que los
impulsos del cuerpo tengan una expresión sana y normal.

Usted no querrá enriquecerse exclusivamente para disfrutar de los placeres mentales,


para adquirir conocimiento, para satisfacer la ambición, para opacar a los demás o para
ser famoso. Todo esto hace parte legítima de la vida, pero el hombre que vive nada
más para los placeres del intelecto tendrá una vida parcial y nunca se sentirá
satisfecho.

Usted no querrá enriquecerse exclusivamente para el bien de los demás, no querrá


perderse a sí mismo para salvar a la humanidad., para experimentar la dicha de la

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filantropía y el sacrificio. Las alegrías del alma son tan solo una parte de la vida, y no
son mejores ni más nobles que las demás.

Usted querrá enriquecerse a fin de poder comer, beber y estar feliz cuando sea el
momento de hacerlo; a fin de poder rodearse de las cosas bellas, visitar tierras lejanas,
alimentar la mente y desarrollar el intelecto; a fin de poder amar a otras personas,
ejecutar actos bondadosos y desempeñar una parte importante en el propósito de
ayudar al mundo a encontrar la verdad. Recuerde, empero, que el altruismo extremo
no es mejor ni más noble que el egoísmo extremo. Ambos son errores.

Abandone la idea de que Dios quiere que usted se sacrifique por los demás, y de que
obtendrá sus favores si lo hace. Dios no busca nada de eso. Lo que El quiere es que
usted de lo mejor de sí mismo, para su propio bien y el de los otros. La mejor manera
en que podemos ayudar a los demás es dar lo mejor de nosotros mismos.

La única manera de dar lo mejor de uno mismo es enriquecerse. Por tanto, resulta
correcto y digno de alabanza dedicar los mejores y primeros pensamientos a la labor de
adquirir riqueza.

Recuerde, eso sí, que el deseo de la Sustancia se aplica a todos, y que sus movimientos
tienden a una expansión de la vida para todos; no se la puede hacer funcionar para le
proporciones menos vida a nadie, pues se halla por igual en todo el mundo, en busca
de riquezas y vida.

La Sustancia Inteligente hará cosas por usted, pero no le quitara las cosas a nadie para
dárselas a usted. Es imperativo deshacerse del concepto de competencia. El objetivo de
crear, no competir por lo que ya ha sido creado. No es necesario quitarle nada a nadie.
No es necesario adelantar negociaciones engañosas. No es necesario hacer trampa ni
aprovecharse de nadie. No es necesario poner a trabajar a otros y pagarles menos de lo
que les corresponde. No es necesario codiciar la propiedad de los demás ni mirarla con
envidia. Ningún individuo posee nada que usted no pueda poseer sin tener que
quitárselo.

Usted está hecho para crear, no para competir; conseguirá lo que quiera, pero de tal
forma que cuando lo consigan otras personas tengan más de lo que tienen ahora.

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Se perfectamente que ciertos individuos han obtenido grandes cantidades de dinero
procediendo de manera contraria a los asertos de los párrafos anteriores; por tanto,
me gustaría hacer algunas aclaraciones. Los hombres que han amasado fortunas
faraónicas, muchas veces lo han hecho simplemente mediante su extraordinaria
capacidad en el plano de la competencia; en ocasiones, han entrado
inconscientemente en relación con la Sustancia en sus grandes propósitos y
movimientos encaminados al mejoramiento general de la especie a través de la
evolución industrial. Rockefeller, Carnegie, Morgan y otros como ellos han sido agentes
inconscientes del Supremo en el necesario trabajo de sistematización y organización de
la industria productiva. Al fin de cuentas, su obra contribuirá inmensamente a la
propagación de la vida para todos. Los días de estos millonarios están prácticamente
contados: han organizado la producción, y pronto serán sucedidos por los agentes de la
multitud, que organizaran la maquinaria de la distribución.

Los multimillonarios son como los monstruosos reptiles de la prehistoria; desempeñan


un papel necesario en el proceso evolutivo, pero el mismo poder que los produjo los
hará desaparecer. También es importante tener presente que estos personajes nunca
han sido realmente ricos: un registro de sus vidas privadas muestra que, a la hora de la
verdad, han sido los más abyectos y miserables de todos los pobres.

Las riquezas adquiridas en el plano competitivo jamás son satisfactorias ni


permanentes: son suyas hoy y de otro mañana. Recuerde: para enriquecerse de
manera científica y segura, debe ir más allá del pensamiento competitivo. Jamás debe
pensar que los recursos son limitados. En el momento en que usted comienza a pensar
que el dinero está siendo acaparado y controlado por los banqueros y otros, y que
deben hacerse esfuerzos ingentes para aprobar leyes que detengan este proceso, caerá
en una mentalidad competitiva y su poder para crear se esfumara. Lo peor es que muy
probablemente se detendrá cualquier movimiento creativo que usted ya haya puesto
en marcha.

Usted debe saber que hay una inmensa cantidad de oro, por valor de millones de
dólares, en las montañas de la tierra, que aun no ha sido sacado a la luz; y que si se

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acabase, otro se crearía a partir de la Sustancia Pensante para cubrir sus necesidades.
Debe saber que el dinero que necesitan vendrá, aun si para ello es preciso que cien
hombres descubran nuevas minas de oro el día de mañana.

Jamás se fije en los recursos visibles. Mire siempre las riquezas ilimitadas en la
Sustancia sin Forma, sabiendo que se dirigen hacia usted a la misma velocidad a la que
usted puede recibirlas y usarlas. Nadie puede, acaparando los recursos visibles,
impedirle obtener lo que es suyo.

Así pues, jamás se permita pensar que los mejores lugares de construcción serán
ocupados antes de que usted esté listo para construir su casa, a menos que se
apresure. Jamás se preocupe por los trust y los grupos industriales, ni se angustie
pensando que dentro de poco se adueñaran de toda la Tierra. Nunca tema perder lo
que quiere por que otra persona va a llegar primero. Eso no puede ocurrir. Lo que
usted busca no lo posee nadie más; usted va a crear lo que quiere a partir de la
Sustancia sin Forma, y los recursos no tienen límite. Cíñase a los asertos que hemos
formulado:

Hay una Esencia Pensante a partir de la cual están hechas todas las cosas y que, en
su estado original, permea, penetra y llena los intersticios del universo. Una idea, en
esta Sustancia, produce la cosa que ha sido imaginada por el pensamiento. El hombre
puede formar cosas en sus pensamientos y, al imprimir su idea en la Sustancia sin
Forma, generar la creación de la cosa en la que piensa.

6 - COMO NOS LLEGAN LAS RIQUEZAS


Cuando digo que no es necesario adelantar negociaciones engañosas no quiero decir
que haya que abstenerse de negociar en absoluto, o que sea posible eximirse de hacer
tratos con los demás. Lo que quiero decir es que las negociaciones deben ser justas. No
es necesario aspirar a obtener algo sin dar nada a cambio. Usted puede dar a cada
persona más de lo que toma de ella. Quizá no pueda darle a todo

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el mundo más de lo que usted recibe en términos de dinero, es decir, de valor de


compra, pero si en términos de valor de uso. Probablemente el papel, la tinta y demás
material de este libro no valgan el dinero que usted pago por él. Sin embargo, si las
ideas de aquí, le reportan mucho dinero, el vendedor no habrá sido injusto, sino que le
habrá dado un gran valor de uso por un pequeño valor de compra.

Supongamos que yo poseo un lienzo de un gran artista. En una comunidad civilizada


vale miles de dólares. Digamos que me lo llevo a la bahía de Baffin y, con labia de
vendedor, induzco a un esquimal a darme por él una gran cantidad de pieles avaluadas
en mucho dinero. En realidad, he sido injusto, pues el no puede darle ningún uso al
cuadro. No tiene ningún valor de uso. No hará que haya más abundancia en su vida.
Ahora supongamos que le doy un rifle a cambio de las pieles. El esquimal habrá hecho
un buen negocio, pues usara el rifle para obtener más pieles y comida. Habrá más
abundancia en su vida, es decir, se hará rico.

Cuando usted supera el plano competitivo y pasa al creativo, puede hacer un análisis
muy estricto de sus transacciones comerciales. Si está vendiendo algo que no crea
abundancia en la vida del otro y que vale menos de lo que le han dado a cambio, puede
permitirse cesar esa actividad comercial. Usted no tiene que sacar partido de nadie al
hacer negocios. Si se ha dedicado a una actividad en la que saca partido de la gente,
abandónela de inmediato. Dele a cada persona más valor de uso del que usted recibe
como valor de compra; así estará creando abundancia en el mundo mediante cada
transacción comercial. Si tiene personas trabajando para usted, deberá recibir de ellas
más en valor de compra de lo que les paga en salarios, pero puede organizar su
negocio de tal manera que se rija por el principio del progreso y que cada empleado
que lo desee pueda avanzar un poco cada día. Usted puede lograr que su negocio haga
por sus empleados lo que este libro hace por usted. Puede dirigirlo de tal manera que
funcione como una especie de escalera por la cual ascienda el empleado que desee
hacer ese esfuerzo para conseguir riqueza. Si usted les da la oportunidad y no la
aprovechan, la culpa será de ellos, no suya.

Finalmente, si bien es cierto que usted genera la creación de sus riquezas a partir de la
Sustancia sin Forma que permea todo su entorno, de allí no se desprende que

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dichas riquezas tomaran forma ante sus ojos y se materializaran de la nada. Si, por
ejemplo, usted quiere una máquina de coser, no le sugeriré que imprima esa idea en la
Sustancia Pensante hasta que la maquina aparezca de buenas a primera en la
habitación donde usted se encuentra o en cualquier otro lugar. Lo que digo es que si
quiere una máquina de coser, debe aferrarse a la imagen mental de ella con la certeza
total de que está siendo fabricada o viene en camino hacia usted. Una vez haya
concebido la idea, tenga una fe incuestionable y absoluta en que la máquina de coser le
llegara. Hable sobre ella o piense en ella con la certeza de que vendrá a usted, asuma
desde ya que es suya. Le llegara gracias al poder de la inteligencia Suprema que actúa
sobre la mente de los hombres.

Si usted vive en Maine, es posible que llegue un hombre de Texas o de Japón a realizar
una transacción cuyo resultado será que usted obtenga lo que quiere. El asunto será
tan ventajoso para ese hombre como para usted.

No olvide ni por un instante que la Sustancia Pensante esta con todo, dentro de todo,
comunicándose con todo, y que puede influir sobre todo. El deseo de la Sustancia
Pensante por una vida más plena y mejor fue la causa de la creación de todas las
maquinas de coser que existen, y puede causar la creación de muchos millones más; así
lo hará, cuando el hombre ponga en movimiento por el deseo y la fe, actuando de
cierta manera Con toda certeza, usted podrá tener una máquina de coser en su casa;
con la misma certeza conseguirá cualquier otra cosa que desee y que quiera usar para
el avance de su propia vida y la de los demás. No dude en pedir bastante, pues “es el
placer de vuestro Padre daros el reino”, tal como Jesús. La Sustancia Original quiere
que viva todo aquello que posible en usted, y quiere que tenga todo lo que pueda y
desee usar para vivir en plena abundancia. Si usted fija en su conciencia el hecho de
que su deseo de poseer riqueza es el mismo deseo de la Omnipotencia de tener una
expresión más completa, su fe se hará invencible.

En cierta ocasión vi a un chico sentado frente a un piano, tratando en vano de producir


armonías con las teclas. Veía en su cara la frustración y tristeza de no poder tocar
música de verdad. Le pregunte la causa de su irritación y me respondió; “Puedo sentir
la música en mí, pero no puedo lograr que mis manos lo hagan bien”.

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La música en él era el impulso de la Sustancia Original, que contiene todas las


posibilidades de todas las vidas. La música buscaba su expresión a través del niño. Dios,
la Sustancia Unica, busca vivir, actuar y disfrutar de las cosas a través de la humanidad.
Dice “Quiero manos para construir maravillosas estructuras, para tocar armonías
celestiales, para pintar cuadros gloriosos; quiero pies para hacer mis recados, ojos para
ver mis bellezas, lenguas para decir poderosas verdades y cantar canciones
maravillosas”, y así con todo lo demás.

Todas las posibilidades buscan expresión a través del hombre. Dios quiere que todo
aquel que pueda tocar música tenga un piano o cualquier otro instrumento, así como
los medios para cultivar sus talentos al máximo. Quiere que aquellos que pueden
apreciar la belleza se rodeen de cosas hermosas. Quiere que aquellos que son capaces
de discernir la verdad tengan la oportunidad de viajar y observar. Quiere que aquellos
que aprecian el buen vestir tengan ropas hermosas, y que aquellos que aprecian la
buena mesa coman espléndidamente. Quiere todas estas cosas porque es El mismo
quien las disfruta y las aprecia. Es Dios quien quiere tocar, cantar, disfrutr de la belleza,
proclamar la verdad, vestir ropas finas, comer buena comida. “ES Dios que trabaja en ti
para desear y hacer”, dijo Pablo. Su deseo de tener riquezas es el Infinito que busca
expresarse en usted, así como buscaba expresarse a través del niño sentado frente al
piano. No dude entonces en pedir en abundancia. Su trabajo consiste en focalizar el
deseo y expresar a Dios. Para la mayoría de las personas, este es un punto difícil.
Siguen, en parte, aferradas a la vieja percepción de que la pobreza y el sacrificio son
agradables a Dios. Consideran la pobreza como una parte del plan, una necesidad de la
naturaleza. Tienen la idea de que Dios termino su trabajo e hizo todas las cosas que
puede hacer, y de que la mayoría de los hombres deben permanecer pobres porque no
hay suficiente. Están tan convencidos de este pensamiento errado que sienten
vergüenza de pedir riqueza; tratan de no desear más que unos medios modestos, que
les basten apenas para estar relativamente cómodos.

Recuerdo el caso de un estudiante a quien se le pidió hacerse una clara imagen mental
de las cosas que deseaba, de manera que el pensamiento creativo de ellas imprimiera
en la Sustancia sin Forma. Era un hombre muy pobre, que vivía en una casa alquilada y
solo tenía lo que ganaba cada día. No podía entender el hecho de

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que la riqueza era toda suya. Así pues, tras pensarlo, decidió que era razonable pedir
una nueva alfombra para la mejor habitación y una estufa de carbón para calentar la
casa durante el invierno. Siguiendo las instrucciones de este libro, obtuvo tales cosas al
cabo de algunos meses. Entonces comprendió que no había pedido lo suficiente. Fue a
su casa y elaboro un plan de todas las mejoras que quería hacer; mentalmente añadió
una ventana voladiza por aquí y una habitación por allá, hasta que su casa ideal quedo
completa en su mente. Luego pensó en los muebles. Con esa imagen en la mente,
comenzó a vivir de cierta manera, avanzando en la dirección de lo que quería. Ahora es
el propietario de la casa, y la está reconstruyendo a partir de la forma de su imagen
mental. Con una fe mucho mayor, va en camino de obtener cosas más grandes. Se le ha
dado de acuerdo con su fe, así como se le dará a usted y se nos dará a todos.

7 – LA GRATITUD
Los ejemplos del capítulo anterior habrán servido para ilustrar al lector sobre el hecho
de que el primer paso para enriquecerse es comunicar la idea de sus deseos a la
Sustancia sin Forma. Esto es verdad, y verá que para que así suceda es necesario que
usted se relacione de manera armónica con la Inteligencia sin Forma.

Resulta de vital importancia asegurar esta relación armónica. Por tanto, procederé a
tratar dicho asunto a continuación, y le daré unas instrucciones que, seguidas al pie de
la letra, lo llevarán a una unión perfecta con la mente de Dios.

El proceso de adecuación mental y reparación puede resumirse en una palabra:


gratitud. En primer lugar, creer que hay una Sustancia Inteligente de la cual proceden
todas las cosas. En segundo lugar, creer que esa Sustancia nos da todo lo que
deseamos. En tercer lugar, relacionarse con esa Sustancia mediante un profundo
sentimiento de gratitud.

Mucha gente que ordena su vida correctamente en todos los demás aspectos se
mantiene en la pobreza debido a la falta de gratitud. _Tras recibir un regalo de Dios,
corta –por su falta de reconocimiento- los lazos que la conectan con El.

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Es fácil comprender que cuanto más cerca vivimos de la fuente de riqueza, mas riqueza
recibiremos, también es fácil comprender que el alma agradecida vive más cerca de
Dios que aquella que jamás se vuelve a El con reconocimiento y gratitud. Si fijamos con
gratitud nuestra mente en el Supremo cuando nos llegan cosas buenas, recibiremos
más de esas cosas y nos llegarán cada vez más pronto. La razón es sencilla la actitud
mental de la gratitud lleva a la mente a un contacto más cercano con la fuente de la
cual proceden las bendiciones.

Si para usted resulta nuevo el concepto de que la gratitud nos lleva a una armonía más
cercana con las energías creativas del universo, medítelo bien y verá que es verdad. Las
cosas buenas que ya posee le han llegado por obedecer ciertas leyes. La gratitud
conducirá su mente por los caminos por donde llegan las cosas, lo mantendrá en
estrecha armonía con el pensamiento creativo y evitará que caiga en el pensamiento
competitivo. Solamente la gratitud lo mantendrá orientado hacia el Todo y no lo dejará
caer en el error de pensar que los recursos son limitados, lo que resultaría fatal para su
esperanza.

Existe una Ley de Gratitud, y es absolutamente necesario que usted la cumpla si quiere
obtener los resultados que busca. La Ley de la Gratitud es el principio natural según la
cual la acción y la reacción siempre son iguales y van en direcciones opuestas. El gesto
agradecido de su mente en alabanza del Supremo es una liberación o una emanación
de fuerza, que no puede menos que llegar a su destinatario. La reacción es un
movimiento instantáneo hacia usted. “Acércate a Dios y El se acercará a ti” Este aserto
revela una profunda verdad psicológica.

Si su gratitud es fuerte y constante, la reacción en la Sustancia sin Forma será fuerte y


continua; el movimiento de las cosas que usted desea irá permanentemente hacia
usted. Observe la actitud agradecida de Jesús, que siempre parecía estar diciendo: “Te
agradezco, Padre, porque me has oído” Usted no puede ejercer mucho poder sin
gratitud, pues la gratitud lo mantiene conectado con el Poder.

Sin embargo, el valor de la gratitud no consiste únicamente en proporcionarle más


bendiciones en el futuro. Sin gratitud, pronto se sentiría insatisfecho de las cosas tal
como son. En el momento en que usted permita que su mente se sumerja en la

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insatisfacción de las cosas tal como son, comenzará a perder terreno. Fijará su atención
en lo ordinario, lo pobre, lo degradado y lo mezquino, y su mente adoptará la forma de
estas cosas. Por tanto, transmitirá estas formas o imágenes mentales a la Sustancia sin
Forma, y lo pobre, lo ordinario, lo degradado y lo mezquino llegarán a usted.

Permitir que su mente se sumerja en lo inferior equivale a llegar a ser inferior y a


rodearse de cosas inferiores. Por el contrario, fijar su atención en lo mejor equivale a
rodearse de lo mejor y llegar a ser lo mejor. El poder creativo que hay en nosotros nos
hace semejantes a aquello a lo que dedicamos nuestra atención. Somos sustancia
Pensante, y la Sustancia Pensante siempre toma la forma de aquello en lo que piensa.
Una mente agradecida se fija constantemente en lo mejor; por tanto, tiende a ser lo
mejor, adopta la forma o el carácter de lo mejor y recibe lo mejor.

Asimismo, la fe nace de la gratitud. La mente agradecida espera continuamente buenas


cosas, y esa espera se convierte en fe. La reacción de la gratitud en nuestra mente
produce fe, y toda acción de gracias aumenta la fe. La persona que no experimente
sentimientos de gratitud no puede retener por mucho tiempo una fe viva, y sin ella no
es posible enriquecerse a través del método creativo, tal como veremos en los
próximos capitulos. Resulta necesario, entonces que usted cultive el habito de la
gratitud por cada una de las cosas buenas que le llegan, y que agradezca
continuamente. Y como todas las cosas han contribuido a su desarrollo, su
agradecimiento debe incluir todas las cosas.

No pierda tiempo pensando o hablando sobre los defectos o las acciones erradas de los
plutócratas o los magnates de los trust. Su organización del mundo ha creado
oportunidades para usted; todo lo que obtiene en realidad le llega por causa de ellos.
No se enfurezca con lo políticos corruptos. Si no fuese por los políticos, caeríamos en la
anarquía y sus oportunidades se reducirían drásticamente.

Dios ha trabajado larga y pacientemente para traernos al punto donde estamos en


materia de industria y gobierno, y continúa con su trabajo. No hay la menor duda de
que abolirá a los plutócratas, los magnates de los trust, los jefes de industria y los
políticos tan pronto como sea posible prescindir de ellos. Mientras tanto, cumplen una
buena función. Recuerde que están contribuyendo a disponer las líneas de

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transmisión a través de las cuales las riquezas llegaran a usted, y sea agradecido con
todos ellos. Esto le permitirá tener relaciones armoniosas con lo bueno que hay en
todo, y lo bueno que hay en todo se dirigirá hacia usted.

8 - PENSAR DE ESA CIERTA MANERA


Regrese al capítulo 6 y lea nuevamente el relato sobre el hombre que se formo una
imagen de su casa; se dará una idea exacta de cuál es el paso inicial para enriquecerse.

Usted debe tener una imagen mental definida de lo que quiere: no podrá transmitir
una idea a menos que esta sea clara para usted. Es preciso que le tenga clara para
poder transmitirla. Mucha gente falla en su propósito de efectuar una impresión en la
Sustancia Pensante porque tiene apenas un concepto vago de las cosas que quiere
hacer, tener o ser.

No basta que usted tenga un deseo general de riqueza “para vivir bien”, pues todo el
mundo tiene ese deseo. No basta que tenga el deseo de viajar, ver cosas, vivir más,
pues esos deseos están presentes en todas las personas.

Si usted quiere enviar un mensaje a un amigo, no le envía las letras del alfabeto para
que el mismo construya el mensaje; tampoco escoge palabras al azar en el diccionario,
sino que envía una frase coherente que tenga significado. Cuando se disponga a
imprimir sus deseos en la Sustancia sin Forma, recuerde que debe hacerlo mediante
una frase coherente. Tiene que ser claro y definido en lo que quiere. No podrá
enriquecerse ni poner en marcha el poder creativo si envía aspiraciones sin contornos o
deseos vagos.

Revise sus deseos, tal como el hombre del relato revisó a su casa. Mire lo que quiere y
fórmese una clara imagen mental de cómo serán las cosas cuando las obtenga. Debe
tener esa clara imagen siempre en su mente, así como el marinero tiene en mente el
puerto al que dirige durante toda la travesía. Usted debe apuntar

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constantemente hacia ese objetivo. No debe perderlo de vista, así como el timonel no
pierde de vista la brújula.

No es necesario practicar ejercicios de concentración ni reservar un tiempo especial


para hacer oraciones o afirmaciones. Tampoco es necesario entrar en estados de
silencio ni practicar ningún tipo de ocultismo. Esas cosas están bien, pero lo único que
usted necesita es saber lo que quiere, y quererlo con una intensidad tal que
permanezca en su pensamiento.

Usted puede pasar todo el tiempo libre que quiera contemplando su cuadro, pero sepa
que nadie necesita ejercicios para que su mente se concentre en aquello que en
realidad desea. En cambio, si se precisa esfuerzo para concentrarse en las cosas que a
uno le interesan.

A menos que usted en verdad quiera enriquecerse, de tal manera que el deseo sea lo
suficientemente fuerte como para que sus pensamientos se mantengan siempre
apuntando hacia el objetivo, del mismo modo como la aguja de la brújula apunta
siempre al polo magnético, no valdrá la pena que siga las instrucciones que se dan en
este libro. Los métodos que aquí se exponen están dirigidos a aquellas personas cuyo
deseo de enriquecerse es lo bastante fuerte para superar la pereza mental y el gusto
por lo fácil, para hacerlas trabajar. Cuanto más clara y definida sea la imagen y cuanto
más se sumerja usted en ella, evocando todos sus gratos detalles, tanto más fuerte
será su deseo. Si su deseo se hace más fuerte, será más fácil que su mente se
mantenga fija en la imagen de lo que usted quiere.

Sin embargo, se necesita algo más que ver la imagen claramente. Si eso es todo lo que
usted hace, simplemente será un soñador, con poco o ningún poder para lograr lo que
desea. Detrás de una clara visión debe existir la determinación de materializarla, de
darle expresión tangible. A su vez, detrás de esa determinación debe haber una fe
firme e invencible en que la cosa deseada ya es suya; en que está al alcance de su
mano y a usted solo le falta tomar posesión de ella. Viva en la nueva casa
mentalmente, hasta que ella tome forma física en torno a usted. En el ámbito mental,
entre de inmediato en el goce pleno de las cosas que quiere.

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“Pidas lo que pidas en tus oraciones, cree que lo recibirás y así será”, dijo Jesús.
Imagine las cosas que desea como si ya dispusiera de ellas todo el tiempo; véase como
su propietario y usuario. Disponga de ellas en su imaginación tal como lo hará cuando
sean sus posesiones tangibles. Sumérjase en esa imagen mental hasta que sea clara y
distinta, y luego adopte la actitud mental de posesión ante todas las cosas que haya en
esa imagen. Tome posesión de ellas en su mente, con la fe total de que ya le
pertenecen. Aférrese a esta posesión mental. No vacile ni un instante en la convicción
de que es real.

Recuerde lo que se dijo en un capitulo anterior sobre la gratitud. Siéntase tan


agradecido al imaginar la posesión de las cosas como se sentirá cuando dicha posesión
haya tomado forma real. La persona que puede agradecer sinceramente a Dios por las
cosas que hasta ahora solo posee en la imaginación tiene una fe verdadera. Esta
persona se enriquecerá; causa la creación de cualquier cosa que desee.

Usted no tiene que orar repetidamente para pedir las cosas que quiere; no es necesario
hablarle a Dios al respecto todos los días. “No repitan en vano como hacen los paganos
–dijo Jesús a sus discípulos-, pues su Padre conoce su necesidad de estas cosas antes
que ustedes la manifiesten”. Su trabajo consiste en formular de manera inteligente su
deseo de aquellas cosas que permiten le a expansión de la vida, ordenar esos deseos
en un todo coherente y luego hacer una impresión de ese Deseo Total en la Sustancia
sin Forma, que tiene el poder y la voluntad para darle a usted lo que quiere.

La manera de efectuar esta impresión no consiste en repetir una retahíla de palabras,


sino en aferrarse a la visión con la determinación imbatible de alcanzarla y con fe
inquebrantable en que va a alcanzarla.

La respuesta a su oración no es proporcional a la fe que usted manifiesta al hablar, sino


a la que manifiesta al trabajar.

No puede efectuar una impresión en la mente de Dios si reserva un día para decirle lo
que quiere y se olvida de Él, el resto de la semana. No puede efectuar una impresión si
aparta unas horas para encerrarse a rezar y se desentiende del asunto hasta que vuelva
a llegar el momento de la oración.

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Las plegarias están bien y tienen efecto, especialmente sobre usted mismo, pues
clarifican su visión y refuerzan su fe. Sin embargo, las peticiones orales no lo harán
obtener lo que quiere. Para enriquecerse no necesita una hora especial de oración; lo
que necesita es orar sin cesar. Cuando digo “orar” me refiero a aferrarse a su visión,
con la determinación de hacer que se materialice y la fe en que lo va a lograr. “Cree
que lo recibirás y así será”

Cuando usted haya formado claramente la imagen de lo que quiere, debe entrar en
una actitud receptiva. En ese momento está bien hacer una afirmación oral, dirigida al
Supremo, en actitud reverente. A partir de entonces debe recibir en su mente lo que ha
pedido. Viva en la casa nueva; usa la ropa fina; transpórtese en el automóvil; vaya de
viaje y planifique con toda la confianza otros viajes mejores. Piense y hable sobre las
cosas que ha pedido en términos de propiedad presente y real. Imagine un entorno y
una situación financiera como los desea, y viva todo el tiempo en ese entorno y esa
condición financiera imaginarios. Sin embargo, tenga cuidado de no hacerlo
simplemente como un soñador, como quien construye castillos en el aire. Aférrese a la
determinación de realizarlo. Recuerde que la diferencia entre el científico y el soñador
está en la fe y la determinación en el uso de la imaginación. Cuando haya aprendido
este hecho, podrá empezar a aprender el uso correcto de la voluntad.

9 COMO USAR LA VOLUNTAD


Para enriquecerse de una manera científica, usted no ha de tratar de ejercer la fuerza
de su voluntad más que sobre usted mismo. En todo caso, no le asiste ningún derecho
de hacerlo de otro modo. Esta mal pretender ejercer su voluntad sobre otros hombres
o mujeres a fin de llevarlos a hacer lo que usted desea. Es tan malo coaccionar a la
gente mediante el poder mental como lo es hacerlo mediante el poder físico. Si obligar
a una persona a hacer algo mediante la fuerza física la reduce a la esclavitud, obligarla
por medios mentales es exactamente igual; la única diferencia está en el método. Si
quitar algo usando la fuerza es un robo, quitarlo a través de la fuerza mental también lo
es; el principio es el mismo.

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No tiene derecho a ejercer su voluntad sobre otra persona, ni siquiera si es “por su
propio bien”, pues usted no sabe que está bien para ella. La ciencia de la riqueza no
requiere que aplique su fuerza o poder sobre otros de ninguna manera. No hay la
menor necesidad de hacerlo. De hecho, cualquier intento por imponer su voluntad a
los demás será contrario a sus propósitos.

No es necesario que usted imponga su voluntad sobre las cosas para lograr que venga a
usted. Eso equivaldría, simplemente, a tratar de coaccionar a Dios. Sería tonto e inútil,
además de irreverente. No tiene que obligar a Dios a que le dé cosas, así como no debe
usar su voluntad para que el sol salga por las mañanas. No debe imponer su voluntad
para conquistar alguna deidad esquiva, ni para lograr que fuerzas rebeldes o testarudas
se plieguen a sus exigencias. La Sustancia le es favorable, y tiene más ganas de darle lo
que usted quiere de las que usted tiene de recibirlo.

Para enriquecerse, solo tiene que ejercer su voluntad sobre usted mismo. Una vez sepa
que hacer y pensar, deberá usarla para obligarse a hacer y pensar las cosas correctas. El
uso legítimo de la voluntad para obtener lo que uno quiere consiste en valerse de ella
para mantenerse en el camino correcto. Use su voluntad para pensar y actuar siempre
de esa cierta manera. No trate de proyectar su voluntad, sus pensamientos o su mente
hacia el espacio, para que actúen sobre las cosas o las personas. Mantenga la mente en
su propia casa; ahí podrá lograr las mismas cosas que en cualquier otra parte. Use su
mente para formarse una imagen de lo que quiere y para aferrarse a esa visión con fe y
determinación; use su voluntad para que su mente se mantenga trabajando en la
dirección correcta. Cuanto más constantes y continuas sean su fe y su determinación,
tanto más rápidamente se enriquecerá, pues solo efectuará impresiones positivas en la
Sustancia y no las neutralizara ni contrarrestara con impresiones negativas. La imagen
de sus deseos, acariciada con fe y determinación, es acogida por la Sustancia sin Forma,
a la que permea de tal manera que se extiende por el universo. Cuando esta impresión
se extiende, todas las cosas se ponen en movimiento para su materialización. Todos los
seres animados e inanimados, así como las cosas aun no creadas, son incitados a dar
origen a aquello que usted quiere. Todas las fuerzas comienzan a ejercer en esa
dirección; todas las

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cosas comienzan a moverse hacia usted. Las mentes de las otras personas, en todo el
mundo, son influenciadas para hacer lo necesario con miras a la realización de sus
deseos; trabajan para usted, sin saberlo.

Puede comprobar todo esto lanzando una impresión negativa en la Sustancia sin
Forma. Con toda seguridad, la duda o la incredulidad iniciaran un movimiento de
fuerzas que se alejan de usted; con la misma seguridad, la fe y la determinación
iniciaran un movimiento de fuerzas que se acercan a usted. La mayoría de la gente falla
en su intento de usar la “ciencia mental” para enriquecerse por que no entiende esto.
Cada hora y cada momento que usted dedíquese a prestar atención a las dudas y
temores, cada hora que gaste preocupándose, cada hora que su alma esta poseída por
la incredulidad desata una corriente que se aleja de usted en los dominios de la
Sustancia Inteligente. Las promesas se cumplirán solamente para aquellos que creen.
Recuerde la insistencia de Jesús en este punto; ahora ya habrá comprendido por qué:

Dado que creer resulta tan importante, es esencial que usted vigile sus pensamientos; y
dado que sus creencias son moldeadas en buena parte por las cosas que usted observa
y en las que piensa es importante que controle su atención. Aquí entra en función la
voluntad, pues gracias a ella usted determina en que se fijara su atención.

Si usted quiere enriquecerse, no debe hacer un estudio de la pobreza. Las cosas no se


materializan pensando en sus opuestos: la salud no se alcanza pensando en la
enfermedad ni estudiándola; la virtud no se alcanza estudiando el pecado ni
meditando sobre él; nadie se hace rico analizando la pobreza ni pensando en ella. La
medicina, en tanto ciencia de la enfermedad, ha promovido la enfermedad. La religión,
en tanto ciencia del pecado, ha promovido el pecado. La economía, en tanto estudio
de pobreza, llenará el mundo de carencia y miseria.

No hable de la pobreza; no la investigue ni se preocupe por ella. No se devane los


sesos pensando en sus causas: usted no tiene nada que ver con ellas. Lo que le debe
importar es la cura. No gaste su tiempo en obras de caridad ni en organizaciones
caritativas. La caridad no hace más que perpetuar la miseria que pretende erradicar.
No estoy diciendo que usted deba volverse duro de corazón o mezquino, y que se
niegue a escuchar las voces de la necesidad. Lo que afirmo es que no debe tratar de

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contribuir a erradicar la pobreza en las formas convencionales. Deje atrás la pobreza y
todo lo relacionado con ella, y haga el bien. Enriquézcase; esa es mejor manera de
ayudar a los pobres.

Usted no podrá aferrarse a la imagen mental que lo hará rico si llena su cabeza con
imágenes de pobreza. No lea libros o documentos que den detalles sobre la miseria de
las zonas marginales, los horrores del trabajo infantil y demás realidades similares. No
lea nada que llene su mente con imágenes desoladoras de necesidad y sufrimiento. No
podrá ayudar a los pobres en absoluto volviéndose un experto en estas cosas; ahondar
en su conocimiento no sirve de nada para acabar con la pobreza. Lo que sirve no es
llenarse la mente con imágenes de pobreza, sino llenar la mente en imágenes de
riqueza. Usted no está abandonando a los pobres a su suerte cuando se niega a
permitir que su mente se llene con imágenes de esa miseria. La pobreza se puede
acabar, pero no incrementando el número de personas adineradas que piensen en ella,
sino incrementando el número de personas pobres que están determinadas con fe a
enriquecerse. Los pobres no necesitan caridad; necesitan inspiración. La caridad no
hace más que entregarles un pedazo de pan para que sigan vivos en su miseria; o
darles entretención para que olviden su situación durante una hora o dos. En cambio,
gracias a la inspiración podrán elevarse por encima de la miseria. Si se quiere ayudar a
los pobres, demuéstreles que pueden volverse ricos; demuéstrelo volviéndose rico
usted. La única manera como puede abolirse la pobreza del mundo es haciendo que un
número cada vez mayor de personas practique las enseñanzas de este libro.

La gente debe aprender a enriquecerse mediante la creación y no mediante la


competencia. Todo individuo que se enriquece gracias a la competencia tira al suelo la
escalera que le permitió subir, manteniendo abajo a los demás. En cambio, todo
individuo que se enriquece gracias a la creación abre el camino a miles de personas
para que lo sigan y las inspira a hacerlo.

Usted no es insensible o duro de corazón si se niega a tener lastima de los pobres, si se


niega a ver la pobreza, a leer sobre la pobreza, a pensar o hablar sobre ella. Use la
voluntad para mantener su mente alejada de ese asunto, de manera que se concentre,
con fe y determinación, en la visión de lo que usted quiere.

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10 EL USO AVANZADODE LA VOLUNTAD
No le será posible tener una visión clara y verdadera de la riqueza si usted están
constantemente dirigiendo su atención a imágenes opuestas, ya sean externas o
mentales.
No hable de sus angustias financieras del pasado, si las tuvo: no piense en ellas, No
hable sobre la pobreza de sus padres o las penurias de su infancia. Hacer estas cosas lo
clasifica mentalmente como pobre en el presente, y causa que se detenga el
movimiento de las cosas hacia usted. “Dejad que los muertos entierren a sus muertos”,
decía Jesús. Deje atrás la pobreza y todas las cosas relacionadas con ella. Usted ha
aceptado cierta teoría del universo que considera correcta, y tiene puestas sus
esperanzas de felicidad en el hecho de que es correcta. Entonces, ¿Qué puede ganar
prestando atención a teorías contrarias? No lea libros religiosos que le dicen que el
mundo se va a acabar pronto: no lea obras de filósofos pesimistas y mojigatos que le
dicen que todo se va al diablo. El mundo no se está yendo al diablo. Está yendo a Dios.
Es un maravilloso devenir. Es cierto que hay muchas cosas que, en las condiciones
actuales, son desagradables. Sin embargo, ¿de qué sirve estudiarlas si pasaran, y si el
estudio de ellas tiende a detener su paso y las mantiene entre nosotros? ¿Para qué
dedicar tiempo y atención a cosas que van a desaparecer con el crecimiento evolutivo,
si la única manera de acelerar su desaparición es impulsar el crecimiento evolutivo en
lo que concierne a uno mismo?. Por muy espantosas que puedan parecer las
condiciones en ciertos países, zonas o lugares, usted pierde su tiempo y destruye sus
propias oportunidades si se pone a considerarlas. Solo debe interesarse por el
enriquecimiento del mundo. Piense en la riqueza hacia la cual están avanzando el
planeta, en lugar de pensar en la pobreza de la que está saliendo. No pierda de vista
que la única manera como puede ayudar al mundo a enriquecerse es enriquecerse
usted a través del método creativo, no a través del método competitivo. Dele toda su
atención a la riqueza; haga caso omiso de la pobreza. Cuando piense o hable sobre los
pobres, refiérase a ellos como personas que se van a enriquecer, que van a recibir
congratulación y no conmiseración. Así, tanto ellos como los demás recibirán la
inspiración y comenzaran a buscar la salida.
El hecho de que yo diga que usted debe dedicar toda su mente, toda su atención y
todos sus pensamientos a la riqueza no quiere decir que haya de volverse mezquino

35

o egoísta. Hacerse rico de veras es el más noble de los objetivos que usted pueda
proponerse en la vida, pues incluye todo lo demás.
En el plano competitivo, la lucha por ser rico es una contienda despiadada por el poder
sobre otros. Pero si uno actúa con mente creativa, esto cambia. Todo cuanto es posible
en bien de la grandeza, del desarrollo del alma, del enriquecimiento; todo es posible
mediante el uso de las cosas.
Si usted carece de salud física, descubrirá que llegar a ella depende de que se
enriquezca. Solo aquellos que se han emancipado de inquietudes financieras, que
tienen los medios para vivir una existencia sin preocupaciones y adoptar prácticas
higiénicas pueden tener y conservar la salud. La grandeza moral y espiritual solo es
posible para aquellos que están por encima de la batalla competitiva por la existencia;
únicamente aquellos que están en camino de enriquecerse en el plano del
pensamiento creativo se encuentran a salvo de las influencias corruptoras. Estas cosas
se encuentran solo donde las riquezas se han alcanzado a través del ejercicio del
pensamiento creativo, sin rivalidad o disputa. Repito: no hay aspiración más noble que
la de enriquecerse. Usted debe fijar su atención en una imagen mental de la riqueza, y
excluir todo aquello que pueda opacarla u oscurecerla. Debe aprender a ver la verdad
que subyace a todas las cosas; debe ver que detrás de las condiciones aparentemente
adversas hay una gran Vida que avanza hacia una expresión más plena y una felicidad
más completa.
La verdad es que la pobreza no existe; solamente existe la riqueza. Algunas personas
continúan en la pobreza por que ignoran el hecho de que hay abundancia para ellas, la
mejor manera de enseñarles el camino de la afluencia es hacerlo en la propia persona y
en la propia práctica. Otras personas son pobres porque, si bien perciben que hay una
salida, son intelectualmente indolentes para llevar a cabo el esfuerzo mental necesario
para dirigirse hacia ese camino y transitar por él. Lo mejor que usted puede hacer por
ellas es estimular su deseo mostrándoles la felicidad que proviene de enriquecerse con
los métodos correctos. Otras personas son pobres porque, aunque tienen ciertas
nociones sobre la ciencia, se hallan tan empantanadas y perdidas en los laberintos de
las teorías ocultistas y metafísicas que no saben cual camino tomar. Prueban montones
de sistemas y fallan en todos. También en este caso, lo mejor que usted puede hacer
por ellas es mostrarles el camino adecuado en su propia persona y en su propia
practica. Más vale un gramo de acción que un kilo de teoría.
Lo mejor que usted puede hacer por el mundo entero es dar lo mejor de usted mismo.
No hay mejor manera de servir a Dios y a los hombres que enriqueciéndose, siempre y
cuando lo haga a través del método creativo y no a través del método competitivo.
36
Otra cosa. Hemos afirmado que este libro da en detalle los principios de la ciencia de la
riqueza; si eso es verdad, usted no necesita leer ningún otro libro sobre el tema. Puede
que esto le suene obtuso y ególatra, pero piense lo siguiente; en matemáticas, los
únicos métodos de computo que existen en una distancia mínima. Solo hay una
manera de pensar científicamente: aquella que lleva a la meta usando el método más
simple y directo. Ningún hombre ha formulado hasta ahora un “sistema” más simple o
menos complejo que el que aquí se expone, despojado de todo lo accesorio. Cuando
comience a recorrer este camino, deje de lado todos los demás. Simplemente, sáquelos
de su mente.
Lea este libro todos los días; llévelo con usted. Memorícelo y no piense en otros
sistemas y teorías. Si lo hace, tendrá dudas, y su pensamiento se hará vacilante y
dudoso. Así, comenzará a fallar. Una vez que usted haya tenido éxito y se haya
enriquecido, puede estudiar cuanto quiera otros sistemas. Sin embargo, hasta no estar
completamente seguro de haber obtenido lo que desea, no lea nada sobre este aparte
del presente libro, a excepción de los autores mencionados en el Prefacio. Lea
solamente los comentarios más optimistas sobre las noticias del mundo, aquellos que
estén en armonía con su imagen. De la misma manera, posponga sus investigaciones
sobre lo oculto. No se meta con la teosofía, el espiritualismo o estudios de este tipo. Es
muy posible que los muertos estén vivos y cerca pero, de ser así, déjelos en paz y
ocúpese de sus propios asuntos. Dondequiera que estén los espíritus de los muertos,
ellos tienen sus propias cosas en que ocuparse y sus propios problemas por resolver;
no nos asiste ningún derecho a interferir con ellos. No podemos ayudarles, y es muy
dudoso que ellos puedan ayudarnos a nosotros o que, si pueden tengamos derecho a
transgredir los límites del tiempo. Deje en paz a los muertos y al más allá, y resuelva su
propio problema: enriquecerse. Si comienza a enredarse con lo oculto, dará origen a
una turbulencia mental que con toda seguridad, hará naufragar sus esperanzas.
El presente capitulo y los anteriores nos conducen a formular estos hechos básicos:
Hay una Esencia Pensante a partir de la cual están hechas todas las cosas y que, en su
estado original, permea, penetra y llena los intersticios del universo. Una idea, en
esta Sustancia, produce la cosa que ha sido imaginada por el pensamiento. El hombre
puede formar cosas en sus pensamientos y al, imprimir su idea en la Sustancia sin
Forma, generar la creación de la cosa en la que piensa. A fin de lograrlo, debe pasar
de una mentalidad competitiva a una mentalidad creativa; debe formar una clara
imagen mental de las cosas que quiere, y aferrarse a esa imagen en sus
pensamientos, con la firme determinación de obtener lo que quiere, con una fe
inquebrantable en que obtendrá lo que quiere, alejando de su
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mente todo aquello que pueda minar su determinación, opacar su visión o
quebrantar su fe.
Además de todo esto, veremos que el hombre debe vivir y actuar de cierta manera.
11 ACTUAR DE ESA CIERTA MANERA
El pensamiento es el poder creativo o la fuerza propulsora que conduce el poder
creativo a la acción. Pensar de cierta manera le aportara riqueza, pero usted no debe
fiarse solamente del pensamiento, sin prestar atención a la acción personal. Esa es la
roca contra la cual se estrellan ciertos individuos que tienen un pensamiento científico
metafísico, pues no logran conectarlo con la acción personal. No hemos llegado al
estadio evolutivo suponiendo que dicho estadio sea alcanzable en algún momento) en
el cual el hombre si pueda crear directamente a partir de la Sustancia sin Forma, sin
pasar por los procesos de la naturaleza o prescindiendo del trabajo de sus manos. El
individuo no solamente debe pensar, sino que debe complementar el pensamiento con
su acción personal.

Mediante el pensamiento, puede hacer que el oro que se halla en el corazón de las
montañas se dirija hacia usted. Pero no espere que se extraiga solo, que se refine por sí
mismo, que se acuñe por sus propios medios y que venga rodando por las calles hasta
sus bolsillos. Bajo el poder propulsor del Espíritu Supremo, los asuntos del hombre se
ordenarán de tal manera que algunos individuos extraerán el oro por usted; las
transacciones de otros harán que el oro vaya a usted. Por su parte, usted debe
organizar sus asuntos de tal manera que pueda recibirlo. Su pensamiento hace que
todas las cosas, tanto animadas como inanimadas, trabajen para que le llegue aquello
que quiere; sin embargo, su actividad personal debe tener ciertas características para
que pueda recibirlo adecuadamente. No ha de recibirlo como producto de la caridad, ni
tampoco robarlo; debe dar a todas las personas una mayor cantidad en valor de uso de
la que ellas le dan a usted como valor de compra.

El uso científico del pensamiento consiste en formar una imagen mental clara y distinta
de lo que uno quiere, aferrarse a la determinación de obtenerlo y

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comprobar con fe agradecida que realmente lo obtiene. No trate de “proyectar” su


pensamiento de ninguna manera misteriosa u oculta, con la idea de que el hará las
cosas por usted; es un esfuerzo perdido que debilitará su capacidad para pensar con
cordura.
La acción del pensamiento en el proceso de enriquecerse se explica plenamente en los
capítulos anteriores, Su fe y su determinación efectúan una impresión positiva de su
visión en la Sustancia sin Forma, que tiene el mismo deseo de una vida más abundante
que tiene usted. Esta visión, recibida de usted, pone en movimiento todas las fuerzas
creativas en y a través de sus canales habituales de acción, pero dirigidas hacia usted.

No le corresponde a usted guiar o supervisar el proceso creativo. Todo lo que debe


hacer a este respecto es mantener su visión, aferrarse a su determinación y mantener
la fe y la gratitud. Sin embargo, debe actuar de cierta manera, para que pueda
apropiarse de lo que es suyo cuando le llegue; para que pueda salir al encuentro de las
cosas que tiene en su imagen y pueda ponerlas en los lugares adecuados cuando las
reciba.

Usted puede ver la veracidad de todo esto. Cuando las cosas le lleguen, estarán en las
manos de otros hombres, que le pedían un equivalente por ellas. Solamente le será
posible obtener lo que es suyo cuando les dé a las otras personas lo que es de ellas.

No crea que su billetera va a estar siempre llena sin ningún esfuerzo de su parte. Este
es el punto crucial en la ciencia de la riqueza, donde el pensamiento y la acción
personal deben combinarse. Hay mucha gente que, de manera consciente o
inconsciente, pone en marcha las fuerzas creativas por la fuerza u la persistencia de
sus deseos, pero continúa en la pobreza por qué no prepara la recepción de lo que
quiere.

Mediante el pensamiento, aquellos que usted quiere se dirige hacia usted; mediante la
acción, usted lo recibe.

Sea cual sea la acción que vaya a emprender, lo cierto es que debe actuar ahora. No
puede actuar en el pasado, y es fundamental para la claridad de su visión mental que
deseche el pasado de su mente. No puede actuar en el futuro, pues aun no ha

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llegado. Tampoco puede decir como querrá actuar en una contingencia futura sino
cuando dicha contingencia se presente.
El hecho de que usted no esté ahora en el negocio o en el entorno correcto no quiere
decir que debe posponer la acción hasta que se halla en el negocio o en el entorno
correcto. No desperdicie su tiempo pensando cual será la mejor manera de actuar en
posibles emergencias futuras. Tenga fe en su capacidad para hacer frente a cualquier
emergencia cuando esta ocurra. Si usted actúa en el presente con la mente en el
futuro, tendrá la mente dividida y su acción no será eficaz. Toda su mente debe estar
en la acción presente.

No le entregue su impulso creativo a la Sustancia Original pensando que después podrá


sentarse a esperar los resultados; de este modo, jamás los obtendrá. Actué ahora. No
hay más tiempo que el presente, y nunca lo habrá. Si quiere aprestarse a recibir lo que
desea, debe comenzar ahora. Su acción -cualquiera que ella sea- debe llevarse a cabo
en su negocio o en su empleo actual, y sobre las personas y cosas de su entorno actual.
Usted no puede actuar donde no está; tampoco donde estuvo ni donde estará.
Solamente puede actuar donde está ahora.

No se preocupe pensando si el trabajo de ayer se hizo bien o mal; haga bien el trabajo
de hoy. No trate de hacer ahora el trabajo de mañana; ya habrá bastante tiempo para
hacerlo cuando llegue allí:

No trate, a través de medios místicos y ocultos, de actuar sobre la gente o las cosas que
están fuera de su alcance.

No espere un cambio de entorno antes de actuar; más bien, produzca un cambio


mediante la acción: Puede actuar sobre el entorno donde se encuentra actualmente,
de tal manera que produzca un cambio hacia uno mejor.

Aférrese con fe y determinación a la visión de usted mismo en ese entrono mejor, pero
actué sobre su entorno actual con todo su corazón, toda su fuerza y toda su mente.

No gaste su tiempo en ensoñaciones ni imaginando castillos en el aire; aférrese a la


visión de lo que quiere, y actué ahora.

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No busque algo nuevo que hacer, ni pretenda ejecutar una acción extraña, inusual o
notable como primer paso para enriquecerse. Es probable que sus acciones, al menos
duren un tiempo, Sean las mismas que ha venido realizando últimamente. Sin
embargo, va a realizarlas de cierta manera, con lo cual sin duda se enriquecerá.

Si está dedicado a una actividad que no siente apropiada para usted, no espere a
cambiar de actividad para comenzar a actuar. No se sienta abatido ni se lamente
porque está en un lugar que no le corresponde. Ningún individuo esta tan mal ubicado
que no pueda encontrar el lugar correcto; de la misma manera, ningún individuo está
tan implicado en determinada actividad que no pueda dedicarse a la actividad correcta.

Aférrese a la visión de usted mismo en la ocupación adecuada, con la determinación de


llegar a ella y con la fe de que lo logrará y lo está logrando; sin embargo, actué en su
ocupación actual. Utilice su actividad de ahora como el medio para conseguir uno
mejor. Su visión de la actividad correcta, acariciada con fe y determinación, hará que el
Supremo conduzca hasta usted esa actividad; y su acción, siempre y cuando la ejecute
de cierta manera, le hará avanzar en dirección a ella.

Si usted está asalariado y siente que debe cambiar de lugar para obtener lo que desea,
no “proyecte” su pensamiento hacia el espacio creyendo que eso le bastará para
conseguir otro trabajo. Lo más probable es que fracase en ese empeño. Aférrese a la
visión de usted mismo desempeñándose en el trabajo que quiere, al tiempo que actúa
con fe y determinación en el trabajo que tiene; con seguridad, obtendrá el trabajo que
quiere. Su visión y su fe pondrán en movimiento las fuerzas creativas para que avancen
hacia usted, y su acción hará que las fuerzas en su propio entorno se dirijan de tal
manera que usted pueda ir hacia el lugar que quiere.

Para terminar este capítulo, añadiré otro aserto a nuestro sumario:

Hay una esencia pensante a partir de la cual están hechas todas las cosas y que, en su
estado original, permea, penetra y llena los intersticios del universo.

UNA IDEA, EN ESTA Sustancia, produce la cosa que ha sido imaginada por el
pensamiento.

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El hombre puede formar cosas en su pensamiento y, al imprimir su idea en la
Sustancia sin Forma, generar la creación de la cosa que piensa.

A fin de lograrlo, debe pasar de una mentalidad competitiva a una mentalidad


creativa; debe formarse una clara imagen mental de las cosas que quiere, y aferrarse
a esa imagen en sus pensamientos, con la firme determinación de obtener lo que
quiere, con una fe inquebrantable en que obtendrá lo que quiere, alejando de su
mente todo aquellos que pueda minar su determinación, opacar su visión o
quebrantar su fe.

Para poder recibir lo que quiere cuando le llegue, el hombre debe actuar ahora sobre
las personas y las cosas de su entorno actual.

12 UNA ACCION EFICIENTE


Usted debe usar su pensamiento tal como se indico en los capítulos anteriores, y
comenzar a hacer lo que puede hacer allí donde está. Debe hacer todo lo que puede
hacer allí donde está.

Usted solamente puede avanzar si es más grande que el lugar donde se encuentra; y
ninguna persona es más grande si deja sin hacer el trabajo relacionado con ese lugar.

El mundo avanza solamente gracias a aquellos que son más grandes que los lugares
donde se encuentran en el presente. Si ningún hombre ocupara su lugar, es obvio que
habría un retroceso en todo. Aquellos que no llenan su lugar son un peso muerto en la
sociedad, para el gobierno, para el comercio y para la industria; los demás deben
cargarlos, a un costo muy elevado. El progreso del mundo es retardado solamente por
aquellos que no llenan los lugares donde se encuentran. Pertenecen a una era anterior
y a un plano inferior de la vida, y tienden hacia la degeneración. Ninguna sociedad
podría avanzar si todos los individuos fueran más pequeños que sus lugares; la
evolución social es guiada por la ley de la evolución mental y física. En el mundo
animal, la evolución es causada por el exceso de vida. Cuando un organismo tiene más
vida de la que puede expresarse en las funciones que corresponden a su propio plano,
desarrolla los órganos de un plano superior, y

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así se origina una nueva especie. Nunca se habrían generado nuevas especies si ciertos
organismos no hubieran sobrepasado la ocupación de sus propios espacios. La ley es
exactamente la misma para usted: se enriquecerá si aplica este principio a sus propios
asuntos.

Cada día puede ser un éxito o un fracaso. Los días de éxito son aquellos en los que
usted obtiene lo que quiere. Si todos sus días son un fracaso, usted jamás se hará rico;
en cambio, si todos sus días son un éxito, no podrá sino enriquecerse.

Si hay algo que usted puede hacer hoy y no lo hace, habrá fracasado en lo que a ese
asunto respecta, y las consecuencias pueden ser más desastrosas de lo que imagina.

Usted no puede prever los efectos del acto más nimio, pues no conoce el accionar de
todas las fuerzas que se han puesto en movimiento a su favor. Gran parte de su vida
puede depender de que usted ejecute un acto muy sencillo; quizá este abra la puerta a
enormes posibilidades. Jamás podrá conocer todas las combinaciones que la
Inteligencia Suprema está haciendo por usted en el mundo de las cosas y de los
asuntos humanos. Dejar de hacer alguna cosa, por pequeña que sea, puede causarle
una larga demora para obtener lo que quiere. Haga cada día todo lo que puede hacerse
ese día.

Sin embargo, usted debe tener en cuenta una limitación o restricción respecto a lo que
acabo de decir, No debe sobrecargarse de trabajo ni apresurarse ciegamente en su
negocio en un esfuerzo por hacer el mayor número posible de cosas en el menor
tiempo. No debe tratar de hacer hoy el trabajo de mañana, ni de hacer en un día el
trabajo de una semana. En realidad, lo que cuenta no es la cantidad de cosas que haga,
sino la eficiencia de cada acción individual. Cada acto es en sí mismo, un éxito o un
fracaso. Cada acto es en sí mismo, eficiente. Cada acto ineficiente es un fracaso, y si
usted se pasa la vida ejecutando actos ineficientes, toda su vida será un fracaso.
Cuantas más cosas haga, tanto peor para usted, si todos sus actos son ineficientes. Por
otro lado, cada acto eficiente es un éxito en sí mismo, y si cada acto de su vida es
eficiente, toda su vida será, necesariamente, un éxito. La causa del fracaso es hacer
demasiadas cosas de manera ineficiente, y no hacer suficientes cosas de manera
eficiente. A todas luces, es evidente que si usted no

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ejecuta actos ineficientes y ejecuta un buen número de actos eficientes se enriquecerá.
Ahora, si es posible que cada uno de sus actos sea eficiente, verá que la obtención de
riqueza se reduce a una ciencia exacta, como las matemáticas.

En este punto, la pregunta que surge es si usted puede hacer que cada acto individual
de su vida sea un éxito en sí mismo. La respuesta es que no hay ninguna duda. Usted
puede hacer que cada acto sea un éxito, pues todo el Poder está obrando en usted, y
todo el Poder no puede fracasar. El poder está a su servicio, y para que cada uno de sus
actos sea eficiente, lo único que usted debe hacer es darle poder.

Cada acto puede ser fuerte o débil. Si todos los suyos son fuertes, usted estará
actuando de esa cierta manera que lo hará enriquecer. Cada acto puede ser fuerte y
eficiente si usted se aferra a su visión mientras lo ejecuta y si le pone todo el poder de
su fe y su determinación.

Las personas que fracasan son aquellas que separan el poder mental de la acción
personal. Usan el poder de la mente en un lugar y un momento, y actúan en otro lugar
y otro momento. Así pues, sus actos no son exitosos en sí mismos; muchos de ellos son
ineficientes. Sin embargo, si todo el Poder está presente en cada acto, por simple que
sea, será un éxito en sí mismo. Así como en la naturaleza de las cosas cada éxito le abre
la puerta a otro éxito, su avance hacia lo que usted quiere y el avance de las cosas que
quiere hacia usted se hará cada vez más rápido.

Recuerde que las acciones exitosas tienen resultados acumulativos. Puesto que el
deseo de una vida más abundante es inherente a todas las cosas, cuando un individuo
comienza a avanzar hacia una vida más plena, un mayor número de cosas se le une, y la
influencia de su deseo se multiplica.

Haga cada día todo lo que puede hacer ese día, y ejecute cada acto de manera
eficiente.

Cuando digo que usted debe aferrarse a su visión mientras ejecuta cada acto, por trivial
y sencillo que sea, no afirmo que resulte necesario, en todo momento, ver la imagen
hasta en sus mínimos detalles. Debería dedicar sus ratos libres a usar la imaginación
para precisar los detalles de su visión y contemplarlos hasta que se fijen

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en su memoria. Si quiere resultados rápidos, emplee prácticamente todo su tiempo
libre en esta práctica. A través de la continua contemplación logrará que la imagen de
lo que usted quiere, incluso en sus mínimos detalles, se fije con tal firmeza en su
mente y se transfiera con tal seguridad a la mente de la Sustancia sin Forma, que en sus
horas de trabajo usted solo necesitará remitirse mentalmente a dicha imagen a fin de
estimular su fe y su determinación y a fin de motivar su mejor esfuerzo. Contemple la
imagen en sus ratos de ocio, hasta que su conciencia quede tan llena de ella que usted
pueda evocarla en un segundo. Se sentirá tan estimulado con sus deliciosas promesas
que el simple hecho de pensar en ellas convocará las más poderosas energías de todo
ser. Volvamos a repetir una vez más nuestro resumen, esta vez con una modificación al
final, para incluir el punto al que hemos llegado.

Hay una Esencia Pensante a partir de la cual están hechas todas las cosas y que, en
su estado original, permea, penetra y llena los intersticios del universo.

Una idea, en esta Sustancia, produce la cosa que ha sido imaginada por el
pensamiento.

El hombre puede formar cosas en su pensamiento y, al imprimir su idea en la


Sustancia sin Forma, generar la creación de la cosa en la que piensa.

A fin de lograrlo, debe pasar de una mentalidad competitiva a una ,mentalidad


creativa; debe formar una clara imagen mental de las cosas que quiere hacer, con fe
y determinación, todo lo que puede hacer cada día, ejecutando cada acto individual
de manera eficiente.

13 DEDICARSE A LA ACTIVIDAD CORRECTA


El éxito en cualquier negocio o actividad depende en primer lugar del hecho de tener
bien desarrolladas las facultades requeridas en dicha actividad. Sin buenas aptitudes
musicales, nadie puede tener éxito como profesor de música; sin buenas aptitudes
mecánicas, nadie puede tener éxito en alguna de las ramas de la mecánica;

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sin tacto y habilidades comerciales nadie puede tener éxito en los negocios. Sin
embargo, la posesión de unas facultades bien desarrolladas tal como se las requiere en
determinado ramo no garantiza que el individuo se enriquecerá. Hay músicos que
tienen un talento notable y continúan siendo pobres; hay herreros, carpinteros y
demás que tienen una increíble habilidad mecánica pero no se hacen ricos; y hay
comerciantes que tienen buenas facultades para negociar con los demás pero fracasan.

Las diversas facultades del individuo son herramientas; es esencial tener buenas
herramientas, pero también es esencial usarlas de la Manera Correcta. Un hombre
puede tomar un serrucho, una escuadra, una buena garlopa y demás y crear un mueble
hermoso; otro hombre puede tomar las mismas herramientas y emprender el trabajo
de duplicar el artículo, pero su producción será chapuza. No sabe usar buenas
herramientas de manera exitosa.

Las facultades de la mente son las herramientas con las cuales usted debe realizar el
trabajo que lo hará enriquecer; le será más fácil tener éxito si se dedica a una actividad
para la que está bien equipado con herramientas mentales.

En general, tendrá más éxito en una actividad en la que pueda usar sus facultades más
fuertes, aquellas en las que está naturalmente “mejor dotado”. Sin embargo, también
este aserto tiene sus limitaciones. Nadie debe considerar que su vocación esta
irrevocablemente determinada por las tendencias con las cuales nació.

Usted puede enriquecerse en cualquier actividad, pues si no tiene el talento


pertinente, puede desarrollarlo. Esto significa simplemente que tendrá que fabricar las
herramientas sobre la marcha, en lugar de limitarse a usar aquellas con las que nació.

Le resultara más fácil alcanzar el éxito en una vocación para la cual ya tiene los talentos
desarrollados, pero puede alcanzar el éxito en cualquier vocación, pues puede
desarrollar cualquier talento rudimentario, y no hay talento del cual no tenga al menos
los rudimentos. Se enriquecerá más fácilmente si hace el esfuerzo como quien usa una
palanca, es decir, si hace aquello para lo que está mejor dotado; pero se enriquecerá
más satisfactoriamente si hace lo que quiere hacer.

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Hacer lo que uno quiere; eso es vida. No hay real satisfacción si estamos obligados a
hacer siempre algo que no nos gusta, si jamás podemos hacer lo que queremos. Con
toda seguridad, usted puede hacer lo que quiere; el deseo de hacerlo es la prueba de
que tiene dentro de usted la fuerza que puede hacerlo.

El deseo es la manifestación de una fuerza. El deseo de tocar música es la fuerza de la


música en busca de expresión y desarrollo; el deseo de inventar aparatos mecánicos es
el talento mecánico en busca de expresión y desarrollo. Allí donde no hay fuerza (ya
sea desarrollada o aun por desarrollar) para hacer una cosa, nunca habrá deseo de
hacerla. Por otro lado, el deseo poderoso de hacer algo es prueba suficiente de que
existe la fuerza necesaria para ello; solo se requiere desarrollarla y aplicarla de la
Manera Correcta. Suponiendo que todo lo demás sea igual, lo más conveniente es
escoger un ramo para el cual su talento este mejor desarrollado; sin embargo, si siente
un fuerte deseo de dedicarse a cierta línea de trabajo, debe hacer de ese trabajo la
meta suprema a la que va a dirigirse.

Usted puede hacer lo que quiere hacer, y es su derecho y su privilegio escoger la


actividad o el negocio con el que tenga afinidad y que le parezca más agradable. No
tiene por qué sentirse obligado a hacer algo que no le gusta, y solo debe hacerlo si es el
medio que le permitirá dedicarse a lo que quiere. Si, como consecuencia de errores
pasados, usted se encuentra en un entorno o en un negocio no deseables, quizá le
toque hacer durante algún tiempo lo que no le gusta, pero puede tornarlo agradable
pensando que eso lo conducirá a hacer lo que si le gusta.

Si usted siente que no está en la vocación correcta, no actúe precipitadamente


tratando de cambiar de actividad. Por lo general, la mejor manera de modificar el
negocio o el entorno es el crecimiento. Pero si la oportunidad correcta se presenta, no
tema hacer un cambio repentino y radical, después de ponderar el asunto con cuidado.
Eso sí, jamás emprenda una acción repentina o radical cuando tenga dudas sobre su
pertinencia.

Nunca hay prisa en el plano creativo; tampoco escasez de oportunidades. Cuando uno
se deshace de la mentalidad competitiva comprende que jamás debe actuar

47
precipitadamente. Nadie le va a ganar en conseguir lo que usted quiere: hay suficiente
para todos. Si se ocupa un espacio, ya se abrirá otro para usted un poco más adelante:
hay tiempo de sobra. Si se siente dudoso, espere. Retroceda y contemple su visión,
fortalezca su fe y su determinación. Y, por supuesto, en tiempos de duda e indecisión,
cultive la gratitud. Dedicar un día o dos a contemplar la visión de lo que usted y a
agradecer con sinceridad porque lo está obteniendo llevará a su mente a tener una
relación tan estrecha con el Supremo que no cometer errores cuando le llegue el
momento de actuar.

Hay una mente que sabe todo lo que se puede saber, y usted puede entrar en estrecha
unidad con ella mediante la fe y la determinación de avanzar en la vida, si tiene una
profunda gratitud.

Los errores se derivan de actuar precipitadamente o de hacerlo con duda o temor u


olvidando el Motivo Correcto, que es producir más abundancia de vida para todos, sin
quitarle nada a nadie.

Cuando usted actúa de cierta manera, las oportunidades le llegan en mayor cantidad.
Tendrá que perseverar en su fe y en su determinación y mantenerse en estrecha
cercanía con la Mente Total a través de una gratitud reverente.

Haga todo lo que puede hacer de manera perfecta cada día, pero sin precipitación,
preocupación ni temor. Vaya tan rápido como pueda, pero jamás se apresure.
Recuerde que en el momento en que comienza a apresurarse deja de ser creador y se
convierte en competidor, es decir, vuelve a caer en el viejo modo de actuar.

Cuando vea que se está apresurando, deténgase. Fije su atención en la imagen mental
de lo que quiere y comience a dar gracias porque lo está recibiendo. El ejercicio de la
gratitud nunca dejara de fortalecer su fe y renovar su determinación.

14 LA IMPRESIÓN DE CRECIMIENTO
Ya sea que usted pueda cambiar de vocación o no, sus acciones en el presente deben
estar relacionadas con la actividad a la que se dedique ahora. Puede llegar a

48
la actividad que desea haciendo uso constructivo de su tiempo en que desempeña
hoy, realizando su trabajo cotidiano de cierta manera.

Si su negocio consiste en tratar con otros individuos, ya sea personalmente o por


correspondencia, la clave de todos sus esfuerzos debe ser la de producir en las mentes
de ellos la impresión de crecimiento.

Crecimiento es algo que todos los hombres y mujeres están buscando; es el impulso de
la Inteligencia sin Forma que bulle en su interior, anhelando una expresión más plena.
El deseo de crecimiento está presente en toda la naturaleza; es el impulso fundamental
del universo. Todas las actividades humanas se basan en este deseo; la gente quiere
más comida, más ropa, mejor vivienda, más lujo, más belleza, más conocimiento, más
placer… crecimiento en algo, es decir, una vida con mayor abundancia. Todo ser vivo
experimenta esta necesidad de avance continuo. Si cesa el crecimiento de la vida, la
disolución y la muerte llegan de inmediato.

El hombre lo sabe de manera instintiva, y por eso está buscando siempre más. Esta ley
del crecimiento permanente fue formulada por Jesús en la parábola de los talentos: a
quien tiene, se le dará y tendrá más, pero al que no tiene, se le quitara aun lo que
tiene. El deseo de crecer en riqueza no es reprensible ni malo. Es simplemente el deseo
de una vida más abundante; es una aspiración. Y puesto que es el instinto más
profundo de su naturaleza, hombres y mujeres se sienten atraídos por aquel que puede
proporcionarles mejores medios para vivir. Si hace las cosas de cierta manera, tal como
se ha descrito en las páginas anteriores, usted obtendrá un crecimiento permanente y
lo dará a todos aquellos con quienes trata.

Usted es un centro creativo a partir del cual se produce crecimiento para todos. Tenga
la plena seguridad de esto, y comunique esa seguridad a los hombres, mujeres y niños
con quienes entre en contacto. Por pequeña que sea la transacción, aún si se trata de
la venta de un dulce a un chiquillo, ponga en ella la idea de crecimiento, y asegúrese de
que el cliente haya sido impresionado por esa idea.

Comunique la impresión de crecimiento con cada cosa que haga, de tal manera que
todo el mundo reciba la impresión de que usted es un individuo que progresa y que

49
hace progresar a quienes tiene tratos con usted. Hágalo incluso con la gente que
encuentra en un contexto social, sin tener en mente ningún negocio, y con aquellos a
quienes no les está vendiendo nada. A todos, transmitales la idea del crecimiento.

Puede transmitir esta impresión aferrándose a la fe inquebrantable de que usted


mismo se encuentra en el camino del crecimiento, y permitiendo que esta fe inspire,
llene y permee cada acción. Haga todo lo que hace con la firme convicción de que es
una persona que progresa y hace progresar a los demás. Sienta que se está
enriqueciendo y que, al hacerlo, está permitiendo que otros se enriquezcan, está
aportando beneficios para todos. No haga ostentación vanidosa de su éxito, ni hable de
él innecesariamente; la verdadera fe jamás es ostentosa. Cuando encuentre a una
persona ostentosa, encontrará a alguien que en el fondo de su ser tiene dudas o
miedo. Simplemente sienta la fe y déjela obrar en cada transacción. Permita que sus
actos, su tono y su apariencia expresen la silenciosa seguridad de que se está
enriqueciendo, de que ya es rico. No serán necesarias las palabras para comunicar este
sentimiento a los demás. Ellos tendrán la sensación de crecimiento cuando se hallen en
su presencia, y se sentirán atraídos hacia usted. Deberá producir en los demás una
impresión tal que sientan que, al asociarse con usted, también ellos crecerán.
Asegúrese de que reciban un mayor valor de uso del que le dan como valor de compra.
Sienta un sano orgullo en hacer lo que hace, y deje que todos se enteren. Verá que
nunca le faltaran clientes. La gente va allí donde puede crecer. El Supremo, que desea
el crecimiento para todos y que lo sabe todo, hará que vayan hacia usted hombres y
mujeres que jamás habían oído hablar de usted. Su negocio crecerá rápidamente, y se
sorprenderá de ver los beneficios inesperados que le llegarán. Día a día irá
aumentando su capacidad para hacer alianzas más grandes, obtener mayores
beneficios y dedicarse a un trabajo con el que tenga más afinidades, si desea hacerlo.
Entre tanto, jamás debe perder de vista la imagen de lo que quiere, ni su fe y
determinación para obtenerlo.

En este punto, quisiera hacerle una advertencia en lo que respecta a las motivaciones.
Tenga cuidado con la insidiosa tentación de obtener poder sobre otros hombres. No
hay nada que le resulte más placentero a la mente no formada o parcialmente
desarrollada que el ejercicio del poder o del dominio sobre los demás.

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El deseo de mandar para obtener una gratificación egoísta ha sido la maldición del
mundo. A lo largo de incontables épocas, reyes y señores han anegado la Tierra con la
sangre de sus batallas, a fin de extender sus dominios; no los guiaba el propósito de
generar más vida para todos sino el de obtener más poder para ellos mismos.

Hoy, la motivación principal en los negocios y en el ámbito industrial es la misma. Estos


hombres disponen sus ejércitos de dólares y arrasan la vida y los corazones de millones
de personas en la misma lucha despiadada por el poder sobre sus semejantes. Los
reyes comerciales, al igual que los reyes políticos, están inspirados por la avidez de
poder.

Jesús veía en este deseo de dominación el motor del mundo perverso que buscaba
abatir. Lea el capítulo 23 de San Mateo y mire como describe la avidez que tenían los
fariseos de ser llamados “maestros”, de ocupar altas posiciones, de dominar a los
demás y de poner cargas en la espalda de los menos afortunados; observe como
compara esta avidez de dominación con la búsqueda fraterna del bien común a la que
llama a sus discípulos.

Apártese de la tentación de buscar autoridad, de convertirse en un “maestro”, de ser


considerado por encima de la gente del común, de impresionar a los demás con atavíos
suntuosos y cosas de ese estilo.

La mente que busca la dominación sobre los demás es una mente competitiva, no
creativa. Para tener control de su entorno y de su destino, no es necesario que mande
sobre sus semejantes; cuando usted cae en la lucha mundana por las posiciones de
poder, comienza a ser conquistado por la fatalidad y el entorno, y su enriquecimiento
se convierte en cuestión de suerte y especulación.

Tenga cuidado con el espíritu competitivo. Ninguna otra frase formula mejor el
principio de la acción creativa que la “regla de oro” de Juan de Toledo: “Lo que quiero
para mí lo quiero para todo el mundo”.

15 EL HOMBRE QUE PROGRESA


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Las afirmaciones del capítulo anterior valen tanto para el profesional como para el
trabajador asalariado o el negociante. Independientemente de que sea médico,
profesor o sacerdote, si puede generar abundancia en la vida de los demás y despertar
su sensibilidad ante este hecho, las otras personas se sentirán atraídas por usted y
usted se enriquecerá. El médico que acaricia la visión de sí mismo como un exitoso
sanador y trabaja por la materialización de su visión con fe y determinación, tal como
lo describimos en los capítulos precedentes, entrará en un contacto tan estrecho con la
Fuente de Vida que tendrá un éxito fenomenal, pues los pacientes le llegarán por
montones. Nadie tiene mayor oportunidad de poner en práctica las enseñanzas de este
libro que los profesionales de la medicina. Poco importa a que escuela pertenezcan, ya
que el principio de la sanación es común a todas ellas y está al alcance de todas por
igual. En medicina, el hombre que progresa es aquel que tiene de sí mismo la imagen
de un sanador exitoso y obedece las leyes de la fe, la determinación y la gratitud. Este
hombre curará todos los casos curables que tome en sus manos, sin importar cuál sea
la terapia que emplee.

En el campo de la religión, el mundo pide a gritos un ministro que enseñe a sus


feligreses la verdadera ciencia de la abundancia en la vida. A un religioso que domine
los detalles de la ciencia de la riqueza, además de las ciencias del bienestar y del amor,
y enseñe esos detalles desde el púlpito, jamás le faltarán congregantes. Este es el
evangelio que el mundo necesita, pues propicia el crecimiento de la vida. Los hombres
escucharán con agrado y apoyarán ampliamente a aquel que les aporte abundancia. Lo
que se necesita ahora es una demostración de la ciencia de la vida desde el púlpito.
Queremos predicadores que no solamente nos digan cómo llegar a la abundancia sino
que, con su propio ejemplo, nos muestren como. Necesitamos que el predicador
mismo sea rico, sano y amado, para que nos enseñe a alcanzar esas metas. Así, tendrá
muchos y muy fieles seguidores.

Lo mismo vale para el profesor que puede inspirar a los niños con la fe y la
determinación del progreso de la vida. Jamás se quedará sin trabajo. Cualquier
profesor que tenga esta fe y este propósito los puede transmitir a sus alumnos. No
podrá evitar transmitirlos si hacen parte de su propia vida y de su propia práctica.

52
Lo que es válido para profesores, clérigos y médicos, lo es igualmente para abogados,
dentistas, agentes inmobiliarios, aseguradores y para todo el mundo. La combinación
de actitud mental y acción personal que he descrito es infalible. No puede fallar.
Cualquier hombre o mujer que siga estas instrucciones de manera constante, con
perseverancia y al pie de la letra, se enriquecerá. La ley del crecimiento de la vida es
tan certera en su operación como lo es la ley de la gravedad. La ciencia de la riqueza es
una ciencia exacta.

El asalariado verá que esto es tan cierto para él como lo es para los demás. No sienta
que no tiene chance de enriquecerse porque trabaja en un lugar donde no hay
oportunidades visibles de progreso, donde los salarios son bajos y el costo de vida, alto.
Fórmese una clara imagen mental de lo que quiere y comience a actuar con fe y
determinación. Haga todo el trabajo que pueda cada día, y haga cada trabajo de
manera perfectamente exitosa. Ponga en cada acción el poder del éxito y la
determinación de enriquecerse. Pero no lo haga simplemente con la idea de ganarse
las simpatías de su empleador, con la esperanza de que él o cualquiera de sus
superiores vean la calidad de su trabajo y lo promuevan. No es probable que lo hagan.
El hombre que es simplemente un buen trabajador, que desempeña su oficio dando lo
mejor de sus capacidades y está satisfecho con ello, es valioso para su empleador y a
este no le interesa promoverlo, pues le sirve mas donde está.

Para garantizar el progreso, no basta con ser más grande que el lugar que uno ocupa. El
hombre que progresara con seguridad es aquel que es mucho más grande que el lugar
que ocupa y que tiene un claro concepto de lo que quiere ser, sabe que puede
convertirse en lo que quiere ser y está decidido a ser lo que quiere ser.

No trate de ocupar más espacio del que ocupa ahora con el fin de agradar a su
empleador; hágalo con la idea de progresar. Aférrese a la fe y a la determinación del
crecimiento durante el trabajo, después del trabajo y antes del trabajo. Aférrese de tal
manera que cualquier persona que entre en contacto con usted, ya se trate de capataz,
de sus colegas o de sus conocidos en el plano social, sienta el poder de la
determinación que emana de usted; de tal manera que todo el mundo perciba su
sentido del progreso y del crecimiento. Las personas se sentirán atraídas hacia usted

53
y, si no hay posibilidades de progreso en su trabajo actual, muy pronto verá una
oportunidad para tomar otro trabajo.

Hay un poder que jamás falla en presentarle oportunidades al individuo que progresa y
que se mueve según las leyes del crecimiento. Dios no puede menos que ayudarle si
usted actúa de cierta manera; El debe hacerlo para contribuir a su propio plan.

No hay nada en sus propias circunstancias o en la situación de la economía que pueda


impedirle avanzar. Si no puede enriquecerse trabajando para la compañía siderúrgica,
puede hacerlo comprando un terreno de unas cuatro hectáreas; y si comienza a actuar
de cierta manera, sin duda escapará a las “garras” de las industrias siderúrgicas para
trabajar en su granja o en cualquier otra cosa que desee.

Si algunos miles de empleados del trust siderúrgico decidieran empezar a actuar de


cierta manera, le empresa quedaría muy mal parada; tendría que darles más
oportunidades a los trabajadores o cerrar. Nadie está obligado a trabajar para un trust.
Estos pueden mantener a los hombres en pésimas condiciones siempre y cuando haya
individuos que ignoren la ciencia de la riqueza o sean demasiado perezosos
intelectualmente para ponerla en práctica.

Si usted comienza a actuar y a pensar de la manera que hemos indicado, su fe y su


determinación le harán encontrar muy pronto una oportunidad para mejorar su
situación. Estas oportunidades llegarán con rapidez, pues el Supremo, que obra en
todo y obra en usted, las pondrá a su disposición.

No espera una oportunidad para ser todo lo que quiere ser. Cuando se le presente una
oportunidad de ser más de lo que es ahora y se sienta impelido hacia ella, tómela. Será
el primer paso hacia una oportunidad mayor.

No es posible que haya en el universo escasez de oportunidades para el hombre que


vive según la dinámica del crecimiento. El cosmos se halla constituido de tal modo que
todas las cosas serán este hombre y trabajarán conjuntamente para su bien;
ciertamente se enriquecerá si actúa y piensa de cierta manera. Entonces, que los
asalariados lean atentamente este libro y entren con confianza en el curso de acción
que aquí se prescribe. No fallaran.

54
16 ADVERTENCIAS Y OBSERVACIONES A
MODO DE CONCLUSION

Muchas personas se burlarán de la idea de que hay una ciencia exacta de la riqueza.
Basadas en la impresión de que los recursos para hacerse rico son limitados, insistirán
en que las instituciones sociales y gubernamentales deben ser cambiadas antes de que
un número considerable de personas pueda adquirir formación. Pero eso no es cierto.

Es verdad que los gobiernos existentes mantienen a las masas en la pobreza, pero esto
se debe a que las masas no piensas ni actúan de cierta manera. Si ellas comienzan a
avanzar tal como sugerimos en este libro, ni los gobiernos ni los sistemas industriales
podrán detenerlas. Todos los sistemas tendrán que modificarse para adaptarse a ese
movimiento de avance.

Si la gente tiene mentalidad de progreso, si tiene fé en que puede enriquecerse y


avanza con la firme determinación de hacerlo, nada podrá mantenerla en la pobreza.
Cualquier individuo puede empezar a hacer las cosas de cierta manera en cualquier
momento, bajo cualquier gobierno, y enriquecerse. Cuando un número considerable de
individuos actúa así, bajo cualquier gobierno, hace que el sistema se modifique de tal
manera que se abra el camino para otros. Cuantas más personas se hagan ricas en el
plano competitivo, tanto peor para las demás. Cuantas más personas se hagan ricas en
el plano creativo, tanto mejor para las demás.

La salvación económica de las masas solo puede producirse si un gran número de


personas pone en práctica el método científico expuesto en el presente libro y se
enriquece. Así, les mostrarán a los demás el camino y los inspirarán a desear una vida
más plena, con la fe en que esta puede alcanzarse y con la determinación para lograrlo.

55

Sin embargo, por el momento, basta con saber que ni el gobierno bajo el cual usted
vive ni el sistema capitalista competitivo de producción le puede impedir enriquecerse.
Cuando usted entra en el plano creativo de pensamiento se eleva por encima de estas
cosas y se convierte en ciudadano de otro reino. Recuerde, eso sí, que su pensamiento
ha de mantenerse en el plano creativo; jamás deberá caer en la trampa de creer que
los recursos son limitados ni de actuar según la ética errada de la competencia. Si cae
en estas viejas maneras de pensar, corríjase de inmediato, pues cuando uno se suscribe
a la mentalidad competitiva, pierde la cooperación de la Mente Total.

No desperdicie su tiempo pensando cómo va a enfrentar posibles emergencias en el


futuro, a menos que afecten sus acciones en el presente. Preocúpese por hacer el
trabajo de hoy de una manera perfectamente exitosa, y no por las emergencias que
pudieran presentarse mañana. Ya se hará cargo de ellas cuando lleguen.

No se preocupe pensando cómo superar ciertos obstáculos que surgirán en el


horizonte de sus negocios, a menos que pueda ver claramente que debe alterar hoy su
trayectoria para evitarlos más adelante. Independientemente de cuán grande pueda
parecer un obstáculo en la distancia, se dará cuenta de que si actúa de cierta manera
este desaparecerá a medida que usted se le va acercando, o que surgirá una vía alterna
para pasar sobre, a través o alrededor de él.

Ninguna combinación posible de circunstancias podrá vencer a un hombre o una mujer


que está procediendo a enriquecerse según unos lineamientos estrictamente
científicos. Ningún hombre o mujer que obedezca las leyes del crecimiento fallará en su
propósito de hacerse rico, así como es imposible, en matemáticas, multiplicar dos por
dos y obtener un resultado diferente de cuatro. No se angustie pensando en posibles
desastres, obstáculos, problemas o combinaciones desfavorables de circunstancias. Ya
habrá tiempo para atenderlos cuando se presenten, y usted verá que cada dificultad
lleva consigo los medios para superarla.

Cuide sus palabras. Jamás hable de sí mismo, de sus negocios ni de ninguna otra cosa
en términos desalentadores o desesperanzados, Jamás admita la posibilidad del
fracaso, ni hable de tal manera que pueda inferirse esta posibilidad. Nunca diga que los
tiempos son duros o que las condiciones para los negocios son dudosas. Los

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tiempos serán duros y las condiciones dudosas para aquellos que funcionan en un
plano competitivo, pero nunca para usted. Usted puede crear lo que quiera, y está por
encima del temor. Las mejores oportunidades se le presentarán cuando los demás
estén teniendo dificultades en los negocios.

Aprenda a mirar el mundo como algo que está en permanente devenir, que está
creciendo. Asimismo, aprenda a ver aquellos que parece malo como algo que está en
proceso de desarrollo. Hable siempre en términos de avance. Hacer lo contrario
equivale a negar su fe, y negar su fe equivale a perderla. Jamás se permita sentirse
decepcionado. Quizá espere obtener algo en un momento determinado, y el hecho de
no obtenerlo le parezca un fracaso. Sin embargo, si se aferra a su fe, verá que el fracaso
es tan solo aparente. Continúe actuando de cierta manera; si no recibe lo que
esperaba, recibirá algo mucho mejor, y así vera que el aparente fracaso era en realidad
un gran éxito.

Un estudiante de esta ciencia se dispuso a hacer cierto negocio que le parecía, en ese
momento, muy apetecible. El hombre trabajó durante algunas semanas para lograr su
objetivo. Cuando llegó el momento crucial, el asunto fallo de una manera del todo
inexplicable, como si alguna influencia invisible hubiese estado trabajando
secretamente en su contra. El no estaba decepcionado; por el contrario, le agradeció a
Dios que su deseo hubiese sido invalidado, y continuó actuando con gratitud. Algunas
semanas después, se le presentó una oportunidad mucho mejor. A la luz de esta
situación, comprendió que era excelente no haber hecho el primer negocio. Vio que
una mente más sabia le había evitado perder una oportunidad mejor y quedarse atado
a algo menos bueno. Lo mismo pasará con todos los fracasos aparentes que usted
tenga, si conserva su fe, se aferra a su determinación, tiene gratitud y hace cada día
todo lo que puede hacerse ese día, ejecutando cada acto de manera exitosa.

Cuando usted experimenta un fracaso, es porque no ha pedido lo suficiente; continúe


avanzando y verá que algo más grande aparece en su camino. Recuérdelo.

Usted no fracasa porque carezca de talento necesario para hacer lo que quiere. Si
continúa actuando tal como he señalado, desarrollará todo el talento que se requiera
para llevar a cabo su trabajo.

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La ciencia de cultivar el talento va más allá del alcance de este libro. Sin embargo, el
proceso es tan simple y tan cierto como el de enriquecerse. No dude ni se arredre
pensando que va a fracasar en determinada empresa por falta de habilidad. Continúe
avanzando y verá que la habilidad se habrá desarrollado cuando llegue el momento
oportuno. La misma fuente de habilidad que le permitió a Lincoln, un hombre poco
instruido, llevar a cabo la labor gubernamental más grandiosa emprendida por
cualquier hombre, está a su disposición. Usted puede apelar a la fuente de la sabiduría
para cumplir con las responsabilidades que se le asignen. Avance con total fe.

Estudie este libro. Conviértalo en su compañero constante hasta que haya dominado
todas las ideas que contienen. Mientras consolida esta fe, hará bien en desechar la
mayoría de diversiones y placeres; le convendrá mantenerse alejado de lugares donde
se den sermones o conferencias que expongan ideas contrarias a las que hemos
expuesto aquí. No lea literatura pesimista o que entre en conflicto con estas
propuestas, ni se enzarce en discusiones sobre el asunto. Lea muy poco, salvo los
escritores mencionados en el prefacio. Pase la mayor parte de su tiempo libre
contemplando su visión, cultivando la gratitud y leyendo este libro. Aquí está todo lo
que necesita saber sobre la ciencia de la riqueza, de cuyos puntos fundamentales
encontrará un resumen en el siguiente capítulo.

RESUMEN
Hay una Esencia Pensante a partir de la cual están hechas todas cierta manera las cosas
y que, en su estado original, permea, penetra y llena los intersticios del universo.

Una idea, en esta Sustancia, produce la cosa que has sido imaginada por el
pensamiento.

El hombre puede formar cosas en su pensamiento y, al imprimir su idea en la Sustancia


sin Forma, generar la creación de la cosa en la que piensa.

A fin de lograrlo, debe pasar de una mentalidad competitiva a una mentalidad


creativa; de lo contrario, no podrá estar en armonía con la Inteligencia sin Forma, cuyo
espíritu es siempre creativo y nunca competitivo.

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El hombre puede estar en completa armonía con la Sustancia sin Forma manteniendo
una gratitud vigorosa y sincera por las bendiciones que se le conceden. La gratitud
unifica la mente del hombre con la inteligencia de la Sustancia, de tal manera que sus
pensamientos son recibidos por la Esencia sin Forma. El hombre solo puede
mantenerse en el plano creativo si se une a la Inteligencia sin Forma a través de un
profundo y continuo sentimiento de gratitud. El hombre debe formar una clara imagen
mental de las cosas que quiere tener, hacer o ser, y aferrarse a esa imagen en sus
pensamientos, al tiempo que agradece profundamente al Supremo porque todos sus
deseos le son concedidos. Quien desee enriquecerse debe pasar sus horas de ocio
contemplando su visión y dando sinceras gracias por esta realidad que se materializa
para él. Es importante recalcar una y otra vez la importancia de la contemplación
frecuente de la imagen mental, asociada a una fe inquebrantable y a una gratitud
genuina. Este es el proceso mediante el cual se fija una impresión en la Inteligencia sin
Forma y se pone en movimiento las fuerzas creativas. La energía creativa funciona
mediante los canales establecidos del crecimiento natural y del orden industrial y
social. Todo lo que está incluido en la imagen mental que se forma el individuo llegará
a su vida si él sigue las instrucciones que se dieron más arriba y si su fe es
inquebrantable. Lo que quiere le llegará a través de las vías establecidas del comercio.

A fin de poder recibir lo que es suyo cuando se presente el momento, el hombre debe
permanecer activo, y esta actividad consiste en ser más grande que el lugar que ocupa.
Debe mantener la determinación de enriquecerse a través de la materialización de su
imagen mental. Asimismo, debe hacer cada día todo lo que puede hacerse ese día, y
ejecutar cada acto de manera exitosa debe darle a cada persona un mayor valor de uso
del que recibe como valor de compra, de tal manera que cada transacción produzca
más abundancia en la vida de todos. Debe aferrarse de tal modo a la mentalidad de
progreso que la impresión de crecimiento se comunique a todos aquellos con quienes
entre en contacto.

Los hombres y mujeres que pongan en práctica estas instrucciones se harán ricos, sin
lugar a dudas. Las riquezas que reciban serán directamente proporcionales a la nitidez
de su visión, a la solidez de su determinación, a la continuidad de su fe y a la
profundidad de su gratitud.

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