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Universidad Austral de Chile

Facultad de filosofía y Humanidades


Pedagogía en Educación física, Deportes y Recreación 
Metodología de la investigación
Javier Vega, Braulio Navarro y Daniela Díaz
Santiago Eugenio

La inteligencia emocional y su efecto en el


rendimiento en los deportistas adolescentes
Resumen
En este presente proyecto se busca analizar el aspecto psicológico, específicamente sobre

las emociones, las cuales son un factor determinante a la hora de formar deportistas capaces

de controlarse así mismo, independientemente de los contextos y situaciones estresantes

que los rodean en los entrenamientos, como en las competiciones. Este estudio tiene como

muestra a deportistas adolescente de la ciudad de Valdivia, de entre 12-17 años. Este se

centra en poder analizar los factores claves que afectan al rendimiento de los jóvenes hoy

en día, y como pueden autogestionar esas emociones que muchas veces pueden ser

descontroladas e impulsivas, que pueden terminar en momentos negativos para el desarrollo

de los deportistas. El estudio tiene un carácter cuantitativo, con un enfoque positivista, ya

que la metodología, se basa en cuestionario, en donde las respuestas ya están establecidas,

por lo que los participantes, tendrán que escoger a la que más se asocie a ellos. De este

modo se podrá dar soluciones y herramientas, de acuerdo con los puntajes obtenidos. El

propósito de todo este proyecto es poder dar con las soluciones a los problemas de

abandono, de contiendas y malentendidos en el deporte, sobre todo en la etapa de la

adolescencia, ya que muchas veces esta puede ser muy volátil, y por lo tanto perjudicial, si

no se sabe llevar de la mejor manera. Con estos datos también se podrá ver como se

desenvuelven en los momentos más estresantes, y como sus emociones juegan un gran

papel en su desempeño a la hora de entrenar y competir.


Palabras claves: Deporte, adolescentes, inteligencia emocional, Rendimiento deportivo,

educación.

Objetivos

General:

Analizar la capacidad de control emocional y como esta afecta en el rendimiento de los

deportistas adolescentes.

Específicos:

1. Comparar las emociones positivas y negativas en los deportistas.

2. Diferenciar los tipos de emociones en adolescentes deportistas en periodos de alto estrés.

3. identificar los momentos claves para tratar adecuadamente las emociones.

Pregunta orientadora:

¿Cómo la inteligencia emocional (IE) puede afectar al control de las emociones en el

rendimiento deportivo en adolescentes?

Formulación del proyecto

Las emociones son consideradas hoy en día un motor muy importante en la vida de

los seres humanos, lo que se supone es que todos los actos que realizamos en la

cotidianidad de nuestros días son activados por una u otra emoción que interfiere muchas

veces en las decisiones que tomamos; lo cuestionable es saber si son saludables o no para

nosotros mismos y para nuestras relaciones interpersonales y sí estas nos están permitiendo
rendir al máximo en función del servicio a los demás, a lo que realizamos y sobre todo con

lo que estamos sintiendo.

En este proyecto lo que se busca es dar con soluciones para el control de las

emociones en jóvenes deportistas. Para esto primero se realizará un cuestionario de

preguntas sobre la inteligencia emocional, en donde deberán de responder cada uno de los

apartados. Con Sus respuestas podremos conocer, en qué nivel se encuentran. Desde este

punto se podrá empezar a trabajar con los jóvenes para que puedan mejorar en este aspecto

tan importante para su desarrollo como deportistas y para su vida diaria.

Se ha comprobado en un estudio anterior como un breve entrenamiento de

Regulación emocional con jóvenes deportistas ha ayudado a, que sean más conscientes de

sus estados emocionales, atender a los mismos y discriminar su intensidad; y, por otro lado,

a ser capaces de cambiar su valoración emocional cognitiva ante una situación adversa, que

era negativa por otra de carácter positivo, al tiempo que afrontar así dicha situación de una

forma mucho más adaptativa (Guerrero, 2017). En relación con este último aspecto,

también se ha dejado constancia de la relación existente entre el uso de estrategias de

Regulación emocional que son más adaptativas con la presencia de unos estados

emocionales más positivos, lo cual a su vez enfatiza la importancia de desarrollar

programas de regulación emocional (Granado, Gomila & Filella, 2013).

Si obstruimos la puerta a la expresión de las emociones, estamos dando portazo al

mundo de aquellas corrientes vitales que movilizan la energía y activan el pensamiento y la

conducta (Zukav, 1994, como se cita en (Ramos, 2016). El proyecto pretende constatar qué

tipo de emociones se presentan durante la práctica deportiva en los jóvenes amenazados por

la frustración, ansiedad, enojos, etc. Que llevan a un posterior abandono de la actividad


deportiva. Así como la comprensión de los efectos educativos que provocan en el propio

sujeto. Sin el análisis de las emociones el joven no será capaz de escuchar impulsos tales

como el eco de la cólera, la tristeza, la vergüenza, la sorpresa o la alegría (Ramos, 2016).

Marco teórico

Inteligencia emocional

Según Goleman (1995), la inteligencia emocional es la capacidad de manejar y

regular las propias emociones, comprender las emociones de los demás y utilizar las

"emociones" o "sentimientos" para guiar pensamientos y acciones. Por su parte, Bar-On

(2002) la define como la capacidad de percibir, integrar, comprender y gestionar las

emociones relacionadas con la comprensión de uno mismo y de los demás y afrontar con

mayor éxito las demandas del entorno.

Sin embargo, la definición que mejor precisa lo que es la Inteligencia Emocional, la

definen los autores Mayer y Salovey (1997) como “la capacidad para percibir, asimilar,

comprender y regular las emociones propias y las de los demás”.


REGULACIÓN DE LAS EMOCIONES
Habilidad para Habilidad para Habilidad para Habilidad para
estar abierto reflexionar sobre vigilar regular nuestras
tanto a los las emociones y reflexivamente emociones y las
estados determinar la nuestras de los demás sin
emocionales utilidad de su emociones y las minimizarlas o
positivos como información de otros y exagerarlas
negativos reconocer su
influencia

COMPRENSIÓN Y ANÁLISIS DE LAS EMOCIONES: CONOCIMIENTO EMOCIONAL


Habilidad para Habilidad para Habilidad para Habilidad para
designar las entender las comprender reconocer las
diferentes relaciones entre emociones transiciones de
emociones y las emociones y complejas y/o unos estados
reconocer las las diferentes sentimientos emocionales a
INTELIGENCIA relaciones entre situaciones a las simultáneos de otros
EMOCIONAL la palabra y el que obedece amor y odio
propio
significado de la
emoción

LA EMOCIÓN FACILITADORA DEL PENSAMIENTO


Las emociones Las emociones Las variaciones Los diferentes
facilitan el pueden ser una emocionales estados
pensamiento al ayuda al facilitar cambian la emocionales
dirigir la la formación de perspectiva favorecen
atención a la juicio y fomentando la acercamientos
información recuerdos consideración de específicos a los
importante respecto a múltiples puntos problemas, p.e.
emociones de vista la felicidad
facilita un
razonamiento
inductivo

PERCPECIÓN, EVALUACIÓN Y EXPRESIÓN DE LAS EMOCIONES


Habilidad para Habilidad para Habilidad para Habilidad para
identificar identificar expresar discriminar entre
nuestras propias emociones en correctamente expresiones
emociones otras personas, nuestros emocionales
diseños, arte… a sentimientos y honestas y
través del las necesidades deshonestas
lenguaje, asociadas a los
sonido… mismos

Figura 1: Componentes de la Inteligencia Emocional (Salovey y Mayer, 1997)


adaptado por Pacheco (2005)

La emoción y la inteligencia resultan poseer, una base biológica y psicológica, unidas en

compañía y amistad; el descubrimiento nos conduce a la certeza de que sobre toda emoción

anida un pensamiento. Los procesos neuronales, pensamiento-emoción, son fuerzas vitales que

nacen, crecen y mueren juntas. Con gran satisfacción por el hallazgo Elsa Punset (2014) en su

sugerente publicación, “El mundo en tus manos”, insiste en que los soportes biológicos

disparan las emociones y los pensamientos, mecanismos cerebrales que conforman la

inteligencia (Ramos, 2016).

El estrés emocional

Se refiere al grado de sentimientos perturbadores que afectan a una persona

(Auquilla, 2013). Las causas de esta situación no sólo están en la forma en que controlen o

perciban las propias emociones sino también en la educación que se haya recibido, en el

tipo de ámbito en el que el sujeto se mueva y hay quienes opinan que también podría

deberse en parte a factores congénitos. Además, Anderson (2014) dice Quienes tienen una

alta percepción de sus reacciones emocionales viven bajo un estrés mayor y por ello tienden

a ser pesimistas; no olvidemos que cuando el sistema límbico detecta una señal que

considera de alerta, segrega una serie de hormonas que tardan un tiempo en volver a sus

niveles normales. Como se encuentran bajo estado de alarma emocional gran parte del día,

están atentos a cualquier catástrofe posible que pudiera acontecer; por ello ven los aspectos
negativos de cada situación antes que los positivos. Las principales características de las

personas pesimistas son:

-Rápida percepción de las dificultades.

-Débil percepción de las ventajas o beneficios.

-Desconfianza.

-Espíritu altamente crítico.

-Falta de entusiasmo y vitalidad.

-Sensación de disgusto o disconformidad permanentes (Pérsico, 2007).

Gestión y control de las emociones

La gestión emocional se refiere a aquellos procesos según los cuales las personas

ejercen una influencia sobre sus emociones, el momento en que las perciben y sobre cómo

las experimentan y las expresan (Gross, 1999).

Investigaciones recientes encontraron inteligencia emocional relacionada con las

emociones experimentadas antes del desempeño exitoso y no exitoso (Lane et

al., 2009). Lane et al., (2009) encontraron que las emociones que se correlacionan con el

vigor, la felicidad y la calma en el desempeño exitoso, mientras que las emociones que se

asocian con un desempeño deficiente incluyen confusión, depresión y fatiga.

Rendimiento deportivo
Existe evidencia contundente que indica que las variables psicológicas tienen una

relación directa sobre el rendimiento deportivo (Abdullah, et al., 2016; Olmedilla, et al.,

2010, como se cita en Pedro Lopez, 2022). De hecho, las características psicológicas de los

jugadores pueden tener una relación indirecta con competencias como la técnica, la táctica

o la condición física (Ruth Anderson, 2014)En este sentido, la implicación emocional de

los deportistas puede ser un factor determinante en el compromiso de los jugadores en los

entrenamientos (Conde & Almagro, 2013; Duque et al., 2020, como se cita en Pedro Lopez,

2022). De hecho, una de las variables que influye en la toma de decisiones correcta en

deportistas de alta competición son los aspectos cognitivo-emocionales (Almonacid-Fierro,

2020).

Educación deportiva

Al atender el deporte educativo es preciso hablar de las apropiaciones intrínsecas y

también de las competencias que la educación es capaz de transmitir; aptitudes físicas,

motoras, funcionales, psicológicas conforman un desafío de beneficios endógenos a la

actividad deportiva en términos pedagógicos (Ardoy y otros,2010). Otras destrezas de tinte

social, ético o afectivo crean un registro a adquirir por medio de la pedagogía deportiva.

Otorgado el mérito que les pertenece, todas estas competencias configuran un código de

valores que ayudan al sujeto a construirse como persona bajo la incidencia de creencias,

ideologías, políticas o discursos “ortodoxos” en los que fácilmente puede sentirse envuelta.

Educar en principios significa preparar a personas responsables de sí mismas y del

entorno, simboliza apropiarse de experiencias sin interferencia en los derechos de los

demás, representa la expresión de una libertad sin menoscabo del propio autocontrol. Los
estudios de investigadores sobre el deporte educativo rescatan algunas

propiedades de carácter universal y otras más específicas; hay un asentimiento de proclama

general vinculado a la transmisión de solidaridad, fraternidad, participación, cooperación,

respeto a los demás, sentido de pertenencia, identidad grupal y ayuda mutua. Otros alcances

conforman una aureola más personal como la socialización del individuo, la nobleza de

principios asociados a la superación, la valentía, el sentido del esfuerzo, el autocontrol, la

perseverancia (López Rodríguez, 2000).

Las fortalezas y debilidades del sistema familiar son un gran factor educativo que

contribuyen a la interpretación de los hechos y a la perspectiva que orienta las reacciones y

actitudes ante el renacer puberal. (Tomado de Krauskopof, 2002, como se cita en Auquilla,

2013).

Metodología

Se realizo una investigación en adolescentes deportistas de la ciudad de Valdivia,

Chile, de entre 12-17 años, a través del cuestionario Bar-on 2000, el cual da a conocer

diferentes escalas emocionales de la vida de una persona, en este caso adaptado para niños

y adolescentes. El Paradigma es cuantitativo, con un enfoque positivista. Ya que se busca

recoger datos para luego analizarlos y mostrar los resultados como evidencia, que

fundamente el proyecto.

Bar-on (2000) versión para niños y adolescentes


Este cuestionario consta de 60 preguntas, que mide 7 escalas: EQ total, escala

intrapersonal, escala interpersonal, manejo del estrés, escala de adaptabilidad, estado de

ánimo general e impresión positiva. Esta versión tiene un formato de respuesta de 4 puntos:

“muy   rara vez”,   “rara   vez”,   “a   menudo”, “muy a menudo”.

Escala    intrapersonal: Incluye las competencias referentes a la conciencia de sí

mismo, la expresión de los sentimientos y emociones en sí mismo. Específicamente, dentro

de esta escala están las siguientes competencias: a) Autoestima: esta habilidad busca

establecer con exactitud lo que siente, comprender estas emociones y aceptarse a sí mismo;

b) Autoconciencia emocional: estar consciente de lo que uno mismo   siente; c)

Asertividad: se refiere específicamente a expresar de manera eficaz y constructiva las

propias emociones y a sí mismo; d) Independencia: es ser autosuficiente y libre de

dependencias emocionales de otras personas; e) Auto-actualización: se refiere al esfuerzo

por alcanzar las metas personales y actualizar su propio potencial. 2. Escala interpersonal y

relaciones sociales. Incluye las habilidades sociales de: a) Empatía: que es la capacidad de

estar consciente y entender cómo se sienten los demás; b) Responsabilidad social: se define

como la capacidad de identificarse con su propio grupo social y cooperar con otros; c)

Relaciones interpersonales: es la aptitud de una persona para establecer relaciones

mutuamente satisfactorias y relacionarse bien con otras personas. 3.  Escala de manejo del

estrés.  Esta escala abarca las destrezas que hacen referencia al manejo emocional y la

regulación: a) Tolerancia al estrés: es el manejo positivo y constructivo de las emociones;

b) Control de los impulsos: es el control efectivo y constructivo de las emociones.

4. Escala de adaptabilidad. Comprende las

habilidades que le permiten a las personas adaptarse a nuevas situaciones. 

Incluye: a) Prueba de la realidad: es validar de manera objetiva los pensamientos y


sentimientos, teniendo como marco

de referencia la realidad; b) Flexibilidad: es ajustar y adaptar los sentimientos y pensamient

os a las nuevas   situaciones; c)   Resolución   de   problemas: Resolver de manera efectiva

problemas de naturaleza personal e interpersonal.

Cada una de estas Escalas, así como el EQ total, se da en puntajes que van desde

65 hasta 130, divididos en niveles de desarrollo que permiten la interpretación de los

resultados (Tomado de Leal, 2022).

Con los resultados se interpretará las capacidades y habilidades emocionales de cada

deportista, a los cuales se les informará sobre estos. De modo que conozcan en qué estado

se encuentran a nivel de inteligencia emocional. Posterior a todo esto se deberá de

entregarles las herramientas necesarias para que puedan mejorar en los aspectos más

débiles y así puedan generar una auto gestión y control de sus emociones, especialmente en

los momentos de mayor estrés.

Discusión bibliográfica

Algunos estudios se han centrado en cómo las emociones positivas y negativas influyen en

el afrontamiento del estrés en una situación determinada (Zautra, Affleck, Tennen, Reich &

Davis, 2005). Las emociones negativas como la ira o la ansiedad influyen negativamente

sobre las relaciones sociales (Lazarus, 1999) así como sobre la aparición de posibles

trastornos cardiovasculares (Palmero, Díez & Breva, 2001) o de tipo afectivo (Beck, Rush,

Shaw, & Emery, 1979). Por su parte, las emociones positivas contribuyen a la resistencia y

a la recuperación al estrés, al tiempo que pueden interrumpir la experiencia de emociones

negativas mientras se produce la situación estresante (Fredrickson & Joiner, 2002). La


necesidad de inducir emociones positivas, y disminuir las emociones negativas, propicia el

desarrollo de estrategias de RdE con el objetivo de mejorar el bienestar de los deportistas y

el rendimiento deportivo (Tomado de )

Ahora una de las tareas más difíciles que se le plantea al entrenador de deportistas

jóvenes, es que aprendan a aceptar los éxitos y los fracasos en las competencias como parte

de su proceso de aprendizaje y formación. Konter (2002) afirma que el éxito y fracaso de

un deportista consiste en gestionar sus propios sentimientos de acuerdo a determinadas

situaciones que apuntan a su desempeño, lo que afecta consecuentemente el desempeño del

equipo, confirmando la idea de que hoy en día los deportistas con un alto nivel de IE son

capaces de afrontar y controlar sus emociones, asumir responsabilidades y no dejarse

afectar por los pares y los adversarios en situaciones difíciles, enfatizando en la necesidad

de que los futbolistas tengan una formación en su IE desde tempranas edades, con miras al

control de sus emociones y de sus comportamientos, tarea que debe ser asumida por los

clubes deportivos (Leal, 2022).

Investigaciones recientes han argumentado que las personas aprenden de sus

experiencias emocionales (Baumeister et al., 2007, como se cita en Lane (2010) Baumeister

et al. proponer resultados emocionales previos y estados emocionales actuales contribuir a

que las personas seleccionen acciones de acuerdo con las emociones anticipadas. Por

ejemplo, es probable que un atleta que no logró sus objetivos competitivos se sienta infeliz

y enojado después de la competencia. Estos sentimientos impulsan al atleta a considerar

cómo podría mejorar su rendimiento para evitar resultados similares en el futuro. En la

próxima competencia, si el atleta experimenta enojo e infelicidad leves, incluso de

naturaleza anticipatoria, entonces iniciará pensamientos o comportamientos para regular


estas emociones, posiblemente mediante el uso de habilidades psicológicas. En la

psicología del deporte, la noción de que las emociones brindan retroalimentación y que los

individuos aprenden a asociar ciertas emociones con el éxito.

Por otro lado, los individuos con alta sensibilidad egocéntrica negativa reportan más

deterioro de su salud global que sus contrapartes con baja sensibilidad negativa en igualdad

de condiciones estresantes. Tomado de (Guarino, 2010, como se cita en (Auquilla, 2013)

Los adolescentes que muestran consideración por los demás y sensibilidad social tienen alto

autoconcepto social, y los que muestran conductas altruistas, tienen alto autoconcepto

global (Garaigordobil & Durá, 2006, como se cita en (Auquilla, 2013).

Muchos de los estudios citados anteriormente proponen evaluar el estado de ánimo

en lugar de la emoción. Las diferencias entre el estado de ánimo y la emoción están sujetas

a un debate considerable dentro de la literatura (Beedie et al., 2005, como se cita en (Lane,

2010). Si bien es posible distinguir entre los dos conceptos a nivel teórico, ha resultado más

difícil en términos de medición. La investigación que utiliza listas de verificación de un

solo adjetivo, como el Perfil de estados de ánimo (McNair et al., 1971, como se cita en

(Lane, 2010) , no puede distinguir el estado de ánimo de la emoción (Beedie et al., 2005,

como se cita en (Lane, 2010).

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