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Cachineras de vocación
Según Carlos, son muchas las ventajas de comprar este tipo de prendas. “Son
piezas únicas y aparte que también se ajustan al presupuesto de cada persona
y de aprovechar sus recursos y distribuirlos de la mejor manera”, cuenta.
Además, sabe que comprar de segunda mano es una manera de no dañar el
medio ambiente. “Sabemos todos que la ropa es la segunda industria del
mundo que más contamina”, nos dice.
Para él, que está estudiando Administración de Empresas, las ganancias sirven
como un dinero extra. Según cuenta, obtiene entre el 50% y 60% de lo que
invierte, luego de recuperar lo gastado.
¿Cómo la traen?
No es un secreto que en el Perú la mayor tasa de importación es proveniente
de países como China y Estados Unidos. Según el Sistema Integrado de
Información del Comercio Exterior, el país Norteamericano, trae más de 270 mil
millones de dólares en prendas de vestir al año. Mientras tanto, en el año 2016,
China incrementó sus importaciones de ropa al Perú en hasta un 3000%
generando que, hasta este año, ocupe el 70% de importaciones de prendas.
“Es igual a un proceso de cualquier mercancía. O sea, una vez que tú tienes tu
contacto y ya están enviadas las cargas, lo que tienes que hacer es, de manera
anticipada de arribo, hacer las gestiones con el transportista, la naviera o la
línea aérea para designar el punto de llegada”, explica Christian Calderón,
director del estudio CCR, consultora en temas de comercio exterior y Aduanas,
y vocero del Gremio de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima.
“Está prohibido importar ropa de segunda mano. Es una ley que ha sacado el
gobierno, que está prohibido”, cuenta Paula Calixto, licenciada en Negocios
Internacionales y trabajadora en la importadora Corban Trans Logistic. En el
Perú rige desde el 2005 la ley Nª 28514, que prohíbe la importación de ropa y
calzados usados con fines comerciales, y por la cual ninguna de las prendas
debería ser posteriormente vendidas en estos emporios.
“Si es ropa de segunda mano, está prohibido por ley. Yo sé que hay personas
que traen fardos, pero son fardos que traen por donaciones, que lo usarán para
la venta, pero en un tema de importación, no se puede traer de segunda
mano”, recalcó Paula. Sin embargo, hasta el día de hoy, emporios como La
Cochera de Tacora siguen abiertos y posiblemente no cambie en mucho
tiempo.