Está en sus manos el "Bendicional y Ritual Breve" preparado por el P. Francisco
Moreno. Es una herramienta muy útil para los sacerdotes diáconos y laicos agentes pastorales para el acompañamiento espiritual del pueblo católico. Abarca las situaciones más comunes donde el pueblo solicita la oración y la bendición de la Iglesia: oración por los enfermos; unción de enfermos, bautismo de emergencia: bendición de una casa o de un vehículo; bendición de niños o novios: bendición de objetos de piedad, etc. En forma simple y didáctica explica cómo preparar la bendición, y ofrece textos claros y sencillos para las oraciones. Su tamaño también hace fácil llevarlos y tenerlo a la mano. Agradecemos al Padre Francisco este servicio a la Iglesia de Chosica. 22 de abril de 2014- En la Octava de Pascual Auchu I Colga Monseñor Arturo Colgan(C.S.C. Vicario General Con las debidas licencias. omo un signo de su an el evangelio ás humildes, y la esperanza y es de discernir en todas las cosas mente e caridad la bondad mente el reino de Cristo hombre, continúa otorgando esas bendiciones, como un e misericordia". (Bendicional, n. 1). Cristo, la máxima bendición del Padre, apareció en el bendiciendo a los hermanos, principalmente a los más hum reuna oración de bendición" (Bendicional, n. Los cristianos, guiados por la fe, fortalecidos por la esner espoleados por la caridad, no solo son capaces de di sabiamente los vestigios de la bondad divina en todas las creadas, sino que también buscan implícitamente el reino de obras de la actividad humana. Es más, consideran todos los acontecimientos del mundo como signos de aquella provin paternal con que Dios dirige y sustenta todas las cosas. Port. siempre y en todo lugar se nos ofrece la ocasión de alabar a Dios Cristo en el Espíritu Santo, de invocarlo y darle gracias, a condición de que se trate de cosas, lugares o circunstancias que contradigan la norma o el espíritu del Evangelio, Por eso, cuando se celebra una bendición se ha de someter siempre al criterio pastoral sobre todo si puede surgir un peligro de admiración o extrañeza entre los fieles o los demás." (Bendicional, n. 13) "Los sacramentales son signos sagrados, por los que, a imitación en cierto modo de los sacramentos, se significan y se obtienen por intercesión de la iglesia unos efectos principalmente espirituales." (C.D.C., 1166) "La santa Madre Iglesia instituyó, además, los sacramentales. Estos son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan los efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por intercesión de la iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida." (S.C., n. 60) 2. SACRAMENTOS El vocablo sacramento proviene del latín sacramentum, palab con la cual en las traducciones más tempranas del griego alla busco traducir el griego mystérion. Morfológicamente, sacramentum es una derivación del verbo sacrare (hacer santo') mediante el sufijo denominalizador mentum (instrumental, "medio para"), esto es, sacramentum equivale gramaticalmente a 'instrumento para hacer santo'. Este vocablo se usaba a la llegada del cristianismo a Roma para designar un juramento de los soldados romanos de servicio incondicional al ejército imperial. En cuanto a mystérion, refiere a lo que hoy en día llamamos con la palabra 'misterio' o con 'místico'. El griego bíblico, hace referencia a " lo que, estando fuera de la comprensión natural, puede ser conocido solo por revelación divina". Los sacramentos -en la teología de la Iglesia católica- son signos sensibles y eficaces de la gracia invisible de Dios a través de los cuales se otorga la vida divina, es decir, ofrecen al creyente el ser hijos adoptivos de Dios. Fueron instituidos por Jesucristo y confiados a la Iglesia. En total el catolicismo reconoce siete sacramentos, en orden: Sacramentos de iniciación cristiana: se denominan así, porque estas celebraciones nos inician en la fe. 1. Bautismo 2. Confirmación 3. Eucaristía Sacramentos de curación: se denominan así por las ayudas físicas, psicológicas y religiosas que aportan a los cristianos. 1. Perdón: Reconciliación o confesión 2. Unción de los enfermos Sacramentos de servicio: se denominan así porque se comprometen a realizar tareas para la iglesia católica y la sociedad. 1. Orden sacerdotal 2. Matrimonio Los sacramentos se administran en distintos momentos de la vida del católico y simbólicamente la abarcan por entero, desde el bautismo de los niños hasta la unción de los enfermos (que antes del Concilio Vaticano Il se aplicaba sólo a los que estuvieran en peligro ólo pueden ser en ocasiones er laico, o incluso el signo lo que la idos por Cristo de muerte). La mayoría de los sacramentos sólo administrados por un sacerdote. El bautismo, en excepcionales, puede ser administrado por cualquier laico un no católico, que tenga la intención de hacer con el siano Iglesia hace. "Los sacramentos del Nuevo Testamento, instituidos po nuestro Señor y encomendados a la iglesia, en cuanto acciones de Cristo y de la iglesia, son signos y medios con los que expresa la fe, se rinde culto a Dios y se realiza la santificación de lo hombres, y por tanto contribuyen en gran medida a crear corroborar y manifestar la comunión eclesiástica; por esta razón tanto los sagrados ministros como los demás fieles deben comportarse con la debida diligencia al celebrarlos." (C.D.C. 840) "Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios, pero, como signos, tienen un fin instructivo. No sólo suponen la fe, también la fortalecen, la alimentan y la expresan con palabras y acciones; por eso se llaman sacramentos de la fe. Confieren ciertamente la gracia, pero también su celebración dispone óptimamente a los fieles a recibir la misma gracia, con fruto, a dar culto rectamente a Dios y a practicar la caridad." (S.C., n. 59) I. BENDICIÓN DE LOS NIÑOS. Ornamentos blancos: alba y estola. No se les asperja, sólo se les hace la señal de la cruz. El rito que aquí se propone pueden utilizarlo también el diácono y el laico, principalmente el catequista, con los ritos y preces previstos para él (Bendicional, n. 159). Con este gesto se expresa que el niño es protegido con la señal de la salvación, queda signado en nombre de Dios y se dispone a recibir el bautismo (Bendicional, n. 158). 1. SALUDO INICIAL. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. El Señor esté con ustedes. T: Y con tu espíritu. Si el ministro es un laico, dice: Hermanos, alabemos y demos gracias al Señor, que abrazaba y bendecía a los niños. T: Bendito seas por siempre, Señor. 2. MONICIÓN El Hijo de Dios, nuestro Señor, cuando vino al mundo, asumió la condición de niño, e iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres. Más tarde, recibió benignamente a los niños y los bendijo, resaltó su dignidad, más aún, los puso como ejemplo para los que buscan de verdad el Reino de Dios. Pero los niños necesitan la ayuda de los adultos para el desarrollo de sus cualidades naturales, de sus facultades morales intelectuales, e incluso físicas, para que alcancen así la madures humana y cristiana. Invoquemos, pues, sobre estos niños la bendición divina, que nosotros atendamos con diligencia a su formación y ellos acepten de buen grado la debida instrucción, 3. PRIMERA LECTURA. Lectura del libro de los Proverbios, (4,1-7) Escuchen, hijos, la corrección paterna; atiendan, para aprender prudencia: les enseño una buena doctrina, no abandonen mis instrucciones. Yo también ful hijo de mi padre, amado tiernamente por mi madre; él me instruía así: "Conserva mis palabras en tu corazón, guarda mis preceptos y vivirás; adquiere sensatez, adquiere inteligencia, no la olvides, no te apartes de mis consejos; no la abandones, y te guardará; amala, y te protegerá; que tu primera adquisición sea la sensatez, con todos sus haberes compra prudencia." Palabra de Dios. 4. SALMO RESPONSORIAL. (127) R.: Esta es la bendición del que ama al Señor. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te ira bien. R. Tu mujer como parra fecunda, en medio de tu casa; Tus hijos como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén Todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos. R. 5. HOMILÍA (Breve). 6. PRECES. Invoquemos a Dios todopoderoso, a quien Jesús, el Señor, nos enseñó a llamar Padre, y digámosle suplicantes: Padre santo, guarda a tus hijos. a) Protégenos y defiéndenos a nosotros tus hijos, renacidos de nuevo por el agua y el Espíritu Santo. Oremos: b) Haz que cumplamos fielmente la misión encomendada a cada uno en el mundo y en la iglesia. Oremos: c) Haz que todos los niños crezcan en todo hacia Cristo. Oremos: d) Haz que todos los niños carentes de afecto familiar, con la ayuda de la iglesia, experimenten vivamente tu divina paternidad. Oremos: 7. ORACIÓN DE BENDICIÓN. Dios Padre todopoderoso, fuente de bendición y defensor de los niños, que enriqueces y alegras a los esposos con el don de los hijos, mira con bondad a este/a niño/a y, ya que ha de nacer de nuevo por el agua y el Espíritu Santo, dígnate agregarlo/a a los miembros de tu grey, para que, una vez recibido el don del bautismo, sea participe de tu reino y aprenda a bendecirte con nosotros en tu iglesia. P.J.N.S. Amén. El ministro y los padres hacen la señal de la cruz en la frente el/la niño/a. 8. PADRE NUESTRO. "El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado", por eso rezamos llenos de alegría: Padre nuestro... Invocamos a María, madre de Jesús y madre nuestra: Dios te salve, María... 9. CONCLUSIÓN. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna. Amén. II. BAUTISMO EN CASO DE EMERGENCIA. Ornamentos blancos. Si se hace en una capilla, utilícese alba y estola blanca. Si el ministro es un laico, use en lo posible alba. Este rito lo pueden hacer el sacerdote, el diácono y el laico. Si el peligro de muerte es inminente, basta con decir las palabras "Yo te bautizo..." y derramar el agua sobre la cabeza del niño/a. Se prepara: un recipiente con agua, o la pila bautismal, la vestidura blanca y un documento que acredite que se ha hecho el bautismo con los datos del niño/a y los padres, así como el nombre de quien ha conferido el bautismo. "Incorporados a Cristo por el bautismo, constituyen -los hombres- el pueblo de Dios, reciben el perdón de sus pecados y pasan de la condición humana en que nacen como hijos del primer Adán al estado de los hijos de adopción, convertidos en nueva creador el agua y el Espíritu Santo. Por eso se llaman y son hijos de Dios." (Ritual, n. 2) "No habiendo sacerdote ni diácono, en caso de peligro inminente de muerte, cualquier fiel, y aun cualquier hombre que tenga la intención requerida, pueda, y algunas veces hasta debe, conferir el Bautismo ... Es muy importante que, aún en este caso, esté presente una comunidad reducida o, al menos, si es posible, uno o dos testigos".(Ritual, n. 26). 1. SALUDO. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 2. PRECES Hermanos: invoquemos la misericordia de Dios todopoderoso para estela niño/a que va a recibir la gracia del bautismo, por sus padres y padrinos, y por todo el pueblo santo de Dios. a) Para que Dios se digne agregar este/a niño/a a su iglesia por el bautismo. Roguemos al Señor. b) Para que se digne adoptarlo/la como hijo/a suyo/a, por el bautismo. Roguemos al Señor. c) Para que, sepultado por el bautismo en la muerte de Cristo, le haga partícipe de su resurrección. Roguemos al Señor. d) Para que se digne renovar en nosotros la gracia del bautismo. Roguemos al Señor. e) Para que se digne conservar siempre en una misma fe y caridad a todos los discípulos de Cristo, bautizados para formar un solo cuerpo. Roguemos al Señor. 3. ORACIÓN. Dios, fuente de vida y de amor, Padre de nuestro Señor Jesucristo: Tú quieres revelar tu designio de amor a estos padres que temen por la vida de su hijo/a, dándoles a conocer que no ha de perderse para siempre esta vida que renacerá en el bautismo. Escucha nuestras súplicas: no permitas que este/a niño/a permanezca bajo el poder del mal, sino admítelo en el Reino de tu Hijo. Concede que este/a niño/a, a quien damos el nombre de N., por esta agua vivificada por el Espíritu, participe en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, sea hijo de adopción, alcance tu heredad y se alegre como miembro de tu iglesia con el Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. 4. PROFESIÓN DE FE. Recordando nuestro bautismo, confesemos nuestra fe en Jesucristo, que es la fe de la iglesia, en la que éste/a niño/a va a ser bautizado: Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucito de entre los muertos. Subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. 5. BAUTIZO. N., YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE +, Y DEL HIJO +, Y DEL ESPÍRITU SANTO +. 6. IMPOSICIÓN DE LA VESTIDURA BLANCA (Se puede omitir) N., eres ya nueva creatura y has sido revestido de Cristo. Esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de cristiano, que debes conservar sin mancha hasta la vida eterna. Amén. 7. PADRE NUESTRO (Todos) Padre nuestro..., 8. INVOCACIÓN A MARÍA Auxilio de los cristianos y modelo de entrega a Dios: T: Dios te salve, María... 9. CONCLUSION. Sacerdote o diácono: - El señor esté con ustedes. T: Y con tu espíritu. - La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo, Espíritu Santo descienda sobre ustedes. T: Amén. Laico: - El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. T: Amén. III. BENDICIÓN DE LOS NOVIOS. Ornamentos blancos: alba y estola. El rito que aquí se propone pueden utilizarlo el diácono y el laico (los padres de los novios, por ejemplo). Los honestos esponsales de las parejas cristianas constituyen para las dos familias un acontecimiento singular, que conviene to especial y con la oración común, para invocar la bendición divina y llevar a feliz término lo que felizmente comienza. (Bendicional, n. 197) 1. SALUDO INICIAL. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. El Señor esté con ustedes. T: y con tu espíritu. Si el ministro es un laico, dice: Hermanos, alabemos a nuestro Señor Jesucristo, que nos amó hasta entregarse por nosotros. T: Bendito seas por siempre, Señor. 2. MONICIÓN INICIAL. Sabemos que la gracia de Dios es siempre necesaria para todos y en todo momento; pero nadie duda que esta gracia la necesitan los cristianos de manera especial cuando se preparan para formar una nueva familia. Por eso, para que estos novios crezcan en el mutuo res amen cada vez más sinceramente, y, con el debido trato y la en común, se vayan preparando para la celebración del matrimonio, imploremos para ellos la bendición divina. 3. PRIMERA LECTURA. Lectura del evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según San Juan. (15,9-12) En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: - "Como el Padre me ha amado, así los he amado yo permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandatos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y vuestra alegría llegue a su plenitud. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado." Palabra del Señor. 4. SALMO RESPONSORIAL. (144) R.: El Señor es bueno con todos. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Los ojos de todos te están aguardando, Tú les das la comida a su tiempo.R. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca 'está el Señor de los que lo invocan, De los que lo invocan sinceramente, R. 5. HOMILÍA. (Breve) 6. PRECES. Invoquemos a Dios Padre, que tanto ama a los hombres y mujeres que los hace hijos suyos en Cristo y los pone en el mundo como testigos de su amor. Digámosle confiadamente: Haz que te amemos siempre, Señor. a) Tú que has querido que tus verdaderos hijos, hermanos de Cristo, se hicieran conocer por su mutuo amor ... b) Tú que enseñas a los hombres las suaves exigencias de tu amor, para que sometiéndose a ellas, encuentren la felicidad... c) Tú que unes al varón y a la mujer con amor recíproco, para que la familia que nace de esta unión se alegre con el gozo de los hijos... d) Tú que llamas a N., Y N., a la plena comunión de amor por la que los miembros de la familia cristiana llegan a tener un mismo pensar y un mismo sentir, ... 7. BENDICIÓN DE LOS ANILLOS. El Señor haga que de tal manera guarden estos anillos que ustedes han intercambiado que a su tiempo lleven a término lo que se han prometido con esta donación recíproca. Amén. 8. ORACIÓN DE BENDICIÓN. Si preside un sacerdote o un diácono: Extiende las manos. Señor Dios, fuente de todo amor, tu designio providente hizo que estos prometidos se encontraran; te pedimos que a quienes imploran tu gracia en este tiempo de preparación al matrimonio les otorgues la ayuda de tu bendición, para que progresen en el mutuo afecto y se amen con amor sincero. P.J.N.S. Amén. Si preside un laico: Con las manos juntas. Te alabamos, Señor, porque en tu designio de bondad, preparas a estos hijos tuyos N., y N., para que mutuamente; dígnate fortalecer sus corazones, para guardándose fidelidad y agradándote en todo, lleguen felizmente al sacramento del matrimonio. P.J.N.S. Amén. 9. PADRE NUESTRO. "El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado", nos dice san Pablo; por eso rezamos llenos de gozo: T: Padre nuestro... 10. PLEGARIA O CANTO A LA VIRGEN. En la Virgen María encontramos el modelo de entrega a Dios; a ella encomendamos especialmente a N., y N., e imploramos su maternal protección para estos novios y para sus familias: T: Dios te salve, María... 11. CONCLUSIÓN DEL RITO. El Dios del amor y de la paz habite en ustedes, dirija sus pasos y confirme sus corazones en su amor. T: Amén. IV. BENDICIÓN DE LOS ENFERMOS. Ornamentos blancos: alba y estola. Si se hace en el domicilio o en la habitación del centro sanitario, basta con una estola blanca sobre la ropa. Este rito puede utilizarlo el sacerdote, el diácono o el laico. "Todos los cristianos, participando en la solicitud y el amor de Cristo y de la iglesia hacia los que sufren, deben preocuparse con gran esmero de los enfermos y, según cada caso visitarlos, confortarlos en el Señor y ayudarles fraternalmente en sus necesidades." (Ritual de la Unción, n. 88). 1. SALUDO DEL CELEBRANTE. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. T: Amén. La paz del Señor sea con esta casa y con todos los aquí presentes. T: Y con tu espíritu. Si preside un laico, dice: Hermanos, bendigamos al Señor, que pasó haciendo el bien y curando a todos. T: Bendito seas por siempre, Señor. 2. MONICIÓN INICIAL. Jesús, el Señor, que pasó haciendo el bien y curando todas las dolencias y enfermedades, encomendó a sus discípulos que cuidaran de los enfermos, que les impusiesen las manos y los bendijeran en su nombre. En esta celebración, encomendaremos a Dios a N., para que le ayude a soportar los sufrimientos del cuerpo y del espíritu, sabiendo que si es compañero/a de Cristo en el sufrir también lo será en el buen ánimo. 3. PRIMERA LECTURA. Lectura de la segunda carta de san Pablo a los Corintios. (1,3-7) ¡Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo! Él nos alienta en nuestras tribulaciones hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier tribulación, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Cristo. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo. Si nos toca luchar, es para vuestro aliento y salvación.; si recibimos aliento, es para comunicarles un aliento con el que puedan aguantar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros. Ustedes nos dan firmes motivos de esperanza, pues sabemos que, si son compañeros en el sufrir, también lo son en el buen ánimo. Palabra de Dios. 4. SALMO RESPONSORIAL. (Salmo 101) R.: Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti; no me escondas tu rostro en el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco, escúchame enseguida. R. Él agotó mis fuerzas en el camino, acortó mis días; Y yo dije: "Dios mío, no me arrebates en la mitad de mis días." Tus años duran por todas las generaciones. R. 5. PRECES Llenos de confianza, pidamos a Jesús, el Señor, que consuele con su gracia a los enfermos, y digámosle suplicantes: Señor, ayuda con tu gracia a los enfermos. a. Tú que viniste al mundo como médico de los cuerpos y de almas, para curar nuestras enfermedades ... b. Tú que, como hombre sufrimientos y aguantaste nuestros dolores ... c. Tú que quisiste parecerte en todo a tus hermanos, para manifestarte compasivo ... d. Tú que quisiste experimentar la debilidad de la carne, para libramos del mal... e. Tú que tuviste a tu Madre junto a la cruz, compartiendo tus sufrimientos ... 6. ORACIÓN DE BENDICIÓN. Si preside un sacerdote o un diácono, impone las manos sobre el enfermo, y dice: Señor, Dios nuestro, que enviaste al mundo a tu Hijo para que sobrellevara nuestros sufrimientos y aguantara nuestros dolores, te pedimos por N.; dale paciencia y fortaleza, reanima su esperanza; que, con tu ayuda, alcance un completo restablecimiento. P.J.N.S. Amén. Si preside un laico, sin imponer las manos, dice: Por tu amor, sálvanos, Señor, Dios nuestro, tú que velas solícitamente por la obra de tus manos; conforta con el poder de tu brazo el ánimo de N., remedia sus dolencias, sana sus debilidades y haz que alcance felizmente el consuelo que de ti espera. P.J.N.S. Amén. 7. PADRE NUESTRO. Fieles a la recomendación del salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir: Padre nuestro... 8. INVOCACIÓN A MARÍA. Invoquemos la maternal protección de la santísima Virgen María sobre todos los que sufren en el cuerpo o en el espíritu: T: Dios te salve, María... 9. CONCLUSIÓN. Si el ministro es un sacerdote o diácono, dice: - Que Dios Padre te bendiga. T: Amén. - Que Dios Hijo te devuelva la salud. T: Amén, - Que el Espíritu Santo te ilumine. T: Amén. Y a todos ustedes, que están aquí presentes, les bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo +, y Espíritu Santo. T: Amén. Si el ministro es un laico, dice: Jesús, el Señor, que pasó haciendo el bien y curando a todos los enfermos nos conserve la salud y nos llene de sus bendiciones. T: Amén. Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. T: Amén. V. COMUNIÓN A LOS ENFERMOS. Ornamentos blancos. Si se hace en un lugar donde hay capilla después de la misa, el sacerdote la distribuye. Si se hace en un hospital civil o residencia, o en un domicilio particular, basta con la estola sobre la ropa. Este rito lo pueden hacer el sacerdote, el diacono y el laico ministro extraordinario de la comunión. Cuando llega el ministro a la habitación coloca la píxide sobre el corporal con todo respeto, y si puede hace una genuflexión. La Eucaristía, sin ser un sacramento especifico de la enfermedad, tiene una estrecha relación con ella. Primero porque el enfermo, que ya vive en la fe la incorporación de su enfermedad a la Pasión de Cristo, puede tener el deseo de celebrarla sacramentalmente. En segundo lugar, porque la Eucaristía servirá para descubrir al enfermo, tentado de encerrarse egoístamente en sí mismo, el sentido de comunión total con Dios y con los hombres que Cristo da a la vida. (Ritual de Unción n. 63). 1. SALUDO INICIAL. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. T: Amén. La paz del Señor sea con ustedes/contigo. T: Y con tu espíritu. 2. ACTO PENITENCIAL. Hermanos: para participar con fruto en esta celebración, comencemos por reconocer nuestros pecados. Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mi ante Dios, Nuestro Señor. Amén. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. T: Amén. 3. LECTURA EVANGÉLICA. Lectura del evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según san Juan. (6,54-59). En aquel tiempo dijo Jesús: El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mi y yo en él. El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre, del mismo modo, el que me come, vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de sus padres, que lo comieron y murieron: el que come de este pan vivirá para siempre. Palabra del Señor 4. PROFESIÓN DE FE BAUTISMAL. - ¿Crees en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra? - Sí, creo. - ¿Crees en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, nació de santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucito de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre? - Si, creo. - ¿Crees en el Espíritu Santo, en la santa iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? - Sí, creo. 5. PRECES Invoquemos, queridos hermanos, con un solo corazón a nuestro Señor Jesucristo, y digámosle: T: Te rogamos, óyenos. a) A ti, Señor, que nos amaste hasta el extremo y te entregaste a la muerte para damos la vida ... b) A ti, Señor, que dijiste. "El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna"... c) A ti, Señor, que nos invitas al banquete en que ya no habrá ni dolor, ni llanto, ni tristeza, ni separación, ... 6. PADRE NUESTRO. Y ahora, todos juntos, invoquemos a Dios con la oración que el mismo Cristo nos enseñó: T: Padre nuestro... 7. COMUNIÓN. El ministro muestra el Santísimo Sacramento y dice: Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los llamados a la mesa del Señor: T: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. (FALTA UNA IMAGEN CREO) Que Dios Padre te bendiga. Amén. - Que el Hijo de Dios te devuelva la salud. - Amén Que el Espíritu Santo te ilumine. Amén. - Que el Señor proteja tu cuerpo y tu alma. - Amén. - Que haga brillar su rostro sobre ti y te lleve a la vida eterna. - Amén. - Y a todos ustedes que están aquí presentes, los bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo +, y Espíritu Santo. Amén. Si el ministro es un laico dice: Jesús, el Señor, que pasó haciendo el bien y curando a todos los enfermos nos conserve la salud y nos llene de sus bendiciones. T: Amén. Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. T: Amén. VI.- UNCIÓN DE LOS ENFERMOS. • Ornamento: estola morada. . Este rito sólo lo puede hacer el sacerdote. "El sacerdote, antes de administrar la santa unción a un enfermo se informará del estado del mismo, de modo que tenga en cuenta su situación." (Ritual, n. 121) "En la santa Unción, que va unida a la oración de fe (cf.St.5,15), se expresa ante todo la fe que hay que suscitar tanto en el que administra como, de manera especial, en el que recibe el sacramento; pues lo que salvará al enfermo es su fe y la de la iglesia, que mira a la muerte y resurrección de Cristo, de donde brota la eficacia del sacramento (Sto. Tomás) y entrevé el reino futuro cuya garantía ofrece el sacramento" (Ritual, n. 7) 1. SALUDO. En el nombre del Padre... La paz del Señor sea a esta casa y a todos los aquí presentes. T: Y con tu espíritu 2. ASPERSIÓN. Que esta agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo, que nos redimió con su muerte y resurrección. • Se asperja al enfermo y a la habitación. 3. ORACIÓN Señor, Dios nuestro, que por medio del apostol Santiago nos has dicho: "¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la iglesia, que recen sobre él, después de ungido con óleo en nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y si ha cometido pecado, lo perdonara". Escucha la oración de quienes nos hemos reunido en tu nombre y protege misericordiosamente a N nuestro/a hermano/a enfermo/a. P.J.N.S. Amén. 4. PRECES. Con humildad invoquemos al Señor a favor de N., diciendo, TE ROGAMOS, OYENOS. - Dígnate visitarlo con tu misericordia y confortarlo con la santa Unción... Libralo/la de todo mal... - Alivia el dolor de todos los enfermos.. - Libra a este enfermo del pecado y de toda tentación ... - Asiste a cuantos lo/la cuidan ... 5. IMPOSICIÓN DE LAS MANOS. • En silencio, le impone las manos sobre la cabeza. 6. ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS. Bendito seas, Dios, Padre todopoderoso, que por nosotros y por nuestra salvación enviaste a tu Hijo al mundo. - Bendito seas por siempre, Señor. Bendito seas, Dios, Hijo unigénito, que te has rebajado haciéndote hombre como nosotros, para curar nuestras enfermedades. - Bendito seas por siempre, Señor. Bendito seas, Espíritu Santo Consolador, que con tu poder fortaleces la debilidad de nuestro cuerpo. - Bendito seas por siempre, Señor. Mitiga los dolores de este/a hijo/a tuyo/a, a quien ahora, llenos de fe, vamos a ungir con el óleo santo; haz que se sienta confortado en su enfermedad y aliviado en sus sufrimientos. P.J.N.S. Amén. 7. SANTA UNCIÓN. • Unge en la frente y en las manos. POR ESTA SANTA UNCIÓN Y POR SU BONDADOSA MISERICORDIA TE AYUDE EL SEÑOR CON LA GRACIA DEL ESPIRITU SANTO. AMÉN. PARA QUE, LIBRE DE TUS PECADOS, TE CONCEDA LA SALVACIÓN Y TE CONFORTE EN TU ENFERMEDAD. AMÉN. Señor Jesucristo, Redentor de los hombres, que en tu pasión quisiste soportar nuestros sufrimientos y aguantar nuestros dolores, te pedimos por N.; tú, que lo has redimido, reaviva en el la esperanza de la salvación y conforta su cuerpo y su alma. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 8. PADRE NUESTRO. Invoquemos a Dios con la oración que el mismo Cristo nos enseñó: T: Padre nuestro ... • Si las circunstancias lo permiten, hágase una oración a la Virgen María, como por ejemplo: T: Dios te salve, María... O bien esta otra: T: Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; Diócesis de Chosica 32 a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos. Y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. i Oh clementísima, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén. 9. BENDICIÓN. - Jesucristo, el Señor, esté siempre a tu lado para defenderte. T: Amén - Que él vaya delante de ti para guiarte y vaya detrás de ti para ayudarte. T: Amén - Que él vele por ti, te sostenga y te bendiga. T: Amén. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo +, y Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y los acompañe siempre. Amén. VII.- ORACIÓN POR UN DIFUNTO EN EL VELATORIO • Ornamentos morados. Si en el velatorio hubiese capilla, revístase con alba y estola. Se prepara: Cirio Pascual, estola morada, acetre con agua bendita. Este rito lo pueden desarrollar el sacerdote, el diácono y el laico. Procuren los párrocos y responsables de parroquias asistir a las familias en este momento. "No se debe olvidar que uno de los objetivos principales de la liturgia funeral es el elevar preces de intercesión por el difunto. Con ello, además de mostrar los vínculos estrechísimos que existen entre la comunidad terrena y el miembro difunto, se expresa la fe en la victoria de Cristo sobre la muerte y la esperanza de participar plenamente en ella" (Ritual de Exequias, n. 15) "La iglesia honra en las exequias el cuerpo del difunto, porque ha sido instrumento del Espíritu Santo y está llamado a la resurrección gloriosa. Los ritos exequiales pueden considerarse como expresión de la veneración cristiana por el cuerpo que fue bañado por el agua bautismal, ungido con óleo santo, alimentado con el pan y el vino eucarístico, marcado con el signo de la salvación, protegido por la imposición de las manos." (Ritual de Exequias, n. 18) 1. SALUDO INICIAL. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. • Si preside un sacerdote o un diácono, dice: Oración por un difunto en el velatorio • Se enciende el Cirio mientras se canta: El Señor es mi luz y mi salvación; El Señor es la defensa de mi vida; si el Señor es mi luz, a quién temere, quién me hará temblar. • Si no hay Cirio Pascual, se hace el Acto Penitencial Comencemos esta Liturgia, reconociendo nuestros pecados, pidamos perdón por ellos y por los que N., pudo cometer por la fragilidad humana. - Tú que has venido a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad T:Señor, ten piedad. - Tú que no quieres la muerte del pecador sino que se arrepienta y viva: Cristo, ten piedad T:Cristo, ten piedad. - Tú que no has venido a llamar a los justos sino a los pecadores: Señor, ten piedad T:Señor, ten piedad. Dios misericordioso tenga piedad de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén. 5. ORACIÓN Oremos: Oh Dios, siempre dispuesto a la misericordia y al perdón, escucha nuestras súplicas por tu hijo/a N., que acabas de llamar a tu presencia, y, ya que creyó y esperó en ti, conducelo/a ahora a tu reino, su verdadera patria, para que goce contigo de la alegría eterna. P.J.N.S. Amén. 6. PRIMERA LECTURA. Lectura del libro del Apocalipsis. (21,1 a. 3-5a). Diócesis de Chosica 36 Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: - "Esta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado". Y el que estaba sentado en el trono dijo: - "Todo lo hago nuevo." Palabra de Dios. 7. SALMO RESPONSORIAL. R.:El Señor es mi pastor, nada me falta. El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. R./ Aunque camine por cañadas oscuras, nada terno, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R./ Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R./ 8. ACLAMACIÓN AL EVANGELIO. Aleluya, aleluya, aleluya. • En Cuaresma: Señor, tú tienes palabra de vida eterna 14. DESPEDIDA. Antes de separamos, acudamos a la maternal protección de la Virgen María, consuelo de los afligidos: T: Dios te salve, María... Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. T: Amén. En nombre de Cristo resucitado, podemos retiramos en paz. VIII.- ORACIÓN EN EL CEMENTERIO • Ornamentos morados. Si las condiciones lo permiten, el diácono y el sacerdote vistan alba y estola morada o al menos estola morada. . Este rito lo pueden hacer el sacerdote, el diácono y el laico. Se prepara: acetre o hisopo. 1. SALUDO. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. • Si preside un sacerdote o un diácono, dice: El Señor esté con ustedes. T: Y con tu espíritu. Si preside un laico, dice Bendigamos al Señor que por la resurrección de su hijo Jesucristo, nos ha hecho nacer a una esperanza viva. T: Bendito seas por siempre, Señor. 2. MONICIÓN. Vamos a enterrar ahora el cuerpo (las cenizas) de nuestro/a hermano/a N., para que vuelva a la tierra de la que fue sacado/a. Pero, antes de colocarlo/las en el sepulcro, elevemos nuestra oración a Dios Padre, y, con la fe puesta en la resurrección del Señor, pidámosle que nos conforte en medio del dolor y que acoja a este/a hijo/a suyo/a en la felicidad de los justos. 3. SALMO. (22) R: El señor es mi pastor, nada me falta. El Señor es mi pastor, nada me falta. en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. R./ Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo. tu vara y tu cayado me sosiegan. R/. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años in término. R/. 4. PADRE NUESTRO. Fieles a la recomendación del Salvador, digamos la oración de los hijos de Dios: Padre nuestro... 5. ORACIÓN Oremos: Te encomendamos, Señor, a nuestro/a hermano/a N., a quien en esta vida mortal guiaste por el sendero justo y acompañaste con tu bondad y tu misericordia; prepara ahora ante el/ella la mesa festiva de tu reino y haz que habite en tu casa por años sin término. P.J.N.S. Amén. Diócesis de Chosica 42 6. ASPERSIÓN CON EL AGUA BENDITA. - Dale, Señor, el descanso eterno. T: Y brille para él/ella luz la perpetua. - Descanse en paz. T: Amén. - Su alma, y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. T: Amén. • Mientras se deposita el féretro en la sepultura, se puede rezar esta oración a la Virgen María: Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos. Y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementisima, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén. 7. DESPEDIDA Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna T: Amén En el nombre de Cristo Resucitado, podemos retirarnos en paz. IX.- BENDICIÓN DE UNA CASA. • Estola blanca sobre la ropa de vestir. Se prepara: hisopo. • Este rito pueden utilizarlo el sacerdote, el diácono y el laico. con los ritos y fórmulas previstos para él. No debe hacerse la bendición de la nueva casa sin la presencia de los que viven en ella (Bendicional, n. 537). "Cuando los cristianos desean inaugurar una nueva casa... juntos y con alegría, dan gracias a Dios, de quien procede todo bien, por el don de una nueva vivienda". (Bendicional, n. 534) 1. SALUDO. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. • Para el diácono o sacerdote: La paz del Señor sea a esta casa y a todos los aquí presentes. Y con tu espíritu. • Para el laico: Bendigamos al Señor, que por la acción de su Espíritu nos ha llamado a formar un solo cuerpo y un solo espíritu. Bendito seas por siempre, Señor. 2. MONICIÓN. Queridos hermanos: dirijamos nuestra ferviente oración a Cristo, que quiso nacer de la Virgen María y habitó entre nosotros, para que se digne entrar en esta casa y bendecirla con su presencia. Cristo, el Señor, esté aquí, en medio de ustedes, fomente la caridad fraterna, participe en sus alegrías, les consuele en las tristezas. Y ustedes, quiados por las enseñanzas y ejemplos de Cristo, procuren, ante todo, que esta nueva casa sea hogar de caridad, desde donde se difunda ampliamente la fragancia de Cristo. 3. EVANGELIO. Escuchen ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según san Lucas. (10,5-9) Dijo el Señor a sus discípulos: - "Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa en casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: "Está cerca de ustedes el reino de Dios." Palabra del Señor. 4. PRECES Con ánimo agradecido y gozoso invoquemos al Hijo de Dios, Señor de cielo y tierra, que, hecho hombre, habitó entre nosotros, y digamos: Quédate con nosotros, Señor. a) Señor Jesucristo, dígnate vivir con nosotros en esta casa, para que te reconozcamos como huésped y te honremos como cabeza... b) Señor Jesucristo, haz que los habitantes de esta casa se vayan integrando en la construcción del Nuevo Templo de Dios, para ser morada del Altísimo, por el Espíritu ... c) Señor Jesucristo, haz que la vida de esta familia se apoy firmemente en tu palabra y, evitando toda división, te sirva de corazón... d) Señor Jesucristo, haz que todos los que buscan una vivienda encuentren, con nuestra ayuda, una casa digna de este nombre... e) Señor Jesucristo, haz que todos los fieles difuntos disfruten de la presencia del Padre en la morada eterna en los cielos... 5. ORACIÓN DE BENDICIÓN. El sacerdote y el diácono extienden las manos; el laico las tiene juntas. Asiste, Señor, a estos hijos tuyos que al inaugurar esta vivienda, imploran humildemente tu bendición, para que, cuando vivan en ella, sientan tu presencia protectora; cuando salgan, gocen de tu compañía; cuando regresen, experimenten la alegría de tenerte como huésped, hasta que lleguen felizmente a la estancia preparada para ellos en la casa de tu Padre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. • Se asperja a los presentes y las habitaciones, diciendo: Que esta agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo, que nos redimió con su muerte y resurrección. 6. PADRE NUESTRO Recemos la oración que Cristo nos enseñó: T: Padre nuestro... 7. CONCLUSIÓN. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en nuestro corazón, la palabra de Cristo habite entre nosotros en toda su riqueza, para que todo lo que de palabra o de obra realicemos sea todo en Nombre del Señor. Amén. Y a todos ustedes que están aquí presentes los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo +, y Espíritu Santo. T: Amên Si es un laico: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. T: Amén. X.- BENDICIÓN DE UN LOCAL COMERCIAL. Ornamentos: estola blanca sobre la ropa de vestir. . Se prepara: acetre e hisopo. • Este rito lo puede utilizar el sacerdote, el diácono o un laico. "El hombre, con el trabajo asiduo de sus manos y el desempeño de su cometido, cuida incesantemente de la creación. Por otra parte, el progreso de las técnicas de producción y la mejor organización del comercio y de los servicios han convertido la economía en un instrumento capaz de satisfacer las nuevas necesidades de la familia humana que no dejan de acrecentarse. Existe, pues, motivo más que suficiente para bendecir aquellos lugares donde el hombre trabaja con empeño en beneficio propio y en provecho de sus semejantes" (Bendicional, n. 665) 1. SALUDO INICIAL. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. El Dios que dio al hombre el mando sobre las obras de sus manos, esté con todos ustedes. T: Y con tu espíritu. • Si es un laico: Bendigamos al Señor, que por la acción de su Espíritu nos ha llamado a formar un solo cuerpo y un solo espíritu. Bendito seas por siempre, Señor. 2. MONICIÓN. Jesucristo puso de manifiesto la gran dignidad del trabajo cuando el mismo, la Palabra del Padre hecha carne, quiso ser llamado hijo del carpintero, convirtiendo el trabajo humano en fuente de bendición. En efecto, el hombre, realizando fielmente su trabajo y todo lo que se refiere al progreso temporal y ofreciéndolo humildemente a Dios, se purifica a sí mismo, desarrolla con su inteligencia y habilidad la obra de la creación, ejercita la caridad, se hace capaz de ayudar a los que son más pobres que él y, asociándose a Cristo redentor, se perfecciona en el amor a él. Bendigamos a Dios y pidámosle que derrame su bendición sobre todos los que desempeñen sus tareas en este lugar. 3. LECTURA BÍBLICA. Escuchen, hermanos, las palabras del libro del Génesis. (1,27-31 a) Creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creo; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: - "Crezcan, multipliquense, llenen la tierra y sométanla; dominen los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra." Y dijo Dios: - "Miren, les entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra, y todos los árboles frutales que engendran semilla les servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde le servirá de alimento". Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. Palabra de Dios. 4. PRECES. Dios nuestro Señor, que creó el mundo y lo lleno de maravillas como signo de su poder, santifico también en sus orígenes el trabajo humano. Roguémosle, pues, diciendo: Guía, Señor, las obras de nuestras manos. a) Bendito seas, Señor, que nos has dado la ley del trabajo, para que, con nuestra inteligencia y nuestros brazos, nos dediquemos con empeño a perfeccionar las cosas creadas. b) Bendito seas, Señor, que has hecho que en Cristo nos fuera llevadero el yugo y ligera la carga de nuestro trabajo ... c) Bendito seas, Señor, que en tu providencia nos exiges que procuremos hacer nuestro trabajo con la máxima perfección... d) Bendito seas, Señor, que elevas a la sublime dignidad de la Eucaristía el pan y el vino, fruto de nuestro trabajo... Padrenuestro... 5. ORACIÓN DE BENDICIÓN. Oremos: Dios Padre providentísimo, que pusiste en manos del hombre la tierra y sus productos para que contribuyera con su trabajo a que los bienes creados alcancen para todos, bendice a los que usen este local y haz que, observando en sus transacciones la justicia y la caridad, puedan alegrarse en contribuir al bien común y al progreso de la comunidad humana. P.J.N.S. Amén. • Se asperja el local. 6. CONCLUSIÓN DEL RITO. Dios Padre de bondad, que nos ha mandado ayudarnos en todo como verdaderos hermanos, dirija su mirada bondadosa sobre ustedes y sobre todos los que acudan aquí. Amén. Y a todos ustedes, que están aquí presentes, los bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo. T: Amén. • Si es un laico: - El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. T: Amén. XI.- BENDICIÓN DE UN VEHÍCULO Y TODO LO RELACIONADO CON LOS DESPLAZAMIENTOS. Ornamentos blancos. Si se trata de una bendición que no suponga un especial evento, sólo estola blanca sobre la ropa de vestir; si se trata de un evento más ampuloso (una calle, carretera, etc.) alba y estola blanca. Este rito pueden utilizarlos los sacerdotes, diáconos y laicos, con los ritos previstos para ellos. "La vida humana encuentra una eficaz ayuda en el uso de aquellos s o instrumentos que sirven para acortar las distancias y hacer posible el encuentro, la unión y la mutua comunicación entre las personas, y pueden designarse, de un modo genérico, como medios relacionados con los desplazamientos humanos (una calle, una plaza, un puente, o todo tipo de vehículo. Puesto que en el uso de dichos medios se aviva y fomenta la conciencia de las mutuas obligaciones, ello nos ofrece una buena ocasión de bendecir a Dios y al mismo tiempo de orar por quienes los utilizarán en lo sucesivo" (Bendiciona 1, n. 720) 1. SALUDO. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. • Para el sacerdote y el diácono: El Señor, que es el camino, la verdad, y la vida, esté con ustedes. T: Y con tu espíritu. Para el laico: Bendigamos concordes a Jesucristo, el Señor, que es el camino le verdad y la vida. T: Bendito seas por siempre, Señor. 2. MONICIÓN Cristo, el Hijo de Dios, vino al mundo para reunir a los dispersos. Por consiguiente, todo aquello que contribuye a que las personas se unan entre sí es conforme a los designios de Dios, ya que la construcción de vehículos y nuevas vías de comunicación y el progreso técnico en los transportes acortan distancias y suprimen separaciones entre pueblos y personas. Pidamos al Señor que bendiga a los que han trabajado en la construcción de (esta obra) (este medio de transporte) y proteja con su ayuda a los usuarios. 3. EVANGELIO. Escuchen ahora, hermanos, las palabras del Evangelio según san Juan. (14,6-7) Dijo Jesús a sus discípulos: - "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocieran a mí, conocerían a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto." Palabra del Señor. 4.PRECES Unamos nuestras voces para invocar humildemente a Jesucristo, el Senor, que es el camino que nos conduce a la patria diciendo: onduce a la patria definitiva, T: Señor, guía nuestros pasos por tu camino. a) Jesús, Señor, concédenos con el apoyo de tu presencia contante, caminar felizmente por la senda de tu amor... b) Jesús, Señor continúa transitando por nuestras plazas y calles y confórtanos con tu misericordia... c) Jesús, Señor, ampáranos durante nuestra peregrinación en la tierra, hasta que lleguemos al hogar que tu Padre nos tiene preparados... Padrenuestro... 5. BENDICIÓN. Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, que, en tu gran sabiduría encomendaste al hombre hacer cosas grandes y bellas, te pedimos por los que usen este/a (vehículo, calle, plaza, carretera...) que recorran su camino con precaución y seguridad, eviten toda imprudencia peligrosa para los otros y, tanto si viajan por recreo o por necesidad, que experimenten siempre la compañía de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. • Se asperja con agua bendita. 6. CONCLUSIÓN DEL RITO. El Señor les quíe en sus desplazamientos, para que vayan po camino y lleguen a la vida eterna. T: Amén. • Para el sacerdote y diácono: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo +, Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. T: Amén. . Para el laico: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. T: Amén. XII.- BENDICIÓN DE OBJETOS DESTINADOS A LA PIEDAD. • Se coloca la estola blanca sobre la ropa de vestir. Se prepara el acetre y el hisopo. • Este rito sólo lo pueden utilizar el sacerdote y el diácono. Por motivos de brevedad, puede usarse solo la fórmula de bendición (N° 7) "El presente rito debe utilizarse en la bendición de medallas, pequeñas cruces, imágenes religiosas que no se han de exponer en lugares sagrados, escapularios, coronas y objetos similares que se usan para la práctica de ejercicios piadosos"(Bendicional, n. 1346) 1. SALUDO INICIAL. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. T: Amén. La gracia, la misericordia y la paz del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, estén con ustedes. T: Y con tu espíritu. 2. MONICIÓN. Estos objetos piadosos que ustedes han traído para bendecir muestran su fe, ya que nos recuerdan el amor de nuestro Señor, o para aumentar su confianza en la ayuda de la santísima Virgen María. uus a pie Al pedir la bendición sobre estos objetos e imágenes, lo que hemos de procurar ante todo es dar el testimonio de vida cristiana que de nosotros exige el uso de estos objetos. 3. LECTURA BÍBLICA. Escuchen ahora, hermanos, las palabras del apóstol san Pablo a los Corintios (2Co.3,17b-4,2). Donde hay Espíritu del Señor, hay libertad. Y nosotros todos, que llevamos la cara descubierta, reflejamos la gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; así es como actúa el Señor, que es Espíritu. Por eso, encargados de este ministerio por la misericordia de Dios, no nos acobardamos, al contrario, hemos renunciado a la clandestinidad vergonzante, dejándonos de intrigas no adulterando la palabra de Dios, sino que, mostrando nuestra sinceridad, nos recomendamos a la conciencia de toda persona delante de Dios. Palabra de Dios. 4. PRECES Nosotros, hermanos, no queremos tener una apariencia de piedad, sino que la profesamos de corazón; por esto, invoquemos al Señor, diciendo: T: Envíanos, Señor, el espíritu de piedad. a) Dios clementísimo, haz que la visión corporal de estos objetos materiales nos eleve a la contemplación de los signos de tu misericordia ... b) Dios clementísimo, concédenos que, con la ayuda de estos objetos y de lo que significan, practiquemos siempre la justicia y la piedad ... e) Dios clementísimo, haz que, dedicándonos a la oración, podamos llevar una vida con toda piedad y decoro...