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En esta parábola, un hombre tenía una higuera plantada en su viña, y por tres
años no halló fruto en ella, por lo que le dijo al viñador que la cortara, para
no inutilizar la tierra.
Pero el viñador le dijo a su señor que le diera un año más, año en el que él
cavaría alrededor de aquella higuera y la abonaría, y si diere fruto bien, y si
no, sería entonces cortada.
Árbol que se corta, para lo único que sirve es para ser madera para el fuego.
Muchos, anteriormente llevaban una vida que lo que les estaba asegurando
era que serían cortados. Pero gloria a Dios que llegaste a tiempo y el amor de
Dios, la gracia de Dios, te dice: Un año más; dos años más; muchos años
más. Dios te extiende un año más, porque espera que algo pase y, si Él
espera de ti, tú deberías esperar algo de ti mismo.
Gloria a Dios que hay matrimonios que se han decidido darse un año más.
Gloria a Dios que hay padres que no se rinden y han dicho: Vamos a darle un
año más a nuestros hijos. Gloria a Dios por los empresarios que han creído y
han dicho: Un año más; porque la gracia de Dios alcanza a todo aquel que
vive con la expectativa, con la esperanza de que, si Él tiene expectativa,
cuánto más nosotros.
Gloria a Dios que no somos como la higuera que no dio frutos. Gloria a Dios
que no somos como los que se pierden sin esperanza. Estamos plantados en
una viña en la que nos cuidan y nos ayudan a dar frutos.
El detalle es que muchos se han acostumbrado tanto a estar improductivos
que, viviendo bajo la gracia de Dios año tras año, en vez de dar frutos, en vez
de producir, continúan en el mismo estado.
Cuando Dios te trajo a la casa de Dios, es para que des frutos porque, al que
más se le da, más se le demanda. Es importante que tú entiendas que te han
dado un año más para que produzcas.
En el versículo 20, se nos relata que, pasando al otro día en la mañana, vieron
que la higuera se había secado desde la raíz.
Cuando esto suceda, y te des cuenta que te sacó del camino, debes hacer
como Jesús: Sacarlo y erradicarlo desde la raíz. ¡Cuántas cosas nos sacan
del camino! Muchos harían todo lo posible para que la higuera florezca.
Algunos, hasta orarían. Pero hay que secarla, erradicarla, para que, cuando
vengan otros en el camino, no los detenga. Si esta higuera detuvo en el
camino a Jesús y a todos aquellos que le seguían, ¿a cuántos más
detendría?
Cada vez que te sales y te detienes en el camino, también sacas del camino
a una multitud que te sigue.
Sacas del camino a tus familiares, a tu cónyuge, a tus hijos, a tus amigos, a tu
empresa. Por eso, erradica desde la raíz, para que nadie más viva bajo la
ilusión de que hay algo que produce y al final no tenga resultados.
Por eso la gente recurre a la droga y alcohol, porque no saben trabajar con
sus pensamientos, y entonces necesitan una manera de desconectarse.
Dios te ha dado todas las cosas, pero te las dio para que tú las domines, no
para que te dominen a ti. Los coliseos están llenos todas las semanas, porque
la gente necesita que los artistas le hagan pasar un rato de entretenimiento,
porque no puede trabajar con la raíz de donde salen todos sus pensamientos.
Tú no eres esa persona que tenía que pelear para sobrevivir. Ya tú no tienes
que pelear para sobrevivir, porque hay alguien que pelea la batalla por ti.
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No Culpes a Dios
Cuando no sabemos procesar lo que pasa en nuestras vidas, y no analizamos
con responsabilidad y con una mente correcta, a través de la Palabra, lo
primero que nos preguntamos es: ¿Por qué Dios permite esto, si es tan
bueno? ¿Por qué a mí? ¿Será que estoy haciendo algo mal, estoy pecando y
es un castigo?
En Rut 1:20, vemos una mujer que, junto a su familia, se muda del lugar
que Dios había determinado para ellos, esperando mejores oportunidades.
En este lugar mueren su esposo e hijos y se queda con sus 2 nueras, y regresa
al lugar del que nunca debió salir.
Cuando la reciben, la gente le llama Noemí, que significa placentera, y ella
les dice no me llamen Noemí (placentera), llámenme Mara porque en
grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
En vez de reconocer que estaba en crisis porque tomaron una mala decisión,
le echa la culpa a Dios.
Las personas con la mente afligida, amargada, miran lo que Dios hace por
otros que aun no ha hecho con ellos. Esto es un peligro porque los saca de
carrera. Un ejemplo de esto lo vemos en la biblia con Jonás quien le
cuestionó a Dios: ¿Me vas a enviar a gente que no tolero, para decirles que
tú los perdonaste? Muchos están escondidos furiosos en la barriga del gran
pez porque están furiosos de cómo Dios ha perdonado y bendecido a otros.
¿Cuándo fue la última vez que realmente te alegraste porque otros han
recibido lo que tú tanto anhelas?
Te preguntas ¿por qué ellos y yo no? Los problemas han sido tan fuertes que
han estado deteriorando tu mente, tus emociones y tu espíritu. Hasta has
pensado que la situación que estás viviendo es castigo de Dios y no has
podido ver las soluciones a tus problemas.
Nos hemos dado cuenta, a través de todas las crisis que han llegado, que
todo aquello en lo cual el hombre había confiado no es suficiente para
mantenerse en pie. Ni los estudios, ni el dinero; solamente la fe.
Hay que entender que lo único que nos mantiene en pie es seguir teniendo
fe en aquel que nos ha llamado.
Aun muchos vienen a la casa de Dios y tienen relación con la institución, con
el pastor, pero olvidan la verdadera conexión.
Continúa el profeta diciendo: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no
has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey
sobre Israel?
Segundo error: Olvidar que fue Dios el que nos escogió y nos posicionó por
encima de lo que pensábamos de nosotros mismos.
Realizaste que aún Dios tiene planes contigo para hacer cosas más grandes
en tu vida. El problema es que, cuando Dios nos abre los ojos del
entendimiento, luego pensamos que toda la vida estuvimos así, olvidando
que fue Él quien nos abrió los ojos a posibilidades.
Nunca debes olvidar que, cuando muchos te dijeron que no ibas a poder,
que no tenías posibilidades, aun cuando tú mismo no creías que lo podías
hacer, y estabas huyendo por las dificultades, por los problemas, fue Dios
quien te escogió y te ha puesto en una gran posición siendo su hijo.
Cuando la Biblia nos habla de temblar es refiere para juicio o para ajustes,
cambios, transformación. Cuando se refiere a temblar, no es de miedo, sino
de respeto. Una persona humilde ante los ojos de Dios es aquella que oye la
palabra de Dios, reacciona y hay cambios en su vida.
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Dios No Está Ajeno a tu Dolor
Las tentaciones más grandes en tu vida llegan cuando tienes dolor.
Cuando estamos heridos y sentimos dolor en nuestras vidas, llegan las
mayores tentaciones porque es el momento más vulnerable.
Tenemos que tener sumo cuidado y trabajar con el dolor y sacarlo desde la
raíz.
Se nos ha hecho creer que los cristianos somos súper héroes, que no
tenemos fe si experimentamos dolor. Y hay quienes esconden el dolor
porque piensan que es falta de fe.
En Jeremías 22:3, Dios hace una advertencia al pueblo de Israel, donde les
dice: Actuad conforme al derecho y la justicia, librad al oprimido de mano del
opresor y no robéis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derraméis
sangre inocente en este lugar.
Es por esto, que Jesús vino y murió en la cruz del Calvario. Se identificó con
nuestro dolor, experimentó lo que es sentirse separado de Dios, vivir limitado
a ciertas situaciones, y estar bajo presión.
Toda la biblia refleja cómo Dios obró a favor de las personas que
experimentaban injusticias: Moisés, Esther, Ruth, David, entre otros. El
destino que Dios tiene para tu vida no se detiene por el dolor que estás
experimentando, se detiene por la reacción ante el dolor que estés viviendo
hoy.
Algunos dirán: “Yo no he pasado por ese proceso”; pero probablemente has
causado dolor en otros, y hay reacciones en esas personas que te causan
dolor. Debes entender que es normal que haya situaciones que causen
dolor, pero no podemos detenernos.
Primeramente, tenemos un Dios que se compadece del dolor causado por las
injusticias. Y segundo, Dios siempre obra a favor de nosotros y cumplirá Su
propósito en nosotros.
Tus memorias tienen que estar llenas de lo que Dios ha dicho de ti. Suelta
ese bagaje que te tiene atado. Cuanto más sueltes, más podrás
experimentar de la mente de Cristo en tu vida. Dios quiere bendecirte y
darte más.
Los sueños, las visiones, las metas, las conexiones divinas que tiene Dios para
ti son más grandes, pero no caben porque hay poca memoria disponible.
Es por esto que, a través de toda la biblia, siempre verás el mandato de Dios
diciendo: Extiéndete, ensánchate, renuévate. Extiende tus telas, ensancha
tu cabaña, renueva tu mente, cambia tus pensamientos, experimenta todo
lo que Dios tiene para ti. Vive la vida al máximo.
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SABES QUE DIOS NO TE VA A DEJAR
Le dijo: Te voy a traer en paz, te voy a mostrar a los tuyos para que
vean que, a pesar de todo lo que has corrido, voy a cumplir mi promesa
contigo; regresarás a los tuyos en paz.
Dios se mostró fiel a su promesa; lo cuidó por más de 20 años. Jacob se
casó, adquirió riquezas, prosperó y, eventualmente, llegó el momento de
regresar a la casa de sus padres.
Lo primero que debes entender es que, a veces, la reconciliación
toma tiempo.
No debes detener el resto de las promesas de Dios porque no hayas
visto la reconciliación que estás esperando. A veces, posponemos en nuestra
vida todas las otras bendiciones que Dios nos quiere dar, porque queremos
cerrar ciertos capítulos primero.
En medio del dolor, Dios te puede prosperar, bendecir. En medio del dolor,
Dios te puede dar una familia, llevarte a nuevos lugares.
A Jacob, por 20 años, le dolía el estar lejos de su familia, le dolía lo que le
estaba sucediendo. Pero aún en medio de su dolor, Dios cumplía su
promesa.
Debemos entender que al Dios que le servimos va con nosotros en todo el
camino. Por supuesto, hay situaciones que hay que resolver en el momento
necesario.
Las promesas de Dios son las que te definen, y no el dolor de los problemas.
Lo que te define es que los cielos fueron abiertos sobre tu vida. Él te dio una
palabra, y te ha dicho: No te voy a dejar, no te voy abandonar, hasta cumplir
lo que te he dicho. Dios no te va a dejar. El te ha hecho su proyecto de vida.
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Alejados de Dios, Nada Podemos Hacer
Ojalá no haya, pues, entre ustedes hombre o mujer, familia o tribu, cuyo
corazón se aparte hoy de Yavé para ir a servir a los dioses de esas naciones.
Ojalá no broten entre ustedes plantas venenosas y amargas. Si alguien cree
que estas maldiciones no lo alcanzarán y se dice a sí mismo: "Haré lo que
quiera y no tendré problemas: justos y pecadores perecen juntos." (Deu
29:17-18)
Esto produce hiel y ajenjo, produce amargura. Es por esto, que nos aconseja,
cada vez más, cuidar tu vida porque, si no la cuidas, tendrás hiel y ajenjo en
tu vida. O sea, tendrás tropiezos y te llenarás de frustración.
Uno de los peores errores que comete el ser humano es creer que puede
conseguir la paz por sí mismo. Puede ser que sientas que te va bien en el
caminar, aparentemente sabe a miel, pero es momentáneo y, sin darte
cuenta, sigues alejándote de Dios.
Entras en relaciones con gente necia que no quiere vivir de una manera
correcta, que está buscando cómo sacarte del lugar donde tú consigues la
paz. Por ejemplo, el adulterio no es otra cosa que unirte con esa persona que
te dice: Ven acá, únete a mí, porque es aquí que encontrarás la paz.
Satisfaces una necesidad física, pero no vas y enfrentas el problema. No le
eches la culpa a la gente y al dolor, enfrenta el problema, corta la raíz de
amargura y procura la paz de tu matrimonio, de tus hijos, de tu familia.
Dios nos da la libertad de tomar decisiones. La pregunta es: Ante las ofensas
que te han provocado, ante las heridas que te han causado, ¿qué decisiones
has tomado? ¿Qué has decidido hacer? ¿Echarle la culpa a otros? ¿Seguir
caminando toda la vida, sin tomar responsabilidades?
También en Hebreos 12:15 nos habla de que tengamos cuidado de no tener
una raíz de amargura que nos estorbe y seamos como Esaú, que vendió su
primogenitura y, aunque Dios lo perdonó, nunca gozó de las bendiciones de
esa primogenitura. Todo por tomar una mala decisión, en un momento de
dolor.
Hay muchas decisiones que has tomado en el pasado que no podrás darle
marcha atrás, pero ¿qué decisiones vas a tomar hoy? ¿Vas a seguir
vendiendo tu herencia? ¿Vas a seguir vendiendo el derecho que tienes en el
día de hoy? ¿Vas a seguir tomando decisiones, que Dios perdona por su
gracia, pero teniendo difíciles consecuencias?
Reflexiona y mira bien las decisiones que vas a tomar en el día de hoy, en
esta semana. Mira bien qué decisiones vas a tomar ante la presión que
sientes, ante el cansancio, por el dolor. Cuidado, no sigas contaminando a los
que te rodean, a tus hijos, tus familiares. No sigas estorbando la gracia que
Dios tiene para ti y estorbando a donde Dios te quiere llevar a ti y tu
familia.
Aunque pienses que nadie entiende tu dolor, hay uno que sí entiende, que
sufrió por nosotros, y se llama Jesús de Nazaret. ¿Qué haces ante ese dolor?
¿Te hechas a perder? ¿Te hechas a morir? ¿Vives con coraje, con angustia?
Lejos de Dios, no lo puedes hacer; no puedes vivir mejor separado de Dios.
Por eso, cuidado con la raíz de amargura y con aquella gente que te hace
creer que puedes lograr la paz sin Dios. Si estás cansado, cargado, frustrado
por las malas decisiones, hoy es un buen día para que tomes autoridad sobre
todo pensamiento del pasado y te declares libre. Ataca los pensamientos con
la palabra de Dios. Son esas acciones de creer y esas palabras de confesión
las que te impulsan a llegar a un nuevo nivel.
"Acerca de José dijo: «El Señor bendiga su tierra con el rocío precioso del cielo y con las aguas
que brotan de la tierra; 14 con las mejores cosechas del año y los mejores frutos del mes;15 con
lo más selecto de las montañas de siempre y la fertilidad de las colinas eternas; 16 con lo mejor
de lo que llena la tierra y el favor del que mora en la zarza ardiente. Repose todo esto sobre la
cabeza de José, sobre la corona del elegido entre sus hermanos" Deuteronomio 33:13-16 NVI
Esta sección introduce la bendición de Moisés para las tribus de Israel. En el antiguo Israel era
costumbre que un padre bendijera a sus hijos antes de morir. Isaac bendijo a Jacob y Esaú
(Gen_27:27-29; Gen_27:37-40); Jacob bendijo a José (Gen_48:15-16) y a todos su hijos (Gen_49:1-
28). Moisés, el líder supremo de Israel, bendice al pueblo como un padre bendice a sus hijos
Hay algo que quiero compartir contigo en este día: “Lo mejor de tu vida aun no lo haz vivido, esta
por venir”
A estas alturas del año mucha gente se cansa de dar su mejor esfuerzo, miran para atrás, ven
que aún no llegan a sus metas o que les faltado mucho, y se resignan. Pero hoy te digo ¡No te
resignes, lo mejor de tu vida está por venir! podemos creerle a Dios por más para nuestras vidas.
Algo que debemos saber es que Dios esta trabajando en secreto para preparar futuros eventos a
nuestro favor.
Dios te esta preparando para tu bendición. Tienes que empezar a creer en esto porque solo así
activaras el poder de tu Gran Dios a tu favor. José tuvo que dejar en el pasado el rechazo de su
familia, la tentación, la difamación, la cárcel, la esclavitud.
Isaías 43:18-19“»Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer. Pues estoy
a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del
desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía.”
Nunca podemos correr a ese gran futuro con piedras del pasado en nuestra vida.
Deja de lamentarte por tus errores, y carga con la culpa de lo que no conseguiste en este año
Saca de cada una de esas circunstancias una lección y levántate a seguir conquistando.
Jose El siempre pensó: “lo mejor de mi vida esta por venir” por esa manera de pensar y de vivir,
llego a ser el 2do de Faraón, se casó con la mujer mas bonita de su época, su familia fue restaurada y
murió en paz.
No cualquiera cuenta con favor de Dios, y no es porque Dios no se lo quiera dar, sino porque no creen
en El. Aún no haz vivido los mejores días de tu vida, están por venir… No haz ganado el sueldo que
esperabas, lo mejor está por venir…
Aun no haz viajado a tu mejor destino, faltan muchísimos mas… ¡Pídeme y te daré por herencia!
Aun toda tu familia no conoce de Dios, ahora empezarán uno a uno, lo mejor está por venir.
Todavía no haz abierto tu propia empresa , está por abrirse…lo mejor está por venir
Todavía no haz experimentado toda la felicidad que Dios tiene para ti, lo mejor está por venir
Proverbios 4:18 “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento
hasta que el día es perfecto”
Tu senda, tus caminos, deben ir en aumento, esfuérzate por lo que está delante, ensánchate a lo que
está delante. Si queremos tener victorias hay que extendernos, proseguir a la meta, y ser
perseverantes los 365 días del año.
No basta con orar un 1 día, hacer dieta 1 día, o estudiar un día.La perseverancia no consiste en
darle la espalda a los problemas o tratar de esquivarlos sino la perseverancia es la actitud que
enfrenta y los vence en el nombre de Jesús. Vive con expectativa, vive contento, como si mañana tu
fueras a recibir esa bendición, sabiendo lo mejor en vida está por venir. Dios está preparando tu
bendición sobre tu vida, los cielos que estaban cerrados por años empezarán a abrirse, las puertas
que estaban cerradas comenzarán a abrirse de par en par porque lo mejor esta por venir para los
amigos del Espíritu Santo.
Creámoslo es nuestro año, se viene lo mejor
Bendición Especial de Dios para que inicies el nuevo año
Todos tus días serán benditos, por donde camines te llamarán bienaventurado (Salmo 72:17)
Te bendeciré y te protegeré, sonreiré sobre ti, te mostraré mi favor y te llenarás de paz. (Números
6:24-26)
Te aseguro la bendición en todo lo que hagas, se llenarán tus depósitos., te verán mucho y
quedarán asombrados. Te dara prosperidad en la tierra que habitas , te bendeciré con cosechas
abundantes. Enviaré lluvias en el tiempo oportuno desde mi inagotable tesoro en los cielos,
bendeciré tu trabajo. Tú prestarás a muchos y jamás tendrás necesidad de pedir prestado. Te pondré
por cabeza, estarás encima, y nunca por debajo. (Deuteronomio 28: 1-13) El plazo de mi favor sobre
tu vida ha llegado. (Salmo 102:13)
Pide y se te dará, busca y hallarás, llama a la puerta y se te abrirá, porque todo aquel que pide recibe
y el que busca, halla, daré desde el cielo buenas cosas a mis hijos. (Mateo 7:7-1) Serás rama fructífera
y primero entre tus hermanos. (Génesis 49:22)
Bendito en todo lo que hacen las obras de tus manos. Saciado de favores y lleno de bendición.
Habitarás confiadamente y estarás cubierto siempre. Abundancia y los tesoros escondidos son para
ti.
(Deuteronomio 33:1-23)
Pondré una corona de oro fino sobre tu cabeza y recibirás bendiciones de bien, éxito y prosperidad
(Salmo 21:3)
Verás mi bondad en esta tierra. (Salmos 27:13)
Tendrás largura de días para disfrutar todo mi bien. (Salmo 21:4)
«Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y
a la mañana vendrá la alegría» (Salmo 30:5)
Todos hemos tenido noches oscuras. Pero no todas las noches son tan oscuras. ¿Qué tiene la noche
que pareciera atraer o acrecentar pesares, dolores y quebrantos?
La noche, en este caso, no es la otra mitad del día; representa una época, una temporada que
vivimos en la cual todo fue (o es) sombrío, oscuro, frío. Pareciera que nunca va a acabar. Sientes
una intensa agonía y percibes el peligro a cada instante.
La noche que estuviste en esa sala de hospital, esperando noticias, temiendo lo peor. O aquella
que pasaste llorando por la herida que causaron a tu corazón. O aquella otra en que sentías temor,
o hambre o frío. Y que tal aquella en la que te tocó despedir a un ser que amabas y partió hacia la
eternidad?
Dios no pudo escoger a nadie mejor para hablarnos de noches oscuras que David. Él sí sabía de
noches oscuras, de persecuciones, de traiciones y soledad, de dolor y peligros de muerte, de huir de
un patrón como de un hijo, de llorar la muerte de un amigos como la de su bebé recién nacido.
Sabía de menosprecios y humillaciones. David es el mejor para hablarnos del tema.
David nos cuenta que la noche termina cuando comienza el día; y tu día comienza cuando te
decides a alabar a Dios. No tienes que sentarte a llorar hasta que todo acabe (a su propio ritmo).
Lo último que verás en tu noche más oscura, LO ÚLTIMO QUE SE ESCUCHARÁ antes que amanezca
SERÁ TU ADORACIÓN AL SEÑOR.
Job lo dijo de esta manera: «¿Dónde está Dios mi hacedor, que me da cánticos en las noches?»
(Job 35:10)
David, una vez más, lo declara: «Pero de día mandará el Señor su misericordia, y de noche su
cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida» (Salmo 43:8)
Y otra vez: «Al señor busqué en el día de angustia; a él alzaba mis manos de noche y sin descanso»
(Salmo 77:2). Y finalmente: «… Aún la noche RESPLANDECERÁ alrededor de mí» (Salmo 139:11)
LA ADORACIÓN ACELERA EL AMANECER. Si David dice que LA ALEGRÍA llega con Cristo al
amanecer entonces puedo acelerar el proceso, haré que mi noche (época de dolor) acabe más
rápido alegrándome con mi Dios. No colgaré mi arpa en los sauces, no me sentaré a llorar junto a
los ríos de Babilonia, ni seré objeto de burla de mis enemigos (Salmo 137); ME GOZARÉ Y ME
ALEGRARÉ ADORANDO A MI SEÑOR, y como consecuencia la tinieblas de la noche más oscura
TIENEN QUE HUIR.
«Mas sobre vosotros (los que teméis mi nombre) nacerá el sol de Justicia, y en sus alas traerá
salvación, y saldréis y saltaréis como becerros de la manada» (Malaquías 4:2)
El apóstol Pablo se encontraba en una nave rumbo a Italia cuando de repente les azotó, primero
un viento, luego una tormenta y por último un huracán. La nave se estaba desarmando, no tenían
velas, ni mástil ni timón, iban a la deriva, y por 14 días no habían comido, ni habían visto luz de sol,
ni luna, ni estrella (era su noche más oscura).
Puesto en pie (como sólo los que tienen una historia con Dios lo pueden hacer) exhortó a todos a
RECOBRAR ÁNIMO diciendo: » esta noche ha estado conmigo el ángel de Dios (de quien soy y a
quien sirvo) diciendo: NO TEMAS…» (Hechos 37:23)
Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a
la mañana vendrá la alegría» (Salmo 30:5)
Si estás en la noche oscura, prepárate porque Dios te va a cambiar todo en un sólo día, te
devolverá la esperanza, tus sueños, tu salud y tu economía. Cambiará tu lenguaje, ya no te
quejarás, sino que alabaras a Dios, pues Su misericordia dura toda la vida. Entonces te levantarás y
dirás: “Heme aquí Señor, envíame a mí”.
DECLARO SOBRE TU VIDA QUE EL SOL DE JUSTICIA (CRISTO JESÚS) SE LEVANTA SOBRE TÍ y hace
huir toda tiniebla, dolor y pesar. DISFRUTA porque ha amanecido sobre ti su luz, y LA GLORIA DEL
SEÑOR ha venido sobre ti. Aunque sobre el mundo entero se cierna la noche más oscura, sobre tí
amanecerá la gloria del Señor (Isaías 60:1.2)
Dios nos renueva y equipa a través del Espíritu Santo. Veamos ahora el contexto
de la frase: "no es con ejército ni con fuerza sino con mi Espíritu"...
I. ESCENARIO HISTÓRICO:
A. Israel viene del exilio en Babilonia.
Nota: Por causa de la idolatría e infidelidad de Israel, Babilonia el imperio, los
somete (Jerusalén es destruida) y los lleva cautivos a su tierra por 70 años.
B. Al volver el objetivo es reconstruir el templo y la ciudad de Jerusalén.
C. La edificación se había detenido, los obstáculos eran muchos y el pueblo
estaba desanimado.
Nota: Muchas veces nuestra vida pasa por tiempos similares: cautiverio,
anhelo de reconstruir, obstáculos y desanimo. La obra de renovación
del Espíritu Santo es fundamental aquí, pues se requieren nuevas fuerzas.
Nota: Zacarías tiene una experiencia personal con Dios, estaba durmiendo… es
significativo que Zacarías significa: “Jehová se ha acordado”, y se genera en el corazón
de Zacarías expectativa por lo nuevo que Dios hará.
B. Mediante la Palabra de Dios, Zac. 4:8.
“Vino palabra de Jehová a mí, diciendo:”
C. Mediante su Santo Espíritu, Zac. 4:6.
“Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel,
que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos”.
Nota: El poder del Espíritu derriba cualquier obstáculo: Zac. 4:7ª (“¿Quién eres tú,
oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura;”), éste gran monte es
figura de oposición, estancamiento, adversidad a superar, pero por el poder del Señor será
reducido a llanura, desaparecerá.
El poder de Dios está por encima de toda estrategia y fuerza humana, por eso
debemos recordar siempre “no es con ejército ni con fuerza sino con mi Espíritu” ha dicho
el Señor. Es por eso tan importante la unción del Espíritu Santo para desarrollar y ejercer
eficazmente el ministerio.
“Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo
de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y
trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos. Según el pacto que
hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros,
no temáis”.
Nota: En este tiempo, Dios levanta a éstos profetas Zacarías y Hageo para
impulsar la reedificación del templo y la ciudad de Jerusalén, y aquí Dios le habla a
Zorobabel, a Josué y a todo el pueblo, y expone el Señor que la razón principal es que
Jehová de los ejércitos está con nosotros, el Espíritu de Dios está medio de nosotros.
Es su presencia la que garantiza la victoria. Dios levanta a través de los dones del
Espíritu Santo esos hombres y mujeres idóneos para cada momento y para el
cumplimiento de su planes.
Nota: Hageo 2:8 (“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.”),
Dios le recuerda a su pueblo, que en medio de la dificultad al retornar del exilio y no tener
la abundancia que hubo en los primeros años del reinado de Salomón, Dios sigue siendo el
dueño del oro y de la plata y que cuando sus hijos avanzan en Su propósito, él enviará del
cielo la provisión.
Nota: Hageo 2:9 (“La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha
dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.”),
vemos una vez más que Dios nos lleva de un nivel de gloria a otro nivel de gloria, que en
medio de las dificultades él trae una gloria mayor, Dios quiere traer lo nuevo a su pueblo,
él quiere renovar su aceite en nosotros, renovar nuestra mentalidad, renovar la visión, la
comunión intima.
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El tropiezo puede ser un nuevo y mejor comienzo.
ROMANOS 8 28 Y sabemos que para los que aman a Dios, atodas las cosas
obrarán juntamente para su bien, para los que conforme a su propósito son
llamados. (RVR)
Si tú armas un rompecabezas sabes que a veces hay una ficha que uno no sabe dónde
va, pero al final encaja. Hay muchas cosas en nuestra vida que son como esas fichas, pero
simplemente debes usar la mentalidad de recuperación.
No le llames más adversidad sino oportunidad, lo que parecía una trampa es una rampa
de ascenso.
Dios tiene la capacidad de volver lo malo a bueno, aunque al principio no parezca, Dios
hace siempre un final glorioso. El tropiezo puede ser un nuevo y mejor comienzo.
Hay varios ejemplos en la Biblia, uno de ellos fue José, el menor de 12 hermanos, quienes
le tenían envidia porque era íntegro, cuando tú tienes una vida buena siempre te van a
tener envidia.
Todo lo bueno es odiado por todo lo malo. Cuando quieres sobresalir y hacer las cosas
bien, no encajar, la gente te va a envidiar. Todo el mundo quiere que te vaya bien hasta
que empieza a irte bien.
A los que nos pasan las cosas malas generalmente es a los buenos, porque en este
mundo es más difícil ser cristiano e ir en contra de la corriente del mundo, que no serlo.
A la gente se le aplaude hoy su pecado, la homosexualidad la ven normal, su corrupción,
los ejemplos de bondad están mandados a la extinción.
Resulta que José era el hijo preferido de su papá porque José hacía las cosas con
integridad, como era el único de los hijos que hacían las cosas bien, un día José tiene un
sueño y ve unos manojos de trigo que se inclinaban ante el manojo de él.
A los hermanos no les gustó ese sueño, lo amarraron, lo tiraron a un pozo, lo iban a
matar, pero un hermano intercedió así que lo vendieron como esclavo. Al papá le dijeron
que un animal mató a José.
José pasó como esclavo, lo compran nuevamente, la esposa del jefe lo intenta seducir
sexualmente, José se niega por su corazón íntegro, José salió corriendo y la mujer se quedó
con el manto, José quedó desnudo, obviamente nadie le creería.
22 años después viene la hambruna y van los hermanos a buscar alimento a Egipto
porque la tierra donde estaban había mucha hambruna, se encontraron con el hermano
pero no lo reconocen porque había cambiado. José no guardó odio ni rencor a sus
hermanos.
Antes de ser gobernador, lo envían a la cárcel, dos hombres tienen un sueño y él se los
interpreta, a uno le dice que lo llevarían a la horca en una semana y al otro que estaría
como copero del rey, le dijo que le hablara al rey de él, pasaron dos años y no lo hizo, pero
a los dos años el rey necesitaba que le interpretaran un sueño y ahí fue donde el copero se
acordó de José y lo colocaron de gobernador.
Génesis 45:7 – 8 (RVR)
Terminó gobernando, no fue por un llamado, fue por una ofensa, siempre Dios le da la
vuelta a la página y termina en bendición.
José es la prueba viviente de que no importa lo que te han hecho, Dios te sacará
adelante, esa es la gran enseñanza de José.
Dios va a usar lo malo y la traición para llevarte a palacio.
A todos los que amamos a Dios las cosas nos ayudan a bien, Dios cambiará lo que nos
está pasando si amas a Dios y crees en su proceso.
Si te despidieron, te señalaron, te traicionaron, Dios va a cambiar todo. A los que aman a
Dios todas las cosas nos ayudan a bien. Dios siempre tiene algo mejor.
Jeremías 15:19 (RVR) No actúes como ellos actúan, no discutas, déjale todo a Dios, no
pagues con la misma moneda, usa un billete mayor y déjales el cambio.
El antídoto para vencer es Afiemi: griego que significa dejar ir, soltar, dejar fuera. Si no
ejercemos afiemi tenemos a esa persona en la prisión de nuestro pensamiento, de nuestro
corazón, si algo malo le pasa a esa persona tú te ríes y si le pasa algo bueno te pones a
llorar.
Proverbios 24: 17 – 18 (RVR) Si tu enemigo, la persona que te hizo daño, cayó, quédate
callado, no te regocijes, cuando tropezare no se alegre tu corazón. Jehová mira tu sed de
venganza, le desagrada y comienza al tipo a irle bien y comienza la amargura en ti.
Debes aplicar el afiemi, déjalo ir, suéltalo, afiemi es para los demás, pero más que para
los demás es para ti.
Los cristianos no saben qué es el perdón. Hay 6 cosas que no son el perdón:
1. No es una aprobación: por eso la gente no lo da, porque piensa que está aprobando,
pero no es así, el perdón no aprueba lo que el otro hizo.
Dios no está pidiendo que apruebes conductas malas, no es aprobación.
2. No es justificación: no tiene nada que ver con eso, por eso nos cuesta perdonar, porque
nos enseñaron que perdonar era como rebajarnos, pero eso no es bíblico.
3. No es un indulto.
4. No es una reconciliación: no tienes que reconciliarte necesariamente con la persona
que perdonas. No vas a ser el mejor amigo de esa persona.
5. No es una negación: no es pensar que no pasó nada, pues sí pasó y sí dolió.
6. No es un olvido: vas a recordar lo que esa persona hizo.
El perdón no es un regalo que le das a la persona, es un regalo que te das a ti mismo.
El perdón es para evitar que el rencor y la amargura se vuelvan dolor y te envenenen el
corazón.
El perdón no es excusar el comportamiento del ofensor, es abandonar el resentimiento,
no tener el corazón lleno de odio por siempre.
Necesitas perdonar no porque merezcan el perdón, sino porque tu mereces vivir en paz y
con el corazón sano.
Ofensa perdonada, confianza denegada, tu puedes perdonar, pero no debes seguir
aguantando gente que te siga haciendo daño, es un acto del corazón por tu propio bien-
Es el único antídoto para que el veneno que has dejado circular dentro de ti no te mate.
Piensa que tú te mereces, perdonar no es darle la razón a la persona que te ofendió, es
liberar nuestra alma de esa persona.
Una persona es perdonar a alguien y otra diferente es confiar en esa persona.
Hay personas que no necesitan que pienses en ellas 24 horas. Lo más importante para ti
es tu familia, tus hijos, tu casa de vida, esas son las personas que deben consumir tus
pensamientos.
Hay gente con gastritis y ulceras porque no ha hecho afiemi, porque no perdonan. Hay
personas que no pueden dormir con todas las itis, son somatizaciones por falta de perdón,
pero hoy te libera el Señor.
A un rey un siervo le debe 12 billones de dólares y él le ruega al rey que le perdone, el rey
le perdona, sale de allí y se encuentra con un hombre que le debe 500 mil pesos, lo toma
por el cuello, lo arrastra, lo mete a la cárcel.
Alguien vio la escena y le contó al rey, quien lo mandó a llamar.
Cuando tu firmas un cheque y lo vas a cobrar antes entraba en un canje de 3 días, ¿qué es
afiemi?, cuando a los 3 días el cheque es aprobado y recibes sus beneficios, afiemi hace
que todas las bendiciones de Dios en canje se materialicen en tu vida.
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En mi guardia estaré de pie y sobre la fortaleza estaré firme. Vigilaré para ver qué dirá y
qué tiene que responder a mi queja. Entonces Jehovah me respondió diciendo: —Escribe la
visión y grábala claramente en tablas, para que corra el que las lea. Aunque por un tiempo
la visión tarde en cumplirse, al fin ella hablará y no defraudará. Aunque tarde, espéralo;
pues sin duda vendrá y no tardará. He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro de sí está
envanecido, pero el justo por su fe vivirá. Y aunque el traidor se enriquezca, no
prosperará el hombre arrogante. Ensanchará su garganta como el Seol; será como la
muerte y no se saciará. Reúne hacia él todas las naciones; congrega hacia él todos los
pueblos.
(Hab 2:1-5)
Dios te va a levantar por encima de tu peor invierno, por encima de tus peores
circunstancias y hará que florezcas.
No importa lo que esté sucediendo en el mundo, que las malas noticias no te detengan.
Dios apresura su palabra sobre tu vida y sobre su iglesia. Dice la palabra que donde
abunda el pecado, sobreabunda la gracia. Ahora más que nunca veremos la gracia de Dios
manifestarse.
Ahora más que nunca debemos abrir las puertas de la iglesia porque vendrán corriendo,
porque el mundo verá la diferencia entre el que le sirve a Dios y el que no. ¿Cuál es la
revelación que debe despertar en nosotros? Que él lo va a cumplir. Él lo va hacer.
Vemos en Éxodo una historia donde también habla de la vara de almendro. Dios había
escogido a Aarón como sumo sacerdote, y el pueblo no quería. Moisés estaba dando
explicaciones al pueblo, y Dios le dice que las explicaciones no son suficientes; que hiciera
unas varas y con el tiempo verían cuál florecería.
Cada uno que quería la posición trajo una vara, y la de Aarón floreció en tres tiempos a
la misma vez. Florecieron pequeñas hojitas, frutos no maduros y almendras. Se pudieron
ver todos los tiempos, el pasado, presente y el futuro, todos estos a la misma vez.
Cuando Dios te hace florecer, en tu vida se ve que el pasado era parte del presente y que
el presente está ligado a lo que Dios va hacer en el futuro. Cuando Dios termine contigo,
verás que lo que no tenía sentido para ti, entonces cobrará sentido. El único que lo puede
hacer es nuestro gran Dios Todopoderoso.
Cuando vives por revelación, dependes de que sea Dios quien cumpla su palabra en tu
vida. Y, cuando Dios lo haga, se verá el pasado, el presente y el futuro en tu vida, y nadie
tendrá duda de que es Dios quien lo ha hecho.
Miremos la historia de Habacuc quien en medio de su aflicción se quejó delante de Dios
por la maldad del pueblo, muy parecido al tiempo que estamos viviendo actualmente
donde en nuestra nación se ha creado leyes criminales contra los bebés. Habacuc pensó
que todo estaba perdido, pero Dios descubrió su arco y cumplió sus promesas.
Se desnudó enteramente tu arco, según los juramentos de las saetas de tu palabra. Selah
Hendiste la tierra con ríos. Habacuc 3:9
Tal vez te sientas como Habacuc en la noche oscura, llorando sin entender el porqué de tu
dolor, pero hoy Dios te dice: “Quédate quieto”; Porque él mismo descubrirá su arco, se
levantará y rugirá como el león de la tribu de Judá y peleará por ti.
Dios tiene un plan determinado, Somos la niña de sus ojos. Jehová juro diciendo:
“ciertamente se hará de la manera en que lo he pensado “, él descubrirá su arco, mandará
sus flechas para hacer cumplir lo que ha prometido, porque sus palabras son seguras y la
tierra será llena de su gloria.
Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del
olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, y no
haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de
mi salvación. Habacuc 3:17-18
Esta palabra tiene poder porque Dios las soltó para estar pendiente de su cumplimiento,
sus pensamientos son mucho más altos que los nuestros y tú has dicho muchas cosas, ha
pasado el tiempo y quizá ya no crees, pero todo se cumplirá porque Dios no es hombre
para que mienta, su palabra es segura. El señor ha descubierto su arco y va a pelear por ti
sin importar tu condición, porque toda bendición viene desde la eternidad y para la
eternidad.
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SEPÁRATE, HOY, PARA LO QUE DIOS TE HA PROMETIDO QUE VA A HACER MAÑANA
3 …Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la
llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella, 4 a fin de que sepáis
el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora
por este camino…” Josué 3:3-4
En Josué 3, podemos ver la experiencia de Josué en una nueva temporada de su vida. El
pueblo de Israel se disponía a cruzar el Jordán, y los oficiales dieron estas instrucciones. El
pueblo caminaría por un camino que nunca antes había pasado, por lo que tenían que ir
en pos del arca.
“5 Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre
vosotros.” Josué 3:5
Santificarse quiere decir separarse con un propósito, prepararte para algo grande. A
través de Josué, Dios estaba diciéndole al pueblo: Sepárate, prepárate hoy, para algo
grande que yo voy a hacer contigo, mañana.
En vez de tener incertidumbre porque las cosas están cambiando, sepárate para Dios,
limpia tu mente, santifica tu vida, prepárate con expectativa de que algo grande va a
pasar, de que Dios va a hacer algo grande, de que viene algo nuevo, de que Dios te va a
dar una nueva oportunidad, una nueva posibilidad. Sepárate, hoy, para lo que Dios te
ha prometido que va a hacer mañana. Muévete en pos de lo que Dios te ha dicho que va
a hacer contigo.
El pueblo de Israel caminaría por un lugar incierto, un lugar por el que nunca habían ido.
Todos, en algún momento, hemos tenido esta experiencia de caminar por lugares que
jamás pensamos. Y, a veces, nos envolvemos tanto marcando los detalles de nuestra vida,
que nos olvidamos de los propósitos de Dios para nosotros; olvidamos que los caminos
que no conocemos son los que nos prometen resultados que nunca antes habíamos
tenido.
Cuando llegas a un lugar con un mapa, no solo el camino ya está trazado, sino que ya
sabes a dónde vas a llegar. Cuando es Dios quien te dirige, no sabes para dónde vas,
pero cuando llegas, lo que él tiene allí para ti, es más grande de lo que jamás imaginaste.
Dios da unas instrucciones específicas respecto al arca del pacto, porque la clave para
tener éxito en los nuevos territorios está en posicionar el arca en el lugar correcto.
En el desierto, el arca estuvo en medio del pueblo.
En la tierra prometida, tenía que ir delante.
En el desierto, mientras Dios estaba en el centro, había provisión.
Pero, para entrar a la tierra prometida, eran los sacerdotes los que marcaban el paso; por
lo que había que sacar el arca del centro, y ponerla delante. Tenía que estar a una
distancia específica, para que todos pudieran verla, porque el enfoque no sería el camino,
sino el arca.
Mientras pudieran ver el arca de la presencia de Dios, sabrían que iban por buen
camino. Antes, se daba vueltas alrededor del arca; ahora, el arca marcaría su dirección.
A muchos, les gusta el Dios al que ellos le dan vueltas, el Dios que está en el centro. Pero
lo que cambia tu vida no es tener la presencia de Dios en el centro, sino que sea la
presencia de Dios la que te dirija. Cuando es Dios quien te dirige, tienes resultados
diferentes.
El arca era una representación del lugar de habitación de Dios. Y, dentro del arca, había
tres cosas, que son las que van a marcar tu camino por ese territorio que nunca habías
pasado, si las tienes siempre a la vista: Las tablas de la ley, maná, y la vara de Aarón.
Las tablas de la ley representan la palabra de Dios. Tus ojos no pueden ver a Dios, pero
la palabra te muestra qué dice Dios acerca de tu situación, cómo trabajar con tu familia,
con tus finanzas.
El problema de muchos, es que no tienen nunca a la vista la palabra de Dios. No puedes
depender tan solo de un servicio en tu iglesia. La palabra de Dios debe estar siempre a tu
vista, siempre presente delante de ti. La palabra tiene que guiar tu vida porque, cuando tú
no sabes por dónde vas, la palabra de Dios es la que te da seguridad.
El maná representa la provisión de Dios para tu vida. Y esto es algo que siempre tienes
que tener presente. Dios va a proveer, va a suplir tus necesidades. No tienes que esperar
que el gobierno sea el que te libre de la crisis. Dios va a proveer todos los días. El Dios al
que tú le sirves, siempre ha tenido maná para ti. Y lo grande es que, el maná que estaba
fuera del arca, al otro día, se dañaba. El que estaba dentro, nunca se dañaba; porque,
cuando tu economía está en la presencia de Dios, no hay nada que la corrompa.
La vara de Arón representa lo sobrenatural, el poder de Dios sobre algo que no tenía
esperanza; representa cómo Dios se puede meter en algo seco, y cambiarlo y darle vida.
Nunca podrás caminar por los nuevos caminos que Dios tiene para ti, si tú no crees que
Dios es un Dios sobrenatural. Lo natural se tiene que sujetar al poder de Dios.
Prepárate para el camino que jamás pensaste. Dios va delante de ti, dirigiendo tus pasos.
Camina en su palabra. El Dios Todopoderoso va a proveer. Posee la tierra que él te
prometió.
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“Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para
vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os
enseñe justicia”. Oseas 10:12.
0.12 Oseas utilizó repetidamente ilustraciones acerca de los campos y las cosechas. Aquí
habla de la tierra que ya está lista para recibir las semillas: ya no está dura ni llena de
piedras, ha sido preparada cuidadosamente y está disponible. ¿Está su vida lista para que
Dios trabaje en ella? Usted puede arar el suelo duro de su corazón al reconocer sus
pecados y abrir su corazón al perdón de Dios.
Lo mismo sucede en lo espiritual. Dios quiere sembrar en tu corazón una palabra fresca,
renovadora, que produzca cambios en tu vida; pero antes de sembrar es necesario hacer
“barbecho” al corazón. Si Dios quiere darte una nueva dirección, ayudarte a crecer en
algún área de tu vida, o usarte para bendecir y ayudar a otros, debes estar preparado. Un
terreno limpio y sano producirá buenos frutos.
Lo primero que hará el Espíritu Santo es mostrarte esas raíces que debes quitar porque
detendrán el crecimiento: Raíces de egocentrismo, raíces de amargura, raíces de
legalismo o libertinaje, raíces de materialismo que, como dijo Jesús, “ahogan la Palabra y
la hacen infructuosa” (Mr. 4:19).
Además, debemos quitar la cizaña que pudo haber sembrado el diablo. Él siembra
mentiras en nuestra mente, malos pensamientos, deseos de venganza, resentimiento,
odio, auto conmiseración, resignación, y al final nos roba la fe (Mt. 13:19). No permitas
que Satanás gane ventaja sobre ti.
También debemos airear la tierra, removerla, para que las semillas penetren y crezcan.
Una manera de hacer esto en nuestras vidas es renovando nuestra mente (Romanos 12:2).
Dios te está llamando a hacer barbecho en tu corazón, Él quiere bendecirte pero necesita
que saques las cosas malas que tienes, la biblia dice en el libro de Oseas 1012 Sembrad
para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros
barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
barbecho
Generalmente cuando alguien viene de visita a nuestra casa la arreglamos, hacer
barbecho en tu corazón es tan sencillo como eso, limpiarlo y asearlo, porque es tiempo de
Buscar a Dios.
Cada vez que Dios va a entregarte una gran bendición, Él te manda hacer barbecho en tu
corazón. Es tiempo de que te examines y saques todo aquello que no le agrada. Deja a un
lado la queja y los celos, abre tu boca sólo para bendecir y no para maldecir; así se
manifestará la gloria del Señor sobre tu vida. ¡Prepara tu tierra para un nuevo cultivo,
porque vienen lluvias de salvación y bendición para ti!
Barbecho es trabajar la tierra quitando las piedras, los espinos, y toda maleza del medio,
dejando todo listo para la siembra. Si quieres ver tiempos de bendición y tranquilidad,
debes hacer barbecho en tu corazón
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17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18
Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;… 21 Y Marta dijo a Jesús:
Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto… 32 María, cuando llegó a
donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado
aquí, no habría muerto mi hermano… 37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que
abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?… 39 Dijo Jesús:
Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque
es de cuatro días. 40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? 41
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los
ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42 Yo sabía que siempre me
oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me
has enviado.” Juan 11:17-18, 21, 32, 37
Jesús entra a aquel lugar, y todo lo que oye es crítica, condenación; está viendo cómo,
aparentemente, su oración no tuvo respuesta, y todos le culpan. Pero la confianza de
Jesús es: Tú siempre me escuchas. Cuando todos le han puesto final al asunto y piensan
que no hay nada que se pueda hacer, tú confianza está en que Dios siempre oye tu
oración.
No renuncies a tu milagro. Dios te escucha. Lázaro murió pero Dios dijo que va a vivir, y
va a vivir. Lo que hace que tú camines seguro es la certeza de que tú tienes un Dios que
te oye. Tú le sirves a un Dios real, vivo, un Dios que oye, que escucha y responde tu
oración.
Cuando las cosas se ponen difíciles, camina a Betania, a los lugares difíciles, con la
confianza de que puedes decir: Gracias, Dios, porque tú siempre me escuchas. La gente
está llorando, lamentándose, criticándote, pero Dios te escucha, y Él lo va a hacer para
su gloria. Tú tienes que llegar a ese nivel de confianza de que Dios te oye. Muévete de
esa desesperanza que ha marcado tu vida.
Jesús hizo 4 cosas con Marta, que hoy Dios quiere hacer contigo. Ella se había quedado
encerrada en la desesperanza. Ella dijo: Ya hiede. En otras palabras, ya no hay nada que
se pueda hacer, llegaste tarde. Y Jesús le dio una promesa; le dijo: Tu hermano
resucitará. Aquellos que vivimos con esperanza en el corazón, somos los que caminamos
con la promesa que Él nos ha dado. Si tú oras de acuerdo a su promesa, su promesa te da
esperanza. Hay una promesa de Dios para tu vida y la de los tuyos.
Jesús quitó la mirada de Marta de Lázaro, y la puso en él. Le dijo: Oye bien, mírame a mí;
Yo soy la resurrección y la vida. Todo el que está mirando su situación, ve el muerto, pero
el que está mirando a Cristo, ve cómo se va a levantar. Si miras tu situación, tú estás
mirando la tumba; pero cuando tú miras a Cristo, estás viendo tu solución. Todo va a
cambiar, te vas a levantar.
Jesús le preguntó a Marta: ¿Crees? Porque hay algo poderoso en una confesión de fe. Tu
vida cambia cuando, con tu boca, tú declaras y confiesas lo que tú estás creyendo.
Y, por último, Jesús hizo que ella tomara una acción de fe, cuando le dijo: Quita la piedra.
Si tú estás en desesperanza porque es lo que has aprendido, porque piensas que no hay
nada que puedas hacer, hoy, recibe esa confianza de que Dios te escucha, de que lo que
estás viviendo no es tu final, no es lo último.
Tú tienes que tener claro que Dios tiene una promesa para tu vida. Deja de estar
mirando tu situación, y míralo a Él. Confiesa lo que tú has creído. Mueve la piedra, haz
algo que demuestre lo que tú has creído, y pronto verás el milagro que Dios te prometió.
Si tú quieres ver la gloria de Dios, entiende que Jesús dijo que, lo que precede la gloria de
Dios, es tu fe. ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? ¿Tú quieres ver la
gloria de Dios? Solo cree. Atrévete a creer, camina por la ciudad, en medio de la
desesperanza, con la certeza y la seguridad de que Dios te ha escuchado y que, aunque las
cosas se pongan peores, al fin y al cabo, todo será para la gloria de Dios.
“26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles.” Romanos 8:26
Lo que tú pides, no siempre es lo que te conviene. Tienes que dejar que sea Dios quien
traiga lo que te conviene. Tu oración no es para pedir lo que tú crees que te conviene, sino
para que Dios traiga lo que él sabe que te conviene.
Lo que pasa es que no siempre lo que Dios sabe que te conviene te trae a ti la seguridad
que quisieras, porque tú crees que tú sabes lo que te conviene.
Hay momentos en que oras lo que tú crees que necesitas, momentos en que oras por lo
que tú quieres, pero hay momentos en que tienes que entender que Dios sabe todas las
cosas, momentos en que tienes que quitarte del camino.
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque
conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” Romanos 8:26
Hay un día en que tú tienes que quitarte del camino, entender que no todo lo sabes, y
dejar que sea el Espíritu Santo quien te dirija. Tú no lo sabes todo, pero hay alguien que sí
lo sabe. Y, mientras tú seas un sabelotodo, Dios no puede obrar en tu vida, no te puede
hablar, no te puede dirigir. Pero la gente quiere la experiencia, y no la dirección.
Después de haber orado, llega un momento donde tienes que abandonarte a la
voluntad de Dios, confiando que es él quien realmente conoce todo lo que tú necesitas.
Cuando comienzas a caminar bajo esa dirección, entonces, tu vida cambia, experimentas
seguridad.
Hay oraciones que tú haces sin entender lo que está pasando, y tú tienes que dejar que
sea el Espíritu Santo quien te dirija. El apóstol Pablo, el hombre que escribió la mayoría
de los libros del Nuevo Testamento, que tuvo experiencias, que escribió “conozco a alguien
que fue al tercer cielo y que vio cosas que le fueron prohibidas decir”, un hombre al que le
sobró tiempo; ese hombre, en una ocasión, oró tres veces para que le fuera quitado un
aguijón, una molestia que tenía. A la tercera, tuvo que entender que la respuesta era no.
Seguramente, Dios le dijo no, desde la primera, pero a Pablo no le gustó aquella respuesta
y quiso volver a orar. Y, a la tercera, entonces Pablo se bastó en la gracia de Dios.
Hay oraciones que se hacen para escapar del aguijón, pero hay oraciones que se hacen
para soportar el aguijón.
Si tu oración no te quitó el aguijón, entonces, cambia tu oración. Pero muchos pensarían
que es que Dios no los ama y, por eso, no les quitó el aguijón. No es que Pablo pecara por
orar tres veces, pero Pablo se dio cuenta que la oración que estaba haciendo no era la
correcta, y decidió aceptar lo que Dios dijo que le convenía.
No se trata de que no ores por lo que tú quieres. Ora por lo que tú quieres; pero, cuando
la respuesta es no, entonces, pídele a Dios que te diga qué es lo que conviene, y quítate
del camino, deja que él te dirija, en medio de todo, y camina seguro de que, aunque no
era lo que tú querías, es lo que te conviene, porque soportar el aguijón, te va a dar la
victoria.
Cuando nosotros nos quitamos del camino y dejamos que sea el Espíritu quien interceda
por nosotros, todo cambia. Tienes que quitarte del camino porque el Espíritu ora por
cosas que tú no comprendes, que tú no sabes, cosas que no caben en tu mente.
El Espíritu intercede por nosotros cuando estamos débiles. En un momento de debilidad,
de aflicción física, mental, es cuando más tienes que depender de la intercesión del
Espíritu Santo.
Cuando el coraje, la angustia, el dolor, no te dejen orar, abandónate en el Espíritu y deja
que sea él quien interceda. Es el Espíritu el que intercede, de acuerdo a la voluntad de
Dios; él es el que guía nuestras vidas, el que nos dirige hacia lo que nos conviene.
Tú no necesitas conocer el final, sino confiar en que hay alguien que te va a dirigir hasta
cumplir el propósito de Dios para tu vida. No menosprecies lo que la vida te traiga, solo
porque no sabes cómo va a terminar. Déjate guiar por el Espíritu Santo. No todo
comienzo revela la grandeza de lo que Dios tiene para ti. Hasta que tú no llegues al punto
de reconocer que no lo sabes todo, pero con la convicción de que algo Dios está
haciendo y dejes que sea él quien te guíe, nunca verás la victoria a la que Dios te quiere
llevar.
Dios conoce todas las cosas. Él sí sabe lo que te conviene; él no está limitado por tus
debilidades. Y la única manera en que tu futuro se limita, es mientras tú te sigues
metiendo en el camino de Dios. Pero gloria a Dios que él va más allá de tus limitaciones y
de tus circunstancias.
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35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la
multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37
Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal
manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le
despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose,
reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande
bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41
Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el
viento y el mar le obedecen?” Marcos 4:35-41
Tus circunstancias no pueden destruir tus sueños porque tus sueños no salieron de tus
circunstancias. Tú necesitas la paz que sobrepasa todo entendimiento para guardar tu
corazón y tus pensamientos. Necesitas guardar tu corazón y tus pensamientos porque la
persona que está en descanso tiene autoridad sobre cualquier tormenta. Jesús, que era el
que estaba durmiendo, fue el que tomó autoridad sobre aquella tormenta. La paz que
sobrepasa todo entendimiento te ayuda a mantenerte enfocado, a mantener tu atención
en las cosas que son verdaderas, y no vives como vive el mundo, por el sensacionalismo
que lleva a la ansiedad.
Un día Dios te habló, te dijo que prosperarías, que progresarías, que te casarías, que
verías a tus hijos, que tendrías nietos, una empresa. Un día Dios te hizo soñar. Hoy el
problema que te ha traído miedo -lo cual es normal – se ha convertido en ansiedad porque
estás imaginando un futuro que todavía no ha llegado. Tú no sabes cómo esta crisis se va
a tornar en una bendición para ti. ¿Por qué estás preocupado por el día de mañana, si
Dios ha prometido suplirte hoy y cada día? La ansiedad te hace ver un final oscuro. Por
eso es que vives en ansiedad, desesperado. El miedo es normal porque es lo presente; la
ansiedad es cuando te preocupas por algo que todavía ni ha pasado. Por eso es que tú
necesitas hoy la paz que sobrepasa todo entendimiento, para que guarde tu corazón y tu
mente.
Este problema no puede terminar con tus sueños. La economía no fue la que hizo que tú
soñaras, que tú desearas prosperar y progresar; tu trabajo no fue lo que te dio la
capacidad de soñar. Un día Dios habló a tu corazón, a tu mente, y te dijo: Aquí está este
mundo de posibilidades para ti. Has sembrado por años, y tu cosecha viene, es segura.
Estas circunstancias no van a terminar con los sueños que hay en ti. Esas oraciones que
has hecho, ese trabajo que has comenzado se va a completar; estas circunstancias no
pueden acabar con tus sueños porque tus sueños no son producto de estas circunstancias.
Si tú eres capaz de recibir en esta hora la paz que sobrepasa todo entendimiento, Dios va
a guardar tu corazón, tu mente; y vas a comenzar a soñar. Si sueñas hacia el futuro con
las cosas grandes que hay dentro de ti, entonces, tienes fe. Si permites que el problema se
meta en tu interior, la ansiedad llega y comienzas a proyectar un futuro de tristeza.
Créeme a Dios que tus semillas, tu servicio van a producir.
No tengas ansiedad por el mañana. Jesús dijo a sus discípulos que no tuvieran ansiedad
por qué comerían y vestirían; él se encargaría de eso. Dios tiene tu mañana asegurado.
Créeme a Dios. La paz que sobrepasa todo entendimiento se manifiesta en tu vida hoy.
Dios siempre pone pensamientos en tu espíritu que contradicen lo que estás pensando y
viviendo; Pero tu experiencia nunca contradice lo que hay en tu corazón.
Hay una conexión entre lo que tú haces y lo que tienes en tu corazón. Hay personas que
cometen muchos errores, pero como que todo les sale bien; Todo por la intención de su
corazón. Tienes que arreglar lo que está adentro porque es la única manera que se
manifieste lo que Dios dijo; Lo que está afuera nunca va a contradecir lo que está
adentro.
¿Cuál fue el problema de Moisés? Que los chismes le dañaron el corazón una vez más.
Más adelante, cogió la vara y le dio a la peña, cuando Dios le había dicho que le hablara.
Y Dios le dijo: Hasta ahí llegaste. Porque Moisés dañó su corazón. Por más grandes que
sean las promesas de Dios para tu vida, tienes que cambiar lo que hay en tu corazón. Sé
libre y feliz, no tengas envidia, gózate con la bendición de otro, cuida tu corazón porque tú
nunca podrás vivir más allá de lo que tú estés viviendo en tu corazón.
Dios ha puesto autoridad en tus manos, te ha dado la capacidad de atar y desatar, pero
tú pudieras estarlo usando en contra tuya. Las cosas te salen mal cuando tu corazón es
incorrecto delante de los ojos de Dios; El poder que Dios te dio para levantarte, es el
poder que te está hundiendo, te lo dio para restaurarte, y que te está limitando.
Hoy, mete tu mano en tu seno, y sácala, vuélvela a poner, y sácala limpia. Si sale sucia,
tienes que quitar las manchas. Porque tú puedes arreglarte por fuera, pero la Biblia dice
que Dios escudriña y conoce las intenciones de tu corazón. Y lo único que puede cambiar
tu corazón es la gracia poderosa de Dios. Solo entonces, ese poder que Dios ha puesto en
tus manos, tú lo podrás comenzar a utilizar de la forma correcta. Tiene que haber el
balance.
Dios le estaba diciendo a Moisés: Tu mano está leprosa; Si tú vas con esa mano así, vas a
dañar todo.
Quizás tú hoy puedes reconocer ciertas cosas en las que te metiste sin estar listo, antes
de tiempo; Un negocio, un matrimonio, hijos. El problema es que vuelves y te metes en el
mismo error. Hoy Dios te da una palabra de poder y autoridad, y más vale que tengas tu
corazón arreglado para que no desperdicies la bendición.
De lo contrario, vuelves a lo mismo, y después piensas que es Dios quien te está
fallando. Mejor no te metas en cosas para las cuales tu corazón todavía no esté listo, no
sea que todo lo que Dios quería para bien, se convierta en maldición. El poder está en tu
mano, pero hasta que tu corazón no esté listo para las cosas de Dios, no vas a poder
entrar en ese nivel. Arregla tu corazón.
“Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano . 2
Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle. 3
Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. 4 Y les dijo:
¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos
callaban. 5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus
corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue
restaurada sana.” Marcos 3:1-5
Hay gente que toda su vida camina con la mano seca. Todo lo que tocan se convierte en
sal y agua; Por todo lo que tocan, están en problemas, en dificultades; Su mano está seca.
Cristo le dice: Extiende tu mano. Aquello era exactamente lo que aquel hombre no podía
hacer. ¿Cómo ese hombre pudo extender su mano si probablemente nunca lo había
hecho? Una cosa es que tú hayas pasado por una experiencia, y sepas cómo hacerlo;
Otra, que hayas vivido tanto tiempo en la situación contraria, que no sepas cómo hacerlo.
Para extender su mano, ese hombre tuvo que vivirlo primero adentro, algo en su
interior se extendió. Antes que los músculos comenzaran a sanar, algo dentro comenzó a
extenderse. Antes de que aquella mano comenzara a cobrar vida y pudiera agarrar, antes
que su mano pudiera manifestar aquella palabra, algo dentro del corazón de ese hombre
tenía que comenzar a revolcarse, a moverse; Algo que estaba dentro de él, que había
estado limitado y que por tanto tiempo había limitado su vida.
Cada vez que Dios te da algo que va a contradecir tu experiencia, tú tienes que vivirlo
primero adentro; Porque los pensamientos que Él te va a dar, van a contradecir lo que tú
estás pensando y viviendo, pero lo que tú estás viviendo nunca va a contradecir lo que tú
estás pensando en tu corazón. Por lo tanto, lo primero que Cristo hizo fue hablarle al
corazón de ese hombre.
Le dijo: Yo no he venido a condenarte, a culparte, a hacer lo mismo que estos religiosos.
La religión le seca la mano a la gente porque es la primera culpable en secarle el corazón a
la gente; Y cuando un hombre tiene un corazón seco, su mano también está seca. Por eso
hay personas que van a la iglesia y no se satisfacen, porque van a la iglesia por religión, a
ver si puede pasar, a ver si las reglas se lo permiten o no.
Un día le entregaste tu vida a Cristo, tu vida cambió para siempre, y te fuiste al mundo y
volviste a pecar, fallaste; Pero ahora hay un problema: Estás en el mundo, pero no te
sientes bien en el mundo. Porque ya no eres el mismo, no hay marcha atrás. Tú has sido
sellado con la promesa del Espíritu Santo. No eres la misma persona de antes.
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“15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que
marchen. 16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los
hijos de Israel por en medio del mar, en seco.” Éxodo 14:15-16
Si tú no ves tu talento, tu llamado, como algo ordinario que Dios puede usar de forma
extraordinaria, nunca podrás hacer lo que Dios quiere que tú hagas
la gente quiere que tú menosprecies lo que tienes. Moisés quería algo que hiciera que le
creyeran, y Dios le dice: Te voy a devolver la misma vara, pero te voy a mostrar lo que hay
dentro. Así que ahora caminaría con confianza. Lo que va a hacer que el mundo crea, no
es que vean lo que la vara hace, sino que tú vayas con confianza sabiendo lo que tu vara
puede hacer.
Con aquella vara, el agua se convirtió en sangre, cayó granizo, salieron ranas; Pero un
día Moisés llegó frente al mar Rojo, y el pueblo comenzó a llorar y decir: ¿Por qué nos
traes aquí para que muramos? Y Moisés fue donde Dios, y Dios le dijo: ¿Por qué clamas a
mí? Muchas veces se nos dice: Clama a Dios. Y hay muchas veces que tenemos que
hacerlo, pero hay veces que Dios lo que te dice es: ¿Por qué clamas a mí? Eso fue lo que
Dios le dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Diles a los hijos de Israel que marchen.
Deja de estar llorando, quejándote, lamentándote. Camina. Marcha. Somos de los que
creemos que tienes que orar, pero también llega un momento en que tienes que marchar,
tienes que hacer algo. Deja de esperar que Dios te dé dirección. Camina. ¿No sabes
para dónde? Camina. ¿Ya oraste? ¿Ayunaste? Pues ahora sal y haz algo.
Y Dios le añadió a Moisés: Y tú, alza tu vara. En otras palabras: ¿Tú no viste que esa vara
cambió agua en sangre, sacó ranas, trajo granizo? Con lo que tienes, has podido vivir,
alimentarte hasta ahora, pero se te ha metido en la cabeza que las cosas cambiaron y que
ahora no te alcanza. Y aún si hay cosas que han cambiado, tú tienes que usar lo que
tienes en tu mano porque es lo que tienes en tu mano lo que hace que el milagro ocurra.
Con la misma vara que convertiste agua en sangre e hiciste que granizo saliera, con esa
misma vara es que tienes que marchar.
“15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que
marchen. 16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los
hijos de Israel por en medio del mar, en seco.” Éxodo 14:15-16
Si vamos a ser espirituales, pensaríamos que Dios dijo: Alza tu vara, y yo dividiré el mar.
Pero Dios dijo: Divídelo. ¿Quién dividió el mar entonces? Moisés, con la vara que Dios le
dio. No hay problema tan grande que tú tengas hoy que, la vara que Dios te dio, Él no la
pueda usar para cambiarlo. Lo único que Dios puede usar para hacer el milagro es aquello
que Él te ha dado. No menosprecies el talento que tienes, la vara que Dios te dio porque
es con ella que tú vas a abrir el mar que está delante de ti hoy.
Pablo le dijo a Timoteo: Deja de llorar; Aviva el fuego del don que Dios te dio. Hoy Dios
te dice: La única forma que tú callas a tus enemigos es haciendo lo que yo te mandé a
hacer. Así que, deja de estar llorando y recuerda el don de Dios que hay dentro de ti, y del
llamado por la imposición de manos, recuerda la fe que te ha sido enseñada, recuerda
para lo que has sido llamado, y ve y hazlo.
No deje que el temor te estanque, marcha hacia delante.
-No deje que el pasado te estanque.
-Sigue adelante donde Dios te ha puesto.
De la historia del pueblo de Israel, podemos aprender muchas cosas con relación a Dios,
quien es, como actúa con su pueblo cuando este es obediente o desobediente.
Aprendemos de la misericordia o severidad de Dios según sea el comportamiento de su
pueblo.
El deseo de Dios es que su pueblo, sus hijos, sean obedientes a su palabra, que lo
busquen en oración constantemente y que huyan del pecado.
Sabemos que debemos orar sin cesar, no desmayar en la oración.
David, Daniel, Pablo, Pedro y el mismo Jesús, entre otros, fueron y son hombres de
oración, sus vidas son ejemplo de confianza en el Dios todopoderoso.
En la práctica de la oración, el siervo de Dios, demuestra su confianza y total
dependencia en Dios.
La oración es indispensable en toda nuestra vida, al practicarla nos acercarnos al trono
de la gracia para hallar el oportuno socorro.
Del paso del pueblo de Israel por el mar rojo, aprendemos del inmenso poder de Dios
para manipular, transformar a su misma creación. Al pueblo le acompañaba una columna
de nube durante el día y una columna de fuego durante la noche, cuando el faraón siguió
al pueblo de Israel para destruirlo, la columna de nube fue movida para separar el pueblo
de Israel de los egipcios y de esta manera no pudieran acercarse.
Cuando llegaron al mar rojo, el pueblo se vio atrapado entre el ejército egipcio y el mar
rojo, no tenían escapatoria, sin embargo, Moisés los alienta a que confíen a Dios, porque
él pelearía por ellos y ya no verían más a los egipcios. Moisés está confiado en Dios, sabía
que Dios los salvaría. Éxodo 14:9-14
Sin embargo, Dios le hace una pregunta a Moisés, como si Moisés no estuviera haciendo
su parte, sino esperando que Dios lo hiciera todo. Dios le pregunta ¿Por qué clamas a mí?
Y es como se le hubiese dicho has tú lo que te corresponde. Éxodo 14:15-16
Esta historia bíblica nos enseña que Dios iba a liberar, a salvar al pueblo de Israel, pero
era indispensable que Moisés hiciera su parte. Moisés debía dar la orden de que el pueblo
marchará y debía alzar su vara, extendiendo su mano sobre el mar y dividirlo.
Esto nos sirve de ejemplo, Dios siempre está dispuesto ayudarnos, pero nosotros
debemos hacer nuestra parte.
Hay cristianos que son diligentes en la oración y todo lo dejan en manos de Dios, no
obstante, no son diligentes, ni esforzados en actuar ni obrar para resolver o conseguir lo
que le están pidiendo a Dios.
1. ¿Por qué clamas a mí?
Dios pareciera decirle a Moisés que ya era hora de actuar, ya ellos habían clamado, solo
debían confiar en Dios y comprender que, así como había hecho grandes maravillas en el
pasado, hacía lo haría en ese momento. Tenían la columna de nube impidiendo que el
ejército del faraón los atacará, estaban viendo en ese momento el gran poder de Dios, solo
debían confiar en que Dios les daría una solución.
Muchas veces nos conformamos con pedirle a Dios, que nos ayude, nos bendiga, nos
prospere, nos provea, nos sane, pero de nuestra parte no hacemos nada para solucionar.
Sabemos que debemos ser constantes en la oración y no descuidarnos en ello.
1Tesaloniceses 5:17 Romanos 12:12
Dios escucha nuestras oraciones y las responde, a veces lo hace rápido y en otras se
tarda. 1Pedro 3:12
Por ejemplo ¿porque algunos prosperan y otros no, porque algunos logran ciertos éxitos
y otros no?
El libro de proverbios nos enseña que los diligentes prosperan. Proverbios 10:4 Proverbios
12:24 Proverbios 13:4 El diligente es aquel que se esfuerza, trabaja, se dedica a lograr lo
que ha planificado, o lo que necesita.
Debemos aprender que Dios está con nosotros y que siempre nos ayudará, nos cuidará,
nos bendecirá, pero es necesario que entendamos que de nosotros también dependerá lo
que logremos por la ayuda de Dios.
Israel debía marcha y Moisés debía levantar la vara y abrir el mar rojo, Dios le dice abre el
mar rojo. Sabemos que Dios abrió el mar rojo con su poder, pero lo hizo cuando Moisés
levanto su vara.
El pueblo debía moverse y Moisés debía hacer lo que Dios le había ordenado.
De igual manera, Dios quiere que trabajemos con nuestras propias manos para que no
tengamos necesidad de nada. 1Tesalonicenses 4:11-12.
Conclusión:
Es necesario entender que también debemos ser diligentes y poner de nuestra parte para
alcanzar lo que estamos pidiendo.
Cuando ya no podemos con nuestras propias fuerzas, Dios lo hará por nosotros
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15 Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara[a] será
su nombre. 16 Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser
madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. 17 Entonces Abraham se postró
sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y
Sara, ya de noventa años, ha de concebir? 18 Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva
delante de ti. 19 Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y
llamarás su nombre Isaac;[b] y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus
descendientes después de él. 20 Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le
bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes
engendrará, y haré de él una gran nación. 21 Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el
que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene.” Génesis 17:15-21
Tanto Abraham como Sara se ríen por la misma premisa: El tiempo que ellos tenían. Se
ríen por ser viejos. El problema que ellos tenían en su mente era que el tiempo ya había
pasado.
En Joel 12, se profetiza que los jóvenes tendrían visiones, y los viejos tendrían sueños.
Uno pensaría que los que pueden soñar son los jóvenes porque tienen más tiempo, pero
hay quienes no son ni tan viejos, pero ya no quieren ponerse con mucho invento, para
evitarse problemas.
Pero Dios dice que al joven le da visiones, y al viejo le da sueños. En nuestra mente
carnal, humana, pensamos que el viejo ya no tiene tiempo de que el sueño se cumpla; pero
no todos los sueños que Dios te da tú los ves manifestados naturalmente, pero no es que Él
no te los cumpla.
Nadie puede decir que Martin Luther King no vivió el sueño; hoy hay un montón de
derechos porque un hombre soñó, lo vivió desde el principio, y hay otros que deberían
estar viviendo el sueño, pero están atados en su mente.
Walt Disney no vivió el sueño en lo natural, pero sí lo vivió; hoy caminamos por parques
de un hombre que nunca caminó por ellos como los vemos hoy, pero nadie puede decir
que él no vivió el sueño; él soñó con algo que trascendía su vida.
“Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. 2
Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. 3
Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. 4 Y
circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado. 5 Y era
Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo. 6 Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho
reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. 7 Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que
Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.” Génesis 21:1-
37
Dios visita a Sara y a Abraham, y ellos llaman a su hijo Isaac, que significa Dios me ha
hecho reír; aquello que parecía un final tenebroso, se convierte en un final de risa. Tu
final nunca tiene que ser uno trágico. El Dios al que tú le sirves, aunque a través de tu
vida, haya una acumulación de problemas y dificultades, el que ríe a lo último, ríe mejor.
Tu final no tan solo va a traerte risa a ti, sino también a todo aquel que lo vea. Cuando
Dios haga lo que te ha prometido, ese día te vas a reír, y hay un montón de gente que se
va a reír contigo y va a decir: Comoquiera, con todo lo que pasó, mira donde llegó.
No importa cuántos años tú tengas, cuánto tiempo ha pasado, tu final se tiene que llenar
de risa, de alegría, y muchos se van a reír contigo. Algún día tú podrás contar un
testimonio tan grande que haga que la gente se ría. Que después de tanto tiempo, en
lugar de conclusiones incorrectas acumuladas, en lugar de temor, aún en tu vejez, Dios te
va a dar ese hijo y te va a hacer reír, y contigo nos vamos a reír muchos.
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EL PUNTO DE PARTIDA
8.3-6 Los líderes judíos menospreciaron la Ley al arrestar solo a la mujer. La Ley exigía
que se apedrearan ambas personas involucradas en el adulterio (Lev_20:10; Deu_22:22).
Los líderes usaron a la mujer como una trampa para hacer caer a Jesús. Si decía que no
debía apedrearse a la mujer, lo acusarían de violar la Ley de Moisés. Si los instaba a
ejecutarla, lo acusarían frente a los romanos, que no permitían a los judíos llevar a cabo
sus propias ejecuciones (Deu_18:31).
8.7 Esta es una declaración significativa en lo que respecta a juzgar a otros. Como Jesús
ratificó el castigo aplicable al adulterio, no fue posible acusarlo de estar en contra de la
Ley. Pero al decir que solo quien estuviese libre de pecado podía arrojar la primera piedra,
destacó la importancia de la compasión y el perdón. Cuando se descubre a otros en
pecado, ¿es usted rápido para emitir un juicio? Hacerlo equivale a actuar como si nunca
hubiese pecado. Es Dios el que debe juzgar, no nosotros. A nosotros nos toca mostrar
perdón y compasión.
8.8 No queda claro si Jesús al escribir en tierra sencillamente hacía caso omiso de los
acusadores o si hacía una lista de los pecados o escribía los Diez Mandamientos.
8.9 Cuando Jesús dijo que solo quien no hubiera pecado podía arrojar la primera piedra,
los líderes se alejaron en silencio, desde los más viejos hasta los más jóvenes. Era evidente
que los hombres más adultos tenían mayor conciencia de sus pecados que los más
jóvenes. La edad y la experiencia a menudo moderan la actitud de creerse muy justo típica
de la juventud. Pero sea cual fuere su edad, eche una sincera mirada a su vida. Reconozca
su naturaleza pecaminosa y busque maneras de ayudar a otros en lugar de lastimarlos.
8.11 Jesús no condenó a la mujer acusada de adulterio, pero tampoco pasó por alto su
pecado. Le dijo que abandonase su vida de pecado. Jesús está dispuesto a perdonar
cualquier pecado que haya en su vida, pero la confesión y el arrepentimiento implican un
cambio de corazón. Con la ayuda de Dios podemos aceptar el perdón de Cristo y poner fin
a nuestras malas obras.
También hay unos inicios que nunca llegaron, oportunidades que desaprovechamos.
Como el joven que había guardado los mandamientos pero no fue capaz de dejar todo
para seguir a Jesús. Aprovechó el punto de partida para cumplir la Palabra y prosperó, sin
embargo, no pudo ir más allá e iniciar nuevo comienzo porque exigía sacrificio.
Muchos inicios exigen dejar algo. Cuando empezaste tu vida en Jesús sacrificaste todo lo
anterior y te preparaste para recibir la salvación.
Juan 8:2-8 relata la historia de la mujer adúltera que sería apedreada por sus pecados.
Esta historia es reveladora porque con ella, Jesús quiere enseñarnos a ver primero
nuestros errores antes que los de otros.
Según la ley, la mujer adúltera merecía ser apedreada y pienso, que también el hombre
con quien cometió pecado.
Las personas le preguntaron a Jesús qué debían hacer porque querían acorralarlo.
Entonces, Él, sabiamente, les dijo: “Que tire la primera piedra el que no ha cometido
pecado”. Así, nos da dos grandes lecciones, la primera es ver nuestro interior y nuestras
faltas antes que las de otros. Y la segunda es tener misericordia para iniciar un nuevo
punto de partida.
Por lo general vemos los errores de otros, antes de ver los nuestros. Antes de ver al
prójimo, mírate en un espejo. Hay quienes se han convertido en expertos para ver porqué
otros fallan y decir lo mal que están, pero no se dan cuenta de sus defectos. Quienes
deseaban cumplir la ley y apedrear a la mujer adúltera, tal vez tenían razón en tirar la
piedra, pero no tenían la solvencia moral o aprobación para hacerlo.
Esta costumbre de pedir lo que no damos o condenar lo que nosotros mismos hacemos,
es el inicio de muchos problemas. En el matrimonio, por ejemplo, generalmente
demandamos atenciones que no ofrecemos. Pedimos cariño, pero no lo damos. Como
ciudadanos, criticamos a nuestros gobernantes o autoridades, pero no pagamos
impuestos y nos cuesta colaboramos. A nuestros hijos les exigimos respeto y obediencia,
pero no respetamos al policía de tránsito o a quienes nos dan instrucciones, como los
servidores en la iglesia. ¿Qué ejemplo damos?
Tienes razón al pedirle a tus hijos que no digan palabras groseras, pero debes buscar
aprobación y solvencia moral con tus actitudes de buen ejemplo. ¡Si las escuchan de tus
labios, no puedes prohibirles que las diga, aunque no sean las mismas! Obtienes
aprobación cuando cumples los valores que exiges. Solamente de esa forma puedes pedir
algo o aconsejar a alguien. Perdemos aprobación cuando hacemos lo malo que criticamos
o pretendemos prohibirlo.
Jesús sí hubiera podido apedrear a la mujer porque no había pecado en Él, pero no lo
hizo porque Su enseñanza no era de condenación sino de salvación. Así que le ofreció un
nuevo punto de partida al decirle: “Vete y no peques más”. De esta forma, provocó que
ella aprendiera a ver en su interior.
Es tiempo de ver hacia nuestro interior.No veas la paja en el ojo ajeno sino la viga que
tienes en el tuyo. Ahora que has descubierto tus debilidades y errores, aprende a pedir
perdón porque demandas algo que no haces. Ese es un buen punto de partida que
marcará la diferencia en tu casa y con tu familia.
Pídele al Señor que te ayude a ver más hacia dentro y menos hacia fuera porque hay
mucho que debemos revisar en nuestro interior para ver con amor y perdón a los demás.
Dios puede darte la razón y también la aprobación que necesitas para actuar
correctamente e iniciar de nuevo. Ábrele tu corazón para que tengas ese inicio que
mereces.
Tu peor crítico eres tú mismo, pero no importa cómo tú te veas, sino lo que Dios ha dicho
de ti. Cuando tú te sostienes como viendo al Invisible, tu problema es un punto de partida.
Que nadie te juzgue; tú no te has rendido.
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Todos nos arrepentimos en algún momento de algunas decisiones que tomamos,
decisiones que pudiéramos llamar momentos de locura. Y el problema de estas decisiones
son sus consecuencias. Evita tomar una decisión irracional en un momento de locura. Ese
momento puede hacerte perder cosas que ni imaginas. Pero Dios es un Dios de
oportunidades.
Un día tendrás que tomar otra decisión también radical para tornar el error que una vez
cometiste de modo que te lleve a alcanzar aquello que en un principio Dios quería darte y
que tú creíste perdido por un estado de locura.
Lo que parece una locura espiritual, puede cambiar una locura terrenal y transformar tu
vida.
Dios se le aparece a Moisés en 3 ocasiones: en la zarza ardiendo, en el monte Sinaí y en el
tabernáculo. De un hombre, se convierte en una nación. Dios se le aparece a un hombre,
y en todas esas apariciones, Dios va construyendo una nación. Pero Moisés construyó el
tabernáculo en el desierto, y el tabernáculo nunca fue para el desierto, sino para la tierra
prometida. Así que tiene que aparecérsele a Josué para que el tabernáculo entre a la
tierra prometida, donde Dios quería llevar la nación.
Lo que Dios quiere hacer en el futuro en todo el mundo, lo va a comenzar haciendo con un
hombre o con una mujer que crea.
Vimos el encuentro de Dios con Jacob. Fue Dios quien interrumpió el sueño de Jacob
porque cuando Él tiene un pacto con alguien no lo deja tranquilo hasta que lo cumpla;
batalló con él hasta que rayaba el alma, hasta que Jacob despertó a lo que Dios tenía que
decirle.
Jacob le pregunta al ángel: ¿cuál es tu nombre? Y Dios le dice: no te voy a decir, no tienes
que saberlo. Interesantemente, Moisés le pregunta a Dios su nombre, y Dios se lo da. Esto
nos muestra cómo la revelación de Dios es progresiva. Dios va trabajando poco a poco en
las generaciones hasta que construye lo que Él quiere construir.
“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas
a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2 Y se le apareció el Ángel de
Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en
fuego, y la zarza no se consumía. 3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande
visión, por qué causa la zarza no se quema. 4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios
de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 5 Y dijo: No te
acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 6 Y
dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces
Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. 7 Dijo luego Jehová: Bien he
visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus
exactores; pues he conocido sus angustias, 8 y he descendido para librarlos de mano de los
egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y
miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del
jebuseo.” Éxodo 3:1-8
No tiene que ser así. Pon filtros en tu vida para procesar tus emociones. No tomes
decisiones permanentes a problemas temporeros; no tomes decisiones emocionales. De
lo contrario, luego pagarás las consecuencias. Airaos, pero no pequéis, dice la Biblia.
Todos nos molestamos, pero no te descontroles porque un momento de locura puede
marcar tu vida por mucho tiempo y llevarte a dar vueltas en un desierto en el que tú no
tenías que estar.
Es locura hablar con un árbol. Pero un momento de locura natural, se cambia con un
momento de locura espiritual donde, de repente, en el espíritu, ves algo que no habías
visto y reaccionas espiritualmente, cambiando para siempre tu decisión del pasado.
Sin importar las locuras que tú hayas hecho en el pasado, que te han tenido dando
vueltas en el desierto día tras día, hoy, una zarza arde delante de ti y tú, en el espíritu,
reaccionas y tu vida toma un nuevo rumbo.
Préstale atención a la palabra de Dios. Es la locura del Evangelio lo que salva tu vida. Es
la locura de la fe en que Cristo murió por ti en la cruz del Calvario, la que te hace vivir en
vida eterna y tener esperanza.
*************************************************************************
Jeremías 30:17 Porque yo te devolveré la salud, y te sanaré de tus heridas declara el Señor,
porque te han llamado desechada, diciendo: “Esta es Sion, nadie se preocupa por ella”.
Prepárate para recibir el mes de agosto 2022 agarrado de la mano del Dios, porque será
el Mes de la salud, Mes de reinicio de tu vida, el Mes de Recibir aquello que has esperado
tanto, un nuevo tiempo de ver lo grande que Dios va hacer en tu vida,
Prepárate y ten la esperanza puesta en Jesús.
Feliz noche
Dios lo dice yo lo creo
MAÑANA 5:00 AM
DEVOCIONAL POR FACEBOOK LIVE
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Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos
firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto, sino que
también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la esperanza no avergüenza; porque
el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos
fue dado.” Romanos 5:1-5
Hay quienes van a querer enseñarte cosas que ellos saben, pero que nunca lo han
vivido; pero una cosa es lo que digan que saben y otra es lo que saben porque lo han
vivido; teoría vs experiencia.
Hoy, tu vida tiene más peso no por lo que sabes, sino por lo que has vivido, porque lo
que has vivido es producto de la paciencia en medio de las tribulaciones, la cual te da
esperanza.
Al momento de llegar la tribulación, al tener esperanza, experimentarás gozo, porque
sabes que todo va a pasar, todo es cuestión de tener paciencia.
Hay problemas en la vida que lo único que debes hacer es vivir un día más que ellos
para que desaparezcan. Hay enemigos en tu vida que la única solución que tienes es no
morir ante de ellos; Vive un día más, simplemente para verlos a ellos en la tumba y
decirles: No me mataste, yo te gané y viví un día más. La experiencia te dice que eso
desaparece, que eso se va, que algo nuevo llegará; Es ahí donde compruebas que hay
esperanza.
En varias ocasiones en la Biblia, Pablo nos habla que fuimos salvos por la gracia, por
medio de la fe. Pero, en Romanos 8:24-26, él nos dice que fuimos salvos por la
esperanza.
La salvación se experimenta en 3 tiempos en nuestra vida; Cuando tú aceptas a Cristo
como tu Salvador, eres salvo en el momento en espíritu; Cuando tu mente entra en un
proceso de renovación y salvación; Y, por último, tu cuerpo comienza una
transformación en su totalidad. En otras palabras, tu espíritu es salvo, tu mente se va a
salvando y tú serás salvado de todo lo que estás viviendo; Es un proceso natural.
******************************************************************
SI NO LO VES, ESPÉRALO POR FE, PORQUE ALGO GRANDE HA DE PASAR.
Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y
nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad.
Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey. Vinieron, pues, y gritaron
a los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al
campamento de los sirios, y he aquí que no había allí nadie, ni voz de hombre, sino
caballos atados, asnos también atados, y el campamento intacto. Los porteros gritaron, y
lo anunciaron dentro, en el palacio del rey. Y se levantó el rey de noche, y dijo a sus
siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y
han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hayan salido
de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad. Entonces respondió uno de
sus siervos y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad
(porque los que quedan acá también perecerán como toda la multitud de Israel que ya ha
perecido), y enviemos y veamos qué hay.
(2Re 7:9-13)
Muchas veces, pecamos por ser negativos; Pensamos que un problema equivale a caer, a
rendirnos, a fracasar; Y no es así. Si tú no quieres tener problemas en tu vida, nunca
tengas éxito; Todo el que tiene éxito – o cree tener éxito – siempre tendrá problemas.
Pero la experiencia te dice que no todo es tan malo como parece.
La fábula El helecho y el bambú muestra como un hombre que se dio por vencido, en su
desesperación, fue a visitar un anciano –que decían era muy sabio – para recibir un
consejo.
El anciano le explica que una vez él había sembrado una semilla de bambú y un helecho;
Los cuidaba muy bien, y el helecho rápidamente floreció, pero nada había salido del
bambú. Aun así, el anciano no perdió su esperanza y, por varios años, no renunció a que
el bambú también brotara.
En el quinto año, un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra, pero seguía siendo
más pequeño que el helecho. El 6to año, un año después, el bambú había crecido 20
metros de altura; Estuvo 5 años echando raíces que lo sostuvieron, dándole lo que
necesitaba para sobrevivir.
¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando
raíces?
El helecho y el bambú hacen funciones diferentes, sin embargo, ambos son necesarios y
hacen del bosque un lugar hermoso. Los tiempos malos son esenciales en la vida de un
ser humano porque te dan experiencia. Los intentos, te mantienen fuerte; las penas, te
mantienen humano; las caídas, te mantienen humilde; y el éxito, te mantiene brillante. La
lección que este sabio le quiso dar a este hombre fue que, si no consigues lo que anhelas,
no desesperes; Quizás solo estás echando raíces.
El Señor quiere que entiendas que, aunque lo que estés haciendo no tenga propósito, tú
sí tienes propósito.
Quizás, las circunstancias que estás viviendo han hecho que la gente a tu alrededor te
abandone, no confíen en ti, pero hay dos cosas que debes tener claras para seguir hacia
delante, y son: Saber que Dios te ama, y que tienes un propósito en Él.
Si tienes estas dos cosas, entonces, tienes esperanza.
Cuando perdemos de vista el amor de Dios, se pierda la esperanza. Una persona que se
siente amada, sueña; Esa persona imagina, ambiciona.
Una persona con propósito no se desanima en los problemas ni en las dificultades , sabe
que su propósito se va a manifestar. ¿Por qué buscas en el pasado, si Dios mismo se
olvido de eso? Él no se acuerda ya de lo que pasó, de lo que viviste. Tú lo que tienes que
saber es que, a pesar de lo que haya pasado, todavía hay un futuro más grande para tu
vida.
Los grandes cambios en la historia han sido provocados por personas que han pintado
un nuevo futuro, personas con esperanza.
Personas como lo fue un Martin Luther King; Este hombre, lo único que decía, era: “Yo
tengo un sueño”, “Yo tengo un sueño”. Y un hombre que tiene un sueño, puede cambiar
la historia de toda una nación.
Un hombre que tiene un sueño, aunque lo maten, el sueño permanece para siempre.
Nosotros debemos mirar siempre hacia el futuro, saber que lo que Dios tiene para
nosotros es grande. Tenemos que levantar una generación que haga cosas diferentes,
tenemos que decirles y enseñarles a nuestros hijos que hay un futuro por delante, que
quizás tomará un poco más de tiempo, quizás tendrán que trabajar un poco más, pero es
en ese momento donde comienzan a abrirse las puertas de bendición que les llevarán
hacia cosas más grandes.
La Palabra nos narra, en 2 Reyes 7, un tiempo de hambre donde un profeta dijo: Mañana
todo va a cambiar. Aquella palabra no fue recibida por el gobierno, pero hubo cuatro
leprosos que algo les hizo levantarse y decir: Si vamos para atrás, nos matan; Si nos
quedamos aquí, morimos; Vamos hacia delante, quizás tengan misericordia de nosotros.
Y dice la Biblia que, mientras caminaban hacia delante, la cuidad próxima comenzó a oír
un ejército; Y, cuando los cuatro leprosos llegaron a la entrada de la ciudad, no había
nadie, habían huido, todo el botín era para ellos. Cuatro leprosos decidieron que, si iban a
morir, sería caminando hacia el frente.
No es opción para tu vida quedarte en el lugar donde estás. Quedarte en el lugar donde
estás no va a cambiar las cosas; La recompensa para tu vida no se encuentra nunca atrás,
no se encuentra en el pasado, se encuentra en lo que Dios tiene para ti de ahora en
adelante.
Quizás para el mundo tú seas un leproso, pero un leproso con una palabra, suena como
un ejército.
Nunca subestimes la esperanza del hermano que tienes al lado. La esperanza viene a
ser un acto tenaz de la imaginación, que se produce por una promesa de Dios cuando
creemos que Él es toda autoridad divina. Cuando tú escuchas una palabra de parte de
Dios, tu mente comienza a imaginar; Esperanza es imaginación, se manifiesta en la
imaginación.
Jacob, un día, le dio a su hijo, José, una túnica de colores. Dice la Palabra, que aquella
era demostración del amor de Jacob por José. Con aquella túnica, José se sintió amado, y
al sentirse amado, comenzó a soñar.
Hay quien dice que Jacob no debió dar esa túnica a José porque Jacob tenía doce hijos;
Pero eso lo dicen los envidiosos. Nunca des excusas por cada demostración de amor que
Dios hace por ti, nunca te sientas mal cuando Dios muestre su amor por ti de forma
tangible.
Nunca te sientas mal cuando Dios haga algo contigo de manera especial que no ha hecho
todavía con un familiar o por un vecino. ¿Por qué? Porque tú has creído, has esperado y
ese amor de Dios sobre tu vida te debe hacer soñar en cosas más grandes.
Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer
importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por
allí, venía a la casa de ella a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo
entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te
ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama,
mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. (2Re
4:8-10)
los que tenemos fe en el Señor, los que creemos, no tenemos tal cosa
como falsa esperanza.
Sí hay cosas que son falsa esperanza porque las premisas son
incorrectas. Por ejemplo, el pecado del mundo se origina porque Satanás le
hace creer a Eva una falsa expectativa; Le dice: Con que Dios ha dicho que
morirás si comes de este árbol; ciertamente no morirás. Usa erróneamente
unas palabras de Dios para crearle una falsa expectativa de que no va a
tener un resultado que Dios dijo que iba a tener si cometía ese error.
Ahora, bajo una mala percepción, una mala idea, ella come de ese árbol
esperando no morir, cuando Dios había dicho que ella iba a morir. Eso sí es
una falsa expectativa; Cuando te vas contrario a lo que Dios ha dicho y
comienzas a creer cosas incorrectas.
Hay diferencia entre tener esperanza y ser optimista. Se nos dice que
tenemos que ver el vaso medio lleno. La persona que piensa
catastróficamente, no solo lo ve medio vacío, sino que piensa que se va a
vaciar, no va a tener qué tomar y va a morir. Es perder tu trabajo y pensar que
tu cónyuge se va a molestar, te va a dejar de amar, vas a perder el carro, la
casa, que no vas a conseguir otro trabajo;
El optimista ve que se puede llenar, pero lo cree porque ve que hay un galón
de agua. El que tiene esperanza no ve el galón de agua, pero todavía cree
que se puede llenar porque su esperanza no viene de lo que ve, sino de lo
que percibe, y lo que percibe está en el espíritu.
El profeta se quedó allí, y le dio el milagro que ella esperaba; Preguntó qué
necesitaba que hiciera por ella, y ella le dijo que nada; Pero el profeta sabía
que no tenía hijo y que quería uno, y le dice: El año que viene. Ella le dice:
No juegues con mis sentimientos. En otras palabras: No tengo esperanza.
Pero la palabra que el profeta le dio, se cumplió.
Años después, ese niño sale con su papá al campo a trabajar, y estando en
el campo, muere. Aquella mujer llevó el niño al cuarto que ella había
preparado para el profeta, y salió a buscar al profeta. De camino, se
encuentra a Giezi, criado del profeta, quien le pregunta cómo está todo, a lo
que ella responde: Todo está bien. Eso es positivo, optimismo para algunos;
Pero aquella mujer demostró esperanza. Positivo hubiera sido dar gracias a
Dios por los doce años que tuvo a su hijo, pensar que a lo mejor eso era lo que
Dios quería. Ella no obró en positivismo ni optimismo, sino en esperanza; Ella
se dio cuenta que el milagro que ella necesitaba en ese momento saldría del
mismo lugar que salió el primero. Esperanza es cuando tú vas al lugar
correcto a buscar el milagro que tú necesitas porque sabes dónde es que
tienes que ir a buscarlo.
El resto del mundo lo que tiene que saber es que todo está bien. No puedes
decirle a Giezi tu problema porque Giezi no lo puede sanar, no lo puede
levantar. Deja de hablarle de tus problemas a gente que no lo puede
resolver. Ve al mismo lugar de donde salió el primer milagro, y recibe tu
milagro.
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Dios es mi refugio
(Sal 32:7) "Tú eres mi refugio, me rodeas y me proteges, y por eso me alegro.
Selah"
(Sal 32:8) El Señor dice: «Te enseñaré y te mostraré el camino; te protegeré y seré
tu guía».
¿En qué piensas sobre la palabra "refugio"? Tal vez un imponente edificio con
cerraduras en las puertas, tal vez una fortaleza de paredes gruesas, o tal vez algo tan
simple como un toldo para mantenerte a salvo en una tormenta.
Cualquiera que sea la imagen que se te ocurra, puedes estar de acuerdo en que un
refugio es un lugar seguro. Cuando la Biblia describe a Dios como nuestro refugio,
está diciendo que Dios es nuestro lugar seguro cuando necesitamos protección de algo.
Conocer a Dios como nuestro refugio nos permite confiar en Él con mayor libertad.
No debemos temer a las situaciones o personas que amenazan nuestro bienestar, ya sea
en un sentido físico o espiritual.
No hay ninguna situación a la que nos enfrentemos que esté fuera del control de
Dios, así que siempre el mejor lugar para estar es junto a Él. "Torre fuerte es el nombre
del Señor; a él correrá el justo, y será levantado" (Proverbios 18:10).
Una pregunta que surge es " ¿cómo hago para que Dios sea mi refugio?" Es fácil
imaginar un refugio físico que nos proteja de algún peligro, pero ¿cómo podemos hacer
que Dios — a quien no podemos ver — sea nuestro refugio?
Sin importar nuestras circunstancias, el lugar más seguro para estar es siempre en el
centro de la voluntad de Dios. Él promete ser nuestro refugio:
"'No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El
Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre" (Hebreos 13:5-
6).
Lo que es un Refugio:
Salmo 62.7 RVR60 “En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y
mi refugio”.
El rey y salmista David escribía: “El Señor es un refugio para los oprimidos, un lugar seguro
en tiempos difíciles.” Salmos 9:9 Nueva Traducción Viviente (NTV). Yo te pregunto este
día: ¿Estás pasando por tiempo difíciles?, si es así: ¿Qué lugar estás buscando para
refugiarte?, el mejor lugar es la presencia de Dios.
David también escribía en otro de sus salmos: “En cuanto a mí, yo cantaré de tu poder;
cada mañana cantaré con alegría acerca de tu amor inagotable. Pues tú has sido mi
refugio, un lugar seguro cuando estoy angustiado.” Salmos 59:16 Nueva Traducción
Viviente (NTV). ¿Estás angustiado?, ¿Hay algo que te robe la paz?, entonces, ¿Qué esperas
para refugiarte en el Señor?
Cuando nosotros entendemos que Dios es el mejor refugio en los tiempos difíciles
podemos declarar con total libertad lo que David escribió en otro de sus salmos:
“Entonces oro a ti, oh Señor y digo: «Tú eres mi lugar de refugio. En verdad, eres todo lo
que quiero en la vida.” Salmos 142:5Nueva Traducción Viviente (NTV)
Hoy te invito a buscar a Dios, a buscar su presencia, a refugiarte en Él. Ve a ese lugar a
solas, habla con Dios, abre completamente tu corazón, derrama tu alma en su presencia y
permite que Dios pueda curar esas heridas que las tempestades te han causado, solo Dios
puede renovarte para seguir adelante, solo Dios es el único refugio que restaura tu vida en
verdad.
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Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas
cosas.Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le
será quitada.Lucas 10:41-42 (RV 1960)
Vemos en este pasaje dos hermanas, una de ellas, llamada María, quien aparentemente
no hacía nada para arreglar la casa por ocasión de la visita de Jesús, se sentaba a los pies
de Su Maestro para escuchar Su palabra.
En cambio Marta, quien se estaba ocupando en los quehaceres de la casa para recibir a
Jesús, no estaba siendo edificada; pues su mente estaba tan ocupada en una y otra cosa
menos en escuchar a Su Maestro.
Tan turbada estaba que no midió su forma de reaccionar y terminó reclamándole al
mismo Jesús el por qué su hermana María no hacía nada para ayudarla con los oficios del
hogar. Pero Jesús, con su ternura y mirada de compasión le dijo: “Marta, Marta, afanada
y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido
la buena parte, la cual no le será quitada”.
Pero, ¿Qué significa la buena parte, la cual no le será quitada?, todos nosotros hemos
pasado, o tal vez estamos pasando por momentos de turbación y afán. Y con esto no
quiero decirte que no haya que hacer los oficios de la casa ¡No! pues todo tiene su
tiempo; tiempo de descansar, tiempo para las labores de la casa; tiempo para la familia,
tiempo para nosotros mismos; tiempo de trabajar, tiempo para hacer lo que hemos
emprendido; pero hay un tiempo especial del cual nunca nos vamos a arrepentir, ¡es ese
tiempo de intimidad con nuestro Maestro!. El escuchar Su voz a través de su palabra
debe ser nuestro mayor deleite. Todo lo demás que haya que hacer puede esperar, pero
nuestra hambre y sed por Su presencia no.
En la intimidad con Dios encontramos riquezas grandes, nos sentimos satisfechos,
renovados y plenos en Él; entendemos grandes secretos que ni aún habían subido a
nuestro corazón…todo esto y muchas bendiciones más las obtenemos en su presencia;
cuando nos rendimos a sus pies; cuando callamos las voces de nuestra alma y mente, y se
aquieta nuestro ser esperando por Su presencia, mientras nos humillamos a escuchar solo
su voz y nada más su voz para poner lo que Él dice por obra. ¡Esa es la buena parte!, la
cual ni el diablo, ni los afanes de este mundo nos la podrá quitar siempre y cuando nos
determinemos y nos dispongamos de verdad a poner Su palabra por obra, tal como lo hizo
María.
Y tú, ¿qué esperas? Es hora que hagas una pausa en tus rutinas y cosas diarias, aparta
algo de tu tiempo para sentarte y rendirte a los pies del Maestro para renovarte y
refrescarte con la palabra del Señor, la cual es viva y eficaz, y no viene a Dios vacía.
Cristo Jesús hace rato te está esperando y tiene mucho para enseñarte por que Él quiere
verte bien, pero bien bendecid@ en todas las áreas de tu vida. Como dice una de las
canciones de Jesús Adrián Romero: “…a sus pies hay paz, gracia y bendición. A sus pies
habrá luz y dirección”. Y su palabra es vida para ti.
¡Desecha los afanes, siéntate a los pies de Cristo y disfruta tu tiempo con ÉL!
Escoger es algo natural y rutinario. Al levantarnos seleccionamos nuestra ropa, lo que
desayunaremos y lo que haremos durante el día. Yo me tomo el tiempo para escoger mi
corbata. Es algo sencillo pero para mí es una decisión que requiere atención. Tenemos
tres decisiones muy importantes en la vida: a lo que nos dedicaremos, con quién
viviremos y a dónde iremos después de nuestra existencia en la Tierra.
Isaías dice que Jesús aprendería a escoger entre lo bueno y lo malo a través de la
comida1. Seguramente hubo momentos cuando escogió la mantequilla, pero luego se quedó
con la miel, porque a seleccionar se aprende con la experiencia de tener varias opciones y
tomar una.
Ahora los jóvenes desean escoger con quien “quieren” vivir, pero no con quien “pueden”
vivir. Quieren relacionarse con el más guapo o la más linda, quieren lucir a la pareja como
si fuera un trofeo y luego descubren que no es la mejor elección porque son incompatibles
de muchas formas. Desde pequeño, Jesús aprendió a escoger y nos enseña a hacerlo.
Jesús nos da otro ejemplo de esto, cuando está con Marta y María quienes lo habían
invitado a cenar. En ese momento también había que escoger lo necesario, la buena parte,
que era escuchar al Maestro. Marta hacía la cena, es decir que se ocupaba de algo
interesante, pero Jesús le dijo que se afanaba en muchas cosas 3, estaba concentrada en sus
dificultades, en su mente había ansiedad.
Es importante tomar en cuenta que el estado de ánimo influye en lo que escoges. Hay que
buscar la paz y tranquilidad, tomarse el tiempo para decidir sobre algo, ya que el afán
no es buena consejera. ¡Yuju! No tomes decisiones cuando te encuentras afectado por tu
estado de ánimo, hacerlo es peligroso y puede llevarte incluso al pecado y a comprometer
tus valores. María escogió la mejor parte porque no estaba afanada y tú también debes
escoger lo mejor, estar junto al Maestro y escucharle.
Cuando Abram le dio a escoger a Lot el lugar donde se establecería, este escogió la
llanura4. Parece una decisión inteligente porque era la región más fértil y bonita, pero
también era el área cercana a Sodoma, la ciudad que se había perdido por el pecado.
Al verlo de esa forma, quizá no fue la decisión más acertada porque puso en riesgo a
su familia.
Toma la decisión correcta y lleva a los tuyos a los pies del Señor, aprende a ser radical y si
te rechazan, que sea por hacer lo bueno. Lot escogió lo cómodo, pero no lo correcto. De
esta forma nos enseñó a ser precavidos y juiciosos para tomar decisiones.
Por el contrario, Moisés escogió el vituperio de ser llamado esclavo, antes que los
placeres en el palacio de Faraón 5. Es mejor que te digan anticuado que pícaro, es
preferible que te digan mojigata a mujer fácil. Los cielos son testigo de lo que escogemos.
Dios nos ha dado la capacidad de escoger y desea que nos dejemos convencer por la vida y
la bendición6.
En el caso de David, él primero pidió a Dios sabiduría para saber escoger y alejarse del
mal, pero luego le aseguró que ha escogido el camino de la verdad y ha decidido respetar
Su ley7. Eso es lo que debemos hacer, primero pedirle a Dios, pero luego escogerlo a Él.
Siempre habrá dos caminos para elegir: el bien y el mal, la luz y las tinieblas, la
bendición y la maldición. Pídele sabiduría y reposo al Señor para aprender a seleccionar lo
mejor.
Isaías 7:14-15 profetizó: Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen
1
concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel,
hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.
Filipenses 1:21-24 enseña: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas
2
estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena
parte, la cual no le será quitada.
4
Génesis 13:8-12 narra: Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre
nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la
tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré
a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la
llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de
Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra.
Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se
apartaron el uno del otro. Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó
en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.
5
Hebreos 11:23-27 explica: Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres
por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe
Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser
maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado,
teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios;
porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira
del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
Hebreos 11:23-27 explica: Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres
6
por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe
Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser
maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado,
teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios;
porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira
del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
7
Salmo 119:26-30 relata: Te he manifestado mis caminos, y me has respondido; Enséñame
tus estatutos. Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus
maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra. Aparta de mí el
camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la
verdad; He puesto tus juicios delante de mí.
Las batallas más grandes son las internas, y con esas, lo que Dios quiere demostrarnos es
que a pesar de las circunstancias, Él nos va a dar la victoria. Por eso siempre es bien
curioso que cuando Dios te da una promesa, una palabra, nunca se compara con la
situación que estás viviendo, o el contraste de lo que Él te dice que va a hacer. Es bien
raro porque parece como que Dios no sabe quien tú eres. ¿Cómo Dios va a llamar a
Moisés para que dirija al pueblo de Israel y lo saque, si el hombre es tartamudo? ¿Cómo
pretendía que les hablara? ¿Tú crees que Dios no sabía que Moisés era tartamudo? Lo
que Dios estaba diciendo era que Él podía usar a un tartamudo. Le dijo: vete y habla.
Dios va donde Jeremías y le dice: levántate y ve. A lo que Jeremías responde: no puedo
porque soy niño. Y Dios le dice: ¿acaso no lo sé yo? En la versión en inglés, Dios le dice:
no mires a sus rostros. Porque cuando tú estás hablando, lo peor que hay es ver los
rostros de la gente haciendo muecas de desacuerdo, por ejemplo. Cuando Dios llama a
Gedeón, le dice: varón esforzado y valiente. Y Gedeón dice: no sabes tú que soy el más
pequeño de la tribu, el más débil. Y Dios le está diciendo: ¿tú te crees que yo no sé quién
tú eres? Dios no necesitaba hacer de Gedeón el más grande; Dios necesita que el más
pequeño tenga una grande victoria.
Dios no mandó a calmar la tormenta para que Pedro caminara sobre las aguas. Jesús
invitó a Pedro a caminar sobre las aguas cuando estaba la tormenta. Difícil hubiera sido
caminar en las aguas sin la tormenta; más difícil con la tormenta. Y Jesús no calmó la
tormenta para hacerle el camino más fácil a Pedro para que caminara sobre las aguas.
Ahí es que muchos se desilusionan porque no entienden esto. Muchos oran para que Dios
cambie sus circunstancias externas, sin darse cuenta que en medio de esas circunstancias,
es que sería el testimonio más grande, si tú eres capaz de mirar en tu interior, y ver lo que
Dios quiere hacer contigo.
Dios pone en ti una inspiración divina para hacerte creer por encima de tus circunstancias.
Hay un momento en que vas a encontrarte con Dios de forma sobrenatural, y vendrá una
palabra a tu vida que despierta tu interior, tu ser. Estás en pobreza, y de repente oyes una
palabra donde Dios te dice que te va a prosperar; y algo se despierta dentro de ti. Dios
puede inspirar tu corazón, pero no puede convencerte de que lo vas a alcanzar. Pero Él no
es el responsable de convencerte de que tú lo vas a lograr, de que lo vas a alcanzar.
Hay gente que sale de la iglesia inspirada porque Dios les da una palabra, pero no se dan
cuenta que hasta ahí llegó la parte divina. Dios te inspiró. Ahora te toca a ti convencerte
de que Dios lo puede hacer, de que Él va a obrar. Te toca a ti estar convencido. Y eso es
lo grande; Dios nunca te va a convencer a ti de lo que Él puso en tu corazón. Él lo pone en
tu corazón, y te corresponde a ti tener la persuasión interna de que lo vas a lograr. De lo
único que Dios te convence es de pecado, de justicia y de juicio para que te arrepientas;
pero de las cosas grandes, eres tú quien tiene que convencerse a sí mismo de que Dios lo
quiere hacer, y si tú estás esperando convencerte basado en las circunstancias que estás
viviendo, solo vivirás inspirado, pero nunca convencido por fe. Y solo el que está
convencido por fe es el que vence las circunstancias. Ese es el que logra ir más allá. Por
eso, cuando Dios te inspira, la próxima etapa es tú convencerte.
Tienes que involucrar tu voluntad. De nada sirve que tengas un gran sueño si tu voluntad
no está involucrada. Tu voluntad tiene que estar involucrada. Tiene que haber ese deseo
de levantarte, de lograrlo, de alcanzarlo, de impulsarte, de moverte hacia el futuro. Tiene
que haber esa fuerza de voluntad en el interior. Por eso no basta con inspirar a alguien;
hay que enseñarle que la fuerza de voluntad tiene que estar envuelta.
El mundo en que vivimos quiere quitar del camino la necesidad de la fuerza de voluntad.
Por eso te venden una máquina que con siete minutos a la semana tú puedes tener los
abdominales más grandes del mundo. Pero eso no funciona así. Es la fuerza de voluntad
en tu interior, de alcanzar algo, de lograr algo, que tiene que estar involucrado; y hasta
que no se involucre esa parte de tu vida, nunca conquistarás cosas grandes. Por eso,
cuando Dios te inspira, no tan solo te va a inspirar para que tu fuerza de voluntad se
conecte, sino que Dios siempre te va a inspirar con el porqué.
Lo grande no es tener una casa, sino por qué tener una casa. Lo grande no es tener una
casa, sino que la gente vaya a tu casa y le entregue su vida al Señor; deberías querer una
marquesina más grande para poder tener un grupo de amistad en tu casa donde puedas
suministrarles a tus vecinos. Más grande que la casa es el porqué de la casa. El carro no
es lo más importante, sino para qué y por qué se va a usar. Estudiar no es lo más
importante, el título no es lo más importante, sino el porqué de que lo alcances. Y cuando
una persona conecta su fuerza de voluntad y conecta el porqué, entonces, comienza a
activar todas sus habilidades y capacidades; sacas fuerzas de donde antes no había, y
comienzas a darte cuenta de la grandeza que había en ti y que siempre hubo en ti. Pero
esa parte te corresponde a ti; no a Dios.
Dios te da una palabra y te dice: vas a hablarles a las naciones. Y tú eres tartamudo. Dios
te dice: esto es lo que yo creo de ti. Y ahora te falta a ti creértelo. Te falta inspirar tu
voluntad y atreverte a hablar. Pero ¿qué harían muchos? Comenzar a orar y a pedirle al
Señor que los sane para entonces cumplir. Pero Dios dice: no, tartamudo y todo, te voy a
dar la victoria.
Dios no te tiene que sanar para Él hacer lo que Él ha dicho que va a hacer contigo.
Hay quien quiere una casa, pero está esperando que el crédito mejore. Has pagado
montones de cosas para mejorar tu crédito. Y no hay nada malo con eso, pero nada tan
bueno como un crédito en la cuenta del cielo por fe. Nada mejor que eso. Si Dios te dijo
que te iba a dar la casa, Él no tiene que esperar siete años para que tu crédito mejore. Lo
que pasa es que no estás convencido tú de eso porque el mundo te ha dicho que, sin
crédito, no se puede hacer nada. Entonces, no te atreves pedir, preguntar, no te atreves a
hacer; no estás ahorrando, no estás haciendo nada. Te inspiras y después te desmotivas, y
culpas a Dios o a la iglesia por la falsa motivación; pero eres tú.
“10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia.” Juan 10:10
Hay quienes han escuchado este verso, y comienzan a demandar las cosas grandes, las
nuevas fronteras, las victorias, sin darse cuenta que el éxito en la vida se encuentra en
entender que la vida nunca te va a dar lo que mereces, sino lo que tú demandes de ella.
Hay gente que nunca demanda nada. Lo que pase, va a pasar. No aspiran a nada, y nada
van a tener. Simplemente, van a existir. Hay gente que comienza a despertar y
comienzan a pedir, pero piden de manera incorrecta, como el joven rico, quien fue donde
Jesús y le dijo: quiero la vida que tú tienes. Y Jesús le dijo: no hay problema, dalo todo.
Porque cuando tú demandas afuera, la demanda siempre vuelve a ti. Nunca puedes tener
una vida por la que tú no estés dispuesto a darlo todo. Por eso es que la demanda no se
pone afuera, sino adentro.
Nunca se demanda al cielo, se demanda a dentro. Le pides al Señor una vida abundante, y
Él te dice: dámelo todo.
Cada vez que tú piensas que la vida te va a dar lo que tú quieres, lo que deseas, ahí es
donde te desilusionas. Tendrás de la vida lo que estés dispuesto a demandar de ella, no
del mundo ni de afuera.
Al joven rico, el Señor le dijo: dalo todo, y sígueme. Y dice la Biblia que el joven se fue
amargado y triste. Como salimos todos cada vez que queremos algo y la vida nos dice lo
que nos va a costar poder alcanzarlo. Pero entonces, algunos te dirían: ora para que
llegue. Pero no; porque Dios lo que te dice es: ora para que sepas lo que quiero y lo que
demando de ti para que lo alcances. Y lo que Dios te dice y quiere que tú entiendas es que
Él no tiene que cambiar las circunstancias para darte lo que Él te prometió. La pregunta es
si tú estás convencido de que Él lo puede hacer.
“20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de
lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,” Efesios 3:20
La gente cita: Dios va a hacer más de lo que tú piensas, más de lo que imaginas. Pero
termina siempre los versos, no los dejes a mitad. Dios va a hacer más de lo que tú piensas
y de lo que imaginas, según el poder que actúa en ti. En otras palabras, según como tú
permitas que el poder actúe en ti, así Dios va a hacer. Y lo grande es que cuando tú pones
una demanda en el poder que está en el interior, Dios va a hacer más de lo que tú
pensabas que podías hacer porque eso es Dios; Él da más abundantemente; pero es según
el poder que actúa dentro de ti.
Siempre que tú miras a Jesús, ese fue el ejemplo que él nos dio; y eso es lo que nos está
diciendo aquí. Dios te está diciendo: tórnate al poder que está en ti.
Dentro de ti, está el poder del Espíritu Santo; el mismo poder que levantó a Cristo de los
muertos habita dentro de ti; y todo aquel que tiene una experiencia y mira hacia adentro,
nada lo va a limitar, nada lo va a detener. No hay escasez, no hay problema que pueda
paralizar la misión de lo que Dios va a hacer en tu vida.
Jesús nunca demandó nada desde el cielo. Jesús siempre agradeció al cielo, pero solo
demandó al espíritu que habitaba en él. Los milagros de Jesús ocurrieron desde el día que
él se convirtió en Cristo. ¿Qué es Cristo? Aquel que está lleno de la unción y del poder de
Dios. Cristo no es el apellido de Jesús. Es un título que significa el ungido y su unción. Y
ese es el poder que habita dentro de ti.
El poder que habita dentro de ti no es el poder de Jesús, sino el poder del Cristo
resucitado. Por eso, tú tienes más posibilidades que cualquier otra persona porque
cualquiera del mundo que quiera triunfar, puede tan solo demandar de su cuerpo, de su
mente. Pero tú tienes de dónde demandar, y es de las fuerzas que hay en el interior, que
provienen del Espíritu Santo, y es lo que te debe dar la seguridad para caminar en esta
vida.
Hubo un hombre que completó una impresionante hazaña, un británico que decidió que
caminaría desde el principio hasta el final del Amazonas. En el 2010 llegó al Océano
Atlántico, luego de dos años y medio caminando por todo aquello. Lo que debió ser tarea
de un año, le tomó dos años y medio completarlo.
Él cuenta sus experiencias; el Amazonas es uno de los lugares más peligrosos; ríos llenos
de pirañas, cocodrilos, caimanes de dieciocho pies de largo, tribus indígenas totalmente
alienadas del mundo y que no les gusta la civilización. Él cuenta que comenzaron a
echarle agua caliente porque no lo querían. Cuenta que se encontró con una mujer
británica también que llevaba año y medio estudiando aquella tribu y se había hecho
amiga de ellos.
Un dato curioso es que hubo alguien que comenzó con él, pero a los tres meses se
rindió. Nadie recuerda el nombre del que se quitó porque nadie recuerda el nombre del
que se rinde, sino de aquellos que culminan la carrera. En una misma travesía, hay quien
se quita, pero al mismo tiempo, Dios te pone gente que te ayuda a culminar el camino.
Ponte en esa posición por un momento. Quizás tú no tienes que atravesar el Amazonas,
por lugares donde hay cocodrilos y pirañas; pero todos tenemos varias historias que
podemos contar de momentos peligrosos que hemos vivido, momentos que nos han
tratado de hacer desistir de continuar hacia adelante. Quizás aquellos que comenzaron
contigo, hoy no están, y Dios te ha unido a personas a mitad de camino para seguir hacia
adelante. Quizás has estado en lugares donde no has sido bien recibido. Lo importante es
que cada paso que has dado y en cada historia tú puedes ver la mano de Dios para ti y
para tu familia; y debe haber la tenacidad en tu corazón de completar el camino que
comenzaste.
Estamos hablando acerca del tema Nuevas Fronteras, de ese espíritu de conquista que
debe haber en todos nosotros. Esa palabra frontera, ha inspirado a la nación americana, a
las más grandes conquistas y avances a través de toda la historia. Se utilizó para la
conquista del Nuevo Oeste, conocida como la Nueva Frontera, para impulsar a la gente a
que fueran a esa nueva frontera. Luego se utilizó para hablar de la Última Frontera, para
conquistar Alaska. Y luego se habló de la Frontera Final para conquistar el espacio.
Siempre se ha utilizado para provocar el espíritu emprendedor de la nación americana, y
saber que no se pueden conformar con el lugar en que se encuentran.
Observamos la vida de Taré, quien salió, siendo el papá de Abraham, hacia Canaán, pero
se queda en Harán, a mitad de camino. Y de ese lugar, Abraham tiene que decir: yo voy a
seguir, voy a continuar y voy a entrar a la tierra prometida. Lo importante es que Taré
sale de Ur de los caldeos por dolor, pero Abraham entra a la tierra prometida por fe.
“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué
hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: 2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues,
levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de
Israel. 3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta
de vuestro pie. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de
los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. 5 Nadie te podrá
hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te
dejaré, ni te desampararé. 6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo
por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7 Solamente
esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo
Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas
prosperado en todas las cosas que emprendas. 8 Nunca se apartará de tu boca este libro
de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme
a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te
saldrá bien. 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. 10 Y Josué mandó a los
oficiales del pueblo, diciendo: 11 Pasad por en medio del campamento y mandad al
pueblo, diciendo: Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para
entrar a poseer la tierra que Jehová vuestro Dios os da en posesión. 12 También habló
Josué a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, diciendo: 13 Acordaos de la
palabra que Moisés, siervo de Jehová, os mandó diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado
reposo, y os ha dado esta tierra. 14 Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros ganados
quedarán en la tierra que Moisés os ha dado a este lado del Jordán; mas vosotros, todos
los valientes y fuertes, pasaréis armados delante de vuestros hermanos, y les ayudaréis,
15 hasta tanto que Jehová haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y que
ellos también posean la tierra que Jehová vuestro Dios les da; y después volveréis vosotros
a la tierra de vuestra herencia, la cual Moisés siervo de Jehová os ha dado, a este lado del
Jordán hacia donde nace el sol; y entraréis en posesión de ella.” Josue 1:1-15
Para alcanzar completar aquella travesía por el Amazonas, aquel hombre tuvo un
compañero que le ayudara en medio del camino para seguir hacia adelante, así como
Josué lo tuvo con Caleb. En medio de tus momentos difíciles, tienes que saber con quién
te vas a conectar. No puedes pasar el Amazonas solo. Tiene que haber uno a tu lado que
te dé apoyo. Y hay gente que comienza contigo, pero no termina contigo; y en medio
del camino, Dios siempre te pone personas que te van a impulsar a culminar y completar
aquellas cosas que Él tiene para ti.
Pero sobre todo, el recordar las promesas de Dios para tu vida, y recordar que hay gente
que te ha precedido y que Dios los ha usado de manera sobrenatural, debe ser para ti
suficiente estímulo para seguir hacia adelante. Dios le dice a Josué: cuando vayas a
conquistar la tierra prometida, recuerda que como estuve con Moisés, estaré contigo.
Recuerda las cosas que Moisés te decía que yo hacía por él, recuerda todo lo que viste,
cómo lo cuidé, lo protegí.
Y todos nosotros debemos tener puntos de referencia en nuestra vida donde podamos
decir: si Dios estuvo con ellos, también estará con nosotros.
Por supuesto, la tarea de Josué no era nada fácil. Josué tenía que completar lo que
Moisés no pudo completar. Josué era la generación que tenía que llevar a esa nueva
temporada y llevar a que la promesa de Dios se cumpliera. Había una palabra que Dios
había dado y que gravitaba en el mundo espiritual; Dios había dicho que el pueblo de
Israel poseería la tierra prometida. Pero entiende que puede haber una promesa de Dios
sobre tu vida, pero si no hay alguien que actúe sobre esa promesa, no se va a cumplir.
Puede haber una palabra sobre tu familia de que Dios te va a prosperar, a bendecir, que
alcanzarán grandes cosas, pero hasta que no se levante un Josué y diga: soy yo el que va
a entrar a esa tierra prometida; aquella promesa se quedará gravitando en el aire hasta
que alguien tome acción y camine para que se cumpla y se complete lo que Dios prometió.
Si tú estás donde estás hoy es porque Dios tiene una palabra sobre ti y sobre tu familia;
lo único que está esperando es alguien que se atreva a decir: la responsabilidad es mía
para hacer que esta palabra se cumpla y se complete sobre los míos.
No es casualidad que hayas llegado al Evangelio. Has pensado que eres el primero en tu
casa, pero seguramente, tiene que haber una bisabuela, un tatarabuelo, alguien que tú no
conociste a quien Dios le dio una palabra y en algún momento dado le dijo; voy a hacer
algo grande contigo y con tus generaciones. Tienes recuerdos del negocio de algún
familiar, y aquella provisión no era meramente para aquel tiempo, sino para dejarte a ti
saber que, en medio de las peores crisis, había un espíritu emprendedor. Y esa promesa
está gravitando sobre tu vida en el día de hoy.
Solo hace falta un Josué que diga: es mi momento, mi tiempo para que en esta
generación se cumpla lo que Dios prometió en el pasado.
No dejes negocios sin terminar. Todo unfinished business, todo negocio sin terminar en
tu vida, se va a llevar a completar y lo que Dios te prometió, tú y los tuyos lo van a cumplir,
en el nombre poderoso de Jesús.
Josué decide hacer que aquella promesa se manifieste; decidió completar lo que Moisés
no pudo completar. Es tu responsabilidad hacerlo. La promesa no se puede quedar en
el aire, sin cumplirse.
Lo que Dios dijo, se va a cumplir; pero hace falta alguien a través de quien Él pueda
cumplirla.
Tú eres de la generación que va a hacer que esa promesa se cumpla. Por supuesto, no es
tarea fácil aceptar esa responsabilidad. Josué tenía una gran tarea qué cumplir, que le
requería convencer a dos grupos de personas. En aquel tiempo, había once tribus y media
de Israel. Dos y media habían logrado poseer la tierra que Dios les había prometido. La
tierra estaba dividida por el Jordán; nueve tribus tenían que cruzar el río, y otras dos tribus
y media ya tenían de este lado la tierra que Dios les había prometido. Ahora Josué tiene
que inspirar a dos grupos: al que ha sido mantenido por el maná por cuarenta años, y a
otro que ya tiene lo que siempre soñó para que ayuden a que otros conquisten lo que
ellos ya tienen.
¿Cómo tú convences a nueve tribus de Israel de que, al otro lado del Jordán, hay una
mejor vida que la que tienen, lo único que tienen que trabajar por ella? ¿Cómo los
convences que, a pesar de los gigantes y a pesar que hay que pelear, es mejor que estar
allí dependiendo y ser esclavo en Egipto? Josué tenía que enfrentar a este grupo de
personas que iba a resistirse de cruzar el Jordán porque, donde estaban, tenían provisión
de parte de Dios.
Y más complicado era convencer a las dos tribus y media que ya tenían lo que querían, y
que ahora el llamado era: ayuda a otros a entrar en lo que Dios les ha prometido. Josué
tenía que decirles: Dios les dio lo que ustedes soñaron, pero nunca tendrán paz, hasta que
sus hermanos posean lo que Dios les prometió a ellos. Tenía que convencerlos de dejar a
sus hijos y mujeres de este lado del Jordán, y arriesgar todo, para que otros poseyeran.
Pero si no ayudaban a que las nueve tribus poseyeran lo que Dios les prometió, no
tendrían paz.
Nunca alcanzarás nuevas fronteras en tu vida mientras dejes capítulos abiertos, sin cerrar.
Mientras realmente no decidas completar la tarea que Dios te ha asignado.
Al comenzar el libro de Josué, los israelitas se encuentran acampados a la orilla oriental
del Jordán, a la misma entrada de la tierra prometida y ya habían completado el período
de duelo p
or Moisés, que acababa de morir (Deu_34:7-8). Treinta y nueve años antes (después de
pasar un año en el monte Sinaí recibiendo la ley de Dios), los israelitas tuvieron una
oportunidad de entrar a la tierra prometida, pero no confiaron en que Dios les daría la
victoria. Por lo tanto, Dios no les permitió entrar a la tierra, sino que los hizo vagar por el
desierto hasta que muriera aquella generación desobediente.
Durante su peregrinación en el desierto, los israelitas obedecieron las leyes de Dios.
Además enseñaron a la nueva generación a obedecer las leyes de Dios, a fin de que
pudieran entrar en la tierra prometida (Canaán). A medida que los hijos crecían, con
frecuencia les recordaban que la fe y la obediencia a Dios traían victoria, mientras que la
incredulidad y la desobediencia producían tragedia. Cuando el último de la generación
mayor y los de la nueva generación fueron adultos, los israelitas se prepararon para pasar
el río y poseer la tierra prometida, anhelada por tanto tiempo.
1.1-5 Josué fue el sucesor de Moisés como líder de Israel. ¿Cuáles fueron sus cualidades
para convertirse en líder de la nación? (1) Dios lo nombró (Num_27:18-23). (2) Era uno de
los únicos dos testigos oculares de las plagas de Egipto y el éxodo que quedaban con vida.
(3) Había sido ayudante de Moisés por cuarenta años. (4) De los doce espías, sólo él y
Caleb demostraron una confianza plena en que Dios les ayudaría a conquistar la tierra.
1.2 Como Josué había ayudado a Moisés muchos años, estaba bien preparado para ser
líder de la nación. Los cambios de líderes son comunes en muchas organizaciones. En esos
casos, es esencial una transición fluida para establecer una nueva administración. Esto no
sucede a menos que los nuevos líderes sean bien entrenados. Si usted ocupa actualmente
una posición de líder, comience a preparar a otra persona para tomar su lugar. Así, cuando
usted se vaya o reciba una promoción, las operaciones podrán seguir normalmente. Si
usted desea ser líder, aprenda de otros líderes para estar preparado para dirigir cuando
llegue la oportunidad.
1.5 El nuevo trabajo de Josué consistió en llevar a más de dos millones de personas a
una nueva tierra extraña y conquistarla. ¡Qué gran reto, aun para un hombre del calibre
de Josué! Cada trabajo nuevo es un reto.
“3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie.” Josué 1:3
Esta palabra la han tomado muchos para decir que todo lo que pisen con el pie, es de
ellos; hay quien quiere pisar el novio que quiere, por ejemplo; como si el Señor
meramente estuviera diciendo que vayan y pisen la tierra. Pero aquello era una
implicación mucho más grande.
Tú no puedes poseer lo que pise la planta de tu pie, antes del Jordán. El verso 2 dice:
cruza el Jordán. Y entonces, todo lo que pise la planta de tu pie, es tuyo.
“2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este
pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” Josué 1:2
Así que, no es de este lado del Jordán que todo lo que tú pises es tuyo. Es: cruza el Jordán
– primero – y, después que cruces el Jordán, todo lo que pise la planta de tu pie, es tuyo.
Hay gente que nunca ha cruzado el Jordán en su vida. Hay cristianos que nunca han
cruzado el Jordán; cristianos que, en su mente, se quedaron atrás.
Cuando vemos la historia del pueblo de Israel, vemos que tuvieron que cruzar dos cuerpos
de agua: el mar Rojo y el río Jordán.
Cuando cruzaron el mar Rojo, era salir del pecado, del pasado. El mar Rojo representa el
bautismo en las aguas, cuando Dios te hace una nueva criatura. En el mar Rojo es que
Dios entierra y ahoga a tus enemigos que te perseguía, los hace desaparecer.
Después que tú sales del mar Rojo, cuando miras para atrás, nadie te está persiguiendo,
Faraón queda enterrado en ese lugar, y aquello que te perseguía, ya no te persigue nunca
más.
Esa es la experiencia de un cristiano que le entrega su vida al Señor. Cuando tú entregas
tu vida al Señor, en la sangre de Cristo se ahogan todos tus pecados, todo tu pasado; y ya
tú no tienes que estar mirando atrás porque tu pasado no tiene ningún poder sobre tu
vida y no te persigue nunca más. Y muchos han logrado esto; lo que nunca han logrado es
cruzar el Jordán. Y cuando tú cruzas el Jordán es que, entonces, posees la tierra
prometida.
La experiencia del Jordán es una de resurrección, donde ahora ves el poder de Dios. La
cruz viene a ser el mar Rojo; pero la resurrección, la tumba vacía viene a ser el cruce del
Jordán, el poseer la tierra prometida.
Y hay gente que tiene que entender que tú no tan solo fuiste enterrado en tu pecado sino
que fuiste resucitado juntamente con Cristo, y ese Jordán en tu corazón tienes que
cruzarlo para que, en adelante, puedas caminar con autoridad y poseer lo que Dios te ha
prometido y que dondequiera que tú vayas, el poder de resurrección se manifieste en ti y
en todo lo que está a tu alrededor.
Hoy es día de decir: yo voy a cruzar el Jordán; yo no me quedo a mitad de camino; hoy
yo me muevo hacia adelante.
Josué tenía que completar lo que Moisés no pudo completar. Tenía que levantarse y
decir: voy a llevar hasta el final a esta gente. Y es parte de lo que vemos en la Biblia.
“39 Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo
prometido; 40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros.” Hebreos 11:39-40
La carrera de la fe no es una carrera individual, sino de relevo. Es una carrera donde uno
se apoya del otro, y lo que uno hace, hace que tú avances o que vuelvas atrás. Y tú tienes
que completar para que esa gente que vino antes que nosotros puedan completar su
carrera.
Tú tienes que completar la carrera de la fe. Por eso es que no te puedes detener, no te
puedes quedar atrás.
De nada te sirve tener un buen principio y que no tengas un buen final. De nada sirve
que tengamos un gran hombre, como Abraham, en la Biblia, y que no haya uno como tú
en esta tierra. No nos sirve de mucho que haya un gran conquistador como David, y que
en este tiempo no haya alguien que pueda decir que va a completar la carrera.
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DEJA MORIR A TU PASADO
Hay un caballero, Erik Weihenmayer, que ha logrado hazañas que no todo el mundo
completa. Atravesó en kayak uno de los ríos más interesantes en ese deporte, el río
Colorado; 277 millas en un kayak.
Ha escalado las siete montañas más conocidas del mundo. Corrió de una ciudad a otra
en China en bicicleta. Y ¿qué lo hace especial? Que es ciego. No ve desde los trece años.
A los 15 meses le diagnosticaron una enfermedad que haría que fuera perdiendo la vista, y
a los trece años perdió la vista por completo. Y desde ahí, decidió empujarse a hacer
cosas que otros quisieran. Y en medio de su dificultad y limitaciones, ha logrado alcanzar
estas grandes hazañas que aún nosotros ni soñamos alcanzar.
En una ocasión, Erik estaba junto a un grupo de escaladores en lo que se conoce como La
Cara del Capitán en Yosemite Park, y estaban tratando de bajar lo antes posible.
Lamentablemente, habían tenido ya varios tropiezos, y en eso llega la noche y
aparentemente no podrían bajar, pero no tenían los recursos para permanecer un día
más, por lo que tenían que bajar en la noche. En medio de esto, pusieron a Erik como
líder para dirigirlos a ellos en la oscuridad. Un ciego dirigiendo a gente que ve, solo
porque aquellos que sí ven no están acostumbrados a caminar en la oscuridad.
La vida de este hombre nos debe inspirar a que no importa lo que vivamos, lo que
tengamos que luchar, las barreras, si podemos conectarnos con el poder de Dios, es
imposible que algo nos detenga.
Qué maravilloso que una persona que vive en oscuridad, pueda guiar a otros que,
aunque sí pueden ver, están ciegos ante las circunstancias.
Es ahí que se muestra lo que dice la Biblia; no caminamos por vista, sino por fe.
Qué maravilloso cuando hay un pueblo que es capaz de atreverse a enfrentar los límites,
las barreras que la vida le ha puesto, y no los detienen, sino que son capaces de aspirar a
las nuevas fronteras que Dios tiene para cada uno de nosotros.
“12 Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra. 13 Y los tomó José a
ambos, Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su izquierda, a la
derecha de Israel; y los acercó a él. 14 Entonces Israel extendió su mano derecha, y la
puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de
Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito. 15 Y
bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e
Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día, 16 el Ángel que me liberta
de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre
de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.
17 Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le
causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a
la cabeza de Manasés. 18 Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque este es el
primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza. 19 Mas su padre no quiso, y dijo: Lo
sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero
su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de
naciones.” Génesis 48:12-19
En esta escena, Jacob está en sus últimos momentos. Israel va a ungir a sus nietos, y la
costumbre es que el mayor va a la mano derecha de aquel que va a ungir, así que, si José
está de frente, pone a su mano izquierda a Manasés, y a su derecha, a Efraín, para que le
quede a Jacob a su mano derecha el primogénito, y a la izquierda el segundo.
Pero Jacob ve aquello y cambia sus manos, poniendo su derecha al menor y la izquierda
al mayor. Esto causó disgustó a José porque rompía con la tradición. Para el pueblo de
Dios, la palabra de bendición era vital, algo que desataba el futuro de una persona; y José
no quería que él se equivocara, pero Jacob no se estaba equivocando. Esto tiene grandes
implicaciones, pero solo quiero llamar tu atención a un detalle.
Tiene que haber un momento donde madures y entiendas que tú no puedes usar tu
mente por el resto de tus días para tratar de olvidar, sino que tienes que usarla para
tratar de soñar.
Mientras más días tú pasas tratando de olvidar, menos fuerza te queda para soñar;
mientras tratas de olvidar, usas tu fuerza de voluntad, tu capacidad, tus energías para
olvidar el pasado, para correr, para huir, y no sabrás entonces a dónde vas a llegar. Tiene
que haber un momento donde toda la fuerza de tu corazón y de tu mente se enfoque en
una sola cosa; el pasado quedó atrás, ahora tienes que usar toda tu fuerza para el futuro
que Dios tiene para ti.
Y hay un día donde Dios quiere cambiar las manos en tu vida para que dejes de usar tu
mente y tu espíritu para olvidar el ayer, y para que te des cuenta que hay un futuro más
grande para ti delante de ti, y en eso es que tienes que enfocarte.
Tienes que morir a tu pasado. Deja de pensar en lo que ocurrió y lo que no, en quien te
hirió; estás enfocado en olvidar, pero mientras más obligas tu mente a tratar de olvidar en
vez de morir a tu pasado, menos oportunidad tendrás de pensar en el futuro que Dios
tiene para ti. Y hay un día donde adrede Jacob cambió sus manos; dijo: se acabó, José,
desde hoy en adelante, no pases el resto de tus días tratando de olvidar, vuelve a soñar,
a creer.
Hoy Dios cambia las manos en tu mente y, desde hoy en adelante, Efraín va al frente y
Manasés va atrás. En otras palabras, prosperarás, y el olvido quedará por consecuencia
atrás en tu vida y no vas a seguir huyendo del pasado por el dolor que te causó. Esta es la
única manera de poder conquistar nuevas fronteras, de provocar nuevas cosas en tu vida.
Hay varias frases en la historia de Erik que son muy impactantes. Cuando subió al monte
Everest, su amigo lo abrazó y le dijo: tu vida está a punto de cambiar. Y le añade: pero no
hagas del Everest el logro más grande de tu vida. En otras palabras, que tu vida no se
termine aquí porque llegaste a este lugar que se considera el más alto en el mundo.
¿Imaginas llegar al Everest y tener que pensar qué es lo próximo? Muchos tomarían un
tiempo para relajarse antes de siquiera pensar qué van a hacer con sus vidas, y no han
escalado nada en sus vidas. Cualquiera pensaría que debería disfrutar aquel momento. El
problema es que momentos como ese lo que pueden provocar es que tú te quedes
estancado y nunca hagas más nada.
Muchos lo entrevistaron luego de su hazaña, pero casi ninguno preguntó por lo próximo
que haría porque para casi todo el mundo, el haber llegado allí era lo último que él podría
hacer. Y ahí es que él decide hacer su travesía en kayak entre otras cosas. Este hombre
tiene un espíritu de conquista más allá de sus limitaciones, un espíritu de decir: voy a
hacer algo más grande que simplemente tratar de olvidar que soy ciego; voy a alcanzar
algo para demostrar que en mi interior están todas las capacidades necesarias para
seguir adelante y alcanzar todo lo que me propongo.
En sus charlas, Erik dice que hay dos tipos de adversidades en la vida: las externas y las
internas. Las externas, tú no las puedes controlar; son las cosas que la vida te trae,
adversidades y problemas que llegan, complicaciones. Pero las internas, tú sí las puedes
dominar; la depresión, la tristeza, la ansiedad, la preocupación; todas estas emociones
que comienzan a limitar tu interior, tu poder, a detener tu progreso. Tú no puedes hacer
nada con las adversidades externas, con las cosas que la vida te trae, con lo que el mundo
pone delante de ti; tienes que aprender a trabajar con las adversidades del interior, y
entender que el poder más grande que tú tienes no es el de cambiar tus circunstancias,
sino de vencer, a pesar de las circunstancias.
Uno de los problemas de las iglesias de fe como la nuestra, es que a veces no se proyecta
el mensaje de manera balanceada. Le hacemos creer a la gente que lo que tienen que
orar es para que las adversidades cambien, para que las situaciones cambien, sin darse
cuenta que ese no es el milagro más grande.
Hay gente que se decepciona con Dios porque las circunstancias no cambian, sin darse
cuenta que, aunque el poder de Dios puede cambiar tus circunstancias, lo más grande que
puede hacer y lo que quiere hacer es hacerte firme en tu interior para que, a pesar de lo
que estés viviendo, tú puedas tener la victoria, sabiendo que lo que Dios te ha prometido
no depende nunca de lo que tú estás viviendo.
La promesa de Dios se hace real porque Dios, a pesar de lo que estás viviendo, ha
prometido cumplir Su propósito en tu vida. Esa es la verdadera fe en la vida de un
creyente.
Nunca alcanzarás nuevas fronteras en tu vida mientras dejes capítulos abiertos, sin cerrar.
Mientras realmente no decidas completar la tarea que Dios te ha asignado.
“3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie.” Josué 1:3
Esta palabra la han tomado muchos para decir que todo lo que pisen con el pie, es de
ellos; hay quien quiere pisar el novio que quiere, por ejemplo; como si el Señor
meramente estuviera diciendo que vayan y pisen la tierra. Pero aquello era una
implicación mucho más grande. Tú no puedes poseer lo que pise la planta de tu pie, antes
del Jordán. El verso 2 dice: cruza el Jordán. Y entonces, todo lo que pise la planta de tu
pie, es tuyo.
“2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este
pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” Josué 1:2
Así que, no es de este lado del Jordán que todo lo que tú pises es tuyo. Es: cruza el Jordán
– primero – y, después que cruces el Jordán, todo lo que pise la planta de tu pie, es tuyo.
Hay gente que nunca ha cruzado el Jordán en su vida. Hay cristianos que nunca han
cruzado el Jordán; cristianos que, en su mente, se quedaron atrás. Cuando vemos la
historia del pueblo de Israel, vemos que tuvieron que cruzar dos cuerpos de agua: el mar
Rojo y el río Jordán. Cuando cruzaron el mar Rojo, era salir del pecado, del pasado. El mar
Rojo representa el bautismo en las aguas, cuando Dios te hace una nueva criatura. En el
mar Rojo es que Dios entierra y ahoga a tus enemigos que te perseguía, los hace
desaparecer. Después que tú sales del mar Rojo, cuando miras para atrás, nadie te está
persiguiendo, Faraón queda enterrado en ese lugar, y aquello que te perseguía, ya no te
persigue nunca más. Esa es la experiencia de un cristiano que le entrega su vida al Señor.
Cuando tú entregas tu vida al Señor, en la sangre de Cristo se ahogan todos tus pecados,
todo tu pasado; y ya tú no tienes que estar mirando atrás porque tu pasado no tiene
ningún poder sobre tu vida y no te persigue nunca más. Y muchos han logrado esto; lo
nunca han logrado es cruzar el Jordán. Y cuando tú cruzas el Jordán es que, entonces,
posees la tierra prometida.
La experiencia del Jordán es una de resurrección, donde ahora ves el poder de Dios. La
cruz viene a ser el mar Rojo; pero la resurrección, la tumba vacía viene a ser el cruce del
Jordán, el poseer la tierra prometida. Y hay gente que tiene que entender que tú no tan
solo fuiste enterrado en tu pecado sino que fuiste resucitado juntamente con Cristo, y ese
Jordán en tu corazón tienes que cruzarlo para que, en adelante, puedas caminar con
autoridad y poseer lo que Dios te ha prometido y que dondequiera que tú vayas, el poder
de resurrección se manifieste en ti y en todo lo que está a tu alrededor.
Hoy es día de decir: yo voy a cruzar el Jordán; yo no me quedo a mitad de camino; hoy yo
me muevo hacia adelante.
Josué tenía que completar lo que Moisés no pudo completar. Tenía que levantarse y
decir: voy a llevar hasta el final a esta gente. Y es parte de lo que vemos en la Biblia.
“39 Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo
prometido; 40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros.” Hebreos 11:39-40
En otras palabras: ellos – hablando de los que pasaron en el pasado – no están completos,
hasta que tú y yo logremos lo que Dios nos ha pedido que completemos. Abraham no ha
visto el cumplimiento de la promesa, hasta que tú y yo entremos en todo el destino de
Dios para nosotros. David y los grandes hombres de la Biblia, no están completos hasta
que nosotros terminemos la carrera.
La carrera de la fe no es una carrera individual, sino de relevo. Es una carrera donde uno
se apoya del otro, y lo que uno hace, hace que tú avances o que vuelvas atrás. Y tú tienes
que completar para que esa gente que vino antes que nosotros puedan completar su
carrera.
Tú tienes que completar la carrera de la fe. Por eso es que no te puedes detener, no te
puedes quedar atrás.
De nada te sirve tener un buen principio y que no tengas un buen final. De nada sirve que
tengamos un gran hombre, como Abraham, en la Biblia, y que no haya uno como tú en
esta tierra. No nos sirve de mucho que haya un gran conquistador como David, y que en
este tiempo no haya alguien que pueda decir que va a completar la carrera.