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Sucede de manera más común en las parejas, ya que llegan a tal punto de unión, que
cumplen con lo que dice la Biblia ''... y serán una sola carne'' (Gn. 2:24).
Muchas veces la esposa (o) sabe muy bien lo que puede pensar su pareja en una situación
dada, porque se han vuelto una sola carne.
A veces hemos escuchado decir ''¡Oye, estás hablando igual que Cheo! o ¡Mira, se ríe
igual a su primo!''. Lo cierto es, que es inevitable copiar gestos que algún amigo hace de
manera común cuando estamos expuesto mucho tiempo con él.
La Biblia nos presenta a personas que estuvieron expuestas por mucho tiempo a la
presencia de Dios, hombres que anhelaban pasar momentos con Dios, escuchar su voz,
sus palabras.
Logrando así (esta relación entre Dios y el hombre), cambiarles su manera de hablar,
transformando sus pensamientos y mudando la forma como veían su vida y el futuro.
Enoc (Génesis 5:24) y Elías (2da Reyes 2), hombres con una relación tal con Dios que no
lograron ver la muerte, ya que el Señor mismo decidió llevarlos al cielo en vida.
Así mismo, el discípulo Pedro estuvo tan expuesto a Cristo, que su manera de hablar
le delataba (Mateo 26:73). Saulo, otro hombre que tuvo un encuentro con la presencia de
Dios, y de un asesino paso a ser un gran misionero siervo de Dios.
Solo puedo decir que aquellos que se expongan a la presencia de Dios y anhelen pasar
tiempo con Él, no serán los mismos y los cambios serán evidente.
• Abraham, un hombre que muchas veces se acercaba a Dios. A cada lugar que
estaba levantaba un altar de adoración.
Fue uno de los que se acercó a Dios, para interceder y salvar una vida. (Gn. 18:23)
¿Que está diciéndote el Espíritu que salves en esta mañana a través de la oración?
Todo esto puede tener solución cuando te acercas a Dios y apelas a sus promesas
siempre fieles.
Siempre recuerdo una frase que decimos en Venezuela ''Debemos orar hasta que algo
pase'', y este caso diré, ''Debemos acercarnos a Dios hasta que algo pase''.
- Las circunstancias cambien, tenemos que ver que las cosas pasen.
- Que los cielos se rompan.
- Que la respuesta divina llegue.
- Tenemos que decir ''Señor no dejare de acercarme a ti, necesito ver mi necesidad
resuelta, necesito ver mi fe fortalecida, necesito ver mi debilidad transformada en
fortaleza''.
- Siendo así, Dios verá la sinceridad de tu corazón y enviará la respuesta oportuna.
Tan solo Cree.
• Asaf fue otro personaje que se acercó a Dios porque Él era su esperanza. (Sal
73:28)
El entendió quién era su esperanza. Nosotros cuando nos acercamos a Dios debemos
demostrar a través de la fe que verdaderamente confiamos en Él.
Esto queda en evidencia en los momentos más difíciles que podamos vivir.
Nuestra relación con Dios nunca debe estar motivada por lo que Él me pueda dar
o las grandes maravillas que pueda hacer en mí.
La vida íntima con Dios debe estar marcada porque amamos pasar tiempo con
Dios, amamos deleitarnos en Su palabra y hallar su dulce voz guiándonos en
nuestro andar.
Dios conoce las intenciones de nuestro corazón (Heb 4:13). Dios sabe si nuestro
corazón desea reconocimiento de las personas, o si verdaderamente queremos
vivir para servir a otros, Él sabe si lo que le estamos pidiendo es únicamente para
nuestro deleite o para ponerlo al servicio del reino de Cristo. Por ello, debemos
tener un corazón sincero.
Es estar seguro de que, aunque no hay respuesta todavía para tu oración, tienes
paz y seguridad que Dios tiene el control de todas las cosas.
Es allí donde se cumple ''... porque es necesario que el que se acerca a Dios crea
que le hay...'' (Hebreos 11:6). Nos acercamos creyendo que Dios nos está
escuchando, con plena certidumbre de la Fe en sus promesas.
No podemos vivir una vida con mala conciencia, sabiendo que hay cosas que están
mal en nosotros y que no queremos renunciar a ellas, mucho menos pensar que
podemos acercamos a Dios, creyendo que nada pasará y que Él pasará por alto
todas esas cosas.
El escritor de los Hebreos nos dice que debemos purificar nuestros corazones.
Cuando tenemos convicción que algo está mal en nuestras vidas y nuestra
conciencia nos acusa, debemos renunciar a esas cosas para acercarnos a Dios.
El profeta Isaías (29:13) declara lo siguiente con relación a este punto ''Dice, pues,
el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me
honra, pero su corazón está lejos de mí...''.
Cuando tenemos muchas preocupaciones y cosas urgentes por resolver, y no tenemos una
vida disciplinada de oración, tendemos a disponer de todo nuestro tiempo para resolver
nuestros problemas primeramente antes que abocarnos a los asuntos de Dios.
A veces, no tenemos tiempo para estar con Dios por resolver nuestras preocupaciones.
El escritor Lucas, narra en el libro que lleva su nombre (10:38-42), la historia de Marta
la preocupada.
Jesús había llegado a su casa, pero esta mujer en vez de escoger la mejor parte de acercarse
al maestro para adorarle, meditar y escuchar con corazón dispuesto lo que Él tenía para
ella, Marta decidió complicarse la vida en asuntos domésticos que no tenían gran
relevancia para ese momento.
Restamos de nuestro tiempo que tenemos para dedicarle al Señor, para abocarnos a
resolver nuestras preocupaciones. Podemos decir frases como:
A decir verdad, no quiero que me mal intérpretes, es verdad que hay cosas que urgen por
resolver, pero cuando esto se vuelve un estilo de vida, o un patrón repetitivo de conducta
en ti, que te impide vivir una vida cerca de las cosas de Dios, algo está mal, las prioridades
están invertidas.
''...Porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le
pidáis.'' (Mt. 6:8)
Alguien dijo: ''El principal enemigo de nuestra vida de oración no son las amenazas
de muerte. Nuestro gran peligro son nuestras agendas llenas de ocupaciones.''
¿Cuántas veces el Espíritu Santo nos ha inquietado a orar más, ha puesto en nuestro
corazón el acercarnos a Su presencia, pero estamos tan llenos de ocupaciones, que no
tenemos tiempo?
Tenemos que saber escoger cada día la mejor parte, y establecer prioridades en nuestras
vidas, donde Dios pueda tener siempre el primer lugar ante tantas preocupaciones y
ocupaciones.
1.- Los sin importancia. Les da igual el tema de la oración, de la comunión con Dios,
participan y quizás hacen vida en las congregaciones, pero el tema de acercarse a Dios
cada día no es de gran importancia para ellos.
Muy poco disfrutan de las bendiciones de Dios y muy posiblemente no son parte de los
escogidos para salvación.
2.- Los de salida y llegada. Son aquellos que les ha sido difícil mantener una relación
estable con Dios, solo se acuerdan de ello cuando van de salida a sus trabajos, y quizás
elevan una oración como esta:
''Padre gracias por este día, guardarme y cuídame en este día amén.''
Asimismo, al llegar cansados del trabajo, luego de comer y a la hora de dormir vuelven a
elevar otra oración:
Este tipo de personas creen que así se vive la vida de relación con el Señor, lo cual está
muy alejado de la realidad cristiana. Su grado de importancia a este tema que estamos
tratando es casi nulo.
3.- Los que viven en la presencia de Dios. Han entendido que acercarse a Dios es de
vital importancia.
Son las que se esfuerzan cada día por disponer tiempo para estar en Su presencia, cuando
van de camino al trabajo mantiene una conversación continua con Dios, cuando tienen
una preocupación lo primero que hacen es comentarlo con el Espíritu Santo, son los viven
enamorados del Señor y Su presencia manifestada cada día a través de ellos.
Estos son lo que han aprendido a vivir la vida cristiana en plenitud y por ende disfrutan
de las grandes promesas de Dios para su vida y familia.
Oró para que seamos ese tipo de personas, aquellos que olvidemos todo por un
momento para acercarnos a los pies del maestro y escuchar lo que Él tiene que
decirme en Su presencia.
''Levantándose muy de mañana, siendo aún oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y
allí oraba.'' (Mr 1:35).
Los discípulos vieron este ejemplo de oración en su maestro, por ello, un día le pidieron
que les enseñara a orar como Él cotidianamente lo hacía. (Lucas 11:1).
Una de las cosas que Jesús enseño para acercarse a Dios a través de la oración fue:
No hay nada más maravilloso que pasar tiempo a solas con Dios, es allí donde podemos
derramar nuestro corazón, nuestras interrogantes, nuestros conflictos internos, y por sobre
todo ver, como Dios mismo a través de su Santo Espíritu derrama sobre nosotros paz,
tranquilidad, gozo, esperanza, respuestas a nuestras dudas, y sobre todo nos recompensa
en público.
¿Que lucha puedes estar llevando hoy en día? Es tiempo de acercarte y tener
intimidad con Dios.
Al venir ante el Señor, no lo debemos hacer con frases repetitivas, ni mucho menos
recitando 10 padre nuestro para poder llamar su atención.
Lo que Jesús está diciendo, es que tú tienes que acercarte a Dios con un corazón sincero
que exprese sus emociones, sentimientos y anhelos que ya el Padre de ante mano conoce.
Con esta actitud de adoración reconocemos que el que gobierna sobre la creación y el
universo, y quien tiene control y dominio de nuestras vidas es Él.
Tenemos que entender que cuando adoramos, nos unimos a miles de ángeles. Esto es
agradable.
La adoración tiene el poder de cambiar las circunstancias, sino miremos a Pablo y Silas
en la cárcel (Hch 16:25) … ¿y que hicieron ellos?, acercarse a Dios en adoración, sin
importar lo doloroso de prueba. Esta actitud de estos hombres de Dios trajo como
resultado el milagro de su liberación de la cárcel.
Cuando nos acercamos en adoración a Dios, grandes cosas pueden suceder, cielos pueden
abrirse, lo que esté muerto puede cobrar vida, lo que está en cautividad puede tener
libertad.
Cuando tu adoras, le demuestras al enemigo, que por muy difícil que sea la circunstancia,
el no hará callar tu adoración ante Dios, y esta, será un arma poderosa en tus labios para
provocar milagros.
Pidamos que su voluntad sea cumplida en nuestras vidas muy por encima de la nuestra.
Y esto no es algo fácil cuando todavía no hemos aprendido a morir a nuestros deseos y
motivaciones.
Cuando oramos, debemos estar dispuesto a recibir la respuesta que el Padre tiene para
nosotros, aún si esta no es conforme a lo que nosotros pedimos.
Simplemente porque somos seres humanos con temores, y la mayor parte de nuestras
oraciones son oraciones de evasión.
Pedimos ser librados de alguna prueba, de algún dolor, de alguna desilusión, de alguna
situación dolorosa y difícil. Y la respuesta de Dios es siempre ofrecernos, no una evasión,
sino una victoria.
Dios no nos da el escape de una situación humana; nos permite aceptar lo que no podemos
entender; nos permite soportar lo que sin Él nos seria insoportable; nos permite aceptar
lo que sin Él sería inaceptable.
El perfecto ejemplo de todo esto lo encontramos en Jesús en Getsemaní. El pidió ser
librado de la terrible situación que se le presentaba; No Se libró de ella, pero recibió poder
para salir al encuentro, para sufrirla y para conquistarla.
Jesús dijo: ''Todo lo que pidieres en oración creyendo, lo recibiréis (Mt 21:22).
¡Que gran promesa es esta!, sin tan solo pudiésemos estar alineados a la voluntad del
Padre cada día (1 Jn 5:14), cualquier cosa que presentáramos delante de Su presencia la
recibiríamos.
Pedirle a Dios que nuestros ruegos y peticiones siempre estén alineados a Su propósito
eterno. En su voluntad todo, fuera de ella nada.
(Testimonio Taxi)
Quizás te parezca algo sencillo, pero sí, las cosas de Dios son sencillas cuando comienzas
a caminar dirigiéndote por Él. Tu y yo podemos ver nuestras necesidades resueltas y las
de otros, si comenzáramos a orar con un corazón dispuesto a cumplir su propósito.
¿Que necesidad tienes? ¿El pan?, ora pidiendo provisión para bendecir a otros, ¿Una casa?
¿Un carro?, ora pidiendo por ello para ser de bendición al reino de Dios, ¿Sanidad?, ora
dispuesto a dedicar tu salud para la predicación del Evangelio.
Cuando nos alineamos a los deseos del corazón de Padre, cualquier cosa que
pidamos, te aseguro que lo recibiremos.
Esta es el área de confesión, donde reconocemos ante Dios nuestros pecados y fallas.
Donde con corazón arrepentido pedimos que el Espíritu Santo nos ayude, nos transforme,
nos moldee a la imagen de Cristo cada día.
Es ineludible que, al estar en la Presencia de Dios en oración, nuestra vida deje de ser
tocada por Su Santidad. Siempre pienso en el cuadro de Isaias 6, cuando este profeta vio
la gloria de Dios nada quedo oculto en él, la presencia de Dios lo envolvió de tal forma
que exclamo ''¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios...
han visto mis ojos al rey.''.
Oh, si pudiésemos cada día acercarnos a Dios hasta que Su Santidad, Su Presencia, Su
gloria nos arrope, no seriamos los mismos.
Debemos buscar a Dios de tal manera que cada día sintamos mayor la carga de vivir una
vida santa para Él.
No podemos dejar nuestro lugar de intimidad con Dios, hasta que Él nos hable, hasta que
Su presencia nos arrope y podamos exclamar de lo profundo de nuestro corazón ''Ay de
mí que soy pecador''. Es en esa humillación donde Dios trabaja, transforma, renueva y
hace resplandecer Su rostro sobre ti.
Cada día debemos acercarnos a Dios y pedirle que nos guarde de caída, de tentaciones,
que Su protección este en todo lo que hagamos. Que nos ayude a mantenernos en
comunión continua en todo lo que va del día, para que los dardos del enemigo no hieran
nuestra vida.
Jesús nos muestra que, al terminar nuestro tiempo de oración, debemos volver al acto
inicial de ''la adoración''. Donde reconocemos que de Dios es el Reino, el poder y la gloria
por todos los siglos.
Cuando hablo de este tema de la ''Adoración'', siempre viene a mi mente esta frase: ''Si
te aburre la adoración, no estás preparado para el cielo''.
Muchas veces cuando venimos ante la presencia del Señor, lo que más hacemos es
presentar nuestras peticiones y clamores, y muy pocas veces nos esforzamos por hacer
del mayor tiempo posible oración, un tiempo de adoración.
Cuando me imagino el cielo, pienso en adoración continua y eterna. Una adoración que
fluye de corazones agradecidos, personas que glorifican a Dios por haberles rescatado de
la condenación, dándoles el maravillo regalo de la salvación eterna.
¿Como tú ves la adoración a Dios en tu vida? ¿Anhelas cada día tener un tiempo
para adorar a Dios y dejarte llenar de su presencia?
En nuestras iglesias es común ver como en tiempos de alabanza y adoración, hay personas
que no adoran, que se quedan expectantes sin abrir sus labios o levantar sus manos para
adorar. Hay otros, que, por temor o pena, no hacen expresiva su adoración.
Te aseguro que, si vivimos una vida de adoración personal con Dios, eso se dejará ver en
todo lugar, para bendición de otros.
Por medio de la PALABRA
La Biblia, ha sido la revelación escrita de Dios para la humanidad. Por ello decimos que
la Biblia es la Palabra de Dios. El mayor conocimiento que nosotros podamos tener de
nuestro Señor se encuentra en la Biblia.
Como dijo Pedro ''...La palabra profética más segura...'' (2 Pedro 1:19). Allí conocemos
los atributos de Dios, Su persona, la obra gloriosa de Cristo, y el futuro para este mundo.
Cuando nos acercamos a Dios, podemos hacerlo también a través de Su palabra, ya que
esta nos revela al Dios que adoramos, y a su vez, esta interacciona con nosotros de una
forma viva y eficaz (Hebreos 5:12).
El salmo 119:9 dice: ''¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.''.
Por ello, el salmista dijo: ''En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra
ti.'' (119:11).
¿Que tan amante eres de pasar tiempo meditando en los dichos de Jehová,
contenidos en su Santa Palabra?
Hay personas que no lo hacen muy a menudo, o cuando mucho leen 1 capitulo por día,
por las tantas ocupaciones que tiene el ser humano.
Cada uno de nosotros debe pasar tiempo cerca de la Palabra de Dios, lo cual traerán
grandes resultados a nuestra vida.
Debemos decir cada día ''Con todo mi corazón te he buscado, no me dejes desviar de tus
mandamientos.... Enséñame tus estatutos. (Palabra)'' (119:10;12).
Jesús también nos dijo que aquellos que se acercan a Dios por Su Palabra, son limpiados
(Jn 15:3).
La palabra en nuestras vidas limpia nuestras mentes, transforma nuestro de hablar, cambia
nuestra conducta, nos anima, nos consuela, nos corrige y nos da esperanza de nuestro
porvenir.
Por esta razón, mientras pasemos tiempo con Dios en Su Palabra, mayor será el cambio
que lograremos en nuestro carácter.
Dios es fiel a sus promesas (Num 23:9). Esta es una verdad que tenemos que entender y
creerla. Si el Señor ha prometido algo, Él lo hará.
La Biblia dice:
Mientras más nos acercamos a Dios, más le conoceremos, más experiencias espirituales
con Él tendremos.
• Los que viven cerca de la presencia de Dios cada día, teniendo tratos únicos con
el Señor, escuchando su voz, viéndole obrar en todo momento, aquellos que el
Espíritu Santo se ha vuelto su amigo, su compañero, su consolador, su guía, estos
saben que decisiones tomar porque Dios es quien se la revela.
• Los que al no acercarse a Dios cada día, no le conocen suficientemente, o su grado
de conocimiento del Señor es muy poco, porque muy poco están en Su presencia.
¿Cuánto conozco al Espíritu Santo?, ¿Que tan fuerte es mi relación con Dios? ¿Estoy
enamorado del Señor? ¿Anhelo cada día tener un tiempo libre para acercarme a Él
en oración?
''Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que
tenéis necesidad de todas estas cosas. Más buscad primeramente el reino de Dios...'' (Mt
6:32-33)
La clave siempre ha estado en acercarnos a Dios, si nos alejamos de Él, vendrán los
temores, la ansiedad, la preocupación, la necesidad, pero si vivimos cerca de Su presencia,
veremos cómo nuestra vida es sustentada por su amor.
Por eso Dios hace el énfasis que mientras estemos en esta tierra debemos buscarle en
primer lugar, no debemos poner tanta atención en lo efímero, en lo pasajero, en lo terrenal,
sino hacer de nuestra vida un continuo acercamiento a Su presencia.
CONCLUSIÓN:
¿Quieres dirección en tus decisiones? Ten más intimidad con Dios en tu habitación.
¿Quieres que Él te muestre su propósito? Clama, Clama, Clama, hasta que algo pase.