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TEMA # 11

¡Quien hubiera creído!


Me explico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio,
para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios.
1 Corintios 1:18

1. INTRODUCCION

¿Sabías que cada tres segundos tomamos decisiones?, nuestro cerebro está diseñado
por una serie de patrones que determinan la elección final en este lapso tan corto de
tiempo. A lo largo de los pasos de Jesús, toda la gente que lo seguía tenia que tomar
una decisión respecto a la crucifixión de Jesús en la cruz. El dilema era creer o no creer
que El era hijo de Dios, y si iba a ganar esa batalla o no. Sin embargo, tenían que decir
ese mismo momento lo que pensaban acerca de todas las enseñanzas de Jesús.

2. DESARROLLO

En Jerusalén se anunciaba una noticia, pero no cualquier noticia, la ejecución de un


inocente, una tumba abierta, un terremoto que sacudía la ciudad, y unas cortinas
rasgadas en dos, todo en un solo día, todo en 24 horas, ¡quien lo hubiera creído! Hubo
varios testigos de la obra maravillosa de amor, María, Juan, Pedro, Pilato y muchos
otros se encontraban atentos a toda la trayectoria de la cruz, cada uno tomando la
decisión de acercarse o alejarse. La crucifixión hacía que cada testigo diera un paso,
adelante o atrás, nunca en neutro. Pero una gran minoría decidió no creer, pero aun
los pocos que decidieron creer fueron los que animaron a los demás a confiar en las
enseñanzas de Jesús acerca de su Padre y del reino de los cielos.

3. CONCLUSIÓN

Cada día debemos tomar la decisión de seguir el camino de la vida, el aceptar la cruz,
el agarrar fuertemente el brazo de Jesús. Hombres, mujeres y niños fueron comprados
y lavados con la preciosa sangre de Jesús, consumándose todo lo contrario al pecado.
A pesar de todos los agravios y vejaciones e injurias e incluso a pesar de ser negado, al
tercer día se cumplió la promesa de la resurrección. Y esa cruz que era símbolo de
muerte y el fin de la creación se convirtió en vida y triunfo absoluto.

4. APLICACIÓN PRACTICA

Renovemos nuestra mente todos los días, a través de la lectura de la palabra de Dios,
porque son las únicas palabras fieles y verdaderas que nos describen tal y como
somos.
Asimismo, es la única fuente que nos hará tomar buenas decisiones, aquellas
decisiones que marcaran un destino glorioso conforme el propósito que Dios tiene
para nuestras vidas.

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