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MONICIÓN DE ENTRADA:

Bendecida tarde hermanos. Hoy nos encontramos reunidos para celebrar llenos de gozo
en el marco de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción el encuentro de dos grandes
personajes de nuestra historia venezolana, los beatos José Gregorio Hernández y la
Madre María de San José. Juntos, exaltemos la santidad de estas dos personas quienes
se entregaron completamente en el servicio, atendiendo a enfermos, a los pobres, a los
más necesitados, donándose cual hostia viva, profundamente impregnados de Jesús
eucaristía, aun en medio de difíciles situaciones sociales y políticas. 

Sin embargo, nuestro hoy no es tan diferente. Luego de este largo tiempo de enfermedad,
pérdidas repentinas y dolorosas y el aislamiento forzado que muchos tuvimos que vivir,
afrontamos un mundo y una sociedad que padece las secuelas físicas y espirituales de
estos años de Pandemia. Un pueblo que está necesitado de Dios, de consuelo, de una
caricia capaz de sanar las más profundas heridas… así como lo hicieron nuestros Beatos
hoy lo continúan haciendo ahora desde el cielo, haciendo vida este deseo de ir al
encuentro del pueblo necesitado de Dios. 

Con la presencia del corazón intacto de nuestra primera Beata venezolana queremos
bendecir y cantar alabanzas al señor, proclamar las maravillas del amor de Dios con su
pueblo. Nos disponemos a iniciar nuestra celebración con el deseo de glorificar a Dios y a
ejemplo de nuestra Madre María de San José pedir la gracia de ser “santos pero santos
de verdad”  

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