Está en la página 1de 27

TEMA 40

La contaminación atmosférica. Fuentes y causas de la


contaminación. Principales gases y aerosoles contaminantes.
Estaciones de medida.

DEFINICIÓN DE CONTAMINACIÓN
Se entiende por contaminación atmosférica la presencia en el aire de
sustancias y
formas de energía que alteran la calidad del mismo, de modo que implique
riesgos, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier
naturaleza. De la definición anterior se desprende que el que una sustancia sea
considerada contaminante o no, dependerá de los efectos que produzca sobre
sus receptores.
En una primera aproximación, podemos clasificar los contaminantes
atmosféricos, atendiendo a su naturaleza, en los dos grupos siguientes:

Al segundo grupo pertenecen las radiaciones ionizantes y el ruido,


contaminantes atmosféricos que tienen una gran importancia en determinados
procesos de degradación ambiental y que por sus especiales características
suelen ser tratados, tanto en los aspectos técnicos como normativos, de forma
específica. Atendiendo a la forma en que las sustancias químicas son
introducidas en la atmósfera, los contaminantes se pueden clasificar en
contaminantes primarios y contaminantes secundarios.
CONTAMINANTES PRIMARIOS
Se entiende por contaminantes primarios aquellas sustancias que son vertidas
directamente a la atmósfera desde los focos contaminantes. Estas sustancias
son emitidas por diversos tipos de fuentes, siendo su naturaleza y composición
química muy variada, si bien se pueden agrupar, por su peculiaridad más
característica, tal como su estado físico (ejem: partículas sólidas y líquidas,
gases), o elemento químico común como es el caso de los gases (ejem: SO2,
NOX, Cl2, ClH, etc.).
Por lo general, los contaminantes primarios pueden originar alteraciones en la
calidad del aire produciendo lo que se conoce como “contaminación
convencional”. Este tipo de contaminación suele tener un ámbito local limitado
al entorno de los focos emisores. Los contaminantes de este tipo, que con
mayor frecuencia se encuentran en la atmósfera son:
Partículas sólidas y líquidas
: Oxidos de azufre (SO2, SO3, SH2) ; Oxidos de nitrógeno (NO, NO2,
NOx); Hidrocarburos (Hn Cm); Monóxido de carbono (CO); Anhídrido carbónico
(CO2)
Otras sustancias que se presentan en la atmósfera más raramente, pero que
pueden dar lugar a alteraciones importantes del medioambiente atmosférico, en
zonas muy concretas, por lo general asociadas al entorno próximo del
emplazamiento del foco que los produce, son:
Pb, Cr, Cu, Mn; V, Ni, As; Cd, Hg
Amianto
: ClH, Cl2 y derivados del cloro;
FH y derivados del flúor.
inucleares, etc.).

A continuación, se hace una breve descripción de las principales características


de cada uno de estos tipos de contaminantes.
Los aerosoles El término aerosol o partícula se utiliza a veces indistintamente,
ya que los aerosoles atmosféricos se definen como dispersiones de sustancias
sólidas o líquidas en el aire.
Las propiedades de los aerosoles que más afectan a los procesos de
contaminación atmosférica son el tamaño de sus partículas, la forma y
composición química. El tamaño de las partículas oscila entre 10-1 µ y 103 µm,
aunque existen algunas muy especiales fuera de estos límites. En la atmósfera
las partículas de tamaño interior a 10-1 µm realizan movimientos al azar,
produciendo choques entre ellas que dan lugar a agregados de mayor tamaño
en un proceso denominado de coagulación.
Las partículas de tamaño comprendido entre 10-1 y 10 µm tienden a formar
suspensiones mecánicamente estables en el aire, por lo que reciben el nombre
de “materia en suspensión”, pudiendo ser trasladados a grandes distancias por
la acción
del viento. Las partículas mayores de 10
aire durante periodos de tiempo relativamente cortos por lo que se las conoce
como “materia sedimentable”. Sus efectos son más acusados en las
proximidades de las fuentes que las emiten. El tamaño de las partículas es un
factor muy importante en la determinación tanto de los efectos que producen
como de las áreas afectadas, ya que establece su tiempo de permanencia en la
atmósfera y la facilidad con que se introducen en las vías respiratorias
profundas.
La composición química varía mucho de unas partículas a otras, dependiendo
fundamentalmente de su origen. Así las partículas de polvo procedentes del
suelo contienen, principalmente compuestos de calcio, aluminio y silicio. El
humo procedente de la combustión del carbón, petróleo, madera y residuos
domésticos, contiene muchos compuestos orgánicos, al igual que los
insecticidas y algunos productos procedentes de la fabricación de alimentos y
de la industria cárnica.
Los óxidos del azufre (SOx)
El óxido de azufre que se emite a la atmósfera en mayores cantidades es el
anhídrido sulfuroso (SO2), y en menor proporción, que no rebasa el 1 o el 2 por
100 del anterior, el anhídrido sulfúrico (SO3).
El SO2 es un gas incoloro, de olor picante e irritante en concentraciones
superiores a 3 ppm. Es 2,2 veces más pesado que el aire, a pesar de lo cual se
desplaza rápidamente en la atmósfera, siendo un gas bastante estable. El
anhídrido sulfúrico (SO3) es un gas incoloro y muy reactivo que condensa
fácilmente. En condiciones normales no se encuentra SO3 en la atmósfera, ya
que reacciona rápidamente con el agua atmosférica, formando ácido sulfúrico
(SO4H2). La combustión de cualquier sustancia que contenga azufre produce
emisiones de SO2 y SO3, la cantidad de SO3 producida, depende de las
condiciones de la reacción, especialmente de la temperatura, oscilando entre 1
y 10 por 100 de los SOx producidos.
Un mecanismo de formación de SOx podría ser: S + O2 → SO2
2 SO2 + O2 → 2 SO3 La segunda reacción se produce en pequeña escala y
tiene lugar, muy
lentamente, a la temperatura de la atmósfera, siendo favorecida por la acción
de catalizadores. El efecto neto es que la emisión de los SOx se realiza
fundamentalmente en forma de SO2.
Los óxidos de nitrógeno (NOx)
El óxido nítrico (NO) es un gas incoloro y no inflamable, pero inodoro y tóxico.
El dióxido de nitrógeno (NO2) es un gas pardo-rojizo, no es inflamable, pero si
tóxico y se caracteriza por un olor muy asfixiante. Se utiliza normalmente la
notación de NOx para representar colectivamente al NO y al NO2 implicados
en la contaminación del aire. La mayor parte de los óxidos de nitrógeno se
forman por la oxidación del nitrógeno atmosférico durante los procesos de
combustión a temperaturas elevadas. El oxígeno y el nitrógeno del aire
reaccionan para formar NO, oxidándose éste
posteriormente a NO2. N2 + O2 → NO 2 NO + O2 → 2 NO2 La mayor parte de
los NOx emitidos a la atmósfera lo son en la forma NO.
Hidrocarburos (HC) Son sustancias que contienen hidrógeno y carbono. Los
hidrocarburos que
contienen de uno a cuatro átomos de carbono son gases a la temperatura
ordinaria, siendo éstos los más importantes desde el punto de vista de la
contaminación atmosférica, ya que favorecen la formación de las reacciones
fotoquímicas.
El monóxido de carbono (CO)
El monóxido de carbono es el contaminante del aire más abundante en la capa
inferior de la atmósfera, sobre todo en el entorno de las grandes ciudades. Es
un gas incoloro, inodoro e insípido y su punto de ebullición es de -192 oC.
Presenta una densidad del 96,5 por 100 de la del aire, siendo un gas muy
ligero que no es apreciablemente soluble en agua. Es inflamable y arde con
llama azul, aunque no mantiene la combustión.
El CO se produce generalmente como resultado de alguno de los siguientes
procesos químicos:
‐ Combustión incompleta del carbono. ‐ Reacción a elevada temperatura entre
el CO2 y materiales que tienen carbono.
‐ Disoaciación del CO2 a altas temperaturas ‐ Oxidación atmosférica del
metano (CH4) procedente de la fermentación anaerobia (sin aire), de la materia
orgánica.
‐ Proceso de producción y degradación de la clorofila en las plantas. Los
principales problemas de contaminación atmosférica por CO son debidos a la
combustión incompleta de carburantes en los automóviles.
Anhídrido carbónico (CO2)
El dióxido de carbono es un gas incoloro e inodoro, no tóxico, más denso que
el aire que se presenta en la atmósfera en concentraciones que oscilan entre
250 y 500 p.p.m.
En realidad, no puede considerarse como contaminante en sentido estricto, ya
que no es tóxico, y se halla en atmósferas puras de modo natural. No obstante,
por los posibles riesgos que entraña su acumulación en la atmósfera, como
consecuencia de las alteraciones producidas en su ciclo por las actividades
humanas que pudieran dar lugar a una modificación del clima de la Tierra, se
considera como sustancia contaminante.
Metales pesados
Los metales pesados son elementos químicos que generalmente se hallan
presentes en la atmósfera en muy bajas concentraciones. Una de las
consecuencias más graves de la presencia de metales pesados en el ambiente
es que no son degradados, ni química ni biológicamente, por la naturaleza, lo
que origina su persistencia en ella. Esta persistencia lleva a la ampliación
biológica de los metales en las cadenas tróficas. Como consecuencia de este
proceso, las concentraciones de metales en los miembros superiores de la
cadena pueden alcanzar valores muy superiores a los encontrados en la
atmósfera. Entre los metales pesados más importantes por sus efectos sobre la
salud del ser humano están el mercurio (Hg) y el plomo (Pb).
Compuestos halogenados
De entre los productos químicos que contienen halógenos en su molécula, son
contaminantes de la atmósfera: el cloro, el floruro de hidrógeno, el cloruro de
hidrógeno y ciertos haluros. Entre éstos destacamos la acción tóxica del flúor y
sus derivados sobre los vegetales y la cabaña bovina.
Compuestos orgánicos
Independientemente de los hidrocarburos ya tratados existen dos tipos de
sustancias a las que se está prestando en la actualidad una gran atención por
los potenciales efectos que pueden producir sobre la salud y el medioambiente.
Estos son los compuestos orgánicos volátiles (COV) y los hidrocarburos
aromáticos polinucleares. Los primeros se producen principalmente por la
evaporación de sustancias orgánicas que presentan una baja tensión de vapor,
mientras que los segundos provienen de la combustión incompleta de la
materia orgánica. Este tipo de sustancias se asocian con compuestos
cancerígenos y mutagénicos y, en la actualidad, no se descarta que a largo
plazo exposiciones a niveles relativamente bajos de estos compuestos, puedan
producir tales efectos.
Otros tipos de compuestos orgánicos que pueden producir problemas por
contaminación atmosférica son los derivados del cloro como son los
policloribifenilos (PCBs), y un conjunto de sustancias que reciben en nombre de
dioxinas, ejem: dibenzodioxinas policloradas (PCDD), y los furanos ejem:
dibenzofuranos policlorados (PCDF).
Los PCBs se producen en la incineración de residuos que contienen estos
productos, cuando ésta no se hace a la temperatura necesaria para romper las
moléculas (>1.200 oC). La principal característica de estas sustancias es su
gran estabilidad, lo que conlleva a la amplificación biológica.
Por lo que respecta a las dioxinas y furanos, son sustancias que se forman en
el transcurso de determinadas reacciones intermedias en el procesado de
productos químicos orgánicos clorados, y en la incineración de residuos que
contienen sustancias orgánicas cloradas. Aunque el proceso de formación no
es del todo conocido, experiencias recientes parecen indicar que se producen
durante el enfriamiento de gases, cuando la temperatura de incineración no ha
superado los 900 oC.
Sustancias radiactivas
La causa de entender estas sustancias como contaminantes radica en que
emiten
radicaciones ionizantes, que pueden provocar efectos nocivos cuando
interaccionan con los seres vivos.
Las radiaciones ionizantes emitidas por los radionúclidos pueden ser de tres
tipos y están constituidas por núcleos de helio (partículas alfa), electrones
(radiación β) y ondas electromagnéticas (radiación γ).

CONTAMINANTES SECUNDARIOS
Los contaminantes atmosféricos secundarios no se vierten directamente a la
atmósfera desde los focos emisores, sino que se producen como consecuencia
de las transformaciones y reacciones químicas y fotoquímicas que sufren los
contaminantes primarios en el seno de la misma.
Las principales alteraciones atmosféricas producidas por los contaminantes
secundarios son la contaminación fotoquímica, la acidificación del medio y la
disminución del espesor de la capa de ozono.
Contaminación fotoquímica
La contaminación fotoquímica se produce como consecuencia de la aparición
en la atmósfera de oxidantes, originados al reaccionar entre sí los óxidos de
nitrógeno, los hidrocarburos y el oxígeno en presencia de la radiación solar. La
formación de los oxidantes se ve favorecida en situaciones estacionarias de
altas presiones (anticiclones) asociados a una fuerte insolación y vientos
débiles que dificultan la dispersión de los contaminantes primarios. El
mecanismo de formación de los oxidantes fotoquímicos es complejo,
realizándose por etapas a través de una serie de reacciones químicas.
El resultado final de este proceso es la producción en el seno de la atmósfera
de una mezcla de sustancias de gran poder oxidantes, siendo el ozono la más
abundante de ellas. Es por esto, junto con la facilidad con que se mide este
contaminante, por lo que se utiliza al ozono como indicador de la
contaminación fotoquímica.
Este tipo de contaminación, conocido también como “smog” fotoquímico se
presenta en grandes ciudades industrializadas y con densidades de tráfico
intensas. El estudio de las fluctuaciones horarias de las concentraciones de los
contaminantes que intervienen en el proceso de formación de los oxidantes
fotoquímicos y las de éstos pone de manifiesto la siguiente explicación del
fenómeno.
En las primeras horas de la mañana se produce una intensa emisión de
hidrocarburos (HC) y óxido nítrico (NO) al comenzar la actividad humana de las
grandes ciudades (encendido de las calefacciones y tráfico intenso). El óxido
nítrico se oxida a dióxido de nitrógeno aumentando la concentración de éste
último en la atmósfera. Las concentraciones superiores de NO2, unido a que la
radiación solar se va haciendo más intensa, ponen en marcha el ciclo fotolítico
del NO2, generando oxígeno atómico que al transformarse en ozono conduce a
un aumento de la concentración de este elemento y de radicales libres de
hidrocarburos. Éstos, al combinarse con cantidades apreciables de NO
producen una disminución de este compuesto en la atmósfera. Este descenso,
en la concentración de NO, impide que se complete el ciclo fotolítico
aumentando rápidamente la concentración de ozono. A medida que avanza la
mañana la radiación solar favorece la formación de oxidantes fotoquímicos,
aumentando su concentración en la atmósfera. Cuando disminuyen las
concentraciones de los precursores (NOx y HC) en la atmósfera, cesa la
formación de oxidantes y sus concentraciones disminuyen a primeras horas de
la tarde. De aquí que la contaminación fotoquímica se manifieste
principalmente por la mañana en el entorno del mediodía y grandes ciudades
con tráfico intenso.
Acidificación del medio ambiente (lluvias ácidas)
Entendemos por acidificación del medio ambiente la pérdida de la capacidad
neutralizante del suelo y del agua, como consecuencia del retorno a la
superficie de la tierra, en forma de ácidos, de los óxidos de azufre y nitrógeno
descargados a la atmósfera.
La acidificación es un ejemplo claro de las interrelaciones entre los distintos
factores ambientales, atmósfera, suelo, agua y organismos vivos. Así la
contaminación atmosférica producida por los SOx y NOx afecta directa o
indirectamente al agua, al suelo y a los ecosistemas.
La amplitud e importancia de la acidificación del medio es debida,
principalmente, a las grandes cantidades de óxidos de azufre y de nitrógeno
lanzados a la atmósfera, siendo de destacar que del total de las emisiones de
SO2 en el globo terrestre, unos 200 millones de toneladas al año,
aproximadamente la mitad, son emitidas por las actividades humanas
(antropogénicas) y que la mayor parte de éstas se producen en las regiones
industrializadas del Hemisferio Norte que ocupan menos del 5 por 100 de la
superficie de la Tierra. El proceso de acidificación se origina de la siguiente
forma: ‐ El azufre se encuentra en un principio en estado elemental, fijado en
los combustibles fósiles. El nitrógeno en forma elemental se encuentra en el
aire y también en los combustibles.
‐ Durante el proceso de la combustión de los combustibles fósiles se liberan el
azufre y el nitrógeno, emitiéndose, en su mayor parte por las chimeneas, a la
atmósfera como dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx),
respectivamente.
‐ Los óxidos de azufre y nitrógeno sufren una serie de fenómenos tales como
transporte a gran distancia, reacciones químicas, precipitación y deposición.
Con el tiempo estos óxidos y los distintos compuestos a que dan lugar retornan
a la superficie de la tierra donde son absorbidos por los suelos, el agua o la
vegetación.
El proceso de retorno a la tierra puede realizarse de dos formas distintas,
dando lugar a la llamada deposición seca o a la húmeda.
a) Deposición seca: Una fracción de los óxidos vertidos a la atmósfera retornan
a la superficie de la tierra en forma gaseosa o de aerosoles. Esto puede ocurrir
cerca de las fuentes de emisión de los contaminantes o a distancia de hasta
algunos cientos de kilómetros de la misma, en función de las condiciones de
dispersión. No obstante, la deposición en seco es predominante en zonas
próximas al foco emisor.
b) Deposición húmeda: La mayor parte de los SO2 y NOx que permanecen en
el aire sufren un proceso de oxidación que da lugar a la formación de ácido
sulfúrico (SO4H2) y ácido nítrico (NO3H). Estos ácidos se disuelven en las
gotas de agua que forman las nubes y en las gotas de lluvia, retornando al
suelo con las precipitaciones. Una parte de estos ácidos queda neutralizada
por sustancias presentes en el aire, tales como el amoníaco, formando iones
de amonio (NH4 +). Los ácidos disueltos consisten en iones de sulfato (SO4 =),
iones nitrato (NO3 -) iones de hidrógeno (H+). Todos estos iones están
presentes en las gotas de lluvia, lo que da lugar a la acidificación de la misma.
Degradación de la capa de ozono Uno de los grandes problemas que tienen
lugar entre los contaminantes de la atmósfera es la disminución de la capa de
ozono estratosférica como consecuencia de la descarga de determinadas
sustancia a la atmósfera. El descubrimiento del ozono y su existencia en la
atmósfera se remonta a mediados del XIX, mientras que las primeras
variaciones sobre su cantidad y variación datan de 1930. En los años 70
comienzan los estudios científicos que ponen en evidencia la relación entre el
deterioro de la capa de ozono en la estratosfera y la emisión a la atmósfera a
nivel del suelo de determinadas sustancias químicas antropogénicas.
Muchos de los gases que ya han sido incluidos como gases invernadero actúan
probablemente también en la destrucción del ozono. El ozono se produce en
niveles estratosféricos por disociación del oxígeno molecular con radiaciones
de longitudes de onda inferiores a 240 nm, radiación que no llega a la
superficie, y es eliminado en niveles más bajos de forma natural. Las
actividades humanas están aumentando la concentración de sustancias como
NOx, halógenos, hasta el punto de que por ciclos catalíticos estas sustancias
pueden estar destruyendo el ozono más rápidamente de lo que tarda en
producirse. La cantidad de reacciones posibles es muy elevada y no es seguro
que todas las amenazas potenciales se conozcan aún. Posibles causas
identificadas son los óxidos nitrosos emitidos por fertilizantes, y sobre todo, los
CFC.
Los CFC son moléculas que contienen cloro, flúor y carbono y que son
completamente de origen antropogénico. Presentan una gran estabilidad
química y unos tiempos de residencia muy elevados en la atmósfera. Los más
estudiados han sido el CFC-11 (CFCl3) y el CFC-12 (CF2Cl2). El único
mecanismo conocido para su degradación es la fotolisis mediante radiación de
baja longitud de onda, precisamente la radiación ultravioleta que llega a la
estratosfera. Cuando los CFC llegan a ésta pueden romperse soltando Cl que
actúan sobre el ozono:
CCl2F2 + hν → Cl + CClF2
el Cl desencadena una serie de reacciones que van destruyendo el ozono. Al
final el cloro vuelve a las capas bajas de la atmósfera contribuyendo a la lluvia
ácida. Los CFC se han utilizado mucho en las últimas décadas como
propelentes de aerosoles, para espumas plásticas, refrigerantes en los circuitos
de las neveras, y disolventes orgánicos.
En 1987 se firmó entre los países más desarrollados el Protocolo de Montreal
por el que se deben reducir el uso de estos compuestos. A pesar de eso e
incluso suponiendo que la reducción fuera total, la gran estabilidad de estos
compuestos haría que aún siguiera subiendo su concentración en la atmósfera
pues tienen un tiempo de residencia muy elevado.

FOCOS DE EMISIÓN: TIPOS DE CONTAMINANTES


Los contaminantes presentes en la atmósfera proceden de dos tipos de fuentes
emisoras bien diferenciadas: las naturales y las antropogénicas. La
contaminación atmosférica natural se produce por fuegos, emisiones por
descomposición de materia orgánica, volcanes, etc. La contaminación
atmosférica artificial es la provocada por la actividad humana por la obtención
de energía y bienes materiales. La contaminación atmosférica artificial es
menor en términos absolutos pero donde se da está más concentrada y es más
peligrosa. Dentro de la contaminación artificial podemos distinguir:
Contaminación urbana: debida al tráfico y calefacciones.
Contaminación industrial: emite contaminantes comunes con la anterior y otros
muchos que son específicos del tipo de actividad. Por ejemplo, las emisiones
de SO2 son características de la contaminación urbana y de la contaminación
industrial generada por fábricas de Sulfúrico.
Otra posible clasificación de la contaminación es: Generada por focos Móviles
(Tráfico) y por focos Fijos (Chimeneas)
Independientemente de la procedencia (urbana o industrial) y de las
características del foco (fijo o móvil), y basándose en los efectos de los
contaminantes generados se pueden distinguir dos tipos principales de
contaminación atmosférica:
a) Contaminación Reductora. Se produce principalmente por la presencia de
CO, agente reductor generado por la combustión incompleta en calefacciones.
También se denomina tipo Londres, y tiene lugar de otoño a primavera.
b) Contaminación Oxidante. Se produce por la presencia de oxidantes como
NOx, CO2 y O3, es decir, compuestos que en presencia de unas condiciones
fuertes de radiación solar pueden generar radicales de oxígeno atómico, que
producen trastornos oculares y respiratorios. Se produce por el tráfico,
principalmente, y en lugares soleados. Se denomina también tipo Los Ángeles
y se da de primavera a otoño.
Los principales focos antropogénicos de emisión de contaminantes
atmosféricos son los vehículos automóviles, las calefacciones domésticas y las
instalaciones de combustión para la generación de calor y electricidad, así
como determinados procesos industriales. A continuación, se hace una breve
descripción de cada uno de estos tipos de focos.

Vehículos automóviles
Las principales contaminantes a considerar, en relación con la contaminación
atmosférica producida por los vehículos, son:
‐ Monóxido de carbono
‐ Hidrocarburos inquemados
‐ Oxidos de nitrógeno
‐ Dióxido de azufre
‐ Partículas (inquemados y metálicas)

Procesos de combustión
Los contaminantes emitidos en la combustión de combustibles fósiles y sus
derivados tienen su origen en dos tipos de focos: calefacciones domésticas y
calderas industriales de generación de calor y electricidad.
Calefacciones domésticas
Las instalaciones de calefacción domésticas son una de las principales fuentes
de contaminación atmosférica de las grandes ciudades. Este tipo de focos
puede contribuir con un 20 o un 30 por 100 a las emisiones totales a la
atmósfera en áreas urbanas. Los principales contaminantes producidos
dependen del tipo de combustible empleado.
En el caso del carbón los principales contaminantes producidos son: anhídrido
sulfuroso, cenizas volantes, hollines, metales pesados y óxidos de nitrógeno.
Cuando el combustible empleado es líquido (gasóleo o gasoil) los principales
contaminante emitidos son: SO2, SO3, NOx, hidrocarburos volátiles no
quemados y partículas carbonosas.
El gas natural es el combustible más limpio de los actualmente disponibles para
calefacción, siendo su producción de contaminantes despreciable respecto a
los otros combustibles.
La producción total de contaminantes por las calefacciones dependen de
consumo y tipos de combustibles empleados, así como de las calidades de los
mismos.

Calderas industriales de generación de calor


Entre las distintas fuentes de contaminación atmosférica de origen industrial, la
combustión de combustibles fósiles para la generación de calor y electricidad
ocupa un lugar preponderante, tanto por la cantidad como por los tipos de
contaminantes emitidos. Especial atención merecen las centrales térmica de
producción de electricidad.
Los combustibles utilizados por este tipo de instalaciones son el carbón y el
fueloil. La producción de contaminantes depende en gran medida de la calidad
del combustible, en especial de las proporciones de azufre y cenizas
contenidas en el mismo y del tipo de proceso de combustión empleado.
Durante el proceso de combustión se libera a la atmósfera el azufre contenido
en el combustible en forma de anhídrido sulfuroso. Junto con otros
contaminantes como óxidos de nitrógeno, dióxido de carbono, metales pesados
y una gran variedad de sustancias. Cuando se utiliza como combustible el
carbón, se emiten abundantes partículas finas que pueden ser trasladadas a
grandes distancias.
Centrales térmicas
Una central térmica es una instalación industrial concebida para producir
energía
a partir del vapor de agua generado por la combustión de un combustible fósil
(carbón, fuel-oil, gas).
El proceso industrial consiste en esencia en la producción de vapor en una
caldera donde se quema el combustible. El vapor de agua producido se
expansiona en una turbina que transforma la energía calorífica en energía
mecánica. La turbina a su vez acciona un generador que finalmente produce
energía eléctrica.
Entre las distintas fuentes de contaminación atmosférica de origen industrial las
centrales termoeléctricas ocupan un lugar preponderante, tanto por el volumen
como por la variedad de contaminantes emitidos.
Los principales contaminantes emitidos a la atmósfera por las centrales
térmicas derivados del empleo de combustibles fósiles son:

nitrógeno (NOx)
Los tres primeros son los que se emiten en mayor volumen, emitiéndose los
restantes en menor cuantía. Pequeñas cantidades de materiales radiactivos
tales como, radón y uranio presentes en los combustibles, pueden ser emitidas
por estas instalaciones.

Industria
La contaminación de origen industrial se caracteriza por la gran cantidad de
contaminantes producidos y por la diversidad de los mismos. Por otra parte en
los focos industriales se suelen combinar las emisiones puntuales, de fácil
detección y control, con emisiones difusas de difícil evaluación.
Los tipos de contaminantes producidos por los focos industriales dependen
fundamentalmente de las calidades de los combustibles y materias primas
empleadas, del tipo de proceso y de la tecnología utilizada.

VIGILANCIA DE LA CALIDAD DEL AIRE


Por vigilancia de la calidad del aire se entiende el conjunto de sistemas y
procedimientos utilizados para evaluar la presencia de agentes contaminados
en la atmósfera, así como la evolución de sus concentraciones, tanto en el
tiempo como en el espacio, con el fin de prevenir y reducir los efectos que
éstos pueden causar sobre la salud y el medio ambiente.
Al objeto de obtener datos de las concentraciones de fondo de los
contaminantes con importancia mundial se creó la Red de Vigilancia de Fondo
o Red BAPMON (Background Air Pollution Monitoring Network). El objetivo
principal de esta red es vigilar los cambios a gran escala en los constituyentes
de la atmósfera que posea influencia en la meteorología y el clima, incluyendo
la capa de ozono.
Del mismo modo, para proporcionar información sobre los flujos de
contaminación transfronteriza entre los distintos países europeos se creó la
Red Europea EMEP (European Monitoring Evaluation Program) dentro del
marco del Convenio de Ginebra.
Por último, reseñar los programas Red de Vigilancia Local encargados de
vigilar la calidad del aire en núcleos urbanos y en el entorno de grandes
instalaciones industriales.
MEDIDA DE CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS. GENERALIDADES.
Desde un punto de vista puramente técnico, la caracterización experimental de
los diferentes compuestos y sustancias contaminantes se puede realizar
aplicando una serie de métodos y metodologías bien desarrollados, pero su
implementación está muy condicionada por el ámbito en que se realicen estas
medidas:
a) en los propios términos fuente (medidas de emisión) b) en el aire ambiente
(medidas de inmisión)
Por otro lado, el uso que se vaya a dar de los resultados de las medidas
experimentales que se realicen también impone restricciones a las técnicas que
se pueden utilizar en cada caso. En este sentido cabe distinguir dos grandes
grupos:
- Técnicas de medida aplicadas con propósitos legales, es decir, medidas
destinadas a la vigilancia del cumplimiento de los estándares regulados por
normativa, tanto en calidad del aire como en régimen de emisión,
- Técnicas de medida utilizadas para la caracterización de contaminantes con
propósitos científicos.
Tanto los parámetros a medir como los procedimientos empleados pueden
diferir notablemente entre unas y otras.
En general, las técnicas de medida pueden quedar agrupadas en dos grandes
grupos :
- Técnicas basadas en el muestreo de alícuotas del medio a estudiar y en el
posterior análisis de las muestras obtenidas. Estas técnicas dan lugar a
métodos de medida que pueden ser continuos o discontinuos.
- Técnicas de detección remota óptica (o teledetección), que no precisan
muestreos y que a veces ni siquiera requieren entrar en “contacto” o estar
cerca del medio a caracterizar. Este tipo de técnicas permiten implementar
medidas continuas.
La posibilidad de utilizar en cada circunstancia técnicas de uno u otro tipo
depende siempre de las condiciones de contorno y de los requerimientos que
deban satisfacerse. En el caso de que las medidas de contaminantes se
realicen con propósitos o efectos legales, el listado de técnicas y métodos
potencialmente utilizables puede reducirse sensiblemente, ya que no todos los
disponibles cumplen los requisitos exigidos por normativa para monitorizar las
variables de interés, tanto en medidas de emisiones como en aire ambiente. En
el caso de las aplicaciones científicas siempre existe mayor margen de
maniobra para la selección porque las restricciones son de otro carácter,
aunque algunas de las técnicas empleadas debido a su enorme especificidad
puedan tener un rango de aplicación especialmente restringido.
Con independencia de cuál sea la técnica de medida utilizada, la obtención de
buenos resultados viene siempre determinada por el efecto combinado de
varios factores:
- el método de toma de muestra utilizado (cuando esto aplica)
- el tratamiento de la muestra (cuando esto aplica)
- la técnica de análisis de la muestra (cuando esto aplica)
- los métodos de calibración utilizados para la puesta a punto y el control de la
respuesta de los instrumentos de medida - el procesado de los datos
Debido al carácter internacional de la mayor parte de la normativa reguladora
ambiental vigente, ha sido preciso ir estableciendo objetivos de calidad muy
exigentes, tanto en los aspectos técnicos de los procedimientos de medida de
los contaminantes como en el cumplimiento efectivo de todo lo dispuesto
respecto a su implementación. Por otro lado, los diferentes tipos de problemas
existentes según el ámbito de realización de las medidas (inmisión/emisión)
han obligado al desarrollo de soluciones técnicas específicas para cada caso,
con múltiples consecuencias prácticas que también han debido ordenarse y
regularse.

TÉCNICAS DE MUESTREO
Cualquier técnica de medida que base su funcionamiento en la captación de
una muestra material debe cuidar de manera especial la fase del muestreo
porque se trata de un paso limitante. En el caso concreto de la medida de
contaminantes atmosféricos, el diseño de las técnicas de muestreo depende
fuertemente de: la naturaleza de los contaminantes que se pretendan medir
(compuestos gaseosos o partículas materiales), de las técnicas analíticas que
se vayan aplicar posteriormente sobre la muestra, y del ámbito (emisión /
inmisión) en el que se desee realizar la medida.
Los sistemas de muestreo de contaminantes se pueden agrupar en dos
grandes categorías: Sistemas de Muestro Activo (SMA) y Sistemas de
Muestreo Pasivo (SMP).
Sistemas de Muestreo Activo
Las técnicas de muestreo activo se pueden emplear tanto en medidas de
emisión como de inmisión. En ellas se utiliza algún elemento (bomba, etc.) para
aspirar un cierto flujo del aire o de los humos a caracterizar, haciendo que ese
flujo pase a través de un sistema de retención del contaminante de interés
(solución captadora, sustancia adsorbente, filtro, superficie de impacto, etc.) al
objeto de captar sobre ella suficiente cantidad de materia como poder realizar
con éxito el correspondiente análisis posterior. En estos SMA se puede
controlar y conocer perfectamente el volumen de aire o de humos muestreado,
aspecto fundamental, y existen numerosas Normas técnicas que los describen
en gran detalle. En estas Normas, además de recoger pormenorizadamente la
fase de obtención de muestras de gases o partículas, se especifican también
los procedimientos de manipulación, conservación y acondicionamiento de
muestras, al objeto de evitar alteraciones y contaminaciones de las mismas
antes del correspondiente análisis.
Muestreos activos en inmisión
Desde un punto de vista técnico, la realización de muestreos activos en
inmisión es relativamente sencilla, especialmente en el caso de los gases,
porque básicamente sólo se requiere un sistema de aspiración de aire y un
conjunto de canalizaciones inertes (tubos de teflón, etc.) para llevar los
caudales de muestra hasta los sistemas de captación o medida continua. Sin
embargo, pese a esta aparente simplicidad técnica, conseguir muestreos
suficientemente representativos de las concentraciones ambientales existentes
en el emplazamiento de interés puede llegar a ser un objetivo bastante
complejo. En el ámbito del control de la calidad del aire, el Real Decreto
102/2011 recoge los criterios de selección de los puntos de muestreo y todas
las condiciones que éstos deben reunir en cuanto a ubicación y características.
En este sentido, es fundamental evitar muestrear en microambientes con
escasa representatividad, salvo que ese sea precisamente el objetivo. En
consecuencia, siguiendo las recomendaciones del citado RD, es crucial buscar
emplazamientos representativos de las diferentes circunstancias ambientales
existentes en el área de estudio, sea esta una zona urbana, industrial, o de
fondo, de forma que a través de esos muestreos y medidas se obtenga una
visión completa y realista de la calidad del aire en la zona completa.
Obviamente, cuando se trata de localizar emplazamientos para estaciones de
fondo planetario en redes de medida de carácter científico los requerimientos
son bastante especiales y la sofisticación técnica puede resultar muy grande.
En la figura 1 se muestran dos ejemplos claramente diferenciados de

estaciones.
Figura 1. a) Estación urbana típica de calidad del aire. b) Estación GAW de
Izaña (Tenerife).
Con independencia del tipo de estación ambiental de que se trate, el muestreo
de partículas ambientales, a diferencia del de gases ya mencionado, requiere
algunos elementos específicos, especialmente cuando que desea limitar el
tamaño de las partículas a colectar. Los elementos que permiten ese muestreo
selectivo de partículas según tamaños son los denominados cabezales de corte
que evitan la entrada de partículas con tamaño (diámetro aerodinámico)
superior al límite previamente establecido. Por ejemplo, cuando se desea
muestrear partículas PM10 o PM2,5 es preciso utilizar a la entrada de los
captadores unos cabezales de corte homologados para ello. Su uso garantiza
una elevada eficiencia en la colección de partículas con diámetros
aerodinámicos equivalente iguales o inferiores a 10 µm o a 2,5 µm,
respectivamente, quedando retenidas a la entrada las de tamaño superior
evitando que lleguen al filtro de muestreo. En la figura 2 se muestran algunos
ejemplos de este tipo de cabezales.

TÉCNICAS DE ANÁLISIS EN CONTINUO (MONITORIZACIÓN)


La tendencia general en los estudios de contaminación atmosférica es
conseguir que las medidas experimentales de contaminantes tengan la máxima
resolución temporal posible. Esto ha propiciado el desarrollo de técnicas de
análisis con tiempos de respuesta cortos, compatibles con el concepto de
“medida en continuo” o monitorización, permitiendo que el seguimiento en
tiempo real de las concentraciones de contaminantes, tanto en aire ambiente
como en flujos de emisión, fuera una realidad. En algunas de las técnicas
automáticas actuales la condición más exigente la sigue imponiendo la etapa
de muestreo, como ya se mencionó en el apartado anterior. Las técnicas para
análisis continuo aplican procedimientos de medida diseñados según el
contaminante de interés y el ámbito (calidad del aire o emisión) y generalmente
se basan en métodos equivalentes.
Las concentraciones gaseosas monitorizadas suelen expresarse del modo
siguiente:
Gases
- ratio volumen/volumen: ppb (partes por billón) = nº de partes del gas/109
partes totales ppm (partes por millón) = nº de partes del gas/106 partes totales
- ratio masa/volumen normalizado: µg/Nm3, mg/Nm3 , concentraciones
referidas a condiciones normales de presión y temperatura (1 atm y 298K
(inmisión) y 1 atm y 273 K (emisión).
Partículas
- ratio masa/volumen normalizado: µg/Nm3, mg/Nm3 , concentraciones
referidas a condiciones normales de presión y temperatura (1 atm y 298K (en
inmisión) y 1 atm y 273 K (en emisión).
En medidas de emisión las concentraciones másicas (de gases y partículas) se
expresarán además en base seca (descontado el H2O) y referidas a la
concentración de O2 de referencia fijado en la normativa para cada caso.

TEMA 41
Variabilidad natural y cambio climático antropogénico. El
efecto invernadero. Fuentes y sumideros de los principales
gases de efecto invernadero. La observación de la evolución de
la temperatura del planeta. Métodos directos e indirectos. El V
informe del IPCC.
Variabilidad natural y cambio climático antropogénico

Son consideradas como causas naturales aquellas que no son producidas por
la actividad humana, entre las que se cuentan las siguientes:

1. Variaciones en la órbita de la Tierra.

El factor principal que produce cambios en el clima es el movimiento de la


Tierra. Los movimientos de rotación y de traslación de la Tierra no son
constantes, sino que cambian en períodos largos de tiempo. Esto produce
cambios en el clima por variaciones en la distribución estacional y latitudinal de
la radiación solar entrante. Tres características de los movimientos de la Tierra
en órbita alrededor del Sol han sido consideradas como factores que influyen
en la cantidad de radiación solar incidente en superficie y su distribución con la
latitud. La primera es la excentricidad, la segunda es la oblicuidad y la tercera
es la precesión. El astrónomo Yugoslavo Milutin Milankovitch (1879-1954)
formuló un modelo matemático que considera estas variaciones en la órbita
terrestre, llamados ciclos de Milankovitch.

a) Variaciones en la excentricidad de la órbita de la Tierra alrededor del Sol.

Johannes Kepler (1571 - 1630), astrónomo alemán, descubrió que la Tierra se


mueve en una órbita elíptica alrededor del Sol, lo que hace que se encuentre
ligeramente mas cerca del sol en algún momento del año, y un poco mas lejos
en otro momento. Ya que la cantidad de radiación solar que llega a la Tierra
varia con la distancia al Sol, la superficie terrestre recibe mas radiación solar en
el perihelio (el punto mas cercano al Sol) y menos radiación en el afelio (el mas
alejado). Casi 200 años después de Kepler, el astrónomo francés Urbain
Leverrier (1811 - 1877) descubrió que la órbita cambia gradualmente de mas
elíptica a mas circular. Posteriormente, Milankovitch calculó que este cambio
tiene un periodo de entre 100 mil a 400 mil años, y es el resultado de la
atracción gravitacional sobre la tierra de otros planetas. Esta variación en la
elipticidad de la órbita se llama excentricidad. Por esta razón, cambia la energía
solar que llega a la Tierra, y por lo tanto el clima.

b) Variaciones en la oblicuidad, esto es cambios en el ángulo de inclinación del


eje de la Tierra con el plano de su órbita.

El eje de rotación terrestre no forma un ángulo recto con el plano de la


eclíptica, sino que tiene una inclinación de 23.5°, inclinación que se llama
oblicuidad. La oblicuidad de la Tierra varia de 22.5° a 24.5° con una
periodicidad de aproximadamente 41 mil años. Esto produce grandes cambios
en las estaciones. En la actualidad la inclinación del eje es 23.5º y está
disminuyendo a razón de 48” de arco cada siglo.

c) Precesión:

semejante en parte a un trompo, la Tierra está precesando lentamente cuando


gira en torno a su eje. Alrededor de 125 AC, el astrónomo griego Hipparcos de
Rodas (190AC-120AC) descubrió que el polo norte de la Tierra no apunta
siempre en la misma dirección entre las estrellas. La orientación del polo norte
en el espacio cambia muy lentamente, con un periodo de 26 mil años. Este
movimiento, llamado precesión, lo podríamos pensar como si el eje de la tierra
formara un cono en el espacio, barriendo un cono completo cada 26 mil años.
En la actualidad el eje de la Tierra apunta hacia la estrella del Norte (figura),
pero en 13000 años en el futuro apuntará hacia la estrella Vega. La causa de la
precesión es la atracción del Sol y de la Luna en el material “sobresaliente” o
protuberancia, en el ecuador de la tierra. Esto genera significativos cambios
climáticos, porque cambia la posición donde se producen los solsticios de
verano e invierno, haciendo que estas estaciones ocurran en épocas diferentes
a las del presente.

2. Variabilidad solar.
El Sol es una estrella variable y la energía por él emitida varía con el tiempo.
Su efecto es claro: un aumento (disminución) de la energía recibida del Sol
produce un calentamiento (enfriamiento) en el sistema tierra - atmósfera. Los
resultados de los modelos climáticos indican que un aumento del 2% de la
energía entrante debería producir el mismo cambio climático que una
duplicación del dióxido de carbono en la misma cantidad de tiempo, aunque
cabe destacar que mientras la energía solar se concentra en los trópicos, el
efecto invernadero afectaría más a las altas que a las bajas latitudes. Si la
radiación solar se incrementa en el futuro, tal como ha ocurrido en los últimos
50 años, entonces se reforzará el efecto invernadero, de lo contrario podría
haber una pequeña atenuación del mismo.

3. Tectónica de placas.

Los continentes están continuamente reubicándose, con movimientos muy


lentos acercándose o alejándose hacia el Ecuador, los polos o en otra
dirección, produciéndose lentos cambios en el clima.

4. Actividad volcánica.

Cambia la reflectividad de la atmósfera y reduce la radiación solar que llega a


la superficie de la Tierra. Si la actividad volcánica es suficientemente intensa,
se puede acumular gran cantidad de cenizas y gases contaminantes en la
atmósfera, que pueden permanecer en suspensión por largos periodos de
tiempo, atenuando la radiación solar que llega a la superficie, produciendo las
correspondientes alteraciones en el comportamiento del clima.

Causas antrópicas del cambio climático

El ser humano se ha convertido en uno de los agentes climáticos,


incorporándose a la lista hace relativamente poco tiempo. Su influencia
comenzaría con la deforestación de bosques para convertirlos en tierras de
cultivo y pastoreo, pero en la actualidad su influencia sería mucho mayor al
producir la emisión abundante de gases que, según algunos autores, producen
un efecto invernadero: CO2 en fábricas y medios de transporte y metano en
granjas de ganadería intensiva y arrozales. Actualmente tanto las emisiones se
han incrementado hasta tal nivel que parece difícil que se reduzcan a corto y
medio plazo, por las implicaciones técnicas y económicas de las actividades
involucradas.

Los aerosoles de origen antrópico, especialmente los sulfatos provenientes de


los combustibles fósiles ejercen una influencia reductora de la temperatura
(Charlson et al., 1992). Este hecho, unido a la variabilidad natural del clima,
sería la causa que explica el "valle" que se observa en el gráfico de
temperaturas en la zona central del siglo XX.

La alta demanda de energía por parte de los países desarrollados, son la


principal causa del calentamiento global, debido a que sus emisiones
contaminantes son las mayores del planeta. Esta demanda de energía hace
que cada vez más se extraigan y consuman los recursos energéticos como el
petróleo.

Efecto invernadero
La retención del calor en el planeta es un fenómeno que se manifiesta a través
de la temperatura media del mismo. Para el cálculo de dicha temperatura se
consideran modelos climáticos complejos o bien modelos sencillos basados en
balances de la energía de radiación del sol. Para explicar el significado del
Efecto Invernadero es necesario primero establecer estos balances.
Posteriormente se evaluará la influencia de la contaminación atmosférica sobre
este efecto natural.
En una primera aproximación al problema podría considerarse a la Tierra como
un cuerpo negro donde se absorbe toda la radiación recibida del sol, radiación
que se caracteriza por una intensidad definida mediante la constante solar S,
cuyo valor es 1372 W/m2. Una manera sencilla de calcular la velocidad con
que es absorbida esta intensidad de radiación es referirla a un plano
perpendicular a la misma y con el mismo radio de la Tierra.

De este modo, la energía absorbida vendría dada por la ecuación: Ea = S (π


R2) donde Ea es la energía absorbida por la Tierra (W) y R el radio terrestre
(m). Si asumimos que la temperatura media se mantiene constante, la
radiación emitida por este cuerpo negro de área 4πR2 sería, según la ecuación
de Stefan-Boltzman:
E= σ4πR2T4
Donde σ es la constante de Stefan-Boltzman, de valor 5,67·10-8 W/m2K4. En
estado estacionario, suponiendo constante la temperatura media de la Tierra,
se pueden considerar iguales ambos flujos de energía puesto que el espacio
exterior es vacío y no absorbe energía y si la temperatura es constante no hay
cambios en la energía interna del planeta. A partir de ahí:
SπR2 = σ4πR2T4
De aquí se obtiene la temperatura de la Tierra T=(S/4σ)1/4
En función de las constantes anteriores se obtiene T= 279 K. Este valor está
muy cerca del valor real de la temperatura media actual (288 K, 15o). Sin
embargo esto es más coincidencia que un buen funcionamiento del modelo.
Una modificación que es necesaria incluir en este modelo es considerar la
fracción de energía solar que no es absorbida por la Tierra ni la atmósfera y se
refleja, devolviéndose al exterior. Esta fracción no contribuye al calentamiento
de la tierra y se conoce con el nombre de Albedo. La fracción de energía
proveniente del sol a la Tierra que es reflejada se considera, aproximadamente,
un 30% del total de la inicial. En la Figura 4 se representa la nueva situación,
en la que la Tierra es de nuevo un cuerpo negro que absorbe toda la energía,
no reflejada, proveniente del Sol. El balance quedaría:
S(1-∝)πR2 = σ4πR2T4
donde ∝ representa el Albedo. A partir de aquí, la temperatura media terrestre
(considerando siempre la Tierra como cuerpo negro) sería:
T = (S(1-∝)/ σ4)1/4
y en este caso, con ∝ = 0,3 queda T= 255K. Esta temperatura es de -18 oC,
cosa que no ocurre realmente. La razón del error entre la temperatura obtenida
con este modelo y la real es no tener en cuenta la interacción entre la
atmósfera y la radiación emitida por el planeta, o sea, no tener en cuenta el
“Efecto Invernadero”.
La temperatura de la Tierra es de 33 oC por encima de lo que predice el
modelo teórico anterior. La razón es la absorción de la energía, emitida por la
Tierra, en la atmósfera. En este fenómeno se ha de tener en cuenta la ley de
Wien que expresa la longitud de onda dominante de una radiación en función
de la temperatura de la misma.
Longitud de onda max = 2898/T (T en K)
El Sol puede representarse como un cuerpo negro cuya temperatura media
ronda los 6000 K, por lo que su longitud de onda dominante de la radiación
emitida es de 0,5 micrómetros, aproximadamente. La Tierra, considerando su
temperatura en torno a 288 K, la presenta a 10,1 micrómetros.
Casi toda la radiación solar con longitudes inferiores a 0,3 µm (radiación
ultravioleta) se absorbe por oxígeno y ozono. Esta absorción de radiación
ultravioleta ocurre en la estratosfera y protege a la Tierra. Este fenómeno se ha
comentado en el apartado correspondiente a la desaparición del ozono.
Muchos gases son capaces de absorber radiación de mayor longitud de onda
(laemitida por la Tierra), principalmente vapor de agua, CO2, N2O y metano. El
vapor de agua absorbe a < 8µm y superiores a 18 µm, el CO2 lo hace entre 13
µm y 18 µm. Todos estos gases que son capaces de absorber radiación
térmica superior a 4
atrapan gran parte de la radiación emitida por la Tierra en la atmósfera y la
calientan, la cual emite a su vez energía de nuevo hacia la Tierra o al espacio.
Los gases invernadero actúan de aislante manteniendo la temperatura de la
Tierra por encima de lo calculado en un principio.
Si la Tierra no presentara este fenómeno tendría una temperatura de 255 K (18
°C bajo cero). El efecto invernadero podría cuantificarse como la diferencia
entre la temperatura real y ésta, es decir, actualmente es de 33 °C si se
considera de 15 °C la temperatura media terrestre.

Sumideros de carbono

Se conoce como sumidero todo sistema o proceso por el que se extrae de la


atmósfera un gas o gases y se almacena. Las formaciones vegetales actúan
como sumideros por su función vital principal, la fotosíntesis (proceso por el
que los vegetales captan CO2 de la atmósfera o disuelto en agua y con la
ayuda de la luz solar lo utilizan en la elaboración de moléculas sencillas de
azúcares). Mediante esta función, los vegetales absorben CO2 que compensa
las pérdidas de este gas que sufren por la respiración y lo que se emite en
otros procesos naturales como la descomposición de materia orgánica.

En el Protocolo de Kioto se consideran como sumideros ciertas actividades de


uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y selvicultura (LULUCF por sus
siglas en inglés) que se detallan a continuación. Se incluyeron en el Protocolo
de Kioto, al igual que los Mecanismos de Flexibilidad, para facilitar el
cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones.

Las actividades que se contemplan en el artículo 3.3. del Protocolo de Kioto


son:

 Forestación
 Reforestación
 Deforestación

Las Partes tienen la obligación de informar de las emisiones por las fuentes y
absorciones por los sumideros de CO2 y otros gases de efecto invernadero
debidas a actividades LULUCF bajo el artículo 3.3. Estas actividades deben de
haberse realizado con posterioridad al 31 de diciembre de 1989 y con
anterioridad al 31 de diciembre del último año del período de compromiso.

Las actividades recogidas bajo el artículo 3.4. son adicionales a las anteriores y
opcionales. Pueden elegirse varias, una o ninguna. Estas actividades
adicionales son:

 Gestión de tierras agrícolas


 Gestión de bosques
 Gestión de pastos
 Restablecimiento de la vegetación

Deben de ser actividades que no se realizaban con anterioridad a 1990 e


inducidas por el hombre.

Definiciones

Las definiciones más relacionadas con los sumideros y las actividades de uso
de la tierra, cambio de uso de la tierra y selvicultura son las siguientes:

 Bosque: superficie mínima de tierras de entre 0,05 y 1,0 hectáreas (ha)


con una cubierta de copas (o una densidad de población equivalente)
que excede del 10 al 30% y con árboles que pueden alcanzar una altura
mínima de entre 2 y 5 metros (m) a su madurez in situ. Un bosque
puede consistir en formaciones forestales densas, donde los árboles de
diversas alturas y el sotobosque cubren una proporción considerable del
terreno, o bien en una masa boscosa clara. Se consideran bosques las
masas forestales naturales y todas las plantaciones jóvenes que aún no
han alcanzado una densidad de copas de entre el 10 y el 30% o una
altura de los árboles de entre 2 y 5 m, así como las superficies que
normalmente forman parte de la zona boscosa pero carecen
temporalmente de población forestal a consecuencia de la intervención
humana, por ejemplo la explotación, o de causas naturales, pero que se
espera vuelvan a convertirse en bosque;
 Forestación: conversión, por actividad humana directa, de tierras que
carecían de bosque, durante un periodo de al menos 50 años, en tierras
forestales mediante plantación, siembra o fomento antrópico de
semilleros naturales.
 Reforestación: conversión por actividad humana directa de tierras no
boscosas en boscosas mediante plantación, siembra o fomento
antrópico de semilleros naturales, en tierras que estuvieron forestadas
pero que actualmente están deforestadas. Durante el primer periodo de
compromiso, las actividades de reforestación se limitarán a la
reforestación de terrenos carentes de bosques al 1 de enero de 1990.
 Deforestación: conversión de tierras boscosas en no forestales por
actividad humana directa.
 Revegetación: actividad humana directa realizada con el objetivo de
aumentar el carbono almacenado en determinados lugares mediante el
establecimiento de vegetación en una superficie mínima de 0.05 ha y
que no se ajusta a las definiciones de forestación y reforestación (por
ejemplo, márgenes de autopistas, parques,...)
 Gestión forestal: prácticas para la administración y uso de tierras
forestales con objeto de permitir que el bosque cumpla sus funciones
ecológicas (incluida la diversidad biológica), económicas y sociales de
manera sostenible.
 Gestión de tierras agrícolas: prácticas en tierras dedicadas a cultivos
agrícolas y en tierras mantenidas en reserva o no utilizadas
temporalmente para la producción agrícola
 Gestión de pastizales: prácticas en tierras dedicadas a la ganadería para
manipular la cantidad y el tipo de vegetación y de ganado producidos
(riego, fertilización de pastos,...)

Las actividades de uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y selvicultura se


regulan en la decisión 16/CMP.1.

Sumideros de carbono en España

España ya ha presentado su Informe para el Cálculo de la Cantidad Asignada a


la Comisión Europea. En él se ha informado de los siguientes puntos:

A. Definición de bosque

Los Acuerdos de Marrakech definen bosque como “la superficie mínima de


tierras de entre 0,05 y 1,0 hectáreas (ha) con una cubierta de copas (o una
densidad de población equivalente) que excede del 10 al 30% y con árboles
que pueden alcanzar una altura mínima de entre 2 y 5 metros (m) a su
madurez in situ [...]. Es una definición específica para cada país, es decir, cada
Parte del Protocolo de Kioto tiene que elegir una cifra entre los umbrales que
permite esta definición.

La definición adoptada por España establece como parámetros básicos:

 Cubierta mínima de copas: 20%


 Unidad mínima de superficie: 1 hectárea
 Altura mínima de los árboles en su madurez: 3 metros
B. Elección de actividades adicionales

En cuanto a las actividades elegibles en el ámbito del párrafo 4 del artículo 3


del Protocolo de Kioto, España ha elegido la gestión de bosques y la gestión de
tierras agrícolas.

C. Rendimiento de cuentas en el ámbito del artículo 3, apartados 3 y 4

España ha elegido rendir cuenta de estas actividades de uso de la tierra,


cambio de uso de la tierra y selvicultura al final del periodo de compromiso.

Estas tres cuestiones definen los aspectos básicos en lo que se refiere a la


utilización, por parte de España, de los sumideros de carbono para el
cumplimiento de los compromisos de limitación de emisiones de gases de
efecto invernadero.

Potencial de absorción de los sumideros españoles en el periodo 2008-2012

Para el cálculo de la cifra de potencial de absorción por las actividades de uso


de la tierra, cambio de uso de la tierra y selvicultura en España, en el periodo
2008-2012, se contabilizó la absorción producida por actividades de forestación
y reforestación y el aumento de los stocks de carbono debido a la gestión de
tierras agrícolas y la gestión de bosques. Para la realización de este cálculo se
utilizaron las Guías de Buenas Prácticas para Uso de la Tierra, Cambios de
Uso de la Tierra y Selvicultura elaboradas por el IPCC (Panel
Intergubernamental de expertos de Cambio Climático) en 2003. En el caso de
los datos de gestión de tierras agrícolas se han utilizado factores de conversión
extraídos de documentación especializada.

Pero no todo lo que se absorbe como consecuencia de estas actividades es


contabilizable. Las normas de contabilización del Protocolo de Kioto establecen
que sólo aquellas absorciones producidas por actividades realizadas desde
1990, directamente inducidas por el hombre y, ante todo, verificables, pueden
ser contabilizadas, y sólo se contabilizarán las absorciones producidas por
estas actividades entre 2008 y 2012, es decir, no se contabiliza el carbono
almacenado, sino que se contabiliza el aumento de carbono absorbido que
cumple con los requisitos que establece el Protocolo, durante el periodo de
compromiso.

El potencial de absorción por actividades LULUCF en España, para el periodo


2008-2012, se ha estimado en un 2% de las emisiones del año base. Este 2%
se ha calculado siguiendo los criterios establecidos por el Protocolo de Kioto de
“carbono absorbido contabilizable", esto quiere decir que el potencial real de
captación de los sumideros en España es más alto, pero el potencial de
carbono “contabilizable" según el Protocolo, para facilitar el cumplimiento de los
compromisos adquiridos en el ámbito de este Protocolo, supone una pequeña
parte de este potencial total.
Artículo 6 del Protocolo de Kioto

Las Partes del Anexo I pueden participar en proyectos de Aplicación Conjunta


(Art. 6) con otras partes del Anexo I: las actividades incluidas son forestación,
reforestación, gestión de tierras agrícolas, gestión de bosques, gestión de
pastos y restablecimiento de la vegetación. Los criterios de ejecución de estos
proyectos y la contabilización de las toneladas de carbono absorbidas se
llevarán a cabo de acuerdo con la normativa establecida país anfitrión para
este tipo de proyectos.

Artículo 12 del Protocolo de Kioto

En el Protocolo de Kioto no están incluidos los sumideros como actividades de


proyectos de MDL, se incluyeron en la COP 6 Bis. Las Partes del Anexo I
pueden realizar proyectos con Partes no-Anexo I (Art.12): sólo las actividades
de forestación y reforestación son elegibles durante el primer período de
compromiso bajo este artículo. En la COP 9 se adoptaron las definiciones,
modalidades y procedimientos para la inclusión de forestación y reforestación
bajo el Artículo 12 del Protocolo de Kioto.

La principal diferencia que presentan los proyectos de sumideros frente al resto


de actividades no forestales es la no permanencia": el carbón secuestrado por
un bosque puede ser reemitido a la atmósfera por catástrofe natural, por acción
del hombre o accidente (p.e. incendios, cortas,...). Esto ha hecho que las
propuestas para solucionar este problema fueran el centro de las
negociaciones durante la COP 9, que se celebró en Milán en 2003.

Esta cuestión se soluciona permitiendo que el participante del proyecto pueda


elegir entre dos enfoques antes de comenzar el proyecto:

1) Unidades temporales (RCEts), que caducarán al final del


periodo de compromiso siguiente al que fueron generadas

2) Unidades de larga duración (RCEls), que tendrán una duración


igual al periodo de acreditación del proyecto y tendrán que ser
sometidas a seguimiento cada cinco años.

Si en un seguimiento se verifica que la cantidad de RCEls ha


disminuido con respecto al anterior muestreo, deberá ser
cancelado un número de unidades igual al decrecimiento de la
cantidad de carbono almacenado.

España, en su interés por fomentar los proyectos de uso de la


tierra, cambio de uso de la tierra y selvicultura en el ámbito del
Mecanismo de Desarrollo Limpio, y dado su interés en el
fortalecimiento de capacidades regionales en Ibero América en el
campo de este Mecanismo, ha participado en el Proyecto Forma,
que trata de contribuir a entender la dinámica actual y las
posibilidades futuras de desarrollo de proyectos MDL en los
sectores forestal y de bioenergía en Ibero América, facilitar la
eliminación de barreras mediante el desarrollo de metodologías,
la provisión de información científico-técnica y asistencia
financiera a proyectos en preparación, fortalecer capacidades
específicas para la formulación de los proyectos identificados,
generar y difundir herramientas y guías de apoyo a la formulación
de proyectos MDL forestales y de bioenergía, generar, actualizar
y difundir información de mercado y preparar guías para el
comercio de RCEs de este tipo de proyectos. Esto se conseguirá
a través de la selección y seguimiento ocho proyectos de
forestales y de bioenergía.

En esta misma línea, España ha invertido en el Fondo Biocarbono


del Banco Mundial para la adquisición de 2 millones de toneladas
de CO2 eqv, a través de proyectos de secuestro de carbono a
través de actividades LULUCF en el ámbito de los mecanismos
de flexibilidad basados en proyectos.

Además, se podrán incluir proyectos de forestación y


reforestación en el ámbito del Mecanismo de Desarrollo Limpio y
proyectos de LULUCF en el ámbito de la aplicación conjunta en el
Fondo Español de Carbono (gestionado por el Banco Mundial) y
en la Iniciativa Iberoamericana de Carbono (gestionada por la
Corporación Andina de Fomento).

Segundo Diálogo Informal sobre el Papel de las Actividades LULUCF en el


cambio climático

El Ministerio de Medio Ambiente organizó, junto con un Comité de Partes


Anexo I de la Convención Marco de Naciones Unidas para Cambio Climático, el
“ Segundo Diálogo Informal sobre el Papel de las Actividades de Uso de la
Tierra, Cambio de Uso de la Tierra y Selvicultura en el Cambio Climático, que
tuvo lugar en la sede de dicho Ministerio durante los días 19 al 21 de abril de
2006.

Continuando con el espíritu del “Primer diálogo informal", celebrado en


Rotorua, Nueva Zelanda, en septiembre de 2005, el diálogo se centró en la
continuar aumentando los conocimientos sobre las actividades de uso de la
tierra, cambio de uso de la tierra y selvicultura en el ámbito de la Convención
Marco de Naciones Unidas para Cambio Climático y su Protocolo de Kioto,
abordando cómo deben ser tratadas estas actividades en relación con el
cambio climático, a través de el intercambio de experiencias y lecciones
aprendidas. Participaron más de 70 personas de 50 países y organizaciones.
Este Diálogo Informal proporciona un foro para la discusión con el fin
incrementar el entendimiento entre las partes sin adelantarse ni interferir en las
negociaciones internacionales sobre este tema.

También podría gustarte