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as paradojas de la

nueva cuestión social


_.\lejandra Pastorini

ntendemos que la conceptualización

E
ciedad debe repensar su historia, poner a
de nueva conciencia del tiempo, típi­ discusión su pasado, de una forma no bina­
camente moderna, nos ilumina para ria, rompiendo el silencio de las contradic­
desatar el nudo de la cuestión social ciones existentes en él, cuestionando la in­
y nos permite romper con la dualización an­ cuestionada continuidad de sus tradiciones".
tiguo/nuevo, ya que la forma de estructurar- (Matus, 1997: 19)
e la conciencia del tiempo, que refiere a una
Esto implica rescatar la importancia que
manera de relacionar el pasado-presente-fu­
tiene la relación del presente y futuro para
turo, dará lugar a una concepción de histo­
comprender el pasado, así como también la
ria abierta hacia el futuro. De esta forma se
relevancia del pasado y del presente,. que ilu­
rompe la antigua concepción de mundo ce­
minan el futuro. Por lo tanto, es de máxima
rrado y se pasa a distinguir el pasado, el
importancia someter a la discusión y a la
presente y el futuro, que al mismo tiempo
crítica las tradiciones y el pasado con el ob­
e encuentran interrelacionados entre sí. 1
jetivo de hacer emerger las contradicciones
Pero, como ya indicamos, la novedad no que se encuentran ocultas ahí. Para eso es
es completamente nueva, sino que tiene que necesario analizar el pasado con nuevas ca­
ver con el pasado, con las tradiciones, con la tegorías, ya que "el horizonte de expectati­
herencia, con las instituciones y las prácti­ vas determinadas por el presente, abierto al
cas. No se puede escindir el pasado y el pre­ futuro, orienta la forma cómo nos apodera­
sente; ambos se iluminan mutuamente en mos del pasado" (Habermas, 1990: 24); se
el análisis; es por eso que por medio del aná­ trata de reinterpretar la historia rompien­
lisis crítico de las tradiciones, de las prácti­ do con la historia oficial. Volver al origen y
cas, etcétera, es que podremos conservarlas decir lo que nunca fue dicho; así podremos
como forma de sacar de ellas su espíritu y develar la novedad y la originalidad.
su lógica para cambiar su forma, pensando
Tomamos como punto de partida la idea
en un horizonte abierto al futuro. Por eso
de que en la mayoría de los análisis referi­
compartimos la idea que "la ruptura pasa­
dos a la cuestión social la originalidad no se
do-presente es una expresión de la concien­
cia moderna, en el sentido en que la forma
de apelar a lo moderno ha perdido sus refe­
rencias históricas·( ... ). Por lo tanto, cada so- Callinicos entiende que "esta orientación hacia el
futuro presupone la formulación de aquello que Hans
Blumengerg llama 'el concepto de realidad de con­
texto abierto' desarrollado de manera especial por
ALEJANDRA PASTORINI los pensadores de la revolución científica del siglo
Asistente Social Universitaria, Master en Ser­ XVII quienes, por su intermedio, rompieron con la
vicio Social y Doctora en Servicio Social (Uni­ concepción antigua y medieval de un mundo cerrado
versidad de la República - Universidad Fede­ y finito. Según Blumengerg, el 'concepto de realidad'
ral de Rio de Janeiro). de la filosofía moderna, esto es, posrrenacentista, 'le­
gitima la calidad de lo nuevo, de lo sorprendente y
Profesora de la Escuela de Servicio Social de la
desconocido, tanto en la teoría como en la estética'.".
Universidad Federal de Rio de Janeiro, Brasil.
(Callinicos, 1993: 71)

40 ALEJANDRA PASTORINI

encuentra presente a pesar de referirse a la derándose resultado de una transición des­


existencia de una "nueva" cuestión social de lo viejo hacia lo nuevo". (1993: 131) La
que, al entender de algunos autores, sería idea de ser modernos, vinculada a los idea­
consecuencia de las transformaciones socia­ les iluministas, está condicionada por la con­
les más amplias. Nuestros esfuerzos se con­ fianza en la ciencia, en un progreso infinito
centrarán aquí en indicar algunos elemen­ del conocimiento y un ilimitado mejoramien­
tos que nos permitan analizar la cuestión to social y moral. De esta forma vemos que
social contemporánea a partir de otra lógi­ la división entre pasado, presente y futuro,
ca, con la intencionalidad de captar la pro­ no es natural sino que es construida históri­
cesualidad de esa problemática sin perder camente, mientras que su relación es la
de vista el movimiento de la realidad. marca distintiva, como ya dijimos, de una
actitud moderna. Esta nueva noción de tiem­
l. La cuestión social y el tiempo po, o esta conciencia del tiempo, es un ele­
mento clave que nos permite establecer los
Las intensas y aceleradas transformacio-
vínculos entre lo viejo y lo nuevo.
nes societarias que repercuten en la totali­
dad de la vida social, llevan a algunos auto­ En ese mismo sentido, entendemos que
res a pensar que nos encontramos frente a es necesario cuestionar la división que se
una "nueva" sociedad, con "nuevos" actores realiza entre antigua y nueva cuestión so­
sociales, que ponen en práctica "nuevas" for- cial, ya que de cierta manera esa forma de
s e participación política, con la inten­ analizar la cuestión social, produce una rup­
cionalidad de dar respuesta a las "nuevas" tura en el tiempo que conduce a la cristali­
problemáticas y a la "nueva" pobreza, ele­ zación y naturalización de las categorías y
mentos constitutivos de la "nueva" cuestión de la realidad.
social.
Con relación a la cuestión social vemos
Esas transformaciones nos están indican­ cómo esa exaltación de lo "nuevo" en oposi­
do que la realidad cambia permanentemen­ ción a lo "antiguo" hace perder de vista la
te. Así, captar el movimiento de la realidad procesualidad de los hechos, o sea, cómo ese
y ver los procesos sociales históricamente, énfasis colocado en la "novedad" no permite
implica conocer las múltiples determinacio� comprender las continuidades y las ruptu­
nes y relaciones de esa totalidad viva, diná- ras, así como tampoco posibilita ver aque­
mica y contradictoria. Pero, al mismo tiem­ llos elementos que se repiten y que perma­
po, se requiere captar el carácter discrepan­ necen presentes a lo largo de la historia y
te del todo y hacer emerger las contradiccio­ aquellos otros que cambian acompañando el
nes, o sea, se trata de develar las contradic­ ritmo de las transformaciones societarias.
ciones, lo que no significa otra cosa que mos­
Nuestro trabajo se encuentra orientado
trar el carácter contradictorio del todo so­
por la idea de que es necesario descubrir en
cial. Por lo tanto, no se trata de descubrir lo
lo más nuevo lo que hay de idéntico (aquello
nuevo, la novedad en sí misma no nos dice
que permanece), ya que se es nuevo con re­
nada, no interesa ya que está destinada a
lación a algo (a lo no nuevo), por lo tanto, lo
transformarse en su contrario. De esta for­
más nuevo debe ser explicado con relación a
ma, además de descubrir las novedades, se
lo anterior. Al mismo tiempo no podemos
torna necesario conocer aquellos trazos que
olvidarnos que será la realidad contempo­
permanecen durante el transcurso del de­
ránea la que nos dará luz para comprender
venir histórico en determinados contextos.
el pasado aún vigente.
O sea cómo el pasado está presente hoy pro­
yectado hacia un futuro abierto que ya ha El problema es el siguiente: los acelera­
comenzado. dos cambios en las coordenadas de tiempo y
espacio hacen a las personas sentir que se
Pensar así es posible gracias a la exis­ encuentran en un remolino, tal como dice
tencia de una nueva conciencia del tiempo, Berman, que al mismo tiempo que les pro­
típicamente moderna, abierta al futuro in­ mete aventura, poder y alegría, los amena­
definido. Tal como dice Habermas, esto im­ za con destruir todo lo que tienen, lo que
plica "la conciencia de una época que se mira saben y lo que son. La modernidad trata de
a sí misma en relación con el pasado, consi- un universo en el cual, como entendió Marx,
PARADOJAS DE LA NUEVA CUESTION SOCIAL 41

o lo sólido se desvanece en el aire. De esta los obstáculos al cambio, impuestos especial­


rma "quienes están en el centro del remoli­ mente por el clero y las tradiciones (sacrali­
tienen el derecho de sentir que son los pri­ zadas y cristalizadas), y hacen su historia,
ros, y quizás los únicos, que pasan por él: la historia de los hombres, en permanente
sentimiento produjo numerosos mitos diálogo con el pasado para conducirse racio­
.ostálgicos sobre el premoderno Paraíso Per­ nalmente hacia un futuro .
'ido. Sin embargo, incontables personas lo Esta concepción de tiempo y de historia
ecen desde hace unos quinientos años". refleja el interés de romper con un pasado
Berman, 1993: 67) Recordemos que la mar­ (con la función normatizadora de las tradi­
.:a distintiva de lo moderno es lo "nuevo", que ciones) y de apropiarse intelectualmente del
es superado y condenado a ser obsoleto.2 presente, para construir un futuro. Esto sig­
Para comprender ese movimiento y el nifica pensar la historia como "historicidad"
rogreso (como mejoramiento humano) es (como descubrimiento y conquista).
necesario romper con los dualismos antes/ Volviendo a la cuestión social, es necesa­
ahora, pasado/presente, antiguo/nuevo, he- rio decir que no se trata de escribir la histo­
ho que no implica desconocer las especifici­ ria de la cuestión social, sino pensarla histó­
dades de cada momento histórico y de cada ricamente. Eso implica ver el desarrollo his­
contexto social. Eso sólo será posible si el tórico como un proceso contradictorio y no
análisis no es orientado por categorías opues­ lineal, que nos permita captar la procesua­
tas de forma binarias, de esa manera podre­ lidad social y el movimiento de la realidad,
mos percibir las transformaciones sociales dejando de lado las visiones cerradas que
históricamente, sin cortes temporales fijos. orientan y conducen a esquemáticos análi­
Esto implica pensar otra relación temporal sis que nos llevan necesariamente a pensar
específica, que haga referencia a un pasado· en períodos cronológicos rígidamente fijados,
que sobrevive al tiempo y que se encuentra donde existe una sucesión de acontecimien­
contenido en el presente (transitorio) y, al tos históricos, sin que se haga presente una
mismo tiempo, un futuro (en abierto e inde­ interrelación y un diálogo entre todos ellos,
terminado) que va a contener simultánea­ donde cada momento es visto como la supe­
mente el presente y el pasado. ración del anterior. De esa forma el pasado
Como dice Callinicos (1993: 71-72), la con­ es pensado como una realidad "muerta" tran­
cepción de la modernidad, orientada al fu­ cada en los museos, como si fuera posible
turo en lugar de al pasado, exige concebir el escindir el presente del pasado y comenzar
desarrollo del tiempo como algo que regis­ cada nuevo momento partiendo de cero.
tra no la decadencia de un mundo condena­ Lo anteriormente expuesto no puede lle­
do, ni la eterna repetición cíclica de lo mis­ varnos a pensar que no se requiere ni de
mo, ni el camino de la voluntad divina, sino periodizaciones ni de contextualizaciones.
el continuo mejoramiento de la condición Muy por el contrario, es necesario una dife­
humana gracias al desarrollo y la difusión renciación entre una coyuntura o época y
del conocimiento científico. De esta forma, otra, donde los episodios sean vistos como
la defensa de la razón se transforma en la heterogéneos entre sí, sobredeterminados
defensa de una historia que podría llamarse por múltiples y variados factores políticos,
verdadera, donde los hombres se liberan de económicos, sociales, culturales, etcétera.3

"La marca distintiva de lo moderno es 'lo nuevo', que Matus analizando el proceso de emergencia acerca
es superado y condenado a la obsolescencia por la de lo moderno, estudio que nos ilumina aquí, dirá
novedad del estilo que le sigue. Pero, mientras que lo que en cada sociedad adquiere una determinada con­
que es meramente un 'estilo' puede pasar de moda, lo figuración y expresión. Entenderá, haciendo suyas
moderno conserva un lazo secreto con lo clásico ( ...). las palabras de Brunner que "la construcción. canw­
Todo lo que sobrevive al tiempo llega a ser considera­ teristica de la modernidad en cada sociedad delata,
do clásico. Pero el testimonio verdaderamente moder­ por un. lado, esos arrastres y herencias de las histo­
no no extrae su clasicidad de la autoridad pretérita, rias nacionales y, por el otro, una particular confor­
sino que se convierte en clásico cuando ha logrado ser mación de esas redes institucionales y de experien­
completa y auténticamente moderno. ( ... ) Y la rela­ cias con.cretas que aquellos núcleos hacen posible por
ción entre 'moderno' y 'clásico' ha perdido así una re­ su específico ensamblamiento de tiempo y lugar".
ferencia histórica fija". (Habermas, 1993: 132). (Matus, 1997: 13)


/

42 ALEJANDRA PASTOR!Nl

Es común encontrarnos con trabajos ela­ Por otro lado, puede conducir a la idea
borados por algunos estudiosos del tema don­ de que cuestión social siempre existirá. Par­
de se hace referencia a la existencia de una tiendo del presupuesto que determinadas
nueva cuestión social que dataría de la se­ problemáticas sociales como pobreza, ham­
gunda mitad del siglo XX, caracterizada, se­ bre, sufrimientos físicos, indigencia, des­
gún estos autores,4 por una serie de fenóme­ igualdades de género y raza, etcétera, son
nos nuevos (crecimiento de la desocupación, problemas milenarios, que muchos de ellos
nuevas formas de pobreza, nueva exclusión pueden ser solucionados mediante medidas
social, etcétera) esencialmente diferentes a heterogéneas; se entenderá que la promesa
los precedentes que marcan una ruptura en
de resolución en su totalidad y para siem­
el tiempo con el período industrial.
pre es falsa y carece de realism� (Heller y
Vemos cómo la mayoría de estos autores Fehér, 1998) De esta forma parecería que
colocan el énfasis de sus trabajos en el aná­ existe y que existirá un proceso intermina­
lisis de la diferencia entre la antigua y la ble, una continua creación de cuestiones so­
nueva cuestión social, e insisten en eviden­ ciales. Cada vez CUl yna cuestión social es
ciar las novedades que esta nueva época trae, s_olucionada, al mismo tiempo crea la pre­
como una forma de testimoniar la crisis que condición para el nacimiento de Qtra y así
la sociedad vive, la que dará lugar a una sucesivamente.
nueva era (posindustrial).
No se trata de negar el uso de los térmi­
Pero el entusiasmo por oponerse a esa nos antigua y nueva para hacer referencia a
forma de pensar la cuestión social contem­
la cuestión social. El problema no radica
poránea como novedad absoluta ha creado
apenas en el uso de las palabras, sino tam­
algunas dificultades analíticas importantes.
bién y principalmente en las proposiciones
Por un lado, algunos estudiosos cuando teóricas que ellas contienen y en las impli­
intentan romper con el análisis dualista que caciones políticas que tienen (la idea de his­
conduce a pensar la cuestión social, apoya­ toria, de cambio, de los actores social__g,s, por
dos en el binomio antigua/nueva son lleva­ ejemplo).
dos a entender que la cuestión social siem­
pre existió. Según estos pensadores, hacien­ Se hace necesario buscar otra manera de
do referencia al caso de América Latina, la . relacionar ambos términos, con vistas a la
cuestión social se funda en las formas y con­ conservación del movimiento y de la pro­
tenidos asimétricos asumidos por las rela­ cesualidad, o sea, otra forma que nos permi­
ciones sociales (en sus variadas dimensio­ ta pensar en este caso la cuestión spcial sin
nes: económicas, políticas, religiosas, cultu­ verla ni como novedad absoluta, ni como un
rales, raciales, etcétera) desde el período de conjunto de problemáticas que siempre exis­
la colonización. O sea, sería el conjunto de tieron y/o que siempre estarán presentes,
desigualdades e injusticias sociales que tie­ aunque de forma metamorfoseada. Se trata
nen su punto de arranque 500 años atrás de basarnos en una lógica que los contenga
(con el descubrimiento y posterior coloniza­ a ambos y que nos permita encontrar lo que
ción europea), y que con el pasar del tiempo permanece en lo nuevo. Ya que como dice
fue adquiriendo modalidades variadas.5 Adorno "el pensamiento nunca puede expe­
rimentar lo nuevo como nuevo: sólo aquel que
reconoce en lo más moderno aquello siempre
Esta postura puede ser encontrada en textos como idéntico sirve a lo que puede ser diferente".
por ejemplo: Commaille, 1997; Rosanvallon, 1995. (Matus, 1997: 22)
Un ejemplo que puede ser colocado aquí es el de
Wanderley, que tomando como punto de partida la Entendemos que sólo develando aquellos
definición de cuestión social de Castel sustenta que
"la cuesti6n social {undante, que permanece vigente
trazos constitutivos de la cuestión social, ele­
bajo formas variables en estos 500 aiios, desde el des­ mentos que atraviesan los diferentes mo-
cubrimiento hasta nuestros días, se centra en las ex­
tremas desigualdacús e injusticias que reinan en la
estructura social cú los palses latinoamericanos, re­
sultantes cú los modos de producción y reproducción
social, de los modos de desarrollo, que se formaron tema de la formación nacional, que posteriormente
en cada sociedad nacional y en la región en su totali­ se irá desplegando y problematizando en las temáti­
dad complejaª. Agregando que "seminalmente ella cas negra, rural, obrera, de la mujer". (Wanderley,
ua a emerger como el tema indígena y después con el 1997: 56-57 y 60)
�!NI LAS PARADOJAS DE LA NUEVA CUESTTON SOCIAL 43

lea mentos históricos y las variadas coyunturas originarios (en el sentido benjaminiano del
ar­ sociales, o sea conociendo y haciendo visible término) siempre que volvamos al origen, ya
las aquello que es "eterno", es que podremos que "lo originario no se da nunca a conocer
m- realmente diferenciar y comprender en qué en el modo de existencia bruto y manifiesto
)S- consiste la novedad de la cuestión social. de lo fáctico, y su ritmo se revela solamente
on )l°ovedad que nunca será absoluta porque, a un enfoque doble que lo reconoce como res­
os por un lado, como fue dicho anteriormente, tauración, como rehabilitación, por un lado,
as sólo es posible ser diferente con relación a y justamente debido a ello, como algo imper­

sa un otro, y por otro lado, porque cuando cree­ fecto y sin terminar, por otro''. (Benjamín,
n-
mos haber captado la novedad, ella se trans­ 1990: 28-29) O sea, esa vuelta al origen no
y forma nuevamente. implica solamente un retorno a las fuentes
ie sino, al mismo tiempo, una transformación
Por eso entendemos que, para pensar la
3.­
del presente. (Gagneben, 1994: 2-35)
cuestión social en los umbrales del siglo XXI,
)- no es de mucha utilidad el recurso de opo­ Esto nos desafia a repensar la cuestión
's nerla a una supuesta "antigua" cuestión so­ social, a cuestionarnos la historia oficial de
)- cial, como algunos autores piensan, y a par­ la cuestión social, y hacer surgir lo origina­
;í tir de ahí hablar de la existencia de una "nue­ rio, lo auténtico de este fenómeno, su singu­
va" cuestión social. A pesar de concordar y laridad.
de reconocer que existen nuevos elementos
.- A pesar de reconocer que existen diferen­
y nuevos indicadores sociales que podrían
3. tes versiones de la cuestión social, que van
llevarnos a pensar que ella es nueva, prefe­
i
rimos apoyarnos en la hipótesis de que se acompañadas de respuestas heterogéneas
trata de una nueva versión o de una nueva por parte de la sociedad en el transcurso de
configuración de la cuestión social, ya que la historia, no podemos dejar de indicar al­
los trazos esenciales de su origen se mantie­ gunos elementos gue particularizan este fe­
nen vigentes, no desaparecieron. p.ómen�n primer lugar, remite a la re­
lación capital/trabajo, sea vinculada direc­
Pero ¿en qué consistiría esa nueva forma tamente con el trabajo o con el no trabajo. 2.
de manifestarse la cuestión social?
La atención de la cuestión social se vincula
Para dar respuesta a esa interrogante directamente a aquellas problemáticas y
será necesario retornar al origen6 que nos grupos que pueden colocar en peligro el or­
permitirá interpretar lo nuevo iluminado por den socialmente establecido y la cohesión
su propio origen, lo que implica un diálogo social. 3. Es una manifestación de las des­
perman'ente entre pasado y presente, rela­ igualdades y antagonismos imbricados en las
cionados dialécticamente. De esta forma propias contradicciones de la sociedad capi­
podremos develar las contradicciones que talista. Estos elementos se muestran como
ahí están presentes y se revelan ante nues­ los principales trazos constitutivos del de­
tros ojos como un acontecimiento inédito. nominador común entre todas sus varian­
Es necesario un análisis diferente al ya tes.7
realizado que nos posibilite "reescribir la De esta forma, destacando lo que es esen­
historia", estableciendo nuevas relaciones cial a este fenómeno, nos enfrentamos con
entre el pasado y el presente. Así seremos el desafio de aprehender la dinamicidad y el
movimiento de los procesos sociales y, espe­
cíficamente, de la cuestión social. Esto im­
plica, como ya dijimos, conocer y diferenciar,
Es interesante recordar aquí la distinción que Ben­
ya que sólo si reconozco los trazos comunes
jamin hace entre génesis y origen. La génesis refie­
re, según este autor, al inicio del desarrollo históri­ y concibo las diferencias voy a conseguir de­
co, sea entendido como la creación de Adán o la apa­ velar la totalidad, la unidad (de la diversi­
rición de la vida en la tierra. Y dirá, refiriéndose al dad).
origen que, "aun siendo una categoría plenamente
histórica, no tiene nada que ver con la génesis. Por
'origen' no se entiende el llegar a ser de lo que ha
surgido, sino lo que está surgiendo del llegar a ser y
del pensar. El origen se localiza en el flujo del deve­ Para profundizar sobre esos trazos que se encuen­
nir como un remolino que engulle en su ritmo el tran presentes en las diferentes versiones de la cues­
material relativo a la génesis". (Benjamin, 1990: 28) tión social, ver Pastorini, 1998: 14-15.


44 ALEJANDRA PASTORINI

...,, 8
Se trata de repensar la historia oficial, si . De esta forma entenderemos el desa-
las tradiciones, lo dicho, decir lo que nunca rrollo histórico como un proceso contradic­
fue dicho, contar la historia que nunca fue torio y no lineal, que tiende al mejoramien­
contada y, en definitiva, hacer historia; tal to humano y no a la eterna repetición (idea
como dice Benjamin, "la verdad no es un de la circularidad de la historia).
desvelamiento que anula el secreto, sino una
Por eso tampoco juzgamos que sea perti­
revelación que le hace justicia" (1990: 13),
nente analizar la cuestión social asociada a
justicia a la realidad.
la idea de crisis, períodos en los que florece­
ría el conjunto de problemáticas societarias
2. El tiempo y la historia
denominada como cuestión social, apoyados
Para pensar la cuestión social histórica­ en una visión del mundo condenado a la de­
mente es necesario romper con las consta­ cadencia. Así la nostalgia por un pasado (el
taciones vacías, con la enumeración de he­ paraíso perdido), presiona en el presente
chos, ya que ellos no hablan por sí solos. La para la búsqueda de estabilidad frente a u_n
historia en sí no tiene sentido, sino aquel que futuro amenazado por la inseguridad y por
los hombres, en los diferentes momentos y las incertezas. Esa visión "pesimista" y con­
coyunturas, le confieren. El sentido no está servadora del mundo, lleva a la idea de que
presente en los acontecimientos históricos, nada se puede hacer para cambiar, y que sólo
trasciende a los hechos. resta tener fe y esperanza, transformando
la historia de los hombres en historia de la
Estamos pensando la historia en un sen­
salvación, y/o retornando a formas de socia­
tido, podríamos decir, opuesto a la historia
bilidad precapitalistas (sociedades comuni­
positivista, que pretendiendo ser objetiva
tarias) como alternativa para curar los ma­
termina reduciendo la historia a una mera
les que padece la sociedad.
sucesión cronológica de hechos pasados, a un
anecdotario. Para pensar la cuestión social histórica­
mente es necesario reinterpretar el pasado,
Haciendo referencia específicamente a la
decir lo que no fue dicho, escuchar las voces
cuestión social, entendemos que no se pue­
no escuchadas, romper con las tradiciones y
de pensar el tiempo homogéneo y vacío, c.on
con la forma tradicional de concebir el pasa­
una aceleración constante y con un horizon­
do, en definitiva, repensar la historia oficial
te predefinido, ya que de esa forma la histo­
de la cuestión social. Marx criticando la his­
ria viva no tiene sentido, y como dice Lowith,
toriografía dirá que "cuando surge la escri­
de esa forma "somos transportados a un va­
tura, la crónica o el monumento son coloca­
cío que sólo la esperanza y la fe [en el pro­
das en la sombra las realidades macizas, en
greso) pueden llenar". (Lowith, 1991: 17)
la historiografía, en favor de individuos, de
De esta forma neutralizando y cristali­ minorías, de mitos. Gran problema: la nu­
zando el tiempo (al ser pensado como vacío dez de los hechos que podemos captar en la
y homogéneo), no se hace otra cosa que ter­
minar con el movimiento de la propia reali­
dad, inmovilizando la totalidad social y vien­
do pasar la historia linealmente (positiviza­
Como dice Perry Anderson, esto denota un tiempo
da), a través de un sucesión de hechos y de histórico "en que cada momento es perpetuamente
datos sin diálogo con el pasado. O sea, la idea diferente de los demás por el hecho de estar próximo,
positivista de historia no da lugar a las pero -por la misma razón- es eternamente igual como
unidad intercambiable en un proceso que se repite
contradicciones, ya que se fundamenta en
hasta el infinito". Esta concepción de tiempo debe
una idea de progresión temporal hacia una ser diferenciada de aquella que lo piensa como recti­
meta final en el futuro. líneo, como "un proceso de flujo continuo en el que
no hay una auténtica diferenciación entre una co­
Por el contrario, se requiere pensar la yuntura o época y otra, a no ser en términos de una
cuestión social orientados por una idea de mera sucesión cronológica de lo viejo y de lo nuevo,
tiempo que podríamos llamar histórico, que lo anterior y lo posterior, categorías sujetas a una
incesante permutación de posiciones en una direc­
refiere a una "temporalidad compleja y di­
ción, a medida que pasa el tiempo y lo posterior se
ferencial, en la que los episodios o épocas convierte en lo anterior y lo nuevo en lo viejo". (An­
eran discontinuos entre sí y heterogéneos en derson, 1993: 98)
ll S PARADOJAS DE LA NUEVA CUESTION SOCIAL 45

rehistoria (. ..)nos ilumina insuficientemen­ implica reinterpretar la historia, reescribir­


,·e; pero el
testimonio humano, luego que sur­ la, ya que cada generación es responsable
ge, nos engaña o se engaña". (Vilar, 1983: por el destino de las generaciones futuras,
l ::01) pero al mismo tiempo existe una deuda con
las generaciones pasadas, como dice Benja­
De lo anterior se desprende la necesidad
min: las demandas que los muertos hacen a
e someter a la discusi§n y a la crítica el
las generaciones vivas.
l aSad-�, como forma de librarse de la conti-­
nuidad de las tradiciones, lo que nos permi-
3. Repensando la novedad concluimos
ºrá romper con la historia oficial y reescri­
bir la historia de los hombres en un perma­ Generalmente, analizar la cuestión so­
nente diálogo con el pasado, no en sentido cial, contraponiendo lo antiguo y lo nuevo,
cronológico sino como un referente. Como conduce a los autores a resaltar lo nuevo y a
dice Marx, representar esos hombres como pensar el hoy como total novedad, como un
los autores y los actores de su drama. espacio totalmente nuevo, esencialmente
diferente del antiguo (ejemplos típicos: la
Si entendemos la realidad como una tota­
exclusión social, las nuevas desigualdades
lidad en movimiento, ella sólo puede ser en­
sociales, etcétera), hecho que dificulta, de
tendida en la medida en que se capture ese
cierto modo, por un lado, conseguir explicar
movimiento, lo que implica captar el proceso
el porqué de la permanencia de algunos ele­
histórico, pero no pensado linealmente (como
mentos que atraviesan diferentes momen­
cortes temporales: pasado, presente, futuro),
tos históricos, y por otro, pensar soluciones
ni como una sucesión de hechos, sino en una
para los "viejos" problemas que todavía hoy
relación dialéctica, de continuidades y rup­
no fueron resueltos. Frente a esto se nos pre­
turas entre _pasado y presente, donde ambos
senta la siguiente interrogante: ¿esta no será
se iluminan mutuamente. Ya que al pensar
-aunque no intencionalmente- una manera
el presente estamos obligados a repensar el
de evitar enfrentar los reales problemas (in­
pasado, por lo tanto nos encontramos forza­
justicias, desigualdades y antagonismos so­
dos a buscar y rebuscar continuidades, rup­
ciales) que permanecen presentes desde hace
turas e innovaciones. C'Íanni, 1996: 8)
por lo menos dos siglos?
El diálogo con el pasado no implica res­
Esto tampoco implica desconocer la no­
catar el poder que éste ejerce sobre el pre­
vedad, es necesario buscar los vínculos de la
sente, sino por el contrario, está haciendo
totalidad, pero sin desconocer y sin anular
referencia a una deuda del presente con el
las diferencias. Esto es posible si volvemos
pasado. Como dice Habermas en Identida­
al origen, dándole un sentido a la historia
des Nacionales y Posnacionales: "las
ya que los datos no hablan por sí solos. Dirá
catástrofes de este siglo han introducido un
Hobsbawn "se trata de comentar, ampliar (y
nuevo cambio en esta conciencia del tiempo,
corregir) nuestras propias memorias. Y ha­
ahora nuestra responsabilidad se hace ex­
blamos como hombres y mujeres de determi­
tensiva incluso al pasado, éste no puede acep­
nado tiempo, involucrados de diversas ma­
tarse simplemente conw algo fáctico y aca­
neras en su historia como actores de sus dra­
bado. Es cierto que no podemos reparar el
mas -por más insignificantes que sean nues­
sufrimiento pasado, ni reparar las injusti­
tros papeles-, como observadores de nuestra
cias que se hicieron a los muertos, pero sí
época e, igualmente, como personas cuyas
poseemos la fuerza de un recuerdo expiato­
opiniones sobre el siglo [XX] fueron forma­
rio. Sólo la sensibilidad frente a los inocen­
das por lo que vinimos a considerar aconte­
tes torturados de cuyas herencias vivimos es
cimientos cruciales. Somos parte de este si­
capaz también de generar una distancia re­
glo". (Hobsbawn, 1996: 13) Se trata enton­
flexiva respecto de nuestra propia tradición
ces de analizar nuevamente lo sucedido con
y a las terroríficas ambivalencias de las tra­
nuevas categorías como forma de develar lo
diciones que han configurado nuestra pro­
nunca develado; se trata de hacer uso de la
pia identidad". (Matus, 1997: 19)
historia, para hacer historia.
No se trata simplemente de buscar los
culpables, lo que se trata es de explicar los Sólo es posible captar la novedad �
motivos de los fracasos y de los éxitos. Esto cuestión social, cosa diferente a decir que ella


46 ALEJANDRA PASTORI NI

es nueva, manteniendo un diálogo fluido con Entonces, para dar un tratamiento ade­
el pasado.- Entendemos que cuando entra­ cuado a la problemática de la cuestión so­
mos en el origen no existe forma de no ser cial no es posible apoyarnos en categorías
original, ya que implica una vuelta a las raí­ opuestas binariamente, como es el caso de
ces para que pueda nutrirse y renovarse. la distinción entre antigua y nueva cuestión
(Berman, 1993: 89) La vuelta al origen per­ social, sino por el contrario,!se requiere pen­
mite pensar críticamente la "historia oficial" sar la nuevas manifestaciones de la cuestión
reverla, reinterpretarla, como forma de pen­ social contemporán _ ea a la luz de su origen.
sar (iluminar) el presente con vistas al futu­ Esto nos permitirá v relacionado
ro, pero también es necesario preguntarnos íntimamente con aquellos trazos que perma­
sobre el narrador de esa historia.9 necen en el transcurso ele la historia, ver la
diversidad (lo original) en la unidad que
Tampoco podemos perder de Tista el ca­
constituye la cuestión social.
rácter transitorio de lo nuevo, condenado a
ser obsoleto, en última instancia lo que hoy Por eso los términos antigua y nueva uti­
es nuevo mañana será viejo, y tendremos que lizados para adjetivar a la cuestión social no
llamarlo de post nuevo o similar. son criticados en sí mismos, sino que nues­
tro cuestionamiento se dirige a la forma
Como entiende Gagnebin "lo nuevo, por
cómo ellos son utilizados y pensados. Siem­
definición, está destinado a transformarse
pre que sean entendidos como procesos con­
en su contrario, en lo no nuevo, en lo obsole­
tradictorios y no como polaridades, ayudan
to y, consecuentemente, lo moderno designa
a develar y a iluminar la realidad. Esto im­
un espacio de actualidad cada vez más res­
plica orientar nuestros análisis con la lógica
tricto. En otras palabras, lo moderno queda
del "y", como dice Anderson (1993) y no por
rápidamente antiguo, la línea de demarca­
la lógica del "o", hecho que significa pensar
ción entre los dos conceptos, otrora tan cla­
que las cosas pueden ser y no ser al mismo
ra, está cada vez más difusa. Al definirse por
tiempo, o sea, pensar los procesos sociales
la novedad, la modernidad adquiere una
como totalidades contradictorias en constan­
característica que al mismo tiempo la cons­
te movimiento.
truye y la destruye", ( 1997: 143) lo mismo
podría decirse de la cuestión social.

Haciendo referencia a la aniquilación de la memo­


ria histórica Hobsbawn dirá que "la destrucción del
pasado -o mejor, de los mecanismos sociales que vin­
culan nuestra experiencia personal a la de las gene­
raciones pasadas- es uno de los fenómenos más ca­
racterísticos y más lúgubres de fines del siglo XX.
Casi todos los jóvenes de hoy crecen en una especie
de presente continuo, sin cualquier relación orgáni­
ca con el pasado público de la época en que viven".
(Hobsbawn, 1996: 13)
RADOJAS DE LA NUEVA CUESTION SOCIAL 47

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Resumen
El mundo cambia a pasos agigantados, el tiempo se acelera, existe una
nueva conciencia del tiempo que nos desafía a pensar y repensar nueva­
mente las problemáticas sociales presentes. Los intelectuales, en afán de
ser "modernos", formulan nuevas interpretaciones, renuevan otras ya exis­
tentes y reciclan explicaciones antiguas pintándoles la fachada. Pero la
originalidad no siempre se hace presente. Sólo podremos ser originales en
el momento de analizar las disyuntivas presentes, volviendo al pasado
para poder proyectarnos hacia un futuro indeterminado, con una actitud
de rebeldía con relación a la normatividad y a las tradiciones que nos
aprisionan.

Tomando como punto de partida la premisa de que los nuevos fenómenos


no son totalmente nuevos, a pesar de que algunos de ellos tengan dimen­
siones o manifestaciones diferentes a las que tenían anteriormente, pre­
tendemos develar en qué consiste la tan invocada novedad centrando nues­
tra atención en la problemática de la cuestión social.

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