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CRÉDITO 3:

BIENESTAR DEL
PACIENTE
NECESIDAD DE HIGIENE.

1. La piel: anatomía y fisiología. Enfermedades más frecuentes Lesiones elementales.

La Real Academia de la Lengua (RAE) define la higiene como la “parte de la medicina que tiene

por objeto la conservación de la salud y la prevención de enfermedades”. Y también define el

término haciendo referencia al aseo o limpieza de algo.

Por lo que podemos afirmar que la higiene es un conjunto de prácticas relacionadas con el

cuidado personal que afectan de manera positiva en la salud y la prevención de enfermedad de

un individuo, ya que con la higiene se previene la aparición de enfermedades o infecciones.

La higiene contribuye en la creación de un adecuado hábito de salud, y está íntimamente

relacionada con la prevención de enfermedades.

En el ámbito hospitalario, muchos pacientes que se encuentran ingresados precisan de ayuda

parcial o total para satisfacer sus necesidades de higiene, ya que no pueden valerse por sí

mismos, ya sea de manera puntual o por dependencia.

Lo que buscamos con la higiene de un paciente es proporcionar comodidad y bienestar, así como

prevenir la aparición de ciertas infecciones. En el momento del aseo, los profesionales sanitarios

evaluarán el estado de la piel, de dependencia del paciente, el estado emocional, la movilidad, el

dolor en general se aprovechará este momento para hacer una evaluación del estado general del

paciente. Además, debemos cuidar su intimidad mostrando respeto y fomentando la expresión

de sus necesidades y sensaciones. Todo ello, ayudará en el proceso de recuperación del paciente.

Las acciones que se dirigen a satisfacer las necesidades de higiene de un paciente son cuidados

que proporcionan los profesionales de enfermería. En muchas ocasiones, nos encontraremos con

el agradecimiento de los pacientes y familiares por realizar este tipo de cuidados.

Debemos tener en cuenta que el momento del baño o aseo del paciente, debe ser un momento

controlado para ciertos pacientes, sobre todo aquellos en estado crítico, en los que se debe

mantener la monitorización pues nos podemos encontrar con situaciones de alteraciones de

presión arterial, desaturaciones, alteraciones de las frecuencias cardíacas y respiratorias o incluso

otras más graves.

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La piel es el órgano más grande del cuerpo ya que lo cubre por completo. Junto al cabello, uñas y

glándulas (sebáceas y sudoríparas) conforman el sistema tegumentario. Su extensión puede

llegar al 6% del peso corporal total.

La principal función de la piel es la protección al organismo tanto de sustancias químicas, como

de bacterias, elementos externos, temperatura, pero también se encarga de la producción de

vitamina D, la absorción de radiación ultravioleta, la termorregulación y la detección de estímulos

sensoriales. Podemos decir que la piel actúa como barrera entre el organismo y el entorno,

protegiéndolo de las agresiones externas.

Aunque cubre toda la extensión del cuerpo, no es igual en todas las zonas, sino que se adapta a

cada una, así por ejemplo podemos ver que la piel de la planta de los pies es más gruesa que la

de otras zonas del cuerpo. O que en unas zonas encontramos los folículos del pelo y en otras no.

El grosor de la piel puede ir desde los 0,03 a los 0,12 mm en las zonas más finas, llegando hasta 1,4

mm en aquellas zonas más gruesas.

La regulación de la temperatura es una de las funciones más importante de la piel. Los vasos

sanguíneos trabajan contrayéndose ante la exposición a bajas temperaturas, haciendo que la

sangre no transite por la piel y que ésta adquiera la temperatura a la que se encuentra expuesta.

La piel está formada por las siguientes capas. En el material, “La piel está formada por capas”:

EPIDERMIS DERMIS HIPODERMIS


• Es la capa más externa de la piel. • Es la capa intermedia de la piel. • Es la capa más profunda.
• Está formada por 3 tipos de células: • Se mantiene unida mediante una • Contiene la grasa subcutánea.
• ESCAMOSAS proteína llamada COLÁGENO. • Ayuda a conservar el calor del
• BASALES • Contiene receptores del dolor y el cuerpo.
• MELANOCITOS tacto. • Protege de las lesiones al absorber
• Le da flexibilidad y fuerza a la piel. los golpes.
• En esta capa encontramos: vasos
sanguíneos, linfáticos, folículos
capilares, nervios, glándulas,...

La piel está formada por capas.

Descripción de la piel.

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1.1 Funciones de la piel.

• Barrera protectora.

• Regula la temperatura del cuerpo.

• Absorción de la humedad.

• Secreción y limpiadora.

• Recepción y síntesis.

RECUERDA

La piel actúa como termorregulador del organismo mediante los procesos

de vasodilatación y vasoconstricción, aumentando o disminuyendo la

temperatura de la piel. Cuando el cuerpo tiene una elevada temperatura,

se produce el sudor.

Enfermedades más frecuentes.

Entre las principales enfermedades de la piel podemos encontrar:

• Vitiligio. Alteración en la pigmentación de la melanina de la piel. Aparecen lesiones de

anómala pigmentación y diversos tamaños. Suelen aparecer sobre prominencias óseas

como rodillas, codos, nudillos.

• Pitiriasis versicolor. Infección provocada por hongos. Se caracteriza por presentar placas

asintomáticas con descamación fina que suelen aparecer en parte alta del tronco.

Cambian de color con la exposición al sol.

• Psoriasis. Enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por la aparición

de lesiones rojizas escamosas que están cubiertas por escamas de color blanco

nacarado.

• Urticaria. Enfermedad de origen desconocido caracterizado por la aparición de ronchas o

habones en la piel.

• Eccema. Afección dermatológica en la que la piel se torna irritada, escamosa y enrojecida.

• Dermatitis. Inflamación de la piel ante un efecto irritante externa.

• Impétigo. Infección cutánea producida por gérmenes. Es muy frecuente en la infancia.

• Foliculitis. infección superficial del folículo piloso. Puede desencadenar en forúnculo.

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• Fascitis necrotizante. Infección aguda que en profundidad puede llegar a afectar a las

fascias musculares y estructuras subyacentes, existiendo un riesgo de producir afectación

de vasos y nervios.

• Herpes simple. Enfermedad infecciosa inflamatoria provocada por el virus del herpes

simple que suele provocar pequeñas ampollas dolorosas y llenas de líquido.

• Varicela. Enfermedad infectocontagiosa provocada por el virus varicela zoster. Puede

causar complicaciones graves.

• Virus del papiloma humano (VPH). Enfermedad infecciosa de transmisión sexual que

puede provocar verrugas genitales, cáncer de cuello uterino o cáncer anogenital.

• Molusco contagioso. Infección viral que causa pápulas o nódulos con apariencia de perla.

Las lesiones no son dolorosas y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo en forma

de racimo.

• Melanoma. Es un cáncer que se origina en los melanocitos. Las células siguen produciendo

melanina, por lo que los tumores son de color oscuro.

• Carcinoma. Es un cáncer que comienza en las células epiteliales o en la superficie de los

órganos internos.

• Acné. Inflamación crónica de los folículos pilosos, producida por la retención de sebo. Entre

las enfermedades de la piel, el acné es la más común y la más conocida.

• Tiña. Enfermedad infecciosa causada por hongos. Suele aparecer en zonas en las que se

acumula la humedad.

• Celulitis. Infección bacteriana aguda de la piel que puede ser dolorosa. La piel se presenta

hinchada, enrojecida y suele estar más caliente que el resto de la piel.

• Hiperhidrosis. Enfermedad de la piel que provoca una excesiva sudoración en

determinadas zonas del cuerpo por el incremento en la secreción de las glándulas

sudoríparas.

• Sarna. Enfermedad dermatológica producida por un pequeño acaro que se transmite por

el contacto piel con piel. Provoca mucho picor en la zona afectada.

Lesiones elementales.

Podemos diferenciar entre lesiones primarias y secundarias. Las lesiones primarias son las que

aparecen en la piel sana, mientras que las secundarias se producen como consecuencia de la

evolución de las primarias. Así podemos ver la siguiente clasificación.

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Lesiones primarias.

Entre las lesiones más frecuentes se encuentran:

• Mácula: cambio de coloración de la piel sin relieve ni cambio de textura, no es palpable.

Puede tener varios orígenes como una inflamación, una extravasación hemática,

alteraciones de pigmentos.

• Pápula: supone una elevación palpable de la piel, es menor de 1 cm de diámetro.

• Placa: elevación palpable de la piel, mayor de 1 cm de diámetro.

• Nódulo: lesión sólida redondeada palpable.

• Roncha o habón: lesión con relieve que suele desaparecer en menos de 24 horas.

• Vesícula: lesión con contenido liquido con diámetro inferior a 0,5 cm.

• Ampolla o flictena: lesión con contenido líquido, de diámetro mayor a 0,5 cm. Produce

elevación de la piel.

• Pústula: vesícula con contenido purulento.

• Absceso: vesícula con contenido purulento acumulado en dermis o hipodermis.

• Quiste: cavidad rodeada de una cápsula, de contenido variado.

Lesiones secundarias.

Entre las lesiones más frecuentes se encuentran:

• Erosión: lesión que provoca la pérdida de la parte superficial de la epidermis.

• Excoriación: lesión en la piel o una mucosa producida por la rozadura continua.

• Úlcera: lesión que provoca la pérdida de la epidermis y parte de la dermis o hipodermis.

• Fisura: corte en la piel que supone la ruptura de la dermis superficial.

• Escama: láminas de queratina que se acumulan sobre la piel y se desprenden.

• Costra: formación sólida creada en la superficie de la piel por la desecación de fluidos

orgánicos.

• Escara: lesión formada como resultado de la necrosis de la piel.

• Cicatriz: aparece como resultado a la reparación de una ruptura de piel.

Lesiones especiales.

Entre las lesiones especiales más frecuentes se encuentran:

• Esclerosis: endurecimiento difuso o circunscrito de la piel, más palpable que visible.

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• Liquenificación: engrosamiento visible de la piel, con aumento de su grosor y acentuación

de los pliegues normales. Se produce por rascado crónico sobre una zona concreta de la

piel.

• Intertrigo: presencia de lesiones en los pliegues.

• Telangiectasia: dilatación permanente de un pequeño vaso cutáneo.

2. Las heridas: clasificación, cicatrización y cuidado.

La RAE define el término “herida” como la perforación o desgarramiento en algún lugar de un

cuerpo. Podemos decir que una herida es una lesión en la que se produce un daño o rotura en la

piel o en otro tejido del cuerpo a consecuencia de una agresión que puede estar provocada por

agentes físicos, biológicos o químicos.

2.1 Clasificación de las heridas.

Las heridas pueden clasificarse desde varios prismas.

Según el objeto que la causa, la herida puede ser:

• Cortante o incisa:

- Es provocada por un objeto cortante.

- Los bordes de la herida están limpios y definidos.

- Suele aparecer sangrado abundante.

• Punzante:

- Es provocada por un objeto punzante.

• Contusa:

- Es provocada por el impacto de un objeto.

- Los bordes son irregulares.

- Suelen presentar un hematoma.

• Por desgarro:

- Es producida por objetos con dientes en su parte cortante.

- Los bordes son irregulares.

• Por raspado:

- Se producen por el arrastre contra una superficie o por objetos con dientes.

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Según la profundidad, la herida puede ser:

• Superficial:

- Solo atraviesa la piel.

• Profunda:

- La herida atraviesa el tejido subcutáneo.

• Penetrante:

- La herida penetra una cavidad, como puede ser la boca, el abdomen, la vagina, etc.

• Perforante:

- La herida atraviesa una zona del cuerpo.

Según la cicatrización, la herida puede ser:

• Aguda:

- El organismo es capaz de cerrar la herida en el tiempo esperado.

- La cicatrización se produce sin infección y en el periodo estimado.

• Crónica:

- La herida suele ser más profunda y el organismo no puede cerrarla en el tiempo

esperado.

- La zona suele estar inflamada.

- La cicatrización se alarga en el tiempo.

Según su riesgo de infección, la herida puede ser:

• Limpia:

- Ha sido realizada en un entorno aséptico.

• Contaminada:

- Ha estado expuesta a bacterias un corto periodo de tiempo.

• Sucia o infectada:

- Ha estado expuesta a bacterias un periodo largo de tiempo.

Según la integridad de la piel, la herida puede ser:

• Abierta:

- Hay separación de los tejidos blandos de la piel.

- Tienden a infectarse con facilidad.

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• Cerrada:

- Aparentemente no hay lesión externa pero si hay hemorragia debajo de la piel, en

cavidades o vísceras.

- Los tejidos dañados no están expuestos al exterior.

. IMPORTANTE

Como norma general las deben lavarse con agua y jabón neutro antes de

realizar la cura. Y posteriormente deben secarse cuidadosamente antes de

aplicar un antiséptico y cubrirlas con un apósito o vendaje.

Cicatrización.

La RAE define la cicatrización como le curación de las llagas o heridas, hasta que queden bien

cerradas.

Cuando lesionamos la piel, comienza un proceso de cicatrización para regenerar la piel que ha

sido dañada. Podemos afirmar que la cicatrización es un proceso complejo que consta de cuatro

fases: coagulación, inflamación, proliferación y maduración. Las cuatro fases actúan de manera

conjunta y secuencial.:

• Homeostasis o coagulación: cuando se produce una herida, los vasos arteriales se

contraen para evitar la pérdida de sangre, promoviéndose la coagulación de esta.

• Inflamación: una vez que se ha coagulado la salida de sangre, comienza la fase

inflamatoria, en la que se pretende dar salida el material ajeno eliminando los patógenos.

• Proliferación: el objetivo de esta fase es sintetizar las distintas sustancias y estructuras

para reparar el tejido dañado de manera que se regenere la piel.

• Maduración: en esta fase, se madura la piel regenerada en torno a la herida.

Tradicionalmente, las curas de las heridas se han hecho en seco, pero hoy día se potencian las

curas húmedas, ya que se favorece el crecimiento del tejido.

La cura en ambiente húmedo es aquella que mantiene unas condiciones en el lecho de la herida,

similar a los tejidos inferiores a la epidermis. Su acción se basa en la absorción y retención del

exudado.

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2.2 Tipos de cicatrización.

Primera intención.

Se aproximan los bordes de la herida mediante mecanismos exógenos, como suturas u adhesivos.

Característico de heridas quirúrgicas, donde los bordes son limpios. Su objetivo es disminuir el

área de apertura de los bordes con el fin de facilitar la epitelización.

Segunda intención.

También se conoce como cierre por granulación. Se puede utilizar cuando la extensión de la herida

o sus bordes son muy amplios o existe alto riesgo de infección. Se potencia el cierre espontaneo,

sin usar métodos de acercamiento exógeno. Tienen una fase de proliferación más prolongada.

Tercera intención.

Se combinan la 1ª y 2ª intención. Se emplea cuando existen heridas traumáticas extensas o existe

un alto riesgo inicial de infección.

En el proceso de cicatrización también nos podemos encontrar con algunos inconvenientes como:

• Herida Crónica: la curación es deficiente y el tiempo es superior a 3 meses ya que la herida

no cicatriza correctamente. Puede conllevar una pérdida de función de la zona afectada

disminuyendo la calidad de vida del paciente. Entre los factores de riesgo encontramos la

nutrición, la absorción de vitaminas, el tabaco, las infecciones, algunos fármacos, la edad,

la circulación sanguínea,

• Herida con exceso de tejido cicatrizal: se pueden formar queloides o cicatriz hipertrófica,

en los que aparecen lesiones en la piel por el crecimiento exagerado del tejido cicatrizal.

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Cuidado de las heridas.

La manipulación de las heridas debe ser lo menos traumática posible y debe realizarse

extremando las medidas de asepsia. Para ello, comenzaremos limpiando la herida, es uno de los

pasos fundamentales en el cuidado de las heridas y puede ser determinante en la evolución de

esta.

Dependiendo del grado de contaminación de estas nos podemos encontrar con:

El primer paso al realizar una cura, antes de comenzar con el manejo de la herida, debemos

realizar un lavado por arrastre, con abundante agua y un antiséptico jabonoso, limpiando desde

la herida hacia fuera. Una vez realizado, se procede a la valoración de la misma, para determinar

los cuidados y tratamientos necesarios, ya que no en todas las heridas se procederá de la misma

manera.

En términos generales, para el cuidado diario de una herida seguiremos los siguientes pasos:

• Limpieza con suero salino para arrastrar restos de la cura anterior, tejidos necróticos,

esfacelos.

• Secado de la herida por presión.

• Valoración de la herida para aplicación de antiséptico.

• Control del exudado, (fluido que sale de la herida).

• Colocación de apósito o vendaje para proteger de agresiones externas.

IMPORTANTE

Para una antisepsia efectiva, antes de la cura se realizará una limpieza

previa de la piel. Sí está intacta puede lavarse con agua y jabón neutro. Si

no lo está, se utilizará suero fisiológico y se retirará cualquier resto que

tenga la herida.

Entre los exudados podemos diferenciar:

• Seroso: es de aspecto transparente, con una tonalidad amarillenta.

• Hemorrágico: es de color rojo e indica la lesión de un vaso sanguíneo.

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• Purulento: es el exudado que se encuentra en lesiones con infección.

• Seropurulento: es una combinación de exudado seroso y purulento.

• Hemopurulento: es una combinación de exudado hemorrágico y purulento.

Para el cuidado de las heridas es importante que cuidemos y preparemos la zona en la que se va

a realizar la cura, retirando del paciente la ropa, joyas y complementos necesarios para que la

zona quede al descubierto. Además seguiremos los siguientes pasos:

• Preparación de la mesa de trabajo con los materiales necesarios.

• Realizar la cura con el paciente tumbado en una camilla para evitar caídas provocadas

por un desvanecimiento.

• Preparación de una lámpara o fuente de luz artificial.

• Preparación del campo quirúrgico estéril.

En relación con el personal sanitario, es muy importante que se sigan las medidas de asepsia:

• Retirada de accesorios de las manos, uñas cortadas y sin pintar.

• Colocación de gorro quirúrgico en la cabeza.

• Lavado quirúrgico de manos y secado con paño estéril. Una vez realizado el lavado, no se

tocará nada que no sea estéril para evitar la contaminación.

• Colocación de bata (sí es necesario).

• Colocación de guantes estériles.

Para la exploración y valoración de la herida, previa a la cura, se pueden utilizar guantes no

estériles. Pero una vez comenzada la cura, los guantes serán estériles.

RECUERDA

La valoración de las heridas debe hacerse sin provocar dolor al paciente.

En aquellos casos en los que la herida suponga cierta complejidad en zonas

visibles como la cara, será valorada por un cirujano plástico.

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3. Los apósitos.

Un apósito es un producto que se utiliza para cubrir y proteger una herida. Actualmente, existen

multitud de apósitos para favorecer la cicatrización de una herida, pero es necesario que los

profesionales estemos al día en cuanto a los productos ofertados, sus características, indicaciones

de uso, presentaciones… para que se elija el producto correcto dependiendo de la necesidad de

la herida. Para ello tendremos en cuenta factores como:

• Localización y extensión de la herida.

• Exudado (tipo y cantidad).

• Signos de infección.

• Estado de la piel contigua.

3.1 Características de un apósito.

Un apósito debe tener las siguientes características:

• Ser biocompatible.

• Proteger la herida de cualquier agresión.

• Mantener el lecho de la herida húmedo y la piel circundante seca.

• Controlar exudados.

• Dejar la mínima cantidad de residuos en la herida.

• Ser adaptable a localizaciones difíciles.

• Ser de fácil aplicación y retirada sin provocar daños a la piel.

3.2 Tipos de apósitos.

Existe una gran variedad de apósitos según la función y su composición.

• Apósitos tradicionales:

- Vendas.

- Mallas.

- Gasas.

- Compresas.

• Apósitos de silicona:

- Lámina de silicona con una red elástica de poliamida.

- No absorbe el exudado ni se adhiere al lecho de la herida.

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- Se retira fácilmente y sin dolor.

- Precisa de apósito secundario.

• Apósitos de ácido hialurónico:

- El principal componente es el ácido hialurónico.

- Se puede encontrar en apósito, crema, gel o aerosol.

- Se utiliza para cubrir heridas creando un medio hidratado.

- Está contraindicado en heridas infectadas.

• Apósitos de colágeno:

- Producto bioactivo que aportan colágeno al lecho de la herida.

- Estimula el crecimiento del tejido nuevo regenerando la herida.

- Se puede presentar en apósitos, crema o polvo.

- Se utiliza en úlceras en fase de granulación y sin signos de infección.

• Apósitos y geles salinos:

- Productos que contienen Cloruro de Sodio en distintos porcentajes.

- Proporcionan un ambiente húmedo adecuado para la herida.

- Es importante proteger la piel circundante con productos barrera.

• Apósitos de carbón activado:

- Producto con carbón activo en su composición.

- Muy útil para el olor de la herida infectada, mientras hace efecto el antibiótico.

- No se debe cortar, ya que el carbón activado no debe entrar en contacto con el lecho

de la herida.

• Apósitos de plata:

- Producto bioactivo que contienen Plata en diferentes porcentajes.

- Tiene efecto antimicrobiano o bactericida.

- La plata actúa bloqueando el sistema de obtención de energía de las bacterias que

se encuentra en la pared celular, sin producir daño a las células humanas.

- Se utiliza en heridas infectadas.

• Hidrogeles:

- Generalmente se añaden a otras sustancias hidroactivas de condición absorbente.

- Si hay exudado, forma un gel de color y olor característico.

- Aportan un medio húmedo a la lesión ayudando al desbridamiento autolítico.

• Apósitos de espuma:

- Realizados con polímeros resistentes al agua, normalmente de poliuretano.

- Presentan una alta capacidad de absorción del exudado.

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- Algunos pueden manejar la presión, por lo que son muy útiles como medidas

preventivas.

- No dejan residuos.

• Apósitos con miel:

- Realizados con oligoelementos y miel

- Regula la colonización bacteriana.

- Estimula el crecimiento de nuevo tejido y acelera la cicatrización.

4. Las úlceras por presión: factores, formación, localización, medidas preventivas y tratamiento.

Una úlcera por presión es una lesión de origen isquémico localizada en la piel y tejidos

subyacentes que se ha producido por la acción de factores extrínsecos, entre los que se destacan

las fuerzas de presión, cizallamiento y fricción. En las úlceras por presión, la relación presión-

tiempo es fundamental y determinante tanto en su formación como en su envergadura.

La isquemia es la reducción del flujo sanguíneo, lo que provoca una disminución de oxígeno y

nutrientes en la zona afectada. Entre los mecanismos que las provocan, encontramos:

• Presión.

• Fricción.

• Cizallamiento.

• Humedad.

• Tiempo.

Presión.

Es la fuerza que actúa de manera perpendicular a la piel por el efecto de la gravedad. Se provoca

un aplastamiento entre 2 planos duros. La presión mantenida durante cierto tiempo obstruye el

flujo sanguíneo provocando hipoxia.

Fricción.

Es la fuerza tangencial que actúa de manera paralela a la piel, produciendo roces, por arrastre.

Ese movimiento provoca el descamamiento de las células disminuyendo la resistencia de la piel.

Cizallamiento.

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Combina los efectos de la presión y fricción, por lo que se combinan las fuerzas tangencial y

perpendicular entre cuerpo y superficie. Se pueden provocar lesiones internas que no se ven a

nivel superficial.

Humedad.

El mantenimiento de la piel húmeda puede provocar la maceración de la piel, por lo que unido a

las fuerzas provocadas por la presión o la fricción, hace que la piel esté expuesta a un daño

importante. Influye la incontinencia, el secado tras el aseo, el exudado y cura de las heridas.

Otros factores.

Estado nutricional de la persona, la edad, el estado de la piel, la presencia de enfermedades,

estado general de la salud, la higiene personal, etc.

Para la prevención de las úlceras por presión es muy importante el papel del profesional sanitario

en el caso de los pacientes ingresados y el papel del cuidador en aquellos pacientes que aun no

estando ingresados en un hospital o institución y requieren la ayuda de otra persona para su

cuidado personal.

4.1 Medidas preventivas y cuidados de la piel.

La mejor medida para tratar las úlceras por presión es la prevención y para ellos, tendremos en

cuenta medidas como:

Cuidado y protección de la piel.

El cuidado y protección de la piel debe tener una serie de pasos:

• A diario se debe vigilar el estado de la piel, para ello, aprovecharemos el momento del

aseo para revisarla. El aseo general debe ser diario y en aquellos pacientes que lo

requieran, se harán todos los aseos parciales cada vez que se precise (por ejemplo, con

el cambio de pañal).

• Se deben utilizar jabones neutros para evitar las irritaciones de la piel.

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• Hay que prestar un cuidado especial al secado, para evitar que la piel se quede húmeda,

extremando dicha atención en los pliegues de la piel, pues la humedad puede hacer que

la piel se macere y comience la formación de heridas.

• No frotar ni masajear enérgicamente la piel, hacer ligeros masajes.

• Evitar las arrugas en la ropa y en las sábanas de la cama.

• Debemos vigilar las incontinencias, sudoraciones excesivas y los exudados que puedan

provocar que la piel se quede mojada durante mucho tiempo.

• Realizar los cambios de pañal cada vez que sea necesario.

• En las zonas donde se puede crear humedad podemos utilizar productos barrera, como

cremas protectoras que cubren la piel protegiéndola de dicha humedad.

Cambios posturales y movilizaciones.

Los cambios posturales y movilización en las personas que tienen úlceras por varios motivos:

• El objetivo de los cambios posturales es aliviar la presión en las zonas más susceptibles de

aparición de úlceras por presión. Sí el paciente permanece en la misma postura muchas

horas, se fomenta la irritación de la piel y la formación de las UPP, por lo que es

fundamental la realización de cambios posturales, cada 2-3 horas en pacientes

encamados o cuya movilidad es insuficiente.

• Los cambios posturales deben estar incluidos en el plan de cuidados, es decir estar

protocolarizado de manera que se haga con la regularidad programada.

• En el plan, se deben incluir las distintas posiciones anatómicas (decúbito supino, prono,

lateral,) y se colocarán almohadas en los puntos necesarios para evitar el roce de las

prominencias óseas. Si colocamos al paciente en decúbito lateral, no sobrepasaremos los

30º.

• Evitaremos el apoyo directo sobre una lesión.

• Cuando realicemos los cambios posturales, tendremos en cuenta que se debe mantener

la alineación corporal, distribuyendo el peso del paciente. Una vez lo hemos colocado, nos

tenemos que asegurar que el paciente está cómodo y la postura adoptada es confortable.

• Evitaremos las movilizaciones mediante arrastre.

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Nutrición e hidratación.

Los factores como la nutrición e hidratación son importantes para:

• Para el cuidado de la piel es fundamental cuidar la alimentación del paciente, asegurando

una correcta nutrición, pues de esta manera surtimos al organismo de los nutrientes

necesarios para un desarrollo adecuado.

• Tanto una nutrición deficiente como una incorrecta hidratación son factores de riesgo

para la aparición de las úlceras por presión.

• Es necesario asegurar un aporte adecuado de nutrientes, proteínas, vitaminas y minerales.

• Para favorecer la cicatrización, se pautará una dieta hiperproteica para aquellos

pacientes con riesgo de aparición de UPP y para los pacientes que ya las tienen.

Manejo de la presión.

Para curar las úlceras debemos:

• Se pueden utilizar dispositivos de alivio de la presión, como colchones, sobre colchones o

cojines antiescaras. Los hay de muchos tipos y materiales distintos, pero es frecuente

encontrarnos los sistemas que alternan el aire de su interior, haciendo que la presión vaya

cambiando sobre los distintos puntos del cuerpo.

• También podemos encontrarnos protectores locales para zonas concretas, como por

ejemplo las taloneras.

RECUERDA

Es muy importante que todo el personal de enfermería anote en la historia

clínica del paciente, tanto el estado de la piel,(rojeces, maceraciones,

lesiones, hidratación,) como las medidas adoptadas durante los cuidados

proporcionados (cambios posturales, en qué posición, cambios de pañal,

aseo, uso de cremas.

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Localizaciones más frecuentes de las úlceras por presión (UPP).

La aparición de UPP se da en los puntos de apoyo del cuerpo, en las prominencias óseas del

paciente. Dependerá de la posición adoptada, así diferenciamos:

• Decúbito supino:

- Occipital.

- Escápulas.

- Codos.

- Sacro.

- Talones

• Decúbito prono:

- Orejas u ojos.

- Mejillas.

- Acromion.

- Mamas.

- Pelvis.

- Genitales.

- Rodillas.

• Decúbito lateral:

- Orejas.

- Acromion.

- Costillas.

- Trocánter.

- Cóndilos.

- Maléolos.

• Sentado:

- Tuberosidad isquiática.

- Omóplatos.

- Coxis.

- Codos.

- Zonas poplíteas.

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Además de estos puntos, podremos encontrarnos lesiones en:

• Nariz y orejas: por el uso de la mascarilla de oxígeno.

• Nariz: por la sonda nasogástrica.

• En el meato urinario: por la sonda vesical.

• Labios, lengua o encía: por el tubo endotraqueal.

Posiciones terapéuticas para los cambios posturales:

• Para colocar al paciente en decúbito supino deben quedar libres de presión los talones,

glúteos, sacro, escápulas y codos. Así, colocaremos almohadas en:

- Debajo de la cabeza.

- Debajo de la cintura.

- Debajo de los muslos.

- Debajo de las piernas.

- Debajo de los brazos.

• Para colocar al paciente en decúbito lateral, dejaremos la espalda formando un ángulo

de 45-60º, con las piernas ligeramente flexionadas. Es importe que las manos y pies,

conserven una posición cómoda y funcional:

- Debajo de la cabeza.

- Apoyando la espalda.

- Entre las piernas.

• Para colocar al paciente en sedestación (sentado), mantendremos el alineamiento

corporal distribuyendo el peso:

- En la región cervical.

- En la zona lumbar.

Clasificación de las úlceras por presión:

ESTADIO I.

• Eritema cutáneo que no palidece en piel intacta; en pieles oscuras puede presentar tonos

rojos, azules o morados.

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• Pueden existir cambios con respecto a zonas sanas como: temperatura de la piel,

consistencia del tejido, sensaciones.

ESTADIO II.

• Pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a epidermis, dermis o ambas.

• Úlcera superficial que tiene aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.

ESTADIO III.

• Pérdida total del grosor de la piel, que implica lesión o necrosis del tejido subcutáneo.

ESTADIO IV.

• Pérdida total del grosor de la piel con destrucción extensa, necrosis del tejido o lesión en

el músculo, hueso o estructuras de sostén

5. Los masajes: efectos fisiológicos, indicaciones y contraindicaciones y técnica general.

El término “masaje” es definido por la RAE como la “operación consistente en presionar, frotar o

golpear rítmicamente y con intensidad adecuada determinadas regiones del cuerpo,

principalmente las masas musculares, con fines terapéuticos, deportivos, estéticos, etc.”

Son un medio terapéutico utilizado para aliviar la presión y mitigar el dolor muscular. Está

íntimamente relacionado con la mejora de la calidad de vida. Consiste en la aplicación de

movimientos seriados aplicados sobre la superficie corporal, normalmente con las manos de la

persona que lo ejecuta, aunque se pueden aplicar con distintos utensilios.

Los masajes tienen escasas contraindicaciones y efectos secundarios y son de fácil aplicación,

siempre que los realice un profesional debidamente instruido.

El masaje es una herramienta muy eficaz que mejora notablemente la calidad de vida del

paciente, entre sus efectos positivos podemos destacar:

• Mejora el bienestar psicológico.

20
• Mejora la circulación sanguínea.

• Facilita la eliminación de toxinas.

• Proporciona flexibilidad a los tejidos, mejorando y eliminando las adherencias.

• Estimula y desarrolla los músculos.

• Disminuye la tensión muscular.

• Estimula o calma el sistema nervioso.

• Mejora la calidad del sueño.

Entre sus indicaciones encontramos:

• Enfermedades del aparato locomotor.

• Enfermedades reumáticas.

• Enfermedades neurológicas.

• Enfermedades respiratorias.

• Trastornos del sueño.

Pero también debemos tener en cuenta aquellos momentos en los que no se podrá aplicar el

masaje, por la situación en la que se encuentre el paciente por ejemplo:

• Cuando el paciente se encuentre en un momento crítico o con un pico agudo de su

enfermedad.

• Cuando exista una inflamación aguda.

• Cuando existan heridas abiertas, infecciones en la piel, contusiones o traumatismos.

Podemos afirmar que los masajes son acciones mecánicas que se realizan con las manos o con

ayuda de herramientas o instrumentos externos, de manera más o menos intensa y rítmica, de

manera que influye positivamente en el equilibrio físico y mental del paciente.

6. Maniobras fundamentales: friccionar, amasar, percutir, etc.

Entre las maniobras de los masajes, podemos encontrar:

• Roce o deslizamiento:

- Consiste en un contacto superficial en el que se frota de manera lenta y suave en la

zona que se quiera tratar.

- El roce puede ser superficial o profundo, dependiendo de la dolencia y el objetivo que

se pretenda.

21
• Amasamiento:

- En este movimiento se aprietan los tejidos blandos de manera enérgica, se despega

la superficie de los tejidos más profundos siguiendo la dirección del musculo.

- Para el amasamiento, las manos agarran con fuerza la zona que se vaya a tratar.

• Fricción:

- Consiste en pequeños movimientos en forma circular.

- Son breves pero concisos, con una ligera presión.

- Se utilizan en los masajes de las articulaciones.

• Compresión:

- Consiste en la compresión sin movimiento ni desplazamiento de las manos.

- Cada compresión suele durar entre 30 y 60 segundos.

• Percusión y golpeteo:

- Maniobras que se realizan con las manos, con el borde cubital y con las palmas.

- Consiste en movimientos sucesivos realizados con el borde externo de la mano (zona

cubital), sin perder el contacto con la piel. Requiere una presión constante.

- El golpeteo se trata de golpes ligeros con las manos ahuecadas. Producen sonido.

• Vibración:

- Se tratan de realizar pequeños movimientos con contracciones estáticas.

- Se producen movimientos rápidos y cortos de manera rítmica.

7. La higiene: concepto. Tipos y procedimientos de higiene.

El termino higiene tiene 2 acepciones desde la RAE. Lo define como “Limpieza o aseo” y también

como “Parte de la medicina que tiene por objeto la conservación de la salud y la prevención de

enfermedades”.

Es una necesidad básica que se debe cubrir para poder conseguir un completo bienestar. En el

caso de pacientes encamados o en situación de dependencia la higiene será realizada por el

personal sanitario de la institución. Para ello debemos valorar la capacidad y autonomía del

paciente, para poder fomentar su participación en el aseo. Todo lo que el paciente pueda hacer

por sí mismo, debemos dejar que lo haga.

La higiene o aseo son las medidas que realizamos para mantener limpio el cuerpo. Cuando el

paciente está aseado está más cómodo y confortable. Por el contrario, cuando no está se

22
encontrará en una situación de mayor vulnerabilidad y más susceptible a posibles

complicaciones e infecciones.

El aseo del paciente se realizará teniendo en cuenta las necesidades de este. Ya que nos

encontraremos con pacientes autónomos, que se ducharán y asearán por sí solos, sin necesitar

nuestra ayuda, pacientes que requerirán nuestra ayuda para el aseo y otros totalmente

dependientes a los que tendremos que facilitar todos los cuidados por la imposibilidad de hacerlo

por ellos mismos.

Durante el momento del aseo, aprovecharemos para hacer una valoración de la piel, anotando sí

hay alguna incidencia que debamos vigilar. Además, se fomentará la comunicación con el

paciente durante este momento que es tan íntimo y que puede ser muy incómodo para cualquier

persona.

Los materiales que utilizaremos en cualquiera de las técnicas son los mismos, salvo excepciones

que se pueden dar, dependiendo de la zona a tratar. Así, siempre prepararemos:

• Guantes.

• Ropa limpia.

• Toallas.

• Útiles de aseo, (gel baño, champú, peine, pasta y cepillo de dientes).

• Ropa de cama.

• Cuña.

• Palangana.

• Bolsa o carro de ropa sucia.

Una vez preparados los materiales y útiles a utilizar y antes de comenzar con el aseo:

• Informaremos al paciente de lo que vamos s a hacer (lavado en cama, en la ducha,

higiene genital) y en ese momento intentaremos hacerlo partícipe hablando con él e

intentando que todo lo que pueda hacer por sí solo, lo haga, de manera que solo lo

ayudemos en aquellas tareas que no puede realizar por sí mismo.

• Se cerrarán puertas y ventanas, para evitar corrientes de aire que no solo suponen un

riesgo para el paciente, sino que además así, estaremos cuidando de la intimidad de este.

• Comprobaremos la temperatura del agua.

23
• Posteriormente realizaremos nuestro lavado de manos, como una de las principales

medidas para evitar las infecciones y posteriormente nos pondremos los guantes y

comenzaremos con la higiene al paciente.

8. Características de la higiene en la ducha, baño o cama.

Cuando vamos a participar en el aseo de un paciente dependiente, podemos hacerlo en la ducha,

en la bañera o en la cama. En el caso de hacerlo en la cama, es suficiente con los materiales

mencionados anteriormente, pero sí vamos a levantar al paciente para meterlo en la ducha o en

una bañera, tendremos que valorar su capacidad para levantarse y desplazarse. En estos casos,

podemos levantar al paciente con una grúa y realizar el baño manteniéndolo sentado en una silla

de baño, para que se canse lo menos posible y la ducha sea un momento agradable y no de

tensión.

Las maniobras son:

• Procedimiento:

- Comunicaremos al paciente lo que vamos a hacer.

- Cerramos puertas y ventanas, evitando las corrientes de aire. Sí la habitación es

compartida usaremos un biombo o cortinilla.

- Tras la preparación de materiales nos lavamos las manos y colocamos los guantes.

Levantaremos al paciente y lo llevaremos a la ducha/bañera. No lo desnudaremos por

completo hasta que no lleguemos a la ducha.

- Comprobaremos la temperatura del agua.

- Desnudamos al paciente.

- Comenzaremos lavando de la zona más limpia (cabeza y cara) hacia abajo. Y

dejaremos la zona más sucia, los genitales para lo último.

- Una vez hayamos finalizado, secaremos al paciente a conciencia, para evitar

maceraciones de la piel, provocadas por la humedad.

- Comenzamos a vestir al paciente.

- Se realiza el aseo de la boca.

- Peinar.

- Podemos echar colonia.

- Trasladamos al paciente a la habitación y lo dejamos acomodado, en la cama

(después de haber cambiado las sábanas) o en el sillón. Debemos de cuidar que

24
cualquiera de las superficies esté limpio, sin restos de comida, sin arrugas en la ropa,

para evitar la aparición de UPP.

- Recogemos todo el material y ordenamos la habitación.

- Nos quitamos los guantes y nos lavamos las manos.

- Dejaremos anotado el procedimiento realizado, las posibles incidencias, sí hemos

observado algo especial.

• Para el lavado en cama realizaremos el siguiente procedimiento:

- Comunicaremos al paciente lo que vamos a hacer.

- Cerramos puertas y ventanas, evitando las corrientes de aire. Sí la habitación es

compartida usaremos un biombo o cortinilla.

- Frenamos la cama y la ponemos a nuestra altura adecuada.

- Tras la preparación de materiales nos lavamos las manos y colocamos los guantes.

No lo desnudaremos por completo sino que iremos por partes.

- Colocamos al paciente en decúbito supino y lo desnudamos pero dejándolo tapado

parcialmente, de manera que vamos lavando la zona descubierta y cubrimos las

zonas limpias.

- Comenzamos por la cara, solo con agua, la zona de los ojos se lavará desde la zona

del lagrimal hacia fuera, seguimos con nariz, boca y cara (también se podrían utilizar

gasas, que tiraremos a la basura después de cada zona) y después, secamos con

ligeros toques.

- Posteriormente lavamos orejas, cuello, hombros, torso, brazo, antebrazo, mano, axila y

región submamaria. Secamos muy bien haciendo hincapié en los pliegues y dejado

del pecho. Tapamos con una toalla limpia.

- Descubrimos y lavamos la zona abdominal y las piernas, dejando la zona genital para

el final. Prestamos especial atención a los pies y los pliegues interdigitales, secando

sin arrastrar la toalla, sino dando pequeños toques.

- Posteriormente hacemos el lavado genital. Para ellos es aconsejable utilizar una cuña

para poder aclarar con bastante agua sin mojar la cama.

- Si la paciente es una mujer, se lavará la zona de arriba a abajo, limpiando

minuciosamente labios y meato urinario y secando con una toalla. Si el paciente es

un varón, se lavará retirando el prepucio para poder lavar bien el glande.

- A continuación, colocamos al paciente en decúbito lateral, y procedemos al lavado

de espalda, cuello, glúteos y región anal.

25
- Una vez hemos aseado al paciente, enrollaremos la sábana bajera, hacia el centro de

la cama, longitudinalmente, para que sea más fácil sacarla por el otro lado e ir

colocando la ropa limpia a su vez. Con el paciente en decúbito supino terminaremos

de vestir la cama con la ropa limpia. Pondremos camisón o pijama, peinamos y

echamos colonia si el paciente quiere y lo acomodamos en la cama.

- Dejamos todo recogido, retiramos la ropa sucia, nos quitamos los guates e volvemos

a lavarnos las manos.

IMPORTANTE

Cuando el paciente tenga una vía en uno de los brazos, comenzaremos a

desnudarlo por el brazo donde lleve la vía, sacando primero el suero y

posteriormente el brazo.

9. Características de la higiene parcial: pies, manos. boca, cabello, barba, genitales.

En ocasiones tendremos que hacer lavados parciales al paciente y seguiremos los siguientes

pasos:

Higiene de pies.

Prestaremos una especial atención a los pies y las uñas de los pacientes dependientes, vigilando

la aparición de descamaciones, durezas o cualquier alteración, tanto en las plantas como en los

espacios interdigitales:

• Prepararemos todo el material necesario.

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

• Sumergimos los pies en una palangana con agua tibia unos dos minutos.

• Se enjabonan y se enjuagan.

• Secar con una toalla, dando ligeros toques, sin frotar.

• Aplicamos una crema hidratante dando un ligero masaje para activar la circulación, pero

cuidando que no se queden húmedos, ya que podría provocar una caída cuando el

paciente se levante.

• Sí hay que cortar las uñas, se hará de manera recta, evitando cortarlas en exceso.

26
• Recogemos todo, acomodamos al paciente, nos quitamos los guantes y nos lavamos las

manos.

Higiene de manos.

Prestamos atención a:

• Prepararemos todo el material necesario.

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

• Sumergimos las manos en una palangana con agua tibia unos dos minutos.

• Se lavarán con jabón neutro y secaremos minuciosamente sobre todo en los espacios

interdigitales.

• Secaremos con la toalla, dando ligeros toques, sin frotar.

• Aplicaremos crema hidratante dando un masaje.

• Sí hay que cortar las uñas, se hará de forma redondeada, evitando cortarlas en exceso.

Valora el tamaño de las uñas una vez por semana.

• Recogemos todo, acomodamos al paciente, nos quitamos los guantes y nos lavamos las

manos.

Higiene de boca.

Prestamos atención a la higiene de:

• Prepararemos el material necesario: vaso con agua, palangana, toalla, batea, pinzas,

torundas cepillo y pasta de dientes, guantes, vaselina.

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

• Elevamos el cabecero y colocamos al paciente en posición Fowler girando la cabeza y

cubriendo el pecho con la toalla.

• Cepillamos o frotamos con la torunda, suavemente y de arriba abajo, incluyendo lengua.

• Le damos vaso con agua para que se enjuague si puede y recogemos el agua con la

batea.

• Secamos y aplicamos la vaselina en los labios.

• Recogemos todo, acomodamos al paciente, nos quitamos los guantes y nos lavamos las

manos.

27
• Si el paciente usara dentadura postiza extraíble, la sumergiremos previamente en una

solución de clorhexidina durante 10-15 min y después de aclararla, se la colocaremos.

Lavado de cabello.

Las características de la higiene del cabello son:

• Prepararemos todo el material necesario. Lava-cabezas o palangana, toallas, jarra o

recipiente, champú, peine y secador (sí es necesario).

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

• Retiraremos el cabecero de la cama si es posible, colocando al paciente en supino con la

cabeza en hiperextensión, siempre que no esté contraindicado.

• Desnudaremos el torso del paciente y colocaremos una toalla.

• Podemos colocar unos tapones de algodón en los oídos del paciente, para evitar que le

entre agua.

• Colocamos el lava-cabezas o palangana y mojamos la cabeza para mojarla. Aplicamos

el champú y lo extendemos masajeando el cuero cabelludo.

• Aclaramos con abundante agua.

• Secamos muy bien con una toalla y con secador si fuera necesario y peinamos.

• Recogemos todo, acomodamos al paciente, nos quitamos los guantes y nos lavamos las

manos.

Lavado de barba.

La higiene de la barba pasa por:

• Prepararemos todo el material necesario.

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

• Realizaremos el mismo procedimiento que para lavar la cabeza.

Higiene genital.

Para la higiene genital necesitamos:

28
• Prepararemos todo el material necesario: cuña, palangana con agua caliente, toallas, gel

o solución jabonosa, empapador y pañal (sí es necesario).

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

• Desvestimos al paciente de cintura para abajo.

• Colocaremos al paciente en supino con las piernas flexionadas.

• Colocamos el empapador.

• Retiramos el pañal (sí lo tiene) y colocamos la cuña:

- En el caso de los hombres, retiraremos el prepucio para lavar el glande. Enjuagar y

volver a subirlo. Posteriormente, con una esponja, lavaremos el pene, los testículos, las

ingles y el ano (cuando le demos la vuelta).

- En las mujeres, lavaremos de arriba abajo, observando la presencia de secreciones,

consistencia, cantidad.

• Aclaramos con abundante agua.

• Secar muy bien, para evitar que quede humedad.

• Retiramos la cuña y colocamos el pañal sí el paciente lo necesita.

• Retiramos el empapador.

• Recogemos todo, acomodamos al paciente, nos quitamos los guantes y nos lavamos las

manos.

10. La recogida de orina y excretas: material y técnicas.

La RAE define la “incontinencia de orina” como “patología que consiste en la expulsión involuntaria

de orina”. Es un proceso en el que una persona no puede controlar la salida de orina y que puede

ir acompañado de múltiples problemas, sobre todo sociales.

En personas dependientes, esta incontinencia también puede ir acompañada de la incapacidad

de controlar el esfínter anal, por lo que es muy frecuente el uso de pañales en el que se recogen

tanto heces como orina.

Para el cambio del pañal realizaremos el siguiente procedimiento:

• Prepararemos todo el material necesario: cuña, palangana con agua, toallas, gel,

empapador y pañal.

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

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• Colocamos al paciente en decúbito supino, sobre la cama.

• Desnudamos de cintura hacia abajo y abrimos el pañal.

• Hacemos la higiene genital antes del cambio. Secamos a conciencia y colocamos el pañal

limpio.

• Recogemos todo, acomodamos al paciente, nos quitamos los guantes y nos lavamos las

manos.

Sí tenemos que recoger orina de 24 horas:

• Prepararemos todo el material necesario.

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

• Colocamos la cuña al paciente.

• Prepararemos un recipiente en el que iremos guardando toda la orina recogida en esas

24 horas.

• Recogemos todo, acomodamos al paciente, nos quitamos los guantes y nos lavamos las

manos.

Sí tenemos que recoger orina o heces para analizar, seguiremos las siguientes indicaciones:

• Prepararemos todo el material necesario: guantes, etiquetas identificativas, depresor o

espátula, recipiente estéril, cuña.

• Explicamos al paciente el procedimiento y solicitamos su colaboración.

• Nos lavamos las manos y ponemos guantes.

• Sí el paciente es autónomo le pediremos que tras la micción o deposición en la cuña,

recoja una muestra en el recipiente estéril.

• Sí el paciente está encamado, le colocaremos la cuña y haremos la recogida una vez haya

finalizado. Después realizaremos la higiene genital y limpiaremos la cuña.

• Es muy importante la correcta identificación del frasco de la muestra que enviaremos

inmediatamente al laboratorio, si se va a producir un retraso mantener en el frigorífico a

4º C. no más de 2 horas.

30
NECESIDAD DE REPOSO Y MOVIMIENTO.

1. El aparato locomotor: anatomía, fisiología y patologías más frecuentes.

El movimiento corporal es esencial para la vida humana. Hay teorías que afirman que es un

proceso continuo, desde el movimiento a nivel microscópico hasta el del ser humano en la

sociedad. En dicho movimiento continuo vemos cómo influyen diversos factores como los

medioambientales, los sociales, los físicos y los psicológicos.

El movimiento incluye los cambios de posición, las contracciones y relajaciones musculares, así

como cualquier inclinación del cuerpo sobre su eje.

El reposo está íntimamente relacionado con el movimiento. Es la acción de descansar o

interrumpir la actividad que se está realizando para recuperarse del esfuerzo que supone, pero

también podemos decir que el descanso no solo es un periodo de inactividad, sino que requiere

calma y relajación sin situaciones estresantes.

El movimiento del cuerpo humano puede ser de distintos tipos, así diferenciamos:

• Movimiento voluntario: es aquel que se realiza de manera consciente, por voluntad de

nuestro cerebro. La información llega al encéfalo y es el cerebro el que decide qué hacer

con ella, produciendo el movimiento.

• Movimiento involuntario: son los movimientos que no podemos controlar de forma

voluntaria. Normalmente no somos conscientes de que se están produciendo. Son los

movimientos de los músculos de nuestros órganos internos como el corazón o el

estómago.

• Movimiento reflejo: tiene como objetivo principal la supervivencia del ser humano. no es

un movimiento decidido por el cerebro, sino que es una respuesta rápida a un estímulo.

La orden llega de la médula espinal y no pasa por el encéfalo.

El sistema locomotor también es conocido como sistema musculoesquelético, ya que está

formado por los huesos, las articulaciones y los músculos. Es un sistema orgánico que nos

proporciona movimiento a través de sus elementos.

Al hablar del aparato locomotor, es importante conocer y tener en cuenta los planos del cuerpo:

1
• Plano medio: es el plano vertical que pasa longitudinalmente a lo largo de la línea media

del cuerpo en dirección anteroposterior. Divide al cuerpo en dos mitades iguales:

derecha e izquierda.

• Plano sagital: es el plano vertical que pasa a través del cuerpo, paralelo al plano medio.

El plano sagital que pasa a través del plano medio del cuerpo se llama plano sagital

medio y se encuentra en el mismo plano que la sutura sagital del cráneo situado entre

los huesos parietales del cráneo.

• Plano frontal: es cualquier plano vertical que pasa a través del cuerpo formando un

ángulo recto con el plano medio. Divide al cuerpo en una porción anterior y una porción

posterior. Se encuentra en el mismo plano que la sutura coronal del cráneo que une el

hueso frontal con los huesos parietales.

• Plano horizontal o transversal: cualquier plano que pasa a través del cuerpo formando

un ángulo recto con los planos medio y frontal. El plano horizontal divide al cuerpo en

una porción superior y otra inferior.

1.1 Los huesos.

El sistema óseo humano está formado por los más de 200 huesos que conforman el cuerpo. Los

huesos son órganos duros y relativamente elásticos de distinto tamaño y grosor, que tienen 2

tipos de tejido: compacto y esponjoso. En el interior de los huesos encontramos una sustancia

gelatinosa, llamada médula ósea, en la que se localizan las células madre de las células

sanguíneas.

Entre las funciones de los huesos podemos destacar:

• Protección: protege órganos y sistemas dependiendo de las distintas zonas corporales,

así podemos ver como el cráneo está preservando al encéfalo o como las costillas se

encuentran protegiendo el corazón y los pulmones.

• Carga: forma una estructura que soporta las cargas del cuerpo, sobre todo las

extremidades inferiores, la pelvis y la columna vertebral que se encuentran manteniendo

el peso corporal.

• Movimiento: ejercen de palancas, donde se insertan músculos y tendones actuando

como agentes pasivos. Los músculos se encuentran insertados en los huesos y a través

de la contracción de los tendones, se produce el movimiento.

2
• Reserva mineral: en los huesos se almacenan sales minerales (calcio, fósforo, magnesio,

sodio, etc). Cuando el organismo requiere alguno de ellos, el hueso se encarga de liberar

esos minerales y la sangre es la que se encarga de distribuirlos en el resto del cuerpo.

• Función hematopoyética: en el interior de los huesos se encuentra la médula ósea, que

es la encargada de producir las células sanguíneas.

• Reserva de grasas: en el interior de los huesos largos encontramos otra sustancia

conocida como médula amarilla, en la que se almacenan triglicéridos, lo que supone

una fuente importante de energía para el organismo.

Los huesos comienzan su formación a partir de cartílago y tejido fibroso en un complejo proceso

conocido como osteogénesis.

Como hemos comentado al principio, en el cuerpo humano hay más de 200 huesos, pero no

todos son iguales y los podemos clasificar en función de su forma en:

• Huesos cortos: son pequeños, de longitud y ancho similares. Por ejemplo, las vértebras y

huesos de la mano.

• Huesos planos: son delgados y aplanados. Por ejemplo, las costillas.

• Huesos largos: su longitud predomina sobre su ancho y grosor. Los encontramos en las

extremidades. En ellos diferenciamos distintas partes que son:

- Diáfisis: es la parte central del hueso, tiene forma de tubo.

- Epífisis: son los extremos del hueso. Diferenciamos la epífisis proximal (la más

cercana a la raíz del hueso) y la epífisis distal (la más alejada de la raíz).

- Metáfisis: es la zona de unión de la epífisis y la diáfisis.

En los huesos podemos diferenciar 2 partes. Una de ellas es tejido óseo compacto que dura y

firme. Es la parte externa del hueso, que con su firmeza está protegiendo la estructura y su

interior. La otra parte es el tejido óseo esponjoso, en cuyo interior encontramos un sistema

laminar que le da resistencia al hueso.

1.2 Las articulaciones.

Las articulaciones son la unión de 2 o más huesos, pero no todas son iguales ni tienen la misma

movilidad. Se pueden clasificar en:

3
• Articulaciones inmóviles, a las que también llamamos sinartrosis. En ellas la unión de los

huesos no presentan movilidad alguna. Las podemos ver en los huesos del cráneo y de

la cara.

• Articulaciones con movilidad media, conocidas como anfiartrosis. Tienen un grado de

movilidad limitado ya que están unidas por cartílago. Un ejemplo de ellas son las

vértebras.

• Articulaciones móviles o diartrosis. Tienen mucha movilidad y son las más frecuentes.

Las articulaciones están formadas por:

• Cartílago: tejido elástico que cubre la superficie de un hueso en la articulación.

ayudando a reducir la fricción del movimiento de una articulación.

• Membrana sinovial: tejido que reviste la articulación y la sella en una cápsula articular.

• Ligamentos: bandas de tejido muy elástico y resistente que une los huesos en la

articulación para permitir el movimiento.

• Tendones: tejido conectivo que une los músculos a los huesos para conectarlos y

permitir la transmisión de fuerza para que se produzca el movimiento.

• Liquido sinovial: liquido transparente secretado por la membrana sinovial para lubricar

la articulación.

1.3 Los músculos.

Los músculos son masas de tejidos que produce movimiento a través de su contracción y

relajación. Están compuestos por fibras musculares conformando un grupo de elementos que

nos hacen mover las distintas partes del cuerpo.

En el cuerpo humano encontramos más de 600 músculos, pero como en el caso de las

articulaciones, no todos son iguales, sino que encontramos distintos tipos:

• Músculo esquelético o estriado: son músculos voluntarios que están unidos a los huesos

y está formado por fibras musculares.

• Músculo liso o visceral: son músculos involuntarios cuyo movimiento no se puede

controlar. Rodean arterias, venas, intestinos vías respiratorias, etc.

• Músculo cardíaco: es un músculo involuntario que solo se encuentra en la pared del

corazón.

4
1.4 Principales movimientos.

El ser humano es un ser flexible y además que su cuerpo es el motor de sus movimientos y entre

los principales movimientos están:

• Flexión: movimiento por el que se dobla una parte del cuerpo.

• Extensión: movimiento por el que se separa un hueso de una parte del cuerpo.

• Rotación: movimiento en el que una parte del cuerpo gira sobre su eje.

• Circunducción: movimiento en el que el eje de la parte del cuerpo que se mueve forma

un círculo.

• Abducción o separación: movimiento en el que se separa una parte del cuerpo del

plano medio.

• Abducción o aproximación: movimiento en el que se aproxima una parte del cuerpo

hacia el plano medio.

• Pronación: movimiento en el que se realiza un giro o rotación hacia el interior de la línea

media.

• Supinación: movimiento en el que se realiza un giro o rotación desde el interior de la

línea media hasta el exterior.

En el aparato locomotor se pueden dar múltiples patologías, pero destacamos las siguientes:

• Artritis: es la inflamación de las articulaciones.

• Artritis reumatoide: es la inflamación crónica y progresiva de las articulaciones, que

suele afectar a varias de ellas, provocando deformidades e invalidez. Muy frecuentes en

los dedos de las manos y los pies.

• Artrosis: enfermedad degenerativa crónica de las articulaciones que se caracterizan por

la inflamación, dolor articular, rigidez e incluso incapacidad funcional.

• Contractura: es una contracción continuada e involuntaria de un músculo originada por

esfuerzos continuados o tensión acumulada.

• Contusión: son lesiones producidas por la acción de golpes que rompen vasos

sanguíneos y pueden producir hemorragias.

• Desgarro muscular: roturas de fibras ocasionadas por un sobreesfuerzo.

• Distrofia: es una atrofia progresiva de los músculos que provoca debilidad muscular.

• Esguince: es una distensión o desgarro violenta de los ligamentos de una articulación.

5
• Fracturas: son lesiones en las que se produce una discontinuidad o rotura de un hueso,

normalmente producida por un traumatismo. Si el hueso no se rompe del todo, pero hay

una grieta, se llama fisura.

• Hernia discal: es el desplazamiento del disco intervertebral hacia la raíz nerviosa de la

vértebra. Con la presión se genera un dolor intenso.

• Luxación: es la dislocación o separación completa que se produce cuando un hueso se

sale de su articulación.

• Neoplasias: son tumoraciones que afectan a los huesos. Pueden ser benignas o

malignas.

• Osteoporosis: es una atrofia, bien sea localizada en un punto exacto del cuerpo o

generalizada. En ella, se pierde densidad ósea de manera que los huesos se vuelven

frágiles y débiles.

• Osteomalacia: es la descalcificación de los huesos, producida por déficit de vitamina D.

• Rotura tendinosa: es la rotura de un tendón. Puede causar incapacidad funcional.

• Tendinopatías: son las lesiones causadas por la sobrecarga de los tendones que causan

dolor e incapacidad.

IMPORTANTE

Las miopatías o enfermedades musculares son un grupo de afectaciones

que tienen en común la afectación global de los músculos del esqueleto.

2. La necesidad de reposo: los ritmos biológicos. Acondicionado del paciente para el descanso.

El término reposar hace referencia a interrumpir una actividad para recuperarse del cansancio

ocasionado y mantener cierta inactividad por un periodo. Es decir, hablamos de descanso, una

de las necesidades básicas del ser humano que produce un estado de bienestar. Ambos

términos, están íntimamente relacionados con el sueño.

En nuestra profesión, es un aspecto que debemos cuidar, ya que los pacientes necesitan reposo,

descanso y dormir cómodamente, para recuperarse y conseguir el mayor grado de bienestar

posible.

6
El sueño es necesario para que el organismo se recupere y restablezca el equilibrio perdido

durante la actividad.

El sueño es un estado en el que la conciencia se ve alterada para reponer la energía del cuerpo

humano, favoreciendo el bienestar de la persona. Se repite de manera periódica durante un

tiempo determinado. Sin embargo, cuando hay alteraciones en el sueño, se dan una serie de

problemas como malestar, incomodidad, insomnio, fatiga, hipersomnia, etc.

Cuando hay alteraciones en el sueño se deben establecer unas pautas con rutinas para

favorecer el sueño a corto plazo y mejorar el estado general del descanso, de manera que se

consiga un sueño cuya cantidad y calidad sean suficientes. Algunas de las medidas a

implementar son:

• Comodidad física. Manteniendo sábanas secas, utilizando ropa holgada para dormir,

estimulando la evacuación antes de irse a dormir para evitar el despertar, controlar las

fuentes de dolor, etc.

• Realizar una ventilación adecuada a fin de poder controlar la temperatura de la

habitación.

• Ofrecer mantas adicionales si el paciente lo necesita.

• Favorecer y mantener la higiene, manteniendo la piel limpia y seca.

• Proporcionar un frecuente cuidado de la boca.

• Favorecer una posición anatómica correcta, realizando cambios posturales sin

interrumpir el descanso del paciente.

• Eliminación de las distracciones ambientales.

En los centros sanitarios también se deben cuidar los siguientes aspectos:

• Cerrar la puerta de la habitación.

• Bajar el volumen de teléfonos y timbres.

• Utilizar calzado con suela de goma.

• Evitar ruidos fuertes y repentinos como desplazamiento de mobiliario.

• Apagar la televisión y la radio a una hora prudente y evitar conversaciones en voz alta,

apagar tv y radio.

• No se debe interrumpir el sueño sí no es absolutamente necesario. Es muy importante

que se planifiquen los horarios de medicación para evitarlo. También se organizará el

trabajo para la toma de constantes.

7
En el sueño influyen múltiples factores que se deben tener en cuenta para una valoración

adecuada, entre ellos:

• Factores biofisiológicos.

- Condiciones genéticas.

- Edad.

- Estado de salud.

- Etapas de desarrollo.

• Factores psicológicos.

- Sentimientos.

- Pensamientos.

- Emociones.

- Memoria.

- Nivel de conciencia.

• Factores socioculturales.

- Valores.

- Entorno.

- Normas.

2.1 Factores biofisiológicos.

Edad.

La calidad del sueño, así como su duración varía de unos grupos de edad a otros. La necesidad

no es la misma en un neonato (que duerme una media de 16 horas diarias) que la de un

lactante (14 horas diarias) o un menor que comienza a andar (12 horas diarias), que van

reduciendo sus horas de sueño diurno.

En la etapa de la infancia a partir de 3 años, la cantidad de sueño varía en función de su

actividad y estado de salud y es frecuente que se resistan a irse a dormir por no ser conscientes

de su cansancio. Los adolescentes duermen una media de 8-9 horas diarias.

En la edad adulta, las horas de sueño se van reduciendo y la media es de 6-8 horas diarias. En

esta época, el estrés y el estilo de vida pueden interrumpir el patrón de sueño. En las personas

8
mayores, la necesidad de descanso aparece antes que la de sueño y disminuye el tiempo

nocturno de sueño, es frecuente el despertar durante la noche y necesitan más tiempo para

conciliar el sueño.

El patrón de sueño se puede alterar por los cambios del SNC, el deterioro sensorial y las

enfermedades crónicas.

Ejercicio físico.

Realizar ejercicio físico favorece el sueño, pero puede pasar que la sobrecarga o el exceso nos

impida o dificulte conciliar el mismo. El ejercicio físico, se debe hacer con al menos dos horas de

antelación, antes de irse a la cama, de esta manera se favorece la relajación.

Nutrición.

El aumento de peso causa períodos de sueño más prolongados y la pérdida, una reducción de la

cantidad total y un despertar temprano. Comer mucho o tener hambre antes de acostarse

influye en el sueño.

Estado de salud.

En general, las personas enfermas necesitan dormir más de lo normal y el ritmo sueño-vigilia

está alterado. El dolor o la incomodidad física causan dificultades para conciliar el sueño o para

seguir durmiendo. La enfermedad puede obligar al paciente a dormir en posturas a las que no

está acostumbrado.

RECUERDA

La OMS recomienda una actividad física de hasta 150 minutos a la

semana para los mayores de 65 años.

9
2.2 Factores psicológicos.

Ansiedad y depresión.

Afectan a la capacidad para dormir, la ansiedad impide el sueño.

Estrés.

Es una fuente de tensión que puede hacer que no se concilie el sueño o provocar el efecto

contrario y la persona duerma más de lo habitual.

2.3 Factores socioculturales.

Entorno.

En el sueño pueden influir factores como los olores, la iluminación, los ruidos, la ventilación, la

cama, tener o no compañía y los ruidos y la luz a la que estaba acostumbrado. Al cambiar el

entorno del habitual a uno nuevo, se dan ruidos que no son los propios a los que el paciente está

acostumbrado, como en un hospital, en los que se pueden dar sonidos de monitores, alarmas,

sistemas de aspiración, que pueden interrumpir el sueño.

Se dice que una persona es independiente en la necesidad de descanso y sueño cuando no

manifiesta signos ni síntomas de una alteración en el patrón de sueño y además no expone

quejas verbales de falta de sueño y descanso.

Un patrón saludable de sueño sería:

• Quedarse dormido dentro de los 30 minutos siguientes de irse a la cama.

• Dormir por lo menos 6 horas sin despertarse.

• Despertarse no más de dos veces durante el sueño y quedarse dormido antes de 15

minutos.

• Hay que comunicar que se encuentra descansado después de despertarse.

• Describir factores que previenen o inhiben el sueño.

• Describir técnicas de relajación que inducen al sueño.

Existen dos tipos diferentes de sueño:

10
• Sueño REM: (rapid eye movement) está caracterizado por movimientos oculares rápidos.

Se produce después de cada ciclo NREM (90 minutos después de iniciado el sueño), las

frecuencias cardíacas y respiratorias van cambiando y se pierde el tono muscular por la

relajación que se produce. Esta fase dura entre 10 y 20 minutos. En esta etapa es muy

difícil despertar a la persona. Durante esta fase la persona revisa los acontecimientos

del día y procesa y almacena la información. En esta fase se fijan los recuerdos recientes

y se perfecciona la adquisición de aprendizaje.

• Sueño NREM: también es conocido como el sueño de ondas lentas, es un sueño

reparador. En él se da una disminución del tono vascular y en general de las constantes

(temperatura, tensión, frecuencias respiratoria y cardíaca). Supone el 80% de la duración

del sueño y podemos dividirlo en 4 etapas:

- Etapa I: pre- sueño. El más ligero de los niveles de sueño, dura pocos minutos. La

persona se puede despertar fácilmente por estímulos.

- Etapa II: sueño ligero. Los procesos orgánicos siguen decreciendo, la relajación

aumenta, se puede despertar fácilmente, dura de 10 a 20 minutos.

- Etapa III: sueño de onda lenta. Es una fase inicial de sueño profundo, es difícil

despertar a la persona. Dura entre 15 y 30 minutos Durante esta fase los signos

vitales siguen bajando sus valores y los músculos están totalmente relajados.

- Etapa IV: sueño de onda lenta y profunda. En esta fase tan profunda del sueño, es

muy difícil despertar a la persona; cuando alguien tiene falta de sueño se pasa la

mayor parte en esta fase. Esta etapa es restauradora y hace descansar al

organismo. En esta fase puede ocurrir sonambulismo y enuresis.

3. La mecánica corporal: concepto y principios.

La mecánica corporal es la disciplina que estudia el equilibrio y el movimiento de los cuerpos,

tratando el funcionamiento correcto del aparato musculoesquelético en coordinación con el

sistema nervioso.

Hace referencia al uso eficiente, coordinado y seguro de nuestro cuerpo para producir

movimientos manteniendo el equilibrio durante el mismo. Es decir, utilizar nuestro cuerpo

correctamente para movernos, mover cargas, reduciendo la energía y evitando las lesiones.

11
Hacer un uso correcto de la mecánica corporal es fundamental en nuestra profesión, tanto para

prevenir lesiones que nos podemos ocasionar al movilizar al paciente como las que podemos

provocar a los pacientes cuando los movilizamos.

La mecánica corporal implica 3 elementos básicos:

• Alineación corporal: es la forma en la que se organizan cada una de las partes de

nuestro cuerpo con otras. Es decir, tener el cuerpo bien alineado y en equilibrio. Sí

cuidamos nuestra postura estaremos cuidando nuestro cuerpo en general, sobre todo

los músculos y tendones.

• Equilibrio: es un estado en el que nivelamos las fuerzas para conseguir la estabilidad de

nuestro cuerpo. Cuando nuestro cuerpo está estable, conseguimos el equilibrio. No

conseguiremos mantener equilibrio sí nuestro cuerpo no se mantiene correctamente

alineado.

• Movimientos coordinados: hace que el sistema muscular, esquelético y nervioso

trabajen de manera coordinada.

Uno de los puntos clave de nuestra profesión es la movilización de pacientes, la correcta

colocación y manipulación de los pacientes para moverlos, trasladarlos, levantarlos, realizar

cambios posturales, etc. Conocer los principios de la movilización es fundamental para evitar

lesiones tanto en los pacientes como en el personal sanitario. Las lesiones se pueden producir en

cualquier zona del cuerpo, pero las más frecuentes son en los miembros superiores y en la

espalda, siendo muy frecuentes las hernias, lumbalgias o incluso las fracturas por sobreesfuerzo.

El hecho de que manipulemos a los pacientes hace que aparezca la fatiga física en nuestro

cuerpo y también puede provocar lesiones que se pueden producir bien de forma inmediata o

bien por la acumulación de pequeños esfuerzos y traumatismos, tras realizar la movilización de

enfermos en periodos cortos y de manera frecuente.

Para evitar todas estas lesiones, se deben seguir unos principios de mecánica corporal:

• Cuidar la postura, manteniendo la espalda recta, buscando el equilibrio apoyando los

pies de manera firme sobre una base amplia.

• El esfuerzo que se requiere para mover un cuerpo depende de la resistencia del cuerpo y

de la fuerza de gravedad.

12
• Conservar el centro de gravedad bajo, flexionando la cadera y rodillas y evitando doblar

la cintura. De esta forma, se distribuye el peso de forma uniforme entre la mitad superior

e inferior del cuerpo y se mantiene mejor el equilibrio.

• Al cargar un peso, es muy importante sostener la carga lo más cerca posible del cuerpo,

así conseguiremos aumentar la capacidad de levantamiento.

• Sujetar firmemente el cuerpo que vamos a levantar.

• La separación de los pies debe ser de unos 50 cm y mantendremos uno de ellos en la

misma dirección del movimiento que vamos a realizar.

• Al levantar una carga pesada no debemos sobrepasar la altura de nuestra cintura en un

solo movimiento.

• Para levantar una carga debemos flexionar las piernas sin doblar la cintura.

• Es mejor deslizar una carga pesada o empujarla, en lugar de levantarla. Realizar el

movimiento de esta manera es más fácil y requiere menor esfuerzo porque evita un

movimiento contrario a la gravedad.

• Cuando hemos levantado una carga no debemos girara el tronco de nuestro cuerpo, ya

que perdemos la alineación corporal y podemos lesionarnos.

• Antes de realizar un esfuerzo o levantamiento de carga, debemos disponer el espacio

físico en que se realizará la actividad, quitando los objetos que nos puedan entorpecer

en nuestro movimiento.

• Debemos situar al paciente o el objeto que vamos a mover en una posición correcta.

• Cuando la realización de la tarea suponga un esfuerzo, debemos de solicitar ayuda

(siempre que sea posible).

• Los músculos más grandes se cansan menos que los pequeños.

• Realizar cambios en la actividad y/o cambios de posición nos ayudan a conservar el

tono muscular, al igual que nos ayudan a evitar el cansancio.

• La fricción entre un objeto y la superficie sobre la que se mueve afecta el trabajo

necesario para moverlo.

Además se deben seguir una serie de recomendaciones como:

• Uso de protección física, calzado adecuado con suela antideslizante.

• Para realizar cualquier movilización y siempre que sea posible debemos utilizar medios

mecánicos para reducir el esfuerzo requerido.

13
• Antes de realizar el movimiento debemos evaluar el esfuerzo que requiere hacer para

poder planificar como vamos a llevar a cabo la ejecución, así podremos analizar los

recursos que tenemos para realizarlo y los que necesitamos.

En la movilización de pacientes respetamos siempre los siguientes principios básicos en este

orden:

• Nuestros pies estarán separados por una distancia aproximadamente como la anchura

de los hombros. Uno de los pies estará colocado al lado del paciente y el otro más

retrasado.

• Doblamos las rodillas para evitar flexionar la espalda.

• Antes de realizar una movilización debemos colocar correctamente la pelvis y

contraemos los músculos abdominales y glúteos, para afianzar la estabilidad.

• En el momento que hacemos el esfuerzo debemos espirar.

• El cuerpo del paciente debe estar lo más próximo posible al nuestro.

• Levantamos al paciente de forma gradual, evitando los movimientos bruscos.

• Orientamos los pies en dirección al movimiento que se va a realizar dirigiendo una de las

puntas de los pies en la dirección del movimiento y la otra ligeramente flexionada para

realizar el desplazamiento con las piernas y no forzar la espalda.

• No debemos girar nuestro tronco mientras estamos levantando al paciente.

IMPORTANTE

Llamamos MOVILIZACIÓN URGENTE a la que no está programada pero se

ha de realizar con urgencia porque ha habido una situación que lo

requiere como un accidente, un empeoramiento en la situación del

paciente, etc.

4. Las posiciones: características, indicaciones y contraindicaciones.

En el ámbito sanitario hablamos de posiciones anatómicas, como aquellas posiciones o

posturas en las que colocamos al paciente dependiendo del estado general del paciente, para

la realización de técnicas, para realizar cambios posturales, etc.

Las más frecuentes son:

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• Decúbito supino o dorsal: el paciente está tumbado boca arriba sobre su espalda, con la

cabeza alineada con el resto del cuerpo. Se utiliza en intervenciones abdominales,

oculares, cirugía vascular, en cara, cuello, abordajes axilares e inguinales, etc.

• Decúbito lateral: el paciente está colocado sobre uno de sus lados, con la espalda a

nivel del borde de la mesa, los brazos extendidos al frente. Las extremidades deben estar

flexionadas. Se usa en intervenciones de prótesis de cadera, intervenciones específicas

de tórax, riñón y uréteres, etc.

• Fowler: el paciente se encuentra sentado en la cama con la cabecera elevada 45º. Las

rodillas están ligeramente flexionadas. Se utiliza en pacientes con problemas

respiratorios, en exploraciones y cirugías. En la posición Semi-Fowler, la inclinación es un

poco menor, de unos 30º.

• Decúbito prono o ventral: el paciente se encuentra tendida sobre el pecho y abdomen,

la cabeza girada hacia un lado, y las extremidades superiores pegadas al cuerpo y

piernas extendidas, el eje del cuerpo es paralelo al suelo. Se utiliza en intervenciones de

espalda, glúteos, de columna, etc.

• Sims o Semiprona: el paciente se encuentra en decúbito lateral con el brazo inferior por

debajo del cuerpo. El brazo superior está flexionado y próximo a la cabeza. Las piernas

están semi flexionadas. Se utiliza para exploraciones rectales, para aplicación de

enemas, cambios posturales, etc.

• Trendelemburg: el paciente está en la mesa inclinada 45º. La mitad superior queda más

baja que la pelvis y la cabeza más baja que los pies. Utilizada en intervenciones de la

zona inferior del abdomen, cirugía de pelvis, vejiga, colon, etc., favorece el drenaje

postural, el retorno venoso y aumenta el riego sanguíneo cerebral.

• Morestin o Antitrendelemburg: el paciente está en la mesa inclinada 45º. La mitad

superior queda más alta que los pies. Es importante colocar un cojín a modo de tope en

los pies. Se usa en intervenciones de cuello, cara, cráneo, etc.

• Ginecológica: paciente tumbado boca arriba, muslos flexionados y piernas sobre muslos

en ligera abducción. Los glúteos deben sobresalir del borde de la mesa. Las piernas se

mantienen en unos estribos. Se utiliza en intervenciones urológicas, ginecológicas, parto,

etc.

• Genupectoral o Mahometana: el paciente está en decúbito prono con un ángulo a nivel

de la cadera, con la cabeza en rotación lateral. Utilizada en intervenciones de la zona

anal, hemorroides, etc.

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5. Técnicas de colocación.

Hablamos de técnicas de colocación como el método o técnica que nos enseña ejercicios de

colocación y prevención para tener una buena postura en el trabajo. Con ella aprendemos

ejercicios simples con los que pretendemos conseguir una correcta colocación corporal a fin de

evitar las lesiones por esfuerzos en el trabajo.

Al hablar de técnicas de colocación o higiene postural, hablamos de herramientas para corregir

los hábitos posturales perjudiciales para la salud o como el conjunto de medidas necesarias

para mantener el cuerpo en la colocación más correcta durante todas las actividades que

realicemos. Entendiendo que la postura correcta es aquella que nos permite realizar una

actividad, con el menor esfuerzo posible a fin de evitar las lesiones.

Sí no prestamos atención a nuestra postura corporal, con el paso del tiempo, nuestro cuerpo se

va deformando para poder realizarlas y comienzan a aparecer problemas como el cansancio

exagerado, los dolores recurrentes, la incapacidad de seguir realizando aquellas cosas que

hacíamos de forma fácil, incapacidad hasta para poder descansar durante la noche, etc., y para

poder solucionarlo debemos comenzar eliminando las tensiones acumuladas y comenzando a

corregir nuestra postura.

La práctica consciente y continua de ejercicios de higiene corporal corrigen los problemas de

espalda y cuello, aliviando dolores de cabeza, lumbares, cervicales, adormecimiento de

extremidades, etc.

Entre sus beneficios encontramos:

• Conseguir un mayor bienestar físico.

• Corregir la alineación de la columna.

• Tonificar y estirar la musculatura.

• Flexibilizar articulaciones.

• Mejorar hábitos corporales.

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6. Movilización, inmovilización, deambulación y transporte del paciente/cliente.

Al hablar de movilización y traslado de pacientes nos referimos a la movilización, activa y pasiva,

de una persona desde un lugar a otro. Podemos estar refiriéndonos a un traslado de un hospital

a otro, de un servicio a otro, entre 2 plantas distintas, un cambio de habitación o la asistencia a

una prueba complementaria.

Nos encontramos con 2 tipos de movilizaciones:

• Hablamos de movilización pasiva cuando el paciente no colabora en la misma, ya sea

porque es una persona dependiente puntualmente (estar bajo los efectos de la

anestesia, inconsciente, etc.) o por una limitación o incapacidad.

• Cuando hablamos de movilidad activa, hacemos referencia a la movilización que realiza

un paciente que colabora en el movimiento. A veces nos encontraremos con situaciones

en las que el esfuerzo del paciente pueda ser insuficiente y necesite nuestra la

intervención del personal de enfermería como apoyo.

Tenemos que diferenciar entre las movilizaciones y las transferencias.

• Movilización: supone cambiar la posición de una persona sobre la misma superficie

• Transferencia: consiste en desplazar a una persona de una superficie a otra, por

ejemplo, de la cama al sillón.

En los centros sanitarios, una de nuestras tareas más importante y que precisa de un esfuerzo

importante son las movilizaciones de los pacientes, ya que habrá que mover a pacientes con

movilidad reducida, con algún problema motor, o en situación de dependencia para realizar

cambios posturales, levantar de la cama, durante la higiene en cama o en la ducha, etc.

Así como situaciones en las que tengamos que transportar o levantar cargas, por lo que es

importante que cuidemos nuestra postura corporal al realizar dichas movilizaciones. Antes de

realizar cualquier movilización debemos realizar el lavado higiénico de manos antes de

colocarnos los guantes.

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Movilizaciones y transferencias más frecuentes:

Movilización de decúbito supino a decúbito lateral.

• El personal de enfermería debe colocarse en el lado de la cama hacia el que va a girar el

enfermo.

• Se desplaza al paciente hacia el lado de la cama contrario al deseado, para que al

girarlo quede el paciente en el centro de la cama.

• Estiramos el brazo del paciente hacia el lado que va a girar el cuerpo y se flexiona el otro

brazo sobre el pecho. También debe flexionar la rodilla de la pierna que va a quedar por

encima.

• El personal de enfermería debe colocar uno de sus brazos por debajo del hombro y el

otro por debajo de la cadera y de un solo movimiento se gira al paciente hacia el lado en

que se encuentra el personal, dejándole colocado en decúbito lateral.

• En la posición de decúbito lateral hay que tomar precauciones con orejas, hombros,

codos, cresta ilíaca, trocánteres y maléolos para que no se produzcan úlceras por

presión.

• Sí se realiza entre 2 personas, ambos se colocarán en el lado de la cama hacia donde

van a desplazar al paciente. Como hemos visto, las piernas tendrán una separación

como la medida de los hombros, una de ellas se encontrará más adelantada que la otra.

La otra pierna la tendremos colocada más cerca de la cama, con la rodilla flexionada.

• Una persona sujeta al paciente con su brazo la espalda del paciente por los hombros, en

la zona dorso lumbar. La otra persona sujeta al paciente por la pelvis y las rodillas. Al

mismo tiempo, desplazan su peso corporal de la pierna más adelantada, que estaba

flexionada, a la más alejada, al tiempo que tiran del individuo hacia sí.

Movilizar al paciente hacia la cabecera de la cama.

• Sí el paciente no colabora debemos hacer la movilización entre 2 personas, una a cada

lado de la cama.

• Colocaremos uno de los brazos a nivel de los omóplatos y el otro a nivel alto del muslo.

• Se sujetará al paciente y lo levantaremos hasta la posición deseada, evitando

arrastrarle.

18
• También podemos realizar la movilización ayudados por una sábana "entremetida" que

es una sábana doblada y que colocamos por debajo del paciente, de manera que llegue

desde los hombros hasta los muslos. Esta nos ayudará a desplazarlo en la cama.

• El personal sanitario se situará uno a cada lado de la cama y agarrando la entremetida

fuertemente para poder deslizarla con el paciente encima, hacia el cabecero de la

cama.

• Sí el paciente puede colaborar lo puede elevar hacia arriba una sola persona, se le

pedirá al paciente que se agarre al cabecero de la cama, que flexione las rodillas y

coloque la planta de los pies apoyando sobre la superficie de la cama.

• Sí el paciente necesita ayuda para el movimiento, colocaremos nuestros brazos por

debajo de sus caderas mientras que hace fuerza con los talones sobre la cama para

impulsarse hacia arriba.

Sentar al paciente en el borde de la cama.

• Colocaremos la cama en posición de Fowler.

• El personal sanitario adelanta un brazo, el más próximo a la cabecera, y rodea al

paciente por los hombros, y el otro lo coloca en la cadera más lejana del enfermo.

• En un solo movimiento, levantamos el tronco del paciente.

• Se elevan sus hombros y se rota el cuerpo moviendo con nuestro brazo.

• Con la mano hace que la cadera y las piernas giren, quedando colgadas en el filo de la

cama.

• Cuando el paciente ya está sentado, debemos comprobar que no se ha mareado en el

movimiento.

• Sí es necesario se le ponen la bata y las zapatillas.

Transferencia del paciente de la cama a la camilla.

• La camilla se colocará paralela a la cama, ambas estarán frenadas. Si el paciente puede

desplazarse, se le ayudará a colocarse en la camilla, si no pudiera moverse se le

desplazará con la ayuda de 2 o 3 personas dependiendo de la necesidad.

• Si se realiza con 1 persona el paciente debe tener cierta movilidad, pudiendo trasladarse

solo a la camilla, con algo de ayuda por parte del personal sanitario.

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• Sí se realiza con 2 personas, una realiza la movilización del enfermo y la otra estará

pendiente de limitar el movimiento de la camilla para que no se desplace, así como

colaborar con el movimiento del paciente.

• La camilla tiene que estar frenada y colocada en paralelo a la cama.

• Una persona estará situada en el lado externo de la camilla, por la parte central, y tirará

de la entremetida hacia sí.

• La otra persona se coloca en la cabecera levantando al paciente por los hombros y

llevándolo hacia la camilla.

• Cuando el paciente está colocado sobre la camilla, lo taparemos con la sábana.

• Otra variante con 2 personas es situarse cada una en un extremo, una en un extremo de

la cama y otra en el extremo contrario de la camilla, y movilizar al paciente desplazando

la entremetida que está debajo del mismo.

• Sí el paciente no puede moverse en absoluto serán necesarias 3 personas para la

movilización.

• La camilla se coloca perpendicular a la cama, con la cabecera de la camilla tocando los

pies de la cama; (ambas deberán estar frenadas).

• Las tres personas se sitúan frente a la cama, adelantando un pie hacia la misma.

• Doblan las rodillas a la vez y colocan sus brazos bajo el paciente: el primero, uno por

debajo de la nuca y hombros y el otro en la región lumbar; el segundo, uno bajo la región

lumbar y otro debajo de las caderas, y el tercero, uno debajo de las caderas y el otro

debajo de las piernas.

• Después vuelven al paciente hacia ellos haciéndole deslizar suavemente sobre sus

brazos. Éstos se mantienen cerca del cuerpo para evitar esfuerzos inútiles.

• Se levantan, giran los pies y avanzan hacia la camilla, luego doblan las rodillas y apoyan

los brazos en la misma. Los movimientos han de ser suaves y simultáneos para dar

seguridad al enfermo y evitar que se asuste.

• Para este movimiento es frecuente el uso del tablero espinal también conocido como

“transfer”, que es una tabla semirrígida que se coloca en la cama por debajo del

paciente para poder arrastrarla y poder realizar el movimiento hacia la camilla, sin tener

que levantar el peso del paciente.

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Transferencia con grúas.

• La movilización se puede realizar desde la posición de encamado o de sentado.

• Tanto la cama o la silla como la grúa deben estar frenadas.

• Se colocarán los arneses al paciente, dependiendo de las indicaciones del modelo de

grúa. Podemos encontrar 1 solo arnés que recoge todo el cuerpo del paciente, desde los

hombros hasta las rodillas. Y también hay modelos de grúas con 2 arneses, uno para la

zona de la espalda y otro para las piernas.

• Una vez que tenemos los arneses correctamente colocados, quitamos el freno y

realizamos el movimiento para realizar la transferencia.

Transferencia del paciente de la cama a la silla de ruedas.

• Lo primero que hay que hacer es fijar las ruedas. Si aun así hay peligro de que la silla se

mueva harán falta dos personas, una de las cuales sujetará la silla por el respaldo para

evitar su movimiento.

• El paciente se sentará al borde de la cama y se pondrá. Sí no puede hacerlo solo, el

personal sanitario le ayudará.

• La silla se coloca con el respaldo en los pies de la cama y paralela a la misma.

• Una persona se coloca frente al enfermo con el pie que está más próximo a la silla por

delante del otro.

• El paciente pone las manos en sus hombros mientras lo sujetamos por la cintura.

• El paciente pone los pies en el suelo y el personal sanitario sujeta con su rodilla más

avanzada la rodilla correspondiente del enfermo para que no se doble

involuntariamente.

• Giramos junto con el enfermo y, una vez colocado frente a la silla, flexiona las rodillas de

forma que el paciente pueda sentarse en la silla.

En las movilizaciones de los pacientes tendremos en cuenta algunas normas generales como:

• Se empujará la cama o camilla desde el cabecero, siendo los pies del paciente los que

abran el camino, salvo que la situación, el estado del paciente o por indicación médica

tengamos que hacerlo desde los pies.

• La silla de ruedas se desplazará agarrándola por las empuñaduras que hay tras el

paciente.

21
• Para subir una rampa, se empujará la silla de ruedas desde atrás, el paciente irá de cara

a la marcha.

• Para bajar una rampa, el personal sanitario caminará de espaldas a la rampa, mirando

de vez en cuando hacia atrás para evitar caídas y obstáculos. Es decir el paciente bajará

de espaldas.

• Para subir una rampa con la cama o camilla, se empujará por el piecero.

• Para bajar, caminaremos hacia atrás desde el piecero de la cama o camilla, delante del

paciente y de espaldas a la pendiente, mirando de vez en cuando hacia atrás para

evitar caídas u obstáculos.

• Para entrar en un ascensor, se entrará de espaldas tirando de la silla. El personal

sanitario entra antes que el paciente. Una vez dentro, si es posible, se girará la silla para

salir de la misma forma.

• Para entrar en el ascensor entrará primero el personal, tirando del cabecero de la cama

o camilla, entrando los pies lo último.

• Para salir del ascensor se empujará por el cabecero de la cama o camilla, saliendo los

pies del paciente primero.

RECUERDA

En todas las movilizaciones y transferencias de pacientes debemos velar

por la seguridad del paciente sin descuidar su comodidad. Además

siempre estaremos atentos para realizarlas cuidando su intimidad.

7. Técnicas y materiales.

Las ayudas técnicas para la marcha son dispositivos que proporcionan un apoyo adicional del

cuerpo humano al suelo. Su objetivo es permitir el desplazamiento y la movilidad.

Con el término de ayudas técnicas se recogen todos los productos que buscan prevenir,

compensar, aliviar o neutralizar deficiencias, limitaciones para el desarrollo de actividades o

restricciones a la participación. Entre las ayudas técnicas para la marcha encontramos los

bastones, las muletas, los andadores, etc., cuyo objetivo final es permitir el desplazamiento y

movilidad de las personas con alguna limitación.

Entre los más utilizados podemos nombrar:

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Andadores.

• Son dispositivos que permiten el apoyo del paciente para realizar la marcha,

apoyándose sobre las extremidades.

• La altura se regulará de tal manera que las manos realicen el apoyo aproximadamente

a la altura de los trocánteres mayores.

• Aumentan la estabilidad y el equilibrio proporcionando una gran seguridad psicológica

al paciente que los utiliza. Tiene varias partes:

• Empuñadura, suelen ser ergonómicas para permitir una sujeción segura y cómoda de la

mano.

• Estructura, que tiene que ser resistente. Normalmente son plegables.

• Patas o pies de apoyo, es la parte del andador que está en contacto con el suelo.

Normalmente son cuatro, aunque podemos encontrar modelos con tres patas

regulables en altura.

• Conteras de goma o caucho. Son antideslizantes para evitar el deslizamiento y

amortiguan el impacto con el suelo. Se desgastan con el uso, por lo que deben ser

revisados y sustituidos periódicamente.

• Ruedas, se encuentran situadas en la parte más distal de los pies de apoyo. Suelen ser

de caucho y pueden ser dos, combinadas con otras dos conteras o bien cuatro, según

los modelos.

Bastones modificados o multipodales.

• Su objetivo es proporcionar estabilidad al paciente, así como también una pequeña

descarga de una de sus extremidades.

• La altura se regulará de tal manera que las manos realicen el apoyo aproximadamente

a la altura de los trocánteres mayores.

• Empuñadura. Sirve para coger el bastón cómodamente y de manera segura. Puede

tener distintas formas, y en algunos casos consta de abrazadera y segmento de

antebrazo.

• Caña. Es el segmento vertical, generalmente regulable en altura, que transmite la carga

a la base de apoyo. Están fabricados de diversos materiales como madera, aluminio,

acero, etc.

23
• Base. En ella se colocan los pies de apoyo del bastón.

• Pies de apoyo. Hay distintos modelos, con 3 o 4 pies. Su disposición permite subir o bajar

escalones de manera cómoda.

• Conteras. Son los elementos más distales del bastón. Son antideslizantes y amortiguan el

impacto.

Muletas.

Su principal función es facilitar la marcha aumentando la estabilidad, ampliando la base de

sustentación y/o reducir la carga sobre una o ambas extremidades inferiores. Constan de las

siguientes partes:

• Abrazadera del antebrazo. Confeccionada, por lo general, de materiales plásticos más o

menos rígidos, almohadillados o no, para evitar roces y ulceraciones, fijas o articuladas.

• Segmento del antebrazo. Une la abrazadera del antebrazo con la empuñadura. Puede

ser regulable en altura.

• Empuñadura. Está fabricada de materiales plásticos, cauchos o espumas. Debe permitir

una buena sujeción de la mano, lo que proporcionará una sensación de confort y

seguridad en su apoyo. Sus formas pueden ser variables: recta, anatómica, ergonómica,

etc.

Silla de ruedas.

Como su propio nombre indica, es una silla que tiene ruedas en su base para el desplazamiento

del paciente. Constan de las siguientes partes:

• Empuñadura.

• Asiento y respaldo plegable.

• Chasis.

• Reposapiés y reposabrazos.

• Aros de empuje.

• Ruedas traseras y delanteras.

Bastones comunes.

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• Son dispositivos de ayuda a la marcha muy utilizados y sencillos. Mejoran y/o mantienen

el equilibrio, con lo que se amplía la base de sustentación del paciente. Además, pueden

ayudar a descargar parcialmente los miembros inferiores.

• Se debe revisar las conteras periódicamente y comprobar que no está desgastada ni

presenta un dibujo insuficiente que impida un agarre seguro y que pueda provocar

caídas y resbalones.

• La mano del paciente al sujetar la empuñadura quedará colocada en ligera flexión

dorsal y con una flexión del codo del paciente de alrededor de 5-10º.

• Empuñadura o parte proximal. Sirve para coger el bastón, de forma correcta y eficaz.

• Caña. Es el segmento central vertical del bastón situado entre la empuñadura y la

contera.

• Conteras. Son los elementos más distales del bastón. Son antideslizantes y amortiguan el

impacto.

Grúa.

Son dispositivos de ayuda que permiten realizar transferencias de personas con poca o nula

movilidad de forma segura y cómoda tanto para el paciente como para la persona que lo

moviliza.

Está formado por:

• Mástil o estructura.

• Arnés.

• Asa ergonómica o empuñadura.

• Pedal de apertura de patas.

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HIGIENE Y MOVIMIENTO DE PACIENTES CON NECESIDADES ESPECIALES.

1. Cuidados a los pacientes/clientes quemados.

La higiene es un conjunto de prácticas relacionadas con el cuidado personal que afectan

positivamente en la salud y la prevención de enfermedades, ya que con la higiene se previene

tanto su aparición como la de infecciones. La higiene es considerada una necesidad básica en el

ser humano.

En el ámbito sanitario, será el personal de enfermería el encargado de ayudar o brindar los

cuidados que necesita cada paciente y en el caso de que estos presenten una situación

especial, el personal encargado debe estar formado para prestar estos cuidados con especial

atención.

Con la higiene se obtienen una serie de beneficios físicos y psicológicos como:

• Aumenta la sensación de bienestar al eliminar el mal olor.

• Se trabaja la autoestima.

• Ayuda a la función de barrera que realiza la piel.

• Se favorece la comunicación con el paciente.

• Se valora el estado de la piel.

• Se valora el estado del paciente en general, movilidad, dolor, estado de confusión, etc.

• Se fomenta la expresión de sus necesidades.

En el ámbito sanitario debemos conocer las necesidades de estos pacientes, en concreto de la

higiene, para poder atenderlas y que queden cubiertas de manera correcta y satisfactoria.

Un aspecto importante para tener en cuenta es la opinión del paciente, prestando atención a

sus sentimientos, ya que estamos interviniendo en un momento íntimo y personal, por lo que se

deben cuidar los detalles en todo momento, por ejemplo, utilizando biombos o cerrando las

puertas. Debemos respetar al paciente de manera que se sienta cómodo. Así, además de cuidar

su higiene y su piel, estaremos fomentando la comunicación y lo podemos ver de primera mano

cómo se encuentra anímicamente.

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El momento del baño o aseo del paciente, debe ser un momento controlado para ciertos

pacientes, sobre todo aquellos en estado crítico, en los que se debe mantener la monitorización

pues nos podemos encontrar con situaciones de alteraciones de presión arterial,

desaturaciones, alteraciones de las frecuencias cardíacas y respiratorias o incluso otras más

graves.

Sí el paciente no puede moverse y desplazarse al baño, el aseo se realizará en la cama, por lo

que tendremos que asegurarnos que el espacio es seguro y las condiciones son óptimas.

Debemos tener en cuenta:

• Cerrar puertas y ventanas de la habitación para evitar corrientes.

• Temperatura agradable entre 22-25 grados.

• Preparar todo el material necesario.

• Preparar la ropa limpia del paciente y la lencería de la cama.

• Controlar la temperatura del agua, aproximadamente 35 grados.

Podemos fomentar la comunicación con el paciente durante la realización de las técnicas por

eso es importante que antes de comenzar con el aseo, informemos al paciente de todo lo que

vamos a hacer, de esta manera se sentirá seguro al mismo tiempo que solicitaremos su

colaboración en el procedimiento.

Como en cada técnica, antes de comenzar, es necesario el lavado higiénico de manos y la

colocación de guantes. Sí el paciente al que estamos atendiendo tiene algún tipo de aislamiento,

además seguiremos el protocolo establecido.

Para el aseo del paciente encamado, debemos seguir las normas ergonómicas en las

movilizaciones para evitar posibles lesiones teniendo en cuenta:

• Las necesidades del paciente.

• Las necesidades del personal de enfermería.

• Buscar la comodidad del paciente.

• Seguir los protocolos establecidos.

• Prestar especial cuidado en sistemas venosos, sondas, catéteres, etc.

• Temperatura del agua adecuada.

• Cerrar puertas y ventanas.

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• Proteger la intimidad del paciente.

• No destapar por completo, lo haremos por secciones.

• Sistema de 2 palanganas, una para enjabonar y otra para aclarar. Se cambiará el agua

las veces que sea necesaria.

1.1 Aseo del paciente encamado.

Material.

• 2 palanganas con agua.

• Guantes desechables.

• Esponjas desechables.

• Jabón neutro.

• Crema hidratante.

• Toalla.

• Ropa limpia para paciente.

• Ropa limpia para la cama.

IMPORTANTE

Cambiaremos el agua y las esponjas tantas veces como sea necesario,

especialmente tras el lavado de genitales.

Procedimiento.

1. Lavado de manos y colocación de guantes.

2. Informar al paciente de lo que vamos a hacer.

3. Para salvaguardar la intimidad del paciente lo desnudaremos por partes, dejando

expuesta la parte del cuerpo que se va a lavar. Una vez hayamos aseado esa parte, la

volvemos a tapar para continuar con la siguiente.

4. Realizar el lavado siguiendo un orden desde las zonas más limpias a las menos limpias:

- Cara (sólo con agua), orejas y cuello.

- Extremidades superiores, tórax y axilas, con especial atención al secado para evitar

que queden zonas húmedas.

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- Abdomen y extremidades inferiores.

- Genitales y periné: lavamos desde el pubis hacia el periné sin retroceder; desechar la

esponja.

- Ponemos al paciente en decúbito lateral y continuamos con una esponja nueva por

la parte posterior del cuerpo: cuello, espalda, glúteos, muslos y región anal.

- Desechar la segunda esponja.

5. Colocamos al paciente en decúbito lateral y procedemos al cambio de ropa de cama

enrollando la sábana bajera de modo longitudinal hacia el centro de la cama, de

manera que quede bajo del cuerpo del paciente y vamos colocando la sabana limpia

hasta dejarla cerca de la que vamos a quitar.

6. Se aplicará crema hidratante con un ligero masaje hasta su total absorción.

7. Terminamos de hacer la cama con la ropa limpia, poniendo la muda limpia al paciente.

8. En los pacientes portadores de vía periférica, para quitar el camisón o pijama, primero

sacamos la manga del brazo libre y después el brazo donde tiene la vía. Para ponerlo, lo

haremos, al contrario, poniendo primero el brazo donde tiene la vía y después el que está

libre.

9. Acomodamos al paciente antes de recoger todo el material y salir de la habitación.

10. En el registro de observaciones o incidencias dejaremos anotados todos los

procedimientos realizados al paciente, así como las anotaciones reseñables sobre el

mismo.

RECUERDA

Realizaremos un secado minucioso para disminuir el riesgo por humedad,

poniendo especial cuidado en los pliegues cutáneos.

Otras medidas importantes.

• Evitar arrugas en las sábanas.

• No tirar la ropa sucia al suelo. La colocamos directamente en la bolsa.

• Seguir las instrucciones establecidas para circunstancias específicas (aislamientos,

cuidados pre-quirúrgicos, etc.).

• Evitaremos el uso directo de alcohol o colonia sobre la piel.

• Realizar cambios posturales cada 2-3 horas.

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• Hacer uso de los dispositivos especiales de alivio de presión.

El término “quemadura” es la descomposición de un tejido orgánico, producida por el contacto

del fuego o de una sustancia caustica o corrosiva. También hace referencia a la señal, llaga o

ampolla producida por el fuego o por algo muy caliente.

La OMS indica que una quemadura es “una lesión de la piel u otro tejido orgánico, causada

principalmente por el calor, la radiación, la radioactividad, la electricidad, la fricción o productos

químicos”.

Podemos decir que las quemaduras son lesiones físicas producidas en la piel por agentes físicos

o químicos, que pueden tener una profundidad y extensión diferente, pudiendo llegar a suponer

un grave problema de salud. En ellas, se produce una destrucción celular y pérdida en la

continuidad de la piel.

Principalmente producen 3 efectos:

• Pérdida de líquidos.

• Pérdida de calor, que puede ocasionar hipotermia.

• Pérdida de la función de barrera de la piel, quedando el organismo expuesto a

infecciones.

Debido a las lesiones provocadas, pueden ocasionar graves secuelas físicas, por el dolor que

provoca no solo la quemadura, sino las curas de esta, así como secuelas psicológicas, por las

lesiones permanentes y las secuelas que pueden ocasionar. Es importante tener en cuenta que

en una persona quemada, la calidad de vida puede verse altamente condicionada.

Para la realización de los cuidados de enfermería en pacientes con quemaduras es necesaria la

intervención e implicación de un equipo multidisciplinar debidamente formado y entrenado en

los cuidados, medidas especiales y tratamientos a realizar. Estos cuidados se realizarán de

forma individual con los recursos y medios que se tengan disponibles.

El Ministerio de Sanidad define la Unidad de Quemados Críticos como “el dispositivo asistencial

de alta especialización y complejidad, integrado en un centro hospitalario, dotado con los

recursos humanos y materiales necesarios para la atención sanitaria basada en la mejor

evidencia disponible de este tipo de pacientes”.

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IMPORTANTE

Es fundamental que el equipo de enfermería realice un correcto manejo

de las medidas de asepsia, ya que repercute directamente para evitar

cualquier tipo de complicación en las quemaduras.

El Ministerio de Sanidad indica que son criterios de ingreso en una Unidad de Quemados

Críticos las siguientes situaciones:

• Quemaduras de segundo o tercer grado con más 20 % de superficie total quemada a

cualquier edad.

• Quemaduras de segundo o tercer grado con más 10 % de superficie total quemada en

menores de 10 años y mayores de 50.

• Quemaduras químicas y eléctricas.

• Quemaduras en zonas críticas.

• Quemaduras con lesiones asociadas (inhalación de humos, traumatismos, etc.).

• Quemaduras con riesgos asociados (antecedentes clínicos del paciente como diabetes,

inmunodepresión, etc.).

Podemos clasificar las quemaduras según:

Según su etiología.

Las quemaduras pueden ser causadas por:

• Causas físicas.

• Causas biológicas.

• Causas químicas.

Conocer la etiología de la quemadura es fundamental para que el tratamiento sea acorde a la

misma.

Según su profundidad.

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• Quemaduras epidérmicas o de primer grado: son superficiales y afectan a la epidermis.

• Quemaduras dérmicas superficiales o de segundo grado superficial: aparecen flictenas

o ampollas que afectan a la dermis.

• Quemaduras dérmicas profundas o de segundo grado profundo: afectan a epidermis y

dermis. Pueden ser dolorosas.

• Quemaduras de espesor total o de tercer grado: hay una pérdida de sensibilidad y

anestesia, es necesario tratamiento quirúrgico y afectan al espesor total de la piel.

• Quemaduras de cuarto grado: Afectan a músculos, tendones y huesos.

La profundidad de la quemadura será valorada dos o tres días después de la primera

evaluación.

Según su extensión.

Existen diversas reglas con las que se hace una medición de la extensión afectada por una

quemadura. Algunas son:

• La regla de los 9 de Wallace.

- Se usa para valorar grandes superficies de forma rápida en adultos.

- No se contabilizan las quemaduras de primer grado.

- El cuerpo se divide en 9 partes o en múltiplos de 9 y a partir de ahí se puede calcular

el porcentaje de quemadura.

- La parte anterior y posterior son un 18% cada uno.

- Cada miembro superior un 9%.

- Cada miembro inferior 18%.

- La cabeza otro 9%.

• La regla del 1 o de la palma de la mano que equivale al 1 % de la superficie corporal.

- Se puede usar en cualquier edad.

- Sirve para evaluar rápidamente la superficie afectada en quemaduras poco

extensas.

- Se superpone la mano del paciente sobre la quemadura sufrida para obtener el

cálculo aproximado.

Además, existen otros factores que se deben tener en cuenta porque comprometen la vida del

paciente:

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• Agente causal: no es lo mismo una quemadura con líquido caliente que con fuego.

• Sexo del paciente: el grosor de la piel es menor en mujeres.

• Mecanismo de acción.

• Tiempo de acción de la quemadura: puede oscilar entre segundos, minutos, horas, etc.

• Compromiso de conciencia: puede ocurrir en pacientes con epilepsia, consumo de

alcohol y/o drogas, deterioro senil.

• Espacio: lugar abierto o cerrado.

• Lesiones concomitantes.

• Tiempo de evolución.

Cuando llega una persona que la valoración de quemado es de “gran quemado” lo primero que

se realiza es una evaluación primaria antes de comenzar los cuidados y tratamientos de las

quemaduras. En ella, se valorará:

• Vía aérea.

- Valoración de la capacidad de ventilación del paciente.

- Inmovilización de la columna cervical.

- Verificar el estado de la vía aérea superior.

• Ventilación.

- Administración de oxigenoterapia.

- Valoración de la presencia de otros síntomas (náuseas, cefalea, letargia, confusión,

somnolencia, agitación, etc.

- Valoración de intubación endotraqueal, traqueotomía y ventilación mecánica.

• Circulación.

- Monitorización del paciente para valorar la frecuencia cardiaca, presión arterial,

frecuencia respiratoria, diuresis, saturación de oxígeno, temperatura, etc.

- Analítica sanguínea.

- Balance de líquidos.

- Peso.

- Radiografía de tórax.

- Electrocardiograma (ECG).

- Canalización de 2 accesos venosos de forma inmediata.

Además, es muy importante realizar una valoración del estado de conciencia, ya que la hipoxia o

la hipovolemia pueden ocasionar irritabilidad.

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Posteriormente, se realizará una valoración secundaria, para obtener la mayor información

posible sobre el paciente y el accidente sufrido, intentando identificar el mecanismo y las

condiciones en las que se ha producido la lesión. Para realizar la valoración secundaria

debemos tener en cuenta:

• Se fijará la hora cero, que es la hora aproximada en la que se ha producido el accidente.

• Es fundamental conocer el agente de la lesión y tiempo de contacto para un correcto

tratamiento inicial. Puede orientar sobre la profundidad de la lesión.

• El lugar , no es lo mismo que el accidente ocurra en un sitio cerrado o abierto.

• Mecanismo del accidente, para saber si pueden existir lesiones asociadas.

• Conocer los procedimientos realizados en el lugar del suceso por los servicios de

urgencias.

• Volumen de líquido administrado.

Tras la valoración, se realizarán los diagnósticos de enfermería mediante los NANDA (North

American Nursing Diagnosis Association) para poder planificar los cuidados que se van a

proporcionar al paciente de manera integral e individualizada. En dicha planificación se

determinarán las prioridades, las intervenciones a realizar y los resultados que se esperan

obtener.

Se procederá a la reposición de volúmenes y colocación de sonda vesical para el control de

diuresis. Dicha reposición es fundamental para mantener la función de los órganos así como

para la prevención de complicaciones en la herida. Las entradas y salidas de líquidos tienen que

estar registradas en la hoja de cuidados del paciente.

Se realizará una valoración nutricional, para conocer qué tipo de nutrición es mejor para el

paciente, en términos generales, se utilizará la vía digestiva (nutrición oral/enteral), salvo que la

situación indique lo contrario. Se realizará un menú individualizado, controlando la cantidad de

alimentos ingeridos y la ingesta calórica.

Cuando un paciente quemado requiere ser portador de sonda nasogástrica (SNG) el personal

de enfermería se ocupará de la colocación y el mantenimiento de esta, para lo que se seguirá el

siguiente procedimiento:

• Durante la administración de alimentación el cabecero de la cama estará incorporado

unos 45 grados. Después de la administración, se mantendrá durante al menos 30

minutos.

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• Antes y después de la manipulación de la sonda se hará lavado higiénico de manos.

• Se debe comprobar la posición correcta de la sonda.

- Cada 24 horas.

- Al menos 1 vez por turno en el caso de alimentación continua.

- Antes de la administración de alimentación por bolo y/o administración de

medicamentos.

- Si el paciente refiere molestias o reflujo.

- Después de vómitos o arcadas violentas.

- Después de graves ataques de tos/dificultad respiratoria.

- Después de aspiración del tubo endotraqueal o traqueotomía.

• Diariamente se comprobará el punto de fijación en la nariz, rotando la sonda para evitar

las úlceras por presión.

• Para mantener la permeabilidad de la sonda, ésta se lavará con agua:

- Después de la administración de un bolo de alimentación enteral.

- Antes y después de la administración de fármacos.

- Cada 4-6 horas en pacientes con nutrición enteral continua.

• No mezclar nunca la medicación con los alimentos.

• No mezclar varios medicamentos.

• En el caso de aspiración del contenido gástrico residual, se debe aspirar suavemente.

• La sonda se debe lavar por fuera diariamente con agua tibia, limpiando los restos que

hayan podido quedar adheridos a la sonda.

• Cambiar la sonda según el protocolo establecido y siguiendo las indicaciones del

fabricante.

RECUERDA

Antes de realizar cualquier tipo de técnica, debemos hacer lavado

higiénico de manos y colocación de guantes. Si el paciente presenta

cualquier tipo de aislamiento, además seguiremos las pautas

establecidas.

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1.2 Cuidados del paciente.

• Higiene de manos y colocación de guantes no estériles.

• Limpieza nasal (con una gasa humedecida en suero fisiológico).

• Realizar o ayudar al paciente en la higiene bucal 3 veces al día. Al finalizar lubricaremos

labios. Salvo que la situación del paciente lo impida, podemos hacer la higiene con

cepillo dental.

• Se debe acomodar al paciente.

• Recoger el material utilizado.

• Retirar los guantes y realizar la higiene de manos.

Uno de los riesgos más importante en los pacientes quemados son las infecciones, por lo que se

deberá prestar una especial atención al aseo e higiene de este. Dependiendo de la situación del

paciente, se procederá al aseo en cama, teniendo un especial cuidado en la movilización, ya que

se trata de pacientes con alto nivel de dolor producido por las lesiones.

2. Cuidados a los pacientes/clientes traumatológicos.

Podemos definir un traumatismo como una lesión o un daño producido en tejido o hueso, por un

suceso violento externo, ya sea un golpe, una caída, o cualquier otra circunstancia.

El paciente politraumatizado es aquel que presenta lesiones en diversos órganos y sistemas, que

han sido causadas como consecuencia de un traumatismo, afectando sus constantes vitales,

hasta el punto de poner su vida en peligro y ocasionar la muerte. También hablamos de

politraumatismo cuando la lesión ocasionada pone en peligro la vida del paciente.

Los traumatismos pueden provocar:

• Lesiones de partes blandas (chichones, contusiones, etc.).

• Desgarros musculares, de ligamentos o tendones (distensiones, esguinces, etc.).

• Fracturas.

• Hemorragias.

• Ahogamientos.

• Quemaduras.

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Las causas más habituales de los traumatismos son:

• Accidentes de tráfico.

• Ahogamiento.

• Lesiones intencionadas.

• Incendios.

• Caídas.

Al atender a un paciente politraumatizado, la atención debe seguir un orden prioridades, que

vendrá marcado por un Sistema Integral de Emergencia, en el que los profesionales sanitarios,

debemos coordinar nuestros esfuerzos para salvar la vida de un paciente, trabajando como un

equipo. Se deben atender y asegurar:

• Control de la vía aérea.

• Respiración.

• Circulación.

• Estado Neurológico.

Para la valoración primaria que se realiza al paciente, debemos desnudarlo para tener una visión

completa de su cuerpo y de todas las posibles lesiones. En esta valoración se realizará:

• Monitorización (frecuencia cardíaca, tensión arterial, pulsioximetría, EKC, etc.).

• Canalización vías periféricas para extraer muestras y administración aportes necesarios

(medicación, suero, etc.).

• Comprobación vía aérea, sin hiperextensión de cuello por posible lesión cervical, por lo

que se realiza la tracción de mentol con control cervical.

• Colocación de collarín.

• Valoración correcta ventilación.

• Aplicación de oxígeno.

• Se valora la intubación orotraqueal.

• Control de hemorragias.

• Nivel de conciencia y estado de pupilas.

• Coloración de la piel.

Posteriormente, una vez que el paciente está estabilizado, con todos los aspectos de la

valoración inicial, se realizará una valoración o examen secundario, con un reconocimiento

detallado de todas las zonas corporales, en el que se incluirá:

• Recogida de datos.

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- Conocer en detalle el suceso ocurrido, tipo de accidente, vehículos o armas

implicadas, etc.

- Historia del paciente, sus antecedentes, medicaciones, sustancias consumidas, etc.

• Colocación de sonda nasogástrica y vesical.

• Examen físico por zonas corporales.

- Cabeza y cara.

- Columna y cuello.

- Tórax y espalda.

- Abdomen y Pelvis.

- Periné, recto y vagina.

• Sistema músculo esquelético.

• Examen neurológico.

• Monitorización: frecuencia respiratoria, cardíaca, pulsioximetría, presión arterial, etc.

El paciente politraumatizado debe estar constantemente monitorizado, para reevaluar de

manera frecuente su situación y sus signos vitales.

En este tipo de pacientes, debemos prestar una atención integral en la que se pasará por

distintas fases conectadas entre sí:

• Valoración.

• Diagnóstico.

• Planificación de cuidados.

• Ejecución.

• Evaluación.

Gran parte de nuestro trabajo va a depender de la recogida de datos que se haga, ya que, con

la información recogida y la observación, podemos identificar las necesidades y problemas de

cada paciente para poder realizar el plan de cuidados más ajustado a la situación del paciente,

en el que podamos prestar una atención integral. Siempre que la situación lo permita, debemos

explicar cada procedimiento al paciente, indicando los tratamientos, las exploraciones, los

cuidados a realizar, etc.

Los cuidados más frecuentes en un paciente politraumatizado son:

• Inmovilización completa de columna cervical o completa.

• Oxigenoterapia.

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• Intubación orotraqueal.

• Canalización de vía venosa para sueroterapia.

• Obtención de muestras sanguíneas.

• Administración de analgesia.

• Colocación de sonda vesical y nasogástrica.

• Vigilancia del nivel de conciencia, tensión arterial, frecuencia cardiaca y respiratoria,

pulsioximetría, alteraciones motoras / sensoriales, diuresis, EKG y otros signos.

• Administración de medicación pertinente.

• Tratamiento postural: realizar los cambios posturales que la situación del paciente

permita: Trendelemburg, Antitrendelemburg, Fowler, Semi Fowler, etc.

• Evitar situaciones que aumenten la presión intracraneal.

• Aspiración cavidad bucal.

• Aspiración broncopulmonar.

• Inmovilización fracturas.

• Hiperventilación.

• Drenajes torácicos.

• Curas locales de heridas.

• Medidas de reanimación.

• Aseo del paciente.

• Taponamiento compresivo de hemorragias.

• Apoyo emocional al paciente y las familiares.

• Control de temperatura de los pacientes.

• Registro de aportes y pérdidas.

3. Cuidados a los pacientes/clientes inconscientes.

El paciente inconsciente es aquel que tiene una alteración del nivel de conciencia y/o presenta

una situación en la que, sin ayuda no puede respirar, moverse o llevar a cabo sus actividades

cotidianas, ante estos pacientes la intervención del personal de enfermería es necesaria y muy

importante.

El estado de inconsciencia se da en pacientes con ACV (accidente cerebro vascular) cuando se

lesionan las zonas del tejido cerebral de manera que reciben un menor aporte sanguíneo.

Para determinar el nivel de la lesión, se valoran los siguientes parámetros:

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• Nivel de conciencia: Se valorará la respuesta ante la llamada o la agitación. Se pueden

aplicar estímulos dolorosos.

• Se comprobará la respiración y el pulso.

- Para la respiración observaremos su pecho para ver si hay o no movimiento. Y nos

acercaremos a su boca para ver sí exhala aire.

- Se comprobará el pulso en la arteria carótida (cuello).

- Sí el sujeto está en parada cardio-respiratoria, se comienza la reanimación

cardiopulmonar (RCP).

• Se comprobará sí la ventilación es correcta. Sí hay un trabajo respiratorio grande, se

ventilará con ambu y se valorará la intubación endotraqueal.

• Se comprobará la estabilidad hemodinámica.

• Se deben retirar las prótesis para evitar la obstrucción de las vías respiratorias.

• Colocaremos al paciente en la posición lateral de seguridad (PLS).

- Colocamos al paciente boca arriba y nos situamos de rodillas junto a un costado.

- Estiramos su brazo más cercano a nosotros hacia arriba o doblado 90º con la palma

de la mano hacia arriba.

- Colocaremos el otro brazo sobre su pecho, con su mano en la mejilla.

- Cogemos al paciente del hombro y de su rodilla más alejada y lo moveremos hacia

nosotros hasta que la rodilla quede apoyada en el suelo.

- Colocamos la mano debajo de su mejilla y realizaremos una pequeña hiperextensión

del cuello para asegurar la apertura de la vía aérea.

En el caso de que el paciente no respire o no tenga pulso, comenzaremos las maniobras de

reanimación cardio pulmonar.

3. 1 RCP: Reanimación Cardiopulmonar.

La RCP es un procedimiento utilizado en emergencias cuando la vida de una persona está

comprometida, ya sea porque ha dejado de respirar o porque su corazón ha dejado de latir.

Para evitar los daños en el cerebro, se debe actuar con diligencia y rapidez, antes de que el flujo

sanguíneo deje de circular por el cerebro lo que provoca daños irreparables.

Se deben seguir los siguientes pasos:

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Compresiones en el pecho.

Se colocan la base de las palmas de las manos sobre el centro del pecho. Una mano sobre la

otra manteniendo los brazos estirados y realizando el movimiento de arriba abajo, utilizando

todo el peso de nuestro cuerpo. Se presiona el pecho, comprimiendo unos 5 centímetros. Se

deben realizar entre 100-120 compresiones por minuto.

Apertura de vía aérea.

Después de las primeras compresiones, se debe abrir la vía respiratoria, inclinando la cabeza del

paciente hacia atrás y levantando el mentón.

Respiración de rescate.

Se realizarán 2 insuflaciones de aire cada 30 compresiones. Se deben cerrar las fosas nasales

para que todo el aire entre por la boca.


Mientras que se determina la causa por la que el paciente ha perdido el conocimiento, el

personal de enfermería debe cuidar el mantenimiento de la vía respiratoria. Además, no

podemos dejar la vigilar al paciente por sí se produce una reacción adversa o un

empeoramiento de la situación. En este momento, el paciente es totalmente dependiente y

vulnerable por lo que es fundamental mantener su intimidad y mostrar el máximo respeto.

Es fundamental dejar documentado cualquier procedimiento, incidencia o cuidado practicado y

comunicar cualquier tipo episodio anormal para asegurar un procedimiento seguro y permitir

que se lleven a cabo de inmediato las intervenciones médicas y de enfermería necesarias.

En los pacientes inconscientes, se puede recomendar a la familia que hable con el paciente, su

familiar, ya que al recobrar el conocimiento el primer sentido que se recupera es el auditivo.

También se puede recomendar a la familia que toque al paciente y que sostenga su mano y sí la

situación lo permite, dejarlos participar en alguno de los cuidados de enfermería.

Según el grado de alteración del nivel de consciencia, esta se puede clasificar en:

• Somnolencia: tendencia al sueño con respuesta normal a órdenes verbales y a

estímulos dolorosos.

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• Obnubilación: es un grado más alto que se suele caracterizar por respuesta a

órdenes verbales simples y a estímulos dolorosos, pero sin respuesta adecuada a

órdenes verbales complejas.

• Estupor: hay una falta de respuesta a todo tipo de órdenes verbales, pero existe reacción

adecuada a estímulos dolorosos.

• Coma profundo: ausencia de respuesta a órdenes verbales y a estímulos dolorosos, al

menos de forma correcta.

El aseo general del paciente se realizará en cama, como a cualquier otro paciente, pero

extremando los cuidados de drenajes, sondajes, vías, tubo endotraqueal, etc., y será realizado al

menos por 2 personas.

En este tipo de paciente es muy importante que practiquemos la higiene bucal, al menos 1 vez

por turno. Para ello seguiremos los siguientes pasos:

• Salvo que esté contraindicado, colocaremos al paciente en posición de Fowler inclinando

su cabeza hacia un lado.

• Cubriremos el pecho con una toalla.

• Mojamos la torunda en una solución antiséptica y lavaremos el paladar, lengua, cara

interna de los carrillos, encías y dientes.

• Si existen secreciones secas y pegadas podemos aplicar vaselina, evitando despegar en

seco, a fin de evitar heridas en las mucosas.

• Cambiaremos de torunda tantas veces como sea necesario.

• Mantendremos la boca abierta con un depresor lingual. Sí se introduce agua o solución

aséptica, se irá aspirando al mismo tiempo con una sonda corta y de bordes

redondeados.

• Se lavarán los labios y la boca con gasas húmedas.

• Secaremos los labios.

• Podemos aplicar un poco de vaselina.

• Una vez finalizada la higiene, colocaremos al paciente en posición cómoda.

• Retiraremos el material utilizado.

• Retirada de guantes.

• Higiene de manos.  

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4. Cuidados a otros-tipos de pacientes/clientes.

La labor del personal sanitario es prestar unos cuidados a los pacientes, así como velar por su

salud y su seguridad durante su estancia hospitalaria, además de participar en la promoción de

la salud desde la atención primaria. Podemos trabajar en alguna de las siguientes áreas:

• Salud mental.

• Obstetricia.

• Pediatría.

• Geriatría.

• Atención Primaria.

• Cuidados médicos quirúrgicos.

En general a todos los pacientes les debemos prestar una serie de cuidados estándar,

adaptándolos en cada momento a la situación concreta del paciente. En términos generales se

cuidarán y prestarán cuidados en:

• Cuidados personales:

- Higiene y aseo.

- Ayuda para la alimentación.

- Incontinencia.

• Cuidados de salud:

- Problemas respiratorios.

- Administración y control de medicamentos.

- Trastornos del sueño.

- Trastornos del equilibrio.

- Caídas.

- Depresión.

- Úlceras por presión.

• Inmunodepresión.

• Atención del dolor.

• Control nutricional.

4.1. Cuidados concretos según el tipo de patología en pacientes.

Vamos a ver algunos aspectos que debemos tener en cuenta:

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Ante una intervención quirúrgica.

Cuando un paciente se va a someter a una intervención quirúrgica, prestaremos atención a

distintos aspectos, dependiendo del momento en el que nos encontremos. Así podemos

diferenciar:

• Periodo preoperatorio.

- Recepción del paciente. Correcta identificación y colocación de pulsera

identificativa.

- Comprobar ausencia de maquillajes y esmaltes. Retirada de joyas.

- Verificar autorizaciones para la intervención.

- Aseo personal, administración de medicamentos y medidas específicas (sondas,

vías, enemas, etc.).

- Preparación de la zona a intervenir (limpieza, rasurado, etc.).

- Ayuno.

- Retirada de prótesis.

- Lencería adecuada (normalmente bata con apertura trasera).

- Traslado a quirófano con historia clínica completa.

• Cuidados transoperatorios.

- Breve presentación al paciente para generar un ambiente de tranquilidad y

seguridad.

- Identificación del paciente, corroborando datos de la pulsera de identificación.

- Revisión de la historia clínica: consentimiento informado, hoja quirúrgica, resultados

de pruebas de laboratorio y pruebas radiológicas.

- Chequear listas de verificación.

- Confirmación de la intervención quirúrgica.

- Monitorización del paciente.

- Colocación correcta del paciente según la intervención.

• Cuidados postquirúrgicos.

- Manejo del dolor.

- Administración de analgésicos.

- Monitorización hemodinámica.

- Precauciones circulatorias.

- Prevención de hemorragias.

- Oxigenoterapia.

- Cuidados de la herida quirúrgica o incisión.

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- Cuidados de drenajes, sondajes, accesos venosos, etc.

- Protección contra las infecciones.

- Control de infecciones.

- Control balance de líquidos.

- Prevención de úlceras por presión.

- Ayuda con los autocuidados: baño/higiene.

En salud mental.

El ámbito de la salud mental es otro de los campos en los que es muy importante el trabajo del

equipo de enfermería en el que se establecerá un plan de cuidados para la realización de las

intervenciones necesarias. Dependiendo de la situación del paciente, podemos atenderlos en los

centros de atención primaria, centros de salud mental, unidades de corta, media o larga

estancia, centros de día, etc.

Se tendrán que cubrir una serie de normas básicas como:

• Asegurar la intimidad, creando un entorno tranquilo, sin interrupciones ni distracciones.

• Nos presentaremos y llamaremos al paciente por su nombre mostrando interés por su

bienestar.

• Explicaremos la finalidad de nuestra intervención.

• Mantener un buen contacto visual, prestando atención al paciente de manera que se

sienta escuchado.

• No debemos manifestar prisa o impaciencia, ya que se puede distorsionar la

comunicación.

• Observar usando los cinco sentidos, ya que el lenguaje no verbal tiene una importancia

especial; se pueden observar contrariedades entre lo que se dice y lo que expresa

nuestro cuerpo.

• Prestaremos atención al aspecto general, identificando necesidades de higiene,

nutrición, higiene, vestuario, etc.

• Prestaremos atención a la forma de interactuar, adaptando el lenguaje sí observamos

que el paciente no nos está entendiendo.

• Mantener una escucha activa.

• Realizar una valoración física.

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El ámbito de la salud mental es muy amplio y nos podemos encontrar con pacientes muy

variados, con necesidades distintas.

• Trastornos de la conducta alimentaria.

• Esquizofrenia.

• Trastornos delirantes.

• Trastornos depresivos.

• Trastornos de personalidad.

• Consumo de tóxicos y alcoholismo.

En Cuidados Paliativos.

Los profesionales sanitarios convivimos con la enfermedad y la muerte a diario, pero muchas

veces, ésta va precedida de largos periodos de enfermedad en los que debemos prestar unos

cuidados de calidad al paciente para conseguir una mejora en su calidad de vida.

Los cuidados paliativos son aquellos que se prestan a pacientes en un estado avanzado de

enfermedad y tienen como objetivo mejorar la calidad de vida tanto del paciente como de sus

familiares cuando se están enfrentando a situaciones de riesgo de la vida o situación terminal.

Los cuidados paliativos implican:

• Prevención y alivio del sufrimiento.

• Tratamiento del dolor.

• Tratamiento y apoyo psicológico.

El personal de enfermería valorará tanto la evolución como el pronóstico de la enfermedad, así

como la situación funcional con las limitaciones para las actividades de la vida diaria que ha

ocasionado la enfermedad en el paciente y en su entorno más cercano. También debe valorar

cuál es el grado de conocimiento que tiene el paciente y su familia sobre la enfermedad y la

situación en la que se encuentra.

Es muy importante que se conozcan cuáles son las necesidades que tiene el paciente, a nivel

físico, psicológico y espiritual, ya que pueden generar una situación de estrés y ansiedad

perjudicial.

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Los cuidados paliativos deben ser llevados a cabo por personal sanitario de cualquier ámbito

asistencial para asegurar que las necesidades de pacientes, familias y personas cuidadoras,

sean atendidas en todo momento y en cualquier lugar. Independientemente de la circunstancia,

se debe tratar de garantizar la continuidad asistencial. Para ello, es necesario trabajar de forma

coordinada entre los diferentes recursos sanitarios que podemos encontrar en:

• Atención primaria.

• Atención hospitalaria.

• Dispositivos de urgencias.

• Unidades de cuidados paliativos: son unidades que encontramos en los Hospitales, que

disponen de camas para el ingreso de pacientes que lo precisen.

• Equipos de soporte de cuidados Paliativos: están formados por personal sanitario que

realizan atención domiciliaria.

Los últimos días de vida de un paciente, es la etapa que cierra los cuidados paliativos y viene

definida por un detrimento muy importante del estado general, que es indicador de una muerte

inminente (horas, pocos días). Este deterioro suele venir acompañado de disminución del nivel

de conciencia del paciente, desorientación, confusión, agitación, trastornos respiratorios, fiebre,

etc., y suelen aparecer en la familia, situaciones de gran impacto emocional. En estos momentos

difíciles, suelen aparecen miedos sobre la muerte y su proceso.

Los cuidados se deben centrar en la asistencia del paciente y atención a la familia, cumpliendo

algunas indicaciones básicas a realizar:

• Instrucciones para atención al paciente en cama:

- Cambios posturales.

- Cómo cambiar la ropa de cama.

- Cuidados de la boca.

- Cuidados de la piel.

- Protecciones de úlceras por presión.

- Cuidados de la incontinencia (pañales, cuña, etc.).

• Fármacos que administrar:

- Cuando. administrar los fármacos., la dosis a administrar y el método de

administración más adecuado.

- De qué fármacos se puede prescindir.

• Contacto telefónico para casos de dudas o situaciones en las que la familia no sabe

cómo actuar.

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• Se debe cuidar el lenguaje delante del paciente, que aunque puede estar somnoliento o

parecer dormido, está escuchando y sus sentidos siguen activos, por lo que podemos

fomentar el contacto físico cariñoso y hablarle tranquilamente, evitando comentarios

inapropiados en su presencia.

• No siempre es posible estar presente en el momento de la muerte, por lo que hemos de

dar consejos prácticos sobre cómo reconocer que ha muerto, cómo contactar con la

funeraria, traslados y costes, etc.

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